Trigo y Sisaña
Trigo y Sisaña
Trigo y Sisaña
Objetivos:
Gracias a Dios por permitirnos estudiar esta parábola del trigo y la cizaña, nos permitirá reconocer
la diferencia, pero recuerde que el Señor nos ha llamado a ser trigo.
PRESENTACIÓN DE LA PARÁBOLA
El Señor Jesús presenta en esta parábola del trigo y la cizaña la historia de un hombre que sembró
buena semilla en su campo, solo para saber después que un enemigo había sembrado también
cizaña sobre el trigo. Respondiendo a la pregunta de sus siervos, el agricultor no permitía que se
arrancara la cizaña sino hasta el tiempo de la cosecha; entonces daría orden a los cosechadores.
Jesús sabía que la mayoría de la multitud no estaba dispuesta a escuchar y menos todavía en creer
verdaderamente en las verdades relativas al reino. El reino de Dios ciertamente había llegado a
ellos, pero no querían aceptar.
EXPLICACIÓN DE LA PARÁBOLA
La cizaña es una mala hierba que molesta el crecimiento de los cereales; la buena semilla son los
hijos del reino. Estos son los que recibieron la palabra en su corazón, cuya nueva vida es el fruto.
En Génesis 2:7 dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, el propósito de haberlo
hecho era para que él adorara a su creador y ser eterno. Mientras el hombre mantenía esa fidelidad
a Dios el enemigo no podía sembrar la cizaña en su corazón.
En el capítulo 3 versículo 1 de Génesis dice que la serpiente era astuta, más que todos los animales
del campo, y encontró un espacio en el corazón de Eva y de esta manera sembró la codicia, la cual
la llevó a rebelarse en contra de lo que Dios les había establecido.
Nos damos cuenta que el Señor sembró buena semilla en el corazón de la primera pareja, pero
debido al descuido, el enemigo vino y sembró cizaña, y esto nos enseña que el ser humano
continúa rebelándose contra Dios.
Debemos recordar que el Señor Jesús fue rechazado sobre la tierra; en el evangelio de Juan 1:11
dice que a lo suyo vino y los suyos no le recibieron. Los judíos, al rechazarlo, se condenaron ellos
mismos.
El Señor declaró que el reino lo estableció él, no por su poder ejercido en justicia y juicio, sino
testificando a los corazones de los hombres; y que el reino ahora asumía un carácter relacionado
con la responsabilidad del hombre y con el resultado de la palabra de la luz sembrándose en la
tierra, dirigida a la vida de los hombres y dejada allí como un medio de verdad a la fidelidad y al
cuidado de ellos.
El resultado fue que el reino aquí abajo ya no presentaba en general el aspecto de la propia obra
del Señor. El Señor no siembra cizaña. Por la negligencia y la inconstancia de los hombres, el
enemigo obtuvo el medio de sembrarla.
El Señor Jesús sembró, pero mientras los hombres dormían, Satanás también sembró. Había
judíos, filósofos, herejes que estuvieron siempre rechazando las enseñanzas del maestro, y otros se
oponían a la verdad del antiguo testamento.
Mas tarde los siervos del dueño del sembrado, le preguntaron dos cosas: ¿De dónde llegaron las
plantas de la cizaña? ¿Les iba él a permitir que las arrancaran?
Las preguntas anteriores se hacen también en los tiempos de hoy, si no fuera por la respuesta de
Jesús sobre este punto, bien podrían tardarse en aprender que el diablo es la razón del por qué hay
creyentes falsos en la iglesia.
El enemigo que sembró la cizaña es el diablo. En 1 Pedro 5:8 dice "Se sobrios y velad; porque
vuestro adversario el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar". El
apóstol Pablo dice que hay en el mundo hombres que son falsos apóstoles, obreros fraudulentos
que se disfrazan como apóstoles de Cristo (2 Corintios 11:3)
Pablo añade: "Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz" (2
Corintios 11:14).
El campo en el cual la cizaña es sembrada con el trigo es el mundo. Jesús trató la cuestión de la
disciplina en la iglesia en Mateo 18:15-20, aquí él dice que si un hermano pecó, es necesario
reprenderlo, primero cuando esté solo, después si no escucha, acompañado de otros dos.
En conclusión, esta parábola del trigo y la cizaña debe servirnos para hacer una reflexión profunda
acerca de nuestra vida cristiana ya que si no tenemos el cuidado, el enemigo puede sembrar cizaña
en el corazón, como puede ser la murmuración, la crítica, la hipocresía, el orgullo, entre otras
cosas.
Recuerde que el Señor en su palabra dice: "No os engañéis, Dios no puede ser burlado, todo lo que
el hombre siembre eso segará"
También recordemos que el trigo será recogido y echado al granero, mientras que la cizaña será
recogido en manojo y echada al fuego.