Perverso Narcisista

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Perverso narcisista: el lobo con piel de oveja

Liv Cáceres

Liv Cáceres

Aug 31, 2018·11 min read

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En su libro Manipulateurs, cita al psiquiatra Alberto Eiguer: “Los individuos perversos


narcisistas son aquellos que, bajo la influencia de su grandioso yo, intentan crear un vínculo
con un segundo individuo, arremetiendo especialmente contra la integridad narcisista del otro
para desarmarlo. También atacan el amor propio del otro, a la confianza en sí mismo, a la
autoestima y a la creencia en sí mismo”.

Los perversos narcisistas son considerados como psicóticos sin síntomas, que encuentran su
equilibrio al descargar sobre otro el dolor que no sienten y las contradicciones internas que se
niegan a percibir. O, dicho de otro modo, proyecta su locura en el otro -su víctima-,
volviéndole loco para salvarse u ocultar su mal.

Les llamamos narcisistas porque necesitan ser admirados de una forma patológica, buscando
exageradamente reconomiento y llamar la atención. Por otro lado, se reconoce la perversión
por la tendencia a querer satisfacer sus deseos y necesidades a toda costa, y a utilizar a otros
para sus propios fines.

Conociendo la perversión narcisista…

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Investigando, me encontré con informaciones sorprendentes con respecto al tema, de esta


manera aclaraba mis dudas y les daba sentido a los asuntos inconclusos y comportamientos
contradictorios con respecto a alguien muy cercano a mi. No voy a contar experiencias, sino el
concepto del perverso narcisista y como puede encajar tan perfectamente con el actuar de
algunas personas, y a a la vez estar tan bien enmascarado; es como la mejor “actuación” de sus
vidas, en mi caso se trata de una perversa narcisista.
Pueden pasar años, el darte cuenta y finalmente comprender, como una persona puede hacer
tanto daño a nivel emocional y psicológico, y todo esto de una manera casi invisible.

“Nada más excitante (escribió) que salvarse a uno mismo con el simple acto de despertar”
-The Brief Wondrous Life Of Oscar Wao de Junot Díaz.

Los perversos narcisistas están ahí fuera, pero también están dentro. Dentro de tu vida, solo
que tal vez no los hayas identificado. Todavía.

No sienten empatía real

Ellos mismos fueron heridos en su infancia e intentan mantenerse así en vida. Esta
transferencia de dolor les permite valorizarse a costa de otros.

Algo repetitivo en su discurso: “Yo nunca me arrepiento de nada”

La perversión narcisista sería un medio para la persona de no llegar a delirar, de que sea otro
el portador de su caos y no caer así en la psicosis. Son personas que no soportan los conflictos
internos, que han tenido una falla narcisista, carecen de empatía y de sentimiento de
culpabilidad y arrepentimiento. Estos dos últimos rasgos son los que les diferencian,
principalmente, de cualquier otra persona.

El bombardeo de amor como primera estrategia

El perverso narcisista estructuralmente realizado, utiliza el vínculo familiar, profesional o


amoroso para someter al otro. Necesita esta proximidad para ejercer su influencia y no le
permitirá a su víctima que tome distancia. Internamente es frío, no conoce la culpabilidad
porque proyecta cualquier afecto y, no duda, en culpabilizar a los otros.

Los valores, sentimientos y el comportamiento del perverso narcisista cambian en función de


las personas, y del contexto que le rodea. Externamente es amable, y puede fingir compasión y
simpatía. Es seductor y, si es necesario, puede ser puntualmente muy servicial, sobre todo si
esto le permite alcanzar sus objetivos, a menudo, a costa de los demás. No tiene nunca en
cuenta las necesidades ni los sentimientos de los otros, salvo para utilizarlos, manipular a su
víctima, aislarla y lograr que haga lo que el perverso quiera. Es egocéntrico, y aunque también
es un mentiroso, exige en la otra persona la perfección y la verdad.
El perverso narcisista, generalmente hábil con las palabras, utiliza el doble sentido para
manipular y posicionarse como víctima para que le compadezcan o incomodar al otro
deliberadamente. Incluso si no tiene valores propios, utiliza la moral y los valores de los demás
para lograr sus fines. Puede presentar razonamientos, aparentemente muy lógicos, para
justificar sus actuaciones, puede ser celoso e infiel. Para revalorizarse, se alimenta de la
imagen de su víctima: cuanto más la desvaloriza, más fuerte se siente. Si experimenta angustia,
rápidamente esta angustia se la hace vivir al otro.

La seducción perversa

Se desarrollan en dos fases, primero la seducción y luego la violencia. La seducción perversa se


hace utilizando los instintos protectores del otro. “La seducción del perverso”, no es amorosa,
sino que pretende fascinar sin dejarse atrapar; hace que la realidad se vuelva confusa”. El
periodo de seducción puede durar años; Racamier lo llama “privación del seso” cuando explica
el proceso de preparación y desestabilización que sufre la víctima, hasta acabar ésta perdiendo
la confianza en sí misma.

La violencia del perverso es indirecta, no deja marcas físicas ni heridas pero si daños
psicológicos que pueden ser de por vida. Se apropia mentalmente de la otra persona hasta
anularla por completo, a la vez, depende de ella, se alimenta de su energía y vitalidad, usa su
creatividad y su identidad, se nutre del Yo que esa persona desvalorizada no puede ver en sí
misma.

Él cree, aunque sea de modo inconsciente, que para que él sobreviva, el otro no debe existir
como identidad.

La negación de la comunicación directa es el arma absoluta de los perversos.

Utilizando siempre frases ambiguas, inacabadas y contradictorias para crear confusión en su


interlocutor. Algunos rasgos son parecidos a los de los psicópatas, como por ejemplo la falta de
empatía.

Según Marie-France Hirigoyen, los perversos narcisistas sienten una envidia muy intensa hacia
los que parecen poseer cosas que ellos no poseen. Normalmente no son bienes materiales sino
cualidades morales, como la alegría de vivir, la sensibilidad, comunicación, creatividad, etc. El
agresor buscar destruir esas virtudes provocando ansiedad y depresión en su víctima.
¿Por qué es posible caer en las manipulaciones de un perverso narcisista?

Su mayor recurso son los pilares sobre los que está construida nuestra sociedad: las falsas
apariencias. Construimos relaciones superficiales, por lo que estas personas se esfuerzan por
sobresalir por encima de las demás por su encanto o por alguna de sus cualidades personales o
profesionales.

Cuando la víctima se da cuenta de que está sometida a los antojos del narcisista y empieza a
rebelarse, éste se esfuerza por dar un vuelco a la situación, haciendo parecer a la víctima como
el agresor. El perverso intenta que su víctima actúe contra él para poder acusarla de malvada.
Lo importante para él es que la víctima parezca responsable de lo que le ocurre. El agresor
intenta utilizar una debilidad de su víctima para que ella misma se desacredite. Aquí es
interesante nombrar el concepto de Gaslighting, muy en auge últimamente.

Luz de Gas

Hacer “luz de gas” consiste en conseguir que alguien dude de sus sentidos, de su razón y hasta
de los hechos que presencia. Se trata de un eficacísimo método de acoso basado en la
manipulación de la situación a fin de anular la voluntad de la víctima.

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Advertimos un intento de desquiciar a una persona y de hacerla dudar de sus propios


pensamientos y afectos.

La víctima pierde la noción de su propia identidad. No puede pensar ni comprender. El objetivo


es negar su persona y paralizarla para que no pueda surgir un conflicto. Se la tiene que poder
atacar sin perderla. Debe permanecer a disposición del perverso.

El acoso moral: La comunicación perversa

El acoso psicológico o acoso moral es, según el Diccionario de la lengua española, el «trato
vejatorio y descalificador hacia una persona, con el fin de desestabilizarla psíquicamente». El
acoso psicológico atenta contra la dignidad e integridad moral de la persona.
Uno de sus objetivos es desestabilizar a sus víctimas a través de la comunicación. En primer
lugar se hace de falsas verdades. El mensaje de un perverso es voluntariamente vago e
impreciso y genera confusión. Como sus declaraciones no responden a una relación lógica,
puede sostener a la vez varios discursos contradictorios. También se abstiene de terminar sus
frases.

Los puntos suspensivos son una puerta abierta a todas las interpretaciones y a todo tipo de
malentendidos.

En lugar de mentir directamente, el perverso prefiere utilizar un conjunto de insinuaciones y


de silencios a fin de crear un malentendido que luego podrá explotar en beneficio propio. Los
mensajes incompletos o paradójicos son una prueba del miedo a la reacción del otro.

Las cosas se dicen sin decirlas, esperando que el otro comprenda el mensaje sin tener que
nombrarlo.

El discurso del perverso es un discurso totalizador que enuncia proposiciones que parecen
universalmente verdaderas. El perverso «sabe», tiene razón, e intenta que el otro acepte su
discurso con el objetivo de arrastrarlo a su terreno.

Los mensajes paradójicos no son fáciles de identificar. Su objetivo consiste en sumir al otro en
la confusión para desestabilizarlo. De este modo, el agresor mantiene el control de la situación
y enreda a su víctima con sentimientos contradictorios. La mantiene en falso y se asegura la
posibilidad de hacerla caer en un error.

¿Cuál es el proceder de un perverso?

Destrucción sistemática de otra persona durante un largo periodo mediante sobreentendidos,


alusiones, descalificación, desprecio, vacío. Una sutil estrategia para confundir al otro. Y si el
otro se queja, el perverso lo acusa de susceptible. Siempre niegan el conflicto.

El placer del perverso es doble: primero, cuando engaña o humilla a su víctima; y luego,
cuando evoca delante de ella la humillación. La víctima, entonces, vuelve a caer en la trampa,
mientras que el perverso aprovecha de nuevo la situación, preocupándose, sin confesarlo, de
presentarse otra vez como víctima.
Son seres vacíos y para sentirse bien, absorben las virtudes que ven en los demás.

Proyectar, negar, descalificar, mentir y engañar, culpar, manipular la realidad, ridiculizar,


amenazar, provocar a la víctima para que se defienda, abusar del poder, mostrar falta de
empatía… son indicadores de maltrato psicológico de un perverso narcisista.

Patrón Narcisista

Lo universal del patrón narcisista responde a la dinámica intrínseca de dicho trastorno de


personalidad: idealizar, devaluar, descartar, aspirar de nuevo (buscar a la victima una vez que
la haya descartado, pueden pasar meses o años). Detrás de todo este proceso hay una
constante: regular la propia autoestima destruyendo la autoestima de la víctima. Esta es la
preciosa perla que el narcisista quiere robar, a través del ciclo de la relación:
Idealizar/devaluar; Descartar/aspirar.

Entrevista a Jean-Charles Bouchoux, psicoanalista, psicoterapeuta y escritor del libro «Los


perversos narcisistas», de la editorial Arpa.

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– ¿Quién es el perverso narcisista?

-Es alguien que tiene miedo a caer en la psicosis, por lo que emplea mecanismos de defensa
psicológica, pero de tipo especial, muy proyectivo, y va a intentar, sin darse cuenta, hacer
soportar a otra persona las cosas que él no soporta.

– ¿Sería un sinónimo de maltratador psicológico?

–Maltrata a alguien, sí, pero sin que la víctima se de cuenta, intentando que se viva como algo
normal. Es un maltrato, pero «porque la víctima se lo merece». «Quien bien te quiere, te hará
llorar», ese es su lema.

– ¿El perverso narcisista no es consciente de lo que hace?

–No, porque siempre te va a decir que tiene razón, que lo hace porque te lo mereces, porque
es bueno para ti saber lo equivocado que estás.

– ¿Cuál es el perfil de la víctima?


– Suelen ser personas generosas, sinceras, amables, con confianza en la relación, pero pecan
de ingenuidad. Les falta confianza en ellas mismas y buscan una relación que les ayude a
estructurarse. Son demasiado empáticas y responsables. También es protectora, consuela y
quiere complacer. Y puede ser orgullosa, lo que le impide verse a sí misma como víctima.

- Y ¿cuál es la relación del perverso narcisista con su víctima?

–Es una relación de dependencia. De hecho, cuando la víctima te habla de su agresor parece a
veces que te habla de una droga: se puede decir que la adicción es buscar siempre algo que no
encontramos nunca. Somos adictos a lo que no nos da nada, es increíble. El perverso narcisista
no permite que la víctima se distancie.

–¿Cómo afecta a la víctima esta relación?

–Pues si la persona narcisista perversa no soporta el conflicto interior y lo proyecta en el otro,


se puede decir que la víctima soporta el conflicto en ella misma. ¿Qué es el conflicto? Son dos
energías en sentido contrario que actúan dentro nuestro, así que la víctima o cae en depresión
nerviosa, o acaba loca o somatiza y en ese momento ha ganado el perverso porque puede
decir: «Mira quién está loco ahora».

– ¿Se pueden curar las víctimas?

Sí, fácilmente. La dificultad está en salir de la relación pero, una vez logrado, desaparecen los
síntomas que ha creado en la víctima. Es recomendable someterse a terapia para averiguar por
qué se ha sucumbido y evitar repetir.

– ¿Sirven para reparar la ‘falla narcisista’ por la que el perverso penetra en su víctima?

Sí, inconscientemente, el perverso tiene un mal concepto de sí mismo y necesita a una víctima
para limpiar su imagen. Se colará en ella a través de sus debilidades. Es la identificación
proyectiva: atribuye a otro lo que no quiere ver de sí mismo; el otro lo permite, a través de la
identificación introyectiva, de la que tiene que deshacerse cuando rompe. La naturaleza de
esta relación es esquizofrénica: el doctor Jekyll genera una fusión con su víctima, mr. Hyde.

– ¿Es posible curar a un perverso narcisista?

–No, porque jamás lo pedirá. Su meta es enmascarar su locura en otros.

– ¿Hay muchos Perversos Narcisistas?


–Todos podemos tener mecanismos perversos, el problema es que en “el perverso” toda su
personalidad se construye en torno a estos mecanismos. Si una persona utiliza en alguna
ocasión alguno de estos mecanismos, después sufre y se arrepiente. El perverso narcisista,
aunque debería sufrir, no lo hace. No tienen capacidad de ponerse en el lugar del otro, que
considera un objeto de supervivencia.

– ¿No reinciden las víctimas?

Sí, porque en esa fusión esquizofrénica que se produce, el perverso proyecta en ella una
imagen ideal de sí misma y, cuando se va, la pierde. Esto provoca deseos de reengancharse
pero, como el perverso sólo la abandonará cuando encuentre un reemplazo, pueden volver a
caer.

Hay que salir corriendo. Si, es lo que hay que hacer, poner distancia. El perverso puede volver a
llamar, a decir cosas agradables, a embaucar. Por ello no hay que responder, pero
generalmente las víctimas contestan y el otro te va a decir exactamente lo que quieren oír. Si
no encuentran sustituto, insisten con la víctima.

– ¿Tiene cura el perverso narcisista?

No, porque jamás lo pedirá. Su meta es enmascarar su locura en otros. La suerte para la
víctima es que, en tres meses, puede liberarse del germen.

«El perverso nunca podrá funcionar de otra manera. El mejor regalo que podemos hacerle
es dejarle. Solo entonces, si no es completamente perverso, podrá cuestionarse a sí mismo».
Quizá, pero lo habitual es que busque una nueva presa para machacarla pacientemente,
transmitiéndole con habilidad sus frustraciones y su locura. No es raro encontrar a víctimas
suyas, años después de su separación, aún depresivas »

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Perverso_narcisista

http://www.xavieronate.com/ser-victima-de-un-perverso-narcisista/

http://www.elmundo.es/vida-sana/mente/2016/11/18/5825a07e468aeb5a3a8b45da.html
http://www.larazon.es/local/cataluna/el-perverso-narcisista-busca-la-normalidad-dentro-de-
su-barbaridad-GA13649924

http://www.xavieronate.com/perversion-narcisista-y-psicopatia-subclinica-diagnostico-
diferencial/

http://amoresperversos.blogspot.com/2012/05/el-perverso-narcisista-no-admite-su.html

http://fundipp.org/el-perverso-narcisista/

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