Cartilla Producción Agroecologica de Frutas y Hortalizas 02-09-19 PDF

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Convenio SENA – ASOHOFRUCOL 0045 de 2019

Bogotá, D.C., Colombia, 2019


Álvaro Ernesto Palacio Peláez
Gerente

Equipo Técnico

Martha Lucia Orozco Agudelo


Directora Proyecto

Coordinadores
Yecenia Vega
Niny Yojana Arango

Profesional Proyecto
Jorge Andrés Rodríguez

Autor y Fotografías
César Antonio
Jaramillo Jaramillo
Ingeniero agrónomo

Diseño e impresión
Corpocyt
Tel: 3148761801

ISBN:
2
©2019
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Indice
Presentación 4

Acción de formación Producción agroecológica de frutas


y hortalizas 5
Definición de la necesidad de formación 5
Objetivos de la acción de formación 6
Población beneficiaria 7
Unidades temáticas 7

Unidad temática 1. Producción agroecológica de frutas y


hortalizas 8
1.1 Introducción a la agroecología 8
1.2 Definición de agroecología 10
1.3 Agricultura tropical, una gestión agroecológica 11
1.4 Colombia, un país tropical 15

2. Gestión suelo, fauna, flora y nutrición natural 17


2.1 Agricultura tropical, un acuerdo para hacerla bien 17
2.2 Gestión del suelo 18
2.3 Gestión de la fauna y la flora 27
2.4 Gestión de la nutrición natural 36

Anexos 40
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Presentación

C
on el propósito de generar conciencia sobre la importancia de la
agroecología como una alternativa que contribuye al desarrollo
sostenible y aporta a superar el impacto sobre el medio ambien-
te generado por la humanidad, se desarrollará el seminario Pro-
ducción agroecológica de frutas y hortalizas.

Esta acción de formación propende hacia el desarrollo tecnológico y con-


centra sus esfuerzos en la transferencia de metodologías y procesos innova-
dores de producción agroecológica.

Por lo tanto, esta cartilla será un insumo para complementar la realización del
seminario, presentando una introducción a la agroecología y los tres criterios
clave para trabajarla, como son: gestión del suelo, de fauna y flora, y de la
nutrición natural.

Este documento fue realizado en el marco del convenio N.° 0045, suscrito
entre el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y la Asociación Hortifrutícola
de Colombia (Asohofrucol), iniciativa desarrollada en el marco del Programa
de formación continua especializada, que cuenta con recursos del Fondo
Nacional de Fomento Hortifrutícola (FNFH).

Nota: los contenidos expuestos en esta cartilla son responsabilidad de los


autores y no expresan necesariamente la opinión de Asohofrucol.

4
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Acción de formación
Producción agroecológica de
frutas y hortalizas
Definición de la necesidad de formación
El problema que se identifica y que justifica la presente acción de formación
es el preocupante deterioro de los recursos naturales, que a nivel de agua,
suelo, aire, flora y fauna afectan no solo a la actividad agrícola, sino también a
la población campesina y a la humanidad en general.

Las causas se asocian al


hecho de que en las últi-
mas décadas, la actividad
humana ha modificado
abruptamente los ecosis-
temas, con el fin de satis-
facer sus necesidades bá-
sicas de alimentos, agua
dulce, madera y combus-
tible, entre otros; lo ante-
rior se ha efectuado con
una velocidad que los
mismos ecosistemas no
han podido asimilar los
cambios producidos en
los agroecosistemas. Por
su parte, la falta de edu-
cación y concientización
de los productores agrí-
colas han conducido a un uso indiscriminado de productos para la produc-
ción y protección de cultivos, y a un mal manejo de residuos sólidos, que se
han convertido en fuente de deterioro ambiental.

Como efectos, las Naciones Unidas, a través del informe Evaluación de ecosis-
temas del milenio, señalan que los ecosistemas se están degradando y que las 5
metodologías que se están utilizando en el sector agropecuario son insos-
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

tenibles, además, agrega que la degradación podría agravarse en la primera


mitad de este siglo; hay que mencionar que la expansión de las fronteras
agrícolas ha destruido y fragmentado los hábitats de muchas especies de
fauna y flora, ha impulsado a especies silvestres a la extinción y acelerado la
pérdida de servicios de producción ambiental, lo que se podría considerar
que acelera el cambio climático y que este modifique la biodiversidad en
todos sus aspectos, incluidos los ecosistemas, lo genotipos y fenotipos de
todas las especies. Así mismo, indica que los servicios ecosistémicos han dis-
minuidos significativamente su oferta, generando problemas de desertifica-
ción y estrés ecosistémicos.

En consecuencia, se resalta que las actividades agrícolas están muy ligadas con
el medio ambiente. Verdaguer destaca “su función como primera actividad me-
diadora entre los recursos naturales y la subsistencia humana a través de la ali-
mentación”; así las cosas, señala que la agricultura tiene una base ecológica, por
lo cual se debe velar por el equilibrio entre la base sustentable y la producción.

Para contribuir a una producción amable con el ambiente, es hora de iniciar


un proceso que se anticipe a los posibles cambios, como también adoptar
nuevos modelos de producción que permitan una mejor eficacia y eficiencia
en la planificación agropecuaria, que considere evaluar los riegos fitosanita-
rios, la transformación del uso de los recursos genéticos, los insumos agrícolas
y la oferta de recursos naturales. En este sentido, se considera a la agroecolo-
gía como una, entre varias alternativas, que contribuye al desarrollo soste-
nible y que puede aportar direcciones para superar retos de la humanidad
tales como la desertización, el cambio climático, la variabilidad climática y el
agotamiento de los servicios ecosistémicos, entre otros.

Por lo anterior, el enfoque de la presente acción de formación es hacia el desa-


rrollo tecnológico y la innovación, ya que concentra sus esfuerzos en la transfe-
rencia de metodologías y procesos innovadores de producción agroecológica.

Objetivos de la acción de formación


Educar y formar en una producción ecológicamente viable, en la que las ac-
tividades agrícolas de producción, trasformación y comercialización deben
propender por la inocuidad al medio ambiente.
6
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Capacitar en una producción cultural y económicamente rentable, en la que


las actividades agrícolas deben ser generadoras de ingresos, en dinero, en
valor social, en recurso ambiental y en recurso humano.

Formar sobre un modelo productivo social y humanamente justo; las activi-


dades agrícolas deben estar fundamentadas en la equidad de oportunida-
des, concebida en la globalización de las diferencias.

Población beneficiaria
Los beneficiarios son productores de frutas y hortalizas, la gran mayoría tra-
baja como pequeños propietarios y trabajadores independientes; esta po-
blación tiene afectaciones en sus producciones por deterioro ambiental y
cambio climático, principalmente. Presentan un nivel operativo y táctico en
el área funcional de la producción agrícola, con un nivel de escolaridad di-
verso, desde bajo (lectoescritura) hasta técnico. Desempeñan funciones de
siembra, cultivo, cosecha, postcosecha y comercialización de frutas y hortali-
zas. Tienen un acceso limitado a las TIC.

Unidades temáticas
UT 1. Producción agroecológica (7 horas)

• Introducción a la agroecología.
• Gestión del suelo.
• Gestión de fauna y flora.
• Gestión de la nutrición natural.

UT 2. Negociación (1 hora)

Competencias que adquirirán los trabajadores:

• Producir alimentos con un bajo impacto sobre el medio ambiente.


• Manejar factores productivos ambientalmente sostenibles.
• Negociar productos agroecológicos diferenciados.

7
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Unidad temática 1. Producción


agroecológica de frutas y
hortalizas
1.1 Introducción a la agroecología
Reconocemos la existen-
cia del hombre inteligente
como habitante del plane-
ta Tierra relativamente hace
pocos miles de años. Es un
tiempo muy corto en la his-
toria de la vida, sin embargo,
hemos modificado, alterado
y degradado el medio am-
biente de manera alocada
e irracional en los últimos
60 años de la modernidad,
cuando, paradójicamente,
contamos con más herra-
mientas tecnológicas, como
nunca en su historia. Es así
que por nuestra actividad
social y económica para
acumular dinero somos la especie que labra su propia destrucción. De tal
manera que buscamos nuestro destino en las estrellas, sin darnos cuenta
que la Tierra es nuestro único hogar.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura


(FAO) nos dice al respecto de la degradación del suelo: “Se define como un
cambio en la salud del suelo, resultando en una disminución de la capacidad
del ecosistema para producir bienes o prestar servicios para sus beneficia-
rios”. La degradación del suelo tiene un alcance más amplio que la erosión
y el deterioro de suelos en conjunto, ya que cubre todos los cambios nega-
tivos en la capacidad del ecosistema para prestar bienes y servicios (incluso
8 biológicos, así como servicios y bienes relacionados con el agua y también
con bienes y servicios sociales y económicos).
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

“¿No es raro que la criatura más inteligente que ha caminado sobre la faz de la
Tierra esté destruyendo su único hogar? Tenemos intelecto, pero en realidad
no somos inteligentes. Hemos perdido sabiduría, tomamos decisiones que
afectarán a las futuras generaciones. Me parece que hay una desconexión
entre este cerebro tan listo y el amor y la compasión, el corazón humano. Y
estoy convencida de que solo podemos alcanzar nuestro potencial humano
cuando la cabeza y el corazón están en armonía”, afirma Jane Goodall.

Sin embargo, aún nos queda algo de sabiduría y empezamos a escuchar el


canto del canario, que se une al coro de gentes sensatas y nos cantan “la can-
ción de las personas”, para rectificar el error cometido al mantener modelos
agrícolas conducentes a la degradación. Cada vez más el consumismo redu-
ce la capacidad de los suelos de procurar la vida; así pues, si somos agriculto-
res, debemos estar dispuestos y preparados para que las prácticas agrícolas
utilizadas en cultivarlos garanticen que el patrimonio de la humanidad no
sea arrebatado por la fuerza del arado.

“Florentino Ariza, en efecto,


estaba sorprendido de los
cambios, y lo estaría más al
día siguiente, cuando la na-
vegación se hizo más difícil
y se dio cuenta de que el río
padre de La Magdalena era
una ilusión de la memoria
(...) Fermina Daza no vería
los animales de sus sueños”,
expresa Gabriel García Már-
quez en su novela El amor en
los tiempos del cólera.

“Luego, una rara plaga se ex-


tendió sobre el lugar y todo
empezó a cambiar (...) Hubo
una quietud extraña (…) Los
pocos pájaros que se veían estaban moribundos; temblaban violentamente
y no podían volar. Fue una primavera carente de voces”, dice Rachel Carson
en su obra Primavera silenciosa. 9
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Hay una abrumadora similitud en los relatos de estos dos escritores que nos
describen con sencillez y elementos fantásticos la franca y angustiosa reali-
dad de lo que nos está pasando.

“El hombre difícilmente puede reconocer los daños de su propia obra”.

A todas luces del conocimiento, es la agroecología la ciencia que nos ofrece


las herramientas científicas para hacer lo que con admirable sencillez nos
indica Vandana Shiva: “Tenemos la responsabilidad de permitir que la biodi-
versidad cumpla su función natural”.

1.2 Definición de agroecología


“La agroecología cuenta con muchas definiciones, porque además de ser
una ciencia multidisciplinaria y multidimensional, es una forma de vida con
cosmovisiones que responden a los saberes populares y a la carga histórica
que ella posee. La agroecología no está basada en recetas, sino en principios
que abarcan la totalidad y la integralidad a través de la dimensión social, po-
lítica, ecológica y cultural” (Altieri, 1987).

“La agroecología surge como una ciencia multidisciplinaria para enfrentar los
problemas causados por la seudoagricultura y los conceptos de desarrollo
económico aplicados a estos sistemas de producción, iniciando una construc-
ción de los referentes conceptuales, integrados en definiciones desde la so-
ciología, la antropología, la agronomía, la ecología y la política” (Carvajal, 2010).

Podríamos, igual, definirla como la ciencia ambiental que estudia los agro-
ecosistemas en sus interacciones complejas, teniendo en cuenta no solo lo
10 biológico o agronómico, porque es cierto que también tiene que ver con lo
político, lo económico, lo cultural y lo simbólico.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

La agroecología aplicada a la producción de alimentos implementa una mirada


integral acerca del ecosistema, incluyendo el entorno social. Se perfila hoy como
la ciencia fundamental para orientar la conversión de sistemas convencionales
de producción (monocultivos dependientes de insumos de síntesis agroquími-
ca) a sistemas más diversificados y autosuficientes, que ofrecen alimentos mu-
cho más saludables que los de la agricultura convencional y, a la vez, aseguran
rendimientos que en ocasiones superan a los de la agricultura convencional.

“Sin embargo, la salud ecológica no es la única meta de la agroecología. En


realidad, la sustentabilidad no es posible sin preservar la diversidad cultural
que nutre a las agriculturas locales. Una producción estable solo se puede
llevar a cabo dentro del contexto de una organización social que proteja la
integridad de los recursos naturales y que asegure la interacción armónica
de los seres humanos, el agroecosistema y el medio ambiente” (Altieri, 1987).

1.3 Agricultura tropical, una gestión agroecológica


Gran parte de la actual pro-
ducción mundial de alimen-
tos se ha logrado gracias a lo
que se conoce como ‘revolu-
ción verde’, que consistió en
utilizar variedades mejoradas
de maíz, trigo y otros granos,
cultivando una sola especie
en un terreno durante todo el
año (monocultivo) y aplicán-
dole grandes cantidades de
agua, fertilizantes y plaguici-
das. El productor campesino
quedó en la parte más pobre
y más riesgosa del agronego-
cio, la producción; cada vez
más se hizo dependiente de
productos fitosanitarios, lo que causó que sus costos superaran con facilidad
el valor del precio del producto agrícola. Asimismo, los costos ambientales
tales como la degradación y la contaminación de suelos y aguas, la pérdida 11
del hábitat y de la diversidad genética de la fauna y la flora, y las consecuen-
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

cias sociales, han conducido


a la búsqueda de formas al-
ternativas de producción de
alimentos.

Es aquí donde debemos ha-


cer una reflexión con relación
a los cambios que debemos
impulsar en nuestra agricultu-
ra nacional. Tenemos el deber
y el derecho de promover e
investigar sobre nuestro tipo
de agricultura necesario para
nuestras latitudes tropicales.
No podemos volver a cometer
el histórico error de promover
tipos de agriculturas no aptas
para nuestro medio, que no tienen el arraigo cultural, social y productivo esta-
blecido en nuestra región tropical. La demostración real de la aplicabilidad del
conocimiento a través del aprender haciendo y del haciendo para aprender
nos induce a la observación de las prácticas ancestrales de nuestros produc-
tores, que deben ser validadas y reconocidas por el conocimiento científico. El
éxito de las comunidades tropicales consiste en el manejo y uso eficiente de su
diversidad ecológica, biológica y cultural. Una agricultura sustentable en nues-
tro medio tropical debe mantener como fundamento la utilización de la rica
biodiversidad existente en sus territorios; la identificación y protección de los
servicios ecosistémicos suministrados por nuestro entorno tropical han de ser
objeto de la observación y el aprendizaje en el escenario natural, la finca misma,
replicándolos con la transferencia de la vivencia en la parcela demostrativa.

La demanda, de acuerdo con la querencia de los consumidores, no solo se


limita a mitigar el hambre; se puede apreciar que los consumidores son más
selectivos en el tema de la alimentación, en proporción con el mejoramiento
de sus ingresos y con las querencias que se han encaminado a considerar
aquellos productos agrícolas que garanticen una sana nutrición.

Las frutas, hortalizas y aromáticas se encuentran en la lista de productos agrí-


colas que cumplen con los criterios de una sana nutrición. Y son las frutas y
12 las hortalizas tropicales las que tienen una mayor demanda.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Colombia tiene la fortuna de contar con un territorio ubicado en la franja


tropical, privilegio de pocos países, de manera que la vocación para la oferta
agroecológica de estos productos estaría asegurada. Pero no lo es así para
la vocación de los agricultores de fruta y hortalizas en Colombia, que no dis-
ponen de los conocimientos apropiados para desarrollar actividades agríco-
las en las condiciones del trópico, por lo que el modelo tecnológico deberá
ajustarse a esta realidad; de su conocimiento dependerá la oportunidad de
participar en mercados con calidad y volumen de productos agrícolas como
frutas y hortalizas.

Todo esfuerzo tendiente a entender, proponer y justificar cambios para lo-


grar una agricultura que ayude a mejorar la economía del productor debe ser
considerado y valorado en su justa dimensión.

Se está convirtiendo en costumbre hablar del concepto de “agricultura lim-


pia y sin residuos”, que en adelante denominaremos ‘agricultura tropical’, en
particular cuando es palpable que las autoridades nacionales y comunitarias
y las legislaciones son cada vez son más restrictivas con el uso de fitosanita-
rios, y se endurecen más en
aras de la sostenibilidad am-
biental y del beneficio de la
sociedad.

“Y como en la agricultura
convencional todo se hace
con recetas, los agricultores
orgánicos no comprenden
que este tipo de agricultura,
cuando en base ecológica,
solo puede funcionar por
conceptos, simplemente
porque cada lugar geográfi-
co tiene su ecosistema todo
particular”, afirma Ana María
Primavesi.

El concepto de ‘agricultura tropical’ está relacionado con la producción eco-


lógica; esto no quiere decir que no se usen ciertos productos para aumentar
la producción, al crecimiento de las plantas, o para controlar ciertas plagas 13
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

y enfermedades; el imaginario de la comunidad productiva desafortunada-


mente relaciona lo ecológico con no ayudarse de ningún producto en los
menesteres anteriormente citados.

Existe una gran diferencia que radica principalmente en que las soluciones
que se usan en la ‘agricultura tropical’, en la mayoría de los casos, provienen de
la misma finca, del patrimonio productivo de que disponen los agricultores
de frutas y hortalizas, es decir,
de la naturaleza, y como tal
no dejan residuos ni toxici-
dades, con la ventaja de que
son más asimilables por las
plantas y con lo cual pueden
llegar a ser más efectivos que
los procedentes químicos.

Un día cualquiera, cuando la


señora e hija de un agricultor
productor de aguacates del
norte del Tolima que se ha-
bía certificado en BPA, según
la Resolución ICA N.° 4174 de
2009, solicitaron a la unidad
técnica de Asohofrucol Toli-
ma que les ayudaran a resol-
ver un problema, fue para nosotros la puerta abierta para la implementación
práctica de lo que considerábamos la forma de hacer agricultura dirigida a
la producción de alimentos. El problema planteado por aquella familia fue el
siguiente: al padre y propietario del predio se le presentaron quebrantos de
salud y tuvo que visitar el médico, que le diagnosticó una intoxicación severa
y crónica por la exposición a los agroquímicos, y le recomendó alejarse de
inmediato de los agroquímicos para poder restaurar su salud. ¿Cómo dejar
de aplicar agroquímicos de la noche a la mañana si es la única forma como
sabemos producir aguacates?, fue la pregunta que formularon.

Así como esta familia, los productores de alimentos agrícolas, en particular


los de frutas y hortalizas, son conscientes de que los agroquímicos los están
14 enfermando, pero no tienen el conocimiento para hacer un cambio funda-
mental en sus prácticas agrícolas, porque la asistencia técnica al servicio del
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

consumismo les genera desconfianza hacia formas limpias y sin residuos


en la producción.

La toma de decisiones sobre qué tipo de alimentos y en qué condiciones se


producen se encuentra cada vez en menos manos y más lejos de la ciuda-
danía. La apuesta global por este tipo de agricultura, y el modelo alimentario
el que se integra, es uno de los elementos más dañinos que se suministran
al cambio climático. La necesidad del cambio hacia un modelo agrícola-ali-
mentario con justicia ambiental y social resulta cada vez más acuciante.

1.4 Colombia, un país tropical


Cuando observamos el mapa de la Tierra se pueden apreciar unas líneas ima-
ginarias que delimitan una franja muy especial llamada ‘zona tropical o inter-
tropical’, que por el norte limita con una línea llamada Trópico de Cáncer y
por el sur con la línea llamada Trópico de Capricornio, ellas paralelas a la línea
ecuatorial; Colombia se encuentra en la zona norte del Ecuador y por debajo
de la línea del Trópico de Cáncer, es decir, entre los 0° y 23° Norte, posiciona-
do como uno de los pocos países privilegiados que pertenece a tan exclusiva
condición geográfica.

Un clima tropical es aquel que tiene como características generales tempe-


raturas por encima de los 18 °C. Su vegetación es abundante, gracias a la
gran cantidad de precipitaciones anuales que permiten la proliferación de 15
una vasta flora, con una gran variedad de animales herbívoros y carnívoros.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

El clima tropical se debe al ángulo de incidencia de la radiación solar que se


produce en estas regiones (casi perpendicular al suelo todo el año). Esto hace
que la temperatura sea alta y que las variaciones diurnas sean también muy
amplias. Ante esto, el flujo de evaporación desde el suelo también es alto,
por lo que la humedad suele ser elevada. A esto se le añade que el Ecuador
es la región terrestre donde se encuentran los vientos fríos de un hemisferio
(el que está en invierno-otoño) con los de su opuesto, que serán más cálidos
(por estar en verano-primavera), lo cual produce un estado de bajas presio-
nes constantes llamado ‘zona de convergencia intertropical’, lo que ocasiona
precipitaciones permanentes e intensas durante la mayor parte del año.

Podemos resumir como características del clima tropical a las siguientes:

• Tiene una menor variabilidad de la longitud del día y de la noche du-


rante todo el año.
• Presenta un régimen estacional que concentra lluvias de gran intensi-
dad en ciertos períodos del año, acompañadas por períodos de déficit
hídricos.
• Mantiene una estabilidad de la temperatura, que suele encontrarse por
encima de los 18 °C.
• La altitud y no la latitud es el factor modificador de las condiciones cli-
máticas (generalmente de la temperatura).
• Hay accidentes geográficos generadores de la enorme diversidad de
zonas de vida.
• Allí está la mayor concentración de biodiversidad del planeta Tierra, el
85 %.

16
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

2. Gestión suelo, fauna, flora y


nutrición natural
2.1 Agricultura tropical, un acuerdo para hacerla bien
Al momento de abordar este asunto con los productores atendidos por noso-
tros en el Tolima, la tendencia a practicar la ‘agricultura tropical’ y a desarrollar
cultivos saludables fue motivada fundamentalmente por el deseo de ellos de
retirarse lo más posible de los productos fitosanitarios que presenten riesgo
para la salud de las personas que consumen frutas y hortalizas y además de
las que viven y trabajan en la finca; igual, manifestaron preocupación por
la degradación del ecosistema, ocasionada por las prácticas agrícolas con-
vencionales que a todas luces
colapsan la viabilidad de pro-
ducir alimentos y destruyen
el patrimonio productivo, en
particular el más tangible de
un agricultor, el suelo.

El conocimiento tradicional
que proviene de las prácticas
ancestrales de nuestros pro-
ductores debe ser validado
y reconocido por el conoci-
miento científico. La demos-
tración real de la aplicabilidad
del conocimiento a través del
aprender haciendo y del ha-
ciendo para aprender nos in-
duce a la observación. El éxito
de las comunidades tropicales consiste en el manejo y uso eficiente de su
diversidad ecológica, biológica y cultural. Una agricultura tropical sustenta-
ble debe mantener como fundamento la utilización de la rica biodiversidad
existente en sus territorios.

Para que un modelo como el de ‘agricultura tropical’ se enmarque en su jus-


ta percepción, debemos acordar principios que nos tutelen y mantengan 17
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

la disciplina en la aplicación de las prácticas agrícolas recomendadas; estos


principios se enuncian así: una agricultura ecológicamente viable, cultural-
mente rentable y social y humanamente justa.

Una agricultura ecológicamente viable: todas las propuestas agronó-


micas deben ser sometidas a un análisis de riesgos que permita evaluar la
inocuidad al medio ambiente.

Una agricultura culturalmente rentable: todas las propuestas agronómi-


cas han de estar encaminadas a fortalecer y afianzar la cultura dedicada a la
producción de alimentos agrícolas.

Una agricultura social y humanamente justa: todas las propuestas agro-


nómicas han de favorecer y proteger el patrimonio, la cultura y la soberanía
de las comunidades agrícolas, garantizando su reconocimiento en el sector
productivo.

‘Agricultura tropical’ acoge como propia la declaración de las Naciones Uni-


das sobre los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan
en las zonas rurales, aprobado por el Consejo de derechos humanos el 21
noviembre de 2018.

Hemos definido los principios fundamentales que son el marco de referencia


de la ‘agricultura tropical’, pero ellos de por sí no resuelven cómo hacer las
cosas bien. Para ello debemos formular unos criterios que esta conversión
requiere como pilares, sobre los cuales trabajar con miras al cambio. Los cri-
terios propuestos e implementados son en principio los más relevantes en
la protección del patrimonio productivo: 1. gestión del suelo, 2. gestión de la
fauna y la flora, 3. gestión de la nutrición natural.

2.2 Gestión del suelo


La FAO indica cinco razones por las que debemos apreciar el suelo:

1. Los suelos son la base de la producción de alimentos saludables.


2. Los suelos albergan un cuarto de la biodiversidad del planeta.
3. Los suelos ayudan a combatir y a adaptarse al cambio climático.
18
4. Los suelos son esenciales para la soberanía alimentaria.
5. Los suelos almacenan y filtran el agua.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

La pérdida de la cubierta ve-


getal resulta ser la causa de
mayor impacto en la degra-
dación del suelo en nuestro
medio, por lo que le dedica-
remos la mayor atención a
este tema. La degradación de
los suelos está ocurriendo y la
evidencia está en los cauces
de los ríos, que arrastran miles
de toneladas de suelo fértil
vertidas en procesos erosivos;
se pierden cerca de 80 tone-
ladas por hectárea de suelo/
año, incluso con unos pocos
aguaceros. Una lluvia fuerte
puede resultar catastrófica
para un suelo desnudo, porque no solo erosiona la capa fértil, sino que lo se-
lla y compacta. La destrucción de la cobertura herbácea atenta contra todo
lo vegetal o animal y se pierde todo nicho ecológico en el que florece la vida.

La condición tropical, por sus características, determina que los suelos de


Colombia respondan como resultado de la acción del clima tropical; el pro-
fesor Vageler, en 1930, al respecto dijo: “En los trópicos, el humus no existe o
es incoloro, porque no consigue dar color a los suelos. Y prácticamente no
existe por el ciclaje muy rápido de la materia orgánica. Esto no significa que
en los trópicos no exista esta estabilidad de una gran cantidad de nutrientes
conocida en los suelos de clima templado; todo es un movimiento rápido en
donde el 80 al 90 % de los nutrientes se encuentran en la biomasa, con ciclaje
muy rápido, mientras que en el suelo templado el 80 % de los nutrientes se
encuentran en el propio suelo y solamente el 20 % en la biomasa”.

Es claro que el metabolismo y ciclaje de los nutrientes en los suelos tropicales


son una dinámica generadora de la diversidad y exuberancia de la flora, pu-
diendo afirmar que la capacidad de intercambio de nutrientes es una acción
metabólica del ciclaje de la biomasa del suelo arriba y debajo de él. El suelo
tropical es un sistema abierto en constante interacción con el entorno para
la provisión de materia, energía y más, en el que redes metabólicas aseguran
el automantenimiento como característica inherente a la vida. 19
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

“El secreto de la vida es el suelo, porque de él dependen las plantas, el agua, el


clima y nuestra vida. Todo está ligado. No existe un ser humano saludable si el
suelo no es saludable y las plantas, nutridas”, considera Ana María Primavesi.

Un suelo sano y con buena fertilidad natural permite una alimentación equi-
librada que produce plantas sanas con un alto grado de resistencia a las pla-
gas y enfermedades. Suelo sano, plantas sanas.

El criterio que sustenta la ‘agricultura tropical’ es considerar el suelo como un


organismo vivo que, siendo dinámico, nace, madura y muere, presentándose
una transición análoga al desarrollo de un organismo o comunidad biótica.
Por lo tanto, el suelo no puede ser reducido a un simple soporte de plantas,
así como tampoco podemos utilizar una fórmula universal para cultivarlo.

“Todas las formas de vida no son sino aspectos transitorios de una misma
sustancia permanente…”, afirma René Dubos en su obra Un Dios interior.

Amigo productor, recuerda que el mejor aliado para la


protección del suelo es la cobertura herbácea natural.

La cobertura herbácea natural y espontánea ha resultado ser el mejor aliado


en la protección del suelo; con ella hemos reducido la incidencia de factores
altamente degradantes del suelo como la solarización, la erosión, la muerte
de microorganismos, la compactación y la esterilización. Con la protección
de la cobertura herbácea, la manifestación de las características benéficas de
un suelo es más evidente, porque cambia el color, su composición biológica,
la permeabilidad fundamentada en la porosidad e indudablemente la capa-
cidad de sustentar la vida.

Con la identificación y clasificación de las principales especies vegetales na-


tivas existentes en el huerto, conociendo el nombre común y el grupo ge-
neral al que pertenecen, podemos reconocer y apreciar los diferentes usos y
beneficios (al menos dos) de las principales especies vegetales encontradas
y relacionar las bondades de las coberturas vegetales conocidas como “ras-
20 trojos” sobre la biodiversidad de organismos en el huerto, la conservación del
agua, la erosión y la humedad del suelo.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Reconocimiento de las especies vegetales en la cobertura herbácea:


los productores de frutas y hortalizas requieren identificar y reconocer a todas
las especies vegetales que conforman la cobertura herbácea en sus huertos.
Lo que podemos conseguir al realizar las siguientes actividades:

1. Hacer un cuadrado de
un metro de lado en
madera o con tubos
de PVC.
2. Lanzarlo en el huerto
al azar sobre la cober-
tura herbácea.
3. Seleccionar una planta
de cada especie que
se encuentre dentro
del área del cuadrado.
4. Son retiradas del lote,
teniendo cuidado de
que tengan todas sus
partes.
5. Pegar cada planta, con
todas sus partes, en una cartulina de 20x40 centímetros.
6. De esta manera es posible reconocer e incluso identificar cada especie
vegetal con la ayuda de Internet.

A continuación se presenta un grupo de hierbas comunes presentes en los


huertos de frutales, en clima medio:

Especie: Caladium bicolor Especie: Canna coccinea Especie: Canna glauca


Nombre común: Caladio, Nombre común: Achira, Nombre común: Bandera 21
corazón de Jesús capacho chirilla amarilla, chirilla
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Especie: Commelina difusa Especie: Tripogandra cumanensis Especie: Cyperus luzulae


Nombre común: Coneja, Nombre común: Canutillo, Nombre común: Coquito,
suelda con suelda siempreviva cortadera

Especie: Dichromena ciliata Especie: Andropogon bicornis Especie: Brachiaria decumbes


Nombre común: Botoncillo, Nombre común: Barba de Nombre común: Braquiaria
totes chivo, cola de caballo

Especie: Cenchrus echinatus Especie: Thunbergia alata Especie: Alternanthera


Nombre común: Abrojo, Nombre común: Amor de polygonoides
22 cadillo madre, colombiana Nombre común: Sanguinaria
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Especie: Amaranthus dubius Especie: Bledoimpatiens Especie: Dymaria cordata


Nombre común: Bledo balsamina Nombre común: Caledonia,
Nombre común: Besitos golondrina

Especie: Ageratun conyzoides Especie: Ambrosia elatior Especie: Bidens pilosa


Nombre común: Celestina Nombre común: Altamia, Nombre común: Chipaca,
artemisa margarita

Especie: Emilia sonchifolia Especie: Erechtites hieracifolia Especie: Crotalaria micans


Nombre común: Borlita, Nombre común: Achicora, Nombre común: Crotalaria,
emilia valeriana cascabelito 23
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Especie: Desmodium adscendens Especie: Mimosa pudica Especie: Sida rhombifolia


Nombre común: Amor seco Nombre común: Adormidera Nombre común: Escobadura

Administración de la cobertura: con la identificación y el reconocimiento


del beneficio prestado por las diferentes especies vegetales existentes en el
huerto, podemos hacer un adecuado manejo de ellas, ya sea para promo-
ver su desarrollo o restringirlo, según sea el caso. Por ejemplo: como en el
huerto se cuenta con una limitada diversidad de especies de leguminosas,
se recolectan semillas de ellas y se siembran. O, por el contrario, especies del
grupo de las ciperáceas como las cortaderas, que no son de nuestro agrado
por las dificultades que presentan en la realización de las labores, han de ser
eliminadas.

Cosecha de la cobertura: las calles y espacios no cultivados del huerto


son las áreas ideales para mantener una gran variedad de especies vegetales
identificadas por el productor, de acuerdo con sus bondades o beneficios
ecosistémicos. Estas áreas se convierten en productoras de biomasa vegetal
rica en energía y nutrientes que se ciclarán, liberando sus componentes nu-
tricionales al suelo y las plantas. Esta labor se realiza cuando la cobertura ha
cumplido su función de ser como la piel del suelo, refugio de los organismos
benéficos y alimento de los polinizadores como las abejas; con el empleo
de una guadaña se hace la siega o corte a una altura no inferior a los 15 cen-
tímetros, asegurando no desnudar el suelo. Realizado el corte se procede a
recolectar el tamo, en lo posible aún verde, con la ayuda de un rastrillo.

Elaboración del cojinete: se da el nombre de cojinete a todo el tamo dis-


puesto en forma circular en el área del plato de la planta cultivada. Como se
indicó, el tamo aún verde se cosecha y se dispone a manera de cobertura
muerta en el plato, dejando un espacio para el tronco del árbol y extendién-
24 dolo en toda la proyección de la copa. El alto de este tamo puede llegar a los
30 centímetros.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Con el uso de una guadaña se siega


la cobertura herbácea presente en
las calles del cultivo.

Cortar la hierba a una altura supe-


rior a los 15 centímetros, con el ob-
jeto de no desnudar el suelo.

Con la ayuda de un rastrillo se reco-


lecta el tamo cosechado para dis-
ponerlo en el plato de cada árbol.

El tamo cosechado se dispone en el


plato de cada árbol.

Un cojinete conformado por la co-


secha de la cobertura herbácea. Se
observa que en las calles se está
produciendo una nueva biomasa
para ser cosechada y repetir el pro-
ceso. 25
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Al cabo de dos meses se pueden


observar los beneficios del cojinete.

Crecimiento de microrganismos
eficientes.

Activación, desarrollo y crecimien-


to de las raíces.

Se ha observado un cambio de co-


lor de los suelos; este era de color
amarillo, pero ahora presenta una
coloración más parda, como resul-
tado del incremento de la actividad
biológica en el suelo.

Beneficios de la cobertura herbácea y el cojinete: la cubierta herbácea


retiene muchos nutrientes que se incorporan al suelo en forma de abonos. Al
segarla y hacer el cojinete, dificulta la salida de más hierba, retiene la hume-
dad durante más tiempo y termina convirtiéndose en abono. Por otro lado,
26
determinadas plantas de raíces profundas bombean agua del subsuelo a la
superficie y crean rocíos que junto con el cojinete producen un efecto de
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

riego que dura hasta bien entrado el mediodía. Además, al morir las plantas,
las raíces suelen quedar como canales de aireación y de infiltración del agua
de lluvia.

Asimismo, la cobertura herbácea y el cojinete evitan la erosión, la pérdida de


suelo a causa de la lluvia y reducen la compactación y la solarización, prote-
giendo los organismos del suelo y mejorando la estructura del mismo con
las raíces y la acción de los microrganismos. También son aliados en la lucha
biológica contra plagas, ya que algunas sirven de alimento a insectos como
la crisopa, cuyas larvas son grandes devoradoras de insectos dañinos.

En definitiva, el mantenimiento de la cubierta vegetal en armo-


nía con las necesidades del cultivo va a tener toda una serie de
ventajas:
Disminuye el gasto en herbicidas, insecticidas o abonos, incre-
mentando la rentabilidad del cultivo.
Reduce la pérdida de suelo e incrementa la infiltración y la dispo-
nibilidad del agua.
Suma materia orgánica al suelo y aumenta la cantidad de nutrien-
tes disponibles, reduciendo la necesidad de administrar abonos.
Eleva el número de especies presentes en el campo, muchas ci-
negéticas, mejorando la biodiversidad y proveyendo de servicios
ecosistémicos.
Permite obtener otra serie de beneficios en las fincas, desde los
procedentes de ámbitos como el oleoturístico, hasta otros más
tradicionales como la recolección de plantas medicinales o culi-
narias.

2.3 Gestión de la fauna y la flora


Tal como lo indica Vandana Shiva, “tenemos la responsabilidad de permitir
que la biodiversidad cumpla su función natural”.

La biodiversidad hace referencia a la comunidad de especies vegetales, ani-


males y microorganismos (macro, meso y microbiota) que conviven e in- 27
teractúan dentro de un agroecosistema, dándole la dinámica para crecer y
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

evolucionar, “por ello no hay


dudas de que la conserva-
ción y el uso sostenible de
la biodiversidad son uno de
los desafíos más importan-
tes que tiene que afrontar la
humanidad”, como lo afirma
Santiago J. Sarandón (2010).

El criterio para determinar la


sanidad biológica de un huer-
to nos remite al concepto de
equilibrio biológico, funda-
mentado en la dinámica con
la que se distribuyen las po-
blaciones de los grupos de
organismos y las relaciones
que estos definen de acuerdo con su posición en la cadena trófica (nutriti-
va). Igualmente, no se pueden desconocer los factores externos, ambientales,
agroecológicos y agronómicos que beneficien el desarrollo de la población de
un organismo o de un grupo de organismos. Al parecer, es el desbalance de
las poblaciones relacionadas, la causa fundamental de que un productor im-
plemente medidas de control para mitigar la afectación de sus rendimientos.

La importancia de la biodiversidad de organismos en el suelo, encima y de-


bajo, para el mantenimiento del equilibrio natural del huerto, ha de ser tenida
en cuenta en la gestión de la fauna y flora, fundamentada en la biodiversidad
que se ha de promover con la gestión de fauna y flora.

Estamos alarmados por las noticias cada vez más fre-


cuentes referentes a la muerte de las abejas. Si bien
es cierto que los pesticidas son reconocidos como
el mayor responsable, no podemos olvidar que
las abejas se han quedado sin refugio y alimento;
el hambre y los elementos del clima también las
está matando. Los agricultores de frutas y horta-
lizas no tienen que convertirse en apicultores para
protegerlas, solo se requiere que ellos en sus huer-
28 tos les permitan refugio y alimento.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Desafortunadamente, cuando se aborda el tema de la biodiversidad se con-


sidera desde la perspectiva de la inoculación y la introducción de especies;
nos han convencido de que las especies nativas tropicales no son eficientes
para cumplir papeles de servicios ecosistémicos.

Por tal razón, la primera estrategia de un programa de control biológico, por


ejemplo, es la conservación los organismos benéficos ya existentes en los
cultivos, mediante prácticas culturales o agronómicas que contribuyan a
mantener sus poblaciones en niveles adecuados.

De manera metafórica, las


pequeñas hierbas que se
yerguen muchas veces vaci-
lantes sobre la tierra pueden
ser consideradas como su
epidermis, porque contri-
buyen a mantener el suelo
vivo y fértil. Además, la hier-
ba es vital para el funciona-
miento de la cadena trófica,
ya que es la base de la que
se alimentan insectos y her-
bívoros, desempeñando
un papel clave como nicho
ecológico de polinizadores
y otros insectos auxiliares de
los cultivos.

El fomento de plantas silvestre en las márgenes de los huertos y la utilización


de cobertura herbácea permiten garantizar refugio y alimento necesario
para la supervivencia de parasitoides y depredadores.

Con la inoculación y establecimiento de microrganismos eficientes, en par-


ticular de todos aquellos que son nativos en el entorno de nuestros huer-
tos (organismos de montaña), a través de técnicas sencillas de recolección
y multiplicación en los nichos naturales vecinos, así como seleccionar, mul-
tiplicar y aplicar, asegurando brindarles las condiciones adecuadas para su
establecimiento.
29
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Elaboración de las trampas de arroz

Materiales:
• Vasos plásticos.
• Bandas elásticas.
• Tela de tul.
• Arroz.
• Agua en recipiente para cocinar.

Preparación:

Usar una parte de arroz por dos partes de agua y dejar cocinar; el arroz coci-
nado se pone en los vasos plásticos, que se cubren con el tul, ajustándolos
con la banda elástica.

Utilización:

En un bosque cercano que no se encuentre muy intervenido o en un gua-


dual, disponga las trampas de arroz en lugares húmedos y sombreados,
cubriéndolas con la hojarasca y residuos orgánicos del mismo bosque. Las
trampas así dispuestas por lo menos durante cinco días, se retiran del bos-
que; en ellas, de seguro, se verán los diferentes organismos capturados con
sus crecimientos.

Por lo menos 20 trampas de arroz


(vasitos desechables) son suficien-
tes para ser producidas en una ca-
neca de 200 litros, la que se llena
con el siguiente medio de cultivo:
agua hasta completar la caneca,
diez kilos de miel de purga, dos ki-
los de harina de trigo y los organis-
mos capturados en las 20 trampas
de arroz. Esta mezcla se tapa con una tela de lino para evitar que le entren
contaminantes del exterior. Hay que batirla a diario, durante ocho días, para
oxigenarla y permitir la respiración de los organismos que se reproducen;
después de este tiempo se considera que la mezcla está adecuada para su
30 aplicación al huerto, pura o diluida, de acuerdo con el requerimiento.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Los microorganismos de montaña son:


hongos, bacterias, micorrizas, levaduras
y otros organismos benéficos, los cua-
les viven y se encuentran en el suelo de
montañas, bosques, parras de bambú y
lugares sombreados.

Estos organismos viven de manera natu-


ral en los bosques y en áreas con buena
cobertura herbácea.

Un bosque de guadua es un buen lugar


para observar organismos, particular-
mente hongos descomponedores de la
materia orgánica.

Sustrato orgánico recolectado en un bos-


que seco tropical, compuesto de hojaras-
ca, raíces y fragmentos de ramas de los
árboles del bosque.

En este sustrato se pueden observar creci-


mientos fungosos.

Organismo de montaña colonizando una


hoja del bosque.

Los sustratos vegetales recolectados en el


bosque pueden ser estimulados para su
crecimiento en medio de cultivo, con el
objeto de ser seleccionados y depurados
para evitar contaminaciones de organis-
mos no deseados.
31
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Cuando ponemos el sustrato recolecta-


do en el medio de cultivo es posible que
resulten muchos crecimientos de orga-
nismos y se corre el riesgo de una con-
taminación biológica no deseada, como
podemos ver en esta fotografía.

Vamos a tratar de mostrar los pasos para


lograr un organismo seleccionado de un
sustrato de organismos de montaña.

Para lograr esta tarea se requieren los si-


guientes utensilios y materiales: una olla
con tapa, arroz, azúcar, agua, cajas petri,
pinzas y los organismos de montaña.

Preparación del arroz: usar una parte de


arroz por dos partes de agua y agregar
cinco gramos de azúcar por cada 100
gramos de arroz. Esta mezcla la pongo en
un recipiente al fuego para que se cocine,
luego la retiro cuando esté seca, procu-
rando que no quede mazacotuda; con
este sustrato hago los medios de cultivo,
que también puedo usar en las trampas
de arroz para capturar los organismos de
montaña.

Cocine el arroz como se hace normal-


mente, sin agregar ningún aderezo. Últi-
mamente se le ha agregado un poco de
azúcar y ha funcionado muy bien.

32
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Organismos de montaña obtenidos en


un bosque seco tropical en el municipio
de Coello, Tolima; de este sustrato se toma
una muestra que no sea más grande de
un centímetro cuadrado y se pone en la
trampa de arroz para que se den los cre-
cimientos.

A los 10 o 12 días es posible observar los


crecimientos; en este caso nos vamos a
concentrar en seleccionar los crecimien-
tos de color verde esmeralda.

La idea es reproducir este organismo sin


la contaminación de otros y así realizar
una selección.

Ya está el arroz cocinado en la olla, los or-


ganismos de montaña están en el frasco
con la tapa roja a cuadros y se encuentran
listas las cajas petri.

Precedemos a poner el arroz en las cajas


petri, procurando colocar una sola pelícu-
la que cubra todo el fondo de la caja; esto
lo hacemos con el arroz aún bien caliente,
para evitar su contaminación.

33
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

No se debe llenar la caja, sino dejar tres


partes libres para el crecimiento del orga-
nismo.

Observen que las cajas, al ser tapadas con


el arroz caliente, producen una condensa-
ción que desaparece con el tiempo. Lue-
go se dejan que tomen la temperatura
ambiente.

Seleccionar el organismo de color verde


esmeralda; con la ayuda de un punzón se
raspa sobre las zonas más características
del color.

El material recolectado en el punzón es


depositado en una nueva caja petri, para
que inicie un nuevo desarrollo.

Con unos pocos granos raspados del cre-


cimiento es suficiente material para su
reproducción.

34
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Así queda el organismo nuevo sembrado


en el medio de cultivo de arroz cocinado.
Enseguida se tapa y se deja en un lugar
fresco y ventilado.

Si todo sale bien, a los 10 o 12 días se po-


drán observar estos crecimientos, mucho
más depurados que los obtenidos direc-
tamente de un sustrato de montaña.

Así se han replicado 10 placas del mismo


organismo y no se observa contamina-
ción; estas muestras pueden seguir sien-
do replicadas en mayor volumen para ser
utilizadas como EM en el cultivo.

Obsérvese el acercamiento del crecimien-


to de este organismo fabuloso llamado
Trichoderma spp.

35
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Es viable que los agricultores


diseñen y construyan instala-
ciones para la multiplicación
de microorganismos eficien-
tes que se conocen como
biofábricas.

Los microorganismos captu-


rados en el bosque y multipli-
cados en las biofábricas pue-
den ser aplicados al suelo del
huerto en forma pura o dilui-
da; es común que los agricul-
tores los diluyan al 50 % y los
apliquen en cantidad de dos
a tres litros por árbol, repitien-
do la aplicación de acuerdo
con el régimen de lluvias, es decir, al menos dos aplicaciones por año.

La construcción de refugios en el huerto favorece el es-


tablecimiento de organismos benéficos; podemos dar un
espacio a las abejas sin convertimos en apicultores.

2.4 Gestión de la nutrición natural


Nutrición es el conjunto de procesos mediante los cuales los árboles toman
sustancias del exterior y las transforman en materia propia y energía; no es un
tema exclusivo de aplicación de fertilizantes, sino la luz solar, el aire, el agua
y los minerales que se convierten en materia prima para que las plantas, a
través de la fotosíntesis, elaboren sus propios nutrientes, en un proceso reali-
zado fundamentalmente en las hojas de los árboles.

Es una característica de los suelos tropicales no tener la capacidad para re-


tener los nutrientes minerales y, por lo tanto, estos se encuentran en la bio-
masa; por condiciones climáticas, la degradación de la materia orgánica es
36 muy rápida, impidiendo su acumulación; de esta manera se genera un ciclo
dinámico de restitución de nutrientes con la actividad de los organismos en-
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

cargados de su transformación; por ello no se puede concebir una nutrición


vegetal fundamentada en el aporte de fertilizantes, sin contar con la biología
del suelo.

“Como resultado de la acción integrada de procesos físicos, químicos y bio-


lógicos sobre las arenas, limos y arcillas, unidos a la materia orgánica viva y
muerta, se originan los agregados del suelo, los cuales adquieren cohesión
interna y externa, se estabilizan y presentan durabilidad. La agregación del
suelo permite que se generen poros por donde circula el agua lateral y ver-
ticalmente, el aire, los nutrientes, los gases, es decir, las condiciones que se
requieren para la vida” (Sánchez, 2007a).

No es posible entender el suelo como un ente inerte, sino que por el con-
trario se comporta como un organismo vivo; la fertilización de los suelos con
base en un análisis de suelos
solo interpreta la parte quí-
mica y no tiene en conside-
ración la parte biológica del
suelo, que es la característica
que lo diferencia de una su-
perficie cualquiera.

Es por ello muy acertado el


concepto “Suelo sano, plan-
tas sanas”. La calidad y pro-
ducción de las plantas está
directamente relacionada
con la calidad y fertilidad del
suelo; la vida que en el sue-
lo se desarrolle determinará
finalmente su condición de
fertilidad. Así pues, antes de
implementar un plan de nutrición es fundamental implementar un plan de
gestión del suelo que garantice un manejo adecuado para su protección y
conservación.

“La visión sistémica nos acerca a la fertilidad como propiedad emergente


que refleja la capacidad del suelo para sostener los cultivos, permitiendo que
expresen adecuadamente su productividad y que las condiciones de sani- 37
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

dad predominen. La fertilidad solo puede ser explicada desde lo holístico a


partir de la red dinámica que integra lo químico, lo físico y lo biológico del
suelo, dentro de un entorno y tiempo definidos, teniendo en cuenta que
dicha capacidad de sostenimiento es finita”, afirman Marina Sánchez, Martín
Prager, Rubén Naranjo y Óscar Sanclemente.

Expresado el concepto de nutrición, podemos reconocer las limitantes físi-


cas, químicas, biológicas y ambientales presentes en el huerto para la nutri-
ción natural de las plantas, lograr los mejores beneficios de las enmiendas en
la nutrición natural y así establecer propuestas de soluciones para el manejo
de las limitantes a la nutrición natural, tales como el caldo Súper Magro 10.

Materiales e insumos para elaboración del Súper Magro 10

• Caneca plástica (azul o negra) de 200 litros.


• Caneca plástica con capacidad de 20 litros.
• Melaza (o jugo de caña, doble cantidad), 14 kilos.
• Estiércol de vaca, 40 kilos.
• Suero crudo (o leche, pero una mitad de la cantidad), 24 litros.
• Roca fosfatada, 3 kilos.
• Ceniza de leña (cernida), 2 kilos.
• Sulfato de zinc, 2 kilos.
• Sulfato de calcio, 2 kilos.
• Sulfato de magnesio, 2 kilos.
• Sulfato de manganeso, 300 gramos.
• Bórax o ácido bórico, 1,5 kilos.
• Sulfato de cobre, 300 gramos.
• Sulfato ferroso, 300 gramos.
• Sulfato de potasio (opcional), 2 kilos.

Preparación (200 litros)



1. En la caneca completamente limpia y libre de agrotóxicos, agregar 50 litros
de agua (en lo posible natural, sea de quebrada, de agua lluvia, etc.). Si es
clorada, dejar en reposo por dos días.
2. Meter el estiércol fresco a manera de té en un tul o lona triple dentro de la
caneca, adicionando 24 litros de suero (o 12 litros de leche), más seis kilos
38 de melaza. Dejar fermentar de cuatro a cinco días, revolviendo todos los
días por cinco minutos.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

3. Cumplidos los días de fermento, sacar tres litros del preparado en cada una
de las canecas de 20 litros, adicionarles cuatro litros de suero, un kilo de
melaza disuelta, 100 gramos de ceniza y 200 gramos de roca fosfatada (el
sobrante de la ceniza y la roca se debe adicionar a la caneca de 200 litros
con el estiércol).
4. Disolver en agua tibia cada uno de los sulfatos de forma separada y apli-
carlos también de forma separada a cada una de las canecas de 20 litros.
Revolver muy bien.
5. Tapar con tapa o tela fina para evitar la entrada de moscas u otros insectos
y dejar en sitio fresco, resguardado de la luz directa de sol. Marcar la cane-
ca con la fecha de elaboración.
6. Dejar fermentar por cuatro días, revolviendo las nueve canecas todos los
días. Cumplido el tiempo, agregar cada caneca de 20 litros a la caneca con
el estiércol.
7. Revolver al menos dos a tres días por semana. Pero si es posible, hacerlo
todos los días durante 25 días.
6. Después de 25 días ya se puede usar. Este caldo puede almacenarse hasta
por seis meses.

Se puede enriquecer o aumentar cantidad de sulfatos aplicados, dependien-


do de los análisis de suelo y foliar o de la observación visual de deficiencias
nutricionales. Su aplicación puede ser foliar o edáfica.

Tenga en cuenta que la fertilización edáfica es la más indicada para los vege-
tales. Este biofertilizante se puede usar cada uno a dos meses en el cultivo.
Recuerde filtrar el caldo antes de usar con una media velada para evitar ta-
ponamientos en la maquinaria, en el equipo de aspersión o en tuberías de
conducción.

Recuerde usar elementos de protección (guantes de
nitrilo, gafas, tapabocas, delantal o impermeable)

Para la anterior preparación, de acuerdo con las experiencias de los agriculto-
res vinculados a ‘agricultura tropical’, han utilizado con buenos resultados las
39
siguientes dosis:
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Aguacate. Suelo: desde el 30 % al 40 % de concentración,


usando de uno a tres litros de la mezcla por árbol, según la
edad. Foliar: seis litros por caneca de 200 litros.
Cítricos. Suelo: desde el 30 % al 40 % de concentración, usan-
do de uno a tres litros de la mezcla por árbol, según la edad.
Foliar: seis litros por caneca de 200 litros.
Guanábana. Suelo: desde el 30 % al 40 % de concentra-
ción, usando de uno a tres litros de la mezcla por árbol,
según la edad. Foliar: seis litros por caneca de 200 litros
Plátano. Suelo: desde el 30 % al 40 % de concentración,
usando de uno a tres litros de la mezcla por árbol, se-
gún la edad. Foliar: seis litros por caneca de 200 litros.
Mora. Suelo: desde el 30 % al 40 % de concentración,
usando de uno a tres litros de la mezcla por árbol, según
la edad.
Foliar: seis litros por caneca de 200 litros.

Anexos
Herramientas biológicas y minerales para el mantenimiento de la sa-
nidad vegetal

La agricultura orgánica nos brinda, hoy como nunca a través de Internet, un


cúmulo de recetas biológicas que nos permite mantener la sanidad de los
huertos sin tener que usar agroquímicos perjudiciales.

Es muy importante que cada uno de nosotros realice la validación de estas


recetas en nuestro medio, pues ellas vienen del ensayo y el error.

Por esta razón, comparto con ustedes unas recetas sencillas que han sido
validadas por los productores que atendemos en el PNFH, en el Tolima.

Debo resaltar que las recetas por sí solas no son una garantía de sanidad ni
de control, pues ellas deben estar subordinadas a los criterios de ‘agricultura
40 tropical’, tales como: gestión de suelo, gestión de la fauna y la flora y gestión
de la nutrición natural.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Presento a ustedes seis recetas validadas por los productores, como es el caso
de José María Castaño, del municipio de Palocabildo, vereda Asturias, que
por más de cinco años viene manejando sus cultivos de aguacate con ellas,
obteniendo muy buenos resultados sanitarios, de calidad y de producción:

• Insecticida Apichi.
• M5.
• Caldo mineral.
• Caldo sulfocálcico.
• Caldo bordelés.
• Caldo microbial casero.

Insecticida Apichi:
• Una caneca de 200 litros.
• Ajo, 2 kilos.
• Ají seco, 2 kilos.
• Pimienta negra molida, 2 kilos.
• Alcohol al 90 %, 2 litros.
• EM, 40 litros.
• Melaza, 8 litros.
• Completar con agua hasta los 200 litros.
• Dejar reposar por 18 días.
• Colar.
• Dosis: para 200 litros es de cuatro litros de Apichi.

M5:
• Una caneca de 200 litros.
• Ajo, 3 kilos.
• Cebolla roja, 3 kilos.
• Ají, 3 kilos.
• Jengibre, 3 kilos.
• Hojas aromáticas, 2 kilos.
• Melaza, 4 litros.
• Vinagre, 4 litros.
• Alcohol al 90 %, 4 litros.
• EM, 10 litros.
• Picar muy bien los cinco primeros ingredientes o licuarlos si es posible. 41
• Dosis: para una caneca de 200 litros es de seis litros de M5.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

Caldo mineral para todo:


• Una caneca de 200 litros.
• Azufre, 12 kilos.
• Ceniza de madera, 12 kilos.
• Harina de piedra, 12 kilos.
• Sal mineral, 12 kilos.
• Cal viva, 12 kilos.
• Colar.
• Guardar en lugar fresco.
• Dosis: para una caneca de 200 litros es de cuatro litros de caldo mineral.

Caldo Sulfocálcico:
• Para 100 litros de agua.
• Azufre, 20 kilos.
• Cal viva (óxido de calcio), 10 kilos.
• Mezclar el azufre y la cal viva en seco.
• Poner a hervir el agua en un fogón.
• Agregar la mezcla del azufre y la cal viva al agua hirviendo.
• Cocinar durante 30 minutos.
• Revolver constantemente hasta conseguir un color rojo ladrillo en el
caldo.
• Se recomienda ir agregando agua en la medida en que se evapora,
con el objeto de mantener la concentración del caldo.
• Si usa las cantidades exactas, no tendrá problemas.
• Envasar en bidones para guardar, aplicando una película de medio
centímetro de aceite vegetal y tapar. Se pueden almacenar hasta
por cuatro meses.
• El residuo sirve como cicatrizante y se puede envasar.
• Dosis: para una caneca de 200 litros es de seis litros de caldo sulfocál-
cico (aguacate).

Caldo bordelés:
• Una caneca de 200 litros.
• Sulfato de cobre, 2 kilos.
• Cal hidratada (hidróxido de calcio), 2 kilos.
• En un recipiente plástico con 15 litros de agua se disuelve la cal hi-
42
dratada, se agita vigorosamente, se deja decantar por cinco segun-
dos y se agrega a la caneca de 200 litros.
Producción agroecológica de frutas y hortalizas

• En un recipiente plástico con 15 litros de agua se disuelve el sulfato


de cobre, introduciéndolo en una media velada, la que se agita en la
superficie del agua para que se disuelva adecuadamente; se agrega
la solución a la caneca de 200 litros.
• Tenga siempre el cuidado de agregar el preparado de sulfato de co-
bre sobre la cal.
• Complete la mezcla a 200 litros.
• Use cal hidratada fina que tenga granulometría impalpable.
• Para probar la acidez se introduce un machete, que si se oxida es
una señal de que se debe agregar un poco más de cal.
• No guardar.
• Dosis: este producto no se reduce, sino que se aplica tal como fue
preparado.

Caldo microbial casero:


• Una caneca de 200 litros (de color azul o negro).
• Melaza, 20 kilos.
• Levadura fresca, 1 kilo (levadura granulada, 200 gramos).
• Leche fresca, 20 litros (o suero crudo, 40 litros).
• Mezclar todo y completar 200 litros.
• Revolver todos los días durante cinco minutos.
• Almacenar en un lugar fresco.
• Se puede tapar con una tela fina para evitar la proliferación de mos-
cas y larvas.
• Se puede enriquecer con un mantillo de bosque a manera de té y
con entomopatógenos comerciales, según la necesidad.
• Dosis: la foliar desde un 30 % de concentración en adelante. En sue-
lo se debe aplicar preferiblemente puro de dos a tres litros por árbol,
tres veces por año. Recuerde que se deben dar condiciones adecua-
das para el desarrollo de los mismos.

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Convenio SENA – ASOHOFRUCOL 0045 de 2019

Bogotá, D.C., Colombia, 2019


Producción agroecológica de frutas y hortalizas

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