(K-VT) Danmemo SS If - Sueño Tranquilo de Un Lugar Lejano
(K-VT) Danmemo SS If - Sueño Tranquilo de Un Lugar Lejano
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Vio un sueño.
De un lugar muy lejano que no era aquí, un sueño de un tranquilo y sereno crepúsculo.
×××
En el camino de regreso tras el atardecer.
El mar de trigo se expandía por los alrededores. Las espigas, que tenían grandes granos, se sacudían
sonoramente junto con el fresco viento. El paisaje que brillaba de un color amarillo por los rayos del sol que se
hundía hacia el oeste era justamente como el Cielo que se relataba en los cuentos de hadas.
Bell, quien miraba distraídamente los alrededores, repentinamente miro hacia arriba a la persona que estaba a su
lado.
Siempre se había preguntado cómo podía vivir sin abrir sus ojos, pero según sus palabras “incluso abrir mis
parpados me cansa”.
El vestido negro que vestía, aun estando en medio de lo profundo de las montañas, desentonaba terriblemente.
Era una mujer que se veía más hermosa mientras más la mirabas.
--Oye, oba-san—
*¡¡Dogoo!!*
--Te golpeare.
--¡¡Ya me golpeaste!!
¡El puño a velocidad divina que estaba en la dimensión de un pestañeo dejo solo el resultado de “Fue
golpeado”!
¡¡Hasta ese punto estaba separado el nivel como existencia entre ella y Bell (niño)!!
¡El impacto, atravesando la parte superior de su cabeza, resonó por todo su cuerpo! ¡Dolor! ¡Sufrimiento!
Muchas estrellas se dispersaron en el campo visual de Bell, quien contenía las lágrimas en las esquinas de sus
ojos, haciéndolo resbalar y caer sobre la nieve, retorciéndose en agonía como un conejo chocando
violentamente contra una roca.
--Muy bien.
--¿Es algo que sabría antes de escuchar tu historia? Pero si es desagradable, te golpeare.
--¡Que miedo!
Después de todo, durante los 3 años desde que se reunió con Alfia y con el gigante Zard, no hubo un día en que
no tuviera moretones.
Si decía que algo era blanco, incluso lo negro se volvía completamente blanco.
1
Este es un juego de palabras combinando “gospel” que es el canto de Alfia con “golpe/puño”.
2
“Madrastra” o “Madre adoptiva” ya que en español se escucha raro, lo deje japones.
Kurosaki-Vizard Translation Página 2
Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka
No irritar a Alfia era una regla de su propia casa que se estableció desde hace 3 años. En una ocasión anterior,
cuando Bell y su abuelo estaban juntos causando alboroto, ella, quien estaba leyendo en silencio sentada en una
silla, cerro su libro y—
--Ruidosos.
Diciendo eso, le dio un golpe en la frente que parecía el final de este mundo.
Y entonces, cuando despertó sobre su regazo, su abuelo estaba clavado en la pared y solo se podía ver desde sus
caderas hacia abajo. Zard fingiendo no mirar, revolvía la olla, haciendo la sopa para la cena. La concina de Zard
quien era muy exigente con la comida, era una exquisitez, sin embargo, ya que no tenía la sensacion de estar
vivo, la comida similar a una última cena que comió en la mesa del comedor que había regresado a la
tranquilidad no sabía a nada. En adición, su abuelo seguía clavado a la pared. Bell hizo todo lo posible para
evitar que sus manos temblaran.
--¡Hiii!
--Ese maldito viejo. Es un cáncer que solo trae malas influencias a tu educación. Como esperaba, ¿Debería
mandarlo a volar hasta el otro lado de unas tres montañas con Magia?
Sobre todo, la compatibilidad de su abuelo, quien había estado cuidando de Bell, con Alfia era la peor.
Cuando Alfia intentaba entrar al cuarto de baño arrastrando a Bell quien forcejeaba, su abuelo decía “también
entrare☆” mientras llegaba corriendo y un instante después era sacado a la fuerza de la casa. Para evitar que
invadiera, Alfia lo enterró desde el cuello hacia abajo justo en medio del campo.
Además, en otro momento cuando Alfia intento dormir junto con Bell, tambien grito “¡También dormiré junto
con Bell!”, intentando meterse en la cama, sin embargo—
--<Góspel>.
3
Aquí está todo en katakana, dando a entender que Bell solo repite, pero no entiende lo que dice.
Kurosaki-Vizard Translation Página 3
Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka
El techo y las paredes desaparecieron. O, mejor dicho, toda la casa había desaparecido. Solo quedaba el piso y
la cama de la habitación de Bell y pudo ver un hermoso cielo estrellado mirando hacia arriba. Bell quien se
convirtió en la almohada para abrazar de Alfia, siguió acostado de espaldas temblando sin poder dormir.
Bell, quien estrecho sus ojos por la luz del atardecer, resuelta pero tímidamente, intento preguntar.
En el momento que fue consiente de sí mismo, el único que estaba a su lado era solo su abuelo.
Nunca se sintió triste. Pero, aun asi sintió que era solitario.
Quiso intentar preguntarle a ella, quien más conocía sobre los padres de Bell.
Alfia no se detuvo y continúo caminando hacia adelante, dejando pasar el tiempo por un momento.
--Era amable.
--¿Amable?
--Si. Siempre tenía una sonrisa en su rostro, y solo con estar ahí, relajaba los corazones de otros. Su cuerpo era
débil, sin embargo, no dejaba que los demás sintieran que era frágil. A pesar de que solo decía cosas normales,
pero hacía que te dieras cuenta de tus errores. Era extrañamente amada por todos, era una mujer muy pura.
--Pura…
--¿Eh?
--Una vez, en secreto me comí un dulce que ella había estado anticipando. En ese momento, casi parecía que
escupiría el aliento de un dragón. Esa fue la primera vez me resigne a la muerte.
--¿Eh?
--Por la misma razón, Hera… una cierta Diosa, también fue obligada a arrodillarse directamente en el suelo de
piedra. Eso fue realmente algo digno de ver. Después de todo, esa mujer arrogante estaba conteniendo las
lágrimas mientras temblaba por la humillación.
Contraria a Bell cuyos ojos se habían convertido en puntos ante los comentarios que no podía ignorar, el tono de
Alfia era muy tranquilo.
Estaba hablando mucho más de lo habitual e incluso su boca tenía señales de una sonrisa.
--Ya que tenía que depender de los demás para podía vivir, tu madre nunca olvido lo valioso de “Vivir”. No se
rebajaba a sí misma, no se olvidaba de agradecer a los demás, no se doblegaba incluso ante un dolor infernal…
y mientras sonreía, se tomaba en serio más que nadie el vivir el presente. Por eso tu madre era más amable que
nadie.
El que Bell creciera saludablemente sin conocer sobre enfermedad incluso ahora, era gracias a nadie más que su
madre, Alfia le enseño eso.
-- —¿¡Eh!?
Mientras que las sombras de ambos iluminadas por el sol poniente se extendían gradualmente, Alfia pareció
perderse en sus recuerdos, revelando sus pensamientos internos.
Después de un tiempo, Bell comprendió el significado de sus palabras, y parecía a punto de llorar.
Viviendo con su abuelo en la casa que estaba a las afueras del pueblo, leyendo historias de Héroes y confiando
en los personajes de esas historias para aliviar su soledad.
Mantenía sus ojos cerrados y no sonreía mucho, pero aun asi acariciaba a Bell con movimientos incomodos.
Lo regañaba, y algunas veces lo castigaba, pero incluso así sujetaba la pequeña mano de Bell y lo protegía.
La mujer neurótica, egoísta, violenta y muy torpe frente a sus ojos fue la que le enseño a Bell lo que era una
“Madre”.
Con lágrimas en los ojos, Bell levanto la cabeza y miro a Alfia quien caminaba a su lado.
Sus sollozos estancaron esas palabras en su garganta, pero aun asi Alfia le respondió.
--Sucumbí a la tentación. Y preocupada por el niño que mi hermana menor dejo atrás, vine hasta lo profundo de
estas montañas junto con Zard. Realmente pensaba verte desde la distancia y después marcharme.
--Pero, en el momento que vi ese “cabello blanco” tuyo, fue inútil. Sin poder resistirme a lo que brotaba dentro
de mí, cuando me di cuenta, ya estaba parada frente a ti.
Estaba atardeciendo como en este momento, cuando Bell se dio la vuelta repentinamente, la encontró parada
ahí, aturdida.
Preguntando su nombre, coloco su mano en su redonda mejilla y entonces lo abrazo con fuerza.
En ese momento, Alfia no derramo lagrimas ni sollozo, pero para Bell parecía que estaba llorando.
--Te pareces mucho a Meteria. Ese cabello blanco tuyo, tu rostro, tu sonrisa, todo es un legado de tu madre.
--De mamá…
--Solo una cosa, solo tus ojos son heredados de tu padre. … Cada vez que veo esos ojos rojos, realmente me dan
ganas de perforártelos.
--¡Hiiii!
Ante Alfia quien en un instante comenzó a emitir una atmosfera inquietante, Bell se asustó.
--Incluso si deseas que estemos contigo eternamente, ni siquiera los Dioses nos lo puedan conceder. No somos
eternos. Estar siempre juntos, es imposible.
Cuando Bell dijo eso como un acto de desesperación después de escuchar sus palabras, Alfia respondió
indiferentemente.
Bell sabia que a menudo tosía violentamente en un lugar donde no hubiera nadie.
Su conversación se interrumpió. Todo en su campo de visión estaba teñido con el color del crepúsculo. El sol
poniente que alcanzaba la cresta de la montaña era tan deslumbrante que los ojos de Bell llorando se
humedecieron nuevamente.
Mientras sujetaba fuertemente la mano que no le devolvía el agarre, caminaba por el largo camino a casa.
--El Dios-sama, que vino ayer… ¿está bien, que lo enviaran de regreso…?
Su cabello era negro con mechas color ceniza. La ropa que vestía también era negra, claramente era como un
residente de la oscuridad.
Su rostro era extremadamente ordenado e incluso Bell quien es del mismo sexo quedo fascinado, pero su
expresión que no sonreía en absoluto era aterradora por alguna razón.
El Dios que dijo que buscaba a Alfia y Zard, tuvo una conversación sobre algo difícil de entender con ellos.
Solo en ese momento, su abuelo, quien siempre estaba causando alboroto, estaba tranquilo.
Y entonces, después de escuchar su historia, Alfia y Zard después de guardar silencio por un momento—
--Regresa.
El Dios frunció el ceño por un momento y después sonrió por primera vez diciendo—
--No se disculpen.
Parecía lamentarse en algún lugar, pero con una expresión aliviada, se fue rápidamente.
--¿Mal…?
“Mal”.
Las personas malvadas que salen siempre incluso en las historias de Héroes. Bell también entendía algo como
eso.
Sin embargo, el “Mal” del que ella hablaba se sentía algo diferente.
--Destruir absolutamente todo, teñir de caos el orden, existencias que cuestionan la “justicia”. Y entonces,
asesinar muchas personas.
--… ¿Asesinar?
--Si. Volvernos el peldaño para el “Héroe de la siguiente generación”. Arrebatando las cosas preciadas de
muchas personas, siendo odiados, ganando su resentimiento, y entonces conduciéndolos hacia la superación, les
confiaríamos el futuro. Con el fin de salvar el mundo.
No lo permitiría.
Incluso si era por algo como salvar el mundo, Bell Cranel nunca permitiría ese “mal”. Sin importar cuan noble o
trágica fuera la determinación, Bell—las personas a las que se les arrebato—absolutamente no reconocerían a
esos criminales.
Por eso, era genial que Alfia y Zard no tuviera que cargar con esa responsabilidad.
Eligieron el camino donde no serían odiados por nadie, Bell se sintió aliviado.
A pesar de eso—
--Pero… por culpa de que no elegimos el “Mal”, el mundo probablemente sea destruido.
A pesar de no ser el objetivo del odio de nadie y no cargaría la marca de una pecadora, parecía avergonzarse de
sí misma por no estar corrompida.
Alfia suspiro.
Una voz de vergüenza que Bell nunca había escuchado hasta ahora y una expresión efímera como ninguna que
hubiera visto.
Por eso.
Por eso.
Triste por la próxima separación entre ellos y mientras contenía sus lágrimas, miro a su única madre en el
mundo con sus ojos rojo rubí.
Los brazos de Alfia perdieron su fuerza y sus dedos se deslizaron de la mano de Bell.
Lo que el cielo del crepúsculo escucho no era de ningún modo un discurso vacío, sino una “promesa” que el
chico se impuso a sí mismo.
Quizás cuando se dé cuenta del tamaño de la carga, pero estando en un lugar donde ya no podía dar marcha
atrás, se sentirá desesperado.
Sin ninguna aspiración, sin abrazar siquiera un deseo, simplemente grabando esa promesa en su pecho.
--Ya que hablaste sobre ser un Héroe frente a mí, resígnate. Ahora no permitiré que te retractes.
--¡Si!
--Entonces, desde esta noche hare que te fortalezcas junto con Zard.
--¿¡Esta noche!?
--¿Debería arrojarte a un nido de monstruos y dejar que seas deshonrado primero? ¿O atarte a una roca en el
fondo del rio para enseñarte la sensación de la muerte? … Ya que no hice ningún entrenamiento, no entiendo
cómo hacerlo.
--Idiota. Si no ves a través de la frontera de la vida y la muerte no conocerás tus límites. Con el fin de volverte
algo como un Héroe debes superar 300 veces el límite.
Cuando estaba palideciendo y derramando sudor, inesperadamente una mano extendida fluyo por su cabello
blanco. Y un momento después—
--… ¡Si!
Bell superpuso su pequeña mano sobre la mano que extendió junto con una sonrisa.
Nuevamente tomados de la mano, avanzaron por el camino de regreso a casa teñido por el color del crepúsculo.
En lo alto de una pequeña colina, caminaron hacia su abuelo y el hombre que incluso ahora los miraba y
esperaba.
Bell ya no lloro.
Con el fin mostrarle la “esperanza” a los antiguos “Héroes”, mostro una sonrisa.
Tranquila y serenamente, por el camino del atardecer que continuaba hacia el “futuro”, estaba avanzando.
×××
Vio un sueño.
Un sueño de una mujer que nunca encontró y que no conocía, y un Bell Cranel que se parece a él, pero no era
él, en el que ambos caminaban entre la luz del atardecer.
Solo ahora noto que lagrimas corrían silenciosamente de sus ojos rojo rubí.
No lo sabía.
Pero, avanzaría.
Como para no perder frente a esa escena que ya se estaba volviendo borrosa y no podía recordar bien,
comenzaría a correr.
Hoy también el chico corrió por la “Ciudad de los Héroes” teñida por el amanecer.