04 Cuarto Mandamiento

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Cuarto Mandamiento

Querer a nuestros papás y hermanos


El amor a nuestros padres

El cuarto mandamiento de la ley de Dios dice:


Honrarás a tu padre y a tu madre.
El amor a nuestros padres

Los hijos tenemos el deber de honrar a nuestros padres,


que tanto nos aman y se preocupan de nosotros.
Honrar es amar, respetar y obedecer.
El amor a nuestros padres

Amamos a nuestros padres


cuando los tratamos con cariño, les damos alegrías,
evitamos disgustarles y rezamos por ellos.
El amor a nuestros padres

Les respetamos
cuando no les damos malas contestaciones ni gritos,
sino que procuramos tratarles siempre con
veneración y cariño.
El amor a nuestros padres

Cuando desobedecemos a nuestros padres


ofendemos a Dios, pues ellos le representan en la
tierra.
Pero, cuando les obedecemos le damos una gran
alegría al Señor.
Aprendemos

¿Cuál es el cuarto mandamiento de la Ley de Dios?


El cuarto mandamiento de la Ley de Dios es:
honrarás a tu padre y a tu madre.
Aprendemos

¿Cómo cumplen los hijos el cuarto Mandamiento de la ley


de Dios? Amando, respetando y obedeciendo a sus padres,
ayudándoles en todo lo que se pueda. Amando a los
hermanos, abuelos, etc.
El amor de José a su familia
Hubo un hombre muy bueno llamado Jacob, que
amaba mucho a Dios. Jacob tuvo doce hijos y uno
de los más pequeños se llamaba José. Era muy listo
y tenía unos sueños maravillosos. Sus hermanos
mayores le tenían mucha envidia.

Una
historia
de la
Biblia
Un día Jacob envió a su hijo
José al lugar donde estaban
sus hermanos guardando los
rebaños. Cuando los
hermanos mayores vieron
venir a José, dijeron:
Ahí viene el soñador.
Matémosle y diremos a
nuestro padre que un animal
salvaje lo devoró.

De pronto, vieron llegar a unos mercaderes, y en


lugar de matar a José se lo vendieron por unas
monedas de plata.
Los mercaderes llevaron a
José a Egipto y allí vendieron
a José a un oficial del
Faraón. Con el tiempo, José
llegó a ser un gran personaje
en Egipto. Adivinaba los
sueños del Faraón y éste le
nombró su ministro. José
adivinó que iba a llegar un
tiempo de mucha hambre y
almacenó enormes cantidades
de trigo y alimentos.
Los hermanos de José llegaron a Egipto en busca de
alimentos. José les recibió, pero no le reconocieron, pues
habían pasado muchos años. Por fin, José les dijo quién
era y ellos se asustaron mucho, recordando lo mal que se
habían portado con él.

Pero José les dijo: No tengáis


miedo, pues os he perdonado.
Traed a mi padre y yo cuidaré
de todos vosotros para que no
paséis hambre.
Y fue abrazando a todos sus
hermanos. Estos regresaron a
su tierra y pronto volvieron a
Egipto llevando a su anciano
padre. José y su padre se
abrazaron y lloraron mucho
de alegría.
Lo que Dios me propone para ser
feliz:

Respetar, obedecer y amar a


nuestros padres.
Rezar por papá, mamá y los
hermanos.
Ayudar y dar alegrías a los padres.
Usar bien la libertad que nos dan
papá, mamá o quien cuide de
nosotros.
Ser buenos hermanos.
Cuidar a los padres cuando estén
enfermos o sean ancianos.
Imitar al Niño Jesús, que amó y
obedeció a su Madre, la Virgen, y a
san José.
Lo que me aleja de Dios

Ser irrespetuoso,
desobediente y poco
agradecido con los papás y
no mostrarles cariño.
Dar disgustos y
preocupaciones a los papás.
Ser mal hermano: egoísta,
discutir mucho, ser celoso…
Dar mal ejemplo.
Faltar el respeto a las
autoridades.
Para que
nuestros padres
nos sirvan
siempre de
ejemplo y nos
enseñen con su
vida a amar a
Jesucristo.
Roguemos al
Señor. Amén.

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