Nuestra Dctrina Temas Cortos

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Nuestra Doctrina

FUENTE DE AUTORIDAD

Creemos que la Biblia es inspirada por Dios, es la infalible Palabra de Dios.

�Toda Escritura es inspirada Divinamente y �til para ense�ar,


para redarg�ir, para corregir, para instruir en justicia.� (2 Ti. 3.16).

La Biblia es la �nica autoridad dada por Dios que el hombre posee, y por lo tanto,
toda doctrina, fe, esperanza, y toda instrucci�n para la iglesia debe basarse y
estar en armon�a con ella. Debe ser le�da y estudiada por todos los hombres, y solo
puede ser plenamente comprendida bajo la direcci�n del Esp�ritu Santo. (Lc. 24.45).

�Tenemos tambi�n la palabra prof�tica m�s segura, a la cual hac�is bien en estar
atentos como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el d�a esclarezca
y el lucero de la ma�ana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que
ninguna profec�a de la Escritura es de interpretaci�n privada, porque nunca la
profec�a fue tra�da por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Esp�ritu Santo.�
(2 P. 1.19-21).

EMANUEL: DIOS CON NOSOTROS

�Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los
padres por los profetas, en estos postreros d�as nos ha hablado por el Hijo, a
quien constituy� heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.� (He.
1.1-2).

El Dios invisible prometi� darse a conocer y lo cumple mediante el cuerpo que �l


emplea para la realizaci�n de su obra.�...a trav�s del velo esto es, de su carne.�
(He. 10.20).

�Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; M�s me


preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
Entonces dije: he aqu� que vengo, oh, Dios, para hacer tu voluntad, como en el
rollo del libro est� escrito de m�.� (He. 10.5-7).

CREEMOS QUE JES�S ES EL �NICO Y SABIO DIOS

�Entonces Tom�s respondi� y le dijo: ��Se�or m�o, y Dios m�o!� (Jn. 20.28).

�de quienes son los patriarcas, y de los cuales, seg�n la carne, vino Cristo, el
cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Am�n.� (Ro. 9.5).

�Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para
conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este
es el verdadero Dios, y la vida eterna.� (1 Jn. 5.20).

CREEMOS QUE JESUCRISTO ES EL VERDADERO DIOS Y EL PERFECTO HOMBRE

�Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para
conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este
es el verdadero Dios, y la vida eterna.� (1 Jn. 5.20).

��y tambi�n le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.�
(Jn. 5.27).

�El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Se�or,


es del cielo.� (1 Co. 15.47).
Este solo Dios verdadero se manifest� en el Antiguo Testamento de varias maneras,
en el Hijo cuando camin� entre los hombres, y como el Esp�ritu Santo despu�s de la
ascensi�n.El solo Dios verdadero, Jehov� del Antiguo Testamento, tom� sobre si la
forma de un hombre, y como el Hijo del hombre, naci� de la virgen Maria. Como dice
Pablo:

�E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en


carne, justificado en el Esp�ritu, visto de los �ngeles, predicado a los gentiles,
cre�do en el mundo, recibido arriba en gloria.� (1 Ti. 3.16).

�A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.� (Jn. 1.11). Este solo Dios
verdadero, se manifest� en carne, es decir en su Hijo Jesucristo.

�Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tom�ndoles en cuenta


a los hombres sus pecados...� (2 Co. 5.19).

CREEMOS QUE EN �L (JES�S) HABITA CORPORALMENTE


TODA LA PLENITUD DE LA DEIDAD

�Porque en �l habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad�. Col. 2.9).

�Por cuanto agrad� al Padre que en �l habitase toda plenitud.� (Col. 1.19). Por lo
tanto, Jes�s en su humanidad era hombre; y en su Esp�ritu era y es Dios. Su carne
era el Cordero o sacrificio de Dios. �l es el �nico mediador entre Dios y el
hombre.�Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre.�
(1 Ti. 2.5).

Jes�s por parte de su Padre era Divino, por parte de su madre humano; por eso fue
conocido como el Hijo de Dios y tambi�n como el Hijo del Hombre, o el Dios hombre.

�Porque todas las cosas las sujet� debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las
cosas han sido sujetadas a �l, claramente se except�a aquel que sujet� a �l todas
las cosas. Pero luego que todas las cosas le est�n sujetas, entonces tambi�n el
Hijo mismo se sujetar� al que le sujet� a El todas las cosas, para que Dios sea
todo en todos.�
(1 Co. 15.27-28).

�Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Se�or, el que es y que era y
que ha de venir, el Todopoderoso.� (Ap. 1.8).

EL NOMBRE

Dios us� diferentes t�tulos tales como: �Elohim�, Dios; �El Shaddai�, �el Dios
Todopoderoso�; �Jehov�; y especialmente �el Se�or Jehov�, el nombre redentor en el
Antiguo Testamento.

�Porque un ni�o nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y
llamar� su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Pr�ncipe de
paz.� (Is. 9.6).

La profec�a de Isa�as se cumpli� cuando se le puso nombre al Hijo de Dios.

�Y dar� a luz un hijo, y llamar� su nombre Jes�s, porque �l salvar� a su pueblo de


sus pecados. Todo esto aconteci� para que se cumpliese lo dicho por el Se�or por
medio del profeta, cuando dijo: He aqu�, una virgen concebir� y dar� a luz un hijo,
y llamar�s su nombre Emmanuel, que traducido es: Dios con nosotros.� (Mt. 1.21-23).

�Y en ning�n otro hay salvaci�n; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a
los hombres, en que podamos ser salvos.� (Hch. 4.12).

ARREPENTIMIENTO Y CONVERSI�N

La remisi�n y el perd�n de los pecados son obtenidos por un genuino arrepentimiento


y conversi�n, confesando y dejando el pecado. Somos justificados por la fe en el
Se�or Jesucristo (Ro. 5.1). Juan el Bautista predic� arrepentimiento, Jes�s lo
proclam� y los ap�stoles lo enfatizaron tanto a jud�os como gentiles, (Hch. 2.38;
11.18; 17.30).

La palabra �arrepentimiento� es derivada de varias palabras griegas, que traducidas


literalmente significa cambiar de ideas y prop�sitos. Es un cambio de coraz�n, un
cambio de mente, un cambio de vida, una transformaci�n.

El Se�or Jes�s dijo:

�Si no os arrepent�s, todos perecer�is igualmente.� (Lc. 13.3).

�Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perd�n de pecados en todas


las naciones, comenzando desde Jerusal�n.� (Lc. 24.47).

BAUTISMO EN AGUA

El modo b�blico del bautismo es por inmersi�n, y s�lo es para aquellos que se han
arrepentido, habi�ndose apartado del pecado y del amor al mundo. Debe ser
administrado por un ministro del evangelio propiamente autorizado, en obediencia a
la Palabra de Dios y en el Nombre del Se�or Jes�s de acuerdo con el libro de los
Hechos de los Ap�stoles en 2.38; 8.16; 10.48; 19.5. As�, obedeciendo y cumpliendo
con el mandamiento de Jesucristo en Mt. 28.19.

EL BAUTISMO DEL ESP�RITU SANTO

Juan el Bautista dijo:

�...�l os bautizar� en Esp�ritu Santo y fuego.� (Mt. 3.11).

Jes�s dijo:

�...mas vosotros ser�is bautizados con el Esp�ritu Santo dentro de no muchos d�as.�
(Hch. 1.5).

Lucas dice:

�Y fueron todos llenos del Esp�ritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas,
seg�n el Esp�ritu les daba que hablasen.� (Hch. 2.4).

La expresi�n �don del Esp�ritu Santo� se refiere a que la promesa es una d�diva o
un regalo. El termino �bautizados con el Esp�ritu Santo�, se refiere a la
experiencia recibida por los ap�stoles en el aposento alto y por todos los
creyentes en todos los tiempos y lugares. La expresi�n �lleno del Santo Esp�ritu�,
se refiere al reabastecimiento constante de la unci�n, lo que implica un caminar
diario bajo la influencia del Esp�ritu Santo. Todos estos t�rminos se encuentran en
el Nuevo Testamento.

Es b�blico que todo aqu�l que ha recibido el bautismo del Esp�ritu Santo, haya
tenido la evidencia de hablar en otras lenguas.

El hablar en otras lenguas como aparece en Hch. 2.4; 10.46; 19.6, es la evidencia
de haber recibido el bautismo del Esp�ritu Santo. El don de lenguas como se explica
en 1 Co. 12-14, es el mismo Esp�ritu, operando con diferente uso y prop�sito.

El Se�or por medio del profeta Joel dijo:

�Y derramar� de mi Esp�ritu sobre toda carne.� (Jl. 2.28).

Y Pedro en su explicaci�n el d�a de Pentecost�s de �sta fenomenal experiencia dijo:

�Habiendo recibido del Padre la promesa del Esp�ritu Santo, �l (Jes�s) ha enviado
esto que vosotros veis y o�s.� (Hch. 2.33).

A�n dice m�s:

�Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que
est�n lejos; para cuantos el Se�or nuestro Dios llamare.� (Hch. 2.39).

DOCTRINAS FUNDAMENTALES

Las doctrinas fundamentales de salvaci�n proclamadas por esta organizaci�n


corresponden al plan completo de salvaci�n establecido en la Palabra de Dios. Estas
doctrinas son:

� El evangelio.
� La fe.
� La gracia.
� El arrepentimiento.
� La conversi�n.
� Bautismo por inmersi�n en el Nombre del Se�or Jesucristo.
� El bautismo del Esp�ritu Santo con la evidencia de hablar en otras lenguas.

Debemos trabajar para mantener la unidad del Esp�ritu, hasta que todos lleguemos a
la unidad de la fe, y del conocimiento del Hijo de Dios, a un var�n perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo. (Ef. 4.13).

A la vez, se aconseja a los creyentes a no contender por diferentes ideas


personales, que puedan desunir al cuerpo.

LA GRACIA DE DIOS EN LA SALVACION DEL HOMBRE


(Justificaci�n)

La gracia es el favor inmerecido por el cual Dios rescata al hombre habilit�ndole


para una vida nueva, pasando por alto en su paciencia los pecados pasado.

"Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redenci�n que es en


Cristo Jes�s a quien Dios puso como propiaci�n por medio de la fe en su sangre,
para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia los
pecados pasados." (Romanos 3:24-25).

"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvaci�n a todos los hombres,


ense��ndonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este
siglo sobria, justa y piadosamente" (Tito 2:11-12).

"Pues la ley por medio de Mois�s fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo" (Juan 1:17).

El cristiano debe guardarse en la gracia y en el amor de Dios para conservar su


salvaci�n. Cuando una persona comete transgresi�n y peca contra Dios, pierde su
favor. Y si contin�a cometiendo pecado y no se arrepiente, finalmente se perder� y
ser� lanzado al lago de fuego, (l�ase Hebreos 6: 4-6 )

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios". (Efesios 2:8)

LA FE

"Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicci�n de lo que no se ve"


(Hebreos 11:1).

La fe es el resultado del o�r y/o recibir el evangelio de la gracia de Dios.

"Por quien tambi�n tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos
firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Porque si siendo
enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su hijo, mucho
m�s estando reconciliados, seremos salvos por su vida, pues si por la transgresi�n
de uno solo rein� la muerte, mucho m�s reinar� en vida por uno solo, Jesucristo,
los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia" (Romanos
5:2,10,17).

"Y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en


todas las naciones por amor a su nombre" (Romanos 1:5).

LA SANTIDAD

"Y esto erais algunos; m�s ya hab�is sido lavados, ya hab�is sido santificados, ya
hab�is sido justificados en el nombre del Se�or Jes�s y por el Esp�ritu de nuestro
Dios" (1� Corintios 6:11).

Vivir piadosamente debe caracterizar la vida de todo hijo del Se�or, y debemos
vivir de acuerdo con el modelo y ejemplo dado en la palabra de Dios,

"porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvaci�n a todos los hombres,


ense�ando que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este
siglo sobria, justa y piadosamente" (Tito 2:11-12).

"Pues para esto fuisteis llamados; porque tambi�n Cristo padeci� por nosotros,
dej�ndonos ejemplo para que sig�is sus pisadas; el cual no hizo pecado ni se hall�
enga�o en su boca; quien cuando le maldec�an no respond�a con maldici�n, cuando
padec�a no amenazaba sino que encomendaba la causa al que juzga justamente;"
(1� Pedro 2:21-23).
"Seguid la paz con todos y la santidad sin la cual nadie ver� al Se�or"
(Hebreos 12:14).

"Siendo como aquel que os llam� es Santo, sed tambi�n vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir; porque escrito est�: Sed santos porque yo soy santo. Y si
invoc�is por padre a aquel que sin acepci�n de personas juzga seg�n la obra de cada
uno, conduc�os en temor todo el tiempo de vuestra peregrinaci�n, sabiendo que
fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosa corruptible como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminaci�n" (1� Pedro
1:15-19).

SANTA CENA
(Partimiento del Pan)

La noche en que fue entregado el Se�or, celebr� la pascua con los ap�stoles,
despu�s de los cuales instituy� la cena o partimiento del pan,

"Y tom� el pan y doy gracias y lo parti� diciendo: Este es mi cuerpo que por
vosotros es dado, haced esto en memoria de m�. De igual manera despu�s que hubo
sanado tom� la copa diciendo esta copa es mi nuevo pacto en mi sangre que por
vosotros se derrama" (Lucas 22:19-20).

El Ap�stol Pablo instruy� a la iglesia como observarla.

"De manera que cualquiera que comiere este pan y bebiere esta copa del Se�or
indignamente, ser� culpado de la sangre del Se�or. Por tanto pru�bese cada uno a s�
mismo y coma as� del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe
indignamente, sin discernir el cuerpo del Se�or, juicio come y bebe para s�. Por lo
cual hay muchos enfermos y debilitados entre nosotros, y muchos duermen. Si, pues
nos examin�semos a nosotros mismos no seriamos juzgados, m�s siendo juzgados, somos
castigados por el Se�or para que no seamos condenados con el mundo. As� que,
hermanos m�os, cuando nos reun�s a comer, esperaos unos a otros, si alguno tuviere
hambre, coma en su casa, para que no os reun�is para juicio" (1� Corintios 11:27-
34).

As� fue instituido el uso literal del pan sin levadura y el fruto de la vid, los
cuales se toman literalmente, como emblema del cuerpo quebrantado y de su sangre
derramada. Hay tambi�n un significado espiritual y una bendici�n al participar de
este sacramento lo cual es un recordatorio de su muerte y resurrecci�n.

LA IGLESIA

La iglesia es el cuerpo de Cristo, conformados por los llamados por el evangelio


alrededor de la persona y obra del Se�or Jesucristo, incorporados a ella por la
obediencia a la verdad.

"Y yo tambi�n te digo, que t� eres Pedro y sobre esta roca edificar� mi iglesia y
las puertas del hades no prevalecer�n contra ella" (Mateo 16:18).

Sus pr�cticas y doctrinas est�n contenidas en la Palabra de Dios.

"Y someti� todas las cosas bajo sus pies y lo dio por cabeza a la iglesia, la cual
es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo" (Efesios 1:22,23).
"Un cuerpo y un esp�ritu como fuisteis llamados en una misma esperanza de nuestra
vocaci�n" (Efesios 4:4).

"Y �l es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, el que es el principio, el


primog�nito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia"
(Colosenses 1:18)

LA RESURRECCION

La resurrecci�n es la esperanza del cristianismo.

"Yo s� que mi redentor vive, y al fin se levantar� sobre el polvo; y despu�s de


deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual ver� por m� mismo y
mis ojos le ver�n y no otro, aunque mi coraz�n desfallece dentro de m�" (Job 19:25-
27).

"En cuanto a m� ver� tu rostro en justicia; estar� satisfecho cuando despierte a tu


semejanza" (Salmo 17:15).

"Lo dijo Jes�s: Yo soy la resurrecci�n y la vida; el que cree en m� aunque est�
muerto vivir�" (Juan 11:25).

"Pero que ahora ha sido manifestado por la aparici�n de nuestro Se�or Jesucristo,
el cual quit� la muerte y sac� a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio"
(2� Timoteo 1:10).

DE JESUCRISTO
La resurrecci�n de Jesucristo marca la esperanza del cristianismo. Vi�ndolo antes,
habl� de la resurrecci�n de Cristo que su alma no fue dejada en el hades ni su
carne vio corrupci�n (Hechos 2:31, l�ase Hechos 4: 2; 1� Corintios 15:1-20).

DE LOS JUSTOS
La resurrecci�n de los justos es la promesa de Dios a trav�s de los patriarcas,
profetas, del Se�or y de los ap�stoles, como la culminaci�n de la carrera
cristiana.

"Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra ser�n despertados, unos para
vida eterna y otros para verg�enza y confusi�n perpetua" (Daniel 12: 2).

"Porque as� como en Ad�n todos mueren, tambi�n en Cristo todos ser�n vivificados"
(1� Corintios 15: 21).

"Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil a�os. Esta
es la primera resurrecci�n. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrecci�n, la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que ser�n
sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinar�n con �l mil a�os" (Apocalipsis 20: 5-6).

DE LOS INJUSTOS
Dios har� resurrecci�n de los injustos, para traerlos a juicio ante el trono
blanco.

"Por cuanto ha establecido un d�a en el cual juzgar� al mundo con justicia, por
aquel var�n a quien design�, dando fe a todos con haberlo levantado de los muertos"
(Hechos 17: 31).

"No os maravill�is de esto; porque vendr� hora cuando todos los que est�n en el
sepulcro oir�n su voz; y los que hicieron lo bueno saldr�n a resurrecci�n de vida;
los que hicieron lo malo, a resurrecci�n de condenaci�n" (Juan 5: 28).

"Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en el, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo y ning�n lugar se encontr� para ellos y el que no se
hall� inscrito en el libro de la vida ser� lanzado en el lago de fuego"
(Apocalipsis 20: 11-15).

LA SEGUNDA VENIDA DE JESUS

Jes�s viene por segunda vez por persona, tal como se fue, est� claramente expuesto
por el mismo Se�or Jes�s y fue predicado y ense�ado en la iglesia primitiva por los
ap�stoles.

"Entonces aparecer� la se�al del hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentar�n
todas las tribus de la tierra y ver�n al hijo del hombre venido sobre las tribus
del cielo con poder y gran gloria" (Mateo 24:30).

"Y estando ellos con los ojos en el cielo entre tanto que el se iba, he aqu� se
pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales tambi�n les
dijeron: Varones galileos porque est�is mirando al cielo este mismo Jes�s, que ha
sido tomado de vosotros al cielo, as� vendr� como le hab�is visto ir al cielo"
(Hechos 1:10-11). (Tambi�n lea: Hch. 3:19-21; 1ra. Co. 11:26; Fil. 3:20-21; 1ra. Te
4:14-17; Tito 2:13-14)

"Y entonces se manifestar� aquel inicuo a quien el Se�or matar� con el esp�ritu de
su boca, y destruir� con el resplandor de su venida" (2 Tesalonisenses 2:8).

"He aqu� que viene con las nubes, y todo ojo le ver�, y los que le traspasaron; y
todos los linajes de la tierra har�n lamentaci�n por �l. S� am�n" (Apocalipsis
1:7).

PLAN FINANCIERO DE DIOS

El diezmo es el plan financiero de Dios para proveer para su obra y ha existido


desde los d�as de Abraham. El diezmo vino desde Abraham por fe.

La ley de Mois�s la orden� e Israel lo practic� cuando estaba bien con Dios; Jes�s
lo aprob� en Mateo 23:23. No debemos robar a Dios su porci�n, es decir, los diezmos
y las ofrendas. Lea Malaquias 3 y Hebreos 7: 2-10.

EL ESTADO Y LA IGLESIA

Estamos de acuerdo en la separaci�n del estado y la iglesia, y que ninguno debe


intervenir en los asuntos �ntimos del otro, pues aqu� se cumple el precepto b�blico
de "dad al Cesar lo que es del Cesar y lo que es de Dios a Dios" (Marcos 12:17).

Los cristianos pueden tomar participaci�n en actividades c�vicas de acuerdo con su


capacidad e inclinaciones pol�ticas pero siempre reflejando sus ideas personales y
no las de la iglesia, que siempre es natural y tiene capacidad para todos los
hombres.

Al mismo tiempo, todos los cristianos deben obedecer a las autoridades civiles y
todas las leyes y disposiciones que de ellas emanen; siempre que no contradigan sus
principios religiosos o los obliguen a hacer cosas en contra de su conciencia. (Lea
Romanos 13:1-7).

EL MATRIMONIO

El matrimonio es un estado santo que fue establecido desde el principio y es


honroso en todos (G�nesis 2: 21-24, Mateo 19: 1-5, Hebreos 13: 4).

Los matrimonios deben verificarse seg�n las leyes del pa�s y luego solemnizarse en
la iglesia. Las parejas que no hayan legalizado su uni�n y deseen bautizarse, deben
cumplir primeramente con los requisitos de las leyes civiles.

Creemos que el matrimonio es una uni�n que debe perdurar mientras viven los dos
conyugues. Al morir uno de ellos el otro estar� libre para casarse y no peca si lo
hace en el Se�or (Romanos 7: 1-3; 1� Corintios 7: 39).

DIVORCIO: Es factible s�lo cuando las causales se ajusten a lo estipulado en la


palabra de Dios (Mateo 19:9). Que ense�a es la parte inocente la que puede hacer
uso de ese derecho. Ning�n ministro deber� casar a un miembro de la iglesia con una
persona inconversa (2� Corintios 6: 14).

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