Asi Es Barranquilla PDF
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Barranquilla
This is Barranquilla
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Fotografías: Vivian Saad
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Diseño Editorial
Enrique Franco Mendoza
Coordinación Producción
Rosalba Cano Ayala
Redacción
Ricardo Franco Mendoza
Claudia Cuello
Corrección de estilo
Cristóbal Ospina
Corrección de textos
César Tulio Puerta Torres
Traducción al Inglés
Anthony Letts
Michael Sparrow
Armada Electrónica
Diseño Editorial Comunicaciones
Preprensa
Zetta Comunicadores
Impresión
Panamericana Formas e Impresos
Comercialización
Elizabeth Pinzón Rodríguez
Claudia Cuello
ISBN
978-958-8177-65-6
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11 Prólogo
Prologue
Gustavo Bell
13 Desarrollo de la economía
en Barranquilla
Economic development in Barranquilla
Milton Zambrano Perez
21 La inmigración impulsó
el progreso de Barranquilla
Immigration, the driving force behind
Barranquilla’s progress
Rodolfo Zambrano Moreno
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Prólogo
Hubo años en que la ciudad parecía diluirse en su propio estancamiento. Años en que
nadie avizoraba el porvenir, y el pasado de gloria y apogeo que muchos añoraban ya
era sólo eso, irremediable pasado. Pocos apostaban a que Barranquilla pudiera tener
una nueva oportunidad para recuperar el dinamismo económico que la llevó a con-
vertirse, en menos de un siglo, en la principal ciudad del Caribe colombiano y una de
las más importantes del país.
El paisaje urbano reflejaba esa sensación de zozobra y melancolía. Más que una ciudad
parecía una casa vieja y derruida pero sus inquilinos se resistían a mudarse de barrio,
esperando que el tiempo del mundo volviera a pasar por el frente.
Un rápido recorrido por la Barranquilla de hoy pone en evidencia que ese tiempo pare-
ciera estar llegando nuevamente y puja por embarcarnos a todos en su vértigo. Se nota
aquí y allá en los colores, en el ruido, en los estudiantes, en los edificios, en la música.
Es el mundo que se vino encima una vez más, con toda su carga de oportunidades
pero también con sus tensiones, exigencias y retos. Sí, son muchas las cosas que se re-
quiere cambiar, actualizar y modernizar, y ello no lo va a hacer nadie por nosotros, ni va
a suceder espontáneamente. Es preciso que el empuje venga de todos, pero en forma
dirigida porque lo que está produciendo hasta ahora es más desorden y anarquía.
No obstante, ese empuje despelotado es el mejor síntoma de la nueva vitalidad que está
recorriendo a Barranquilla. Cada semana se anuncia la llegada de un inversionista más,
ya sea nacional o extranjero; sale a la venta un ambicioso proyecto comercial o urbano;
se abre un novedoso programa académico en alguna de las universidades; se recibe la
visita de un importante empresario, o se inaugura una interesante exposición cultural.
Es como si floreciera una primavera con un renovado ímpetu. Barranquilla está de re-
greso, como lo están innumerables profesionales que retornan a la casa para remo-
delarla, para pintarla y ampliarla porque decidieron volver a vivir en ella, con su patio
florido y la amistad de los vecinos.
Detrás de todo ello hay una geografía que resurge en el mapa: es la región y la cuenca
del Caribe. Es la tierra que nos rodea por atrás y el mar que nos baña por delante.
Barranquilla está redescubriendo el Caribe, su verdadero barrio.
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Impulsados por el espíritu mercantilista del siglo XIX,
europeos, gentes del Mediterráneo oriental
y norteamericanos llegaron a Suramérica en busca
de fortuna. En Colombia este proceso tuvo como
puerto de entrada a Barranquilla. Sus ventajas de
doble puerto, marítimo y fluvial, el pago de impuestos
en papel moneda y el carácter xenofílico de sus
habitantes, propiciaron la instalación de muchas
colonias que originaron una elite empresarial
dedicada a la importación de bienes de capital y de
consumo y a la exportación de productos tropicales.
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Desarrollo de la economía
en Barranquilla
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En las primeras décadas del siglo XX se había posesionado en esta ciudad una fuerte
banca, la industria había crecido, la navegación fluvial y marítima se había acentuado
bastante, el mercado se desarrollaba tanto nacional como mundialmente y claro, la
ciudad cambió su fisonomía, aumentó su población, la agitación era máxima y el dine-
ro circulaba con rapidez.
Alemanes, franceses, antillanos, norteamericanos y gentes de otros países se mezcla-
ron con los nativos y generaron empleo y creación de nuevas empresas, como la Fábri-
ca de Tejidos Obregón, la Sociedad Colombo-Alemana de Transporte Aéreo –Scadta–,
la Sociedad Hotel El Prado y la Compañía Urbanizadora de El Prado.
En el desarrollo urbanístico de la ciudad influyeron mucho los norteamericanos Karl y
Robert Parrish. Karl ayudó a la ciudad a obtener un empréstito por cinco millones de
dólares, de la compañía financiera Central Trust Co., de Illinois, dinero que sirvió para
modernizar el acueducto, remodelar el mercado público y pavimentar calles, para lo
cual se creó las Empresas Públicas Municipales, bajo la administración de una junta
autónoma, independiente del Concejo municipal.
Todo este apogeo comenzó a opacarse a mediados de la década de 1940. Una causa
vertebral fue la pérdida del liderazgo portuario, que ganó el puerto de Buenaventura,
en el Pacífico, aprovechando su cercanía al Eje Cafetero y usufructuando la apertura
del Canal de Panamá. Otra razón es que el río Magdalena fue desplazado como vía al
mar por las carreteras y el ferrocarril.
Algunos analistas consideran también que la llegada de muchos desplazados de la
violencia a Barranquilla, la estrechez del mercado regional, la politiquería y el clien-
telismo deterioraron la administración pública, aparte de que algunos inmigrantes,
ambiciosos e inescrupulosos, a través de la política y los sindicatos viciaron algunos
espacios morales de la ciudad.
En cuanto fueron detectadas las causas de ese opacamiento, personas y grupos cons-
cientes se dedicaron a la restauración de la urbe. Políticos, académicos, economistas,
industriales, empresarios y demás fuerzas vivas de la región, despertaron el espíritu
cívico y lo pusieron al servicio de Barranquilla.
De hecho, esa ciudad conserva gran parte de su liderazgo, recuperado después de
muchos años de trabajo, y se prepara para los retos que imponen la globalización y la
modernización contemporánea. Claros ejemplos de esto son los nuevos servicios de
Triple A y de Metrotel, el florecimiento de las universidades y los proyectos de reubica-
ción industrial, para mencionar sólo algo de lo que se está haciendo.
No cabe duda, Barranquilla tuvo un gran período de esplendor, vino después un tiem-
po de recesión, pero ha retornado una época de renacimiento, que se ve, se vive y se
siente en todos y cada uno de los estamentos regionales.
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El río Magdalena constituía la única arteria que The River Magdalena was the only artery linking
unía a Colombia con el mundo. Era intenso el Colombia with the rest of the world. Freight
tráfico de carga y pasajeros por medio and passenger traffic was heavy on steamers
de vapores que cubrían las rutas que, partiendo that started out from Barranquilla and ran as
de Barranquilla, llegaban hasta Honda tocando far upstream as Honda, stopping off at all ports
todos los puertos. Los viajes representaban on the way. These journeys were and exciting
una excitante aventura por la fauna y poblados adventure, because of the wildlife and picturesque
pintorescos de las riberas. Muchas compañías settlements that could be seen along the banks of
nacionales y extranjeras ofrecían lujosos the river. Many national and foreign companies
vapores, para los cuales había que reservar provided luxurious steamers, from which
cupo con meses de anticipación. reservations had to be made months in advance.
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Ya entrado el siglo XX, debido al volumen Because of the volume of freight that was
de carga que se movilizaba por el puerto passing through the port of Barranquilla in the
de Barranquilla, el presidente Marco Fidel early years of the 20th century, President Marco
Suárez encargó al arquitecto inglés Leslie Fidel Suarez gave the English architect Leslie
Arboin la construcción de un magnífico Arboin the task of putting up a magnificent
edificio en cercanías de la estación building near the railway station for the
del tren, para las aduanas de Barranquilla. Barranquilla customs authority. The president
El presidente nombró a su amigo personal appointed a personal friend of his, the poet and
Miguel Moreno Alba, poeta y periodista conservative journalist Miguel Moreno Alba,
conservador, como administrador. El diseño as administrator. The design was inadequate
se quedó corto ante el volumen de carga, for the volume of freight handled, and Moreno
por lo cual el doctor Moreno autorizó nuevas accordingly authorized further work to be done,
obras que, por un escándalo en el Congreso, but due to a scandal in Congress, the money to
tuvo que pagar de su propio pecunio. pay for this had to come out of his own pocket.
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La intensa actividad comercial de la Barranquilla The focal point of the busting trading activity
de principios de siglo tenía como eje la intendencia in Barranquilla in the early years of the century
fluvial y los numerosos caños que serpenteaban was the river zone and the numerous channels that
la zona del mercado de Barranquilla, donde wound their way through the “Barranquillita” market
había múltiples negocios –fábricas de ladrillos, areas, where countless businesses such as factories
de puntillas, jabones, velas, tejas, mosaicos, etc.–, manufacturing bricks, nails, soap, candles, tiles,
además de las embarcaciones menores que traían mosaics, etc. could be found, not to mention smaller
pesca, hortalizas y frutas. El tranvía de mulas vessels that brought in fish, fruit and vegetables.
fue puesto al servicio por el cubano Francisco The mule tramway was started by the Cuban Francisco
Javier Cisneros, el mismo que construyó el muelle Javier Cisneros, who had earlier built the pier at
de Puerto Colombia. Era un medio de transporte Puerto Colombia. It was a mass transport system that
masivo que competía en tarifas con los “guacales”, competed in terms of rates with the “guacales”, which
coches tirados por caballos para servicio individual. were carriages drawn by horses for individual use.
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Miguel Moreno Alba, poeta y periodista fundó The poet and journalist Miguel Moreno Alba founded
el periódico La Nación en 1914 que tenía dos the newspaper “La Nación” in 1914. There were two
ediciones: una en Barranquilla y otra en Bogotá vía editions of this, one in Barranquilla and the other in
telegráfica. Se destacó por impulsar causas políticas Bogotá, via telegraph. He was notable for the fact that
y literarias, pero sobre todo por su galantería y su he promoted political and literary causes, but most of all
afición a la parranda. El carnaval del pueblo costeño for his gallantry and love of partying. Amongst the local
era desde mediados del siglo pasado una institución people on the coast, carnival had been a traditional
dentro de las costumbres típicas locales, pero local custom since the middle of the last century,
a partir de 1918 se inició la era de los reinados but it was in 1918 that the era of beauty contests began
en el Club Barranquilla, con la elección de Alicia I. in the Barranquilla Club, when Alicia I was elected.
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Barranquilla fue la urbe más
visitada por la dirigencia política
y económica de Colombia. Desde
allí se lanzaban candidaturas
presidenciales y se buscaban
apoyos financieros para las
iniciativas industriales. Tenía el
hotel más moderno y confortable,
el de El Prado, y en su clase
dirigente había hombres como
don Generoso Manzini, con uno
de los capitales industriales más
poderosos de la época. En la foto,
con doña Riba Alzadora (hija
de don Julián Alzadora) y todos
sus hijos. En la década del 1940
esta ciudad era sinónimo de
prosperidad, la dirigencia política
estaba en manos de capitalistas
honorables y capaces empresarios.
En los barrios residenciales había
ambiente optimista fundado en
una ciudad confiada y regocijada
en su desarrollo.
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La inmigración impulsó
el progreso de Barranquilla
Barranquilla ha sido una ciudad abierta a la inmigración, la cual la enriqueció con nue-
vas expectativas. Los inmigrantes no sólo llegaron del extranjero: también de la provin-
cia colombiana, ante un desarrollo que se intuía cercano.
La riqueza de la Costa Atlántica era agropecuaria en la primera mitad del siglo XX. La
ganadería era preponderante. Productos como el banano, el tabaco y el algodón eran
cultivados por élites agrarias exportadoras. La caña de azúcar, el arroz y el maíz eran
destinados al consumo interno.
Por la condición portuaria de la ciudad, el comercio de importación ayudó a formar ca-
pitales importantes y estos contribuyeron al desarrollo urbano que se presentó gracias
a que los gringos Parrish, asociados con la familia De la Rosa, realizaron la más bella y
moderna urbanización de Colombia, el barrio El Prado. Allí se levantan espectacula-
res mansiones como el Palacio De Mares; Villa Heraldo, construida para doña Etelvina
Abello de Dugand; las casas árabes del gobernador Blanco Núñez; la sede actual de
la empresa Triple A, del constructor venezolano Ricardo Pocaterra e Himera Caballero
Roncallo; el palacete art déco de la familia Jaar, cuya demolición precipitó la norma res-
trictiva de protección del patrimonio arquitectónico local; y las enormes casas de don
Julio Traad y don Nicolás Saade, cónsul de El Líbano –de origen árabe los tres últimos–,
todas sobre los bulevares de El Prado.
En el Alto Prado se destacaban las modernas construcciones de Antonio y Afif Simán,
el cónsul jordano, así como la de don Antonio Jaar, industriales de origen árabe. Sobre-
viven unas más modernas, de los judíos Carlos Kalusin y Alfredo Steckerl, no así la de
don Eliécer Sredni, reemplazada por un alto edificio residencial frente al Parque Was-
hington. Subsisten la mansión clásica de don Edgardo Borelly, la de don Andrés Gómez
Támara y la de don Celio Villalba, industrial cafetero santandereano, hoy conservada
por los inmobiliarios Sales Sales.
El palestino Elías M. Muvdi se convirtió en el más importante comerciante importador
del país, así como en el más generoso donante que el departamento del Atlántico
haya tenido.
La ausencia de vías terrestres fue suplida por la conexión fluvial. La Compañía Trans-
portadora de Ganados de los hermanos Antonio y Napoleón Salcedo Cotes facilitó los
despachos de los vacunos de las sabanas de Bolívar hacia el centro del país o hacia
Barranquilla para el consumo interno.
Luis Arturo García H., terrateniente y banquero sincelejano e inversionista en la indus-
tria barranquillera, y Andrés Caballero, del Magdalena, embarcaban sus ganados en
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La apertura del Canal de Panamá en 1914 The opening of the Panama Canal in 1914
y la construcción del Ferrocarril de Antioquia, and the building of the Antioquia Railway, which linked
que unía al puerto de Buenaventura con la zona the coffee-growing region to the port of Buenaventura.
cafetera, restó importancia y protagonismo Resulted in the port of Barranquilla losing its leading role
al puerto de Barranquilla. Con el fin de reivindicar and much of its importance. In order to go some way
el río, se fundó en 1919 la Sociedad Colombo towards restoring the river’s former importance,
Alemana de Transporte Aéreo, Scadta, que dio the Colombo-German Air Transport Company (SCADTA)
lugar al nacimiento de la aviación comercial was formed in 1919, and this marked the birth of
en Colombia y Suramérica. El hidroavión que commercial aviation in Colombia and South America.
hizo el vuelo inaugural fue el Boyacá, piloteado The seaplane which made the inaugural flight was the
por William Knox Martin y Mario Santo Domingo. “Boyacá”, and it was piloted by William Knox Martin
El primer vuelo que inició la era del correo aéreo and Mario Santodomingo. The flight that marked
lo realizó también don Mario Santo Domingo, the start of the air mail era was also piloted by Mario
quien saliendo del hidropuerto de Venadillo, Santodomingo, who left the Venadillo seaport and
dejó caer una paca de correo en Puerto Colombia. dropped a packet of mail in Puerto Colombia
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pie hacia Panamá y Cuba. Más tarde se industrializó el negocio, y Miguel Matera, boli-
varense, y Rodrigo Visbal Osorio, soledeño, crearon el matadero frigorífico Ingral S. A.,
capitalizado después por la Corporación Financiera del Norte en la época de Álvaro
Jaramillo con Andrés Gómez Támara, sucreño, y Luis Nicolella, e incursionó largamente
en los mercados externos. Tanto Matera como Nicolella son de ascendencia italiana.
Por años La Pensión Inglesa, que operaba en la enorme casa que fuera de don Víctor
Dugand, banquero riohachero de familia francesa, y la cual más tarde fue comprada
por el general Gabriel Martínez Aparicio para la Gobernación del Atlántico, era la oferta
de hospedaje local de primera categoría junto con el Hotel Moderno de don Gabriel
Díaz Granados, cienaguero. Eso duró hasta cuando el famoso Hotel El Prado, construi-
do por los Parrish para los textileros Obregón Arjona en la urbanización del mismo
nombre, se constituyó en el primer destino para los pasajeros que llegaban o salían
del país.
La ciudad requería energía eléctrica, y los señores Obregón, don Antonio Angulo y
Herman Wolff, montaron una planta para abastecer la textilera y la ciudad. Llegaron
también los gringos de la Compañía Colombiana de Electricidad, y ahí sí la disponibi-
lidad del servicio se incrementó notoriamente y permitió el establecimiento de mayo-
res industrias.
Don Alberto R. Osorio, de Soledad, primer gobernador del Atlántico, y Jacob Cortissoz,
banquero judío, fundaron la Cervecería Águila, y tiempo después don Mario Santo Do-
mingo en una crisis la adquirió con el apoyo de sus socios, los latifundistas y banqueros
de Sucre Luis Arturo García H. y José Joaquín García D., del Banco Nacional de Sabanas.
Don Ricardo Álvarez-Correa, agente del Maduro Bank de Curaçao, los secundó. Más
tarde Don Mario adquirió el control de Águila y posteriormente su hijo Julio Mario,
en una astuta operación de fusiones, se hizo al manejo de Bavaria S.A., el más grande
conglomerado industrial de Colombia.
La industria harinera fue promovida por los inmigrantes italianos Generoso Mancini,
fallecido tempranamente, y su hermano Adalgiso. Don Alberto Roncallo, de la misma
ascendencia, tenía un molino de trigo. Más tarde los molineros hebreos Schuster in-
cursionaron en el negocio.
Las grasas no sólo fueron objeto de desarrollo por Mancini sino también de la Curaçao
Trading Co., dueños de Fagrave, en la que don Carlos Alberto Osorio y don Ernesto
McCausland habían participado.
Los norteamericanos, que controlaban la energía eléctrica, también influyeron en el
importantísimo suministro de agua potable, dado que para el servicio de la ciudad
y de la Urbanización El Prado los señores Parrish consiguieron que el Central Trust de
Chicago financiara la creación de las Empresas Públicas Municipales de Barranquilla,
uno de los aportes más importantes para el futuro desarrollo urbano.
Igualmente los alemanes contribuyeron al progreso local. El establecimiento de la
Scadta por parte de los pilotos germanos que llegaron después de la Primera Guerra
Mundial y que fueron generosamente acogidos en la ciudad, dio pie a que la primera
empresa aérea comercial se estableciera en Barranquilla. Nuevamente los foráneos se
asociaron con gente local como Mario Santo Domingo, Cristóbal Restrepo, Carlos Da-
niel Roca y Aristides Noguera, y fundaron esa empresa. Posteriormente, con la Segun-
da Guerra Mundial el Gobierno americano intervino, sacaron a los alemanes y llegó la
Pan American Airways a formar parte de Avianca.
Pasada la Segunda Guerra, Mauricio Obregón, M. T. Mendoza Amarís y los bogotanos
Hernando Padilla Saravia y Ernesto Recamán Saravia, junto con Rafael Barvo, de Sucre,
y el capitán J. J. Ramírez, crearon la aerolínea Lansa que después de un auge pasajero
terminó fusionada con Avianca.
El capitán Juan B. Millón y un hermano fundaron Aerocóndor que operaba internacio-
nalmente, y trajeron el primer Airbus Jumbo que llegó al país, cuando don Saúl Per-
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Entre las décadas de 1950 Between the fifties and the seventies, El campo periodístico registra un
y 1960, Barranquilla tuvo Barranquilla´s urban appearance and historial de publicaciones de las
cambios en su fisonomía urbana social make-up underwent a number cuales la más constante ha sido
y en su composición social, of changes, and many new buildings El Heraldo, Diario de la Mañana,
se construyeron nuevas edificaciones went up, such as the Under-Cover fundado en 1933 por Juan B.
como el Coliseo Cubierto, Coliseum, the Atlantic University and Fernández Ortega, Alberto Pumarejo
la Universidad del Atlántico the Civic Centre, which marked the Vengoechea y Luis Eduardo Manotas.
y el Centro Cívico, que fueron beginning of a new aesthetic ideal.
inicio de una nueva estética. The arrival of national immigrants Its record in the field of journalism
La llegada de inmigrantes nacionales fleeing from partisan violence has been outstanding, and the most
que huían de la violencia partidista resulted in many old buildings being consistent publication has been
significó la readecuación put to new uses, an example being the morning newspaper El Heraldo,
de los viejos edificios, como the Faillace, which was converted which was founded in 1933 by
el Faillace que se convirtió en into a hotel. The establishment of Juan B. Fernández Ortega, Alberto
hotel. La creación de la Zona Franca the Free Zone was a landmark in Pumarejo Vengoechea and Luis
partió la historia industrial Barranquilla´s industrial history, since Eduardo Manotas.
de Barranquilla, pues permitió it enabled new industries to be set
la fundación de nuevas industrias. up. But it is not simply because of its
Esta urbe no sólo se distinguió por commercial and industrial activity
su actividad comercial e industrial. that Barranquilla is so notable.
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tuz Jimeno la presidía. Los hermanos Luis Carlos y Orlando Donado Velilla organizaron
LAC, Líneas Aéreas del Caribe, y la operaron por largos años.
El periodismo fue siempre muy activo en la ciudad. El general Faraón Pertuz tenía a
Rigoletto. Los hermanos Abel y Antonio Luis Carbonell Baena impulsaban el Diario del
Comercio. Don Pedro Pastor Consuegra y su socio Miguel Moreno Alba, de Soledad,
editaban La Nación, que tenía hasta edición bogotana transmitida por telégrafo (el
Museo Romántico de don Alfredo De la Espriella guarda algunos ejemplares). Los
Hermanos Carlos, Ricardo, Antonio y Gabriel Martínez Aparicio, junto con don Juan B.
Fernández Ortega, establecieron el diario La Prensa, que por más de treinta años tuvo
la primacía del periodismo local. En los años treinta don Alberto Pumarejo, el sabana-
larguero don Luis Eduardo Manotas, y Juan B. Fernández, iniciaron la larga etapa de El
Heraldo, periódico que al decir del senador Roberto Gerlein Echeverría se ha converti-
do en el diario oficial de la Costa. El aguerrido periodista tolimense Julián Devis Echan-
día puso en marcha El Nacional, famoso por “las tragedias” que diariamente publicaba.
Luis Pacini Santo Domingo fundó el Diario del Caribe, que cayó después en manos de
su tío Don Mario quien lo convirtió en su vocero. Lo dirigieron Francisco Posada de la
Peña, Álvaro Cepeda Samudio, de editoriales irreverentes, y Eduardo Posada Carbó. El
Tiempo lo adquirió y lo dirigió entonces el veterano Armando Benedetti Jimeno, de
cáustica pluma. Al desprenderse la familia Santos del Diario del Caribe, lo compraron
los hermanos sincelejanos David y José Name Terán, que inexplicablemente sólo lo
Ángel Palma Molinares,
tuvieron por breve lapso.
socio y directivo de
Cementos del Caribe,
El exitoso comerciante y hombre de radio Roberto Esper Rebaje, palestino, fundó
parlamentario y el periódico La Libertad hace 25 años, y ahora incursiona en Cartagena con el diario
corredor de Bolsa. La Verdad.
La radio en Colombia tuvo su desarrollo inicial en Barranquilla. Míster Elías Pellet, de
Ángel Palma-Molinares, ascendencia norteamericana, fundó la primera emisora de Colombia. Los italianos Va-
partner and director of sallo mantenían La Voz de la Patria. M. A. Blanco Solís, costarricense, era el dueño de las
Cementos del Caribe, Emisoras Unidas. Los hermanos Char Abdala, de Lorica, fundaron Radio Olímpica que
member of Congress después se volvió una gran cadena de emisoras, lo mismo que la cadena La Libertad,
and licensed stockbroker.
de don Roberto Esper. La potente voz del escuchado periodista Ventura Díaz lo llevó
a obtener la Gobernación del Atlántico. El chileno de origen árabe Jorge Cura es posi-
blemente el hombre de radio más influyente.
Los antioqueños Arango Carrasquilla, de Cementos Argos, decidieron radicarse en Ba-
rranquilla. Se asociaron con don Ángel Palma, industrial del tabaco y dueño de los
yacimientos de caliza; con el banquero ocañero Joaquín Roca Niz; el abogado Marco
T. Mendoza Amarís, mompoxino; don Mario Santo Domingo y otros más, y fundaron la
gran empresa Cementos del Caribe. El ingeniero cubano Joaquín Ruiseco, traído por
los cartageneros Vélez Daníes para sus ingenios azucareros del Canal del Dique, fue
enviado por Argos a manejar su empresa e inició las exportaciones de cemento del
litoral. Su hijo Juan Manuel, que lo sucedió, creó las filiales Colclinker, de Cartagena, y
Carbones del Caribe en el Cesar, y llegó a presidir el conglomerado de Argos al final de
su carrera cementera.
Grandes almacenes se fundaron en la ciudad, como el famoso Ley, el primero del país,
y el Sears, el primero de América Latina y hoy reemplazado por un SAO, ancla del es-
tupendo Centro Comercial El Portal del Prado. Los Tía son de toda la vida. La enorme
cadena de Supertiendas Olímpicas, la más grande de inversionistas colombianos, fue
fundada en Barranquilla por don Ricardo Char, inmigrante árabe, como una droguería
que después sus hijos nacidos en Lorica llevaron al destacado lugar que hoy ocupa. Su
hijo Fuad Char ha sido ministro y embajador, y su nieto Alex ya fue gobernador y ahora
es el alcalde de Barranquilla. Otros dos nietos de don Ricardo, David y Arturo Char, son
senadores de la República, una prueba más de la afirmación de que Barranquilla es una
ciudad abierta que recibe generosa a quienes quieren invertir y trabajar aquí.
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Hasta mediados de la década de 1960, la ciudad
conservó el atractivo paisaje urbano del barrio El Prado.
Aunque aparecieron otras construcciones, aún se
respetaban los espacios y la armonía de los volúmenes.
El edificio de los Mizrahe, en la esquina de la Calle 76
con 52, donde se integraban las formas rectangulares,
el cemento y el cristal con las zonas verdes, era una de
las más bellas muestras de la arquitectura moderna con
un mural de Obregón en uno de sus costados. El barrio
Ciudad Jardín estaba en pleno crecimiento y la iglesia
de la Caridad del Cobre anunciaba tendencias futuristas.
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Until the mid-sixties, the city retained the attractive
urban landscape of the El Prado district. Although
other buildings went up, the overall harmony of the
general outline was still there. The Mizrahe building,
on the corner of 76th and 52nd streets, which brought
together rectangular shapes, cement and glass in
open, green areas, was one of the finest examples
of modern architecture and boasted and mural by
Obregón on one of its sides. The Garden City district
was at the peak of its development, and the Copper
Shanty Church was a foretaste of futuristic trends.
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Desde la loma de Puerto Colombia se divisa el mar Caribe en todo su esplendor. El histórico
muelle que lo cruza fue un puerto natural de aguas profundas al que llegaron las primeras
migraciones europeas. Inaugurado el 15 de junio de 1853 y construido por el ingeniero
cubano Francisco José Cisneros, fue también el primer puerto colombiano que manejó
el 60% del comercio con el mundo. A la derecha, la iglesia de Puerto Colombia.
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From the hill of Puerto Colombia, we can see the Caribbean in all its splendor. The pier
which crosses it was a natural deep-water port where the first European immigrants
arrived. It was inaugurated on June 15, 1853, built by the Cuban engineer Francisco
José Cisneros, who at which was also the first Colombian port, handling some 60%
of trade with the rest of the world. To the right is the Church of Puerto Colombia.
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Debajo de un kiosco de palma se disfruta de un típico
atardecer, con el horizonte a sus anchas y un mar de
colores plateados tinturado por la luna. El departamento
del Atlántico tiene más de 60 kilómetros de playas
vírgenes listas para ser explotadas por el turismo.
Only 10 minutes from the city we find the Sabanilla beach, a popular
place for the local population and tourists to pass a pleasant Sunday
eating the typical dish of mojarra fish, coconut and plantain.
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Las olas que se rompen sobre la orilla y el arrecife
invitan a remontarlas en las tablas de surfing. Puerto
Colombia convoca anualmente a los concursos
de surf regionales, nacionales e internacionales.
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Norte del barrio El Prado
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Los parques y bulevares son los sitios
preferidos para caminar, trotar y correr.
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El patinódromo, situado en la Carrera 53 con la Calle 94
esquina, es el escenario para el esparcimiento y la
preparación de los futuros deportistas de esta disciplina.
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La época de gran esplendor dejó las An age of splendour has left its
huellas en la arquitectura republicana. mark in the republican architecture.
Se dio en el barrio El Prado y se Here, we see it in the El Prado district,
mantiene como patrimonio histórico maintained as part of the historic
de la ciudad. En 1920 el industrial heritage of the city. In 1920,
norteamericano Kart C. Parrish the American industrialist Karl C.
propuso construir un barrio que Parrish decided to build an entire
se proyectara como una nueva city district, as a proposal for an
alternativa de vida y un ejemplo alternative way of life and as an
de buen urbanismo en la ciudad. example of good urban development.
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Las casas de fachada se caracterizan
por integrar elementos neoclásicos
con pretensiones monumentales,
sin alterar la distribución interior
de las residencias. Muchas de ellas
se encuentran en el bulevar
de la 58 y en el barrio Bellavista.
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Villa Heraldo constituye un ejemplo
exitoso de cómo las antiguas mansiones
pueden ser rehabilitadas dándoles
funciones comerciales. Esta casa
y se conoce popularmente como
la mansión de los Manzini, debido
a que fue la residencia de don Generoso
Manzini y su esposa Rita Alzadora.
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The only two houses
of Moorish influence
existing in Barranquilla ,
located two hundred
meters away from Villa
Heraldo in Viejo Prado
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Una de las edificaciones de El Prado en mejor
estado de conservación. La presencia de
los “turcos” ha sido un rasgo de Barranquilla
desde finales del siglo diecinueve y la
huella de su estética arquitectónica se
identifica a lo largo y ancho de la ciudad.
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Ciudad para contarla
Barranquilla es Macondo urbanizada, musitó Gabriel García Márquez con una sonrisa
entre socarrona y nostálgica, mientras, acorazados por el aire acondicionado de su au-
tomóvil plateado, permanecíamos atorados en el denso tráfico del centro de la ciudad,
un candente mediodía de agosto. El escritor repasaba en ese momento, en prepara-
ción de su libro de memorias, el itinerario de los recuerdos que lo unen a la urbe donde
tanto disfrutó y aprendió en la década feliz de 1950, de manos de una sabrosa y van-
guardista pandilla de amigos que la historia de la literatura colombiana institucionalizó
como el Grupo de Barranquilla. Esos años barranquilleros son precisamente el tramo
vital en el que se enmarcan los hechos que Gabo narra en Vivir para contarla. Más de
medio siglo después, las calles del centro de la pujante ciudad en la que transcurre
el relato autobiográfico del ganador del Premio Nobel de Literatura, así como –sin
nombrarla– su posterior novela Memoria de mis putas tristes, se sienten multitudinarias,
fragorosas y caóticas. En ellas no se perciben las señales de la autoridad oficial, pero la
vida fluye alegre y sin pausa, como regida por un orden lúdico secreto. Los antiguos
edificios del hotel, el café, la librería, el teatro, el periódico, los bancos y otros hitos de la
geografía literaria de Gabo sobreviven a duras penas o se han desvanecido entre la es-
pesa capa humana de vendedores ambulantes y compradores hormigueantes, como
joyas escondidas bajo una costra de barro que esperan el proceso de restauración que
les devuelva la dignidad de su espléndida arquitectura republicana.
Muchas cosas han cambiado con el paso del tiempo en Barranquilla: al fin y al cabo las
ciudades son organismos vivos en constante proceso de transformación. Aunque la
dinámica del cambio urbano se hace más visible en la fisonomía de sus avenidas y edi-
ficios, afecta también su cultura, su identidad más profunda y los mitos fundacionales
que sostienen el orgullo cívico de sus habitantes. Los barranquilleros de hace cincuen-
ta años hacían énfasis, con razón, en el carácter cosmopolita y el empuje pionero de un
enclave portuario que tenía pretensiones metropolitanas, así como en las sofisticadas
manifestaciones de la cultura importada por las elites comerciales de inmigrantes ve-
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nidos en la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX de Alemania, Italia, el
Imperio otomano, el Caribe holandés y la Europa del este. En cambio, la Barranquilla
contemporánea es una ciudad más integrada a la región circundante, siempre abierta
y emprendedora, que reconoce mejor su identidad en las ricas y diversas expresiones
de su cultura popular. Se trata de un complejo cultural de estirpe triétnica, que se re-
nueva de manera constante con el aluvión de aportes sabaneros, ribereños, guajiros
y del interior del país, traídos por las oleadas sucesivas de migraciones interiores que
desde los años sesenta movilizan a quienes buscan trabajo, una vida mejor o simple-
mente alejarse de los estragos de la violencia que castiga sin tregua muchas zonas
rurales de Colombia.
A través de todas las épocas, sin embargo, se ha mantenido un sello humano del modo
de ser barranquillero, que termina por imprimirse de manera indeleble en los corazo-
nes de quienes son rápidamente acogidos como conciudadanos de pleno derecho,
por el simple hecho de venir a establecerse en lo que fue en la época colonial un
pequeño sitio de libres y que luego, en la época republicana, se convirtió en una gran
ciudad desprovista del lastre de blasones heráldicos. Se trata de una actitud demo-
crática de bonhomía e igualitarismo en las relaciones interpersonales, de un talante de Álvaro Cepeda Samudio
buen humor y desparpajo ante los problemas de la vida, de sano escepticismo ante los
convencionalismos y protocolos. Son rasgos que se despliegan y retroalimentan en la
gozonería ritual del carnaval que, desde que esta comunidad se recuerda a sí misma,
concentra masas humanas formidables que año tras año disfrutan en insólita paz de
las tradiciones folclóricas y las creaciones festivas que florecen en la primavera tropical,
y cuyas raíces están diseminadas a lo largo y ancho de la costa caribe colombiana.
Barranquilla es una de las ciudades con mayor número de habitantes de la cuenca del
Caribe. Su identidad caribeña emana directamente del mar y el río, el clima, la ecología
y sobre todo de los ritmos culturales transportados por una historia de intercambio de
los costeños de Colombia con Centroamérica y las Antillas, en la misma época en que
para viajar a Santafé de Bogotá se necesitaban varias semanas en embarcaciones flu-
viales y luego a lomo de mula. El espíritu caribe es una de sus claves: Curramba –como
le decimos cariñosamente– vibra en la música de la cumbia, la guaracha, el merengue
y el vallenato que se oyen a la vuelta de cada esquina; en el frenesí incansable de las
comparsas y danzas del carnaval; en el acento y los modismos de su hablar bulloso;
en el fanatismo febril dedicado al Júnior, el equipo amado; en la gastronomía de las
fritangas y las fruteras que esparcen aromas y sabores de arepas, carimañolas, piñas y
mangos, y de ñapa el matrimonio del bollo de maíz o yuca con queso blanco; en al arte
popular que pinta de colores vivos los buses, las paredes de los barrios y las inmensas
cajas de sonido de los picós; en la algarabía mamagallística de los laberintos abarrota-
dos de su mercado público, erigido al pie de los caños paralelos al río Magdalena; en
el bamboleo rutilante de las peladas y en la coquetería amable de los bacanes. Todo
ello contribuye a generar una atmósfera anímica de cheveridad que empapa la ciudad,
como si en cualquier momento se fuera a prender una fiesta.
La capital del departamento del Atlántico ofrece un paisaje humano y cultural que
puede ser disfrutado por quienes la recorren a fondo, de matices más atractivos y emo- Marvel Moreno
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cionantes que la primera impresión visual que deja la apariencia abigarrada de un
conglomerado urbano que día tras día absorbe porciones mayores del territorio de los
otros municipios del área metropolitana –Puerto Colombia, Soledad y Galapa–, para
dar cabida a populosas urbanizaciones donde alojar su millón y medio de habitantes.
Esta ciudad suele ser incomprendida por aquellos que prefieren lo convencional o
simplemente no tienen tiempo para explorarla, a diferencia del amor a primera vista
que suscita la colonial vecina Cartagena. Sin embargo, los turistas más observadores
podrán apreciar la belleza paisajística singular que se descubre al pasear por las riberas
del estuario del Magdalena, las costas de Sabanilla, Salgar y Pradomar, las avenidas del
barrio El Prado con sus majestuosos caserones de los años veinte y treinta, los barrios
populares magníficamente arborizados y de colores alegres, y el centro ennoblecido
por muestras de arquitectura republicana tan notables como el antiguo edificio de la
Aduana, cuya restauración ganó el Premio Nacional de Arquitectura y dio lugar a un
centro cultural y de servicios que alberga las sedes de la Biblioteca Pública Piloto, el Ar-
chivo Histórico, la Cámara de Comercio, una sala de exposiciones y algunos murales de
gran valor patrimonial que sirven de testimonio público de la maravillosa obra artística
que el maestro Alejandro Obregón desarrolló en Barranquilla.
La inauguración del Teatro Municipal Amira de la Rosa en 1982 marcó un giro en la
oferta de servicios culturales en Barranquilla, que desde entonces ha crecido paulati-
namente. La tendencia es impulsada gracias a su condición de polo educativo regio-
nal, con más de diez universidades, la consolidación de medios de comunicación lo-
cales y regionales, entre los cuales se destacan el diario tradicional El Heraldo y el canal
regional de televisión pública, Telecaribe, y el desarrollo de varios proyectos culturales
movidos por la iniciativa y el patrocinio privados, dentro de la mejor tradición de una
Shakira ciudad que desde el siglo XIX logró desarrollar sus mayores obras públicas e institu-
ciones de utilidad común más por la perseverancia emprendedora de los dirigentes
cívicos y empresariales, que por la concesión graciosa de los gobiernos de turno. Sin
embargo, en los últimos años se ha hecho más visible el papel del sector público con
la aparición de organismos departamentales y distritales especializados en cultura. En
esta ciudad, como en el resto de Colombia, la gestión cultural se ha venido profesio-
nalizando. El tema deja de ser monopolio de círculos cerrados para involucrar a toda
la comunidad, en la medida que se adquiere conciencia de que más allá de la concep-
ción tradicional de la simple divulgación del arte culto y el folclor, lo que está en juego
son las identidades locales y regionales en un mundo globalizado, la cohesión del
tejido social, la preservación del patrimonio colectivo, la formación integral de niños y
adultos, el uso creativo del tiempo libre y la generación de fuentes de empleo en las
industrias y servicios culturales. En síntesis: calidad de vida.
Además de su espléndido carnaval, declarado como patrimonio oral e inmaterial de la
humanidad por la UNESCO, y verdadero eje de su vida cultural, la Barranquilla actual
cuenta en distintos momentos del calendario anual con alternativas de conciertos,
espectáculos de artes escénicas, exposiciones de artes plásticas, conferencias y festiva-
les universitarios e internacionales de teatro, danza y música. Todo ello tiene lugar en
Meira del Mar espacios culturales como el Teatro Municipal Amira de la Rosa, el Edificio de la Aduana,
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la Escuela de Bellas Artes, las cajas de compensación Comfamiliar y Combarranquilla,
El Parque Cultural del Caribe diseñado
el Zoológico, universidades e instituciones culturales independientes, como la Funda- por el arquitecto Jean Carlo Mazzanti
ción La Cueva, que recuperó y transformó en centro cultural el mítico bar donde tenían y ubicado en el Centro Histórico,
sus encuentros bohemios los amigos de García Márquez. Por su parte, la Cinemateca es un espacio contemporáneo de
del Caribe ha sido un modelo interesante de empresa cultural: una fundación privada encuentro ciudadano en el que destaca
para el servicio comunitario que mantiene una sala de cine-arte, lleva a los barrios po- cuatro ejes temáticos culturales y
educativos: medio ambiente, historia
pulares una programación gratuita de cine-móvil, conserva un archivo especializado y doblamiento, economía y expresiones
en imágenes en movimiento del Caribe y organiza anualmente el Salón Internacional culturales, con énfasis en la región
del Autor Audiovisual. Caribe. Tiene el museo, donde se
Barranquilla sabe cantar y sobre todo el yunque martillar, dice el himno que los barran- presentan exposiciones permanentes
quilleros entonan henchidos de orgullo cada vez que pueden. Pero no sólo cantan o que utilizan técnicas museográficas
contemporáneas en los temas más
bailan música folclórica y popular, como pudiera pensarse por la vigencia y renovación
importantes de la historia del Caribe
de la cumbia de Barranquilla y la región Caribe colombiana, por las letras de decenas colombiano; la Biblioteca Infantil
de canciones dedicadas a la ciudad y a su carnaval o por el éxito internacional alcan- Piloto Caribe, el centro de
zado en distintas épocas por artistas como Shakira, Joe Arroyo o Nelson Pinedo. El documentación, un salón de eventos
Conservatorio Pedro Biava de la Universidad del Atlántico, diversos grupos corales, el múltiples, restaurante, bar y la gran
delicioso Festival Internacional Barranquijazz y la emisora Uninorte con su programa- plaza de doce mil metros cuadrados,
donde se presentan espectáculos
ción constante de música clásica, jazz y otros géneros, son señales del creciente interés que rescatan la memoria cultural.
y apoyo hacia la diversidad cultural en materia musical.
La infraestructura cultural sigue en expansión: en los alrededores de la zona de la Adua- The Culture Park, designed by architect
na se adelanta el proyecto Parque Cultural del Caribe, ya construido y en proceso de Jean Carlo Mazzanti, located in the
dotación museográfica al cierre de esta edición, donde tendrá sede el Museo del Cari- historic centre, is a contemporary
meeting place for the public, with four
be, dedicado a la cultura, historia y medio ambiente de la región y, en etapas posterio-
main cultural and educational themes:
res, la Cinemateca del Caribe y el Museo de Arte Moderno de Barranquilla, que hoy día environment, history, economics and
trabaja por la educación y la difusión de las artes plásticas desde una sede provisional cultural expression, with an emphasis
en el norte de la ciudad, en la que se exhibe su interesante colección pictórica. on the Caribbean region. It has a
Este contexto está contribuyendo a estimular la sensibilidad y el avance profesional museum, with permanent exhibitions
de una nueva generación de artistas, autores, intérpretes e investigadores, que con su which use contemporary display
techniques in important themes
búsqueda expresiva en distintas artes y oficios aspiran a trascender la espontaneidad of the history of the Colombian Caribbean.
del talento natural que se encuentra silvestre entre los costeños. Son creadores que There is the pilot Children’s Library,
se empeñan en sumar su contribución individual a una tradición que ya tiene su pan- the Documentation Centre, a multi-
teón de nombres consagrados, como Alejandro Obregón, Álvaro Cepeda Samudio, purpose events hall, restaurant, bar,
José Félix y Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas, Julio Enrique Blanco, Manuel Carrerá, and a plaza of 12,000 sq m, which
is used for the performance of shows
Armando Dugand Gnecco, Julio Roca Baena, Pedro Biava, Pacho Galán, Carlos Franco,
illustrating our cultural memory.
“Figurita” o Luis Carlos Meyer. Lamentablemente, el reconocimiento a nuestros escrito-
res y artistas suele ser tardío, insuficiente o efímero. Como dice Gabo, en Barranquilla
no hay reputación que dure tres días –excepto la de nuestra poeta mayor, Meira del
Mar, agrego yo–. La verdad es que aquí los más perspicaces aprenden rápidamente
a burlarse de las veleidades de la fama. Más allá del prestigio o del éxito de mercado
que puedan lograr con sus obras o su carrera profesional, descubrirán, como lo hizo en
su momento ese fanático de Barranquilla que es Gabriel García Márquez, que lo más
sabroso es practicar el mandato supremo del buen barranquillero: convertirse en un
maestro del arte de gozar la vida, a pesar de todo. O dicho a la manera del lema de
nuestro carnaval: a Barranquilla quien la vive es quien la goza.
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Construido por el arquitecto Mario
Lignarolo, desde su inauguración
en 1982 el Teatro Amira de la Rosa
ha sido escenario de la gran actividad
cultural. El telón fue elaborado
por el maestro Alejandro Obregón.
Mónica Urquijo, an interior designer, has made her name in fine crafts. With artistic
creativity, she has developed programs for the benefit of women heads of household, with
looms and other manual work. Fundación ArteSana finds them local and international
markets. Their work has great social content
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Usiacurí, municipio situado a media hora
de Barranquilla, es por excelencia el centro
de la artesanía de palma de iraca. Sus variados
productos, vistosos y funcionales, son hoy
motivo de orgullo nacional.
Mirta Buelvas
Con la brisa y la luz de diciembre llegan a Barranquilla las fiestas tradicionales con sus
sonidos de flauta de millo, tambores y gaitas. Se comienza a escuchar con más intensidad,
cumbias, porros, fandangos, guarachas y otros ritmos que anuncian las festividades car-
nestoléndicas. La primera celebración, la del 7 de diciembre, conocida como Las Velitas,
es una fiesta religiosa de jolgorio popular –dedicada a la Virgen–, que abre la temporada
festiva y se prolonga hasta el miércoles de ceniza, después de los carnavales.
En los últimos días de enero, la música de cumbia anuncia los primeros soplos de los vien-
tos de carnaval. La ciudad se transforma, se convierte en escenario para ensayos de cum-
bia, danzas y comparsas. Vecinos y amigos bailan a los sones de música autóctona y viva.
Imaginar al Caribe sin fiesta no es posible, porque ella reúne rasgos inseparables de su
cultura y baile, lo mágico y lúdico, que hacen parte de su esencia. Las gentes del Caribe,
cuando están de fiesta, pueden parecer contradictorias porque son solemnes e informales
a la vez. El carácter casi fantástico que adquiere el acontecimiento le imprime trascenden-
cia, y música, danza y baile –además de ser goce y solaz– se convierten en medios para
aproximarse al éxtasis.
El primer carnaval de Barranquilla se celebró hace más de un siglo, cuando la ciudad era
sólo un pequeño poblado. La fiesta y su filosofía llegaron a América con los españoles en
el equipaje cultural que trajeron en la Colonia y sirvió a las otras dos matrices culturales
que convergieron en estos territorios –la indígena y la negra–, haciendo del carnaval una
mezcla, un conjunto de colores, sonidos, ritmos, tradiciones y creatividad popular, que
expresan la mixtura étnica de quienes lo forman.
Con el correr de los años otras culturas participaron en este encuentro y han ido dejando
su impronta en la fiesta, que sigue recogiendo tradiciones de música, danza y comporta-
mientos festivos de todo el Caribe colombiano y de otras tierras.
Los carnavales se instalaron primero en los centros coloniales, Santa Marta, Cartagena y
Mompox, y luego fueron extendiéndose a zonas aledañas hasta llegar a Barranquilla. Desde
el siglo XIX comenzó a recibir de los migrantes tradiciones folclóricas y populares que en
cuatro siglos se habían fraguado en los principales centros coloniales, en los pueblos del
Magdalena y su conjunto de ciénagas, que iba trayendo el río al nuevo centro urbano.
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Los migrantes trasladaron su propio acervo cultural a la nueva urbe, como la Danza de los
Coyongos, de Chimichagua, Cesar, Las Farolas, de Talaigua, Bolívar, y El Caimán, de Ciéna-
ga, Magdalena.
La apertura oficial de los carnavales es durante la primavera tropical de Barranquilla, cuan-
do los robles morados, la lluvia de oro y las flores ofrecen sus colores para esta época. La
reina del carnaval lee el bando público, se otorga la licencia para abrir las festividades y
se le da a la Arenosa una libertad metafórica. Paradójicamente, la libertad por mandato es
una trasgresión autorizada del orden cotidiano.
Fue tradición por mucho tiempo leer el bando público el 20 de enero, día de San Sebas-
tián, cuando en Cartagena era costumbre en el virreinato conceder permiso a los negros
esclavos para sus fiestas, que se prolongan hasta el día de Nuestra Señora de La Candela-
ria, el 2 de febrero, y luego conceder una prórroga hasta empatar con el carnaval precua-
resmal.
Existen diferentes modalidades de grupos populares de carnaval y cada una de ellas tiene
su organización y sabe qué hacer. Las Cumbiambas son agrupaciones de bailarines con el
traje típico de la cumbia y músicos que ejecutan este ritmo. El Congo lo componen pare-
jas de hombres danzantes acompañados por músicos, mujeres y animales. La Danza del
Garabato, que simboliza los opuestos de vida y muerte, consiste en parejas que danzan al
son de una música especial, disfrazados de muerte. Las Comparsas llevan un tema especí-
fico que renuevan cada año y tienen mayor libertad –con relación a los otros grupos–, en
escoger sus coreografía y música.
Otra modalidad son las Danzas de Relación. Se caracterizan por tener un argumento tradi-
cional, música, baile y versos, que se recitan durante su ejecución. Son estas las del Paloteo,
de los Goleros o Gallinazos y del Caimán. Otras, similares a las de Relación, son las Danzas
Especiales, que tienen música y baile pero carecen de versos y argumento. Son esas las
de los Diablos, del Gusano, de las Farotas, de Indios Farotos y de Trenzas. Por último, los
Grupos de Letanías que recitan una retahíla de versos sin música, con entonación que
recuerda a las de la Iglesia católica.
Cierran esta población carnavalesca los disfraces de cada año, de diferentes tipos, de fan-
tasía y aquellos que recogen humor satírico, crítico y colectivo. “Mamar gallo” es el invitado
especial de esta fiesta y uno de los patrimonios del Caribe colombiano. El carnaval es la
mejor ocasión para ejercitarlo.
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La Reina del Carnaval (página anterior) es elegida mediante decreto
por el alcalde de la ciudad y se escoge entre las muchachas más
alegres de la sociedad. También existen las reinas populares de
los barrios, que compiten con su ritmo y entusiasmo para que los
súbditos bailen en casetas y verbenas hasta la muerte de Joselito.
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The Carnival Queen (see previous page) is elected by an order from the Mayor,
and is chosen from among the most high-spirited girls of Barranquilla society.
There are also the “popular queens” from the popular districts, who compete
with each other in enthusiasm and rhythm, to make sure that their “subjects”
stay dancing in the houses and on the dance floors until Joselito dies.
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Ekobios es una danza de Cartagena que se presenta
cada año en el Carnaval de Barranquilla bajo la dirección
del coreógrafo Dixon Pérez. Sesenta y cinco artistas
bailan al son de los tambores y la flauta de millo, en
una fusión de mapalé, garabato, champeta y samba.
Bellísimas mujeres de rasgos africanos encabezan la
comparsa, y bailarines con atuendos de tigrillo y rostros
maquillados como felinos son los protagonistas.
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Ekobios is a dance from Cartagena, which is performed
every year in the Barranquilla Carnival under the
direction of choreographer Dixon Pérez. Sixt-five
performers dance to the sound of the drums and flute,
in a medley of four different dances, mapalé, garabato,
champeta and samba. The group is led by stunning
young women of African origin, with the men dressed
up as tigers, and their faces made up as cats.
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Joselito es un personaje mitológico que encarna
el espíritu del Carnaval de Barranquilla. Durante los
cuatro días se emborracha, y en el último, cuando cae
desfallecido por el alcohol, es representado muerto
por un muñeco de trapo metido en un ataúd, que se
pasea por toda la ciudad anunciando el fin de las fiestas.
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El edificio de la Aduana fue
construido en 1921 por el arquitecto
inglés Leslie Arbouin, cuando
Barranquilla contaba con 60.000
habitantes. Durante mucho tiempo
fue la edificación más grande de la
ciudad. Su restauración a comienzos
de los años noventa marcó el inicio
de una nueva época para el centro,
donde volvió a gravitar la vida
artística, investigativa y social de la
ciudad. En la actualidad funcionan las
oficinas de la Cámara de Comercio, la
Corporación Luis Eduardo Nieto con
su biblioteca y la Galería de la Aduana
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El Paseo Bolívar, corazón de Barranquilla,
forma parte de la revitalización del Centro
Histórico. Esta avenida adoquinada
cuenta con alumbrado público, vehicular
y paisajístico, un separador central y
mobiliario urbano que dan la imagen
de ciudad moderna y contemporánea.
Tengo la seria impresión de que el futuro de Barranquilla será mejor que su presente
y quizás, si nos esforzamos lo suficiente, puede ser mejor que su pasado; ese que nos
recuerdan con nostálgica emoción, y algo de reproche, nuestros mayores.
Soy de esos optimistas moderados que buscan motivos y razones para afianzar sus
convicciones, casi siempre en un proceso íntimo, que en este caso debo compartir,
como pensando en voz alta, para explicar a quienes lean esta nota por qué creo en el
auspicioso porvenir de mi ciudad. ¡Me encanta ser arúspice de buenos presagios!
Debemos proponernos realizar el sueño de una Barranquilla próspera, equitativa, ale-
gre, democrática y libre; en la que cada uno de sus habitantes tenga la oportunidad
de hacer lo que valora con apego, desde luego, a las normas, principios, valores y pos-
tulados fundamentales que rigen a una sociedad democrática.
Si existe consenso en este propósito, debe entenderse que son muchos los compro-
misos que se demandan y los empresarios debemos empezar por comprender cabal-
mente los nuestros.
En una economía de mercado nuestro papel resulta preponderante. Los emprendi-
mientos, de los que esperamos los réditos suficientes para perdurar, son esenciales
para generar progreso y bienestar. Sin embargo hay que entender que el compromiso
trasciende las expectativas de las legítimas retribuciones. Nos corresponde contribuir
al bienestar de la sociedad en su más amplia acepción. No seremos nunca ajenos al de-
bate de las ideas ni a la búsqueda respetuosa, pero insistente, de los consensos sobre
los temas fundamentales de la ciudad.
Ahora bien, ¿qué hace que ciertas regiones o ciudades prosperen más que otras? Hay
muchas teorías sobre el particular, pero me parece que se podría afirmar, a manera de
temeraria síntesis, que la clave para la prosperidad en el largo plazo se encuentra en la
inversión en infraestructura social. Y dentro de este concepto hay que destacar, espe-
cialmente, el papel de las instituciones en el proceso de desarrollo, entendidas como
las que regulan las relaciones entre todos los agentes en la compleja y fascinante inte-
racción entre economía y política.
Después de este preámbulo y habiendo explicado cuál es, a mi entender, el rol de los
empresarios en una sociedad, me parece pertinente agregar –y aquí comienzan las ra-
zones– que en una economía abierta la capacidad de emprendimiento ya no se limita
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al talento empresarial de los de aquí. Porque si formamos parte de la aldea global al-
gún empresario de algún otro lado descubrirá más pronto que tarde que Barranquilla
es un buen destino para su inversión. Es un nuevo orden que se configura desde otras
esferas y que nos llega con gran rapidez.
El modelo de economía cerrada y protegida, quedó atrás. En buena hora se confirmó
que el mayor intercambio comercial dinamiza las economías. ¡En buena hora para Ba-
rranquilla!
Importa destacar que la gestión de los gobiernos locales tiene un gran impacto en el
bienestar de sus ciudadanos. Son nuestros gobernantes quienes toman las decisiones
más trascendentales de la ciudad. Ellos tienen que procurar la construcción de la infra-
estructura social indispensable para la prosperidad de todos. Y hay que decir que no
se han cumplido las expectativas de la mayoría de nuestros gobiernos locales.
En un intento por contrarrestar sus desaciertos, la sociedad civil se ha ocupado, con
mucho esfuerzo, durante los últimos lustros, en articular desde lo privado cierta insti-
tucionalidad para ayudar a construir el tejido social que aliente el desarrollo que nos
merecemos; ¡está llegando el momento de cosechar los frutos de ese esfuerzo!
La ciudad parece tener una fuerza superior. La fuerza de su invencible alegría y el op-
timismo, la fuerza de las ilusiones y los sueños que le permitirá sobreponerse a las
dificultades y a la desesperanza.
Hace muy poco no creíamos ser capaces de superar la terrible crisis de servicios públi-
cos que padecimos y a la que le atribuíamos, con algo de razón, la lánguida dinámica
de la inversión en la comarca. Atrás quedaron esos tiempos y hoy la ciudad presenta
muy buenos indicadores en esa materia.
De otra parte, siento que cada vez hay más interés, de más gente, en los temas de
ciudad. Organizaciones civiles, grupos de ciudadanos, universidades, y diversos tipos
de instituciones se ocupan con frecuencia y respeto de diálogos constructivos. Se ha-
cen juiciosos diagnósticos; se empieza a rescatar la confianza mutua y se clama por
la construcción de una ética pública que vincule correctamente a gobernantes y ciu-
dadanos. De la cómoda resignación se empieza a pasar a la acción. Los medios de
comunicación contribuyen con la divulgación de los valores sociales y se denuncian
las equivocaciones que corresponden.
Parece que a la educación se le está empezando a prestar, al fin, la atención que mere-
ce como elemento esencial de equidad y movilidad social. Cada vez son más frecuen-
tes las alusiones al tema, resaltando su preeminencia en la búsqueda de la prosperi-
dad recordando que es responsabilidad de los gobernantes, con el concurso de todos,
ofrecer educación de calidad para nuestros niños.
Se percibe un proceso de transformación que, ciertamente, requiere enormes esfuer-
zos y aunque el camino se encuentra lleno de obstáculos, creo que estamos en el
sendero correcto.
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Desde hace un tiempo se siente un renacer de nuestra actividad cultural. El carnaval,
muestra incomparable de convivencia, igualdad y alegría, es exaltado en el mundo
entero por su autóctona riqueza y tradición. Festivales de música, carnaval de las artes,
universidades cada vez más destacadas en el plano nacional, nuevos museos, parque
cultural, cinematecas, visitas frecuentes de artistas, exposiciones, y el legado del Grupo
de Barranquilla encabezado por Gabo y sus amigos de La Cueva nos recuerdan que
tenemos una fantástica historia, llena de magia, lugares y cuentos, de sortilegios y le-
yendas.
No seremos una súper capital turística, pero tenemos una extraordinaria oferta cultural
que redescubrimos y propagamos para que nos miren mucho más allá de las malas
noticias y los prejuicios.
Hoy, la seguridad del país es mayor y ha aumentado la confianza de los ciudadanos,
por lo que nuestra economía ha crecido de manera notable en los últimos años. Le
apostamos al crecimiento en armonía para derrotar la pobreza con énfasis en nues-
tras exportaciones, lo que obliga al gobierno central a darle necesaria prioridad a
la inversión en la infraestructura requerida para insertarnos de forma eficiente en el
comercio global, lo que sin duda debe favorecer el desarrollo de los litorales, y Barran-
quilla es la capital de todo el litoral caribe con puertos, marítimo, fluvial y aéreo, de
gran categoría.
Tenemos una larga y bien merecida tradición de acoger a todos quienes, en un acto
inteligente, quieren establecerse aquí. Nuestra mirada no se detiene con montañas ni
cordilleras; es una mirada amplia y desprevenida hacia el horizonte del mar Caribe. Ser
una ciudad de libres, alegres y sinceros, desparpajada y cálida nos proporciona venta-
jas para relacionarnos con todos, en el entendimiento, claro está, del respeto por los
demás y la agradable convivencia.
Reitero que el entorno político local importa muchísimo y estamos dando pasos gran-
des en la elección de nuestro futuro, se presiente que la era de los buenos gobiernos
está llegando. Hay en Barranquilla un grupo cada vez más amplio de jóvenes impe-
tuosos, comprometidos con nuestro progreso, que sabe que tiene el compromiso de
construir una ciudad mejor para todos, por convicción, por interés y para que nuestros
mayores no echen vainas. Que comprende la responsabilidad social, que empieza, de
verdad, a asomarse al río Magdalena. Que siente que hay que buscar los consensos
democráticos para lograr el desarrollo que la ciudad merece. Que conoce que la infra-
estructura social es la base de nuestro futuro.
Podría invocar más motivos pero todos estos me parecen suficientes para afirmar que
para Barranquilla lo mejor está por venir.
Creo que mi sueño y ojalá el de todos, de una Barranquilla libre, alegre, equitativa, de-
mocrática, próspera y en la que todos puedan hacer lo que valoran, será una realidad.
¡Y que viva el Junior!
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