La Experiencia de Dios en El Libro de La Vida
La Experiencia de Dios en El Libro de La Vida
La Experiencia de Dios en El Libro de La Vida
Resumen: El artículo aborda el tema central del Li- Abstract: This article covers the central theme in
bro de la Vida de santa Teresa, que es la experiencia Saint Teresa’s Libro de la Vida: the experience of
de Dios. Lo hace desde tres angulaciones o perspec- God. It makes use of three perspectives closely
tivas estrechamente ligadas entre sí. Parte de una related between them. It begins with a literary
descripción de la autobiografía teresiana desde el description of Teresa’s autobiography, highlighting
punto de vista literario, destacando sus característi- its principal characteristics as a new work that
cas principales como libro nuevo, revelador de una reveals a history of salvation and narrates an
historia de salvación y narrador de una experiencia. experience. Subsequently, it expounds three keys
A continuación expone tres claves de interpretación of interpretation of Teresa’s experience: the
de la experiencia teresiana: teológico-antropológi- theological-anthropological, the Christological-
ca, cristológico-pascual, mística-apostólica. Termi- paschal, and the mystical-apostolic keys. The
na con el desarrollo de la mística teresiana como article ends with an explanation of Teresa’s
fuente de la misión y del servicio apostólico, desta- experience as a source of mission and apostolic
cando la relación entre el proceso pascual y la acti- service, emphasizing the relation between the
vidad apostólica de la Santa como fundadora y es- paschal process and Teresa’s apostolic activity as a
critora. founder and a writer.
Palabras clave: Teresa, Libro de la Vida, Experien- Keywords: Teresa, Libro de la Vida (Autobiography),
cia de Dios, Mistagogía, Misión. Experience of God, Mystagogy, Mission.
CIRO GARCÍA
C sús, han sido varias las publicaciones sobre el Libro de la Vida, que serán
nuestro punto de referencia. Una mención aparte merece la reproduc-
ción facsimilar llevada a cabo por Tomás Álvarez, con una larga y documenta-
da introducción histórica 1. Aparte esta obra monumental, pueden consultarse
otras ediciones recientes en la bibliografía final con sus respectivas introduc-
ciones y comentarios.
El Libro de la Vida de Teresa relata «el modo de oración y las mercedes
que el Señor me ha hecho». Refleja la franja religiosa más profunda de su vida,
y dentro de ella el filón de experiencia mística aludida con el vocablo «merce-
des que el Señor me ha hecho». Es el libro más personal y más vivo, dinámico
y comunicativo que ha salido de su pluma; el que mejor la identifica y mejor
nos la presenta. En él «va su alma» como testifica en el breve epílogo de en-
vío a su destinatario Padre García de Toledo.
1
SANTA TERESA DE JESÚS, Libro de la Vida. Autógrafo de la Biblioteca del Real Monasterio de San
Lorenzo de El Escorial, edición de Tomás Álvarez, Burgos: Monte Carmelo-Patrimonio Nacio-
nal, 1999, 635 pp.; vol. I: Edición fototipográfica; vol. II: Presentación y transcripción paleográfica. Lé-
xico de Vida, 501 pp.; II* Nota histórica. Anexo al volumen II de la Vida, 635 pp.
2
CEREZO GALÁN, P., «La experiencia de la subjetividad en Teresa de Jesús», en ROS GARCÍA, S.
(coord.), La recepción de los místicos Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, Salamanca: Universidad Pon-
tificia de Salamanca-Centro Internacional de Ávila, 1997, 171-204, cita 179; ID., «La experien-
cia de la subjetividad...», Revista de Espiritualidad 56 (1997) 9-50.
3
GARCÍA DE LA CONCHA, V., El arte literario de santa Teresa, Barcelona: Ariel, 1978, 191. Citado por
ROS GARCÍA, S., Santa Teresa de Jesús. Libro de la Vida, Madrid: BAC, 2001, L. El lector encontra-
rá aquí una amplia introducción, de la que tomamos bastantes datos en gran parte ya conocidos.
presiva, como señala fray Luis de León, como por la significación de su men-
saje, como la primera experiencia moderna de la subjetividad; y también por
las múltiples lecturas que ha suscitado en el transcurso de la historia y en la
historia del pensamiento.
Por otra parte, estamos ante un libro íntimo, confidencial y secreto, es-
crito con voluntad de reserva y anonimato. No aparece el título, ni el nombre
de la autora, ni el de ninguna otra persona, fuera de san Pedro de Alcántara
(ya muerto) y el de san Francisco de Borja. Estas omisiones son conscientes e
intencionadas, responden en el ánimo de la escritora a una sincera voluntad de
pasar desapercibida.
Sin embargo, a pesar de que encarece el secreto y protesta de que escri-
be por mandato, no puede disimular que lo hace con actitud de verdadera es-
critora, con afán de comunicación; siente una irrefrenable necesidad de co-
municarse 4. Es Dios mismo, en última instancia, quien la apremia a que tome
la pluma y lo hace por «obedecer al Señor que lo ha mandado» (V 37,1).
Lo hace también para «engolosinar las almas de un bien más alto» (V
18,8). Y más claro aún, «para consuelo de almas flacas como la mía, que nun-
ca desesperen ni dejen de confiar en el Señor» (V 19,3). Como dice Salvador
Ros, «le brota de todas las partes el anhelo de hacerse leer, tan necesario al es-
critor como el viento a la vela. Por eso el libro de la vida no puede ser consi-
derado como una simple cuenta de conciencia, sino como lo que es en verdad,
un libro entre los libros de espiritualidad de todos los tiempos, con una efica-
cia comunicativa, que el mismo García de la Concha ha comparado a “una ola
que se desborda por el ímpetu de lo que se quiere comunicar, y que pretende
arrebatar al lector para engolfarlo en el océano de la vivencia espiritual”» 5.
La autobiografía teresiana tiene un atractivo especial, está configurada
de forma dialógica y epistolar, como una extensa carta. Es una carta dirigida
al dominico García de Toledo, al que se dirige siempre con el apelativo epis-
4
Cfr. V 12,6; 13,8; 16,2; 18,8; 20,1; 23,11; 25,9; 26,6. Durante la composición del libro crece su
capacidad de comunicación. Al final se siente satisfecha con lo que ha escrito. En ciertos casos la
satisfacción de la santa aflora en los títulos de los capítulos de las obras, escritos después de la pri-
mera redacción, invitando a leerlos porque son importantes y contienen mucho bien (Vida, cc.
11-15.16.18; Castillo, títulos de las moradas 5, 6 y 7). Es característico el Epílogo del libro de las
Moradas como experiencia satisfactoria por haber llevado a término su obra. Su castillo interior
del alma ha resultado bellísimo, lleno de laberintos, jardines, fuentes... Es realmente un «castillo
encantado».
5
ROS GARCÍA, S., Santa Teresa de Jesús..., XIX.
CIRO GARCÍA
6
GARCÍA DE LA CONCHA, V., «Un nuevo estilo literario», en Santa Teresa y su época (Cuadernos
Historia 16, 110, Madrid, 1985), 28; ID., El arte literario de santa Teresa..., 109ss.
7
Cfr. GARCÍA, C., Santa Teresa de Jesús: Nuevas claves de lectura, 2 ed. Burgos: Monte Carmelo,
2014, 77-78.
8
Cfr. «Los nombres de Dios 2,9», en Obras Completas del Pseudo Dionisio Areopagita, edición de
Teodoro H. Martín, Madrid: BAC, 1990, 288.
9
Cfr. ÁLVAREZ, T. (dir.), Diccionario de Teresa de Jesús, Burgos: Monte Carmelo, 2002, 448-451. El ar-
tículo «Mística teología» se debe a Salvador Ros. La bibliografía sobre el tema es abundante.
CIRO GARCÍA
año 1554, a la edad de casi 40 años, ante una imagen «de Cristo muy llagado»
y tan devota que en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representa-
ba muy bien lo que pasó por nosotros.
2) Vida 10,1; 18,15. Es lo que podríamos llamar su primera experiencia
teologal: «Tenía yo algunas veces, aunque con mucha brevedad pasaba, co-
mienzo de lo que ahora diré. Acaecíame en esta representación que hacía de
ponerme cabe Cristo, y aun algunas veces leyendo, venirme a deshora un sen-
timiento de la presencia de Dios que en ninguna manera podía dudar que es-
taba dentro de mí, o yo toda engolfada en Él. Esto creo lo llaman mística teo-
logía» (V 10,1).
3) Vida 26,6; 27,2. La presencia envolvente de la divinidad se concreta
poco después, en medio de las circunstancias hostiles de la política inquisito-
rial antilibraria (año 1559), como experiencia eminentemente cristocéntrica:
es el descubrimiento de Cristo como «libro vivo» en el que «se ven verdades»
y que «deja imprimido lo que se ha de leer y hacer de manera que no se pue-
de olvidar» (V 26,6).
4) Vida 27,9; 39,25. Son las primeras gracias trinitarias: «Se ve el alma en
un punto tan sabia, y tan declarado el misterio de la Santísima Trinidad y de
otras cosas muy subidas, que no hay teólogo con quien no se atreviese a dis-
putar la verdad de estas grandezas. Quédase tan espantada, que basta una mer-
ced de éstas para trocar toda un alma y hacerla no amar cosa, sino a quien ve
que, sin trabajo ninguno suyo, la hace capaz de tan grandes bienes y le comu-
nica secretos y trata con ella con tanta amistad y amor, que no se sufre escri-
bir» (V 27,9).
5) Vida 40,1-10. Es la experiencia con la que concluye el Libro de la Vida,
haciendo ver la connaturalidad entre el sentido último de la Sagrada Escritu-
ra, escondido a la inteligencia humana, y la sabiduría de los perfectos a quie-
nes se les revela la Verdad de Dios ordenada y cumplida en Cristo: «Estando
una vez en oración... se me dio a entender una verdad, que es cumplimiento
de todas las verdades; no sé yo decir cómo, porque no vi nada. Dijéronme, sin
ver quién, más bien entendí ser la misma Verdad: No es poco esto que hago por ti,
que una de las cosas es en que mucho me debes; porque todo el daño que viene al mun-
do es de no conocer las verdades de la Escritura con clara verdad; no faltará una tilde
de ella. A mí me pareció que siempre yo había creído esto, y que todos los fie-
les lo creían. Díjome: ¡Ay, hija, qué pocos me aman con verdad!, que si me amasen
no les encubriría Yo mis secretos. ¿Sabes qué es amarme con verdad? Entender que
todo es mentira lo que no es agradable a Mí. Con claridad verás esto que ahora no
CIRO GARCÍA
10
ARÓSTEGUI, L., «Un aparecer divino en la subjetividad: la experiencia mística de santa Teresa de
Jesús», en Actas del I Congreso Internacional Teresiano, Burgos: Monte Carmelo-CITeS-Universi-
dad de la Mística, 2011, 313-344.
11
«El texto es un ejemplo de la humanidad de Dios y de humanismo en la concepción de la per-
sona humana: así entendería ella la miseria que era, si le faltara el Señor, que no había seguridad
mientras vivimos en esta carne (historicidad), el valor de esta “guerra”; de ahí conoció Teresa que
“tenía lástima el Señor de los que vivimos en este mundo”» (ibíd., 326).
12
ID., «Un parecer divino en la subjetividad...», 338.
13
Corresponden a los siguientes capítulos: cc. 1-10 (infancia y madurez humana); cc. 11-21 (el bre-
ve tratado de los cuatro grados de oración que la santa incluye para entenderse mejor a sí mis-
ma y para que mejor la entiendan sus confesores); cc. 22-31 (su nueva vida en Cristo, «libro
vivo»); cc. 32-40 (su obra fundadora y de servicio eclesial).
CIRO GARCÍA
de san Agustín, que la santa leyó apenas traducido y que está en el origen de
su conversión 14.
Los temas que desde esta perspectiva se desarrollan en torno a la expe-
riencia no se hallan circunscritos a los tres bloques de capítulos señalados, sino
que los desbordan. Son más bien temas transversales, que Teresa tiene la ha-
bilidad de hacer converger en todas las etapas de su vida. No olvidemos que el
relato de Teresa de Jesús es una mirada retrospectiva a su vida desde la atala-
ya de su experiencia mística, que descubre la acción salvadora de Dios en ella.
«Subida en esta atalaya adonde se ven verdades» (V 21,9), contempla todas las
cosas desde su dimensión trascendente.
En las últimas líneas del libro Teresa misma nos descubre el sentido de
su relato: comunicar «esta desbaratada vida» (V 40,24). Lo escribe «con toda
llaneza y verdad» que ha podido, con el fin de «hacer luz en su vida» (V 7,6)
y poder «comunicarla» (V 10,8). Teresa se nos presenta buscando la verdad, la
verdad de su vida, por una parte; pero también la verdad de Dios por otra. Y
no quiere retenerla para sí solamente.
En un primer momento tratará de hacer luz en su vida en el periodo que
llega hasta su conversión. Lo definirá como la del hombre viejo: «la de hasta
aquí era mía» (V 23,1). Su protagonista es Teresa. A partir de aquí, es decir, el
periodo de su vida correspondiente a la vida del hombre nuevo, el protago-
nista será Dios mismo.
El especialista en temas de antropología, Gabriel Amengual, nos da una
acertada lectura antropológica del Libro de la Vida, que se puede resumir en es-
tos términos 15. La autobiografía de santa Teresa es una narración de la expe-
riencia de su vida, con una intención didáctica y sapiencial acerca de la oración,
de la vida espiritual y del discernimiento de espíritu. Es un libro que brota de
14
No cabe duda que la obra del obispo africano resultó decisiva para la monja carmelita: «Como
comencé a leer las Confesiones, paréceme me veía yo allí» (V 9,8). Esta lectura no sólo está en el
origen de su conversión sino que en ella encuentra el molde para el libro de su autobiografía. Es
su pórtico de entrada en la literatura. Santa Teresa leyó las Confesiones de san Agustín en su pri-
mera versión castellana del agustino portugués Sebastián Toscano: Las Confesiones de san Agustín,
traducidas de Latín en Romance Castellano por el padre Maestro fray Sebastián Toscano, Andrés de Por-
tonotariis, Salamanca, 1554.
15
AMENGUAL, G., «La experiencia en el libro de la vida. Una lectura en clave filosófico-teológi-
ca», en Actas..., 367-395.
16
GONZÁLEZ DE CARDEDAL, O., «Realidad y experiencia de Dios en santa Teresa: Contenidos es-
pecíficos de esa experiencia teologal», en Congreso Internacional Teresiano, 2 vols., Salamanca:
Universidad Pontificia de Salamanca, 1983, 835-881, cita 837.
17
CASTELLANO, J., «Espiritualidad teresiana. Experiencia y doctrina», en BARRIENTOS, A. (dir.),
Introducción a la lectura de santa Teresa, 2 ed. Madrid: Editorial de Espiritualidad, 2002, 157-281,
cita 210.
18
ÁLVAREZ-SUÁREZ, A., «Dimensión mistagógica del “Libro de la Vida” de santa Teresa de Jesús.
Una lectura posible», en Actas..., 423-454.
CIRO GARCÍA
19
CASTRO, S., «Un Dios que se revela progresivamente. Lectura bíblica. La autobiografía teresia-
na o el proceso bíblico de Dios en miniatura», en Actas..., 455-503.
20
Las noches teresianas, aunque no parecen tan perfiladas como en san Juan de la Cruz, se hallan
presentes en su vida y hoy son objeto de particular atención: cfr. CASTRO SÁNCHEZ, S., «Noche
oscura en “Las moradas” de santa Teresa», Revista de Espiritualidad 67 (2008) 291-311.
21
ID., en Actas..., 460. El mismo autor desarrolla más ampliamente esta perspectiva en los siguien-
tes escritos: «Configuración bíblica del relato teresiano (elementos centrales)», en JIMÉNEZ
GONZÁLEZ, A. (ed.), «La Gloria del Verbo», Estudios Bíblicos 66 (2008) 217-244; «El entramado
bíblico del proceso teresiano», en LONDOÑO, R. (dir.), La Biblia libro de contemplación, Burgos-
Ávila: Monte Carmelo-Cites-Universidad de la Mística, 2010, 439-481; El fulgor de la Palabra:
Nueva comprensión de Teresa de Jesús, Madrid: Editorial de Espiritualidad, 2012, 360 pp. En este
libro dedica un largo capítulo a la perspectiva bíblica de la autobiografía teresiana, 15-111.
22
Cfr. GARCÍA, C., Santa Teresa de Jesús: Nuevas claves de lectura..., 51-53.
CIRO GARCÍA
nifiesta como dueño y Señor: «Ya no quiero que tengas conversación con
hombres, sino con ángeles» (V 24,5). Aquellas palabras fueron más que pala-
bra. Era el mismo Cristo el que entraba en ella con autoridad y señorío. Tere-
sa entraba en la nueva alianza. Vio de golpe la gratuidad del evangelio.
Teresa va a contemplar a Jesús prácticamente en todas las facetas de la
vida pública, pero siempre lo realizará desde la luz pascual, como lo han con-
templado los discípulos cuando redactaron el evangelio: «Casi siempre se me
representaba el Señor así resucitado...» (V 29,4). Corresponderían estas expe-
riencias de los cc. 27-29 a la experiencia que los Apóstoles tuvieron de la pa-
sión y muerte del Señor.
Los cc. 37-40 habría que situarlos en el tiempo escatológico o del Espí-
ritu Santo. Según el carmelita Secundino Castro, estos capítulos corresponde-
rían a la experiencia de la comunidad primitiva después de Pentecostés, cuan-
do desde el Espíritu comenzarán a descubrir nuevas profundidades en Cristo.
Habría que situarlos en la línea de las cartas paulinas más profundas y de los
discursos de despedida del evangelio de Juan.
Las realidades escatológicas del NT a las que Teresa tendrá acceso son la
experiencia de la Iglesia, de la muerte, de la resurrección, del purgatorio, del
cielo, experiencias de los santos, experiencias de María... Toda la realidad es-
catológica de la Iglesia pasa por ella. Muchos de estos aspectos son peculiares
de la comunidad primitiva. También Teresa queda abierta a la parusía y suspi-
ra por ese día. El «maranatha» resuena en casi todas las páginas de la autobio-
grafía 23. Teresa vive en actitud de espera escatológica (V 40,20), en la alterna-
tiva paulina entre morir y servir. «En más tendría se aprovechase un tantito un
alma, que todo lo que de mí se puede decir... todos mis deseos paran en esto» (V 40,22).
3. MÍSTICA DE SERVICIO
23
Cfr. GARCÍA, C., Santa Teresa..., 283-317.
24
CASTELLANO, J., Carismi per il terzo millennio. I movimenti ecclesiali e le nuove comunità, Roma: Edi-
zioni OCD, 2001, 233.
CIRO GARCÍA
25
STEGGINK, O., «Experiencia y teología en la historia de la mística cristiana (Teresa de Jesús, mu-
jer y mística, ante la teología y los teólogos)», en AA.VV., Sentieri iluminati dallo spirito. Atti del
Congresso internazionale di mistica. Abbazia di Münsterschwarzach, Roma: Edizioni OCD,
2006, 243-268. Puede verse un resumen en GARCÍA, C., Mística en diálogo: Congreso internacional
de mística. Selección y síntesis, Burgos: Monte Carmelo, 2004.
26
CEREZO, P., La experiencia de la subjetividad..., 203. Cfr. GARCÍA, C., Mística en..., 69-78.
27
Los tres momentos se caracterizan por una experiencia cristológica, soteriológico-eclesial y místico-
apostólica del misterio de Cristo y de su obra redentora: cfr. GARCÍA, C., Mística en..., 172-184.
CIRO GARCÍA
28
Para un desarrollo más amplio de esta perspectiva de la experiencia mística, véase GARCÍA, C.,
Mística en..., 155 ss.
29
ID., Mística en..., 184.
CIRO GARCÍA
Bibliografía
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te Carmelo, 1981.
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GARCÍA, C., Santa Teresa de Jesús: Nuevas claves de lectura, 2 ed. Burgos: Mon-
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Teresa: Contenidos específicos de esa experiencia teologal», en Congreso
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HERRÁIZ GARCÍA, M., Introduzione al «Libro della vita» di Teresa di Gesù, Leg-
nano: Monastero Carmelitane Scalze, 2010 (original español, 1982).