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PIERDE EL MIEDO AL

BONSAI

Asociación Bonsái Mirasierra


C/ Peña Sirio, 20
28034 Madrid
Tel: 917 349 024
Asociación Bonsái Mirasierra
C/ Peña Sirio, 20
28034 Madrid
Tel: 917 349 024
www.bonsaiabm.com

Junta directiva:
Vicente Callejas
J. Angel Gómez
Manuel Marcos
Manuel Marquez
M. Angel Moreno
Juan Perles

ISBN: 978-84-612-0350-5
Depósito Legal: M-48.444-2007
Edición: Noviembre 2007
Imprime: Artes Gráficas Palermo, S.L.
Pierde el miedo al bonsái

Prólogo

¿Te han regalado o te has com-


prado un Bonsái y no sabes qué hacer con él? En este libri-
to, redactado por la Asociación Bonsái Mirasierra, puedes
encontrar algunos consejos y pautas a seguir sobre:

• Dónde situar el árbol.


• Cómo y cuándo debes regarlo.
• Cuándo debes trasplantarlo o cambiarlo de sustrato.
• Cuándo abonarlo y qué clase de abono se debe utilizar.
• Cómo mantener o mejorar la forma de tu árbol.

Si, a pesar de seguir las indicaciones contenidas en este


libro, sigues teniendo dudas o el árbol presenta algún pro-
blema (hojas amarillentas, ramas secas, etc.) no dudes en
ponerte en contacto con nosotros para poder subsanarlo
cuanto antes.

También podemos realizar cualquier trabajo de remode-


lación, poda y trasplante, así como cuidar de tu bonsái
durante las vacaciones.

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Pierde el miedo al bonsái

¿Qué es un Bonsái?

La traducción literal de este término


japonés es planta cultivada en maceta
(“Bon” vaso, contenedor y “Sai” culti-
var). Pero hoy este concepto está
anticuado: para nosotros un bonsái es
un árbol o arbusto que por su forma,
volumen y armonía nos recuerda a un
árbol de la naturaleza.

Existe la creencia, bastante generalizada, de que un bon-


sái es un tipo de planta determinado, pero realmente es un
árbol que dado su reducido terreno vital no se desarrolla
más. No sería correcto decir que un bonsái es un árbol
enano. Lo enano no es normal y es una variación genética
de la naturaleza.

El bonsái es una planta completamente normal, tanto es


así que, si tras pasar un árbol 30 ó 40 años en una maceta
se lo trasplantara a la tierra, se desarrollaría como si no
hubiera estado tanto tiempo en un espacio vital tan redu-
cido.

Para nosotros un bonsái es un pedazo de naturaleza que


podemos contemplar en nuestros hogares.

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Pierde el miedo al bonsái

¿Dónde situar el árbol?


Como se ha dicho anteriormente, un bonsái aunque sea
pequeño es un árbol como su hermano el que podemos
encontrar en el bosque, parque o sierra. Por tanto, tienen
necesidad de sol y aire: no hay ningún árbol que crezca de
forma natural en el interior de nuestras casas. El balcón,
terraza, jardín o ventana será el lugar idóneo para colocar
nuestro árbol.

Nuestro bonsái sí presenta una diferencia notable con su


hermano mayor: no tiene las defensas que el mayor posee.
En el bonsái, dado que su recipiente es muy pequeño, las
raíces están muy cerca de la superficie y por tanto están
más expuestas a las inclemencias del tiempo (las altas tem-
peraturas del verano o las heladas del invierno, así como el

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Pierde el miedo al bonsái

viento, que al árbol grande no le afectará, a nuestra maceta


le secará el sustrato casi inmediatamente). Por tanto,
cuando alguna de las causas anteriormente descritas hagan
aparición, resguardaremos a nuestros arbolitos, pero una
vez haya cesado el riesgo volveremos a situarlos en el lugar
de la casa en el que los teníamos.

Proteger los árboles en verano

Las hojas de los árboles son las encargadas de transfor-


mar el agua que les llega a través del tronco y las ramas en
alimento; esta agua ha sido previamente extraída de la
tierra por las raíces. En tiempo seco y caluroso este proceso
se acentúa y, aunque estemos continuamente regando, es
posible que las hojas evaporen más agua de la que las raí-
ces sean capaces de suministrar. Si esto ocurriera las pun-
tas de las hojas se secarían, sobre todo en árboles de hojas
grandes y tiernas.

La protección dependerá de dónde


tengamos situado el árbol. Si está
en un jardín bastará con ponerlo
en semisombra al resguardo de un
árbol más grande o de una planta
mayor. Si habitualmente está en
un balcón o ventana lo pondríamos a resguardo a la som-
bra de una pared o podríamos meterlo en casa.

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Pierde el miedo al bonsái

Proteger los árboles de las heladas

Al llegar el invierno las tempera-


turas bajan, los árboles disminu-
yen su actividad y entran en un
periodo de reposo. Para proteger-
se de las bajas temperaturas, al-
gunos árboles han perdido sus
hojas.
La mayoría de nuestros árboles no necesitarán ninguna
protección especial. Existen especies que en la naturaleza
aguantan perfectamente las temperaturas de nuestro in-
vierno, ya que sus raíces están a una profundidad donde no
les llega la temperatura bajo cero que se alcanza en mu-
chas noches del invierno. Estas mismas especies, al estar en
una maceta de poca profundidad sí sufren con la baja tem-
peratura, aunque no mueran, se debilitan y se hacen más
sensibles a hongos y otras enfermedades.
Algunas de estas especies son las de origen mediterráneo,
como el olivo, acebuche, algarrobo, etc. Estos arbolitos
durante la noche deben protegerse , introduciéndolas de-
ntro de casa en una habitación que no tenga calefacción o
cubriéndolas con un plástico si permanecen en el exterior.
Las especies de origen tropical o subtropical (vulgarmen-
te llamados de interior) no soportan las temperaturas por
debajo de los 10 grados centígrados, por ello aunque no
llegue a helar, a estos árboles hay que situarlos durante el
invierno en el interior de la casa o en un invernadero.

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Pierde el miedo al bonsái

Dónde poner los bonsáis


dentro de casa.

Dentro de nuestras vivien-


das no se dan las condiciones idó-
neas para que puedan vivir los ár-
boles, ya que existe una falta de luz
y humedad en comparación con el exterior. Sin embargo
esto no significa que no puedan vivir largas temporadas
dentro de casa.
Como medida orientativa diremos que los árboles tropica-
les se pueden tener dentro de casa desde mediados de
noviembre hasta principios del mes de abril.
La adaptación del bonsái a las condiciones de nuestra
vivienda depende mucho de las condiciones del emplaza-
miento respecto a suministro de luz y humedad.

LUZ: El emplazamiento ideal para situar un bonsái es


cerca de una ventana, amplia y sin cortinas, que no esté
orientada al norte y a la que no le dé directamente el sol.
La distancia máxima a la ventana será de metro y medio
aproximadamente.

HUMEDAD: En términos generales nuestras casas dispo-


nen de un ambiente demasiado seco para nuestros árboles.

El mejor sitio para situar los árboles es en una habitación


fresca, y alejados de fuentes de calor como radiadores,
chimeneas, estufas y electrodomésticos como el televisor.

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Pierde el miedo al bonsái

¿Qué especies se adaptan mejor al interior?

Como hemos dicho antes, las especies tropicales y sub-


tropicales son las que mejor se adaptan al interior (ficus,
sageretia, serissa, carmona, etc.). Por el contrario las espe-
cies autóctonas (pinos, juníperos, hayas, encinas, olmos,
etc.) resisten mal o simplemente no resisten las condicio-
nes del interior de nuestras viviendas.

Por eso, a la hora de comprar un bonsái, es importante


pensar dónde podemos tenerlo para adquirir una especie
que pueda vivir bien en la ubicación donde va a estar.

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Pierde el miedo al bonsái

¿Cómo se riegan los bonsáis?

Por qué hay que regar

Para poder absorber los elemen-


tos básicos de la tierra, las plantas
necesitan el agua. En la naturaleza, las raíces profundizan
hasta encontrar el agua almacenada en el suelo, pero las
plantas que viven en una maceta no tienen más agua que la
que nosotros suministramos a la maceta, por lo cual preci-
san de riego más o menos frecuente.

Cada cuánto hay que regar


Sólo conocemos una regla:

Hay que regar sólo cuando le hace falta


agua al bonsái

Si nos pasamos en el riego las raíces se pudrirán y la plan-


ta morirá. Sin embargo si la planta pasa sed, se alimentará
de sus reservas. Si el periodo de sequía no es muy largo, la
planta no sufrirá. Cuando la superficie de la tierra se vuelve
de un color más pálido es la señal de que la tierra se está
secando y es entonces cuando habrá que suministrarle el
agua.

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Pierde el miedo al bonsái

Otra prueba que podemos realizar es tocar con los dedos


la superficie y cerciorarnos que está seca.
No hay una regla fija para poder determinar cuándo va a
necesitar agua y muchos aficionados preguntan, por ejem-
plo, si regar una vez al día en verano es suficiente.

Por desgracia no se puede contestar a esto porque de-


penderá de factores como si la planta está situada más al
sol que a la sombra, si es un día con viento o si la tempera-
tura ambiente es muy elevada. Todas estas variables influ-
yen en que el bonsái necesite más o menos agua y, como
sólo el dueño conoce el ambiente en que vive el bonsái, no
se puede contestar con exactitud la pregunta: “¿Cada cuán-
to hay que regar?”

Por tanto no se puede recomendar


nunca “riegue una vez al día” o “riegue
una vez a la semana”. El único consejo
válido es “aprenda a regar solamente
cuando la tierra de la maceta comience
ligeramente a secarse por encima”.

Cómo hay que regar

Cuando detectemos que la planta necesita agua, regare-


mos hasta que la tierra esté completamente empapada.
Esto lo sabremos porque el agua saldrá clara por los aguje-
ros de drenaje de la maceta.
Necesitaremos una regadera con agujeros finos para que
el agua salga con suavidad y preferentemente con un tubo

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Pierde el miedo al bonsái

largo para dotar de presión al agua. Se riega en dos veces,


la primera tan sólo por encima para que la humedad abra
los poros de la tierra. Unos minutos más tarde se riega a
fondo hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje.

Es frecuente que los bonsáis de interior estén situados


encima de bandejas con el fin de que el agua sobrante no
moje el mueble sobre el que está depositado. Esta bandeja
debe vaciarse tras el riego; si no queda seca y conserva
agua permanentemente, el árbol echará raíces por los
agujeros de drenaje.

Los bonsáis provenientes de otros


comercios que no sean de la Asociación
Bonsái Mirasierra suelen tener una
tierra muy pastosa (sustrato muy arci-
lloso, ideal para el transporte de los
árboles pero no para su cultivo) no pue-
den ser regados satisfactoriamente por el método explica-
do con anterioridad, ya que el agua resbala por los lados de
la maceta y no penetra uniformemente en la tierra.

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Pierde el miedo al bonsái

Para que sea eficiente el riego en este


caso, se debe regar por asiento, es decir,
pondremos el bonsái dentro de un reci-
piente con agua mayor que la maceta,
teniendo cuidado de que el agua no lle-
gue hasta el borde de la maceta. Cuando la tierra de la
superficie esté húmeda (esto tardará unos 10 minutos)
tendremos la certeza de que la tierra está empapada to-
talmente.
También se utilizará este método cuando se ha descuida-
do el riego y la tierra está totalmente seca, ya que si la
tierra está muy seca, escupe el agua y no se empapa.

No utilizaremos nunca un pulverizador de los que se utili-


zan para quitar el polvo y dar humedad a las plantas. Si
regamos con ellos sólo se humedece la superficie y el agua
no llega a las raíces.

Hay que regar con una regadera apropiada


o por asiento.

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Pierde el miedo al bonsái

Con qué agua hay que regar

Sin ninguna duda, la mejor agua para regar es la prove-


niente de la lluvia y en su defecto agua de manantial: estas
aguas contienen poca cal y sales disueltas, pero por desgra-
cia no siempre disponemos de ellas. La alternativa es regar
con el agua que nos suministran para el consumo humano.

Esta agua lleva una sustancia para la desinfección que es


casi inocua para las personas pero es perjudicial para nues-
tras plantas: el cloro. Si el agua se deja reposar en un reci-
piente abierto, el cloro se evaporará, pero no así las sales y
la cal. Si el agua que proviene de la red es calcárea se ten-
drá que transplantar más a menudo y, en el riego, procura-
remos no mojar mucho las hojas de nuestros árboles a fin
de no ensuciarlas con la cal.

¿Qué es la pulverización?

Llamamos pulveriza-
ción a rociar las hojas de los
bonsáis con agua dispersada a
presión moderada, a modo de
fina lluvia.

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Pierde el miedo al bonsái

¿Hay que pulverizar?

En la naturaleza los árboles


reciben a menudo el rocío de la
mañana y la absorción de agua por las hojas es una fuente
importante de vitalidad. Para hacernos una idea de la im-
portancia del rocío basta decir que en algunos puntos, la
cantidad de agua recogida por el rocío es superior a la can-
tidad recibida por la lluvia. Está claro que los bonsáis que
tenemos en el interior nunca reciben los beneficios del
rocío, por lo cual la única manera de limpiar las hojas de
polvo y dar vitalidad a los árboles es pulverizarlos de vez en
cuando.

Cuándo hay que pulverizar

Si tan sólo se pretende limpiar las hojas, con una pulveri-


zación a la semana, generalmente será suficiente.
Si, por el contrario, nuestro fin es revitalizar un árbol fati-
gado será necesario pulverizarlo todos los días. La mejor
hora para pulverizarlos es a la caída de la tarde. Nunca se
pulverizará a pleno sol, a mediodía, para evitar que las
hojas se quemen (las gotitas de agua actuarían como pe-
queñas lupas y podrían dañar las hojas por exceso de ca-
lor).

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Pierde el miedo al bonsái

Cómo hay que pulverizar

Hay que rociar las plantas con


un pulverizador o manguera que ten-
ga una boquilla que permita lanzar el
agua como si de una lluvia muy fina
se tratara.

Se rocía en todas las direcciones: de arriba a abajo y de


abajo hacia arriba, para cerciorarnos de que el agua llegue
a todas las hojas del árbol.

Con qué agua hay que pulverizar

Cómo se ha descrito con anteriori-


dad, la mejor agua es la de la lluvia y
también la del rocío, por ser aguas
limpias de cal y de otras sales. Una
buena sustituta es la que proviene
de algún manantial.

Si pulverizamos con agua extremadamente calcárea, lo


que lograríamos en vez de revitalizar al árbol es tapar los
poros de las hojas con la cal y manchar de blanco a éstas.
Las plantas que tienen las hojas duras y brillantes serán las
que se mancharán más (ficus, naranjos, olivos, etc). Si no se
dispone de agua de buena calidad, se rociarán tan sólo una
vez por semana para quitarles el polvo.

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Pierde el miedo al bonsái

Cómo mantener los bonsáis bien regados cuando nos au-


sentamos de casa.

Si debemos ausentarnos por un largo periodo de tiempo


de nuestro hogar, el riego de nuestros árboles es un pro-
blema.

En el mercado existen programadores de riego a los que


se les puede indicar el tiempo de riego y la frecuencia; esto
es una buena solución si se dispone de muchos árboles y se
tienen en un jardín o terraza. Si no se puede aplicar esta
solución, se puede poner una mecha en cada maceta y
conectar éstas a su vez a un recipiente, que mantendrá
humedecida la tierra.

Para nosotros, la mejor solución es dejarlos en régimen


de guardería en la Asociación Bonsái Mirasierra.

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Pierde el miedo al bonsái

¿Cómo se abonan los bon-


sáis?

Por qué hay que abonar


Los bonsáis viven en unos pequeños recipientes que con-
tienen un sustrato que está compuesto de varias sustancias
que, casi en su totalidad, no son utilizables para el árbol,
por lo cual al cabo de muy poco tiempo los árboles habrán
consumido todos los nutrientes que había en la tierra.

En vez de trasplantar nuevamente el bonsái, mediante el


abono suministramos los alimentos que precisa la planta.

Cuándo hay que abonar


Las plantas necesitan más alimento cuando tienen un
fuerte crecimiento (en primavera) y cuando hacen acopio
de reservas para poder acometer el periodo de reposo del
invierno (en otoño). Por tanto, es en primavera y en otoño
(al inicio de otoño, o más bien a finales del verano) cuando
suministraremos el abono.
A diferencia de otras plantas, se abona más en otoño que
en primavera para evitar crecimientos desmesurados. No
obstante es una buena recomendación seguir las indicacio-
nes del fabricante del abono.

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Pierde el miedo al bonsái

Cómo hay que abonar

No hay que sobresaltar a la planta, es más conveniente


abonar frecuentemente con pocas cantidades que hacerlo
de tarde en tarde y con unas cantidades mayores. No hay
que esperar a que el árbol esté débil y marchito para volver
a abonar. Si suministramos demasiada cantidad de abono
podemos quemar las raíces.

Cuáles son los mejores abonos

Hay dos tipos diferentes de abonos para bonsáis, los abo-


nos líquidos y los sólidos.

El abono líquido se disuelve en el


agua de riego o se aplica con el agua de
vaporización por encima de las hojas. Las
ventajas de este abono son su rapidez, el
hecho de que no produzca olores des-
agradables y su facilidad de aplicación.
Con este tipo de abono se debe tener
mucho cuidado de no sobrepasar nunca las dosis indica-
das.

El abono sólido se dispone en


unas cestitas, para salvaguardar-
los de los pájaros, o junto al bor-
de de las macetas. La ventaja que
presenta es su larga duración; no

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Pierde el miedo al bonsái

quema las plantas y mejora mucho la tierra de los bonsáis.

Cuando NO hay que abonar


Nunca se abonará cuando el árbol esté en periodo de
reposo, es decir, en invierno y en los períodos de calor
extremo del verano.

Tampoco debe abonarse nunca un árbol recién trasplan-


tado o que esté débil (por tener una enfermedad o tras un
período de sequía).

Aunque a priori nos pueda parecer que un árbol débil


necesitaría más el abonado que un árbol sano, no debemos
olvidar que el hecho de abonar es una alteración del equili-
brio del árbol, y en un ejemplar débil, esta alteración po-
dría ser fatal.

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Pierde el miedo al bonsái

¿Cómo dar forma a


los bonsáis?

Para poder modelar nuestros árboles disponemos princi-


palmente de cuatro técnicas:

q Poda
q Pinzado
q Alambrado
q Defoliado

La poda

Con la poda se dirige la formación del árbol: mediante ella


se eliminan las ramas que nacen defectuosas (que se cru-
zan) o chupones (ramas que nacen verticales y roban todo
el vigor a las otras ramas). También podaremos aquellas
ramas que crecen en una zona no deseada del tronco.

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Pierde el miedo al bonsái

La mejor época para podar es cuando el árbol está en


reposo ya que entonces no perderá tanta savia por la heri-
da que hagamos. Esta época es a finales del invierno.

Para realizar la poda utilizaremos herramientas adecua-


das como las tenazas cóncavas (llamadas kuikiri) que reali-
zan un corte limpio y de fácil cicatrización. Si la herida cau-
sada es de gran tamaño se usará pasta selladora para una
perfecta cicatrización.

El pinzado

Cuando nos referimos al pinzado estamos indicando el


recorte de las ramas finas. Es una poda ligera que pode-
mos realizar con los dedos.

Así como la poda sólo se


debe realizar en una época
determinada, el pinzado se
debe realizar también cuan-
do el árbol está en fase de
crecimiento. Con el pinzado
se consigue aumentar la
densidad del follaje y dismi-
nuir el tamaño de las hojas.

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Pierde el miedo al bonsái

Cada árbol tiene un modo distinto de crecimiento y, por


tanto, no todos los pinzados se realizan de la misma mane-
ra.

l Pinzado de árboles de hoja perenne ancha

En los árboles de este tipo es


necesario cortar los extremos de los
brotes nuevos como se indica en la
figura, de forma que las yemas late-
rales produzcan nuevos crecimien-
tos.

Se lleva a cabo en los árboles que no pierden las hojas en


otoño como ficus, olivo, serissa, sageretia, carmona, naran-
jo, boj, etc.

l Cómo pinzar los árboles de hoja caduca de un


solo crecimiento anual

Para pinzar los árboles de hoja caduca se elimina el centro


de los brotes antes de que el brote se
abra.
Este método se aplica a los
árboles que pierden las hojas en oto-
ño, y que hacen una sola brotación
fuerte en la primavera (arce palma-
tum, haya, etc.)

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Pierde el miedo al bonsái

l Cómo pinzar los árboles de hoja caduca con cre-


cimiento activo durante todo el periodo vegetativo.

Se cortan los brotes demasiado


largos para conseguir un follaje
más espeso.

En esta categoría están los árbo-


les que pierden la hoja durante el otoño, pero que están
creciendo desde la primavera hasta finales de verano, co-
mo olmos, higueras, granados, manzanos, pyracantas, co-
toneaster, ligustrum, etc.

l Cómo pinzar las coníferas de


hojas escamosas

En árboles cómo sabinas, enebros o


tejos, se cortan con los dedos los ex-
tremos de los brotes demasiado lar-
gos.

l Cómo pinzar los pinos

Se eliminan las velas


de las puntas de las ramas,
para potenciar las yemas la-
terales.

De esta forma pinzaremos toda clase de pinos, tanto los


autóctonos como los de otras latitudes.

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Pierde el miedo al bonsái

El alambrado

Contra la creencia popular de que se alambra para impe-


dir el crecimiento del árbol, la realidad es que el alambrado
se utiliza para corregir la inclinación o dirección de las ra-
mas, permitiéndonos utilizar ramas que de otro modo ten-
dríamos que podar.

En cierto modo, el alambre sustituye la fuerza que ejerce


el peso de las ramas en los árboles viejos de la naturaleza:
estamos sustituyendo, por ejemplo, el peso de la nieve que
se deposita sobre las ramas y el efecto del viento.

Para alambrar enrollaremos el alambre en el tronco y


ramas sin apretarlo demasiado y formando ángulos de 45
grados, evitando a toda costa que el alambre se marque en
la corteza del árbol. Después de un alambrado perfecto,
debe quedar sólo un pequeño espacio entre la corteza del
árbol y el alambre, tan pequeño que tan sólo pase una hoja
de papel de fumar.

Con este método, una vez colocado el alambre alrededor


de la rama, podremos dar a esta la forma deseada sin que
la rama sufra ni se rompa.

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Pierde el miedo al bonsái

Dado que las ramas y tronco engordan debido a su creci-


miento, quitaremos el alambre antes que se clave en la
corteza. El alambre que se suele utilizar es el de aluminio
anodizado, que tiene un color de cobre viejo (por razones
estéticas). Es un alambre muy flexible y resistente.

El grosor del alambre dependerá de la fuerza que se ha de


efectuar para doblar la rama. La regla es que, en un princi-
pio, intentemos doblar la rama y la misma resistencia que
hayamos observado en esta operación es la que tenemos
que conseguir con el alambre elegido para alambrar dicha
rama.

La enseñanza que debemos extraer de lo anteriormente


dicho es que el alambrado no debe dejar ninguna huella de
su paso por la corteza del árbol.

Defoliado

Con esta técnica se consigue una mayor ramificación y


masa foliar. No en todas las especies se realiza de la misma
manera. En algunas (ficus, algarrobos, etc.) se cortan todas
las hojas. Sin embargo en otras especies como los pinos o
los olivos, se dejan unas pocas hojas o acículas en el extre-
mo de la rama para que siga circulando la savia (a estas

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Pierde el miedo al bonsái

hojas o acículas se las denomina tirasavias, ya que cumplen


la función de garantizar el flujo de savia a lo largo de la
rama, evitando que esta se seque). Tanto en un caso como
en otro se cortan las hojas dejando tan sólo el peciolo (para
no dañar las yemas axilares).

La época del defoliado varía de una especie a otra, por lo


que es conveniente consultar (en libros o a algún experto)
cuándo debe realizarse.

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Pierde el miedo al bonsái

¿Cómo trasplantar un bonsái?

Por qué trasplantar

En su búsqueda de agua y de nutrientes, las raíces crecen


en una maceta hasta ocupar la totalidad del espacio dispo-
nible, no dejando resquicios para que el agua y el aire pe-
netren en la tierra.
Al mismo tiempo, como se ha indicado anteriormente en
el apartado dedicado al abonado, la tierra va perdiendo sus
nutrientes, también se va salinizando y volviendo más bási-
ca (tierra más calcárea).

Cuándo hay que trasplantar

Notaremos que el agua, al regar,


penetra con más dificultad en la
tierra envejecida, el árbol se ha
levantado más del borde de la ma-
ceta (las nuevas raíces empujan al
árbol hacia arriba) y si observamos
al árbol fuera de la maceta veríamos que las raíces forman
un ovillo espeso y enredado, tal como se aprecia en la ima-
gen.

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Pierde el miedo al bonsái

En qué época hay que trasplantar

Justamente antes de que el árbol abandone el letargo del


invierno, antes de que el bonsái empiece su periodo de
crecimiento. El trasplante produce estrés en el árbol, por
eso hay que dejar de abonar cuando se ha trasplantado.

Para mitigar este efecto estresante es por lo que es con-


veniente realizar el transplante cuando la planta está aun
“dormida”.

Cómo trasplantar

Antes de empezar la operación del trasplante tendremos


preparado todo lo necesario (herramientas, nuevo sustra-
to, maceta limpia y acondicionada) para no tener que inte-
rrumpir constantemente la operación en busca de un ele-
mento olvidado y conseguir que el periodo en que va a
estar el bonsái a “raíz desnuda” sea lo más corto posible.

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Pierde el miedo al bonsái

La preparación de la maceta consiste tapar los agujeros de


drenaje con rejilla fina (para que no se alga por ellos el
sustrato) y pasar dos alambres por los agujeros de drenaje.
Las plantas en su hábitat natural disponen de unas raíces
gruesas que les sirven para anclarse a la tierra y no sufrir
movimientos, por ejemplo a causa del viento, que rompan
las raíces finas por las que van a alimentarse. Como noso-
tros vamos a eliminar estas raíces gruesas debemos suplir
esta carencia de alguna forma. Este anclaje lo conseguimos
con los alambres que acabamos de poner, que deben ser lo
suficientemente largos para poder abrazar todo el manojo
de raíces.

También dispondremos un lecho en la maceta de gravilla,


tierra volcánica o arena gorda para que el agua drene.

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Pierde el miedo al bonsái

Encima de este lecho se formará un montoncito de sustrato


en el lugar dónde se colocará el árbol.

El lugar de plantado del árbol será en el centro si la mace-


ta forma un polígono regular (forma redonda, hexagonal,
octogonal, cuadrada, etc.) o ligeramente desplazado si es
de forma irregular (un rectángulo o un óvalo).

La operación del trasplante es delicada: es una agresión al


árbol, ya que él está acostumbrado a vivir en unas deter-
minadas condiciones que vamos a cambiar. Además es en
el único momento en el que podemos observar y analizar
las raíces, por lo que es conveniente que está operación la
realice un especialista para minimizar los riesgos.

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Pierde el miedo al bonsái

Qué tierras se deben utilizar para


formar el sustrato

La mezcla para formar el nuevo sustrato dependerá de la


especie del árbol a trasplantar y de la situación en que
vamos a ubicar a éste. Por tanto no se puede dar una rece-
ta general, lo más conveniente es consultar a un experto.

Si no dispones de ninguno, no dudes en contactar con


Asociación Bonsái Mirasierra que muy gustosamente te
informarán.

Trasplante

El trasplante propiamente dicho empezará levantando el


árbol de la maceta y desenre-
dando las raíces ayudados por
un kumade (rastrillo pequeño)
o dos palillos de los que son
utilizados en las comidas chi-
nas.
Si utilizáramos un chorro de
agua o de manguera quitaremos demasiada tierra vieja,
cosa que no es deseable. La operación de desenredar el
cepellón se realiza radialmente desde el tronco hasta el
final del manojo de raíces.

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Pierde el miedo al bonsái

Una vez terminada la operación anterior, también conoci-


da como “peinar las raí-
ces”, se recortarán las
raíces a un tercio de su
longitud. Si se cortan raí-
ces gruesas es necesario
proteger las heridas con
pasta selladora para pre-
venir ataques de hongos.

Plantaremos posteriormente el árbol encima del montícu-


lo formado con anterioridad y ataremos el árbol con los
alambres dispuestos para el
anclaje. Rellenaremos des-
pués toda la maceta con el
sustrato, que tendremos
previamente preparado, con
ayuda de un palillo chino
para intentar que penetre
por todos los rincones el
sustrato y que no queden zonas vacías (o bolsas de aire)
que favorezcan el crecimiento de hongos.

Para finalizar regaremos abundantemente hasta que el


agua salga limpia por los agujeros de drenaje del fondo de
la maceta.

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Pierde el miedo al bonsái

Frecuencia del trasplante


La frecuencia con la que debe realizarse un trasplante
variará dependiendo de la especie y el vigor del árbol. Có-
mo regla general se puede decir que un árbol joven crece
con más rapidez que uno viejo y por tanto necesitan que el
trasplante se realice más a menudo. Las especies de creci-
miento lento, como el haya, necesitarán una frecuencia
menor, aún siendo jóvenes, que un frutal. No obstante, hay
que observar al árbol, como se ha indicado en el apartado
“Por qué trasplantar” para juzgar la conveniencia de reali-
zar la operación.

Qué debe tenerse en cuenta después de un trasplante


Cómo se ha indicado anteriormente, un trasplante es una
operación estresante para el árbol. Si se ha realizado en la
época correcta y el árbol está fuerte, no tiene que suponer
una gran dificultad reponerse de este trauma. No obstante,
hasta que las raíces consigan adaptarse al cambio y empie-
cen a trabajar con normalidad, se debe proteger el árbol
del sol y del viento. Mientras dure la adaptación se deben
pulverizar las hojas con frecuencia. El periodo de adapta-
ción habrá terminado cuando empiece a brotar.

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Pierde el miedo al bonsái

Herramientas básicas para un aficionado al


bonsái
Las herramientas que utiliza un profesional del bonsái son
muchas y no es necesario adquirirlas todas desde el princi-
pio, pero hay unas pocas que son básicas para cualquier
aficionado.
Una recomendación muy impor-
tante es mantener limpias y des-
infectadas todas las herramien-
tas: hay que tener en cuenta que
con casi todos los instrumentos
que utilizamos, causan heridas
en los árboles (como sucede en
los distintos tipos de poda) y una
medida de profilaxis es mantener las herramientas siempre
limpias.

A continuación se comentará la función de estas herra-


mientas básicas.

Kuikiri o podadora con corte cón-


cavo

Se utiliza para realizar podas, como se ha descrito en el


apartado de “La Poda”. Se utiliza con el filo paralelo al
tronco. Su corte ajustado facilita la cicatrización de las heri-
das.

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Pierde el miedo al bonsái

Tijera puntiaguda fina

Es la herramienta que utiliza-


remos para el pinzado de ramas
finas. Con ella realizaremos cor-
tes precisos y limpios. Debido a su largo mango podemos
acceder a ramas interiores que, de otra manera, serían
totalmente inaccesibles.

Tijera podadora de ramas

Es una herramienta muy parecida


a la anterior, pero más robusta y
corta ya que tiene que ejercer más
fuerza para cortar ramas interiores
más gordas que las cortadas por la
tijera puntiaguda fina. Proporciona
un corte fuerte y preciso.

Cortaalambres

Imprescindible para la operación de desalambrado, ya que


permite cortar el alambre con precisión sin dañar la corteza
del árbol. No obstante, para desalambrar ramas finas la
operación se realizará a mano, ya que podría ocurrir muy

36
Pierde el miedo al bonsái

fácilmente cortar de forma accidental también la rama fina


a la vez que se corta el alambre.

Vaciadora cóncava

Se utiliza para afinar los cor-


tes de la poda en ramas grue-
sas.

Tenazas de jin

Se utilizan para trabajar con


los alambres (doblar alambres grue-
sos, por ejemplo) y para pelar la cor-
teza de las ramas muertas.

Rastrillo kumade

Su utilización para desenredar las raíces


se ha descrito en el apartado de “Tras-
plante”.

Pinzas defoliadoras
Estas pinzas se utilizadan para cortar
hojas y brotes tiernos. Su corte es extremadamen-
te preciso y fino.

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Pierde el miedo al bonsái

Pasta selladora

Aunque no es una herramienta pro-


piamente dicha, es imprescindible con-
tar con ella en nuestra caja de herra-
mientas, ya que, como se ha comenta-
do en los apartados de “La poda” y
“Trasplante” es imprescindible para la buena cicatrización y
la prevención de enfermedades.

Vitaminas

Otro componente que no puede faltar en nuestra caja de


herramientas es la vitamina B1 que servirá de revitalizante
después de efectuar un trasplante.
Recomendamos la marca Benerva en su presentación de
inyectable. También se vende en forma de tabletas pero es
más difícil de diluir.

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Pierde el miedo al bonsái

Las macetas de Bonsái

Las macetas de bonsái son al árbol lo


que el marco es a un cuadro. La maceta
debe realzar la belleza del bonsái, pero sin competir con él.
El árbol es el objeto primario y la maceta el secundario,
pero la maceta debe complementar al árbol. Las macetas
de bonsái son más planas que las habitualmente utilizadas
en horticultura. La profundidad de estas debe ser igual al
diámetro del tronco del árbol y su longitud debe ser un
poco más de dos tercios de la altura del árbol. Su anchura
debe ser un poco menor que la longitud de las ramas, a
ambos lados del árbol. El color y forma deben armonizar
con las formas del árbol.

Los árboles de hoja perenne


realzan mejor la oscuridad de sus
follajes con las macetas de gres
marrón oscuro sin esmaltar.

Si se trata de árboles de hoja ca-


duca, de follajes más brillantes, o de ár-
boles frutales de vistosa floración, real-
zan mejor sus cualidades macetas es-
maltadas en colores discretos.

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INDICE

CAPITULO PAGINA

Prólogo ..........................................................................3
¿Qué es un Bonsái? .......................................................4
¿Dónde situar el árbol? .................................................5
¿Cómo se riegan los bonsáis?......................................10
¿Cómo se abonan los bonsáis? ...................................18
¿Cómo dar forma a los bonsáis? .................................21
¿Cómo trasplantar un bonsái? ....................................28
Herramientas básicas para un aficionado al bonsái....35
Las macetas de Bonsái.................................................39
Asociación Bonsái Mirasierra
C/ Peña Sirio, 20
28034 Madrid
Tel: 917 349 024
www.bonsaiabm.com

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