Libro RACIONALIDAD PENAL
Libro RACIONALIDAD PENAL
Libro RACIONALIDAD PENAL
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II Congreso Internacional en Filosofía del
Derecho y AED:
Justicia penal, criminología y decisiones gubernamental
25 y 26 de Julio del 2020
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LA RACIONALIDAD PENAL
Justicia penal, criminología y decisiones
gubernamentales
Coordinador académico:
Castañeda Méndez Juan Alberto
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INSTITUTO LATINOAMERICANO LATIN IURIS
UNIVERSIDAD DE EURÍPIDES DE MARÍLIA - BRASIL
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN IBEROAMERICANO APEX IURIS
LA RACIONALIDAD PENAL
Justicia penal, criminología y decisiones
gubernamentales
Julio - 2020
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LA RACIONALIDAD PENAL
Justicia penal, criminología y
decisiones gubernamentales.
Coordinador académico:
Castañeda Méndez, Juan Alberto
© Diagramación y diseño
José Luis Sotero Atoche
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, bajo
ninguna forma o medio, electrónico o impreso, incluyendo fotocopiado, grabado o almacenado en algún
sistema informático, sin el consentimiento por escrito de los titulares del Copyright
6
PARES EVALUADORES
COMITÉ CIENTÍFICO
7
COMITÉ EDITORIAL
8
ÍNDICE
PRESENTACIÓN ...................................................................................................................................... 11
9
EL IMPACTO DE LAS DECISIONES DEL TRIBUNAL DEL SERVICIO CIVIL EN MATERIA
DISCIPLINARIA FRENTE AL HOSTIGAMIENTO SEXUAL EN EL PERÚ. (L. ALBERTO
HUAMÁN ORDÓÑEZ) ........................................................................................................................... 243
10
PRESENTACIÓN
Bajo tal postura y otras buenas razones, el presente libro tiene la clara idea de desarrollar
investigaciones que permitan una real dimensión de un diálogo interdisciplinario. Un manojo
de papeles que resulta ser el producto final de las ponencias que se realizó en el II Congreso
Internacional de Filosofía del Derecho y Análisis Económico del Derecho: Justicia penal,
criminología y decisiones gubernamentales. Espacio académico llevado a cabo los días 25 y
26 de Julio del año en curso (2020) con la participación de profesores nacionales e
internacionales. Un producto final que busca eliminar dogmas y seguir pensando
insolentemente el Derecho.
11
MAS CONOCIMIENTO Y MENOS DERECHO PENAL
Me permito en esta ocasión lanzar una vieja hipótesis que ha navegado entre
mis afanes docentes durante varios años:
Cuanto más conoce una persona la realidad social y humana, más comprende
y cuanto más comprende menos postula a favor de las sanciones drásticas. A
la inversa, cuando menos conoce dicha realidad, menos comprende y cuanto
menos comprende, más postula a favor de las sanciones drásticas.
En primer lugar, es evidente que por regla general la madre siente mucho
afecto por sus hijos. Este hecho objetivo se debe no sólo porque es la madre,
sino porque ella conoce demasiado al hijo, no porque haya leído muchos
textos ni porque es experta en la ciencia de ser madre, sino porque la
proximidad entre ambos sujetos es demasiado estrecha. La madre, siente y
conoce al hijo aún cuando éste no ha nacido. Luego, desde que nace el niño,
la madre aunque sea ignorante en otras materias, se convierte en experta
1
Doctor en Derecho, magister en Derecho con mención en Derecho Penal y ciencias Criminológicas.
Abogado. Docente Universitario con amplia experiencia en Pre y Post grado en diversas universidades
en sede nacional e internacional. Ponente y articulista.
12
insustituible en el conocimiento de su hijo. De ahí que, cuando llega el día
en que el hijo se comporta mal, aunque sea de la peor manera imaginable,
todos lo condenan severamente, pero la madre no. O todos optan por
abandonarlo, pero la madre no. Entonces me pregunto, ¿Por qué la madre
actúa de esa manera? En una breve respuesta sólo se puede decir que es
porque lo conoce y comprende en sus fortalezas y debilidades. Estamos ante
el amor que surge del conocimiento en su forma casi perfecta y racional
como reconoce Erich Fromm en su libro El Arte de Amar y no es una simple
debilidad u obsesión materna.
13
Al observar la vida y obra de estas personalidades selectas que por excepción
han alcanzado niveles altísimos de humanidad; o mejor, se han recibido de
humanos sentipensantes en la universidad de la vida, tengo la sospecha que
humanizarse es un proceso gradual conforme avanza el conocimiento
personal y colectivo.
Entiendo el conocer como el despertar al arte de vivir, como descubrirse a sí
mismo en estrecha interrelación con los demás seres vivos y la naturaleza en
general. Conocer es encontrar el equilibrio de la armonía. Es ubicarse en el
cosmos en su estricta elementalidad.
Este saber poco o nada tiene que ver con la instrucción institucionalizada que
suele certificarse con títulos o diplomas. Este conocer está más allá de
formalidades y el sujeto habilitado por este saber suele encontrarse hasta en
lugares más recónditos de aparente austeridad cognoscitiva y al mismo
tiempo puede ser muy precaria donde predomina el reino de los tecnicismos
pseudocientíficos.
14
carcelaria o de los “perejiles” como suele llamárseles en otros lugares, o sea
a los clientes tradicionales del encierro.
Tampoco desconozco que hay muchos “sabios” que propugnan ampliar las
penas, relativizar la aplicación de los principios y tratar a algunos
transgresores como cosas; por lo que me he visto precisado a describir sobré
lo que entiendo por conocer y veo que los mencionados sujetos no tienen el
perfil del sentipensante, aunque se disfracen de académicos consumados o
sean autores de libros barrocos, de exquisitas disquisiciones innecesarias,
mediante un lenguaje, que da la impresión que confunden profundidad con
oscuridad. Es decir, estos sabios nunca han sido demonios de mi confianza,
porque siempre fueron y son de dudosa procedencia. Aquí cerramos el
paréntesis y continuamos.
15
penal contemporáneo serían insuficientes para contenerlos. La impunidad de
los agresores llegó al extremo que se sintieron legitimados para juzgar a los
vencidos, o mejor dicho, a sus víctimas. Pero ahí estuvo don Bartolomé
alterando la paz de los depravados. Desde luego, por tal conducta, hasta
ahora no es perdonado por lo peor de España y es necesario de cuando en
cuando promover la defensa de don Bartolomé como sugiere Gustavo
Gutierrez.
Fue sentipensante el célebre juez francés Paul Magnaud, ahí están sus
sentencias que lo hizo sintiéndolo, fue el juez que se dio el lujo de ser sabio
y bueno, sobre todo con los más débiles.
16
ciudadano, no sólo pierde cualquier legitimidad, sino que contradice su razón
de ser, poniéndose al nivel de los mismos delincuentes”, poderosa síntesis
que grafica la necesidad urgente de limitar el poder punitivo. En cuanto a
Alessandro Baratta no es para menos sus penetrantes críticas al sistema penal
y nos encanta su profecía humanista que consiste en afirmar que el día en
que derriben los muros de las cárceles también se derribarán los muros de
los manicomios.
Ya para Hulsman, Mathieesen y Christie la pena es un asalto a la razón, por
ende cualquier intento de justificarlo está condenado al fracaso. Suelen ser
tildados de utópicos, pero nos hechizan esos derroteros, donde ser realista es
exigir lo imposible.
17
cumplen sólo con privarles la libertad al condenado pero respetan
escrupulosamente todos los demás derechos humanos fundamentales.
Sin embargo, en lado opuesto los expansionistas del sistema penal, los
administradores y dosificadores del dolor inútil como la pena, están como
siempre con su falacia normativista, volando en el “deber ser” de sus
elucubraciones, atacando con un inflacionismo penal al fenómeno criminal,
mientras olvidan deliberadamente sus causas y el carácter selectivo del
mismo. A ellos quiero decirles en esta breve intervención, si por
circunstancias sistémicas globales o por predominio del modelo económico
tienen la ilusión de ser coherentes y hasta científicos, su victoria siempre será
pírrica, puesto que su autoritarismo desnudo o encubierto será expuesto
alguna vez en la historia como ejemplos de disparates teóricos, como hoy se
juzga al Malleus Malleficarum o a la tesis del delincuente nato lombrosiano.
Me viene a la memoria las bellas palabras del maestro de Salamanca don
Miguel de Unamuno que talvez ustedes sabios macaneadores, “vencerán
pero no convencerán”.
18
EL MERCADER DE LA SOBREPOBLACIÓN
CARCELARIA
2
Abogado por la Universidad Cesar Vallejo. Maestrante en Derechos Fundamentales por la Universidad
Carlos III – Madrid. Egresado de la especialidad en Constitucionalismo Latinoamericano y Derechos
Fundamentales por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Especialista en Justicia Constitucional e
Interpretación por la Universidad Castilla de La Mancha – España. Egresado del curso especializado en
metodología cualitativa socio legal por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Doctorando en Gestión
Pública y Gobernabilidad en la Universidad Cesar Vallejo. Ex Asesor Parlamentario (Constitución) en el
Congreso de la República del Perú. Presidente del Instituto de Investigación Interdisciplinario
Iberoamericano Apex Iuris. [email protected] / [email protected]
19
intercambiar la libertad de la persona para mantener la pirámide funcionarial
y entre otras noticias que alimenta la formación “integral”.
3
RADBRUCH, Gustav (1980). “El hombre en el Derecho”. Buenos Aires – Argentina. Edición Depalma.
Pág 84.
20
sino más bien, intratado como la necesidad de mejores condiciones antes que
vigilancias electrónicas o más cárceles.
El sistema penal sigue siendo una máquina para producir dolor inútilmente.
La ejecución de la pena por medio de la coacción del sufrimiento del dolor
moral y físico en la persona del condenado (incluyendo su familia) es estéril,
pues no lo transforma, sino que lo destruye, lo aniquila, le produce efectos
irreparables4. Las leyes y las reformas constantes en materia penal, como
también los acuerdos internacionales refrendando en la jurisprudencia, hacen
de los derechos de los reclusos un andamiaje jurídico simbólico e ineficaz.
4
PABLOS DE MOLINA, A. G. (2004). El redescubrimiento de la victima. Victimización Secundaria. Madrid:
Poder Judicial del Consejo General. Pág 75
21
22
EL ACUERDO PLENARIO Nº 3-2006/CJ-116 Y SU APORTE
AL RAZONAMIENTO JURÍDICO EN LA RESOLUCIÓN DE
CONTROVERSIAS SOBRE QUERELLAS EN LOS DELITOS
CONTRA EL HONOR COMETIDOS A TRAVÉS DE LA
PRENSA.
INTRODUCCIÓN
5Doctor en Derecho – Programa Derechos Humanos, Universidad Carlos III de Madrid, España,
2006. Estudios de Doctorado y reconocimiento de suficiencia investigadora, Universidad Carlos
III de Madrid, España, 1998-2001. Estudios culminados de Maestría en Ciencia Política, Programa
Teoría de la Democracia, Universidad Nacional Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia, 1994-1997.
23
permanente entre facticidad y validez del Derecho, en tanto sistema empírico
de acción social.
6
A la fecha se tiene el registro de cuatro Proyectos de Ley para la despenalización de los delitos contra el
honor en el Congreso: N° 912/2006-CR, N° 4581-2010-CR, N° 459-2011-CR y Nº 4184/2018-CR. El último
de ellos aún no ha sido debatido en el Pleno a la fecha.
7
Defensoría del Pueblo. (2000). Situación de la Libertad de Expresión en el Perú. Lima.
24
1990 fue la libertad de prensa8. Al respecto, los denominados
vladivideos y la judicialización del caso “Diarios Chicha” muestran
cómo se relacionó el gobierno con los medios de comunicación.
8
Degregori, C. (2000). La decada de la antipolitica: auge y huida de Alberto Fujimori y Vladimiro
Montesinos. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
25
comunicativas, no se abordaba adecuadamente los niveles del
razonamiento formal y material. La resolución de las querellas contra
periodistas, en primera instancia, denotaba una falta de ponderación
entre las dimensiones institucionales e individuales de la libertad de
expresión frente al contenido protegido del derecho al honor. Al
respecto, la Defensoría del Pueblo dio cuenta del proceso por
difamación agravada contra el periodista Ricardo Bullón, condenado
a dos años de pena privativa de la libertad en 1999, en el que la jueza
del Primer Juzgado Penal de Huancayo confundió ponderación con
razonamiento formal.
9
Considerando undécimo de la sentencia en primera instancia emitida el 12 de agosto de 1999 por el
Primer Juzgado Penal de Huancayo. En: Informe DEPE 2000 (p. 107).
26
Interamericana de Derechos Humanos sobre la colegiación obligatoria
de periodistas en 198510 y a la aclaración efectuada por el Congreso
peruano en 199811.
10
Opinión Consultiva OC-5/85.
11
Ley Nº 26937, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31 de marzo de 1998.
12
Sentencia emitida el 19 de noviembre del 2004, Expediente Nº 391-2003.
27
dogmática y jurisprudencial que daba cuenta de nuevas
interpretaciones tanto a nivel constitucional como convencional13.
13
Bertoni, E. "New York Times vs. Sullivan y la malicia real de la doctrina”, en Mariezcurrena, J. (Dir.),
Estudios básicos de derechos humanos, San José: Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 2000,
pp. 121-150.
14
Párrafos 3 y 4; 8 y 13 del Acuerdo Plenario.
28
En primer lugar, el tratamiento del derecho al honor es abordado desde
la teoría fáctica-normativa del honor. Ello facilitó que el Pleno
conjugue la distinción entre honor objetivo y subjetivo —y sus
manifestaciones: honor interno y externo— sin dejar de lado las
exigencias del principio de la dignidad humana15. A partir de este
tratamiento, el Pleno identifica que el bien jurídico protegido en el
delito de injuria es el honor interno; en tanto la protección del honor
externo, corresponde a los delitos de difamación y calumnia. En el
fundamento 6 del Acuerdo, el Pleno enfatizó que ambas
manifestaciones del derecho al honor derivan del principio de la
dignidad humana:
15
Estas deficiencias han sido advertidas en la doctrina hispana por Bajo, M., “Protección del honor y de la
intimidad”, en: Cobo, M.; Bajo, M., Comentarios a la Legislación Penal. Tomo I, Madrid: Edersa, 1982, p.
124.
29
Austria16, indicó que dado el carácter o fundamento esencial que se le
adjudica a la libertad de expresión e información en una sociedad
democrática, “modifica el tratamiento de los delitos contra el honor en
aquellos supuestos en los que las conductas objeto de imputación en
sede penal han sido realizadas en el ejercicio de dichas libertades”.
16
Asunto Worm vs. Austria § 47, 1997.
30
proporcionalidad, con lo que lograría identificar si una injerencia en
el derecho al honor resultaba justificada o no.
17
Al respecto, véase el desarrollo del concepto interés público en el Caso Caja Rural de Ahorro y Crédito
de San Martín, STC Exp. Nº 0905-2001-AA/TC. Posteriormente la Corte Interamericana de Derechos
Humanos profundizó en los alcances de este criterio en la sentencia del Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica,
Serie C, No. 107 (2 de julio de 2004). Cfr. Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. (2009). Marco Jurídico Interamericano sobre el Derecho a la
Libertad de Expresión. Organización de los Estados Americanos.
31
[...] observar los deberes subjetivos de comprobación razonable
de la fiabilidad o viabilidad de la información o de la fuente de
la misma, delimitación que debe hacerse desde parámetros
subjetivos: se requiere que la información haya sido
diligentemente contrastada con datos objetivos e imparciales.
18
Fundamento 58 de la STC Exp. Nº 6712-2005-HC/TC: “Este Colegiado ha reconocido la importancia del
derecho a la información, pero en estrecha vinculación con su rol democrático, cosa inexistente cuando
se está ante un acto de curiosidad”. En la misma línea, en el fundamento 60, la referida sentencia indicó:
“Se puede decir que los demandantes buscaron ejercitar su derecho a la información, cumpliendo con el
respeto a su contenido esencial de veracidad, pero el problema se encuentra en mantener incólume su
contenido accidental.
32
legítimos. Hay una aproximación a los estándares elaborados por la
doctrina de la real malicia.
19
Cfr. Taruffo, M. (2007). Precedente y jurisprudencia, en Precedente. Revista Jurídica, 86-99; y Barker,
R. (2017). El precedente y su significado en el Derecho Constitucional de los Estados Unidos. Lima: Grijley.
20
Rodríguez, C. (2008). La decisión judicial. El debate Hart - Dworkin. Bogotá: Facultad de Derecho de la
Universidad de los Andes, p. 34 y ss.
33
centrar su crítica al concepto de discrecionalidad judicial, elaborada
por Hart, tomando como base una pretensión de corrección. Dicha
pretensión se fundamenta en la existencia de principios que subyacen
a las reglas en las prácticas jurídicas de una comunidad organizada
constitucionalmente21. Según Dworkin (1984, p. 48), ante la
inexistencia de una regla aplicable al caso, los jueces debían aplicar
aquellos principios y no crear derecho cada vez que la regla aplicable
está ausente o es imprecisa. Su foco de atención en el debate con Hart
gravitaba en torno a los casos difíciles22.
21
Dworkin, R. (1984). Los derechos en serio. (M. Guastavino, Trad.) Barcelona: Ariel, p. 57.
22
Rodríguez, C., op cit, pp. 30-33.
34
numerosos juristas —entre ellos la de Dworkin— se centra en aquellas
circunstancias en las que el afectado por un ejercicio controvertido de
la libertad de expresión es un personaje de amplia proyección pública,
mientras que el emisor del mensaje es principalmente un comunicador
profesional o un periodista23. En dichos supuestos la ponderación
elaborada por la jurisprudencia paradigmática en materia de libertad
de expresión arribó a criterios que fueron incorporados por la doctrina
y la jurisprudencia de la mayoría de los países democráticos24.
23
Dworkin, R. (2019). El Derecho de las libertades. La lectura moral de la Constitución Norteamericana.
Lima: Palestra, p. 205 y ss.
24
Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
(2016). Jurisprudencia Nacional en Materia de Libertad de Expresión.
35
de la dignidad humana25. Sin embargo, no por ello dejaron de lado el
tratamiento de las libertades comunicativas a partir de una distinción
de sus dos dimensiones más resaltantes, es decir de la libertad de
expresión y de información. En este sentido, apelaron a los criterios
desarrollados por el Tribunal Constitucional del Perú y por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos26.
25
De Pablo, A. (2018). La protección penal del honor y el conflicto con las libertades comunicativas.
Modelos del Common Law, continental europeo y del Convenio Europeo de DD.HH. (J. Faira, Ed.) Buenos
Aires: BdeF. Cfr. Charney, J. (2016). La tensión entre la libertad de emitir opinión y la de informar y la
honra de las personas: importancia y límites de la exceptio veritatis. Revista de Derecho (Valdivia), XXIX(2),
pp. 175-193
26
Huerta, L. (2012). Libertad de expresión. Fundamentos y límites a su ejercicio. Lima: Tarea Asociación
Gráfica Educativa.
27
Covarrubias, I. (2015), “La vida privada de los funcionarios públicos frente a dos derechos: el acceso a
la información pública y la libertad de expresión. (Algunos criterios empleados en la jurisprudencia chilena
y comparada y su importancia relativa)”, Revista Ius et Praxis, nº 21, pp. 217-270.
28
Marciani, B. (2004). El derecho a la libertad de expresión y la tesis de los derechos preferentes. Lima:
Palestra, p. 35 y ss.
36
Dado el contexto vivido en el Perú durante los primeros años de la
década del 2000, es comprensible que la deliberación judicial no
asumiese la totalidad de las premisas de la posición preferente de la
libertad de expresión29. En su lugar, los jueces de la Corte Suprema
optaron por fundamentar la necesidad de elaborar reglas que
permitieran distinguir cuándo un ejercicio de la libertad de expresión
e información es legítimo, teniendo al derecho al honor como un límite
especial. En este sentido, la tesis de los límites de los derechos
fundamentales tuvo mayor peso que la tesis de la posición preferente
en el razonamiento de los jueces30.
29
Caso Magaly Medina y Ney Guerrero, STC Exp. Nº 6712-2005-HC/TC (Tribunal Constitucional del Perú,
17 de octubre de 2005).
30
Huerta, L., Ob. Cit., p. 17 y ss.
37
predecible y que la discrecionalidad judicial no caiga como un balde
de agua fría sobre la seguridad jurídica en un Estado democrático de
Derecho31.
31
Alarcón, G. (2007). Estado de Derecho, derechos humanos y democracia. Madrid: Dykinson. Véase
también, Nino, C.S. (2003). La constitucion de la democracia deliberativa. Barcelona: Gedisa.
32
En relación al Estado democrático, el Tribunal Constitucional del Perú desarrolló los alcances de este
concepto en el Pleno Jurisdiccional del 2 de junio del 2020, en la Sentencia recaída en el Expediente Nº
0009-2018-PI/TC.
33
Ugaz, J. (2016). Entre el derecho a la libertad de expresión y el derecho al honor. En L. Iberico (Ed.),
Palabra libre. El derecho a la información, medios de comunicación y autoregulación (págs. 217-229).
Lima: Fondo editorial del Congreso del Perú.
38
que guarda relación con la descripción fáctica de casos reportados a la
Relatoría para la Libertad de Expresión e Información de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. Sigue inquietando la labor de
algunos jueces de primera instancia que toman decisiones al margen
de los criterios señalados en el Acuerdo Plenario34. Las instancias
superiores resultan más reflexivas ante la tarea de corregir tales
pronunciamientos35. Aún más importante, falta evaluar cómo han
interpretado otros órganos jurisdiccionales el conflicto entre derechos
de la personalidad y libertades comunicativas con las circunstancias
de una lógica de la adaptabilidad ajustado al control normativo del
Estado de Derecho.
Epílogo
34
Entre los que podemos identificar el caso de Alan García contra Fernando Valencia (2016), Marta Meier
Miró Quesada contra Rafo León (2016) y el de José Eguren contra Pedro Salinas (2019).
35
Sobre las redes sociales, como medios de comunicación y que vienen a ser subsumidos en los alcances
del párrafo tercero del artículo 132 del Código Penal, véase el razonamiento judicial en la Sentencia de la
Tercera Sala Penal de la Corte Superior de la Libertad, Expediente Nº 443-2018-0, sentencia emitida el 13
de setiembre del 2019.
36
Bauman, Z. (2003). Modernidad Líquida. México: FCE, p. 11.
39
El avance del desarrollo de las nuevas tecnologías ha mejorado las
capacidades expresivas y comunicativas tanto a nivel individual como
social, evolucionan e impactan en las necesidades humanas; sin
embargo, también plantean serios retos para la protección de los
derechos de la personalidad como el honor y la intimidad. Abundan
los mensajes que transitan entre lo íntimo, lo privado y lo público, y
sin llegar a puntos de vista catastrofistas, en las redes sociales también
habitan poderes fácticos alrededor de la prensa y los imperios digitales
con un potencial desintegrador del principio de los derechos humanos
y del principio del proceso democrático. En este nuevo contexto,
interpretar casos en los que se evidencia la tensión entre la protección
de derechos individuales frente a la dimensión colectiva del derecho a
difundir o recibir información, requiere de categorías conceptuales
complejas y de una integración normativa que, en cierto sentido,
renueve algunas determinaciones de disposiciones normativas que
articuló el Acuerdo Plenario. La radical vaguedad o textura abierta que
afecta a las disposiciones jurídicas fue una de las justificaciones
hartianas ante la discrecionalidad judicial.
37
Conviene tener en cuenta las críticas formuladas sobre los riesgos que supone una visión utilitarista del
Estado democrático de Derecho, las amenazas de instrumentalizar el honor y la dignidad humana en aras
de ampliar las libertades comunicativas como derecho preferente. Véase, Marciani, B., Ob. Cit., p. 453.
40
control ciudadano. Es decir, estamos interpelados a reflexionar sobre
la idoneidad del precedente vinculante elaborado por el juez peruano
y su tendencia limitante para el razonamiento judicial en los próximos
años. Los plegamientos entre contexto de descubrimiento y contexto
de justificación en las controversias sobre el derecho al honor y la
libertad de expresión e información, en tanto conflicto
iusfundamental, no deja de transitar entre principios ético-políticos y
un rol fáctico del Derecho, dadas las expectativas de legitimidad de un
orden social que se estabiliza por medio del consenso-disenso y la
validez normativa (Habermas, 1998).
41
REFERENCIAS
42
Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica, Serie C, No. 107 (Corte
Interamericana de Derechos Humanos, 2 de julio de 2004).
43
Defensoría del Pueblo. (2000). Situación de la Libertad de Expresión
en el Perú. Lima.
44
Huerta, L. (2012). Libertad de expresión. Fundamentos y límites a su
ejercicio. Lima: Luis Huerta Guerrero.
46
LA JUSTICIA EN EL PROCESO PENAL CONTRA
SÓCRATES Y LOS APORTES A LAS TÉCNICAS DE
LITIGACIÓN ORAL EN LOS PROCESOS PENALES
ACTUALES
I.INTRODUCCIÓN
38
Abogado, maestrante en Derecho Penal y Procesal Penal por la Universidad Cesar Vallejo. Arbitro en
Derecho por el Centro de Arbitraje CONCILIUM XXI. Profesor visitante por la Universidad Autónoma de
Nuevo León, Docente de pregrado en la experiencia curricular de Derecho Procesal Penal. Director del
Taller Permanente de Derecho y Literatura, conferencista Nacional e Internacional en temas de
Derechos Humanos y Derecho y Literatura.
47
Según el profesor (Esteban, 2015). Sócrates debe a las Leyes su crianza, su
educación y todos los beneficios que ha gozado durante su vida como
ciudadano de Atenas, esta circunstancia y situaciones que adhieren a la vida
de Sócrates es una constante en los principales biógrafos como es (PLATON,
1996) y (JENOFONTE, defensa de socrates, 1989) quienes transcriben parte
de sus conversaciones y la vida misma, siempre buscando la verdad y
tratando de descubrir con claridad la justicia y felicidad a través de sus
discursos políticos pero en obediencia a sus leyes con el cual siempre estaba
de acuerdo, mas no; con los que aplicaban las normatividad, es por eso que
gran parte de la vida, le toco hace a través de mayéutica generar una lucidez
en sus amigos y familiares que lo rodeaban como fue melito, critón y su
padre quien fue el artífice de la construcción histórica del hombre llamado
Sócrates.
Es importante señalar que el proceso contra Sócrates se llevó 399 A.C. y que
los principales acusadores de Sócrates fueron Melito, Anito y Licón, que
representan a los poetas, artistas, políticos y a los oradores, respectivamente.
Formulando la siguiente acusación: “Sócrates es culpable de tratar de
penetrar con curiosidad impía los secretos de la tierra y del cielo, de hacer
de una mala una buena causa y de enseñar a otros cosas semejantes.” El
filósofo (JENOFONTE, Apología de Sócrates al jurado, 1993), señala que
“Sócrates es culpable de corromper a los jóvenes, de no reconocer a los
dioses del Estado y de introducir nuevas divinidades.
48
Durante el proceso contra Sócrates se desarrolla muchos tópicos jurídicos en
materia procesal (acusación contra Sócrates, los delitos que se imputan, los
testigos contra Sócrates, la defensa de Sócrates y la apelación de Sócrates);
para el profesor (Azcárete, 2001, pág. 21) califican el proceso a Sócrates en
tres etapas, la primera (La introducción / La acusación/ La explicación del
porqué se le acusa/ Su interpretación del Oráculo de Delfos/ La refutación
de los cargos u la auto aniquilación: decir la verdad); la segunda (aceptación
y el señalamiento de la pena); y la tercera (la profecía); este proceso ha
consagrado la elegancia del discurso y en con ello el método de la retórica
como unidad de pensamiento en los procesos penales, así como también ha
construido en el tiempo a través de la mayéutica, como se sabe es un método
o una técnica que consiste en realizar preguntas a una persona hasta que ésta
descubra conceptos que estaban latentes u ocultos en su mente.
En ese contexto nos preguntamos ¿Cuáles serían los aportes del proceso
contra Sócrates al sistemas procesal penal actual?, ¿Es la ironía una
técnica argumentativa en el contrainterrogatorio en juicio oral?, ¿Es la
mayéutica una técnica argumentativa en el contrainterrogatorio en
juicio oral? ¿Fue importante el proceso contra Sócrates para elaborar
nuevas teorías de justicia en la construcción de las sentencias en los
procesos penales?; en el código procesal penal peruano se encuentra
establecido en los artículos 356 hasta 391, donde se desarrolla (alegatos de
apertura, interrogatorio de testigos, contrainterrogatorio de los testigos,
presentación de prueba material, alegatos finales y sentencia); dicho esto el
proceso de Sócrates se asemeja a los procesos penales actuales de
Latinoamérica. Nuestra principal misión es establecer mediante una línea
histórica los aportes desde la teoría de la justicia socrática hasta las técnicas
de litigación en juicio oral.
49
Para comprender esta investigación resulta importante analizar algunos
tópicos jurídicos como la concepción de justicia desde Atenas hasta nuestros
tiempos con el objetivo de desarrollar el análisis de los factores internos y
externos del razonamiento de las sentencias y finalmente una cuadro
comparativo entre las técnicas que utilizo Sócrates en su defensa y las
técnicas de litigación que se utilizan actualmente en los procesos penales
según nuestros sistema penal peruano.
Para el profesor (Barros, 1994, pág. 26) nos anuncia que “La historia
tradicional del juicio de Sócrates presenta al filósofo como víctima de
un Estado intolerante y corrupto. Así, Sócrates se ha transformado en
el símbolo del hombre que muere defendiendo sus ideas”, Sócrates, a
pesar de su importancia en la filosofía, fue, en la activa política de
Atenas, la contrapartida, en la teoría y en la práctica, de la democracia
ateniense. Sus jueces, finalmente, no pretendían darle muerte, sino
sólo alejarlo de la juventud ateniense. Morir fue su propia decisión
y con ello nos entregó un legado importante al derecho, porque nos
ayudó a construir un justicia que ha traspasado el tiempo, la historia y
ha rejuvenecido su teoría de respeto a leyes en el marco de la
investigación del derecho y ha fortalecido en la teoría pura del derecho
de Hans Kelsen.
50
En el 399. A.C. la historia da cuenta de un proceso emblemático para
la política ateniense, el acusado Sócrates un filósofo griego, a quien se
le atribuía los siguientes delitos ASEBEIA (IMPIEDAD) y de
CORROMPER A LOS JÓVENES. Tras el juicio realizado por el
Tribunal de los Heliastas, el filósofo fue condenado a muerte.
(RAMIS, 2005)
53
reparos a las respuestas recibidas, sumiendo en la confusión a su
interlocutor, que acababa reconociendo que no sabía nada sobre la
cuestión.
CRITÓN
(…); según parece. Pero, querido Sócrates, aun
así, hazme caso y sálvate. Porque para mí, si
murieses, no sería una única desgracia, sino que,
aparte de verme privado de un amigo como jamás
encontraré otro igual, además de eso, muchos de
los que no nos conocen bien a ti y a mí, podrían
creer que, siendo capaz de salvarte, si hubiera
querido gastar dinero, lo descuidé. Y ciertamente,
56
¿qué fama sería más vergonzosa que ésta de
parecer que se estima en más el dinero que a los
amigos? Porque la mayoría no se convencerá de
que tú mismo te negaste a salir de aquí, a pesar de
nuestros ruegos.
SÓCRATES
(…); Así sucede también respecto a lo justo y lo
injusto, lo innoble y lo noble, lo bueno y lo malo,
asuntos que son el objeto de nuestra actual
discusión. ¿Debemos nosotros seguir la opinión
de la mayoría y temerla, o la de uno solo que
entienda, si lo hay, al cual es necesario respetar y
temer más que a todos los demás juntos? Si no
seguimos a éste, dañaremos y destruiremos
aquello que se mejoraba con lo justo y se destruía
con lo injusto. ¿No es así? (...). (Guthrie, 1997)
Sócrates
Entonces, de ningún modo se ha de obrar
injustamente.
Critón
Sin duda que no.
Sócrates
Luego, ni siquiera el que es tratado
injustamente ha de devolver mal por mal,
como piensa la mayoría, ya que de ninguna
manera se ha de obrar injustamente.
Critón
Es evidente que no.
Sócrates
58
Por tanto, Critón, ¿se debe hacer el mal, o
no?
Critón
Sin duda que no es conveniente, Sócrates.
Sócrates
¿Y es justo, como dice la mayoría, que el que
sufre algún mal responda con nuevos males,
o no?
Critón
De ningún modo.
Sócrates
Pues sin duda el hacer mal a los hombres no
difiere en nada del ser injusto.
Critón
Dices la verdad. (Guthrie, 1997)
59
SÓCRATES
(…); Si a nosotros que tenemos la intención de
escapar de aquí, o como sea conveniente nombrar
a esto, llegaran las leyes y el estado y, colocándose
delante, nos preguntaran: “Dime, Sócrates, ¿qué
tienes proyectado hacer? ¿No es cierto que, con
esta acción que intentas, proyectas destruirnos a
nosotras las leyes y a toda la ciudad, en lo que de
ti depende? ¿Te parece a ti posible que pueda aún
existir sin arruinarse una ciudad en la que los
juicios que se producen no tienen ningún poder,
sino que son destruidos por particulares y
resultan nulos?” ¿Qué responderemos, Critón,
ante estas preguntas y otras de tal naturaleza?
Muchas razones podrían dar cualquiera,
especialmente un orador, en favor de esta ley que
nosotros intentamos destruir, que establece que los
juicios sentenciados tengan plena autoridad.
¿Acaso les diremos: “La ciudad nos ha tratado
injustamente y no ha realizado el juicio
correctamente”? ¿Les diremos esto o qué?
(Guthrie, 1997)
61
En el tiempo surgieron contraposiciones y algunos que se adecuaron
la defensa de la justicia socrática, así podemos encontrar al máximo
representante de la filosofía cristiana (AGUSTIN, 1998, pág. 54),
quien nos dice Lex iniusta non est lex¸ esta premisa se contrapone a
la postura socrática, se me ocurre que a través de este aforismo muchos
abogados litigantes construimos en el ámbito procesal, nulidades
absolutas y relativas, así como las apelaciones, y llevándole a ámbito
argumentativo las estrategias como parte de la teoría del caso.
63
es condenado o absuelto, pero todos estos tópicos son fruto de una
serie de acciones jurídicas que controlan los hechos que contraviene
la paz social y el orden público.
El profesor (RADA, 2008, pág. 19) nos dice “El proceso penal es el
medio de hacer prevalecer el derecho como garantía del individuo; su
64
finalidad es tutelar al derecho. No es únicamente defensa de la
sociedad, porque eso llevaría en un momento dado a legitimar
cualquier injusticia. El Derecho como tal está por encima de las
contingencias momentáneas de la sociedad, no toma en cuenta el
carácter de la misma o en su régimen político, solo atiende a los
principios inmutables de la justicia”; en profesor Domingo García,
nos anuncia a través de este concepto al ser humano y sus
circunstancias inmerso en un proceso de naturaleza muy lejana del
litigio sino más bien de preservar sus derechos y la conjugación de la
verdad, para poder garantizar el sistema de justicia que se imponga en
las resoluciones judiciales.
El profesor (VILLANUEVA, 2004, pág. 11); nos dice que “Al ser el
Perú un Virreinato de España, las reglas impartidas en nuestro
territorio provinieron de dicho país; incluso, con la proclamación de
la independencia, el 28 de julio del año 1821, la reforma legal no fue
de manera inmediata, sino que siguieron rigiendo y “(…) aplicando
ultractivamente la legislación colonial, actuando con mentalidad
(cultura jurídica) inquisitiva”; este punto es evidente en la historia, ya
que la construcción de nuestros derecho fundamentales no se dio con
la declaración de independencia de nuestro país, no solo regia una
matriz penal Española e inquisitiva sino también nuestra constitución
de 1983, era un remedo de la influencia de Francesa, con aires de
liberalidades, pero ningún derecho sustantivo que garantice un
proceso correcto y sobretodo la protección al individuo y sus
circunstancia en la que nos desarrollábamos con una nueva nación en
Latinoamérica.
65
La aparición del Código de Enjuiciamiento Penal de 1863; es decir
cuarenta y dos años después de la proclamación de la independe se
crea la primera herramienta de derecho penal y como consecuencia el
derecho procesal penal peruano, en palabras de (Alegre, 2016, pág.
28) nos dice que esta nueva nación reclamó para sí normas propias,
concordantes con la autonomía e independencia que proclamaba,
dando como resultado la promulgación del Código de Enjuiciamiento
Penal de 1863. Es importante valorar las principales características de
esta nueva normativa, teniendo presente que no es correcto calificarla
como perteneciente a un sistema procesal netamente inquisitivo. En
efecto, consideramos que todos los códigos muestran una tendencia a
ser “inquisitivos” o “acusatorios”, no habiendo existido ningún texto
procesal que haya demostrado tener plenamente uno u otro carácter,
ni siquiera el actual Código Procesal Penal denominado como
“adversarial”.
67
6. El proceso inquisitorial era bipartito, ya que tenía
dos fases: una sumaria o de investigación, también
llamada inquisitiva, y otra judicial stricto sensu. En la
fase judicial, el inquisidor dejaba de ser investigador
para convertirse en juez, entre el promotor fiscal que
acusaba a los reos y el abogado defensor que debía
probar la inocencia del reo.
7. Todos los actos en el sistema inquisitivo eran escritos
y tenían carácter secreto. (Sotomayor, 2017, pág. 28)
68
durante el transcurso de los años. Así, con su promulgación empezaron
a regir en el territorio peruano dos códigos procesales, el del año 1940
y el de 1991 (solamente determinados artículos – “articulado
vigente”), demostrando con ello que el interés del Poder Ejecutivo era
no reconocer mayores derechos o garantías al imputado, sino aplicar
las normas que fuesen necesarias para restringir su libertad. Es por ello
que, este tipo de normas sí entraron en vigencia de manera más
próxima que los demás preceptos del Código Procesal Penal de 1991.
70
pública, penados con pena privativa de libertad no menor
de cinco años, espionaje, etc.), las etapas intermedia y de
enjuiciamiento corren a cargo de la Sala Penal Superior.
Siguiendo con este orden de ideas (Alegre, 2016, pág. 44) referencia
que entre las características de este Código tenemos que existen tres
etapas procesales marcadas claramente: la primera de ellas es la etapa
de investigación preparatoria; la segunda, la etapa intermedia; y, por
último, el juicio oral. Aunque este texto procesal estaba orientado a
que los procesos judiciales concluyan en la etapa de juzgamiento, lo
cierto es que en la capacitación que se realizó a los operadores de
justicia previamente a su vigencia, se puso mucho énfasis en difundir
la idea de que solamente deberían llegar a juicio oral los casos más
relevantes, buscando concluir las causas menos trascendentes de
manera previa al inicio del juzgamiento, mediante la aplicación de
salidas alternativas.
71
El sistema procesal penal acusatorio es antagónico al sistema
inquisitivo, se adecúa mejor a un sistema republicano, caracterizado
por ser un Estado de derecho que se encuentra regido por sólidos
principios, como se expresa en el art. I del título preliminar del NCPP:
Así también la teoría del caso es saber elaborar una historia del caso,
para afrontar el juicio oral, y persuadir al juez, que tiene la versión
válida de los hechos que es la versión de lo que sucedió, y busca
acreditar durante el juicio oral, es como la trama de una obra y
constituye una herramienta de gestión procesal, en la que
esquematizamos nuestras fortalezas, debilidades, oportunidades y
amenazas. Técnicamente es la hoja de ruta de nuestra estrategia de
litigación. Para muchos autores expertos en la materia nos establecen
que debemos considerar a la técnica como esquematización de todo lo
que vamos a desarrollar durante el proceso en sus distintas etapas
procesales.
73
impresión habrán despertado en vosotros las palabras de mis
acusadores. Han hablado tan seductoramente que al escucharlos, casi
han conseguido deslumbrarme a mí mismo, sin embrago, quiero
demostrar que no han dicho ninguna cosa que se ajuste a la realidad.
Aunque de todas las falsedades que han urdido, hay una que me dejo
lleno de asombro: aquella en que se decía que tenis que precaveros
de mí, y no dejaron embaucar porque soy una persona muy hábil en
el arte de hablar” (JENOFONTE, defensa de socrates, 1989) si
escudriñamos esta inicio de alegatos cumple los requisitos de las
técnicas de alegato de apertura, puesto que nos dice que el alegato
inicial debe ser (debe ser sencilla, creíble, lógica y flexible). Así
mismo, Sócrates hace gala uno del método de la ironía y la mayéutica
en su parte introductoria.
39
Sacado de las diapositivas de la experiencia curricular de MIC I, dictado por mi Mtro. Rafael Fernando
Aldave Herrera, pensador inalcanzable y guía en la elaboración de mis investigaciones.
78
Que importante es rol de nuestros jueces cuando tiene que construir
sus sentencias, recuerdo las clases el Mtro. Ricardo Samillan40,
quien nos decía que la labor de los jueces está en saber diferenciar los
límites y alcances de las justificaciones internas y externas de las
decisiones (razones jurídicas); que deben tomar al momento de
elaborar las sentencias. Quien siempre citaba al profesor Figueroa
Gutarra41 cuando se pregunta y se responde “¿Por qué dividir la
justificación en interna y externa? Fundamentalmente a efectos de
dividir la decisión en 2 planos: por la justificación interna,
apreciamos si el juez ha seguido un ejercicio de sindéresis lógica y
revisamos, con insistencia, si el juez ha seguido las reglas de la lógica
formal.
40
Gonzales Samillán, Ricardo Bernardino Docente de la experiencia curricular de LA PRUEBA en la
Maestría de derecho Penal y Procesal penal de la universidad Cesar Vallejo Filial Tarapoto.
41
Edwin Figueroa Gutarra en su artículo científico “JUECES Y ARGUMENTACIÓN” Revista Oficial del Poder
Judicial: Año 6 - 7, N° 8 y N° 9 / 2012-2013 pág. 119-141.
79
sustentación que satisface los requisitos liminares de una justificación
suficiente”
III.CONSIDERACIONES FINALES
82
IV.REFERENCIAS
83
Guthrie, W. K. (1997). "Historia de la filosofía Griega" Tomo IV Platón
el hombre y sus diálogos: primera época. madrid : Editoriales Gredos .
42
Fiscal Adjunto Superior de la Segunda Fiscalía Superior de Apelaciones de Trujillo. Maestro en Derecho
con mención en Derecho Penal y Ciencias Criminológicas. Doctor en Derecho. Docente de Derecho Penal
y Derecho procesal penal de pre y post grado. Autor de las obras: Lógica de la prueba en el derecho
procesal penal: teoría de la prueba indiciaria (2004), Manual de derecho procesal penal (2014), Manual
de derecho procesal penal (2019). Además de haber colaborado en obras colectivas y Revistas Jurídicas
Especializadas.
85
Cuando en la acción de probar tratamos de acreditar indicios, a partir de los
cuales, podemos inferir el delito y la participación del acusado, estamos
haciendo uso de la denominada prueba por concurso de indicios también
llamada prueba indiciaría.
Para tener una idea clara de lo que es la prueba indiciaria o de la prueba por
concurso de indicios será necesario remitirnos a la doctrina procesal, a la
jurisprudencia desarrollada en nuestro país y a las normas del NCPP.
86
Por su parte, la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, en la casación
número 628 – 2015, si bien no se propone definir la prueba indiciaria,
establece las condiciones que deben concurrir para que la conclusión
incriminadora sustentada en indicios sea válida. En ese sentido, en el
fundamento jurídico quinto de la casación se indican las siguientes
condiciones:
- Que los hechos indicadores o hechos base (indicios) sean varios y estén
interrelacionados.
- Que los indicios estén acreditados.
- Que la inferencia realizada a partir de los indicios sea racional y fundada
en máximas de la experiencia fiables; y
- Que cuente con motivación suficiente.
87
órgano judicial sobre la verdad de hechos periféricos o de aspectos del hecho
penalmente relevante que no están directamente referidos al procesado, pero
que, en atención a las leyes científicas, reglas de la lógica o máximas de la
experiencia, permiten tener razonablemente por cierta la intervención del
procesado en el hecho penalmente relevante (p.31).
88
Por otro lado, desde una perspectiva objetiva la prueba indiciaria opera como
una metodología lógica que permite valorar los indicios primero de modo
individual y luego de modo conjunto de manera que el juzgador pueda arribar
a la convicción judicial a partir de un conjunto de indicios. A esta teoría en
adelante les denominaremos prueba indiciaria para diferenciarla de la prueba
por concurso de indicios a la que ya nos hemos referido anteriormente.
89
indicio esté probado, y que la inferencia esté basada en las reglas de la lógica,
la ciencia o la experiencia.
2.1. El indicio.
La palabra indicio viene del latín index, que significa dedo índice o
señal de una cosa (Lopez, 1985, p.25); siendo que, a partir de esta
aproximación etimológica, apreciamos que el término indicio sugiere
una indicación, revelación o señalamiento de algo; es decir, que el
indicio nos conduce a conocer algo más.
90
conocer un hecho desconocido mediante el uso de las reglas de la
lógica y de las máximas de la experiencia.
91
la premisa mayor del silogismo debe ser una ley física y constante.
(p.310).
92
denominados contra indicios, que los ofrecerá la defensa del acusado.
En efecto, como lo señala Santiago López, así como se ofrecen a la
consideración del juez ciertos hechos que indican la culpabilidad de
un procesado, también pueden presentarse otros que, por el contrario,
demuestran su inocencia; llamándose a los primeros indicios de
culpabilidad, en tanto que los segundos los denomina indicios de
inocencia o contra indicios (López, 1980, p 214).
93
A partir de la definición anterior se puede establecer preliminarmente
dos clases genéricas de presunciones, a saber: las presunciones
establecidas por la ley y las presunciones extraídas por el juzgador o
judiciales que son las que en última instancia nos interesa estudiar por
formar parte de la estructura de la prueba por indicios.
94
requerirá del concurso de otros indicios concordantes, para generar la
convicción en el juez.
95
desconocido que se expresa como una proposición o afirmación
presunta.
En respuesta a la pregunta anterior, Dellepiane señala que, se
produce merced a una inferencia que para conseguir tal fin se
apoya en las relaciones necesarias derivadas de la naturaleza de
las cosas (p.57).
En el universo existen diversos tipos de relación (causalidad,
semejanza, sucesión), entre las diferentes cosas y fenómenos; a
tal punto que hasta los hechos únicos y en apariencia aislados se
relacionan entre sí por el espacio o por el tiempo; tal como
ocurre por ejemplo con las huellas que deja el sujeto agente en
la escena del delito y los elementos de la víctima que se
encuentran en el ámbito del sujeto agente.
Para Dellepiane, todas las relaciones constituyen infinidad de
leyes que para el efecto de que tratamos son utilizadas en
calidad de premisa mayor de un silogismo, cuyo término medio
es el indicio o hecho conocido, y cuya conclusión será el hecho
desconocido o sea el indicado (p.57).
Atendiendo a lo antes indicado, podemos afirmar que la fuerza
probatoria del indicio reside en el grado de necesidad de la
relación que revela entre un hecho conocido el indiciario
debidamente acreditado y otro desconocido el indicado cuya
existencia se pretende averiguar (Cafferata, p. 182).
En conclusión, el valor probatorio de los indicios (en sentido
estricto), no se encuentra en ellos mismos, sino que depende del
grado de necesidad de la relación que los vincula con los hechos
indicados; relación que se encuentra resumida en una ley
general utilizada en calidad de premisa mayor del silogismo. En
ese sentido se asevera que la variabilidad del valor probatorio
de los indicios se produce, en virtud a que no siempre es posible
vincular al inicio con una ley científica irrefutable, sino que por
lo general se parte de leyes empíricas cuya relatividad afecta de
incertidumbre a la conclusión o hecho indicado. Esta es la razón
por la que la doctrina se hace la distinción entre indicios
necesarios y contingentes.
96
Por otro lado, si la razón o fundamento del valor probatorio de
los indicios radica en su aptitud para que el juez infiera
lógicamente de ellos el hecho desconocido, entonces resulta
indispensable determinar la naturaleza de la operación mental
que conduce del indicio al hecho indicado o desconocido es
decir el tipo de inferencia que se aplica en la valoración
apreciación individual de un indicio.
Generalmente la inferencia lógica encierra dos formas de
razonamiento: el deductivo y el inductivo. El razonamiento
inductivo consiste en partir de un hecho o conjunto de hechos
particulares, para arribar a un conocimiento general y se dice
que, en esta clase de razonamiento se llega a la conclusión de
manera probable; mientras que en el razonamiento deductivo se
parte de un conocimiento general, para arribar a uno particular,
y a diferencia del razonamiento inductivo, en la deducción se
arriba a la conclusión de modo necesario.
Luego de delimitar con claridad las diferencias de los
razonamientos deductivo e inductivo; la tarea de identificar la
naturaleza de la inferencia indiciaria resulta ser completamente
sencilla, si se constata su estructura lógica. Al respecto, el
profesor Percy García considera que la inferencia indiciaria es
un razonamiento deductivo respaldado en una ley científica, una
regla lógica o una máxima de la experiencia (p.66); sin
embargo, las conclusiones de la inferencia indiciaria no son
necesariamente ciertas, pues, por lo general se trata de indicios
contingentes que conducen a una conclusión aproximativa a la
que denominamos presunción, siendo esta la razón por la que,
en estricto sentido, no se puede afirmar que la inferencia
indiciaria sea una deducción.
Por su parte, el procesalista Devis Echandía señala que, si se
contempla la máxima general de la experiencia o la regla técnica
que se utiliza para el argumento probatorio como premisa
mayor, se tiene que de la generalidad y constancia de aquella se
deduce el nexo de conexión que debe existir entre el hecho
indiciario y el hecho desconocido por probar, y entonces
97
aparece una especie de razonamiento deductivo, aun cuando en
el fondo es una deducción apoyada en una inferencia inductiva
previa (p. 308). Tal afirmación es complementada por
Dellepiane (p.59) quien precisa que "en la inferencia iniciaría,
la ley que le sirve de fundamento, que constituye la premisa
mayor del silogismo correspondiente, no es siempre una ley
científicamente comprobada y de carácter necesario, sino que es
una ley empírica, una generalización suministrada por la
experiencia, un principio de sentido común cuyo carácter es
contingente", y concluye diciendo; "no hay aquí entonces una
deducción rigurosa, sino lo que los lógicos llaman un raciocinio
por analogía o una inferencia analógica”.
Esta afirmación también es compartida por Marco Díaz León
cuando señala que la prueba denominada por concurso de
indicios resulta de la combinación de varios indicios necesarios
y de varias inferencias indiciarias de carácter analógico (p. 881).
De lo anterior es posible extraer las siguientes conclusiones:
98
presunción; y con ella, definitivamente, no será posible
lograr el convencimiento del Juez y descartar todas
aquellas dudas relevantes que le han surgido durante la
actividad probatoria. Por ejemplo, el indicio de que el
procesado se fugó luego de producirse la muerte de la
víctima, no aporta un argumento suficiente como para
condenar al sospechoso, ya que podría darse el caso de que
el sujeto se ha marchado por otros motivos, distintos a la
provocación de la muerte de la víctima.
99
Eliseo Gómez fundamenta lo anterior afirmando que, la
concurrencia de varios indicios en una misma dirección,
partiendo de puntos diferentes, aumentan la probabilidad de
cada uno de ellos con una nueva probabilidad que resulta de la
unión de los otros construyendo una verdadera resultante. (p.
23).
100
- Que intencionalmente se han falsificado las pruebas, es
decir, que se ha creado o fabricado indicios para señalar
un hecho que no ha ocurrido en la realidad y de ese modo,
desviar la justicia; y
101
de ello no concurren argumentos o indicios que desvirtúen el
sistema precedente.
102
Conforme sostiene Antonio Dellepiane, el fundamento racional de la
prueba indiciaria viene a ser, en el fondo, el principio de la razón; y
que están en lo cierto los autores, al afirmar que la prueba por concurso
indicios se reduce a un balance de probabilidades susceptible de
provocar en el espíritu una certeza moral muy grande que no alcanza
a la certeza pura, dado que nunca se descarta del todo, las hipótesis de
azar y de la prueba falsificada, pudiendo sólo afirmarse que la
presencia de ésta se vuelve cada vez más improbable a medida que
aumenta el número de indicios y sobre todo el valor de los mismos (p.
88).
103
4.- INFLUENCIA DE LA PRUEBA INDICIARIA EN EL
RAZONAMIENTO PROBATORIO ACTUAL.
104
verosimilitud, corroboración y
persistencia.
Establece una inferencia indiciaria Establece un análisis global de los
inductiva en el análisis global del elementos de prueba que resulten
sistema de indicios. Aquí, el de los documentos y de las
principio de la razón, es el declaraciones de los órganos de
fundamento del hecho indicado. prueba.
105
A partir del cuestionamiento anterior, Dellepiane propone realizar un
estudio conjunto sobre la prueba, ya sea que provenga de un testigo,
de un documento o de un indicio, y como consecuencia de este
planteamiento, llegó a establecer que "la metodología de la prueba
indiciaria se confunde con la teoría general de la prueba judicial, y ésta
se reduce a los principios de la prueba por indicios” (p.41).
106
valoración probatoria de los elementos de prueba que derivan de los
indicios (confirmación, pluralidad, concordancia, convergencia y
principio de la razón) se pueden aplicar perfectamente para la
valoración de cualquier elemento de prueba ya sea que provengan de
un indicio, de la declaración de un testigo, o de un documento.
107
REFERENCIAS
Ayala, E., Nolasco, J., Lopez, R., Mancha, W., Ramírez, D. (2010).
Litigación en materia de prueba indiciaria, Lima.
108
Gómez, E. (1953). Del indicio y de la teoría de la unidad de la
prueba en el código de procedimiento penal. Bogotá, Pax.
109
EL DESAFÍO JURÍDICO DEL JUICIO ORAL EN LA
JUSTICIA PENAL PERUANA ANTE LA VIRTUALIDAD:
¿FLEXIBILIZANDO O PROFANANDO GARANTÍAS?”
ERNIE AUGUSTO LLANOS NEYRA 43
1.- INTRODUCCIÓN
43
Fiscal Adjunto Provincial Titular de la Fiscalía Especializada Contra la Criminalidad Organizada del
Distrito Fiscal de San Martín, Defensor Público (2016-2018).Abogado por la UNPRG. Magister en
Derecho Penal y Procesal Penal, estudios concluidos de maestría en Derecho Constitucional y Derechos
Humanos, Doctorando en Derecho por la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Docente Posgrado UCV,
docente de pre grado Universidad Nacional de San Martín.
44
COVID-19. Enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más
recientemente, tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el
brote en Wuhan (China) en diciembre del 2019. (OMS, (2020) COVID-19. Publicado el 01.01.01, recogido
el 20.07.2020, fuente: www.nfrefbrefn)
110
2.- JUSTICIA PENAL EN CUARENTENA. “LA NUEVA
NORMALIDAD” ¿SERVICIO DE JUSTICIA ONLINE?
Las decisiones de los diversos gobernantes y/o poderes ejecutivos de
Latinoamérica y del mundo han dispuesto diversos mecanismo normativo
acorde con sus realidades y dentro de ellos han aplicado la denominada
cuarentena y/o asilamiento social obligatorio, y en el Perú ello no fue la
excepción, teniendo implicancia en nuestro sistema de justicia, empero a
diferencia de otros países donde el sistema de Justicia optó por protocolos de
realización de audiencias presenciales como por ejemplo el caso de Costa
Rica, con normatividad sanitaria de distanciamiento físico, protocolos de
bioseguridad, así como en nuestro caso se ha implementado paulatinamente
a restaurantes, transporte, etc.; sin embargo nuestro sistema de justicia hasta
la fecha ha optado temporalmente por un sistema de justicia online o virtual,
en tanto y en cuanto dure la emergencia sanitaria, teniendo prevalencia el
resguardo de la salud pública, por tanto ante la crisis los operadores de
justicia debemos adaptarnos a la “nueva normalidad”, de modo que, incluso
muchas autoridades judiciales han llegado a afirmar que “el sistema virtual
ha llegado para quedarse”, haciendo referencia incluso que podría ser
postpandemia; considero que afirmaciones como estás deben ser analizadas
de acuerdo al contexto procesal en el que se esté desarrollando una causa,
pues podría válidamente aplicarse a muchas de las audiencias propias de
nuestro sistema procesal -las denominadas audiencias previas, preliminares
y/o preparatorias-, empero no sucede lo mismo al referirnos a la Etapa de
Juzgamiento, esto es a la audiencia de juicio oral del cual si tenemos un
punto de vista crítico.
3.- EL INÉDITO DESAFÍO DEL JUICIO ORAL Y EL RESPETO A
LAS GARANTÍAS PROCESALES EN LAS AUDIENCIAS
VIRTUALES.
Para los operadores de justicia que actualmente nos desempeñamos en el
ámbito de la justicia penal, hoy en día estamos siendo testigos inéditos que
la pandemia que azota al mundo entero, sin duda ha generado un desafío
mayúsculo en lo que respecta a la llamada etapa estelar del proceso penal,
esto es, el juicio oral, que no es una cuestión menor; pues conlleva enormes
111
y numerosos esfuerzos en orden a poder conservar la continuidad del servicio
de justicia en condiciones particularmente contrarias o adversas.
En el Perú tenemos un sistema procesal penal que ha sido construido desde
mi punto de vista bajo el paradigma acusatorio con rasgos o tendencias
adversariales, tomando como modelo el Código Procesal Penal Tipo y/o
modelo para Iberoamérica y otros45 , y es dentro de la Etapa de Juzgamiento
que ha regulado garantías específicas, sin perjuicio de las garantías
procesales reconocidas por la Constitución y los Tratados Internacionales
sobre Derechos Humanos aprobados y ratificados por nuestro país, las que
tenemos reguladas en el marco normativo del artículo 356° inciso 1) del
Código Procesal Penal Peruano46, esto es que rigen especialmente la
oralidad, la publicidad, la inmediación y la contradicción y los principios de
continuidad del juzgamiento, concentración e inmediación.
Siendo así, prima facie podemos pensar que los principios antes descritos
han sido pensados o concebidos bajo una lógica en la cual los sujetos
procesales intervinientes y/o interactúan, debatiendo, confrontando frente a
un juzgador unipersonal o colegiado quienes deciden presencialmente dentro
de un ambiente físico denominado sala de audiencias, sin embargo la
realidad nuevamente nos ha superado, esto es, la contingencia sanitaria no
permite hoy en día llevar a cabo audiencias presenciales sin exponer la salud
de quienes participan.
Por lo que la justicia penal debe encontrar fórmulas, métodos o mecanismos
que permitan armonizar la emergencia sanitaria con la continuidad del
servicio en aquellos casos que fuera viable y de suma urgencia- entiéndase
para acusados que se encuentren privados de su libertad- sin llegar a
45
La reforma procesal peruana tiene como fuentes el Código Procesal Penal Tipo para Iberoamérica,
hecho por 3 grandes maestros: Julio Maier (Argentina), Ada Pellegrini Grinover (Brasil) y Jaime Bernal
Cuellar (Colombia); también los códigos de países eurocontinentales tales como: España, Alemania,
Francia, Italia, Portugal, y de América Latina: Chile, Colombia y Costa Rica, además de las casi 100 reformas
que tuvieron que hacerse al CPP de 1940 para el caso de crímenes de aparatos organizados de poder
estatal y privado liderado por Vladimiro Montesinos contra 1300 imputados.
46
Art. 356º inciso 1) del Código Procesal Penal Peruano. Principios del juicio. – “El juicio es la etapa
principal del proceso, se realiza sobre la base de la acusación; sin perjuicio de las garantías procesales
reconocidas por la Constitución y los Tratados de Derecho Internacional de Derechos Humanos aprobados
y ratificados por el Perú, rigen especialmente la oralidad, la publicidad, la inmediación, y la contradicción
en la actuación probatoria. Asimismo, en su desarrollo se observan los principios de continuidad del
juzgamiento, concentración de los actos del juicio, identidad física del juzgador y presencia obligatoria del
imputado y su defensor”.
112
sacrificar principios o garantías nucleares, vrg. El derecho de defensa, al
debido proceso, a ser juzgado en un plazo razonable, la presunción de
inocencia y los señalados precedentemente; en este pequeño artículo el
desafío jurídico lo enfoco específicamente en el desarrollo del juicio oral
pues en las audiencias preliminares o también denominadas audiencias
previas y/o preparatorias consideramos que la virtualidad es perfecta y
válidamente adaptable, por el contrario distinta es la situación del desarrollo
de los juicios orales, por ello es aquí donde se debe construir estándares y
criterios mínimos que permitan decidir la viabilidad o desarrollo de éstas, sin
sacrificar y/o conculcar derecho, principio y/o garantía procesal alguna,
cumpliendo de modo óptimo su propósito, para ello- veamos
cuidadosamente una serie de posibilidades- que planteamos a modo de
ejemplos como desafíos, entre muchísimos otros que podrían citarse :
114
c) Respecto al Principio de inmediación: “Este permite una adecuada
valoración probatoria y está referido al contacto necesario entre el juez
y la causa (documentos, testigos, alegaciones de las partes, entre
otros), para que el magistrado pueda resolver con mayor conocimiento
de los hechos y pruebas” (SEMINARIO SAYANA, 2009).
Es menester precisar este principio implica el surgimiento desde mi
punto de vista el más grande e importante desafío, pues se debe
garantizar que los juzgadores, en principio puedan tratar y/o intentar
tener el contacto “llámese virtual” con los medios de prueba, para
lograr este desafío el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial a través de
la Resolución Administrativa N° 000173-2020-CE-PJ47, el protocolo,
fue propuesto por el juez supremo Héctor Lama More, y sería
aplicable a todo tipo de audiencia, de cualquier materia y ante
cualquier instancia, a nivel nacional, que requiera la participación de
las partes y/o de sus abogados (incluye a los defensores privados o de
oficio, fiscales y procuradores públicos), y la participación de testigos,
peritos y otras personas.
Ahora bien, de acuerdo al esquema realizado en la resolución bajo
comento, el procedimiento de realización de la audiencia virtual
seguirá ciertos pasos e instrucciones, como por ejemplo establece
respecto a la acreditación y registro de asistencia que durante la
audiencia virtual, la función de vídeo estará activada – entiéndase
para poder garantizar este principio y/o garantía-, la de audio sólo se
activará por la persona que haga uso de la palabra; en la práctica he
podido ser testigo, cuanto menos en los casos de juzgados colegiados,
por ejemplo, donde se entiende que todos los jueces y de igual forma
los sujetos procesales, deberían estar conectados a través de audio y
video, no obstante en la práctica judicial se están realizando los
interrogatorios de testigos y peritos tan solo por llamadas telefónicas,
sin que se pueda visualizar al órgano de prueba acusado y testigos
(realidad que genera más que un gran desafío desde mi punto de vista
47
Publicada el 10 de julio 2020 en el diario Oficial El Peruano, a dispuesto la aprobación de un nuevo
protocolo para la celebración de audiencias judiciales virtuales, durante el estado de emergencia sanitaria,
con la finalidad de asegurar la continuidad de los procesos judiciales respetando las medidas de
distanciamiento social a consecuencia del brote de la COVID-19.
115
afectación de este principio procesal y otros conexos), incluso y esto
si es grave solo se conecta el director de debates para llevar a cabo la
continuación de un juicio oral, y los demás integrantes del juzgado
colegiado será que ¿para emitir su voto reproducirán la audiencia
previamente grabadas? ¿y el principio de inmediación? ¿ante alguna
duda u aclaración ya no pueden formular dichas preguntas? quedando
todo ello registrado en grabaciones, situaciones como éstas tornan
insubsanables algunos detalles de la actuación y valoración probatoria
en el juicio oral, como el lenguaje verbal, gestual y no gestual, el
aspecto o movimiento psicológico a cada respuesta, esto no puede
observarse, si solo es por vía telefónica incluso no garantiza que pueda
leer documentos ya sea el testigo o acusado, lo cual esta proscrito en
nuestro sistema procesal, y superarlo con la supuesta “flexibilización
de garantías”, me parece a mi modesto entender que en las condiciones
antes descritas, no se estarían flexibilizando sino me atrevo a decir
que se estarían profanando dichas garantías.
Debemos contemplar que hoy en día todas las audiencias virtuales son
factibles y deben ser grabadas y esto conlleva a que puedan ser
verificadas con posterioridad a su desarrollo. Esta medida tiene cierto
efecto compensatorio pues permitirá verificar eventualmente por un
órgano revisor, si se flexibilizaron garantías o por el contrario hubo
una pérdida de las mismas derivadas de la falta de presencialidad.
En consecuencia, en los próximos meses seremos testigos de avances,
retrocesos y aprendizajes que nos mostrarán si fue o no posible realizar
juicios orales virtuales que resulten aceptables y/o adecuados para las
concepciones dominantes del mundo jurídico y social, relacionadas
especialmente con las exigencias básicas del debido proceso en un
estado constitucional de derecho.
118
REFERENCIAS
119
EL ENEMIGO EN EL DERECHO PENAL
FUNCIONALISTA A LA LUZ DEL ANÁLISIS DEL
SISTEMA-MUNDO CAPITALISTA-NEOLIBERAL
I. NOTA INTRODUCTORIA.
49
A saber, el Dr. Polaino orts nos indica: Por ello, el derecho penal del enemigo en sentido funcionalista –
o el derecho penal funcionalista en general- no pretende más derecho penal ni propugnan sanciones
injustas, lo contrario: pretende que el derecho penal sea –para decirlo con la feliz expresión de Daniel
Pastor- un corta fuegos del pdoer punitivo y pretende que sólo se apliquen normas drásticas pero
proporcionales a unos pocos delincuentes (a aquellos que realmente desestabilicen la Sociedad) como
único medio para salvaguardar los derechos fundamentaels de los ciudadanos que se hallan amenazados
por tales delincuentes. Esa salvaguarda constituye, en buena lógica, el verdadero garantismo penal,
mucho más real que el garantismo ideal al uso. Polaino-Orts, Miguel, El derecho penal del enemigo, ante
el estado de derecho, México, Flores Editor y Distribuidor, 2013, pp. 420-421.
50
Wallerstein, Immanuel, Análisis de sistemas-mundo. Una introducción, México, Siglo veintiuno editores,
2010, pp. 40-41, paráfrasis.
51
El sistema-mundo capitalista-neoliberal lo conceptualizamos como aquél en el que se encuentran
incluidos-excluidos todos los individuos, grupos sociales, instituciones, practicas sociales, comunicaciones
121
II. ELEMENTOS BÁSICOS DEL FUNCIONALISMO NORMATIVO
PENAL
a. El Funcionalismo
El Profesor Gunter Jakobs, el Dr. Miguel Polaino Navarrete y el Dr.
Miguel Polaino Orts, basan su análisis del derecho penal en el
funcionalismo en algunos aspectos epistemológicos de Niklas
Luhman y de Hegel:
Este sistema encuentra influjos importantes en la filosofía idealista
dialéctica de Hegel y en la teoría de los sistemas sociales de Niklas
Luhmann, pero no se limita a una importación al ámbito del derecho
penal de dichos postulados filosóficos y sociológicos, sino que
enriquece extraordinariamente la Dogmática penal con sugerentes
aportaciones personales.52
Este funcionalismo busca como fin último concretar al interior del
sistema estructuras que sirvan a éste para cumplimentar su último fin,
es decir, la estabilidad sistémica, en la cual se entiende al sistema
social como el resultado de expresiones de sentido que lo ayuda a
autorreproducirse. El Dr. Polaino Orts indica al respecto:
Dicha corriente concibe la Sociedad (que, en tanto sistema social
global, se integra de diversos sistemas parciales: Derecho, Economía,
Religión, Política, Ciencia, Arte, etc.) como un sistema autorreferente
y autopoiético que se compone de manifestaciones o expresiones de
sentido, conocidas sintéticamente como comunicaciones. La
comunicación es el mecanismo propio de autorreproducción de los
sistemas sociales, la operación autopoiética mediante el cual el sistema
social se crea (autocrea) y se recrea a sí mismo. Ésta se reproduce
ideologías y normas que protegen al sistema económico y que forman parte de la dinámica constituida
por el libre mercado. Su fin último es la acumulación incesante de capital.
52
Jakobs, Gunter, El lado comunicativo y el lado silencioso del derecho penal. Expectativas normativas,
intervención delictiva, derecho penal del enemigo, Sevilla, Edición de Miguel Polaino-Orts, 2014, p. 18.
122
siempre entre personas, que de esa forma se delimitan de los
individuos, cuyo locus vivendi es el ambiente, el entorno.53
Entonces, desde la perspectiva del funcionalismo, la importancia de
las comunicaciones que dentro del sistema social se desarrollan radica
en que las mismas deben direccionarse al cumplimiento del fin social.
En este sentido, el Dr. Miguel Polaino Orts citando a Niklas Luhmann
refiere de la siguiente forma al funcionalismo :
En sentido estricto, Funcionalismo se refiere como apunta Luhmann a
las doctrinas que resaltan “las prestaciones que, desde el punto de vista
de su aportación, (resultan necesarias) para el mantenimiento de un
sistema social”. Desde este punto de vista tales elementos o
prestaciones cumplen en sí un cometido estabilizador del sistema, y en
tal sentido resultan funcionales para el mismo. 54
El mismo autor nos indica que para el profesor Jakobs el
funcionalismo es: “Aquella teoría según la cual el derecho penal está
orientado a garantizar la identidad normativa, la constitución y la
Sociedad. Esa Sociedad se integra por personas, que se caracterizan
por emitir comunicaciones, esto es expresiones de sentido
comunicativamente relevantes” 55.
b. El rol social
Siguiendo esta epistemología, el Profesor Miguel Polaino Navarrete
nos dice que el punto de partida para analizar al funcionalismo penal
es la teoría de los roles sociales, siendo el cumplimiento del rol social
la parte más importante de una buena convivencia social, y por ende,
del bienestar común:
Los seres humanos se encuentran en el mundo social en función de
portadores de un rol. El rol es el papel que cada uno desempeña en la
Sociedad. Del mismo modo que en el teatro cada actor desempeña un
53
Polaino-Orts, op. cit., nota 2, p. 99.
54
Jakobs, Gunter, op. cit. nota 5, pp. 34-35.
55
Ibídem, p. 35.
123
rol, en la vida (<<el gran teatro del mundo>>, según Calderón de la
Barca) también corresponde a cada ciudadano el ejercicio de un
determinado rol: taxista, magistrado, panadero, bombero, padre de
familia, conductor de autobuses, obrero de la construcción, etc.56
Polaino-Orts nos indica que la funcionalidad de cumplir el rol social
estriba en que de esa forma los sujetos sociales quedan incluidos en el
sistema, pues en caso contrario, se advierte que los mismos no están
desempeñando el papel que el mismo derecho les atribuye, y por tanto,
no contribuyen al desarrollo de la dinámica sistémica.
Los seres humanos se encuentran en el mundo social en función de
portadores de un rol. Éste se define, a su vez, por un contenido variable
en el que se integran derechos y deberes. La orientación en función de
ese rol define al sujeto como persona. En tal sentido, se afirma que las
personas quedan integradas en el sistema, dentro del cual desempeñan
una función que coadyuva al mantenimiento en la estructura social. La
pertinencia de la persona a la estructura social viene determinada
porque, por lo general, las personas se orientan en el cumplimiento de
su rol, esto es, forman parte de la sociedad, del sistema social,
cumpliendo las expectativas –de cada sujeto—se espera en la
sociedad.57
Con base en el Rol social tenemos que para Jakobs el funcionalismo
normativo tiene como base fundamental la expectativa social de
acuerdo con el cumplimiento de una norma jurídica que tiene su
génesis en la sociedad:
La norma es, en efecto, expresión de un sentido comunicativamente
relevante: la norma expresa, pues, una tesis: “no matar”, “no violar”,
“no defraudar a la Hacienda Pública”, etc. Dicha tesis no se concibe
en el funcionalismo de manera imperativa, sino en forma de
expectativa social, esto es: una expectativa con la que la Sociedad se
identifica. Desde ese punto de vista, la norma es el compendio de
56
Polaino Navarrete, Miguel, Lecciones de derecho penal. Parte general, España, Tecnos, 2013, p. 84.
57
Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 2, pp. 99-100.
124
expectativas sociales institucionalizadas de manera oficial mediante
un cuidadoso proceso de selección normativa.58
Entonces el rol social es el comportamiento que de acuerdo a la norma
jurídica debe tener un sujeto con respecto al papel social que le
corresponde con base en una expectativa social.
58
Jakobs, Gunter, op. cit., nota 5, pp. 37-38.
59
Polaino Navarrete, Miguel, op. cit., nota 9, p. 87.
60
Jakobs, Gunter, op. cit., nota 5, pp. 38-39.
125
sentido, crea estructuras que permiten su reafirmación y
autorreproducción con el fin de que éste equilibre su dinámica.
Para dicho autor la imputación penal estriba en:
La desviación respecto a esa expectativa que compete al portador de
un rol o, más escuetamente como la desviación de un rol. La
imputación, en tanto reverso del ejercicio correcto del rol, consisten
en la defraudación imputable de las expectativas sociales. Apartarse
del rol es el fundamento de la imputación penal: no otra cosa es
apartarse del rol que hacerse culpable, esto es, penalmente
imputable.61
Para el doctor Polaino-Orts, el quebrantamiento del rol es
precisamente el elemento que permite la imputación objetiva:
Si, como vimos anteriormente, el ejercicio del rol se identificaba con
el cumplimiento de la norma, es lógico concluir que el
quebrantamiento del rol es la llave que abre la puerta de par en par a
la imputación penal sobre la base de la infracción de una norma
jurídica. La explicación es muy clara. El sujeto que gestiona su ámbito
de organización creando una disimetría entre su comportamiento real
y el comportamiento que de él, en función de su rol social, se esperaba
socialmente, no sólo infringe su rol y quebranta la norma, sino que
defrauda expectativas socialmente institucionalizadas, de manera que
corre el riesgo de que le reprochen jurídicamente su proceder.
Desde ese punto de vista, puede definirse muy sencillamente la
imputación penal como la desviación respecto de aquella expectativa
que compete al portador de un rol o, más escuetamente: como la
desviación de un rol. En este sentido, la imputación es, precisamente,
el reverso del ejercicio correcto del rol, de manera que debe su
existencia precisamente por el hecho del sujeto que se desvía y no
adecua su conducta al rol que se espera que desempeñe en la Sociedad.
La imputación objetiva es, pues, en esencia una defraudación
imputable de las expectativas sociales, correlativamente con la
61
Polaino Navarrete, Miguel, op. cit., nota 9, p. 87.
126
concepción de la norma como modo de orientación de conductas y
como fundamento estabilizador de expectativas sociales.62
También para Jakobs la violación de esa expectativa social convertida
en norma jurídica, trae como consecuencia la imputación objetiva del
delito:
El delito (o, en general la conducta) no es un mero suceso exterior,
algo ontológico, sino la expresión de un sentido. Con su conducta el
delincuente habla de una determinada manera, expresa un sentido,
comunica algo: en concreto, comunica que el sentido de la norma a él
no le compete, y –por ello- propone algo alternativo: el sentido del
delito se opone comunicativamente al sentido de la norma. La norma
expresa “no matar” y el delincuente expresa un mundo donde sí sea
permitido matar, etc.63
Incluso para dicho autor, la aplicación de la pena es una comunicación
sistémica normativa fundamental para el equilibrio sistémico, pues de
está dependerá que la norma jurídica sea una estructura que permite el
control y la autopoietización sistémica:
Jakobs considera que la secuencia de tres significados sociales –el
significado de la norma, el del hecho delictivo y el de la pena—no
agota, sin embargo, todo el ámbito del derecho, sino que este tiene
también otros ámbitos o partes “mudas” o silenciosos”. Estos lados
silenciosos del delito y de la pena se observa, según Jakobs, en el
derecho penal del enemigo, donde propiamente no existe
comunicación sino ejercicio de coacción jurídica legítima. Pp. 39-40
De hecho el Dr. Polaino-Orts nos indica que la esencia de la
imputación penal objetiva es el quebrantamiento del rol social:
De la exposición anterior se extraen dos principios generales, que
podemos resumir de la siguiente manera: de un lado, el ejercicio del
rol es, para el titular del mismo, una garantía; mientras que el
62
Polaino-Orts, Miguel y José Antonio Caro Jhon, Derecho penal funcionalista. Aspectos fundamentales,
México, Flores editor y distribuidor, 2009, pp. 73-74
63
Jakobs, Gunter, op. cit., nota 5, p. 38.
127
quebrantamiento del rol, esto es, la desviación del rol, constituye
precisamente la esencia de la imputación penal.64
Cuando un sujeto quebranta su rol, no se comporta simplemente como
alguien que gestiona incorrectamente su ámbito de organización, sino
como algo más: como un mal ciudadano o como un ciudadano
insolidario que sienta las bases para que los demás ciudadanos lo
consideren como alguien que, conforme a los parámetros normales, se
aparta de aparta de la personalidad en derecho.65
Para dichos autores la imputación penal objetiva es un concepto
relativamente fácil de explicar, en virtud de que la misma nace desde
que el sujeto infringe la expectativa social normativa, toda vez que
depende de este cumplimiento para que éste último sea incluido
socialmente como persona. De hecho, la imputación objetiva es la
expresión de sentido comunicacional que permite el equilibrio
sistémico social, pues ésta es la que refuerza el cumplimiento de la
norma.
Persona es, como queda dicho, quien por regla general cumple la
norma y, por ello, quien por regla general permite que los demás se
vean amparados por el efecto protector que la norma les provee. El
cumplimiento de la norma por parte de un sujeto no es algo que afecte
únicamente a él, sino que afecta a todo el mundo: precisamente porque
la norma posibilita el contacto interactivo entre los ciudadanos y, de
esa forma también, la norma posibilita el desenvolvimiento de ese
mundo social.66
Entonces la expectativa normativa penal y el delito son
comunicaciones, es decir, expresiones de sentido, que aunque
contrarias, permiten el reforzamiento de la estructura social.
Es así que cuando existen expresiones de sentido contrarias, éstas
deben ser contrarrestadas por otras de igual funcionalidad sistémica,
en el caso del ilícito penal, la comunicación contraria es “la pena, la
64
Polaino-Orts, Miguel y José Antonio Caro John, op. cit., nota 15, pp. 73-74.
65
Ibídem, p. 76.
66
Polaino-Orts, Miguel, Funcionalismo penal y autodeterminación personal, México, Flores Editor y
Distribuidor, 2013, p. 65
128
cual también es una expresión de sentido, en concreto, del significado
de que, a pesar de que el delito quebrantó la norma, la norma sigue
siendo vigente”67.
Con base en todo lo argumentado anteriormente, tenemos que los
elementos más importantes para los estudiosos del funcionalismo
penal son los siguientes:
1. Rol social.
2. Expectativa social normativa.
3. Imputación objetiva.
4. La pena.
Es menester indicar también que esta epistemología penal difiere del
positivismo penal mexicano en cuanto a que no existe bien jurídico
protegido, si no más bien, lo importante para ellos es el cumplimiento
de la norma jurídica en tanto es expresión de sentido social, y son
precisamente los sujetos sociales, quienes a través de un consenso-
disenso crean las normas penales existentes; es decir, de acuerdo a
nuestros autores, el derecho es el espejo de la sociedad, pues las
normas son producto de ella.
67
Idem.
129
El funcionalismo jurídico-penal parte también, de comunes
presupuestos sociales. Jakobs, su más firme representante, lo define
como “aquella teoría según la cual el derecho penal está orientado a
garantizar la identidad normativa, la constitución y la sociedad”. Esta
postura se aleja, en sus planteamientos, tanto de la conciencia
individual (que había sido el punto de partida de la filosofía tradicional
hasta el momento, enraizada en Descartes y desarrollada desde
Hobbes hasta Kant) como de la tradicional concepción europea del
Estado, iniciado por Aristóteles. En el centro de su pensamiento, sitúa
Jakobs –en cambio—la distinción entre “persona” e “individuo”, que
es una forma de observación de la sociedad. La noción de persona es
normativa, relativa, funcional, además de construida normativamente,
esto es, privada de sus ataduras ontológicas, naturalísticas o
prejurídicas. La persona es definida como centro de imputación, y lo
es además en función de su haz de derechos y deberes en la sociedad:
de ese modo, el derecho ha de defender a la persona como un producto
de la cultura, y no al ser humano (sujeto de carne y hueso) como
producto de la naturaleza.68
68
Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 2, pp. 105-106.
130
La persona viene desempeñando un rol en el mundo social y el rol es
elemento complejo que reúne un aspecto formal o externo (algo así
como la identificación externa de rol) y un aspecto material o interno
(que es un conjunto de derechos y deberes). Objeto de imputación es
la desviación de un rol. Y en el seno del rol se incorporan, como digo,
derechos y deberes, y lógicamente nada obsta, sino todo lo contrario,
que determinados conocimientos se vean revestidos de la condición de
deber. Esos conocimientos normativizados que pierden su condición
subjetiva y se revisten como deber estandarizado u objetivado son
también, claro está, objeto idóneo de imputación si debiendo
cumplirse se infringen.69
69
Miró Llinares, Fernando y Miguel Polaino-Orts, Imputación y valoración en derecho penal. Un debate
moderno entre los conceptos funcionalista y kantiano de imputación, México, Flores Editor y Distribuidor,
2013, p. 69.
70
Ibídem, p. 71.
131
peligrosos. Ahora bien, si hacen estragos, hay que combatirlos, y si
existe la posibilidad de que los hicieran, hay que tomar medidas
preventivas.71
71
Jakobs, Gunter et. al., El derecho penal del enemigo en el contexto del funcionalismo, México, Flores
Editor y Distribuidor, 2008, p. 11.
72
Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 2, p. 91.
132
Es por ello, que resulta de vital importancia entender al “enemigo”
desde la perspectiva de la epistemología funcionalista.
73
Beck, Ulrich, La sociedad del riesgo global, Madrid, Siglo XXI de España Editores, S.A., 2002, p. 5.
133
permitidos, otros ni son permitidos ni pueden ser aceptados”74.
Los riesgos más peligrosos para el sistema son aquéllos que
salen de su alcance de control y que, precisamente por ello, le
pudieran causar una inestabilidad grave en su dinámica.
Es ahí donde Jakobs indica que el derecho penal no se constriñe
únicamente a las expresiones de sentido o comunicaciones
sistémicas, sino que también existen elementos que el sistema
no ve, ni escucha, y por tanto, es necesario que se anticipe a la
futura realización de comunicaciones que, dada su fuerza
antisistémica, pudieran desequilibrar fuertemente al sistema
hasta eliminarlo.
Jakobs considera que la secuencia de tres significados sociales
–el significado de la norma, el del hecho delictivo y el de la
pena—no agota, sin embargo, todo el ámbito del Derecho, sino
que éste tiene también otros ámbito o partes “mudas” o
“silenciosas”. Esos lados silenciosos del delito y de la pena se
observan, según Jakobs, en el Derecho Penal del Enemigo,
donde propiamente no existe comunicación sino ejercicio de
coacción jurídica legítima.
Bastida Freixedo resume gráficamente la concepción de Jakobs
diciendo que “con el enemigo no cabe comunicación porque ha
dado muestras de lo que podrías llamar afasia jurídica: no sólo
no respeta las reglas semánticas (esto tampoco lo hace el
delincuente ordinario) sino que tampoco lo hace con las
sintácticas. En suma, produce ruido, no enunciados susceptibles
ni tan siquiera de corrección. Por seguir utilizando este simil
lingüístico, el ciudadano que delinque habla mal nuestra lengua
y, en consecuecnia, el derecho intenta enseñarle su uso correcto
reafirmando la validez del patrón ortográfico que usa la
mayoría: El enemigo, en cambio, habla otro idioma y, además,
da muestras de no querer aprender el nuestro. Por eso, al
74
Martínez Álvarez, Isabel Claudia, El derecho penal del enemigo, México, Porrúa, 2009, p. 4.
134
enemigo, como dice Jakobs, no se le comunica nada,
simplemente se le combate.75
Por eso para el sistema es importante controlar el riesgo que
representa el enemigo, ya que en ocasiones no lo conoce y ni
siquiera sabe donde está, en ese sentido, Jakobs pugna por la
criminalización en un estado previo a la propia conducta.
En primer lugar ha de mencionarse la anticipación de la
punibilidad –ahora vinculante en virtud de una decisión marco
europea, pero que ya antes era habitual--, ante todo la punición
de la constitución de una asociación criminal o incluso
terrorista, es decir, la punición de un comportamiento que se
produce mucho antes de la comisión de un delito de lesión.76
Es decir, al enemigo se le pretende criminalizar mucho antes de
que cometa la conducta ilícita, dada la gravedad que la misma
representaría para la sociedad en caso de que sucediera; esto
para los funcionalistas, significa una garantía de seguridad para
los miembros del sistema social.
2. El concepto de “enemigo”
Me parece que para los funcionalistas el enemigo es aquel que
no tiene la mínima expresión de sentido para garantizar
sistémicamente el cumplimiento de las expectativas normativas
que permiten a las personas convivir en sociedad, y en cambio,
resulta peligroso para la estabilidad de la dinámica social.
Jakobs indica lo siguiente:
Con el nombre de “enemigo” se designa a quien “no sólo de
manera incidental en su actitud, en su forma de vida o mediante
su incorporación en una organización se ha apartado en todo
caso, probablemente de manera duradera y, en ese sentido, no
garantiza la mínima seguridad cognitiva del comportamiento
75
Jakobs, Gunter, op. cit., nota 5, pp. 39-40-
76
Jakobs, Gunter et. al., op. cit., nota 24, pp. 30-31.
135
personal, demostrando este déficit mediante su conducta
propia”.77
Siguiendo a Jakobs podemos indicar que el “enemigo” se aparta
de la normatividad sistémica al grado de que su retorno de
convivencia social es imposible; precisamente en ello radica su
peligrosidad, pues es o se puede convertir en una comunicación
que desestima todo elemento de seguridad social: “El enemigo
del Derecho penal del enemigo es un delincuente de aquellos
que cabe suponer que son permanente peligrosos, un
inimicus”78.
Bajo esa perspectiva, el enemigo se distingue del ciudadano, en
la medida de que el primero congitivamente garantiza la
seguridad hacia los demás como personas cumpliendo la
expectativa normativa, en cambio el segundo se aleja
completamente, y quizá de forma permanente, de ese
cumplimiento poniendo en peligro la seguridad de los
ciudadanos; Miguel Polaino-Orts, citando a Francisco Ferreira
de Abreu, nos dice que:
En ese sentido, el tránsito de individuo a enemigo es fácilmente
comprensible: ser ciudadano (persona en Derecho) exige un
caldo de cultivo de seguridad; cuando reina plena inseguridad
(temor) no se puede ser ciudadano (completo), o –por mejor
decir—los enemigos impiden que los ciudadanos sean personas
en Derecho (sujetos que disfrutan sus derechos y ejercen sus
obligaciones dentro de parámetros de normalidad). O en otras
palabras: ciudadano es aquel que respeta la norma, se respeta a
sí mismo y permite que los demás sean ciudadanos (personas en
Derecho); en cambio, enemigo es quien, con su
comportamiento, impide que los demás sean personas en
Derecho al impedir que puedan orientarse por la norma jurídica,
que de esa forma pierde su eficacia y su normal vigencia. Por
77
Jakobs, Günter, op. cit., nota 5, pp. 91-92.
78
Jakobs, Gunter et. al., op. cit., nota 24, p. 29.
136
ello, el derecho penal del enemigo se dirige al restablecimiento
de unas condiciones sociales aceptables.79
Entonces el “enemigo” es el que contraría a la norma jurídica;
sin embargo, la violación a la expectativa normativa debe ser de
una gravedad inconmensurable, de tal forma que la expresión
comunicativa resultado de dicha violación cause un temor sin
precedentes a los ciudadanos y desestabilice gravemente al
sistema social. Bajo esa tesitura, el “enemigo” debe ser
eliminado de la sociedad, pues es tan peligroso que su
despersonalización social pudiera implicar violencia extrema
para aquellos que sí cumplen las normas.
Lo que sucede es que una personalidad real, que dirija la
orientación, no pueda alcanzarse mediante meros postulados,
sino que, al contrario, quien deba ser persona debe “participar”,
y es significa que debe hacer su parte, esto es, garantizar
suficiente fidelidad al ordenamiento jurídico. Por consiguiente,
la proposición debe ser completada: todo aquel que prometa de
modo más o menos confiable fidelidad al ordenamiento jurídico
tiene derecho a ser tratado como persona en Derecho. Quien no
presente esta promesa de modo creíble será tendencialmente
heteroadministrado; se le priva de derechos.80
Ante la peligrosidad del enemigo, para los funcionalistas, desde
la perspectiva normativa, se le debe aplicar un derecho penal
distinto al que se le aplica al ciudadano, es decir, un derecho
penal de excepción, de riesgo o de eliminación social.
Polaino-Orts describe al enemigo de la siguiente forma:
Enemigo es quien, incluso manteniendo intactas sus
capacidades intelectiva y volitiva, y disponiendo de todas las
posibilidades de adecuar su comportamiento a la norma, decide
motu propio autoexcluirse del sistema, rechazando las normas
dirigidas a personas razonables y competentes, y
79
Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 5, p. 109 .
80
Jakobs, Gunter et. al., op. cit., nota 24, pp. 25-26.
137
despersonalizándose a sí mismo mediante la manifestación de
una amenaza en forma de inseguridad cognitiva, que –
precisamente por poner en peligro los pilares de la estructura
social y el desarrollo integral del resto de los ciudadanos
(personas de derecho)—ha de ser combatida por el
ordenamiento jurídico de forma especialmente drástica, con una
reacción asegurativa más eficaz. Esta reacción se circunscribe a
garantizar y restablecer el mínimo de respeto para la
convivencia social: el comportamiento como persona en
Derecho, el respeto de las demás personas –y en
consecuencia—la garantía de seguridad cognitiva de los
ciudadanos en la norma.81
Podríamos considerar al “enemigo” como un “desviado social”,
aquel sujeto que no tiene la capacidad de convivir socialmente,
causando peligros graves a las demás personas, de tal forma que,
dada la amenaza que representa, no es prudente su reinserción
social.
81
Polaino-Orts, Miguel, Derecho penal del enemigo: desmitificación de un concepto, Grijley, Perú, 2006,
p. 102.
138
criminalización en prospectiva de aquel que representa un
riesgo de peligrosidad social.
Desde el punto de vista práctico, el elemento que estará en
primer plano es el aseguramiento frente al autor, bien mediante
una custodia de seguridad identificada como tal, bien mediante
una pena que garantice el aseguramiento, es decir, una pena
privativa de libertad correspondientemente extensa. Esto último
–junto con la pura intimidación—es una de las razones de las
elevadas penas que se prevén para la fundación de una
asociación terrorista; estas penas no son susceptibles de ser
explicadas en función de aquello que haya tenido lugar –se ha
afectado a la seguridad pública, pero no se ha iniciado hasta el
momento lesión alguna—sino sólo a través del peligro
existente.82
Es decir, para el derecho penal del enemigo es menester
criminalizar al sujeto con penas considerablemente altas aunque
la conducta no se haya materializado, basta con que ésta sea
susceptible de concretarse.
Otras características de la aplicación jurídico-penal del derecho
penal del enemigo es la reclusión de los “enemigos” en centros
especiales de alejamiento, así como también mantenerlos
incomunicados y, una de las más importantes, la inobservancia
de sus derechos fundamentales.
Las diversas modalidades de las –genéricamente
denominadas—medidas o penas de alejamiento consisten en
aislar o encapsular físicamente el foco de peligro, y admiten
clasificarse en dos grupos: a) alejamiento personal (integrado
por la prohibición de comunicación con la víctima, familiares u
otras personas) y b) alejamiento espacial (en el que cabe incluir
las prohibiciones de residir o acudir a determinados lugares, así
como la prohibición de acercamiento a las víctimas u otras
personas). Ambas modalidades tienen por objeto asegurar, de
82
Jakobs, Gunter et. al., op. cit., nota 24, pp. 34.
139
manera inmediata y efectiva, un espacio de libertad para las
víctimas para la separación fáctica entre ellas y el autor; y así
mismo, de manera mediata, asegurar una convivencia segura
en la Sociedad en su conjunto.
Se trata como salta a la vista, de medidas contundentes que
suponen una restricción física y legal de derechos
fundamentales: en tanto fruto del poder coactivo estatal, estas
medidas limitan algunos de los ámbitos más importantes de la
personalidad del sujeto como lo son la libertad de movimientos
o la libertad de determinación en plurales facetas de su
personalidad (por ejemplo, elección del lugar del domicilio o de
trabajo, libertad de relaciones con los demás, libertad de
expresión, etc.). La restricción de derechos fundamentales es tal
que se llega al extremo de prohibir al acuso que se acerque a
“cualquier lugar” que sea “frecuentado” por la víctima o
familiares, poniéndose de manifiesto la dimensión fáctica de la
peligrosidad, de que habla Silva Sánchez. La función que
cumple la restricción física de derechos es el aseguramiento (y,
con ello, la posibilitación) de la estructura normativa de la
sociedad.83
Salta a la vista que los funcionalistas pretenden la protección
social a través de la exclusión de los que ellos consideran los
peligrosos sociales, es decir, los “enemigos”, a través de la
aplicación de normas jurídicas con características de excepción,
es decir, sólo aplicables a ellos.
De hecho, la presunción de inocencia y los derechos humanos
son elementos que no existen dentro de la información
comunicativa para el “enemigo”, puesto que las medidas de
exclusión vistas con antelación se aplican antes de ser probada
su responsabilidad penal; además estos elementos jurídicos sólo
pueden ser observados para las personas que cumplen las
expectativas normativas.
83
Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 5, pp. 342, 343, 344.
140
En las medidas de combate del maltratador familiar, o –en
general-- de los delincuentes peligrosos, muchas veces se hace
primar la necesidad de aseguramiento cognitivo sobre la propia
presunción de inocencia del sujeto contra el que se dirigen, en
tanto que se imponen contra el maltratador penal convicto o
incluso meramente presunto, porque en los supuestos de
órdenes o medidas cautelares de alejamiento el sujeto no ha sido
sometido a juicio, y –por tanto—las mismas se imponen cuando
no ha quedado probada aún su responsabilidad.84
Jakobs nos dice que al enemigo no se le pueden aplicar ni
observar determinadas garantías, ni aún con base en los
Derechos Humanos actuales, pues éste con sus acciones muestra
odio hacia las personas:
Aunque se deje fuera de consideración el carácter absoluto del
mandato de la razón –pues lo cierto es que la historia ha
necesitado milenios para desarrollar los llamados Derechos
Humanos--, subsiste una afirmación potente: todos deben ser
tratados, al menos en la época actual, como personas de
derecho. Hace poco tiempo, en el marco de una discusión
pública, formulé la opinión de que esta proposición es, con
mucho, demasiado abstracta, pues también resulta decisivo –
entre otros factores—el comportamiento del sujeto; frente a
ello, un colega formuló indignado la objeción de que ello no es
así, y que incluso Hittler, si aún hubiera que ocuparse de él,
habría de ser tratado como persona en Derecho. Probablemente,
aquel colega ni siquiera se dio cuenta de que su objeción sigue
siendo abstracta: ¿cuál es esa situación en la que hay que
ocuparse del dictador que desprecia lo humano? ¿después del
restablecimiento de una situación conforme a derecho, en
cuanto prisionero sin posibilidades actuales de influencia? Bien,
entonces nos podremos permitir la juricidad y llevar a cabo un
proceso que sea reconocido por todos como equitativo. ¿O se
trata del Hittler hasta 1945? En tal caso no creo que nadie ponga
84
Ibidem, p. 344.
141
en duda la legitimidad del homicidio de aquel tirano mediante
un atentado, y matar a un tirano de ese modo nada tiene que ver
con tratarlo como persona en Derecho; se lo elimina en cuanto
a enemigo.85
Lo que Jakobs está indicando es que cuando un sujeto no
cumple la expectativa normativa dada por la sociedad, este no
es en absoluto digno de aplicársele la garantías jurídicas
contenidas en un ordenamiento legal.
Finalmente quiero hacer alusión a un concepto mediante el cual
los funcionalistas argumentan la legitimidad científica del
derecho penal del enemigo: “El deber de solidaridad mínima”;
el Profesor Polaino Navarrete nos indica al respecto:
Naturaleza del deber (deber de solidaridad mínima): el deber
jurídico que se infringe en la omisión pura o propia es un deber
de solidaridad mínima, esto es, un deber positivo que conmina
a toda persona a realizar una conducta positiva de auxilio,
salvamento o colaboración en una situación de necesidad o
desgracia. El deber de solidaridad se diferencia –en tanto deber
positivo—del deber negativo, cuyo contenido consiste en no
dañar a los demás. En la solidaridad mínima no basta con no
causar daño, sino que se exige hacer alguna conducta expresa
de salvamento o de colaboración en beneficio de un tercero o de
la colectividad. Con ello el deber de solidaridad persigue la
maximización de los bienes, mientras que el deber negativo se
encamina a garantizar el máximo de libertad, o lo que es lo
mismo, el deber negativo (¡no lesiones a nadie!) preserva la
autonomía de la persona, mientras que el deber de solidaridad
obliga a la realización de una prestación positiva en favor de
terceros o de la comunidad. 86
Es decir, que los funcionalistas consideran que los sujetos
sociales, para ser incluidos en la sociedad como personas, deben
cumplir con los requerimientos mínimos normativos traducidos
85
Jakobs, Gunter et. al., op. cit., nota 24, pp. 10-11.
86
Polaino Navarrete, Miguel, op. cit., nota 9, pp. 64-65.
142
en el concepto del deber de solidaridad mínima del que nos
habla el Profesor Polaino Navarrete, pues en caso contrario, no
calificarían para formar parte del sistema, sino al contrario, el
paliativo de “enemigo” los etiqueta de tal forma que estarían
condenados a su autoexclusión.
87
¿Qué es la complejidad? A primera vista la complejidad es un tejido (complexus: lo que está tejido en
conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y
lo múltiple. Al mirar con más atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones,
interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico.
Morin, Edgar, Introducción al pensamiento complejo, España, Editorial Gedisa, 2007, p. 32.
88
El sistemismo tiene, en principio, los mismos aspectos fecundos que la cibernética (ésta, refiriéndose al
concepto de máquina, conserva en su abstracción algo de su origen concreto y empírico). La virtud
sistémica es: a) Haber puesto en el centro de la teoría, con la noción de sistema, no una unidad elemental
discreta, sino una unidad compleja, un “todo” que no se reduce a la “suma” de sus partes constitutivas;
b) Haber concebido la noción de sistema, no como una noción real, ni como una noción puramente formal,
sino como una noción ambigua o fantasma; c) Situarse en un nivel transdisciplinario que permite concebir,
al mismo tiempo, tanto la unidad como la diferenciación de las ciencias, no solamente según la naturaleza
material de su objeto, sino también según los tipos y las complejidades de los fenómenos de
asociación/organización. En este último sentido, el campo de la teoría de sistemas es, no solamente más
amplio que el de la cibernética, sino de una amplitud que se extiende a todo los cognoscible. Ibidem, p.
42.
89
“Esta palabra deriva del término griego kibernetes (<timonel>) y Wiener definió la cibernética como la
ciencia del <control y comunicación en el animal y en la máquina”. En este sentido el derecho penal
143
Michel Foucault también nos indica que el derecho debe analizarse
desde una perspectiva compleja:
El derecho no es ni la verdad, ni la justificación del poder. Es un
instrumento a la vez parcial y complejo. La forma de la ley y los
efectos de prohibición que ella conlleva deben ser situados entre otros
muchos mecanismos no jurídicos. Así el sistema penal no debe ser
analizado pura y simplemente como un aparato de prohibición y de
represión de una clase sobre otra, ni tampoco como una justificación
que encubre las violencias sin ley de la clase dominante; permite una
gestión política y económica a través de la diferencia entre legalidad e
ilegalismo90.
Lo que nos dice Foucault es que puede ser pertinente analizar al
derecho penal desde sus causas y hasta la finalidad de su aplicación;
en tal sentido es poco conveniente estudiarlo como un sistema cerrado,
sin observar el entorno que lo produce y los efectos que el ejercicio
del poder produce sobre éste.
En tal sentido, nos ocuparemos del análisis de este derecho penal del
enemigo desde la epistemología neomarxista y sistémica de Immanuel
Wallerstein: el análisis del sistema-mundo moderno, con el fin de
vislumbrar como han sido utilizadas las categorías epistemológicas y
el discurso del derecho penal del enemigo en el sistema-mundo
capitalista-neoliberal91, y en el cual el fin último lo constituye la
acumulación incesante de capital.
Para Wallerstein, el sistema-mundo moderno es:
El mundo en el que vivimos, el sistema mundo moderno, tuvo sus
orígenes en el siglo XVI. Este sistema-mundo estaba entonces
localizado en sólo una parte del globo, principalmente en partes de
Europa y América. Con el tiempo, se expandió hasta abarcar todo el
mundo. Es y ha sido siempre una economía-mundo. Es y ha sido
seguirá las pautas de la dinámica sistémica para su aplicación, no puede alejarse de ellas (adenda en
subrayado de la autora de esta obra). Capra, Fritjof, La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los
sistemas vivos, 4ª edición, España, Anagrama, 1998, p. 70.
90
Foucault, Michel, Microfísica del poder, 2ª edición, España, Edissa, 1979, p. 170.
91
Padilla Sanabria, Lizbeth Xóchitl, La criminalización-control del enemigo en el México Neoliberal: La ley
antilavado, México, Flores Editor y Distribuidor, S.A. de C.V., 2014, p. X, nota al pie de página.
144
siempre una economía-mundo capitalista. Deberíamos comenzar por
explicar lo que estos dos términos, economía-mundo y capitalismo,
denotan. Será más sencillo entonces apreciar los contornos históricos
del sistema-mundo moderno, sus orígenes, su geografía, su desarrollo
temporal y su crisis estructural contemporánea.
Lo que queremos significar con economía-mundo (la économie-
monde de Braudel) es una gran zona geográfica dentro de la cual existe
una división del trabajo y por lo tanto un intercambio significativo de
bienes básicos o esenciales así como un flujo de capital y trabajo. Una
característica definitoria de una economía-mundo es que no está
limitada por una estructura política unitaria. Por el contrario, hay
muchas unidades políticas dentro de una economía-mundo,
tenuemente vinculadas entre sí en nuestro sistema-mundo moderno
dentro de un sistema interestatal. Y una economía mundo comprende
muchas culturas y grupos (que practican múltiples religiones, hablan
múltiples idiomas y son diferentes en sus comportamientos
cotidianos). Esto no significa que no hayan desarrollado algunos
patrones culturales comunes, lo que llamaremos una geocultura.
Significa que ni la homogeneidad política ni la cultural debe ser
esperable o encontrada en una economía mundo. Lo que unifica con
más fuerza la estructura es la división del trabajo constituida dentro de
ésta.
Nos encontramos en un sistema capitalista, sólo cuando el sistema da
prioridad a la acumulación incesante de capital. Frente al uso de tal
definición, sólo el sistema-mundo moderno ha sido un sistema
capitalista. La acumulación incesante es un concepto relativamente
simple: significa que las personas y las compañías acumulan capital a
fin de acumular más capital, un proceso continuo e incesante. Si
decimos que un sistema “da prioridad” a tal acumulación incesante,
significa que existen mecanismos estructurales mediante los cuales
quienes actúan con alguna otra motivación son, de alguna manera,
castigados, y son eliminados eventualmente de la escena social,
145
mientras que quienes actúan con la motivación apropiada son
recompensados y, de tener éxito, enriquecidos.92
Lo que Immanuel Wallerstein nos está diciendo es que todas las
comunicaciones existentes en un sistema social va dirigidas a la
acumulación incesante de capital; sin embargo, la competencia
económica es una estructura sistémica y me parece que el derecho la
tiene que proteger, toda vez que la misma también se dirige a la
acumulación incesante de capital. Entonces los constructos
ideológicos jurídicos protegen la dinámica capitalista del sistema. Lo
anterior lo podemos observar en la siguiente lámina:
!
FIN!ÚLTIMO:!La!acumulación!incesante!
de!capital.!
.
.
Por ello me parece que el derecho penal del enemigo propuesto por los
funcionalistas puede lograr los fines sociales que consideran en
Estados fuertes, es decir, en aquellas naciones en donde el Estado aún
sea el rector de la economía y los sujetos sociales sean imprescindibles
para su función. Sin embargo, considero que la dinámica económica
del sistema ya no funciona de esa manera, actualmente muchas
sociedades del mundo nos encontramos en el auge del neoliberalismo
92
Wallerstein, Immanuel, op. cit., nota 3, pp. 40-41.
146
y otras están revirando del Estado de Bienestar Social hacia él: creo
que la Unión Europea está pasando por esa transición.
García Amador es muy gráfico en las aseveraciones que hace con
respecto al neoliberalismo y los Estados Nación:
En un mundo sometido a la dictadura de los mercados, donde el
verdadero poder efectivo no reside en el pueblo, ni siquiera en la
naciones, sino en corporaciones privadas globales, ¿qué soberanía,
qué autoridad le queda a los Estados? Los políticos ya no gobiernan,
sólo administran, son meros gestores al servicio de las grandes
corporaciones, que por otra parte, son quienes financian sus campañas
electorales. Las “democracias” han dejado de serlo. Mientras los
Estados adelgazan, las corporaciones engordan. La facturación de
algunas corporaciones es infinitamente superior a los presupuestos
anuales de muchos gobiernos medianos y grandes, incluso supera el
Producto Interior Bruto de muchos países. Por volumen de negocios
(ingresos versus IPC), Nestlé es más grande que Nigeria, Unilever es
más grande que Pakistán, Volkswagen es más grande que Nueva
Zelanda, BP es más grande que Venezuela, IBM es más grande que
Egipto, General Electric es más grande que Filipinas, Ford es más
grande que Portugal, Exxon es más grande que Grecia, Shell es mas
grande que Arabia Saudí, General Motors es más grande que
Dinamarca.
Vacías de contenido, de competencia efectivas, las Naciones Estado
son cáscaras huecas, cadáveres, un emergente poder privado global ha
decretado su caducidad y tenderán progresivamente a desaparecer.93
Siguiendo a este autor podemos indicar que las pautas sistémicas del
derecho penal no son las mismas en una dinámica en donde lo más
importante es el capital y no así el individuo. Entonces las expectativas
normativas cambian, ahora ya no es el bienestar común lo más
importante, sino la protección del capital mismo a costa de lo que sea,
93
Martos García, Amador, Neoliberalismo asesino: El control mental hacia un nuevo orden mundial,
España, Bubok Publishing, S.L., 2012, P. 73.
147
y por ende, el derecho penal del enemigo direccionará su aplicación a
la salvaguarda, el equilibrio y la autorreproducción de ese capital.
Bajo esa lógica, el sistema del derecho se direcciona hacia los fines
sistémicos, y es ahí en donde el derecho penal del enemigo se aplica
de diversa forma en sociedades con el modo de producción neoliberal
y en las cuales los sujetos son importantes en la medida en que ayudan
a la acumulación de capital, que en sociedades cuya importancia de
equilibrio sistémico radica en los sujetos sociales por el simple hecho
de ser individuos.
De esta forma, el derecho penal del enemigo está direccionado a
eliminar a todos aquellos sujetos que no cumplan con la expectativa
normativa creada por el sistema-mundo capitalista-neoliberal, cuyos
principales ejes son: La privatización, el recorte al gasto público y la
no intervención económica del Estado.
Estos tres elementos son fundamentales para la dinámica del
neoliberalismo, pues a través de la inversión privada en áreas
económicas estratégicas del Estado, las ganancias se dirigen hacia los
particulares y ya no hacia el primero; lo que trae como consecuencia
que el Estado sea incapaz de cumplir económicamente con los
compromisos y necesidades sociales; por lo tanto, el recorte al gasto
público se traduce en el encarecimiento de los servicios privados que
antes eran públicos, y por supuesto, en el empobrecimiento de aquellos
que los tienen que pagar, pero en el enriquecimiento de los
privatizadores.
La dinámica social responde a diversos elementos estructurales, los
cuales se concatenan entre sí para que el sistema se autorreproduzca.
Sin embargo, consideramos que uno de los elementos más importantes
que nos pueden ayudar a explicarlo es la “globalización”, concepto
que ha servido como estandarte para que la mayoría de los países del
mundo sigan una política económica.
García Amador menciona: “La globalización económica ha sido, está
siendo, catastrófica para la mayoría de las economías nacionales y para
148
la biodiversidad, y nos conduce irremediablemente al colapso social,
económico y ecológico generalizado”. 94
Por su parte, Lipovetsky nos indica que el mundo en el que vivimos
está unificado; sin embargo esa unificación responde a ciertos
elementos de globalización:
La época en que vivimos está caracterizada por una poderosa e
irresistible tendencia y unificación del mundo. En Francia se
denomina mundialización y en otras partes globalización. Esta
dinámica coincide con la conjunción de fenómenos económicos
(liberalización de mercados de un capitalismo planetario),
innovaciones tecnológicas (nuevas tecnologías de la información y la
comunicación) y cambios radicales de la situación geopolítica
(hundimiento del imperio soviético). Aunque esta unificación del
mundo no es un fenómeno en absoluto reciente (estamos en una
segunda globalización) ni una realidad completa, no es menos cierto
que representa un cambio general y profundo tanto en la organización
como en la percepción de nuestro mundo.95
Lo anterior implica que el sistema jurídico invariablemente sigue
ciertas pautas estructurales sistémicas, y en el mundo en el que nos
encontramos, éstas son globalizadas; es decir, no nos encontramos en
sociedades diversas, sino en una compleja y las normas jurídicas la
regulan en su conjunto.
Ello no implica que la funcionalidad sistémica de las normas jurídicas
vaya encaminada al bienestar social tomando como punto de partida
al individuo, pues de acuerdo a su última finalidad tiene como eje
rector la cultura del mercado, y esto indica que la protección jurídica
del sujeto existirá en la medida en que éste contribuya a la hegemonía
económica global. Lipovetsky es muy claro en este sentido:
La cultura-mundo designa el momento en que el capitalismo se ha
extendido por todo el mundo, en que el mercado se ha planetarizado,
94
Ibidem, p. 74.
95
Lipovetsky, Gilles, El occidente globalizado. Un debate en la cultura planetaria, España, Anagrama,
2011, p. 13.
149
en que todas las naciones han tomado el camino de las privatizaciones
y las desreglamentaciones económico-financieras. El capitalismo, que
<<apareció en la civilización occidental y únicamente en ella>> (Max
Webber) se ha universalizado. En todas partes reina ya el sistema del
capitalismo globalizado y financierizado. Un hipercapitalismo
desbocado cuyo precio estamos pagando cruelmente. Como es lógico,
la crisis mundial que atravesamos y que ha vuelto a dar al Estado un
papel económico de primer orden comportará nuevas medidas
reguladoras, hasta el extremo de que algunos han anunciado una
inevitable ruptura con el paradigma del <<turbocapitalismo>>
desmesurado y caótico.96
Entonces el derecho penal del enemigo, siguiendo las expectativas
normativas sistémicas con base en la lógica del libre mercado,
criminalizará y eliminará a todos aquellos que sean peligrosos o cuyas
conductas determinen indiciariamente que pueden desestabilizar al
sistema económico. Sin embargo, Wallerstein argumenta porqué el
mercado no es tan libre como el discurso lo indica:
Una de las razones por las que un mercado totalmente libre no es una
realidad cotidiana, si es que alguna vez fuera a existir, es que volvería
imposible la acumulación incesante de capital. Esto puede parecer una
paradoja, porque es cierto que el capitalismo no puede funcionar sin
mercados, y también es cierto que los capitalistas dicen con
regularidad que están a favor del libre mercado. Pero los capitalistas,
necesitan de hecho, mercados no completamente libres, sino mercados
parcialmente libres. La razón es obvia. Supongamos que existiera un
mercado mundial en el que todos los factores de producción fueran
completamente libres, como nuestros libros de texto los definen
habitualmente; esto es, uno en donde los factores fluyeran sin
restricciones, en donde hubiera un mayor numero de compradores y
un enorme numero de vendedores, y en el cual existiera una perfecta
información (esto es, que todos los vendedores y todos los
compradores supieran el estado exacto de todos los costos de
producción). En un mercado de tal perfección sería siempre posible
96
Ibidem, pp. 22-23.
150
para los compradores regatear con los vendedores hasta un nivel de
ganancia absolutamente minúsculo (digamos de un solo centavo), y
este bajo nivel de ganancia haría del juego capitalista algo sin el más
mínimo interés para los productores, removiendo el sustrato social
básico de tal sistema.97
Entonces el ejercicio del poder en la dinámica económica sistémica no
corresponde a todos, es decir, sólo algunos tendrán la información
necesaria y los medios ideológicos para explotarla y hacer frente a
cualquier competencia económica; por lo tanto, desde la perspectiva
compleja, el sistema jurídico debe proteger dichos intereses. En este
sentido, Wallerstein habla de la fórmula del monopolio: “Lo que los
vendedores prefieren siempre es un monopolio, porque entonces
pueden crear un amplio margen relativo entre los costos de producción
y los precios de venta, y por lo tanto obtener grandes porcentajes de
ganancia”98.
Lo anterior no es sencillo como se apunta, pues el monopolio del
mercado trae como consecuencia el aglutinamiento del capital en unos
cuantos, y por ende, el ejercicio del poder desde la perspectiva
económica. Me parece que ésta es la causa del debilitamiento del
Estado y de las privatizaciones constantes; así como de la
problemática social que se ha venido desarrollando sobre todo en los
países de tercer mundo. Beck nos dice al respecto:
La globalización implica el debilitamiento de las estructuras estatales,
de la autonomía y del poder del estado. Esto tiene un resultado
paradójico. Por un lado son precisamente los colapsos del estado lo
que han producido la mayoría de los conflictos humanos realmente
graves ocurridos en los años noventa sea en Somalia, África Oriental,
Yugoslavia, Albania o la Antigua Unión Soviética; por otro lado, la
idea de una “responsabilidad global” implica como mínimo la
posibilidad de un nuevo humanismo militar occidental: imponer los
derechos humanos en todo el mundo.99
97
Wallerstein, Immanuel, op. cit., nota 3, p. 43.
98
Idem.
99
Beck, Ulrich, op. cit., nota 26, p. 21.
151
Inclusive el neoliberalismo es tan depredador, que ideológicamente
conmina a los sujetos sociales a desear una vida que para muchos no
es posible o fácil de alcanzar, pues el consumismo se ha convertido en
una forma de existencia e inclusión social.
La civilización del bienestar consumista ha sido la gran enterradora
histórica de la ideología gloriosa del deber. En el curso de la segunda
mitad del siglo, la lógica del consumo de masas ha disuelto el universo
de la homilías moralizadoras, ha erradicado los imperativos rigoristas
y engendrado una cultura en la que la felicidad predomina sobre el
mandato moral, los placeres sobre la prohibición, la seducción sobre
la obligación. A través de la publicidad, del crédito, la inflación de los
objetos y los ocios, el capitalismo de las necesidades ha renunciado a
la santificación de los ideales en beneficio de los placeres renovados
y de los sueños de la felicidad privada.100
También Bauman es muy sugerente al respecto:
En tanto compradores, hemos sido arrastrados por gerentes de
marketing y guionistas publicitarios a realizar el papel de sujetos, una
ficción vivida como si fuera verdad. Una actuación interpretada “como
vida real”, pero en la cual el paso del tiempo desplaza a la vida real
hasta hacerla desaparecer sin la menor posibilidad de reaparición. Y
así, a medida que esas necesidades de la vida que alguna vez sólo se
obtenían con esfuerzo y sin el lujo de la intermediación de las redes
comerciales se fueron convirtiendo en productos (la privatización del
suministro de agua, por ejemplo, que conduce sin desvíos a la góndola
del agua envasada en el súper mercado), también los cimientos del
“fetichismo de la subjetividad” se fueron ensanchando y asentando. Se
podría completar la versión popular revisada del cogito cartesiano,
“Compro, luego existo…”, “Como sujeto”, podríamos y deberíamos
agregar. Y a medida que el tiempo que se pasa comprando en los
comercios crece (en persona o mentalmente, de cuerpo real o virtual),
las oportunidades de que aumente aún más se multiplican.101
100
Lipovetsky, Gilles, El crepúsculo del deber. La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos, 3ª
edición, España, Anagrama, 2011, p. 50.
101
Bauman, Zygmunt, Vida de consumo, México, Fondo de Cultura Económica, 2012, p. 32.
152
Inclusive la construcción del sujeto a través del ejercicio del poder se
da desde una perspectiva consumista, es así como también la moda es
de vital importancia, dice Lipovetsky, para que el sujeto sea incluido
socialmente a través del consumo:
La moda es un sistema original de regulación y de presión sociales.
Sus cambios presentan un carácter apremiante, se acompaña del
<<deber>> de adopción y de asimilación, se impone más o menos
obligatoriamente a un medio social determinado; tal es el
<<despotismo>> de la moda tan frecuentemente denunciado a través
de los siglos.102
En un mundo económicamente globalizado de corte neoliberal, en el
cual las oportunidades adquisitivas son mínimas y además obliga a los
sujetos a un consumismo desmedido como parte de la inclusión social,
el bienestar colectivo puede distar mucho de lo mencionado por los
funcionalistas. En cambio, el estado debilitado no es capaz de hacer
frente económicamente al discurso prometido por los derechos
humanos, ni a las necesidades básicas de alimentación, por ello, los
individuos son obligados a cumplir un status de supervivencia
infrahumana, o también, a desarrollarse en grupos alternos que son
susceptibles de peligrosidad para aquellos que sí cumplen el rol
encomendado por el neoliberalismo.
Por tal motivo, los sujetos sociales son capaces de realizar conductas
delictivas para sentirse incluidos en la dinámica sistémica, y al no
haber oportunidades de crecimiento y empleos formales, la
delincuencia e informalidad crece dentro de la sociedad. La
problemática, consecuencia de esto, es que la acumulación incesante
de capital producto de actividades delictivas, puede ser sumamente
rentable, rebasar el capital lícito y empoderarse como ejercicio del
poder en forma de corrupción e impunidad.
Es así como el derecho penal del enemigo y los derechos humanos son
dos de los ejes rectores del éxito del libre mercado. Sin embargo, el
102
Lipovetsky, Gilles, El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas, 4ª
edición, España, Anagrama, 2010, p. 42.
153
costo social es sumamente alto, pues las normas jurídicas se convierten
en protectoras de la privatización del capital.
El derecho penal del enemigo en países donde el estado está debilitado
económicamente por las constantes privatizaciones y los recortes al
gasto público puede convertirse en un derecho penal represor y de
eliminación, al servicio de quienes monopolizan la acumulación
incesante de capital, así como los medios de producción. Bajo esa
lógica, la expectativa normativa de bienestar social que indican los
funcionalistas, se convierte en expectativa de corrupción e impunidad,
y es en ese sentido que los criminalizados serán aquellos que luchen
en contra de estas dos últimas.
V. CONCLUSIÓN.
154
VI. REFERENCIAS
Jakobs, Gunter et. al., El derecho penal del enemigo en el contexto del
funcionalismo, México, Flores Editor y Distribuidor, 2008.
155
Lipovetsky, Gilles, El crepúsculo del deber. La ética indolora de los
nuevos tiempos democráticos, 3ª edición, España, Anagrama, 2011.
156
DERECHO PROCESAL PENAL INTERNACIONAL Y
PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD
I. INTRODUCCIÓN
En la presente ponencia pretendemos analizar dos aspectos básicos
relacionados con el enjuiciamiento internacional de crímenes de guerra,
contra la humanidad, de agresión y genocidio. Para ello vamos a prestar
atención a cómo se inserta la Jurisdicción de la Corte Penal Internacional
(CPI) en la articulación constitucional del Poder Judicial en España. En
este sentido, es preciso que analicemos los principios sobre la base de los
cuales se estructura ese poder del Estado en el ordenamiento jurídico
español, sobre todo, en lo relacionado con la proclamación constitucional
del principio de unidad de Jurisdicción y juez legal o predeterminado. En
ese contexto, analizaremos los mecanismos jurídicos a través de los cuales
se han creado los tribunales internacionales y en definitiva, el que permitió
el nacimiento de la CPI. Una vez realizado dicho estudio, nuestra atención
estará dirigida a identificar en qué medida es posible que el principio de
oportunidad pueda condicionar la persecución internacional de los delitos
mencionados más arriba.
A) Introducción
103
Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de Valencia, Vicepresidente para Europa de la
Asociación Mundial de Justicia Constitucional. Conferencista y tratadista internacional. Doctor en
Derecho por las Universidades de Bolonia y Valencia.
157
funcionamiento de los Tribunales104”. La introducción de este
principio en la CE puede comprenderse si atendemos a razones
históricas, sobre todo, dada la situación inmediatamente anterior al
año 1978105. Con su proclamación, se aspiraba a garantizar la
independencia judicial, limitando la libertad del legislador ordinario a
la hora de configurar los órganos jurisdiccionales. Por un lado, la CE
excluye la posible creación de jurisdicciones especiales distintas a las
admitidas expresamente en la CE. Por otro, y dentro de la Jurisdicción
ordinaria, se impone al legislador la obligación de que todos los jueces
y magistrados integrantes de estos órganos, tengan un mismo estatuto
jurídico y que estén sometidos al gobierno del Consejo General del
Poder Judicial (CGPJ)106. Es decir, con la proclamación de este
principio pretenden unificarse las garantías de la independencia
judicial en los órganos que forman parte del Poder Judicial.
104
Sobre este principio de la Jurisdicción, ORTELLS RAMOS, M., “Introducción al Derecho Procesal” (et. Al.
Thomson Reuters Aranzadi, 9ª edición, 2019, págs. 87-95.
105
FAIRÉN GUILLÉN, V., Notas sobre las jurisdicciones especiales. Revista de Derecho Procesal 1971, págs.
7-25; ORTELLS RAMOS, M., (et. al.), op. cit. pág. 90.
106
El art. 117.1 CE proclama que “la justicia emana del Pueblo y administra en nombre del Rey por Jueces
y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos
únicamente al imperio de la ley”.
Por su parte, el art. 122.2 CE dispone que “el Consejo General del Poder Judicial es el órgano de gobierno
del mismo (…)”.
158
- La Jurisdicción Constitucional, atribuida al Tribunal
Constitucional (Título IX CE, arts. 159-165), regulado en la Ley
Orgánica (LO) 2/1979, de 3 de octubre. Este Tribunal es el
intérprete supremo de la CE, controla la constitucionalidad de
las leyes y garantiza el respeto a los derechos fundamentales107.
107
Sobre la misma, DÍAZ REVORIO, F. J., “Tribunal Constitucional y procesos constitucionales en España:
Algunas reflexiones tras la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional de 2007”, en Estudios
constitucionales: Revista del Centro de Estudios Constitucionales, núm. 2, 2009, Madrid, págs. 81-108;
CUCARELLA GALIANA, L. A., “La Justicia Constitucional en España”, en Derecho Procesal Constitucional,
tomo III, volumen I. VC editores, Colombia, 2012, págs. 32-55.
108
Sobre este Tribunal, DE VEGA BLÁQUEZ, P., “La configuración Constitucional del Tribunal de Cuentas
en España”, en Cuestiones constitucionales: revista mexicana de derecho constitucional, núm. 1, México,
1999, págs. 215-240; MEDINA, J., “La función jurisdiccional del Tribunal de Cuentas”, Análisis local, núm.
49, 2003 (Ejemplar dedicado a: Los controles de la gestión económica local), págs. 51-58.
109
Sobre esta Jurisdicción, DOIG DÍAZ, Y., Jurisdicción militar y Estado de Derecho: garantías
constitucionales y organización judicial, Universidad de Alicante, 2003.
159
limitado al enjuiciamiento penal de aquellos delitos que la ley
determine110.
- Los tribunales consuetudinarios y tradicionales (art. 125 CE),
en concreto, el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia111
(art. 19.3 LO 6/1985, 1 de julio, del Poder Judicial (LOPJ) y el
Consejo de los Hombres Buenos de Murcia, conforme a la
modificación del artículo 19 LOPJ operada por la LO 13/1999,
de 14 de mayo112.
110
Sobre este tribunal, GIMENO SENDRA, V., “El jurado y la Constitución”, La Ley, Madrid, núm. 2, 1985,
págs. 1042-1048; PÉREZ-CRUZ MARTÍN, A. J., “La L.O. 5/1995, del Tribunal del Jurado: sus avatares
legislativos y post-legislativos”, Justicia, Barcelona, núm. 1, 1996, págs. 139-144.
111
Sobre este tribunal, CUCARELLA GALIANA, L. A., El principio de contradicción y su proyección en el
proceso seguido ante el Tribunal de las Aguas de Valencia. “El Tribunal de las Aguas. Claves jurídicas”.
Diputación de Valencia 2014, págs. 287-305; FAIRÉN GUILLÉN, V., “El proceso ante el Tribunal de Aguas
de Valencia”, Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núms. 22-3, 1975, págs. 289-387; FAIRÉN
GUILLÉN, V., El Tribunal de las Aguas de Valencia y su proceso (oralidad, concentración, rapidez,
economía). Segunda edición, corregida y aumentada. Valencia 1988; MASCARELL NAVARRO, M. J., “El
Tribunal de las Aguas de la Vega Valenciana”, Derecho y Opinión, núm. 5, 1997, págs. 309-339; MASCARELL
NAVARRO, M. J., “El Tribunal de las Aguas de la Vega Valenciana y su proceso jurídico”, El Tribunal de las
Aguas de Valencia, (con TARÍN y SALA), Javier Boronat, Valencia, 2ª ed., 2010, págs. 3-47.
112
Sobre la vigencia del principio de unidad de Jurisdicción y el Tribunal de las Aguas, FAIRÉN GUILLÉN, V.,
“El principio de la unidad jurisdiccional y el Tribunal de las Aguas de Valencia”, Revista de la Administración
Pública, núm. 85, 1978, págs. 9-28.
113
Véase al respecto, ORTELLS RAMOS, M., (et. al.), op. cit, págs. 91-92.
160
colegiados, y cuáles se adscriben a uno u otro orden jurisdiccional114. Si
la Jurisdicción es indivisible, sí puede dividirse el ámbito en el que ésta
se desarrolla, ya sea por la materia, o por el territorio. En definitiva, el
principio de unidad jurisdiccional no excluye la especialización de los
juzgados y tribunales115. Al respecto, por ejemplo, podemos citar la
existencia en España de los Juzgados de lo Mercantil116 o de Violencia
sobre la Mujer117.
C) Titularidad de la Jurisdicción
a) En el ámbito interno
Por otro lado tenemos que añadir que la configuración del Estado
español como un Estado autonómico y la proclamación constitucional
del principio de unidad jurisdiccional nos lleva a detenernos en una
serie de consideraciones que consideramos de interés.
Del artículo 1.2 CE se deduce que “ningún poder fuera del Estado
puede configurar una Jurisdicción que tenga eficacia en el ámbito de
la soberanía española119”. Ahora bien, nada impide que al amparo del
artículo 93 CE pueda celebrarse un tratado internacional que “atribuya
a una organización o institución internacional el ejercicio de
competencia derivadas de la Constitución”.
119
ORTELLS RAMOS, M., (et. al.), op. cit, pág. 88;
120
En el apartado V de la Exposición de Motivos de esta LO se afirma que “el concurso activo en la creación
de la Corte Penal Internacional es, así, una oportunidad histórica para reiterar la firme convicción de que
la dignidad de la persona y los derechos inalienables que le son inherentes constituyen el único
fundamento posible de la convivencia en cualesquiera estructuras políticas, estatales o internacionales”.
162
III.- PRINCIPIO DEL JUEZ LEGAL O PREDETERMINADO
A) Introducción
121
Sobre este principio, GARBERÍ LLOBREGAT, J., El derecho fundamental al juez ordinario predeterminado
por la ley. Jurisdicción y competencia penal (VV.AA). Cuadernos de Derecho Judicial 1996, págs. 13-58.
122
Al respecto, BONET NAVARRO, A., Temas procesales en la Constitución, en Escritos sobre la Jurisdicción
y su actividad. Institución Fernando el Católico, 1981, pág. 106, afirma que el principio del juez legal
“impone que cada ciudadano sepa en cada momento qué órgano jurisdiccional está llamado a juzgarlo en
relación con cada asunto, con sólo leer las normas que establecen la competencia de los tribunales”.
123
ORTELLS RAMOS, op. cit. pág. 101.
124
Véase, GIMENO SENDRA, V., “La experiencia de los <juicios de Nüremberg> y la necesidad de crear el
Tribunal Penal Internacional”. La Ley 1998, núm. 1, págs. 1766-1768; PALACIO SÁNCHEZ-IZQUIERDO, J.R.,
“Del juicio de Nüremberg al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional”, Estudios de Deusto vol.
47, núm. 1, 1999, págs. 95-118.
125
En concreto, ORTELLS RAMOS, M., (at. Al.), op. cit. pág. 104 afirma que un tribunal de excepción implica
“la creación de tribunales ad hoc o ad personam, con atribución a los mismo de competencia para enjuiciar
163
B) Instrumentos jurídicos utilizados para la creación de tribunales
internacionales
a) Introducción
una ocaso o a una persona, a pesar de que tal competencia ya correspondía a algún tribunal en virtud de
un régimen preestablecido”.
164
supuestos en que el tribunal penal internacional se ha
constituido a través de otro mecanismo. Nos referimos a
los casos de creación de tribunales penales
internacionales en virtud de decisión adoptada por el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al amparo del
capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas.
126
Véase al respecto, URIOS MOLINER, S., “Antecedentes históricos contexto de la creación de la CPI”, La
Corte Penal Internacional (un estudio interdisciplinar), et. al., (GÓMER COLOMER, J. L.; GONZÁLEZ CUSSAC,
J. L.; CARDONA LLORÉNS, J., coords.). Tirant Lo Blanch, Valencia, 2003, pág. 33.
165
Tribunal Militar Internacional (de aquí en adelante “el
Tribunal”) para, aplicando los principios de justicia e
inmediación, enjuiciar y condenar a los principales criminales
de guerra del Eje Europeo”.
El Tribunal estuvo integrado por cuatro jueces, designados por
cada uno de los países vencedores (art. 2 del Estatuto). Por su
parte, en el artículo 6 se concretó cuál era la competencia de
dicho Tribunal: enjuiciamiento de crímenes de guerra127, contra
la paz128 y la humanidad129.
Si bien es cierto que se trató de la primera experiencia de un
tribunal penal internacional, y se hizo en virtud de Acuerdo
internacional, y sin duda, supuso un paso adelante, no puede
dejar de estar exento de críticas.
127
Dichos crímenes se definían así: “A saber, violaciones de las leyes o usos de la guerra. En dichas
violaciones se incluye el asesinato, los malos tratos o la deportación para realizar trabajos forzados o para
otros objetivos en relación con la población civil de un territorio ocupado o en dicho territorio, el asesinato
o malos tratos a prisioneros de guerra o a personas en alta mar, el asesinato de rehenes, el robo de bienes
públicos o privados, la destrucción sin sentido de ciudades o pueblos, o la devastación no justificada por
la necesidad militar, sin quedar las mismas limitadas a estos crímenes”.
128
Definidos de la siguiente manera: “A saber, planificar, preparar, iniciar o librar guerras de agresión, o
una guerra que constituya una violación de tratados, acuerdos o garantías internacionales, o participar en
planes comunes o en una conspiración para lograr alguno de los objetivos anteriormente indicados”.
129
Definidos de la siguiente manera: “A saber, el asesinato, la exterminación, esclavización, deportación
y otros actos inhumanos cometidos contra población civil antes de la guerra o durante la misma; la
persecución por motivos políticos, raciales o religiosos en ejecución de aquellos crímenes que sean
competencia del Tribunal o en relación con los mismos, constituyan o no una vulneración de la legislación
interna de país donde se perpetraron”.
166
Es importante que destaquemos esta nota, en la medida
en que el Acuerdo o tratado de creación de la CPI tuvo un
mayor consenso internacional, marcando claramente las
diferencias con el de creación del Tribunal penal
internacional de Núremberg.
- En segundo lugar, no hay que dejar pasar por alto que nos
encontramos ante un tribunal creado ex post facto, por las
potencias vencedoras para juzgar a la vencida. Las
garantías de predeterminación y de independencia del
tribunal no resultaron debidamente garantizadas. Fue un
tribunal de vencedores, para juzgar actos de los vencidos,
sin que entrara en el ámbito de competencia del mismo,
las violaciones o crímenes cometidos por los
vencedores130.
130
Véase, URIOS MOLINER, S., op. cit., pág. 35.
131
Ibídem, pág. 34.
167
1946. No obstante, en vez de crearse mediante tratado
internacional como el de Núremberg, se creó por orden
ejecutiva del general MacArthur de los Estados Unidos
de Norteamérica (EEUU)132. Juzgó sobre los mismos
crímenes que el tribunal de Núremberg, si bien, su
composición fue más amplia. En concreto, estuvo
integrado por “jueces nacionales de los once Estados que
habían sufrido la agresión japonesa133”.
b) La CPI
132
Véase sobre estas consideraciones, Ibídem, pág. 35.
133
Ibídem, pág. 35.
134
Sobre los trabajos relativos a la Conferencia de Roma que condujo a la aprobación del Estatuto de la
Corte, Ibídem págs. 54-59.
Las discusiones y los trabajos realizados fueron duros y en ocasiones, con bastantes desencuentros. Al
respecto, debe tenerse presente que a dicha conferencia asistieron un total de 160 Estados, 20
organizaciones internacionales, 14 agencias especializadas de Naciones Unidas, y alrededor de 200
organizaciones no gubernamentales. Véase sobre estas cuestiones, Ibídem, pág. 54.
135
Ibídem pág. 58, pone de manifiesto que si bien la idea inicial es que fuera aprobado por consenso, la
presión de los EEUU llevó a que fuera sometido a votación.
168
atendemos al resultado final, desde un punto de vista
cuantitativo, puede decirse que el resultado de la votación fue
realmente un éxito. En concreto, 120 votos a favor, frente a 7 en
contra, lo evidencian. Sin embargo, no puede pasarse por alto
un dato cualitativo de relieve. La votación fue secreta, sin
embargo, los representantes de EEUU, China o Israel,
desvelaron que habían votado en contra. Este dato es importante
desde un punto de vista cualitativo, pues no debe olvidarse que
tanto China como los EEUU son miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Es cierto, como
vamos a poner de manifiesto, que la CPI es un órgano
independiente de Naciones de Unidas. Sin embargo, no puede
pasarse por alto las estrechas relaciones que hay entre la CPI y
Naciones Unidas, sobre todo, con el Consejo de Seguridad.
136
En este sentido, el art. 11.1 ECPI dispone que “la Corte tendrá competencia únicamente respecto de
crímenes cometidos después de la entrada en vigor del presente Estatuto”.
El apartado 2 dispone que “si un Estado se hace Parte en el Presente Estatuto después de su entrada en
vigor, la Corte podrá ejercer sus competencia únicamente con respecto a los crímenes cometidos después
de la entrada en vigor del presente Estatuto respecto de ese Estado, a menos que éste haya hecho una
declaración de conformidad con el párrafo 3 del artículo 12”.
169
En el preámbulo del ECPI se recogen las líneas generales que
caracterizan al ECPI, las cuales vamos a proceder a ordenar.
137
Así se pone de manifiesto en los párrs. 1, 2 y 3 del preámbulo, al afirmar que “conscientes de que todos
los pueblos están unidos por estrechos lazos y sus culturas configuran un patrimonio
común y observando con preocupación que este delicado mosaico puede romperse en cualquier
momento,
Teniendo presente que, en este siglo, millones de niños, mujeres hombres han sido víctimas de
atrocidades que desafían la imaginación y conmueven profundamente la conciencia de la humanidad,
Reconociendo que esos graves crímenes constituyen una amenaza para la paz, la seguridad y el bienestar
de la humanidad (…)”.
Estas previsiones se completan con lo previsto en el párr. 11 en el que se afirma que “decididos a
garantizar que la justicia internacional sea respetada y puesta en práctica de forma duradera”.
138
En este sentido, en los párrs. 4 y 5 del preámbulo se afirma que “afirmando que los crímenes más
graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto no deben quedar sin castigo y
que, a tal fin, hay que adoptar medidas en el plano nacional e intensificar la cooperación internacional
para asegurar que sean efectivamente sometidos a la acción de la justicia,
Decididos a poner fin a la impunidad de los autores de esos crímenes y a contribuir así a la prevención de
nuevos crímenes (…)”.
170
recurso a la heterocomposición, huyéndose de las formas de
autotutela entre los Estados139.
Y en cuarto lugar, se pone de manifiesto el carácter
complementario de la jurisdicción de la CPI con las
jurisdicciones nacionales en la persecución de estos crímenes.
En este sentido, y por su interés, reproducimos el contenido del
párr. 6 del preámbulo en el que se afirma que “es deber de todo
Estado ejercer su jurisdicción penal contra los responsables de
crímenes internacionales”. Y en el párr. 10 se refuerza esta nota
de complementariedad al afirmase que “la Corte Penal
Internacional establecida en virtud del presente Estatuto será
complementaria de las jurisdicciones penales nacionales”.
139
Claramente estas ideas se desprenden de los párrs. 7, 8 y 9 del preámbulo, en donde se afirma que
“reafirmando los Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, que los Estados
se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma
incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas,
Destacando, en este contexto, que nada de lo dispuesto en el presente Estatuto deberá entenderse en el
sentido de que autorice a un Estado Parte a intervenir
Decididos, a los efectos de la consecución de esos fines y en interés de las generaciones presentes y
futuras, a establecer una Corte Penal Internacional de carácter permanente, independiente y vinculada
con el sistema de las Naciones Unidas que tenga competencia sobre los crímenes más graves de
trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto (…)”.
140
Véase, QUEL LÓPEZ, F.J., “Los efectos de la creación del Tribunal Internacional Penal para la antigua
Yugoslavia en el orden interno español”. Revista Española de Derecho Internacional 1994, págs. 61-98.
171
CPI. En concreto, las guerras entre las antiguas repúblicas de
Yugoslavia y los crímenes internacionales cometidos, así como
los que tuvieron lugar en Ruanda, llevaron a Naciones Unidas a
actuar con el fin de que los crímenes cometidos no quedaran
impunes.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al amparo del
capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, decidió la creación
de un tribunal ad hoc para el enjuiciamiento de los crímenes y
graves violaciones de Derecho internacional humanitario
cometidos en el territorio de la antigua Yugoslavia. La misma
decisión se toma, un año después, en relación con los crímenes
cometidos en Ruanda141. El primero de los tribunales tuvo su
sede en La Haya; el segundo, en Arusha, Tanzania.
141
URIOS MOLINER, S., op. cit., págs. 44-51.
142
Ibídem, págs. 46-47, el mecanismo del tratado internacional se descartó porque hubiera dilatado
mucho en el tiempo la constitución de dichos tribunales, y por otro lado, porque requiere el
consentimiento de los Estados para que les vinculara.
La opción de que se hubieran constituido por resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas
también presentaba dificultades. Sobre todo, se puso de manifiesto el carácter de recomendación de sus
resoluciones, sin que tengan carácter obligatorio (Ibídem, pág. 47).
172
Sin embargo, se consideró más efectiva la que finalmente
se adoptó.
A) Introducción
Una vez que hemos sentado las bases sobre las cuales se asienta desde
un punto de vista organizativo la CPI, queremos hacer referencia
brevemente a los principios sobre la base de los cuales se estructura
su actuación. Para ello, en primer lugar, vamos a proceder a
determinar la extensión y límites de la Jurisdicción de la CPI desde un
punto de vista objetivo, así como su carácter complementario de la
competencia de las Jurisdicciones nacionales. Ello nos va a permitir
establecer los casos en que la eficacia de cosa juzgada de las sentencias
nacionales pueda quebrarse por decisión de la CPI. Posteriormente,
analizaremos la existencia de la tensión correspondiente entre los
principios de necesidad y oportunidad en la persecución de los
crímenes competencia de la Corte.
173
B) Competencia
143
Sobre la competencia de la CPI, RODRÍGUEZ CEDEÑO, V.; GUERRERO PENICHE, J. N.; “Contribución al
estudio de la competencia de la Corte Penal Internacional y su ejercicio”, Derecho Penal y Criminología,
núm. 69, vol. 21, 2000, págs. 77-114.
144
Ibídem, pág. 92, afirman que “durante las negociaciones todos los Estados apoyaron la inclusión del
crimen de genocidio, una gran mayoría apoyó la inclusión de los crímenes de guerra y de los crímenes
contra la humanidad y una mayoría, el crimen de agresión. Otros Estados, en forma minoritaria,
plantearon sin éxito la inclusión de crímenes como el narcotráfico, el terrorismo e incluso los perpetrados
contra el personal de Naciones Unidas y el personal asociado”.
174
b) Carácter complementario
145
Véase sobre estas posturas, OLÁSOLO ALONSO, H.; “El principio de complementariedad y las
estrategias de actuación de la Corte Penal Internacional en la fase de examen preliminar: ¿por qué la Corte
Penal Internacional mantiene su examen preliminar, pero no abre una investigación, sobre la situación en
Colombia?”. Revista electrónica de estudios internacionales 2012, núm. 24, pág. 5.
146
Ibidem pág. 5, afirma que “el principio de complementariedad (que no de subsidiaridad como algunos
autores lo han descrito), desarrollado por los arts. 1, 17, 18, 19 y 20 ER, tiene como fundamento un
sistema de jurisdicción compartida entre la CPI y las jurisdicciones nacionales”.
Para un examen de la concurrencia de competencias entre la Corte Penal Internacional y las jurisdicciones
nacionales, JIMÉNEZ FORTEA, J., “Hacia una jurisdicción internacional (I)”. Revista Internauta de Práctica
Jurídica 1999, núm. 1; CUERDA RIEZU, A.; RUÍZ COLOMÉ, Mª.A., “Observaciones sobre el Estatuto del
Tribunal Penal Internacional”. Diario La Ley 1 febrero 1999, págs. 2-3; ARCOS VARGAS, M., La
imprescindible cooperación de los Estados con la Corte Penal Internacional, “La criminalización de la
barbarie: la Corte Penal Internacional” (VV.AA). Madrid 2000, págs. 435-454.
175
Estado donde se han cometido esos crímenes, o el Estado de
donde es originario su autor, no puede o no quiere proceder a su
investigación o enjuiciamiento147.
El carácter complementario, además de constatarse en el
artículo citado, puede apreciarse en los artículos 18, 19 y 20
ECPI. En el último de los citados, se aprecia claramente dicho
aspecto. En concreto, dicho artículo regula los aspectos
relativos a cosa juzgada en relación con los delitos competencia
de la CPI. Pues bien, el párr. 3 dispone que “la Corte no
procesará a nadie que haya sido procesado por otro tribunal en
razón de hechos también prohibidos en virtud de los artículos 6,
7 u 8”. Sin embargo, dicho artículo contempla dos excepciones
que permiten que la CPI pueda quebrar el valor de cosa juzgada
de una sentencia dictada por un tribunal nacional. En concreto:
a) En primer lugar, cuando la sentencia dictada por un
tribunal nacional obedeciera al propósito de sustraer al
acusado de su responsabilidad penal por crímenes de la
competencia de la Corte (art. 20.3 a) ECPI).
147
En el primer caso, es decir, cuando el Estado no puede proceder a investigar o enjuiciar esos crímenes,
debe tenerse presente el art. 17.3 ECPI. En dicho párrafo se afirma que “a fin de determinar la incapacidad
para investigar o enjuiciar en un asunto determinado, la Corte examinará si el Estado, debido al colapso
total o sustancial de su administración nacional de justicia o al hecho de que carece de ella, no puede
hacer comparecer al acusado, no dispone de las pruebas y testimonios necesarios o no está por otras
razones en condiciones de llevar a cabo el juicio”.
Para el segundo caso, es decir, para determinar si el Estado tiene o no disposición para actuar en un asunto
determinado, el párr. 2 del citado artículo, ofrece diferentes criterios.
176
internacional o lo hubiere sido de alguna manera que, las
circunstancias del caso, fuere incompatible con la
intención de someter a la persona a la acción de la justicia
(art. 20.3 b) ECPI).
a) Tipificación delictiva
148
En general sobre estos principios, GARCÍA RAMÍREZ, S., Principios del proceso penal: legalidad y
oportunidad. “La influencia de la ciencia penal alemana en Iberoamérica: en homenaje a Claus Roxin
(ONTIVEROS ALONSO, M.; PELÁEZ, M.; ROXIN, C.), 2003, págs. 541-569.
177
de revisión del ECPI, celebrada en la Kampala, Uganda, el 11
de junio de 2010149.
Al quedar tipificados los delitos competencia de la Corte, se
garantiza el principio de legalidad penal. Así se subraya
claramente en el artículo 22.1 ECPI en el que se dispone que
“nadie será penalmente responsable de conformidad con el
presente Estatuto a menos que la conducta de que se trate
constituya, en el momento en que tiene lugar, un crimen de
competencia de la Corte”.
149
Sobre la competencia de la CPI para este delito, DÍAZ SOTO, J. M., “Una aproximación al crimen
internacional de agresión”, Derecho Penal y Criminología, núm. 99, vol. 35, págs. 11-60.
178
b) Oportunidad criminal
150
Es preciso tener presente que el requisito de la gravedad aparece contemplado en el preámbulo y en
diferentes preceptos del ECPI. El artículo 5.1 ECPI, de igual modo que el artículo 1, y los párrs. 3, 4 y 9,
subrayan el carácter de la gravedad para determinar la competencia de la Corte. La primera cuestión o
179
También en este caso debe comunicar a la Sala de Cuestiones
Preliminares la decisión de no sostener la acusación con base al
criterio de oportunidad. En este sentido, el artículo 53.2 c) in fine
dispone que “notificará su conclusión motivada a la Sala de
Cuestiones Preliminares y al Estado que haya remitido el asunto de
conformidad con el artículo 14 o al Consejo de Seguridad si se trata
de un caso previsto en el párrafo b) del artículo 13”.
duda que puede surgir es la de si basta que se cometa un crimen de los mencionados en el artículo 5, para
que pueda entenderse que es un crimen grave y por lo tanto, la Corte sea competente. No obstante, hay
que tener presente que la gravedad, además de utilizarse para calificar los delitos en los artículos
indicados, es utilizada como un criterio determinante de la admisibilidad de la causa ex artículo 17 ECPI.
Por lo tanto, no basta con que se conozca un delito de los mencionados, sino que además el asunto debe
ser “de gravedad suficiente para justificar la adopción de otras medidas por la Corte” (art. 17.1 d) ECPI150.
Existe, por lo tanto, una valoración de la gravedad para poder decidir si se procede o no criminalmente
en el ámbito internacional.
180
no proceder a la investigación si dicha decisión se basare
únicamente en el párrafo 1 c) o el párrafo 2 c)”.
En los tres casos señalados, la decisión dela Fiscalía de archivo o de
no abrir juico oral solamente surtirá efectos si la Sala la confirmara
(art. 53.3 b) in fine ECPI).
181
V. CONCLUSIONES
182
BUENAS PRÁCTICAS NECESARIAS EN EL PROCESO
PENAL PERUANO
Los países más avanzados y modernos en las políticas de Estado propias del
servicio de justicia, se orientan a lograr procesos legales eficientes, lo que se
traduce en la necesidad y la obligación de adoptar un conjunto de acciones,
procedimientos y competencias oficiosas con el propósito que los actores del
proceso puedan brindar la información de calidad célere y concreta que les
permita a los jueces resolver las causas sometidas a su conocimiento,
respetando el equilibrio entre eficacia y garantías, más aún cuando se trata
del proceso penal en el que los bienes jurídicos y los derechos más sensibles
de las partes se encuentran afectados y/o en riesgo.
151
Juez Superior Titular de la Corte Superior de Justicia de San Martín, Presidente de la Sala Penal de
Apelaciones de Moyobamba, Abogado por la UNMSM, Magister por la UIGV en Administración de Justicia,
con estudios concluidos de maestría en derecho penal y doctorado en derecho, docente de la AMAG,
formador de la UETI del Poder Judicial, con estudios de alta especialización en Chile, Ecuador, Corea del
Sur, Costa Rica y Puerto Rico, sobre procesos legales eficientes.
183
En ese orden, pusimos en conocimiento de los jueces penales de las
diferentes instancias de nuestra Corte Superior de Justicia en esta materia, y
a la UETI-CPP propuestas para introducir buenas prácticas en temas como:
Hoy por hoy, podemos afirmar muy respetuosamente, que este aporte
doctrinal carece de todo fundamento fáctico y jurídico, y
probablemente haya sido la adopción de un criterio xenófilo propio de
otros sistemas jurídicos, o la importación de un concepto foráneo de
un modelo procesal incompatible, sin mayor correlato con la labor que
185
realiza el juez penal peruano dada su formación profesional, conforme
a las exigencias de la Constitución y de la ley. Veamos
cuidadosamente una serie de posibilidades mediante las cuales el juez
que entra a la audiencia, sin leer el expediente, podría eventualmente
aumentar su margen de error:
Así las cosas, debe advertirse que los tiempos actuales exigen
eficiencia y celeridad en la información, y a menudo encontramos
frases en el mundo moderno del trabajo que resaltan la necesidad del
conocimiento previo por parte de los responsables para la toma de
decisiones, en el ámbito de los bancos se dice “conoce a tu cliente”,
en el de los médicos “conoce a tu paciente”, en el de los entrenadores
de fútbol “conoce a tus jugadores”, por lo que respecto de los jueces
convendría decir “conoce tu caso”, teniendo en consideración que el
presupuesto más importante para que el juez emita una decisión justa
es la calidad de la información.
189
En conclusión, a estas alturas de la aplicación del código procesal
penal, resulta inobjetable que la lectura o revisión previa de los
expedientes a la realización de las audiencias, sea que se trate sobre
juicios orales o sobre incidentes, permite al juez reducir sensiblemente
el margen de error, que pueda derivarse por desconocimiento de la
causa, por información errónea o dolosa que puedan ofrecer las partes,
o incluso por temas técnicos que deben ser de absoluto dominio del
juez para una audiencia eficiente, por lo que queda así descartada
cualquier contingencia de prejuzgamiento o de contaminación por
parte del juez técnico peruano.
190
a) Cuánto durará la audiencia aproximadamente, a partir de la
facilidad o complejidad del caso, tema no menos importante
porque permite un mejor manejo del tiempo y la elaboración de
la agenda del juez, asociada a buenas prácticas propias de
sistemas procesales avanzados.
Demás está decir, que el uso adecuado del tiempo es un factor muy
importante para reducir la sobrecarga procesal, generar las buenas
prácticas en los sujetos procesales de dar información de calidad de
manera ágil y concreta, inducir a las partes que vengan totalmente
preparadas para acabar la audiencia en cuanto fuere posible en un solo
acto, sea sobre juicios orales o incidentes, salvo claro está, los casos
complejos, difíciles o megaprocesos, y así evitar la crítica de la
ineficiencia en el Poder Judicial por la demora en la resolución de los
casos, que juntamente con la corrupción, son los dos cuestionamientos
más severos al Poder Judicial.
197
En ese escenario, el juez debe tener claro, que las causas deben
resolverse siempre con una motivación esencial de las resoluciones
judiciales, propia de los procesos legales eficientes, y conforme a
sendas sentencias del Tribunal Constitucional del Perú, que hace casi
dos décadas proclamó que la motivación de una resolución no exige
una determinada extensión, que simplemente debe existir un correlato
entre los hechos, las pruebas, y los alegatos de las partes, con una
motivación adecuada que tenga relación directa, razonable y suficiente
con el sentido del fallo, y que el juez no está obligado a contestar todas
las alegaciones de las partes.
199
DERECHO PENAL Y LIBERTAD
INTRODUCCIÓN
Es así, que el Derecho Penal entra a tallar en la relación de libertad que tiene
el individuo frente a los demás. La libertad del ser humano se ve limitada, a
realizar lo que la norma penal no prohíbe.
152
Master Oficial en Derecho Constitucional por la Universidad de Castilla - La Mancha, con sustentación
de tesis sobresaliente. Especialista en Justicia Constitucional, Tutela e Interpretación de los derechos
fundamentales, por la Universidad de Castilla - La Mancha. Magistrado investigador de la Revista de
Investigación de la Academia de la Magistratura del Peru y de la Revista Oficial del Poder Judicial. Órgano
de Investigación de la Corte Suprema de Justicia de la República del Peru. Docente de Derecho Penal
Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional “Santiago Antúnez de Mayolo”. Fiscal
Penal Titular del Ministerio Publico del Peru - Distrito Fiscal de Ancash.
200
dicha prohibición resulta ser banal o de una importancia mínima, que muy
puede ser protegido por otras vías del Derecho menos lesivas que la penal.
En consecuencia, el presente trabajo pretende explicar en primer lugar, la
relación existente entre la libertad -entendida como un valor de vital
importancia para el desarrollo humano- y el delito, como una de las formas
más extremas de prohibir comportamientos; y, en segundo lugar, determinar
cuáles son los presupuestos necesarios para determinar la prohibición de un
determinado comportamiento humano, partiendo de la premisa, que la
libertad del ser humano debe ser la regla y no la excepción.
Al margen queda la discusión, que ante la eventualidad que una norma penal
proteja intereses o valores sociales de mínima lesividad, el autor del delito
pueda ampararse en una desobediencia en defensa de su derecho a la
libertad,153 puesto que esta discusión se encuentra inmerso en el análisis de
las causas de justificación y en específico del estado de necesidad justificante
que recoge el Derecho penal tanto a nivel doctrinal como legislativo.
153
Un estudio detallado de esta discusión lo podemos encontrar en Machado Pelloni, Fernando, Libertad
y Delito ¿Desobediencia en democracia?, Palestra, Lima, 2016, págs. 25-31.
201
En el presente trabajo, lo que se busca es justificar el control constitucional
de la ley penal, cuando su objeto de protección es completamente
desproporcional a la prohibición del comportamiento del individuo con el
que se pretende tutelar a la primera, afectando de este modo la libertad de
este último.
1. DERECHO A LA LIBERTAD
154
Fernández Sessarego, Carlos, El derecho a imaginar el derecho. Análisis, reflexiones y comentarios,
Idemsa, Lima, 2011, pág. 49.
202
Ello explica que se considere eminentemente un derecho político,
dado que las restricciones a su ejercicio constituyen un termómetro del
nivel del desarrollo democrático de un país y, en definitiva, de la
legitimidad de su sistema político.155
155
Rubio, Marcial & Bernales, Enrique, Constitución y Sociedad Política, Mesa Redonda, Lima, 1996, pág.
32.
156
Rebato Peño, María Elena, “El derecho a la libertad y seguridad personal”, en Los derechos
fundamentales. La vida, la igualdad y los derechos de libertad, (Dir. José Luis, García Guerrero), Tirant lo
Blanch, Valencia, 2013, pág. 94.
203
principio de libertad personal, es decir los casos y las formas en que
puede privarse a un sujeto de la misma deberán estar previstas
legalmente para otorgar una mayor garantía jurídica157.
157
Ídem.
158
Sar Suarez, Omar, Reporte de Jurisprudencia. Precedentes y Jurisprudencia Vinculante del Tribunal
Constitucional, Adrus, Arequipa, 2013, pág. 506.
204
podría resultar afectado […] si los poderes públicos trataran de
impedir o de reprimir la convivencia more uxorio o de imponer el
establecimiento del vínculo matrimonial, de manera que aquel tipo de
convivencia no formalizada se viera expuesta a una gravosa o penosa
suerte o a soportar sanciones legales de cualquier índole”.159
159
Rubio Llorente, Francisco, Derechos fundamentales y principios constitucionales (Doctrina
jurisprudencial), Ariel, Barcelona, 2010, pág. 74.
160
Díaz Revorio, Francisco Javier, Valores superiores e interpretación constitucional, Tribunal Estatal
Electoral de Chihuahua, Chihuahua, 2009, pág. 84.
205
más allá de lo razonable. La libertad definida así, es un derecho
humano básico, propio de los atributos de la persona, que se
proyecta en toda la Convención Americana. En efecto, del
Preámbulo se desprende el propósito de los Estados Americanos
de consolidar ´un régimen de libertad personal y de justicia
social, fundado en el respeto de los derechos esenciales de
hombre´, y el reconocimiento de que ´sólo puede realizarse el
ideal del ser humano libre, exento de temor y de la miseria, si se
crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus
derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus
derechos civiles y políticos”. De esta forma, cada uno de los
derechos humanos protege un aspecto de la libertad del
individuo.161
161
Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador. Excepciones preliminares, fondo,
reparaciones y costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 52. Citado en Casal,
Jesús María, “Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal”, en Convención Americana sobre Derechos
Humanos, (edit. Christian Steiner & Patricia, Uribe), Konrad Adenauer Stiftung Programa Estado de
Derecho para Latinoamérica, Lima, 2016, págs. 182 y 183.
162
Machado Pelloni, Fernando, ob. cit., pág. 35.
206
límite alguno a la norma constitucional eventualmente atribuida de
derechos subjetivos163.
163
Caraccioli, Ivo, L´esercizio del diritto, Giuffrè, Milano, 1965, pág. 42. Citado en Machado Pelloni,
Fernando, ob. cit., pág. 37.
164
Radbruch, Gustav, Der Überzeugungsverbrecher, en Vv. Aa., Zeitschrift für die gesamte
Strafrechtswissenchaft, 44-1924, pág. 38. Citado en Machado Pelloni, Fernando, ob. cit., pág. 38.
165
Sánchez-Ostiz, Pablo, La Libertad del Derecho Penal. Estudios sobre la doctrina de la imputación,
Atelier, Barcelona, 2014, págs. 198 y 199.
207
Desde estos planteamientos nos preguntamos si obra libremente quien
delinque. La pregunta es razonable pues se ha afirmado que la
voluntariedad es una faceta de la libertad de carácter adquirido, por lo
que de ella depende el desarrollo de la persona, pero también admite
diversos niveles de realización y cumplimiento. En concreto, se afirma
en tal planteamiento que solo se obra con voluntariedad cuando el
agente se comprometa por el bien percibido como tal.
208
emplee, sino en el mal uso de ella. Lo cual explica que el juicio de
culpabilidad dirija un reproche al agente por la conducta
antijurídica.166
166
Sánchez-Ostiz, Pablo, ob. cit., págs. 206 y 207.
209
actualidad se encuentran reconocidos bajo el amparo del derecho a la
libertad ideológica, al libre desarrollo de su personalidad y a no ser
discriminada por su condición o circunstancias personales (arts. 10.1,
14 y 16 de la Constitución Española), y, en consecuencia, a practicar
las conductas sexuales que le parezcan oportunas.
Otra cosa sucede, por ejemplo, con las acciones sexuales cometidas
con violencia o intimidación, porque aquí el “interés” del autor en
satisfacer su instinto sexual no constituye un “interés digno de
protección”, es decir: “un bien jurídico” (interés positivamente
valorado), ya que no puede prevalecer sobre el otro interés de la
víctima en autodeterminarse sexualmente libre de cualquier clase de
coacción.168
167
Gimbernat Ordeig, Enrique, Presentación del libro La teoría del bien jurídico ¿Fundamentos de
legitimación del Derecho penal o juego de abalorios dogmático?, (Ed. Roland Hefendehl), Marcial Pons,
Madrid, 2007, pág. 15.
168
Ídem.
210
además, que, por consistir en un derecho subjetivo de la persona o por
cualquier otra razón, incluso la de tratarse de un sentimiento social
legítimo, sea valorado positivamente por el ordenamiento jurídico.169
169
ídem.
170
Artículo modificado por la Ley N° 28704, que establece en caso de los delitos de violación sexual de
menores, que si la víctima tiene entre 14 y 18 años de edad, la pena será no menor de 25 ni mayor de 30
años independientemente de que se manifieste consentimiento en dichas relaciones.
211
una intervención en el ámbito prima facie garantizado por su
libertad sexual como componente del derecho al libre desarrollo
de la personalidad, pues al hacer irrelevante el consentimiento
de dichos menores, interviene y limita la libertad de
autodeterminación de estos en el ámbito de su sexualidad. […]
Intervención que finalmente resulta ilegítima o injustificada,
por cuanto no supera el sub principio de necesidad, ya que existe
un medio alternativo hipotético igualmente idóneo pero
definitivamente más benigno para la libertad sexual como
componente del derecho al libre desarrollo de la personalidad
de los referidos menores, el cual vendría a ser que el propio
legislador penal sancione única y exclusivamente a aquellas
personas adultas que tuviesen relaciones sexuales no
consentidas con los aludidos menores de edad, pero no
sancionando indistintamente todo tipo de relación sexual con
dichos menores, sin que importe en absoluto el consentimiento
que estos pudieran expresar en tanto titulares del mencionado
derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad; por
lo que resulta incompatible con la Constitución.”
212
Por su parte el Tribunal Constitucional Español, ha interpretado la
Constitución como comprensiva de ciertos principios limitadores del
legislador penal en cuanto garante de valores constitucionales básicos,
y ha dibujado con cierto rigor su contenido en el marco de dicha
interpretación.171
171
Lascuraín, Juan Antonio, “El control constitucional de las leyes penales”, en Derecho Penal y
Constitución, (Dir. F. Velásquez), Universidad Sergio Arboleda, Bogotá, 2014, pág. 21.
172
Lascuraín, Juan Antonio, ob. cit., pág. 23.
173
Lascuraín, Juan Antonio, ob. cit., pág. 29.
213
45/2009, f. j. 3; 127/2009, f. j. 3): la determinación de “los bienes
penalmente protegidos, los comportamientos penalmente
reprensibles, el tipo y la cuantía de las sanciones penales, y la
proporción entre las conductas que pretende evitar y las penas con
las que intenta conseguirlo”. Esta configuración supone “un complejo
juicio de oportunidad” para el que el legislador, con excepción de la
sujeción a “pautas elementales que emanan del Texto constitucional”,
dispone “de plena libertad”.
174
Ídem.
214
amplio como limitado es el del Tribunal Constitucional para
controlarlo. Su razonamiento es: como la penal es constitucionalmente
más intromisiva, afecta de modo peculiar a bienes y derechos
constitucionales, han de ser más intensos sus límites y más exigente la
labor de control de la jurisdicción constitucional. Y así:
175
Lascuraín, Juan Antonio, ob. cit., pág. 30.
215
que derivan de dicha regulación, afectan el derecho de libertad del
individuo destinatario de la norma penal.
CONCLUSIONES
- El bien jurídico relevante para el Derecho penal resulta ser los valores
e intereses sociales que se encuentran recogidos en la Constitución de
una determinado Estado, y no de la mera voluntad popular reflejado
en la actividad del legislador penal.
216
bienes jurídicos reconocidos en la Constitución de un determinado
Estado.
217
REFERENCIAS
218
Machado Pelloni, Fernando, Libertad y Delito ¿Desobediencia en
democracia?, Palestra, Lima, 2016.
219
PREVENCIÓN SOCIAL Y EL ANÁLISIS ECONÓMICO
DE LA JUSTICIA RESTAURATIVA DESDE EL ÓPTIMO
DE PARETO
REYLER RODRÍGUEZ CHÁVEZ176
I. INTRODUCCIÓN
176
Presidente de la Academia Mundial de Justicia Restaurativa. Máster en Argumentación Jurídica por la
Universidad de Alicante (España) y por la Universidad de Palermo (Italia). Magíslster por la Pontificia
Universidad Católica del Perú (PUCP). Abogado por la Universidad Nacional de Cajamarca. Profesor
universitario de pre y pos grado, y de de la Academia de la Magistratura. Juez titular de Paz Letrado de
Lima Norte e impulsor de Pograma Restaurativos a nivel judicial desde el año 2013.
220
También el análisis de costos nos permite tener una visión clara y objetiva
sobre la efectividad y distribución de los recursos destinados a la
prevención social.
221
organizada de vivir, pero también es una manera organizada de
satisfacer las necesidades de todo tipo de sus miembros”(177).
(177)
GRACIARENA, Jorge y SAUTU, Ruth; “Conceptos básicos de economía”, En: Antología. De la Sociedad
Tradicional a la Sociedad de las Masas, Editorial J.M. Álvarez, Buenos Aires-Argentina, 1964, p. 224.
(178)
SIERRALTA RÍOS, Aníbal; Introducción a la Juseconomía, Fondo Editorial PUCP, Segunda edición, Lima,
1996, p. 8.
(179)
POSNER, Richard A.; El Análisis Económico del Derecho, Editorial Fondo de Cultura Económica, Primera
edición en español, México, 1998, p. 3.
222
desorden, caos, una pugna constante entre los hombres y las
naciones, quienes unos a otros tratarían de arrebatarse a cualquier
costa los mismos bienes escasos que a su vez otros desearían para
satisfacer sus múltiples necesidades.
(180)
SIERRALTA RÍOS, Aníbal; Ob. cit., p. 8.
(181)
BULLARD GONZÁLES, Alfredo; “¿Qué es el análisis económico del derecho?”, En: Scribas, Revista de
Derecho, Número 13, 2002, p. 173.
(182)
SIERRALTA RIOS, Aníbal; Ob. cit., p. 6. En el mismo sentido, el autor citado precisa que la intervención
del Derecho como regulador en la obtención de los bienes para la satisfacción de las necesidades, que es
el objetivo fundamental de la Economía y el origen común que tienen ambas ciencias, determina su
evidente relación, pero no significa la sujeción de la primera a la segunda, ni que el Derecho sea
fundamentalmente una consecuencia de la producción, pues aun cuando se interprete en muy amplio
sentido el concepto de Economía, no puede constituir su contexto exclusivo. (Ídem., p. 19).
223
Para el maestro DE TRAZEGNIES, “la influencia de lo
económico sobre el Derecho puede darse como una
transposición sobre el Derecho. Puede darse como una
transposición inmediata del interés económico en términos
jurídicos, es decir, de manera que esta transparencia de la
norma permita determinar directamente el interés económico
que la inspira”(183).
(183)
Citado por: MALPARTIDA CASTILLO, Víctor; Introducción al Derecho Económico. Análisis Económico del
Derecho y Derecho al Desarrollo, Editorial San Marcos, Primera edición, Lima, 1996, p. 46.
(184)
Citado por: SIERRALTA RÍOS, Aníbal; Ob. cit., p. 20.
224
común” de dos sistemas: el económico y el jurídico. El autor
entiende al sistema juseconómico “como un sistema de forma
compleja de vida social, de estructuras económicas y relaciones
de poder, de normas y órdenes, que pretende regular la conducta
de los hombres (consumidores) y de la población” (185).
(185)
SIERRALTA RÍOS, Aníbal; Ob. cit., p. 156-157.
(186)
Ídem, p. 36-37.
225
también es un hecho social, inmerso y relacionado con otras áreas
como lo son sin duda los hechos y las relaciones económicas.
(187)
El análisis económico del derecho también conocido como “AED”, es denominado en Estados Unidos y en
algunos países bajo la influencia del sistema jurídico anglosajón como “Law & Economics” o “Economics of
Law”.
(188)
Citado por: MALPARTIDA CASTILLO, Víctor; Ob. cit., p. 52.
(189)
Citado por: ALFARO PINILLOS, Roberto y VELARDE SUSSONI, Jorge; Compendio Práctico de Contratos Civiles,
Comerciales, Bancarios e Informáticos, Editorial San Marcos, Lima, 2000, p. 106.
226
través del uso de una perspectiva diferente”(190). Esto nos lleva a
considerar por un lado, que el Derecho no es una isla alejada de
las demás áreas del conocimiento, sino que es un aspecto más
que conjuntamente con otros complementan el saber humano y,
por otro lado, mediante la aplicación de los métodos económicos,
se busca salir del análisis tradicional para obtener nuevos
enfoques que proporcionan una explicación fuera de lo usual y
sobre todo útil para la conducción y el fortalecimiento del sistema
jurídico en su conjunto.
(190)
BULLARD GONZÁLES, Alfredo; “¡Al fondo hay sitio! ¿Puede el teorema de Coase explicarnos el
problema del transporte público?”, En: Estudios de Análisis Económico del Derecho, Editorial ARA,
Primera edición, Lima, 1996, p. 140.
(191)
SIERRALTA RÍOS, Aníbal; Ob. cit., p. 110.
(192)
POSNER, Richard A.; El análisis económico del derecho, Editorial Fondo de Cultura Económica,
Primera edición en español, México, 1998, p. 28.
227
proporcionados por el AED, el funcionamiento de las diversas
normas e instituciones jurídicas.
(193)
BULLARD GONZÁLES, Alfredo; Ronald Coase y el sistema jurídico. Sobre el nóbel en economía”, En: Estudios
de Análisis Económico del Derecho, Editorial ARA, Primera edición, Lima, 1996, p. 135.
(194)
Ronald Harry Coase, es considerado como el fundador del análisis económico del derecho o Law of
Economics. En 1960 publica su obra cumbre “El Problema del Costo Social” o “The Problem of Social Cost”, a la
que posteriormente se la conoce como el “Teorema de Coase”. Ronald COASE, considerado como uno de los
mejores tratadistas del análisis económico del derecho, fue galardonado con el Premio Nobel a la economía en
el año 1991. Este destacado profesor formula un postulado, el “Teorema de Coase”, basándose en un concepto
fundamental conocido como los “costos de transacción” cuya definición radica básicamente en la idea que
“celebrar un contrato cuesta. La genialidad de Coase radica en haber descubierto y explicado el significado de
los costos de transacción y de los derechos de propiedad económicos para la estructura institucional y el
funcionamiento de la economía, haciendo con ello una aporte valioso para el entendimiento del sistema
jurídico.
(195)
BULLARD GONZÁLES, Alfredo; Ronald Coase y el sistema jurídico. Sobre el Nóbel en economía”, Ob. cit., p.
135.
228
no puedan ser reducidos los costos de transacción, la función de
la intervención pública consiste en decidir la cuestión (asignar los
costos y los beneficios, los derechos) tal y como lo habría hecho
el mercado, como un mercado simulado, asignando los recursos
a aquella parte en que éstos resultan más valiosos”(196).
(196)
FALLA JARA, Alejandro; “Responsabilidad civil y eficiencia económica: Matrimonio por
conveniencia”, En. Themis, Revista de Derecho, Segunda época, 1992, Nº 24, Pág. 84.
(197)
SIERRALTA RÍOS, Aníbal; Ob. cit., p. 118.
(198)
BULLARD GONZÁLES, Alfredo, “¡Al fondo hay sitio!: puede el teorema de Coase explicarnos el
problema del trasporte público”, Ob. cit., p. 147.
(199)
CANTUARIAS, Luis Felipe; “La función económica del Derecho; a propósito de los derechos reales de
prenda e hipoteca”, En: El Derecho Civil Peruano, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, Primera edición, mayo de 1993, p. 59.
229
posibilidad de contratar, sino además que su celebración se
realice con costos accesibles para las partes.
(202)
Citado por: VALLESPINOS, Carlos Gustavo; El contrato por adhesión a condiciones generales, Editorial
Universidad, Buenos Aires-Argentina, 1984, p. 233.
231
III. EL ÓPTIMO DE PARETO O REGLA 80/20
Sin duda una herramienta importante y que nos convoca en este trabajo
es el denominado Óptimo de Pareto o Teorema de Pareto desarrollado
por el italiano Vilfredo Pareto entre 1848 y 1923, principalmente en los
últimos años. Este importante estudioso logró descubrir una situación
importante al analizar la distribución de la propiedad en Italia en
aquellas épocas, donde pudo constatar que el 20% de personas eran
propietarios del 80% de las propiedades, y que el 80% de pobladores
eran propietarios de solo el 20% de propiedades. A partir de allí se
estableció la denominada regla 80/20 para representar esta realidad.
A estos datos cabe agregar además, solo para poner un ejemplo gráfico
sobre el costo de la resolución del conflicto, en este caso, el costo que
implica la supervisión del cumplimiento de la pena o ejecución penal a
nivel de los establecimientos penitenciarios. Al respecto, C. MACERA
señala que el costo de mantener un preso en la cárcel por día
aproximadamente es de 27.00 soles, y de 9,924 mil soles al año206.
(205)
INSTITUTO PERUANO DE ECONOMÍA (2018): “El Costo de la Justicia”, En:
https://www.ipe.org.pe/portal/el-costo-de-la-justicia.
(206)
C. MACERA, D. (2018); “Cárceles peruanas: Estado invierte S/9.924 anuales por cada reo”, En:
https://elcomercio.pe/economia/peru/carceles-peruanas-gasta-s-1-3-mlls-sobrepoblacion-
penitenciaria-noticia-545829-noticia/
(207)
RODRIGUEZ CHAVEZ, Reyler; La Justicia Restaurativa. El Programa de Prevención Justicia, Paz y
Seguridad como Base para la Reforma del Poder Judicial Peruano. Escuela Judicial de América Latina,
2016, p, 33.
235
De esta manera, la justicia restaurativa tiene un gran poder de
resolución del conflicto y se orienta a la resolución y tratamiento en el
primer escalón de la “pirámide de ilícitos” conformada por las
infracciones cometidas por adolescentes infractores. Pues en este nivel,
es posible lograr la solución efectiva del conflicto y sobre todo la
rehabilitación y resocialización del infractor, evitando la futura
comisión de delitos o crímenes graves que además, causen un mayor
efecto a la sociedad. La justicia restaurativa es un instrumento valioso
que ha originado diversos programas en la denominada justicia juvenil
restaurativa.
236
Fuente: Elaboración propia.
238
VI. CONCLUSIONES
240
VII. RECOMENDACIONES
241
VIII. REFERENCIAS
242
CANTUARIAS, Luis Felipe; “La función económica del Derecho; a
propósito de los derechos reales de prenda e hipoteca”, En:
El Derecho Civil Peruano, Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, Primera edición, mayo de 1993,
p. 59.
243
RODRIGUEZ CHAVEZ, Reyler; La Justicia Restaurativa. El
Programa de Prevención Justicia, Paz y Seguridad como
Base para la Reforma del Poder Judicial Peruano. Escuela
Judicial de América Latina, 2016, p, 33.
244
EL IMPACTO DE LAS DECISIONES DEL TRIBUNAL
DEL SERVICIO CIVIL EN MATERIA DISCIPLINARIA
FRENTE AL HOSTIGAMIENTO SEXUAL EN EL
PERÚ
L. Alberto Huamán Ordóñez208
208
Abogado graduado por la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo - UNPRG con la sustentación de Tesis:
"La regulación legislativa de la interdicción de la arbitrariedad en la Ley del Procedimiento Administrativo
General, Ley No 27444" (2008). Actualmente, tiene la calidad de Jefe de la Oficina de Asesoría Jurídica de
la Municipalidad Provincial de Chachapoyas. Ha sido Secretario Técnico de Procedimientos
Administrativos Disciplinarios PAD de la UNPRG y parte del Equipo de Apoyo de la Secretaría Técnica del
Régimen Disciplinario y Procedimiento Administrativo Sancionador de la Sede del Gobierno Regional de
Amazonas. Estudios de Maestría en Gerencia Pública EUCIM Business School (España). Socio y Director
Académico de IURISDICTIO Formación Profesional S.A.C., empresa dedicada a la capacitación
multidisciplinaria preferente en materia de Derecho.
209
SOTO RAMÍREZ, Juan (2009). Sentido común y vida cotidiana. Casa del Tiempo. Universidad Autónoma
Metropolitana, México, (1)9, 63.
245
felicidad como de bienestar que, desde el Derecho constitucional, se
ligan a la dignidad humana conectada, precisamente, a la idea de
idoneidad de las condiciones materiales de vida210.
210
Sentencia T-881/02, de la Corte Constitucional de Colombia, considerando 14 (Austreberto de Ávila
Ríos y otros & Edwin Campo Vega en calidad de personero de El Arenal, Bolívar contra Electrocosta
S.A. E.S.P.) del 17 de octubre de 2002, magistrado ponente: Eduardo Montelalegre Lynett:
“Segunda línea jurisprudencial: la dignidad humana y las condiciones materiales de existencia
En la Sentencia T-596 de 1992, la Corte ordenó realizar algunas reparaciones en un centro
penitenciario a partir de la acción de tutela presentada por un recluso que dormía en un lugar
incómodo expuesto a malos olores, con letrinas abiertas, etc., para la Corte en este caso la dignidad
opera como calificativo de la forma de vida, de la cual se desprende una relación entre la dignidad y
unas ciertas condiciones materiales de existencia. En la sentencia T-124 de 1993, la Corte tuteló el
derecho de petición de una persona de la tercera edad que solicitaba el reconocimiento de la
pensión. En esta oportunidad señaló la relación existente entre la igualdad material, las condiciones
materiales de vida y la dignidad. En la sentencia C-239 de 1997, la Corte creó una causal de
justificación o eximente de responsabilidad, en el caso del homicidio pietístico. Uno de los ejes de
la argumentación fue el de la dignidad, pero ahora en función de las condiciones materiales de la
vida del enfermo. En la Sentencia T-296 de 1998, la Corte revisó la acción de tutela presentada por
una persona recluida en una cárcel con problemas de hacinamiento y que tenía que dormir sobre un
piso húmedo, lugar de paso de otros reclusos. Aunque en este caso la Corte no concedió la tutela
por existir hecho superado (libertad del actor) si se pronunció sobre la relación entre el hacinamiento
penitenciario la dignidad humana y las condiciones materiales de existencia. En la sentencia C-521
de 1998, la Corte declaró inexequible una norma del código de tránsito que disponía que para
efectos de la capacidad de transporte de pasajeros, los niños menores de 7 años se considerarían
como medio pasajero; las razones giraron en torno a las condiciones de comodidad y seguridad
durante el transporte como predicados de la dignidad humana. En la sentencia T-556 de 1998, la
Corte concedió la tutela del derecho a la salud y al desarrollo armónico físico y psíquico de una menor
bajo la idea de la dignidad humana en función de las necesidades materiales, por consiguiente
ordenó el cumplimiento de la prescripción médica consistente en el suministro de silla de ruedas. En
la sentencia T-565 de 1999, la Corte ordenó a una E.P.S. suministrar pañales (excluidos del POS) a
una persona de la tercera edad con dificultades económicas y con un problema de control de
esfínteres; en este caso es clara la relación existente entre la dignidad humana y las condiciones
materiales de existencia. En la sentencia C-012 de 2001, la Corte revisó la constitucionalidad de un
tratado internacional sobre repatriación de presos; en este caso consideró que la dignidad no se
restringe a la creación de las condiciones de vida digna sino que se extiende a la obligación de velar
por que se alcance tal resultado”.
246
número de personas y que además perduren en el tiempo, con
independencia de la frágil existencia humana a la que tienen que
trascender.
coito interfemoral, actos de penetración con el órgano sexual o con las manos o con los dedos u otro
objeto que pueda causar daño) o sin contacto físico (exhibicionismo, actos compelidos a realizas en
el cuerpo del agresor o tercera persona, imponer la presencia en que la niña o niño se baña o utiliza
los servicios higiénicos, obligado a presenciar y/o utilizado en pornografía, acoso sexual por medio
virtual o presencial, entre otros). Tratándose de niñas, niños y adolescentes no se considera
necesaria que medie la violencia o amenaza para considerarse como violencia sexual”.
214
Expediente Nº 23822-2017-Lima, del 08 de marzo de 2019, de la Sala de Derecho Constitucional y
Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, voto del magistrado Omar TOLEDO
TORIBIO: “El género es un concepto relacional que se refiere a identidades, roles y relaciones entre
hombres y mujeres tal como se han instituido socialmente. (…) El enfoque de género es una
herramienta de análisis que nos permite identificar los estereotipos, roles, espacios y atributos
apropiados para mujeres y hombres. Estos elementos constituyen mandatos que hemos aprendido
a lo largo de nuestras vidas, que se han reafirmado por generaciones. (…) El enfoque de género es
una forma de mirar la realidad identificando los roles y tareas que realizan los hombres y las mujeres
en una sociedad, así como las asimetrías, relaciones de poder e inequidades que se producen entre
ellos. Permite conocer y explicar las causas que producen esas asimetrías y desigualdades, y a
formular medidas (políticas, mecanismos, acciones afirmativas, normas, etc.) que contribuyan a
superar las brechas sociales de género. El enfoque de género al observar de manera crítica las
relaciones que las culturas y sociedades construyen entre hombres y mujeres, permite la
formulación de planteamientos para modificar las relaciones de desigualdad, erradicar toda forma
de violencia basada en género, asegurar a las mujeres su acceso a recursos y servicios de salud y
educación, fortalecer su participación política y ciudadana, entre otros aspectos”; STC N° 01479-
2018-PA/TC, fdm. 11 (… vs. Azucena Inés Solari Escobedo de la Oficina concentrada de Control
Interno de Lima & el fiscal supremo Pedro Gonzalo Chavarry Vallejos de la Fiscalía Suprema de
Control Interno): “(…) la adopción de la perspectiva de igualdad de género en el ámbito institucional
supone un proceso de cambio en la acostumbrada forma de ejercer la función y el servicio públicos,
que propicia, a su vez, ajustes en las estructuras institucionales, así como la flexibilización en los
procedimientos y prácticas rígidas diseñados para el funcionamiento estatal”.
248
Nacional del Servicio Civil (SERVIR) contribuya a emitir diversos
pronunciamientos215 que impactan en el juzgamiento del
hostigamiento sexual al interior de las administraciones públicas.
215
Enmarcados en su función resolutoria en última instancia administrativa respecto de controversias
generadas en el Sistema Administrativo de Gestión de Recursos Humanos entre los trabajadores
públicos y los poderes también públicos.
216
Resolución Nº 001155-2020-SERVIR/TSC-Primera Sala, del 15 de mayo de 2020, considerando 28:
“Nótese que la Ley Nº 30057 y su Reglamento General en todo momento han calificado como falta
el hostigamiento y el acoso sexual. La razón es que este tipo de comportamientos afecta gravemente
los derechos fundamentales de los trabajadores y trabajadoras, así como su dignidad; por ello,
merece el máximo reproche. Lo que se pretende es garantizar ambientes de trabajo seguros”.
249
3.1. Resolución Nº 001962-2019-SERVIR/TSC-Primera Sala,
del 23 de agosto de 2019
217
Materializada con frases insinuantes tales como ¡Qué lindo es verte!, ¡Qué joven eres! y ¡Ay, qué voy
a hacer con esos labios!
218
Artículo 85º Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil.- Faltas de carácter disciplinario Son faltas de carácter
disciplinario que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con suspensión temporal o con
destitución, previo proceso administrativo: (…) k) El hostigamiento sexual cometido por quien ejerza
autoridad sobre el servidor civil, así como el cometido por un servidor civil, cualquiera sea la
ubicación de la víctima del hostigamiento en la estructura jerárquica de la entidad pública. (…)”.
250
Ya ingresando al fondo del asunto, ante la negativa de la
comisión del hostigamiento por parte del denunciado,
para fundamentar su decisión sancionadora establece que
la administración empleadora debe usar los medios
pertinentes para la averiguación de la verdad material219
dentro de su labor oficiosa a efecto de actuar en
interdicción de la arbitrariedad. De este modo, entiende
que la coherencia del relato contenido en la declaración
de la denunciante es determinante para establecer la
comisión de la falta:
253
impugnante, lo cual evidentemente ocasionó un daño
psicológico en el denunciante”.
220
STC Nº 1803-2004-AA/TC, fdm. 25-26 (Grimanesa Espinoza Soria vs. Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria, SUNAT): “La prohibición de la reforma peyorativa o reformatio in
peius, como la suele denominar la doctrina, es una garantía implícita en nuestro texto constitucional
que forma parte del debido proceso judicial (cf. Exp. 1918-2002-HC/TC) y está orientada
precisamente a salvaguardar el ejercicio del derecho de recurrir la decisión en una segunda instancia
sin que dicho ejercicio implique correr un riesgo mayor de que se aumente la sanción impuesta en
la primera instancia.
En este sentido, este Tribunal declara que la garantía constitucional de la prohibición de reforma
peyorativa o reformatio in peius debe entenderse como una garantía que proyecta sus efectos
también en el procedimiento administrativo sancionador y, en general, en todo procedimiento
donde el Estado ejercite su poder de sanción y haya establecido un sistema de recursos para su
impugnación”.
254
C.X.P.A. denuncia a José Luis Collao Alanya indicando que
este último le habría informado que tenían que viajar en
comisión de servicios corroborando que tal afirmación no era
cierta llegando a enterarse, por el propio denunciado, que éste
costearía los pasajes y estadía a la ciudad de Juliaca que era el
supuesto destino de la también aparente comisión de servicios.
Es así que se inicia el procedimiento disciplinario donde se
determina la imposición de la sanción de destitución. Ante esto,
plantea reconsideración que recibe rechazo de la administración
de modo que, siempre sobre la vía recursiva, se abre el camino
de la apelación ante el TSC quien declara la nulidad de
determinadas actuaciones administrativas -incluyendo la que
contiene la sanción- por afectación del debido proceso
procediendo al nuevo inicio del procedimiento reiterando la
destitución. Contra esta decisión, el sancionado nuevamente
acude al Tribunal. Determinada la competencia de este órgano
colegiado, el régimen disciplinario aplicable y luego de superar
el análisis de una potencial prescripción, se ingresa de lleno al
tema materia de debate.
221
Al respecto, la Casación Nº 96-2014-Tacna y el Acuerdo Plenario Nº 2-2005/CJ-116, Pleno
Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia.
255
señorita de iniciales C.X.P.A. distorsionó los hechos, no
existe prueba alguna confirme su dicho”.
256
anterior y sin perjuicio de los diversos temas (el hostigamiento
sexual como falta, testimonio de testigos directos, testimonio de
testigos de referencia y la prueba pericial) materia de precisión
en dicho precedente, el Tribunal determina que en este tipo de
eventos, la actividad indagatoria de la administración debe
marchar consonante con la presunción de inocencia:
260
CONCLUSIÓN
222
Ley N° 27942, Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual y el Decreto Supremo Nº 014-
2019-MIMP, Decreto Supremo que aprueba el Reglamento de la Ley N° 27942, Ley de Prevención y
Sanción del Hostigamiento Sexual que se constituyen en el soporte de la lucha gubernamental contra
el hostigamiento sexual, Decreto Legislativo Nº 1410, Decreto Legislativo que incorpora el delito de
acoso, acoso sexual, chantaje sexual y difusión de imágenes, materiales audiovisuales o audios con
contenido sexual al código penal, y modifica el procedimiento de sanción del hostigamiento sexual.
223
Emblemática, al efecto, la Casación Nº 003804-2010-Del Santa, asumida como precedente
vinculante.
261
para que se reevalúe, en primera instancia administrativo -
disciplinaria, sobre la proposición de la sanción de destitución
como lo ha hecho en diversos pronunciamientos ya que es
necesario construirse una línea uniforme en contra del
hostigamiento sexual en el ámbito disciplinario
independientemente del género de las personas quienes se
entiende que son iguales ante la ley, a menos que disponga
situación distinta el legislador, siendo este último un extremo
que -por supuesto- no le compete a un tribunal administrativo
como es el TSC quien debió, en esencia, motivar el
apartamiento de su línea sancionadora, enfocada en la
destitución, ante un evento condenable en el ámbito de la
actividad administrativa (como es el hostigamiento sexual)
para validar la diferenciación en la imposición de la sanción.
262
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y EL GOBIERNO
FRENTE A LA PANDEMIA
Una vez confirmado y hecho público los dos primeros casos de COVID-19,
el 11 de marzo, uno en Santa Cruz y otro en Oruro respectivamente, hasta
hoy 24 de mayo, tenemos 7768 casos confirmados, 689 recuperados y 280
decesos224.
* Investigador integrante de la Sociedad de Filosofía & Estado Constitucional Apex Iuris Lima-Perú. Abogado y
Maestrante en Derecho por la Universidad Mayor de San Andrés. correo: [email protected] correo institucional:
[email protected]
224
https://www.boliviasegura.gob.bo/
Datos relevados en fecha 28 de mayo de 2020.
225
https://www.consumoteca.com/economia-familiar/paises-en-vias-de-desarrollo/
(PVD) se refiere al grado de desarrollo económico de un país. Se aplica a naciones caracterizadas por un
retraso en términos de desarrollo humano de un segmento importante de su población, un alto nivel de
desigualdad social, una debilidad institucional y una inestabilidad política.
Dos terceras partes de la población mundial viven en países en vías de desarrollo (mayoritariamente en
Latinoamérica, África y Asia)
263
responda de manera adecuada a lo que se veía venir, no cause extrañeza la
cita anterior refleja nuestra realidad en la que vivimos, sin ir lejos a nivel
regional Latinoamérica, donde lastimosamente se concentra los países
vulnerables específicamente en sus sistemas de salud, donde de seguro pese
a los esfuerzos del factor humano, estas colapsaron.
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Informe 2009 de Países Menos
Adelantados)
226
Hago referencia al presunto fraude ya que de acuerdo al principio garantista que establece que no
existiendo sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, no se establece la autoría y responsabilidad de
un delito atribuido a determinado sujeto en simples presunciones.
264
de octubre de 2019, que desembocó en la salida anticipada del ex
presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Evo Morales Ayma.
2.- Dicha convulsión dejo un vacío de poder en base a una aguda crisis
social que no solo afecto a las primeras autoridades del ejecutivo
(presidente y vicepresidente) sino también, la crisis llego a la
Asamblea Legislativa Plurinacional que dicho sea de paso en su
mayoría del partido del presidente depuesto.
4.- Hasta ahí, se avizoraba una señal de una salida más violenta que
pacífica a la crisis social y política que atravesaba el país, después de
227
TCP envió un comunicado a través de las redes sociales indicando que para la sucesión
presidencial debe aplicarse el contenido del artículo 169.1 tomando en cuenta la parte pertinente
del precedente jurisprudencial de la Declaración Constitucional 0003/01 de 31 de julio de 2001.
228
https://es.wikipedia.org/wiki/Masacres_de_Senkata_y_Sacaba_de_2019
265
acuerdo político de llevar adelante las elecciones el 3 de mayo de
2020229.
5.- Sumado a eso, que no es detalle que podemos dejar de lado, es que,
a los dos meses y 14 días de asumir la presidencia Jeanine Añez
Chávez, lanza su candidatura a la presidencia de las futuras elecciones
y de acuerdo a la prospección electoral de cara a las elecciones del 3
de mayo, la preferencia del electorado sorprendentemente estaba a
favor del MAS partido del presidente depuesto, dando un incierto
futuro político a sus contendores eventuales entre ellos a la actual
presidenta.
229
Ley N° 1266 de 24 de noviembre de 2019 de Régimen excepcional y transitorio para la Realización de
Elecciones Generales.
266
Con relación a la terminología ya desde la constitución de 1938 en el Art 6
se precisaba en utilizar a esos derechos de primer orden como derechos
fundamentales, o llamase derechos morales230 dentro la terminología
anglosajona desarrollada por Ronald DWORKIN, o de Derecho humanos,
entendida este último de acuerdo a su terminología general de conocimiento
universal, sin dejar de desconocer que en el bagaje normativo internacional
este término es ampliamente utilizado; en fin a objeto de dar cierta
uniformidad utilizaremos el término de derechos fundamentales231, porque
considero pertinente al precisar que dicha terminología recoge la moralidad,
base o fruto del consenso del pueblo y la rigidez de una exigibilidad jurídica,
plasmada en las dos dimensiones desarrolladas por el profesor PÉREZ
LUÑO232.
230
Una de las expresiones que más fuerza ha cogido en los últimos tiempos y que ha servido para calificar
a los derechos humanos es la de “derechos morales”, o lo que en lenguaje ingles se conoce como moral
rights.
231
FAUNDEZ Ledezma Héctor . IIDH Instituto Interamericano de Derechos Humanos “El Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos” tercera edición y revisada y puesta al día, Pg. 4
Año, 2004.
232
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, nueva serie, año XL, núm. 120, septiembre-diciembre de
2007, pp. 1013-1021.
En esta misma línea, considera que el término derechos humanos debe quedar reservado para la moralidad
y derechos fundamentales para la juridicidad.
267
circulación, a la información, al ejercicio de los derechos políticos) para
resguardar (el derecho a la salud la integridad física, derecho a la vida)233.
233
En este sentido, la Resolución XXII, titulada Expansión de las funciones de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, adoptada en la Segunda Conferencia Interamericana Extraordinaria de la
Organización de Estados Americanos, celebrada en Río de Janeiro, del 17 al 30 de noviembre de 1965, le
solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos brindar especial atención a la observancia de
los derechos humanos referidos en los artículos I, II, III, IV, XVIII, XXV, y XXVI de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, relegando a un segundo plano todos los demás
234
Articulo 13 parágrafo IV de la constitución política del estado plurinacional de Bolivia, Gaceta Oficial
del Estado.
235
Articulo 13 parágrafo III de la constitución política del estado plurinacional de Bolivia, Gaceta Oficial
del Estado Plurinacional de Bolivia.
268
atención de la emergencia236, pero esta no autoriza la suspensión de los
derechos reconocidos y citados líneas arriba ni de las garantías judiciales
indispensables para su protección de tales derechos237, en concordancia con
la normativa constitucional nacional238, hasta ahí es evidente que el control,
desarrollo y vigencia de los derechos fundamentales estaría a cargo de los
tribunales de justicia (salas constitucionales, tribunal constitucional) que
estarían a cargo de desarrollar el contenido y alcance o su limitación de los
derechos fundamentales.
En ese sentido si bien los derechos fundamentales son absolutos y bajo ese
carácter no admitirían supresión sustancial, ni aun en el caso de preservar
otro derecho fundamental, ahora en la enunciación de estos derechos
fundamentales debemos precisar que cada uno de ellos tienes un contenido
específico limitado en sí mismo y por lo tanto no aceptaría una limitación
foránea en función a otro derecho fundamental que en si buscaría de acuerdo
a su contenido otro fin.
236
Articulo 27 num. 1 de la Convención Americana sobre derechos humanos suscrita en la conferencia
especializada interamericana sobre derechos humanos
237
Articulo 27 num. 2 de la Convención Americana sobre derechos humanos suscrita en la conferencia
especializada interamericana sobre derechos humanos
238
Artículo 137 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, Gaceta Oficial del Estado
Plurinacional de Bolivia.
239
Artículo 139 parágrafo III de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, Gaceta Oficial
del Estado Plurinacional de Bolivia.
269
de garantías, cortes constitucionales, salas constitucionales o los que fueren
de acuerdo a su estructura organicista constitucional. Para así velar que la
intervención legislativa o del ejecutivo a los derechos fundamentales respete
el principio de proporcionalidad: y sus subprincipios, Optimización relativa
a las posibilidades fácticas y jurídicas, Idoneidad, Necesidad.
Proporcionalidad en sentido estricto240. En ese entendido en un Estado
Constitucional de Derecho, en el eventual estado de emergencia (COVID 19)
ante la amenaza de restricción de derechos fundamentales resta precautelar
que están no fuesen desproporcionales y que no admitan una anulación
absoluta de los derechos fundamentales y menos de garantías judiciales de
tutela.241
240
Los derechos fundamentales y el principio de proporcionalidad (*) Robert Alexy Revista Española de
Derecho Constitucional ISSN: 0211-5743, núm. 91, enero-abril (2011), págs. 11-29
241
27. Como ha quedado dicho, en condiciones de grave emergencia es lícito suspender temporalmente
ciertos derechos y libertades cuyo ejercicio pleno, en condiciones de normalidad, debe ser respetado y
garantizado por el Estado pero, como no todos ellos admiten esa suspensión transitoria, es necesario que
también subsistan " las garantías judiciales indispensables para (su) protección. OPINIÓN CONSULTIVA
OC-8/87 DEL 30 DE ENERO DE 1987 EL HABEAS CORPUS BAJO SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS (ARTS. 27.2,
25.1 Y 7.6 CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS) SOLICITADA POR LA COMISIÓN
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
270
esta manera violentando los derechos políticos de los ciudadanos
contemplados en la constitución y las normativas internacionales.
242
Circular 11 del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de Bolivia.
243
DECRETO SUPREMO N° 4236
ARTÍCULO ÚNICO.- Se derogan las siguientes disposiciones:
a. La Disposición Adicional Única del Decreto Supremo N° 4231, de 7 de mayo de 2020;
b. El Parágrafo II del Artículo 13 del Decreto Supremo N° 4200, de 25 de marzo de 2020;
c. El Parágrafo II del Artículo 7 del Decreto Supremo N° 4199, de 21 de marzo de 2020.
271
mencionar del decreto supremo N° 4205 del 01 DE ABRIL DE 2020,
reglamenta la Ley N° 1293, de 1 de abril de 2020, en donde menciona:
“ARTÍCULO 10.- (RESTRICCIONES). I. En el marco de la
emergencia sanitaria nacional, se prohíbe la difusión de
mensajes o contenidos que promuevan la desinformación y
sean contrarios al presente Decreto Supremo. II. El
incumplimiento al Parágrafo Precedente, será sujeto de
denuncia penal por la comisión de delitos contra la salud
pública”.
A lo mencionado y citado se me ocurre un ejemplo; si algún periodista
o un individuo en redes sociales difunde por ejemplo se me ocurre que:
“.los respiradores adquiridos por el estado boliviano no son
adecuados o simplemente no responden a las necesidades de los
enfermos por covid-19”. ¿Estaría en contra de las medidas de la
emergencia sanitaria? o “si encima, se me ocurre que además de ser
inadecuados estos fueron adquiridos con un sobre precio” estaría
desinformando e iría en contra del presente decreto, ¿por lo tanto seria
juzgado por atentar contra la salud pública?
Esa es la importancia de la libertad de expresión donde la sociedad en
su conjunto debe de tener la posibilidad de objetar las medidas
tomadas por los gobiernos frente a la pandemia, de cuestionar las
adquisiciones del gobierno si estas son las adecuadas y si estas se
presumen de exorbitantes en los costos, y los gobiernos tienen el deber
de informar y desmentir de manera pronta y oportuna con acceso a la
información pública de cara al pueblo, y no de penalizar y tratar de
acallar la opinión pública.
272
RESPONSABILIDAD DE LOS GOBIERNOS FRENTE A LA
PANDEMIA.
244
Código Penal Bolivia, Gaceta oficial del Estado Plurinacional de Bolivia. Articulo 216.- (DELITOS
CONNTRA LA SALUD PUBLICA)
Incurrirá en privación de libertad (1) a diez (10) años, el que :
1.- propagare enfermedades graves o contagiosas u ocasionare epidemias.
275
de 2020 (ley que coadyuva a regular la emergencia por el COVID
19)245.
245
LEY N° 1309 LEY DE 30 DE JUNIO DE 2020, Gaceta oficial del Estado Plurinacional de Bolivia,
ARTÍCULO 9. (PROHIBICIÓN). I. Se prohíbe: b) La sanción penal al incumplimiento de la cuarentena a
las personas no contagiadas con el Coronavirus (COVID-19
276
excepción. III. Cualquier servidor público, civil, militar o
policial que actúe violando los derechos establecidos en la
Constitución Política del Estado, pretendiendo amparase en el
estado de excepción, será procesado y sancionado
administrativa, civil y penalmente. IV. La obediencia a las
órdenes superiores no eximirá de responsabilidad a quienes las
ejecuten.246
246
http://www.diputados.bo/leyes/pla-n%C2%B0-5972019-
2020?title_field_value=199&body_value=&field_ley_estado_tid=All
277
INSTITUTO LATINOAMERICANO LATIN IURIS
UNIVERSIDAD DE EURÍPIDES DE MARÍLIA - BRASIL
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN IBEROAMERICANO APEX IURIS
LA RACIONALIDAD PENAL
Justicia penal, criminología y decisiones
gubernamentales
Julio - 2020
278
279