Organizacion Mundial Del Comercio Monografia

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Organización mundial del comercio

RESEÑA HISTÓRICA
El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, más conocido por sus
siglas en inglés, GATT, fue un tratado internacional firmado el 30 de octubre de 1947. A
pesar de que su texto no disponía el establecimiento de ninguna organización ni
estructura institucional, de hecho, se recurrió a algunas ficciones jurídicas para
establecer una organización instalada en Ginebra en la que las Partes en el GATT
celebraban reuniones, instituyeron órganos permanentes y formaron una estructura
administrativa encabezada por un Director General.

En 1986, una reunión muy importante convocada por el GATT en Punta del
Este (Uruguay) aprobó una declaración en que se dispuso la iniciación de una ronda de
negociaciones comerciales multilaterales, que habría de conocerse como "Ronda
Uruguay", destinada a sustituir y ampliar el conjunto de acuerdos entonces en vigor
sobre diversos temas de comercio internacional.
La Ronda se prolongó hasta 1993 y culminó en una reunión celebrada ese año
en Marrakech (Marruecos). Allí se firmó el "Acta Final" de la Ronda y el conjunto de
acuerdos sobre diversos temas, así como el "Acuerdo por el que se establece la
Organización Mundial del Comercio" . A partir de entonces quedó convenido que las
disposiciones originales del GATT se denominarían "GATT de 1947" mientras que las
resultantes de sus modificaciones acordadas serían el "GATT de 1994".
La Ronda Uruguay incorporó por primera vez en el "sistema multilateral de comercio"
varios temas que hasta entonces habían estado excluidos de él. Los principales fueron
el comercio de servicios, la agricultura, los textiles y la propiedad intelectual.
En 2001 se inició la Ronda de Doha cuyo primer resultado costó doce años conseguirlo.
Fueron los acuerdos de Bali de diciembre de 2013.

I. INTRODUCCIÓN
El comercio como actividad económica y social tiene sus orígenes en las primeras
épocas de la historia de la humanidad. El nacimiento de los estados modernos
planteó sobre este esquema tradicional nuevos elementos a considerar y,
paulatinamente, las reglamentaciones administrativas del comercio y la presencia
de los poderes públicos en estas actividades comerciales aumentaron y revistieron
formas cada vez más complejas y diferentes.
El siglo XIX, dominado por la economía británica, fue, en general, un largo periodo
de rápido crecimiento comercial; los años treinta del siglo XX, caracterizado por la
convulsión de la gran Guerra y por la fortísima depresión iniciada a finales de la
década anterior, son años en que la corrientes comerciales se reducen; la segunda
mitad del siglo XX, con presencia dominante de la economía norteamericana, es
testigo de un crecimiento considerable del comercio considerable del comercio
que, en términos generales, ha ido por delante de la producción total. Puede
decirse, sin temor a equivocarse, que la segunda mitad del siglo XX constituye, con
altibajos, un largo periodo de desarrollo abierto, por lo menos para los países
industrializados.
El sistema multilateral de comercio, establecido a finales de 1947 con la firma del
Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) buscaba una
mayor liberalización del comercio mundial a través de la cooperación internacional,
cooperación que se ha consolidado y potenciado con la creación de la Organización
Mundial de Comercio (OMC). Organización que, fuera de toda duda, constituye,
hoy, el mayor ente operativo del orden económico universal denominado
globalización.
El objetivo del presente artículo es el análisis de la liberalización comercial
multilateral llevada a cabo en el seno del GATT y, posteriormente, en la OMC. El
primer epígrafe se dedica al análisis del GATT como instrumento de liberalización
multilateral comercial examinando los antecedentes, principios básicos de
funcionamiento y su evolución, enfatizando en la última ronda de negociación del
GATT, la Ronda Uruguay.
Posteriormente se examina la OMC a través del estudio del contenido y los
objetivos que persigue, del funcionamiento y de los nuevos problemas del
comercio mundial. Por último, la creación de la OMC ha supuesto un cambio
importante con respecto al sistema GATT por lo que el epígrafe final se consagra al
establecimiento de una comparación entre el GATT y la OMC. Comparación que
permite detectar las debilidades del sistema anterior, las fortalezas del nuevo y las
razones que han provocado la transformación del Acuerdo en un Organismo
Especializado del Sistema de Naciones Unidas.

II. OBJETIVOS

 La OMC propende por elevar los niveles de vida, lograr el pleno empleo
y un volumen considerable y en constante aumento de los ingresos
reales y de demanda efectiva; incrementar la producción y el comercio
de bienes y servicios permitiendo al mismo tiempo la utilización óptima
de los recursos mundiales, de conformidad con un crecimiento
sostenible.

 Realizar esfuerzos positivos para que los países en desarrollo y


especialmente los menos adelantados se beneficien de una parte del
comercio internacional.
 Celebrar acuerdos encaminados a obtener sobre la base de reciprocidad
y mutuas ventajas, la reducción sustancial de los aranceles aduaneros y
de los demás obstáculos del Comercio.
III. DESARROLLO

3. EL PAPEL DEL GATT COMO INSTRUMENTO DE LIBERALIZACIÓN


MULTILATERAL COMERCIAL

3.1. Antecedentes y principios básicos de funcionamiento

La finalización de la segunda guerra mundial y el fuerte deterioro que


experimentaron las relaciones económicas internacionales a lo largo del
periodo entreguerras, provocó que los países aliados, con EEUU a la cabeza,
asumieran la responsabilidad de recomponer los elementos básicos de una
disciplina económica mundial en los ámbitos comercial, monetario y financiero.
La planificación del orden económico de la posguerra constituyó un hecho sin
precedentes. En un período relativamente breve, los países acordaron las
normas básicas, que regularían las relaciones económicas internacionales y
definieron y crearon los organismos internacionales que desarrollarían y
ejecutarían la normativa. Para ello, muy pronto, en la Conferencia de Bretton
Woods, se crearon el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional
de Reconstrucción y Desarrollo/Fomento que tendrían como misión la
regulación de las cuestiones monetarias y la movilización de capital a largo
plazo necesaria para lograr un crecimiento adecuado. El edificio institucional se
completaría con la creación de una Organización Internacional de Comercio
(OIC) que no fue posible. Aunque su creación fue realmente acordada en la
Conferencia de la Habana, nunca llegó a ser ratificada por los países,
especialmente por Estados Unidos; una paradoja, si se tiene en cuenta que fue
el principal promotor de la idea. Varias fueron las razones que motivaron esta
decisión, entre ellas, cabría destacar su evolución política y, sobre todo, el
recelo existente hacia un organismo internacional, que podía impedir su plena
libertad de decisión en materia de comercio.

Mientras seguían los trabajos preparatorios de la Carta de la OIC los principales


países llevaron a cabo una serie de negociaciones arancelarias encaminadas a
reducir aranceles y preferencias. Estas negociaciones dieron lugar al Acuerdo
General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio -General Agreement on Tariffs
and Trade- GATT. El acuerdo entró en vigor el 1 de enero en 1948 al mismo
tiempo que las rebajas arancelarias acordadas. A partir de su entrada en vigor,
asumió muchos de los principios que hubiera seguido la
OIC, pero configurado como un proyecto, claramente, menos ambicioso en su
objetivo de vigilar la disciplina comercial internacional. El GATT se convirtió en
un marco estable donde las partes contratantes (países) de los acuerdos
multilaterales encontraron unas bases genéricamente aceptadas de
negociación sirviendo, a su vez, para zanjar potenciales conflictos en la
interpretación de los acuerdos. El GATT, a diferencia del FMI y BIRF, nunca fue
un organismo de Naciones Unidas sino un acuerdo internacional multilateral
que reguló las relaciones comerciales entre sus signatarios.

Los principios básicos de funcionamiento del GATT persiguieron, como objetivo


central, la consecución de un comercio internacional más libre, a través de la
negociación multilateral y el respeto a los acuerdos alcanzados. Fueron los
principios de no discriminación, reciprocidad y transparencia. El eje central lo
constituyó el principio de no-discriminación institucionalizado en la cláusula de
la nación más favorecida que aseguraba la multilateralizarían de las
concesiones y contraprestaciones conseguidas en cualquier negociación. El
principio de reciprocidad de las concesiones mutuas, menos
contundentemente definido supuso, también, un principio común de actuación
por los países contratantes.

III.1. El proceso de liberalización del comercio

Las negociaciones multilaterales fueron la actividad más importante del GATT.


Se iniciaron con la firma del Acuerdo en 1947 en Ginebra celebrándose siete
posteriores (véase cuadro 1) que, generalmente, llevan el nombre de la ciudad
o Estado en que se acordó o la de algún político que la impulsó. Desde su
creación hasta 1994 se conformó un largo período de liberalización comercial
protagonizado por el GATT y definido por su falta de homogeneidad tanto en
los logros conseguidos como en el método utilizado para negociar las
reducciones arancelarias.

Hasta la quinta Ronda -“Ronda Dillon”- se desarrolló un proceso de


liberalización comercial, que, inicialmente se caracterizó por fuertes
reducciones arancelarias ofrecidas por EEUU, y, que posteriormente se
ralentizó, entre otras cosas por la creación de la Comunidad Europea. El
procedimiento de negociación utilizado fue bilateral basado en la oferta-
contraoferta producto por producto. De esta forma, iniciada la Conferencia,
cada parte presentaba a las restantes una serie de peticiones formuladas en
una serie de solicitudes para las que se querían obtener consolidaciones
arancelarias. Si el país aceptaba, el país solicitante había de dar una ventaja de
valor equivalente al país otorgante. Las concesiones se formalizaban en listas,
una para cada país, en la que se incluía la totalidad de las concesiones hechas al
resto de los signatarios del GATT. Este procedimiento, producto por producto
para su ulterior multilateralización, fue muy efectivo al principio y resultó
después demasiado enojoso y difícil para conseguir los necesarios acuerdos.

Este método se sustituyó a partir de la sexta Ronda (“Ronda Kennedy”) por una
nueva fórmula de negociación basada en un sistema de rebajas lineales.
Consistía este sistema en el establecimiento de una reducción lineal de partida
de los aranceles como regla general, a partir del cual los países negociaban la
lista de excepciones a esa regla general. Esta nueva fórmula supuso un empuje
al proceso de desmantelamiento arancelario de los productos manufacturados
y, aunque, aparecieron en la negociación temas que nunca habían estado bajo
el amparo del GATT, no fue posible incluirlos ya que no se alcanzó acuerdo
alguno.

La Ronda Kennedy fue la más importante de las celebradas hasta entonces


tanto por el volumen de comercio al que afectó como por el cambio en el
sistema de negociación. Aun con todos sus defectos, al comienzo de los años
setenta, con un clima de crecimiento importante del comercio internacional, el
GATT mostró las ventajas de la cooperación frente al enfrentamiento como
forma de resolver las cuestiones asociadas a las relaciones comerciales entre
países. No obstante le quedaban muchas cuestiones pendientes por resolver
entre las que cabe destacar la provisionalidad del Acuerdo y no haber
conseguido la universalización. A estas cuestiones se dedicarán las dos Rondas
siguientes.

Los años que marcan el inicio y la conclusión de la séptima Ronda (“Ronda


Tokio”, 1973 – 1979) definieron una situación generalizada de crisis por la que
pasaba en aquellos momentos la economía mundial. El cambio cualitativo que
comenzó en la anterior Ronda, en cuanto a la forma de negociar se consolidó
en esta Ronda, donde los mayores esfuerzos se centraron en las barreras no
arancelarias. Como resultado de esta negociación se redujeron notablemente
los aranceles aplicables a los productos industriales, entre los principales países
industriales del mundo occidental, aunque no sucedió lo mismo con los países
en desarrollo. La novedad más importante de esta Ronda fue la adopción de
varios códigos de conducta que pretendían reducir las barreras no arancelarias.
Ahora bien algunos de estos códigos no fueron acordados o lo hicieron de
forma inadecuada, pese a ser objeto de negociación.
III.2. La Ronda Uruguay

La década de los ochenta configuró un escenario mundial marcado por una


recesión económica generalizada y por la articulación de tres grandes bloques
comerciales a escala mundial, EEUU, la Comunidad Económica Europea y Japón.
Escenario que
determinó el origen y la negociación de la octava y última Ronda del GATT y,
por supuesto, el resultado final en 1993.

Fue la más amplia de las negociaciones y los antecedentes inmediatos que


caracterizaron el periodo entre rondas definieron, a su vez, algunos de los
elementos explicativos del proceso de negociación y de la dinámica de los
acuerdos logrados durante los últimos años. La negociación, a diferencia de las
anteriores, se caracterizaría por la transparencia conforme a los objetivos y a
los principios del Acuerdo General, la globalidad y la aplicación de los principios
de trato diferenciado y favorable a los países en desarrollo. El GATT introdujo
por primera vez los temas agrícolas, sometiéndolos de forma general a sus
reglas básicas de negociación obteniendo la transformación en aranceles de los
mecanismos de protección utilizados en el sector.

Hasta el último momento, el tema agrícola supuso un freno al cierre de la


Ronda, y fue la propia reforma de la Política Agrícola Común (PAC) la que,
abandonando la insistencia europea en el mantenimiento de los subsidios a la
exportación, permitió el acercamiento suficiente para llegar a un acuerdo final.
Es importante destacar que significó más que la mera inclusión de los
productos agrícolas llegándose a reducciones concretas de las barreras, y
alcanzando objetivos específicos de liberalización. En el ámbito del comercio de
productos textiles la contribución más relevante fue el compromiso de eliminar
el actual sistema de cuotas (acuerdo multifibras para finales de la década).

En relación con las barreras no arancelarias, la Ronda Uruguay significó su


reducción sustantiva, pues la desaparición gradual de las restricciones
voluntarias a la exportación (VER), comportará beneficios para los países en
desarrollo. Como resultado final de la Ronda Uruguay se produjo el
desdoblamiento del GATT tradicional en dos nuevos acuerdos: el que establece
la Organización Mundial del Comercio y en el que se integra el Acuerdo General
sobre Aranceles y Comercio resultante de la Ronda Uruguay (GATT 1994) así
como una serie de acuerdos sobre diversas materias no arancelarias y relativas
a sectores.
Los aspectos positivos derivados de la Ronda Uruguay son incuestionables, sin
embargo, no hay que desestimar que, en algunas áreas, el Acta Final quedó
lejos, en sus resultados concretos, de las expectativas que se habían formado.
Incluso en los sectores en los que se había avanzado más en las negociaciones,
agricultura y textiles, no se sabe si tales rebajas conducirán a una liberalización
efectiva y si beneficiará de forma equitativa a los distintos grupos de países
involucrados en el comercio internacional.
4. LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO

4.1. Objetivos y contenido

La Organización Mundial de Comercio, en adelante OMC, es el organismo,


dentro del marco de Naciones Unidas, sustitutivo del GATT en todas sus
funciones. Por tanto, a diferencia de este último, tiene un estatuto legal
perfectamente definido creado por medio de un acuerdo con características de
tratado internacional, con personalidad jurídica propia y de características
similares a la de los organismos especializados de Naciones Unidas.

Tiene asignados una serie de ámbitos de actuación que se resumen en la


aplicación de cinco acuerdos multilaterales: Comercio de mercancías (GATT
1994), Comercio de servicios (GATS), Aspectos de los Derechos de Propiedad
Intelectual relacionados con el comercio (ADPIC), Normas y procedimientos por
los que se rige la solución de diferencias y Mecanismo de examen de políticas
comerciales y cuatro acuerdos plurilaterales, cuyas normas afectan
esencialmente a los países que los han firmado.

La estructura diseñada para la OMC recoge en buena parte la que el Acuerdo


fue estableciendo a partir de 1955. El órgano supremo es la Conferencia
Ministerial, compuesta por representantes de todos sus países miembros, que
ha de reunirse cada dos años como mínimo; que tiene la facultad de adoptar
decisiones sobre todos los asuntos comprendidos en el ámbito de cualquiera de
los Acuerdos multilaterales; examina los trabajos en curso, da orientaciones
políticas para esa labor, y establece el programa para la continuación de los
trabajos.
En los períodos entre conferencias el órgano de mayor entidad es el Consejo
General, compuesto por representantes de sus miembros, a quien corresponde
adoptar las medidas que sean necesarias, además de llevar a cabo las tareas
concretas que se le atribuyan en el Acuerdo sobre la OMC. Ejerce las funciones
de la Conferencia en los intervalos entre reuniones. Su competencia más
importante es la de ser el órgano de solución de diferencias desempeñando,
también, las funciones de órgano de examen de políticas comerciales. Asume,
sobre todo, la coordinación del complejo tinglado institucional, la competencia
de interpretar los Acuerdos y el poder de conceder derogaciones. De él
dependen los órganos creados específicamente para cada uno de los cinco
acuerdos multilaterales señalados, así como de los llamados plurilaterales. A
cada consejo, o a cada órgano, se le asocian comités y grupos de trabajo.

También estableció una Secretaría dirigida por un Director General, que será
nombrado por la Conferencia y ésta, a su vez, adoptó un reglamento que
definirá las funciones, derechos y deberes del director. La toma de decisiones
en la OMC, siguiendo la tradición del GATT, será por consenso, es decir, se
adoptan las decisiones si ningún miembro presente en la Reunión se opone
formalmente a ello. En los casos en los que no se puede pactar el consenso se
llega a la votación. Cada miembro dispone de un voto; los miembros que
formen una unión aduanera o cualquier otro tipo de unión dispondrán de un
voto por cada miembro de la OMC.

Los miembros de la OMC fueron, inicialmente, las Partes Contratantes del


GATT, siempre que aceptaran los acuerdos comerciales multilaterales. A estos
miembros se añadirán los que, mediante un procedimiento de adhesión
adquieran esta condición. Al igual que en el GATT apunta que se fijarán las
condiciones para cada caso particular.

La OMC se constituye, por tanto, en el foro de discusión y negociación que,


hasta su creación, venía auspiciando el GATT. Asume, también, la
responsabilidad de cooperar con el FMI y el Banco Mundial y sus organismos
conexos. En este sentido, su carta fundacional establece que el Consejo General
concertará acuerdos apropiados de cooperación efectiva con otras
organizaciones intergubernamentales que tengan responsabilidades afines a la
OMC y sobre los que el Consejo podrá adoptar las disposiciones de
colaboración.

Como meta a alcanzar con el funcionamiento de la OMC, se establece “el


desarrollo sostenible” desde una perspectiva de la utilización óptima de los
recursos naturales, en un marco de respeto y de protección al medio ambiente.
Los dos aspectos fundamentales que configuran el ámbito de interés de la
relación entre el comercio internacional y el medio ambiente son, por un lado,
el impacto que los procesos de liberalización comercial tienen sobre los
estándares de protección ecológica y, por otro, la influencia que dicha
liberalización tiene sobre los patrones de competitividad.

En cualquier caso, la OMC sigue rigiéndose por las decisiones, procedimientos y


prácticas que definían la actuación del GATT, si bien ampliando su ámbito de
funcionamiento a otros campos, que no son únicamente los relativos al
comercio de mercancías.

4.2. La OMC en funcionamiento

La primera Conferencia Ministerial de la OMC tuvo lugar durante los días 9 a 13


de diciembre de 1996, en Singapur y permitió comprobar la eficacia de la nueva
entidad, en la que se apoya el sistema global de comercio. En esta Conferencia
se estudiaron tres cuestiones fundamentales:

 Evaluación de la puesta en marcha de los acuerdos de la Ronda Uruguay de


1994, que se calificó de razonable.
 Elaboración de una agenda de trabajo para los años 1997 y 1998
 Impulso de las negociaciones en marcha y, específicamente, de dos
acuerdos, el relativo a las tecnologías de la información (ATI) y el acuerdo
sobre telecomunicaciones.

La Declaración final concretó algunas cuestiones y advirtió sobre la


heterogeneidad en la introducción de la normativa comercial de los países
miembros. En cualquier caso, desde diciembre de 1996 hasta mayo de 98 han
sido 30 los países que han intentado acceder a la organización, y muy
significativamente Rusia y China que tenían que introducir considerables
reformas en sus sistemas económicos30, lo que indica, en cierta medida, el
éxito de la Organización.

La reunión de Singapur constituyó la primera prueba de esta nueva


organización sirvió, tanto para reafirmar su papel como gestor del
ordenamiento y liberalización del comercio internacional como para lanzar
nuevas ideas.

Las funciones básicas de la OMC son:

a) Administrar e implementar los acuerdos multilaterales y plurilaterales que


la conforman.
b) Actuar como un foro para las negociaciones de comercio multilaterales.
c) Resolver disputas comerciales;
d) Vigilar las políticas nacionales de comercio;
e) Cooperar con otras instituciones internacionales involucradas en la
generación de políticas económicas globales.

Se señala que la OMC es una organización global encargada de vigilar la


aplicación de los acuerdos del GATT y sus acuerdos conexos, del Acuerdo
General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), el Acuerdo sobre los Aspectos
de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC),
y los demás instrumentos que forman parte de su ordenamiento jurídico. Esta
organización constituye un foro de negociación permanente entre los países
miembros para proseguir la liberalización del comercio de bienes y servicios,
además de negociación sobre otras cuestiones relacionadas con el comercio
que puedan seleccionarse con miras a la formulación de reglas y el
establecimiento de disciplinas. Además, la OMC lleva a cabo exámenes
periódicos de las políticas comerciales de los países miembros y ésta encargada
de resolver las diferencias comerciales que surgen entre los países miembros.

4.3. Los nuevos problemas del comercio mundial. La Ronda del


Milenio

Mil novecientos noventa y nueve fue un año turbulento para la OMC, estuvo
presidido por numerosas tensiones entre las grandes potencias comerciales
mundiales estando la OMC en el centro de muchos debates a lo largo de
muchos meses.
El primer debate que se produjo fue la imposibilidad de nombrar sustituto para
su Director General (Renato Ruggiero) en tiempo y forma. Como afirma Granell
“la falta de avenencia obligó a una solución salomónica de alargamiento y
división del mandato, de forma que el Sr. Moore tomó posesión el 1 de
septiembre cuando debiera haberlo hecho el 1 de mayo”.

Pero los problemas no acabaron ahí, durante 1999 proliferaron las disputas
comerciales sometidas al Mecanismo de Solución de Diferencias de la OMC. El
acontecimiento más significativo ha sido, sin duda, el fracaso de la Reunión
Ministerial de la OMC, que se celebró en Seattle, con relación al proyecto de
lanzamiento de la que debería haber sido la Primera Ronda de Negociaciones
Multilaterales de la OMC.

Los grandes países ya tenían dificultades sobre la Agenda que debería guiar los
trabajos de la potencial Ronda del Milenio, que unidas a las presiones adversas
en las calles y las quejas de los Países en Desarrollo para que se retrasara la
convocatoria hicieron que, efectivamente, no se lanzara la nueva Ronda de
Negociación.

“Nunca una reunión internacional de estas características había provocado


tanto revuelo. Los ecologistas opuestos a unos patrones de consumo no
sostenibles, los sindicalistas de los países pobres opuestos a las exportaciones
de países que permiten la explotación de sus trabajadores, los ideológicamente
opuestos a la globalización destructora de los valores y las culturas indígenas,
los amantes de la diversidad cultural y otros grupos, se unieron para boicotear
el lanzamiento de la Ronda”.

La Tercera Conferencia Ministerial habría de iniciar un amplio programa de


trabajo para los primeros años del nuevo decenio, incluido un mínimo de
negociaciones para proseguir la liberalización del comercio en los sectores de la
agricultura y los servicios y abordaría cuestiones relativas a la aplicación de los
acuerdos existentes.

Es un hecho indiscutible que, a pesar de la labor preparatoria llevada a cabo un


año no se logró llegar a un acuerdo ni sobre el lanzamiento de una nueva ronda
de negociaciones comerciales ni sobre las demás cuestiones importantes que
habían surgido en el curso del proceso preparatorio.

5. LA OMC. CAMBIOS E INNOVACIONES RESPECTO AL SISTEMA GATT


La creación de la OMC ha significado la continuación, en sus líneas básicas, y
también ha generado una serie de cambios respecto del sistema anterior. El
ámbito de actuación de la OMC es más amplio, pues se extiende, de hecho, a
cualquier parcela de las relaciones económicas internacionales que, directa o
indirectamente, esté vinculada con el intercambio comercial entre países.

El GATT fue un Acuerdo entre las Partes Contratantes que se plasmó en una
serie de derechos y obligaciones para ellas. La provisionalidad otorgada al
Acuerdo provocó la necesidad de creación de diversos mecanismos de acceso a
sus instrumentos poniendo de manifiesto que la gran mayoría de los países
aceptaron, con plenitud, solo algunas partes del Acuerdo.

La OMC finalizó con el carácter provisional arrastrado por el GATT desde su


fundación. Se constituyó como una organización con personalidad jurídica con
todos los privilegios e inmunidades para el ejercicio de sus funciones. Se
configura como el marco institucional para el desarrollo de las relaciones
comerciales y cambia el nombre de “parte contratante” propia de la naturaleza
de un Acuerdo por “miembro”, típica de una
Organización Mundial. La carta fundacional de la OMC no contiene los
principios que la inspiran incorporando los principios que han mostrado su
eficacia en los años de vigencia del GATT, como son la no-discriminación y la
transparencia.

Tampoco contiene referencia explícita a los criterios de funcionamiento que la


sustentan, aunque sí contiene el propósito de universalidad o presencia de
todos los países; de integridad, esto es, de que los miembros han de aceptar
plenamente las obligaciones de los acuerdos multilaterales; de continuidad,
puesto que acepta buena parte del acervo construido en los años previos del
GATT y de cooperación.

Con la OMC se han solucionado varios de los problemas aparecidos a lo largo


de la vida del GATT. La OMC supone:
 La creación de un amparo institucional al Acuerdo sobre el intercambio de
servicios y al relativo a los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados
con el comercio.

 Una estructura organizativa similar para los citados acuerdos, extendiendo


a todos ellos los Entendimientos relativos a solución de diferencias y al
mecanismo de examen de las políticas comerciales. También son similares
los sistemas de toma de decisiones, la aceptación de nuevos miembros, la
entrada en vigor y otros aspectos.

 La supresión del carácter provisional del Acuerdo General, que se refleja en


la OMC y GATT 1994 que se aplican en toda su integridad.

 La ratificación por los legislativos nacionales debido al rango jurídico


otorgado a la OMC. En consecuencia, la aplicabilidad del Acuerdo de
Marrakech es superior a la del GATT en la gran mayoría de las legislaciones
nacionales.
 Mayor claridad del principio de transparencia, al señalarse, en la OMC, la
obligación de adoptar leyes, reglamentos y procedimientos administrativos
en la legislación nacional de los países miembros.

 La preocupación por parte de la OMC de conseguir la integración plena de


los países en desarrollo y las economías en transición.

Sin embargo no ha resuelto todos los problemas. Es el caso de aquellas


materias en que los resultados de las negociaciones han sido incompletos,
especialmente en el acuerdo sobre las inversiones relacionadas con el comercio
o en el tratamiento de la compatibilidad entre acuerdos regionales y el sistema
multilateral de comercio.

La influencia que pueda desarrollar la OMC en la escena económica


internacional dependerá de la potenciación de su liderazgo y del papel asignado
como impulsora de nuevas áreas como la de los servicios, el medio ambiente o
las inversiones.

En cuanto a la evolución futura de la OMC, prácticamente todos los acuerdos


que la configuran tienen establecidos, mediante las correspondientes
disposiciones transitorias, plazos de desarrollo y de aplicación. Por tanto, buena
parte de la actividad inmediata de la Organización vendrá definida por el
cumplimiento de los compromisos ya asumidos. Aunque, existen diversas
parcelas en las que debe adoptar la iniciativa para el impulso de las “nuevas
áreas”.

El carácter dinámico y la implantación gradual de buena parte de la normativa


que configura la OMC hace especialmente compleja la labor de determinar los
efectos que puede generar, tanto en términos cuantitativos como de
estrategias de política comercial mediante las que los países traten de
reaccionar frente a una disciplina más rígida para sus transacciones
internacionales.

Que ventajas y desventajas tiene por estar dentro de la OMC

VENTAJAS
 Facilitar el libre flujo del comercio
 Logra la igualdad entre todos los paises.
 Las normas frenan la corrupción
 En un contexto de comercio más liberal las buenas políticas promueven la
creación de empleos
 Los alimentos son más baratos
 
DESVENTAJAS
 La integración no ha logrado ser completa, quedando muchas zonas
marginadas y explotadas, generando una gran desigualdad.
 Las economías presentan una disminución del crecimiento y del empleo como
consecuencia de la inversión extranjera directa (mal regulada) y de la mano de
obra extranjera.
 Afectación de los pequeños empresarios que no pueden competir contra las
grandes multinacionales, afectando en mercado interno.
 Asimetrías por las diferencias en las economías de escala.
 Muchas veces se cede la soberanía nacional de un país, quedando supeditado a
otro más fuerte.

6. CONCLUSIONES

 La creciente interdependencia y la globalización de la economía mundial es


una realidad innegable que ha producido consecuencias en todos los
ámbitos, por lo que se requiere de un sólido y eficaz sistema regulatorio
internacional. El núcleo de integración económica regional lo constituye la
progresiva desaparición de los aranceles y otras barreras comerciales al
interior del espacio económico conformados por los respectivos estados
parte de las zonas libre de comercio, las uniones aduaneras y las
comunidades económicas.

 Los diversos conflictos que se debaten ante la OMC se han incrementado y


desembocado en complejas negociaciones, mismas que ponen de
manifiesto los problemas de un régimen que exige compromisos
vinculantes de todos sus miembros.

 Existe tensión al establecer normas generales para el comercio


internacional y dar a los países miembros un margen de acción para que
puedan diseñar políticas adecuadas a su situación económica. El régimen
actual de comercio adopta el enfoque del tamaño único, que
invariablemente refleja las necesidades y demandas de los países
industriales poderosos. Ese enfoque funcionaría si todos los Estados
miembros de la OMC tuvieran necesidades similares respecto el sistema, sin
embargo, las grandes diferencias existentes hacen que algunos miembros
tengan dificultades para cumplir los diversos acuerdos de la OMC; lo
anterior hace que numerosos países en desarrollo estén insatisfechos con el
sistema actual al no haberse materializado los beneficios comerciales
previstos.
7. REFERENCIAS BIBLGRAFICAS

 EDUARDO NAVARRETE, Jorge. “México en la cooperación


internacional para el desarrollo”, en México en las Naciones
Unidas, Secretaría de Relaciones Exteriores 1986.

 PACHECO MARTÍNEZ, Filiberto. Derecho de la integración


económica. Editorial Porrúa. 2ª ed., México, 2002.

 Cf. ORTS, V. y SUÁREZ, C. (1996): “La Ronda Uruguay y la Organización


Mundial de Comercio”, Papeles de Economía Española, nº 66, pp. 10 – 22.

 Cf. DÍAZ MIER, M. A. (1996): Del GATT a la Organización Mundial de


Comercio, Editorial Síntesis, Madrid, pp. 55 – 61.

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