CHyG 12 Art 3
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RESUMEN
En el presente artículo se abordan aspectos relacionados con la clasificación de los
alimentos, las características básicas de sus componentes y nutrientes, según su
grupo; además de las propiedades sensoriales que los seres humanos experimentan al
degustarlos.
Los alimentos son sistemas complejos que contienen sustancias nutritivas que aportan
los elementos esenciales para que el cuerpo se mantenga saludable; son un soporte
energético para el organismo. Sin embargo, también existen características que
convierten a los alimentos en algo apetecible, valor fundamental en la industria
alimentaria, ya que en realidad no comemos únicamente para nutrirnos o para saciar
nuestro apetito, sino por el placer de hacerlo y, en algunos casos, para suplir carencias
psicológicas.
Este texto explora la clasificación de los alimentos, algunas de sus propiedades y las
condiciones sensoriales que generan al ser consumidos.
Un alimento se define, desde el punto de vista nutricional, como todo producto natural
o transformado que por sus componentes químicos y características organolépticas
puede ser ingerido para calmar el hambre, satisfacer el apetito y aportar los nutrientes
que el organismo requiere para mantenerse sano, ya que gracias a él, se desarrollan
correctamente los procesos bioquímicos que sostienen la vida (Bello Gutiérrez, 2004;
Salinas, 2001).
Existen, sin embargo, algunas sustancias que se ingieren sin fines nutricionales, por lo
que en la literatura se consideran como alimentos a cualquier sustancia, mezcla de
sustancias o producto que se ingiere como hábito o costumbre. Se distinguen dos fines
u objetivos por los que se ingieren los alimentos: los primarios que se relacionan con
el mantenimiento del organismo y los secundarios que tienen que ver con beneficios
adicionales proporcionados por la ingestión de los alimentos.
DESARROLLO
• Alimentos light o ligeros: tienen al menos 30% menos del valor energético que el
producto de referencia. Lo manifiestan en su etiquetado (por ley).
• Alimentos dietéticos o de régimen: son elaborados con fórmulas autorizadas que
cumplen con estándares nutricionales y se usan para complementar o sustituir la
alimentación habitual.
• Alimentos reequilibrados: se modifica su composición para ajustar su equilibrio
nutricional.
• Alimentos biológicos: no han sido tratados durante su producción.
• Alimentos naturales: no se les ha agregado ningún aditivo.
• Alimento impropio: se elabora con algún procedimiento no autorizado, no está
adecuadamente madurado o no se encuentra en los hábitos de los consumidores.
• Alimento adulterado: se le ha variado su composición de manera fraudulenta o para
corregir defectos o alteraciones.
• Alimento falsificado: no tiene la composición declarada o simula a otro.
• Alimento alterado: ha tenido cambios en su composición por mala conservación; a
veces sólo varía su apariencia, volviéndola indeseable, aunque no esté descompuesto.
• Alimento contaminado: contiene bacterias patógenas, sustancias químicas
radioactivas, toxinas o parásitos capaces de provocar enfermedades, aunque al
ser ingeridos no provoquen daño (la simple presencia de estas sustancias, aún en
pequeñas cantidades, lo clasifican así).
• Alimento nocivo: al ser consumido por cierto tiempo puede producir trastornos al
organismo (Kuklinski, 2004).
Alimentos cómodos: Van desde los alimentos totalmente preparados y que requieren
ser calentados en el horno de microondas, hasta otros que requieren que se les añada
algún ingrediente antes de calentarse.
Alimentos con fines o características peculiares: en esta gama entran los llamados
alimentos saludables (Bello Gutiérrez, 2004).
Es bien conocido que los alimentos sirven para nutrir al organismo, sin embargo, como
ya fue mencionado, un alimento también debe ser algo que apetezca ser comido, que
estimule el apetito por sus propiedades sensoriales. La palatabilidad es el conjunto de
factores que reúne un alimento para ser o no apetecido.
Propiedades nutricionales
Dado que la nutrición es la ciencia de los alimentos que estudia cómo las sustancias
químicas (nutrientes) son ingeridas, absorbidas y fijadas en el organismo a través de la
dieta; se establecen las necesidades de nutrientes según el estado fisiológico de cada
individuo. La dietética, en cambio, suministra los nutrientes determinando las raciones
alimenticias, mismas que se reflejan en una dieta que no es más que las porciones de
alimento que se consumen en cada comida; por cierto, una dieta no es necesariamente
para adelgazar, como popularmente se cree.
Los nutrientes son sustancias que contiene el alimento, y al ser absorbidos por el tubo
digestivo son útiles para el metabolismo; es decir, sufren digestión (o desdoblamiento)
dentro del organismo porque no son susceptibles de ser aprovechados directamente
como se ingieren. Los nutrientes son los carbohidratos, lípidos y proteínas. Los nutrimentos
son sustancias que no necesitan ser digeridas para que se incorporen al organismo, es
decir, se absorben directamente: azúcares simples, sales minerales, vitaminas y agua.
Los aspectos nutricionales de los alimentos deben considerarse bajo dos puntos
de vista. Los nutrientes y nutrimentos que contienen y la biodisponibilidad de
los mismos. La estabilidad de dichos nutrientes y nutrimentos y cómo se ven
alterados por los procesos de los alimentos no sólo en la elaboración sino en su
almacenamiento, distribución, transporte y comercialización.
Existen guías alimentarias que organizan a los alimentos por grupos, de acuerdo con
su composición fundamental. En México se elaboró una guía que se conoce como el
Plato del Bien Comer que presenta los diferentes grupos de alimentos acomodados en
círculo, con las proporciones relativas de cada grupo alimenticio recomendadas para
tener una alimentación correctamente balanceada. Se elaboró gracias a un comité
nacional que emitió un proyecto de Norma Oficial Mexicana (PROY NOM-SSA2-043-1999)
después de detectar que existen problemas nutricionales en la población mexicana
tanto de desnutrición como de sobrepeso. Cuando se explica el uso de esta gráfica,
se comenta la importancia de la combinación y variación de alimentos para tener una
dieta completa y equilibrada. Se hace hincapié en que en cada comida se debe incluir
al menos un alimento de cada uno de los grupos alternándolos constantemente.
Propiedades funcionales
Son aquellas que, al margen del valor nutritivo, determinan el comportamiento del
alimento y lo vuelven apetecible; son tres: sensoriales, tecnológicas y saludables. En este
texto se abordarán exclusivamente las sensoriales.
Propiedades sensoriales
También se denominan propiedades organolépticas y son aquellas que se perciben por
los cinco sentidos y por la percepción somatosensorial: frío, calor y dolor.
Sin considerar el sentido del gusto, los sentidos nos dan una impresión del alimento que
al primer contacto nos permiten establecer un juicio de qué tan adecuado es para ser
ingerido.
1. Color. Se aprecia con el sentido de la vista al ser estimulada por la luz que refleja el
alimento que contiene sustancias cromóferas. Un alimento presenta determinada
coloración debido a la presencia de pigmentos naturales; la formación de
pigmentos colorantes después de que se llevaron a cabo reacciones químicas
enzimáticas; la adición intencional de sustancias colorantes; y el efecto de la
dispersión de la luz sobre los sistemas fisicoquímicos que contiene un alimento.
Existen algunos autores (principalmente orientales) que incluyen un quinto sabor, llamado
umami, que es como una mezcla de los cuatro sabores básicos y se le asocia con el
glutamato monosódico que es un potenciador de sabores cárnicos. No se sabe con
seguridad qué zonas de la lengua son sus receptores.
De acuerdo con las sensaciones generadas en la boca por la textura de los alimentos,
éstos se clasifican en: 1. líquidos: leche; 2. geles: gelatina; 3. fibrosos: carne; 4. agregados:
que son jugosos a la masticación, como algunas frutas; 5. untuosos: suaves al tacto,
como la mantequilla; 6. frágiles: papas fritas; 7. vítreos: que se disuelven lentamente en
la boca, como los caramelos; 8. esponjosos: miga de pan (Bello Gutiérrez, 2004).
Aunque los alimentos sirven para nutrir al organismo, también deben ser apetecibles a
los diferentes sentidos del ser humano, deben estimular el apetito por sus propiedades
sensoriales. Deben, por tanto, cumplir con una adecuada palatabilidad: el conjunto de
factores que reúne un alimento para ser o no apetecido.
BIBLIOGRAFÍA
Coultate, T. y Davies Hill, J. (2004). Alimentos, lo que conviene saber para una
alimentación cometa. España: Acribia.