Gaceta Penal y Procesal Penal - Cuadernos Electrónicos de Doctrina y Jurisprudencia para El Litigio Penal - Julio 2020
Gaceta Penal y Procesal Penal - Cuadernos Electrónicos de Doctrina y Jurisprudencia para El Litigio Penal - Julio 2020
Gaceta Penal y Procesal Penal - Cuadernos Electrónicos de Doctrina y Jurisprudencia para El Litigio Penal - Julio 2020
Cuadernos Electrónicos
de Doctrina y
Jurisprudencia para el
LITIGIO PENAL 1
Monográfico:
Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar
la audiencia de juzgamiento del contumaz
Mario Lohonel Abanto Quevedo
DOCTRINA PRÁCTICA
LEGISLACIÓN
JURISPRUDENCIA
27 AÑOS DE LIDERAZGO
CUADERNOS ELECTRÓNICOS DE DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA
PARA EL LITIGIO PENAL N° 1
SUBDIRECTOR:
Elky Alexander Villegas Paiva
COORDINADORES:
Cristhian Cerna Ravines / Anggela Lizano Córdova
Presentación
(1) BINDER, A. (2016). “Prólogo” a LORENZO, L. Manual de litigación. (1ª edición, 5ª reimpresión). Buenos
Aires: Didot, p. 16.
3
Estamos seguros de que todos nuestros suscriptores le sacarán el máximo prove-
cho a este nuevo contenido que les ofrece Gaceta Penal & Procesal Penal.
DOCTRINA PRÁCTICA
I. Introducción.............................................................................................. 7
II. Regulación de los plazos procesales......................................................... 9
III. Regla general de plazo mínimo legal para iniciar audiencia de
juzgamiento............................................................................................... 11
IV. Presupuestos y alcance de la declaración de contumacia en etapa
de juzgamiento.......................................................................................... 13
V. Observancia del plazo mínimo legal para iniciar audiencia
de juzgamiento del contumaz.................................................................... 17
VI. Plazo máximo razonable para iniciar audiencia de juzgamiento
del contumaz............................................................................................. 20
VII. Principios en tensión al observar el plazo mínimo legal o el plazo
máximo razonable..................................................................................... 25
VIII. Plazo óptimo para iniciar audiencia de juzgamiento del contumaz......... 27
IX. Procedimiento judicial de optimización del plazo.................................... 29
X. Objeciones previsibles............................................................................... 30
XI. Conclusiones.............................................................................................. 32
Referencias.......................................................................................................... 34
LEGISLACIÓN
5
Índice
JURISPRUDENCIA
1. Concepto de contumacia........................................................................... 45
2. Presupuestos materiales para la declaración de contumacia.................... 45
3. Para poder declarar la condición de contumaz se debe tener la certeza
de que el justiciable tenía conocimiento cierto o presunto de los actos
procesales ordenados por el juzgador....................................................... 47
4. Suspensión de la prescripción como consecuencia o efecto jurídico
necesario de la declaración de contumacia............................................... 47
5. La declaración de contumacia constituye una situación procesal
que legitima al juez para ordenar la detención del procesado renuente
a acatar el cumplimiento de determinados mandatos procesales............. 48
6. Juez contra el que se solicitó una recusación no puede expedir
una resolución de contumacia................................................................... 49
7. En el proceso penal seguido bajo las reglas del CdPP de 1939,
la contumacia produce la suspensión de la prescripción.......................... 49
8. En el proceso penal seguido bajo las reglas del CPP de 2004,
la contumacia no produce la suspensión de la prescripción..................... 50
6
DOCTRINA PRÁCTICA
El autor expone las razones que permiten la regulación judicial del plazo de juzga-
miento que corresponde a quien ha sido declarado contumaz; en ese sentido, sos-
tiene que no es necesaria una regulación legal propia de este plazo para el acusado
contumaz, debido a que en materia de plazos existe previsión legal específica para
su regulación judicial. Asimismo, considera que es un error asumir que la ley pro-
cesal penal omite fijar el plazo de inicio de la audiencia de juzgamiento del contu-
maz y peor error es afirmar la existencia de un “plazo de resolución de la situación
jurídica del contumaz”.
MARCO NORMATIVO
I. INTRODUCCIÓN
El modelo procesal penal adoptado en nuestro país comporta un cambio de idio-
sincrasia personal y procesal para todo intérprete razonable de la ley(1) que participa,
directa o indirectamente en la adopción paulatina del sistema; ello es una sucesión
(*) Juez del Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca.
(1) Mal llamado “operador jurídico” (Espejo Rosell, 2011), disponible en:<https://tinyurl.com/y9qy33cq>.
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Mario Lohonel Abanto Quevedo
de actos para el nuevo proceso judicial, que requiere generar una contracultura (Bin-
der, 2012, p. 154).
Exige competencias para el estudio, para el desarrollo de criterios compatibles
a los fines del proceso y para identificar –y mejorar– procedimientos auxiliares al
proceso penal; por lo tanto, el modelo procesal penal debiera segregar a quienes, por
molicie, no han podido adaptarse al cambio, al no ser capaces de adquirir esas com-
petencias y desempeñarse según ellas(2). Desde luego, esta selección se evidencia, pri-
mero, donde el litigio penal requiere excelencia, tanto de abogados, fiscales y jueces,
como de los propios ciudadanos que, informados y con medios suficientes, pueden
escoger el mejor servicio de defensa jurídica para salvaguardar sus intereses.
Inscrito en el contexto de la constitucionalización del Derecho (Prieto Sanchís,
2013, p. 27), el modelo del Código Procesal Penal de 2004 (en adelante, CPP) exige
un nuevo perfil del intérprete de la ley, en el que la razonabilidad se erige como pilar
esencial y la participación del juez como protagónica, y surge “la idea matriz de que
es en las decisiones de los jueces donde el Derecho se revitaliza y actualiza en sus
contenidos” (Figueroa Gutarra, 2018, p. 29).
Esto lleva a comprender que la implementación de las disposiciones procesales, a
través de su práctica, no estará exenta de controversia, debiéndose producir soluciones
en línea con sus principios esenciales, esto es, entre la garantía y la eficacia. Moccia
(1995) advertía la importancia de la teleología del sistema penal en la producción de
soluciones interpretativas, precisando que “es el conocimiento de los perfiles ideoló-
gicos que caracterizan (o deberían caracterizar) al sistema, lo que permite una elabo-
ración normativa y una actividad interpretativa coherente y practicable en tanto que
funcional a las opciones fundamentales” (p. 76). Este procedimiento es parte de esa
contracultura que responde al modelo inquisitivo latinoamericano (Riego Ramírez,
2004, p. 375).
En esta ocasión nos concentramos en exponer una solución interpretativa para
el procedimiento procesal de señalamiento de fecha para el inicio de la audiencia de
juzgamiento del acusado contumaz. Partimos de la regulación legal acerca de los
plazos procesales, la regla –expresa, desde luego– para el acusado que se somete a
la convocatoria judicial, ya sea en estado de libertad, de prisión preventiva o de con-
dena efectiva previa; pasando a través de los conceptos de contumacia, plazo mínimo,
plazo razonable y desarrollando el concepto del plazo óptimo o judicial. Conclui-
remos formulando y proponiendo la justificación jurídica para incorporar el plazo
óptimo en la resolución judicial de convocatoria a inicio de juzgamiento del acusado
contumaz.
(2) Por ejemplo, competencias para adaptar la defensa a la recepción de las formas de negociación en el proceso
penal. Al respecto, con detalle en la fuente anglosajona, Herrera Guerrero (2014, p. 30).
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Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
(3) Hassemer (1998, p. 68) señala que “los conceptos ‘Estado de derecho’ y ‘conformidad al Estado de derecho’
se han convertido en conceptos claves en las discusiones y reflexiones jurídico políticas del último tiempo.
Y con razón, pues la conformidad al Estado de derecho decide –tanto en la teoría como en la práctica– si
es deseable política y socialmente”. En esa lógica, revísese la estructura de la obra de Castillo Alva (2004),
pues clasifica y desarrolla los principios del Derecho Penal sobre la base de los componentes del Estado (de
derecho, social y democrático), con el fundamento de su clasificación.
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Mario Lohonel Abanto Quevedo
refiere a un ordenamiento jurídico –el penal– que limita la libertad personal o derechos
conexos, se parte siempre de la regla que considera días naturales para el cómputo de
plazos, rechazando hacerlo solo con los días hábiles, pues es un hecho objetivo que la
privación de libertad preventiva o la detención domiciliaria o preliminar constituyen,
en cada instante, una privación de libertad continuada: se está privando de libertad
en todo momento, ya sea día hábil o no. Esta es la regla del inciso tercero del citado
artículo: “solo se computarán los días inhábiles tratándose de medidas coercitivas que
afectan la libertad personal y cuando la
Ley lo permita”; además, el inciso cuarto
señala que cuando un plazo venza en
“
día inhábil, pero no está afectando la
El plazo de citación a libertad personal, se prorroga de pleno
juzgamiento del contumaz derecho al día siguiente hábil.
no se trata de un vacío Los restantes tres escenarios de
normativo, sino de una cómputo de plazo comparten una carac-
opción del legislador terística y es que, entonces, para todo
procedimiento penal regido por un plazo,
para que se imponga la se computarán días naturales de estricta
razonabilidad y se optimice extensión, cuando comprometen o limi-
el derecho de defensa y tan la libertad. Así, cuando el cómputo
la igualdad de armas al es por horas, se computa el plazo desde
el instante en que se produjo el acto pro-
determinar el plazo de cesal, incluyendo las horas del día inhá-
señalamiento del inicio del bil, salvo que exista disposición legal en
juzgamiento
” contrario, y cuando el cómputo es por
días, se efectúa a partir del día siguiente
hábil de conocido el mandato o de notifi-
cado con él. Por último, los plazos comu-
nes (que son aquellos que crean, modifican o extinguen posibilidades de actuación
para más de un sujeto procesal, como el procedimiento para obtener la pericia) se
computarán desde el día siguiente hábil de la última notificación.
Las dos reglas del artículo 144 del CPP, precedidas de la sumilla “caducidad”, no
se refieren a esta consecuencia; el primer inciso de este artículo ordena que al vencer
un plazo máximo sin que se haya hecho aquello habilitado para realizarse, caduca esta
posibilidad irremediablemente, salvo que la ley permita prorrogar ese plazo de cadu-
cidad. No se requiere declaración en tal sentido, de allí que la caducidad no debe ser
siquiera invocada pues opera de pleno derecho ante el trascurso del tiempo (Merino
Acuña, 2007, p. 20). Este es el auténtico efecto de la caducidad, es decir, el efecto
extintivo de la acción potencial.
Apartándose de la naturaleza procesal y objeto extintivo de la caducidad, el
segundo inciso del artículo 144 del CPP, señala que los plazos que solo tienen como
fin regular la actividad de fiscales y jueces, serán observados rigurosamente por ellos
y, si no lo hicieran, esto solo les acarrea responsabilidad disciplinaria. La precedencia
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Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
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Mario Lohonel Abanto Quevedo
juez “dictará el auto de citación a juicio con indicación de la sede del juzgamiento
y de la fecha de la realización del juicio oral, salvo que todos los acusados fueran
ausentes”; asimismo, precisa que “[l]a fecha será la más próxima posible, con un
intervalo no menor de diez (10) días” (el resaltado es nuestro). Nos interesa dete-
nernos en la segunda parte de la regla trascrita (resaltada), pues de ella advertimos,
de entrada, dos aspectos.
El primero es que la regla del plazo de citación es una diseñada para el estado
regular de acusados que son citados de forma no compulsiva. Estas personas pueden
hallarse, respecto a su situación jurídica de disponibilidad ante el órgano jurisdiccio-
nal, en cualquiera de los siguientes seis casos: i) comparecencia simple; ii) compa-
recencia restringida; iii) preso preventivo potencial; iv) preso preventivo efectivo; v)
preso por condena previa efectiva con ejecución provisional; o, iv) preso por condena
previa efectiva con ejecución definitiva por firmeza.
Desde luego, solo en los dos primeros casos podríamos asumir que el acusado
citado para el inicio de su juzgamiento se presentará puntualmente debido a que pro-
cede en libertad, en un estado de fidelidad o sujeción a la jurisdicción que le convoca,
por lo que esta persona se somete a la convocatoria judicial. En el tercer caso, es evi-
dente que el acusado sobre el que ya se ordenó prisión preventiva en etapa previa a la
de juzgamiento, pero que aún no se ha hecho efectiva porque no ha sido capturado,
podría tomar conocimiento de la convocatoria judicial para iniciar su juzgamiento;
atendiendo a que, según las reglas procesales de continuidad del juzgamiento, con-
centración de los actos del juicio (inciso 1, del artículo 356 del CPP) y el propósito de
audiencia única (inciso 1, del artículo 360 del CPP), su juzgamiento debería concluir
en una sola sesión y, 48 horas después como máximo, se emite el fallo, que podría
ser de inocencia o no culpabilidad; el acusado presunto no culpable tiene habilitado
el ámbito de su libertad personal para someterse a la jurisdicción(4) (vocatio) y asu-
mir la prisión preventiva, al menos por breve periodo, hasta la ejecución provisional
de su absolución.
En los tres escenarios finales, el acusado citado no tiene más opción que concurrir
a la sala de audiencias, porque su libertad ambulatoria ya está intervenida; sin embargo,
pese a ello, debemos presumir su sometimiento a la jurisdicción, salvo que demuestre
oposición física a su traslado hasta el recinto judicial por la autoridad penitenciaria.
El segundo aspecto es que la regla del plazo de citación para inicio de juzga-
miento del inciso 1, del artículo 355 in fine del CPP, establece un plazo mínimo
antes del cual no se puede iniciar la audiencia de juzgamiento: “[l]a fecha será la
más próxima posible, con un intervalo no menor de diez (10) días”, después de ese
periodo, la fecha será la más próxima posible. En consecuencia, preliminarmente es
ilegal señalar fecha de inicio de audiencia de juzgamiento antes de esos 10 días, ya
(4) Neyra Flores (2015) advierte con agudeza que “el imputado tiene ‘derecho’ a estar presente, ello significa
que tiene derecho a hacerlo de un modo libre. No se puede entender por ‘presencia del imputado’ el hecho de
tenerlo en una sala contigua, o sometido a medidas de seguridad tales que le impidan ejercer su derecho de
defensa, u observar la prueba, o atender a lo que dicen los testigos o a participar en los debates”(p. 263).
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Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
que, evidentemente, es una regla establecida en favor de todos los sujetos procesa-
les, pues este plazo mínimo tiene por finalidad hacer posible no solo la correcta y
completa notificación del auto de citación a juicio a todos los implicados en la pre-
sentación de posiciones y en la actuación probatoria, sino también hacer efectiva
la posibilidad de los sujetos procesales de asegurar, coadyuvando a la realización
del principio jurisdiccional de citación a juicio(5), la concurrencia de sus órganos de
prueba, preparar la presentación general de la estrategia probatoria, verificar la com-
pletitud del expediente judicial (inciso 1, del artículo 137 del CPP) y, de ser el caso,
solicitar y lograr la integración del expediente o su debida constitución. Entonces, el
plazo mínimo procura preparar el debido ejercicio del derecho a la defensa y asegu-
rar la igualdad de armas; asimismo, desde la perspectiva del órgano jurisdiccional,
este plazo mínimo también asegura la unidad del juzgamiento, esto es, la economía
procesal a que se refieren las reglas de los ya citados incisos 1 de los artículos 356 y
360 del Código Procesal Penal 2004.
Esto hace patente que el plazo de citación a juzgamiento del contumaz no se
trata de un vacío normativo, sino de una opción del legislador para que se imponga
la razonabilidad y se optimice el derecho de defensa y la igualdad de armas al deter-
minar el plazo de señalamiento del inicio del juzgamiento.
Desde luego, como veremos más adelante, la regla del plazo mínimo de 10 días
naturales debe ser observada también para el contumaz, pues no es un acusado de
segunda clase ni su privación de libertad puede comportar la conculcación de sus
derechos procesales, aunque él o su defensor así lo quieran.
(5) Sentencia del Recurso de Nulidad N° 980-2015-Puno, del 1 de marzo de 2017, emitida por la Primera Sala
Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, con ponencia del juez San Martin Castro,
en su tercer fundamento señala que “[a] lo expuesto se agrega que nunca se notificó a los testigos de descargo
y se sostuvo, ante el pedido de que se conduzca de grado o fuerza a dichos testigos postulado por la defensa,
que la propia parte acusada debía trasladarlos, lo que constituye una clara violación del principio de citación
de las pruebas a cargo del órgano jurisdiccional, y del principio de igualdad de armas”.
(6) Momethiano Santiago (2001, p. 178) hace una breve pero útil referencia histórica sobre el contumaz.
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Mario Lohonel Abanto Quevedo
(7) Ya tres pronunciamientos auténticamente jurisdiccionales se han ocupado de aclarar que los acuerdos plenarios
no son leyes ni instrumentos normativos, por lo que no se aplican como si lo fueran (incluyendo la aplicación
retroactiva), ya que solo tienen función orientadora de la jurisprudencia. El primero fue la Sentencia Casatoria
No 46-2018-Nacional, de fecha 17 de abril de 2019, que señaló que “[c]onforme a la naturaleza del acuerdo
plenario, es impropio hablar de su aplicación retroactiva (o irretroactiva), en tanto este no constituye una
norma legal, ni su fuerza vinculante le da tal calidad. En otras palabras, un acuerdo plenario no se aplica, solo
las normas pueden ser aplicadas. Los acuerdos plenarios le dan un sentido interpretativo a las disposiciones
legales y los criterios fijados son lineamientos hermenéuticos que los jueces deben invocar como sustento
cuando resuelvan un caso en el que deben aplicar una disposición legal interpretada plenarialmente”. Luego,
sobre la base de la anterior sentencia, el mismo argumento fue adoptado también por las Sentencias Casatorias
N° 34-2018-Nacional y N° 45-2018-Nacional, ambas del 6 de junio de 2019.
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Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
pertinencia respecto al CPP; por eso llama la atención que, si este último Código Pro-
cesal se promulgó el 22 de julio de 2004 y se publicó el 29 de julio 2004, en 2015 San
Martín Castro insista (2015, p. 241) en considerar el citado acuerdo plenario como
pertinente para la regulación de la contumacia que realiza el CPP.
Al tomar esa referencia, San Martín Castro (2003) se contradice –incurriendo
en error– y luego, nuevamente se equivoca, pues afirmaba que “[l]a ausencia o con-
tumacia se declara, en todos los casos, de oficio o a pedido de parte, por el juez de la
causa” (p. 282), y luego, expresó que “[l]a ausencia o la contumacia son declaradas
por el juez, a instancia del fiscal o de las demás partes –principio de rogación–, siem-
pre previa constatación” (el resaltado es nuestro) (San Martín Castro, 2015, p. 241)(8).
Con esto claramente excluye la posibilidad de declarar la contumacia de oficio,
sin justificar esta restricción, pese a que no hay prohibición expresa ni hacerlo per-
vierte la naturaleza jurídica de la contumacia. San Martín se equivoca cuando ase-
gura que (el resaltado es nuestro):
La contumacia requiere que se constate que el reo tuvo conocimiento del
requerimiento de la autoridad, fiscal o judicial, y pese a ello no se presenta
voluntariamente a las actuaciones procesales, luego de una segunda cita-
ción, como se anotó en el aludido Acuerdo Plenario. San Martín (2015, p. 241)
Esto es un error, porque el artículo 79 del CPP no establece una segunda citación
como presupuesto para la declaración de contumacia.
El artículo 79 del CPP no proporciona un concepto de la contumacia. En la sen-
tencia del Expediente N° 003-2005-PI/TC, del 9 de agosto de 2006, el Tribunal Cons-
titucional sí lo hizo, diferenciando las situaciones jurídicas de ausencia y contumacia
(fundamento jurídico), señalando que “en el ámbito del proceso penal, el desconoci-
miento que el acusado tenga de la existencia de un proceso, genera un supuesto de
ausencia; mientras que la resistencia a concurrir al proceso, teniendo conocimiento
de él, se denomina contumacia”. A ello unimos que el inciso 3, del artículo 79 del
CPP endilga consecuencias sancionatorias al acusado contumaz, cuando precisa que
“ordenará la conducción compulsiva del imputado y dispondrá se le nombre defensor
de oficio”, pero también, el inciso 5 del citado artículo, añade que: “[s]i la declaración
de ausencia o contumacia se produce durante el juicio oral, el proceso debe archivarse
provisionalmente respecto de aquel”. Esto es perjudicial porque, en caso se trate de un
acusado sobre el que pesa mandato de prisión preventiva no efectivizado, su estado
furtivo se prolonga de hecho. Hasta aquí ya advertimos notas características de su
concepto sancionatorio. Ahora bien, no siendo esto suficiente, aun cuando el contumaz
sea presentado por la Policía Nacional, el inciso 6, del artículo 79 del CPP condiciona
(8) El Decreto Legislativo N° 125, de fecha 12 de junio de 1981, no consignó impedimento expreso al juez para
declarar de oficio la contumacia ni legitima solo a las partes a requerirla, sino que señala: “[s]i el acusado
persistiera en su inconcurrencia, se hará efectivo el apercibimiento (...)”; el artículo 79 del CPP tampoco lo
hace. Sin embargo, en el mismo sentido que San Martín Castro (2003) en el año 2003, es decir, sosteniendo
que solo es posible declarar la contumacia a instancia de parte, se pronuncia Peña Cabrera Freyre (2006),
aunque él lo hace en 2006 y refiriéndose al CPP (p. 356).
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Mario Lohonel Abanto Quevedo
el cese de la contumacia a que sean “realizadas las diligencias que requieran su inter-
vención” (San Martín Castro, 2015, p. 242). Es pues, la declaratoria de contumacia,
la imposición de una sanción(9), de un castigo temporal al estado de libertad ambula-
toria, sin perjuicio del mandato de prisión preventiva, si es que preexiste.
Destacando el carácter temporal de este castigo respecto al estado de libertad
ambulatoria del acusado, la Sentencia Casatoria No 627-2018-Arequipa, de fecha 10
de octubre de 2019, considera que, bajo la lógica del CPP, esta intervención no puede
acarrear la suspensión de la prescripción a que se refiere el primer artículo de la Ley
N° 26641; así lo expresaron los jueces de la Corte Suprema en la mencionada sen-
tencia, al mencionar que:
No resulta adecuado ni racional mantener la suspensión de la acción penal
por contumacia para los casos seguidos con el Código Procesal Penal de
2004, porque dicho efecto fue específicamente establecido para evitar que
los procesados rehuyeran la justicia bajo las reglas del Código de Procedi-
mientos Penales de 1940; además, porque lo contrario conllevaría prolongar
irracionalmente los plazos de la acción penal a límites inverosímiles que ya
fueron extendidos con los efectos de la formalización de la acción penal(10).
Este razonamiento, del cual es ponente el juez supremo Príncipe Trujillo, pero lo
suscribe el juez San Martín Castro y los demás integrantes de la Sala Penal Perma-
nente de la Corte Suprema de Justicia de la República, ratifica que la naturaleza de la
Ley N° 26641 solo es compatible con el Código de Procedimientos Penales 1940 y,
por consiguiente, el Acuerdo Plenario N° 5-2006/CJ-116 también se circunscribe a tal
ordenamiento procesal, ya en irremediable retirada (Ayestas Ardiles, 2007, pp. 9-14).
(9) Apreciando también el carácter sancionatorio de la contumacia, los jueces penales (especializados y supe-
riores) de la Corte Superior de Justicia de Piura, en “pleno jurisdiccional penal”, de fecha 23 de noviembre
de 2018, expresaron que “[e]l acusado que es declarado contumaz se sujeta a una sanción procesal en mérito
a su desobediencia a los mandatos judiciales dentro del proceso penal y, de ordinario, se relaciona con su
renuencia a presentarse a la instalación del juicio oral”.
(10) Eso explica que ese efecto subsista para los procesos judiciales sustanciados aún hoy con el Código de Procedi-
mientos Penales 1940, como se expresó con ocasión de la Sentencia por Recurso de Nulidad N° 1945-2014-La
Libertad. Se estableció que la interrupción de la prescripción por contumacia es consecuencia necesaria, no
discrecional del juez; por tanto, no necesita una declaración judicial expresa, pues opera de pleno derecho
la Ley No 26641 de 1996. Es así que la citada sentencia precisa que “[e]sa Ley estatuye la suspensión de la
prescripción, como consecuencia o efecto jurídico necesario de la declaración de contumacia. Se trata de
una norma procesal, por lo que el factor de aplicación se produce cuando se emitió el auto respectivo-fecha
de la actuación procesal, no fecha de la comisión del delito. Mientras no se captura o pongan a derecho los
imputados, no corre el plazo prescriptorio, que por ministerio de la ley está suspendido”.
Este razonamiento también corresponde a procesos por infracción a la ley penal. La Sentencia Casatoria
N° 415-2016-Piura consigna que se suspende el plazo de prescripción cuando se declara la contumacia del
procesado, precisando lo siguiente: “[e]sta Suprema Sala puede afirmar que la declaración de contumacia del
adolescente infractor de iniciales G.C.C., ha generado la suspensión del plazo de prescripción de la acción penal
en su contra, por lo que debe revocarse la resolución apelada que resuelve declarar la extinción de la acción
penal por prescripción a favor del referido infractor al haber sido emitida sin tener en cuenta lo dispuesto en
la parte in fine del artículo 222 del Código de los Niños y Adolescentes”.
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el contumaz debe ser atendido dentro de las 48 horas que establece la Constitución Política del Perú para que
la Policía Nacional ponga a disposición judicial a la persona detenida. Esta posición no fue respaldada por
ningún voto. Si valoramos que estas discusiones académicas hechas por los jueces sirven porque preparan
el escenario para el ejercicio auténtico de la jurisdicción, con predictibilidad, este unánime rechazo a esa
tergiversación interpretativa es muy importante.
(14) Como se señala en el Pleno Jurisdiccional Penal de la Corte Superior de Justicia de Piura, “la Constitución
Política en el art. 2 inc. 24, lit. b) y f) establece un plazo ordenatorio de 48 horas que se dirige a la autoridad
policial, con el objeto de que antes del vencimiento de ese plazo ponga a disposición del juez a la persona
detenida” (el resalado es nuestro).
(15) Sobre la interpretación de la ley penal, abarcando concisamente la amplitud de sus modalidades, véase: Villa
Stein (2008, pp. 129-140).
(16) En virtud a este principio, que en materia penal fue claramente expuesto en la importante Sentencia del
Expediente N° 010-2002-AI/TC, la interpretación constitucional debe “prever las consecuencias de sus
decisiones, susceptible de generar efectos nefastos como consecuencia de dicha declaratoria”.
(17) Conforme al cual la interpretación de la Constitución debe estar orientada a considerarla como un todo
armónico y sistemático, a partir del cual se organiza el sistema jurídico en su conjunto.
(18) En virtud del cual toda aparente tensión entre las propias disposiciones constitucionales debe ser resuelta “opti-
mizando” su interpretación; es decir, sin sacrificar ninguno de los valores, derechos o principios concernidos,
y teniendo presente que, en última instancia, todo precepto constitucional, incluso aquellos pertenecientes a
la denominada “Constitución orgánica” se encuentran reconducidos a la protección de los derechos funda-
mentales, como manifestaciones del principio-derecho de dignidad humana, cuya defensa y respeto es el fin
supremo de la sociedad y el Estado.
(19) El producto de la interpretación solo podrá ser considerado como válido en la medida que contribuya a integrar,
pacificar y ordenar las relaciones de los poderes públicos entre sí y las de estos con la sociedad.
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Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
“
porque preexiste mandato judi-
cial motivado para hacerlo (por El plazo para convocar
ejemplo, contumacia) o porque a inicio de juzgamiento del
le halló en flagrancia delictiva. contumaz también debe ser
b. La policía tiene plazo máximo el mínimo necesario para
de 48 horas (o el estricto tér- convocar judicialmente a
mino de la distancia) para poner
al detenido a disposición del todos los órganos de prueba
juez (requirente o de turno). y así, tender a culminar
c. El juez, en atención al motivo el juzgamiento en una
de detención (judicial o por sola sesión, no pudiendo
flagrancia), aplicará los plazos señalarse antes de los 10
”
(especiales y judiciales) y requi- días
sitos legales a la resolución judi-
cial sobre la situación jurídica
del aprehendido policialmente,
cuando corresponda.
d. En el caso de la contumacia, el juez la dejará sin efecto después de cumplir
las dos condiciones conjuntas que establece el inciso 6, del artículo 79 del
CPP.
El plazo de la regla constitucional se agota y da paso al plazo legal especial;
luego, recién el juez debe atender a la situación jurídica que explica la aprehensión
física que, en esta ocasión, es la contumacia en etapa de juzgamiento. El inciso 6, del
artículo 79, del CPP impone dos condiciones conjuntas para el cese de la contumacia:
[1] Con la presentación del contumaz o ausente, y [2] realizadas las diligen-
cias que requieran su intervención, cesa dicha condición, debiendo dejarse
sin efecto el mandato de conducción compulsiva (...). (El resaltado es nuestro).
Desde luego, la satisfacción de la segunda condición conjunta es la que prolonga
la detención del contumaz, pero esta se justifica en el hecho de que “es justamente
la desobediencia procesal la que no ofrece garantías de su comparecencia y posibi-
lita la extensión de su detención” (Jueces Penales de la Corte Superior de Justicia de
Piura, 2018).
Si la Policía Nacional conduce al acusado contumaz ante el juez, ya se ha satisfe-
cho la primera condición, pero falta realizar la diligencia que requiere la intervención
presencial del contumaz para luego, inmediatamente, dejar sin efecto su conducción
compulsiva; esta diligencia es el inicio de su juzgamiento. Deberá emitirse resolución
judicial convocando a todos los sujetos procesales y órganos de prueba, citándoles
para dar inicio al juzgamiento, el cual no puede empezar antes de los 10 días natura-
les posteriores (inciso 1, del artículo 355 del CPP); en consecuencia, con esta resolu-
ción judicial no se puede levantar el estado de contumacia, ya que no se ha iniciado
19
Mario Lohonel Abanto Quevedo
(20) Un plazo mucho menor (como el de 48 horas de la regla constitucional o el estricto término de la distancia)
no resulta adecuado para realizar, en ningún caso particular, los principios de razonabilidad en la citación a
pruebas e igualdad de armas para el procesado contumaz. Debido a que existe la regla legal del inciso 1, del
artículo 355 del CPP, el plazo constitucional no puede ser tomado como referencia, ni siquiera alegando el
recurso de la analogía en bonam partem, ya que esta solo se habilita ante una auténtica laguna normativa. La
concordancia de los artículos 146 y 355 (inciso 1) del CPP acreditan que no hay tal laguna en el plazo para
citar a inicio de audiencia de juzgamiento del acusado contumaz.
20
Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
La ley dispensa un trato igual a aquellos que están en igual situación(21); siendo
así, cuando de la convocatoria judicial al inicio de juzgamiento se trata, siendo una
audiencia inaplazable, esta consideración también debe verificarse. Significa que la
aplicación de la ley por el juez debe –y será– igual para todos, en tanto esos todos
cumplan su deber de asistencia puntual. Quien no lo haga, no puede pretender seguir
siendo tratado como quien sí se somete a la jurisdicción que lo convoca, ya que lo
contrario implicaría promover –desde la auténtica judicatura– la no sujeción a la
vocatio, componente de la jurisdicción. Veamos cómo: lo que se expresa al oponer la
interpretación de considerar del mismo modo a quien asiste y a quien no, es que, ya
sea que se respete la convocatoria judicial o no (como hace el contumaz), la audien-
cia de juzgamiento siempre se señalará lo más pronto posible pero no antes de los 10
días después de poderse ejercer la jurisdicción sobre el acusado, al ser este puesto a
disposición del juzgado.
Esta interpretación castiga al acusado que voluntariamente se somete a la vocatio
y premia a quien no lo hace, pues desconoce la naturaleza sancionatoria de la contu-
macia al vaciarla de contenido (significado). Ser declarado contumaz comporta una
intervención potencial sobre la libertad ambulatoria de un acusado que es conside-
rado inocente(22), concretándose como sanción al ejecutarse y extenderse hasta que
se lleve a cabo la diligencia para la cual se citó inicialmente al contumaz. La discu-
sión empieza al intuir que ese plazo debe tender siempre a ser el menor posible, dada
la excepcional aprehensión física del contumaz y el mantenimiento de esta hasta el
inicio de su audiencia de juzgamiento.
(21) “El derecho a la igualdad tiene dos fases. La primera de ellas, la igualdad ante la Ley, está referida a la nece-
sidad de una aplicación igualitaria de la Ley a todos aquellos que se encuentren en una misma situación de
hecho prevista por la norma; la segunda, la igualdad en la Ley, está referida a la imposibilidad de un órgano
de modificar arbitrariamente el sentido de sus decisiones en casos sustancialmente iguales, por lo que, al
apartarse de un precedente, el órgano en cuestión debe necesariamente justificar tal decisión” (fundamento
jurídico 7, del Expediente N° 02498-2008-AA).
(22) Este es un asunto controvertido porque la realidad procesal del acusado –y contumaz– desafía el rol del juez de
juzgamiento. Téngase en cuenta la escala de la sospecha (suficiente) incorporada en la denominada “Sentencia
Plenaria Casatoria” No 1-2017/CIJ-433, de fecha 11 de octubre de 2017, a partir de su fundamento 24, siendo
esta: sospecha inicial, propia de la disposición fiscal para el inicio de diligencias preliminares; sospecha
reveladora, que explica la disposición fiscal de formalización y continuación de investigación preparatoria;
sospecha suficiente para formular acusación fiscal y provocar la emisión judicial del auto de enjuiciamiento;
sospecha grave o vehemente para –recién– solicitar prisión preventiva y, finalmente, la certeza que funda
la sentencia condenatoria. Si el juez de juzgamiento se halla frente a un contumaz, sabe que es una persona
contra la que se han aglomerado elementos probatorios de su responsabilidad penal, que han causado conven-
cimiento en un fiscal objetivo y, además, sobre un juez de garantías que es, por antonomasia, imparcial. Este
último concuerda con aquel fiscal respecto a la suficiencia de la sospecha para justificar el enjuiciamiento.
Pero no solo eso, sino que el juez de juzgamiento añade el hecho de que esa persona acusada formalmente,
decidió no someterse al juzgamiento, mostrándose rebelde ante la convocatoria judicial. Por eso, mantener
la convicción judicial por la presunción de inocencia (absoluta irresponsabilidad penal) de esta persona, es
un reto volitivo para el juez de juzgamiento. Tal vez resulte más adecuado a esta realidad la consideración
de la presunción de no culpabilidad, aplicándola como garantía de imparcialidad, pero también como regla
de tratamiento para conducir la audiencia y la actuación probatoria. Resumiendo: llegado el juzgamiento del
contumaz, tal vez no debiera exigirse presunción de inocencia, pero sí, enfáticamente, al menos la presunción
de no culpabilidad.
21
Mario Lohonel Abanto Quevedo
(23) Dichos jueces sostienen “[q]ue, en la evaluación especifica de cada caso concreto, el juez tiene obligación de
precisar y justificar la fecha que se impone como fecha de audiencia; empero, con el ánimo de no extender
de modo excesivo, la misma (sic) [no puede] superar los quince días naturales (que equivale al plazo del art.
355 inc. 1 más su mitad), tiempo suficiente para reajustar la agenda judicial y la del Ministerio Público, si en
caso fuera necesario”.
22
Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
“
su definición judicial en atención a las
particularidades del caso específico y a Oponer, sin mayor
la satisfacción de los principios que ins- razonamiento, que cuando
piran el proceso penal. se interviene sobre la
Es claro que si se razona de modo libertad ambulatoria se
que se le procure atención al contumaz requiere de plazo expreso
por debajo de los 10 días de la parte final
del inciso 1, del artículo 355 del CPP, se y que los jueces no pueden
produce una situación paradójica, que se regularlos, implica
asemeja a un incentivo perverso . Vea-
(24)
desconocer que, en materia
mos, si la citación regular del acusado de plazos no regulados
no contumaz ordena señalar fecha para
el inicio de su audiencia de juzgamiento expresamente, el artículo
no antes de los 10 días desde recibido su 146 del CPP autoriza al
expediente por el juez de juzgamiento,
esto se traduce en la práctica en un seña-
lamiento de fecha con semanas o meses
hacia el futuro, debido a la carga proce-
juez a regularlos
”
sal, la generación de varias audiencias
para realizar un solo juzgamiento en curso, los mandatos de conducción compulsiva
de órganos de prueba, entre otros factores que ya saturan la agenda judicial. Ahora
bien, cuando el contumaz es puesto a disposición del juez, produce un justificado e
ineludible apremio al órgano jurisdiccional y a los demás sujetos procesales, tanto
para (re)programar la audiencia inicial como para citar a los órganos de prueba. Todo
esto debe hacerse no antes del décimo día en que el contumaz es puesto a disposi-
ción, pero con un límite máximo que no puede ser el de las semanas o meses hacia el
futuro que la condicionada praxis judicial le dispensa al acusado no contumaz; esto
es así porque la diferencia entre el acusado no contumaz citado y el contumaz –al
que recién se le citará con nueva fecha para el mismo propósito de iniciar su juzga-
miento– es que este último ya está privado de su libertad.
(24) Este concepto, mejor desarrollado en el ámbito económico –en nuestro país, véase el ejemplo de Abusada
Salah (2014, p. A19)– también se aprecia en el ámbito jurídico y un buen ejemplo previo al nuestro, es el caso
del Programa de Justicia Transicional de Colombia, al que se refiere Coronado Neira (2014, pp. 130-148).
23
Mario Lohonel Abanto Quevedo
(25) Fiscales, abogados y litigantes de un proceso en trámite constatarán que, desde hace pocos días, el tiempo
que se asignó a la audiencia para continuar con su caso, se ha recortado para atender el inicio del juzgamiento
de un acusado contumaz.
(26) Caso Genie Lacayo vs. Nicaragua, sentencia del 29 de enero de 1997, serie C, N° 30, párrafo 77; y, Caso
Cantos vs. Argentina, sentencia del 28 de noviembre de 2002, serie C, N° 97, párrafo 57.
(27) Expediente N° 05350-2009-PHC/TC, sentencia del 10 de agosto de 2010, fundamento jurídico 26.
24
Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
(28) Desde un enfoque político criminal del fundamento de la prescripción y una particular propuesta para su
cómputo, véase: Meini Méndez (2009).
25
Mario Lohonel Abanto Quevedo
“
así, pareciera que la privación de su
El plazo judicial libertad actualiza, segundo a segundo,
o plazo óptimo para una intervención grave sobre su dere-
iniciar el juzgamiento del cho a la libertad ambulatoria, de trán-
contumaz es el mínimo sito. Sin embargo, en realidad esa pri-
vación de libertad poco tiene que ver
posible, propendiendo a con la imputación fiscal, pues se explica
que sea el mismo día de en la renuencia del acusado a acudir a
la puesta a disposición la convocatoria judicial, a su rebeldía a
policial del contumaz, someterse a la autoridad jurisdiccional,
pudiéndolo hacer, desde luego.
esto es, de inmediato,
pero necesariamente debe Es esto lo que justifica el manteni-
miento de su aprehensión y también, que
mediar la renuncia al plazo
”
esta se levante solo después de haberse
mínimo realizado la diligencia para la que se le
citó inicialmente. Apréciese, entonces,
que la contumacia no colisiona frontal-
mente contra la presunción de inocen-
cia, no crea un estado de tensión insoportable por su absoluta incompatibilidad con
dicha garantía. Plantear la necesidad de “resolver la situación jurídica del contumaz”
en términos de lesión a la presunción de inocencia, en realidad oculta que la causa de
la contumacia no tiene relación con la acusación fiscal; siendo así, el sesgo defensivo
de este planteamiento se muestra palmario.
Por consiguiente, la tensión entre presunción de inocencia y plazo razonable no
es plena ni intensa. Al observar el plazo mínimo de 10 días, antes de los cuales la ley
prohíbe iniciar el juzgamiento, sí se verifica auténtica tensión entre el derecho a la
defensa en su faceta del derecho a probar y que corresponde a todos los sujetos proce-
sales, con el derecho del contumaz a recuperar su libertad cuanto antes. Esta tensión
es la que, sobre la base de la literalidad del inciso 1, del artículo 355 in fine del CPP,
debe soportar el contumaz con resignación, pues de antemano supo –su competente
abogado definitivamente se lo advirtió– que no podrá iniciarse su juzgamiento antes
de ese periodo, si es declarado contumaz.
El panorama de tensión jurídica no está completo si no se considera el escena-
rio en el que se observa el plazo máximo razonable de 15 días naturales, computados
desde que se puso a disposición al contumaz. Este plazo es máximo y siendo de por
sí razonable señalar entre el décimo primer y hasta el décimo quinto día el inicio de
la audiencia de juzgamiento, esta razonabilidad puede aún optimizarse al conside-
rar los fundamentos de los jueces de Piura para aproximar ese extremo máximo del
plazo razonable a la menor cantidad de días naturales posibles. Cada día después del
décimo de cautiverio del contumaz, hace prevalecer la necesidad de instalar válida-
mente la audiencia de juzgamiento (inciso 1, del artículo 369 del CPP) sobre el derecho
del contumaz, presunto no culpable, a recuperar su libertad ambulatoria. Esa misma
26
Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
(29) En realidad, el dispositivo y el inquisitivo, en el contexto al que nos referimos, no son principios, pero sí,
modelos de distribución de roles en el proceso. Sobre el particular recomendamos la revisión del concepto
hecha por Cavani (2014, pp. 448-455).
27
Mario Lohonel Abanto Quevedo
Es claro que el plazo del inciso 1, del artículo 355 in fine del CPP, se ha estable-
cido en favor no solo del acusado, sino de todos los sujetos procesales, en clave de
realizar su derecho a probar y obtener un pronunciamiento de fondo célere. Este plazo
les favorece no solo porque se estima que 10 días naturales son suficientes para que
el juzgado convoque a todos los litigantes y a sus órganos de prueba, notificándoles
y obteniendo la devolución de los cargos de las cédulas a tiempo; sino también para
que los litigantes puedan ejercer el deber de revisar la completitud del expediente judi-
cial (inciso 1, del artículo 137 del CPP), solicitar y obtener la inclusión o exclusión de
algún medio probatorio admitido o rechazado, respectivamente y, en general, prepa-
rar su desempeño en audiencia. Si la naturaleza del delito imputado, la complejidad
procesal de la materia y la cantidad de sujetos procesales a notificar y personas que
se necesita citar, pueden ser comprendidas por los intereses de todos los litigantes,
sin menoscabo de sus garantías procesales, ellos pueden activar la legitimidad que
les otorga la ley procesal para solicitar expresamente al juez su deseo de obtener un
plazo judicial óptimo, esto es, menor al señalado por ley en su beneficio. Lo “óptimo”
del plazo pasa por la satisfacción de intereses y la salvaguarda de garantías, que sus
titulares declaran observar.
Luego, si además el juez evalúa la conducta procesal del acusado –aparte de la
circunstancia de rebeldía– ejercida por su abogado después de su aprehensión, la carga
laboral inmediata del juzgado, la agenda en los próximos días a la captura del contu-
maz y la naturaleza de dichos procesos pendientes de inicio o continuación de juzga-
miento, y considera posible acceder a la consensuada renuncia al plazo del inciso 1,
del artículo 355 in fine del CPP(30), accederá a la renuncia al plazo y lo hará saber al
emitir la resolución judicial que cita a audiencia de inicio del juzgamiento.
Apréciese que, en la aprobación de la solicitud consensuada de renuncia al plazo
mínimo para iniciar la audiencia de juzgamiento, se han considerado y optimizado
todos los intereses, garantías y condiciones concurrentes para llevar a cabo el juzga-
miento asegurando el debido proceso. Entonces, el plazo óptimo será el más inme-
diato en función de esas variables y si no lo es, será excesivo.
Resumiendo, en el siguiente cuadro presentamos la propuesta de este artículo
por la adopción del plazo óptimo (o judicial) en el señalamiento de fecha y hora para
el inicio de audiencia de juzgamiento del acusado contumaz, que ha sido puesto a
disposición judicial por la Policía Nacional.
(30) Incluso llevando a cabo la audiencia fuera de las horas ya ocupadas en la agenda judicial, sobre la base de la
regla del artículo 126 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
28
Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
29
Mario Lohonel Abanto Quevedo
intervalo no menor de diez (10) días] cumpliendo entonces con el deber de citación
a juicio y dándole así oportunidad a la defensa y a todos los demás sujetos procesa-
les para que en ese plazo coadyuven con la convocatoria a sus órganos de prueba.
No obstante, el cumplimiento de este plazo, aunque legal, entra en tensión con
el derecho a ser juzgado en una sola sesión de audiencia, que debe empezar y culmi-
nar en un plazo razonable, recuperando el contumaz su estado de libertad ambulato-
ria si resulta absuelto. Entonces, el juzgado ha considerado que la habilitación de los
artículos 146 y 147 del CPP para adoptar un plazo judicial es oportunidad para sol-
ventar la tensión expuesta, optimizando todos los principios concernidos, que inclu-
yen la satisfacción de las dos condiciones conjuntas que establece el inciso 1, artículo
79 del CPP para levantar el estado de contumacia.
Por ello, antes de convocar al inicio de esta audiencia de juzgamiento, se ha con-
sultado a los sujetos procesales por la posibilidad de que coadyuven con la convo-
catoria a todos sus órganos de prueba a la audiencia, en plazo menor al que impone
el inciso 1, del artículo 355 del CPP, sin que esto les cause agravio. Si su respuesta
común es afirmativa, el juzgado la considera en los términos del artículo 147 del CPP
y evalúa si se puede adoptar un plazo procesal óptimo que garantice el ejercicio del
derecho a la defensa y a probar por parte de los sujetos procesales. De la realización
y resultado de estas consultas se ha dejado constancia escrita. Si se nos comunica que
este auxilio al órgano administrativo notificador de la corte superior no es posible por
todos los litigantes, irremediablemente se señalará fecha para iniciar la audiencia de
juzgamiento del contumaz cumpliendo el plazo que impone el inciso 1, del artículo
355 del CPP y de acuerdo con la reserva de disponibilidad de la agenda judicial (todas
las tardes de los viernes de cada semana se reservan para la atención a contumaces),
pero con un límite de razonabilidad hasta los 15 días naturales desde que el contu-
maz fue puesto a disposición judicial. Este plazo máximo parte del mínimo legal de
10 días, al que se añade su mitad y resulta el plazo máximo razonable para el inicio
de la audiencia de juzgamiento del acusado contumaz.
X. OBJECIONES PREVISIBLES
Anticipamos que la propuesta que formulamos, solo respecto al plazo máximo
razonable, puede ser contestada sobre la base de la objeción de constitucionalidad y
del componente de necesidad del juicio de ponderación. En las siguientes líneas se
advertirá que en el sétimo punto (Principios en tensión al observar el plazo mínimo
legal o el plazo máximo razonable) ya nos hemos referido –en parte– a estos cuestio-
namientos, pero conviene contestarlos expresamente.
Puede señalarse que esta propuesta se contrapone a la regla del inciso 9, del
artículo 139 de la Constitución Política: “Son principios y derechos de la función juris-
diccional: (...) El principio de inaplicabilidad por analogía de la ley penal y de las nor-
mas que restrinjan derechos”. En buena cuenta, la objeción consiste en sostener que
los jueces no pueden regular plazos procesales por analogía cuando estos restringen
la libertad. Ya que una parte de nuestra propuesta implica considerar que no señalar
30
Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
(31) Sobre el particular, Chanamé (2015) circunscribe el recurso a la analogía al principio de legalidad penal,
pues señala que no hay crimen ni hay pena sin ley (p. 799). En el mismo sentido, Castillo Alva (2004) ubica
el recurso a la analogía in malam partem dentro del Título V de la primera parte de su libro aquí citado (pp.
141-192), solo después de haberse ocupado del principio de legalidad sustantivo. Castillo Alva es concluyente:
“En realidad, la única interpretación posible del inc. 9 del art. 139 de la Constitución Política y del art. III
del Título Preliminar del C.C. es que su ámbito de aplicación se circunscribe a las normas que imponen
sanciones jurídicas negativas que son las que afectan o restringen el ejercicio de un derecho o determinado
bien jurídico” (Castillo Alva, 2004, p. 166).
31
Mario Lohonel Abanto Quevedo
XI. CONCLUSIONES
■ La ausencia de un plazo especial en la descripción legal de un procedimiento
o actuación procesal no necesariamente significa que exista un vacío legal al
respecto. Deberá acudirse a todas las disposiciones generales sobre plazos
procesales en busca de aquellas que, por pertinentes, contribuyan a obtener
32
Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
33
Mario Lohonel Abanto Quevedo
REFERENCIAS
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Plazo razonable y plazo óptimo para iniciar la audiencia de juzgamiento del contumaz
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Legislación
LEGISLACIÓN
El Presidente de la República:
Por cuanto:
El Congreso de la República del Perú, de conformidad con lo previsto en el
Artículo 18 de la Constitución Política, por Ley N° 23230 ha delegado en el Poder
Ejecutivo la facultad de derogar o modificar los Decretos Leyes expedidos a partir del
3 de octubre de 1968 en relación con el Código de Procedimientos Penales.
Que si bien los Decretos Leyes Nºs 1.9030 y 19962, que prescriben el juzgamiento
de los contumaces, han quedado abrogados por lo dispuesto en el inciso 10 del artículo
233 de la Constitución Política del Perú, se hace necesario establecer el régimen jurí-
dico que contemple la situación procesal de tales encausados antes de la sentencia;
Que el dispositivo constitucional utiliza el término “ausencia” en un sentido
que comprende tanto al ausente propiamente dicho como al contumaz, situación que
debe ser expresamente definida, por cuanto no lo está en el Código de Procedimien-
tos Penales vigente;
Que asimismo, se hace necesario contemplar la situación de los que, en aplica-
ción de ambos Decretos Leyes, fueron condenados en ausencia y que no estén con-
formes con la sentencia;
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;
Ha dado el Decreto Legislativo siguiente:
Artículo 1.- Sustitúyase el artículo 210 del Código de Procedimientos Penales,
el que tendrá el texto siguiente:
“La audiencia no podrá realizarse sin la presencia del acusado y de su defensor.
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Mario Lohonel Abanto Quevedo
38
Legislación
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
El Congreso de la República ha dado la Ley Siguiente:
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;
Ha dado la ley siguiente:
Artículo 1.- Interprétese por la vía autentica que, tratándose de contumaces, el
principio de la función jurisdiccional de no ser condenado en ausencia, se aplica sin
perjuicio de la interrupción de los términos prescriptores, la misma que opera desde
que existen evidencias irrefutables que el acusado rehúye del proceso y hasta que el
mismo se ponga a derecho. El juez encargado del proceso declara la condición de
contumaz y la suspensión de la prescripción.
Artículo 2.- Si el agente se sustrae a la acción de la justicia, y por ello es decla-
rado contumaz, será reprimido con pena privativa de la libertad igual a la que corres-
ponde al delito por el que se le procesa. Es competente el juez que corresponde a la
primera acción.
Artículo 3.- Los artículos 1 y 2 son aplicables a los procesos en curso.
Artículo 4.- deróguese las normas que se oponen a la presente ley.
39
Mario Lohonel Abanto Quevedo
40
Legislación
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Mario Lohonel Abanto Quevedo
actuaciones procesales y en todas las etapas del proceso, el imputado tiene derecho
a prestar declaración y a ampliarla, a fin de ejercer su defensa y responder a los car-
gos formulados en su contra (artículo 86.1). Asimismo, tiene derecho a abstenerse de
declarar y que esa decisión no podrá ser utilizada en su perjuicio (artículo 87. 2). La
declaración del procesado sólo es considerada expresamente como medio de prueba
cuando se trata de una confesión; es decir, cuando el imputado admite los cargos for-
mulados en su contra (artículo 160.1), siempre que esté debidamente corroborada por
otro u otros elementos de convicción (artículo 160.2.a), sea prestada libremente y en
estado normal de las facultades psíquicas (artículo 160.2.b), sea prestada ante el Juez
o el Fiscal en presencia de su abogado (artículo 160.2.c); y sea sincera y espontánea
(artículo 160.2.d).
Quinto. Que la declaración judicial de ausencia o contumacia del imputado en
la fase instructiva del proceso penal sumario u ordinario, con el mandamiento de
conducción compulsiva ejecutada por la Policía Nacional bajo la forma de requisi-
torias, debido a su inconcurrencia u oposición expresa (oral o escrita) a presentarse
a la diligencia de recepción de la declaración instructiva, resulta manifiestamente
incompatible con la consideración de ésta como un medio de defensa protegido por
el derecho a la no autoincriminación tanto en su forma negativa, cuando el imputado
ejerce su derecho a abstenerse de declarar sin que esa decisión pueda causarle perjui-
cio alguno; como en su forma positiva, cuando a su vez se le reconoce el derecho de
prestar declaración y ampliarla cuando lo considere conveniente según su estrategia
de defensa. En consecuencia, considerando que la declaración del imputado no es un
acto procesal de obligatoria realización, pues siendo un derecho corresponde en rigor
ser ejercido a iniciativa e interés del propio imputado, no existe obstáculo alguno para
que el proceso penal discurra normalmente hasta concluir con una sentencia en el
caso del proceso sumario, o, transitar hacia la etapa de juicio en un proceso ordinario.
Sexto. Que, conforme al artículo 77 del Código de Procedimientos Penales de
1940, será de exclusiva responsabilidad del Fiscal durante la investigación preliminar,
la realización de las diligencias necesarias para identificar y constatar la dirección
domiciliaria real y actual del imputado, la cual deberá ser consignada en su respectiva
formalización de denuncia a efectos de permitir la debida notificación de la instaura-
ción y continuación del proceso penal. Por su parte, el juez solo procederá a emitir el
auto de inicio del proceso penal sumario u ordinario, en tanto el fiscal haya presen-
tado los recaudos que acrediten el presupuesto antes anotado, de cara a garantizar en
forma efectiva el derecho de defensa del imputado; y, por ende, el debido proceso.
Sétimo. Que siendo así, resulta pertinente cursar oficio circular a las Cortes
Superiores de Justicia para que los órganos jurisdiccionales en materia penal, tengan
en cuenta lo anotado precedentemente.
Por estos fundamentos; en mérito al Acuerdo N° 749-2014 de la trigésimo primera
sesión del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial de la fecha, adoptado con la interven-
ción de los señores Mendoza Ramírez, De Valdivia Cano, Meneses Gonzales, Taboada
Pilco y Escalante Cárdenas; en uso de las atribuciones conferidas por el artículo
82 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Por mayoría,
42
Legislación
SE RESUELVE:
Artículo Primero.- Oficiar a los Presidentes de las Cortes Superiores de Justicia
de la República para que se sirvan comunicar a los jueces de los órganos jurisdiccio-
nales penales y/o mixtos que, considerando el derecho del imputado a la no autoin-
criminación, tienen que evaluar que no corresponde la declaración judicial de ausen-
cia o contumacia en la fase instructiva del proceso penal sumario y ordinario, con el
mandamiento de conducción compulsiva, en razón de su inconcurrencia u oposición
expresa (oral o escrita) a presentarse a la diligencia de declaración instructiva. En esa
perspectiva, el proceso penal sumario puede concluir con una sentencia; así como el
proceso penal ordinario puede transitar hacia la etapa de juicio, prescindiendo de la
declaración del imputado, salvo que este lo solicite como medio de defensa.
Artículo Segundo.- Establecer que corresponde al fiscal durante la investigación
preliminar identificar y constatar la dirección domiciliaria real y actual del imputado.
El juez solo podrá emitir el auto que da inicio al proceso penal sumario y ordinario,
cuando en la formalización de denuncia se haya cumplido el presupuesto antes ano-
tado con los recaudos respectivos; ello con el objetivo de garantizar la debida notifi-
cación judicial del imputado.
Artículo Tercero.- Transcribir la presente resolución al Presidente del Poder
Judicial, Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial, Ministerio Público,
y Cortes Superiores de Justicia del país, para su conocimiento y fines consiguientes
Regístrese, publíquese, comuníquese y cúmplase.
SS.
ENRIQUE JAVIER MENDOZA RAMÍREZ
Presidente
RAMIRO DE VALDIVIA CANO
BONIFACIO MENESES GONZALES
GIAMMPOL TABOADA PILCO
ERIC ESCALANTE CÁRDENAS
43
LEGISLACIÓN APLICABLE EN DONDE ESTÉ
VIGENTE EL CÓDIGO PROCESAL
PENAL DE 2004
44
Jurisprudencia
JURISPRUDENCIA
1. CONCEPTO DE CONTUMACIA
“El citado artículo 3 del Decreto Legislativo número 125 define la institución del
a contumacia. El contumaz, en términos generales, es el imputado que conoce
su condición de tal y que esta o estará emplazado al proceso para que responde
por concretos cargos penales, y pese a ello deja de concurrir, se aparta volunta-
riamente del proceso [el encausado es consciente del a existencia de un proceso
penal dirigido contra él y decide no acudir a la llamada del órgano jurisdiccio-
nal]. Es significativo a estos fines el literal a) del citado artículo, que precisa
que se reputa contumaz: “Al que habiendo prestado su declaración instructiva o
estando debidamente notificado rehúye el juzgamiento en manifiesta rebeldía o
hace caso omiso a las citaciones o emplazamientos que le fueran hechos por el
juez o Tribunal”. A estos efectos, el artículo 1 de la Ley número 26641 exige que
el auto que declara la condición de contumaz del imputado –sin esa resolución
judicial no es posible calificar a un acusado de contumaz– solo se dictara desde
que “(…) existen evidencias irrefutables que el acusado rehúye del proceso (…)”.
(Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo
Plenario N° 5-2006/CJ-116, del 13 de octubre de 2006, considerando 9)
“La declaración de contumacia –conforme a la ley de la materia– constituye una
situación procesal que legitima al a judicatura para ordenar la detención del pro-
cesado renuente a acatar el cumplimiento de determinados mandatos procesales
ordenados por el juzgador.
El artículo 3 del Decreto Legislativo N° 125, establece –entre otras causas– que
se reputa contumaz: “[…] al que habiendo prestado su declaración instructiva o
estando debidamente notificado, rehúye el juzgamiento en manifiesta rebeldía
o hace caso omiso a las citaciones o emplazamiento que le fueran hecho por el
Juez o Tribunal”.
(STC. Exp. N° 3411-2005-PHC/TC-Lima, del 12 de mayo de 2006, f. j. 8).
45
Mario Lohonel Abanto Quevedo
legal, sea emplazada debida o correctamente con la citación a juicio [se entiende
que si el propio emplazado proporciona un domicilio falso, ello acredita su inten-
ción de eludir la acción de la justicia y justifica la declaración como reo contu-
maz, tal como ha sido ratificado por el Tribunal Constitucional en la sentencia
numera 4843-2005-HC/TC, del 8.8.2005]; b) que la indicada resolución judicial,
presupuesto de la declaración de contumacia, incorpore el apercibimiento expreso
de la declaración de contumaz en caso de inasistencia injustificada; y, c) que le
acusado persista en la inconcurrencia al acto oral, en cuyo caso se hará efectivo
el apercibimiento previamente decretado, esto es, la emisión del auto de decla-
ración de contumacia, y se procederá conforme al juicio contra reos ausentes.
(…) Para la declaración de contumacia, acto seguido, es central la nota de ‘per-
sistencia’ en la inconcurrencia voluntaria del acusado al acto oral, la cual sig-
nifica mantenerse firme o constante en una cosa o, más concretamente, ante el
emplazamiento judicial, es decir, no cumplirlo deliberadamente.
Ahora bien, si el párrafo analizado está en función a la iniciación del acto oral
o a su continuación, esto es, si la norma procesal precisa que se señalará nueva
fecha para la audiencia siempre que no hayan otros reos libres que se hubieran
presentado o en cárcel, a partir de lo cual se hace mención a la persistencia del
acusado en su incomparecencia, entonces, es evidente que la resolución judicial
de contumacia se dictara una vez que el acusado incumpla este segundo empe-
zamiento, a mérito de lo cual se renovaran las órdenes para su captura, se le
emplazara por edictos y se reservara el proceso hasta que sea habido, tal como
lo dispone, en lo pertinente, en artículo 319 del Código de Procedimientos Pena-
les. Es claro, asimismo, que, si el acto oral tiene lugar por la concurrencia de
otros acusados, la declaración de contumacia se hará efectiva una vez se cite al
acusado inconcurrente para la continuación del juicio oral, aplicando en lo per-
tinente las normas antes invocadas”.
(Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo
Plenario N° 5-2006/CJ-116, del 13 de octubre de 2006, considerando 12)
“En síntesis, la declaración de reo contumaz no constituye una facultad discrecio-
nal de la Sala Penal Superior, sino que está sometida a específicos presupuestos
materiales, que deben respetarse cumplidamente. Es imprescindible el correcto
emplazamiento al acto oral bajo apercibimiento de la declaración de contumacia,
luego una segunda citación y se persistir en la inconcurrencia voluntaria recién
se dictará el auto de contumacia y se procederá conforme al artículo 319 del
Código de Procedimientos Penales. Por último, un juez recusado o con pedido
de inhibición del Ministerio Publico, una vez que se acepta iniciar el trámite res-
pectivo no puede dictar una medida limitativa de la libertad como consecuencia
de un auto de contumacia al margen de las normas que regulan la recusación y
la inhibición o excusa de magistrados”.
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La indicada resolución judicial tiene una naturaleza constitutiva, ya que por ella se
crea el estado de ausente o contumaz, al que va ligado normalmente la adopción
de medidas provisionales personales. La declaración de contumacia constituye
una situación procesal que legitima al juez para ordenar la detención del proce-
sado renuente a acatar el cumplimiento de determinados mandatos procesales”.
(Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo
Plenario N° 5-2006/CJ-116, del 13 de octubre de 2006, considerando 8).
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Sin embargo, con la entrada en vigencia del Código Procesal Penal de 2004, no
solo se establecieron todas las características y consecuencias de la contumacia
específicamente en dicho modelo procesal de 2004, entre las que no se encon-
traba la suspensión de la acción penal; sino que tal efecto fue trasladado para
la formalización de la investigación preparatoria, precisamente, con la misma
finalidad de buscar evitar la impunidad de los procesados esquivos de la justicia.
Por lo tanto, consideramos que no se puede permitir la suspensión de la acción
penal por declaratoria de contumacia bajo los casos seguidos por el Código Pro-
cesal Penal de 2004 no solo porque esta busca evitar que los procesados rehúyan
de la justicia específicamente bajo el sistema procesal antiguo de 1940, ampara-
dos en la garantía de no ser condenados en ausencia; sino porque ello conlleva-
ría a prolongar irracionalmente los plazos de la acción penal a límites inverosí-
miles que, de por sí, ya fueron motivadamente prolongados con los efectos de la
formalización de la acción penal”.
(Casación N° 627-2018-Arequipa, del 10 de octubre
de 2019, considerandos 13-14 y 17).
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