Entrevista Al P Samir Khalil Samir
Entrevista Al P Samir Khalil Samir
Entrevista Al P Samir Khalil Samir
1
un cristiano lleva la cruz al cuello, los fundamentalistas se la
arrancan, con frecuencia con la fuerza.. Esto sucede menos ahora,
pero sólo porque los cristianos se auto-censuran para prevenir
enfrentamientos. En la Universidad, casi sistemáticamente, los
exámenes son en Pascua o en Navidad. Los cristianos pueden
tomarse vacaciones esos días, pero, a causa de los exámenes, no
pueden dejar la universidad.
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la apostasía es condenada con la pena de muerte, con frecuencia
conmutada en cárcel. También en países liberales, como el Líbano, es
imposible abandonar el Islam. En el Líbano, si una mujer musulmana
se casa con un cristiano, no puede abandonar el Islam. Si una mujer
cristiana se casa con un musulmán, la ley coránica prevé que la
mujer permanezca siendo cristiana. Pero, si lo hace, por ley no puede
heredar. Los hijos, aunque estén bautizados, son oficialmente
musulmanes.
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revelaciones borran las precedentes. De tal modo, quien promueve
un régimen islámico basado en el Corán y en la Sharia tiene las
cartas en regla: la guerra, en casos definidos por el Corán, es una
obligación de todo musulmán. Mahoma, en sus 10 últimos años de
vida en Medina, llevó acabo al menos 19 guerras, una práctica
habitual. Por eso, es falso decir que en el Corán no existe la guerra,
sino sólo paz. Hay un principio de guerra, pero con reglas (como
sucedía en el derecho romano): no en cualquier momento, no en
ciertos períodos, no con algunas personas…Pero cuando hay que
defender los derechos de Dios –oposición al Islam o el peligro de una
rebelión- la guerra es una obligación. Todo esto hace la tradición
islámica muy ambigua. Y tal ambigüedad va dicha y afrontada. Hay
que afrontar también el problema de la incredulidad. El Corán admite
un espacio para los no musulmanes (cristianos y hebreos), pero no
para los incrédulos, ateos y animistas. En lugar de dialogar con
claridad sobre estos, se esconden. Algunos dicen: "El Islam es sólo
violencia", y esto no es verdad. Otros dicen: "Islam quiere decir sólo
tolerancia y paz", pero esto es también falso.
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Occidente, que son considerados "traidores". Si preguntamos:
¿Dónde están los regímenes islámicos soñados por los
fundamentalistas? ¿En Arabia Saudí? No, dicen, ese es el peor
régimen porque ha traicionado los principios de Mahoma. ¿En Irán?
No, porque hay una base pre-islámica pagana que corrompe todo. En
la práctica, el ideal fundamentalista es una utopía inexistente que, sin
embargo, hace imposible la convivencia.
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humana, sus derechos, la igualdad entre hombre y mujer, la
distinción entre religión y política. Estos son valores absolutos,
humanos: fueron sacados a la luz por el Occidente, gracias a la
tradición judeo-cristiana, pero valen para todos. Hacer compromisos
sobre esto es malo, porque bloquea también el desarrollo del islam.
La mayoría de los musulmanes desea los derechos humanos, el
respeto de la persona, una distinción de poderes, la libertad de hacer
opciones individuales. Desgraciadamente, la pérdida de identidad por
parte del Occidente hace mal también a los musulmanes, porque les
hace sentir inseguros.
Hay una misión más específica para los cristianos. Los musulmanes
desean hoy la modernidad y, al mismo tiempo, la temen. Los
fundamentalistas adquieren las técnicas modernas, pero rechazan la
mentalidad moderna. Ésta les parece atea, antirreligiosa (y, en cierto
sentido, lo es). El cometido de los cristianos es mostrar que la
modernidad es compatible con la fe. Se puede ser al mismo tiempo
creyentes y modernos. Entonces, la vida cristiana se convierte en un
modelo aceptable, también para los musulmanes, como individuos y
comunidad.
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prever infraestructuras para acoger a los miles de migrantes en
Europa y en los países de su proveniencia. En los países de
proveniencia (Norte de África, Albania, etc.) se necesitan cursos de
integración para la convivencia, según un proyecto claro. La
multiculturalidad no es esa por la que cada uno llega y se las arregla
como puede. Esta multiculturalidad salvaje crea solamente ghettos,
sin ningún contacto. Una verdadera multiculturalidad presupone un
proyecto en el que hay una cultura dominante (la leitkultur, como
dicen los alemanes, pero la palabra fue acuñada por un tal Ghassan
Tibi, politólogo palestino musulmán), en torno a la cual se enganchan
las otras culturas, que interactúan con la principal, se enriquecen y
enriquecen. Es como una polifonía: hay una melodía principal, en la
que se integran las otras voces. La obligación del país receptor es
aclarar su cultura fundamental. En estos días se habla del crucifijo
expuesto en las escuelas de Italia. Una maestra lo quitó como señal
de respeto hacia un escolar musulmán. Esto es violencia. Un crucifijo
es un dato importante en la cultura italiana. Si yo me siento
oprimido, tengo problemas con mi identidad, no con el crucifijo. En
Navidad, en las escuelas –siempre "por respeto"- se intenta eliminar
toda referencia al nacimiento de Jesús. En cambio, para el Ramadán,
se ofrecen todas las explicaciones del caso. Todo esto demuestra que
Europa, e Italia en particular, sufren la falta de identidad. Para alguno
existe la voluntad de vengarse de la cultura cristiana usando el Islam.