1 Que Es Una Parroquia

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PARROQUIA SAN JUAN PABLO II, NUEVO AMATENANGO, DIÓCESIS DE TAPACHULA.

1 QUE ES UNA PARROQUIA.

“Ustedes son como un edificio levantado sobre los fundamentos que son los Apóstoles y los Profetas, y
Jesucristo mismo es la piedra principal” Ef 2,20.

“La parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia
particular(diócesis), cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo Diocesano, se encomienda aun
párroco, como su pastor propio” (Código de Derecho Canónico, canon 515).

Es el lugar donde todos los fieles pueden reunirse para la celebración dominical de la Eucaristía. La
parroquia inicia al pueblo cristiano en la expresión ordinaria de la vida litúrgica, la congrega en esta
celebración, le enseña la doctrina salvífica de Cristo y la lleva a practicar la caridad del señor en obras
buena y fraternas” (Catecismo de la iglesia Católica, 2179).

La palabra Parroquia viene del griego Paroika. En la palabra paroika esta oika. “casa”.
Paroika significa etimológicamente “el tiempo de estadía o residencia. El verbo paroikein quiere decir
“habilitar cerca de, junto de, al lado de, estar provisoriamente, estar de paso, peregrinar”. Paroikaos es
“el extranjero domiciliado”. Muchos autores cristianos utilizan el verbo parokein para dar la idea de una
presencia pasajera de los cristianos en el mundo. En el siglo ll paroika se convierte en sinónimo de
“comunidad cristiana” o “iglesia particular”.

La parroquia es como una fuente a la que todo el mundo viene a calmar su sed, decía el Papa Juan
XXlll. Es una fuente de agua viva que Jesucristo ofrece a cada uno. Pablo Vl decía que “la parroquia
tiene una misión indispensable de gran actualidad; ella debe crear la primera comunidad del pueblo
cristiano”.

La Parroquia es el lugar donde los ministerios y carismas de todos los fieles laicos, esenciales a la vida
de la iglesia, pueden ser valorados. Ella no es en primer lugar una estructura, un territorio, un edificio,
una comunidad de personas cumpliendo un cierto numero de funciones sociales; ella es ante todo, la
familia de Dios fraternidad que no tiene mas que un alma, una casa, una familia, fraternal y acogedora;
es la comunidad de los fieles. (Christifideles Laicis).

“Después de la familia la Parroquia es la primera escuela de fe, oración y educación moral” dijo en 1985
el Papa Juan Pablo II. La Parroquia tiene por vocación reunir a los fieles de un territorio, sin distinción
de origen, status social o edad; no solo por afinidades, si no en razón de la proximidad. Reúne a los hijos
de Dios que fácilmente se podrían si no en razón de la proximidad. Reúne a los hijos de Dios que
fácilmente se podrían dispersar.

2 LA PARROQUIA A PARTIR DEL VATICANO II


2.1 TEOLOGÍA DE LA PARROQUIA.
La renovación teológica y pastoral anterior al Vaticano ll puso de relieve los componentes esenciales de
la parroquia. Pero aunque el vaticano ll no dedico ningún capitulo a la institución parroquial, la reforma

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pastoral llevada a cabo por el ultimo Concilio ha repercutido hondamente en la vida y constitución de
esta institución. Recientemente a la causa del movimiento comunitario, la parroquia a cobrado una
nueva dimensión patronal, sin olvidar las criticas que recibido por sus resistencias a ser transformada.
En una palabra, de la institución parroquial predominantemente jurídica, se intenta pasar a una
concepción eclesial de la parroquia básicamente comunitaria.

a) DIMENSIÓN SOCIOLÓGICA.
La parroquia ha sido y es objeto de análisis sociológico. Puede ser descrita e interpretada a partir de sus
manifestaciones externas.

El método inductivo aplicado por el Vaticano ll al ser de la Iglesia y a su misión en el mundo, permite
considerar la parroquia como un grupo humano de creyentes establecido en un lugar con unas
reacciones e implicaciones sociales. En cuanto tal, es institución que puede ser observada, analizada y
juzgada, no solo por sus miembros, si no desde fuera. De hecho, todo el mundo tiene una opinión sobre
la parroquia, por que todo el mundo ha tenido algún contacto, de un modo u otro, con la institución
parroquial.

En la década de los sesenta se analizo la parroquia como institución eclesial local, inherente un
territorio, especialmente a partir de sus funciones pastorales con toda la feligresía. La estructura visible
de la parroquia abarca un campo de trabajo (vecindario y familias), tiene una competencia (se visibiliza
cultualmente), posee unos derechos (sacramentales y administrativos), goza de una autoridad (el
párroco), dispone de ciertas subdivisiones (grupos, coordinadores, catequistas, ministros y comités) y
esta sometida a una diócesis (no es independiente). Pero más importante que su estructura es su función,
analizada desde la eclesiología y teología practica. La Iglesia se hace presente en un grupo social
humano que cree en Jesucristo y se reúne para escuchar la palabra de Dios, celebrar la vida
sacramentalmente y hacer presente en el mundo el reino de Dios. De ahí que se examinen en sociología
religiosa los contenidos de la fe y las creencias, las normas éticas y los comportamientos, el papel de
culto en comunidad y la organización y vigencia del grupo en la sociedad.

En la definitiva, el análisis sociológico de la parroquia exige verla como un sistema de relaciones


sociales. No basta analizar la práctica religiosa ritual, si no que se necesita tener en cuenta las creencias
y comportamientos. Después del Vaticano ll dos aspectos centrales de la parroquia: la realización de su
vocación comunitaria y el contenido pastoral que cumple en el conjunto en su sector rural o urbano,
pueblo o ciudad.

Aunque el origen de la parroquia es rural y puede confundírsela con la aldea o el templo, cuyo
campanario convoca en un momento dado a todos los bautizados a congregarse como sociedad religiosa,
hoy la entendemos como comunidad de creyentes que se reúnen (en asamblea) para desarrollar su vida
cristiana. Lo propio de la parroquia comunitaria, a saber, la vida cristiana en común de los bautizados,
consiente y personalmente creyentes.

Por eso los sociólogos de la parroquia han dado importancia creciente al examen de la pertenencia
eclesial es decir, a la identificación de los bautizados con la comunidad parroquial, a la aceptación de las

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personas por el grupo, a la interacción personal de todos en comunidad y a la apropiación de las
creencias, valores y normas por todos los miembros.

b) DIMENSIÓN ECLESIAL

El Vaticano II subrayo la parroquia como “célula de la diócesis” (AA 1Oc), pero no aporto
Líneas pastorales concretas para la renovación parroquial, aunque su mensaje eclesial, litúrgico y misionera a
tenido gran influencia en la acción parroquial y en al renovación comunitaria. Según el último. Concilio
las parroquias “representan a la iglesia visible establecida por todo el orbe “, con el propósito que
“florezca el sentido comunitario parroquial” (SC42).

La constitución sobre la liturgia dio a la parroquia un marco eclesiológico imprescindible al afirmar que “como
no le es posible al obispo, siempre y en todas partes, presidir personalmente en su Iglesia en toda la
grey, debe por necesidad erigir diversas comunidades de rieles. Entre ellas sobresalen las parroquias,
distribuidas localmente bajo un pastor que ace la veces del obispo, ya que de alguna, manera
representan a la Iglesia visible establecida por todo el orbe” (SC42). Dicho de otro modo, “la parroquia
ofrece un modelo clarísimo del apostolado comunitario porque reduce a unidad todas las diversidades
humanas que en ella se encuentran y las inserta en la universidad de la Iglesia. Acostúmbrense los
seglares a trabajar en la parroquia íntimamente unidos a sus sacerdotes; a presentar a la comunidad de la
Iglesia los problemas propios y del mundo y los asuntos que se refieren a la salvación de los hombres,
para examinarlos y solucionarlos conjuntamente, y a colaborar según sus posibilidades en todas las
iniciativas apostólicas y a misioneras de su familia eclesial” (AA10).

La parroquia es denominada en los documentos conciliares: “congregaciones locales de fieles al cuidado de un


presbítero” (LG28), “comunidades de fieles bajo un pastor que hace las veces del obispo” (SC42),
“célula de la diócesis” y “familia eclesial” (AA 10), En definitiva, los términos designan una realidad
humana local en relación con la Iglesia. “la parroquia -afirma A. Houssiau- es descrita por la fe y la
teología como una realidad social, observable en un lugar, con sus miembros, fundones, actividades y
relaciones internas y externas, pero al mismo tiempo con mediación o representación de la iglesia, obra
de Cristo”. En una palabra, el Vaticano ll describe la parroquia de modo análogo de la Iglesia local, con
la diferencia de que esta es iglesia en ella reside la Iglesia, en tanto que la parroquia realiza la Iglesia
diocesana parcialmente y en dependencia con dicha Iglesia local. La parroquia –entendida de fieles- es
el analogado principal de la diócesis.

2.2 CONSTITUTIVOS TEOLÓGICOS DE LA PARROQUIA.

Según el nuevo código de 1983, “la parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo
estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del obispo diocesano, se
encomienda aun párroco, como su pastor propio” (c.515,&I).

Esta descripción se inspira en el texto de la constitución conciliar sobre la liturgia (SC42a). Mejora
notablemente la concepción del antiguo Código de 1917, en que describía la parroquia en cuatro

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elementos: un territorio delimitado, un pueblo concreto, un templo particular y un pastor propio. Se
ponen de relieve ahora cuatro criterios;

a) La parroquia representa a la Iglesia universal


b) Es una parte de la Iglesia diocesana
c) No es un “pópulos” de bautizados ni “territorio” sino “comunidades fieles” en virtud de la fe
personal y de los sacramento, no por la decisión de la familia o del párroco,
d) Lo central de la parroquia no es el beneficio, si no el ministerio o el encargo, ya que la acción
pastoral parroquial es entendida, desde el ministerio, de la palabra como servicio primero y
fundamental y, a partir de la eucaristía, como centro de reunión de creyentes, con la proyección
evangelizadora y social de toda ayuda posible.

Examinamos estos cuatro criterios parroquiales.

a) Representa a la iglesia universal.

El Vaticano II señalo con claridad que la “parroquia representa de alguna manera a la Iglesia visible extendida
por todo el orbe” (SC42) y que” reduce a unidad todas las diversidades humanas que en ella se
encuentran y las inserta en la universidad de la Iglesia” (AA 10ᵇ). En una palabra “como el pueblo de
Dios vive en comunidades, sobre sobre todo diocesanas y parroquiales. En la que en cierto modo se hace
visible, a ellas corresponde también el dar testimonio de Cristo delante de las gentes” (AG 37ª), “la
parroquia –se dijo en el congreso Evangelización y hombre de hoy- es una unidad pastoral de primer
orden. En ella aparece eminentemente la dimensión local, concreta y cercana de la eclesialidad.
Presidida por un presbiterio que asiste al obispo como colaborador, es una realizacion legitima de la
Iglesia”, dicho con otras palabras, la parroquia es la Iglesia localmente implantada es su catolicidad
esencial.

Hacer visible a la iglesia universal significa ser sacramento de la misma, a saber, “signo” e “instrumento”. Esto
es lo que debe hacer la parroquia mediante la unidad en su vocación, la pluralidad de ministerios, la
complementariedad de los mismos y la participación de todos sus agentes responsables. Por su puesto, la
parroquia no es estructura esencial de la iglesia como lo es la presidida por el obispo, aunque sea vista
como la realización mas concreta de la Iglesia en un lugar. La parroquia es imagen de la Iglesia
universal en su visibilidad local, pretende ser para todos los cristianos la comunidad de referencia.

b) ES UNA PARTE DE LA DIÓCESIS.

El punto de partida eclesial para comprender la parroquia es la diócesis, denominada por el Vaticano II
“iglesia local” y por el Código de 1983 “iglesia particular” (c. 368-369). Recomendemos que la iglesia
local no es una “parte” dela Iglesia universal, sino una “porción”, a saber, la realización de la Iglesia del
Señor en un lugar. En definitiva, la diócesis hace presente ala Iglesia profesada en el credo. Aunque no
sea toda la Iglesia de Dios, es plenamente Iglesia por dos razones:

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1) Por que la Iglesia particular es de Dios, quien la reúne, la edifica y la envía con la riqueza de los
dones.
2) Por que se edifica como cuerpo de Cristo y templo del Espíritu por medio de la evangelización y
de la celebración eucarística.

Evidentemente, la diócesis como la Iglesia particular se inscribe en la comunión de las Iglesias, realidad
interna (por la acción del espíritu y la celebración eucarística) y externa (por las relaciones de
reconocimiento de todas las Iglesias particulares entre si). El nuevo Código tiene en cuenta la teología
de la Iglesia local al afirmar con el concilio (CD11ª) que “la diócesis es una porción del pueblo de Dios
cuyo cuidado pastoral se encomienda al obispo con la colaboración del presbítero, de manera que, unida
a su pastor y congregada por él en el espíritu mediante el evangelio y la eucaristía, constituya una Iglesia
particular, en la cual verdaderamente esta presente y actúa la Iglesia de Cristo una, santa, católica, y
apostólica” (c. 369)13.

La parroquia es Iglesia local en estado de comunidad básica es: “célula de la diócesis” (AA10), por lo
cual no se entiende de si misma, si no desde la Iglesia particular presidida por el ministerio episcopal.

No son las parroquias las que hacen la diócesis, si no al revés: la diócesis hace las parroquias. La
parroquia es la iglesia de Dios en un lugar concreto como “signo visible de la iglesia universal” que
“reduce a unidad todas las diversidades humanas que en ella se encuentran y las inserta en la
universalidad de la iglesia (AA10). Pero no es estructura esencial de la Iglesia, ya que es iglesia local
derivada, que no lleva a cabo y concreta la misión cristiana en los diversos agrupamientos humanos que,
a su vez, dependen de la organización cambiante del espacio y de la evolución demográfica. De hecho,
la parroquia es una “parte” de la diócesis en virtud del: principio de la territorialidad. Justamente por
eso, en la parroquia no están todos los ministerios y carismas de la diócesis. Además, su pastor es
ordinario un presbítero o un delegado del obispo diocesano. La exhortación christi fideles laici de 1988,
afirma que “la comunión eclesial, aun conservando siempre su dimensión universal, encuentra su
expresión mas visible e inmediata de la parroquia. Ella es la última localización de la iglesia; es, en
cierto sentido, la misma iglesia que vive en las casas de sus hijos y de sus hijas” (n.26)

Por ser comunidad “local”, el aspecto territorial es un factor importante en la parroquia. Hoy vemos que
el factor territorial se muestra persistente, especialmente para los medios populares y sedentarios
(tercera edad, enfermos). Gracias a los movimientos ecologistas, se aprecia el valor de la tierra y de los
asentamientos tradicionales.

c) ES “COMUNIDAD DE FIELES”

En los años inmediatamente posteriores al Concilio, coincidiendo con el nacimiento de las comunidades
eclesiales de base, se manifestó por todas partes un juicio severo sobre la parroquia. La parroquia –se
afirmo entre 1965 y 1975- “está enferma”, “en crisis”, “en situación de agonía”, “en quiebra”, “es un
gran problema”. A partir de entonces se habló del “futuro de la parroquia”, de “las parroquias del
futuro”, e incluso de “una iglesia sin parroquias”.

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Algunos consideraron la parroquia como institución caduca; otros la definieron a ultranza. Desde la
afirmación como “comunidad imposible”, hasta el calificativo de “comunidad de comunidades”, las
apreciaciones son muy distintas, (incluso contrapuestas). Lo cierto es que la parroquia vuelve a tener
una relativa actualidad, originada por la posibilidad real de que, en su interior y coexistiendo con una
pastoral de catolicismo popular, se desarrolle, como se observa hoy en algunas cosas, una comunidad
cristiana o una pequeña constelación de comunidades.

De acuerdo a la eclesiología de la comunión, la parroquia es “congragación de fieles”, (LG 28)


confiada a un presbítero que representa al obispo (PO 5). Es “comunidad de fieles”, aunque no única
(SC 42), pero enraizada en la base del pueblo. Recordemos que el pueblo – junto al edificio y al rector-
fue siempre un constitutivo esencial de la parroquia.

La comunidad parroquial, por ser “pueblo de Dios”, se compone de diversidad de miembros, dones,
carismas y funciones. En virtud del bautismo, todos son hermanos e iguales. Al ser comunidad
parroquial, tiene estabilidad. Sus criterios de pertenencia es objetivo (vivir en su territorios), con toda la
ambigüedad que tiene hoy este criterio. Según el concilio, “la parroquia es comunidad, pero no la única
comunidad. Su deber ser brota de ahí: necesidad de trabajar para que florezca el sentido común
parroquial en y desde la diversidad de ministerios y carismas, de oficios y funciones al interior de la
mismas”. “La parroquia –dice la exhortación Chrísti fideles laici- no es principalmente una estructura,
un territorio, un edificio, ella es la familia de Dios, como una fraternidad unida por el Espíritu de
unidad”, es “una casa de familia fraterna y acogedora”, es la “comunidad de fieles”. En definitiva, la
parroquia está fundada sobre una unidad teológica, porque es “una comunidad eucarística”. De un
modo contundente e idealizado lo ha expresado San Juan Pablo II a los cuaresmeros de Roma en 1993:
“La parroquia es, en cierto sentido, el modelo de la comunidad de base de la Iglesia”.

d) DESARROLLA UNA ACCIÓN PASTORAL BÁSICA

La parroquia es “signo visible de la iglesia universal” (AA 10) en medio del pueblo, sector o barrio,
que apela y convoca (con la ayuda práctica de la torre, el campanario y la fachada) y acoge a toda
persona con la intención de convertirlo en feligrés.

Tiene como finalidad formar cristianos sin añadidura (“síne addito”), como afirma Yves Congar. Su
función reside en la implantación de la Iglesia en un lugar. Comunitaria y oficialmente tiene un
cometido “en nombre de la Iglesia”, lo cual significa que su compromiso pastoral es oficial, a saber,
autorizado. Según el decreto Apostolicam Actuositatem, “la parroquia ofrece un modelo clarísimo del
apostolado comunitario, porque reduce a comunidad todas las diversidades humanas que en ella se
encuentra y las inserta en la universidad de la Iglesia” (AA 10)

“La parroquia -dice Chrísti fideles laici- está fundado sobre una unidad teológica, porque ella es una
comunidad eucarística. Esto significa que es una comunidad idónea para la eucaristía, en la que se
encuentra la raíz viva de su edificación y el vínculo sacramental de su existencia en plena comunión
con toda la Iglesia“(n. 26b). Es correcto describir la realidad de la parroquia a partir de los cuatro
elementos constitutivos de la Iglesia diocesana: el Espirito Santo, el Evangelio, la Eucaristía y el
ministerio”. En resumen, la parroquia es el modelo primario de vida eclesial que forma parte de Iglesia
“episcopal”, denominada diocesana, local o particular por el Concilio. En consecuencia, la acción

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parroquial se inserta en la pastoral diocesana como se incardinan los presbíteros en el presbyteríum
junto al obispo.

En su discurso el clero romano del año 1963, Pablo VI afirmó que “la antigua y venerada estructura de
la parroquia tiene una misión imprescindible y de gran actualidad: iniciar y congregar al pueblo en la
normal expresión de la vida litúrgica; conservar, reavivar la fe en la gente de hoy; suministrarle
doctrina salvadora de Cristo; practicar en los sentimientos y en las obras de caridad sencillas de las
obras buenas y fraternales”.

Lo que importa destacar en la parroquia es su “carácter dinámico”, es decir, “que se hace” ya que al
ser “una estructura pastoral de servicio” “se justifica su funcionalidad”. Esto indica que la parroquia
está abierta a diversidad de configuraciones pastorales. Con esta particularidad señalada por San Juan
pablo II: la parroquia es insustituible e insuficiente.

3. NATURALEZA DE LA PARROQUIA EN EL DERECHO CANÓNICO

Una de las figuras de la organización eclesiástica más conocida en la parroquia. Por parroquia se suele
entender la división organizativa inferior a la diócesis, y subordina al Obispo diocesano. Existen
parroquias en la Iglesia des de tiempos remotos; en la Iglesia de Roma aparece la ciudad divina en
títulos ya desde el siglo III, en lo que se considera un antecedente de la parroquia. Alguna de las
actuales parroquias romanas asegura existir desde esa época. Y Europa no es difícil encontrar parroquias
con más de mil años de existencia continua e ininterrumpida, aunque han usado diversos templos en tan
grande lapso de tiempo.

La definición de Parroquia la da el canon 515 1:

Canon 515 § 1: La parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en
la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda aun
párroco, como su pastor propio.

El Catecismo de la Iglesia Católica, por su parte, defina la parroquia citando literal mente el canon 515
§ 1, y añade: «Es la celebración donde todos los fieles pueden reunirse para la celebración dominical
de la eucaristía. La parroquia inicia al pueblo cristiano en la expresión ordinario de la vida litúrgica,
la congrega en esta celebración; le enseña la doctrina salvífica de Cristo. Practica la caridad del señor
en obras buenas y fraternas: “No puedes orar en la casa como en la Iglesia, donde son muchos los
reunidos, donde el grito de todos se dirige a Dios como desde un solo corazón. Hay en ella algo más: la
unión de los espíritus, la armonía de las almas, el vínculo de la caridad, las oraciones de los
sacerdotes” (S. Juan Crisóstomo, incomprehens. 3,6)» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2179).

La Instrucción “El presbítero, pastor y guía de la comunidad parroquial” de la congragación para el


Clero, de 4 de agosto de 2002, destaca que la parroquia constituye como la célula de la diócesis, y que
constituye el ámbito de la cura pastoral ordinario de los fieles cristianos.

3.1 NATURALEZA CANÓNICA DE LA PARROQUIA

Se puede comparar la definición del Código de Derecho Canónico con la que da el mismo Código de la
diócesis:

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Canon 363: La diócesis es una porción del pueblo de Dios, cuyo cuidado pastoral se encomienda al
Obispo con la cooperación del presbítero, de manera que, unida a su pastor y congregada por él en el
Espíritu Santo mediante el Evangelio y la Eucaristía, constituya una Iglesia particular, en la cual
verdaderamente está presente y actúa la Iglesia de Cristo una, santa, católica y apostólica.

Se observan las siguientes diferencias:

a) La diócesis es “una porción del pueblo de Dios”, mientras que la parroquia es “una determinada
comunidad de fieles”.

b) en la parroquia la cura pastoral se encuentra al párroco como pastor propio, bajo la autoridad del
Obispo diocesano. En la diócesis el cuidado pastoral se encomienda al Obispo con la cooperación del
presbiterio.

c) En la diócesis “verdaderamente esta presenta y activa la Iglesia de Cristo una, santa, católica y
apostólica”. No se dice nada similar de la parroquia.

Naturalmente lo dicho se debe aplicar de modo general a las Iglesias particulares, de las que la diócesis
es el paradigma (cfr. Canon 368). A la vista de las diferencias y similitudes, podemos extraer algunas
notas de la naturaleza de la parroquia.

3.2 NECESIDAD DE LA PARROQUIA

La iglesia particular existe y subsiste para hacer presente la Iglesia universal. La parroquia, sin
embargo, queda constituida como la determinación del deber del Obispo de proveer el cuidado pastoral
de los fieles a él encomendado. El derecho ha de determinar el modo de concretar el cuidado pastoral de
los fieles y –desde tiempos remotos- se considera que una de las formas más prácticas es hacerlo a
través de la institución de parroquias.

Hoy en día parece difícil suponer una organización eclesiástica que no tenga en cuenta a la parroquia,
pero eso no es obstáculo para afirmar que la parroquia es contingente, mientras que la diócesis –o en
general la Iglesia particular – es necesaria. O dicho en términos acrisoladas, la Iglesia particular es de
derecho divino, mientras que la parroquia es de derecho eclesiástico. Al clasificar de derecho divino a la
Iglesia particular, no nos referimos a esta diócesis o aquella en particular, sino al hecho de que exista
Iglesia particulares, aunque casa una es de derecho eclesiástico.

Se entiende así que el derecho canónico haga posible que el Obispo diocesano pueda proveer de manera
distinta a la parroquia para la atención de una determinada comunidad de fieles (cfr. Canon 516 § 2).
Entendemos que este canon se refiere a una imposibilidad por el escaso número de fieles, a la dispersión
de los fieles en un territorio muy amplio, al poco número de católicos en un territorio muy poblado, a la
diversidad de idiomas que se hablan en la diócesis, o a cualquier otro motivo legítimo.
Siempre debe subsistir, sin embargo, la existencia de un presbítero que tiene como función colaborar
con el Obispo en el cuidado pastoral de las almas a él encomendadas. Como se viene diciendo, esta
función se puede concretar de muchas maneras; una de ellas es la distribución de los fieles y del clero en
parroquias.

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3.2 DETERMINACIÓN DE LOS FIELES DE LA PARROQUIA
La actual legislación canónica pone de relieve la naturaleza no necesariamente territorial de la
organización eclesiástica. En el caso de la parroquia, el Código de Derecho Canónico prevé que las
parroquias serán por regla general territoriales, pero “donde convenga, se constituirán parroquias
personales en razón del rito, de la lengua o de la nacionalidad se los fieles de un territorio, o incluso por
una determinada razón” (canon 518).
En el Código de Derecho Canónico está prevista la posibilidad de erigir una parroquia para estudiantes
universitarios (cfr. Canon 813). Se trata de una parroquia personal, erigida en razón a la razón a la
pertenencia a una Universidad. Algunas diócesis han erigido parroquias para sordos. Son dos ejemplos
de parroquias personales erigidas “por otra determinada razón” prevista en el canon 518.
En el derecho de erección de una parroquia personal de deben establecer con la claridad los criterios que
adscriben a los fieles a la parroquia. Estos criterios cumplirán una función similar a la exacta
descripción de los límites territoriales que se suele haber en la erección de las parroquias territoriales:
determinan los fieles que pertenecen a la parroquia, y crean los lazos jurisdiccionales entre los párrocos
y los fieles. También habrá de determinar el Decreto de erección si la jurisdicción sobre los feligreses
es cumulativa con los párrocos territoriales, o por el contrario es exclusiva.
4. ¿A QUÉ LLAMAMOS ORGANIZACIÓN PARROQUIAL?
Llamamos organización parroquial a la forma como se dispone nuestra familia parroquial para realizar
su quehacer pastoral según los acuerdos e indicaciones parroquiales para el caso.
5. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR TRABAJO PASTORAL?
Es importante tener una idea clara de la realidad que intentamos retratar cuando hablamos del trabajo
pastoral. Cuando decimos trabajo pastoral, es nuestra Diócesis de Tapachula y, por lo mismo, en nuestra
comunidad parroquial nos referimos a las tres tareas fundamentales (pastoral profética, liturgia y social)
y a las dos prioridades (pastoral familiar pastoral juvenil). Conviene tener claro a que nos referimos
cuando hablamos de cada uno de estos apartados;
LA PASTORAL PROFETICA-IGLESIA CREYENTE: Cuando hablamos de pastoral profética nos
estamos refiriendo al anuncio del Evangelio (Kerigma), a los agentes de pastoral en su ser, en su saber
y en su saber hacer y a la catequesis para los catecúmenos en su camino hacia los sacramentos de la
iniciación cristiana y su incorporación a la vida eclesial; para los niños que se preparan a la primera
comunión; para los jóvenes que se disponen a recibir el sacramento de la confirmación, para los adultos
que se preparan al matrimonio y para los adultos que, en todas las comunidades y en la cabecera
parroquial, semana a semana van recibiendo un tema de catequesis
LA PASTORAL LITURGIA-IGLESIA EUCARISTIA: Cuando hablamos de pastoral litúrgica nos
referimos a: la celebración de Cristo, el año litúrgico está orientado a celebrar el misterio de Cristo y
tiene un ritmo que exige de nosotros criterios y acciones pastorales concretas en relación con los
distintos tiempos (adviento, navidad, ordinario, cuaresma y pascua); la celebración de la vida , nuestras
acciones litúrgicas celebran la vida, sobre todo en sus momentos más significativos para nosotros( los
40 días luego del nacimiento del niño, los XV años de las niñas , las graduaciones y las celebraciones
acompañan al acontecimiento de la muerte); .la celebración de los sacramentos y la vida de los
sacramentos .
LA PASTORAL SOCIAL – IGLESIA SOLIDARIA: Cuando hablamos de la pastoral social nos
referimos a: la asistencia al hermano necesidad –especialmente al huérfano, al migrante, a la vida -; la

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promoción de la persona humano y la defensa de su dignidad de la persona y de los derechos
humanos.
LA PASTORAL FAMILIAR: cuando hablamos de pastoral familiar nos referimos a la realidad de la
familia que va más allá del mundo de la pareja. La pastoral familiar comprende la preparación de la
familia en orden al matrimonio; el acompañamiento a las familias después del matrimonio, las
situaciones irregulares de familia y la defensa de la vida.
LA PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL: Respecto de los jóvenes hemos de tener claridad
respecto de que es la pastoral juvenil, por qué acompañamos a nuestros jóvenes desde el evangelio y
qué pretendemos lograr con ellos. En esta pastoral de transición hemos de clarificar y unificar
nuestros criterios y practicas pastorales respecto de: las nociones, los valores, y las actitudes que hemos
de tener para acompañar a los jóvenes; los elementos de discernimiento vocacional que han de
ayudarlos a tomar la decisión que marcará el rumbo casi definitivo de sus vidas; las experiencias que
pueden ayudar en este proceso de discernimiento cristiano
Un agente de pastoral que colabora en nuestra familia Parroquial ha tener una visión clara del panorama
completo, a fin de no aislar, ni absolutizar su quehacer, ni perderse en su relación con las demás áreas
del quehacer eclesial.

6. LA ORGANIZACIÓN DE LA COMUNIDAD
A fin de poder realizar con eficacia su trabajo pastoral, cada comunidad ha de tratar de elegir –de entre
los hermanos de su comunidad- a quienes asuman las responsabilidades que permiten a la iglesia
cumplir con su misión de evangelizar. Estas son las responsabilidades mínima que necesita una
comunidad: un coordinador de comunidad, uno o dos catequistas, un ministro extraordinario de la
comunión, un animador y un comité de la iglesia.

6.1 EL COORDINADOR representa a la comunidad, sirve como nexo entre la comunidad y la


parroquia y es quien cumple la función de cuidar que las disposiciones parroquiales se cumplan con
fidelidad en la comunidad a su cargo. Ha de contar con el apoyo de los hermanos de su comunidad para
realizar su función de coordinador y de enlace con el resto de la comunidad parroquial. Una vez elegido,
el coordinador ha de recibir el curso de servicio, ha de procurar ir proponiendo a la comunidad a algún
hermano que pueda suplirlo en su quehacer.

6.2 EL CATEQUISTA tiene como función ser el instructor de la comunidad, mediante la catequesis,
en todo lo relacionado con el crecimiento con la comunidad en la vida cristiana. En nuestra familia
parroquial tenemos dos espacios de catequesis permanente: la catequesis permanente para los adultos y
la catequesis infantil. A estos dos espacios permanentes hemos de añadir los espacios ocasionales.
Llamamos así a todas las catequesis presacramental (catecumenado, bautismo, confirmación,
matrimonio, unción de los enfermos). Toda la labor del catequista ha de realizarse en coordinación con
el coordinador de comunidad y siguiendo las disposiciones parroquiales al respecto.

6.3 EL MINISTRO EXTRAORDINARIO DE LA COMUNIÓN tiene como servicio específico


posibilitar que la comunidad pueda recibir el sacramento de la eucaristía. No forzosamente ha de ser
quien celebre, pero si quien tiene la encomienda de llevar al Santísimo Sacramento para la celebración.
Procure la comunidad elegir para el caso a un hermano de vida cristiana ejemplar y con un altísimo
sentido de responsabilidad. Corresponde a los ministros extraordinarios preparar a los enfermos de su
comunidad para que sean asistidos por el sacerdote y para que, quienes no tienen impedimento, puedan
recibir la sagrada comunión.

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6.4 EL ANIMADOR DE LA COMUNIDAD es una persona que tiene como quehacer estar al tanto de
las participaciones de los hermanos en la vida de la comunidad. Toca al animador a motivar a la
comunidad, invitar a los hermanos – de ser posible casa por casa- para que participen en la vida y en las
actividades de la comunidad eclesial.

Es tarea del animador estar al tanto de los hermanos que dejan de asistir a las celebraciones de la
comunidad, ha de visitarlos, animarlos y exponer al coordinador y a la comunidad los casos en que haya
necesidad de socorrer a algún hermano. Ojalá elijamos para esta responsabilidad a hermanos llenos de
entusiasmo para animar realmente a nuestras comunidades.
6.5 EL COMITÉ DE LA IGLESIA tiene como encomienda, de acuerdo con el coordinador y los
agentes de pastoral, hacerse cargo de todo aquello que tenga que ver con las obras materiales de la
iglesia. Por ejemplo, mejoras en la casa de oración, organizar lo que la comunidad ha de compartir con
los hermanos de la zona el día de la fiesta patronal, el mantenimiento de la casa de oración y el predio
donde se encuentre asentada, entre otras labores.
Han de cuidar los miembros del comité que su función nos lleve a buscar su beneficio personal. Procure
tomar decisiones de acuerdo con los agentes de pastoral y hermanos de su comunidad, así como
informar mes a mes de los movimientos del dinero. Los miembros del comité tienen como
responsabilidad participar, con los demás hermanos que tienen responsabilidad eclesial en la comunidad,
en la meditación parroquial y en las reuniones de zona.
7. LAS VISITAS DEL PADRE A LAS COMUNIDADES
Podemos distinguir dos tipos de visita a las comunidades de la parroquia: las visitas que el párroco
programa para celebrar la santa misa, con las comunidades, para que dialogue con ella y sea informado
de cómo va viviendo la comunidad de su vida cristiana; y las visitas a la comunidad cuando el padre es
invitado para celebrar la santa Misa por la intención de algún hermano de la comunidad.
Corresponde al coordinador de la comunidad, solicitar la visita del sacerdote para las Misas por alguna
intención de algún hermano de la comunidad. En las celebraciones que pueden programarse con
anterioridad, conviene que el coordinador solicite la visita del sacerdote con dos meses de anticipación.
Las visitas para celebrar la Santa Misa con la comunidad son programadas mes a mes y aparecen en la
agenda de cada mes que se entrega en la reunión parroquial o junta parroquial. Para las misas de cuerpo
presente rogamos a los familiares del difunto que tengan la bondad de hacer, ellos mismos, las
diligencias para la celebración de la Santa Misa, en caso de quedo pueda hacerlo el coordinador de la
comunidad.
A fin de cubrir los gastos que las visitas a las comunidades ocasionan, hemos mantenido la colaboración
voluntaria establecida al inicio de las reuniones parroquiales de nuestro inicio como parroquia, pero,
procure el coordinador de la comunidad tenga en cuenta los gastos que se genera cada visita a la
comunidad y contribuya así al sostenimiento de la parroquia.
8 .LA FORMACIÓN DE LOS FIELES Y DE LOS AGENTES DE PASTORAL.
La formación cristiana es una tarea que nos involucra a todos y que ha de llegar a todos. Hay que
distinguir con claridad cómo funciona en la parroquia la formación cristiana. En orden a clarificar y
comprender cómo funciona esto les indicamos lo siguiente:
8.1 Los hermanos de las comunidades adultos y jóvenes, en general, tienen como espacios de
formación los siguientes: los jóvenes han de asistir a la reunión semanal de sus grupos donde, poco a
poco van recibiendo formación cristiana; los adultos han de asistir a los temas que cada semana, sin

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interrupciones, se han de impartir por todos en las capillas de cada comunidad. Es muy recomendable
que los jóvenes puedan asistir también a este tema semanal.

Quienes conservan la sana costumbre de reunirse en los grupos de matrimonios, que ojala se vayan
convirtiendo en grupos de familias para no descuidar a los hijos, aprovechen también ese espacio para
formarse y crecer como personas en su reunión semanal. Los temas del Proyecto Nacional de Catequesis
para Adultos y, ahora, los temas para las familias son oportunidades de formación que nos permiten
crecer en la autoestima, en el sentido cristiano de las relaciones familiares y en la capacidad de
aceptación a los demás.

También es un espacio de formación la celebración dominical y las pláticas sacramentales.

Los hermanos Agentes de Pastoral tienen la Programación de Talleres y Cursos que la parroquia y la
foranía sierra ofrecen para bien del pueblo de Dios que nos toca acompañar. Rogamos a los
coordinadores ponerlos a disposición de todo aquel que esté interesado. Ofrecer al Señor, de educar en
la fe es una tarea que va unida al anuncio del evangelio y lo hacemos con mucho gusto.

Los hermanos de la cabecera parroquial tienen estos mismos espacios en los grupos a los que
pertenecen, sean grupos de matrimonios, o de barrios, reuniones del grupo juvenil. Cuiden los
coordinadores de comunidad y de zona que estos espacios se conserven y procuren los hermanos de la
cabecera parroquial organizarse de tal forma que en los tres barios que el día miércoles que se impartan
los temas de formación para quien guste asistir a su formación cristiana.

Es necesario que todos tengamos en cuenta que la lectura asidua de la Sagrada Escritura, del Periodo la
Red y de algunos libros de cultura cristiana, son medios eficaces de formación y de crecimiento personal
y familiar. La televisión forma cuando procuramos ver programas de cultura y no solo telenovelas,
caricaturas, programas de entretenimiento y deporte.

8.2 Los Agentes de Pastoral tienen como espacios de formación la lectura personal y constante de la
Palabra de Dios, la preparación de los temas que han de impartir en sus comunidades, la preparación de
las pláticas pre-sacramentales, las meditaciones del primer sábado de cada mes, los cursos que se
programan durante el año –de los que han obligados a tomar de su área específica-.

8.3 Esos son los espacios propios de la formación para los agentes de pastoral y para los fieles, además
de los cursos que se programan a nivel de la foranía Sierra y de la Diócesis. A estos cursos asisten
los miembros del consejo parroquial o todo aquel que les compete o guste cuando son abiertos para
todos.

Recordamos a los Agentes de pastoral y a los jóvenes en general revisen su Agenda para no faltar a sus
reuniones y formaciones programadas. Dios nos permita mantenernos siempre alertas y sin descuidar
nuestra formación. No descuidemos nuestra formación personal, ni la de nuestra comunidad y de
nuestros jóvenes, recomendamos a todos, de forma especial a nuestros Agentes de pastoral, que se

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acostumbren a leer siempre. Quien lee mantiene alerta su espíritu y crece humana y cristianamente.
Lean, siempre, el Boletín parroquial de cada mes y el periódico La Red.

9. LAS ESTRUCTURAS PARROQUIALES


La Iglesia, que es el pueblo de Dios que camina en la esperanza, tiene varios niveles de presentación y
representación que son, a la vez, sujetos y destinatarios del anuncio de la salvación.
9.1 La Persona es el sujeto que se incorpora, mediante el sacramento del bautismo, a la gran familia
eclesial. Cada persona ha de poner atención a su vida cristiana. La Iglesia, gran familia de los
bautizados, comienza en la respuesta personal a Dios de cada uno de nosotros, sus miembros. Cada
individuo en esta familia parroquial ha de procurar de cuidar su vida cristiana, de forma especial su
participación en la comunidad, su testimonio cristiano y su conciencia de bautizado. Procure cada uno,
al menos semana a semana, revisar su vida cristiana delante de Dios y actuar en consecuencia.
9.2 La familia es el espacio privilegiado donde el cristiano aprende e incorpora a su vida los valores
humanos y cristianos que han de fortalecer y dar sentido a su vida cristiana. Hemos de procurar que
nuestras familias no pierdan esta identidad. Pongamos especial atención en la unidad de nuestras
familias y en su participación cristiana. Conviene, de vez en vez, ir asumiendo alguna responsabilidad
como familia en la vida de nuestras comunidades para fortalecer la unidad e identidad de la familia
cristiana. Es de desear que los padres de familia, poco a poco, vayan recibiendo sus sacramentos –signos
de su crecimiento cristiano- y se vayan incorporando a alguna comunidad de parejas. Procuren los
coordinadores de las comunidades de la pastoral familiar no solo mantener unida a la comunidad de
matrimonios que coordinan, sino en hacerlas crecer, las visitas al santísimo -en las comunidades que
gozan del privilegio de la presencia permanente del Señor- y la oración en familia son momentos que
sostienen la unidad familiar, Procuren los padres de familia participar en las celebraciones y estar al
pendiente del cuidado y de la educación humana y cristiana de sus hijos.
9.3 La Comunidad es la primera expresión del rostro comunitario de la gran familia de los bautizados.
La mayoría de nuestras comunidades cristianas viven en medio de hermanos de otra religión. La
organización de nuestras comunidades en torno a su fe, la vivencia de sus momentos comunitarios, la
celebración de sus fiestas, los momentos de oración, el amor a la Virgen María, el amor a la Iglesia, la
preocupación por los más necesitados y su testimonio cristiano han de ser pilares de la identidad de la
comunidad cristiana. Procure cada comunidad elegir, con responsabilidad, a sus representantes como
hemos indicado. Procure cada hermano, en la comunidad, estar dispuestos a asumir la responsabilidad
eclesial que su comunidad le confíe. Ojalá cada vez haya menos comunidades sin agentes de pastoral,
incluso en las zonas. Procure cada comunidad mantenerse en comunión y comunicación permanente
con el párroco. Esfuércese cada comunidad por estar al tanto, mediante la lectura del boletín parroquial,
del camino que va haciendo nuestra familia parroquial. Cuide cada comunidad su unidad e identidad
cristianas sintiéndose parte importante de esta familia parroquial encomendada a la intercesión de
nuestro patrón San Juan Pablo II.
9.4 La Zona es un espacio de acompañamiento del quehacer pastoral de nuestra familia parroquial.
Coordinados por un hermano agente de pastoral, las zonas son estructuras de apoyo y acompañamiento a
la organización y al quehacer de nuestras comunidades. Mes a mes han de reunirse los agentes de
pastoral de cada zona de la parroquia para orar juntos, revisar los acuerdos a tener en cuenta durante el
mes, organizar la misión y la visita de las comunidades en el caso de las fiestas patronales, atender los
problemas que tengan que ver con la organización y la vida cristiana de las comunidades. La zona es
una estructura intermedia de apoyo organizativo y acompañamiento a los agentes de pastoral y a sus
comunidades. Procuren los agentes de pastoral a cada zona reunirse, mes a mes, con sus hermanos. Para

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bien de nuestra parroquia y de nuestras comunidades a partir del mes de Julio del año 2018 del Señor
que reestructurada las zonas de la siguiente manera.

ZONA DE NUEVO AMATENANGO: La integraran las siguientes comunidades: Platanillo, La


Lagunita, Nuevo Belén, Naranjal, Nuevo Amatenango, Cercadillo y San José.

ZONA DE PALESTINA: La integraran las siguientes comunidades: San José los Pozos, Rinconada,
Francisco I. Madero, Miguel Hidalgo, Palestina, Reforma y Nueva Victoria.

ZONA DE MONTE ORDOÑEZ: La integran las siguientes comunidades: Monte Ordoñez, Escobillal,
Sonora, Regadillo, Nuevo Recuerdo, Tapitzalá y La Playa.

ZONA DE RIO GUERRERO: La integran las siguientes comunidades: Las Marías, El Retiro, Veinte de
Noviembre, Ocotal, Los Ángeles, Rio Guerrero y Nueva Morelia.

Cada zona queda integrada por siete comunidades.

9.5 La Parroquia es la comunidad de comunidades. La Parroquia es como una familia animada por el
espíritu de unidad y fraternidad. Las parroquias son células vivas de la iglesia y lugares privilegiados en
las que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y de su iglesia, la Parroquia
encierra una inagotable riqueza comunitaria porque en ella se encuentra una inmensa variedad de
situaciones, de edades, de tareas. Sobre todo hoy, cuando la crisis de la vida familiar afecta a tantos los
niños y jóvenes, la parroquia ha de brindar un espacio para formarse en la fe y crecer comunitariamente.
Procuremos cultivar en nuestra comunidad parroquial el sentido comunitario que, respetando e
incorporando a la persona, nos lleve a construir la gran familia de Dios que quiere para todos.
Procuremos que en nuestra parroquia se cultive el sentido comunitario, Evitemos los grupitos cerrados,
excluyentes y las comunidades aisladas del resto de la gran familia parroquial. La fe nos libera del
aislamiento porque nos incorpora a la comunión. Cuidemos que en nuestra parroquia sean cada vez
menos los que pasen necesidades. Contribuyamos con nuestro tiempo, con nuestra persona, con lo que
Dios nos ha dado, a través de nuestros coordinadores y de la organización comunitaria en nuestras
reuniones parroquiales, a hacer más llevadera la vida e ir eliminando –poco a poco- el sufrimiento de
nuestros hermanos.

Actualmente nuestra parroquia de San Juan Pablo II en nuevo Amantenango, del Municipio de
Amatenango de Frontera, Chiapas, de nuestra querida Diócesis de Tapachula, la integramos veinte y
ocho comunidades en cuatro zona, cada zona la integran siete comunidades.

NOTA BENE: CURSO DE REESTRUCTURACIÓN PARROQUIAL.

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