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REMA University 1

Licenciatura en Teología del Nuevo Pacto

Catedrático

MTh. Tommy Moya

Maestro Tutor

Lic. Martín Barboza

Estudiante

Kadir Leyva Tamayo

Tema

La Gracia en el Nuevo Testamento

Cuba, 12 de noviembre de 2020

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Introducción

La gracia debe ser entendida desde la óptica de Cristo mismo, obedeciendo a que

Él es la expresión máxima de la gracia de Dios. La gracia se hizo realidad

históricamente en Jesucristo, la gracia es Cristo céntrica. Él representa la misma imagen

de Dios lleno de gracia y de verdad de donde tomamos gracia sobre gracia. La gracia

del griego charis en el nuevo testamento reviste la encarnación, crucifixión y

resurrección de Jesucristo, esta palabra charis fue utilizada por Pablo exclusivamente

para expresar la acción única de Dios en Jesucristo. La gracia es un fin en sí misma, no

es un instrumento que Dios usa, la gracia es esencial, es Dios en acción a través de

Jesucristo. La gracia tiene relación con la operatividad de Dios que actúa a favor del

hombre. Dios se revela en la gracia a Sí mismo. Por medio de la ley viene el

conocimiento del pecado (Santiago 2:9); por eso dice la palabra: (Romanos 3:23) por lo

cual, todos estamos incluidos como un hecho fehaciente y nadie puede escapar de esta

premisa, luego, todos necesitamos el perdón de nuestros pecados. En derecho las cosas

se deshacen en la misma forma en que se hacen, así como por un hombre, entro la

transgresión y condenación que constituyó al hombre como pecador; por la obediencia

de uno, muchos serán constituidos justos y todo esto mediante la gracia de nuestro

Señor Jesucristo (Romanos 5:18-21). La justificación es el acto de la soberanía de Dios

mediante la cual declara justo al pecador que cree, cuando Abraham creyó le fue

contado por justicia, esto es, la justificación. En el nuevo testamento numerosos pasajes

nos señalan que la gracia está conectada con la resurrección de Cristo. Pablo dice que

Jesucristo (Romanos 1:4) y más adelante señala que Cristo resucitó para nuestra

justificación de la cual somos partícipes por la fe en Su gracia. La acción de Dios a

través de Jesucristo en la humanidad es la reconciliación de todas las cosas con el

propósito de que todo lo que sea reconciliado sea la expresión misma de la naturaleza de
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Dios. La reconciliación que hemos recibido por gracia se manifiesta en las relaciones

interpersonales puesto que el reconciliador habita en nosotros y vive Su vida en

nosotros.  En este ensayo se va a profundizar en la gracia del perdón de pecados, la

gracia y la justificación, la justificación en el viejo y nuevo pacto, la justificación en el

evangelio del hijo, el fruto de la gracia, y la justificación hace posible la reconciliación.

La Gracia y el Perdón del pecado.

La obra de la Cruz, expresión de su amor para nuestras vidas y que por la acción

de la Fe accedimos a su gracia para ser salvos. Como dice la palabra, estábamos

muertos en nuestros delitos, operando en la vieja naturaleza, pero hemos sido llamados

al arrepentimiento para ser perdonados. La gracia no es un habilitador para continuar

pecando, si bien consideramos que aun portamos esa naturaleza desobediente pero su

Gracia es la que nos habilita abrirnos al arrepentimiento genuino que procede de Él y así

expresamos a través de nuestras vidas el nivel de madurez en el que nos encontramos.

La Gracia de Dios presenta su propuesta: de aquí en adelante dependerás absolutamente

de mí. Es hermoso saber que fuimos salvos por gracia, pero una vida entera en la gracia

de Dios es un desafío que incomoda a nuestra alma. Nuestro hombre natural quiere

siempre mantener el control. Por cierto, esa sensación de control. Que el alma

experimenta cuando pone todo su esfuerzo en la vida, es totalmente falsa y mentirosa,

pero ella lo cree (Ballistreri, 2018). 

La Gracia y la Justificación

Sabemos que desde el momento que hemos confesado y creído en Él, fuimos

muertos, crucificado y resucitados en Él. Siendo justificados del pecado siendo la

justificación otro aspecto de la Gracia. Este proceso se llama «ley de la fe». Al respecto,

Romanos 3:27 dice: «¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley?

¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe» (RVR, 1960). Así pues, en el acto de
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ser justificados, la vida de Jesucristo y su sacrificio son imputados a aquellos que son

llamados por Dios. (Moya, 2020, p3.). Nuestra Justificación para nada es meritocracia,

si no que fue por su misericordia, que nos regenero cambiándonos de naturaleza,

justificados por su gracia llamados a ser herederos conforme a la esperanza que es

Cristo. Abel Ballisteri explica que la cruz no solo perdona los pecados, es mucho más

poderoso, hemos sido justificado, es un término legal después del juicio, no hay

sentencia, no hay condena después de la cruz. La mayor expresión de la Cruz es la

justificación. El evangelio nos va perfeccionándonos sacándonos de los vestigios del

pecado que nos esclavizaba y Él nos recuerda todo el tiempo que hemos sido

justificado.

La justificación en el Viejo y Nuevo pacto

Entender el tema de la justificación nos hace ver con claridad el amor de Dios

manifestado a través de Cristo para el ser humano, Dios desde la caída del hombre

declaró una palabra de esperanza para el hombre, (Génesis 3;15) y así sucesivamente

Dios fue profetizando a través de sus siervos que ese tiempo de justificación total

llegaría, por lo tanto Si hemos de entender la gracia tal como se revela en el Nuevo

Testamento, necesitamos tener una visión clara de la totalidad del Nuevo Testamento.

La gracia es un asunto de gran importancia. Para los judíos, la entrega de la ley por

medio de Moisés fue un gran evento. El hecho de que la venida de la gracia esté en

contraste con la entrega de la ley, indica que la gracia es mayor que la ley. Con respecto

a los judíos, aparte de Dios mismo nada era mayor que la ley. Pero Juan 1:17 indica que

la gracia es mayor que la ley. La ley fue dada, pero la gracia vino. La gracia no es una

cosa física o material; es divina y espiritual, lo que la gracia de Dios es para nosotros

abarca todo el Nuevo Testamento, desde el principio de Mateo hasta el final de

Apocalipsis. El Dios Triuno, el Padre, el Hijo y el Espíritu, ha sido procesado a través

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de la encarnación, el vivir humano, la crucifixión, la resurrección y la ascensión a fin de

entrar en nosotros, de ser uno con nosotros y de ser todo para nosotros. Ahora Él es

nuestra redención, salvación, vida, vivir, santificación y transformación, y Él será

nuestra conformación, glorificación y eternidad. Esta es la porción de los santos en luz

(Col. 1:12).

La justificación en el Evangelio del Hijo

El Dios del universo nos ha dado un regalo increíble y revolucionario de gracia y

libertad —libertad y gracia que nos diferencian de cualquier otra religión en la faz de la

tierra. La gracia se recibe, no se logra, ejemplo a partir de nuestra regeneración, Cristo

ha estado residiendo en nuestro espíritu a fin de vivir en nosotros y con nosotros. Por

medio de vivir en nosotros, Cristo nos capacita para que tengamos la clase de vivir que

satisface a Dios. En Su gracia, Cristo vive en nosotros y con nosotros. Como hijos de

Dios solo tenemos una contraseña para entrar en el Reino de Dios y es gracia.   Miremos

cuatro verdades de la justificación: a) Dios es justo: Dios de antemano sabiendo que el

hombre no era capaz por si solo de presentarse justo delante de Dios, preparo un plan

para redimir al hombre y vivificar su espíritu, comprendiendo esto entendemos entonces

que hemos sido homologados en Cristo y desde esa verdad poder presentarnos justos

delante de nuestro Dios, ese era el objetivo, (Lucas 18:7-Hechos 3 :25, b) Jesucristo es

el justo: dejó su trono de gloria, por el puro afecto de su voluntad para venir a morir por

el ser humano al fin de reconciliarlo con Dios a través de la importación de su vida,

justificándonos mediante su sacrificio y posicionándonos a través de la gracia en lugares

celestiales; c) Somos hechos justos en Cristo: somos declarados santos, nuestro estado

actual a través de la justificación es inocente, una definición para la palabra justificación

es (la habilidad de pararme delante de Dios como si el pecado nunca hubiera existido)

hemos sido reconciliados por gracia,   d) Cristo es nuestra justicia: de acuerdo a Gálatas
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2: 20 Cristo es el que mora en mí, por lo tanto mi nueva vida determina una

responsabilidad de vivir, pero aún así en este proceso de que Cristo sea formado en

nosotros, si llegamos a pecar la biblia nos dice << y si alguno hubiere pecado, abogado

tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo >> (1Juan 2:1), gozamos y disponemos

de esta confianza porque es nuestra justicia, pero esta justicia no se puede usar como

libertinaje, pues Él es Santo y por su gracia nosotros también.  

El fruto de la Gracia

Siempre se nos enseñó que íbamos a ser aceptados por lo que hacíamos y eso

nos llevó a esforzarnos en gran manera, creyendo que nosotros éramos capaces de

producir fruto y agradar al Señor por nuestras obras. El legalismo solo nos decía tienen

que producir mucho fruto.  Moya (2008) menciona «No busque el fruto, porque lo va a

producir Dios en usted por medio de la relación que tenga con Jesucristo.» (p.81) Es

decir nuestra responsabilidad no es producir fruto, sino demostrar el fruto que ya se

produjo en nosotros por Gracia y solo la podemos disfrutar permaneciendo en Cristo.

Cuando el Apóstol Pablo le escribe a Tito, le dice, que la Gracia se ha manifestado, está

exponiendo el medio y el propósito de la Gracia, está refiriéndose a que Cristo la

manifestó. «Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los

hombres» Tito 2:11 (Reina Valera, 1960) A quiénes la reciben, trae resultados positivos,

pues juntamente con la fe, ayuda a renunciar a la impiedad, a los deseos mundanos, es

decir produce un cambio en nosotros y nos capacita para vivir en mente cabal, de

manera prudente y en rectitud, y reverencia, sin darle lugar a ninguna pasión carnal e

injusticia.  

Reconciliados para reconciliar

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Debemos recordar que la justificación es el acto de Dios Padre, por medio del

sacrificio de Cristo, de justificarnos de la pena del pecado, siendo pecadores y

reconciliarnos con Él. No solo se nos perdonan los pecados sino que también se atribuye

la justicia de Cristo. «Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo

por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo

reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y

nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.» 2 Corintios 5: 18-19 (Reina

Valera 1960). Valorando las palabras griegas que en el Nuevo Testamento hacen

alusión a la reconciliación y su origen en la palabra kata, y su uso en numerosos

versículos del Nuevo Testamento, nos damos cuenta que su significado está enfocado a

restablecer algo, intercambiar, volver a. La pregunta sería ¿Que quería Dios reconciliar?

Para responder esto debemos reconocer que la relación entre Dios y el hombre había

sido quebrantada, la Biblia lo refiere en muchos versículos, existía una separación,

distanciamiento, aislamiento, hostilidad y enemistad. «Pero vuestros pecados han hecho

división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de

vosotros su rostro para no oír» Isaías 59:2 (Reina Valera, 1960) No había ninguna

manera, que el hombre por sus esfuerzos, pudiera remediar esta situación. «Porque si

siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más

estando reconciliados, seremos salvos por su vida.» Romanos 5:2 (Reina Valera, 1960)

Por lo que Dios toma la iniciativa de actuar en favor del hombre para efectuar la

reconciliación. Que maravilloso es nuestro Dios, debía sentirse ofendido, molesto, con

el hombre por todo lo que había causado desde el Edén y por el contrario sigue

manifestando su amor y busca la manera de reconciliarnos con Él, tomando la iniciativa

y actuando como el objeto de la reconciliación, es decir que en su ira hacia el pecado, lo

que nos hace enemigos de Dios, lo cambia en una relación reconciliada llevando su
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juicio sobre el sacrificio de su Hijo. Proclamar, que la esencia de la reconciliación es el

fin de la enemistad y el distanciamiento. No podemos ignorar que la reconciliación fue

por medio de la muerte de Jesucristo en la cruz. «Y a vosotros también, que erais en

otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha

reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y

sin mancha e irreprensibles delante de él.» Colosenses 1:21-22 (Reina Valera, 1960)

Para que esta obra realizada por Cristo sea efectiva en una unión espiritual con Dios,

debemos ser receptivos, debemos recibir la reconciliación y aceptarla por la fe. El

reconciliador vive en nosotros, y si hemos recibido la reconciliación por gracia entonces

nosotros debemos ser instrumentos de reconciliación y poderles mostrar a otros lo que

disfrutamos en Él: Su paz, la comunión con Él, el amor, el gozo, la restauración, su vida

salvadora.  

Conclusión

La gracia en el Nuevo Testamento es la mayor expresión de Dios para nuestras

vidas, la gracia es Cristo mismo operando en la vieja naturaleza y llamándonos al

arrepentimiento para ser perdonados y justificados del pecado. Somos justificados por

su misericordia, ya que no hay mérito alguno que permita esta justificación. Por su

bendita gracia fuimos regenerados y cambiados de naturaleza, y nos hizo herederos

conforme a la esperanza que es en Cristo. La gracia se recibe por medio de Jesucristo

que mora en nuestros corazones, esa gracia nos capacita para vivir en rectitud y no darle

lugar a la carnalidad, de tal manera que nuestra vida sea agradable a Dios. Para el Señor

es importante que esta palabra Gracia no solo sea parte de nuestras vidas, sino que tenga

un efecto práctico en nuestro diario vivir, por eso nos exhorta a crecer en la gracia y en

el conocimiento de la vida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Son justificados

nuestros pecados por el sacrificio de la obra consumada de la Cruz, y a su vez

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reconciliados con Dios el Padre, y nos dio el ministerio de la reconciliación, ya que

nuestra relación con Él era de enemistad y no había esfuerzo humano que pudiera

remediar dicha situación, pero al recibir la reconciliación por gracia, nosotros debemos

ser sus colaboradores del reino reconciliando al mundo con el Señor.

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Bibliografía

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https://WWW.YouTube.com/Wach?v=XBHrWgdz9u8.

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Moya, T. (2008). El Maravilloso Evangelio de la Gracia.

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