MSN - Guía de Cenaculos Marianos - Misterios Gloriosos - Miércoles y Domingo - PDF

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MOVIMIENTO SACERDOTAL MARIANO

GUIA DE CENACULOS MARIANOS

Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

1.-Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el


preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos
los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los
cuales Él es ofendido. Y por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón
Inmaculado de María, te pido la conversión de los pobres pecadores.

2.- ¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y Te amo! Te pido perdón por los que no creen, no
adoran y no te aman.

Invocación al Espíritu Santo.


Ven Espíritu Santo, Ven por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de
María tu Amadísima Esposa. (3 veces)

Credo de los Apóstoles.


Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su
único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado. Descendió a los infiernos al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa iglesia católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Peticiones y Ofrecimiento. Este rosario lo ofrecemos por la santificación de todos los
sacerdotes, por nuestras intenciones y por las necesidades de nuestras familias y de todas las
familias. Y por la paz del mundo (peticiones personales en silencio)

MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)

PRIMER MISTERIO: “La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.” Pidamos a la Virgen


Santísima ser testimonio de la Resurrección de Jesús. Meditemos en esta verdad de fe que es
la más consoladora para nosotros, ya que, al final, también nosotros resucitaremos para el
juicio universal”: “Creo en la resurrección de la carne y la vida eterna”
Canto: “Jesús del sepulcro triunfante salió, de muerte y pecado feliz nos salvo”
Ave, Ave, Ave María (bis)
Rezar: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu
Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy vuestro pan de cada día, perdona nuestras ofendas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
Amén”
Rezar: (10 veces) “Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén”
Rezar: “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén”.
Rezar: “Ave María purísima, sin pecado concebida”.
Rezar: “Sea amado y adorado en todo momento. Jesús en el Santísimo Sacramento”.
o Cantar: “Jesús nuestro Dios, Jesús redentor: Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María,
Jesús Rey de amor. Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María, Jesús Rey de amor”.
Rezar: “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo
a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.

SEGUNDO MISTERIO: “La ascensión de Nuestro Señor al cielo”. Jesús dice a sus
apóstoles: “Subo a Mi Padre, que es su Padre; voy a prepararles un lugar” Nuestro Señor, en el
Paraíso, nos ha preparado un lugar para cada uno de nosotros. Pidamos a la Santísima Virgen
la gracia de que todos nosotros, reunidos en este Cenáculo, podamos alcanzar y ocupar el
puesto que nuestro Señor nos ha preparado en el Paraíso; que ninguno de nosotros se pierda
en el camino; que la Virgen Santísima nos conduzca de la mano hasta llevarnos al Paraíso.
Canto: “Subiendo a los cielos el Rey eternal, nos abre las puertas del gozo eternal”
Ave, Ave, Ave María (bis)
Rezar: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu
Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy vuestro pan de cada día, perdona nuestras ofendas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
Amén”
Rezar: (10 veces) “Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén”
Rezar: “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén”.
Rezar: “Ave María purísima, sin pecado concebida”.
Rezar: “Sea amado y adorado en todo momento. Jesús en el Santísimo Sacramento”.
o Cantar: “Jesús nuestro Dios, Jesús redentor: Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María,
Jesús Rey de amor. Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María, Jesús Rey de amor”.
Rezar: “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo
a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.

TERCER MISTERIO: “Pentecostés. ”El Espíritu Santo desciende en el Cenáculo de Jerusalén


sobre los apóstoles reunidos con María en oración. Esta es la razón por la que nuestra Madre
Santísima nos pide difundir los Cenáculos, ya que, en estos Cenáculos, la oración la hacemos
con María y tiene el poder de adelantar la llegada del segundo Pentecostés.
Invoquemos una vez más: “Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del
Inmaculado Corazón de María tu amadísima esposa”.
Canto: “En lenguas de fuego el eterno amor, a todos los suyos sus gracias dono”
Ave, Ave, Ave María (bis)
Rezar: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu
Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy vuestro pan de cada día, perdona nuestras ofendas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
Amén”
Rezar: (10 veces) “Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén”
Rezar: “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén”.
Rezar: “Ave María purísima, sin pecado concebida”.
Rezar: “Sea amado y adorado en todo momento. Jesús en el Santísimo Sacramento”.
o Cantar: “Jesús nuestro Dios, Jesús redentor: Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María,
Jesús Rey de amor. Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María, Jesús Rey de amor”.
Rezar: “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo
a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.

CUARTO MISTERIO: “La Asunción de María en cuerpo y alma al cielo.” Mirando el cuerpo
glorioso de nuestra Madre celestial, reconocemos cuán grande es la dignidad de nuestro
cuerpo, que es morada de Dios y templo del Espíritu Santo; por eso, no debemos profanar
jamás nuestro cuerpo con el pecado, principalmente con el pecado de impureza que hoy está
tan difundido a través de todos los medios de comunicación social, principalmente la prensa y
la televisión.
Canto: “En cuerpo y alma la Virgen se va, al Cielo donde ella nos esperará”
Ave, Ave, Ave María (bis)
Rezar: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu
Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy vuestro pan de cada día, perdona nuestras ofendas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
Amén”
Rezar: (10 veces) “Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén”
Rezar: “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén”.
Rezar: “Ave María purísima, sin pecado concebida”.
Rezar: “Sea amado y adorado en todo momento. Jesús en el Santísimo Sacramento”.
o Cantar: “Jesús nuestro Dios, Jesús redentor: Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María,
Jesús Rey de amor. Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María, Jesús Rey de amor”.
Rezar: “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo
a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.

QUINTO MISTERIO “La coronación de la Virgen María como Reina del cielo y de la
tierra”. María, como Madre, está íntimamente unida al Hijo; lo estuvo en la tierra, en su gran
dolor al pie de la Cruz como lo está ahora en el Paraíso y participa en la Gloria del Hijo. Así
como Jesús es Rey, también María es Reina. Su reinado es un reinado materno de amor que
se establece en los corazones y en las almas de sus hijos. Abramos la puerta de nuestro
corazón a María para acogerla como nuestra madre y Reina. Que sea Ella verdaderamente la
Reina de nuestro corazón.
Canto: “La corona de gloria adornan su sien, y cielos y tierra están a sus pies”
Ave, Ave, Ave María (bis)
Rezar: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu
Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy vuestro pan de cada día, perdona nuestras ofendas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
Amén”
Rezar: (10 veces) “Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén”
Rezar: “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén”.
Rezar: “Ave María purísima, sin pecado concebida”.
Rezar: “Sea amado y adorado en todo momento. Jesús en el Santísimo Sacramento”.
o Cantar: “Jesús nuestro Dios, Jesús redentor: Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María,
Jesús Rey de amor. Te adoramos en la Eucaristía, Jesús de María, Jesús Rey de amor”.
Rezar: “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo
a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.
ORACIONES CONCLUSIVAS
Rezar: un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria por las intenciones del Santo Padre, con
intención de ganar la indulgencia, para uno mismo o para alguna alma del Purgatorio.
Rezar: un Ave María por el P. Luca Pescatori, Responsable General del MSM, por los
responsables nacionales y todos los sacerdotes y apóstoles del Movimiento

SALVE REGINA
“Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle
de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus
ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre. ¡Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre
de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.”

LECTURA DEL LIBRO DEL PADRE GOBBI (Meditación del Mensaje)


Lectura de uno de los mensajes del libro "A los Sacerdotes hijos predilectos de la Santísima
Virgen". Breve comentario. Pero "no es parte del espíritu de los encuentros pasar el tiempo
oyendo sabias conferencias ya que habría el peligro de transformar el Cenáculo en academia y
la Fraternidad en polémica" (P. Gobbi).

FRATERNIDAD.
Un breve momento para compartir nuestras experiencias en el MSM. Así podremos conocernos
y ayudarnos mutuamente a seguir adelante por el camino que nos ha trazado la Santísima
Virgen a través de sus mensajes, los cuales nos ayudan a vivir nuestra Consagración a su
Corazón Inmaculado.

ACTO DE CONSAGRACION AL CORAZÓN INMACULADO DE MARIA


Si hubiese celebración de la Santa Misa o Bendición con el Santísimo, la Consagración se
hace antes de la Comunión o de la Bendición, ya que María, con la consagración nos toma en
sus brazos y nos da a Jesús
“Virgen de Fátima, Madre de Misericordia, Reina del Cielo y de la Tierra, refugio de los
pecadores, nosotros, adhiriéndonos al Movimiento Mariano, nos consagramos de modo
especialísimo a tu Corazón Inmaculado.
Con este acto de consagración queremos vivir Contigo y por medio de Ti todos los
compromisos asumidos con nuestra consagración bautismal. Nos comprometemos, además, a
realizar en nosotros aquella interior conversión tan requerida por el Evangelio, que nos libre de
todo apego a nosotros mismos y a los fáciles compromisos con el mundo, para estar, como Tú,
siempre dispuestos a cumplir sólo la Voluntad del Padre.
Y mientras queremos confiarte, Madre dulcísima y misericordiosa, nuestra existencia y
vocación cristiana, para que Tú dispongas de ellas según tus designios de salvación en esta
hora decisiva que pesa sobre el mundo; nos comprometemos a vivirla según Tus deseos, en
particular, por lo que se refiere a un renovado espíritu de oración y de penitencia, a la
participación fervorosa en la celebración de la Eucaristía y al apostolado, al rezo diario del
Santo Rosario y un austero modo de vida, conforme al Evangelio, que sea un buen ejemplo
para todos en la observancia de la Ley de Dios y en el ejercicio de las virtudes cristianas,
especialmente de la pureza.
Te prometemos también estar unidos al Santo Padre, a la Jerarquía y a nuestros Sacerdotes,
para oponer así una barrera al proceso de oposición al Magisterio que amenaza los
fundamentos mismos de la Iglesia.
Bajo tu protección queremos ser también los apóstoles de esta hoy tan necesaria unidad de
oración y de amor al Papa, sobre el cual invocamos de Ti una especial protección.
Finalmente Te prometemos llevar a las almas con las cuales entremos en contacto, en cuanto
nos sea posible, a una renovada devoción hacia Ti.
Conscientes de que el ateísmo ha hecho naufragar en la fe a un gran número de fieles, que la
desacralización ha entrado en el Templo Santo de Dios, que el mal y el pecado se propagan
cada vez más en el mundo, nos atrevemos a levantar confiados los ojos a Ti, Madre de Jesús y
Madre nuestra misericordiosa y poderosa, y también hoy, invocar y esperar de Ti la salvación
para todos tus hijos, ¡Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María!”.
CANTO : Himno del Movimiento Sacerdotal Mariano.
Inmaculado Corazón de María (2); eres luz y guía (3) de tus hijos aquí.
Los sacerdotes a ti consagrados(2) miralos con amor, estrechales el corazón y hazlos
semejantes a tu hijo Jesús.
Y a los fieles a ti consagrados (2) reúnelos en tu ejército, listo a la batalla para que triunfe
pronto tu Inmaculado Corazón.
Cuando llegue nuestra última hora (2) ¡Ven! y no demores (3) a llevarnos al cielo.

Los cánticos son libres, pero deben preferirse los marianos)

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