Revictimizacion
Revictimizacion
Revictimizacion
Resumen
El presente artículo contiene la descripción del importante papel que ocupa el juzgador o juzgadora en la vida del niño, niña o
adolescente víctima que entra en contacto con el sistema de justicia; no sólo para evitar su revictimización sino para asegurarle un proceso
de redignificación al participar en un proceso de justicia.
Para manifestar de manera directa la importancia de la redignificación se presentan dibujos de niños y niñas de un caso real, en el que
es posible observar la diferencia entre quienes tuvieron acceso a un proceso de redignificación (en ese caso en particular, una trilogía que
incluyó denuncia-acompañamiento especializado-terapia psicológica) y quienes no lo tuvieron.
Introducción
Los niños, niñas y adolescentes son el segmento de la población más altamente victimizado. Sufren altos promedios de los mismos
delitos y violencia que sufren los adultos y reciben, además, muchas victimizaciones propias de la niñez y adolescencia vinculadas con su
condición de vulnerabilidad y dependencia de los adultos1.
Los niños, niñas o adolescentes que han sido víctimas o testigos de abuso o violencia se encuentran en una especial situación de
confusión, angustia y fragilidad (tanto física como emocional). Esto puede tener enormes consecuencias, descarrilando la trayectoria de
desarrollo saludable si no encuentran apoyo y contención adecuados. Puede afectar la formación de la personalidad, tener consecuencias
1 Cristina Ravazzola, Historias infames: los maltratos en las relaciones, Buenos Aires, Paidós, 1997
De la revictimización a la redignificación 1
importantes para la salud mental2, impactar en el desempeño académico o, incluso, favorecer el desarrollo de conductas de riesgo (o aún
antisociales) si el niño, niña o adolescente ha sido sometido a violaciones a sus derechos durante largos períodos de tiempo y no cuenta
con una red de apoyo para detenerlas.
Si luego de haber sido víctimas o testigos de abuso y violencia, son sometidos a acciones institucionales (de salud, de justicia, etc.) que
no reparan en todas las necesidades y derechos vulnerados, se mantienen y reafirman los efectos negativos a los que ha sido y continúa
siendo sometido. Es lo que se denomina revictimización o victimización secundaria3.
En particular, respecto del sistema de justicia4, no recibir protección con mecanismos especiales para la infancia y adolescencia, lejos
de proteger, no hace más que agudizar e, incluso, agravar la victimización. La vulnerabilidad y dependencia infantil y adolescente hacen que
acciones no especializadas tengan un impacto altamente negativo para el desarrollo y bienestar del niño, niña o adolescente y que, por lo
tanto, la responsabilidad del Juez o Jueza para asegurar el resguardo emocional durante la interacción con niños, niñas y adolescentes es
mucho mayor5.
La redignificación
La victimización (violencia sufrida) y la revictimización (violencia sufrida en instituciones a las que acude por protección) tienen efectos
negativos devastadores en la infancia y adolescencia. Y, sin embargo, la intervención en el proceso de justicia en condiciones adecuadas y
la participación de adultos que se constituyen como referentes de protección y cuidado, tiene efectos generalizados que favorecen la
recuperación emocional de niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas o testigos de abuso o violencia.
3 Se denomina revictimización o victimización secundaria al hecho de que a los efectos que aparecen debido a la primera violación a los derechos del niño, niña o adolescente
víctima, cualquiera haya sido la situación, se le suman aquellos provocados (o aumentados) por las experiencias a que es sujeto una vez que se inician acciones por parte de
organismos de seguridad, justicia y asistenciales. Las acciones realizadas en estas instituciones sin parámetros adecuados se vuelven contra la víctima, que ahora sufre otro
maltrato: el institucional.
4 En el marco de la intervención del sistema de justicia, se interactúa con niñas, niños o adolescentes que pasan por una situación difícil a raíz de una victimización sufrida y el impacto
que ello provoca en todas las esferas de su vida. Si las acciones y diligencias llevadas a cabo con el niño, niña o adolescente no son adecuadas y resultan por lo tanto, atemorizantes o
incomprensibles, al temor, confusión y angustia, vividos durante la victimización se suman el temor, confusión y angustia por participar en el proceso de justicia en condiciones que no
son apropiadas.
5 Carlos Alberto Rozanski, Abuso Sexual Infantil ¿Denunciar o Silenciar?, Buenos Aires, Ediciones B, 2003
Durante la revictimización, los efectos negativos vividos por el niño, niña o adolescente dentro de un proceso judicial, con parámetros de
actuación no apropiados, definen esta vivencia como parte de la agresión sufrida inicialmente, agravando los efectos de una con los de la
otra. Si por el contrario el proceso de justicia ofrece actuaciones adecuadas se logra que el niño, niña o adolescente viva la experiencia de
participar en el proceso de justicia como una vivencia que lo protege (externamente) y le muestra su propio potencial para protegerse
(interno). En este sentido es que hablamos de redignificación6.
Entendemos el proceso de redignificar como “devolver el valor y la dignidad a la persona” que le son propios pero le fueron “arrancados”
en situaciones de abuso o violencia. Una vivencia de victimización “construye” a la víctima una imagen de sí mismo como vulnerable y lo
llena de temor, marcando negativamente toda su vida.
Una vivencia de protección, por el contrario, construye al individuo como valioso y merecedor de cuidado7, marcando positivamente la
recuperación presente y el desarrollo de su potencial a futuro al ofrecerle una imagen de sí mismo reparadora, redignificadora.
Durante el proceso de justicia el niño, niña o adolescente vive experiencias concretas (se presenta allí, interactúa con diversas
autoridades, se le pide que desempeñe diversas acciones, etc.). Si estas vivencias son apropiadas, el niño, niña o adolescente pone en
acción recursos y habilidades. Durante el proceso de justicia con condiciones adecuadas, se hacen evidentes elementos propios para su
recuperación, y puede incorporarlos de inmediato a su repertorio de vivencias favorables para su desarrollo. Esta una de las principales
razones por la cual el proceso de administración de justicia cobra especial importancia para procesos de redignificación para el niño, niña o
adolescente víctima o testigo de abuso y violencia.
El efecto positivo que puede generar la intervención del Juez o Jueza durante un proceso de justicia en la vida del niño, niña o
adolescente se sustenta en la necesaria restitución integral de derechos de la infancia; el enorme impacto que las vivencias de protección
6 Analía Castañer et. al., La Denuncia como Elemento Terapéutico para el niño víctima del delito, México D.F., Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C., 2008
7 Jorge Barudy, et. al. Los buenos tratos a la infancia. Parentalidad, apego y resiliencia, Barcelona, Gedisa, 2007
De la revictimización a la redignificación 3
en momentos de crisis tienen en el desarrollo infantil y adolescente y la potestad del Juez o Jueza para facilitar y obligar a que el niño, niña
o adolescente acceda a las acciones de restitución de todos sus derechos vulnerados.
En un contexto de vulnerabilidad y fragilidad la presencia y participación de adultos protectores, en la figura del Juez o Jueza, se
recorta como fundamental.
Uno de los rasgos más destacados que diferencian al hombre de los animales es la larga duración de su infancia. La mayoría de los
animales, poco después del nacimiento, están en condiciones de valerse por sí mismos y son capaces de realizar la mayor parte de las
conductas de la misma manera que los adultos de su especie. Los seres humanos, en cambio, tienen un período de desarrollo
particularmente largo en el que van progresivamente adquiriendo las habilidades requeridas hasta poder sobrevivir de manera
independiente de los adultos8. En este contexto, la necesidad de interacciones con adultos significativos es evidente porque no es posible
sobrevivir de manera autónoma y, por lo tanto, perder o no contar con adultos protectores se equipara vivencialmente a la muerte. Las
interacciones con personas significativas (adultas) tienen un valor esencial9 10 para el desarrollo del ser humano.
Como está sumergido desde el momento de nacer en vínculos interpersonales, la imagen que todo niño, niña o adolescente se forma
de sí mismo dependerá de la imagen que los adultos significativos le transmitan (como espejo) en las interacciones que sostienen. Esto
abarca desde los adultos significativos primarios (primeros cuidados, alimentación, etc.) pasando por la socialización básica (escuela, etc.),
hasta la interacción posterior con todo adulto. En esta última esfera de interacción, el Juez o Jueza tiene la oportunidad de constituirse como
un adulto significativo que protege, transmitiéndole al niño, niña o adolescente una imagen que afectará en su autoestima, en la percepción
8 D. Papalia, et.al. Desarrollo Humano, México D.F., Mc Graw Hill/Interamericana Editores, 2010
9 John Bowlby, Attachment and Loss, Nueva York, 1982, 2nd Ed.
10 La teoría del apego de Bowlby op.cit. afirma que los seres humanos tenemos una disposición innata al vínculo afectivo con otros seres humanos, a buscar la proximidad
hacia adultos específicos que proporcionan protección contra los peligros. La calidad de esta experiencia de apego afectivo que obtiene el niño en sus primeras vinculaciones
afectivas con adultos significativos, es "registrada" (sin que lleguen directamente a la conciencia) en la memoria de acontecimientos vividos e influye en las experiencias de vida
posteriores, en aspectos tan importantes como la valoración de sí mismo/a, la valoración de los demás, la confianza en sí mismo/a, la confianza en los demás, el equilibrio entre
el temor y la seguridad, etc.
de autoeficacia, proveyéndole además un modelo con quién identificarse que difiere del adulto agresor y le ayuda en la percepción del
mundo como menos peligroso.
Importancia del Juez o Jueza como garante del acceso a la integralidad de derechos y la redignificación
El juzgador o juzgadora tiene literalmente en sus manos la oportunidad (y por lo tanto obligación) de lograr que el niño, niña o
adolescente no sea revictimizado durante el proceso de justicia; que construya su participación en el mismo como acciones para su propia
protección y que acceda a contextos que le ofrezcan experiencias suficientes y adecuadas para que todos sus derechos sean restituidos.
Una primera esfera de obligación es entonces asegurar que interactúe con autoridades durante el proceso de justicia en condiciones
adecuadas, y esto implica la preparación especializada para que participe sin temor y la especialización del personal que interviene en toda
diligencia en las que participe un niño, niña o adolescente11. Y una segunda esfera de acción implica asegurar que acceda a la restitución
integral de derechos; es decir, que entre en contacto con todos los servicios del Estado que requiera (salud física y emocional, educación,
etc.), durante el tiempo que sea necesario, para que todas sus necesidades y derechos estén restituidos en el presente y a futuro.
La suma de todas estas acciones constituye una redignificación cabal. Y esto reviste un aspecto esencial en la obligación del Juez o
Jueza: la redignificación se logra en una misma estocada; es decir, al evitar la revictimización y considerar la restitución integral de derechos
se logra la redignificación.
Para percibir de manera contundente la diferencia entre lograr la redignificación o no, presentamos a continuación dos escenarios:
La vivencia de redignificación de niños y niñas que han vivido una situación de violencia participado en el sistema de justicia
con acompañamiento especializado y recibido apoyo terapéutico ininterrumpido.
11 Ver Margarita Griesbach et. al., El niño víctima del delito: fundamentos y orientaciones para una reforma procesal penal, México D.F. Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia
A.C., 2005
De la revictimización a la redignificación 5
La vivencia de redignificación de niños y niñas que sufrieron la misma victimización que el grupo anterior participaron en el
sistema de justicia pero no recibieron apoyo para acceder al acompañamiento especializado para participar del proceso de
justicia sin temor, ni a terapias psicológicas ininterrumpidas.
Se trata de un caso real en el que un grupo de niños y niñas en edad preescolar fueron víctimas de violencia sexual en el kínder, por
parte de varios maestros. Los agresores son los mismos y todos los niños y niñas vivieron las agresiones en un período de tiempo similar.
Todos los niños y niñas iniciaron al mismo tiempo su participación en el sistema de justicia, sesiones grupales de acompañamiento para
participar en las diligencias sin temor y terapias psicológicas para elaborar lo sucedido12.
Sin embargo, algunos niños y niñas dejaron de tener acceso a este proceso de restitución integral. Sus familias, por diversas razones,
dejaron de participar con regularidad en las sesiones de acompañamiento para comprender la importancia de participar en un proceso de
justicia y en las sesiones de terapias psicológicas. Los dibujos de todos los niños y niñas fueron obtenidos al inicio de la intervención y
después de su participación casi dos años más tarde.
Antes de presentar los dibujos, es necesario recordar que tienen valor diagnóstico sobre la realidad emocional del niño, niña o
adolescente. En los dibujos, los niños, niñas y adolescentes proyectan13 y hacen visible su realidad emocional.
Más allá de la técnica psicológica especializada para el diagnóstico a través de dibujos, es posible comprender el cambio ocurrido en la
esfera emocional de los niños y niñas al ver los dibujos y conectarse con lo que transmiten, en general. Por ejemplo, dibujos “cayéndose”; a
los que les faltan partes; pequeños; con áreas sombreadas; que “agobian” o atrapan; con líneas trazadas impulsivamente; con presencia de
12 En este ejemplo en particular, el acompañamiento para que los niños y niñas estuvieran informados adecuadamente sobre el proceso de justicia, comprendieran su importancia,
anticiparan su participación (qué se esperaría de ellos, qué tendrían que hacer y cuál es la importancia de que los niños y niñas sean parte del proceso de justicia) fue diseñado y llevado a
cabo por terapeutas de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia AC, con sesiones (con los niños y niñas y sus progenitores) programadas estratégicamente antes de las diligencias
de los niños y niñas, con seguimiento durante los últimos 2 años. Las terapias psicológicas fueron ofrecidas por instituciones del Estado (PROVICTIMA) y organizaciones civiles
(CAVAC, MUSAS, etc.).
13 La proyección es un fenómeno psicológico por el cual toda persona al encontrarse frente a un estímulo neutro (la hoja de papel en blanco), y frente al pedido concreto de dibujar algo,
“pone” en la hoja su realidad psicológica. Existen parámetros para comprender el mensaje proyectivo que los dibujos reflejan respecto de la dinámica psicológica desarrollo infantil y la
estructura de personalidad adulta.
nubes, lluvia, etc. reflejan dificultades en la realidad emocional14. Por el contrario, dibujos con mejor estructura, equilibrados, con cada parte
mejor definida e integrada, ordenados en la hoja, con presencia de línea de suelo, soles, coloreados respetando los límites, etc. reflejan
mejor resolución de conflictos y percepción de sí mismos15.
Los tres primeros pares de dibujos corresponden a niños y niñas que recibieron ininterrumpidamente las acciones mencionadas
(participación en el proceso de justicia con acompañamiento especializado a lo largo del proceso y especialmente antes de las diligencias
en las que participarían y terapias psicológicas para procesar lo sucedido).
14 F. Esquivel Esquivel, et.al., Psicodiagnóstico del niño, México D.F., Editorial Manual Moderno, 2007
15 Emanuel Hammer, Tests proyectivos gráficos, Psicometría y psicodiagnóstico Paidós, cuarta reimpresión, México DF, 1992
De la revictimización a la redignificación 7
Anexos:
A continuación, aparecen los dibujos de tres niños y niñas que iniciaron el proceso en el mismo momento que los del grupo de dibujos
anterior, pero su acceso a todas las acciones de acompañamiento especializado se vieron interrumpidas. anexos:
De la revictimización a la redignificación 9
Es innegable el efecto benéfico que han recibido los niños y niñas del primer grupo de dibujos, y ello evidencia de manera concreta la
importancia de obligar el acceso de niñas, niños y adolescentes a procesos de redignificación. Esto implica asegurar la adecuación
procesal, el acompañamiento adecuado y el acceso a todos los servicios necesarios para la restitución integral de derechos.
Conclusiones
Al observar la enorme diferencia entre la vivencia y situación emocional de niños, niñas y adolescentes que han participado de un
proceso de justicia con acompañamiento que les permitió participar sin temor y comprender lo que sucedía, así como percibirse como
partícipes directo de acciones para su propia protección, y que han sido constantes en un proceso terapéutico para su recuperación
emocional, queda clara la obligación del Juzgador o Juzgadora de actuar no sólo para evitar la revictimización sino también para asegurar la
redignificación. Es tan alta la angustia y vulnerabilidad del niño, niña o adolescente 16 durante un proceso de justicia que las interacciones
que vive en éste, tal como expresan los dibujos presentados, tienen esta contundencia: pueden mantener el dolor o pueden sanar. En esa
afirmación se inscribe la obligación de la autoridad:
De accionar todas las medidas necesarias para garantizar la restitución integral de los derechos de todo niño, niña o
adolescente que pudieran verse afectados a causa de la situación que le implica en un proceso judicial.
De protegerlos de toda afectación provocada en el marco del proceso judicial, vinculada al proceso mismo (evitar la
revictimización).
De accionar lo necesario para que la intervención del niño, niña o adolescente en el proceso no sólo no lo vulnere, sino que
lo redignifique.
Un proceso que incluye lo anterior, a través de las mismas acciones, lejos de ser revictimizante constituye parte esencial de la
recuperación del niño, niña o adolescente.
16 La presencia de angustia en el aparato psíquico es un elemento desestructurante, resulta evidente en víctimas adultas que acaban de sufrir una victimización, y tiene efectos
indudablemente más devastadores cuando se trata de personas menores de 18 años.