Lección de Escuela Sabática Adventista 2020 "LA EDUCACIÓN"
Lección de Escuela Sabática Adventista 2020 "LA EDUCACIÓN"
Lección de Escuela Sabática Adventista 2020 "LA EDUCACIÓN"
Job 36:22
El sistema de educación instituido al principio del mundo
debía ser un modelo para el hombre en todos los tiempos.
La Educación, p. 20
El jardín del Edén era el aula; la naturaleza,
el libro de texto; el Creador mismo era el Maestro;
y los padres de la familia humana, los alumnos.
La Educación, p. 20
LA EDUCACIÓN EN EL JARDÍN DEL EDÉN
1
La Primera Escuela
LA EDUCACIÓN EN EL JARDÍN DEL EDÉN
Dios sabía que Adán necesitaba la compañía y
la ayuda de alguien semejante a él.
Por eso, creó a la mujer.
Génesis 2:8
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en
el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara.
Génesis 2:15
Si consideramos la dinámica
entre docente y alumno,
esta es una relación ideal.
Dios conocía las habilidades de Adán porque lo había creado.
Intromisión
LA EDUCACIÓN EN EL JARDÍN DEL EDÉN
Podemos imaginar que cada flor, ave, animal y
árbol ofrecía una oportunidad para que
Adán y Eva aprendieran más sobre su mundo
y sobre su Creador.
Génesis 2:16-17
La serpiente dijo a la mujer: -¿Conque Dios os ha
dicho: "No comáis de ningún árbol del huerto"?
La mujer respondió a la serpiente: -Del fruto de
los árboles del huerto podemos comer,
Génesis 3:1-2
Pero del fruto del árbol que está en medio
del huerto dijo Dios: "No comeréis de él,
ni lo tocaréis, para que no muráis". Entonces
la serpiente dijo a la mujer: --No moriréis.
Génesis 3:3-4
Desde el mismo comienzo,
incluso en un mundo no caído,
podemos ver la realidad del libre albedrío humano.
Génesis 3:5
Al ver la mujer que el árbol era bueno para comer,
agradable a los ojos y deseable para alcanzar la
sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también
a su marido, el cual comió al igual que ella.
Génesis 3:6
Esta es la belleza de
la Educación en el Edén:
el acceso que los estudiantes tenían a su poderoso Maestro seguramente
trascendía todo lo que ahora podemos imaginar en la Tierra.
Patriarcas y Profetas, p. 39
Se desató una terrible lucha en su mente.
Adán lamentó haber dejado a Eva separarse de su lado.
Pero ahora el error estaba cometido; debía separarse de ella,
cuya compañía había sido su gozo. ¿Cómo podía hacer eso?
Patriarcas y Profetas, p. 39
4
Recuperar lo perdido
LA EDUCACIÓN EN EL JARDÍN DEL EDÉN
LA EDUCACIÓN EN EL JARDÍN DEL EDÉN
Todas las cosas que pertenecen a la vida y
a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de Jesús
que nos llamó por su gloria y excelencia.
2 Pedro 1:3
Por medio de estas cosas nos ha dado preciosas y
grandísimas promesas, para que por ellas lleguéis
a ser participantes de la naturaleza divina,
habiendo huido de la corrupción que hay en
el mundo a causa de las pasiones.
2 Pedro 1:4
Si la educación antes de la Caída
fue la manera que Dios utilizó
para que Adán y Eva
se familiarizaran con Él
para dar a conocer su carácter, su bondad y su amor,
2 Pedro 2:1
Y muchos seguirán su libertinaje, y
por causa de ellos, el camino de la verdad
será blasfemado. Llevados por avaricia harán
mercadería de ustedes con palabras fingidas.
Sobre los tales ya hace tiempo la condenación
los amenaza y la perdición los espera.
2 Pedro 2:2-3
Dios sabe librar de tentación a los piadosos,
y reservar a los injustos para ser castigados
en el día del juicio;
2 Pedro 2:9
Es posible que parte de nuestra
educación cristiana consista
no solo en evitar la tentación,
sino también en conocer las muchas formas
en que Dios puede liberarnos de ella.
Patriarcas y Profetas, p. 32
Estaban llenos del vigor que procedía del árbol de la vida,
y su poder intelectual era apenas un poco menor que el
de los ángeles. Los misterios del Universo visible
–‘las maravillas del Perfecto en sabiduría’ -les suministraban
una fuente inagotable de instrucción y placer.
Patriarcas y Profetas, p. 32
Se entretenían con las hojas, las flores y los árboles,
cosechando en cada uno de ellos los secretos de su vida.
Adán estaba familiarizado con toda criatura viviente, desde
el poderoso leviatán que juega entre las aguas hasta el más
diminuto insecto que flota en el rayo del sol.
Patriarcas y Profetas, p. 32
A cada uno les había dado nombre, y conocía su naturaleza
y sus hábitos. La gloria de Dios en los cielos, los innumerables
mundos en sus ordenados movimientos, ‘las diferencias
de las nubes’, los misterios de la luz y del sonido,
de la noche y el día, todo estaba abierto al estudio
de nuestros primeros padres.
Patriarcas y Profetas, p. 33
El nombre de Dios estaba escrito en cada hoja del bosque
o piedra de la montaña, en cada brillante estrella,
en la tierra, en el aire y en el cielo.
Patriarcas y Profetas, p. 33
El orden y la armonía de la Creación les hablaba de una sabiduría
y un poder infinitos. Continuamente descubrían algo nuevo
que llenaba su corazón del más profundo amor y
les arrancaba nuevas expresiones de gratitud”
Patriarcas y Profetas, p. 33
MET. SERGIO MOLINA