ManualPatologiaEdificacion Tomo-1
ManualPatologiaEdificacion Tomo-1
ManualPatologiaEdificacion Tomo-1
A MODO DE PRESENTACIÓN
Siguiendo las directrices de las entidades que han encargado este trabajo, el equipo
redactor, entre las diversas posibilidades de tratar una materia tan compleja y amplia
de contenidos como esta, a optado por dar una visión práctica de los temas que se
tratan para facilitar la aplicación de los conocimientos impartidos al trabajo
profesional cotidiano de los potenciales alumnos a los que nos dirigiremos.
Por otra parte los contenidos expuestos en los tres manuales en los que se divide la
obra, se verán reforzados por los cursos presénciales, en los que cada una de las
materias podrán verse matizadas, puntualizadas y contrastadas con las experiencias
directas de los alumnos a pie de obra.
Todo ello tiene como objetivo alertar sobre aquellas prácticas constructivas o las
carencias de los proyectos susceptibles de provocar lesiones en los edificios que
puedan derivarse en riesgos para los mismos y especialmente para los usuarios y
para los que se efectúa una valoración razonada en cada uno de los capítulos.
En este sentido y para cada uno de los temas que se estudian, se pone especial
acento en las terapéuticas preventivas a aplicar en el desarrollo de los trabajos, así
Permítaseme por último una mención a los profesores redactores de la obra, todos
ellos con una amplia experiencia en cada uno de los temas tratados, tanto en sus
aspectos profesionales como en los docentes y que he tenido la satisfacción de
coordinar para la consecución de este trabajo que ahora ponemos en sus manos,
con nuestros mejores deseos de contribuir, aunque sea en una pequeña medida a
mejorar los parámetros de confort y seguridad que deben tener nuestros edificios.
Ventura Rodríguez
EQUIPO REDACTOR
1. LA CALIDAD EN LA EDIFICACIÓN
2. LA PATOLOGÍA EN LA EDIFICACIÓN
3. INTERVENCIONES OPERATIVAS
1. RECALCES: INTRODUCCIÓN
2. RECALCES SUPERFICIALES
3. RECALCES PROFUNDOS
MANUALDEPATOLOGIADELAEDIFICACION TOMO 1
TOMO 1 CAPITULO I
CAPITULO I
Indice:
En las sociedades desarrolladas los parámetros de confort y seguridad son cada vez
más demandados en todos los órdenes de las actividades humanas y sociales. En el
caso de nuestra propia vivienda y de los otros edificios que utilizamos para todo tipo
de actividades, las sociedades urbanas actuales pasamos las mayor parte de
nuestra vida, por lo que los anteriores parámetros adquieren una dimensión de
especial relevancia.
Esto hace que el seguimiento de la gestión de la calidad sea muy complejo, pues
han de tenerse en cuenta fundamentalmente tres tipos de productos, que a su vez
van a formar parte del “producto” final que es el propio edificio:
Son tres las fuentes jurídicas donde debemos fijarnos para encontrar la regulación
en cuanto a la calidad en la edificación. En la primera se podrían agrupar las normas
de ámbito general del proceso constructivo, es decir las que regulan el proceso
desde dentro, que a su vez pueden dividirse en dos subgrupos, las normas que
regulan el proceso en sus aspectos generales y las referidas a condicionamientos
técnicos de la construcción. En un segundo grupo encuadraríamos las referidas a la
seguridad y calidad industrial, en términos generales, no de forma específica ni única
a la industria de la construcción y por último en un tercer paquete se incluyen las
normas que afectan a los materiales y elementos constructivos. En el esquema n º 2
quedan sintetizadas dichas normas y sus contenidos generales se analizan a
continuación.
En cuanto a los contenidos del proyecto determina que habrán de definirse las
calidades de los materiales y procesos constructivos y las instrucciones para el
uso, conservación y mantenimiento del edificio. Por lo que se refiere al Capítulo
II, dedicado a la ejecución de las obras, en los artículos 9 al 14 dicta normas
sobre el control de la obra, replanteo de las mismas, programa de ejecución, la
recopilación de documentos, planos reales de la obra ejecutada para la redacción
del libro del Edificio.
Por último dentro de este grupo deben incluirse las instrucciones y pliegos de
recepción de determinados materiales:
En este grupo debe incluirse el Real Decreto 2200/1995 que regula la Seguridad
y Calidad industrial y que naturalmente afecta también a la construcción en
cuanto proceso industrial complejo que es. Este decreto regula todo el
procedimiento del aseguramiento de la calidad en cuanto a los organismos
competentes para la expedición de acreditaciones de sellos de calidad de
productos y sistemas.
NORMATIVA REGULADORA DE LOS MATERIALES
Además de lo contemplado en las normas antes citadas, el Real Decreto
1630/1992 sobre Productos de la Construcción, que transpone a la legislación
española la correspondiente directiva europea CEE 89/106 sobre productos, está
comenzando a regular todo lo relativo a las condiciones que deben cumplir los
materiales y sistemas constructivos, y todo lo referente al marcado CE para los
mismos.
En la normativa analizada,
singularmente en la Ley de
Ordenación de la Edificación
(LOE), se regula, por primera vez
en la legislación española, de una
forma relativamente clara el
deslinde de funciones y como
consecuencia de responsabil-
idades que todos los agentes
participantes en el pro-ceso
constructivo tiene en el desarrollo
del mismo desde la concepción del
hecho edificatorio y durante todo el
ciclo vital del edificio y por lo tanto
también en lo relativo a la calidad
del proceso. En el esquema n º 3
se resumen las participaciones de
cada uno de los agentes y su
relación con la calidad del proceso.
Los fallos que, en cuanto a la calidad, puedan producirse en cualquier tramo del
proceso, desde la concepción y diseño del producto pasando por su elaboración o
construcción y acabando con el uso y mantenimiento del mismo, tiene influencia, en
diferente medida, sobre el resultado del funcionamiento durante su vida útil. A veces
estos fallos se producen a la terminación y puesta en funcionamiento del edificio y
en otras ocasiones a lo largo de su ciclo vital, bien por el deterioro de los elementos
o materiales o bien por un defectuoso mantenimiento o por patologías introducidas
desde el propio diseño o en la ejeccución de la obra, como más adelante veremos.
Por otra parte el coste del mantenimiento de las calidades y condiciones básicas del
edificio se fijan entre el 4,50% y el 6,50% de su valor de construcción y a lo largo de
toda su vida útil (considerada entre 60 y 80 años), si bien este porcentaje se
aumenta hasta el 12% en el año 20 de vida del edificio, hasta el 14,50% en el año 30
y hasta el 20,5% en el año 40, aumento que corresponde a momentos en la vida del
edificio en los que se supone que es preciso efectuar obras de conservación y
renovación, por encima del mantenimiento normal, para mantener sus condiciones
básicas.
Siguiendo con este símil al igual que al ser humano se le pueden presentar lesiones,
enfermedades, patologías en definitiva, derivadas de cualquiera de los momentos
antes enunciados de su concepción, gestación, crianza y vida, también el edificio se
puede ver afectado de problemas de funcionamiento o sea de patologías
edificatorias por fallos acaecidos en la fase de proyecto o en la construcción o en su
puesta en funcionamiento o a lo largo de su vida útil.
Por último, cuando al hombre se le presenta una patología acude al médico para que
se la diagnostique, una vez intuida su etiología mediante el análisis de la
sintomatología que presenta y le aplique la terapéutica adecuada para mantener su
“calidad” de vida y naturalmente prolongarla.
Del mismo modo aparecida la patología en el edificio debe ser examinada por el
técnico cualificado (patólogo de la edificación), para estudiada su sintomatología,
(los signos aparentes de la lesión) poder intuir la fuente u origen del problema
(etiología) y emitir una hipótesis en forma de diagnóstico para poder determinar las
actuaciones más apropiadas (terapéutica) para restaurar las condiciones básicas del
edificio (vida útil). Este proceso se desarrolla en el punto 3 y queda recogido en el
esquema 6.
En este punto resulta conveniente efectuar una aclaración lingüística, que a partir de
aquí afectará a la totalidad de los textos que conforman este manual. Se trata del
empleo de la palabra “patología” en singular o en plural. Es evidente que por su
etimología, antes definida, la forma correcta de emplearla es únicamente en singular,
ya que se trata del “estudio de las enfermedades” y por lo tanto no tiene sentido el
plural “patologías” ya que sería redundar en su propia definición.
El ámbito genérico de los fallos hay que localizarlos en tres grandes periodos del
ciclo vital del edificio, como son el diseño y proyecto, la construcción y su puesta en
funcionamiento y uso del mismo. Los procesos de deterioro, por otra parte, pueden
surgir por disfunciones en un sistema o reacciones viciadas entre sistemas, por
involución natural de los productos o por la injerencia de agentes externos
imprevistos en el ciclo vital de la edificación (ver esquema 5).
No son muy abundantes los datos estadísticos sobre las fuentes o causas de las
patologías en la edificación pero por los datos que manejan las casas aseguradoras
de este tipo de riesgos pueden extraerse las cifras que figuran a continuación,
representadas en el esquema n º 4.
12%
13%
35%
o Ataques de xilófagos
DAÑOS o Desastres naturales
GENERADOS POR o Degradación de estructuras de hormigón,
AGENTES por carbonatación o corrosión de armaduras.
EXTERNOS
o Meteorización de fábricas o elementos pétreos en
fachadas.
o Flechas y deformaciones en estructuras leñosas.
DEGRADACIÓN o Escapes de agua por defectos en las instalaciones o
NATURAL POR EL mal uso de las mismas.
ENVEJECIMIENTO o Presencia de agua provinente del exterior por
DE LOS filtraciones, capilaridad, evaporación, etc.
MATERIALES o Defectos en general generados por el mal uso o la
falta de mantenimiento.
o
o Falta de revisiones preventivas del uso
y mantenimiento de las instalaciones.
DEGRADACIÓN POR
o Ausencia o mal seguimiento del programa de
EL MAL USO Y FALTA mantenimiento.
DE MANTENIMIENTO
o No reparar inmediatamente lesiones o fallos que
acaban degenerando el elemento afectado.
2.2.2. Causas genéricas de las lesiones.
Es evidente la interrelación e interacción entre las fuentes de las lesiones en cada
una de las fases del proceso, no pudiendo aislar solamente una de ellas o
pudiéndolo hacer en pocas ocasiones. Otro tanto se puede decir en cuanto a las
causas genéricas responsables de las mismas, aunque suele darse una
predominante sobre las otras, en la mayoría de las ocasione, las causas básicas
donde podemos encontrar la etiología de las patologías de la edificación se pueden
encuadrar en estas tres :
Hemos visto antes las fuentes o etiología de las lesiones en la edificación, así como
en qué fase del proceso puede encontrarse el agente causante, siendo evidente la
posible interrelación entre unas y otras. Esta interrelación entre las causas genéricas
de las lesiones o deterioros y las fase del proceso en la que se produce el fallo, hace
en ocasiones difícil establecer un diagnostico claro sobre la fuente específica de la
causa y como consecuencia la responsabilidad del agente del proceso llamado a
evitar que se consumara la acción desencadenante de la patología.
DISGREGACIÓN Contaminantes
O DISOLUCIÓN ambientales
OXIDACIÓN Presencia de agua
EFLORESCENCIAS Presencia de agua.
Disolución de sales
EXPLOSION – COMBUSTIÓN Presencia de llama
QUIMICAS DEFORMACIÓN Temperatura
METEORIZACIÓN Proceso involutivo
3.2
3.3
3.4 PROCESO DE ACTUACIÓN ANTE LA PRESENCIA DE LESIONES
En el punto 2.1 se trataba el paralelismo entre la actuación de un médico respecto
de la aparición de una enfermedad o patología en el ser humano y las actuaciones
que debe efectuar el técnico patólogo de la edificación cuando se presenta una
patología o lesión en un edificio. En este punto se desarrolla el contenido de dichas
actuaciones que se sintetizan en el esquema n º 6.
o Detección de la lesión,
anomalía de funcionamiento o
patología de la forma más inme-
diata posible a su aparición,
para evitar daños continuados o
acciones que pudiesen
agravarse en el tiempo.
El signo es cualquier variación perceptible del estado original del edificio, como
expresión de las variaciones constructivas o patológicas acaecidas en el mismo y
pueden distinguirse las siguientes tipologías.
TIPOS DE SIGNOS
Una vez finalizadas las actuaciones y por lo tanto eliminadas las patologías y
devueltas al edificio sus condiciones básicas se hace imprescindible un seguimiento
de la evolución del mismo para comprobar que el diagnóstico emitido, y como
consecuencia la terapéutica aplicada ha tenido resultados positivos.
TOMO 1 CAPITULO II
LOS SÍNTOMAS DE LA
PATOLOGÍA. EL LENGUAJE DE
LAS GRIETAS
Pascual Úbeda de Mingo
Indice:
5. PANDEO ................................................................................................................................ 44
Los edificios nos hablan, expresan sus problemas por sus grietas; hemos pues de
interpretarlos, aunque a veces esto es muy complejo, pues es posible y normal el
solapamiento de varios problemas que se suceden en cadena: leer, ordenar,
diagnosticar y actuar; serán las fases a seguir.
Pues bien, en general va a ser en el relleno interior del mismo, donde se van a
manifestar las fisuras o grietas por problemas patológicos, y es precisamente el
lugar donde los podremos leer independientemente de los problemas que se pueden
dar en los elementos del pórtico (hormigón, hierro o madera).
Fig. 4 : INTERPRETACIÓN DE UNA GRIETA INCLINADA Foto 1: Las grietas se orientan hacia el foco del
cedimiento (esquina)
La grieta es el resultado, de la rotura de los materiales de relleno del marco por
tracción, y se manifiesta en la línea de la isostática de máxima comprensión. En la
práctica estas líneas de rotura aparecen en forma de parábolas, más o menos
abierta.
Otro caso es el que se da cuando son dos elementos contiguos centrales los que
ceden, pues las ramas de parábola aparecen en los marcos laterales, pero no en la
crujía de los elementos cedidos B-C ya que están descargándose por comprensión.
(6b)
Cuando en el interior del marco existan huecos, sucede una cierta distorsión en las
líneas isostáticas de tracción, concentrándose en las esquinas del mismo, en
nuestro caso en los puntos M y O, produciéndose precisamente en estos puntos la
máxima abertura de la grieta, como queda representado en la figura 7.
Fig. 7 : FISURAS EN BORDES DE HUECOS Fig.8 : ROTURA DE CERRAMIENTOS DE LOS MARCOS
ASIENTO RESULTADO
EFECTOS EN CUANTO A FISURACION
DIFERENCIAL Para luz 5,00
Es un límite bastante seguro para la inexistencia de
1/500 10 mm
fisuraciones.
Puede producir grietas y fisuras en la tabiquería y
1/300 17 mm
cerramientos.
1/150 Puede producir agrietamientos en los muros. 33 mm
Fig. 10 : TIPOLOGIAS DE GRIETAS POR CEDIMIENTO Fig. 11 : GRIETAS POR “ESQUINA” CON
PRESENCIA DE UNA ESQUINA DE HUECOS
Foto nº 2: Rotura por punzonamiento. Se aprecian las fisuras por compresión (radiales) y las de tracción (concéntricas), hasta
su rotura en forma de “tapón”.
3.1 EFECTOS EN LOS PARAMENTOS POR PROBLEMAS EN LA
CIMENTACION. ARRUFOS Y QUEBRANTOS
Si tenemos un paramento como el representado en figura 13 en el que ha cedido las
dos esquinas A y B, y el apoyo rígido queda exclusivamente en la parte central,
entonces aparecerán una serie de grietas radiales concentradas en ese punto. Esto
es equivalente a cuando tenemos el problema de punzonamiento que se forma por
una fuerte carga aislada sobre el plano horizontal.
En ambos casos, los zunchados horizontales por plantas a nivel de los forjados, que
contrarresten los esfuerzos señalados en la figura con flechas, y los recalces por
bataches o micropilotes en la cimentación, es la solución más habitual.
4.1 GIROS
La reparación se efectúa con el atirantando horizontal del muro o fachada girada por
plantas y el recalce de la zapata por ménsula con pilotes o micropilotes.
Existen parámetros externos que pueden favorecer esta situación, como pueden ser
redes de saneamiento próximas con fugas permanentes, zanjas de instalaciones,
modificación de cargas dinámicas en la calzada por tráfico, etc. En estos casos el
muro va a pandear exteriormente, y la cara exterior va a estar sometida a tracción,
por tanto puede aparecer alguna fisura horizontal en la fachada, los tabiques por el
interior se separan con grietas verticales (Fig.17 b).
4.2 ROTACIONES
Foto nº 6: Grietas verticales, propias de una rotación producida por el caballete de encuentro de dos faldones (Pedraza)
Fotos nº 7 y 8: Grietas de rotación por empuje de cubierta
Veamos ahora los efectos sobre la fachada. El témpano ABCD por el exterior
(rayado en la figura 19 a) no pertenecen al plano vertical en el que está contenida la
fachada, sino que aparece en un plano que se va inclinando hacia el exterior desde
el eje de charnela hasta la cubierta, en este caso. A su vez y para complementar el
diagnóstico por el interior tendremos:
Foto nº 9 Foto nº 10
Foto nº 11
Foto nº 9: Cubierta con pares no atirantados en un principio, que empujan a la fachada plateresca que da al
ruedo. Foto nº 10: Acción y desplome de columnas y arcos superiores.
Foto nº 11: Detalle de atirantamiento con perfilería y ménsula de hiero forjado como elemento de sujección de la piedra
de fachada.
Si consideramos la sección del edifico por su proximidad a la fachada como un eje
de abcisas y coordenadas, puede decirse que los elementos ligeros, como tabiques
o particiones rompen, por causa de las rotaciones, en grietas próximas al eje de las
abcisas x-x´ y los elementos más rígidos como muros de una cierta entidad y p0or lo
tanto más rígidos van rompiendo aproximándose al eje de las ordenadas y-y´.
En la planta de la figura 23 podemos apreciar la solución más habitual para este tipo
de patología, en la que la fachada pandeada es la MN porque las cabezas de las
viguetas de madera del forjado, en todas sus plantas, están podridas. La solución
consiste en colocar viguetas IPN (v) perpendiculares a fachada con sus
correspondientes anclajes, apuntalando previamente el forjado de madera. A
continuación se coloca una alineación de brochales (B) que se convierten en zuncho
rata para la alineación B y el muro.
El cedimiento del plano de asiento del edificio, equivale al descenso de una parte del
apoyo del mismo. Las causas que provocan esta patología son múltiples y se
analizan en profundidad en otro lugar de esta publicación, por lo tanto aquí nos
ocuparemos de sus dignos aparentes, pero no obstante es preciso al menos
enumerarlas :
3Q 5
2
2
p 2 b2 1 1
a b
Fig. 26 b Foto nº 13: Rotura de parábola apuntada y sin cerra en la zona superior, como
consecuencia de la apertura de un hueco
Entonces se pueden dar los tres casos representados en la figura 26 (b, c y d) con
diversos grados de gravedad, en función de que el espacio afectado por la bolsa de
arena lavada lo sea en el centro de la zapata (b), en más de la mitad de la misma o
en su totalidad. En la figura también se representan el aspecto que presentaran las
grietas en cada uno de los casos.
Foto nº 16: Ejemplo de inicio de parábola por cedimiento de una zona importante de medianería en edificio colindante a una
obra en su inicio.
Otro fenómeno frecuente por causas del terreno es el “corrimiento”, que se da en los
edificios exentos y a media ladera. Puede deberse a problemas de fugas
persistentes en la pocería, o servicios exteriores de conducciones de agua. El
corrimiento es un deslizamiento de la edificación y su manifestación son grietas
verticales más anchas por abajo que por arriba, según se aprecia en la Fig. 27.
Fig. 27 : EFECTOS DEL CORRIMIENTO Foto nº 17: Grieta en fachada por corrimiento (machón 3º desde esquina)
Aunque se tratan ampliamente en otro capítulo de esta publicación las causas de las
patologías debidas a los suelos y especialmente a las arcillas expansivas, son
precisos algunos conceptos básicos, en este punto, para entender sus efectos.
La patología por arcillas expansivas se produce por los cambios de volumen que las
misma experimentan en función de la presencia o no de humedad en el terreno. De
ahí que aún en circunstancias normales los simples cambios de humedad
producidos en el suelo por las variaciones estacionales, sean suficientes para
generar este cambio de volumen.
Estos tipos de terrenos producen en nuestras fábricas y estructuras, problemas por
arrufos y quebrantos, vistos anteriormente, combinados con empujes horizontales.
(Fig. 29)
Los efectos por este tipo de problemas, son grietas verticales combinados con
grietas inclinadas en ambos sentidos. Pero hemos de tener en cuenta cuestiones
tales como que los edificios bajos y pequeños son más vulnerables que los altos; o
que la cimentación superficial a zanja corrida es más vulnerable que la cimentación
profunda y protegida.
Cuando el edificio siendo todo de fábrica, está cimentado sobre arcos, las fisuras o
grietas se forman en los huecos como en la figura 34 b.
Fig.34 a Fig. 34 b
Cuando el edificio siendo todo de fábrica, está cimentado sobre arcos, las fisuras o
grietas se forman en los huecos como en la figura 34 b.
En el caso de estructura de entramado de madera, revestida con revoco, en el que el
pie derecho ha cedido, (caso muy frecuente), entonces aparecen una serie de firmas
en forma de lentejas, agrupadas a lo largo del eje del pie derecho cedido que son
más pequeñas las inferiores 1, 2,… y van creciendo hacia las que están situadas en
posición más alta. (Fig 35)
Las principales causas por la que se producen los aplastamientos de materiales son
las siguientes :
Otra interpretación que se puede deducir de la tipología de las grietas debidas a este
fenómeno son las representadas en la figura 40 donde se ve la forma que adoptan
en el caso de aplastamiento generalizado a lo largo del muro (40 a), en su aspecto
frontal, y en el supuesto de aplastamiento localizado en un punto del muro (40 b).
En columnas y pilastras de piedra la rotura por aplastamiento del material tiene los
efectos, en cuanto a fisuras, que se representan en la figura 41 :
Se emplea una técnica organoléptica muy sencilla que consiste en ir golpeando con
una maceta el perímetro exterior aparente del embolsamiento; el cambio del sonido
campanil a un sonido más tosco nos da el límite aproximado del bolsón.
Fig. 42 : EFECTOS EN REVOCOS Y SU REPARACION
La solución más sencilla para reparar esta patología es el zunchado del muro en la
zona dañada a los efectos de contrarrestar las fuerzas horizontales M y N que se
producen por el aplastamiento según quedó representado en la figura 37. Este
zunchado hay que realizarlo con módulos de cuajada, y a veces combinarlo con
apuntalamientos por e l interior y apeos exteriores en virtud de la importancia de la
zona afectada. (Figura 39)
Fig. 43 a : EFECTO EN FABRICAS DE LADRILLO HUECO Fig. 43 b : SOLUCION CON LLAVES Y MALLAZO
Cuando esto ocurre, no es posible aplicar la solución del zunchado, antes apuntada
para los revocos, porque los huecos del muro, que frecuentemente llegan al 50 % de
la superficie de la fachada, hacen que el sistema no sea eficaz porque la grapa
desprendida quedaría por dentro. La solución en estos casos, es colocar capas de
mallazo de polietileno reticulado por dentro y por fuera conectados con unas llaves e
unión a modo de tirafondos, y gunitar posteriormente con mortero de cemento y
arena de río M-80 (Fig. 43 b)
8 PROBLEMAS DE DILATACIÓN
Como es bien sabido la longitud máxima del modulo de edificio que precisa ser
separado por una junta de dilatación está en función de la longitud del mismo, del
gradiente térmico (A1 – A0) y del coeficiente de dilatación del material y responde
a la siguiente fórmula :
lm L Ai - A0
En los muros donde apoyan forjados de vigas sometidas a dilatación, por los
problemas de diseño antes apuntados, se pueden producir lesiones por empujes,
con diversas consecuencias que se han representado en la figura 45. Si el muro no
es muy rígido y está próximo al suelo, se produce una doble rotación externa (Fig.
45 a), que tiende a separar ambos muros de su apoyo, en el terreno en el caso de la
planta baja y con eje de charnela en el apoyo de cada forjado en el caso de plantas
superiores.
Por el contrario en muros muy rígidos, en
los que no se ha tenido en cuenta la
dilatación del forjado, este puede llegar a
pandear (Fig.45 b). También puede
producirse el desplazamiento asimétrico
del muro produciendo desplazamiento por
cizallamiento en uno de los lados del
forjado y punzonamiento por el otro que se
puede llegar a manifestar por el exterior
con abultamiento del muro (Fig. 45 c). Por
último otra forma de poderse manifestar las
dilataciones de los forjados es con el
desplazamiento de una de las partes del
muro y el arrancamiento o punzonamiento
inverso por el otro (Fig. 45 d)
Fig. 45 a : EMPUJE SIMÉTRICO DEL FORJADO
Para prevenir este tipo de dilataciones de los forjados se debe efectuar el apoyo de
los mismos en muros no excesivamente gruesos de modo que el forjado pueda
moverse libremente sin llegar a tocarlo y evitar de este modo los empujes (Fig.45 e).
En los casos de forjados inclinados como base de cubiertas los problemas debidos
a dilataciones pueden tener dos tipos de consecuencias que se representan en la
figura 46 : Lesiones en los muros de apoyo del forjado por retracciones del mismo
con el efecto de desplazamiento del muro hacia el interior dela edificación (Fig. 46 a)
produciéndose grietas en sentido descendente desde el encuentro del forjado con el
muro hacia el interior y con ese mismo sentido en cuanto a su abertura; o bien el
efecto contrario de dilatación con efecto de desplazamiento del forjado hacia el
exterior del muro y las grietas contrarias a las anteriores (Fig 46b).
Fig. 46 a : RETRACCIÓN FORJADO DE CUBIERTA Fig. 46 b : DILATACION FORJADO DE CUBIERTA
CUADRO DE COEFICIENTES DE
DILATACIÓN MÁS CORRIENTES
EN
EDIFICACIÓN
Hormigón 11,7 x 10-6
Fábrica de bloques (5,6 a 9,4) x 10-6
Fábrica de ladrillo 10 x 10-6
Granito 8,5 x 10-6
Caliza 3,5 x 10-6
Arenisca (5 a 12) x 10-6
Vidrio 9 x 10-6
Normal a las fibras 50 x 10-6
Madera
En dirección de fibras (4 a 6) x 10-6
Acero 12 x 10-6
Aluminio 23,5 x 10-6
Cobre 16,9 x 10-6
Acero inoxidable 17,3 x 10-6
Hierro fundido
10,6 x 10-6
9 OXIDACIÓN DE ELEMENTOS
Foto nº 23: Rotura enprotección de columna de alta tensión por oxidación de tubo
En la protección de un cerramiento de fábrica de una torre de alta tensión situada en
zona urbana, el ladrillo se encontraba en contacto con la tubería metálica de
protección del cableado, que al oxidarse produjo la rotura vertical de éste
cerramiento (foto nº 23).
Hay varios sistemas para controlar las grietas y fisuras. El más usual en edificación,
con diferencia, es el testigo del yeso. Se trata de la colocación de tarjetones de
yeso de unos 70 x 40 mm. y 6 mm. de espesor que hay que colocar, al menos uno
en el arranque de la grieta, otro en el centro y otro en cola; fecharlos numerarlos y
llevar un estadillo para la inspección y comprobación de al menos una vez por mes
(Fig. 47 a). También se puede sustituir el tarjetón rectangular, por el de doble cola de
milano (Fig. 47 b), colocados en los mismos lugares que el anterior
Otro tipo son los de cristal, conformados con dos placas con una cuadrícula central
en la que se puede observar el grosor de la grieta y su dirección.
Actualmente se emplean los fabricados con metacrilato transparente en el que cada
placa se adhiere a uno y otro lado de la grieta. (ver la figura a tamaño natural).
Las ondas ultrasónicas, son oscilaciones mecánicas cuyas frecuencias están por
encima del nivel audible (el límite entre el sonido audible y el sonido ultrasónico se
da normalmente a la frecuencia de 20 KHz = 20000 Hz (ósea 20.000 oscilaciones
por segundo), y depende de cada material en el hormigón por ejemplo se da entre
los 45 – 54 KHz, en metales 15 KHz.
El sonido generado pasa a través del material que se pretende ensayar, pero es
necesario aislar el palpador utilizando en su superficie de contacto materiales
untuosos como parafina, vaselina, grasas o aceites.
Si la medición tuviese que tener una larga duración, se pueden fijar los palpadores
con escayola o algún tipo de pegamento o silicona. El aparato empelado para las
mediciones en obra indica en su display “el tiempo” de recorrido del sonido entre los
dos palpadores a través de un determinado material, pero también conocemos la
distancia entre el emisor y el receptor. La unidad de tiempo en que se opera es el
microsegundo; en el aparato el tiempo de recorrido puede variar entre o,1 /seg. y
999,99 /seg. La velocidad de propagación se calcula teniendo en cuenta que la
velocidad es igual al espacio recorrido partido por el tiempo.
Por ejemplo, supongamos una pieza de 400 mm. entre caras y el tiempo de recorrido
es de 75 /seg.
L’ < L Y M’ > M
L’ > L Y M > M’
Sobre la línea que une A-A’ colocamos el emisor a una distancia X de A y tendremos
el punto B, y de la misma forma por simetría tendremos B’, es decir la distancia
AA’=2X, y la distancia BB’=4X y el recorrido en tiempo entre B y B’ lo denominamos
t2
X = 15 cm.
TOMO 1 CAPITULO III
OBRAS DE EMERGENCIA
APEOS Y
APUNTALAMIENTOS
Pascual Úbeda de Mingo
Indice:
1.1 NOMENCLATURA
Virotillo o enano.- Pieza de las mismas características del pie derecho pero más
corto.
F
i
g 2: zoquete
Brochal.- Nudo formado por la interrupción de piezas horizontales. (Fig. 3)
Fig 3: Brochal Fig 4: Codal
Fig 5: Mechinal
Mangueta.- Pieza que une dos o más tornapuntas, también se puede denominar
abrazadera; puede ser articulada o fija. (Fig. 6)
Ménsula.-
Apoyos fuera de la pieza donde se produce la reacción. (Fig. 9)
Brida o Braga.- Pieza metálica para unir o encepar varios tablones que constituyen
un elemento de apuntalamiento o apeo. (Fig. 10)
Muletilla.- Pieza colocada en la parte superior del tornapunta, con la misión de unir
ésta pieza con el muro que transmite la carga. (Fig. 11)
Embarbillado.- Corte que se hace en la madera para que encaje con otra pieza.
(Fig. 12)
2.4 CLAVAZON
Diámetros a emplear entre 0,18 y 0,66 cm. Longitudes a emplear entre 2,5 y 15 cm.
La carga admisible al arranque:
P = 121 x D x Pe5/2
P = carga en kilogramos
D = diámetro en cm.
Pe = peso específico.
La carga admisible lateral se calcula: L = K x D3/2
L = carga admisible.
K = coeficiente entre 150 y 230.
D = diámetro en cm.
ESCUADRIAS LONGITUDES
CM. 2,4 MTS. 3,0 MTS. 3,6 MTS.
10 x 10 4 TM. 2,5 TM. 2 TM.
15 x 15 17 TM. 13 TM. 9 TM.
20 x 20 37 TM. 35 TM. 30 TM.
min . J
min . i
S
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
0 1,00 1,01 1,01 1,02 1,03 1,03 1,01 1,05 1,06 1,06 0
10 1,07 1,08 1,09 1,09 1,10 1,11 1,12 1,13 1,14 1,15 10
20 1,15 1,16 1,17 1,18 1,19 1,20 1,21 1,22 1,23 1,24 20
30 1,25 1,26 1,27 1,28 1,29 1,30 1,32 1,33 1,34 1,35 30
40 1,36 1,38 1,39. 1,40 1,42 1,43 1,44 1,46 1,47 1,49 40
50 1,50 1,52 1,53 1,55 1,56 1,58 1,60 1,61 1,63 1,65 50
60 1,67 1,69 1,70 1,72 1,74 1,76 1,79 1,81 1,83 1,85 60
70 1,87 1,90 1,92 1,95 1,97 2,00 2,03 2,05 2,08 2,11 70
80 2,14 2,17 2,21 2,24 2,27 2,31 2,34 2,38 2,42 2,46 80
90 2,50 2,54 2,58 2,63 2,65 2,73 2,78 2,83 2,88 2,94 90
100 3,00 3,07 3,14 3,21 3,28 3,35 3,43 3,50 3,57 3,65 100
110 3,73 3,81 3,89 3,97 4,05 4,13 4,21 4,29 4,38 4,46 110
120 4,55 4,64 4,73 4,82 4,91 5,00 5,09 5,19 5,28 5,38 120
130 5,45 5,57 5,67 5,77 5,85 5,98 6,08 6,19 6,29 6,40 130
140 6,51 6,62 6,73 6,84 6,95 7,07 7,18 7,30 7,41 7,53 14
150 7,65 7,77 7,90 8,02 8,14 8,27 8,39 8,52 8,65 8,73 150
160 8,91 9,04 9,18 9,31 9,45 9,58 9,72 9,86 10,00 10,15 160
170 10,29 10,43 10,58 10,73 10,88 11,03 11,18 11,33 11,48 11,64 170
180 11,80 16,95 12,11 12,27 12,44 12,60 12,76 12,93 13,07 13,26 180
190 13,43 13,61 13,78 13,95 14,12 14,30 14,48 14,66 14,84 15,03 190
200 15,20 15,38 15,57 15,76 15,95 16,14 16,33 16,52 16,71 16,91 200
210 17,11 17,31 17,51 17,71 17,92 18,12 18,33 18,53 18,74 18,95 210
220 19,17 19,38 19,60 19,81 20,03 20,25 20,47 20,69 20,92 21,14 220
230 21,37 21,60 21,83 22,06 22,30 22,53 22,77 23,01 23,25 23,49 230
240 23,73 23,98 24,22 24,47 24,72 24,97 25,22 25,48 25,73 25,99 240
250 26,25 -- -- -- -- -- -- -- -- -- 250
VALORES PARA LAS DIFERENTES SECCIONES QUE SE PUEDEN FORMAR CON TABLON DE 200x70mm
S = a . b cm2
a = es el lado menor
b = es el lado mayor
Esbeltez Alturadelapieza 1
=
la dimensiónmenordela sección a
1) Esbeltez 10 P=a.b
1 4
2) Esbeltez entre 10 y K
P=a.b.. 1-
3 K.a
2
π a.b.E
P
3) Esbeltez K l 2
36.
a
Estamos pues en una esbeltez entre 10 y “K”, que es el segundo caso, y su fórmula
es la que aplicamos:
1 4
1 4 P 32.000 1 - . 0,738
P a . b . . 1 - .
3 K. a
3
P = a . b . = 20 x 20 x 80 = 32.000 Kg.
Son piezas que se colocan inclinadas para soportar los esfuerzos de compresión, a
través de ellas se transmiten al terreno o a un nivel inferior las cargas. (Fig. 14)
3.2 MULETILLA
Cuando la fábrica a apear sea de altísima calidad, o bien que no queramos hacer
ningún mechinal se puede proceder de distintas formas:
Fig 17: Muletillas con fijas metálicas Fig. 18: Muletillas con casquillo metálico
El más elemental consiste en repartir las cargas sobre empuje por medio de estacas
o perfiles clavados en el suelo. (Fig. 19)
Cuando el apeo es metálico la unión se realiza por placa de anclaje. (Fig. 21)
Cuando se plantea un apeo a largo plazo, el durmiente se puede colocar sobre una
viga de hormigón fundida sobre la zanja con anclajes y tirafondos que sirven para
fijar el durmiente de madera en caso necesario, el empuje se puede reforzar con
perfilaría anclada al suelo. (Fig. 22)
Fig 21: Apoyo a través de placa metálica Fig 22: Apoyo a largo plazo
4 TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA EJECUCIÓN DE APEOS
Los tablones que forman la pieza van a trabajar a compresión, por tanto se pueden
empalmar, pero hay que procurar que la distancia mínima entre empalmes sea
superior a 1,10 m. (Fig. 23)
La madera de mejor calidad hay que emplearla en las piezas exteriores, procurando
adoptar la posición “m”, si la brida es mayor que el canto hay que girarla hasta su
tangencia con la pieza posición “n”, porque si no se producen las tangencias exclusi-
vamente en los bordes y no quedan los tablones embridados.
Son diversas las causas por las que hay que apear, pueden ser rotaciones,
aplastamientos, pandeos, empujes, etc. Estas construcciones auxiliares
frecuentemente se hacen en madera pero también se pueden realizar en perfilaría,
en tubo o pueden ser mixtos. También se pueden realizar técnicas a base de fábrica
con muros auxiliares que se derriban una vez han cumplido su misión, o bien muros
no derribados de edificios colindantes que se dejan con la forma de gálibo del
contrafuerte. También se puede en algunos casos sustituir el apeo por
atirantamientos metálicos en el caso de empujes, o por cuajadas con zuncho de
muros en el caso de aplastamiento de materiales. (Figs. 27 y 28)
Cuando se hace apeo que sirve para contrarrestar dos empujes puros se llega a la
composición horizontal. Se soluciona con elementos planos o espaciales, a esta
disposición se denomina apeo a la romana. (Fig. 30)
Fig 30: Apeo a la romana Fig 31: Apeo con collarines y carga al terreno
En plantas 4 y 3 =a
En plantas 2 y =b
En plantas baja y sótano =c
M1 = P1 x a/2
M2 = P2 x b/2
M3 = P3 x c/2
m3 m 2 x q x 1 2 ele 2
(c - b) x 2b/3
4
m1
m2xqx 12
2
ele 2
(c - a) x 2a/3
ele 2
m q x1 2 2c/3
5
Mm x h1
Mf EB
En la actualidad. Los apeos clásicos realizados en madera, sobre todo en los casos
en los que se ha realizado un estudio previo y una metodología adecuada al proceso
de obra, están siendo sustituidos por elementos metálicos constituidos por módulos
de vigas metálicas aligeradas (alveoladas), pero con una gran flexibilidad de unión,
lo que permite por medio de piezas especiales adoptar cualquier solución tanto de
apeo como de apuntalamiento.
La zona rayada de la parábola es la que carga encima del dintel, pero se hace por
consenso equivalente a un triángulo, como ejemplo es el caso de las denominadas
“capuchinas” que se abren en las medianerías de las obras para subir material del
solar o acopio contiguo. (Fig. 34)
La condición para que esto se cumpla es que debe tener estribo necesario capaz de
absorber los empujes. El triángulo equivalente es equilátero, de lado la luz, y altura
3
L (para fábricas
normales) 2
En las vigas que sirven de dinteles bajo paredes, sólo se computará el paso del
muro comprendido en el triángulo teórico existente sobre la viga. (Fig. 35).
Fig 35: Porción del muro que se considera
Los forjados o cargas fuera del triángulo no se tienen en cuenta en obra de fábricas
normales.
En el caso de cargas aisladas, lacenas por ejemplo que vengan a caer del triángulo
o próximas a él, puede hacerse una distribución de cargas como las de la figura
siguiente: (Fig. 36)
Si las cargas aisladas caen fuera del triángulo de carga, sólo se tendrán en cuenta
las que se encuentren en una franja horizontal trazada a 25 cm. del vértice del
triángulo y que esté dentro de la prolongación vertical de las jambas.
Para que sea aplicable lo anterior se sobrentiende que a los lados y por encima de la
viga puede crearse una especie de arco de descarga, “efecto arco”, pero no habrá
aperturas que lo perturben, y por supuesto es necesario la existencia de machones o
estribos que permitan el proceso.
En huecos de distinta luz, las líneas que limitan las zonas de cargas cortan a la
jamba del hueco superior, en este caso, junto al punto “M”; la distancia hasta el
dintel es “a”, el cargadero inferior “ab” no estará afectado por la reacción superior
“Q”. ( figura 3 de la Fig. 37). Si esto se cumple, hay que considerar la superficie
delimitada por las líneas que une los extremos de los dinteles más bajo y más alto,
es decir: ABCD.
Desde el dintel inmediato superior seguiremos trazando nuestro ángulo que cortará
a la jamba de la tercera planta; continuaremos así hasta cerrar el diagrama tal como
se indica en la figura.
Pero si hubiera caído en cualquier punto de la peana del hueco de la tercera planta,
la línea de cierre no sería a partir del punto “F”, sino que tendríamos que continuar
desde el punto “T” hasta cerrar el gráfico. (Fig. 38)
Fig 38: Caso práctico de apertura de hueco
Evidentemente sobre el dintel gravitará la parte del muro incluida dentro de la zona
delimitada por las líneas trazadas con el ángulo correspondiente, más los forjados
correspondientes (en las zonas afectadas).
En primer lugar hay que realizar el apeo y apuntalamiento de la parte afectada por
las cargas transmitidas. Con las cargas obtenidas del proceso de cálculo se
dimensionaría el apeo. También hay que proceder al recercado de los huecos de
ventanas que están dentro de la parte afectada, a fin de darlos una mayor rigidez y
evitar que pudieran tener pequeños desplazamientos o giros. Una vez realizado este
proceso de apuntalamiento podríamos comenzar la obra en sí.
Si la obra se va a realizar con cargaderos metálicos, lo primero que hay que realizar
son las cajas verticales dónde se van a introducir los soportes metálicos que
transmitirán las cargas a la cimentación.
Generalmente, habrá que realizar un estudio de la cimentación del muro para
comprobar el estado y capacidad del mismo. Si el caso lo requiere, se reforzará
mediante dados de hormigón. No obstante, en el mejor de los casos, siempre habrá
que preparar una placa de palastro para dar arranque al soporte.
La segunda fase consiste en realizar la apertura de la roza por la otra parte del
muro, es decir, abrir el resto del espesor de la fábrica que quedará de la primera
fase; hay que realizarla por partes, a modo de bataches de unos 60 ó 70 cm. de
longitud introduciendo según se van realizando, unos enanos que vayan
transmitiendo las cargas; una vez realizada toda la roza se procede a quitar los
enanos e introducir en ella, lo más rápido posible, la segunda viga que compondrá el
cargadero, siguiendo un proceso idéntico al del cargadero colocado por la otra cara.
Cuando la obra se realiza con hormigón armado, hay que proceder de forma
totalmente distinta. En primer lugar, y dando por supuesto, que como en el caso
anterior debe estar la fábrica debidamente apuntalada y apeada, se procederá al
derribo de la fábrica por partes, es decir, igual que si actuásemos por bataches de
50 a 70 cm. de longitud y colocando en ellos unos soportes o enanos metálicos
formados con dos perfiles en cajón que tienen la función de absorber y transmitir la
carga a la cimentación. (Fig. 41)
Una vez realizada la apertura total del hueco hay que proceder al montaje del
encofrado, éste ha de realizarse también por fases: la primera consistirá en montar
el fondillo y toda la estructura de éste, después se montará la armadura (que deberá
realizarse sobre el fondillo, ya que los enanos metálicos estorbarían para la
introducción de una armadura ya preparada en taller).
Como última operación tanto en el caso de solución con cargadero metálico como de
hormigón armado, es proceder a la organización de los acabados, que en cada caso
se realizarán de modo distinto.
Se colocan asnillas metálicas con perfiles IPN, que se acuñan y retacan con
mortero expansivo.
Se demuele la fábrica por debajo de estas asnillas hasta el nivel que ocupará
el fondillo de la viga.
Se encofra el fondillo, colocando las armaduras y posteriormente los costeros
del encofrado en los que se dejará previsto al menos en uno de ellos
bebederos para el vertido del hormigón.
Se procede al hormigonado.
Se procede a la retirada de las asnillas cortando los perfiles a ras del muro.
(Fig. 43)
Las causas directas pueden ser los fallos de cimentación o bien la compresión de
muros en las plantas inferiores (ver figura).
Sección de edificio con cedimiento en embudo por fallo Sección horizontal de la caja de escalera del edificio
a compresión de la fábrica inferior
Proceso de bataches en el muro hasta completar todo el perímetro dejando las esquinas para el final
Se trata de ir abriendo rozas estrechas en todo el ancho del muro (bataches A1, A2
y A3 de la figura) para proceder a realizar un sector de zanja de cimentación en la
que se ancla una placa, y sobre la que se suelda un tubo estructural con base, que a
su vez se acuña en la parte superior (cuña metálica) y se rellena con un mortero
expansivo del 4%.
Se trata de un método muy eficaz con el que se puede resolver de forma económica
y sencilla un fenómeno de patología muy frecuente.
TOMO 1 CAPITULO IV
Indice:
Una de las causas más frecuentes que en nuestro país ocasiona fallos en la
cimentación, es el diseño de cimentaciones inadecuadas, debido a la falta de
informe geotécnico, estar éste mal interpretado o ser inadecuado e insuficiente para
el tipo de terreno y edificio que se va a construir.
Existe una publicación del INCE (RTA) denominada Estudios Geotécnicos que
desarrolla unas recomendaciones Técnico-Administrativas para la contratación de un
Informe Geotécnico. Anexo nº 1.
Con esta información se puede realizar el diseño de una cimentación, sin olvidar que
además de las características técnicas del terreno y de la que imponga el edificio, se
han de tener en cuenta los factores económicos y las interacciones que plantean las
edificaciones próximas. En el esquema que se adjunta, se analiza el esquema de
decisiones a tener en cuenta para el diseño correcto de una cimentación. Anexo 2.
Tanto en unas causas como en otras se produce una deformación del suelo, que
produce movimientos horizontales, verticales, giros y hundimientos que se
transmiten a los elementos estructurales, y en función de lo valores absoluto y
relativo de estos movimientos, así como del estado de conservación y rigidez del
sistema estructural del edificio, puede producir desde una fisuración inapreciable en
tabiquería hasta la ruina estructural del edificio afectado.
Sobre la morfología de las grietas no se indica nada en ésta conferencia por ser
tratado ampliamente en otra parte del curso.
Las causas inducidas por las edificaciones próximas, provienen de que el terreno es
un medio continuo, de manera que cualquier alteración del estado de tensiones
inicial, producida por el edificio no solo afectan a los límites del solar donde se
ejecuta la obra, sino que afecta a una zona de influencia situada alrededor de la
misma, y a veces bastante lejana como es el caso de apertura de túneles, galerías
de servicios, etc.
Los efectos pueden provenir por transmisión directa de cargas debidas a
cimentaciones próximas, como ocurre en suelos arcillosos blandos, granulares
flojos, rellenos o terrenos aún no consolidados a los que se transmitan las cargas de
la cimentación directamente (ejemplo, una cimentación por losa), o bien por
mecanismos más complejos como puede ser las variaciones en el nivel freático, que
pueden producir socavaciones, colapsos en terrenos permeables y variaciones de
los límites de Atterberg en suelos arcillosos, disminuyendo su capacidad portante y
facilitando la expansividad en terrenos arcillosos.
2 CONCEPTOS GENERALES DE MECÁNICA DE SUELO
2.1.1. Introducción.
El cimiento "parte del edificio que está debajo de la tierra y sobre el que estriba toda la
fabrica", es un elemento constructivo que permanece habitualmente oculto, no
influyendo en los aspectos estéticos, y de diseño del edificio, a veces sí en los
funcionales del mismo y tiene como misión: recibir los esfuerzos de la estructura y
trasmitirlos al terreno. Garantizando que la deformación del suelo y la deformabilidad
de la estructura sean compatibles. Así, en una de las propiedades más características
antitéticas, entre estructuras y suelo, la cimentación debe amortiguar en lo posible los
posibles asientos. Debido a las diferentes características entre la resistencia de la
estructura y la del suelo, el cimiento deberá tener la suficiente rigidez y superficie para
actuar como elemento valido de transición.
Cimentación por losas. Cuando el terreno tiene una capacidad portante media
baja (Tensión admisible = 1- 1,5 > Kp/cm2), y las cargas pueden ser
importantes, es una solución frecuente. También se utiliza cuando la disposición
de la superficie de las zapatas ocupan del orden del 50% de la planta del
edificio.
A.3 Las variaciones del nivel freático, como consecuencia del régimen de lluvias,
rotura de canalizaciones, apertura de zonas verdes, construcción de sótanos,
bombeos, etc, tienen una influencia notable en las condiciones y características
mecánicas de los suelos y por supuesto en las estructuras que se apoyan en él. Su
influencia dependerá de la naturaleza del terreno y de su permeabilidad, traduciéndose
de forma directa en empujes de tipo hidrostático sobre muros y losas y subpresiones
en las cimentaciones.
A.4 Heladicidad y humedad en las capas superficiales.
Cuando las arcillas son terciarias, suelen ser terrenos muy consolidados y
duros, con un alto índice de plasticidad, fácilmente alterable por la presencia del
nivel freático, variando drásticamente las características mecánicas de éste tipo
de terrenos. Su presencia se manifiesta por pequeños caudales de agua que se
filtran por lisos y fisuras y por la plasticidad de la arcilla. Se aconseja cimentar
por encima o por debajo de la zona de oscilación del nivel freático, que marca
una zona de menor resistencia.
El comportamiento del edifico ante los asientos diferenciales, estará marcado por la
rigidez de su estructura, (sin contar con la rigidez que le transfiere los cerramientos
exteriores y la tabiquería). Cuando la estructura se ha calculado y construido como
hiperestática, formada por nudos rígidos, como sucede con una estructura de
hormigón armado, el asiento diferencial de un pilar respecto de los contiguos, ocasiona
una nueva redistribución de los esfuerzos en las distintas secciones de la estructura,
se producen acortamientos de pilares y flexiones en jácenas, produciendo
solicitaciones en los cerramientos, que en general son capaces de absorber. Cuando
éstos elementos no pueden absorber estos esfuerzos, por ser importantes los asientos
diferenciales, se produce la rotura de los mismos, cuando ya se han producido las
deformaciones y daños en la estructura.
La consecuencia, serás que habrá que diseñar una estructura cuyas deformaciones
sean tolerantes y compatibles con las deformaciones del suelo. Un cuadro general de
deformaciones producidas por asientos en estructuras de hormigón seria el que se
marca en la figura 4.
Media
Media Alta NO
Estrictas
Tolerancias del edificio Análisis según tipo edificio Negativo
Amplias Positivo
Cimentación superficial (zapatas, losas) Mejora del terreno Cimentación profunda (pilotes)
Parece lógico que hagamos mención de los tipos de suelos sobre los que se asientan
las cimentaciones, lo haremos de una forma breve y esquemática, como procede por
el tipo de publicación, pero que sirva para establecer un lenguaje común, en el tema
que nos ocupa. La Sociedad Española de Mecánica del Suelo y Cimentaciones
establece que los terrenos de cimentación se clasifican en rocas y suelos.
CLASIFICACIÓN DE LA ROCAS.
Igneas. Formadas por magma procedente del interior de la tierra, que al salir al
exterior se solidifica. Granitos, basaltos, gneis ,pórfidos, etc.
o Suelos transportados. Son suelos residuales que han sido transportados por
la gravedad y el agua. Dan lugar a los siguientes suelos:
Una vez establecido los tipos de suelo en función de su formación, describimos los
suelos más comunes:
Arenas y las gravas o ripios y cantos rodados. Son agregados sin coherencia
de fragmento granulares o redondeados, poco o no alterados de rocas y minerales.
Las gravas, son partículas con diámetro equivalente mayor de 2 mm. llegando
hasta 20 centímetros, formadas al desintegrarse la roca y el trasporte es
generalmente arrastrado por el agua. Las arenas son partículas con diámetro
equivalente comprendido entre 2 y 0,023 mm., proceden de la erosión física de las
rocas y se componen de granos de sílice o cuarzo y materiales calcáreos.
Limos inorgánicos son suelos de grano fino con poca o nula plasticidad. Su
diámetro equivalente esta comprendido entre 0,02 y 0,002 mm. Sus características
físicas y químicas son análogas a las de las arenas. La estabilidad de estos suelos
la aporta también el ángulo de rozamiento interno y el agua intersticial las un cierto
grado de cohesión. Son susceptibles a las heladas y en reducida escala presentan
entumecimiento y una pequeña retracción.
Debido a su textura suave se pueden confundir con las arcillas. Se pueden
distinguir, mediante el ensayo de sacudimiento, de la siguiente manera. Saturando
una pasta de limo inorgánico, sacudiéndose en la palma de la mano, la pasta
expele suficiente agua , produciendo una superficie brillante, pero si la doblamos
entre los dedos , se vuelve nuevamente opaca. Los limos orgánicos, después de
secos se vuelven frágiles y pueden desprenderse polvo con los dedos. Son
relativamente impermeables.
Limos orgánicos. Contiene restos orgánicos con granos finos más o menos
plásticos. Tienen colores grises muy oscuros, pueden contener cantidades
apreciables de azufre, anhídrido carbónico y otros gases, por descomposición de
materia orgánica, que les da un olor característico. Son muy compresibles y su
permeabilidad es muy baja.
Son suelos muy plásticos, que secos son duros, sin que sea posible sacar polvo
frotando con los dedos de una pasta arcillosa. Son muy poco permeables, siendo
por tanto duelos de difícil drenaje, tardando mucho tiempo en ser consolidados, no
siendo susceptibles de sufrir daños por heladas.
Las arcillas orgánicas, son aquellos suelos de éste tipo que tiene materia orgánica
finamente dividida. Son muy compresibles cuando están saturados y secos
presentan una resistencia elevadas. Tiene colores que varían de gris oscuro a
negro y pueden presentar un olor muy característico.
2.2.1 Introducción
Al alcanzar la carga de rotura se forma bajo una cimentación corrida una cuña
prismática y bajo una zapata una pirámide de terreno compactado. Esta cuña ,
solidaria con el cimiento, produce bajo la cimentación zonas de deslizamientos,
empujando al suelo lateralmente, manteniéndose en equilibrio estricto con el peso
de este suelo (al que se le supone en condiciones de plasticidad y en una fase de
equilibrio pasivo), y con el rozamiento sobre una superficie de fractura
(Parámetros del ángulo de rozamiento interno y cohesión del terreno).
Las variables Nq, Nc; N , se denominan factores de capacidad portante, son función
del ángulo de rozamiento interno. Suelen estar tabuladas. El ángulo de rozamiento
interno, se debe de obtener con la mayor precisión.
Cuando el cimiento aumenta su rigidez, pero sigue siendo más flexible que el terreno,
se producirá una ligera distribución de la carga debajo del punto de aplicación de la
misma. Cuando se igualen las rigideces, de manera que la estructura flexible se
deforme análogamente al terreno, la carga puntual aplicada se distribuirá
uniformemente. La estructura totalmente flexible se adaptará al terreno, en forma de
"cubeta". Existirá uniformidad de presiones de contacto pero no de deformaciones.
(Figura 12).
Figura n º 12: Reacción uniforme
En suelos granulares, con carga débil, la distribución es análoga al suelo anterior (C1),
pero al aumentar las cargas, la curvatura se invierte, siendo máxima en el centro y
menor en los bordes (C2). Al incrementar las cargas, las curvas pasan de C3 a C5. El
valor sobre el borde se mantiene constante en todas ellas ( -DNq), como consecuencia
de cierta fluencia de acomodación de los granos más solicitados que se encuentran
debajo del borde.
En suelos cohesivos-granulares, para cargas poco elevadas se comportaría como las
arcillas. Pero al aumentar las cargas, la presión en el centro iría aumentando,
tendiéndose en los bordes hacia un valor constante, como sucede con los suelos
granulares.
En el caso de arenas, este sistema está del lado de la seguridad, en las arcillas, puede
plantear algún problema, paliado por los altos coeficientes de seguridad (3 a 4)
utilizados en mecánica del suelo.
Cuando una parte de suelo situado en el interior del terreno a una determinada
profundidad, se encuentra sometido a una presión vertical igual al peso de las tierras
que tiene encima, sometida, además al empuje de Arquímedes si está sumergida
tendría una liberación de carga, en el caso de existir una excavación.
Cuando una estructura se apoya sobre un suelo, se produce una modificación del
estado tensional, no solamente en el plano de la cimentación, sino que afecta al
interior del mismo. Al ir avanzando en profundidad se interesan secciones cada vez
mayores y consecuentemente al repartirse la carga una disminución de tensiones
hasta alcanzar valores inapreciables. Representando la variación de presiones con la
profundidad obtendremos el gráfico de la (Figura 15). La profundidad se da en función
del ancho(B) de la zapata cuadrada. Este gráfico permite determinar la presión en
cualquier punto del cimiento.
Una forma simplificada de obtener la presión en profundidad por una carga aplicada
en la superficie de un suelo se basa en suponer que la carga interesa, a profundidades
crecientes delimitadas por planos inclinados (27º) que pasan por el borde de la
superficie de carga, a lo largo de los cuales no se ejerce ningún esfuerzo de corte, se
produce una pirámide de relación base/altura igual a 1/2. La tensión debida a la
sobrecarga en cada una de las profundidades se supone uniformemente repartida en
toda su superficie. (Figura 17).
Los procedimientos más exactos se basan en los criterios de Bossinesq, quien hallo
que la componente vertical de las tensiones originadas en un punto de tal semiespacio
por una carga Q, aplicada a su superficie es, según se indica en la figura 20.
Figura n º 20: Distribución de tensiones interiores
Fig. 23
La figura 23, indica que hay que ser precavido en extrapolar los resultados de los
ensayos de suelos realizados por placas, al comportamiento de los suelos en la
realidad.
Fig 24: Cimentación equivalente
Las variaciones de humedad de los suelos pueden producirse entre otras causas por:
Apertura de zonas verdes.
Rotura de albañales, de redes de abastecimiento de aguas, etc.
Creación de nuevos cauces.
Desvío de corrientes por construcción de pantallas, sótanos, etc.
En suelos arcillosos blandos la saturación del suelo hace que éste adopte una
consistencia blanda o fluida, lo que implica una resistencia baja, creando problemas
en la estabilidad de taludes y en los fondos de las cimentaciones, produciéndose
asientos y deformaciones importantes en los edificios.
Fig 26
Este fenómeno se da, pues, en suelo de granos muy finos, como son las arcillas, y
dentro de éstas, las más activas son las que están compuestas por montmorillonita,
sepiolita y atapulgita. Detectadas por análisis mineralógicos, particularmente de
difracción de rayos X, realizadas sobre muestras del terreno.
o Época de la construcción.
o Profundidad de la cimentación.
o Número de plantas y peso total del edificio (presión que transmiten los
cimentos al terreno).
o Rigidez o flexibilidad de la estructura y resistencia de las fábricas.
o Situación y capacidad de deformación de las redes de saneamiento y
abastecimiento de agua, para evitar fugas de agua.
o Diseño de la red de pluviales.
o Pavimentación perimetral.
o Existencias próximas de jardines, masas de árboles, etc.
o Existencia de instalaciones de calefacción u hornos que puedan
provocar desecaciones en el terreno.
El clima de la Península Ibérica es esencialmente monzónico, con veranos muy
secos e inviernos muy lluviosos, a excepción del litoral cantábrico y atlántico, y las
regiones del Levante y Sureste. Estas últimas tienen un clima de tipo sahariano,
caracterizado por un déficit de humedad, debido a que la evaporación es superior a
la precipitación.
Fig 28: Levantamientos y hundimientos de cimentaciones directas sobre arcillas expansivas en climas monzónicos
Las arcillas expansivas tienen unos colores predominantes, como son los grises,
verdes azulados y marrones, pertenecen generalmente a las eras geológicas del
Terciario; Oligoceno, Mioceno y Plioceno, tienen un índice de plasticidad alto, y una
resistencia a compresión simple que supera los 4 Kg/cm 2.
Estos suelos de baja densidad, gran índice de poros, con una apariencia rígida,
corresponden a limos flojos poco cohesivos no saturados, cuando se saturan, el
agua disuelve el cemento natural que da rigidez a su estructura mineral y se produce
el colapso.
Un relleno mal compactado, o compactado con la densidad debida pero con una
humedad de compactación por debajo de la óptima, suele ser colapsable, sobre todo
si es de arena de miga.
La cimentación adecuada sería la que transita sus cargas a estratos más profundos
no colapsables (pilotes). En caso de que no fuera posible, se podría cimentar
directamente sobre un colchón de suelo compactado, de 2 a 4 m de potencia, en
función de la colapsabilidad del suelo y bulbo de presiones, con una densidad no
inferior a 1,60 T/m3.
La inestabilidad de los terrenos puede ser debida a efectos superficiales que pueden
abarcar grandes zonas, como son los desplazamientos de laderas, y a efectos más
profundos como los problemas de subsidencia y cavidades.
Las laderas inestables. Suelen ser producidas por terrenos con un ángulo de
rozamiento interno pequeño, es decir suelos plásticos, como es el caso de arcillas,
que sobre bases rocosas, impermeables, con cierta inclinación, tienden por causa
del agua a expansionarse, haciéndose inconsistentes, deslizándose.
Los suelos con restos de materia orgánica, turbas, restos vegetales, etc., no son
aptos para cimentar, pues la descomposición de la materia orgánica produce
asientos importantes, que dependerán entre otras causas de la presencia de agua y
de la potencia del estrato, de manera que es necesario sustituirlos o atravesarlos
con cimentaciones profundas.
Las cimentaciones pueden ser atacadas por el terreno que las rodea.
El análisis del agua que baña la cimentación, así como su presión y variación del
nivel freático es fundamental para estudiar las soluciones posibles.
Las deformaciones horizontales, son debidas a los empujes del terreno, agravado en
el caso de que existan cargas debidas a cimentaciones próximas.
Las deformaciones verticales, son debidas a las distintas cargas isostáticas a que
está sometida la solera de la excavación, tal como se explica en la figura.
Entre los factores que intervienen en estos movimientos, tenemos que tener en
cuenta los siguientes:
Condiciones y características del suelo
Existencia de nivel freático
Dimensiones y profundidad de la excavación
Sistema y tiempo de ejecución de la excavación
Rigidez del soporte de contención y secuencia de ejecución
Cargas adyacentes. Tipos de edificios, (nuevos o viejos)
Existencia de vibraciones
Condiciones climatológicas
Dentro de este apartado pueden incluirse algunos de los anteriores, sobre todo los
que utilizan cimentaciones inadecuadas al terreno y los fallos que se producen en
las excavaciones urbanas.
Fig 35
Fig 36
Fig 37
Fig 38
Fig 40
ANEXO 1: MODELO DE PLIEGO DE CONDICIONES PARA LA REALIZACIÓN
DE ESTUDIOS GEOTÉCNICOS
TOMO 1 CAPITULO V
Indice:
SUPERFICIALES
1.- Elevando el plano de apoyo ----------- Losas
A) Ensanche de zapatas
2.- Manteniendo el plano de apoyo B) Refuerzo de zapatas
C) Sustitución de zapatas
A) Zapata aislada
3.- Profundizando el plano de apoyo B) Zapatacorrida–Bataches
RECALCES C) Perforación e inyección
A) Inyecciones
4.- Mejora del terreno B) Cosido o armado
C) Drenaje
PROFUNDOS
2.1.2 Cajeado
Consiste en realizar una caja en las caras de la fábrica de ladrillo, donde luego se
alojará la armadura de la losa.
Debe realizarse esta operación cuidadosamente y apeando antes para evitar que, al
disminuir la sección del muro, éste no sea capaz de soportar la carga y se produzca
un hundimiento.
2.1.3 Capitel superior
Tras apear, se elimina parte de la zapata y se colocan las armaduras en forma de
capitel, elevándose por encima del nivel de la losa, luego se hormigona.
f) A veces, una solución cómoda puede consistir en el puenteo del cimiento por
encima del mismo. De esta forma se crea un nuevo cimiento alrededor del existente
y sobre él se carga a través del puente creado. Existen numerosas soluciones de
puenteo, pero las más utilizadas son:
En los tres casos no hay viga armada, sino un relleno de hormigón o una inyección
del terreno para su mejora.
Carrera y viga pasante metálica Carrera y viga pasante de hormigón
Hormigón en masa y viga armada con junta dentada Hormigón en masa y doble viga armada con tirantes
2.2.2 Refuerzo de zapatas
Para el refuerzo de las zapatas, suelen usarse las inyecciones que consiguen servir
de aglutinante de la mampostería antigua. Los casos normales son los siguientes:
Carreras de hormigón e
inyecciones: Tras realizar una
carrera a cada lado de la
cimentación corrida de un muro,
se introduce una inyección
química en la zona inferior, que
además de consolidar, evita la
salida de la inyección de
cemento que se efectúa a
continuación.
Se realiza cuando la primitiva está muy deteriorada. Para ello es necesario apear el
forjado y colgar el pilar, después se coloca la armadura y se hormigona. Al
hormigonar conviene que el nivel superior de la zapata esté un poco más alto que el
primitivo, con el fin de conseguir que exista un contacto total con el pilar y no se
produzcan asientos al entrar en carga.
Lechada de cemento
De cimentación Gel de sílice
Resinas
De compactación
Drenaje
2.4.1 Inyecciones
Hay que tener en cuenta que los asientos son siempre inevitables y por ello deben
tomarse las medidas oportunas para evitar graves problemas estructurales.
Las perforaciones que se realizan para ejecutar la inyección suelen estar separadas
entre 1 y 2 metros.
Se pretende con este relleno, no sólo completar los huecos existentes, sino también
que la resistencia final sea capaz de soportar las cimentaciones.
El diámetro de los taladros varía entre 50 y 75 mm. y suelen realizarse en una malla
de 2 a 3 metros de lado. La consistencia del mortero es bastante seca (menor de 2,5
cms. el asiento en el cono de Abrams) llegando a alcanzar resistencias de 50
Kg/cm2.
Para conseguir la cohesión del terreno, se utiliza también este procedimiento que
consiste en perforar el terreno con una serie de barras metálicas que lo “cosen”. Las
cargas se transmiten a estas barras por rozamiento lateral, habiendo también
aumentado la resistencia del terreno por la compactación a que se ve sometido a
causa de las barras.
No debe confundirse este sistema con un recalce por micropilotes. En el cosido, las
barras metálicas no atraviesan la cimentación.
La primera consiste en realizar un drenaje que eche las aguas fuera rápidamente.
Si los suelos tienen un árido fino, los procedimientos anteriores no sirven pero puede
conseguirse que la humedad desaparezca creando una diferencia de potencial
eléctrico entre unos ánodos metálicos que se hincan en el terreno y un pozo cátodo
de extracción. Este procedimiento se denomina electroósmosis y es muy eficaz,
aunque caro.
3 RECALCES PROFUNDOS
El tubo se coloca por tramos cortos, con lo que la maquinaría puede ser de pequeño
tamaño y trabajar en sótanos o en el interior de plantas de poca altura.
Los micropilotes con bulbo inyectado a presión, tienen una capacidad portante muy
superior a los anteriores.
Se realiza la perforación por el sistema que aconseje el terreno y se introduce luego
una armadura tubular especial que lleva en sus tramos inferiores manguitos
elásticos que hacen de válvulas anti-retorno. Por el interior de la armadura tubular se
coloca un tubo, por el que se inyecta la lechada fluida que sale por las válvulas y
rellena el espacio comprendido entre el terreno y la armadura tubular. Se forma así
una vaina de mortero. Antes de que esta vaina haya fraguado, se sigue inyectando
nuevamente, pero ahora a la presión suficiente para que la vaina quede rota a la
altura de las válvulas y se forme un gran bulbo de mortero. Finalmente, se retira
poco a poco el tubo interior hasta que la armadura tubular quede totalmente rellena.
Suele utilizarse este sistema para recalzar muros y zapatas corridas. Los pilotes
utilizados son de diámetro bastante superior al de los micropilotes (varía de 30 a 60
cm. de diámetro). Necesitan una maquinaria de mayores dimensiones que los
micropilotes, pues deben alcanzar una longitud superior a la que tengan los pilotes.