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ESTUDIOS

Este documento explica la doctrina de la unicidad de Dios según la perspectiva pentecostal. Define la unicidad como la cualidad de Dios de ser único e indivisible, en contraste con doctrinas como la Trinidad que ven a Dios como múltiples personas. Explica que Jesucristo no era otra persona sino la manifestación de Dios en la carne para salvar a la humanidad, y que el Espíritu Santo y la Palabra son expresiones de la única deidad de Dios.

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ESTUDIOS

Este documento explica la doctrina de la unicidad de Dios según la perspectiva pentecostal. Define la unicidad como la cualidad de Dios de ser único e indivisible, en contraste con doctrinas como la Trinidad que ven a Dios como múltiples personas. Explica que Jesucristo no era otra persona sino la manifestación de Dios en la carne para salvar a la humanidad, y que el Espíritu Santo y la Palabra son expresiones de la única deidad de Dios.

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LA UNICIDAD DE DIOS

         Por: Rigoberto Gómez

UNICIDAD, DEFINICIÓN, EXPLICACIÓN DE ESTA PALABRA

Cuando a Jesús se le preguntó que cuál es el primer mandamiento de todos, su


respuesta fue: “…oye Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor UNO es” (Marcos
12:29). Esto es monoteísmo (creencia en un solo Dios) y para describir esta
doctrina utilizamos la palabra UNICIDAD cuyo significado, según el diccionario de
la real academia de la lengua española (DRAE), es “cualidad de único”; y para ÚNICO
encontramos que significa SOLO y SIN OTRO de su especie, extraordinario, excelente,
INDIVISIBLE.

Algunos tratan de explicar la doctrina del Dios único con la palabra UNIDAD; sin
embargo, el DRAE define esta palabra como UNIÓN (entre otros significados), es
decir, juntar dos o más cosas entre sí, haciendo de ellas un todo; por tal razón es
incorrecto utilizarla. 

La doctrina unitaria calza muy bien en la llamada santísima trinidad ya que, según
la definición de esta última (trinidad), son tres personas distintas que forman un
solo Dios verdadero; es decir que es el producto de la unión de tres partes (Padre,
hijo y Espíritu Santo) para formar un todo (Dios).

Sabemos que nuestro Dios no es una mezcla o unión, “Dios es Espíritu…” (Juan 4:24)
él no es persona, él es ÚNICO, INDIVISIBLE, sin otro de su sustancia o esencia como
dice 1Timoteo 6:16 “el ÚNICO (del griego monos: solo o solitario) que tiene
inmortalidad, que habita en luz inaccesible…”, esta es la DOCTRINA DE LA UNICIDAD
DE DIOS.

Unicidad es el término teológico que utilizamos para referirnos a Dios como un ser
indivisible, pues solamente hay un Dios como dice Gálatas 3:20 “…Dios es uno”, es
decir, que no se concibe a Dios como si fuera tres personas distintas (doctrina de
la trinidad) sino uno solo, absolutamente uno e indivisible (Esto es la doctrina de
la unicidad de Dios)

TEOLOGÍA DE LA UNICIDAD DE DIOS

Teológicamente, la Unicidad de Dios, es el término que utilizamos los pentecostales


para hacer referencia a Dios como único e indivisible. Es un término que implica
monoteísmo estricto, ya que hablar de la unicidad de Dios, es hablar de
monoteísmo. 

La teología unicitaria hace la diferencia entre otras enseñanzas que manifiestan


que Dios es uno, pero que al mismo tiempo creen que Dios está compuesto de dos
personas (binitarismo) e incluso tres personas divinas que forman un Dios
(Trinidad).

La doctrina de la unicidad, nunca hace referencia a Dios como una pluralidad de


personas. Ni tampoco concibe a Jesús como un semidios o una criatura creada
(Unitarismo). Tampoco concibe la coexistencia de cualquier otro dios o persona
divina. La unicidad de Dios declara que Dios se ha manifestado de diferentes formas
o modos a la humanidad pero es único e indivisible.

Algunos confunden el unitarismo con la doctrina de la unicidad de Dios, pero el


unitarismo concibe a Jesucristo como un semidiós o una criatura que fue creada,
negando de esta forma que Jesús sea ese único Dios del cual nos habla las
escrituras, quien se manifestó en carne como el Hijo siendo la única forma por
medio de la cual podía salvar a la humanidad. 

La unicidad de Dios explica la manifestación de Dios en carne, siendo Jesús la


manifestación de Dios al ser humano, esto lo conocemos como el misterio de la
piedad: “Dios fue manifestado en carne…” (1Timoteo 3:16)

La doctrina de la unicidad de Dios se explica mediante términos bíblicos tales como


los siguientes:

1) El misterio de la voluntad de Dios (Efesios 1:3-14)

2) Dios fue quien vino al mundo según (Juan 1:9-10

3) Un misterio que había sido oculto desde hace mucho (Efesios 3:8-12; Colosenses
1:28)

4) Dios mismo viniendo a los suyos para salvar a su pueblo (Isaías 35:3-4; Mateo
11:2-6)

5) La manifestación de la gloria del Dios del antiguo testamento, la gloria de


Jehová (Isaías 40:5; Apocalípsis 1:7)

6) Dios estaba en (dentro) de Cristo (2 Corintios 5:19)

7) Dios participó de carne y sangre por cuanto los hijos participaron de lo mismo
(Hebreos 2:14)

Podríamos continuar mencionando términos que hacen referencia a la unicidad de


Dios, pero con lo anterior es suficiente como ejemplo de lo que enseña la doctrina
de la unicidad de Dios. 

PENTECOSTALISMO UNICITARIO

Pentecostalismo Unicitario, es un término utilizado para diferenciar a los que


creemos en la doctrina de la unicidad de Dios, pues hay otras organizaciones
pentecostales que han rechazado la teología unicitaria y siguen creyendo en la
doctrina de la trinidad. El pentecostalismo unicitario, también es llamado
pentecostalismo del nombre de Jesús, llegando incluso a llamarnos despectivamente
los Solo Jesús.

El pentecostalismo unicitario o pentecostalismo del nombre de Jesús, se caracteriza


o diferencia del resto de ramas del pentecostalismo moderno, porque creemos (basado
en la palabra de Dios) que Dios en su esencia es Espíritu, y que este Espíritu se
manifestó en carne, en un hombre el cual es Jesucristo, también llamado el Hijo de
Dios. 

Jesucristo es una extensión de la existencia de Dios, es decir, es Dios existiendo


como hombre. Jesucristo es cien por ciento hombre, pero en su deidad es Dios que en
un principio se movía sobre la faz de las aguas. Esta es la doctrina de la unicidad
de Dios o también llamado pentecostalismo unicitario. 

También, el pentecostalismo unicitario, se caracteriza porque bautizamos en el


nombre precioso de nuestro Señor Jesucristo para el perdón de pecados conforme a
Hechos 2:38 que dice: “…Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre
de Jesucristo para el perdón de los pecados…”. Para leer más sobre el bautismo
puedes ir a la sección de Bautismo en agua en el Nombre de Jescristo.

El PADRE, SEGÚN LA DOCTRINA DE LA UNICIDAD DE DIOS 

En Génesis 1:2 leemos: “… el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” y
si “Dios es Espíritu” y es SANTO podríamos decir que el Espíritu Santo se movía en
esas aguas (DIOS MISMO). 

Cuando Dios habló y dijo “…hágase la luz…” hizo una función de padre ya que
engendró por medio de su palabra. Engendrar no solamente es procrear, el DRAE
también menciona que es causar, ocasionar y formar; y siendo así Dios es el
causante, el ocasionador y formador de todo lo que existe. A él se le conoce como
el PADRE en la creación y mientras se movía sobre la faz de las aguas era Dios
expresándose para que por medio de la palabra fueran creadas todas las cosas.

Jesucristo le dijo a Nicodemo “si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo


creeréis si os dijere las celestiales?”, dicho de otra manera, Jesús está diciendo
que usa términos terrenales para explicar los celestiales; por tal razón Dios se
atribuye un título terrenal (PADRE) para que podamos entenderlo. 

Isaías 64:8 dice: “…Jehová, tú eres nuestro padre…”, también salmo 33:6 expresa:
“por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por
el aliento de su boca”, esto nos explica la razón por la cual ese Santo Espíritu
(Jehová del antiguo testamento), es llamado PADRE; pues “en el principio CREÓ
(ENGENDRÓ: CAUSÓ, FORMÓ) Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). El Padre es el
Espíritu Santo que se movía sobre la faz de las aguas. 

EL VERBO, SEGÚN LA DOCTRINA DE LA UNICIDAD DE DIOS

En Juan 1:1 dice: “En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el
verbo era Dios”, el verbo es la palabra de Dios, esa voz que se escuchó en la
creación; pero también se nos hace mención de que esa palabra o verbo “era CON
Dios”, esta conjunción (con) une y hace énfasis en lo inseparable de Dios y su
verbo (palabra).

Por medio de la innovación tecnológica nuestra voz puede ser escuchada en cualquier
parte del mundo y nadie puede decir que esa voz tiene una identidad diferente a la
de nosotros ya que fluye de nuestro interior, es CON nosotros, es inseparable de
nosotros; y aunque sea capturada en un CD u otro medio no podemos decir que es otro
ser distinto, por eso Juan expresa, inspirado por el Espíritu, que el verbo (la
palabra) “era Dios”.

Juan 1:14 dice: “y aquel VERBO FUE HECHO CARNE, y habitó entre nosotros”, Jesús es
el verbo hecho carne; 1 Juan 1:1 lo menciona diciendo: “… lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al verbo
de vida (Jesús hecho carne). 

La palabra es la expresión de Dios. El mismo escritor de Hebreos menciona que “en


estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:2), quien es la palabra
hecha carne. 

El Espíritu de Dios (Dios mismo porque “Dios es Espíritu”) se hizo carne, Jesús es
Dios manifestado en carne, así lo declara el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:19
“Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo”, por eso el apóstol Pablo
dice que “en él habita, corporalmente, toda la plenitud de la deidad” (Colosenses
2:9).

Se puede decir que hubo una fusión entre la deidad de Dios (su Espíritu) y el verbo
hecho carne (su humanidad) ya que no se puede separar a Dios de su verbo o palabra;
pues como alguien en cierta ocasión expresó: “la palabra es el vehículo del
pensamiento”, y en el pensamiento de Dios, su plan de salvación, estaba el
redimirnos manifestándose en un cuerpo a quien el mundo conoció con el nombre de
Jesucristo, esto es, Dios manifestado en carne, algo explicado bíblicamente en la
doctrina de la unicidad de Dios.

UNICIDAD, DIOS MANIFESTADO EN CARNE

Jesucristo no era otra persona, era Dios encarnado, un hombre. En Isaías 35:4 se
profetizó: “… vuestro Dios viene…Dios mismo vendrá, y os salvará…”, habría señales
de su venida tales como: “los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los
sordos se abrirán… el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo…”
(v5-6); Jehová del antiguo testamento prometió venir y no enviar a otro.

Juan el bautista mandó a preguntarle a Jesús: “¿Eres tú aquel que había de venir
(Jehová), o esperaremos a otro?”, siendo la respuesta del señor: “Id, y haced saber
a Juan las cosas que oís y veis (hechos y no palabras) los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos son limpiados (señales profetizadas por Isaías) y a los pobres
es anunciado el evangelio” (Mateo 11:3-5).

Con estas palabras Jesús está citando la escritura y afirmando que él es Jehová del
antiguo testamento, quien prometió venir y salvar a su pueblo. 1 Timoteo 3:16 dice:
“E indiscutiblemente grande es el misterio de la piedad: DIOS FUE MANIFESTADO EN
CARNE”, Dios se dio a conocer (se manifestó) en un cuerpo humano, “por cuanto los
hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo…” (Hebreos
2:14). 

Nuestro Dios “se despojó asimismo” se su trono, de su gloria “tomando forma de


siervo, hecho semejante a los hombres”, porque antes de ser humano es Dios
(Filipenses 2:7).

Pablo dice que “estando en la condición de hombre, se humilló asimismo, haciéndose


obediente hasta la muerte…” (Filipenses 2:8), al estar en la condición de hombre y
no de Dios, se sometió a su propia palabra, humillándose asimismo, por ejemplo al
orar; pues su palabra lo manda al decir: “Tú oyes la oración, A TI VENDRÁ TODA
CARNE” (Salmo 65:2) y siendo carne tenía que sujetarse (ser obediente) a lo que
estaba escrito.

Jesús tomó el título de Hijo de Dios. La razón por la cual se le otorgaría la


manifiesta el ángel Gabriel al decirle a María: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti,
y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; Por lo cual también el santo ser
que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

Es el poder de su Espíritu (Dios mismo) el que engendra o causa la formación de


este ser dentro del vientre de María. Ese ser el verbo (Dios) transformándose en un
hombre en cuyo interior emana la esencia de Dios “porque en el habita corporalmente
TODA LA PLENITUD DE LA DEIDAD” (Colosenses 2:9).

Su gloria es como la del unigénito, es decir, único engendrado o nacido (Juan


1:14), porque es el único con una naturaleza humana y divina, esto es lo que se
conoce como la doble naturaleza de Cristo. 

Como hombre sintió hambre (Mateo 4:2), pero como Dios alimentó a multitudes (Mateo
14:21); como hombre se cansaba (Juan 4:6), pero como Dios él nos da el descanso
(Mateo 11:28); como hombre tuvo sed (Juan 4:7), pero como Dios él nos da el agua de
vida (Juan 4:14); como hombre lloró en la tumba de Lázaro (Juan 11:35), pero como
Dios lo resucitó (Juan 11:43-44).

Pablo dice: “de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino
Cristo (naturaleza humana), el cual es Dios (naturaleza Divina) sobre todas las
cosas, bendito por los siglos. Amen”.

Cuando Felipe le dijo a Jesús “muéstranos al padre y nos basta”, el señor dejó
clara su respuesta al contestar: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me
has conocido, Felipe? el que me ha visto a mí ha visto al padre; ¿Cómo, pues, dices
tú: muéstranos al padre?” (Juan 14:8-9). Se deduce, por la misma palabra, que Jesús
es el padre en su Divinidad y que al mismo tiempo es Dios manifestado en carne.
Esta es la doctrina de la unicidad de Dios.

JESÚS ES EL ESPÍRITU SANTO (UNICIDAD DE DIOS)

En Juan 11:39 encontramos lo siguiente: “…aún no había venido el Espíritu Santo,


PORQUE JESÚS NO HABÍA SIDO AÚN GLORIFICADO”, hasta que Jesús fuera resucitado podía
derramarse el Espíritu Santo, porque Jesús es ese Espíritu. 

2 Corintios 3:17 dice: “porque el señor (Jesús) es el Espíritu…”, Tomás llamó a


Jesús “Señor mío, y Dios mío” (Juan 20:28) y no fue reprendido por esto, pues,
“este ES SEÑOR DE TODOS” (Hechos 10:36). 

Siendo así, Jesucristo es el Espíritu Santo, él mimo lo expresó en Juan 14:17-18


“el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le
conoce; pero vosotros le conocéis (conocían a Jesús), porque mora con vosotros
(Jesús moraba con ellos), y estará en (dentro de) vosotros. No os dejaré huérfanos
(como padre), vendré a vosotros (como Espíritu Santo)”.

Con esto entendemos lo que dice Pablo: “…Jesucristo está en (dentro de) vosotros”
(2 Corintios 13:5). En 1 Pedro 1:10-11 se nos da a entender que el “Espíritu de
Cristo” estaba en los profetas del antiguo testamento. Jesucristo es ese Espíritu
que se movía sobre la faz de las aguas, se hizo carne y mora dentro de nosotros.

EL NOMBRE DE JESÚS

La Biblia declara que Jesús, en su humanidad, es “un poco menor que los ángeles”
(Hebreos 2:7); pero también, en su humanidad, es mayor que ellos por “cuanto heredó
un más excelente nombre que ellos” (Hebreos 1:4), Jesús como hombre heredó el
nombre de lo Divino (Su Espíritu).

Estaba profetizado: “…mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque
yo mismo que hablo, he aquí estaré presente” , Jehová del antiguo testamento daría
a conocer su nombre, él mismo lo haría porque su palabra dice “estaré presente”.

Jesucristo cumplió con esto al decir: “He manifestado (dado a conocer) tu nombre a
los hombres…” (Juan 17:6) y lo vuelve a declarar en el versículo 26: “…les he dado
a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún”. Jesucristo afirmó no traer su propio
nombre al decir: “Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro
viniere en SU PROPIO NOMBRE, a ése recibiréis”; sin embargo, los religiosos de
aquel tiempo lo rechazaron y decían a los apóstoles “que no hablasen en el nombre
de Jesús” (Hechos 5:40), “ni enseñasen en el nombre de Jesús” (Hechos 4:18).

Hoy nos damos cuenta que el maravilloso nombre de Jesús es un nombre “sobre todo
nombre” (Filipenses 2:9) y que “no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12) porque “la piedra que desecharon
los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo” (Hechos 4:11) y nosotros lo
hemos recibido le conocemos y declaramos que JESÚS ES DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS,
bendito por los siglos. Amen (Romanos 9:5).

Para más información La Unicidad de Dios y Algunas Objeciones que Plantea la


Doctrina Trinitaria, también Doctrina Apostólica Pentecostal

CATEGORÍAS: TEOLOGÍA DE LA UNICIDAD


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