Restauración
Restauración
La Revolución de 1868 (“la gloriosa”) no consiguió instaurar una forma estable de monarquía,
aunque originó por vez primera una conciencia política ciudadana. Por ello, tras la experiencia
del Sexenio Democrático, comenzó el periodo llamado de la Restauración, en el que se
restableció la dinastía borbónica y se crearon las condiciones necesarias para mantenerla,
volviéndose al más puro moderantismo liberal. El periodo de la Restauración se prolongará
desde 1874 hasta 1931, con la proclamación de la II República.
Tras el golpe de Estado del general Pavía el 3 de enero de 1874, el general Serrano encabezó el
gobierno (“República del 74”). Serrano continuó con la línea autoritaria de Castelar, último
presidente de la I República, mientras persistían los problemas de la guerra de Cuba (Guerra
Grande) y la III guerra carlista.
El 1 de diciembre de 1874, el príncipe Alfonso (hijo de Isabel II), con motivo de su decimoséptimo
cumpleaños, dirigió desde la academia militar de Sandhurst (Reino Unido) un manifiesto a la
nación, redactado por Cánovas del Castillo, en el que afirmaba que la única solución para los
problemas de España residía en el restablecimiento de la monarquía. Aunque Cánovas del
Castillo no era partidario de nuevos pronunciamientos, a finales de 1874 el General Martínez
Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII como rey de España. Se inició así la Restauración,
que pretendía restablecer el régimen liberal moderado anterior a 1868.
Cánovas del Castillo encabezó el gobierno formado tras el golpe de Estado de Martínez Campos,
logrando la conciliación de todos los monárquicos (moderados, unionistas y progresistas). El rey
entró en Madrid el 14 de enero de 1875. Fue ese año cuando se tomaron las primeras medidas
del nuevo régimen:
Al cabo de los años se mantuvo la alternancia entre los dos grandes partidos. Bajo los mandatos
de Sagasta se aprobaron diversas leyes que aportaron una cierta democratización: la ley de
libertad de reunión y expresión (1881), la Ley de Prensa (1883), la Ley de Libertad Sindical
(1887) y la introducción del sufragio universal masculino (1890).
Carmina Hernández San Martín
Tema de desarrollo en la opción A y preguntas cortas en la opción B
En 1885 murió Alfonso XII y Sagasta llegó a un acuerdo con Cánovas para garantizar el turno de
partidos, que se plasmó en el pacto de El Pardo. Comenzó así el periodo de la regencia de María
Cristina de Habsburgo (esposa del monarca fallecido), que duraría hasta 1902, fecha en que
accedió al trono el hijo póstumo de Alfonso XII (Alfonso XIII).
La Restauración hacía una distinción entre los partidos que estaban dentro o fuera del sistema
canovista. El gobierno de Sagasta de 1881 devolvió la legalidad a los partidos de la oposición. En
este sentido, podemos destacar las siguientes corrientes ideológicas: