Resumen de Lengua
Resumen de Lengua
Resumen de Lengua
Para concretar el propósito de formar a todos los alumnos como practicantes de la cultura
escrita, es necesario re conceptualizar el objeto de enseñanza y construirlo tomando como
referencia fundamental las prácticas sociales de lectura y escritura.
Lo necesario es hacer de la escuela una comunidad de lectores que acuden a los textos
buscando una respuesta a los problemas que necesitan resolver. Es hacer de la escuela una
comunidad de escritores que produce sus propios textos para dar a conocer sus ideas. Es hacer
de la escuela un ámbito donde la escritura y la lectura sean prácticas vivas y vitales donde leer y
escribir sean instrumentos poderosos que permitan repensar el mundo y reorganizar el propio
pensamiento. Es, en síntesis, preservar el sentido del objeto de enseñanza para el sujeto de
aprendizaje, preservar en la escuela el sentido que la lectura y la escritura tienen como
prácticas sociales para lograr que los alumnos se apropien de ellas.
Lo real es que llevar a la práctica lo necesario es una tarea difícil para la escuela. Conocer las
dificultades y comprender en qué medida se derivan de necesidades legítimas de la institución
escolar, constituyen pasos indispensables para construir alternativas que permitan superarlas.
Es por eso, que antes de formular soluciones, es necesario enunciar y analizar las dificultades.
La escritura y la lectura presentan rasgos que obstaculizan su escolarización, estas prácticas son
totalidades indisociables (Se caracterizan por ser implícitos, privados y se resisten a la
parcelación, secuenciación y análisis).
En consecuencia, no resulta sencillo determinar con exactitud qué, cómo y cuándo aprenden
los sujetos.
2. Los propósitos que se persiguen en la escuela al leer y escribir son diferentes de los
que orientan la lectura y la escritura fuera de ella.
Lo posible: articular los propósitos didácticos con propósitos comunicativos, a través de una
modalidad organizativa bien conocida: los proyectos de producción- interpretación. Los
proyectos permiten que todos los integrantes de la clase orienten sus acciones hasta el
cumplimiento de una finalidad compartida.
Tal organización del tiempo entra en contradicción con el tiempo del aprendizaje (aprendo el
objeto a partir de aproximaciones sucesivas, Teoría psicogenética) y con la naturaleza de las
prácticas de lectura y escritura. Estas son totalidades indisociables que se resisten al
parcelamiento y a la secuenciación.
Dado que la finalidad que se persigue constituye un hilo conductor de las actividades y que los
proyectos se extienden a lo largo de periodos más o menos prolongados, esta modalidad
organizativa, se contrapone a la parcelación del tiempo y del saber.
Es así como se hace posible evitar la yuxtaposición de actividades inconexas y los niños tienen
oportunidad de acceder a un trabajo duradero como para resolver problemas desafiantes
construyendo los conocimientos necesarios para ello. Al evitar la parcelación se hace posible
que los alumnos reconstruyan su sentido.
Además, para que se tenga en cuenta el tiempo del aprendizaje y se preserve el sentido del
objeto de enseñanza, es necesario articular muchas temporalidades diferentes: actividades
que se desarrollan con cierta periodicidad durante un cuatrimestre o un año, las cuales
contribuyen a familiarizar con ciertos géneros y a consolidar los hábitos de lectura; situaciones
puntuales que se desarrollan en un tiempo muy breve pueden contribuir a consolidad ciertas
prácticas de comunicación por escrito; secuencias de situaciones de lectura pueden extenderse
durante unas semanas y contribuir a consolidar quehaceres del lector, etc. El entrecruzamiento
de estas diferentes temporalidades permite a los alumnos realizar simultáneamente diferentes
aproximaciones a las prácticas así como volver una y otra vez a lo largo del tiempo a poner en
acción un cierto aspecto de la lectura o la escritura.
La responsabilidad social asumida por la escuela genera una fuerte necesidad de control: la
institución necesita conocer los resultados de su accionar, necesita evaluar los aprendizajes,
teniendo consecuencias indeseadas: como se intenta ejercer un control exhaustivo sobre el
aprendizaje de la lectura, se lee solo en el marco de situaciones que permiten al maestro
evaluar la comprensión o la fluidez de la lectura en voz alta, como también se pone foco en la
ortografía de las palabras dejando de lado los complejos problemas que se involucran en el
proceso de escritura.
La enseñanza pone en primer plano aspectos en detrimento de otros que serían prioritarios
para formar los alumnos como lectores y escritores. Planteándose así un conflicto de interés
entre la enseñanza y el control.
Es posible crear un equilibrio entre la enseñanza y el control, cuando se reconoce que este es
necesario pero intentando evitar que prevalezca sobre aquella. Cuando se plantea un conflicto
entre ambos, cuando hay que elegir entre lo que es necesario para que los niños aprendan y lo
que es necesario para controlar el aprendizaje, parece indispensable potar por el aprendizaje.
Lo posible: Es indispensable compartir la función evaluadora. Hay que brindar a los alumnos
oportunidades de auto controlar lo que está comprendiendo al leer y de generar estrategias
para leer cada vez mejor, hay que delegar provisoriamente en los niños la responsabilidad de
revisar los escritos, permitiendo así que se enfrenten con problemas de escritura. Se generan
así nuevos aprendizajes y aparecerán también nuevas posibilidades de evaluación.
Cada una de estas situaciones fundamentales ofrece a los niños oportunidades de participar en
diferentes prácticas y apropiarse de diferentes contenidos.
o El foco de las situaciones en las que los niños escriben a través del maestro está ubicado
en el proceso de escritura y en el aprendizaje del lenguaje escrito. Cuando se elabora
un texto nuevo, se ponen en juego y se enriquecen los saberes sobre el lenguaje que se
escribe construido a partir de múltiples lecturas previas.
o Además, los contenidos se centran en los quehaceres del escritor. Como la tarea de
anotar queda a cargo del docente, se les permite a los niños participar en el proceso de
producción de un texto, es decir, planificar lo que van a escribir, tomar decisiones
acerca de cómo organizar el escrito para que sea comprendido, revisar una y otra vez lo
producido, etc.
o Para que efectivamente los niños actúen como escritores, es imprescindible la
intervención docente. Mientras participa en la producción, incita a los niños a planificar
lo que se va a escribir, propone pensar en diferentes alternativas para el comienzo del
texto, sugiere buscar diversas posibilidades de expresar cada idea, etc.
o La escritura a través del docente es en general una producción colectiva, en la que es
relevante que participen todos o la mayoría de los niños. En estas, resulta
imprescindible hacer una planificación conjunta, en un papel afiche o cartulina que
En la situación didáctica del dictado, la docente copia textualmente lo que dicen los niños, sin realizar cambios en el
formato (respetando las normas ortográficas) y realiza intervenciones para guiar la actividad.
La docente toma notas “en borrador” que no formarán parte del texto final, tal como lo hace cuando se elabora el
plan del texto o cuando se registran dudas y alternativas que se pueden revisar en días sucesivos, a medida que se
avanza en la escritura. Ayuda a los niños a considerar el plan mientras escriben y también modificarlo cuando es
necesario. Actúa como lector del texto que se va produciendo o se acaba de producir, provocando sucesivas revisiones
y discusiones sobre la escritura. El maestro es, de alguna manera, la voz que hace explícitos los problemas que se
presentan habitualmente a los escritores.
Durante la producción, el docente intenta intervenir de tal modo que se logren avances tanto en el texto como en los
aprendizajes de los alumnos: señala problemas que los niños no advierten, les “devuelve” parte de problema, recoge
alternativas e invita a confrontarlas, acude a la relectura de pasajes de los textos ya leídos para buscar soluciones a los
problemas planteados sobre el lenguaje usado para ir adquiriendo progresiva autonomía en la escritura.
o La distinción entre “lo que se cree y lo que se sabe” que está escrito encierra un abanico
de posibilidades relacionadas con el conocimiento previo que los chicos tiene acerca de
que dice o que puede decir en el texto. Se han agrupado las situaciones de lectura en
función del grado de conocimiento previo que tienen los niños acerca de lo que dice el
texto:
1- Situaciones en las que los niños conocen el contenido y la forma del texto.
2- Situaciones en las que los niños cuentan con menos información sobre el texto.
1- Estas situaciones tienen lugar cuando los niños han memorizado un texto – una canción,
un poema, una copla, una adivinanza- o cuando el docente les presenta un texto que no
conocen –una lista, el titulo de un cuento, etcétera- y les informa textualmente que
dice, si señalar ni especificar que parte de lo escrito corresponde a cada parte de la
emisión oral. En el desarrollo de estas situaciones, los niños se enfrentan con problemas
tales como donde dice, cual es cual y que dice en cada parte.
2- Las situaciones didácticas enfatizan progresivamente el aumento de la incertidumbre
sobre que dice el texto. Los chicos van construyendo indicios cualitativos y coordinan
progresivamente las estrategias involucradas en la lectura: anticipación-muestreo-
verificación-muestreo-anticipación. De este modo pueden resolver situaciones en las
cuales cada vez tienen menos información previa acerca de que dice en el texto y sus
anticipaciones se basan, cada vez más, en el texto mismo.
En la medida en que los niños vayan resolviendo problemas de situaciones de creciente
incertidumbre acerca de que es lo que está escrito en el texto y pueda prescindir de
datos contextuales provistos por la enseñanza, dejaran de necesitar “que las situaciones
didácticas dispongan los medios para que el texto resulte previsible y pueda ser
explorado”. De este modo los chicos solo necesitaran que la enseñanza asegure que la
lectura tiene un propósito, que se sabe quién es el autor de texto y se conocen algunos
aspectos de su contexto de producción.
Los niños escriben por si mismos:
Desde el inicio de la escolaridad los niños están autorizados a escribir por si mismos en
propuestas de escritura que promueven la interacción con otros como condición para
aprender. En el marco de estas interacciones ponen a prueba sus ideas, las revisan, las
reformulan y así avanzan con creciente autonomía. Desde una concepción de enseñanza que
abandona la condición de comunicar primero las letras para luego producir textos, los alumnos
acceden a las prácticas de la cultura escrita al mismo tiempo que comprenden el sistema de
escritura.
La escritura de listas constituye una buena oportunidad para los niños, ya que resulta un texto
privilegiado para pensar cuántas letras, cuáles, en qué orden escribirlas y, en el caso de los
enunciados, como segmentarlos en palabras.
Intervenciones docentes:
El criterio de agrupamiento de los alumnos es por saberes próximos, es decir, según niveles de
conceptualización del sistema de escritura. Esta decisión responde a la necesidad de organizar
espacios de interacción entre niños con conocimientos cercanos. De esta forma se intenta
garantizar que tengan posibilidades de hacer oír su voz y escuchar la del compañero en el
transcurso de la producción. (El criterio de agrupamiento no depende de la edad).
Esta experiencia fue diseñada para optimizar el trabajo colaborativo de los niños y promover
reflexiones en diferentes momentos de la tarea de reescritura. De este modo, se apunta a que
los niños adquieran mayor objetividad respecto de sus propias escrituras a través de tres
estrategias:
Previo a realizar la situación de reescritura de canciones, se deben realizar con los niños una
serie de actividades (durante un periodo prolongado –que puede durar uno o varios meses-),
con el objetivo de sensibilizarlos respecto de la forma en que se escriben las letras de las
canciones y los cortes de línea.
Por ejemplo: Seleccionar y cantar canciones para compartir con los niños; seguir la producción
de canciones de un mismo autor; elegir algún tipo de canción en particular, averiguar las
canciones de cuna que les cantaban de pequeños; seleccionar algunas canciones en torno a un
mismo tema u objeto, seguir el texto de la canción al mismo tiempo que es escuchada, etc.
Secuencia didáctica
Una vez que con los niños se frecuentó a diversidad de canciones, y han podido disfrutar e
intercambiar los efectos que puede generar este género, se propone desarrollar un proyecto
cuyo propósito comunicativo/ social es seleccionar y reescribir canciones para producir una
recopilación que circulará por las familias y la institución.
Etapas
Acuerdos sobre la tarea: El docente presenta la propuesta a los niños y acuerdo con ellos qué
se hace para qué, y para quiénes. Definir los propósitos, el producto, los destinatarios, y
explicitar algunas tareas y su distribución, permite organizar y dar sentido a las situaciones e
involucra a os niños en su realización. Estos acuerdos pueden registrarse en un papel afiche a la
vista de todos.
Evocación y listado de canciones conocidas: Durante esta etapa se ofrecen posibilidades para
que los niños evoquen y canten canciones y asimismo, discutan criterios de selección de los
textos preferidos con otros lectores. Para cumplir con estos propósitos, esta etapa se prolonga
durante varias clases.
A medida que transcurre este intercambio, los niños le dictan al docente los títulos de las
canciones. La lista queda escrita en un papel afiche y expuesta en la sala a disposición del grupo
para saber cuántas y cuáles son las canciones aprendidas. De este modo el docente ofrece
oportunidades para pensar sobre la cantidad y variedad de canciones centrándose en sus
diferentes formas de identificación.
Dado que las letras de las canciones se escriben en verso, el desafío particular que presenta esta
situación es pensar en el corte de línea en relación con la melodía y ritmo de la canción.
Lectura por sí mismo de canciones para seleccionar las que se incluirán en el cancionero:
Durante esta etapa, el docente planifica situaciones para que los niños se enfrenten al desafío
de leer por sí mismos y tengan oportunidades de confrontar sus interpretaciones con otros. Por
ejemplo, planifica un trabajo en equipos para que los niños decidan cuál es cuál entre un
conjunto de canciones que se han aprendido de memoria de tanto cantarlas.
Para que la situación resulte posible y a su vez, desafiante para todos, el docente organiza los
materiales considerando la cantidad de canciones que distribuye por grupos y la variaciones de
las propiedades cuantitativas (extensión de las canciones y de los versos) y cualitativas de los
textos (palabras o frases de los versos). Ambos criterios se articulan con los saberes de los niños
al momento de seleccionar las canciones.
En estas situaciones que los niños leen por si mismos textos que se saben de memoria, el
problema fundamental que se les presenta es poner en correspondencia las partes de aquello
que ya se sabe que dice con las partes de lo que está escrito. Para resolverlo los niños elaboran
hipótesis cada vez más ajustadas acerca de dónde dice y cómo dice aquello que están leyendo.
Así mismo, la situación requiere justificar afirmaciones, discutir y confrontar criterios, que
contribuyan a hacer cada vez más observable los índices del texto y ajustar progresivamente las
previsiones acerca de lo que puede estar escrito.
Para los niños que aún no leen convencionalmente el docente interviene para que reflexionen
sobre el sistema de escritura y avancen como lectores en función de sus posibilidades.
Reescritura de canciones que se saben de memoria para integrar al cancionero: El docente
también organiza situaciones para que los niños tengan oportunidades de reflexionar sobre
cómo escribir centrando la atención en la forma gráfica de un texto que se sabe de memoria al
mismo tiempo que sobre el sistema de escritura.
Para ello organiza un trabajo en parejas o tríos en donde los niños alternan roles de dictante y
escribiente y les propone escribir una canción conocida para incluir en el cancionero. Esta
organización promueve la producción cooperativa entre los niños quienes discuten y
confrontan ideas, incorporan acciones propuestas por el compañero, etc.
Según las aproximaciones al sistema de escritura que tengan los niños, la docente realizará
diversas intervenciones para dar pie a la reflexión acerca de lo escrito, ayudar al intercambio
entre los niños del grupo, y permitir el avance del conocimiento del sistema.
Edición del cancionero: Dado que la selección y reescritura de canciones tendrá efectivamente
destinatarios, el docente promueve un proceso de edición que implica decidir la inclusión de un
índice y un prólogo, evaluar la espacialización del texto para distribuir las canciones en la
página, diagramar las tapas y contratapas…
Los niños pueden decidir el armado del cancionero y el diseño de sus tapas. Para ello, pueden
consultar otros cancioneros o analogías para observar cómo se separan las canciones entre sí,
como numerar las paginas, si incluyen o no ilustraciones, etc. A partir de estas observaciones
puede definir los criterios para ordenar las canciones y armar el libro.
Para llegar al desarrollo de cada sesión se necesita un trabajo previo: seleccionar los libros,
recomendarlos, publicar las recomendaciones. Y un trabajo posterior a la sesión: organizar el
comentario de los niños en cada sala de las distintas experiencias de lectura a las que asistieron
ya que la sesión se replica en la semana siguiente con la misma oferta de cuentos.
En las sesiones de lectura en donde los niños escuchan leer al maestro, se ofrecen
oportunidades para que progresen como lectores al interactuar con un adulto experimentado
que se muestra como modelo lector y ejerce prácticas de lectura tales como compartir con
otros lo leído, intercambiar impactos y reflexiones, releer para responder a distintos propósitos.
A pesar de no enfrentarse de manera directa con los textos, tienen oportunidades de construir
algunas estrategias lectoras que podrán emplear o recuperar cuando intenten leer por sí solos.
El rol docente es facilitar la toma de la palabra, y también tener una activa participación de ese
dialogo, repensando con los alumnos sus inquietudes y preguntas sobre los textos,
proponiendo establecer relaciones con otros textos y con otras lecturas, etc.
Momentos
Elección de cada niño del cuento a escuchar: La maestra va llamando a algunos niños
para que elijan el libro que desean escuchar leer y se registren con su nombre debajo
del libro escogido, mientras el resto del grupo explora libros en la biblioteca. El
propósito es resguardar el momento brindándoles las mismas oportunidades a todos. Se
observa en este momento como los niños ponen en juego prácticas de lector al justificar
sus elecciones y avanzan en los criterios de selección de las obras a escuchar.
Elección del cuento para la segunda sesión de lectura y registro: A la semana siguiente,
cada docente con su grupo habitual vuelve a organizar la lectura de recomendaciones
para que los niños se inscriban en la réplica. Se presentan las mismas recomendaciones
que ya leyeron y permitieron la elección para la primera sesión. Pero ahora los niños
también pueden considerar para su elección los comentarios y recomendaciones que
van haciendo los compañeros que ya escucharon algunas de las distintas obras.
En esta oportunidad, ponen en juego diferentes criterios que circularon en otros
momentos de la situación. En estos comentarios es posible advertir algunas de estas
“huellas” de la enseñanza que se entraman con esos otros momentos de la situación.
La selección también es un proceso. Se elige mejor reflexionando acerca de los criterios que van
orientando las decisiones. Con los niños es posible explicitarlos a partir de las justificaciones
que elaboran al recomendarse libros entre sí. Se aprende a seleccionar leyendo,
intercambiando opiniones con otros adultos y con los niños, consultando recomendaciones de
expertos, etc.
Si bien el docente necesita realizar un trabajo previo, los procesos de ajuste en relación con los
criterios deberían compartirse. Todo proceso lleva tiempo y será necesario que tanto niños
como docentes compartan sus progresos y reformulaciones.
- Incluir textos de variada extensión: Es importante incluir tanto textos que los niños
puedan leer por sí mismos como aquellos que serán leídos por el docente o alumnos
que ya sean lectores expertos.
La brevedad no es sinónimo de texto fácil ni la extensión lo es de texto difícil. Por
ejemplo, hay textos enciclopédicos muy sintéticos pero de alta densidad conceptual que
aunque breves son difíciles para los niños pequeños y, por otro lado, existen textos
extensos que por diversas razones son accesibles para los más pequeños. Estas
cuestiones deberían ser observadas con cuidado e incluir en la biblioteca de aula textos
consistentes desde el punto de vista del contenido tanto breves como extensos.
- Incluir textos de autores nacionales y extranjeros, tanto clásicos como
contemporáneos: La literatura tiene la particularidad de expresar mundos posibles,
dado que toda creación refleja el espíritu de una geografía y de una época tanto en sus
aspectos más convencionales como en los más revolucionarios.
Para muchos niños y maestros los materiales de la biblioteca serán la única vía de
acceso a esos mundos posibles. Será indispensable que la biblioteca incluya no solo
autores nacionales y contemporáneos cercanos al mundo del niño sino también
aquellos que por ser distantes en la geografía y la historia puedan acercarle esos otros
mundos.
- Incluir textos de autores para adultos y para niños: No es posible establecer un límite
definido entre la literatura infantil y literatura para adultos. Un texto (literario o
informativo) puede haber sido escrito pensando en los niños y aun así no ser adecuado
para ellos por muchas de las razones, y de igual manera, muchos textos no han sido
producidos pensando en los niños como destinatarios y sin embargo los niños los
disfrutan.
Se trata de ampliar las posibilidades, no excluyendo a los autores que no escriben para
niños. Será importante elegir textos centrando la atención en su calidad y en la
posibilidad de que los niños los aborden por si mismos o con ayuda.
- Incluir textos en variados portadores: A través de diferentes interacciones que se
desarrollen en el tiempo será interesante que tanto los niños como los docentes puedan
explorar los significados de esas diferentes maneras en que los textos pueden aparecer
o simplemente que a partir del contacto cotidiano puedan llegar a anticipar que tipo de
textos es esperable encontrar en diferentes portadores.
- Aspectos referidos a las acciones y la trama: Una sucesión de acciones no configura una
trama. Ésta es posible cuando las acciones de una historia tienen vinculaciones mutuas.
La concepción de trama es algo más compleja que la esquemática caracterización de
inicio-nudo-desenlace. Una sucesión de hechos en el tiempo pueden tener inicio, nudo y
desenlace configurando una trama lábil e inconsistente.
- Aspectos referidos a la creación de atmosferas, personajes y lugares: Es importante
elegir aquellos textos en los que los autores hayan sido capaces de plantar personajes y
lugares que nos inviten a participar en la historia, que sean capaces de sacudir los
sentidos de los lectores.
En muchos casos nos sentimos en medio de los hechos sin necesidad de que el autor
describa explícitamente lugar y personajes, a veces la magia de la participación está
dada porque el escritor tiene la habilidad de hacer que los hechos ocurran, en vez de
explicarlos. Busquemos también para los niños textos que tengan al menos la
potencialidad de generar esos impactos. Textos sutiles, surgentes, que no conozcan el
lugar común.
- Aspectos referidos a las variedades de género: Será conveniente considerar diferentes
géneros dentro de lo narrativo, teniendo en cuenta una vez más que la complejidad y la
extensión no son cuestiones excluyentes si se toma en consideración que los niños
podrán abordarlos por si mismos o a través de la mediación de un lector experto.
En este sentido, es importante incluir en la biblioteca del aula cuentos, historietas,
novelas, etc. Estas variaciones permitirán desde la interacción frecuente empezar a
tomar contacto y quizá reflexionar acerca de algunas diferencias y similitudes en las
formas en que los autores desarrollan una trama narrativa o crean atmosferas o hacen
vivir a sus personajes.
o Sobre los textos informativos de divulgación científica. Para su selección será necesario
considerar algunas pautas:
- Nivel de informatividad en textos de menor y mayor complejidad: Cuando se
plantea la necesidad de elegir textos con diferente complejidad es importante
analizar el nivel de pertinencia de la información desde el punto de vista
científico. Será necesario tomar precauciones y recurrir a la consulta con
profesores o especialistas adecuados para no seleccionar textos que distorsionen
la información.
Además será crucial evitar la selección de textos que traten los temas de manera
simplificada y/o hermética, dado que de esa manera se dificulta la comprensión.
La ilustración
Las ilustraciones, como ora de las dimensiones estéticas de los libros, pueden contribuir de
manera relevante a la formación de lectores, especialmente de los que recién comienzan sus
intentos con la lectura.
“La ilustración es fundamentalmente una visión, una lectura, una explicación del propio texto,
que por su imaginación, coloración, proyección, estilo, forma, etc., amplía, diversifica y supera
la propia lectura de la narración del texto concreto”.
Será importante que los libros, tanto literarios como informativos, contengan ilustraciones de
buena calidad que configuren un mundo de significaciones posibles para los lectores.
También es importante incluir libros que contengan solo imágenes. Esto favorece que los niños
armen sus propias historias.
Además, toda biblioteca de aula también debería dar cabida tanto a las ilustraciones de tipo
ficcional o literaria como a las no ficcionales o científicas propias de los textos informativos.
Es crucial resaltar la importancia que tiene para los lectores un libro con diagramación cuidada,
buena calidad de papel e impresión, adecuada tipografía, etc. Es importante que la lectura
comience con el cuerpo a partir de un contacto placentero con los libros en el que los niños
puedan tocarlos, olerlos, mirarlos…, leerlos en el más amplio sentido de la palabra.
Si bien los recursos disponibles no permiten en muchos casos garantizar que todos los libros
que integren la biblioteca del aula cumplan con la condición de ser portadores de calidad, al
menos ésta debería contar con un buen porcentaje que reuniera estas características.
La ideología
Por fortuna, en los últimos años, y a partir de la circulación frecuente de diversidad de textos en
las escuelas, nuevas temáticas están ocupando espacios entre docentes y jóvenes lectores. Es
importante prestar atención a la originalidad y la profundidad con que los textos para niños
tratan temas tales como la vida, la muerte, la soledad, la amistad, el abandono, la pobreza, el
destino, el amor, la discriminación, etc.
Laura Devetach, plantea por un lado la cuestión de la forma de tratamiento de los temas por
parte de los autores y, por otro, la forma en que se utilizan determinados textos en el contexto
del aula.
Muchos docentes evitan el tratamiento de ciertos temas complejos por pensar que pueden
vulnerar la sensibilidad de los niños y en otros casos por temor a sentirse cuestionados por los
padres.
Por diversas razones, muchos niños solo contaran con la escuela como espacio para conectarse
de manera explícita con determinados temas. La biblioteca de aula debería garantizar, por un
lado, la posibilidad de los niños de interactuar con textos que aborden esos temas, y por otro
lado, un espacio de reflexión entre compañeros y con el docente al respecto.
Propósito general: Se trata de incluir a los niños en el mundo de la cultura escrita con el
propósito tanto de avanzar en el conocimiento del lenguaje escrito y en la adquisición de la
lectura y escritura convencional (didáctico) como de profundizar saberes acerca del personaje y
del género. Se busca que los niños tengan múltiples oportunidades para vincularse de manera
personal y compartida con fuentes informativas y obras literarias de autores contemporáneos y
del patrimonio universal (comunicativo).
Producto final: se propone a reescritura de un cuento con brujas por dictado al maestro y/o a
producción en parejas de una galería de brujas con exposición de textos descriptivos acerca del
mundo oculto de estos personajes.
Etapas
Se propone a los niños frecuentar cuentos tradicionales y de autor en torno a las brujas.
Durante dos o tres semanas el docente lee en voz alta los cuentos seleccionados. Estas
situaciones ofrecen oportunidades para comunicar a los niños las acciones que realizan los
lectores expertos mientras se establece un vínculo con textos de la tradición cultural: el
docente contextualiza cada obra y la presenta brevemente. Lee cada cuento sin
interrupciones, respetando el texto y adecuando el tono de su voz a las circunstancias del
relato. Luego de la lectura, se abre un espacio de intercambio sobre lo leído para comentar
efectos y compartir sensaciones, establecer relaciones con otros cuentos, etc…
Además del cuadro comparativo, el docente puede proponer otros escritos de trabajo que
sirvan de insumos para próximas escrituras o simplemente para organizar lo aprendido: