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Restauración

El documento resume el periodo de la Restauración borbónica en España desde 1874 hasta 1902. Tras la revolución de 1868, se restableció la dinastía borbónica con Alfonso XII como rey. Cánovas del Castillo encabezó el primer gobierno de la Restauración y estableció un sistema bipartidista y de turno pacífico entre los partidos Liberal-Conservador y Liberal-Fusionista. Sin embargo, hubo oposición de republicanos, anarquistas, socialistas y nacionalistas regionales al régimen canovista centralista y caciqu

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Restauración

El documento resume el periodo de la Restauración borbónica en España desde 1874 hasta 1902. Tras la revolución de 1868, se restableció la dinastía borbónica con Alfonso XII como rey. Cánovas del Castillo encabezó el primer gobierno de la Restauración y estableció un sistema bipartidista y de turno pacífico entre los partidos Liberal-Conservador y Liberal-Fusionista. Sin embargo, hubo oposición de republicanos, anarquistas, socialistas y nacionalistas regionales al régimen canovista centralista y caciqu

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Carmina Hernández San Martín

Tema de desarrollo en la opción A y preguntas cortas en la opción B

BLOQUE 7: LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA: IMPLANTACIÓN Y AFIANZAMIENTO DE UN


NUEVO SISTEMA POLÍTICO (1874-1902)

TEMA 4: EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONAMIEMTO DEL


SISTEMA CANOVISTA

La Revolución de 1868 (“la gloriosa”) no consiguió instaurar una forma estable de monarquía,
aunque originó por vez primera una conciencia política ciudadana. Por ello, tras la experiencia
del Sexenio Democrático, comenzó el periodo llamado de la Restauración, en el que se
restableció la dinastía borbónica y se crearon las condiciones necesarias para mantenerla,
volviéndose al más puro moderantismo liberal. El periodo de la Restauración se prolongará
desde 1874 hasta 1931, con la proclamación de la II República.

El retorno de la dinastía borbónica

Tras el golpe de Estado del general Pavía el 3 de enero de 1874, el general Serrano encabezó el
gobierno (“República del 74”). Serrano continuó con la línea autoritaria de Castelar, último
presidente de la I República, mientras persistían los problemas de la guerra de Cuba (Guerra
Grande) y la III guerra carlista.

El 1 de diciembre de 1874, el príncipe Alfonso (hijo de Isabel II), con motivo de su decimoséptimo
cumpleaños, dirigió desde la academia militar de Sandhurst (Reino Unido) un manifiesto a la
nación, redactado por Cánovas del Castillo, en el que afirmaba que la única solución para los
problemas de España residía en el restablecimiento de la monarquía. Aunque Cánovas del
Castillo no era partidario de nuevos pronunciamientos, a finales de 1874 el General Martínez
Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII como rey de España. Se inició así la Restauración,
que pretendía restablecer el régimen liberal moderado anterior a 1868.

Bases sociales del régimen canovista

El régimen de la Restauración se apoyó en la burguesía conservadora, ligada al latifundismo, a


la industria catalana, a las finanzas vascas y a los negocios coloniales. También contó con el
apoyo de la Iglesia, que recuperó su influencia de la etapa isabelina y volvió la espalda al
carlismo. La alta oficialidad del ejército sustentó igualmente el sistema de la Restauración.

Primeras medidas de Cánovas del Castillo

Cánovas del Castillo encabezó el gobierno formado tras el golpe de Estado de Martínez Campos,
logrando la conciliación de todos los monárquicos (moderados, unionistas y progresistas). El rey
entró en Madrid el 14 de enero de 1875. Fue ese año cuando se tomaron las primeras medidas
del nuevo régimen:

• Recuperar el apoyo de la Iglesia, distante tras el periodo revolucionario anterior.


• Suspender los periódicos de la oposición (originados en los años anteriores) y establecer
tribunales especiales para los delitos de imprenta.
• Conseguir un ejército amigo reincorporando a los mandos que habían sido eliminados
durante el Sexenio Democrático.
• Poner fin a la III guerra carlista (1876) y a la guerra de Cuba (Paz de zanjón, 1878). Por
estos hechos se reconoció inicialmente a Alfonso XII como “el pacificador”.
Carmina Hernández San Martín
Tema de desarrollo en la opción A y preguntas cortas en la opción B

• Convocatoria de elecciones en 1876 con sufragio universal masculino (Ley electoral


vigente desde el Sexenio) para elaborar una nueva Constitución. El 90% de los diputados
elegidos pertenecían al Partido Conservador.

Pilares del sistema Canovista

La Restauración se basó en los siguientes pilares:

• La Monarquía y las Cortes se establecen como instituciones fundamentales del


ordenamiento jurídico.
• La Constitución de 1876, que reflejaba la Soberanía compartida del Rey y las Cortes, el
vago reconocimiento de unas libertades políticas básicas y un parlamento bicameral
donde el Senado se componía por senadores de derecho propio y vitalicios. La
Constitución determinaba un Estado confesional, aunque permitía el ejercicio privado
de otras religiones. También se aprobó la representación parlamentaria de Cuba y
Puerto Rico.
• Bipartidismo y turnismo. Cánovas, admirador del sistema político inglés, defendió la
existencia de dos partidos políticos respetuosos con la Constitución, los llamados
partidos dinásticos. Estos fueron el Partido Liberal-Conservador, liderado por Cánovas
y representante de los intereses de la alta burguesía y el alto funcionariado militar y
civil, y el Partido Liberal-Fusionista, liderado por Sagasta y compuesto por los antiguos
progresistas y demócratas. Estos partidos se turnaban periódicamente el poder, pero
no a consecuencia de un cambio de opinión del electorado, sino por obra de un acuerdo
mutuo basado en el fraude electoral.
• Caciquismo. Se manifestó en España desde mediados del siglo XIX hasta el primer tercio
del siglo XX y consistía en el control del poder en determinadas zonas, sobre todo
rurales, por personas de gran influencia (los caciques). Estos se convertían en
dispensadores de favores a cambio de votos.
• Corrupción electoral. La manipulación electoral mediante la práctica caciquil permitía
el turno Pacífico de los partidos dinásticos. Convocadas las elecciones, el ministro de
Gobernación realizaba el “encasillado”, es decir, decidía los diputados qué tenían que
ser elegidos en cada distrito. El gobernador de cada provincia junto a los caciques,
manipulaban las elecciones comprando votos o usando la coacción. Si estas medidas no
daban resultado se recurría al “pucherazo” (manipulación en el recuento de votos)
contando votos de “lázaros”, es decir, vecinos muertos.
• Centralismo y coerción política. La primera constatación del centralismo fue la
abolición de los Fueros de las provincias vascas. Además, se determinó que en las
poblaciones de más de 30.000 habitantes los Alcaldes serían nombrados por el Rey, lo
que equivalía a ser designados por el Gobierno. En relación a la coerción, se restringió
la libertad de imprenta al establecerse la censura previa a los impresos de menos de 200
páginas, lo que significaba el control estatal de todos los folletos y periódicos.

La evolución del régimen

Al cabo de los años se mantuvo la alternancia entre los dos grandes partidos. Bajo los mandatos
de Sagasta se aprobaron diversas leyes que aportaron una cierta democratización: la ley de
libertad de reunión y expresión (1881), la Ley de Prensa (1883), la Ley de Libertad Sindical
(1887) y la introducción del sufragio universal masculino (1890).
Carmina Hernández San Martín
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En 1885 murió Alfonso XII y Sagasta llegó a un acuerdo con Cánovas para garantizar el turno de
partidos, que se plasmó en el pacto de El Pardo. Comenzó así el periodo de la regencia de María
Cristina de Habsburgo (esposa del monarca fallecido), que duraría hasta 1902, fecha en que
accedió al trono el hijo póstumo de Alfonso XII (Alfonso XIII).

La oposición al sistema canovista

La Restauración hacía una distinción entre los partidos que estaban dentro o fuera del sistema
canovista. El gobierno de Sagasta de 1881 devolvió la legalidad a los partidos de la oposición. En
este sentido, podemos destacar las siguientes corrientes ideológicas:

• Los republicanos. Dentro de este grupo podemos distinguir a los republicanos


históricos, más conservadores y centralistas, y los republicanos federales, que estaban
más cercanos a las asociaciones obreras.
• El movimiento obrero. Adquirió madurez en España a partir del Sexenio Democrático.
Destacamos por un lado los anarquistas, que formaron la Federación de Trabajadores
de la Región Española y, en el caso andaluz, se agruparon en sociedades secretas como
la Mano Negra, a la que se atribuyó algunos asesinatos. Por otro lado estaban los
socialistas, seguidores de las ideas de Marx. Estos, dirigidos por Pablo Iglesias, fundaron
el Partido Socialista Obrero Español (PSOE, 1879) y la Unión General de Trabajadores
(UGT, 1888).
• Los nacionalismos. El nacimiento de los regionalismos y nacionalismos en España es uno
de los hechos característicos del periodo de la Restauración. El fracaso del federalismo
republicano durante el Sexenio Democrático y la derrota de los carlistas en 1876,
provocaron que federalistas y carlistas abandonaran su dogmatismo y optaran por un
regionalismo prenacionalista. Del mismo modo, a partir de la crisis del 98 el
nacionalismo tomará más fuerza.
El nacionalismo catalán destaca por su influencia sobre todos los demás. Al principio
arraigó principalmente entre la burguesía pero, desde la proclamación en 1892 de las
“bases de Manresa” (bases para una constitución regional catalana), el movimiento
adquirió un carácter popular. Por un lado se desarrolló el nacionalismo integrador de
Francesc Cambó (para algunos un regionalismo) y por otro corrientes nacionalistas más
radicales, como la de Prat de la Riba. En 1901 surgirá el partido de la “Lliga Regionalista”.
El precursor del nacionalismo vasco fue Sabino Arana, quien fundó el Partido
Nacionalista Vasco (PNV) con una solemne declaración antiespañola.
Otras corrientes regionalistas fueron el galleguismo y el andalucismo, destacando en
esta última Blas Infante.

Alfonso XII Cánovas del Castillo Sagasta

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