La Historia de José
La Historia de José
La Historia de José
Comentario bíblico:
BDV
JOSE
Como adolescente, José era demasiado confiado. Su confianza propia,
incrementada por ser el hijo favorito de Jacob y por conocer los designios de
Dios para su vida, resultaba insoportable para sus hermanos mayores, los
que a la larga conspiraron contra él. Pero esa seguridad, moldeada por el
sufrimiento y combinada con un conocimiento personal de Dios, permitió que
sobreviviera y prosperara donde muchos hubieran fracasado. Cuando añadió
sabiduría a su confianza, se fue ganando el corazón de todo aquel que
conocía: Potifar, el carcelero, otros prisioneros, el rey y, después de muchos
años, hasta aquellos diez hermanos.
Quizá usted se pueda identificar con una o más de estas penurias por las
que pasó José: lo traicionaron y expulsaron de su familia, se vio en una
tentación sexual, lo castigaron por hacer lo correcto, sobrellevó un largo
encarcelamiento, se olvidaron de él las personas que ayudó. Cuando usted
lea la historia, observe lo que José hizo en cada caso. Su respuesta positiva
transformó cada caída en un paso hacia adelante. Nunca pasó mucho tiempo
preguntándose ¿por qué? Siempre se decía: "¿Qué debo hacer ahora?" Los
que lo conocieron vieron que en todas las cosa que José hacía y en todos los
lugares donde iba, Dios estaba con él. Cuando usted esté enfrentado un
revés, adopte una actitud como la de José, y esté consciente de que Dios
está con usted. No hay nada como la realidad de la presencia de Dios para
dar una nueva luz a una situación oscura.
Datos generales:
-- Dónde: Canaán, Egipto
-- Ocupación: Pastor, esclavo, convicto, gobernador.
-- Familiares: Padres: Jacob y Raquel. Once hermanos y una hermana
mencionados en la Biblia. Esposa: Asenat. Hijos: Manasés y Efraín.
Versículo clave:
"Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste,
en quien esté el espíritu de Dios? (Gen_41:38).
La historia de José se relata en Génesis 30-50. También se menciona en
Heb_11:22.
Gén 37.3 En los días de José, todo el mundo tenía una túnica. La utilizaban
para resguardarse del frío, para envolver sus pertenencias cuando viajaban,
para envolver a los bebés, para sentarse sobre ella o para servir de garantía
de un préstamo. La mayoría de las túnicas eran sencillas, llegaban hasta la
rodilla y tenían mangas cortas. La de José era probablemente del tipo que
usaban los nobles: de manga larga, llegaba hasta el tobillo y tenía muchos
colores. El que le regalara una así a su hijo fue demostración de favoritismo
de Jacob hacia José, y esto agravó las relaciones ya tirantes que había entre
José y sus hermanos. El favoritismo en la familia puede ser inevitable, pero
deben de ser minimizados sus efectos ya que crean desacuerdos. Quizá los
padres no puedan cambiar sus sentimientos hacia un hijo predilecto, pero
pueden cambiar la forma en que tratan a los demás.
37.29, 30 Rubén regresó al pozo a buscar a José, pero José ya se había ido.
Su primera reacción fue "¿qué será de mí?", en vez de "¿qué le sucederá a
José?" Cuando usted se ve en una situación difícil, ¿se preocupa primero por
usted mismo? Considere a la persona que se ve más afectada por el
problema, y lo más probable es que encuentre la solución.
37.34 Rasgar las vestiduras y ponerse cilicio era una señal de duelo, como
en la actualidad lo es el vestirse de negro.
39.1 Faraón era el título que se daba a todos los reyes de Egipto. Era un
título como "Rey" o "Presidente" utilizado para designar al líder del país. Los
faraones que se mencionan en Génesis y Exodo eran personas diferentes.
39.1 El Egipto antiguo era una tierra de grandes contrastes. La gente era o
exageradamente rica o totalmente pobre. Casi no había términos medios.
José sirvió a Potifar, un miembro extremadamente rico del gabinete de
Faraón. Las familias ricas, como la de Potifar, se construían casas de dos o
tres pisos con jardines y terrazas hermosos. Les gustaban la actuación de
artistas en la casa mientras escogían frutas deliciosas de tazones finísimos.
A su alrededor había floreros de alabastro, pinturas, hermosos tapetes y
sillas talladas a mano. La cena se servía en platos de oro e iluminaban sus
cuartos con candelabros de oro. Los sirvientes, como José, trabajaban en el
primer piso, mientras que la familia ocupaba los pisos superiores.
39.10-15 José evadía a la esposa de Potifar lo más posible. Pero un día tuvo
que huir de ella. Algunas veces tratar de evadir la tentación no es suficiente;
debemos voltearnos y huir, especialmente cuando las tentaciones son
demasiado grandes, como suele ser el caso con las tentaciones sexuales.
40.8 Cuando surgió el tema de los sueños, José hizo que todos volvieran la
mirada hacia Dios. En vez de aprovecharse de la situación para beneficio
propio, se puso a hablar de Dios. Uno de los secretos de tener buen éxito al
hablar de Dios es aprovechar las oportunidades para relacionar a Dios con la
experiencia de otras personas. Cuando llegue la oportunidad, debemos tener
el valor de hablar, como lo hizo José.
41.8 Los magos y los sabios eran comunes en los palacios de los
gobernadores antiguos. Entre sus tareas estaba estudiar las artes sagradas y
las ciencias, leer las estrellas, interpretar los sueños, predecir el futuro y
hacer magia. Tenían poder (véase Exo_7:11-12), pero su poder era satánico.
No pudieron interpretar el sueño de Faraón, pero Dios se lo reveló a José.
41.16 José le dio todo el mérito a Dios. Nosotros debemos procurar hacer lo
mismo. Tomarnos la gloria es robar lo que pertenece a Dios. No se quede
callado cuando usted sabe que debe estar dando la gloria y el crédito a Dios.
41.38 Faraón reconoció que José era un hombre que poseía el espíritu de
Dios. Usted probablemente no tendrá la oportunidad de interpretar sueños
para un rey, pero los que lo conocen deben poder ver a Dios en usted, a
través de sus palabras amables, actos de misericordia y consejos sabios.
Sus parientes, vecinos y compañeros de trabajo ¿lo ven a usted como una
persona en la que habita el Espíritu de Dios?
41.45 Quizá Faraón procuraba que José fuera más aceptable a la cultura de
Egipto al darle un nombre y una esposa egipcios. Probablemente quería (1)
restar importancia al hecho de que José era un pastor nómada, profesión
que los egipcios menospreciaban, (2) hacer que el nombre de José fuera
más fácil de pronunciar y recordar y (3) demostrar el gran mérito que tenía al
darle a la hija de un funcionario egipcio prominente.
41.46 José tenía treinta años cuando llegó a gobernador de Egipto. Era de
diecisiete años cuando sus hermanos lo vendieron en esclavitud. Por lo
tanto, había pasado once años como esclavo y dos en prisión.
42.1, 2 ¿Por qué el grano era tan valioso en esos días? Como fuente de
alimento era universal y se utilizaba casi en cualquier cosa que se comiera.
Podía secarse y almacenarse mucho más tiempo que cualquier verdura,
productos lácteos o carne. Era tan importante que hasta lo usaban como
dinero.
42.8, 9 José recordó los sueños que tuvo en que sus hermanos se inclinaban
ante él (37.6-9). ¡Aquellos sueños se estaban cumpliendo! Cuando niño,
José se sintió grande en sus sueños. Como hombre, jamás hizo alarde de su
posición. No sintió la necesidad de decir "se los dije". Todavía no era tiempo
de que revelara su identidad, así que se quedó callado. Algunas veces es
mejor quedarnos en silencio, aun cuando quisiéramos tener la última palabra.
42.22 Rubén sí no pudo resistir el decir "ya se los dije". "Se nos demanda su
sangre" significa que pensaban que Dios los estaba castigando por lo que
habían hecho a José.
43.11 Eran muy valiosos los regalos de bálsamo, miel, especias, mirra,
nueces y almendras. Eran artículos que no eran comunes en Egipto y por
causa de la hambruna eran aún más difíciles de encontrar.
43.32 ¿Por qué José comió solo? Era lo que dictaba la ley del sistema de
castas egipcio. Los egipcios se consideraban altamente inteligentes y
refinados. Tenían a los pastores y nómadas por incultos y vulgares. Por ser
hebreo, José no podía comer con los egipcios, aunque los superaba en
jerarquía. Como extranjeros y pastores, los hermanos de José tenían un
rango más bajo que cualquiera de los ciudadanos egipcios, y tenían que
comer separados también.
44.13 El rasgarse las ropas era una expresión de gran tristeza y una manera
tradicional de mostrar pena. Los hermanos tenían miedo de que le hubieran
hecho daño a Benjamín.
44.16-34 Cuando era más joven, Judá no mostró ninguna consideración por
su hermano José ni por su padre Jacob. Primero convenció a sus hermanos
de que vendieran a José como esclavo (37.27); luego él y sus hermanos
mintieron a Jacob en cuanto a lo que le había sucedido a José (37.32). ¡Pero
qué cambio se produjo en Judá! Estaba tan preocupado por su padre y su
hermano menor, Benjamín, que estaba dispuesto a morir por ellos. Cuando
esté a punto de perder toda esperanza en usted mismo y en los demás,
recuerde que Dios puede lograr un cambio completo aun en la persona más
egoísta.
44.18-34 Por último Judá no soportó más y dio un paso adelante para
explicar lo que había sucedido. Esto era riesgoso pues José podría haber
mandado que lo mataran. Pero Judá defendió con valor su vida y la de sus
hermanos e imploró misericordia. Y ofreció ocupar el lugar de Benjamín. Hay
momentos en que debemos guardar silencio, pero hay momentos en que
debemos hablar, incluso si esto tiene serias repercusiones. Cuando enfrente
una situación que necesita una voz fuerte y una acción valerosa, acuérdese
de Judá y hable.
44.33 José quería ver si sus hermanos habían cambiado, y puso a prueba la
forma en la que se trataban. Judá, el hermano que dio el primer paso en el
plan para vender a José (37.27), en esta ocasión dio el primer paso para
tomar el castigo que iban a aplicarle a Benjamín para que este pudiera
regresar con su padre. Este acto tan valeroso convenció a José de que sus
hermanos habían cambiado para bien de una forma dramática.
45.4-8 Aun cuando los hermanos de José quisieron deshacerse de él, Dios
se valió de aquel acto perverso para cumplir el propósito divino. Dios
utilizaría a José para preservar la vida de la familia de Jacob, salvar a Egipto
y preparar el camino para el inicio de la nación de Israel. Dios es soberano.
Sus planes no cambian por lo que hagan los hombres. Cuando otros intenten
hacerle mal, recuerde que son sólo herramientas de Dios. Eso fue lo que
quiso decir José a sus hermanos: "Vosotros pensasteis mal contra mí, mas
Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en
vida a mucho pueblo" (50.20).
45.17-20 A José lo rechazaron, raptaron, esclavizaron y encarcelaron. A
pesar de que sus hermanos le fueron infieles, él los perdonó
bondadosamente y compartió con ellos su prosperidad. José demostró que
Dios nos perdona y nos colma de bondad aun cuando hayamos pecado
contra El. Este mismo perdón y estas mismas bendiciones serán nuestros si
lo pedimos.
JUDA
Las personas que son líderes siempre sobresalen. Quizás no se destacan ni
actúan de una determinada manera hasta que surge la necesidad de entrar
en acción. Entre sus cualidades están la franqueza, la decisión, la acción y el
control. Estas cualidades pueden utilizarlas lo mismo para hacer mucho bien
que para hacer mucho mal. El cuarto hijo de Jacob, Judá, era un líder
natural. Los sucesos de su vida le proporcionaron varias oportunidades de
ejercitar esas cualidades. Desafortunadamente, las decisiones de Judá
siempre reflejaban más la presión del momento que un deseo consciente de
cooperar con el plan de Dios. Pero cuando se daba cuenta de sus errores,
estaba dispuesto a reconocerlos. Su experiencia con Tamar y la
confrontación final con José son ejemplos de la disposición de Judá a
reconocer su culpa cuando lo confrontaban. Fue una de las cualidades que
transmitió a su descendiente David.
Ya sea que tengamos o no cualidades naturales de líder como Judá,
tenemos en común con él la tendencia a cegarnos ante nuestro propio
pecado. Pero no muy a menudo tenemos la misma disposición a reconocer
nuestros errores. Podemos aprender de Judá que no es sabio esperar a que
nuestros errores nos fuercen a reconocer que actuamos mal. Es mucho
mejor que abiertamente confesemos nuestros errores, carguemos con
nuestra culpa y busquemos el perdón.
Puntos fuertes y logros :
-- Era un líder natural, franco y decidido
-- Pensaba con claridad y sabía actuar bajo mucha presión
-- Estaba dispuesto a cumplir su palabra y afrontar las consecuencias si
era necesario
-- Era el cuarto de doce hijos. De su descendencia Dios haría nacer al
rey David y a Jesús, el Mesías
Debilidades y errores :
-- Sugirió a sus hermanos que vendieran como esclavo a José
-- No cumplió su deber con su nuera Tamar
Lecciones de su vida :
-- Dios lo tiene todo bajo control a pesar de la situación inmediata
-- La indecisión a menudo empeora las situaciones
-- El ofrecimiento de Judá de dar su vida por la de Benjamín es un
ejemplo de lo que su descendiente Jesús haría por la humanidad
Datos generales :
-- Dónde: Canaán y Egipto
-- Ocupación: Pastor
-- Familiares: Padres: Jacob y Lea. Esposa: la hija de Súa (1Ch_2:3).
Nuera: Tamar. Once hermanos, al menos una hermana, y por lo menos cinco
hijos
Versículos clave :
"Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; los
hijos de tu padre se inclinarán a ti. Cachorro de león, Judá; de la presa
subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, así como león viejo:
¿quién lo despertará?" (Gen_49:8-10).
La historia de Judá se relata en Génesis 29.35-50.26. También se menciona
en 1 Crónicas 2-4.
46.3, 4 Los israelitas se convirtieron en una gran nación, y con el tiempo los
descendientes regresaron a Canaán. El libro de Exodo cuenta la historia de
los cuatrocientos años de esclavitud de Israel en Egipto (cumpliendo las
palabras de Dios a Abraham en 15.13-16). El libro de Josué relata con
entusiasmo la entrada de los israelitas a Canaán y la conquista de la tierra
prometida.
46.3, 4 Dios dijo a Jacob que saliera y viajara a una tierra extraña y distante.
Le alentó con la promesa de que iría con él y lo cuidaría. Cuando las nuevas
circunstancias o las nuevas cosas que lo rodean lo atemoricen o preocupen,
reconozca que es normal temer. Sin embargo, dejarnos paralizar por el
miedo es indicio de que estamos poniendo en duda la capacidad de Dios
para cuidarnos.
46.4 Jacob nunca retornó a Canaán. Esta fue una promesa a sus
descendientes. "Y la mano de José cerrará tus ojos" se refiere a que él
atendería a su padre en el lecho de muerte. Esta fue una promesa de Dios a
Jacob de que nunca tendría la amargura de volver a estar solo.
46.31-34 Jacob se trasladó con toda su familia a Egipto, pero quisieron vivir
separados de los egipcios. Para lograr esto, José les indicó que dijeran a
Faraón que eran pastores. A pesar de que Faraón sentía cierta simpatía por
los pastores (probablemente descendía de una dinastía de los hicsos
nómadas), la cultura egipcia despreciaba a los pastores y todavía no estaba
lista para aceptarlos. La estrategia funcionó y la familia de Jacob se vio
beneficiada por la generosidad de Faraón y por el prejuicio de los egipcios.
48.11 Cuando a José lo hicieron esclavo, Jacob pensó que estaba muerto y
lloró de desesperación (37.30). Pero al final el plan de Dios permitió que
Jacob recuperara no sólo a su hijo, sino también a sus nietos. Las
circunstancias nunca son tan malas que estén fuera del alcance de la ayuda
de Dios. Jacob recuperó a su hijo. De la misma manera, Job recuperó una
nueva familia (Job_42:10-17) y María recuperó a su hermano Lázaro
(Joh_11:1-44). No debemos desesperarnos, porque pertenecemos a un Dios
amoroso. Nunca sabemos qué bien traerá de una situación desesperada.
49.3-28 Jacob bendijo a cada uno de sus hijos, luego dio una predicción
acerca de su futuro. La forma en la que habían vivido en el pasado jugó una
parte muy importante en la forma en la que Jacob bendijo y profetizó.
Nuestro pasado también afecta nuestro presente y futuro. Cuando el sol
salga mañana, nuestras acciones de hoy serán ya parte de nuestro pasado.
Sin embargo, ya empezaron a forjar el futuro. ¿Qué acciones puede hoy
llevar a cabo o evitar para forjar positivamente su futuro?
49.4 El hijo mayor debía haber recibido dos porciones de la herencia. Pero
Rubén perdió este honor especial. Impetuoso e incontrolable, especialmente
en los días de su juventud, llegó muy lejos al dormir con una de las
concubinas de su padre. Jacob no podía dar una bendición tan honorable a
un hijo tan indigno.
49.8-12 ¿Por qué Judá, el culpable de que vendieran a José como esclavo y
el que trató de defraudar a su nuera, fue tan grandemente bendecido? Dios
había elegido a Judá para que de sus descendientes surgiera el linaje real de
Israel (este es el significado de "no será quitado el cetro de Judá"). Esto pudo
haber sucedido debido al gran cambio que ocurrió en el carácter de Judá
(44.33, 34). Del linaje de Judá saldría además el prometido Mesías,
Jesucristo.
49.10 "Hasta que venga Siloh" puede ser traducido "Hasta que venga aquel a
quien corresponde". Este es un pasaje difícil de comprender y todavía se
discute su significado. Siloh puede ser otro nombre del Mesías, ya que
literalmente significa "enviado". Puede también referirse al tabernáculo que
se levantó en la ciudad de Siloh (Jos_18:1).
49.23, 24 Estos versículos son un canto a las veces en que Dios corrió al
rescate de José cuando sus enemigos lo atacaron. A menudo luchamos y
nos fatigamos sin pensar que Dios puede ayudarnos a pelear nuestras
batallas, ya sea contra hombres armados o contra fuerzas espirituales. José
se asía más de Dios conforme aumentaba la adversidad. Confiar en que Dios
nos puede rescatar es señal de gran fe. ¿Puede confiar en El cuando la
injuria y la persecución van dirigidas hacia usted? Tales batallas espirituales
requieren un trabajo de equipo entre gente valiente y fiel y un Dios poderoso.
50.1-11 Cuando Jacob murió a la edad de 147 años, José lloró y llevó luto
varios meses. Cuando alguien cercano a nosotros muere, necesitamos
mucho tiempo para acallar nuestro dolor. El llorar y manifestar nuestros
sentimientos a otros nos ayuda a recobrarnos y a reanudar la vida.
Concédase usted mismo y a los demás la libertad y el tiempo suficientes
para lamentar la pérdida de un ser querido.
50.2, 3 El embalsamamiento era típico de los egipcios pero poco común para
estos pastores nómadas. Como creían que los muertos iban al otro mundo
en sus cuerpos físicos, los egipcios los embalsamaban para preservarlos
para que pudieran funcionar en el más allá. La familia de Jacob permitió que
lo embalsamaran por cortesía y respeto hacia los egipcios.
50.15-21 Ahora que Jacob (o Israel) había muerto, los hermanos temieron
que José se vengara. ¿Los había perdonado realmente por haberlo vendido
como esclavo? Para sorpresa de ellos, José no sólo los perdonó sino que
ofreció cuidar de ellos y de sus familias. El perdón de José fue completo.
Esto nos ilustra cómo Dios nos acepta por su gracia aun cuando no lo
merecemos. Saber que Dios nos perdona, aun cuando lo hemos
menospreciado o rechazado, debe motivarnos a ser misericordiosos y
perdonar a los demás.
50.24 José estaba listo para morir. No tenía dudas de que Dios cumpliría su
promesa y que un día llevaría a los israelitas de regreso a su tierra. ¡Qué
ejemplo tan tremendo! El secreto de esta clase de fe es una vida entera de
confianza en Dios. Nuestra fe es como un músculo: crece con el ejercicio,
adquiere fuerza con el paso del tiempo. Después de una vida en la que
hayamos practicado la confianza, nuestra fe puede ser tan fuerte como la de
José. Entonces en nuestra muerte podremos estar seguros de que Dios
cumplirá todas sus promesas a nosotros y a todos los fieles a El que vendrán
después de nosotros.