Tarea 6
Tarea 6
Tarea 6
(UAPA)
Asignatura
Procesos cognitivos
Tema
Tarea #6
PARTICIPANTE
MATRICULA
201901851
FACILITADORA
Marisela L. Disla
04-09- 2020
a) ¿Qué técnicas se utilizan habitualmente para manipular y valorar la
emoción en condiciones de laboratorio?
Al presentar a los sujetos estos estímulos que evocan una experiencia emocional,
los investigadores pueden indagar el impacto que tiene esta experiencia
emocional en el comportamiento mental y físico y las respuestas neurales.
Una manera de realizar una evaluación indirecta es pedir al sujeto que elija entre
diferentes opciones, asumiendo que una evaluación emocional de las opciones
determina en parte la elección. Una segunda medida indirecta de evaluación
emocional es inhibir o facilitar una conducta, por ejemplo, el tiempo de respuesta o
los movimientos oculares. El placer de ver una alegre reunión de amigos en el
patio fuera de clase puede hacer que nos entretengamos mirándolos y seamos
lentos en responder a una pregunta. La emoción puede influir en nuestras
acciones y en la facilidad con la que respondemos, tanto inhibiendo como
facilitando conductas.
¿Por qué nos gustan algunos géneros de películas y otros no?, ¿algunas marcas
de jabón y otras no?, ¿algunos tipos de personas y otros no? En este análisis, lo
que se supone que es una respuesta racional en el caso de las películas, «porque
me gustan los efectos especiales» no es suficiente. ¿Qué subyace a estas
preferencias? He aquí otro ejemplo: ¿Nos hemos sentido inquietos en alguna
ocasión, sin motivo aparente, ante una persona a la que apenas conocíamos y
posteriormente nos hemos dado cuenta de que esa persona nos recordaba a
alguien que en alguna ocasión nos hizo daño? ¿Qué subyace a esta reacción
emocional? Todos estos casos implican aprendizaje emocional aprendizaje, de un
modo u otro (y no siempre en base al hecho) de que las personas, los lugares y
los objetos no son todos neutros, sino que frecuentemente adquieren algún tipo de
valor. Algunas personas, lugares u objetos son mejores o peores, reconfortantes o
espeluznantes, o simplemente buenos o malos. Este valor determina, en parte,
nuestra reacción emocional a la persona, el lugar o el objeto.
Algunos estímulos que evocan emociones son, en sí mismos, positivos o
negativos; no es necesario aprender su valor. Una descarga moderada es algo
aversivo para todos los animales, desde las mascotas familiares hasta los premios
Nobel. Estos tipos de estímulo se llaman reforzadores primarios porque sus
propiedades de motivación se dan de modo natural y no han de aprenderse. Otros
estímulos provocan una motivación sólo porque hemos aprendido que representan
consecuencias positivas o negativas. Una bañera llena de billetes de 100 no nos
mantendrá calientes (o al menos, no muy calientes), no tendrá buen sabor ni
proporcionará seguridad sin embargo, sería muy agradable tener una bañera llena
de billetes de 100. El dinero tiene valor debido a que hemos aprendido a asociarlo
con estímulos que motivan por sí mismos: con dinero podemos comprar cosas que
nos mantengan calientes, que tengan buen sabor y que nos proporcionen
seguridad. El dinero es un ejemplo clásico de un reforzador secundario, un
estímulo que adquiere sus propiedades de motivación mediante aprendizaje.
Comprender cómo los estímulos adquieren valor afectivo interesa a una amplia
serie de profesionales, entre ellos, los anunciantes y los entrenadores de
animales. Para los psicólogos, entender cómo un estímulo llega a asociarse con
una emoción es un punto clave al investigar cómo interaccionan la emoción y la
cognición. Existen varios medios mediante los cuáles un estímulo puede adquirir
significado emocional.