FOTOSINTESIS
FOTOSINTESIS
FOTOSINTESIS
Todas las células requieren energía, pero como se vio en el capítulo 6, la primera ley de la
termodinámica establece que la energía no se crea; por tanto, la vida depende de la energía de fuentes
externas. Para casi todas las formas de vida en la Tierra, la energía viene de la luz solar, directa o
indirectamente. Los únicos organismos capaces de captar esta abundante fuente de energía son los que
llevan a cabo la fotosíntesis, por la cual se capta y almacena energía solar en los enlaces de moléculas
orgánicas, como la glucosa. La evolución de la fotosíntesis hizo posible la vida que conocemos. Este
proceso asombroso suministra no sólo el “combustible” para la vida, sino también el oxígeno necesario
para “consumir” ese combustible, como se verá en el capítulo 8.
La fotosíntesis se da en las plantas, protistas fotosintéticos y algunas bacterias. Aquí nos vamos a
concentrar en los organismos más conocidos: las plantas terrestres. Hojas y cloroplastos son
adaptaciones para la fotosíntesis En las plantas, la fotosíntesis tiene lugar en los cloroplastos, que están
contenidos en las células de las hojas. Las hojas de la mayor parte de las plantas terrestres tienen
apenas unas pocas células de grosor, una estructura elegantemente adaptada a las exigencias de la
fotosíntesis (FIGURA 7-1).
La forma aplanada de las hojas expone al Sol una superficie más ancha y su delgadez garantiza que la luz
penetre a los cloroplastos del interior. La superficie superior e inferior de una hoja consta de una capa
de células transparentes, la epidermis. La superficie externa de la epidermis está cubierta por la cutícula,
un recubrimiento transparente, ceroso e impermeable que reduce la evaporación del agua de la hoja.
Una hoja obtiene del aire el CO2 necesario para la fotosíntesis, a través de poros ajustables en la
epidermis llamados estomas (de la palabra griega que significa “boca”; FIGURA 7-2 en la página 115).
Dentro de la hoja hay capas de células que, en conjunto, reciben el nombre de mesófilo (que significa
“en medio de la hoja”). Las células del mesófilo contienen casi todos los cloroplastos de la hoja y, por
consiguiente, la fotosíntesis se realiza principalmente en estas células. Haces vasculares, que forman la
nervadura de la hoja (FIGURA 7-1b), suministran agua y minerales a las células del mesófilo y se llevan
los carbohidratos producidos a otras partes de la planta. Las células que rodean estos haces forman la
vaina perivascular y carecen de cloroplastos. Una célula del mesófilo tiene de 40 a 50 cloroplastos
(FIGURA 7-1c) que son tan pequeños (unas cinco micras de diámetro) que 2,500 alineados abarcarían
aproximadamante la uña de un pulgar. Como se vio en el capítulo 4, los cloroplastos son organelos que
constan de una doble membrana externa que encierra un medio semifluido, el estroma. Insertados en el
estroma se encuentran sacos membranosos interconectados y en forma de disco que se llaman
tilacoides (FIGURA 7-1d). Cada uno de estos sacos delimita una región con fluido llamada espacio
tilacoidal. Las reacciones químicas fotodependientes de la fotosíntesis (reacciones luminosas) se realizan
en las membranas de los tilacoides. Las reacciones fotoindependientes del ciclo de Calvin que captan
carbono del CO2 y producen glucosa se realizan en el estroma que los rodea.
Fuera de los tilacoides toman el CO2 de la atmósfera y la energía química de las moléculas portadoras
para impulsar la síntesis de un azúcar de tres carbonos que servirá para sintetizar glucosa. En la figura 7-
3 se muestra la relación entre las reacciones luminosas y el ciclo de Calvin, de modo que se ejemplifica la
interdependencia de los dos procesos y se coloca cada uno en el lugar donde se realiza dentro del
cloroplasto. Dicho en pocas palabras, la parte foto- de la fotosíntesis se refiere a la captura de energía
solar por medio de reacciones luminosas en las membranas de los tilacoides. Estas reacciones toman la
energía solar para “recargar” las moléculas portadoras del ADP (adenosín difosfato) y NADP (la forma sin
energía del NADPH) para formar ATP y NADPH. La parte –síntesis de la fotosíntesis se refiere al ciclo de
Calvin, en el que se capta carbono para sintetizar glucosa por medio de la energía suministrada por las
moléculas de alta energía: el ATP y el NADPH. Los portadores desenergizados ADP y NADP se recargan
mediante reacciones luminosas para convertirse en ATP y NADPH, que impulsarán la síntesis de más
moléculas de glucosa. Ahora que tenemos las líneas generales de la fotosíntesis, veamos los detalles de
cada fase