Poemas para Declamar

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Creo en mi corazón

Creo en mi corazón, ramo de aromas


que mi Señor como una fronda agita,
perfumando de amor toda la vida
y haciéndola bendita.

Creo en mi corazón, el que no pide


nada porque es capaz del sumo ensueño
y abraza en el ensueño lo creado:
¡inmenso dueño!

Creo en mi corazón, que cuando canta


hunde en el Dios profundo el franco herido,
para subir de la piscina viva
recién nacido

Creo en mi corazón, el que tremola


porque lo hizo el que turbó los mares,
y en el que da la Vida orquestaciones
como de pleamares.

Creo en mi corazón, el que yo exprimo


para teñir el lienzo de la vida
de rojez o palor y que le ha hecho
veste encendida.

Creo en mi corazón, el que en la siembra


por el surco sin fin fue acrecentando.
Creo en mi corazón, siempre vertido,
pero nunca vaciado.

Creo en mi corazón, en que el gusano


no ha de morder, pues mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado
en el pecho de Dios terrible y fuerte.

Gabriela Mistral
SIEMPRE TÚ
Entre el mínimo incendio de la rosa
y la máxima ausencia del lucero,
se quedó tu recuerdo prisionero
viviendo en cada ser y en cada cosa.

Te recuerdo en la cita milagrosa


que se dan la mañana y el jilguero,
y en el aire, traslúcido tablero
donde escribe en color la mariposa.

Todo me habla de ti. Sobre la brisa


persiste la nostalgia de tu risa
como una dulce música remota.

En los labios tu nombre me florece,


y al saberte lejana, me parece
que me bebo tu ausencia gota a gota.

Jorge Robledo Ortiz


Ayer

Ayer pasó el pasado lentamente


con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente

ayer pasó el pasado por el puente


y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente

ayer pasó el pasado con su historia


y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre


sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.

Mario Benedetti
El valor de un te quiero

Te quiero decir que si mañana dejo de existir,


te observaré en el cielo, te cuidaré y, sobre todo,
abogaré por aminorar tu sufrimiento.

Te quiero decir que si dejas este mundo,


Dios no lo quiera, te recordaré y siempre te voy a querer,
cada noche hablaré contigo.

Quiero que sepas que te quiero mucho


y eso es algo muy importante para mí,
ya que hay veces que uno cree
que no es conveniente decirlo por cualquier razón.

Sé que debí decirte antes cuánto te aprecio,


pero si por alguna razón no nos volvemos a ver,
te dejo esta nota para que sepas lo mucho que te quiero.

Y si no alcanzaste a decírmelo y yo dejo de existir,


no te preocupes, que por el simple hecho de nuestra amistad
sabré que me aprecias.

Recuerda que nunca sabemos cuándo dejamos de existir,


por eso quiero decirte hoy con esto
¡Que te aprecio mucho!

Pablo Neruda

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