Predicando: Tabla de Contenidos
Predicando: Tabla de Contenidos
Tabla de contenidos
INTRODUCCION
DESCRIPCION
ANALISIS GENERAL
o La Auténtica Communicación De La Palabra De Dios
La comunicación es el plan de Dios
El Espíritu Santo en la comunicación de su Palabra
EL PREDICADOR, INSTRUMENTO DE COMUNICACIÓN
o ¿Es posible hallar una persona idónea para comunicar el mensaje divino?
o ¿Qué lugar debe ocupar en la predicación la experiencia del predicador?
o ¿Puede predicar quien pasa por una experiencia de crisis espiritual?
o ¿Se puede predicar sobre puntos que el predicador no aplica en su propia vida?
o Requisitos del predicador y educador cristiano
o El auditorio y sus necesidades
o La necesidad de un propósito
o ¿Cuándo un predicador es fracasado?
FUNDAMENTOS DE LA EDUCACIÓN BÍBLIA CRISTIANA
o Fines de la enseñanza cristiana
o Qué es enseñar desde el punto de vista cristiano
o El proceso de enseñanza-aprendizaje
o Factores que afectan el proceso de enseñanza-aprendizaje
o Cambio de actitudes
TECNICAS Y MÉTODOS DE LA ENSEÑANZA BÍBLICA CRISTIANA
o Técnicas de enseñanza
o ¿Cómo enseñó Jesús?
o Métodos de enseñanza
En la forma de razonamiento
En la coordinación de la materia
En la concretización de la enseñanza
En la sistematización
En actividades de los alumnos
En la relación entre profesor y alumnos
En la aceptación de lo enseñado
o Algunas características de la verdadera doctrina
PREPARACIÓN Y PRESENTACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS
o Propósito de la enseñanza
o La preparación del mensaje
Herramientas para la elaboración del tema
El texto base
Cómo elaborar el tema
Formas de elaborar el tema (tipos de temas)
El cuerpo del tema escrito
o Tipos de mensajes
o Hablar en público
La manera en que se expongan y transmitan las ideas Juega un papel
fundamental
Miedo a hablar en público
o Presentación del mensaje
Estructura de la prédica
La utilización de la voz
El lenguaje
La mirada
El lenguaje corporal
La imagen que presentamos
Preguntas y respuestas
DIRECTRICES PARA ESCRIBIR UN TEMA
o El esquema
o Cómo utilizar el texto o versículo que respalda cada división
o Cómo hacer la aplicación del versículo que respalda cada división
o Los lazos conectivos o vínculos
o Detalles del tema escrito
o Otros lineamientos que debe poseer un tema bíblico
LA MOTIVACIÓN Y SU IMPLICACIÓN EN EL APRENDIZAJE
o Jerarquía de las necesidades
o La necesidad del logro
o El castigo
o La retroalimentación, sus características y objetivos
ACTUALIZACION
DISCUSIONES
CONCLUSION
BIBLIOGRAFÍA
APÉNDICE
INTRODUCCION
El tema Comunicación, Enseñanza y Aprendizaje de La Palabra de Dios, que nos ocupa en esta
obra, ha sido para mí de mucha bendición por cuanto ha afirmado mis conocimientos acerca de las
Sagradas Escrituras, instándome -entre otras cosas que no dejan de ser más importantes- a
cumplirla totalmente para luego poderla enseñar. Este también es el resultado que tú como
Educador, habrás de alcanza al terminar de leerlo.
Este libro presenta cómo prepararnos para enseñar La Palabra de Dios, y su importancia no solo de
aprenderla sino de aplicarla en nuestras vidas, para que sobre todo, con nuestros testimonios
enseñemos a los aprendices.
Nos explica porqué La Biblia es básica para la educación cristiana. Leemos en la Biblia el
mandamiento de enseñar a nuestros hijos La Palabra de Dios; Proverbios 22:6 nos exhorta diciendo
“Instruye al niño en sus caminos, y aún cuando fuere viejo no se apartará de El”1. También, a
criarlos en la verdad de Jesucristo como afirma Efesios 6:4 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira
a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” 1.
Es la misma Palabra poderosa la que opera esta obediencia en nosotros; así que, como educadores,
debemos pedir constantemente la dirección del Espíritu Santo a fin de ayudarles a desarrollarse y
crecer de manera que sean capaces de vivir en el mundo como amigos y siervos fieles a Dios,
responsables en Cristo Jesús, vivir en obediencia a su voluntad y darle siempre la gloria a Él.
El objetivo general de esta obra es enseñar los fundamentos de la Educación Bíblica Cristiana para
poner en marcha un programa de educación eficaz en las iglesias de Cristo.
También quisiera describir algunos objetivos específicos, como:
Tener claridad sobre la esencia de la enseñanza bíblica cristiana.
Identificar los fines de la enseñanza bíblica cristiana.
Reconocer los factores que influyen en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Poner en marcha un programa de educación bíblica cristiana eficaz en las iglesias de Cristo.
Instruir al educador cristiano acerca de cuál debe ser su perfil como tal.
DESCRIPCIÓN
Desde el Antiguo Testamento vemos la necesidad de la enseñanza de La Palabra, pues nos
encontramos con pasajes que muestran las consecuencias negativas y catastróficas que se tienen
por la falta del conocimiento de La Palabra de Dios; por ejemplo Jeremías 10:14 indica “toda
persona se embrutece por falta de conocimiento”1, luego, al aumentar la ignorancia de La Palabra
de Dios el pueblo “es destruido porque carece de conocimiento” Os. 4:6. En un versículo paralelo
en el libro de Isaías se muestra un problema mayor, “la falta de entendimiento” 1; es decir, que a
pesar de haber enseñanza de la Palabra, el pueblo no era capaz de entenderla. Isaías 5:131.
Lamentablemente existen razones por las que parte del pueblo de Dios es engañado, porque hay
ministros que lejos de transmitir una prédica sobre la base de La Biblia, lo hacen sobre la base de
humanismo, filosofías, paganismo, doctrinas de hombres, diversas y extrañas doctrinas, incluso
algunas de las cuales son doctrinas de demonios.
Por tal razón es necesario contar con herramientas y métodos bíblicos, por medio de los cuales
trasladar el mensaje de La Palabra de Dios, y es en ello donde este documento será de ayuda al
Cuerpo de Cristo.
Pero La Palabra dice que “Dios no puede ser burlado” (Gálatas 6:7) y hoy en día mundialmente
vemos cómo su Palabra se está cumpliendo en el sentido de que se está difundiendo a través de la
alta tecnología, cumpliéndose así la afirmación de nuestro Señor Jesucristo, quien dijo en Mateo
24:14 “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las
naciones; y entonces, vendrá el fin” 1. Este libro es, pues, un aporte para que, obedeciendo la
visión de Dios, se cumpla su palabra a través de mi vida.
Esta obra consta de siete capítulos y cada uno de ellos te será de utilidad para que puedas cumplir
con el mandamiento de la Gran Comisión, propósito de Dios en tu vida.
Es necesario, para una mejor comprensión, que verifiques los versículos citados. Y cuando leas
cualquier tema con versículos escudríñalos; esto te ayudará a irte familiarizando con ellos y los
recordarás en un momento determinado, cuando tengas que amparar con ese mismo versículo,
algún estudio que estés elaborando.
ANÁLISIS GENERAL
La Auténtica Communicación De La Palabra De Dios
La comunicación es el plan de Dios
Hemos visto la sabiduría que Dios ha dado al ser humano, para descubrir los avances de la
tecnología de información y comunicación, los cuales están revolucionando todas las esferas de
pensamiento y actividad humana. Lo confirmamos con los fenómenos tecnológicos de nuestro
tiempo como la tecnología telefónica y celular, el mundo del software y hardware, la tecnología
satelital, entre otros.
La iglesia cristiana ha despertado a la necesidad de integrar la comunicación social en su acción
evangelizadora. Una muestra de ello es el creciente interés por parte de sus líderes pastorales a
crear organizaciones para atender este importante campo, los avances de sus medios de
comunicación en la radio, los audiovisuales, el mundo de la informática y otros. Sin embargo, si
vemos el grado de corrupción del mundo de hoy, todavía queda mucho qué hacer.
Pero lamentablemente, existe todavía un déficit cultural en nuestra Iglesia en el mundo cambiante
de hoy, ya que aún ésta no ha logrado asumir, en toda su dimensión, estas obras que Dios ha
creado y que el ser humano ha descubierto. Esto se refleja en actitudes como la desconfianza,
miedo, falta de convencimiento y también en la falta de capacitación en el empleo de estos medios
para la obra evangelizadora. Ya no se diga en la adquisición de los equipos y programas. Por ello se
hace necesario el esfuerzo de los líderes cristianos, no sólo hacia una mayor conciencia de la
importancia de la comunicación social en la Iglesia, sino una campaña sostenida de alfabetización
tecnológica en la misma, que no consiste sólo en adquirir y aprender a usar el hardware
(instrumentos o aparatos), sino también en adiestrarse sobre la gran variedad de software
(programas) existentes y sobre todo, capacitar sobre cómo enseñar Las Sagradas Escrituras.
Es importante, por tanto, comprender que la comunicación social en la evangelización, es parte del
plan de Dios y de su proyecto de salvación. Dios mismo se constituye en fuente y modelo de toda
comunicación. Tal es la entrega de su Hijo Unigénito Jesucristo-. Esta gran prueba de amor, la
revelación y la alianza con el Espíritu Santo son los tres pilares fundamentales del modelo de
comunicación de la Iglesia.
Este modelo lo vemos presente desde el acto creador del Padre, expresado en Génesis capítulo 1;
llega a su culminación con la encarnación del Hijo de Dios, el amor de Dios hacia la humanidad y de
éste hacia su creador; y continúa en la acción evangelizadora de la Iglesia.
Nos enseña y nos llama a entregarnos sin pensar en nosotros sino en el otro. 1 Corintios 10:24
“Ninguno busque su propio bien, sino el del otro”. A amar y perdonar a los que nos hacen daño.
Lucas 6:27 “Pero a vosotros los que oís, os digo: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que
os aborrecen”. Mateo 6:14 y 15 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará
también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Todo esto se encierra en la Regla de Oro
ordenada por el mismo Jesucristo, en Mateo 7:12 “Así que, todas las cosas que queráis que los
hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque eso es la ley y los
profetas” 1.
Tercero, Dios comunica a la humanidad su deseo de otorgarle poder y fuerza vivificadora para
prolongar su salvación al hombre hasta el final de los tiempos, a través del bautismo del Espíritu
Santo. Joel 2:28 “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán
vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán
visiones”. Hechos 1.8 “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y
me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” 1. ¿Ya
recibiste el bautismo del Espíritu Santo? ¿Has sido testigo de lo que ha hecho Jesucristo en ti? No
es necesario que vayas a otros países, empieza por testificarle a los que te rodean; si no tienes
compasión por los que están cerca de ti, no puedes demostrar interés por los que están lejos y ni
conoces.
Él envía a su iglesia con este poder a proclamar su Palabra, a sanar enfermos y liberar a los
cautivos. Lucas 9:1 y 2 “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre
todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a
los enfermos”. ¿Eres tú discípulo de Jesús? Entonces, ya recibiste ese poder y esa autoridad;
adelante, ve y actúa! Pero ¿Sabes?, no sólo los discípulos pueden ejercer este ministerio, recuerda
lo que dijo Jesús en Marcos 16:15 “Y estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre
echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren
cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” 1. ¿Quiénes
dice el Señor que harán todo esto? Los que creen; ¿tú crees que el nombre de Jesús es capaz de
obrar a través de tus manos y que tiene el poder para hacerlo? ¡Procede, entonces!
Hay otra cosa que debemos tomar en cuenta: el Espíritu Santo, es el que dota a su pueblo con sus
dones: 1 Corintios 12: 7-11 “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para
provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia
según el mismo Espíritu; a otro, fe, por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el
mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a
otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él quiere”. ¿Para qué dice que el Espíritu nos da los
dones? Para provecho de los demás. Y qué sucede si no los usamos para provecho? Dios nos
pedirá cuentas. Mateo 25:19 “Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y
arregló cuentas con ellos”. Y qué hizo al que no cultivó el talento? Mateo 25:28 “Quitadle, pues, el
talento, y dadlo al que tiene diez talentos. ¿Por qué debemos persistir en cultivar los dones? 1
Timoteo 4:14-16 “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu
aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en
ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” 1. Para nuestra salvación y
la de los demás.
El Espíritu Santo nos provee de talentos, y, sobre todo, dispone al creyente para ser instrumento de
Dios para su obra salvadora, según los dones que haya recibido. Así que si ya has recibido el don
para servir al Señor, empieza a actuar, si no, pídeselo en oración y Él te lo dará porque su
propósito es usarte para hacer sus obras y sea Dios glorificado. Pero no olvides, todo es en el
nombre poderoso de Jesús, no en nuestras fuerzas o habilidades. Recuerda lo que dice 1 Pedro
4:10 y 11 “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de
Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios
glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén” 1. Ves, dice según el don que ha recibido, y ¿Quién debe ser glorificado? Únicamente Dios,
no nosotros, porque todo lo hacemos con su poder, y por su misericordia nos usa.
El Espíritu Santo es, por tanto, el protagonista y animador de la tarea misionera de la Iglesia. Así
que al servir, debemos antes invocar con perseverancia su presencia e iluminación, convirtiéndolo
en nuestra principal fuente de inspiración y poder. 1 Tesalonicenses 1:5 “Pues nuestro evangelio no
llegó a nosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo…” Romanos
8:14 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” 1.
El Pastor José M. Martínez2 publica en el boletín Pensamiento Cristiano, una serie de respuesta a
inquietudes que él mismo se plantea, las cuales serán de mucha ayuda en este caminar.
El Espíritu Santo podría usar directamente La Biblia para la conversión de los hombres y la
edificación de la Iglesia, y a veces así lo hace excepcionalmente. Pero por regla general se vale de
medios humanos, entre los cuales el predicador y educador ocupa lugar especial.
¿Es posible hallar una persona idónea para comunicar el mensaje divino?
Ante la excelencia de La Palabra y la magnificencia aún mayor del Dios que la ha dado, cualquier
capacidad humana es ineptitud. ¿Quién puede considerarse apto para lograr que a través de sus
palabras los hombres oigan la voz viva de Dios mismo? Que esto suceda es un misterio y un
milagro atribuible a la gracia divina, no a mérito alguno del predicador. (Efesios 2: 8-9) “Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe”1.
Sin embargo, es imprescindible un mínimo de idoneidad por parte de quien comunica a otros La
Palabra divina. La predicación no es una simple exposición de la verdad contenida en las Sagradas
Escrituras. Tal tipo de exposición puede hacerla incluso una persona no creyente o desobediente a
Dios. Los mensajes proféticos de Balaam fueron irreprochables en cuanto a su contenido (Números.
23-24). Caifás estuvo atinadísimo cuando hizo su afirmación sobre la conveniencia de que un
hombre muriera por el pueblo (Juan. 11:50-5) “…ni penséis que nos conviene que un hombre
muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como
era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación…”. Aun los
demonios anunciaban una gran verdad cuando daban testimonio del Santo de Dios (Marcos. 1:24)
“… ¿qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el
Santo de Dios”; Y la adivina dijo otra gran verdad en Hechos 16:17-18 “Esta, diciendo a Pablo y a
nosotros, daba voces, diciendo: estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el
camino de salvación” 1. Pero ninguno de estos predicadores mereció la aprobación de Dios.
El verdadero predicador, sean cuales sean sus defectos y limitaciones, ha de estar identificado con
el mensaje que comunica. Debe reverenciar y amar a Dios, respetar y aceptar su Palabra. Ha de
haber tenido una experiencia genuina de conversión y dedicación a Cristo en respuesta a su
llamamiento. Tiene que ajustar su vida -aunque no llegue a la perfección absoluta- a las normas
morales del Evangelio, ha de amar sinceramente a los hombres. Ha de reflejar la imagen y el
espíritu de su Señor.
Debe quedar muy claro que somos llamados a predicar a Cristo, no a nosotros mismos, (2
Corintios. 4:5; C de R) “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como
Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús”. La Palabra, no nuestras
experiencias, debe constituir la esencia del sermón. Las experiencias del predicador, usadas
moderadamente y con cordura, pueden ser ilustraciones útiles, pero nunca deben ocupar lugar
preponderante.
Y a pesar de esto, la experiencia del mensajero de Cristo es de importancia decisiva. Sólo quien ha
gustado lo delicioso del pan de vida puede ofrecerlo a otros con efectividad. Únicamente quien ha
tenido vivencias auténticas de la energía transformadora del Evangelio puede afirmar sin
vacilaciones que “es poder de Dios para dar salvación a todo aquel que cree” y esperar que sus
oyentes tomen sus palabras en serio. Pero no es el testimonio oral que sobre sus experiencias
puede dar el predicador desde el púlpito lo que más vale, sino lo que de ellas se trasluzca a través
de su vida.
¿Se puede predicar sobre puntos que el predicador no aplica en su propia vida?
Omitir esos puntos sería cercenar La Palabra de Dios. Exponerlos, puede dar lugar a la hipocresía,
falta intolerable en el mensajero del Señor. No es moralmente posible exhortar a los oyentes a una
vida de oración si el predicador apenas ora en privado; o a la generosidad, si él es atenazado por el
egoísmo; o al esfuerzo de una dedicación plena a Cristo, si él no da ejemplo de ello.
Ante tal inconsecuencia, el predicador debe buscar toda la ayuda de Dios para conformar su vida a
las enseñanzas de La Palabra. Debiera estar en condiciones de poder decir como Pablo: “Sed
imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios. 11:1). Si es consciente de que no ha
alcanzado tal meta y si ha de predicar sobre un texto que pone al descubierto algún punto débil de
su vida cristiana, no ha de tener inconveniente en reconocerlo públicamente e indicar de algún
modo que él mismo también se incluye entre aquellos a quienes se dirige el mensaje. Esto es
doblemente positivo, pues no sólo libra al predicador de dar una falsa impresión de sí mismo, sino
que, ante la confesión de sus propios defectos, aunque parezca paradójico, la congregación se
sentirá alentada. Los “superhombres” espirituales anonadan. Los hombres de Dios que, como Elías
son “de igual condición que nosotros” 1 (Santiago. 5:17), estimulan a sus hermanos.
Requisitos del predicador y educador cristiano
Juan Antonio Vázquez Corado5 basado en Isaías 50:4-5 “El Señor Dios me ha dado lengua de
discípulo, para que yo sepa sostener con una palabra al fatigado. Mañana tras mañana despierta,
despierta mi oído para escuchar como los discípulos. El Señor Dios me ha abierto el oído; y no fui
desobediente, ni me volví atrás”1, expone que el educador cristiano (predicador, maestro o
evangelista) debe tener presente los siguientes requisitos básicos:
“Mañana tras mañana me despierta”: nos habla de estos aspectos
o Al inicio de cada día nuestro oído debe estar despierto y dispuesto para escuchar
La Palabra de Dios: Como hijos de Dios, durante ese tiempo es fundamental recibir
la enseñanza y el alimento de la leche espiritual no adulterada de La Palabra (1 P.
2:2), para crecer adecuadamente en el evangelio.
Despierta mi oído para escuchar como los discípulos”, las palabras despertar,
escuchar y discípulos se refieren a:
o El Señor despierta nuestros oídos para “escuchar”; o sea, dar atención a lo que se
oye, dar oídos, atender al aviso, consejo o sugerencia. La importancia de esto
radica en que hay personas que no escuchan la enseñanza o el consejo de La
Palabra de Dios, sino que únicamente la oyen, y no la atienden ni la retienen.
La persona que desea enseñar primero debe ser discípulo para aprender, entender
y comprender doctrina. Debe aprender a interpretar La Biblia y no confundir los
pasajes, tiempos, personajes y contextos bíblicos.
Alguien puede saberse de memoria La Biblia, pero no necesariamente sabe
interpretarla. Esto lo vemos en los escribas, quienes sabían de memoria la ley; sin
embargo, no pudieron interpretarla y para reconocer que Jesucristo era el Mesías.
Aprendiz: Persona que aprende algún arte u oficio. Persona que, a efectos
laborales, se halla en el primer grado de una profesión manual, antes de pasar a
oficial
El Señor Dios me ha abierto el oído
En Marcos 7:31-35 encontramos un ejemplo que nos explica porqué es necesario que el
Señor abra nuestros oídos para escuchar como los discípulos, pues muestra que la
consecuencia de abrirle los oídos al sordo y tartamudo, fue que desapareció el
impedimento de su lengua y “hablaba con claridad”.¿Cuanta necesidad tenemos de que el
Señor abra nuestros oídos?
o En primer lugar, para escuchar y comprender el significado de su Palabra.
o Para hablar con claridad, es decir, enseñar con claridad y correctamente, sin
confundir a los que escuchan (2 Timoteo 2:15). Veamos otras traducciones del
verso de Marcos 7:35: Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de
su lengua y hablaba correctamente.La consecuencia de abrir los oídos es la
liberación de la lengua para enseñar correctamente, expeditamente y bien.
No todos tienen la capacidad para enseñar o predicar, esto lo vemos cuado el apóstol Pablo
le da a Timoteo la siguiente recomendación: “Y lo que has oído de mí en la presencia de
muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a
otros”. (2 Ti. 2:2; LBLA).
A pesar de que no todos tienen la capacidad para enseñar, es hermoso saber que nuestro
bendito Dios nos proporciona la esperanza de que por medio de la sangre de su Hijo Jesús
somos hechos aptos para toda buena obra, incluyendo enseñar (Hebreos 13:20-21; RV
1960).
La necesidad de un propósito
No es suficiente que el predicador, al subir al púlpito, tenga algo que decir a sus oyentes. Es
necesario que su sermón tenga un objetivo concreto. Ha de aspirar a unos resultados.
El contenido del mensaje no sólo ha de iluminar la mente y remover los sentimientos; ha de mover
la voluntad. Toda predicación debiera llevar a quienes escuchan a tomar algún tipo de decisión, ya
sea la conversión, la confesión íntima a Dios de un pecado, la renuncia a alguna práctica impropia
de un cristiano, el desechamiento de un temor, una entrega plena a la voluntad de Dios, la
resolución de iniciar la reconciliación con un hermano enemistado, la determinación de empezar las
actividades de cada día dedicando unos minutos a la lectura de La Biblia y la oración, la de
ofrecerse seriamente para algún tipo de servicio cristiano, la de evangelizar con mayor celo, la de
mantener contactos de comunión cristiana con las personas que más la necesitan, entre otros.
Sólo cuando se han producido resultados de esta naturaleza en los oyentes puede decirse que la
semilla de la predicación ha germinado. Por supuesto, la nueva planta debe cuidarse después
mediante la acción pastoral de la iglesia; pero ya puede considerarse un éxito inicial que la semilla
no cayera junto al camino y fuera robada por Satanás; o en pedregales que por no tener raíz en sí,
cuando viene la tribulación tropiezan; o entre espinos, que los engaños de este siglo y el engaño de
las riquezas la ahogan (Marcos 4:13-20; RV 1960).
Es verdad que no en todos los casos la predicación, aunque esté presidida por un propósito
concreto, logra su finalidad. Siempre hay oídos y corazones invulnerables a los dardos más directos
de La Palabra. También es verdad que el Espíritu Santo puede alcanzar fines que el predicador no
se había propuesto. Pero nada de esto justifica que cuando el predicador se embarca en su sermón
no tenga idea del puerto al cual se dirige. Sin una meta precisa para cada mensaje, todo el esmero
en la exégesis, toda la habilidad homilética y todos los recursos de la oratoria serán poco menos
que inútiles. Un sermón no debe ser jamás una mera obra de arte. No ha de llegar a oídos del
auditorio como una bella sinfonía, sino como lo que se espera que sea: voz de Dios que habla a los
hombres y los insta a las decisiones más trascendentales.
El ministerio de la predicación es glorioso, pero entraña una responsabilidad imponente. Es fuente
de gozo, pero también de grandes tensiones. Su práctica eleva y humilla. Más detrás de ese
ministerio está Dios. El es quien dice a cada uno de sus mensajeros: “He aquí he puesto mis
palabras en tu boca” (Jeremías 1:9 RV 1960) y quien infunde aliento para la realización de una
misión tan singular, (Jeremías 1:17).
Del predicador se espera fidelidad y diligencia. Como en el caso de los profetas, su tarea viene
determinada por dos palabras: impresión y expresión. La primera indica la operación del Espíritu y
de La Palabra en el predicador; la segunda, la acción del Espíritu y de La Palabra a través de él. En
la expresión se combinan el elemento divino y el humano, la unción de lo alto y la homilética.
Muchos creen que sus enseñanzas no están tocando a las personas y por eso se sienten
fracasados. Otros por el contrario creen que el tener una iglesia llena es el resultado de que sus
sermones son exitosos. Sin embargo La Biblia es la que nos provee el criterio de lo que es el
fracaso y el éxito. Juan Chacón3, menciona que un predicador, NO ES NECESARIAMENTE
FRACASADO cuando vive las siguientes experiencias:
Cuando algunas personas abandonan su iglesia, (Juan 6:661) “Desde entonces, muchos de
los que habían seguido a Jesús lo dejaron, y ya no andaban con él. Jesús no fracasó y se
fueron de él”.
Cuando son pocos los que se salvan, (2 Pedro 2:5; RV 1960) “Ni tampoco perdonó Dios al
mundo antiguo, sino que mandó el diluvio sobre aquellos hombres malos, y salvó
solamente a Noé, que predicó una vida de rectitud, y a otras siete personas”.
Cuando los problemas aumentan, (2 Corintios 1:8; RV 1960) “Hermanos, queremos que
sepan cuántas dificultades tuvimos en la provincia de Asia. Fue una prueba tan dura que ya
no podíamos resistir más, y hasta perdimos la esperanza de salir con vida”.
Cuando la compensación económica es mínima, (Filipenses 4:11; RV 1960) “No lo digo
porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo”.
Ser cristiano es un encuentro personal con Dios, una relación, una experiencia. Consecuentemente,
enseñar desde el punto de vista cristiano consiste en lograr que la persona tenga una relación
personal con Dios y la mantenga toda su vida.
Para poder tener un encuentro personal con Dios la persona debe tener fe. Parafraseando, la fe le
llega a la persona "como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de
Cristo" (Romanos 10:17). A nosotros nos corresponde enseñar el mensaje de Cristo no sólo para
que la persona se haga cristiana, como acabamos de ver, sino también para que se mantenga
cristiana. A los que ya son cristianos se les pide que vivan "asidos de la palabra de vida" (Fil. 2:16).
En esto, el papel de la enseñanza cristiana es claro: "Que La Palabra de Cristo more en abundancia
en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría."1 (Col. 3:16).
Un problema de muchas iglesias es que muchos de nosotros creemos que enseñar es verbalizar, es
decir que la persona diga en sus propias palabras lo que La Biblia enseña. Luchamos por todos los
medios para alcanzar ese logro. Pero en realidad que la persona sepa en su mente una enseñanza
bíblica y pueda decirla claramente en sus propias palabras no es suficiente. El cristianismo no es
tan sólo una manera de pensar, sino más que eso, una manera de vivir. Mucha gente conoce y
expresa verbalmente muy bien los principios bíblicos, pero no los vive. Jesucristo identificó
claramente ese problema en los fariseos que él tanto reprobó (ver Mateo 23:1-4). Lograr que una
persona conozca La Palabra de Cristo y la exprese con claridad en sus propias palabras es algo muy
grande, pero no es suficiente. La Palabra misma, si se dice creyéndola y declarándola en ella, se
encarnará en ella y vendrá el cambio.
Otro problema es que muchos de nosotros creemos que aunque no es suficiente conseguir que una
persona conozca La Palabra de Dios y la exprese en sus propias palabras, pensamos que la solución
es que además de eso, la persona muestre entusiasmo por lo que ha aprendido. Pero eso tampoco
es suficiente: el cristianismo no es tan solo un estado de ánimo pasajero, es una manera de vivir.
Hay gente que la "pasa muy bien" en su relación con La Palabra de Dios, muestra entusiasmo con
la enseñanza, pero no practica la enseñanza. Conocer y decir con sus propias palabras los
principios bíblicos no es suficiente. Tampoco es suficiente que la persona "se entusiasme" con La
Palabra de Dios.
Sí, es superimportante que la persona conozca La Palabra de Dios, la exprese en sus propias
palabras y se entusiasme con ella. Pero no puede quedarse ahí. Hemos realmente enseñado
cuando la persona cambia su vida y vive una experiencia permanente con Dios, una relación
personal con Dios. Y está claro que eso no lo logramos nosotros, sino el Espíritu Santo. Por eso,
es necesario invocar su ayuda cada vez que vamos a enseñarla.
Entonces, desde el punto de vista cristiano hemos realmente enseñado cuando al enseñar La
Palabra de Dios la persona logra todo esto completamente:
Conoce La Palabra de Dios.
Expresa en sus propias palabras La Palabra de Dios
Se entusiasma con La Palabra de Dios
Logra una experiencia personal con Dios.
Practica La Palabra de Dios.
Lo anterior se puede dar casi simultáneamente, si Dios quiere. Eso pasa en muchos casos en que la
gente llega a rendir sus vidas a Cristo. Pero, como podemos ver en el cuadro anterior, parece darse
generalmente un proceso de enseñanza – aprendizaje. Veamos tal proceso.
El proceso de enseñanza-aprendizaje
Dios hizo al ser humano. Nosotros debemos aprender cómo es que funciona el cuerpo del ser
humano para poder ayudarle cuando está enfermo. Eso es tarea de la medicina.
Si queremos aprender cómo es que el ser humano aprende, eso es tarea de la pedagogía. La
pedagogía nos dice que el aprendizaje es un proceso. Por eso hablamos del proceso de enseñanza
– aprendizaje.
Conocer la palabra de Dios:
Es importante tener claro que todo empieza con este paso. La gente tiene que entrar en
contacto con la palabra de Dios. Romanos 10:14 dice: "Ahora bien, ¿cómo oirán a aquel en
quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no
hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito “¡Qué
hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!"1. Debe haber alguien que
enseñe la palabra de Dios y otro que reciba la enseñanza.
Dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios hay factores que afectan para
bien o para mal ese proceso. La mayoría de educadores están de acuerdo en ubicar esos factores
en el maestro, en el alumno y en el contexto del aprendizaje.
El Maestro
o La personalidad del maestro:
Es un factor clave que el maestro tenga una personalidad cristiana. Empezando
porque debe ser un creyente. Puesto que la enseñanza cristiana consiste en un
encuentro personal con Dios, quien no lo haya experimentado no puede enseñar lo
que a él mismo no le ha ocurrido. Nadie puede enseñar lo que no conoce.
El señor Jesucristo es el modelo del maestro, a Él se le llama "el Divino Maestro".
Su personalidad atrajo multitudes. El carácter de Jesús era "humilde de corazón"
(Mateo 11:29), y al mismo tiempo la gente se admiraba "porque les enseñaba
como quien tenía autoridad, y no como los escribas" (Mateo 7:29). “La gente venía
a escuchar su enseñanza y le traían sus hijos para que orara por ellos”1 (Mateo
19:13).
El Alumno
o La actitud del alumno hacia La Palabra de Dios:
Los primeros discípulos estaban ávidos de la enseñanza de Jesucristo, le decían:
"Señor, enséñanos..." 1 (Lucas 11:1b). El maestro debe tratar de despertar el
interés de los alumnos hacia La Palabra de Dios para que el proceso pueda darse
con efectividad. Es importante que el maestro conozca cuál es la actitud del
alumno hacia La Palabra de Dios y hacia la iglesia donde es enseñado.
El Contexto de Aprendizaje
El contexto de aprendizaje tiene que ver con el lugar y el ambiente donde se imparte la
enseñanza. Es importante que el ambiente sea amistoso, acogedor, agradable, abierto al
diálogo. El lugar debe ser lo más cómodo posible y el número de alumnos manejable.
El progreso y desarrollo de la Iglesia está en la enseñanza de La Palabra de Dios. Por ello la iglesia
tiene la necesidad de transmitir el evangelio y la doctrina de Jesucristo en su pureza bíblica, y ello
requiere que las personas que transmiten La Palabra de Dios tengan su corazón y su vida en ella.
Juan Antonio Vásquez Corado5 aporta las siguientes técnicas y métodos para la enseñanza de La
Palabra:
Técnicas de enseñanza
o - Foro
o - Simposio
o - Mesa redonda
o - Panel
o - Conferencia o exposición oral
o - Discusión de grupo o discusión colectiva
o - Preguntas y respuestas y más
o Enseñaba correctamente
Correcto, es algo que no tiene error o se hace según las reglas establecidas.
Muchas veces se comete el error de no preparar adecuadamente la enseñanza o
prédica que se trasladará al pueblo de Dios, por falta de tiempo o dedicación u
otras razones, dando lugar a errores bíblicos, de interpretación, doctrinales y más.
Enseñar correctamente toma mayor importancia cuando en la congregación hay
creyentes que no saben leer, porque ellos son muy susceptibles a creer todo lo que
se expone desde un púlpito por no tener la capacidad educativa para comprobar
con La Biblia lo que escuchan.
En Mateo 22:16 (RV 1960) se lee que aún los enemigos del Señor comprendían
que Él enseñaba correctamente el camino de Dios. “Y le enviaron a él los discípulos
de ellos, con los Herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de la
verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te curas de nadie,
porque no miras la apariencia de los hombres; la palabra griega utilizada para
traducir verdad es “aletheia” que también significa: correctamente. Por esta razón
los ministros y expositores debemos esforzarnos para trasladar correctamente la
enseñanza, Eclesiastés 12:10 (RVA) “Procuró el predicador hallar palabra
agradables, y escribir rectamente palabras de verdad”.
o Viviendo La Palabra y luego enseñándola
En el libro de los Hechos 1:1 al 2, leemos: “El primer relato que escribí, Teófilo,
trató de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue
recibido arriba, después de que por el Espíritu Santo había dado instrucciones a los
apóstoles que había escogido.” (LBLA)
Debemos aprender del Señor que primero ponía por obra La Palabra y luego la
enseñaba, Jeremías 1:12 (RV 1960) “Y me dijo Jehová: bien has visto; porque yo
apresuro mi palabra para ponerla por obra”. Esta forma de vida era una
herramienta poderosa porque Él no tenía nada de que avergonzarse para predicar,
2 Ti. 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que
no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” 1, y eso le daba
solvencia y poder delante de Dios, Mateo 17:5 (RV 1960) “Mientras Él aún hablaba,
una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: este es mi
Hijo amado, en quien tengo complacencia; a Él oíd”; véase también Marcos. 9:7; y
de las potestades espirituales para enseñar con libertad el Evangelio, Mateo 8:29)
“Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido
acá para atormentarnos antes de tiempo?” 1.
o Bendiciendo
Los versos de Mateo 5:2-3, son el ejemplo de que cuando el Señor Jesús abría su
boca para enseñar, expresaba bendiciones; es decir que, enseñando bendecía. “Y
abriendo su boca les enseñaba, diciendo: bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos” 1, léase también del 3 al 12. El propósito
de la enseñanza es bendecir a los oyentes, es expresar bienaventuranzas, felicidad
y éxito en todos los aspectos de su vida, y no maldecirlos como lo hizo Jacob sobre
Israel, Deuteronomio 27:13 al 26 (LBLA).
o Con Parábolas
El Señor Jesús utilizaba frecuentemente las parábolas para enseñar, por ejemplo
leemos en Marcos 4:2-3 “Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía
en su doctrina: oid: he aquí, el sembrador salió a sembrar…”1.
La palabra “parábolas” se traduce de “parabole” que significa: figura y
comparación; indica colocando una cosa al lado de otra. Se utiliza en varios
sentidos, por ejemplo: Generalmente: Marcos 4:30 “Decía también: ¿A qué
haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos?” 1. He.
11:19 “Pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de
donde, en sentido figurado también le volvió a recibir” 1. En el sentido de imagen,
figura, símbolo, equivalente y tipo. Específicamente: una parábola, es decir, una
historia corta bajo la que algo más es figurado o en que lo ficticio se usa para
representar e ilustrar lo real.
Los ejemplos, figuras, comparaciones, símbolos, equivalentes y tipos, son
herramientas muy valiosas que deben ser utilizadas para la enseñanza de La
Palabra de Dios, ya que permiten al expositor explicar muchas cosas con un solo
ejemplo. Este aspecto es confirmado científicamente porque se ha comprobado
que los niños aprenden más, mejor y más rápido con figuras.
Por ejemplo:
En el Evangelio de Mateo capítulo 13 leemos varias parábolas que el Señor
utilizó para enseñar del Reino de Dios.
En Romanos 5:14, La Biblia indica que Adán es figura de Jesucristo, y por
eso en Adán encontramos características de la vida y la obra de nuestro
Señor Jesucristo.
En Hebreos 9:23 leemos que el Tabernáculo construido por Moisés era
únicamente figura o ejemplo del Tabernáculo que le mostraron en los
cielos.
o Con preguntas
En el Evangelio de Marcos 11:17 leemos cómo el Señor utilizaba las preguntas para
enseñar: “Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi Casa, Casa de oración
será llamada por todas las naciones? Y vosotros la habéis hecho cueva de
ladrones...” 1
Es muy útil plantear preguntas a los oyentes respecto del tema que se expone,
porque permite que ellos se involucren, participen, presten mayor atención, se
interesen en comprender la enseñanza; también es una forma de medir el nivel de
comprensión de la enseñanza que tienen las personas.
o Siendo humilde
En Lucas 4:31 leemos que el Señor descendió a Capernaum, ciudad de Galilea, y
les enseñaba los sábados. Este pasaje nos muestra por lo menos dos puntos
importantes de la enseñanza.
El primero punto está en la frase que dice “el Señor descendió”, porque
nos habla que quien enseña debe ser humilde para tener presente que La
Palabra no es de sí mismo sino del Señor, que la unción no es propia sino
del Espíritu Santo y que la doctrina es aprendida de Dios y/u otros
ministros.
Debemos ser como la boca de Dios, (Jeremías 15:19 RV 1960) “Por tanto,
así dijo Jehová: si te convirtiereis, yo te restauraré, y delante de mí
estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca.
Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos” y en consecuencia la
enseñanza producirá arrepentimiento en los que no viven de acuerdo a lo
que Dios les pide, y también producirá consuelo en los que han estado
sufriendo.
En Juan 7:16 (RV 1960) vemos la humildad del Señor Jesús cuando les respondió a los
judíos diciéndoles: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió”.
o Repitiendo la enseñanza
En Marcos 10:1 leemos “Levantándose de allí, Jesús se fue a la región de Judea y
al otro lado del Jordán; y se reunieron de nuevo las multitudes junto a El, y una
vez más, como acostumbraba, les enseñaba” (LBLA). En la parte final del verso se
indica “y una vez más, como acostumbraba, les enseñaba”. Uno de los aspectos del
que nos habla este pasaje es la “repetición de la enseñanza”.
La Biblia muestra que el Señor Jesucristo repetía las enseñanzas para asegurarse
de que sus discípulos la comprenderían y no la olvidarían (Mateo 17:22; 20:18;
26:2, 24, 45-46).
Es necesaria la repetición de la enseñanza para que sea comprendida y
memorizada por las personas. Esto es un seguro para que los oyentes no sean
engañados por doctrinas extrañas.
Por eso vemos que La Biblia repite en los evangelios cuatro veces la vida de Jesús,
de manera que vemos el interés del Señor para que sus hijos aprendan y
comprendan su Palabra.
También el apóstol Pablo indicaba: “Además, hermanos, alégrense de estar unidos
al Señor. A mí no me molesta repetirles lo que ya les había escrito, y a ustedes les
hace bien que lo repita” (Filipenses 3:1. BLA).
o Estando en la Casa de Dios
En el Evangelio de Juan 8:2 (RV 1960) leemos “Y por la mañana volvió al Templo,
y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba”. La expresión “volvió al
Templo” nos habla de que la persona que enseña o predica La Palabra debe estar
en comunión con Dios en oración, alabanza, adoración, la lectura, estudio o
meditación de La Palabra; porque es en la comunión con Dios que recibirá el
alimento para la congregación, ya sea palabra de consolación, exhortación,
confrontación, etc.
Fue precisamente por la falta de la comunión con el Señor que Saúl terminó
consultando a la pitonisa. Lo que muestra el peligro que se corre cuando no se
tiene comunión con Dios, porque el cristiano puede terminar aprendiendo y
enseñando doctrinas de las tinieblas.
Nuevamente el verso de Juan 7:16; RV 1960) en donde el Señor Jesús expresa:
“Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.” Es un ejemplo de comunión
con el Padre, porque enseñaba lo que había escuchado de Él, como está escrito
“Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es
verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo”. (Juan 8:26 RV 1960).
o Con libertad
Las personas con el privilegio de transmitir la enseñanza o prédica debemos ser
perfeccionados en ello. De ahí que muchas veces, dependiendo de las culturas,
congregaciones y caracteres, se tengan moldes, limitaciones o ataduras para
transmitir La Palabra de Dios.
Hay congregaciones en donde se considera correcto tener una actitud muy serie al
transmitir la enseñanza o prédica; sin embargo, La Biblia nos muestra que
debemos tener libertad y ser libres al exponer La Palabra de Dios, mayormente
cuando sabemos que “El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí
hay libertad” 1 (2 Corintios 3:17).
Métodos de enseñanza
Un método es un conjunto de procedimientos para lograr un fin; es el camino para llegar a
un fin determinado; es el conjunto de momentos y técnicas lógicamente coordinados para
dirigir el aprendizaje del alumno. Los métodos de enseñanza se enfocan en lograr el
aprendizaje en el alumno y se pueden clasificar por:
o En la forma de razonamiento
Método Deductivo: Cuando el asunto estudiado procede de lo general a
lo particular. El maestro presenta conceptos o principios, definiciones o
afirmaciones, de las cuales van siendo extraídas conclusiones y
consecuencias, o se examinan casos particulares sobre la base de las
afirmaciones generales presentadas. La técnica expositiva sigue,
generalmente, el camino de la deducción, porque casi siempre es el
profesor quien va presentando las conclusiones.
Método Inductivo: Cuando el asunto estudiado se presenta por medio
de casos particulares, sugiriéndose que se descubra el principio general. La
técnica del redescubrimiento se inspira en la inducción. La aceptación de
este método estriba en partir de la conclusión final y ofrecer al alumno los
elementos que originan las generalizaciones y se lo lleva a inducir; con la
participación de los alumnos es evidente que es un método activo por
excelencia.
Método analógico o comparativo: Consiste en establecer
comparaciones para luego deducir conclusiones por semejanza. Por
ejemplo, la biografía de grandes hombres puede inculcar actitudes e
ideales de vida mediante la analogía.
o En la coordinación de la materia
Método Lógico: presenta los elementos desde el origen hasta la
actualidad, en orden de antecedente y consecuente, obedeciendo a una
estructuración de hechos que va desde lo menos a lo más complejo. Este
método es aplicado en adultos.
Método psicológico: sigue un orden de acuerdo a los intereses,
necesidades y experiencias del alumno. Este método responde a la edad
evolutiva del alumno, se ciñe más a la motivación del momento que a un
esquema rígido previamente establecido. Todo indica que es más natural
presentar los temas de estudio a partir de lo psicológico hasta alcanzar lo
lógico.
o En la concretización de la enseñanza
Método Simbólico o verbalístico: en este método, el lenguaje oral y
escrito adquieren importancia decisiva, pues son los únicos medios de
realización de la clase. Un exclusivo procedimiento verbalístico no es
recomendable, porque termina por cansar y luego desinteresar a los
alumnos debido al esfuerzo que comporta tratar de reproducir con la
imaginación lo que el profesor va diciendo.
Método Intuitivo: consiste en llevar la clase a cabo teniendo a vista las
cosas tratadas o sus sustitutos inmediatos. Este método trata de enseñar a
través de la experiencia directa, aunque es casi siempre difícil, ya que a
veces no se tienen todos los recursos a disposición. Los elementos
intuitivos pueden ser utilizados a través de: material didáctico,
experiencias, trabajos en oficinas, visitas, excursiones, proyecciones,
cuadros, etc.
o En la sistematización
Método Rígido: no permite flexibilidad, no dan oportunidad de
espontaneidad. Esta rigidez, además, es consecuencia de los programas, y
de la actitud del maestro en dar toda la información, sin antes evaluar si es
pertinente o no.
Método Semirígido: permite cierta flexibilidad, se adapta las condiciones
reales. Cuando el esquema del tema lo permita, se puede adaptar al medio
social que nos rodea.
Método ocasional: aprovecha la motivación del momento, como también
los acontecimientos importantes del medio. Son aceptadas las sugerencias
de los alumnos y las ocurrencias del profesor en el momento presente, son
las que orientan los temas de las clases. A veces es necesario utilizarlo, ya
que es preferible, muchas veces, abordar un asunto no programado, traído
a colación por los alumnos a insistir en el desarrollo del tema planeado.
o En la aceptación de lo enseñado
Dogmático: Impone al alumno observar sin discusión lo que el profesor
enseña, en la suposición de que eso es la verdad. La mejor forma de
concretización se lleva a cabo a través de la exposición tradicional, en la
cual no existe preocupación por la búsqueda de la verdad, ni tampoco por
el razonamiento y la reflexión, la única meta es la transmisión de un
conocimiento.
Heurístico: Incita a los alumnos a comprender antes de fijar, con
justificaciones o fundamentaciones lógicas y teóricas presentadas por el
profesor e investigadas por el alumno, a quien se le cede el derecho de
discordar o de exigir los fundamentos indispensables para que el asunto
sea aceptado como verdadero.
Recordemos que el método de enseñanza es quien da sentido de unidad a todos los pasos de la
enseñanza y del aprendizaje. Los métodos se aplican mediante técnicas coordinadas lógicamente,
llamadas técnicas de enseñanza-aprendizaje, que nos ayudan a concretizar un momento de la
lección; por eso representa la manera de hacer efectivo un propósito bien definido de la enseñanza.
Un método de enseñanza necesita echar mano de una serie de técnicas, por lo que se puede decir
que el método se hace efectivo a través de las técnicas, aunque casi todas las técnicas pueden
asumir, en un momento dado, el aspecto de un método en función de la extensión que tengan. Así
también, de acuerdo a la amplitud de la aplicación de un método, puede ejercer la función de
técnica.
Algunas características de la verdadera doctrina
o Es conforme a la piedad
1 Timoteo 6:3-4 “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas
palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de
palabras, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de
entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de
ganancia; apártate de los tales” 1.
o Es sana
Tito 2:1 “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” 1.
o Es pura
Tito 2:7-8 “…preséntate tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la
enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo
que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de vosotros” 1.
Cuando no se sigue o no se tiene una base doctrinal sana se corre el peligro de dar
lugar a espíritus engañadores, doctrinas de demonios y vientos de doctrinas que
conducen a la perdición; léase también Efesios 4:14.
Se basa en La Biblia
La base de toda enseñanza o predicación debe ser La Biblia y únicamente La Biblia, porque
está escrito: ”Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado
para toda buena obra” 1. (2 Timoteo 3:16-17); por eso es lamentable que en los púlpitos
se cambié La Biblia por humanismo, doctrinas de hombres, paganas, etc.
No es correcto fundamentar las enseñanzas o prédica en experiencias personales,
alabanzas, sueños, etc., porque La Biblia contiene el mensaje que Dios quiere trasladar a
su pueblo, porque “Todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se
escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos
esperanza” 1, (Romanos 15:4).
Constantemente vemos en La Biblia que la predicación y la enseñanza que provienen del
Señor tienen su cimiento en La Biblia (Hechos 13:49; 15:35; 16:32; 19:10; 1 Pedro 1:25)
Debe ser con doctrina
La Biblia dice: “el que enseña, en doctrina”, mostrándonos que toda enseñanza debe
coincidir con lo escrito en La Biblia y concordar con la doctrina expuesta por los apóstoles”;
es decir que, el ministro o maestro no debe trasladar enseñanzas que contradigan el
contexto bíblico y lo expuesto por su autoridad, por muy inspirador o hermoso que se
escuche, (1 Timoteo 6:3-4), porque se da lugar a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios, 1 Timoteo 4:1 “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios…”1.
Debe ser para enseñar
La Biblia en Romanos 12:6-8 traduce “el que enseña, úselo en la enseñanza” 1; es decir
que las personas con el conocimiento de La Palabra de Dios, no deben utilizarlo para
engrandecerse a sí mismo, ni hacer sentir mal a los que escuchan y no saben, ni rivalizar
con otras personas para ver quien sabe más; sino que se debe enseñar para que el Pueblo
de Dios sea edificado y conozca más al Señor y su Palabra.
Las personas pueden enseñar con doctrina, discurso ordenado, didáctica y más, pero si
carecen el don de enseñanza, no se obtendrán los resultados que Dios desea, porque la
enseñanza será solamente un traslado de conocimiento; sin embargo, si al enseñar
tenemos doctrina, discurso ordenado, didáctica y el don de enseñanza, entonces sí estamos
siendo vasos útiles en las manos de Dios y estamos educando, por La Palabra, la nueva
vida de los que oyentes y esa enseñanza influenciará permanentemente su conducta, para
transformarlos cada vez más a la imagen de nuestro Señor Jesucristo.
En el libro de los Hechos 18:24-26 leemos: “Llegó entonces a Efeso un judío que se
llamaba Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en Las Escrituras. Este
había sido instruido en el camino del Señor, y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y
enseñaba diligentemente lo concerniente a Señor, aunque solamente conocía el bautismo
de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando lo oyeron Priscila y
Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios” 1. En este
caso vemos el ejemplo del cristiano que enseña sin tener el don de enseñanza. Apolos es el
ejemplo del cristiano que tiene doctrina, discurso ordenado, didáctica, etc., pero no tiene el
don de enseñanza porque no tenía el bautismo con el Espíritu Santo, pero Priscila y Aquila,
representan a los cristianos que tienen doctrina, discurso ordenado, didáctica y el don de
enseñanza, y por ello le enseñan el camino de Dios con mayor exactitud.
Debe ser explicada y aclarada
Quien enseña debe dedicarse a explicar y darle el sentido bíblico de lo que significa el
pasaje que expone. Esta necesidad se hace más evidente cuando se enseña a diferentes
grupos de personas, porque no se puede enseñar de la misma forma a niños que a
jóvenes, adultos o ancianos, y aún es diferente enseñarle a los mismos grupos de personas
de diferentes culturas.
A los niños hay que enseñarles con juegos, dibujos, juguetes, etc., a los adolescentes se
les debe enseñar de manera que la exposición les sea atractiva y que los rete a entregar su
juventud al Señor. Los adultos por su experiencia en la vida y su madurez, no tienen las
mismas necesidades que los jóvenes, y la forma de enseñar a los ancianos es diferente
porque tienen necesidades diferentes.
En Lucas 24 leemos cómo el Señor Jesús les abrió el entendimiento a sus discípulos para
que comprendieran las Escrituras (Lucas. 24:44 al 45).
Debe ser constante
En Nehemías 8:18 se lee que Esdras leía día tras día el libro de La Ley de Dios. Esto indica
que la enseñanza debe ser un proceso constante en las congregaciones; un fácil ejemplo lo
vemos en las escuelas, donde el alumno debe asistir diariamente, cierta cantidad de horas
para ser enseñado. Por esta razón hay Iglesias donde existe el departamento de
Discipulado, que enseña y delega a personas para transmitir la enseñanza en los hogares.
No poner cargas sobre los oyentes
En los versos nueve al doce se lee que Nehemías, Esdras y los levitas que enseñaban
decían a todo el pueblo: “no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba
oyendo las palabras de la ley. Y les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad
porciones a los que no tienen aparejado; porque día santo es a nuestro Señor; y no os
entristezcáis, porque el gozo del Señor es vuestra fortaleza”1. Esto muestra que la persona
que enseña no debe poner cargas sobre el pueblo.
Leemos en Lucas 11:45 al 46: “Y respondiendo uno de los doctores de la ley, le dice:
Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas á nosotros. Y él dijo: ¡Ay de vosotros
también, doctores de la ley! Que cargáis á los hombres con cargas que no pueden llevar;
mas vosotros ni aun con un dedo tocáis las cargas” 1, en donde el Señor confrontó a los
escribas porque con la interpretación y enseñanza que daban, ponían cargas sobre el
pueblo que ellos no se atrevían a mover con un dedo.
La invocación a Dios
En Nehemías 9:4, leemos que los levitas: “Se levantaron luego sobre la grada de los
levitas, Jesúa y Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz
alta al Señor su Dio” 1. Esto nos muestra la necesidad de depender de Dios para obtener el
alimento celestial, al estudiar La Palabra. La dependencia de Dios es una garantía para el
expositor y los oyentes, porque hará que el expositor busque, clame y llore delante de Dios
para pedir el alimento espiritual. Un ejemplo de esto lo vemos en Éxodo 16:15 “Y viéndolo
los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? Porque no sabían qué era.
Entonces Moisés les dijo: es el pan que Jehová os da para comer” 1, porque los israelitas
debían salir diariamente a recoger su alimento, el mana, figura de la Palabra de Dios.
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad…”1 (2 Timoteo 2:15). Para que la enseñanza sea
efectiva, es necesario que quien la imparte, ya sea escrita o verbalmente, sea una persona idónea y
apta para enseñar, recordando que aunque estamos en una etapa de formación, la sangre de
Jesucristo ya nos hizo aptos para toda buena obra. Juan Chacón3 colabora con aspectos
importantes al respecto.
Propósito de la enseñanzat
La enseñanza tiene el propósito de instruir y formar; por eso el orden y la preparación de
un tema es de suma importancia. Veamos algunos aspectos básicos.
o El texto Base
La palabra texto se traduce del latín “Textus” que significa tejido, esto denota un
orden lógico de palabras para trasladar una idea, pensamiento o un discurso. En la
enseñanza, el texto es la base para su arreglo y desarrollo. De lo anterior podemos
definir el texto como el pasaje de las escrituras, sea breve o extenso del cual el
enseñador deriva su material a estudiar para formar un tema.
INTRODUCCION
DESARROLLO
i.- EL SEÑOR DEBE DE ESTAR EN NUESTRA BARCA. (Lucas 5:2)
CONCLUSIONES:
La Introducción
Es de vital importancia que el tema a desarrollar tenga una introducción,
en la cual se debe de presentar un panorama global y resumido del tema
en sí y con el propósito de despertar el interés por lo que se va a exponer
verbalmente y escrito. La introducción no debe de ser muy extensa, pues
para eso tenemos el desarrollo para hacer énfasis en lo que tenemos que
trasladar.
El desarrollo
Es la explicación del tema en sí y consta de subtítulos, incisos, o divisiones
etc.
El propósito
Se llama así el fin que se desea alcanzar con la enseñanza. Puede
escribirse o solamente meditarse.
La conclusión
Esta es una breve recopilación de los puntos presentados, y tiene como
objetivo que el discípulo reaccione en una actitud de meditación positiva al
terminar de escuchar o leer el tema.
La exposición verbal
Amos 7:15 “Y Jehová me tomó de detrás del ganado y me dijo: "Ve y
profetiza a mi pueblo Israel"1. La enseñanza a diferencia de la predicación,
debe de llevar un orden específico; en el cual debemos ordenar nuestro
material y nuestro tiempo, acorde a los puntos que debemos trasladar, por
ejemplo si nuestro tema trata de diez puntos debemos de dividirlos por el
tiempo que tenemos para disertar. En el caso que la disertación dure
sesenta minutos nos permitiría tener seis minutos por cada punto,
incluyendo la introducción y la conclusión.
Terminar la enseñanza
Debemos de ser cuidadosos de no gastar nuestro tiempo en un solo punto
porque nos desviamos del fin que perseguimos que es enseñar. En la
enseñanza de La Palabra de Dios, se deben de hacer trazos para
terminarla, porque si no, puede convertirse en una predicación. Debemos
de tomar en cuenta, que en algunos tipos de enseñanza, es válido poner
ejemplos cortos de la vida diaria; para hacer reflexionar al oyente y para
evitar la monotonía. No debemos hacer parecer la enseñanza bíblica como
una cátedra informativa sino formativa.
Id y haced discípulos
Esta es la parte complementaria de la gran comisión. Algunos anhelan
enseñar a multitudes y eso es un buen deseo, pero una forma de
enseñarles a multitudes es cuando formamos discípulos, un ejemplo de eso
lo vemos en el señor Jesucristo; el formó doce discípulos y hoy día el
evangelio lo ha oído casi todo el mundo.
Por eso es una insensatez menospreciar la cantidad de discípulos que te
escuchan y debes prepararte bien para dar una buena enseñanza porque a
través de ellos, aunque sean pocos, les estas enseñando a multitudes.
o Tipos de mensajes
Existen diferentes tipos de mensajes y debemos conocer las diferencias entre ellos,
para no mezclarlos indiscriminadamente y confundir a los oyentes.
Discurso devocional
Este es un mensaje corto, sencillo que apela a los sentimientos más
profundos de los oyentes, requiere que el predicador tenga elevación
espiritual al entregarlo o no tendrá el efecto positivo esperado. El mensaje
devocional incluye una porción bíblica pero no entra en el estudio intensivo
de la misma. Este tiende a ser un tanto informal y su aplicación es directa
a la vida de los oyentes, incluye anécdotas, testimonios historias de la vida
real, biografías etc. Tiene como propósito estimular a los creyentes a vivir
la vida cristiana más dedicadamente; aviva su fe, los mueve a la adoración,
los fortalece ante la tentación, aumenta el celo para servir al señor, etc.
Discurso evangelístico
Este es dirigido a las personas inconversas y trata de la exposición de las
verdades elementales del evangelio de cristo, con el propósito que el
oyente se de cuenta de su pecado y puede buscar el perdón. Este debe de
ser sencillo porque el oyente no está acostumbrado a escuchar mensajes
complicados. Pueden narrarse historias bíblicas o de la vida práctica, que
demuestren y convenzan de la verdad presentada. Al hablar de: “Por
cuanto todos pecaron”, se podrá presentar una estadística del crimen,
cuantos presos hay en el país y la degeneración que vive el hombre, que
no conoce a Dios. Datos específicos darán fuerza a ese tipo de mensaje.
Discurso doctrinal
Enseña principios básicos de las escrituras para que los oyentes sepan lo
que deben creer y porqué lo deben creer. Pablo a través de La Biblia
enseño doctrina: sobre el pecado, el juicio, la ley, la justificación, la vida
del espíritu, salvación por gracia, el hogar ideal, la reconciliación, etc.
o Hablar en público
1 Corintios 2:6-7 “Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado
madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo que
perecen. Más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual
Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria” 1. Cuando hablamos con
los que ya entienden mejor el mensaje de Dios, hablamos con sabiduría. Pero no
empleamos la sabiduría humana como la emplean la gente y los gobernantes de
este mundo. El poder que ellos tienen está condenado a desaparecer.
Nosotros enseñamos el mensaje con palabras inteligentes que vienen de Dios.
Exponer un tema, no se limita a tomar la palabra y "soltar" un discurso; sino,
consiste en establecer una comunicación efectiva con los oyentes, en la que
seamos capaces de transmitir un mensaje edificante.
Exponer un tema, es una oportunidad que debemos aprovechar ya que se nos está
dando el privilegio de sembrar la semilla de La Palabra en el corazón de los
oyentes. Por esa razón, las exposiciones verbales hay que prepararlas a conciencia,
lo que implica no limitarse a elaborar un tema escrito, sino hay que ensayar el
orden en que se va a exponer.
La manera en que se expongan y transmitan las ideas juega un
papel fundamental
El expositor tiene que conseguir que los oyentes se interesen por
lo que les va a decir y esto exige tener algunas nociones sobre
técnicas de la comunicación.
Una cosa es conocer una materia y otra muy distinta es saber
hablar de la misma. Al exponer de una manera atractiva se
consigue captar la atención de los oyentes para no aburrirlos; es
necesario aportar cosas interesantes, sugerentes, convincentes,
etc.
Cuando se va a hablar sobre un tema hay que dominarlo. En el
momento en el que tome la palabra deberá tener un conocimiento
sobre el mismo muy superior del que tiene el público.
Uno debe evitar hablar sobre un tema que apenas domine ya que
correría el riesgo de no edificar a nadie. Para no fallar en lo
anterior, se sugiere estudiar el tema en detalle, antes de exponer.
Cuando se habla en público hay que hacer un esfuerzo por hablar más
alto, pero sin gritos estridentes y atropelladores que dañan el tímpano de
los oyentes y causan molestias.
Hay que conseguir que la voz llegue con claridad a toda la sala. Un
fallo que se suele cometer es empezar las frases con un volumen
elevado e ir disminuyéndolo a medida que se avanza, de modo que
el final de la frase parece como si careciese de importancia. En los
ensayos hay que vigilar este problema y tratar de corregirlo.
También es muy frecuente hablar demasiado rápido, tendencia
que se intensifica cuando se habla en público (debido a los
nervios). Dificulta la comprensión y proyecta una imagen de
nerviosismo. En los ensayos hay que vigilar este aspecto. Hablar
muy lento hace que el discurso se vuelva tedioso y aburrido. El
tener un equilibrio entre hablar rápido y lento facilita la
comprensión, proyecta una imagen de seguridad y ayuda a calmar
los nervios.
-Cuando la audiencia es medianamente numerosa (más de 50
personas) es conveniente utilizar micrófono, lo que exige una
cierta práctica: El micrófono hay que mantenerlo siempre a la
misma distancia de la boca (si se acerca y se aleja, el volumen
presentará oscilaciones).
Si uno habla bajo no debe recurrir a elevar el volumen del
micrófono, sino que tendrá que esforzarse en hablar más alto. Una
regla de oro cuando se habla en público es la naturalidad: El
público agradece la naturalidad y aborrece la afectación. Si uno
tiene acento no tiene por qué ocultarlo (espontaneidad), pero
tampoco exagerarlo (dificultaría la comprensión).
o El lenguaje
1 Corintios 14:19 LBLA “Pero en la iglesia prefiero decir cinco palabras que se
entiendan, para enseñar así a otros, que decir diez mil palabras en lengua
extraña”.
Hay que utilizar un lenguaje apropiado para el público al que uno se dirige, ya que lo
primero que uno debe procurar es ser entendido. Por ello, no se deben utilizar términos y
expresiones que parte del público NO pueda entender. Únicamente se emplearán términos
griegos hebreos etc. si se explica su significado y se adecuan al tema (Si hay cinco, ocho,
diez o veinte acepciones o significados de una palabra, solamente se mencionaran las mas
relevantes).
El objetivo del discurso es persuadir al público, no tratar de asombrarlo con nuestro vasto
dominio del idioma. Hay que huir de un lenguaje rebuscado o frases complicadas.
o EL TÍTULO
Es la palabra o frase con que se anuncia un tema o asunto. Lo primero que
debemos tener es la base o titulo sobre la que va a girar todo el tema. Ejemplo:
Las demostraciones de Dios “... Dios pasó por alto los pecados cometidos
anteriormente, para demostrar en éste tiempo su justicia a fin de que Él sea justo y
sea el que justifica al que tiene fe en Jesús” Romanos 3: 25-26 LBLA.
o SUBTÍTULOS
Son títulos secundarios, que se escriben después del titulo. Después de obtener el
titulo del tema debemos comenzar a escribir el esquema utilizando, nuestro
razonamiento, para trazar subtítulos o las ideas principales del tema. Para ello es
necesario usar una concordancia, un programa de computación, o tener un
conocimiento amplio de la Biblia. Ejemplo de subtítulos:
Demuestra su amor, (Romanos.5:8 LBLA).
Demuestra su verdad, (Romanos.15:8).
Demuestra su justicia, (Romanos.3: 24-25).
Demuestra su poder, (Romanos. 9:17).
Demuestra su ira, (Romanos.9: 21-23).
o INCISOS
Son divisiones terciarias que se intercalan entre los subtítulos para explicar algo
relacionado o derivado de estos. Cada subtitulo puede y/o debe estar dividido en
incisos. Para obtenerlos necesitamos razonar en las derivaciones que pueden surgir
del subtitulo. Para ello es necesario usar una concordancia, un programa de
computación o tener un conocimiento amplio de la Biblia, Ejemplo de incisos:
Demuestra su amor, (Romanos.5:8 LBLA).
. Al universo, (Juan 3:16).
Demuestra su verdad, (Romanos.15:8).
i.- Su hijo es la verdad, (Juan 14:6).
ii.- Su palabra es la verdad, (Salmo.119:160).
Demuestra su justicia, (Romanos.3: 24-25).
i.- Exhibió, la ejecución de su Hijo a las naciones, (Juan 19:20).
ii. Exhibió a su Hijo, entre malhechores, (Marcos 15:27-28; 22:37).
iii.-Exhibió y avergonzó en publico a nuestros enemigos, Colosenses 2:15 ).
2 Samuel 1:26 “Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatan, que me fuiste muy
dulce. Más maravilloso me fue tu amor Que el amor de las mujeres” 1.
Que el amor entre estos dos varones superó el amor de las mujeres, porque su
amistad se basó en un compromiso con Dios (1 S. 20:8:12). No permitieron que su
amistad la interrumpieran los problemas familiares (1 S. 20:13-16). Se unieron más
cuando su amistad fue probada (1 S. 20:17). Permanecieron amigos hasta el final.
Jonathan entendió, que aunque el era príncipe, su amigo David sería el futuro rey
(1 S. 20:30-4). Él prefirió perder el trono, que a su mejor amigo y además respetó
la voluntad de Dios.
o Aplicación alegórica
Consiste en manifestar un sentido recto y otro figurado del versículo. Se profundiza
en el versículo, mas allá de donde se entiende la letra. Se interpreta el versículo
dando detalles y enseñanzas significativas, donde otros no ven nada. Ejemplo:
Apartados de Egipto, con poder, para adorarlo, (2 Reyes 17:36 -37): El Señor
liberó a su pueblo de Egipto con poder y brazo fuerte, para que le rindieran culto.
A nosotros, nos liberó del mundo y su esclavitud. Es necesario rendirle culto,
manifestándole, nuestra alabanza, adoración y viviendo una vida de santidad.
o Aplicación analítica
Consiste en examinar una a una las palabras de un versículo. Esta aplicación busca
y descubre, el significado exacto de las palabras (griegas, hebreas), que componen
el versículo, para interpretar con exactitud lo que cada palabra o una en particular
quieren decir. Ejemplo:
Demuestra su amor al universo, (Juan. 3:16): Dios reveló su amor, a todas las
creaciones en el universo. El ofrendó a su hijo por nuestros pecados, porque dice la
escritura: “De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito…”1
en este verso La Palabra mundo se traduce del griego kosmos que significa:
primariamente orden, disposición y ornamento. También se utiliza para nombrar; al
universo, por el orden, el equilibrio estelar y planetario que se observa en el.
En resumen podemos decir que la aplicación consiste en, explicar el versículo que
ampara cada inciso, para hacerlo más comprensible y accesible (no repetir de una
forma escrita el versículo, sino explicar la enseñanza que recibimos del mismo,
para aplicarla a nuestra vida. Esta explicación, debe servir para edificación,
consuelo, consejo, exhortación, meditación, reflexión etc.).
Escribir un versículo bíblico sin dar una explicación al mismo, denota la carencia de
la revelación de Dios, esto puede darse por no mantener una comunión adecuada
con Él. Una vida de oración, complementada con el estudio de Las Escrituras,
aportará la revelación del tema escrito.
Los lazos conectivos o vínculos
Entre subtítulos o divisiones principales ya desarrolladas, se deben construir puentes
conexivos, utilizando frases tales como: ahora veamos las siguientes características,
veamos cual es la lección de esto, analicemos que nos enseña esta situación, etc. (Los
lazos conectivos se utilizan tanto en la enseñanza escrita, como en el verbal).
Es muy frecuente oír comentarios del tipo de “A Fulano le va muy mal en los estudios y tiene muy
poca o ninguna motivación” o “Nunca ha estado Mengano tan motivado, y la prueba de ello es su
buen rendimiento.” Estos comentarios implican que cuanto mayor es el grado de motivación mejor
será el rendimiento.
El aprendizaje y la motivación están estrechamente relacionados y los psicólogos los han estudiado
con bastante frecuencia a la vez. Son interesantes los aportes que el sitio Web La Doctrina, nos
hace sobre este tema7.
LA JERARQUÍA DE LAS NECESIDADES
El investigador Abraham Maslow, según el sitio Web La Doctrina, propuso una teoría sobre
la cual las personas tienen cinco necesidades jerarquizadas, establecidas en el orden en
que se debe satisfacer. La categoría más elemental de esta jerarquía es fisiológica:
necesidad de alimento. Una vez cumplidas las necesidades fisiológicas se debe satisfacer la
necesidad de seguridad o protección. A continuación habrá una necesidad de amor, afecto
o pertenencia. Tras ésta vendría una necesidad de estima, aprecio o auto-respeto. Y
finalmente, una vez satisfechas todas estas necesidades, quedaría la necesidad de
autorrealización. La autorrealización se podría definir como la necesidad de realizarse, de
perfeccionarse, de utilizar más plenamente las capacidades y habilidades de que se
dispone.
La teoría de la jerarquía de las necesidades puede indicar que la falta de motivación en los
alumnos puede deberse en parte a la carencia de alimentación, a timidez o miedo, a un
sentimiento de rechazo o a una auto imagen pobre. Este tipo de factores constituirán
probablemente el principal obstáculo para el aprendizaje y el desarrollo de los alumnos que
sientan la necesidad de auto realizarse.
LA NECESIDAD DE LOGRO
David McClelland y John Atkinson, publica LA doctrina, creían que gran parte de la
conducta humana se podía explicar en términos de una sola necesidad: la necesidad de
logro, que se podría definir como un deseo de tener éxito en actividades que impliquen un
nivel de prestigio o en actividades en las que se puedan definir claramente el éxito y el
fracaso.
Un psicólogo demostró en dos experimentos independientes que los estudiantes con alta
motivación de éxito obtenían calificaciones mucho mejores a lo largo del curso cuando
creían que éste era muy importante para las carreras a las que pensaban dedicarse que
aquellos estudiantes que, teniendo igualmente una alta motivación de éxito, apenas veían
relación entre el curso y sus futuras ocupaciones. En otras palabras, el valor percibido del
curso diferenciaba a ambos grupos de estudiantes, cuya motivación de éxito era alta.
Por otro lado, en general se piensa que la motivación es un requisito previo del
aprendizaje, especialmente del aprendizaje cognitivo complejo. Desafortunadamente, a
medida que los estudiantes van teniendo más edad, desciende el porcentaje de los que
poseen esa fundamental dosis de motivación.
EL CASTIGO
En cuanto al castigo hay quienes consideran que el dolor es malo y de que siempre se
debería evitar, pero esto es inmoral cuando impide ayudar a quienes han aprendido
conductas que les provocan más dolor. El castigo se compara con una vacuna, asegura que
se puede utilizar no sólo como método preventivo, sino también como método curativo.
Algunos psicólogos, consideran que “el castigo sólo se debe utilizar cuando sirve para
eliminar una conducta que produzca un castigo incluso mayor”.
LA RETROALIMENTACIÓN
Otro factor importante en la motivación y el aprendizaje es la retroalimentación. La
retroalimentación es la información que se proporciona a una persona sobre la calidad de
su actuación. Las notas, los comentarios escritos, una señal de aprobación, una mirada
interrogante y un registro gráfico del rendimiento son formas de retroalimentación que se
suelen utilizar.
o Algunas características de la retroalimentación son las siguientes
Aumenta generalmente la motivación.
Suele mejorar la actuación posterior.
En general, cuanto más específico es el conocimiento de la actuación con
mayor rapidez se mejora en esta.
La retroalimentación que se proporciona puntualmente suele ser más
efectiva que la que se suministra mucho tiempo después que se haya
realizado la tarea.
Disminuciones notables de retroalimentación a menudo dan como
resultado un acusado descenso en la actuación.
o Los objetivos
También se debe tener presente que el establecimiento de objetivos es de vital
importancia en cuanto a la motivación y en consecuencia en el aprendizaje. Este es
el proceso de decidir lo que se quiere lograr. Los objetivos desempeñan por lo
menos cinco funciones:
Guían y dirigen la conducta.
Centran la atención y el esfuerzo en una dirección dada.
Se utilizan como criterio o ideal, por comparación con el cual se puede
medir el progreso.
Con frecuencia, conducen a una reestructuración de actividades y
procedimientos que aumenta la eficacia.
Reflejan los valores o motivaciones de individuos y grupos.
ACTUALIZACIÓN
El 29 de septiembre del 2004, tuve una visión inmediatamente después de orar antes de
acostarme. Miré en el aire un farolito, una hoja de un periódico abierta moviéndose y un cuarto
oscuro con la puerta abierta, a través de la cual se veía todo oscuro. Pregunté al Señor lo que
significaba esa visión pero no me respondió nada. A los dos días siguientes (1 de octubre)
mientras lavaba mi ropa, volví a ver la visión y volví a preguntar a mi Señor lo que me quería decir;
entonces escuché claramente una voz que me decía: “tú me serás luz, a través de los medios de
comunicación, en la oscuridad. Lo escuché tres veces. Esta obra es la tesis para concluir la carrera
de Licenciatura en Inglés, y creo que, junto con otras investigaciones que están publicándose en
Monografías.com, es el principio de la realización de esa visión de Dios a través de mi vida. Ni
siquiera me imaginaba a qué se refería el Señor cuando me decía “a través de los medios de
comunicación”; De lo que hoy sí estoy segura es que tanto su sueño de que yo estudiara esta
carrera, como esa visión, son parte de sus planes para que su sueño de salvar al mundo se cumpla
a través de mí. Incluso, fue Él mismo quien me guió a escribir esta obra.
Por otra parte, el mundo entero hoy está como dice Mateo 24:38 que “como en los días de Noe…
no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo
del Hombre”. 1
En los días de Noé todos hacían lo que querían, no escuchaban a Noé cuando les decía que
construía la barca porque vendría un diluvio. Igual ahora, ninguno cree que Jesucristo vendrá
pronto. Por eso El nos dice “estad preparados porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no
pensáis” (Mateo 24: 44) 1. ¿Estás tú preparado para recibir al Rey de Reyes y Señor de Señores
cuando venga en su gloria? ¿Podrás entregarle buenas cuentas de tu vida, tus hijos, tu ministerio,
de todo lo que Dios te ha dado?
Es necesario que La Palabra de Dios se enseñe porque ella es la autoridad sobre todo: la escuela, la
familia, el estado, los gobernantes, etc. La Escritura debe ser la base de toda instrucción; es lo que
exige La Biblia en todos los pasajes que llaman a los padres a enseñar a sus hijos. Deuteronomio
6:6-9 requiere a los padres que enseñen a sus hijos la Ley de Dios: "Y estas palabras que yo te
mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos. 1
Según el Salmo 78:1-8, los padres deben enseñar a sus generaciones las alabanzas de Jehová, su
poder, a confiar en Él y a no olvidarse de sus obras maravillas. ”Escucha, pueblo mío, mi ley;
inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca en proverbios; hablaré cosas
escondidas desde tiempos antiguos, las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos
las contaron. No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de
Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo. Él estableció testimonio en Jacob y puso ley en
Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; para que lo sepa la
generación venidera, y os hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin
de que pongan en Dios su confianza y no se olviden de las obras de Dios; que guarden sus
mandamientos, no sean como sus padres, generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para
con Dios su espíritu”. 1
II Timoteo 3:14-15 indica que el desarrollo de un niño es el que lo lleva a ser un hombre maduro
en Dios por la fe en Cristo; y menciona que esto ocurre sólo por medio de Las Sagradas Escrituras.
“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que
desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la
salvación por la fe que es en Cristo Jesús”. 1
Si un padre no está preocupado porque su familia conozca verdaderamente a Dios y tenga una
relación íntima con Él, está en un error; pero por la gracia de nuestro Señor Jesucristo todavía hay
oportunidad, su sangre preciosa está llamando al arrepentimiento a todo aquel que lo desee.
Prosigue, más adelante encontrarás una ayuda para hablar con Dios si estás arrepentido (a).
DISCUSIONES
La comunicación sigue siendo el don mayor que Dios ha hecho a la humanidad, sin el cual no
podemos ser verdaderamente humanos, reflejo de la "imagen de Dios". Tampoco podríamos
disfrutar de la vida en común en grupos, comunidades y sociedades que poseen diferentes culturas
y diferentes modos de vida.
La enseñanza bíblica cristiana está dentro de la estrategia general de Dios para salvar al hombre.
Dios ha constituido en Efesios 4:11, a maestros y a otros líderes de la iglesia de Cristo para que
estén "aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a
todos perfectos en él." 1 (Col. 1:28) . La misión de la enseñanza bíblica cristiana es esa y tiene un
fin: que los seres humanos se presenten en santidad ante el Señor.
Pero si nuestras enseñanzas no producen santidad en alguno, si se continúa enseñando ideas
humanas con simulacro de cristianas, es lógico que nuestros niños o los miembros de nuestra
iglesia, no presenten testimonio alguno en su vida, que los creyentes continúan inmersos en el
pecado aunque asistan a los cultos, que no haya un arrepentimiento genuino en los que no
conocen a Cristo ni muestras de obedecer La Palabra; entonces el sistema de enseñanza cristiano
ha fracaso.
Es urgente, por tanto, que las iglesias de Cristo reconozcan la grave falla que están afrontando al
no tener en claro qué es lo que se pretende con nuestra enseñanza, para qué y cómo es que
vamos a enseñar La Biblia.
Es necesario que todos los líderes y los maestros y maestras tengan plena claridad de lo que
realmente es la enseñanza bíblica cristiana, se capaciten y empiecen a buscar resultados
espirituales en su enseñanza.
Está claro también que la existencia de personas que predican falsas doctrinas o doctrinas de
hombres es real y mundial. Asimismo, la necesidad de la humanidad de conocer acerca de los
Estatutos y Mandamientos que Dios ha dejado para su cumplimiento y poder ser bendecida, es
enorme. Por tales razones, es urgente que el cristiano se mantenga actualizado sobre los
conocimientos acerca de la efectiva comunicación de La Palabra, pues La Biblia refiere que estemos
preparados para hacerlo, ya que ninguno creerá si no lo oye.; en Romanos 10:14 “¿y cómo oirán
sin haber quién les predique? Y en Romanos 10:17 “y así que la fe es por el oír, y el oír, por la
Palabra de Dios”. En 1 Timoteo 3:15 “… y estad siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en
vosotros…” y en 2 Timoteo 2:15-16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra” 1.
Además, es necesario que para que el mundo cambie, primero cambiemos cada uno de nosotros y
así, con nuestro testimonio, alentar a los que nos rodean a conocer el motivo de ese cambio y
experimentarlo ellos también en sus vidas. De este modo, La Biblia manda al maestro, a los padres,
etc. a enseñar especialmente con su testimonio.
También es importante mencionar que la difusión eficaz de La Palabra, viene a tener una influencia
poderosa en el mundo entero, por cuanto le revela el amor de Dios hacia el ser humano a través de
su plan perfecto de redención, por medio de la muerte de su Hijo unigénito Jesucristo en la cruz,
sin excepción ninguna. Aquí es donde los medios de comunicación entran en juego para aportar su
granito de arena en esta grande y maravillosa verdad, alcanzando incluso a aquellos que por
alguna u otra razón les es imposible llegar hasta una iglesia, u otro lugar a escuchar La Palabra de
Dios. Incluso ahora tenemos la facilidad de escuchar a predicadores internacionales desde diversos
países, a través de emisoras con cobertura internacional, ya no se diga el Internet. Pero sin nuestra
disposición a oír La Palabra de Dios, aceptarla, creerla en nuestro corazón y practicarla como un
modo de vida, vanos serían esos medios de comunicación.
CONCLUSIONES
Hay una sensación de fracaso y de no estar haciendo mucho con la forma en que estamos
enseñando La Biblia en las iglesias. Igualmente un deseo de enseñar con eficacia.
La enseñanza bíblica cristiana tiene como fines el posibilitar un encuentro personal con Dios a las
personas no creyentes, mantener la experiencia personal con Dios en los creyentes y preparar a los
niños para un encuentro con Dios.
Enseñar desde el punto de vista bíblico cristiano, consiste en que la gente tenga un encuentro
personal con Jesucristo y mantenga esa relación personal con Él durante toda su vida.
El proceso de enseñanza – aprendizaje de La Palabra de Dios tiene las siguientes etapas:
conocimiento de La Palabra de Dios, comprensión de La Palabra de Dios, convencimiento de La
Palabra de Dios y experiencia con Dios y su Palabra.
Pero hay factores que afectan el proceso de enseñanza – aprendizaje de La Palabra de Dios. Esos
factores tienen que ver con el maestro, el alumno y la atmósfera en que se lleva a cabo el proceso.
El proceso de enseñanza – aprendizaje de La Palabra de Dios involucra un cambio de actitudes de
parte de todos los que participan en él. Esos cambios de actitudes se dan principalmente mediante
la conversión de la persona a Jesucristo, mediante el cambio de conceptos y mediante experiencias
vividas con una mentalidad bíblica.
Por eso, este libro va con el objetivo de que, el oír La Palabra, provoque en ti un anhelo por
escudriñar las Sagradas Escrituras, para que conociéndolas puedas practicarlas en tu vida; debe
llevarte, a un modelo de vida de manera que agrade a Dios y que por ende tus familias sean
también alcanzadas por su misericordia y por su gracia. Verdaderamente tu obediencia repercutirá
no sólo en áreas de tu vida como son lo económico, la salud, la familia, etc., sino en todas como lo
afirma La Biblia en Deuteronomio 5:29 “Ojalá su corazón estuviese siempre dispuesto a temerme y
a cumplir todos mis mandamientos para que a ellos y a sus hijos, siempre les vaya bien”.1
Así que, en la medida que un individuo cambia, las familias también cambian y por consiguiente las
naciones. Pero para que todo esto acontezca, es necesario que haya una comunicación eficaz de La
Palabra de Dios. Y para que esto suceda, La Biblia debe ser la base de todo proyecto de
enseñanza-aprendizaje, no sólo en los centros de educación cristianos, sino en los públicos, y sobre
todo en nuestros hogares.
Ahora bien, es urgente que para que se dé ese cambio en nosotros, nos escudriñemos
interiormente, aceptemos nuestros errores y pidamos perdón a Dios con un corazón sincero y
dispuesto a oírle y a obedecerle. Que reconozcamos que Jesucristo es nuestro Salvador y nuestro
único Dios. Inclina, pues, tu corazón a “buscar primeramente el reino de Dios y su justicia y todas
esas cosas te serán añadidas” 1 (Mateo 6:33).
He aquí una oración que puede ayudarte a hacerlo:
¡Padre, gracias por tu misericordia sobre mi vida, sé que te he fallado en (dígase a qué
todos sus pecados). De ti no puedo ocultarlos porque tú todo lo sabes. Perdóname, se
que no he honrado la muerte de tu Hijo Jesucristo en la cruz del Calvario por mí. Te
entrego mi vida, mi familia y todos mis pecados, para que los laves con la sangre
preciosa de Jesucristo y pueda pasar a ser tu hijo (a), y que Él venga a reinar en mí.
Gracias Padre por escucharme y perdonarme. En el Nombre de Jesús. Amén!