Los 10 Principios de Economía Por Gregory Mankiw

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Los 10 principios básicos para aprender economía

de Gregory Mankinw
“La economía es un estudio de la humanidad en los negocios ordinarios de la vida”.
Alfred Marshall, Economista. (1842-1924)

De la mano del economista estadounidense, Gregory Mankiw, actualmente profesor de


economía en la Universidad de Harvard, y reconocido mundialmente por sus libros de
texto universitario, junto con sus intervenciones públicas, aprenderemos los 10 principios
básicos para conocer mejor de que trata la economía.

Pero antes, te quisiera mencionar una de las razones para aprender economía (y si por
supuesto, leer este artículo hasta el final), y esta es que nos permitirá comprender el mundo
en que vivimos, después de todo, existen muchas preguntas acerca de la economía que
avivan nuestra curiosidad:

¿Por qué los niveles de vida son tan bajos en muchos países africanos?

¿Por qué algunos países tienen altas tasas de inflación mientras otros tienen precios
estables?

¿Por qué en algunos años es fácil encontrar empleo y difícil encontrarlo en otros?

¿Por qué los países con deudas enormes simplemente no se niegan a pagarla?

Éstas son sólo algunas de las preguntas que un curso en economía te ayudará a responder.
No obstante, podemos comenzar aprendiendo estas 10 lecciones, y comprender cómo las
personas toman sus decisiones, cómo interactúan, y cómo funciona la economía en su
conjunto. Empecemos.

1. Las personas enfrentan disyuntivas

A medida que avanza nuestra vida tomamos muchas decisiones económicas, en persecución
de determinados objetivos. Por ejemplo, una vez que aceptamos un empleo, debemos
decidir cuánto vamos a gastar de nuestros ingresos, cuánto vamos a ahorrar y cómo vamos
invertir nuestros ahorros.

Asimismo, en la actualidad, los gobiernos modernos enfrentan importantes disyuntivas tales


como: elegir entre un ambiente limpio o un alto nivel de ingresos, entre las políticas
destinadas a conseguir una distribución más equitativa del bienestar económico o promover
la eficiencia tributaria, entre tipos cambio flexible o sistema de tipos fijos.

Es importante reconocer que no sólo enfrentamos disyuntivas en la vida personal, porque


como individuos de una sociedad, formamos parte de los cambios políticos y económicos.
De hecho, sólo tomaremos decisiones adecuadas de forma individual y conjunta si
comprendemos cuáles son las opciones que tenemos por delante, y raras veces se traducen
en elegir entre lo blanco y lo negro (falsa dicotomía), y, generalmente, existen muchos
matices de grises.

2. El costo de una cosa es aquello a lo que se renuncia para obtenerla

“Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo, Yo tomé el menos transitado, Y eso


hizo toda la diferencia”. Robert Frost, Poeta. (1874-1963)

Cada decisión tiene sus costes. Por ejemplo tomar el camino de la independencia es una
decisión que además de reportar beneficios, implica también gastos financieros.

Por otra parte, elegir mal una carrera (una que no te satisface) supone una pérdida de dinero
y tiempo (el costo más alto), y un desgaste psicoemocional.

Debido a esto como individuos y colectivo debemos comparar los costos (incluyendo los no
monetarios) y los beneficios de los diferentes cursos de acción que podamos elegir.

De igual forma, para una empresa, o estado, es fundamental ejecutar inversiones, donde la
inversión seleccionada tenga beneficios elevados y un costo de oportunidad muy bajo.
Aclarada esta lección, todos debemos estar conscientes de que valorar los costos de
oportunidad que acompañan cada una de nuestras posibles decisiones, es inteligente.

3. Las personas racionales piensan en términos marginales.

Las personas poseemos una racionalidad acotada (se tenía que decir y se dijo), por el simple
hecho que la cognición humana es limitada e imperfecta, sin embargo, a efectos de enseñar
este principio, supongamos que los individuos son racionales.

Basados en este supuesto, las personas racionales a menudo toman decisiones


comparando los beneficios marginales y los costos marginales. Y si, con cambios
marginales, me refiero a pequeños ajustes adicionales que hacemos a un plan de acción.

Pensemos en la paradoja clásica del valor: ¿por qué el agua es barata y los diamantes son
caros? Aplicando la lógica del razonamiento marginal, el beneficio marginal de tener un
diamante más es mayor que tener un vaso de agua extra, debido a que el agua es abundante,
y por lo general, los diamantes son escasos.

Llevando esta lógica al mundo real, cuando las empresas piensan en contratar alguien más,
el beneficio marginal, los ingresos nuevos que ese empleado genera, deben ser superiores al
costo marginal de contratarlo (pago de nómina y sus cotizaciones sociales).

4. Las personas responden a los incentivos


Un economista llegó a decir que la economía puede resumirse en la siguiente frase: “Las
personas responden a incentivos, lo demás es irrelevante”.

En realidad cuando tomamos decisiones comparando beneficios y costes (incluyendo los


costes de oportunidad), nuestra conducta puede cambiar si se modifican o bien los costes o
bien los beneficios.

Expuesto lo anterior, los incentivos son también fundamentales cuando se analiza cómo
funcionan los mercados. Por ejemplo, cuando aumentan los impuestos sobre la renta,
las personas tienden a trabajar menos y producir menos bienes y servicios, en otras
palabras, cuando el gobierno trata de repartir la riqueza, puede reducir los ingresos fiscales.

Del mismo modo, cuando los países buscan medidas para reducir el cambio climático (un
problema global), otorgan a las empresas incentivos fiscales (menores impuestos) por la
inversión en tecnologías limpias, o bien cuando buscan eliminar el terrorismo, diseñan un
sistema de recompensas e incentivos a cambio de información o la captura del terrorista.

5. El comercio puede mejorar el bienestar de todos.

Los países, como las familias, nos beneficiamos del comercio entre sí, ya que nos permite
especializarnos en lo que hacemos mejor, fruto de la división del trabajo, y disfrutar así de
una mayor variedad de bienes y servicios a precios bajos (entornos competitivos).

A fin de cuentas, el comercio y la interdependencia pueden reportar beneficios para


todas las partes (mayores de los que podrían producirse en aislamiento, y con una dotación
escasa de capital inteligente y recursos específicos).

6. Los mercados normalmente son un buen mecanismo para organizar la actividad


económica.

Los mercados, por lo general, gracias a un sistema de precios y estado de beneficios,


coordinan de manera adecuada la actividad económica entre las personas, y pueden
actuar con más eficiencia, y producir más riqueza que economías controladas y
centralmente planificadas por estados totalitarios.

El recorrido por la economía soviética es muy interesante y aleccionador, por que a finales
del siglo XX, la U.R.S.S se desmoronó junto con su sistema económico, caracterizado por
un modo de producción centralizado e incentivos disfuncionales.

7. Algunas veces el gobierno puede mejorar los resultados del mercado.

Entre las razones por las cuales necesitamos al gobierno encontramos que necesitamos de
instituciones que garanticen los derechos de propiedad, la justicia y la policía, la demanda
de bienes públicos, promuevan impuestos para internalizar externalidades negativas (como
las ambientales), asegure mercados competitivos, redistribuya el ingreso, o estabilice la
economía.
No obstante, la actuación del gobierno en la economía puede ser costosa y tiende a fallar.
Por ejemplo, la crisis sin precedentes en Venezuela es consecuencia del populismo y el mal
gobierno económico.

8. El nivel de vida de un país depende de la capacidad que éste tenga para producir
bienes y servicios.

En los países ricos donde los trabajadores son capaces de producir una gran cantidad de
bienes y servicios por unidad de tiempo, dado el buen nivel de estudios de la población,
herramientas y mejor tecnología, junto con instituciones de mercado, la mayoría de las
personas disfruta de un alto nivel de ingresos y calidad de vida.

En contraste con los países ricos, en los países pobres los trabajadores son menos
productivos, y la mayoría de la población no cuenta con educación y tecnologías, tampoco
acceso a herramientas, y conviven políticamente con gobiernos autoritarios, y esto conduce
a una existencia más precaria.

9. Cuando el gobierno imprime demasiado dinero los precios aumentan.

En la mayoría de los casos en que la inflación es alta y se mantiene alta por un tiempo, el
culpable es un aumento en la cantidad de dinero en circulación (aun cuando la inflación no
es puramente un fenómeno monetario).

Dicho esto, cuando un gobierno emite grandes cantidades de dinero para financiar su déficit
público (diferencia entre ingresos y gastos públicos), o para estimular la economía y la
demanda, el valor del dinero tiende a disminuir, y esto implica mayores riegos de inflación
a mediano plazo.

Por ahora, dada la histórica emisión monetaria global por parte de los bancos centrales para
enfrentar el coronavirus, crece la inversión en activos reales y financieros (si, muchos
piensan como economistas).

10. La sociedad enfrenta a corto plazo, una disyuntiva entre inflación y desempleo

En la economía, a corto plazo, estimular la producción y el empleo, llevando a cabo


políticas monetarias laxas (con tipos de interés bajos) o fiscales (aplicando recorte de
impuestos o aumentando el gasto público), con sus respectivos efectos multiplicadores,
pueden generar un aumento de la demanda agregada, así como un incremento de precios.

Por otro lado, seguir una política concretamente desinflacionaria (como aumentar los
impuestos o subir la tasa de interés), puede desacelerar la economía, la inversión, la
creación de empleos y los gastos de consumo, lo cual supone una razón sacrificio (empleos
perdidos y costes sociales) para las autoridades económicas.
En la actualidad, los gobiernos persiguen una combinación de inflación y desempleo que
permita aumentar los ingresos, y la producción, y al mismo tiempo, que la inflación no
aumente de forma exorbitante.

Como hemos visto, conocer estos principios posiblemente te hagan un participante más
activo en los futuros debates de economía, y sobre todo, como juzgar el momento
económico de tu país.

Por otra parte, el estudio de la economía por sí mismo no te hará rico, pero te proporcionará
algunas herramientas que te pueden ayudar en ese recorrido (stay hungry, stay foolish).

Para finalizar cuéntame que aprendiste de estos principios, compárteme tu opinión y cómo
puedes aplicarlos en otras situaciones económicas.

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