Análisis de Las Obras de Bowlby
Análisis de Las Obras de Bowlby
Análisis de Las Obras de Bowlby
Decanato de Posgrado
Trabajo Final
Año: 2020
Introducción
John Bowlby haciendo referencia a los postulados de Freud en esta primera conferencia
ante los miembros de la Sociedad Psicoanalítica Británica manifiesta su acuerdo en que
para el desarrollo de una personalidad saludable y adaptada es necesario que durante la
lactancia y la primera infancia se dé “una relación estable y permanente con una madre
amorosa”. Siguiendo lo postulado por Freud, Bowlby enfatiza en que es durante éste
tiempo (de lactancia y primera infancia) que se dan las “influencias más formativas” para
el desarrollo del niño.
A pesar de que Sigmund Freud apelaba porque la figura materna fuese imprescindible en el
desarrollo del niño, Bolwby relaja el hecho de que la madre por diversas situaciones vitales
no pueda estar presente, los cuidadores primarios pueden sustituir los cuidados, las
atenciones y todo el amor que puede proporcionar la madre, lo que representa una ventaja
para las diversas crisis normativas y no normativas que se dan en la actualidad en las
familias. Una vez más se da por sentado el hecho de que el vínculo del bebe con la madre o
el cuidador/a primario/a y la relación de cuidados y amor que pueda propiciarle los
primeros es lo que garantiza una buena salud mental durante toda su vida.
La ambivalencia y su regulación.
Para Bowlby un logro que tendrá el niño es el liberarse de los sentimientos de culpa y
hacerse tolerante a la ambivalencia. Este proceso es parte de la vida psíquica de un ser
humano, ya que desde la lactancia y la primera infancia se tiende a encolerizarse y a sentir
odio por la madre o el cuidador primario, cosa que se da cuando él bebe siente que su figura
principal que le proporciona amor y cuidados no se lo está brindando; pero que
posteriormente cuando la madre o el cuidador primario resarcen la falta que cometió él
bebe vuelve a reacomodar sus sentimientos experimentando amor.
De los autores que describieron la importancia de las experiencias tempranas en los seres
humanos en su proceso de desarrollo fue René Spitz, quien realizó una investigación con
dos grupos de lactantes cuyas madres estaban privadas de su libertad. “Los lactantes de un
grupo fueron criados en un orfanato donde eran cuidados por niñeras, cada una de las
cuales tenía a su cargo siete niños. Los lactantes del otro grupo vivían en un anexo a la
prisión donde estaban sus madres y tenían la oportunidad de ser cuidados por ellas
durante el día”. El autor de esta investigación noto que: “hacia el final del primer año de
vida, el rendimiento motor e intelectual de los lactantes criados en el orfanato por niñeras
era ostensiblemente menor al de los niños que habían permanecido en contacto con sus
madres; además presentaban conductas de retraimiento y mostraban poca curiosidad y
alegría en el juego”.
E. Quintero y R. Gómez citando a Spitz mencionan que: “además del alimento, la madre es
una figura que provee afecto al bebé, le traduce necesidades, las satisface y se convierte,
para aquél, en la representante del mundo que poco a poco el bebé va a conocer, animado
por la seguridad que le ofrece el vínculo materno”. Cómo se mencionó en la investigación
de Spitz el contacto con la madre o el cuidador primario es una fuente inagotable de
recursos emocionales y afectivos, en el que él bebe se configura con ella o el/la cuidador/a
y a través de ese contacto satisface sus necesidades, pero a la vez se convierte en guía de
seguridad y confianza con el mundo que le rodea.
La ambivalencia que estudió Freud, y también Bowlby, parten de la premisa de que cuando
la madre o el cuidador primario no le proveen los cuidados y las atenciones que requiere
como necesidad libidinal (ubicada en el ello, que funciona bajo el principio del placer)
entonces surgen las pulsiones de odio; pero cuando vuelven esas atenciones las pulsiones
son de amor, y he aquí la ambivalencia que ocurre en la vida psíquica del bebe. Por la tanto
madre y cuidador deben permitir al niño experimentar ambas pulsiones inconscientes dado
que su primitivo psiquismo les produce temor por ese de odio y que aún no comprenden. Es
por eso necesario que la madre o cuidador brinden la contención necesaria para que el niño
lleve este proceso sin temor a ser reprochado o anulado, y que su personalidad sea estable.
Cuando no ocurre esta contención los niños tienden a generar ansiedad por su miedo, y se
dan una serie de mecanismos de defensa para amortiguar ese estado. El niño al crecer con
esa ambivalencia sin ser bien orientada puede generar a futuro patologías graves.
Otro de los autores en los que John Bowlby se inspiró para su teoría es Adolf Meyer quien
insistía “que el paciente psiquiátrico es un ser humano y que los trastornos de su
pensamiento, sus sentimientos y su comportamiento deben ser considerados dentro del
contexto representado por el medio ambiente en el que está viviendo y ha vivido”. Mayer
recalcó “que prestásemos 'atención a todos los complejos detalles de la historia vital del
paciente, como posibles claves de su enfermedad”. Para ambos autores tiene una
importancia vital la calidad y calidez de las relaciones del bebe con su madre o cuidador
primario, y precisan que de no tener esas características la relación existe la posibilidad de
que se desarrolle una psicopatología.
Las investigaciones psicológicas indican que las relaciones tempranas tienen un importante
porcentaje que determinará la adaptación de la personalidad, pero otro importante
porcentaje son las características genéticas o biológicas y las ambientales las que también
contribuyen o empeoran la salud mental.
Durante la lactancia y la primera infancia él bebe se vincula con su madre o cuidador
primario, su presencia, sus cuidados y atenciones le hacen sentir confortable, pero cuando
por alguna razón esa figura se va por unos momentos se siente insatisfecho; sin embargo,
cuando además de la madre o cuidador primario existen otras figuras familiares compensa
esos sentimientos.
Predominio de la vinculación.
Para Horno los vínculos afectivos son “las relaciones que se construyen entre dos personas
en las que han invertido sus propias emociones, que han cultivado durante tiempo y con
las que se han comprometido, generando un proyecto común de relación. Este proceso las
ha convertido en personas únicas e insustituibles, en referentes de desarrollo para el otro.
Cada relación es diferente, con cada persona construyen un mundo de significados
distinto”. Esta definición la comparte con Bowlby, y por ésta razón el lactante o niño en su
primera infancia junto con su madre establecen esa relación, lo que los convierte en únicos
e irrepetibles para la vinculación, y sobre todo para él bebe la mamá se convierte en su
referente. Cómo analicé en el preámbulo de la conferencia con éste vínculo se desarrollan
las 3 áreas esenciales de todo ser humano; el amor, las atenciones, los cuidados, los juegos
irán sentando las bases necesarias para que los demás desarrollos se instauren en la mente
del niño.
Más arriba comentaba que en la actualidad algunas familias tenían rupturas en sus vínculos,
los más afectados son los hijos. Pero éste vínculo creado desde la gestación de la madre o
cuidador primario siempre será el imán que les atraiga para mantener la relación. En el
psiquismo del bebé o niño ocurren dos cosas cuando se ve quebrantable su relación con la
figura de apego, cuando hay una amenaza de pérdida afectiva produce ansiedad y cuando se
da la pérdida cómo tal pena, ambas en su conjunto generan ira. Es este impulso de ira del
psiquismo en desarrollo del bebé el que le permite, cómo se ha indicado en anteriores
apartados, esperar y confrontar a su figura para que no se vuela a perder, todo dependerá de
cómo la madre o el cuidar primario responda.
Conclusión
Cómo he aportado en las conferencias analizadas los vínculos afectivos se forman desde el
tiempo del embarazo, es esa primera relación de la madre con el bebé la que sienta las bases
para el apego desde su nacimiento. Quizá se pueda pensar que la madre sólo tiene la
función de permitir desarrollar físicamente en su vientre y proveerle de alimentación, sin
embargo, esto va mucho más allá ya que los cuidados que ella se proporciona repercutirán
en un buen estado de desarrollo del bebé, además de los sentimientos que le proporciona a
través de habar, poner música y expresarle su amor irán preparando su psiquismo.
Ya en su nacimiento, con la base fundamentada durante el embarazo, el bebé está preparado
para continuar los vínculos con su madre. Es ella quien no solo le proporciona alimento,
sino que le nutre con su amor, entrega, conexión y empatía. Con este apego madre e hijo se
vuelven insustituibles: él por su estado de dependencia requiere del amor y los cuidados de
su madre, y ella porque su amor la desborda en cuidos y atenciones a su hijo. A medida que
ese bebé va creciendo, también crecerán las conexiones que hará con otros miembros de la
familia, pero que si su primer vínculo se desarrolló de forma saludable podrá pasar a ellos
de igual manera.
La cultura, el desarrollo y las crisis normativas o no normativas permean este evento, y
cómo es de conocimiento general pueden darse pérdidas en los vínculos ya formados. La
afectación o la no afectación dependerá de muchos factores ya expuestos en el análisis,
pero lo más importante es orientar esas pulsiones del psiquismo primitivo del infante a que
las drene a través de otra figura de apego que le brinde conexión y seguridad.
Bibliografía
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