Sociedad Criolla en Santo Domingo
Sociedad Criolla en Santo Domingo
Sociedad Criolla en Santo Domingo
MATRICULA: 100294352
Conclusión
Las devastaciones de Osorio no hicieron más que afectar temporalmente el proceso de
afianzamiento que la economía agrícola que se generaba en aquel medio entre la
población criolla de la isla. De igual manera, las despoblaciones y posterior
reconcentración de los pueblos costeros en los alrededores de la ciudad de Santo
Domingo crearon una cultura entre quienes se resistieron a ser trasladados a los nuevos
lugares.
La razón por la que volvieron a sus tierras no fue necesariamente por su economía, ya
que no solo eso ellos habían dejado atrás, sino también su estilo de vida.
A su regreso, los nuevos pobladores encontraron una zona infestada por extranjeros
franceses, holandeses e ingleses que seguían trayendo sus mercaderías para
intercambiarlas por los productos que ellos generaban con su actividad agropecuaria;
pero ya nada afectaba tanto los intereses de la Corona, sencillamente porque
comprendió que había perdido un tiempo histórico y que su recuperación exigía
liberalizar el comercio ilegal del que todos se beneficiaban. Los ingleses, holandeses y
franceses demandaban cuero y ganado, a cambio pagaban con mercancías que no podía
suplir España. Entre 1599 y 1600 autoridades religiosas incautaron unas 300 biblias
luteranas en la parte oeste de la isla. La corona española era católica e intolerante de
otras religiones como la judía y la protestante.
Las poblaciones
despobladas fueron
trasladadas a dos puntos
cercanos a Santo
Domingo. Los habitantes
de Bayajá y Yaguana
fueron ubicados en
Bayaguana y los de Puerto
Plata y Monte Cristi en
Monte Plata, que como se
ve ambos nombres
resultan de la combinación de los lugares despoblados. De un total de unas 100,000
reses vacunas mansas que tenían los habitantes de las zonas despobladas, a estos nuevos
sitios apenas pudieron llegar 2,000 con vida. El resto o fue sacrificado o se hizo
cimarrón en aquellas regiones para ser abundante presa de los bucaneros que poco
después empezarían a establecerse en esas regiones. Los habitantes además perdieron
mucho porque las tierras despobladas eran muy favorables para la ganadería y fueron
establecidos, en una zona de malas tierras con pantanos y pocas aguadas. Al poco
tiempo, la gran mayoría de pobladores de Monte Plata y Bayaguana habían perecido o
habían podido, pese a las prohibiciones, emigrar a la ciudad Santo Domingo o a otras
colonias españolas de América. El resto se encontraba en la miseria más espantosa, tan
desesperante que los mismos habitantes de Bayaguana incendiaron sus casas tratando de
que se les volviera a sus lugares de origen o que se les dejara emigrar a cualquier otro
lugar.
Consecuencias de las Devastaciones. El efecto inmediato más importante de las
Devastaciones fue causar un agudizamiento de la decadencia económica que desde
hacía un tiempo era palpable en la isla. Con la medida, las mayores riquezas ganaderas
fueron prácticamente liquidadas; además numerosos bienes en casas, muebles, etc. De
los vecinos se perdieron para siempre. La mitad de la isla dejó de ser aprovechada en
todos los sentidos y quedó totalmente deshabilitada. Desde 1606 Osorio extendió las
despoblaciones a zonas más orientales dejando como límites del territorio poblado las
ciudades de Santiago en el Norte, y Azua en el Sur. Entre los daños causados por las
Devastaciones se encuentra la destrucción de los ingenios más importantes de la isla en
ese momento, los cuales estaban en Puerto Plata, Yaguana y San Juan de la Maguana.
Se observa que después de las despoblaciones solo quedaron 12 ingenios con un total de
888 esclavos, incluyendo los del servicio doméstico.