Libro Analisis Estructural y Funcional de Macromoleculas
Libro Analisis Estructural y Funcional de Macromoleculas
Libro Analisis Estructural y Funcional de Macromoleculas
FACULTAD DE
CIENCIAS EXACTAS
ANÁLISIS ESTRUCTURAL Y FUNCIONAL
DE MACROMOLÉCULAS
Betina Córsico
Lisandro J. Falomir Lockhart
Gisela R. Franchini
Natalia Scaglia
2013
Análisis estructural y funcional de macromoléculas / Betina Córsico ... [et.al.] ; edición literaria a
cargo de Betina Córsico; Lisandro J. Falomir Lockhart ; Gisela R. Franchini ; Natalia Scaglia . – 1a
ed. - La Plata : Universidad Nacional de La Plata, 2013.
CDD 541.372
Fecha de catalogación: 23/12/2013
Prefacio .............................................................................................................................7
Capítulo 2. Fluorescencia.
Eduardo De Gerónimo y Lisandro Jorge Falomir Lockhart ............................................37
2
Capítulo 4. Dicroísmo circular de péptidos y proteínas.
Lucrecia María Curto, Gabriela Elena Gómez y José María Delfino ..............................98
3
Capítulo 6. Resolución de estructuras de proteínas por la técnica de cristalografía de
rayos X.
Marcelo D. Costabel ....................................................................................................150
4
8.2. Monocapas .......................................................................................................198
5
12.3. Características termodinámicas de la interacción entre ligandos y
macromoléculas ......................................................................................................346
6
PREFACIO
7
membranas que permiten delimitar distintos compartimentos celulares.
Asimismo, en dichas estructuras se localizan proteínas que al interactuar con
los lípidos cambian sus conformaciones y, por lo tanto, sus propiedades y
funciones. Estos capítulos hacen hincapié en la caracterización de las distintas
estructuras lipídicas, la interacción lípido-proteína y el estudio de la
composición de los lípidos. En la última parte, se realiza un análisis de métodos
que permiten estudiar las funciones de las proteínas a través de su interacción
con otros componentes celulares, ya sea in vitro (componentes puros) o a nivel
de células y tejidos. En particular se presentan técnicas de microscopía en las
que se combina la caracterización funcional de las proteínas y lípidos con sus
distribuciones espaciales y/o temporales dentro de la célula, brindando
información para el estudio de procesos dinámicos en células vivas.
Este libro aborda por primera vez en español el estudio de un conjunto de
metodologías modernas de alta complejidad. Los autores de las distintas
secciones se han propuesto adaptar estos conceptos a un lenguaje apropiado
para el estudiante de grado en sus últimos años de estudio, pero con la
suficiente profundidad como para que también sea útil para estudiantes de
postgrado que desean incursionar en estas técnicas.
Para concluir, quisiéramos agradecer a los autores y colaboradores que
hicieron posible la realización de este trabajo, así como a las instituciones que
los apoyan. Extendemos nuestra gratitud a la Universidad Nacional de La Plata
por generar el ámbito que enmarca esta obra. Esperamos generar en los
lectores interés por los conocimientos presentados y alentarlos a profundizar en
el estudio de estas áreas.
8
PARTE I
CARACTERIZACIÓN DE PROTEÍNAS
9
CAPÍTULO 1
TÉCNICAS BIOQUÍMICAS PARA EL ESTUDIO DE PROTEÍNAS
Gisela R. Franchini y Betina Córsico
Introducción
Es bien sabido que todo átomo o molécula con carga neta migrará al aplicarse
un campo eléctrico. Las técnicas electroforéticas permiten la separación de
macromoléculas de acuerdo a su masa, a su carga neta o a la relación entre
ambas, forzándolas a atravesar por una matriz porosa mediante la aplicación
de dicho campo eléctrico.
10
La electroforesis de macromoléculas es normalmente llevada a cabo mediante
la siembra de una muestra en una matriz porosa embebida en una solución
buffer que actúa como un tamiz molecular. Bajo la influencia de un voltaje
aplicado, diferentes especies de moléculas en la muestra se moverán a través
de la matriz a diferentes velocidades separándose unas de otras.
Las proteínas son macromoléculas que presentarán carga neta siempre y
cuando se encuentren a un pH distinto de aquel correspondiente a su punto
isoeléctrico (pI), siendo este último el pH específico al cual una proteína no
presenta carga neta. Cuanto mayor sea el cociente carga/masa más rápido
migrará la proteína en el campo eléctrico.
La electroforesis en geles de poliacrilamida es una herramienta muy útil para
una gran cantidad de aplicaciones en lo que respecta a la caracterización
estructural y/o funcional de una proteína. Esta técnica es simple, eficiente y se
requiere de muy poco equipamiento y reactivos. Además, puede utilizarse en
escala analítica o preparativa ampliando las posibilidades de su aplicación.
Por las razones mencionadas anteriormente es una de las primeras opciones
para llevar a cabo al momento de caracterizar inicialmente una proteína. Es
importante destacar que la electroforesis en geles de acrilamida también es útil
para la caracterización, separación e identificación de otras macromoléculas.
Entre las aplicaciones destinadas al estudio de proteínas se destacan:
- Determinación de masa molecular
- Estado de agregación
- Estabilidad frente a desnaturalizantes químicos
- Actividad enzimática
- Interacción con otras macromoléculas
Nociones generales
11
Los geles pueden armarse con forma cilíndrica o como hojas muy delgadas de
dimensiones variables. Los primeros se utilizan para isoelectroenfoque (IEF) o
con fines preparativos, y los segundos son los más utilizados en el laboratorio
para experimentos de rutina. En este apartado daremos principal importancia al
uso y armado de los geles chatos.
En la mayoría de los equipos para electroforesis de proteínas que se utilizan en
el laboratorio, el gel es montado entre dos cámaras que contienen soluciones
buffer de una manera tal que la única conexión eléctrica entre estas cámaras
es a través del gel (Figura 1.1A). En estos equipos denominados verticales, los
geles se arman entre dos placas de vidrio utilizadas como soporte con ambos
laterales y el fondo sellados y una separación de aproximadamente 1 mm. De
esta manera, queda una cámara muy delgada pero uniforme donde se vuelca
la solución para armar geles (Figura 1.1B).
Propiedades de la acrilamida
12
iónica. Además se consigue comercialmente de manera muy pura y a un
relativo bajo costo. Es importante resaltar que el monómero de acrilamida es un
potente toxico para el sistema nervioso central y periférico.
Aunque la acrilamida es una substancia muy nociva, se puede utilizar de
manera segura. Todo el manejo, mezclado y manipulación del monómero de
acrilamida debe llevarse a cabo dentro de una campana de extracción de
gases utilizando guantes de látex. Una vez que el monómero ha polimerizado
no es más tóxico, no obstante, como el proceso no es 100% eficaz, siempre
habrá contaminación con monómero. Por esta razón, los geles deben ser
tratados con la misma precaución que la solución del monómero.
Como con cualquier químico que se utilice en el laboratorio siempre hay que
consultar la cartilla de bioseguridad (MSDS, de la sigla en inglés Material
Safety Data Sheet) antes de usarlo. La acrilamida y los materiales
contaminados con la misma deben ser descartados como desechos químicos.
Diseño experimental
13
que usualmente es bisacrilamida. %T y %C es la manera en que se denota la
composición de los geles de poliacrilamida, siendo:
% T: concentración total de monómero utilizada para producir el gel (acrilamida
+ bisacrilamida) en gramos por ml (% p/v).
% C: el porcentaje en peso que representa el agente entrecruzador sobre el
total de monómero que ha sido utilizado.
Cuanto mayor es la concentración de acrilamida, menor será el poro efectivo.
En cambio, si consideramos el efecto de la bisacrilamida, observamos que
existe una concentración máxima hasta la cual veremos una disminución en el
tamaño de poro, este valor ha sido calculado alrededor de C = 5%. Cruzado
ese umbral, el tamaño de poro comenzará a crecer (Fawcett, 1966).
La concentración de acrilamida en un gel es un factor determinante que puede
afectar mucho el resultado de una corrida electroforética. De esta manera si se
quiere obtener una buena resolución entre dos proteínas es factible encontrar
una concentración óptima para tal fin. Para el caso de una muestra con una
mezcla de proteínas, encontrar una concentración óptima de acrilamida es muy
difícil por lo cual uno deberá optar por ensayar distintas condiciones hasta
encontrar aquella concentración que permita observar a los distintos miembros
de la mezcla de la mejor manera posible.
¿Qué estrategia puede utilizar un investigador que va a analizar una mezcla de
proteínas por primera vez mediante electroforesis en geles de poliacrilamida?
Una posibilidad es hacer una corrida inicial utilizando un gel 7,5 % de
acrilamida y en base a este resultado hacer una segunda elección, por ejemplo
entre 5 y 15 % de acrilamida. Una segunda opción sería realizar un gel en
gradiente de poliacrilamida donde se prepara el gel utilizando un equipo
generador de gradientes y por lo tanto la concentración de acrilamida aumenta
a medida que se avanza en el gel, disminuyendo el tamaño de poro efectivo
(Figura 1.2).
Los geles en gradiente son ampliamente utilizados para la caracterización de
mezclas de proteínas ya que amplía el rango de masas moleculares a ser
analizadas en un mismo gel. Los límites usuales son 3-30% T en gradientes de
tipo lineal dependiendo del tamaño de las proteínas a ser separadas. Una de
14
las principales ventajas de estos geles en gradiente es que las proteínas están
continuamente atravesando áreas del gel con un tamaño de poro menor
teniendo esto un efecto concentrador. Si bien estos geles en gradiente son muy
útiles, pueden ser poco reproducibles.
15
Figura 1.3. Diagrama de Ferguson para dos proteínas hipotéticas distintas. En este caso se
puede observar como a mayores % T las proteínas presentan una movilidad distinta y podrían
resolverse mejor.
Geles continuos son aquellos en los cuales los iones presentes en los buffers
son los mismos a un mismo pH, tanto en la muestra como en el gel y los
reservorios que contienen los electrodos. En estos sistemas las proteínas son
cargadas o sembradas directamente en el gel en el cual se van a separar o
resolver (Figura 1.4A). Este tipo de sistema es más recomendable para
proteínas en su estado nativo dado que las mismas necesitan condiciones
estables a lo largo de toda la corrida, especialmente si luego se quiere realizar
una medida de su actividad. Otro factor a tener en cuenta es que la muestra
debe ser lo más concentrada posible dado que no habrá un efecto
concentrador determinado por el gel (ver más adelante).
Por el contrario, los geles discontinuos son aquellos que utilizan diferentes
iones en los buffers presentes en los geles de aquellos presentes en los buffers
de los reservorios de los electrodos. La mayoría de los geles discontinuos
tienen diferencias no solo en la composición de los buffers sino también en sus
pH. Los geles suelen estar divididos en dos regiones: un gel concentrador y
uno separador (Figura 1.4B).
16
La principal ventaja de los geles discontinuos es la posibilidad de sembrar una
mezcla de proteínas relativamente diluida y aun así obtener una buena
resolución. Esto se logra preparando un gel denominado concentrador que
presenta un tamaño de poro más grande y un pH menor al del gel separador,
que contiene poro más pequeño. De esta manera la muestra se siembra
directamente en el gel concentrador, y por un efecto de retardo en las proteínas
más chicas, debido al pH, con respecto a las más grandes, que avanzan por
existir un poro más grande, se logra un efecto de apilamiento antes de ingresar
al gel separador.
Figura 1.4. A) Gel continuo, las muestras son sembradas en fositas formadas directamente en
el gel que va a separar las proteínas; B) Gel discontinuo, las muestras son sembradas en
pequeñas fositas formadas en el gel concentrador.
17
más utilizados son el dodecil sulfato de sodio (SDS) y la urea. El primero es un
detergente iónico muy fuerte y la urea es un desestructurante del agua que
afectara la capa de solvatación de las proteínas (agente caotrópico).
Entre las electroforesis unidimensionales disociantes la técnica de SDS-PAGE
(de sus siglas en inglés: Sodium Docecyl Sulfate Polyacrylamide Gel
Electrophoresis), es probablemente la más utilizada de rutina en los
laboratorios. Es un gel de tipo discontinuo diseñado por Laemmli en 1970
(Laemmli, 1970). Sus aplicaciones más comunes son la determinación de la
masa molecular (ver detalle más adelante) y el estado de pureza de las
muestras de proteínas durante los procesos de purificación.
Esta técnica separa a las proteínas exclusivamente de acuerdo a su tamaño.
Durante su preparación para ser sembrada en el gel, la muestra debe ser
desnaturalizada calentándola a 100°C durante al menos 5 minutos en
presencia de SDS. Adicionalmente, dependiendo de la muestra a ser
analizada, también se agregan grupos –tiol (-mercaptoetanol o ditiotreitol) que
determinarán la reducción de los puentes disulfuro presentes en las proteínas y
permitirá observar los posibles oligómeros que conforman una proteína en
forma independiente. En estas condiciones, los distintos polipéptidos de la
muestra unirán SDS en una proporción de peso constante (1.4 mg de SDS por
mg de proteína) y todos adoptarán una forma similar de varilla. Esto hará que
las proteínas adopten una carga neta negativa uniforme haciendo que migren
siempre hacia el ánodo y solamente de acuerdo a su tamaño. Las proteínas
más grandes se retrasaran más y moverán más lentamente, mientras que lo
opuesto ocurrirá para las más pequeñas.
Es una buena práctica incluir un marcador de peso molecular en una de las
calles del gel que permita la comparación y, eventualmente, el cálculo de la
masa molecular de la proteína de interés. Es importante también que dicho
marcador contenga proteínas que estén por encima y debajo del peso
molecular de nuestra incógnita.
En la electroforesis en condiciones nativas (no disociantes) se preserva la
interacción entre subunidades proteicas, su estructura y su actividad biológica.
En este tipo de geles es muy importante la correcta selección del pH al cual se
18
va a realizar la corrida dado que las proteínas migrarán de acuerdo a su
relación carga/masa intrínseca.
Los geles no desnaturalizantes permiten la resolución de proteínas en su
estado nativo, ya sea monomérico o un complejo, que va a retener su
estructura terciaria y en muchos casos su función. Es recomendable para este
tipo de corridas electroforéticas utilizar sistemas continuos de manera de no
enfrentar a la proteína con cambios en el pH o el tamaño de poro durante la
corrida. Cambios en el pH del medio generaran cambios en la carga neta de las
proteínas y por lo tanto afectará la separación de las mismas. Cuanto mayor
sea la diferencia entre el pH del buffer del entorno y el punto isoeléctrico de las
proteínas menor será el tiempo de la corrida electroforética y las bandas serán
menos difusas. Obviamente se deberá tener en cuenta el rango de pH en el
cual las proteínas en cuestión son estables. Si bien hay rangos conocidos de
pH para las proteínas se deberían ajustar las condiciones de corrida para cada
una de ellas.
- Métodos de detección
19
Para muestras con cantidades 10 veces menores de proteínas (0,1-1 g/calle)
se requerirá de un método más sensible como es la tinción con plata (Hames,
1990). En algunos casos incluso se requiere de un método aún más sensible,
como puede ser el inmunoblotting que utiliza anticuerpos asociados a enzimas
que amplificarán la señal.
Si se desea detectar una actividad enzimática, en principio podría realizarse
luego de la corrida electroforética para lo cual se debería cortar el gel con la
banda de interés y realizar una elusión en una solución buffer adecuada de
acuerdo a las propiedades de la enzima. Esta práctica puede ser muy
laboriosa, con lo cual otra posibilidad más conveniente sería la de determinar la
actividad enzimática in situ. La principal limitante es que los métodos de
detección existentes son adecuados solo para una cantidad relativamente
pequeña de enzimas y los resultados son muy difíciles de cuantificar. Es
importante mencionar que los geles más convenientes para este tipo de
detección son aquellos de tipo nativo.
Por último, mencionaremos los geles en los cuales se incluye el sustrato de la
enzima cuya actividad quiere ser medida en la matriz del gel. Un ejemplo es la
medida de actividad de la glucógeno fosforilasa (Lerín, 2004), donde se
incorpora almidón en la mezcla del gel y se deja polimerizar. Luego se realiza
una corrida electroforética en condiciones nativas y se realiza una tinción con
iodo. En este caso será una tinción de tipo negativa, ya que donde se
encuentre la enzima se habrá degradado el almidón y este no se teñirá con el
iodo, pudiéndose observar una región blanquecina.
20
molecular también se puede emplear utilizando corridas electroforéticas con
proteínas en su estado nativo mediante diagramas de Ferguson. Estos
diagramas han sido muy útiles para determinar el tamaño molecular de
proteínas en su estado nativo (Hames, 1990).
En estas condiciones, un gráfico de la movilidad relativa (Rf) versus log de la M
de polipéptidos conocidos describe una recta, es decir una relación
directamente proporcional entre ambos parámetros. Los polipéptidos antes
mencionados son de masa molecular conocida y se utiliza la distancia que
estos han recorrido para construir la curva estándar (Figura 1.5). Es importante
también tener en cuenta que la relación entre el log10 M molecular y la
distancia recorrida (r) es lineal solo en un determinado rango de masas
moleculares, y este variará con la concentración de los geles y el sistema de
buffers utilizado.
21
Figura 1.5. Curva de calibración mostrando la movilidad relativa Rf en función del log de la
masa molecular de distintos polipéptidos. Las Rf son expresadas de acuerdo al frente de
corrida con el colorante azul de bromofenol.
22
Figura 1.6. Gel en gradiente de urea corrido transversalmente. En la imagen se observa la
electroforesis usando un gradiente linear de urea (0-8M) de una variante abreviada de la
proteína que une ácidos grasos de intestino de rata (IFABP). Se destacan las regiones de
pretransición (a), transición (b) y postransición (c).
Electroforesis capilar
23
purificación. Para más detalles ver Current Protocols in Protein Science,
Capítulo 10.
Isoelectroenfoque (IEF)
24
aparecerán como bandas bien definidas a través del gradiente de pH. El IEF se
puede realizar tanto en una escala analítica (10 g) como preparativa (1-10
mg).
La buena resolución de la técnica requerirá de la optimización tanto del
gradiente de pH como de la intensidad el campo eléctrico aplicado a través de
dicho gradiente de pH. Típicamente, se usa un amplio gradiente de pH en
experimentos preliminares y, de acuerdo al comportamiento de la proteína de
interés y el objetivo del ensayo, se selecciona un rango de pH más estrecho
para mejorar la resolución.
La preparación de la muestra también requiere de optimización, ya sea para
una escala analítica como para una preparativa. Las proteínas en la muestra
tienen que estar perfectamente solubilizadas y libres de sales que puedan
interferir con el proceso de focalización. A veces, la solubilización de proteínas
puede requerir la presencia de urea o detergentes no iónicos para poder
mantener el gradiente de pH continuo y poder generar bandas bien focalizadas.
Electroforesis bidimensionales
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una técnica apropiada apareciendo las distintas proteínas como puntos en el
gel (Figura 1.8).
Figura 1.7. Diagrama mostrando cómo se realiza un gel bidimensional. Primero se realiza la
primera dimensión donde las proteínas se separan de acuerdo a su pI. Luego las cintas de pH
son sembradas en un SDS-PGE con una inclinación de 90°. En la segunda dimensión las
proteínas se resuelven de acuerdo a su masa molecular (M.M).
26
La resolución de los geles bidimensionales es tal que muestras tan complejas
como lisados celulares conteniendo varios miles de proteínas diferentes
pueden ser analizados.
Si bien se pueden aislar proteínas de interés directamente del gel para luego
enviarlo a una determinación por espectrometría de masas, el uso más
frecuente que se le da a esta técnica bidimensional es la de observar
variaciones en los patrones de expresión de distintos tejidos sometidos a
distintos tratamientos.
27
Figura 1.9. Filtración por geles de moléculas. Vi: volumen de elusión de moléculas que
penetran a través de los poros de la matriz. Vo: volumen de elusión de moléculas que quedan
excluidas de los poros de la matriz. Ve: volumen de elusión de la molécula de interés .
28
las interacciones inter e intramoleculares. Bajo estas condiciones se determina
la masa de subunidades individuales.
Para una determinación adecuada de la masa molecular se requiere:
1. Una columna de filtración con el medio del rango de fraccionamiento
adecuado.
2. Moléculas de calibración con masas por encima y por debajo de la de la
molécula de interés.
3. Para las condiciones nativas, buffers que promuevan la estabilidad de la
molécula, mientras que minimizan las interacciones de la misma con la
columna. Condiciones de elusión idénticas para el estándar.
4. En condiciones desnaturalizantes, se emplean buffers con el agente
desnaturalizante tanto para la muestra como para el estándar.
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fundamentales: 1) permite estudiar macromoléculas y complejos
macromoleculares en solución y 2) es un método absoluto (no requiere
estandarización). Los dos experimentos más frecuentes empleando UCA son
los de velocidad de sedimentación y equilibrio de sedimentación. La elevada
precisión y exactitud del análisis de sedimentación se debe a que está
firmemente basado en la termodinámica y todos los términos de las ecuaciones
que describen el comportamiento de sedimentación se pueden determinar
experimentalmente.
En la medición de velocidad de sedimentación, el rotor gira a velocidades muy
altas, de tal forma que la sedimentación sobrepasa a la difusión. La
macromolécula se aleja del eje de rotación en forma de un frente delgado. En
combinación con otros datos como el coeficiente de difusión (D), se puede usar
este experimento para determinar el peso molecular (PM) y obtener
información acerca de la forma de la macromolécula.
En las mediciones de equilibrio de sedimentación, la velocidad del rotor es
baja, de tal forma que hay un balance entre la sedimentación y la difusión. Esto
conduce a una distribución estable (en el equilibrio) de la macromolécula en la
celda. De esta manera, la posición depende sólo del tamaño y no de la forma.
Esta forma de medir es más precisa, pero lleva más tiempo. Esto último puede
ser problemático en el caso de muestras inestables. Se puede resolver
utilizando celdas más pequeñas.
Instrumentos
Una ultracentrífuga analítica hace girar un rotor en una cámara al vacío (para
disminuir el calentamiento friccional y la turbulencia aerodinámica) a una
velocidad controlada constante muy alta (hasta 80.000 rpm) y temperatura
controlada constante. Además debe permitir el registro de la distribución de
concentración de la muestra a tiempos establecidos (Figura 1.10).
- Rotores: Los rotores para UCA deben soportar un stress gravitacional
enorme. A 60.000 rpm, un rotor de ultracentrífuga típico genera un campo
30
centrífugo en la celda de alrededor de 250.000 x g. Esto quiere decir que una
masa de 1 gr experimenta un peso aparente de 250 Kg. Además el rotor debe
permitir el pasaje de la luz a través de la muestra que se está centrifugando.
- Celdas: las celdas para UCA también deben soportar las altas fuerzas
gravitacionales y deben permitir el paso de la luz. Generalmente se trata de
una cavidad de aleación de aluminio con los laterales constituidos por dos
ventanas gruesas de cuarzo.
Figura 1.10. Esquema del sistema óptico y las características del rotor de una ultracentrífuga
analítica. ω es la velocidad angular de rotación, y es la distancia de la proteína al eje de
rotación.
Determinación de PM
31
Permite la medición directa del PM del soluto en su estado nativo y tal como
existe en solución, sin necesidad de calibración. El método es aplicable a
moléculas de un amplio rango de PM, desde varios cientos (sacarosa) hasta
varios millones (partículas virales y organelas). El método es aplicable a
proteínas, ácidos nucleicos y carbohidratos (cualquier sustancia cuya
Absorbancia o índice de refracción sea distinto del solvente).
Velocidad de sedimentación
32
Ec. 1.1
Ec. 1.2
33
Figura 1.11. Experimento de Velocidad de Sedimentación. La concentración esta graficada en
función del radio desde el eje de rotación en distintos intervalos de tiempo.
Ec. 1.3
Ec. 1.4
34
Si conocemos el valor del PM obtenido a partir de otras mediciones, podemos
usar los valores de M y s para obtener el valor de f, el coeficiente de fricción. El
valor de f informa acerca de la resistencia de la proteína a moverse a través de
la solución, y depende de dos factores, la forma y el grado de hidratación. Este
último factor es calculable, siendo de alrededor de 0,3 gr de agua unida por gr
de proteína. Este tipo de mediciones son usadas para determinar la forma de
las proteínas en solución (Bermudez, 2002).
Equilibrio de Sedimentación
Ec. 1.5
35
constantes de equilibrio del proceso y, en consecuencia, las fuerza de la
interacción (van Holde, 1998).
Esta es una técnica muy poderosa para determinar la masa molecular de una
macromolécula en solución. Una desventaja es el tiempo que puede tomar, lo
que puede dificultar el estudio de moléculas inestables. Por otra parte el
equipamiento requerido no siempre está al alcance de un laboratorio estándar.
Bibliografía
Andrews AT. Electrophoresis: Theory, Techniques and biochemical and clinical Applications.
Oxford University Press, New York (NY), 1986.
Bermudez VP, MacNeill SA, Tappin I y Hurvitz J. J.BIol.Chem, 277: 36853-62, 2002.
Byron O. Analytical Ultracentrifugation, Chapter 16A. En Price NC (Ed.), Proteins Labfax, Bios
Scientific Publishers, Oxford, 1996.
Laemmli UK. Cleavage of structural proteins during the assembly of the head of bacteriophage
T4. Nature, 277: 680, 1970.
glycogen metabolism in cultured human muscles by the glycogen phosphorylase inhibitor CP-
91149. Biochem J. 378: 1073-1077, 2004.
5H
van Holde KE, Johnson WC y Ho PO. Chapter 5 Principles of Physical Biochemistry, Prentice
Hall, Englewood Cliffs (NJ). 1998.
36
CAPÍTULO 2
FLUORESCENCIA
Eduardo De Gerónimo y Lisandro Jorge Falomir Lockhart
Introducción
37
- Fotoluminiscencia: La energía activadora es radiación electromagnética del
espectro visible, ultravioletas o rayos X.
- Quimioluminiscencia: La energía de excitación se libera mediante una
reacción química.
- Bioluminiscencia: La energía proviene de reacciones químicas, como en el
caso anterior, pero que tienen lugar en los seres vivos.
- Triboluminiscencia: Se produce al liberarse la energía almacenada en ciertas
sustancias cristalinas como consecuencia de su ruptura.
La fotoluminiscencia, a su vez, puede subdividirse en fluorescencia y
fosforescencia, según el tiempo que transcurre desde la absorción de la
radiación hasta la emisión de luz. La Fluorescencia puede considerarse un
fenómeno prácticamente instantáneo, transcurre en tiempos del orden de la
milmillonésima de segundo (1 ns = 10-9 s) y dura únicamente mientras haya un
estímulo excitatorio. Por el contrario, en la fosforescencia la energía absorbida
se libera lenta y continuamente ya que existe un retraso temporal considerable
entre la excitación y la emisión de fotones. Normalmente el proceso transcurre
entre millonésimas de segundo (>1 µs = 10-6 s) a varios minutos, y algunas
sustancias pueden continuar emitiendo luz hasta incluso durante horas
después del corte del estímulo que la provoca.
El mecanismo físico que rige ambos procesos es similar. Las moléculas
absorben energía en la forma de fotones y algunos de sus electrones son
promovidos a orbitales moleculares de mayor energía. En este estado
electrónico excitado, la molécula puede sufrir diferentes mecanismos de
conversión interna que disipan parte de la energía absorbida como calor o
excitando otras moléculas. Los cambios energéticos están cuantizados y deben
cumplir con las leyes físicas. En el caso del fenómeno de fosforescencia en
particular, los electrones excitados cambian su estado cuántico de spin,
pasando de una configuración de estado Singlete a una de estado Triplete, lo
que clásicamente está “prohibido” o, mejor dicho, tiene una probabilidad muy
baja. Del mismo modo, la desexcitación de los electrones desde el estado
Triplete al basal (Singlete) también es un proceso poco probable. Esta es la
razón por la cual la fosforescencia puede durar varios minutos. El decaimiento
38
de los electrones excitados nuevamente al orbital de menor energía (estado
basal Singlete) se asocia a la emisión de un fotón que arrastra el exceso de
energía (equivalente a la diferencia entre los niveles excitados y basal). De este
modo, en el caso de la fluorescencia, por ejemplo, la longitud de onda del fotón
emitido es más larga que la de aquel absorbido en primera instancia para
excitar la molécula. Cabe mencionar también aquí el fenómeno de
Quimioluminiscencia, en el cuál la excitación de una molécula está acoplada a
una reacción química, y a la cual también se asocia la disipación de parte de la
energía puesta en juego como luz.
Las sustancias que tienen la capacidad de emitir luz por fluorescencia al ser
excitadas por diferentes tipos de radiación son llamadas Fluoróforos. Dichas
sustancias suelen ser moléculas orgánicas poliaromáticas o heterociclos con
un sistema de enlaces-π conjugado. Sin embargo, más recientemente se han
descrito nanopartículas de semiconductores, así como también nanocristales
de diamante impurificados con átomos de N, que también presentan esta
propiedad. En el presente capítulo describiremos en detalle el fenómeno de
fluorescencia y sus distintas variantes y aplicaciones para el estudio de
sistemas biológicos. Especial atención prestaremos a los distintos tipos de
fluoróforos disponibles hoy en día y a las ventajas de los últimos desarrollos.
Diagrama de Jablonski
39
que ocurra el salto de nivel es igual a h, donde h es la constante de Planck y
es la frecuencia de excitación. El tiempo transcurrido en la absorción de ese
fotón es del orden de 10-15 segundos. Si las moléculas se encuentran en
solución, pierden rápidamente el exceso de energía vibracional por
transferencia no radiativa a las moléculas del solvente, quedando entonces en
el nivel más bajo posible de energía vibracional del estado excitado S 1. Este
proceso se denomina relajación vibracional y ocurre en un tiempo que oscila
entre 10-11 y 10-13 segundos. Si la energía es suficiente, el electrón puede pasar
a un estado electrónico superior al primer estado excitado (S 2). Previo a la
emisión de luz, es necesario un proceso de conversión interna durante el cual
el electrón pasa desde un nivel vibracional inferior del estado S2 a un nivel
vibracional elevado del estado S1, y por mecanismos de relajación vibracional
retorna al nivel más bajo posible de energía vibracional de éste último. La
ganancia de energía vibracional del disolvente puede comprobarse en un ligero
incremento de la temperatura del medio.
Aunque teóricamente sería posible que el electrón cayera desde el estado
vibracional alto al estado basal S0, en la práctica esto no ocurre dado que el
mecanismo de reconversión de energía interna ocurre usualmente en tiempos
muy cortos, por lo que resulta virtualmente imposible para el electrón ceder
nuevamente el total de la energía que recibió, y como consecuencia la luz
emitida es siempre de menor energía y, consecuentemente, de mayor longitud
de onda que la recibida. El tiempo de vida media o lifetime (τ) de una especie
excitada es relativamente breve, entre 1 y 10 ns, porque existen diversos
mecanismos por los cuales un átomo o una molécula excitada libera el exceso
de energía y se relajan a su estado fundamental:
40
Figura 2.1. Diagrama de Jablonski. Representación esquemática de la distribución de niveles
electrónicos de una molécula dónde se indican con diferentes colores las transiciones
electrónicas posibles entre el estado fundamental S0 y los distintos estados excitados singlete
S1, singlete S2 y triplete To.
41
degenerados (estado triplete excitado T 1*), lo que conlleva a un cambio de
multiplicidad. El estado triplete es metaestable, pero puede existir por tiempos
muy largos (hasta horas) debido a que las transiciones entre estados singlete y
triplete está “prohibida” (es muy poco probable). Cuando los electrones en
estado triplete aparean sus espines ceden esa energía de apareamiento en
forma de luz.
- Quenching: La extinción de la fluorescencia (o Quenching) es un mecanismo
de desexcitación por el cual el fluoróforo interacciona con ciertas moléculas
denominadas “quenchers” (como cloroformo, acrilamida, TEMPO, etc.) que son
capaces de capturar el exceso de energía del estado excitado y de disiparla
completamente como calor. Los quenchers pueden localizarse selectivamente
en membranas o proteínas al igual que los fluoróforos, pudiendo estos
combinarse para obtener información sobre interacción de proteínas o sobre
cambios conformacionales.
- Reacciones químicas: En muchos casos el estado excitado puede tomar una
vía química lo que suele degradar el fluoróforo, con la consecuente pérdida de
la intensidad de fluorescencia. De este modo, se pueden interconvertir formas
fluorescentemente activas y “oscuras”.
42
La espectrofluorimetría es una técnica muy sensible y relativamente sencilla de
realizar. Todos los métodos espectrofotométricos se basan en la ley de
Lambert y Beer:
Ec. 2.1
43
fluorescencia respecto al número total de moléculas excitadas. Cuanto más
procesos de desexcitación coexistan para un fluoróforo, menor será la fracción
de moléculas que se desexcitan de forma radiativa, y por lo tanto menor será la
intensidad de fluorescencia (Ec. 2.2).
Ec. 2.2
44
etc.). Este parámetro define cuántos fotones de fluorescencia pueden
recuperarse por unidad de tiempo. Por otro lado, la intensidad de fluorescencia
también depende de la multiplicidad de mecanismos no radiativos que
compitan con las desexcitaciones luminiscentes. De este modo, es importante
conocer el QYf de los fluoróforos y el coeficiente de absortividad molar (ε). El
brillo aparente (B) de un fluoróforo puede estimarse como el producto entre el ε
a la longitud de onda del máximo del espectro de excitación y el QYf.
Ec. 2.3
45
poseen el inconveniente de que las redes de difracción no sólo seleccionan una
longitud de onda determinada, sino que también la luz de longitudes de onda
equivalentes a los múltiplos de la seleccionada, lo que suele crear artefactos,
en especial en relación a la luz de excitación dispersada. Esto puede
solucionarse de dos formas. Por un lado, puede interponerse un filtro o un
espejo dicroico de pasaje largo que bloquee la luz de excitación. De lo contrario
se pueden emplear monocromadores que funcionen con dos redes de
difracción diferentes de forma tal que los múltiplos de longitudes de onda
seleccionados en la primera sean eliminados en la segunda red. Esta última
opción suele ser significativamente más costosa.
Los componentes generales que forman parte de los fluorómetros y
espectrofluorímetros son:
- Fuentes de radiación: lámparas o láseres
- Filtros y/o monocromadores
- Cubetas portamuestra
- Detectores
- Sistema electrónico y registrador
Describiremos a continuación más en detalle las características y funciones de
cada componente:
- Fuentes de luz: Los factores a considerar en una fuente de radiación son la
intensidad de la lámpara, la distribución de longitudes de onda de la radiación
que la fuente emite y su estabilidad. Los espectrofluorómetros de barrido
requieren fuentes de radiación que emitan continuamente sobre un amplio
intervalo espectral. En cambio, los fluorómetros de filtro o espectrofluorómetros
que se usan específicamente para mediciones analíticas a longitudes de onda
fijas pueden usar fuentes de luz discretas, ya sea de líneas atómicas o, más
recientemente, fuentes de luz LED (por sus siglas en inglés, Light Emitting
Diodes, diodos emisores de luz). Las lámparas usualmente empleadas son:
a) Lámparas de arco de alta presión de Xenón: Se usan en casi todo
espectrofluorímetro comercial. Emiten una radiación continua, intensa y
relativamente estable que se extiende de los 300 a los 1300 nm.
46
b) Lámpara de destello de Xenón: Es una fuente compacta de poco costo.
Genera un destello de alta energía producido por la descarga de un capacitor a
través de la lámpara llena de Xenón. Tiene un espectro de emisión continuo
con intensidad casi constante en el rango de 300-800 nm, y una radiación
suficiente para las mediciones por encima de 200 nm.
47
d) Láseres: Un láser emite luz de alta intensidad en uno o unos pocos
intervalos muy estrechos de longitudes de onda, por lo general de 0.01 nm. En
el caso de láseres con una única longitud de onda, se hace innecesario el
monocromador o el filtro de excitación. La desventaja de este tipo de fuentes es
que la longitud de onda de un láser no se puede variar. Las fuentes de láser
suelen emplearse cuando se requiere una radiación de excitación altamente
monocromática para minimizar los efectos de las interferencias fluorescentes,
como por ejemplo en microscopía (ver Capítulo 13).
- Filtros y Monocromadores: Un monocromador transmite luz de una longitud
de onda y tolerancia ajustables. Los monocromadores más utilizados son las
redes de difracción, en las cuales la luz sale con un ángulo diferente
dependiendo de la longitud de onda y se puede, entonces, seleccionar qué
longitudes de onda transmite con una rendija de ancho variable. El
monocromador de excitación se localiza entre la fuente de radiación y la
muestra, mientras que el monocromador de emisión se halla entre la muestra y
el detector (Figura 2.2). Para tener una buena selectividad espectral y poder
resolver la estructura fina de los espectros, el monocromador de emisión debe
ser capaz de resolver dos líneas con diferencia de 0.1 nm. En mediciones de
anisotropía (ver siguiente sección) se añaden además dos filtros de
polarización, uno después del monocromador de excitación, y otro antes del
monocromador de emisión. Es importante recordar que los polarizadores tienen
un rango de eficiencia, la cual depende también de la longitud de onda
seleccionada, y por lo general es difícil fabricar polarizadores que funcionen
bien en todo el rango de uso un espectrofluorímetro (UV-Visible-IR).
Los monocromadores no son perfectos y transmiten luz con otras longitudes de
onda diferentes a las establecidas. Muchos equipos disponen de un sistema de
monocromación doble que comprende dos monocromadores en tándem para
dispersar la luz de excitación y otros dos para examinar los espectros de
fluorescencia. El monocromador doble reduce drásticamente la interferencia de
la radiación dispersada por la muestra y también permite el uso de rendijas
más grandes para alcanzar la misma resolución que los monocromadores
comunes. Las rendijas más grandes permiten el paso de más radiación a
48
través del monocromador de excitación, lo que permite trabajar con muestras a
concentraciones bajas sin sacrificar resolución.
- Cubetas Portamuestras: Las cubetas utilizadas en fluorescencia pueden ser
rectangulares o cilíndricas, aunque las primeras son más frecuentemente
empleadas. Se utilizan cubetas de sílice (cuarzo) cuando se trabaja con luz UV,
ya que el vidrio absorbe significativamente a esas longitudes de onda
(<300 nm). En caso de emplear luz visible, se pueden emplear también cubetas
de vidrio o incluso de algunos tipos de plásticos. Se debe tener cuidado en el
diseño del compartimento de la cubeta para reducir la cantidad de radiación
dispersada que alcanza el detector. Con este propósito, suelen introducirse
deflectores en el compartimento. Durante los ensayos, es muy importante evitar
dejar las huellas dactilares en las cubetas, ya que la grasa de la piel con
frecuencia fluoresce y produce dispersión de luz.
- Detectores: La señal de fluorescencia es de baja intensidad, por lo cual se
requieren dispositivos amplificadores. Los tubos fotomultiplicadores (PMT,
Photo-Mutltiplier Tube) son los detectores más utilizados en instrumentos de
fluorescencia. Estos detectores suelen trabajarse en la modalidad de recuento
de fotones para mejorar la relación señal/ruido. También son empleados los
detectores de diodos en serie y de transferencia de carga. Este tipo de
detectores permite el registro rápido de los espectros de excitación y de
emisión.
El detector puede ser de un solo canal, detecta la intensidad de una longitud de
onda en cada momento, o de múltiples canales, detecta la intensidad en todas
las longitudes de onda simultáneamente (detector espectral). Este tipo de
detectores consiste en un arreglo de detectores puntuales que se disponen
luego de un componente que discrimina las distintas longitudes de onda. En el
caso de algunas aplicaciones particulares, los detectores también clasifican la
intensidad en función del tiempo de arribo de los fotones dividiéndolos en
canales temporales. Este es el caso de las medidas de tiempo de vida media
en el domino de tiempo (ver más adelante).
49
Cabe destacar que, en los equipos más actuales, una pequeña fracción de la
radiación de excitación es dirigida hacia un detector de referencia, o detector
cuántico, que registra las variaciones de intensidad de la fuente de luz.
- Espectrofluorómetros: La fluorescencia suele medirse en un ángulo de 90° en
relación a la luz de excitación con el fin de evitar la interferencia de la luz de
excitación transmitida. Esto se traduce en una mejor relación señal-ruido y
reduce el límite de detección si se compara con una geometría de 180°.
Casi todos los espectrofluorómetros utilizan ópticas de doble haz, para
compensar las fluctuaciones en la potencia de la fuente. Las señales
procedentes de los detectores de la muestra y de referencia se dirigen a un
amplificador diferencial. La técnica de doble haz suministra una mayor
precisión analítica, conveniencia y velocidad que las técnicas de un solo haz
comparables, ya que discrimina mejor la fluorescencia de la muestra de la
dispersión interferente.
50
La naturaleza generalmente simétrica de ambos espectros es el resultado de la
misma transición, involucrada tanto en la absorción como en la emisión y las
similitudes de los niveles vibracionales de S0 y S1. Esta propiedad se conoce
como la regla de la imagen espejo. Existen muchas excepciones a esta regla,
como cuando los fluoróforos forman complejos o cuando existen grupos
ionizables.
51
2.3. Anisotropía
52
cuando su dipolo tiene una determinada dirección y, al emitirla, dicha
orientación ha variado (Weber, 1966).
Para medir el grado de polarización, se excita la muestra problema con luz
verticalmente polarizada (Figura 2.4) y se mide la intensidad de la luz emitida
que pasa a través de dos polarizadores, uno orientado paralelamente a la
dirección de la luz polarizada de excitación (intensidad que se denomina I II) y
otro orientado perpendicularmente a dicha dirección (valor llamado I⊥).
Ec. 2.4
Otro parámetro empleado con frecuencia es el de Polarización (P), que se
define como:
Ec. 2.5
53
valores de III y de I⊥ son iguales, el valor de la anisotropía es 0. En cambio, si
la luz emitida está totalmente polarizada (valor de I⊥ igual a 0), la anisotropía
tiene un valor de 1. Es necesario notar que lo valores de P también varían entre
0 y 1, pero no es exactamente equivalente.
El valor de la anisotropía disminuye, generalmente, al aumentar la movilidad de
las moléculas. La diferente orientación de los dipolos de excitación y de
emisión debido a la libre rotación de las moléculas en solución es uno de los
principales mecanismos de la despolarización que experimentan los
fluoróforos. Por este motivo, los compuestos orgánicos fluorescentes en estado
libre (soluble) prácticamente no tienen polarización. Pero si estas moléculas
pequeñas se unen a otras estructuras de mayor tamaño, como proteínas o
membranas) su movimiento se ve reducido y su anisotropía aumenta. La
despolarización de las sustancias se debe también a otros procesos
importantes como el movimiento browniano de las partículas fluorescentes, la
reabsorción de la luz emitida por una segunda molécula, la luz dispersada,
fenómenos de transferencia de energía y el aumento del tiempo de vida media
del estado excitado.
Los equipos para medir la Anisotropía de fluorescencia son muy similares a los
espectrofluorímetros o los fluorómetros clásicos y comparten varios de los
componentes básicos. El diseño incluye una fuente de luz, un selector de
longitud de onda de excitación (monocromador o filtro), polarizador de
excitación, portacubeta, polarizador de emisión, selector de longitud de onda de
emisión (monocromador o filtro) y detector. Los polarizadores deben poder ser
rotados para cambiar la orientación del plano de polarización y/o de emisión.
Los polarizadores lineales son elementos ópticos que transmiten la luz cuyo
vector eléctrico está alineado con el eje de polarización y bloquean aquella
cuyo vector forme un ángulo de 90° con dicho eje. Están fabricados con
materiales formados por partículas alargadas, varillas o placas alineadas
54
paralelamente unas a otras, debido a lo que transmiten sólo un plano de luz
polarizada y absorben el perpendicular. Para una adecuada medida de la
anisotropía se requiere que los polarizadores estén correctamente calibrados y
colocados en las posiciones horizontal y vertical ya que, de lo contrario, la
relación de intensidades que se calcula no sería real.
55
proteínas), la rigidez de los medios moleculares. Concretamente, esta técnica
es muy importante en el estudio de la movilidad de los lípidos de la membrana
y la desnaturalización de proteínas.
Quenching dinámico.
56
Ec. 2.6
Ec. 2.7
57
I114W, cuyos triptófanos se localizan en la interfase de la proteína, son más
fácilmente afectados por la acrilamida al estar más expuestos al solvente. El
Trp17 (mutante F17W) presenta una accesibilidad intermedia a la acrilamida, lo
que puede corresponderse a que este residuo se orienta hacia el interior de la
proteína, y forma la parte superior del sitio de unión de ligandos, por lo que
resulta estar menos expuesto que los otros mutantes, pero más que los
triptófanos naturales.
3.4
F17W
2.9 L30W
F55W
2.4 I114W
Fo/F
W6F
1.9 W82F
1.4
0.9
0 0.05 0.1 0.15 0.2 0.25 0.3
[acrilamida] (M)
Figura 2.5. Quenching Triptófanos con Acrilamida. El gráfico muestra un ensayo tipo de
Quenching con acrilamida de una serie de mutantes de triptófanos en la proteína IFABP. A una
solución de cada uno de los mutantes se le agregó concentración creciente de acrilamida (0 –
0.3 M). F0/F es la relación entre la intensidad de fluorescencia de la proteína en ausencia (F0) y
presencia de acrilamida (F). Del ajuste de la ecuación de Stern-Volmer a los datos
experimentales puede obtenerse la constante de Stern-Volmer (Ksv).
58
Figura 2.6. Modelos moleculares de los mutantes de IFABP. Las figuras fueron obtenidas por
minimización de energía empleando el programa Swiss-PdbViewer a partir de la estructura
cristalográfica de la proteína nativa. El esqueleto peptídico se muestra en el formato de cintas
(azul) y los residuos de Trp analizados en los ensayos de Quenching están resaltados en rojo.
Quenching estático
Ec. 2.8
59
donde [MQ] es la concentración del complejo, [M] es la concentración del
fluoróforo libre, y [Q] es la concentración del quencher. Si el complejo MQ no
emite, la relación de intensidades F0/F es igual a la relación de concentraciones
[M]0/[M], donde [M]0 es la concentración total del fluoróforo:
Ec. 2.9
El Quenching estático también conduce a una relación lineal entre F0/F y [Q],
excepto que la constante de Quenching es la constante de formación del
complejo.
Para diferenciar entre ambos tipos de Quenching el método más conveniente
es el análisis de la dependencia de los tiempos de vida de fluorescencia con la
concentración del quencher. Si el Quenching es dinámico, el cociente de los
tiempos de vida de fluorescencia en ausencia y presencia de quencher (τ0 / τ)
es igual al cociente de las intensidades de fluorescencia (F0/F). Si, por el
contrario, existe un Quenching estático, una fracción del compuesto emisor se
encuentra secuestrada formando parte del complejo no emisor y la
fluorescencia observada proviene solamente del fluoróforo libre. Esta fracción
no ha sido alterada, por lo que el tiempo de vida de fluorescencia que se mide
es igual al tiempo de vida en ausencia del quencher (τ0). En definitiva, el
cociente τ0/ τ no demostrará dependencia con la concentración del quencher.
De este modo, la medida del tiempo de vida de la fluorescencia (τ0) a distintas
concentraciones del quencher y de la gráfica de τ0/ τ versus [Q] puede
diferenciar claramente entre un proceso de Quenching de tipo dinámico y otro
estático.
60
2.5. Fenómeno de Transferencia de Energía de Resonancia Föster
(FRET)
Figura 2.7. Superposición entre el espectro de emisión del dador y el espectro de excitación
del aceptor.
61
De acuerdo con la teoría dearrollada por Theodor Förster, que considera una
aproximación dipolar para la interacción coulómbica, la velocidad de
transferencia de energía se expresa como:
Ec. 2.10
Figura 2.8. Conformaciones posibles para la apolipoproteína AI cuando está unida a lípidos.
62
Los procesos FRET contienen información estructural acerca del par
dador-aceptor. Un ejemplo de este tipo de estudios es la determinación de la
conformación de una apolipoproteína (ApoA-I) cuando se une a lípidos (Li,
2000). ApoA-I es una proteína anfipática con un alto contenido alfa hélices que
une fosfolípidos con alta afinidad y los organiza en bicapas solubles o discos
que toman colesterol de los tejidos. Numerosos estudios revelaron que cada
disco contenía dos moléculas de ApoA-I pero no la manera en que
interaccionaban. De esta manera, surgieron dos hipótesis para describir su
interacción con los fosfolípidos: a) el modelo de “cerca”, donde las distintas alfa
hélices se disponen alrededor del disco de manera antiparalela, y b) el modelo
de “cinturón”, donde las hélices se disponen con sus ejes de manera
perpendicular a las cadenas aciladas de los fosfolípidos (Figura 2.8). Para
dilucidar la conformación de las moléculas de apoproteína cuando forman parte
de los discos se construyeron mutantes puntuales donde se reemplazó la
glutamina 132 por una cisteína (ApoA-I Q132C) de manera de incluir grupos
-SH con reactividad selectiva para marcar a la proteína en forma específica.
Los ensayos de FRET se realizaron empleando moléculas de ApoA-I marcadas
con 5-iodoacetamidofluoresceína (5-IAF), como dador, y con
tetrametilrodamina iodoacetamida (TMRIA), como aceptor. Dado que el
diámetro de los discos es de 104 Å, si las hélices se encuentran en la
conformación de tipo “cerca” el fenómeno de FRET no ocurriría debido a la
distancia que separaría ambos fluoróforos. Mientras que si las hélices
estuvieran en la conformación de tipo cinturón si se observaría dicho fenómeno
(Figura 2.8). Los espectros de emisión de la ApoA-I marcada en los discos HDL
mostraron un decaimiento en la intensidad de emisión del dador y un
incremento en la intensidad de emisión del aceptor consistente con una
eficiencia FRET del 40%. La presencia de FRET demostró que la ApoA-I
adopta la conformación de “cinturón” en vez de la conformación en “cerca”.
Otras aplicación muy frecuente de FRET es la medición de distancias entre dos
sitios en una macromolécula, como por ejemplo, la determinación de la
distancia entre un triptófano (dador) y un aceptor extrínseco unido en forma
covalente o no covalente. Los estudios FRET también son empleados en la
63
determinación de constantes de afinidad de distintas interacciones moleculares
o complejos macromoleculares en los que más de un par dador-aceptor es
posible. Ver ejemplos en el Capítulo 11 sobre interacción proteína-proteína
64
técnicas de microscopía de fluorescencia. Además, en muestras de células y
tejidos existe una alta contaminación de la señal por la fluorescencia de otras
proteínas y demás componentes celulares, como los cofactores RedOx
derivados de nucleótidos, como NAD+ y FAD. Los ácidos nucleicos no emiten
una fluorescencia considerable, pero, sin embargo, si pueden absorber luz UV
(filtro interno).
Por otro lado, los tejidos vegetales tienen gran cantidad de pigmentos,
moléculas lipídicas coloreadas como clorofilas, xantofilas o carotenoides; y
muchas de ellas también son fluorescentes. Los iones de metales de transición
complejados con proteínas también presentan propiedades de absorción de
luz, a veces absorbiendo la fluorescencia propia de la muestra y otras incluso
emitiendo, dependiendo del ion y el complejo. Por estas razones, los grupos
fluorescentes naturales sólo suelen ser empleados cuando uno trabaja con
sistemas puros (in vitro), donde resultan de gran utilidad.
65
- 2. Sondas Fluorescentes Orgánicas: Distintos compuestos orgánicos con
sistemas de enlaces-π conjugados presentan fluorescencia en el rango de luz
UV-Visible-IR. La ventaja principal de los fluoróforos orgánicos es el alto
coeficiente de extinción (ε) y el alto rendimiento cuántico de fluorescencia (QYf)
que presentan. Para su uso en el estudio de una biomacromolécula en
particular es necesario unirlas en forma específica y estable a la misma. Los
lípidos por ejemplo pueden ser sintetizados como análogos fluorescentes en
los que una parte de los mismos se reemplaza o modifica para incorporar el
grupo responsable de la fluorescencia. En el caso de las proteínas se recurre a
las técnicas de química de proteínas para modificar las residuos específicos
mediante la unión covalente de la sonda fluorescente. Los grupos que
normalmente se modifican para tal fin son los amino, los carboxilo o los
sulfhidrilos, correspondientes a Lisinas (Lys), Glutámicos (Glu) y Aspárticos
(Asp), y Cisteínas (Cys) respectivamente. De este modo, los fluoróforos deben
ser modificados para contener un grupo succinilimido, tetrafluorofenilo o
isotiocianato si se desea que se unan a los residuos de Lys. Los mismos
reactivos se emplean para marcar los nucleótidos través de sus grupos amino.
Los grupos carboxilos se conjugan con fluoróforos carbodiimidas, pero puede
ser necesario activar los carboxilos con 3-sulfo-tetrafluorofenilo. En el caso de
los residuos de Cys, los fluoróforos se acoplan a iodoacetamida o maleimida.
Estos reactivos pueden emplearse para marcar fluorescentemente anticuerpos
y sondas de ADN que permitan reconocer proteínas, secuencias de ADN o
ARN, así como estructuras subcelulares con alta especificidad y sensibilidad.
Esta es la base del fundamento de técnicas como Inmunofluorescencia (IF),
Citometría de flujo o Fluorescencia por Hibridización in situ (FISH) (para más
detalles, ver Capítulo 13).
Existen muchas sondas fluorescentes que, debido a su estructura química,
presentan afinidad por distintos componentes subcelulares, como por ejemplo
membranas biológicas. Existen tres categorías de sondas fluorescentes que
permiten teñir bicapas fosfolipídicas: análogos de fosfolípidos, fluoróforos con
un grupo de anclaje y fluoróforos liposolubles. Estas sondas generalmente
66
presentan una limitada solubilidad y su QYf aumenta notablemente en entornos
lipofílicos respecto a su rendimiento en medio acuoso.
a) Análogos de Fosfolípidos: Las cabezas polares y/o sus cadenas aciladas
son modificadas químicamente para contener un fluoróforo. De este modo, los
análogos fluorescentes se comportan como los fosfolípidos naturales y pueden
ser incorporados en las membranas biológicas. Algunos ejemplos son el
NBD-PE, el NBD-PC o el BODIPY-PC (Cairo, 2010).
b) Fluoróforos Anfifílicos: La estructura química de estos compuestos
fluorescentes, que normalmente incluyen largas cadenas hidrofóbicas, favorece
la localización de estas sondas en las bicapas fosfolipídicas y lipoproteínas.
Podemos incluir en este grupo a las sondas de la familia de las
Dialquilcarbocianinas y de las Dialquilaminoestirilos. Entre los ejemplos
sobresalientes debemos mencionar DiI, DiO, DiD y DiR (Johnson, 2010). Más
recientemente se han desarrollado fluoróforos anfifílicos cargados, pero en los
que las cargas positivas y negativas se invierten respecto a su configuración en
los fosfolípidos naturales. Esto les brinda una muy alta afinidad por membranas
biológicas, como en el caso del NR12S (Kucherak, 2010; Demchenko, 2009).
c) Fluoróforos Lipofílicos: Este grupo de sondas fluorescentes se caracteriza
por tener gran afinidad por estructuras hidrofóbicas y particionan
preferentemente en membranas. En este grupo se incluyen las sondas de
fluidez de membranas DPH y TMA-DPH, además de las sondas de superficie
de membranas ANS y Laurdan (Johnson, 2010).
Una limitación importante de este tipo de sondas fluorescentes es la
promiscuidad que muestran por diversas estructuras dentro de la célula. Por tal
motivo, dependiendo de la sonda, su uso puede restringirse casi
exclusivamente a ensayos in vitro.
- 3. Proteínas Fluorescentes: Las proteínas fluorescentes (PFs) disponibles hoy
en día han sido el resultado de más de 30 años de investigación y desarrollo
que les terminó valiendo el premio Nobel de Química de 2008 a tres
investigadores. Originalmente, Osamu Shimomura describió la purificación de
la GFP (proteína Fluorescente Verde) de Aequorea victoria en la década del
´60 (Shimomura, 1962). A mediado de los años ´90 fue Martin Chalfie quien
67
propuso por primera vez su uso como marcador en células vivas (Chalfie,
1994). Finalmente fue Roger Y. Tsien junto a su grupo de trabajo quien por
más de 15 años estudió y modificó la secuencia de esta proteína para
comprender cómo se formaba el fluoróforo y cómo poderlo modificar para
lograr distintas propiedades fotofísicas y espectrales (Heim, 1994).
Posteriormente a la descripción de la avGFP, le han sucedido otras PFs de
otras especies, algunas de las cuales han sido más fáciles de extender su
espectro más allá del rojo. Actualmente se cuenta con una variedad muy
amplia de colores que abarcan desde los 430 nm hasta más allá de los 700 nm,
permitiendo múltiples marcaciones en paralelo (Giepmans, 2006). Los
diferentes colores de las PFs se fueron obteniendo progresivamente sumando
mutaciones a la secuencia original de la aqGFP, especialmente una vez que se
resolvió su estructura cristalográfica, pudiendo diseñar racionalmente los
mutantes puntuales para obtener efectos específicos. Las PFs empleadas
actualmente acumulan una serie de mutaciones que optimizan o limitan el
plegado, la maduración, la dimerización de las proteínas, además de sus
propiedades espectroscópicas (Shaner, 2007).
68
- 4. Puntos Cuánticos (Qdots): Se conoce como Puntos Cuánticos (Qdots o
Quantum Dots) a los nanocristales de semiconductores recubiertos de una
capa protectora, descriptos originalmente a inicios de los ´80, lo
suficientemente pequeños como para mostrar propiedades de mecánica
cuántica, en particular excitones definidos. Los Qdots presentan propiedades
intermedias entre las de las moléculas individuales y las de los
semiconductores macroscópicos, las que dependen fuertemente del tamaño y
la forma de los mismos. Como fluoróforos, los Qdots tienen las ventajas de ser
mucho más estables que las PFs o los fluoróforos orgánicos, y presentan un
espectro de excitación inusualmente ancho, pudiendo separar perfectamente la
luz de excitación de la luz de emisión así como excitar Qdots de varios colores
al mismo tiempo con luz de una única longitud de onda. Esto los convierte en
muy buenos dadores, pero en pésimos aceptores FRET. Además el color
puede ser sintonizado controlando el tamaño y la forma del núcleo del Qdot, lo
que también afecta el prendido y apagado (blinking o pestañeo). Así, por
ejemplo, los Qdots de Cd:Te presentan emisión desde los 450 nm hasta los
850 nm dependiendo de su tamaño, el que varía entre 2 y 50 nm
respectivamente.
69
reportar cambios en su entorno y de traducir estos cambios como alteraciones
medibles en su espectro y/o en las propiedades del mismo (tiempo de vida o
anisotropía). Del mismo modo, los biosensores basados en fluorescencia
emplean cambios de intensidad o forma de su espectro para reportar sobre la
presencia de su ligando específico (metabolitos, iones, etc.). Las sondas
sensibles al entorno son herramientas muy útiles para monitorear y analizar por
fluorescencia diferentes procesos biológicos así como las propiedades de los
componentes en estudio. Este tipo de sondas puede clasificarse en
intensiométricas, de corrimiento de banda o multiparamétricas de acuerdo a la
naturaleza del origen de su capacidad de censado de su entorno (Demchenko,
2009).
1. - Sondas Intensiométricas: Esta familia de fluoróforos está representada
mayormente por los llamados “rotores moleculares”. Consisten en dos grupos
aromáticos planares conectados por un enlace simple de libre rotación. Esas
sondas muestra una dependencia muy fuerte de su intensidad de fluorescencia
emitida (aumento del QYf) dependiendo de las restricciones impuestas a su
libertad de rotación por el microentorno en el que se encuentra. Por lo tanto, su
unión a estructuras de mayor tamaño o su partición en un medio de mayor
viscosidad aumentan su intensidad de emisión al disminuir la rotación de sus
grupos funcionales. Compuestos como la Tioflavina T (ThT), por ejemplo, son
comúnmente empleados para monitorear la agregación amiloide de proteínas
gracias a que su unión específica a las estructuras amiloideas viene
acompañada de un significativo aumento de la intensidad de fluorescencia
emitida. La ThT tiene una estructura de dos anillos prácticamente planar en su
estado basal ( = 30°) (Figure 2.9). Al ser excitada, la molécula comienza a
rotar explorando diversas conformaciones y pierde su planaridad,
desacoplando el sistema de enlaces-π conjugados y disminuyendo su QYf. La
unión a las estructuras amiloideas previene esta diversificación estructural y
mantiene al fluoróforo en su conformación planar, maximizando la emisión de
fluorescencia, que puede ser hasta 500 veces mayor que la de la sonda libre
en agua (Biancalana, 2009). En algunas aplicaciones, las sondas
intensiométricas presentan algunos problemas para el análisis cuantitativo
70
debido a que la respuesta registrada (cambio de intensidad observado respecto
a la fluorescencia basal del fluoróforo libre, o F0) muestra una dependencia con
la concentración local, parámetro que puede ser muy difícil de controlar en los
entornos biológicos.
2. - Sondas con Corrimiento de Banda: Los fluoróforos que muestran
corrimiento de su banda de emisión también se conocen como sondas
solvatocrómicas, ya que dicho corrimiento depende de su interacción con el
solvente. Estas sondas presentan un fuerte cambio en su polaridad
intramolecular al pasar del estado basal al excitado por la transferencia
intramolecular de carga (ICT, Intramolecular Charge Transfer). Esta es la razón
por la cual la interacción con el solvente relaja el estado excitado de forma más
eficiente cuando el entorno es más polar e induciendo en consecuencia una
emisión con un corrimiento de Stokes más importante. Los factores que afectan
el QYf de las sondas solvatocrómicas son la polaridad del entorno y el grado de
hidratación de la misma, ya que el estado excitado puede relajarse por
interacciones dipolo-dipolo o por la formación de puentes de hidrógeno,
respectivamente. En algunas sondas puede observarse también un corrimiento
del espectro de absorción/excitación, pero el efecto suele ser mucho más
notorio sobre el espectro de emisión. Debido a estas características, este tipo
de sondas tiene gran utilidad en el estudio de estructuras de membranas e
interacciones lípido-proteína, pero también pueden emplearse para analizar
cambios conformacionales de polipéptidos o interacciones entre proteínas.
Algunos ejemplos de sondas solvatocrómicas son el Prodan, el NBD o el Rojo
Nilo.
3. - Sondas Fluorescentes Multiparamétricas: Esta tercera clase de fluoróforos
sensibles al entorno muestra más de una banda de emisión, correspondientes
a la coexistencia de más de un estado excitado. Así, estas sondas presentan
espectros con dos o más bandas. Existen distintos tipos de sondas
multiparamétricas, dependiendo del originen de la multiplicidad de estados.
Una de las familias de compuestos más prolífera de esta clase de sondas
pertenece a los derivados de la 3-hidroxicromona (3HCs) (Yushchenko, 2006;
Yushchenko, 2007a). Las 3HCs presentan un equilibrio tautomérico por la
71
Transferencia Intramolecular de Protones en el Estado Excitado (ESIPT,
Excited State Intramolecular Proton Transfer) entre las formas N* y T*. La
forma tautomérica T* se relaja como parte de los procesos de conversión
interna y se relaja nuevamente por interacciones con el solvente, por lo que la
emisión correspondiente al decaimiento de este estado presenta un máximo de
emisión de mayor longitud de onda (menor energía) respecto a la banda
correspondiente a la emisión de la forma normal excitada (N*). La Figura 2.11
muestra el equilibrio tautomérico para la sonda multiparamétrica Maleimida-FC
(o MFC) de la familia de las 3HCs y su relación con la emisión de dos bandas
de fluorescencia (Yushchenko, 2010).
72
sufrir corrimientos del máximo por mecanismo similares a los fluoróforos con
corrimiento de banda. Por otro lado, algunas de las 3HC pueden presentar una
alta sensibilidad a la hidratación de la sonda mediante la formación de un
puente de hidrógeno entre el carbonilo en posición 4 del heterociclo y una
molécula de agua. En entornos acuosos la sonda con el puente de hidrógeno
presenta espectros de excitación y emisión que difiere de los de la sonda “no
hidratada”. La forma hidratada presenta una única banda de emisión (H-N*),
especialmente en solventes próticos.
La proporción de las intensidades de cada banda brinda información sobre la
presencia de agua y la polaridad del entorno. Esta capacidad de censar más de
una propiedad a la vez es la que les da el nombre de sondas
multiparamétricas. La respuesta relativa de cada banda puede optimizarse
modificando los sustituyentes en las posiciones 2 y 7 del heterociclo de las
3HCs. A mayor capacidad donante de electrones en el sustituyente 2, menor es
la relación T*/N*; mientras que el agregado de un grupo donante de electrones
en posición 7 resulta en un aumento de dicha relación (M'Baye, 2007;
Klymchenko, 2007). De este modo se pueden calibrar las propiedades de la
sonda a distintos rangos de sensibilidad a las propiedades de su microentorno
(distintas proporciones métricas) como para detectar cambios
conformacionales de proteínas, interacciones con proteínas o ácidos nucleicos
(Yushchenko, 2007b), cambios de fase membranas fosfolipídicas modelo o
naturales (Avilov, 2005).
Además de las sondas ESIPT, existe otro tipo de sondas multiparamétricas. Un
ejemplo son los sensores de iones, capaces de reconocer con muy alta
afinidad y especificidad un catión metálico, como Fura-2 que puede reconocer
al Ca+2. En estos casos la formación de un complejo quelante entre el
fluoróforo y el ión cambia las propiedades espectrales del primero. En el caso
de Fura-2 se altera el espectro de excitación, por lo que comparando la
fluorescencia emitida (505-530 nm) cuando se excita con longitud de onda de
340-350 nm con la registrada al excitar la sonda con luz de 375-390 nm se
puede calcular la concentración de Ca+2 libre calibrando el sistema con una
curva patrón.
73
Un tercer grupo de sondas fluorescentes multiparamétricas está representado
por aquellos fluoróforos sensibles a potenciales transmembrana. Así, por
ejemplo, sondas como el JC-1, que pertenece a la familia de las carbocianinas
catiónicas, es concentrado en las mitocondrias por la presencia de un potencial
transmembrana. El JC-1 soluble y monomérico presenta una fluorescencia
verde (510-540 nm). Pero su acumulación en la mitocondria induce la
formación de agregados-J que presentan una fluorescencia roja (570-620 nm).
El cociente entre ambas señales permite reconocer mitocondrias activas de las
no funcionales.
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75
CAPÍTULO 3
ESPECTROSCOPIA INFRARROJA EN EL ESTUDIO DE PROTEÍNAS Y
MEMBRANAS LIPÍDICAS
Guillermo G. Montich
76
transiciones vibracionales. Esta es la banda que utiliza un espectrómetro
infrarrojo (IR) convencional. En espectroscopia infrarroja las longitudes de onda
se expresan como su inversa, el número de onda, en unidades de cm -1,
(número de ciclos que entran en un centímetro). Para mantener la convención
de que en un espectro de Absorbancia o emisión las energías mayores se
encuentran a la izquierda de la representación gráfica, los espectros IR se
grafican con números de onda mayores hacia la izquierda.
Consideremos una molécula diatómica con átomos de masas M1 y M2 unidos
por un resorte de constante de fuerza k. Utilizando mecánica clásica podemos
describir este sistema como un oscilador armónico. La fuerza entre las masas
depende del valor de k y de la distancia entre ambas según la ley de Hooke: F
= -kx. Resolviendo las ecuaciones clásicas F = ma y d2x/dt2=a podemos
demostrar que el sistema oscila con una frecuencia = 1/2(k/M)(1/2). M es la
masa reducida del sistema 1/M = 1/M1 + 1/M2. Si entre ambos átomos hay
separación de cargas (carga en M1 +q y carga en M2 –q), el sistema constituye
un dipolo descripto por el vector momento dipolar = qx. La oscilación de x con
frecuencia determina una oscilación en el valor de . Un campo eléctrico
oscilando con la misma frecuencia que la molécula puede acoplarse, actuando
sobre las cargas, e inducir un aumento en la amplitud de la oscilación. Este
campo eléctrico oscilante es el correspondiente a la luz incidente, y el aumento
en la amplitud se corresponde con absorción de luz.
La naturaleza cuántica del sistema determina que no todas las amplitudes, por
lo tanto no todos los valores de energía, sean accesibles. Los niveles de
energía permitidos están igualmente espaciados de acuerdo a El = (l + ½)h , l
es un número cuántico con valores l = 0, 1, 2,… Las transiciones están
permitidas solamente entre estados contiguos, Δl = 1. Las transiciones ocurren
entonces con ΔE = El – El-1 = h.
Conclusiones importantes:
- Para observar absorción de energía en la zona del infrarrojo la oscilación
debe estar acompañada de oscilaciones en el valor del momento dipolar. Esto
77
ocurre solamente si los átomos involucrados tienen cargas eléctricas parciales
y constituyen un dipolo.
- La longitud de onda de la luz absorbida, (la energía involucrada en la
transición) depende de la masa de los átomos involucrados, o la masa reducida
del conjunto, y de la fuerza del resorte (la fuerza del enlace covalente).
Esta dependencia con la masa y la calidad del enlace determinan la poderosa
capacidad analítica de esta espectroscopia. Un grupo carbonilo –C=O, por
ejemplo tiene una frecuencia de absorción característica en el vacío. Cualquier
interacción del C o del O con otros átomos que cambien la densidad electrónica
sobre los átomos y sobre el enlace, alterando su fuerza, inducirá cambios en la
energía de la transición vibracional y en la posición espectral de la banda de
absorción. Gracias al extenso y laborioso trabajo de químicos y
espectroscopistas, tenemos herramientas para inferir cuál es la relación entre
esas interacciones y los cambios espectrales observados experimentalmente.
Modos vibracionales.
78
independientemente del estiramiento/acortamiento de los enlaces H-O. Este
aleteo es un modo vibracional. Con respecto a las distancias de enlace,
podemos considerar un movimiento en el que un enlace H-O se estira
simultáneamente con el acortamiento del otro enlace H-O. Este es un modo
vibracional llamado “estiramiento antisimétrico”.
Figura 3.1. Modos vibracionales de H2O. Las flechas indican el desplazamiento relativo de los
átomos.
Ocurre también otra vibración en la que los dos enlaces H-O se estiran y
contraen simultáneamente, este modo vibracional es el “estiramiento simétrico”.
El estiramiento simétrico, el estiramiento antisimétrico y el “aleteo” son
movimientos independientes. Esto significa que podemos excitar a cada modo
vibracional de manera independiente. Por ejemplo, con radiación de 1654 cm -1
podemos inducir transiciones de aleteo sin alterar el estiramiento simétrico o
antisimétrico.
3.2. Instrumentación.
79
el espectro IR. Uno recorre un camino óptico fijo y el otro uno variable. La
variación del camino óptico es de pocos centímetros y generada por el
desplazamiento de un espejo. Debido a la interferencia constructiva y
destructiva de ambos haces, la señal que llega al detector es la transformada
de Fourier del espectro de absorción de la muestra. Si algunas longitudes de
onda son absorbidas por la muestra, esa información queda registrada en la
forma del interferograma. La intensidad de esta señal es función de la distancia
recorrida por el espejo. El equipo nos entrega la transformada de Fourier de
esa señal, que es el espectro de absorción o de transmitancia. Esta es ahora
una señal de intensidad de luz en el dominio de longitudes de onda. La relación
señal:ruido que se obtiene con estos interferómetros es del orden de 10.000:1.
80
constituida por los puntos donde el haz es refractado. La ventaja de este
sistema es que tenemos acceso inmediato a la muestra y un paso óptico
mucho más pequeño que el conseguido con un espaciador. Podemos
conseguir que nuestras muestras se adsorban al cristal, y estudiar el efecto de
cambios de composición de la solución acuosa (pH, concentración de sales, o
ligandos) sin necesidad de desarmar y armar nuevamente una celda de
transmisión. En ambas modalidades, es habitual tomar el espectro de
absorción o transmitancia de la muestra de interés y descontar la señal
producida por una muestra que contiene solamente al solvente, sin la molécula
cuyo espectro nos interesa conocer.
Figura 3.2. Esquema de los muestreos por transmisión y reflexión total atenuada (ATR). A,
transmisión. Los círculos blancos representan ventanas de CaF 2 o BaF2, el círculo gris un
espaciador de nylon, teflon o mylar, el punto negro representa la muestra. B, ATR. El prisma
gris representa al cristal de ATR, en la parte superior se representa la solución acuosa que
contiene a la muestra. Las flechas representan la trayectoria del haz IR.
81
queda libre una ventana que permite una mejor substracción de la línea de
base (ver Figura 3.3).
1 2
Figura 3.3. Espectros de absorción IR de H2O y H2O. La línea continua corresponde a agua,
la línea de puntos a agua pesada. En el recuadro se incluye, en línea continua, el espectro de
una muestra que contiene 100 g de proteína en H2O La diferencia entre ese espectro y la
2
línea punteada genera los espectros de proteína como los mostrados en la Figura 3.5.
82
contiene información estructural pero más difícil de extraer e interpretar que la
amida I. Su gran desplazamiento por efecto isotópico en cambio, es
particularmente útil para estudiar la dinámica de fluctuaciones como veremos a
continuación.
83
asignación de bandas a diferentes elementos de estructura secundaria es el
resultado de cálculos (Krimm, 1986) y de observaciones experimentales (Byler,
1986).
Autodeconvolución de Fourier.
Ec. 3.1
84
Esta operación es la convolución entre la función M() y la función de distorsión
G(). El subíndice (-´) significa que para cada valor de realizamos la
integral sobre todos los demás valores de . Si conocemos, o suponemos la
forma de G(), podemos realizar la operación de autodeconvolución de Fourier
(FSD) y obtener el espectro M(). Este procedimiento genera un espectro con
resolución aumentada “artificialmente” que nos revela la posición de las bandas
subyacentes (Kauppinen, 1981). En la Figura 3.4, en línea de puntos, se
muestra el resultado de aplicar FSD a los espectros experimentales. En la
literatura se informa normalmente el factor de incremento de resolución, k, y el
ancho de banda utilizado para la función G().
- Segunda derivada: Otro procedimiento utilizado frecuentemente para
encontrar bandas componentes es simplemente tomar la segunda derivada del
espectro. Los mínimos en la segunda derivada evidencian bandas
subyacentes.
- Ajuste de curvas: Una vez encontradas las posiciones de las bandas que
componen el espectro, buscamos sus contribuciones relativas. Con un proceso
de sumas iterativas y ajuste por cuadrados mínimos podemos encontrar la
combinación de intensidades y anchos de banda para los componentes, de
manera que sumados reproduzcan el espectro observado experimentalmente.
La proporción de estructuras -hélice, hojas β, o desordenadas corresponde
aproximadamente a la proporción relativa del área de las correspondientes
bandas. No es el método de elección para conocer la cantidad absoluta y
exacta de elementos de estructura secundaria, pero nos permite estudiar
cambios, aún muy sutiles, de estructura secundaria en diferentes condiciones
experimentales. En nuestro laboratorio hemos utilizado este protocolo para
estudiar los cambios estructurales de proteínas solubles cuando interactúan
con membranas lipídicas (Paolorossi, 2011; Nolan, 2003). En el laboratorio de
la Dra. Rosana Chehín, en la Universidad Nacional de Tucumán-INSIBIO, se
ha utilizado extensamente esta metodología para resolver la estructura y
cambios conformacionales de varias proteínas (Torres-Bugeau, 2012; Cortez
2010).
85
Figura 3.4. Espectros de absorción IR de proteínas. Líneas continuas: espectros
experimentales sin tratamiento. Líneas de trazos: los correspondientes espectros
autodeconvolucionados. Las líneas verticales de puntos marcan números de onda
característicos a 1650 y 1630 cm correspondientes a -hélice y hoja β, respectivamente. Las
-1
-1 -1
bandas entre 1700 y 1600 cm corresponden a amida I´. Las bandas a 1575 cm
corresponden a cadenas laterales (glutámicos y aspárticos). A: -lactalbúmina, proteína
mayoritariamente -hélice. B: L-BABP, proteína mayoritariamente hoja β.
Dinámica de Proteínas.
86
de centenares de contactos intramoleculares definidos en el estado nativo a
partir de una estructura básicamente fluctuante y sin contactos intramoleculares
estables. Podemos concluir que la estructura nativa, compacta, con contactos
definidos, se desensambla y vuelve a ensamblar permanentemente en
solución. Obviamente, este equilibrio en condiciones nativas se encuentra
fuertemente desplazado hacia la izquierda.
Un simple y elegante experimento en un espectrómetro FTIR pone de
manifiesto la existencia de este proceso. El átomo de H del grupo amida en
solución es lábil y se intercambia con H del solvente. Sin embargo, en una
proteína nativa, se encuentra invariablemente involucrado en una unión por HB
y no intercambia libremente con H del solvente. Salvo que la unión HB se
desarme temporalmente. Se puede proponer tres regímenes de intercambio:
una rotura local, que involucra solamente a un HB y no altera a otros, un
desplegamiento zonal que involucra a un elemento de estructura secundaria
(un grupo de aminoácidos que forman un segmento de -hélice, por ejemplo), y
un desplegamiento global que involucra el desplegamiento de toda la proteína
(Ec. 3.2).
Tomemos una proteína nativa en solución acuosa y cambiemos rápidamente el
solvente por agua pesada. Si los 1H de las uniones peptídicas son accesibles,
serán intercambiados por 2H de la solución (provenientes de la disociación de
2
H2O, 2H2O = 2HO- + 2H+). Como el ión 2H+ es mayoritario, el intercambio es
prácticamente irreversible y todos los grupos quedarán eventualmente como –
CO-N2H-. Si los grupos –CO-N2H- y –CO-N1H- generan señales espectrales
diferentes, podemos seguir el intercambio en función del tiempo. Utilizando
espectroscopia de resonancia magnética nuclear (NMR), Englander y
colaboradores demostraron que el intercambio se produce efectivamente en los
tres niveles de desplegamiento propuestos, incluyendo el desplegamiento
global correspondiente a la reacción de la Ec. 3.2 (Englander, 1997). El
fundamento de la metodología es que 2H no tiene señal de resonancia, y la
desaparición de las señales de 1H de grupos amida indica que existe este
intercambio.
87
Con mucha menor resolución (con NMR podemos identificar a qué aminoácido
pertenece cada H intercambiado), pero también de manera experimentalmente
más sencilla, podemos observar este intercambio, reflejo del proceso de
desplegamiento-replegamiento: la banda amida I´ (-N2H-), está desplazada a
menores frecuencias con respecto a la banda amida I (-N1H-). El cambio es
mucho más dramático para la banda amida II que se desplaza 100 cm -1.
1
La Figura 3.5 muestra el intercambio H-2H en hemoglobina. En ese
experimento, hemos tomado una alícuota de hemoglobina muy concentrada, la
hemos diluido en 2H2O y colocado en la celda de transmitancia. Tomamos
espectros a intervalos regulares de tiempo y graficamos la desaparición de la
banda amida II. El desplazamiento de las bandas amida en función del tiempo,
mostrado en la Figura 3.5, es una observación directa del tránsito de la
proteína por un estado desplegado. Debe notarse que el equilibrio se mantiene
desplazado hacia el estado nativo ya que siempre obtenemos espectros
correspondientes al estado nativo.
Diferentes condiciones funcionales, como ligandos unidos a la proteína o
grupos prostéticos pueden estabilizar estados con diferentes grados de
fluctuaciones. Estas diferencias pueden ser detectadas midiendo la velocidad
del intercambio 1H-2H (Celej, 2003; Celej 2004).
- Protonación de residuos laterales y detección del pH local y efectivo: El
estado de protonación de cadenas laterales de aminoácidos puede ser
estudiado con espectroscopia IR. La banda de absorción IR del carboxilo
ionizado se localiza en 1575 cm-1. Cuando está protonado, se desplaza a 1710
cm-1. El siguiente es un ejemplo de lo valiosa que es esta información.
88
1 2
Figura 3.5. Intercambio H- D en hemoglobina. A, bandas amida I y amida II de hemoglobina a
-1
diferentes tiempos de intercambio. B, ampliación de escala de A. C, Absorbancia a 1546 cm
en función del tiempo de intercambio.
89
superficie, no porque sea más importante que los otros sino porque podemos
evidenciar su presencia y relevancia en sistemas artificiales de membrana
utilizando espectroscopia IR de proteínas.
La presencia de cargas eléctricas netas y fijas en una superficie en contacto
con una solución de electrolito genera un potencial eléctrico con su máximo
valor en el plano de la superficie que decae exponencialmente con la distancia.
La concentración de iones sigue una distribución de potencial de Boltzmann. Si
la superficie tiene cargas netas negativas, en sus inmediaciones
encontraremos cationes con concentración local mayor que en el seno de la
solución y los aniones estarán más diluidos. Cualquier electrolito presente en la
solución debería seguir esta distribución, incluso el ión H +. El pH en la
proximidad de una interfase cargada negativamente es menor que en el seno
de la solución. Las “distancias a la interfase” o las “inmediaciones de la
interfase” a que hacemos referencia están en el orden de los pocos
nanómetros. En una membrana celular el potencial de superficie es del orden
de 50-200 mV y la diferencia de pH es de alrededor de una unidad con
respecto a la solución. Esto tiene consecuencias importantes: grupos ácidos
que al pH de la solución, lejos de la interfase, están ionizados, pueden
protonarse en inmediaciones de la interfase porque allí el pH es más bajo.
La Figura 3.6 muestra la titulación de la proteína -lactalbúmina, donde
medimos la intensidad de la banda debida a cadenas laterales protonadas en
función del pH de la solución. Alfa-lactoalbúmina es una proteína soluble a pH
= 7. Sabemos que a pH = 3.5 sufre un cambio conformacional que la hace
competente para unirse a membranas lipídicas. Las curvas de titulación en
solución y en presencia de membranas zwiteriónicas (sin carga eléctrica neta)
se superponen. En presencia de membranas aniónicas, con una superficie de
carga neta negativa, generando un potencial de superficie negativo y
concentrando protones en la interfase, la curva de titulación está desplazada
hacia pH más altos. Se observó además, que la unión a membranas aniónicas
se produce cuando el pH de la solución es 4.5. La interpretación de estas
observaciones es que cuando el pH de la solución (eje x) es 4.5, en la interfase
90
es 3.5. A este pH, las moléculas de -LA cercanas a la interfase se unen
irreversiblemente a la membrana y se depleta la fracción en solución.
Lo destacable de este experimento, es que hemos medido de manera directa el
pH efectivo en las inmediaciones microscópicas de la proteína y la membrana,
medida que es inaccesible al electrodo de vidrio.
91
entonces una enzima cuyo sustrato es ATP o que requiere de ATP para actuar
sobre otro sustrato. Mezclemos todos los componentes de la reacción,
incluyendo al ATP “enjaulado”, en la celda del espectrómetro. Tomemos un
espectro IR en las condiciones correspondientes a la proteína en el estado
inicial A. Luego de iluminar la muestra con un destello de luz visible, comienza
la reacción debido a que el sustrato o cofactor se hace presente y lleva a la
enzima a una condición B. Restando el espectro de la condición B menos el de
la condición A, se observa generalmente que toda la banda permanece
constante (espectro diferencia igual a cero) salvo la aparición de algunas
bandas negativas o positivas en el espectro diferencia. Estos cambios de
Absorbancia se detectan aun cuando son del orden de 0.1% de la Absorbancia
de la banda principal. Experimentos complementarios y un cuidadoso análisis
por parte del investigador, permitirá asignar esas bandas y comprender si son
debidas a cambios en estructura secundaria, protonación de cadenas laterales,
rotura o formación de enlaces en sustratos y productos.
Ca2+-ATPasa es una enzima integral de membrana. Transporta Ca 2+ entre el
lumen del retículo sarcoplásmico y el citoplasma celular con hidrólisis de ATP.
El ciclo enzimático es complejo e involucra varios estados intermediarios con
diferentes grados de unión del sustrato hidrolizable y del ión transportado,
agregando aún la complejidad de que tanto el ión transportado como el sustrato
pueden unirse a sitios reguladores diferentes de los sitios catalíticos. Con FTIR
diferencial se ha demostrado la existencia de al menos dos conformaciones
para Ca2+-ATPasa, que involucra muy pocos residuos, a lo largo del ciclo de
reacción, acompañadas por la unión o liberación de Ca2+ (Barth, 1994; Barth,
1996).
Bacteriorrodopsina es una proteína integral de membrana. Transforma la
energía de la luz que recibe en un gradiente de protones a través de la
membrana. Cuando este gradiente es disipado por una ATPasa, se sintetiza
ATP. El primer paso de este mecanismo es la absorción de un fotón que
genera un cambio conformacional en el cromóforo, un grupo prostético de la
proteína. Los primeros estudios de este mecanismo fueron realizados utilizando
FTIR diferencial (Rothschild,1981). En este caso, el desencadenante de la
92
reacción en la celda del espectrómetro es justamente el flash de luz que excita
al cambio conformacional. La metodología ha evolucionado y actualmente es
posible detectar cambios conformacionales en función del tiempo en escalas de
s (Clair, 2012).
93
laboratorio, hemos aprovechado la posibilidad de medir simultáneamente los
espectros de proteína y lípido, y hemos encontrado que la conformación de una
proteína unida periféricamente a la membrana cambia simultáneamente con el
cambio de fase del lípido (Decca, 2007; Decca 2012).
Figura 3.7. Espectros IR del fosfolípido dimiristoil fosfatidil glicerol. Línea continua: lípido en
o o
fase gel a16 C; Línea de puntos: lípido en fase líquido-cristalino a 34 C.
94
estudiadas por el grupo del Dr. Disalvo (Disalvo, 2008), y específicamente con
espectroscopia FTIR (Binder, 2007). Los espectros IR de carbonilos y fosfatos
son muy sensibles a las propiedades de su entorno y representan una
excelente herramienta para estudiar las características de hidratación. Por
ejemplo, los espectros IR de fosfolípidos disueltos en un solvente orgánico,
conformando una solución homogénea e isotrópica, muestran para el carbonilo,
una única banda simétrica a 1750 cm-1. Esto revela un ambiente prácticamente
igual para los dos carbonilos de las uniones éster al glicerol (Blume, 1998). En
cambio, organizados en bicapas en un medio acuoso, la absorción de –C=O de
fosfolípidos está compuesta por dos bandas. Varios estudios han sugerido y
demostrado que estas dos bandas corresponden a diferentes estados de
hidratación, a diferente tipo de HB y orientación en el plano de la bicapa para
los dos grupos éster. Más aún, se ha observado que la intensidad relativa de
estas bandas es sensible al ordenamiento a largo alcance de autoagregados
lipídicos y depende de si estos se encuentran organizados en forma de micelas
o vesículas con diferentes radios de curvatura (Frías, 2009).
Agradecimientos.
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97
CAPÍTULO 4
DICROÍSMO CIRCULAR DE PÉPTIDOS Y PROTEÍNAS
Lucrecia María Curto, Gabriela Elena Gómez y José María Delfino
98
sentido de giro: LCP derecha e izquierda (se indicarán estas dos clases de luz
por los subíndices R y L, de sus iniciales en inglés). Nótese que -a diferencia
de la LLP- un polarizador lineal interpuesto frente a la onda no podrá distinguir
entre luz no polarizada y LCP.
Para entender intuitivamente la relación entre LLP y LCP analizaremos las dos
afirmaciones siguientes. Para ello, nos valdremos de dos modos de
representación (oblicuo o en perspectiva y frontal, Figura 4.2).
99
Figura 4.2. Representación en perspectiva (izquierda) y frontal (derecha) de un haz de luz
linealmente polarizado.
que el otro, en -. De este modo, la suma resultará también en LLP, pero puede
demostrarse a partir de consideraciones geométricas que el plano de oscilación
se habrá inclinado respecto del plano vertical un ángulo 2 . Veremos
más adelante que tal desfasaje es precisamente lo que ocurre a causa de la
interacción de la LLP con la materia asimétrica.
2. La luz circularmente polarizada (LCP) resulta de la suma de dos haces de
LLP perpendiculares entre sí y desfasados un cuarto de onda +¼ (= +/2).
Este enunciado puede comprenderse si se emplea el modo de representación
100
oblicuo. Se dibujan sendos haces de LLP en los planos xz e yz, tal que se
encuentren desfasados +¼ en el origen. Así, el módulo de E de un haz de
LLP alcanzará el valor de la amplitud en el punto en que el otro se anule. Como
tal, será sencillo representar la suma de ambos vectores en esos puntos, luego
de lo cual resultará obvio que el vector resultante describa el movimiento
circular característico de la LCP. ¿Qué pasaría si el desfasaje fuese -¼
(= -/2)? Nótese aquí que dependiendo de cual haya sido el signo del desfasaje
inicial (¼ ) obtendremos LCP de sentido derecho (R) o izquierdo (L). Así, el
vector E de la luz resultante procederá hacia el observador rotando como una
hélice en sentido horario (R) o antihorario (L). En cualquier caso, al cabo de
avanzar una distancia igual a , el vector E adopta nuevamente la posición
inicial. Por último, ¿cómo sería el haz resultante si ambos haces estuviesen en
fase o desfasados media onda 1/2 (= )? En estos casos, ambas
componentes de LLP alcanzarán valores máximos y nodos en los mismos
puntos, de modo que la onda resultante será plana y oscilará en los planos sz o
tz, donde s o t representan rectas contenidas en el plano xy que pasan por el
origen a +45º o -45º respecto del eje y.
Como conclusión general de ambos ejercicios surge que la LLP puede
entenderse a partir de la suma de componentes de LCP, y viceversa. Este
punto resulta de particular importancia para comprender la función de la celda
de Pockels, componente fundamental de un espectropolarímetro (ver Figura
4.6). Se encuentran animaciones didácticas de estos y otros ejercicios en el
sitio www.enzim.hu/~szia/cddemo/ (consultado el 6 de agosto de 2013) del
12H
101
sufrir un diferente cambio de velocidad en ese medio a consecuencia de la
interacción. La medida física de tal cambio de velocidad está dada por el índice
de refracción n (definido como el cociente de la velocidad de la luz en el vacío c
y aquella en el medio c’: c c' , donde c' c ). Así, se podrán definir índices para
102
2
amplitud de la onda I E , surge que se modificará diferencialmente la
¿Cuál será la orientación del eje mayor de la elipse? Se advierte que el eje
mayor de la elipse está incluido en el plano-yz de la LLP incidente. ¿Cuál sería
el resultado si además ocurriese desfasaje entre los componentes de LCP (tal
como está representado en la Figura 4.3)? Baste para ello cambiar la
orientación angular de uno de los vectores componentes de modo que la
resultante será una elipse cuyo eje mayor se encontrará inclinado respecto de
la vertical. Esta última es la situación más general que resultará de la
interacción de la LLP con la muestra de material asimétrico. Nuevamente, este
fenómeno se describe mediante animaciones en el sitio
13H www.enzim.hu/~szia/cddemo/ (consultado el 6 de agosto de 2013).
103
El fenómeno de absorción diferencial de LCP se define como dicroísmo circular
(CD por Circular Dichroism). La magnitud del fenómeno puede cuantificarse de
dos modos equivalentes. Uno es a partir de la medida del ángulo theta ( )
llamado elipticidad, representado como el ángulo (habitualmente medido en
miligrados) definido entre el cateto mayor (semieje mayor b) y la hipotenusa del
104
como se verá más adelante, ambos son manifestaciones diferentes de un
mismo fenómeno físico, que es el de la interacción de la luz polarizada con la
materia asimétrica (habitualmente constituida por moléculas quirales). En ORD,
esta interacción se evalúa (de modo dispersivo) a partir del cambio de
velocidad (índice de refracción) de los haces de LCP, mientras que en CD, la
detección (en modo de absorción) consiste en evaluar el cambio de amplitud
(coeficiente de extinción) de estos haces.
105
A nivel molecular, el fenómeno podría representarse visualmente a partir de la
asimetría de forma del orbital excitado respecto del orbital fundamental.
Así entonces, no toda transición electrónica será ópticamente activa, pues si la
molécula no presentare asimetría, el momento magnético será nulo (m=0). En
otras palabras, que una molécula absorba energía electromagnética no implica
necesariamente que presente CD. Contrariamente, aunque la molécula sea
asimétrica, si ésta no absorbiere luz, el momento eléctrico será nulo ( =0) y por
esta obvia razón, tampoco presentará CD. En términos formales, el producto
escalar de ambos momentos debe resultar en un valor distinto de cero (Cantor,
1980). Un tratamiento más detallado de los aspectos teóricos se encuentra en
Rodger & Nordén (Rodger, 1997).
Figura 4.4. Condiciones necesarias para que se pueda observar el fenómeno de CD. Adaptada
de Cantor & Schimmel, 1980.
En la práctica, ¿en qué caso se darán las condiciones para que ocurra CD?
Cada vez que la molécula cumpla con la presencia de cromóforos quirales
(aquellos que no puede superponerse con su imagen especular) en su
estructura. Nótese, sin embargo, que esta asimetría puede provenir (i) de la
propia estructura del cromóforo, o (ii) de su cercanía a un centro quiral, ya sea
106
por unión covalente, o (iii) por ubicación del cromóforo en un ambiente
asimétrico, aunque pueda tratarse aún de una unión no covalente. En estas
consideraciones reside el valor y la utilidad de la técnica de CD en química
orgánica y bioquímica. Trataremos más adelante con ejemplos emblemáticos
en el campo de la ciencia de péptidos y proteínas que ilustran estos conceptos.
0 2 '2
d ' Ec. 4.2
107
otro por cálculo. Gráficamente, para una transición dada estas relaciones se
ilustran en la Figura 4.5.
Ante todo debe destacarse que compuestos enantioméricos presentarán
espectros (ORD y CD) que serán imágenes especulares uno del otro. En
cuanto a su forma, adviértase que el espectro de ORD se extiende a lo largo de
un rango mayor de y presenta dos “alas” antisimétricas (de signo opuesto)
que se unen en un punto central (0) donde se anula el valor de .
Contrariamente, el espectro de CD para una dada transición presenta un único
signo (positivo o negativo) y alcanza un valor máximo (o mínimo) a 0. A ambos
lados, el espectro de CD se extingue en un rango estrecho de . A 0 , el
valor de elipticidad alcanza su valor absoluto máximo, esto es, la luz elíptica
resultante presentará la máxima magnitud posible del semieje menor o,
manteniendo alineado su semieje mayor b con el plano de la LLP incidente. Por
otro lado, nótese que a 2 y 1 no existirá CD, esto es, la luz
transmitida será plana, pero ese plano estará desviado hacia uno u otro lado
respecto del plano de propagación yz de la LLP incidente, tal como muestra el
espectro de ORD. Esta característica permite que se puedan efectuar
mediciones de sustancias quirales (por ejemplo carbohidratos) por polarimetría
a longitudes de onda más altas, esto es, alejadas de la zona donde ocurre el
efecto Cotton. Así es posible lograr medidas confiables por polarimetría aún en
regiones situadas por fuera del rango de absorción del compuesto, donde por
ende no podrán observarse bandas de CD.
Hoy en día, CD se usa más frecuentemente que ORD debido a la disponibilidad
de equipamiento superior y más sofisticado para su determinación (por la
naturaleza alternada del modo de detección de la señal, ver más abajo), así
como también por las características propias de las señales: se observan
bandas más agudas y de un solo signo en el caso de CD. Esta característica
redunda en un menor “spread”, lográndose de este modo un aumento de la
resolución de los espectros y facilitándose así la tarea de asignación de
bandas.
108
Figura 4.5. Efecto Cotton. Adaptada de Cantor & Schimmel, 1980.
109
Figura 4.6. Componentes de un espectropolarímetro.
110
que incide sobre la muestra, pudiendo ser absorbidas de manera diferencial.
Un fotodetector eficiente y muy sensible (tubo fotomultiplicador PMT) registra
como una señal eléctrica la luz que le llega en función del tiempo. Esta señal
incluirá un componente de CA (usualmente muy pequeño en magnitud) que
será procesado por el amplificador (lock-in amplifier). Para reducir el ruido, el
amplificador utilizará la misma frecuencia que la modulación aplicada al
retardador para procesar la señal proveniente del PMT. Así la magnitud de la
señal CA será función de la diferencia entre las intensidades transmitidas de
los haces derecho e izquierdo ( I R I L ) y la fase será sensible al signo de la
señal de CD (positivo o negativo). Finalmente, la salida será la medida de la
elipticidad (en miligrados, o su equivalente A).
Si luego del pasaje a través de la muestra, cada componente de LCP no es
absorbido o es absorbido en la misma medida, la combinación resultante
regenerará LLP en el plano original. En cambio, si uno de los componentes de
LCP se absorbe en mayor medida que el otro, la radiación resultante será
elípticamente polarizada (LEP). Sin embargo, adviértase que la naturaleza de
la detección en CD es muy diferente de la de un polarímetro (ORD) y que el
método de modulación no evalúa directamente la naturaleza elíptica de la luz
transmitida.
En general, los valores de medidos en la práctica son muy pequeños. En este
sentido, en la mayoría de los trabajos biológicos es usual observar valores que
alcanzan sólo ~10 miligrados. Utilizando la relación A 33 (similar a la vista
antes), una simple cuenta nos revela que la diferencia de Absorbancia de cada
haz está en el orden de 0.0003, una medición imposible para cualquier
espectrofotómetro estándar. De aquí surge inmediatamente la necesidad de (i)
amplificar la señal, acción que conduce inevitablemente a aumentar el ruido, y
(ii) contar con procedimientos de detección de naturaleza alternante como el
descripto más arriba. Además, para aumentar la relación señal/ruido (S/N) se
recurre al promediado temporal en la colecta de datos por elección de una
adecuada combinación entre la constante de tiempo de respuesta del equipo y
la velocidad de barrido, dos parámetros de medición inversamente
relacionados. Esto es, si se decide aumentar la primera para lograr mayor
111
relación S/N, se deberá obligatoriamente reducir (hacer más lenta) la segunda.
Por otro lado, usualmente se promedian barridos y se aplican a posteriori
métodos de suavizado digital (por ejemplo, filtros de Savitzky-Golay o de
Fourier). Resulta ahora claro que se deba prestar atención especial a las
condiciones experimentales de colecta de datos y al post-procesamiento de los
mismos tal que se asegure la validez de las mediciones.
Por otro lado, es crucial que el espectropolarímetro sea calibrado regularmente.
Particularmente, esto es definitorio para evaluar si ha ocurrido daño a la óptica,
hecho que se traduce en errores en la intensidad y posición de los picos. Para
este fin se utiliza habitualmente una solución acuosa de ácido (+)-10-
canforsulfónico (CSA) o su sal de amonio por ser menos higroscópica
(Takakuwa, 1985). Este compuesto permite una calibración en dos puntos
ubicados en zonas críticas para la medición habitual con péptidos o proteínas.
Específicamente, la sal de amonio de CSA muestra una banda positiva a 290,5
nm ([θ]290,5 = +7910 ocm2dmol-1) y una banda negativa a 192 nm ([θ]192/[θ]290,5 =
-2.03).
Tal como se indicara en la sección anterior, dado que CD es una medida de
una diferencia de absorción de luz, sólo se puede observar el fenómeno en la
zona donde ocurren la(s) banda(s) de absorción. En cambio ORD, por tratarse
de un fenómeno relacionado con el índice de refracción, como tal puede ser
mensurable a longitudes de onda alejadas del máximo de absorción
(Bloemendal, 1995). Esto puede resultar ventajoso en casos (por ejemplo, si el
compuesto absorbe luz en zonas de difícil medida), pero no en general, pues
obliga a evaluar la suma pesada del efecto de todas las bandas de CD para
lograr una correcta interpretación. Además, tal como se vio antes, la detección
por CD es técnicamente superior -y por ende, más sensible- que la de ORD.
Así las cosas, ORD se usa sólo ya en raras ocasiones para el estudio de la
estructura proteica. Antiguamente, el espectropolarímetro (por ejemplo, el
modelo J-20 de Jasco) permitía la medida independiente -en canales ópticos
separados- de los espectros de ORD o de CD. Hoy día, un espectropolarímetro
moderno (por ejemplo, el modelo J-810 de Jasco) mide sólo CD y -si fuere
112
necesario- el software calcula el espectro de ORD mediante la transformación
de Kronig-Kramers (ver sección anterior).
Desde el punto de vista operativo es muy importante asegurar un flujo alto y
continuo de gas nitrógeno a través de la óptica del aparato y aún en la cámara
de medición (especialmente para medidas por debajo de 200 nm). De otro
modo, la generación de ozono a partir del oxígeno del aire puede dañar
irreversiblemente los espejos del instrumento. Por otro lado, debe procurarse
transparencia para todo aquel componente en la muestra que no sea la
molécula a medir, esto es, los buffers y aditivos no deben absorber luz en el
rango de medida (boratos o fosfatos son de elección, Tris es tolerable), o si lo
hacen, deben mantenerse a la menor concentración posible (DTT o -
mercaptoetanol <1 mM, EDTA <0,1 mM). De este modo, la Absorbancia total
de la muestra es un parámetro crítico a tener en cuenta para la calidad de los
datos. Sólo se debe colectar el espectro en el rango de donde el detector
(PMT) sea capaz de medir confiablemente la señal, eliminando toda región
(típicamente hacia las menores ) en que el voltaje aplicado al PMT supere el
valor máximo permitido por causa de la excesiva absorción de la muestra. Esto
significa que un número insuficiente de fotones lleguen al PMT, de modo que
se comprometa la exactitud de la señal de CD medida.
Resulta fundamentalmente crítico determinar con precisión la concentración de
la molécula de interés en la muestra. De otro modo, toda comparación entre
muestras será inútil. En el caso de proteínas, deben extremarse los cuidados
para lograr una medida confiable de la concentración a partir de la Absorbancia
verdadera, libre de la influencia de material disperso que interfiera
significativamente en la medida. Dada la conocida tendencia de muchos
péptidos y proteínas a agregarse, causando que una solución verdadera se
convierta en una suspensión coloidal que disperse luz, ésta es quizás una de
las principales causas de error en las mediciones. No obstante lo anterior, si se
logra saber con exactitud la concentración de la molécula, es posible efectuar
medidas de CD aún en muestras que dispersen significativamente la luz, por
ejemplo proteínas de membrana incluidas en micelas o liposomas. En este
sentido, resulta aceptable la presencia de detergentes como MOPS, Lubrol,
113
SDS u otros. La relación S/N alcanza un valor óptimo en el rango de
Absorbancia 0,6-1,2, pero para la muestra de interés resulta a menudo
suficiente un valor de 0,3. Finalmente, para evaluar cualquier deriva (drift)
instrumental es buena práctica intercalar blancos de solvente y repetir muestras
de referencia entre las muestras incógnita.
114
intermediarios. La importancia fundamental de estudiar esta reacción radica en
el hecho de que, en general, sólo el estado N está asociado a la función. Aquí
reside la gran utilidad de CD para controlar el estado nativo de las proteínas,
mediante un análisis simple y confiable que informa sobre el estado
conformacional de un producto proteico para uso biomédico o industrial. Por
otro lado, la funcionalidad de una proteína se manifiesta generalmente en su
capacidad para unir ligandos específicos. Aquí nuevamente CD resulta de gran
provecho, pues se puede evaluar cuantitativamente la unión: N L NL .
Ejemplos de esto último son la unión de sustratos y análogos a las enzimas, o
la unión de agonistas, antagonistas y drogas a receptores, canales y bombas.
Ante todo, para la medida de CD resulta importante distinguir dos regiones
espectrales. La zona del ultravioleta lejano, que llamaremos operativamente
UVL (aprox. 180-250 nm), contenida en las regiones FUV (far UV) y MUV
(middle UV). Para esta zona habitualmente se utilizan cubas de 1 mm de paso
y aún menor (0,5 o 0,1 y hasta 0,05 o 0,01 mm) si fuere preciso extender la
medida a la zona UV de muy bajas longitudes de onda (VUV o vacuum UV). La
zona del ultravioleta cercano, que llamaremos UVC (aprox. 250-340 nm),
contenida en las regiones NUV (near UV) y MUV, y que no deberá confundirse
con la región denominada UVC. Aquí típicamente se usan cubas de 1 cm de
paso óptico, y mayores (de hasta 5 y 10 cm) en caso de ser necesario detectar
señales muy débiles. Dado que el contenido de información en un espectro
crece significativamente a menores longitudes de onda, si fuere posible, debe
procurarse colectar datos hasta regiones cercanas o aún menores a 190 nm.
En equipos modernos de laboratorio puede alcanzarse el límite de 184 nm, y
actualmente se logran mediciones a aún menores si se utiliza radiación
sincrotrón (Wallace, 2009).
Tal como se señalara anteriormente, para que un compuesto presente señal
dicroica éste debe ser (o contener) un cromóforo quiral, o bien, si no fuere así,
por interacción con grupos vecinos el cromóforo aquiral deberá adoptar una
disposición o ubicarse en un ambiente químico que induzca asimetría. Sobre la
base de que las proteínas son polímeros de L-aminoácidos que contienen
cromóforos (amidas del enlace peptídico, grupos aromáticos y puentes
115
disulfuro) (Figura 4.7), naturalmente se originarán estructuras asimétricas que
darán origen a señales dicroicas. De este modo, del análisis del espectro de
CD en la región UV podrá obtenerse rica información estructural sobre la
conformación de la molécula proteica.
116
), y entre éstos y el de una cadena desordenada (r: random coil u ovillo al
azar).
Figura 4.8. Espectros típicos para las estructuras secundarias y . También se muestra una
cadena desordenada. Adaptada de Brahms & Brahms, 1980.
117
Si bien en dicha figura resulta fácil advertir por simple inspección visual la
contribución al espectro experimental de los distintos tipos de estructura
secundaria mencionados, en casos en que la estructura comprenda distintos
motivos (por ejemplo, proteínas de la clase / ó +) puede resultar más difícil
la asignación inequívoca del contenido de cada tipo de estructura secundaria.
Por otro lado, nótese que por ser CD una medida global y poblacional, no es
posible asignar estructura secundaria a regiones específicas de la molécula.
Para facilitar la comparación entre espectros de proteínas o péptidos de
diferente peso molecular (MW), se utiliza la magnitud MRW (mean residue
weight): MRW MW # res 1 , para expresar la masa de la muestra, donde el
Ec. 3.1
donde MRW es la elipticidad media por residuo de aminoácido, k es
118
de residuos en la proteína que adoptan el tipo k de estructura secundaria. Para
fk 0 . En la
N
el cálculo, se imponen además las restricciones fk 1 y
k 1
119
Figura 4.9. Espectros en el UVL de: A) hormona de crecimiento humana (hGH); B) la proteína
que une ácidos grasos de intestino de rata (IFABP) y C) un péptido desestructurado en solución
acuosa derivado de la lisozima humana.
Los métodos de la segunda clase (Saxena & Wetlaufer; Chen y col., citados por
Venyaminov, 1996) utilizan espectros de proteínas cuya estructura
tridimensional sea bien conocida (estructuras depositadas en el banco pdb:
120
16H http://www.rcsb.org/pdb/home/home.do, consultado el 06 de agosto de 2013)
para definir el conjunto de base (basis set) de espectros correspondientes a
hélice , hoja y el “resto”. Con esta estrategia se sortea el problema
mencionado antes de la dependencia con el largo, pues el análisis está
sustentado sobre proteínas reales. No obstante, existen problemas derivados
del reducido tamaño del conjunto de proteínas utilizadas como referencia, la
falta de distinción entre hélice y otras hélices (por ejemplo, 310) y -más
importante aún- la hoja resulta un promedio estadístico entre contribuciones
de hoja paralela y antiparalela de variada distorsión, y constituidas por un
número variable de hebras de distinto largo. Así, existen factores estructurales
propios de las moléculas peptídicas y proteicas que contribuyen a disminuir la
exactitud del resultado. De este modo, la confiabilidad de los métodos de
deconvolución es mayor si se trata de proteínas ricas en estructura que si
predomina la estructura . En general, la confianza en la asignación
cuantitativa de los distintos tipos de estructura secundaria dista de ser uniforme
(conforme al orden > r >> >>> t) y el contenido de información del espectro
depende fuertemente de cuán lejos en la región UVL haya podido lograrse la
colección de datos (idealmente hasta 184 nm). Las estimaciones del contenido
de estructura secundaria son sólo aproximadas, prueba de ello es que la
aplicación de varios métodos sobre el mismo espectro experimental puede
conducir a resultados significativamente diferentes. Además, aunque la
absorción en la zona UVL está ciertamente dominada por el enlace peptídico,
se ha demostrado que aportan contribuciones significativas y variables los
puentes disulfuro (en el rango 240-290 nm) y las cadenas laterales aromáticas,
fundamentalmente de los residuos de Trp y Tyr ubicados en ambientes
estructurados (Chakrabartty, 1993). A menudo, los métodos adolecen del
problema de ignorar estas contribuciones. Particularmente, por su utilización
generalizada como parámetro de estructura, debe ejercerse especial
precaución cada vez que se evalúen las contribuciones a 222 (ver luego).
121
4.10. La Región UV Cercana y la Estructura Terciaria
Las cadenas laterales de los residuos aromáticos (Trp, Tyr, Phe, His) incluyen
cromóforos planos (ópticamente inactivos per se), que son causantes de
bandas de CD en el rango 250-290 nm por su ubicación en el ambiente
químico asimétrico dado por la estructura terciaria compacta, característica del
estado nativo de la proteína (Woody, 1996). Sumado a estas contribuciones se
encuentra el residuo de cistina (el dímero de cisteína) que aporta bandas
débiles centradas a ~280 nm cuyo signo depende de la quiralidad del puente
disulfuro (la torsión 3 está generalmente restringida a ángulos de
aproximadamente +90º o -90º) (Srinivasan, 1990). Varios factores influyen
122
sobre la intensidad de las bandas asignadas a los residuos aromáticos: (i) la
rigidez de la proteína, siendo menor la intensidad cuanto mayor es la movilidad;
(ii) las interacciones entre los grupos aromáticos, que se torna muy importante
a distancias menores que 1 nm; y (iii) el número de grupos aromáticos.
Téngase en cuenta que aún proteínas con un número elevado de aminoácidos
aromáticos pueden presentar baja señal por efecto de cancelación entre
señales positivas y negativas.
Adicionalmente, componentes no proteicos, esto es, grupos prostéticos o
cofactores (por ejemplo, hemo, flavinas, etc.), o quelatos de metales de
transición (por ejemplo, Cu o Co) en metaloproteínas pueden dar lugar a
señales de CD características. Estas pueden proveer información valiosa
acerca del entorno proteico asimétrico de estos cromóforos. Como ejemplos,
proteínas coloreadas -tales como mioglobina o bacteriorrodopsina- también
absorben luz visible -y por quiralidad propia o del ambiente químico- pueden
originar señales de CD en esta región espectral.
123
perturbado por un agente químico D, esto es, donde sólo coexistan las
especies N y U, la señal Y podrá expresarse como Y fNYN fUYU y de aquí
inferirse la fracción desplegada fU ( 1 fN ) de proteína como la relación
124
hidrofóbicos del core proteico. Como tal, en este estado MG persiste la señal
de CD en la región UVL, pero se pierde la señal en la región UVc.
125
La exquisita sensibilidad de la señal de CD al ambiente químico puede
utilizarse con provecho para la medición de fenómenos de interacción de
ligandos con proteínas. En la unión de una proteína P con un ligando L para
rendir un complejo PL: P L PL , gobernada por la constante de unión
Kasoc [PL] / [P][L] , es posible en muchos casos evaluar cuantitativamente la
que será posible estimar la afinidad K asoc mediante medidas a cada [L]total y
126
Figura 4.12. Inducción de bandas en el UVC por unión de ligandos a IFABP
El ión calcio es un ligando “invisible” al CD, pues no presenta absorción UV. Sin
embargo, a través de su efecto pronunciado sobre la proteína -en particular
sobre los cromóforos aromáticos de Tyr (bandas a 279 y 286 nm) y Phe
(bandas a 261 y 268 nm)- es posible evaluar la variación de la señal dicroica de
la proteína en el rango UVC. Los cambios espectrales atribuibles a Tyr y Phe
ocurren en forma paralela, reflejando la presencia de estos residuos en cada
uno de los sitios ubicados en el dominio C-terminal que unen Ca2+ con alta
afinidad. Estos cambios se estabilizan una vez que el ión alcanza a saturar
estos sitios (Crouch & Klee, citado por Woody, 1996). Notablemente, el efecto
de agregar Cd2+ en lugar de Ca2+ mimetiza estos efectos, implicando así un
cambio conformacional idéntico en la proteína (resultados no mostrados).
Ejemplo 3: El fenómeno de unión del ligando oleato con IFABP y una forma
abreviada de esta proteína, 98 (Curto, 2009) se ilustra en la Figura 4.14.
Pueden encontrarse semejanzas con el ejemplo anterior en tanto oleato no
absorbe luz en el rango medible. Aquí se muestra el efecto moderadamente
estabilizante sobre la proteína de la adición del ligando, medida por la
evolución de la señal dicroica a 216 nm en función de la concentración del
caótropo cloruro de guanidinio (GdmCl). Una vez transformados los datos
espectrales en la fracción nativa f N (ver antes), se evidencia que: (i) la forma
98 se despliega cooperativamente, (ii) es menos estable que IFABP, pero
127
(iii) resulta estabilizada en mayor medida por el ligando ácido graso. En 98,
el evento de unión resultaría crítico para estabilizar contactos de cadenas
laterales que conducen al reajuste de la estructura terciaria.
Figura 4.14. Efecto de la unión del ligando ácido oleico sobre la estabilidad de IFABP y 98
128
Figura 4.15. (A) Estructura cristalográfica de TRX de E. coli (código pdb: 2TRX), donde se
muestra el fragmento TRX1-93 en azul y el péptido TRX94-108 en gris. (B) Unión del péptido
TRX94-108 al fragmento TRX1-93 seguido por CD en la región UVC. Los números (0.0 al 3.1)
indican la relación molar péptido:fragmento. El inserto muestra la fracción unida (extraída de la
evolución de la señal dicroica a 280 nm) en función de la concentración de péptido libre. (C)
Desnaturalización térmica seguida por CD en la región UVL del fragmento TRX1-93 (3), del
complejo TRX1-93/TRX94-108 (2), o de TRX de largo completo (1).
129
estructural recíproca, donde ambos componentes ganan orden. La evolución
de la señal de CD en la región UVc a medida que se titula el fragmento
TRX1-93 con el péptido TRX94-108 se muestra en la Figura 4.15A.
Al máximo exceso molar ensayado, se advierte la recuperación mayoritaria del
espectro nativo. Del gráfico en el inserto puede derivarse la afinidad de esta
interacción ( K D 1 Kasoc ~ 12 M). Por otro lado, la estabilidad termodinámica
130
ordena, a juzgar por la reducción de la magnitud de la banda negativa a
200 nm y la tendencia a exacerbar la banda negativa a 222 nm. Estos
resultados subrayan el papel de la estructura secundaria y la distribución de
residuos polares y no polares para la efectiva interacción del péptido con la
membrana plasmática de la bacteria, un paso crítico para desencadenar su
acción letal.
Figura 4.16. Inducción de estructura secundaria por distintos agentes sobre A) TRX94-108 y B)
KW.
131
Figura 4.17. Inducción de estructura secundaria por el agregado de TFE sobre IFABP, 98 y
78
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134
PARTE II
135
CAPÍTULO 5
CÁLCULOS COMPUTACIONALES EN MACROMOLÉCULAS BIOLÓGICAS
Marcelo D. Costabel y Fernando Zamarreño
Introducción
5.1. Orígenes
136
Sin embargo la descripción inicial no resultaba sencilla y como el trazado en
papel sólo permitía una figura bidimensional, el único camino posible para el
armado 3D provino del diseño de mapas de densidad electrónica con
materiales como plastilina y madera balsa y la utilización de kits para el armado
de modelos de esferas y palos que permitieron una figura más realista de las
estructuras en estudio (Figura 5.1.).
Figura 5.1. Watson y Crick mostrando el modelo estructural de la doble hélice de DNA, armado
con alambre.
137
sistemas, dando lugar a descripciones estáticas y dinámicas que dieron origen
a lo que hoy conocemos como simulación computacional de macromoléculas y
nos permiten inferir o describir el complejo entramado en la relación estructura-
función de moléculas biológicas.
138
estos sistemas biológicos a nivel molecular ha sido durante mucho tiempo
ámbito exclusivo de diferentes técnicas experimentales, que permitieron
dilucidar los mecanismos involucrados. El inconveniente suele ser que estos
experimentos requieren, en muchos casos, mucho tiempo de implementación y
un análisis previo minucioso para garantizar la optimización de los recursos que
se aplican para su realización.
En ese contexto, el surgimiento de la informática durante el siglo XX, dio lugar,
entre una innumerable variedad de utilidades, a la aplicación de la misma en el
análisis de complejos biomoleculares.
Durante las primeras décadas este análisis estuvo orientado a la verificación de
lo observado de forma experimental; pero en estos momentos se ha convertido
en una herramienta predictiva, orientadora del trabajo in vitro y ha trasladado el
paradigma a una nueva biología in silico.
Dado que la posibilidad del cálculo computacional crece día a día gracias al
progreso continuo en el hardware, los programas aplicados al análisis de
sistemas biológicos, en los cuales se considera un número elevado de átomos,
es cada vez más variado. En este capítulo presentamos algunos de los
estudios computacionales involucrados en el modelado molecular y que
pueden aportar información en la relación estructura-función de biomoléculas.
139
configuraciones. Este espacio de configuraciones para un sistema molecular es
de 3N-6 grados de libertad, (donde el valor 3N corresponde a los
desplazamientos espaciales posibles para cada uno de los N átomos que
componen la molécula, y las 6 restricciones se deben a los movimientos de
traslación y rotación conjunta que no implican movimientos relativos de los
átomos) lo cual, para una proteína es del rango de 10 4, y mayor aún al
considerar hidratación explícita dentro del modelo. Es por esto que, dentro del
modelo, se aplican restricciones específicas que dan lugar a la reducción de
variables que permiten plantear la forma funcional de la Energía en un espacio
cartesiano.
La Energía potencial dentro de un modelo molecular es la combinación de
varios términos:
2
_
E dist S ij rij rij Ec. 5.2.
2
_
E ang K ijk cos ijk cos ijk Ec. 5.3.
Aij Bij
E LJ 6 12
ij rij rij Ec. 5.4.
qi q j
Ecoul
ij rij rij Ec. 5.5.
140
atracción a distancias grandes y un potencial Coulombiano entre las partículas
cargadas del sistema.
Si bien estas relaciones representan aproximaciones, las mismas son
razonables en el caso de las macromoléculas.
r r´
1
dr´ Ec. 5.7.
r r´
141
es la densidad de carga correspondiente a un conjunto de N cargas puntuales
ubicadas en los sitios atómicos.
La solución del sistema para macromoléculas con forma arbitraria, implica la
utilización de métodos numéricos complejos. En estos métodos el espacio
continuo se transforma en una matriz discreta compuesta de puntos
equiespaciados. El dominio del problema entonces se divide en dos regiones.
El volumen asignado al solvente se define como la unión de los volúmenes
accesibles a esferas del tamaño de una molécula de agua de radio 0,14 nm
que no ingresan al espacio reservado a los átomos de las macromoléculas. Al
volumen correspondiente al solvente se le asigna una constante dieléctrica de
78,54 y al volumen correspondiente a las moléculas se les asigna una
constante igual a 2.
Cuando las macromoléculas se encuentran en solución, debemos considerar
no sólo la presencia de agua, sino también los iones inmersos en la misma y su
distribución en la solución. La descripción de un sistema de estas
características corresponde a la Ecuación de Poisson-Boltzmann
e r
s r 2ex sinh
kT
Ec. 5.10.
e r
(r ) (r ) m r 2ex sinh
kT
Ec. 5.11.
142
2
2 Ie 2 1 q
, con una Fuerza Iónica I n .
2
r kT 2 e
1
GE
2
qii Ec. 5.13.
143
consiste en la obtención de los valores de potencial para cada uno de los
puntos de la red propuesta.
Un caso de aplicación del cálculo de la componente electrostática de la Energía
en macromoléculas es el estudio de la interacción entre la proteína que une
ácidos grasos (FABP por sus siglas en inglés) y una membrana biológica y, a
partir de los resultados obtenidos, se puede establecer la clasificación de las
FABPs de acuerdo a su mecanismo de interacción con la membrana
(Zamarreño, 2012) (Figura 5.2).
144
Figura 5.2. Enfoque electrostático inicial de dos diferentes FABP (IFABP y LFABP; izquierda y
derecha respectivamente), mostrando como cada una de ellas inicia su interacción con la
membrana de manera distinta.
La elección del conjunto bajo el cual llevar a cabo la simulación está dictada
fundamentalmente por el tipo de problema a tratar. Los promedios estadísticos
pueden llevar a pequeñas diferencias en los diferentes conjuntos, pero éstas
desaparecen en el límite termodinámico, que se alcanza incluso con unos
pocos cientos de partículas. Sin embargo la elección del conjunto sí influye al
momento de calcular las fluctuaciones cuadráticas medias de las magnitudes
termodinámicas. Estas permiten calcular, por ejemplo, la capacidad calorífica o
el módulo de elasticidad.
Los experimentos típicos de Dinámica Molecular se realizan en el conjunto
microcanónico (N, V, E). Mediante algoritmos que acoplan adecuadamente el
sistema a un baño térmico o a un “baño” de presión, se pueden realizar
simulaciones en el canónico (N, V, T) o en el conjunto isotérmico-isobárico (N,
P, T) a presión y temperatura constante, respectivamente.
Típicamente el estudio mediante DM tiene tres fases:
145
FASE I: Inicialización: Se especifican las condiciones iniciales, la topología,
condiciones de borde, las condiciones periódicas de contorno y se describe el
sistema a simular.
FASE II: Ejecución de la Dinámica Molecular: Se integran numéricamente las
ecuaciones de movimiento que gobiernan el sistema.
Veamos la forma general de un algoritmo de Dinámica Molecular:
1. Se leen los parámetros que especifican las condiciones de la corrida:
Temperatura inicial, el número de partículas, la densidad, el intervalo de
integración, tiempo total de simulación.
2. Se inicializa el sistema, esto es, se asignan las posiciones y las velocidades
iniciales de todas las partículas del sistema. Se leen los parámetros del
potencial V(r).
Deben repetirse los siguientes pasos, hasta llegar al último:
3. Se calculan las fuerzas sobre todas los átomos no ligados, más las fuerzas
debidas a todas las interacciones ligadas, que pueden depender de 1, 2, 3 o 4
átomos. Se calculan las restricciones, o fuerzas externas si las hubiera. Se
calculan las energías cinéticas y el tensor de presiones.
4. El movimiento en el instante de cada átomo se obtiene resolviendo
numéricamente las ecuaciones de Newton.
5. Si corresponde se imprimen las posiciones, velocidades, fuerzas, energías,
presiones.
Un paso fundamental es la evaluación de la Energía Potencial que resulta la
parte más costosa en tiempos de computación.
FASE III: Análisis de los resultados: Se evalúan las propiedades físicas
tomando como dato la información de la trayectoria del sistema, que es la
salida de la etapa anterior. El análisis se realiza comúnmente tomando
promedios temporales sobre las diferentes configuraciones. Los valores medios
así obtenidos, considerados durante un tiempo suficientemente largo,
representan promedios termodinámicos suponiendo un comportamiento
ergódico del sistema, donde consideramos que el promedio temporal es igual al
promedio espacial.
146
Las propiedades microscópicas de interés que se estudian a partir de un
cálculo de Dinámica Molecular son: distancia entre átomos, superficie expuesta
al solvente, desvíos cuadráticos medios, Radios de Giro y Estudio de Puentes
de Hidrógeno.
Con todos estos datos podemos, entonces evaluar las características del
sistema y obtener un conocimiento más detallado de su comportamiento
dinámico.
Siguiendo con el ejemplo anterior, podemos analizar el mecanismo de
interacción de FABP con una membrana biológica, observando en este caso la
dinámica en la aproximación y los movimientos acoplados en los componentes
estructurales involucrados en la interacción (Zamarreño, 2012).
Al igual que para el cálculo electrostático, en el caso de la Dinámica Molecular,
podemos encontrar distintos programas para analizar el problema.
En este caso se utilizó el paquete GROMACS (Berendsen, 1995), de amplia
distribución y reconocida eficiencia. Como resultado se puede observar una
aproximación diferenciada para diferentes FABPs y la formación de un
complejo energéticamente estable (Figura 5.3).
Conclusiones
147
I-FABP
30 L-FABP
20
Distancia (nm)
10
0
0 300 600
Tiempo (Frames)
Figura 5.3. Posición final de la interacción entre IFABP (izquierda) y LFABP (derecha), y una
membrana biológica modelada a partir de una simulación realizada por Dinámica Molecular. El
esquema inferior muestra las curvas de aproximación que indican la distancia entre un átomo
de la molécula y uno de la membrana, en función del tiempo de simulación, para cada uno de
los casos.
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149
Capítulo 6
RESOLUCIÓN DE ESTRUCTURAS DE PROTEÍNAS POR LA TÉCNICA DE
CRISTALOGRAFÍA DE RAYOS X
Marcelo D. Costabel
Introducción
150
Vamos, entonces a detallar un poco más cada paso del proceso por el cual
podemos obtener la estructura tridimensional de una macromolécula biológica,
a partir de la técnica de difracción de Rayos X (Figura 6.1), pero antes vamos a
recorrer muy rápidamente el proceso histórico que resultó en el desarrollo de
esta técnica.
a b
c
151
en 1952, es un punto de referencia que surge inmediatamente cuando
buceamos en la historia de la resolución de estructuras de macromoléculas por
técnicas de difracción de Rayos X. No obstante, en los albores de esta técnica,
hay una serie de hitos que no pueden dejar de mencionarse.
Sobre fines del siglo XIX Roentgen descubre los Rayos X y en 1912 von Laue
descubre que los cristales difractan esos Rayos X. Un año después Bragg
determina la estructura cristalina del Cloruro de Sodio; pero deben pasar un par
de décadas para que Robertson reporte la estructura de pthalocianinas, la
primera estructura de una molécula orgánica compleja y en 1948 Bijvoet
resuelva la estructura de la estricnina; el primer caso donde la cristalografía
decide entre alternativas estructurales planteadas por químicos orgánicos
Un año después, en 1949 Dorothy Crowfoot Hodgkin, resuelve la estructura
cristalina de la penicilina. Estos experimentos fueron las bases que llevaron a
Kendrew y colaboradores a reportar, en el año 1958, la estructura
cristalográfica de la mioglobina, la primera estructura cristalográfica de una
proteína. A partir de allí se sucedieron la hemoglobina (Perutz, 1963), la
lisozima (Phillips, 1965), la ribonucleasa (Richards, 1967), la papaína (Drenth,
1968) y la insulina (Blundell, 1971).
Precisamente en 1971 se establece en el Laboratorio Nacional de Brookhaven
en Long Island, NY, el Protein Data Bank (PDB) que es el banco de datos
donde se depositan las estructuras resueltas de las macromoléculas biológicas,
y que en su primer publicación, en 1974, contenía 12 estructuras.
Desde ese momento, el incremento incesante de la capacidad computacional,
como así también la implementación de la radiación sincrotrón y otras
herramientas experimentales, han permitido un crecimiento ininterrumpido que
lleva a que hoy el PDB cuente con más de 90000 estructuras depositadas , y
sea el punto de referencia para los cristalógrafos de proteínas (Figura 6.2).
(En las referencias al final del capítulo se puede encontrar información
complementaria)
152
6.2. Por qué Rayos X y por qué Cristales?
153
Número de estructuras depositadas en PDB
Año
Figura 6.2. Numero de estructuras depositadas en el PDB desde sus inicios. Gráfico indicativo
del crecimiento del número de estructuras depositadas en el Protein Data Bank (PDB) a lo largo
de los años. En azul se indica el número anual y en rojo el número acumulado.
154
Antes de comenzar los ensayos, la muestra debe ser llevada a una
concentración adecuada para la cristalización; habitualmente valores mayores
a 5 mg/ml. A partir de allí, en el caso en que la proteína haya sido cristalizada
con anterioridad, se buscarán condiciones similares a las encontradas
originalmente, lo cual muchas veces reduce considerablemente el tiempo en
que se consigue obtener los cristales.
Si por el contrario, estamos en presencia de una molécula nunca cristalizada,
debemos enfrentarnos a un ensayo experimental que permita realizar un
muestreo de condiciones diferentes que lleven, a partir de un análisis
exhaustivo, a precisar las condiciones en las cuales la muestra cristaliza.
Si bien existen varios métodos alternativos para la obtención de cristales de
proteínas, el método más usado es el de difusión de vapor en gotas
suspendidas (Figura 6.3). En este método se utilizan cajas de cristalización que
permiten realizar múltiples ensayos con diferentes condiciones. Dentro de un
reservorio se coloca 1ml de una solución precipitante tal como sulfato de
amonio, PEG, o mezcla de sales. En algunos casos es necesario también
agregar aditivos como detergentes o iones metálicos los cuales pueden ayudar
en el proceso de cristalización. Luego, entre 1 y 5 µl de la proteína es colocada
en un vidrio siliconado junto con un volumen similar del liquido precipitante. El
vidrio es invertido, colocado sobre el reservorio y sellado con grasa de vacío
para mantener un sistema aislado. El mecanismo se repite el número de veces
que permite la caja, en condiciones similares a las que consideramos posibles
para la cristalización. En muchos casos y, sobre todo para evaluar las
condiciones iniciales, se utilizan kits de cristalización comercializados que
permiten un muestreo de condiciones diferentes ya estandarizadas. Del mismo
modo, en algunos laboratorios se utilizan las denominadas “granjas” de
cristalogénesis, constituidas por un equipamiento que permite un control
totalmente automatizado de las muestras y una evaluación periódica de las
mismas.
155
b
a
c
156
Una vez que se logran obtener cristales es el momento de exponerlos a los
rayos X. Para esto, se monta el cristal en un capilar de vidrio o se suspende en
un pequeño lazo de alambre, pudiéndose congelar posteriormente con
nitrógeno líquido para aumentar su durabilidad al ser expuestos a la radiación.
Esta exposición se realiza colocando el cristal en una cabeza goniométrica, que
es un dispositivo mecánico, controlado electrónicamente, que permite
posicionar el cristal frente al haz de rayos X y orientarlo de diferentes maneras
respecto al mismo, cubriendo el espacio de configuraciones posibles. En el
caso de macromoléculas biológicas los rayos X a los que se expone el cristal
son originados por un generador de ánodo rotatorio que por su diseño permite
obtener una intensidad de brillo mayor que las fuentes de rayos X
convencionales; o, inclusive, también se utilizan fuentes de luz sincrotrón, en
las cuales se puede modular la longitud de onda de la radiación y al mismo
tiempo obtener un brillo varios órdenes de magnitud superior. Los rayos así
emitidos son colimados antes de incidir en el cristal el cual los difracta para
producir un patrón de difracción en un detector. Este patrón de difracción es el
dato de medición experimental a partir del cual se trazará el modelo estructural
y, para ello el detector es conectado a una computadora que almacena la
información.
157
electrónica de la celda cristalina, que es la representación tridimensional de la
ubicación de los átomos constituyentes de la molécula. Este mapa es la
herramienta fundamental que permite deducir la estructura atómica de la
proteína. Pero para poder calcular el mapa hay un problema que resolver y que
surge de la naturaleza compleja de la función de difracción. Ya que en el
experimento de difracción sólo se puede medir la intensidad, la fase
correspondiente a la función compleja permanece desconocida. Este problema
se conoce como el problema de las fases en Cristalografía.
Cuando se tienen moléculas pequeñas la solución es sencilla: Se inventan
fases y se calcula el mapa que se compara con la molécula. Si no es razonable
se rechazan las fases y se intenta con otras.
Para macromoléculas, en cambio el problema es más complicado y existen
diferentes métodos para la resolución del problema: (a) Reemplazo isomorfo:
Se unen átomos pesados (Hg, I, Se) al cristal (este proceso se llama
derivatizar) y se comparan los patrones de difracción del cristal original con los
de 2 cristales derivatizados distintos. De la comparación de los 3 cristales se
calculan las fases. (b) Reemplazo molecular: Se utilizan las fases de una
proteína de estructura parecida y conocida (seguramente obtenida del PDB).
Una vez conocidas las amplitudes y las fases, la transformada de Fourier
calcula el mapa de densidad electrónica. (c) Dispersión anómala por múltiples
longitudes de onda: Se utiliza un único cristal con átomos que dispersan de
manera anómala y se cambia la longitud de onda de los rayos incidentes
obteniéndose una información similar a la que se tiene con el reemplazo
isomorfo.
158
macromolécula para ajustarla al mapa de densidad electrónica y construir el
modelo inicial.
Este ajuste puede ser en parte automático y en parte ‘manual’ y permite
obtener ese modelo inicial que debe ser acomodado de forma tal que responda
de forma más aproximada a la estructura de la macromolécula bajo estudio.
Este acomodamiento es lo que se denomina Refinamiento de la estructura,
pero antes de hablar del refinamiento definamos como establecer cuan cerca
de la realidad nos podemos acercar con el modelo propuesto.
6.7. Resolución
159
a
6.8. Refinamiento
Una vez que logramos un modelo inicial para la molécula comienza la etapa de
refinamiento, donde debemos ajustar los parámetros de manera tal de
encontrar un ajuste entre los datos experimentales provenientes del patrón de
difracción y el modelo propuesto que se va modificando. Para asegurarnos que
el refinamiento va en el sentido correcto, se realiza un seguimiento de este
ajuste a partir de un parámetro que se denomina R y que proviene de comparar
los factores de estructura observados (vienen de los datos experimentales) y
calculados (vienen del modelo que se propone). Un modelo absurdo daría un
valor para R del orden de 0.60; mientras que un modelo es aceptable a partir
de un valor de R próximo 0.2. Con proteínas se puede llegar hasta R = 0.1 y
con moléculas pequeñas hasta R = 0.01. Para refinar el modelo: se incluyen
moléculas de agua, se varía el factor de temperatura de cada átomo (es una
160
medida de su movilidad), se varían ligeramente las fases y fundamentalmente
se modifican las coordenadas (‘manualmente’ o por dinámica molecular).
El proceso de refinamiento implica una iteración entre el espacio real y lo que
denominamos el espacio recíproco del sistema.
En el espacio real observamos el modelo con la ayuda de un programa gráfico
y lo ajustamos al mapa de densidad electrónica de acuerdo a las
modificaciones que se mencionaron antes.
Una vez obtenido el nuevo modelo, se trabaja en el espacio recíproco
minimizando la diferencia entre los factores de estructuras medidos y
calculados. Este proceso se lleva a cabo con programas de cálculo específicos
y el factor R nos va dando la medida de la evolución del refinamiento en esta
etapa.
6.9. Validación
161
Figura 6.5. Diagrama de Ramachandran. Se utiliza para validar el modelo de estructura
propuesto de acuerdo a sus características estereoquímicas. Cada punto representa los
valores de los ángulos de torsión para cada aminoácido. El ejemplo muestra una estructura con
más de 3000 aminoácidos donde cerca del 99% se encuentra en zonas estructuralmente
permitidas.
162
Lo primero que debe decirse es que existen numerosos programas de cálculo
para cada etapa del proceso.
El primer paso implica el procesamiento de los datos para transformar el
espectro de difracción en un mapa de densidad electrónica. Luego, hay
diferentes etapas para determinar las fases y mejorarlas, tanto a partir de un
modelo inicial (reemplazo molecular) cuando es posible, como también por el
uso de métodos ab initio partiendo por ejemplo de la localización de un átomo
pesado en la estructura.
A partir de allí se concatenan programas para el proceso de refinamiento del
modelo que implican cálculo específico con algoritmos de minimización de la
energía del sistema y que involucran también Dinámica molecular y, por otra
parte la necesidad de visualización gráfica que permite la manipulación y
modelización de la estructura molecular.
Por último diferentes programas nos permiten evaluar el proceso de
refinamiento y validar la estructura final.
Si bien existen comercialmente y, con distribución libre, numerosos programas
en cada una de las etapas descriptas, vale mencionar la existencia de una
colección de programas y librerías de datos asociadas, enmarcadas en lo que
se denomina suite CCP4 (Collaborative Computacional Project Number 4)
(Wynn, 2011). Los programas provienen de una variedad de fuentes
conectadas en una única infraestructura.
CCP4 tiene ya más de 30 años pero continúa en constante progreso y
evolución ofreciendo una actualizada herramienta para la resolución de una
estructura proteica donde se incluyen paquetes de programas para cada una
de las etapas.
Un párrafo aparte merece los programas gráficos que también han
evolucionado durante las últimas décadas y constituyen una herramienta
fundamental del proceso. En los 80s, el advenimiento de los programas
gráficos cambió sustancialmente la Cristalografía de proteínas aportando una
herramienta importantísima para el modelado de la estructura. En la actualidad
cabe mencionar el programa COOT (Emsley, 2010) asociado a CCP4 que
163
también ofrece herramientas de modelado, refinamiento y validación
intrínsecas, y asociadas a otros programas.
Conclusiones
Bibliografía
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165
CAPÍTULO 7
RESONANCIA MAGNÉTICA NUCLEAR
Marina Ibáñez Shimabukuro y M. Florencia Rey Burusco
Introducción
166
aplicaciones como el análisis de interacción entre biomoléculas y el estudio de
proteínas en células (in cell NMR).
7.1. Fundamentos
167
obligue a esos núcleos a invertir el sentido de su orientación con respecto al
campo externo. En esa situación se dice que el sistema está en resonancia.
Esta energía aplicada, E, que es la que separa a los dos estados, es igual a:
E = 2 B B0 Ec. 7.1
Tabla 7.1. Constantes giromagnéticas () y abundancia natural de algunos núcleos con sus
valores de espín I correspondientes. En azul se destacan los núcleos comúnmente empleados
en el estudio de moléculas biológicas por RMN.
168
y entonces, la frecuencia de resonancia,
= B0/2Ec. 7.5
Figura 7.1. Niveles de energía de los dipolos magnéticos nucleares en presencia de un campo
B0. Nótese el ligero exceso de población en el estado de menor energía, alineado con el campo
externo.
Conclusiones:
Hasta aquí podemos resaltar algunos conceptos que serán útiles para
comprender las secciones posteriores:
169
La relación señal/ruido mejora de forma proporcional a la raíz del número de
escaneos, es decir del número de veces que se registren las señales. Como
la sensibilidad es un punto clave, un experimento típico de RMN, implica
adquirir un mismo espectro un alto número de veces.
7.2. Espectrómetro
170
Figura 7.2. Representación esquemática de un espectrómetro de RMN.
171
consiste en un corrimiento de la señal mientras que el segundo, se manifiesta
como un desdoblamiento de la señal. Hay dos tipos de acoplamientos espín-
espín: el acoplamiento escalar y el acoplamiento dipolar. El acoplamiento
escalar se transmite a través de los enlaces, depende del ángulo diedro y no
depende de la orientación espacial. Por otra parte, el acoplamiento dipolar se
transmite a través de la distancia decayendo con 1/r6 y sí depende de la
orientación.
Desplazamiento químico
172
Figura 7.3. Desplazamiento químico. Los núcleos sufren un corrimiento en la frecuencia de
absorción que depende del entorno en que se encuentran. Se producirá un corrimiento hacia
menores frecuencias si el campo efectivo (Bef) que sensa es menor a B0 debido a un campo
local que se opone, Bloc. Este es el caso del apantallamiento generado por una alta densidad de
electrones si el núcleo está unido a un elemento menos electronegativo. Si el B loc es menor,
porque el elemento vecino es más electronegativo, el núcleo en cuestión no está tan
apantallado y, en consecuencia, el corrimiento no es tan pronunciado.
𝑥 − 𝑟𝑒𝑓 6
𝛿= 10 Ec. 7.8
𝑟𝑒𝑓
Acoplamiento escalar
173
El acoplamiento escalar se manifiesta por la influencia que ejerce un núcleo
activo de RMN sobre otro núcleo activo, que se transmite a través de los
electrones de enlace.
Figura 7.4. Acoplamiento escalar. Para dos núcleos acoplados Ha y Hb, se observa un
desdoblamiento en la señal de Ha. La separación en Hertz entre los picos de la señal
desdoblada, es el acoplamiento escalar J. El desdoblamiento de la señal se produce porque el
campo magnético que percibe Ha disminuye o se incrementa si el espín de Hb se encuentra en
contra o a favor del campo.
174
del campo magnético aplicado. El acoplamiento escalar será exactamente el
mismo en cualquier equipo de RMN independientemente de B0.
En base a la cantidad de enlaces que separan a dos núcleos se definen tres
tipos de acoplamientos J:
1
J acoplamiento escalar de primer orden: Constante de acoplamiento para dos
núcleos unidos mediante un enlace.
2
J acoplamiento escalar de segundo orden: En este caso, los núcleos se hallan
separados por dos enlaces.
3
J acoplamiento escalar de tercer orden: Es el acoplamiento más útil para
estudios estructurales porque los núcleos relacionados con los ángulos de
torsión en las proteínas se encuentran a tres enlaces de distancia.
En la Figura 7.5 se muestran valores de algunas constantes de acoplamiento
típicas en proteínas.
En el caso de las proteínas se puede representar 3J mediante la ecuación de
Karplus:
3
J(θ)= A cos2 θ + B cos θ + C Ec. 7.9
175
Los diferentes elementos de estructura secundaria de una proteína tienen
valores de ángulos diedros característicos y en consecuencia también valores
de 3J.
ecuación de Karplus. La orientación relativa del enlace H-N respecto al enlace C-CO, se
puede relacionar con la estructura secundaria.
Acoplamiento dipolar
176
distancia, decayendo con 1/r6 y perdiendo efecto a distancias mayores a 5 Å,
se puede correlacionar la intensidad de las señales con distancias
internucleares. Estas distancias internucleares son las que nos darán
información esencial para determinar el plegamiento tridimensional de las
proteínas (Wüthrich, 2003).
Figura 7.7. Como lo expresó el premio Nobel de química 2002, Kurt Wüthrich: “si uno conoce
todas las medidas de una casa, puede construir un esquema 3D de esa casa. De la misma
manera, midiendo un gran número de pequeñas distancias en una proteína, es posible crear
una imagen de la estructura tridimensional de la misma”.
177
Relajación
178
banda espectral, de modo que el ancho () es proporcional a 1/T2. La
relajación espín-espín tiende a ser más eficiente (T2 es menor) para moléculas
con movimientos aleatorios lentos, que es el caso de proteínas y otras
macromoléculas de gran tamaño, y lleva a un ensanchamiento y solapamiento
significativo de las señales.
En particular, para los núcleos de 15N, las medidas de los tiempos de relajación,
en conjunto con otro parámetro denominado NOE heteronuclear, resultan en
valiosos aportes al estudio por RMN dado que brindan información acerca de
los procesos dinámicos en las moléculas, como la difusión rotacional, las
velocidades de fluctuaciones conformacionales y otros movimientos internos.
Conclusiones
En resumen, hasta aquí hemos visto qué tipo de datos se pueden obtener a
partir de experimentos de RMN y qué información puede inferirse a partir de
ellos. A modo de síntesis podemos agrupar los parámetros espectrales según
su origen:
179
Información de los residuos individuales y de la proteína en general
Parámetros Utilidad / Información asociada
Tiempos de relajación T1, T2
Dinámica del sistema
y NOEhet, c
180
registremos la respuesta de todos ellos en una misma FID trae aparejada la
necesidad de decomponer posteriormente esa señal, muy compleja, en sus
componentes individuales. Esta labor se resuelve mediante la operación de
transformada de Fourier. Resumidamente, esta aplicación matemática
devuelve información en el dominio de la frecuencia a partir de los espectros
originales que se hallan en el dominio del tiempo. Este formato permite la
adquisición múltiple de señales, lo que resulta en una ganancia de tiempo y por
ende, de sensibilidad ya que además de una mejora intrínseca en la
sensibilidad, el tiempo recuperado puede invertirse para acumular más
espectros e incrementar la relación señal/ruido.
181
generalmente se incluyen distintas técnicas cromatográficas en el protocolo de
obtención (Figura 7.8).
Figura 7.8. Para la obtención de una proteína que va a ser estudiada por RMN, los medios de
cultivo se enriquecen isotópicamente, dependiendo de los espectros que vayan a adquirirse. El
protocolo de purificación puede incluir distintos pasos cromatográficos tendientes a que la
proteína se encuentre en un elevado grado de pureza, altamente concentrada, sin que ocurra
agregación ni precipitación. Idealmente la muestra debe ser estable en el tiempo y la proteína
no exceder los 30 kDa a fin de no afectar la calidad de las señales, ni dificultar la asignación.
182
1
Figura 7.9. A la izquierda: espectro 1D H de una muestra de proteína, plegada y en estado
monomérico. Se señala la distribución de desplazamientos químicos de distintos grupos de
15
protones. A la derecha: espectro N-HSQC de una proteína de ~20 kDa. Cada pico
corresponde a un grupo NH de la cadena polipeptídica.
183
sobre la geometría de la estructura covalente de los aminoácidos, y que
además alcanza un valor de mínima energía.
HNCACB (relacionados al desplazamiento químico del HN del residuo i), con los
desplazamientos químicos de los C/ en el CBCA(CO)NH (relacionados al desplazamiento
13
químico del HN del residuo i-1). El proceso se asemeja a acomodar piezas de dominó.
184
la posición relativa de cada núcleo en la proteína. Algunas de ellas, como las
que derivan de las constantes de acoplamiento, dan idea de los ángulos de
torsión en la proteína y en consecuencia, de su estructura secundaria. Otras,
como las que derivan del efecto Overhauser, llamadas NOEs, imparten
distancias entre núcleos cercanos (Figura 7.11). Y otras como los RDCs dan
información de la orientación relativa a mayores distancias.
185
lentamente, permitiendo que evolucione a estructuras energéticamente
favorables, al mismo tiempo que se van ponderando las constantes de energía
de las restricciones experimentales.
El proceso de cálculo es iterativo y concluye con un conjunto de modelos que
mejor satisfacen las restricciones experimentales, que no reducen más allá su
energía y que convergen entre sí.
Figura 7.12. A la izquierda: esquema global del proceso de determinación de estructura por
RMN. A la derecha: conjunto de estructuras calculadas en distintas etapas del refinamiento.
Refinamiento
186
restricciones. Se evalúan además otros posibles orígenes para estas
restricciones violadas como la selección de señales espurias como verdaderas,
etc. Paulatinamente se va “puliendo” la información experimental y luego de
sucesivas instancias de cálculo, las estructuras resueltas van convergiendo y
minimizando su energía (Figura 7.12). Finalmente se valida el conjunto de
estructuras. Para ello se cuenta con diversos programas que corroboran la
consistencia del modelo en términos estadísticos. Parte del proceso de
validación comprende la comparación de parámetros esperados a partir del
modelo calculado con los derivados de las mediciones experimentales. Se
evalúa además, si los ángulos obtenidos caen en regiones favorables de los
gráficos de Ramachandran.
7.6. Aplicaciones
187
Coeficientes de difusión
En consecuencia, la interacción proteína-ligando puede estudiarse mediante
diferentes experimentos que evalúen estos parámetros.
Analizando los desplazamientos químicos se puede establecer si la interacción
corresponde a un intercambio lento o rápido en la escala de tiempo de RMN y
evaluar de este modo la constante de afinidad para la formación del complejo.
Para ello, se puede realizar por ejemplo, una titulación agregando cantidades
15
crecientes de L a P marcada con N en solución, monitoreando los cambios
15
producidos en las señales en los espectros N-HSQC. En la Figura 7.13 se
muestra una representación esquemática.
Si la proteína presenta una alta afinidad por el ligando, la vida media del
complejo es larga en la escala de tiempo de RMN, por lo que se observará para
aquellos núcleos afectados en el proceso de unión, un pico correspondiente a
la conformación P libre y otro para P formando el complejo PL. Esta es la
situación de intercambio lento característica de una constante de disociación
submicromolar (Kd < μM).
188
En una situación de intercambio rápido, donde la afinidad por el ligando es
baja, el complejo se forma y disocia con mayor rapidez. Es por ello que por
cada grupo amida de la proteína se observa un único pico que presenta un
desplazamiento químico que es una especie de promedio pesado entre los
correspondientes a P libre y a P unida a L. En este caso, la constante de
disociación del complejo es mayor al orden micromolar (Kd > μM).
Es importante destacar que una ventaja del estudio de interacción por RMN es
que no está limitado a sistemas de alta afinidad, sino que pueden estudiarse
interacciones muy débiles que otras técnicas no detectan. Sin embargo,
también es necesario advertir que existen situaciones de intercambio
intermedio donde las señales se ensanchan y se pierden dificultando el análisis
de esos complejos mediante RMN.
189
en dicho entorno, causados por modificaciones postraduccionales, cambios
conformacionales, o eventos de unión, resultarán en cambios el corrimiento
químico (Burz, 2010).
En principio, la espectroscopía de RMN en células resultaría además muy
atractiva por ofrecer la gran ventaja de evitar la purificación de la muestra al
registrar los espectros de RMN necesarios, directamente dentro de las células
que sobreexpresan la macromolécula de interés. Sin embargo, es poco
probable que se recurra a la espectroscopía de RMN en células para
determinar exhaustivamente estructuras tridimensionales de macromoléculas in
vivo, ya que los métodos tradicionales in vitro ofrecen ventajas fundamentales
en cuanto a la nitidez de las señales y a la estabilidad de la muestra en el
transcurso de un experimento multidimensional de varios días. Estas últimas
cuestiones resultan prioritarias respecto al potencial ahorro de tiempo que
significaría saltear los protocolos de purificación.
Los principales desafíos de la espectroscopía de RMN en células aparecen en
la preparación de la muestra. Esto se debe a la necesidad de que la misma
presente una gran homogeneidad, además de resultar indispensable mantener
a las células vivas durante las medidas. Más allá de las dificultades planteadas,
el trabajo realizado en pos de superar los desafíos técnicos es muy importante
y son numerosos los trabajos publicados en este sentido. La motivación
subyacente lo justifica ampliamente: el desarrollo de las tecnologías de RMN
en células permiten obtener información a nivel atómico de las proteínas en su
ambiente nativo.
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191
PARTE III
192
CAPÍTULO 8
INTERACCIÓN DE LÍPIDOS CON EL AGUA Y FORMACIÓN DE ESTRUCTURAS
EMPAQUETADAS
Introducción
193
contienen grupos polares o con cargas eléctricas, como grupos hidroxilo,
carboxilo o fosfato. Por este motivo, se considera que estos lípidos son
moléculas anfipáticas, es decir, moléculas que poseen regiones de
hidrofobicidad y regiones hidrofílicas.
Terpenos
SIMPLES
No Esterificados
Ni amidados
Esteroides
NEUTROS
Eicosanoides
Acilglicéridos
mono, di y triaciliglicéridos
Ceras
Esterificados
Esteres de esteroles
COMPLEJOS
Fosfoglicéridos
fosfolípidos
fosfolípidos
POLARES
Esfingomielinas
ceramidas
Amidados
Glicoesfingolípidos
cerebrósidos, gangliósidos,
194
efecto, conocido como efecto hidrofóbico, los lípidos son capaces de
autoensamblarse en estructuras bien determinadas.
En este capítulo nos centraremos en la formación de estas estructuras
empaquetadas, describiremos algunas de ellas y finalmente describiremos la
preparación de membranas modelo.
195
división celular, la fusión de membranas, el tráfico de macromoléculas mediado
por vesículas, la formación de microdominios de membrana, el movimiento de
macromoléculas a través de las membranas celulares, la estabilización de
complejos proteicos de membrana y los cambios conformacionales de
proteínas de membrana para su funcionalidad, entre otros.
Los distintos tipos de empaquetamiento o las distintas fases lipídicas se
pueden clasificar utilizando tres criterios, según su organización de largo
alcance, según el orden de las cadenas hidrocarbonadas y según la curvatura
adoptada por la fase. La nomenclatura más habitualmente utilizada para
nombrar las distintas fases fue inicialmente propuesta por Luzzati (Luzzati,
1968). Esta nomenclatura utiliza una letra mayúscula y un subíndice. La letra
mayúscula indica la organización de largo alcance o red, así la organización
unidimensional laminar se denomina L, la organización unidimensional micelar
se denomina M; la organización bidimensional hexagonal se denomina H; la
organización tridimensional cúbica se denomina Q y la organización
tridimensional cúbica cristalina se denomina C. La conformación que adoptan
las cadenas hidrocarbonadas se denominan con un subíndice griego, dónde la
organización desordenada o fluida se nombra con la letra α, la conformación
ordenada o gel y perpendicular al plano de la membrana se denomina β y la
conformación ordenada e inclinada se denomina β´. Finalmente según el último
criterio, las fases lipídicas también se pueden clasificar dependiendo de la
curvatura, dónde se indica como de tipo I cuando las cadenas hidrocarbonadas
están orientadas hacia el interior o de tipo II o invertida, cuando las cadenas
hidrocarbonadas están orientadas hacia fuera. Más adelante en este capítulo
volveremos a retomar algunos de estos conceptos al describir algunas
estructuras autoensambladas en particular.
Continuando con los aspectos que determinan el polimorfismo lipídico, como
comentamos anteriormente, la estructura molecular es uno de los factores que
afectan el tipo de empaquetamiento que adopten las moléculas anfipáticas en
solución. Esto dependerá de la naturaleza de su cabeza polar (grupo
hidrofílico) y de la flexibilidad de su cadena hidrocarbonada (grupo hidrofóbico).
Algunas consideraciones geométricas pueden ayudarnos a predecir el tipo de
196
estructura que adoptaran ciertos lípidos. El parámetro de empaquetamiento p
(Israelachvili, 1994) se define según la ecuación 8.1.
v
p Ec. 8.1
a0 I c
197
Figura 8.3. Tipos de empaquetamiento de lípidos en solución según el parámetro p.
8.2. Monocapas
198
espontánea. De este modo se forma un sistema en dos dimensiones, que es
susceptible a compresión mecánica lateral, dónde las moléculas quedan
empaquetadas en distintos estados de fase, dependiendo la presión lateral a la
que son sometidas, proceso similar a lo que se conoce como compresión
hidrostática en un sistema de tres dimensiones. Así, en este sistema también
se puede diferenciar un estado gaseoso, un estado líquido expandido, un
estado líquido condensado o un estado sólido. Asimismo, existen transiciones
entre los distintos estados de fase, que se evidencian al graficar las isotermas
de compresión, es decir los gráficos de presión superficial (π) versus el área
molecular (A). La presión superficial es la diferencia entre la tensión superficial
del agua pura (γ0) γ la tensión superficial de la monocapa (γ), como se muestra
en la ecuación 8.2.
π = γ0 – γ Ec. 8.2
1 A
Ec. 8.3
A π T
199
Figura 8.4. Diagrama de una isoterma de compresión de una monocapa de Langmuir de un
ácido graso genérico.
Cuando el área por molécula está en el rango de los cientos de Å 2 la fase está
bien descripta como un estado gaseoso (G) en dos dimensiones. A medida que
disminuye el área por molécula, aumentando la presión, la monocapa pasa a
un estado conocido como fase líquido expandida (LE) y posteriormente a
mayor presión a una fase líquido condensada (LC). Idealmente, la transición de
fase LE-LC se observa en el diagrama como una meseta en la curva
(pendiente igual a cero), lo que indicaría una transición de primer orden, es
decir que ocurre de modo discontinuo. Sin embargo, en la mayoría de los
sistemas experimentales esto no ocurre, es decir la pendiente no llega a ser
cero, lo cual constituye un punto de controversia sobre si efectivamente la
transición de fase es o no de primer orden. Sin embargo, actualmente más del
90% de los investigadores en este campo sostienen que efectivamente se trata
de una transición de fase discontinua o de primer orden y piensan que esta
anomalía puede deberse a la existencia de defectos en la monocapa
(provocados por la agitación térmica), a la presencia de agujeros causados por
fluctuaciones de densidad e, incluso algunos investigadores sostienen que esto
200
puede atribuirse a la presencia de impurezas (Möhwald, 1995). La fase líquida
condensada es menos susceptible a la compresión, a medida que la presión va
en aumento se observa un quiebre en la curva, lo que indicaría el cambio a
fase sólida. La fase sólida es muy poco compresible, si se continúa
aumentando la presión se llega a la situación de colapso de la monocapa,
punto en el cuál la presión no se puede seguir aumentando sin que las
moléculas anfipáticas escapen a la fase acuosa. Algunos autores (Kaganer,
1999) consideran que en realidad la fase sólida no debe ser considerada como
tal, dado que la monocapa tendría el mismo grado de orden traslacional en
ambas regiones de la curva (antes y luego del quiebre). Los estudios de rayos
X apoyan la idea de que las cadenas hidrocarbonadas se disponen en forma
paralela entre sí en ambos casos, pero la diferencia estaría en la orientación
respecto a la subfase acuosa, donde las cadenas se pueden ubicar formando
un ángulo menor a 90º (es decir con cierta inclinación) o de forma
perpendicular. Cuando las cadenas se disponen de forma inclinada son más
susceptibles a la compresión lateral, donde una disminución en el área
superficial se logra disminuyendo el ángulo de inclinación. Sin embargo, en la
disposición perpendicular la fase es mucho menos susceptible a la compresión.
Estos autores por lo tanto hablan de fase condensada inclinada y fase
condensada no inclinada, en lugar de sólida. En ambas fases las moléculas
estarían conformacionalmente alineadas y no desordenadas como ocurre en la
fase expandida.
Las monocapas de Gibbs, por el contrario, se forman a partir de la adsorción de
las moléculas anfipáticas cuando estas son moderadamente solubles en la
subfase acuosa utilizada, por lo que también son conocidas como monocapas
solubles. Habitualmente se preparan inyectando las moléculas anfipáticas
disueltas en un solvente miscible con el agua, es decir medianamente polar
(por ejemplo etanol) en la subfase acuosa y espontáneamente las moléculas
anfipáticas son adsorbidas en la interfase aire-agua. Esta monocapa se
encuentra en equilibrio reversible con la subfase acuosa, ya que en cada
instante un cierto número de moléculas se disuelven en la subfase y,
simultáneamente, igual número de moléculas pasan a la monocapa, de modo
201
que estadísticamente el número de las que constituyen la monocapa
permanece invariable. Las monocapas de Gibbs se estudian siguiendo la
presión superficial (π) en función del tiempo (t), es decir mediante un análisis
cinético de adsorción. Mediante el análisis de la curva π(t) se pueden
determinar las transiciones de fase en este tipo de monocapas. Un tipo de
molécula anfipática muy utilizada para el estudio de estas monocapas es el
DHBAA (del inglés N-dodecyl-γ-hydroxybutyric acid amide). De forma similar a
lo que ocurre con el análisis de las isotermas de compresión π vs. A en las
monocapas de Langmuir, el punto de quiebre en la curva de cinética de
adsorción π(t) del DHBAA indica una transición de fase de primer orden. Sin
embargo, el hecho de que se observe este punto de quiebre y la posición a la
que aparece depende no solo de la temperatura, sino también de la
concentración del DHBAA. La probabilidad de que el punto de quiebre
aparezca, aumenta al disminuir la temperatura o al aumentar la concentración
del DHBAA (Vollhardt, 2010).
Si bien las monocapas de Langmuir y de Gibbs son generadas de forma
distinta, es posible establecer cierta correlación en el comportamiento de las
moléculas anfipáticas en ambos tipos de monocapas. Las moléculas
anfipáticas ligeramente solubles en solventes acuosos, que presentan una
transición de fase de primer orden en las monocapas de Gibbs, usualmente
también son solubles en solventes orgánicos, por lo que también pueden ser
extendidas en monocapas de Langmuir, permitiendo comparar las
características de estas moléculas en ambas monocapas. Sin embargo, para
las moléculas anfipáticas solubles en el solvente acuoso, como el DHBAA, la
pérdida de moléculas debido a la desorción y disolución debe ser considerada.
Por este motivo, la compresión no puede ser muy elevada, para minimizar la
pérdida de material. Al analizar las isotermas de compresión del DHBAA a
distintas temperaturas se observa la típica región de meseta no horizontal que
indica la transición de fase entre la fase LE y LC característica de las
monocapas de Langmuir. Es interesante el hecho de que para todas las
temperaturas analizadas, el punto dónde ocurre esta transición de fase de
primer orden según las isotermas de compresión π vs. A en las monocapas de
202
Langmuir, concuerda con el punto de quiebre de las curvas de cinética de
adsorción π(t) obtenidas al analizar el comportamiento del DHBAA en las
monocapas de Gibbs. La forma y disposición de los dominios formados en la
coexistencia de ambas fases presentan similitudes en ambos tipos de
monocapas; mientras que los dominios condensados (o sólidos) formados por
adsorción también son similares a los formados por compresión (Vollhardt,
2010). La comparación de ambos sistemas también permite evaluar lo que se
conoce como penetración de monocapas, que es el proceso que ocurre cuando
una molécula anfipática moderadamente soluble se inserta en una monocapa
insoluble formada en la interfase aire-agua. Esta técnica permite evaluar la
capacidad de una molécula anfipática de insertarse en una monocapa, y que
modificaciones de esta monocapa, como por ejemplo su composición, pueden
afectar la cinética de la penetración.
8.3. Micelas
203
medida que la concentración aumenta, su estabilidad en solución como
monómeros disminuye, hasta que la fuerza repulsiva desfavorable de los
dominios polares cercanos se ve superada por la asociación favorable de los
dominios hidrofóbicos. En este punto, un ligero aumento de la concentración
resulta en la formación de unidades autoensambladas en equilibrio con una
cantidad constante de monómero. En consecuencia, las moléculas anfipáticas
en solución no formarán micelas hasta que su concentración no sobrepasa un
determinado valor, ésta concentración se conoce como la concentración
micelar crítica (CMC). Debido a la naturaleza entrópica de este fenómeno, el
valor de la CMC depende de varios factores, tales como la fuerza iónica y pH
del medio, la temperatura y el tipo de moléculas anfipáticas que estén
formando las micelas. La CMC de una molécula anfipática se reduce frente a
un aumento en la temperatura o en la fuerza iónica del entorno. Sin embargo,
la adición de agentes caotrópicos que distorsionan la estructura del agua, o
solventes orgánicos que disminuyen su constante dieléctrica, conllevan a un
aumento de la CMC, ya que estabiliza los dominios hidrofóbicos en el entorno
acuoso. Por ejemplo, la CMC del detergente dodecilsulfato de sodio (SDS) se
reduce 10 veces cuando la concentración de NaCl pasa de 0 a 0.5 M, pero
aumenta luego de agregar urea o etanol (Vance, 2008). Respecto al tipo de
molécula, la CMC depende del balance lipofilia/hidrofilia de la molécula
anfipática. Las moléculas con regiones hidrofóbicas más largas tienen valores
de CMC más bajos; mientras que las moléculas anfipáticas que poseen cargas
tienen valores de CMC mayores, debido a la repulsión electrostática de los
grupos cargados en la periferia de las micelas iónicas. Las micelas no son
estructuras estáticas, por el contrario se agrupan, rearman y reagregan
rápidamente. Una micela es una estructura limitada, normalmente tienen un
diámetro menor a 20 nm. Su forma generalmente es esférica, pero a medida
que aumentan su tamaño las micelas se hacen más asimétricas, su forma
puede cambiar de esférica a más elipsoidal, y luego a cilíndrica. En las micelas
cilíndricas las regiones hidrofílicas o polares están expuestas hacia el solvente
acuoso, mientras que las regiones hidrofóbicas de las cadenas
hidrocarbonadas se ubican hacia el interior de estos cilindros. Estos cilindros a
204
su vez se agregan bidimensionalmente en grupos formando lo que se conoce
como fase hexagonal normal o HI (Figura 8.5D).
205
el caso de la fosfatidiletanolamina, se disminuye la hidratación de la cabeza
polar y se favorece la formación de estructuras invertidas. Esto mismo ocurre
con otros fosfolípidos si se disminuye la hidratación aumentando la
concentración salina. En el caso de otros fosfolípidos, además de su forma
geométrica, las fuerzas de repulsión entre sus grupos polares dificultan la
formación de este tipo de estructuras invertidas, sin embargo el agregado de
cationes o la disminución del pH provocan que otros fosfolípidos se rearreglen
formando fases hexagonales invertidas, como ocurre con la cardiolipina en
presencia de Ca2+ u otros fosfolípidos a pH bajos. Biológicamente, la existencia
de dominios de fase HII en las membranas, principalmente formados por
fosfatidiletanolamina, es muy importante dado que son regiones que pueden
adoptar estructuras de mayor curvatura, que resultan favorables para que
ocurran diversos procesos celulares, como endocitosis, exocitosis, fusión de
membranas y la correcta actividad de enzimas unidas a membranas, como la
proteína quinasa C (PKC) y la fosfocolina citidiltransferasa (Epand, 2007).
Como mencionamos antes, también pueden existir fases tridimensionales
cúbicas. Hasta el momento hay descriptas varias fases cúbicas distintas, que
no describiremos en profundidad en este capítulo (por más detalles ver Luzzati,
1997 y citas). Ya nos referimos más arriba a la fase cúbica formada por
estructuras micelares invertidas, ésta fase se denomina Q 227 o Fd3m
(Figura 8.5G). Dentro de la fase cúbica micelar también se ha descrito la
estructura cúbica micelar normal denominada Q223 o Pm3n, formada por
micelas normales o de tipo I (Figura 8.5F), donde las cabezas polares están
orientadas hacia fuera. Por otro lado, también existen fases cúbicas
denominadas bicontinuas, lo que hace referencia a que la fase lipídica y la
acuosa son continúas en el espacio (Figura 8.5H). Estas estructuras consisten
en dos laberintos polares separados por una hendidura apolar. Los lípidos
pueden adoptar distintas organizaciones dentro de la fase bicontinua invertida,
las dos más importantes son la Q224 (Pn3m) y Q230 (Ia3d). Las fases cúbicas
existen en las membranas biológicas, se han encontrado en la membrana
plasmática en regiones donde ocurren procesos de endocitosis, en la
membrana del retículo endoplasmático liso y en la membrana mitocondrial
206
(Landhi, 1995; Luzzati, 1997). También se han encontrado similitudes en las
fases cúbicas bicontinuas y la formación de poros de fusión en las membranas
(Epand, 2007).
8.5. Bicapas
207
existe una distribución heterogénea entre las dos monocapas de una bicapa, es
decir, las membrana biológicas son estructuras asimétricas. Esta asimetría
también contribuye a la señalización celular. Los fosfolípidos pueden difundir
lateralmente por la bicapa y rotar alrededor de su eje, pero raramente migran
de una monocapa de la membrana a la otra (movimiento flip-flop). Esta baja
frecuencia en el movimiento de flip-flop permite preservar la asimetría de la
membrana (Vance, 2008).
Cuando la bicapas lipídicas se encuentran a baja temperatura las cadenas
hidrocarbonadas están ordenadas, formando una estructura rígida donde el
movimiento de los lípidos esta impedido (Marsh, 1980). En estos casos se dice
que es una fase gel (Lβ). Esta fase es adoptada cuando la hidratación es baja o
cuando la temperatura es baja. Un ejemplo es la que forma la esfingomielina y
la ceramida cuando forman dominios en la membrana (Kooijman, 2008).
Cuando la temperatura aumenta, las cadenas hidrocarbonadas se desordenan
y el área de sección por cadena aumenta significativamente, formándose así
otro tipo de fase lamelar, denominada fase fluida (Lα). A la temperatura a la
cual ocurre este cambio de fase gel a fase fluida se le llama temperatura de
transición (Tm). Esta temperatura depende fuertemente de la composición de la
bicapa, principalmente del número de insaturaciones y del largo de las cadenas
hidrocarbonadas que forman los fosfolípidos que las constituyen. De este
modo, cuando se mezclan fosfolípidos puros con diferentes Tm, como la
dipalmitoil-fosfatidilcolina (DPPC, Tm = 41ºC) y la dioleoil-fosfatidilcolina
(DOPC, Tm = -20 ºC) y se analiza su estado de fase a una temperatura de
25ºC se puede observar que estos fosfolípidos se segregan en diferentes
dominios de membrana, la DOPC se encuentra mayoritariamente en fase Lα y
la DPPC en fase Lβ. Este proceso es muy importante en las membranas
biológicas, ya que es la base para la formación de los microdominios de
membrana denominados “lipid rafts”, regiones de la membrana (entre 4 a
700nm) ricos en colesterol y fosfolípidos con cadenas saturadas
(principalmente esfingolípidos) que funcionan como regiones donde se
organizan procesos celulares específicos como transducción de señales o
endocitosis mediada por receptor. Las bicapas lipídicas tienden a cerrarse
208
sobre sí mismas para que no existan zonas con cadenas hidrocarbonadas
expuestas que desestabilizarían estas estructuras; in vitro esto da lugar a la
formación de liposomas, vesículas uni- o multilamelares que incluyen agua en
su interior y que pueden tener de 10 hasta 1000 nm de diámetro. Estos
liposomas suelen emplearse como modelo para el estudio de diversas
propiedades de las membranas.
Figura 8.5. Esquema de distintas estructuras adoptadas por las moléculas anfipáticas en
solución. (A) micelas tipo I, (B) micelas tipo II, (C) bicapas, (D) fase hexagonal HI, (E) fase
223
hexagonal HII, (F) estructura cúbica micelar de tipo I o Q , (G) estructura cúbica micelar de
227
tipo II o Q , (H) fase cúbica bicontinua.
209
proteína y la formación de microdominios de membrana. Comúnmente, las
membranas modelo más utilizadas son las monocapas y los liposomas. A
continuación describiremos brevemente cómo se obtienen estas membranas
modelo, siguiendo el esquema de la Figura 8.6.
Monocapas
210
equipo permite obtener las isotermas de compresión π vs. A, así como analizar
otros parámetros de la monocapa tales como su potencial de superficie y su
viscosidad superficial. Recientemente, se han realizado avances y mejoras en
este tipo de equipamiento, adosando otros equipos que permiten utilizar
técnicas complementarias para profundizar en el conocimiento estructural y
morfológico de las monocapas; como son técnicas espectroscópicas
(espectroscopía visible, ultravioleta y de fluorescencia, fundamentalmente) y
microscópicas (microscopía electrónica, de fluorescencia y de ángulo de
Brewster). Las técnicas basadas en microscopía de fluorescencia permiten
analizar los procesos de nucleación de fases durante la compresión. Sin
embargo, la necesidad de usar lípidos fluorescentes para este tipo de análisis
puede complicar el estudio, dado que las sondas fluorescentes pueden
modificar el comportamiento de fases y a altas presiones las sondas pueden
integrarse a otras fases. La técnica de microscopía de ángulo de Brewster
(BAM) permite realizar este tipo de estudios sin necesidad de utilizar sondas
fluorescentes (Hönig, 1991). Esta técnica se basa en que al depositarse una
monocapa sobre una interfase, se modifica el índice de refracción del medio, lo
que produce modificaciones en el ángulo de Brewster (ángulo de incidencia de
luz sobre una superficie para el cual la reflectividad del rayo reflejado con
polarización paralela al plano de incidencia se hace 0). Este cambio de
reflectividad permite visualizar la monocapa, que se observa como una imagen
clara sobre un campo oscuro (que corresponde al agua). Esta técnica tiene
como ventaja que no modifica el comportamiento de las fases, se puede
analizar a cualquier presión y brinda información de cambios en el índice de
refracción y por lo tanto en el espesor de las fases. Asimismo, una vez
generada en la Balanza de Langmuir, la monocapa puede ser transferida hacia
un soporte sólido mediante su inmersión sobre el líquido para la formación de
monocapas o multicapas sobre este soporte, técnica que se denomina de
Langmuir-Blodgett (Zasadzinski, 1994). Este soporte sólido puede ser
empleado para estudios de microscopía o en estudios electroquímicos. Por otro
lado, se puede estudiar el efecto de diferentes moléculas presentes en la
subfase sobre la película generada en la interfase y también el fenómeno de
211
penetración de distintos tipos de moléculas en las monocapas y que factores
afectan este proceso.
Liposomas
El otro sistema que se utiliza como membranas modelo, los liposomas, son
vesículas de forma aproximadamente esférica, con una fase acuosa interna
rodeada por una o más bicapas lipídicas o lamelas concéntricas de tamaño
variable (desde unos pocos nanómetros hasta los micrómetros). Los liposomas
o vesículas pueden clasificarse de acuerdo a su tamaño y lamelaridad, como
MLV (del inglés Multi-Lamellar Vesicles), GUV (del inglés Giant Unilamellar
Vesicles), LUV (del inglés Large Unilamellar Vesicles) y SUV (del inglés Small
Unilamellar Vesicles). El uso de los distintos tipos de vesículas dependerá del
sistema experimental con el que estemos trabajando, por ejemplo para ciertas
aplicaciones de microscopía conviene usar GUVs ya que su tamaño permite su
correcta visualización, mientras que para otros tipos de ensayos es
conveniente usar vesículas de menor tamaño, como las SUVs ya que éstas
presentan mayor curvatura.
Las MLVs tienen un tamaño variable, pueden ir desde 10 a 1000 nm
aproximadamente, se obtienen por rehidratación de una película de lípidos
previamente formada por evaporación de una solución de lípidos disueltos en
solvente orgánico, generalmente cloroformo. Esta hidratación con agitación
debe realizarse por encima de la temperatura de transición de fase (Tm) de los
lípidos que se estén utilizando. La distribución del tamaño y la lamelaridad de
las MLVs obtenidas por este método son muy heterogéneas. Partiendo de
estas MLVs y aplicando diferentes procedimientos es posible obtener las
vesículas unilamelares, como las GUVs, las LUVs y las SUVs.
Las GUVs son las vesículas más grandes, su tamaño oscila entre 1 y 50 μm.
Hay varias maneras de preparar GUVs, la primera que fue puesta a punto y
que resulta más sencilla es la preparación de GUVs mediante fusión de LUVs,
manteniendo la preparación de LUVs a temperatura ambiente por 1-2 días, sin
212
embargo este método no permite producir vesículas de tamaño mayor a 10 μm.
Otra forma de generar las GUVs es a través del método de deshidratación y
rehidratación de una película de lípidos depositada en un soporte de vidrio
(Needham, 1988) o en un soporte de teflón rugoso (Yang, 1996). La forma más
utilizada actualmente para generar las GUVs de forma más controlada se
denomina electroformación (Angelova, 1986), y consiste en la aplicación de un
campo eléctrico sobre una película de lípidos depositada en un alambre de
platino (Bagatolli, 1999) o en un portaobjetos recubierto con una aleación
conductora (ITO del inglés Indium Tin Oxide, Herold, 2012).
Las LUVs son vesículas más pequeñas, su tamaño oscila entre los 100 y 500
nm. Se generan realizando extrusiones repetidas de una suspensión de MLVs
a través de membranas de policarbonato, con poros de tamaño bien definido.
Las LUVs producidas por este método tienen un diámetro que puede oscilar
entre 80–400 nm, dependiendo de la membrana utilizada en el proceso de
extrusión (Olson, 1979).
Las SUVs son las vesículas más pequeñas, tienen un tamaño entre 10 y 100
nm, aunque más comúnmente se usa el tamaño entre 20 y 50 nm. Las SUVs
se generan mediante sonicación, es decir la aplicación de ondas de ultrasonido
para disgregar las MLVs en vesículas más pequeñas. Esto se realiza bajo
corriente de nitrógeno y posteriormente la mezcla se ultracentrífuga
(centrifugación a alta velocidad) para separar las SUVs del resto del material
lipídico (Huang, 1969).
Otro procedimiento para la preparación de liposomas es el método de
evaporación en fase reversa (REV, del inglés reverse-phase evaporation
vesicles; Szoka, 1979). Este método se basa en la disolución de la mezcla
lipídica en un solvente orgánico, generalmente etanol o éter. Si los lípidos
tienen baja solubilidad en estos solventes, se puede agregar cloroformo o
metanol para incrementar su solubilidad. Luego se agrega la fase acuosa,
lográndose una emulsión en la que se generan las vesículas de fase reversa.
Esta emulsión es sonicada bajo corriente de nitrógeno hasta su clarificación y
posteriormente la fase orgánica es evaporada mediante presión reducida en un
rotavapor. Cuando el solvente es evaporado el sistema se encuentra en estado
213
tipo gel semisólido, a medida que el proceso continúa el sistema se vuelve una
solución acuosa con una mezcla de SUVs, LUVs y MLVs. Las vesículas
generadas por este método tienen como ventaja que presentan una alta
capacidad de encapsulación, la cual puede oscilar entre el 20 y el 65%,
variando la fuerza iónica de la solución acuosa utilizada (a menor fuerza iónica
mayor eficacia de encapsulación). Para obtener una mezcla de vesículas
menos heterogénea, posteriormente pueden aplicarse pasos adicionales, como
centrifugación, extrusión o exclusión molecular, aunque estos procesos
reducen la capacidad de encapsulación. La capacidad de encapsulación es
importante cuando se quieren obtener liposomas para ser utilizados como
carriers de fármacos, por ejemplo. Para lograr la encapsulación de otro tipo de
biomoléculas, como ácidos nucleicos y proteínas puede ser necesario el uso de
otro tipo de técnicas que no involucren etapas drásticas, como el uso de
algunos solventes. Para lograr esto, se utiliza otro tipo de técnica conocida
como deshidratación y rehidratación (DRV del inglés dehydration-rehydration
vesicles; Kirby, 1984). Este método se basa en la mezcla de LUVs o SUVs
preformadas “vacías” con una solución acuosa que contiene la biomolécula a
encapsular y mediante varios pasos de congelación-secado y rehidratación, se
induce la fusión de membranas adyacentes encapsulando la biomoléculas en
MLVs de 0.1 a 2 μm con una capacidad de encapsulación de hasta un 80%.
Una vez obtenidos los liposomas, dependiendo los ensayos en los que se
vayan a emplear, muchas veces es necesario verificar su tamaño,
heterogeneidad y morfología. La estimación de su tamaño se puede realizar
mediante distintos métodos, generalmente basados en técnicas
espectrofotométricas (Goni, 2000). Como primer paso se puede hacer una
medida de la turbidez de la muestra, lo que se hace normalmente en un
espectrofotómetro convencional a una longitud de onda entre 340-400 nm. Si
bien la turbidimetría no permite estimar el tamaño de las partículas obtenidas,
al ser un método fácil permite un chequeo rápido para evaluar la
reproducibilidad de distintas preparaciones o para monitorear la solubilidad y
reconstitución de las vesículas. Para estimar el tamaño de los liposomas se
utiliza la técnica de dispersión de luz, que es la medida de luz dispersada a 90º
214
en relación a la luz incidente. Esta medida se puede realizar de forma estática
en un espectrofluorómetro o de forma dinámica en un instrumento equipado
con un láser (DLS del inglés Dynamic Light Scattering). Mediante DLS es
posible estimar el radio hidrodinámico promedio de las partículas en
suspensión. Esta técnica cubre un rango entre unos pocos nanómetros hasta
los micrómetros (Jin, 1999). También la técnica de cromatografía de exclusión
molecular puede emplearse para estimar el tamaño de las vesículas, y puede
utilizarse acoplada a un sistema de DLS. Por otra parte, la homogeneidad y
morfología de los liposomas puede visualizarse mediante diferentes técnicas de
microscopía (Bibi, 2011). La microscopía de campo claro ha resultado útil como
una primera aproximación, permitiendo una observación más general de la
preparación, teniendo como ventaja que es un método rápido, disponible en la
mayoría de los laboratorios y que permite observar agregación de las
vesículas, así como información sobre su morfología en general. Sin embargo,
las ventajas de este tipo de microscopía dependen del tamaño de los
liposomas que estemos observando y no permite obtener detalles o visualizar
ultraestructuras, como si lo permiten otras técnicas de microscopía. Existen
varias opciones que permiten mejorar la visualización de los liposomas por
microscopía de campo claro, como el uso de sondas hidrofílicas como
isotiocianato de fluoresceína (FITC) y carboxi-fluoresceína, o el uso de sondas
lipofílicas, como el Sudan Black o el Red Oil. Para obtener un mayor detalle
estructural de los liposomas se utiliza la microscopía electrónica de transmisión
(TEM del inglés Transmission Electron Microscopy). La TEM con tinción
negativa brinda una visión directa de la distribución del tamaño de las
partículas (asumiendo que no hay artefactos debido al pH, iones y
osmolaridad), aunque esta técnica no siempre es útil para evaluar la
lamelaridad de los liposomas y en algunos casos la tinción negativa ha
demostrado modificar la estructura vesicular original. En la TEM con
congelación-fractura se expone la superficie hidrofóbica entre dos monocapas y
se logran describir rasgos y detalles que la caracterizan. Estas imágenes
permiten distinguir la geometría del empaquetamiento de las fases lamelares y
hexagonales, así como también la morfología de las rugosidades. Por otra
215
parte, la crio-TEM es un procedimiento muy conveniente para visualizar la
geometría tridimensional de las estructuras vesiculares atrapadas dentro una
capa fina de hielo, aun cuando el contraste es comparativamente bajo.
Actualmente, también es posible aplicar otros tipos de microscopía que evitan
la fijación, tinción o congelamiento de la muestra y permiten observar los
liposomas en su entorno natural de hidratación, tal es el caso de la microscopía
de barrido en su modalidad conocida como ambiental, o ESEM (del inglés
Environmental Scanning Electron Microscopy), la microscopía de fuerza
atómica o AFM (del inglés Atomic Force Microscopy), o la microscopía láser
confocal de barrido o CLSM (del inglés Confocal Laser Scanning Microscopy),
aunque esta última si bien permite ver las estructuras lipídicas en su estado de
hidratación, requiere el uso de sondas fluorescentes para su aplicación (Bibi,
2011; Ruozi, 2011).
Por otra parte, la estabilidad de los liposomas, de particular importancia en
aquellos liposomas que funcionan como carriers de drogas, generalmente se
establece por su capacidad para retener las moléculas encapsuladas por
diferentes períodos de tiempo en distintas condiciones experimentales o bajo
diferentes condiciones de almacenamiento. Idealmente, estos liposomas deben
mantener su integridad con cambios en la fuerza iónica del medio o por
dilución, fenómenos a los cuales normalmente se enfrentan al ser
administrados in vivo. Para abordar el estudio de cambios estructurales que
involucran a la bicapa lipídica, se ha desarrollado distintas estrategias, muchas
de ellas basadas en la espectroscopía de fluorescencia, tales como la fusión de
membranas, la exposición de dominios hidrofóbicos o su desestabilización y la
liberación del contenido de las vesículas (Ulrich, 2002).
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219
CAPÍTULO 9
INTERACCIÓN LÍPIDO-PROTEÍNA
Jorge L. Pórfido y Valeria Silva
Introducción
Proteínas de membrana
220
en el esquema de la Figura 9.1. Aquellas proteínas pertenecientes al primer
grupo se encuentran vinculadas con las membranas celulares mediante
interacciones no covalentes con las cabezas polares de los fosfolípidos que
componen la membrana, o bien con las regiones hidrofílicas de las proteínas
integrales de membrana que se extienden por fuera de la bicapa lipídica. Por
otro lado, las proteínas integrales se caracterizan por interactuar con las
regiones hidrofóbicas de la bicapa lipídica, en algunos casos llegando a
atravesar a la misma por completo (proteínas transmembrana). Considerando
las características hidrofóbicas del interior de la bicapa fosfolipídica, es claro
que la estructura nativa de las proteínas transmembrana debe consistir en un
arreglo “inverso” al que presentan las proteínas hidrosolubles, es decir, los
aminoácidos menos polares deben quedar expuestos para interactuar con las
cadenas hidrocarbonadas de los fosfolípidos, mientras que los aminoácidos
polares deben agruparse alejados de la fase hidrofóbica. Cabe destacar que
las estructuras de proteínas de membrana resueltas hasta el momento
muestran que las mismas presentan dos tipos básicos de plegamiento: un haz
de α-hélices o un barril-β. Dichos plegamientos presentan, a su vez, una
correlación con la localización de dichas proteínas: mientras que los haces de
α-hélices se encuentran principalmente formando parte de canales iónicos y
receptores de membrana plasmática o de retículo endoplásmico, los barriles-β
se encuentran en la membrana externa de bacterias Gram-negativas,
mitocondrias y cloroplastos. El hecho de que las proteínas integrales de
membrana posean los motivos antes mencionados se debe a que ellos
satisfacen los puentes de hidrógeno que pueden formarse entre los grupos
amino y carbonilo de la cadena peptídica, al tiempo que minimizan la
exposición de los aminoácidos polares hacia el ambiente hidrofóbico del interior
de la membrana. Los segmentos transmembrana de una proteína pueden
llegar a predecirse teniendo en cuenta la composición aminoacídica de la
secuencia, ya que se ha visto que las características de la membrana imponen
ciertas restricciones al plegamiento de las proteínas transmembrana. Se ha
observado que las hélices transmembrana requieren de al menos 15
aminoácidos, predominantemente hidrofóbicos, para poder atravesar la bicapa
221
lipídica. Las hojas β, por su parte, consisten en secuencias de más de diez
aminoácidos, en donde los polares y los hidrofóbicos se van alternando. Por
otro lado, ciertos segmentos que no atraviesan la membrana (quedan del lado
citosólico) y conectan dos segmentos transmembrana han demostrado estar
enriquecidos en aminoácidos cargados positivamente (Punta, 2007; Smith,
2011).
Lipoproteínas plasmáticas
222
lipoproteínas pueden sufrir modificaciones enzimáticas de sus componentes
lipídicos, transferir sus lípidos o sus apolipoproteínas solubles hacía otras
lipoproteínas, y por consiguiente sufrir cambios conformacionales en respuesta
a estas modificaciones en su composición. Luego de estas modificaciones, las
lipoproteínas son catabolizadas en el hígado, en el riñón y/o en los tejidos
periféricos, generalmente vía endocitosis mediada por receptor. La interacción
con estos receptores, así como el metabolismo, la estructura y el armado de las
distintas partículas lipoprotéicas en circulación, está determinado en gran parte
por sus apolipoproteínas. Si bien existen varias apolipoproteínas diferentes, la
mayoría de ellas se caracterizan por poseer una gran proporción de α-hélices
anfipáticas, es decir α-hélices que tienen una cara no polar que puede
establecer interacciones hidrofóbicas con los lípidos no polares del interior de
las lipoproteínas; y una cara polar que puede establecer interacciones con los
lípidos polares que están en la superficie de las partículas lipoprotéicas y/o con
el agua. Es por ello que algunas de estas apolipoproteínas son relativamente
solubles en agua, aún en su forma libre de lípidos, y de hecho suelen ser
sintetizadas en su forma apo para luego adquirir los lípidos en circulación. Por
otro lado, frente a distintos estímulos, estas apolipoproteínas solubles pueden
ser transferidas con relativa facilidad de una partícula lipoprotéica a otra, es por
eso que también reciben el nombre de apolipoproteínas intercambiables. Las
apolipoproteínas intercambiables suelen ser proteínas relativamente pequeñas,
aunque sus tamaños pueden variar desde 6 hasta 45 kDa. Las
apolipoproteínas intercambiables se agrupan en distintas familias: Apo A, Apo
C, Apo D y Apo E, muchas de las cuales poseen varios miembros. Por otro
lado, existe otro grupo de apolipoproteínas no intercambiables, que se
caracterizan por ser muy insolubles en agua en su forma libre de lípidos y, de
hecho, deben unirse a sus ligandos a medida que son sintetizadas en el
retículo endoplásmico en las células del hígado o del intestino. Si bien la
estructura de estas apolipoproteínas no ha podido ser determinada en forma
libre de lípidos debido a su baja solubilidad en agua, ensayos llevados a cabo
con las partículas lipoprotéicas o con fragmentos de apolipoproteínas
solubilizados en detergentes han revelado que tienen un alto contenido de
223
hojas β conjuntamente con α-hélices anfipáticas. Las apolipoproteínas no
intercambiables son la Apo B48 y la Apo B100, las cuales tienen un peso
molecular mucho mayor, siendo de 212 kDa en el caso de la Apo B48 y de 512
kDa en el caso de la Apo B100.
224
Las funciones específicas de estas lipoproteínas no serán tema de estudio del
presente capítulo. Brevemente sólo mencionaremos que los quilomicrones son
sintetizados en el intestino y son las partículas encargadas de transportar los
triglicéridos provenientes de la dieta, mientras que las partículas de VLDL son
sintetizadas en el hígado para transportar los triglicéridos endógenos. Las
partículas de LDL derivan de los cambios metabólicos que sufre la VLDL en
circulación y su función es la de transportar principalmente los esteres de
colesterol hacia los tejidos periféricos y hacia el hígado. Las partículas de HDL
son sintetizadas en el hígado y en el intestino, y también son formadas a partir
de los cambios metabólicos de otras lipoproteínas en circulación. Su función es
la de transportar el exceso de colesterol desde los tejidos hacia el hígado para
su remoción y excreción (Vance, 2008).
225
dichos compuestos hacía diversas organelas. Asimismo, se han propuesto para
algunas de estas proteínas funciones de regulación de enzimas y de genes
involucrados en el metabolismo lipídico, así como su participación en vías de
señalización (Furuhashi, 2008; Storch, 2008).
Figura 9.3. Esquemas de cintas de distintas proteínas solubles que unen lípidos: IFABP (PDB:
1KZW); ABA-1-A (PDB: 2XV9) y Ce-FAR-7 (PDB: 2W9Y)
226
característica de ser sintetizadas como poliproteínas, es decir como un
polipéptido de 10-11 subunidades en tándem que son cortadas post-
traduccionalmente para dar origen a las proteínas funcionales. En algunos
organismos todas las subunidades sintetizadas en el tándem son iguales,
mientras que en otros difieren unas de otras. La función de estas proteínas es
aún desconocida, aunque se propone su participación en la adquisición de
nutrientes y el control de la respuesta inmune del hospedador para el caso de
las NPA producidas por parásitos (Kennedy, 2011)
Finalmente, existe también un grupo de proteínas que es exclusivo de
cestodos, las HLBP (del inglés Hydrophobic Ligand Binding Proteins) (Alvite,
2012). Cabe destacar que, a diferencia de las demás proteínas que se han
mencionado previamente, las HLBP están compuestas por subunidades
proteicas de 7-11 kDa que forman oligómeros de mayor peso molecular y son
capaces de unir una gran diversidad de clases lipídicas, incluyendo lípidos
polares y lípidos neutros. Por este motivo son consideradas lipoproteínas y en
base a su composición y proporción lipídica, se ha propuesto que en algunos
casos podría tratarse de lipoproteínas con estructura similar a las lipoproteínas
plasmáticas de mamíferos (Obal, 2012).
227
Dichos modelos difieren en las fuerzas que dirigen la formación y el
reclutamiento de los componentes de membrana necesarios para formar los
microdominios. Uno de los modelos propone que los dominios pueden formarse
por interacciones proteína-proteína específicas. Otro modelo pone de
manifiesto la importancia de las interacciones lípido-lípido, las cuales iniciarían
la formación de subdominios de composiciones lipídicas definidas, que
atraerían posteriormente a las proteínas de membrana mediante interacciones
proteína-lípido específicas. Los complejos lípido-proteína resultantes luego se
unirían para formar complejos mayores.
Las interacciones de las proteínas de membrana con los lípidos pueden
clasificarse en distintos grupos de acuerdo al tiempo de residencia relativo de
un determinado lípido en la interfase proteína-lípido. Los lípidos considerados
“bulk lipids”, es decir, que forman parte del seno de la membrana biológica, son
aquellos que presentan una baja interacción con los dominios transmembrana
de las proteínas. El tiempo de residencia de un lípido junto a la superficie de la
proteína puede verse modificada por interacción de aminoácidos específicos de
la proteína con la cabeza polar del lípido, por interacciones hidrofóbicas con las
cadenas hidrocarbonadas del lípido, o por ambas. Este tipo de interacciones
puede hacer que un lípido pase del seno de la membrana a formar parte de
una estructura tipo anillo (o cáscara) alrededor de la proteína de membrana.
Claramente, esto involucra un aumento en los tiempos de residencia de dichos
lípidos alrededor del segmento transmembrana en cuestión. Los lípidos que
tienen una tasa de recambio aún menor (esto es, tiempos de residencia
mayores) se denominan lípidos no-anulares. Con frecuencia residen dentro de
grandes complejos de proteínas de membrana o dentro de proteínas que
poseen varios dominios transmembrana. Contribuyen no sólo a estabilizar las
estructuras proteicas, sino que también pueden funcionar como moduladores
alostéricos de las mismas o influir incluso en su localización intracelular.
Existen varios factores que influyen sobre la interacción de las proteínas de
membrana con los lípidos. Entre ellos se encuentran el espesor hidrofóbico de
la bicapa lipídica, la presión lateral que ejerce la membrana, la distribución de
cargas en la interfase lípido-proteína y la presencia de algunos aminoácidos
228
estratégicamente ubicados dentro de la proteína. El espesor hidrofóbico es la
distancia entre las cabezas polares de los lípidos que componen ambas caras
de la membrana. Esta propiedad está determinada principalmente por la
composición lipídica de la bicapa. El perfil de presiones laterales de membrana
es un factor importante que influencia la estructura, y función, de las proteínas
de membrana. La misma es mayor en la interfase entre regiones hidrofóbicas e
hidrofílicas. Estas presiones estarían influenciadas por el grado de orden de los
lípidos que rodean a la proteína de membrana en estudio, así como por el
grado de mismatch hidrofóbico en la interfase lípido-proteína. Se conoce como
mismatch hidrofóbico a cualquier desviación de la compatibilidad hidrofóbica
ideal que exista entre un dominio transmembrana y los lípidos que lo rodean.
La disponibilidad creciente de estructuras de proteínas de membrana resueltas
por cristalografía de rayos X ha permitido profundizar los conocimientos sobre
las interacciones entre los lípidos y las proteínas. En la mayoría de las
estructuras publicadas, las interacciones lípido-proteína están estabilizadas
principalmente por interacciones polares entre aminoácidos específicos y las
cabezas de los lípidos. Los aminoácidos aromáticos también suelen estar
involucrados en la estabilización de la unión con lípidos. Los residuos de
tirosina que están presentes en la interfase interactúan con los grupos fosfatos
de los lípidos (por interacción iónica o puente hidrógeno), a veces en
combinación con aminoácidos cargados positivamente. Del mismo modo, los
residuos de triptófano suelen ubicarse en la región interfasial, con su grupo
indol apuntando al centro de la bicapa lipídica. Puede observarse puentes de
hidrógeno entre el átomo de nitrógeno del grupo indol y el grupo fosfato de los
fosfolípidos. Por otro lado, interacciones no polares entre las cadenas
hidrofóbicas de los lípidos y los dominios transmembrana de las proteínas
estabilizan la unión proteína-lípido.
Tal como se ha mencionado previamente, se ha propuesto que las
interacciones lípido-proteína serían críticas para la inserción, plegamiento y
función de las proteínas de membrana. Tal es así que hay quienes proponen
que se llame lipochaperonas a los lípidos que intervienen en este tipo de
interacciones. Más allá de las confusiones que podrían surgir con el uso de
229
dicho término (denominaciones similares se han empleado para referirse a las
proteínas transportadoras de lípidos), cabe destacar que algunos estudios han
demostrado que la situación planteada no estaría lejos de la realidad. Por
ejemplo, se ha visto que la fosfatidiletanolamina es fundamental para la función
del transportador de lactosa LacY (lactosa permeasa) de Escherichia coli. En
ausencia de dicho fosfolípido, la proteína puede incorporarse en la membrana,
pero no es funcional. La disminución de la actividad de transporte en ausencia
de fosfatidiletanolamina se debe a que en esas condiciones algunos dominios
transmembrana se encuentran invertidos. Se ha observado que la adición de
fosfatidiletanolamina luego de la inserción de la proteína en la membrana es
capaz de restaurar la actividad transportadora de la lactosa permeasa
(Contreras, 2011)
230
trate: periférica o integral. Esta determinación es empírica, salvo que se posea
cierta información de antemano. Es decir, si una vez que la muestra es tratada
con la finalidad de solubilizar las proteínas periféricas de membrana, la
actividad biológica de interés se conserva en la fracción sedimentable,
entonces se considera que la proteína es integral. Teniendo en cuenta las
características previamente comentadas de ambos tipos de proteínas, es claro
que el procedimiento a seguir para solubilizar y purificar cada una de ellas será
diferente.
Las proteínas periféricas pueden solubilizarse empleando métodos suaves, de
los mismos utilizados para romper interacciones proteína-proteína (recordar
que muchas de ellas se mantienen unidas a las membranas por interacción con
proteínas integrales). Una vez que están solubilizadas, puede trabajarse con
ellas como si se tratara de proteínas solubles. Algunos métodos utilizados para
separar a las proteínas periféricas de las membranas incluyen la extracción
salina con agentes caotrópicos, la ultrasonicación, extracción alcalina, etc.
Los tratamientos con alta concentración salina permiten disminuir las
interacciones electrostáticas que pueden mantener unidas a las proteínas con
ciertos lípidos cargados. Por otro lado, el empleo de ciertos iones caotrópicos
como I-, ClO4- y SCN- ayudan a desorganizar la estructura del agua y, de ese
modo, debilitar las interacciones hidrofóbicas que en muchos casos mantienen
unidas a las proteínas en los entornos cercanos a las membranas. Cuando
estas sales son utilizadas en concentraciones muy altas pueden llegar a
desnaturalizar a las proteínas, pero a concentraciones más bajas permiten su
solubilización selectiva.
La variación del pH es otra manera de solubilizar proteínas que están unidas a
membrana. La titulación de grupos cargados en la membrana puede inducir la
disociación de las proteínas que se encuentran interactuando con ellos. Cabe
destacar que a pH demasiado alto, si bien se obtiene un alto grado de
solubilización, es más probable que ocurra desnaturalización y pérdida de
actividad de las proteínas.
Teniendo en cuenta el análisis que se hizo previamente sobre las proteínas de
membrana, resulta claro que para poder obtener una proteína integral de
231
membrana en estado monomérico, es necesario utilizar medios más drásticos,
capaces de romper la bicapa lipídica. Por otro lado, para evitar que las
proteínas extraídas formen agregados insolubles, es necesario brindarles un
entorno hidrofóbico adecuado que haga que su estructura se mantenga
termodinámicamente estable. La ruptura de la bicapa lipídica puede lograrse
con solventes orgánicos o detergentes, siendo esta última alternativa la más
usada.
La extracción con n-butanol utiliza un sistema bifásico donde se aprovecha la
baja solubilidad de ese alcohol en agua y su preferencia por entornos lipídicos,
que hacen que las proteínas sufran una desnaturalización mínima. De este
modo, se solubilizan las proteínas de membrana en buffers acuosos diluidos.
No obstante, como se mencionó anteriormente, lo más utilizado para solubilizar
proteínas de membrana son los detergentes. Los detergentes son moléculas
anfipáticas, cargadas o no, capaces de formar micelas (ver capítulo 8). La
solubilización de las proteínas se produce, por lo tanto, por la interacción de
una parte de la molécula de detergente con las zonas hidrofóbicas de las
proteínas, mientras que la otra parte interacciona con el agua. El detergente
ideal es aquel que solubiliza adecuadamente a las proteínas sin llegar a
desnaturalizarlas. Esa determinación es netamente empírica y depende tanto
de las propiedades de las proteínas como de las metodologías que haya que
aplicarles subsecuentemente. Generalmente, es necesario probar diversos
detergentes, en diferentes concentraciones, durante tiempos de incubación
variados, y a distintas temperaturas y concentraciones salinas para poder elegir
el compuesto que brinde una solubilización adecuada de nuestra proteína de
interés. Al momento de analizar los detergentes es importante prestar atención
a la concentración micelar crítica (CMC), que es una característica propia de
cada molécula. Esto se debe a que las micelas son las estructuras que
permiten la solubilización de las proteínas. Los detergentes cumplen, de este
modo, dos funciones: por un lado inhiben las interacciones hidrofóbicas intra- o
inter-proteínas, y por otro lado previenen la pérdida de proteínas integrales de
membrana por agregación o adsorción. Idealmente, cada proteína (o complejo
proteico) debería localizarse en micelas independientes, de modo que se
232
comportaría como una entidad aislada, susceptible de ser estudiada usando las
mismas metodologías que se emplean para proteínas solubles, pero en
presencia de concentraciones adecuadas del detergente correspondiente.
Cabe destacar, sin embargo, que algunas técnicas ampliamente usadas en la
purificación de proteínas no son compatibles con los detergentes. Por ejemplo,
el salting out con sulfato de amonio hace que el detergente Triton X-100 se
separe y forme una capa flotante. Otra característica de los detergentes a tener
en cuenta es el peso molecular de las micelas que forma. Este valor puede
determinarse experimentalmente y es muy dependiente de la composición del
buffer con el cual se trabaja. Es importante tener en cuenta que, por ejemplo,
un detergente que forme micelas de alto peso molecular será más difícil de
remover por diálisis (Smith, 2011).
233
puros, ciertas complicaciones han surgido al momento de incorporar proteínas
a dichas vesículas. Cabe destacar que para el caso de los proteoliposomas se
deben tener en cuenta ciertos factores adicionales como la homogeneidad de
la inserción de las proteínas en las vesículas, la correcta orientación de las
proteínas, la morfología y el tamaño de los proteoliposomas, y su
permeabilidad residual.
La aplicación de los métodos mecánicos de reconstitución de proteoliposomas
se ha visto desalentada en muchos casos por complicaciones difíciles de evitar.
Para el caso de la sonicación por ejemplo, el aumento local de temperatura en
la punta del sonicador puede conducir a desnaturalización y degradación de las
proteínas. Por otro lado, el pequeño tamaño de los proteoliposomas resultantes
(10-20 nm) limita el volumen interno de los mismos, lo cual limita a su vez la
cantidad de solutos que pueden acumularse en su interior. Dicha característica
es importante si se quieren estudiar proteínas transportadoras.
La aplicación de las técnicas de preparación de liposomas que emplean
solventes orgánicos se ha visto limitado a la reconstitución de sólo algunas
proteínas de membrana como rodopsinas y bacteriorrodopsina capaces de
resistir la desnaturalización que los solventes orgánicos provocan a la mayoría
de las otras proteínas anfifílicas de membrana (Darszon, 1979; Rigaud, 1983).
Muchos de los métodos de preparación de liposomas no han podido aplicarse
con facilidad a la preparación de proteoliposomas debido a que la mayoría de
las proteínas de membrana se purifican mediante el uso de detergentes que
interfieren en el proceso de la formación de vesículas. Es por esto que la
mayoría de las técnicas exitosas de reconstitución de proteínas de membrana
en proteoliposomas se han desarrollado incluyendo el uso de detergentes.
El procedimiento estándar (ver esquema en Figura 9.4) de reconstitución
involucra la comicelización de la proteína de membrana purificada con un
exceso de fosfolípidos y un detergente adecuado. El detergente debe ser luego
removido para dar como resultado la formación de bicapas cerradas en las que
se insertan las proteínas. La diferencia entre los distintos procedimientos de
reconstitución mediados por detergentes radica únicamente en las técnicas
utilizadas para remover el detergente de la solución.
234
Dentro de las técnicas aplicadas para remover los detergentes, la diálisis es la
que ha sido más ampliamente usada. El método más simple consiste en
colocar la solución de micelas de lípido-proteína-detergente en una bolsa de
diálisis de corte 14 kDa y dializarlo contra un volumen grande de buffer sin
detergente. En estos experimentos, sólo los monómeros de detergente
atraviesan la membrana de diálisis. Debe tenerse en cuenta que los
detergentes con mayor CMC se remueven más fácilmente por diálisis que los
que tienen menor CMC (1 a 2 días contra 1 a 2 semanas). Las ventajas obvias
de la diálisis como método para remover el detergente radican en su
simplicidad y bajo costo. Sin embargo, este método también posee ciertas
desventajas, tales como: baja reproducibilidad, imposibilidad de controlar el
grado de diálisis, posible retención de moléculas en la membrana de diálisis, y
la duración del experimento, que en algunos casos puede extenderse
demasiado tiempo, incluso más de lo que algunas proteínas pueden resistir.
Una alternativa para evitar largos tiempos de contacto entre las proteínas y los
detergentes durante los procesos de reconstitución consiste en emplear
columnas cromatográficas de exclusión molecular. Esta técnica aprovecha la
diferente accesibilidad a los poros del gel que tienen las micelas mixtas
respecto a los liposomas puros. A medida que la mezcla es eluida a través de
la columna, la dilución resultante de la difusión molecular y del acceso
diferencial de los agregados más pequeños a los poros del gel da como
resultado la formación de vesículas. La principal ventaja de esta técnica es su
rapidez, lo que posibilita reducir el tiempo de contacto de la proteína con el
detergente. Esta ventaja, sin embargo, puede ser a la vez la principal
desventaja, ya que puede dar como resultado una incorporación incompleta o
no homogénea de las proteínas en los liposomas. Por lo tanto, si bien la
filtración por geles es una técnica muy usada para la preparación de liposomas,
la misma actualmente no es tan utilizada para la reconstitución de proteínas de
membranas mediada por detergentes.
Una tercera estrategia para remover el detergente de las micelas mixtas de
detergente-lípido-proteína consiste en diluir la muestra con buffer libre de
detergente. Al diluir la concentración de detergente en la muestra por debajo de
235
su CMC, el mismo se retira espontáneamente de las micelas, lo que da lugar a
la formación de proteoliposomas. Las principales ventajas de la técnica radican
en su obvia sencillez, que implica la necesidad de tiempos muy cortos para
disminuir la concentración de detergente, y la posibilidad de regular la tasa de
dilución mediante adiciones sucesivas de buffer empleando bombas
adecuadas. Por otro lado, la técnica también presenta desventajas tales como
la imposibilidad de remover el detergente por completo (lo cual equivaldría a
una dilución infinita), la necesidad de trabajar con detergentes que tengan una
CMC alta, y la necesidad de algún paso extra para concentrar los liposomas
una vez que se separan del detergente.
Los detergentes que no pueden removerse fácilmente por las técnicas antes
mencionadas (por ejemplo, los detergentes con CMC muy baja) pueden ser
removidos mediante adsorción hidrofóbica sobre resinas de poliestireno. Las
resinas de poliestireno pueden ser utilizadas con buenos resultados en
ensayos en batch (es decir, agregando directamente las bolitas de poliestireno
a la mezcla de proteínas-lípidos-detergentes). Estas resinas han permitido el
empleo de detergentes tales como el Triton X-100 para la reconstitución de
proteínas en proteoliposomas. Si bien este detergente es adecuado para
extraer proteínas de membrana, su baja CMC lo hacía difícil de remover por las
técnicas antes mencionadas. Otra ventaja que se plantea a favor del uso de las
resinas de poliestireno es que se puede controlar el grado de remoción de
detergente regulando la cantidad de resina que se utiliza en el ensayo.
Finalmente, el hecho de que esta técnica pueda remover gran parte del
detergente presente en soluciones micelares, permite la formación de
proteoliposomas con permeabilidad iónica baja; una característica muy
buscada al momento de estudiar proteínas de membrana con funciones de
transportadores de iones.
Una vez obtenidos los proteoliposomas, los mismos deben caracterizarse.
Existen ciertas variables que son muy importantes al momento de evaluar la
calidad de los proteoliposomas producidos, algunas de ellas son: actividad de
la proteína en estudio, grado de incorporación de las proteínas a los liposomas,
orientación de las proteínas, distribución de tamaño y permeabilidad de los
236
liposomas. Sólo se mencionarán las técnicas empleadas para tales fines, ya
que los detalles técnicos pueden ser encontrados en bibliografía más
específica.
237
dilucidar la cantidad relativa de proteína que se encuentra bien orientada. Para
analizar la distribución de tamaños de los proteoliposomas pueden emplearse
técnicas tales como light-scattering o cromatografías de permeación por geles,
que ya están bien establecidas para el estudio de las distribuciones de tamaños
tanto de liposomas puros como de agregados proteicos. La microscopía
electrónica puede ser también una técnica útil para estos fines. Finalmente,
para analizar la permeabilidad de las membranas, hoy en día se cuenta con
técnicas que emplean sondas fluorescentes que han demostrado ser muy útiles
para este tipo de aplicaciones (Rigaud, 2003).
238
espectroscópicas y otras bioquímicas. Dentro de las técnicas espectroscópicas,
la fluorescencia es una de las más utilizadas (ver capítulo 2), pero su aplicación
dependerá de la proteína que estemos analizando. Si la proteína tiene uno o
más triptófanos puede ser muy útil, dado que la emisión de los triptófanos es
muy sensible al entorno local, mostrando un corrimiento espectral importante
en distintos entornos. El máximo de emisión del triptófano es reflejo de su
grado de exposición al solvente, en este sentido cuando está en un entorno
más apolar, por ejemplo al estar formando parte de un bolsillo hidrofóbico en
una proteína su máximo de emisión puede correrse de 350 nm (triptófano en
agua) a 335-340 nm. Asimismo si este triptófano se encuentra cercano al sitio
de unión de la proteína a un ligando hidrofóbico también pueden observarse
cambios en el espectro de emisión de fluorescencia a medida que ésta se une
al ligando. Estos cambios son útiles para hacer una titulación de la proteína con
concentraciones crecientes del ligando para obtener la constante de afinidad
que describe el proceso de unión (Franchini, 2009; De Gerónimo, 2010). En
este sentido, es conveniente excitar selectivamente a los triptófanos utilizando
una longitud de onda de excitación de 295 nm. Por el contrario, si la proteína
no posee triptófanos o si éstos no son sensibles a la unión del ligando también
puede utilizarse la emisión de las tirosinas o de las fenilalaninas, dado que
estos aminoácidos también contribuyen a la emisión intrínseca de las
proteínas. En este caso, se deberá utilizar una longitud de onda de excitación
de 280 nm en lugar de 295 nm. Si a través de la medida de la fluorescencia
intrínseca no es posible monitorear la unión al ligando, también puede
recurrirse a la marcación de la proteína con fluoróforos que sean sensibles al
entorno, pero debe considerarse que esto puede afectar la estructura de la
proteína y por consiguiente su capacidad de unión al ligando. Sin recurrir a este
tipo de modificaciones, también pueden emplearse otras técnicas
espectroscópicas que nos permitan analizar la unión. Una de ellas es el
dicroísmo circular (ver capítulo 4), principalmente lo que se conoce como
medida en el ultravioleta cercano (250 a 350 nm). En esta región los
cromóforos más importantes son los grupos aromáticos de las cadenas
laterales del triptófano, la tirosina y la fenilalanina. La asimetría en estos grupos
239
químicos se debe exclusivamente a su entorno y cómo los residuos aromáticos
se encuentran distribuidos en toda la proteína, por lo que los espectros en esta
región son un reflejo de su conformación global. Asimismo las señales en esta
región son extremadamente sensibles a los cambios en la conformación.
Cuando una proteína se une a su ligando por lo general sufre cambios en dicha
conformación, por lo que es posible monitorear la unión del ligando empleando
esta técnica e incluso obtener constantes de afinidad a través de este método
(Arighi, 2003; Franchini, 2009). La técnica de resonancia magnética nuclear
(RMN) es otro método espectroscópico que también puede emplearse para
analizar la interacción proteína-ligando (ver capítulo 7). Esta técnica resulta
muy sensible, ya que permite analizar en detalle que residuos particularmente
participan de la interacción e incluso permite determinar de forma eficiente la
estequiometría de la unión. Esto se logra monitoreando los corrimientos
químicos de los distintos residuos en ausencia y presencia del ligando
(Meenan, 2011). Para ello es necesario marcar la proteína con isótopos activos
en RMN (15N o 13
C), por lo cual generalmente se puede aplicar a proteínas que
puedan ser obtenidas mediante técnicas de ingeniería genética. Como
comentamos anteriormente, además de las técnicas espectroscópicas pueden
aplicarse otras técnicas bioquímicas que evidencien la unión del ligando a la
proteína siguiendo los cambios que sufre la proteína tras la unión. Uno de estos
métodos es la proteolisis parcial, es decir la utilización de proteasas que cortan
a la proteína en aminoácidos específicos. Este método permite obtener
información acerca de la localización del sitio de unión o de los cambios
conformacionales que puede sufrir la proteína tras unirse al lípido, dado que
revela la exposición diferencial de los sitios proteolíticos en ausencia o
presencia del ligando (Arighi, 2003; Pórfido, 2012). Otro método bioquímico
para evidenciar la unión de la proteína al ligando consiste en la utilización de
agentes caotrópicos, como por ejemplo el cloruro de guanidinio. Empleando
este método se puede determinar si los ligandos son capaces de estabilizar a
la proteína, ya que si esto ocurre se requerirá una mayor concentración de
cloruro de guanidinio para pasar del estado plegado al desplegado, es decir
para que ocurra la desnaturalización de la proteína (Franchini, 2009).
240
B. Unión proteína-ligando monitoreando cambios en el ligando
241
intensidad como el corrimiento hacia el azul dependerán del sistema en estudio
y siempre deberemos verificar el comportamiento del fluoróforo al unirse a la
proteína antes de realizar la titulación propiamente dicha. Puede ocurrir que
tras la unión la intensidad del fluoróforo baje en lugar de aumentar, esto no
necesariamente indica que no hay unión de la proteína al ligando. Por ejemplo,
utilizando antroiloxi-derivados se ha podido observar que dependiendo del tipo
de ácido graso que se trate y la posición donde se encuentre la molécula de
antroilo la intensidad de fluorescencia puede aumentar o disminuir al unirse a
una misma proteína. Tal es el caso de una proteína de la familia de las FABPs
(ver introducción en este mismo capítulo) con las sondas 12AS (12-(9-
anthoyloxy) stearic acid) y 16AP (16-(9-anthroyloxy) palmitic acid) (Pórfido,
2012). A través de estos métodos podemos describir la unión de una proteína a
un determinado ligando hidrofóbico modificado químicamente con un fluoróforo.
Esta información puede ser útil como aproximación experimental para describir
la unión de la proteína a sus ligandos, sin embargo, muchas veces nos interesa
determinar a que ligandos naturales se une esta proteína y cuáles son sus
afinidades por ellos. Para abordar este análisis también podemos valernos de
los derivados fluorescentes de los lípidos, pero realizando ensayos de
desplazamiento. Esto es, incubar la proteína con un exceso del análogo
fluorescente y luego agregar concentraciones crecientes del ligando natural a
evaluar y monitorear los cambios en la emisión de la sonda fluorescente. Para
este análisis podemos valernos de distintas sondas fluorescentes como los que
ya describimos: ácido cis o trans-parinárico, antroiloxi-derivados, NBD-
derivados, dansil-derivados (siendo el 11-(dansylamino)undecanoic acid o
DAUDA y el dansyl-D,L-alpha-amino-octanoic acid o DACA los más comunes)
o BODIPY-derivados. Otro conjunto de sondas ampliamente utilizadas para
estos ensayos son los derivados del 1-anilino-8-naftaleno sulfonato (1,8-ANS;
2,6-ANS; bis-ANS), ya que tienen la característica de ser sondas muy poco
fluorescentes en solvente acuoso y aumentar notoriamente su emisión de
fluorescencia al unirse a una proteína (Haughland, 2005). Una vez unido, es
posible desplazarlo con distintos ligandos y así determinar cuáles de éstos
poseen una afinidad mayor que el ANS por el sitio de unión, e incluso
242
determinar y comparar las distintas constantes de afinidad de diferentes
ligandos mediante este método (Arighi, 2003; Franchini, 2009). Por otro lado,
una de las técnicas bioquímicas que se pueden emplear para monitorear la
unión de la proteína al ligando siguiendo el ligando es mediante el uso de
resinas hidrofóbicas que permiten separar el lípido unido a la proteína de la
fracción no unida. Una de las resinas hidrofóbicas más utilizadas es la
Lipidex1000. Esta resina se emplea habitualmente como paso para remover los
ligandos de diversas proteínas de unión a lípidos y de este modo obtenerlas de
forma libre de éstos ligandos. Sin embargo, se ha determinado que si en lugar
de utilizarla a 37ºC como se hace normalmente para este fin, se la usa a 0 ºC,
es posible lograr separar el ligando unido del ligando no unido (Glatz, 1983). De
14
este modo y empleando ligandos marcados radiactivamente (con C, por
ejemplo) se puede obtener una medida de la fracción de ligando que
permanece unida a la proteína versus el ligando total y determinar así la
constante de afinidad que describe el proceso de unión (Glatz, 1983; Lagakos,
2013).
243
A. Ensayo de unión a liposomas cargados con sacarosa
Los liposomas que se utilizan para esta técnica se preparan en un buffer que
contiene sacarosa. De este modo, dicho buffer queda encerrado en el espacio
acuoso del interior de los liposomas, otorgándole a éstos mayor densidad
cuando el buffer del exterior de los liposomas es cambiado por uno sin
sacarosa. Para realizar dicho cambio, se puede agregar un buffer isosmótico
respecto al que se encuentra dentro de las vesículas, pero sin sacarosa,
seguido de ultracentrifugación. De este modo, se pueden sedimentar los
liposomas, separarlos del sobrenadante, y volver a resuspenderlos en el buffer
isosmótico adecuado. Otra técnica que se puede aplicar para hacer el cambio
de buffer es la cromatografía de exclusión molecular. Una vez preparados los
liposomas, se los incuba junto a la proteína en estudio en un buffer adecuado, y
se procede a centrifugar las muestras a alta velocidad (~100000xg).
Inmediatamente, se separan los sobrenadantes y se los transfiere a tubos
nuevos. La presencia de LUVs debe evaluarse tanto en los sobrenadantes
como en los sedimentos. Para tal fin, puede incluirse, por ejemplo, algún
fosfolípido marcado radiactivamente en la preparación de los liposomas. Por
otro lado, debe analizarse también la presencia de la proteína en estudio en
ambos grupos de muestras. Esto se puede hacer, por ejemplo, por SDS-PAGE
seguido de densitometría. Si el ensayo se realiza para diferentes
concentraciones de vesículas, pueden calcularse constantes de disociación
(KD). Lo mismo puede realizarse para diferentes composiciones de vesículas,
diferentes concentraciones salinas, temperaturas, etc.; lo cual puede brindar
información importante sobre los parámetros que influyen sobre la interacción
de la proteínas con membranas fosfolipídicas (Falomir-Lockhart, 2011; y
referencias allí incluidas).
244
uso de SUVs (ver capítulo 8) marcadas con dansilfosfatidiletanolamina (de sus
siglas en inglés: DPE), ya que el grupo hemo del citocromo c es un quencher
de la fluorescencia del grupo dansilo de la DPE (ver capítulo 2). Dado que se
emplean vesículas con cardiolipina, se debe incluir EDTA (ácido
etilendiaminotetraacético) en los buffers para mantener estables los liposomas.
Este ensayo se lleva a cabo incubando las vesículas con concentraciones
crecientes de la proteína de interés. Luego se registra la fluorescencia del DPE,
y se agrega una cantidad previamente determinada de citocromo c (aquella que
produce el máximo Quenching de la fluorescencia del DPE en ausencia de
otras proteínas). Una vez incubadas las vesículas con el agregado del
citocromo c, se vuelve a medir la fluorescencia del DPE. Una inhibición del
Quenching mediado por citocromo c se interpreta como evidencia de la
interacción de la proteína en estudio con las membranas fosfolipídicas. Esto es,
la proteína en cuestión estaría compitiendo con el citocromo c por la unión a las
vesículas, lo cual se evidencia como un recobro de fluorescencia respecto a las
muestras donde se incuba el citocromo c con vesículas en ausencia de la otra
proteína (Pórfido, 2012; Falomir-Lockhart, 2011; y referencias allí incluidas).
245
El ensayo consiste, por lo tanto, en incubar las SUVs con las proteínas en
estudio y registrar la fluorescencia del complejo Tb+3/DPA. La interacción de la
proteína con la membrana genera una perturbación en la estructura de esta
última que permite que se libere el Tb+3 (goteo de Tb+3), lo cual hace que el
mismo sea secuestrado por el EDTA. Tal como se dijo previamente, esto se
traduce como una disminución en la fluorescencia emitida por el Tb +3. El mismo
experimento puede realizarse con otros compuestos tales como el par ácido 8-
aminonaftalen-1,3,6-trisulfónico (de sus siglas en inglés: ANTS)/bromuro de p-
xilen-bis-piridinio (de sus siglas en inglés: DPX), o carboxifluoresceína. En el
caso del par ANTS/DPX, el DPX resulta ser un quencher de la fluorescencia del
ANTS. Por lo tanto, se puede encapsular el ANTS junto al DPX en las SUVs y
trabajar con ellas en un buffer sin ninguno de los dos compuestos. De este
modo, si por interacción con las proteínas se disrumpen las membranas, se
libera su contenido y, dado que el DPX es un quencher colisional, al diluirse la
solución, aumenta la fluorescencia del ANTS. En el caso de la
carboxifluoresceína, este compuesto fluorescente tiene la propiedad de
self-quenching, lo que implica que cuando se encuentra en concentraciones
mayores a 100 mM, su fluorescencia se ve disminuida. De este modo, si se
encapsulan soluciones concentradas de este compuesto dentro de SUVs, y se
elimina el mismo del buffer que rodea a las vesículas, se las puede usar para
evaluar la interacción de proteínas con SUVs. Si la proteína disrumpe la
membrana, la carboxifluoresceína se libera, se diluye en el buffer circundante y
por ende, aumenta su fluorescencia. En cualquiera de los casos, las vesículas
pueden romperse por completo con algún detergente, como Tritón X-100, para
determinar el punto final de la reacción (Falomir-Lockhart, 2011; Haughland,
2005).
246
reactivos fotoactivables, los cuales requieren de la activación por luz
ultravioleta para reaccionar con sus blancos. Para los estudios de interacción
proteína-membrana, en particular, pueden usarse fosfolípidos que tengan en su
estructura un grupo fotoactivable, y que a su vez tengan algún isótopo
radiactivo (como por ejemplo 3H), para preparar vesículas. Luego se incuban
las vesículas con la proteína de interés y se fotoactivan los lípidos por
irradiación con una longitud de onda adecuada. Cabe destacar que los lípidos
fotoactivables también pueden usarse en células en cultivo, con la finalidad de
que las mismas los metabolicen y los incorporen a lípidos de membrana antes
de fotoactivar. El análisis de los datos se hace mediante SDS-PAGE seguido
de autorradiografía. El mismo dependerá de la información que se quiera
obtener. Si se quiere conocer, por ejemplo, qué subdominio de una proteína es
el que interactúa con la membrana, una vez aislada la misma, se la puede
digerir con alguna proteasa que corte en sitios específicos, para luego separar
los fragmentos y analizar a cuál de ellos se halla unido el lípido marcado
(Falomir-Lockhart, 2011). En el caso de trabajar con células en cultivo, la
proteína de interés puede separarse por inmunoprecipitación, y mediante SDS-
PAGE/autorradiografía se puede visualizar si el lípido usado interacciona o no
con nuestra proteína (Thiele, 2000; Haberkant, 2008). Actualmente, existen
variaciones de estas técnicas que en lugar de utilizar lípidos fotoactivables
radiactivos emplean lípidos bifuncionales, es decir: lípidos que por un lado
cuentan con un grupo fotoactivable, y por otro lado, poseen un grupo capaz de
reaccionar de manera específica con ciertos grupos funcionales, lo cual permite
marcar al lípido con, por ejemplo, biotina. De este modo, se puede detectar
fácilmente al lípido fotoactivable (y a lo que haya reaccionado con él) sin tener
que utilizar isótopos radiactivos. Para más detalles al respecto se puede
consultar el artículo de Haberkant y van Meer (Haberkant, 2009).
247
a lípidos (Storch, 2008). Para llevarlo a cabo se requiere de algún lípido
fluorescente que sea ligando de la proteína en estudio, y que a su vez actúe
como donor FRET para algún fosfolípido fluorescente. Con el fosfolípido
fluorescente, que actuará como aceptor FRET, se pueden preparar SUVs con
diferente composición que se utilizarán para el experimento. Cabe destacar que
para establecer las condiciones en las cuáles se hace el experimento,
previamente se debe calcular el coeficiente de partición del ligando entre la
proteína y las membranas. Brevemente, se incuba la proteína con el ligando y
luego se titula fluorimétricamente la mezcla con vesículas que contienen el
fosfolípido fluorescente. De este modo, si el ligando se transfiere de la proteína
a las vesículas, se producirá FRET y se verá una caída en la fluorescencia del
ligando. Como se puede observar, la medida del KP (coeficiente de partición) es
una medida en el equilibrio. Conocer su valor es importante para establecer las
condiciones en las cuales se hará el experimento cinético de manera que haya
una transferencia unidireccional desde la proteína a las membranas.
Para llevar a cabo la medida cinética de la velocidad de transferencia del
ligando hacia las SUVs se hace uso de un dispositivo de mezclado rápido de
tipo stopped-flow adosado al espectrofluorómetro. Este aparato nos permite
realizar la mezcla de la proteína previamente incubada con el ligando y las
vesículas de manera casi instantánea, y simultáneamente seguir la
fluorescencia del ligando, la cual debe decaer en función del tiempo si el
ligando es transferido a las membranas. La medida se debe hacer para
distintas relaciones proteína/SUVs, para las cuáles se obtendrán distintas
velocidades de transferencia. Si dicha velocidad aumenta de modo
proporcional a la concentración de las vesículas, la proteína en estudio
emplearía un mecanismo “colisional” para transferir sus ligandos a membrana,
mientras que si la velocidad no varía con los cambios de concentración de
SUVs, la proteína en cuestión emplearía un mecanismo de tipo “difusional”
(Storch, 2008). Variando la composición de las SUVs (por ejemplo, incluyendo
fosfolípidos con carga neta diferente) y/o del buffer (variando la fuerza iónica)
pueden obtenerse datos adicionales sobre el mecanismo de transferencia de
ligandos y la naturaleza de las interacciones que sobre él influyen.
248
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250
CAPÍTULO 10
TÉCNICAS BIOFÍSICAS PARA EL ESTUDIO DE LÍPIDOS Y MEMBRANAS
Carolina Bagnato
Los lípidos son un grupo diverso de moléculas que cumplen variadas funciones
celulares que van desde formar parte de las membranas celulares, constituir
una de las principales formas de reserva energética hasta intervenir en
complejos sistemas de señalización celular. Desde el punto vista químico se los
define como un grupo heterogéneo de moléculas que se caracterizan por ser
solubles en solventes orgánicos y por presentar una baja solubilidad agua. Una
descripción sobre los criterios y la clasificación de los lípidos comúnmente
utilizada se puede consultar en el capítulo 8 del presente libro. La función y
estructura química de los distintos tipos de lípidos pueden consultarse en los
libros de texto de bioquímica (Lehninger, 2013).
Los lípidos, al igual que otras sustancias, experimentan fenómenos de partición
al ser expuestos a mezclas de líquidos inmiscibles por los que presentan
diferente afinidad. El concepto de partición implica la disolución y distribución
de un compuesto de manera selectiva entre las dos fases de un sistema de
solventes. Esta idea puede graficarse por la ley de Distribución o ley de
Partición que establece que: Si a un sistema heterogéneo de dos fases líquidas
se le agrega un tercer componente soluble en ambas fases este se distribuirá,
en cada una de ellas, de forma tal que el cociente resultante de dividir las
concentraciones en cada fase será una constante que solo dependerá de la
temperatura. La distribución de un compuesto entre las fases responde a las
diferencias de solubilidad que un compuesto presenta en cada una de dichas
fases lo que refleja el grado de similitud en la estructura química del compuesto
con una u otra fase.
251
Solubilidad de los lípidos
252
mayor longitud de cadena disminuye la solubilidad en agua y solventes
orgánicos polares, en tanto que la presencia de dobles enlaces la aumenta. Las
propiedades de solubilidad de la cadena carbonada de un ácido graso son
extensivas a los lípidos que estos constituyen. Sin embargo, cabe destacar que
pueden existir en los lípidos otros grupos que se encuentren contribuyendo a
las propiedades de solubilidad de los mismos. Este resulta ser el caso en los
lípidos polares. Al igual que sucede con los ácidos grasos, los fosfolípidos
también son moléculas anfipáticas y presentan, dependiendo del grupo de
cabeza polar y tipo de ácidos grasos presentes, distinto grado de solubilidad en
solventes orgánicos polares e incluso en mezclas con cierto porcentaje de
agua. Por su parte los triacilglicéridos son lípidos neutros, insolubles en agua,
que muestran buena solubilidad en solventes como cloroformo o hexano así
como alcoholes. Sin embargo, al igual que el resto de lípidos que hemos
mencionado la solubilidad variará con la composición de ácidos grasos.
253
animal, vegetal o de algún tipo particular de microorganismo. Otro factor que
será determinante para decidir qué sistema de extracción se utilizará es la
información que se pretende obtener de la muestra. Si lo que se quiere es
analizar un tipo particular de lípido en el cual el tejido en cuestión se encuentra
enriquecido, el método de extracción será orientado a esa clase de lípido y no
se necesitará de una extracción exhaustiva. En tanto que si lo que se pretende
es obtener un análisis detallado de las clases y especies de lípidos en la
muestra se requerirá, muy probablemente, de la combinación de métodos lo
que complejizará el proceso de extracción. En la siguiente sección se
presentan los conceptos relacionados a la extracción de lípidos y se detallan
las principales técnicas utilizadas en la actualidad.
254
Extracción por solventes
255
del tipo fuerzas de van der Waals, puentes de hidrógeno e interacciones
iónicas. Otro factor que puede afectar la eficiencia de extracción de lípidos son
los eventuales impedimentos físico-mecánicos, tal como sucede en los tejidos u
organismos unicelulares que poseen pared celular: tejidos vegetales, bacterias
y hongos. Estructuras como la pared celular representan una barrera para el
ingreso de solventes orgánicos al interior de la célula, interfiriendo en la
interacción del solvente con los lípidos a extraer. Esto también resulta un
problema en tejidos animales donde la matriz extracelular puede llegar a ser
muy densa y compleja. Estas estructuras representan superficies de interacción
y eventual adsorción para los lípidos, lo que afecta el proceso de extracción. Es
por todo esto que, en muchos casos, resulta necesario el pre-tratamiento del
tejido para su extracción.
Para poder extraer los lípidos de un tejido, el solvente debe tener cierto
carácter polar pero no tanto como para reaccionar con los lípidos o excluir a los
lípidos neutros en el proceso de extracción. Como se mencionó anteriormente,
el solvente no debe sólo poder solubilizar a los lípidos a extraer sino que debe
ser capaz de vencer las interacciones moleculares entre los lípidos y las otras
moléculas en el interior celular. Considerando esto, un solvente debería tener,
idealmente, cierto carácter polar y apolar al mismo tiempo. En la realidad los
mejores sistemas de extracción son los que surgen de la combinación de dos o
más solventes. Numerosas combinaciones de alcoholes (etanol, metanol,
isopropanol, butanol, etc.) con otros solventes orgánicos (cloroformo, hexano,
diclorometano, dietileter, etc.) han sido probadas en distintas proporciones para
la extracción de lípidos mostrando buenos resultados en distintos tejidos. La
mezcla cloroformo: metanol (2:1 v/v), ha sido evaluada exhaustivamente y
representa en la actualidad la técnica de referencia. Este sistema es conocido
como método de extracción de Folch (Folch, 1957). Una variante de este es el
método de Bligh y Dyer (B&D), es el segundo más usado en la extracción de
lípidos y, desde su introducción a fines de la década del 50, se ha utilizado
intensamente en la extracción de lípidos de distintos tejidos y tipos celulares
(Bligh, 1959).
256
El método de Folch consiste en la extracción de lípidos del tejido utilizando una
mezcla de solventes de composición cloroformo: metanol: solución acuosa
(8:4:3 v/v/v). De manera similar el método de B&D consiste en la extracción de
lípidos del tejido utilizando una mezcla de solventes de composición
cloroformo: metanol: agua (1:2:0,8 v/v/v). En ambos casos, el procedimiento
implica la homogeneización del tejido con la mezcla de solventes de modo tal
de promover la disolución y extracción de los lípidos de la matriz. Luego de un
período de incubación, que dependerá del tejido o muestra de partida, se deja
estabilizar la mezcla para obtener la formación de las fases orgánica y acuosa.
La fase acuosa se retira en tanto que la orgánica se recupera y en esta los
lípidos disueltos. El método de B&D surgió como una alternativa económica
para la extracción de fosfolípidos de tejidos con bajo contenido lipídico y alto
contenido de agua. Si bien la técnica se desarrolló para la extracción de tejido
muscular de pescado, se ha demostrado que puede utilizarse en cualquier
tejido con un alto contenido de agua (alrededor del 80%).
Se han realizado trabajos con el objetivo de comparar ambos métodos que han
arrojado resultados interesantes. Es de destacar que, en muestras con un
contenido menor al 2% de lípidos, ambos métodos funcionan con eficiencias
muy similares. Sin embargo, a medida que el porcentaje de lípidos aumenta,
por encima del 3% se comienza a observar una mayor eficiencia de extracción
por el método de Folch (Iverson, 2001). La Figura 10.1 muestra un esquema
comparando ambos métodos.
Debido a la naturaleza diversa de los tejidos y/o material a extraer, así como la
co-existencia de distintos tipos de lípidos, resulta difícil encontrar un sistema de
solventes que extraiga de manera eficiente los lípidos polares y los neutros.
Esto se debe, en gran medida, a que la eficiencia de extracción depende de la
polaridad del solvente y de los lípidos. Por ejemplo los lípidos polares, tales
como fosfolípidos o glicolípidos, son más solubles en solventes polares como
alcoholes y tienden a ser menos solubles en solventes no polares tales como el
hexano. Sucede lo inverso con los lípidos neutros, resultan más solubles en
solventes apolares que en los polares. En este sentido, los sistemas de
solventes a base de cloroformo y metanol han mostrado buenos resultados. Sin
257
embargo, es importante resaltar que existe una búsqueda en el desarrollo de
sistemas de solventes alternativos que se ajusten a necesidades específicas en
la extracción de distintos tipos de lípidos y que utilicen solventes menos tóxicos
que la mezcla cloroformo: metanol. Este es el caso de los trabajos en los que
se utiliza isopropanol: hexano en proporciones 2:3 (Halim, 2011). Para
procesos industriales que requieren de grandes cantidades de solvente de
extracción, la búsqueda de sistemas alternativos se torna particularmente
relevante.
Figura 10 .1. Extracción por solventes. C:M cloroformo: metanol, B&D: Bligh y Dyer.
258
extracción de compuestos hidrofóbicos por fluidos supercríticos es una técnica
emergente que podría reemplazar, en algunos casos, a la extracción por
solventes convencional. Esta técnica utiliza solventes en su estado supercrítico.
Cuando la temperatura y la presión de un fluido se llevan a valores superiores
al punto crítico, Tc y Pc respectivamente, el compuesto entra en estado
supercrítico y adquiere un comportamiento particular con características del
estado líquido y gaseoso (King, 1998). Uno de los solventes más utilizado en la
actualidad en este procedimiento es el dióxido de carbono debido a que es
relativamente inerte, inocuo, fácil de conseguir y a que se puede trabajar a baja
temperatura, resultando ideal para la extracción de compuestos
termosensibles. Las propiedades de fluido supercrítico se logran trabajando a
72,9 atmósferas y 31,1 ⁰C de temperatura o por encima de estos valores donde
queda definida una región supercrítica. La Figura 10.2.A muestra un esquema
del equipo utilizado en este tipo de extracción. El material a extraer se coloca
en el vaso de extracción, este posee un dispositivo para calentar y se conecta a
una bomba que entrega el CO2 a una presión mayor que Pc. Luego el vaso
extractor se calienta por encima de la Tc del CO2, alcanzando las condiciones
del estado supercrítico. El CO2 en estado supercrítico (CO2-SC) viaja sobre la
superficie de la muestra solubilizando los lípidos. En este procesos se logra la
disolución de los lípidos en el CO2 supercrítico debido a que este forma un
complejo [CO2-SC/lípidos]. El complejo se desplaza hacía un vaso colector que
se encuentra en condiciones ambiente de presión y temperatura. A partir de
este punto se recupera el solvente en estado gaseoso y los lípidos extraídos en
un precipitado libre de solvente. Al igual que en la extracción por solventes
convencional, esta técnica también puede utilizar la mezcla de solventes para
mejorar y/o maximizar la extracción de lípidos o, mejor aún, para acoplar
reacciones como la de derivatización de ácidos grasos para su posterior
análisis. En este sentido, se han desarrollado protocolos en los que al CO 2 se
agregan alcoholes, tales como metanol o etanol (McDaniel, 1999). Esto resulta
en una mejor extracción de lípidos polares y, en algunos casos, se utiliza para
acoplar al proceso de extracción el de derivación de los ácidos grasos
concretamente la formación de metil-ésteres. Este método posee una serie de
259
ventajas para la extracción de lípidos: 1) La técnica posibilita una transferencia
de masa de los lípidos favorable debido a que presenta una mayor penetración
de la muestra, que los solventes en su estado normal, aumentando el
rendimiento en menos tiempo. Una mayor extracción también se ve favorecida
por un mejor coeficiente de difusión del soluto en el fluido supercrítico en
comparación con el de un solvente convencional. 2) Una vez alcanzada la zona
crítica para el solvente, la temperatura y la presión se pueden variar de modo
tal de aumentar el poder de solvatación, que es función de la densidad del
solvente. 3) El modo de eliminación del solvente resulta sencillo debido a que,
Figura 10.2. Extracción por Fluidos Supercríticos en dióxido de carbono. A. Esquema del
equipo utilizado en la extracción por fluidos supercríticos. M: muestra. B. Solubilidad de
triacilglicéridos de porotos de soja como función de la presión y temperatura (Reproducido y
adaptado de Journal Of AOAC International Vol. 81 pp. 9-17, 1998 y con permiso de Jerry W.
King).
260
mejorar los rendimientos. El gráfico de la Figura 10.2.B muestra los resultados
obtenidos para la extracción de triacilglicéridos de porotos de soja en diferentes
condiciones de presión y temperatura (King, 2002). En este se puede ver
claramente cómo la modificación de los parámetros en la región supercrítica del
CO2 puede mejorar la eficiencia de la extracción.
261
atraviesan la columna acompañando las fase móvil que suele ser un solvente
polar, algún alcohol, acetonitrilo, tetrahidrofurano, o una mezcla de estos
solventes con agua (Christie, 1992). La técnica de extracción en fase sólida
encuentra distintas aplicaciones en la bioquímica de lípidos. La Figura 10.3
esquematiza los principales pasos y materiales utilizados en la técnica con
columnas de ODS. Esta técnica puede emplearse con distintos objetivos: 1)
Para la extracción de lípidos totales de matrices complejas tales como distintos
tipos de tejidos. En este caso un extracto crudo proveniente del tratamiento de
la muestra con solventes, por ejemplo cloroformo: metanol, se aplica sobre el
reservorio de la columna de ODS. La muestra se eluye con una mezcla de
metanol: agua y se recuperan los lípidos. La elución con distintas mezclas y
proporciones de solventes puede permitir, además de la extracción, la
separación de las distintas clases de lípidos presentes en la muestra. 2) Se
utiliza en la separación y/o pre-fraccionamiento de mezclas complejas de
lípidos con fines preparativos. La técnica se emplea en la separación y
preparación de lípidos con diferentes propiedades de polaridad. Entonces un
extracto proveniente de la extracción con solventes, por ejemplo por el método
de Folch, puede ser separado de modo tal de obtener distintas fracciones
conteniendo los lípidos neutros, los fosfolípidos ácidos, el colesterol, y así
sucesivamente. Una vez que se obtienen las fracciones estas pueden ser
separadas y analizadas por otras técnicas cromatográficas. 3) Finalmente, la
técnica se ha aplicado con éxito para la extracción de mezclas complejas de
determinados tipos de lípidos con características polares, como en el caso de
glicolípidos, leucotrienos, prostaglandinas y eicosanoides. Un ejemplo del
último caso resulta ser la extracción de lípidos complejos polares, tales como
los gangliósidos (Marcia, 1980), que suelen quedar en la fracción acuosa
durante la extracción en procedimientos del tipo Folch. En estos casos se
utiliza la extracción en fase sólida para extraer los lípidos que quedaron
solubilizados en la fase acuosa. Se toma la fracción acuosa de la extracción
por Folch y se la hace pasar por una columna de ODS, los glucolípidos quedan
retenidos en la columna y son eluidos mediante el pasaje de una mezcla
cloroformo: metanol.
262
Las precauciones mencionadas para el almacenamiento de muestras y tejidos
previas a la extracción también aplican al guardado y preservación de los
extractos. Una vez extraídos los lípidos se encuentran expuestos a la
autooxidación y consecuente pérdida de ácidos grasos insaturados. Para evitar
estos inconvenientes se recomienda guardar los extractos en contenedores de
vidrio, en solventes apolares, a la temperatura de -20 ⁰C o inferior, en una
atmósfera libre de oxígeno, y preferentemente en presencia de compuestos
antioxidantes.
Figura 10.3. Extracción de lípidos en Fase Sólida. ODS: Octadesylsilane; TLC: Cromatografía
en capa fina; GC: Cromatografía gaseosa; HPLC: Cromatografía líquida de alta performance.
263
encontramos la cromatografía en capa fina (Thin Layer Chromatography, TLC),
cromatografía líquida en columna (Liquid Chromatography, LC) y una de sus
variantes más importantes, la cromatografía líquida de alta performance (High
Performance Liquid Chromatography, HPLC). En el siguiente apartado se
presenta una descripción de los aspectos más importantes de las técnicas y su
utilización en el análisis de lípidos.
Cromatografía gas-líquido
264
las pequeñas partículas de la columna, lo que genera una gran superficie sobre
la cual pasa el gas con las sustancias a separar. A medida que la muestra
avanza sobre la columna, las moléculas del compuesto particionan entre
ambas fases de acuerdo a su coeficiente de distribución o constante K D. Esta
es una constate de equilibrio que resulta específica para cada compuesto a una
temperatura determinada. En el caso de que una mezcla de compuestos se
introduzca en el cromatógrafo, los distintos componentes de la mezcla difunden
en el líquido según sus coeficientes de partición (KD) lo que determina que se
desplacen por la columna dejándola a diferentes tiempos, lo que se conoce
como Tiempo de Retención (TR). El tiempo de retención representa el tiempo
transcurrido medido entre que la muestra entró a la columna, que se registra
como un pico característico correspondiente al solvente de la muestra, y el
registro de la salida de la columna de un componente dado. La Figura10.4B
muestra un esquema de un cromatograma indicando estos elementos. La
diferencia en los tiempos de retención de los distintos compuestos permite su
separación. El tiempo de retención resulta ser constante si se mantienen las
condiciones en las cuales se lleva a cabo la cromatografía: temperatura, tipo y
longitud de columna, gas transportador, etc. y, como depende de la constante
de partición, es característico para cada sustancia.
La cromatografía gaseosa se utiliza en el análisis de compuestos susceptibles
de ser volatilizados sin sufrir fenómenos de descomposición. Esta técnica se ha
aplicado ampliamente al análisis cualitativo y cuantitativo de lípidos y en
particular al de ácidos grasos (Gutnikov, 1995). Lo interesante es que, en
combinación con otras técnicas de separación y fraccionamiento, tales como la
extracción en fase sólida o la cromatografía en capa fina, permite analizar la
composición de lípidos formados por la esterificación de alcoholes y ácidos
grasos.
265
Figura 10.4. Cromatografía Gas Líquido. A. Esquema del cromatógrafo. B. Cromatograma. T R:
tiempo de retención KD: Coeficiente de Partición. C. Diagrama que indica las posibilidades en la
derivación de lípidos y estructura química de dos de los derivados comúnmente utilizados en el
análisis por CG de lípidos.
La mayoría de los lípidos son moléculas polares y/o de alto peso molecular lo
que no permite el análisis directo por cromatografía gaseosa. Es por eso que
las muestras deben ser preparadas y modificadas para su posterior análisis en
el cromatógrafo. Las modificaciones consisten en transformar los lípidos en
sustancias aptas para la volatilización y en la eliminación de cargas,
transformándolos en compuestos de menor peso molecular y apolares.
Partiendo de una muestra correspondiente a un extracto de lípidos totales hay
distintas opciones para la preparación y derivación de los ácidos grasos de la
muestra para su análisis por cromatografía gaseosa. El diagrama de la
Figura10.4C muestra un esquema con las opciones de los procedimientos
comúnmente utilizados. El primer paso en el análisis de lípidos formados por
ésteres de ácidos grasos consiste en la liberación de los mismos para su
derivación. Esto se logra mediante la reacción de hidrólisis del éster en medio
básico o reacción de saponificación. Esta reacción libera los ácidos grasos que
en medio básico quedan como las sales del ácido. En el paso siguiente de
266
derivación lo que se hace es eliminar la carga y polaridad del ácido graso.
Existen distintas reacciones de derivación, una de las más ampliamente
utilizadas es la de formación de ésteres del metanol. Mediante este
procedimiento se obtienen los metilésteres de los distintos ácidos grasos
presentes en los lípidos de la muestra. Alternativamente, se puede realizar un
protocolo de transesterificación entre el lípido y un alcohol de cadena corta
obteniendo directamente los ésteres para el análisis (Christie, 1989; Brondz,
2002)
La cromatografía gaseosa permite la separación de una muestra de derivados
de ácidos grasos en función de su volatilidad y solubilidad en la fase
estacionaria. Los compuestos son detectados a medida que abandonan la
columna a distintos tiempos. En este sentido es fundamental conocer las
características de la misma ya que, en combinación con la naturaleza de la
fase móvil y las condiciones de temperatura, determina la eficiente separación
de los ácidos grasos. Existe una gran variedad de columnas que difieren en la
forma en cómo se dispone la fase estacionaria y en la composición de la misma
que comprende el soporte sólido y el líquido que lo recubre. Las primeras eran
empaquetadas, sólidas, pero actualmente tienen un mayor uso las columnas
huecas o denominadas columnas abiertas tubulares. Las columnas abiertas
representan una parte importante del proceso de optimización de la técnica de
cromatografía gaseosa y han ganado popularidad debido a que permiten una
mejor separación de la muestra. En cuanto al líquido que embebe al soporte
sólido se distinguen, en líneas generales, fases líquidas del tipo i) altamente
polares ii) medianamente polares iii) y de baja polaridad. Las columnas
utilizadas suelen tener dimensiones de entre 25-30 m de longitud y 0,25 mm de
diámetro. La fase móvil consiste en un gas conocido como gas transportador.
La naturaleza y velocidad del gas a utilizar también resultan importantes
variables a considerar. El gas debe ser inerte y presentar una velocidad lineal
adecuada ya que esto influye en la forma y curva de elución de los
compuestos. El hidrógeno es uno de los gases más apropiados debido a que
posee una alta capacidad de difusión. En general se usa una combinación de
hidrógeno y helio, ambos con un comportamiento similar. Debido a que la
267
temperatura tiene un marcado efecto en el comportamiento tanto de la fase
móvil como del soluto, una vez determinada la temperatura óptima para el
sistema con que se trabaja se realizan corridas isotérmicas. Sin embargo,
también se utilizan corridas con incrementos programados de temperatura para
promover una mejor separación de ciertos ácidos grasos. Los componentes de
la muestra que van abandonando la columna son detectados y medidos. Existe
una gran variedad de detectores que pueden ser acoplados al cromatógrafo de
gases. Los que se utilizan con mayor asiduidad en el análisis de lípidos son el
FID, sigla que proviene del inglés Flame Ionization Detector, y el espectrómetro
de masa. Los resultados del análisis se obtienen en un cromatograma.
La naturaleza de la fase estacionaria, dada por el líquido en que se haya
embebido el soporte sólido, es determinante en el tipo de separación a obtener.
Fases líquidas poco o nada polares, permiten la separación de los ésteres de
ácidos grasos esencialmente en base a su peso molecular. Variando la
composición porcentual de la fase líquida, llevándola a valores bajos de entre
1-3%, se logra la separación de los ácidos grasos insaturados para un mismo
número de átomos de carbono. Este tipo de separación también se obtiene con
fases líquidas hidrocarbonadas de alto peso molecular que logran separar los
ésteres en base a su peso molecular y resolver ácidos grasos insaturados de
igual longitud de cadena. Lo que se observa es que los ácidos grasos
insaturados eluyen antes que los saturados de igual longitud. Esto se debe a
que la presencia del doble enlace aumenta la polaridad del ácido graso, lo cual
lo hace menos afín por la fase estacionaria. La menor afinidad se traduce en
una elución más temprana. Esto genera un patrón de picos en el cual se ve un
cluster en torno al ácido graso saturado, no habiendo superposición entre los
ésteres insaturados de ácidos grasos de diferente longitud de cadena. El
problema de estas fases estacionarias reside en que, como la separación es
por peso molecular, puede suceder que la resolución de ácidos grasos
insaturados no sea completa. Por el contrario, las fases líquidas polares son
especialmente útiles para la separación de estos lípidos ya que permiten una
buena resolución entre ácidos grasos de una misma longitud de cadena con
diferentes grados de insaturación. En este tipo de columnas los ácidos grasos
268
se separan en base al número de átomos de carbono y los ésteres de ácidos
insaturados eluyen más tarde que sus contrapartes saturadas (Christie, 1982).
La identificación de los ácidos grasos se realiza mediante la comparación de
sus tiempos de retención con el de ácidos grasos puros, estándares, en iguales
condiciones de cromatografía. En general se suele utilizar mezclas de
composición conocida, que se obtienen comercialmente, constituidas por metil
ésteres de ácidos grasos saturados, mono y polienoicos. Además, suele ser de
mucha utilidad en la identificación de ácidos grasos provenientes de muestras
naturales consultar en la literatura estudios donde se ha realizado la
caracterización de ese tipo de muestra. Los resultados de estos estudios
pueden utilizarse como guías en el análisis de los nuevos resultados. Sin
embargo puede suceder que ciertos ácidos grasos de la muestra se presenten
como dudosos y que no puedan ser determinados; en ese caso se debe
recurrir a la literatura en busca de información sobre datos de medidas de
tiempos de retención para los distintos ácidos grasos. En general estos se
encuentran en la literatura como: i) tiempos de retención relativos, ii) índice de
retención de Kováts, o iii) equivalente de longitud de cadena (ECL, del inglés
Equivalent Chain Length). El valor más comúnmente utilizado es el de ECL. El
ECL surge de la relación lineal entre el logaritmo de los tiempos de retención
de una serie de ácidos grasos, saturados no ramificados, y el número de
carbonos o longitud de cadena. Esta correlación se obtiene graficando los
tiempos de retención de los ácidos grasos saturados versus el valor entero de
la longitud de cadena expresado como número de átomos de carbono. Cabe
recordar que, los valores de ECL son válidos para realizar determinaciones
siempre que se utilice la misma fase estacionaria y en las mismas condiciones.
La identificación de ácidos grasos por comparación de los tiempos de retención
con auténticos estándares o valores de la literatura de ECL resultan
procedimientos sencillos y rápidos. La utilización de estándares tiene otra
aplicación fundamental en el análisis de lípidos por cromatografía gaseosa que
es la cuantificación de los lípidos analizados (Cruz-Hernandez, 2013). La
detección de los compuestos genera una señal en forma de pico o campana a
la que corresponde una determinada área que es calculada, integrando
269
electrónicamente, por el equipo. La cuantificación de los ácidos grasos se
obtiene de comparar el área bajo la curva de los distintos componentes de la
muestra con el área bajo la curva de un ácido graso estándar, no natural o raro
en la naturaleza, que se agrega a la muestra y se utiliza en concentración
conocida.
Las técnicas de cromatografía de adsorción, entre ellas de capa fina (TLC, del
inglés Thin Layer Chromatotography) son de gran utilidad en el estudio y
análisis de lípidos. En el siguiente apartado se describe el principio, el método y
sus aplicaciones. La cromatografía de adsorción se basa en la adhesión
diferencial de los componentes de la muestra sobre un soporte sólido, fase
estacionaria, lo que determina la separación de los mismos. Las moléculas
interactúan por fuerzas intermoleculares tales como puentes de hidrógeno,
fuerzas de Van de Waals e interacciones iónicas, con la superficie de la fase
estacionaria. En la cromatografía en capa fina los lípidos se separan según su
estructura química y polaridad. Las diferencias de polaridad de las distintas
clases de lípidos determinan la distribución diferencial entre las fases
estacionaria y móvil. En el caso de la cromatografía de adsorción donde la fase
estacionaria consiste en sílica observamos que, la presencia de grupos polares
en la molécula aumenta la adsorción al soporte sólido. Contrariamente, las
colas apolares de los ácidos grasos contribuyen poco o nada en dicha
interacción. A medida que progresa la corrida cromatográfica, los lípidos son
liberados y arrastrados progresivamente por el solvente (fase móvil) que
presenta diferencias de polaridad con el soporte. El solvente compite por las
interacciones que las moléculas de lípidos forman con la fase estacionaria y
cuando las vence el lípido pasa de la fase estacionaria a la fase móvil. El
material adsorbente puede empaquetarse en una columna de vidrio,
cromatografía en columna, o disponerse como una fina capa en una placa de
vidrio, cromatografía en capa fina (TLC) (Christie, 1982; Dijkstra, 2007). En la
270
cromatografía en capa fina, la sílica es el adsorbente más común y se
encuentra adherida formando una delgada capa (0,25-1 mm) sobre una placa
de vidrio. En la actualidad es común utilizar placas comerciales. Los pasos de
una cromatografía en capa fina se muestran en laFigura10.5A.
Figura 10.5. Cromatografía en capa fina (TLC). A. Esquema con los pasos de la TLC. B.
Análisis de la placa. EST: Estándar; M: muestra; D: distancia 1 y 2. R f: Retardation Factor,
HPLC: Cromatografía líquida de alta performance; GC: Cromatografía gaseosa.
271
activación de la placa y diferencias entre distintos proveedores resulta
inevitable la utilización de estándares para la identificación de los lípidos. Por
otra parte la utilización de estándares permite, además de la identificación, la
cuantificación de los lípidos en la muestra.
Como los lípidos son incoloros se debe recurrir a algún tipo de agente químico
que nos permita visualizarlos. Estos pueden reaccionar de manera selectiva
con un grupo funcional característico presente en algunos lípidos o de manera
general con todos los lípidos presentes en la muestra. Los distintos agentes a
utilizar pueden ser destructivos o no destructivos, lo que resulta importante al
momento de elegir un tipo de revelador ya que con los segundos se podrán
recuperar los lípidos de la placa para posteriores análisis. Algunos de los
agentes no específicos y no destructivos más comúnmente utilizados son la
2,7-diclorofluoresceína y la rodamina, ambas permiten visualizar los lípidos
bajo la luz ultravioleta. A estos dos compuestos se puede agregar la utilización
de vapores de iodo que al entrar en contacto con los lípidos generan un patrón
de manchas marrones sobre la placa que se visualiza a simple vista. Entre los
métodos de visualización destructivos se destaca el de charring o carbonizado.
En este los lípidos presentes en la placa son expuestos a una solución ácida y
llevados a altas temperaturas lo que determina su carbonización. El resultado
se ve como una mancha parda-oscura sobre la placa que representa el
depósito de carbono presente en el lípido. Adicionalmente, las manchas
pueden ser raspadas y cuantificadas por fotodensitometría.
Resulta muy útil de esta técnica el hecho de que una vez que los lípidos se han
separado y detectado por métodos no destructivos pueden ser recuperados del
adsorbente. Para esto se delimita la banda en la placa y se raspa la sílica
correspondiente a cada una de estas en tubos separados. Los lípidos son
extraídos con solventes y sometidos a posterior análisis por técnicas que
permitan su identificación y cuantificación, cromatografía gaseosa,
cromatografía líquida de alta performance o cualquiera de estas técnicas
cromatográficas acopladas a espectrometría de masa (Figura 10.5B).
272
Cromatografía líquida de alta performance
273
por ejemplo lípidos simples de lípidos complejos y/o esteroles. Las columnas
de fase reversa se utilizan para el análisis de ácidos grasos y la separación de
especies dentro de una clase de lípido particular, por ejemplo, especies de
fosfatidilcolina que difieren en la composición de ácidos grasos. El grado de
retención y selectividad de la fase estacionaría de tipo reversa aumenta
conforme lo hace la longitud de la cadena alquílica de los ácidos grasos y/o
lípidos que los contienen. En este tipo de fases estacionarias, los lípidos se
separan según el grado de insaturación y largo de la cadena de sus ácidos
grasos. El ODS (del inglés Octadecilsylane) o C18 resulta ser la fase reversa
más utilizada en el análisis de ácidos grasos y constituye una fase estacionaria
no polar. Cuando se utilizan columnas con esta fase estacionaria, la presencia
de cada doble enlace produce una reducción del tiempo de retención
equivalente a tener dos grupos metilenos menos. Esto es particularmente
evidente cuando se analizan series del tipo: 14:0, 16:1 y 18:2, los tres ácidos
grasos, pese a la diferencia de longitud de su cadena, eluyen próximos en
tiempo, de la columna. En la cromatografía líquida de alta performance la fase
móvil consiste en una mezcla con distintas proporciones de un solvente
orgánico, comúnmente metanol o acetonitrilo, en combinación con uno de
mayor polaridad que suele ser agua, o los tres juntos. Resulta interesante, y de
gran ventaja metodológica, el hecho de que la proporción de los solventes se
puede variar durante la corrida generando un gradiente de la fase móvil que
puede ir de menos a más polar o viceversa. En este sentido, la técnica de
HPLC presenta más opciones para lograr la adecuada separación de muestras
complejas en relación a otras cromatografías. Para la detección de compuestos
separados por HPLC es fuertemente sugerido que se realice la derivación de
los lípidos. La derivación consiste en la adición de una molécula que mejora
sensiblemente las propiedades del derivado para ser detectado. Este método
de aumento de la detección debe ser evaluado para cada caso y siempre
resulta un compromiso entre la resolución que se desea obtener y la necesidad
de aumentar la detección del lípido. Esto se debe a que la introducción de un
agente de derivación o cromóforo tiene efecto sobre las propiedades de
partición de los lípidos en el sistema cromatográfico. Para el caso de ácidos
274
grasos, una de las derivaciones comunes consiste en la formación de ésteres
metílicos, adicionalmente se utiliza el agregado de cromóforos mediante la
formación de ésteres de fenacilo con el 2-bromo 1-feniletanon (Borch, 1975)
(Figura 10.6B). En particular, la adición de estos grupos que poseen dobles
enlaces conjugados mejoran sensiblemente la detección de los compuestos
mediante el monitoreo de los eluyentes con luz ultravioleta a cortas longitudes
de onda. Como se desataca más adelante, los detectores UV son de los más
utilizados en la HPLC.
Figura 10.6. Cromatografía Líquida de Alta Performance (HPLC). A. Esquema del equipo
utilizado en el análisis por HPLC. B. Fórmula química de un compuesto comúnmente utilizado
en la derivación de lípidos para el análisis por HPLC.
275
la separación en base a la porción selectiva. En este sentido se debe tener en
cuenta al seleccionar el cromóforo que la polaridad del mismo tienda a mejorar
la selectividad y separación de los ácidos grasos en la columna. No obstante la
regla es que una mayor sensibilidad en general se consigue a expensas de la
resolución de la muestra.
La detección de lípidos resueltos por HPLC dependerá ampliamente de las
características estructurales de los mismos, específicamente, de la presencia
de grupos funcionales susceptibles de ser detectados por uno u otro método.
Por otra parte la fase móvil (solventes) utilizada en la HPLC también será
determinante, en lo que al uso de uno u otro detector se refiere, ya que no
todos los solventes son igualmente compatibles con los distintos detectores. En
el caso de la ausencia de grupos funcionales visibles para los detectores, la
detección dependerá de las propiedades del cromóforo elegido para la
derivación de los lípidos. Existen actualmente numerosos detectores que se
acoplan a la HPLC siendo los más utilizados los Detectores por
espectrofotometría de luz UV, Índice de refracción (RI del inglés Refractive
Index) y el de Dispersión de luz por el soluto una vez evaporado el solvente
(ELSD del inglés Evaporative Light Scatter Detector). También se puede utilizar
un detector fluorométrico, en este caso la derivación se realiza con un
fluoróforo, comúnmente el antraceno. A los detectores mencionados se suma el
espectrómetro de masas; este puede además de permitir monitorear la
cromatografía dar información útil sobre aspectos estructurales de los lípidos.
En la actualidad se prefieren aquellos detectores que muestran la mayor
sensibilidad y que se puedan usar en corridas con gradientes de la fase móvil.
Con los detectores UV la sensibilidad resulta baja y estrechamente
dependiente de la cantidad de dobles enlaces. Los detectores IR y ELSD son
considerados universales y pueden ser muy útiles. La principal desventaja con
el IR es que solo puede ser usado en corridas isocráticas y resulta muy
sensible a cambios de temperatura. El ELSD es un detector robusto, el
principal inconveniente es que no se observa una relación lineal entre la
concentración del soluto y los picos generados durante la detección, con lo cual
sólo puede utilizarse con fines cualitativos. Sin embargo, la separación y
276
análisis con este tipo de detectores se usa con fines preparativos. Para fines
analíticos es recomendable la derivación de ácidos grasos y lípidos para
mejorar la sensibilidad de los detectores y por ende la detección. Para esto es
importante utilizar agentes que presenten una alta absortividad molar. De este
modo la señal será proporcional a la cantidad molar del cromóforo o agente de
derivación. Esto significa que, para un sistema de cromatografía dado, la
sensibilidad será función de la concentración molar del reactivo y su derivado
lipídico, lo que implica que su formación debe ser cuantitativa y mantener una
cierta estequiometría. Un factor importante en la elección de este tipo de
agentes es que no deben modificar significativamente el comportamiento de los
lípidos durante el desarrollo de la cromatografía. Posterior a la modificación, el
compuesto derivado debe comportarse de manera similar a como lo hace el
compuesto parental.
En adición al análisis de ácidos grasos se han realizado numerosos estudios de
fosfolípidos extraídos de diversas fuentes naturales. Esta técnica se ha
utilizado con éxito para resolver satisfactoriamente la separación de muestras
conteniendo distintas clases de fosfolípidos tales como fosfatidilcolina,
fosfatidiletanolamina, fosfatidilserina, fosfatidilinositol y ácido fosfatídico. Cabe
mencionar que, si bien es menos común, también se ha utilizado con buenos
resultados en el análisis de especies de triacilglicéridos (Nikolova, 1995).
Un buen ejemplo de lo útil que puede resultar esta técnica en el análisis de
fosfolípidos se observa en el estudio publicado por Patton (Patton, 1982). En
dicho trabajo los autores obtienen una muy buena separación de las clases de
fosfolípidos presentes en un extracto de lípidos de hígado obtenido por el
método de Folch. Los lípidos disueltos en hexano: 2-propanol: agua se separan
por HPLC en el modo de fase directa mediante la utilización de una columna de
sílica gel (250 x 4,6 mm). La corrida se desarrolla en condiciones isocráticas
utilizando una mezcla de solventes hexano: isopropanol: buffer fosfato 25 mM:
etanol: ácido acético (367:490:62:100:0.6 v/v).
277
Figura 10.7. A. Cromatograma del análisis de clases de lípidos por HPLC de fase directa. NL:
lípidos neutros; PE: fosfatidiletanolamina; PA: ácido fosfatídico; PI: fosfatidilinositol; PS:
fosfatidilserina; CL: cardiolipina; PC: Fosfatidilcolina (Reproducido y adaptado de J. Lipid Res.
23:190-196, 1982. y con permiso de Sander J. Robins). B. Separación de especies de
fosfatidilcolina por HPLC de fase reversa la anotación asociada a cada pico indica la
composición en ácidos grasos (Reproducido y adaptado de J. Nutr. Biochem., 1:549-556, 1990.
y con permiso de Sander J. Robins).
278
Espectrometría de masa en el análisis de lípidos: lipidoma.
279
Figura 10.8. Análisis de lípidos por espectrometría de masa
Las muestras lipídicas entran a través de la fuente de iones desde donde son
conducidas al analizador de masa. Este consiste en un fuerte campo
electromagnético a lo largo del cual los iones migran a diferentes velocidades
según su relación de m/z, lo que determina que los iones sean registrados por
el detector a distintos tiempos. La Figura10.8 muestra de manera esquemática
el procedimiento. En la figura (panel inferior) se muestra el resultado del
análisis en el espectrómetro, un espectro de masa. A medida que los iones van
alcanzando el detector se va generando un gráfico de barras, histograma,
donde se muestra la abundancia de los iones, en la ordenada, versus la
relación de m/z en abscisas. La intensidad de cada pico indica la abundancia
relativa para esa determinada relación de masa/carga (m/z). El conjunto de
picos representa lo que se denomina espectro completo (full ms). El pasaje de
compuestos por el analizador genera un espectro de iones que han sido
detectados a distintos tiempos y en base al cual el equipo construye un
cromatograma que se correlaciona de manera directa con dicho espectro. De
esta manera se puede, a partir de un pico del cromatograma, mapear o
identificar en el espectro a qué ion/iones corresponde dicho pico y viceversa,
desde el espectro se puede seleccionar un pico correspondiente a un ion y ver
en el cromatograma en que momento dejó la columna. El pico de mayor
intensidad en el espectro se denomina pico de base y los espectros suelen
280
mostrarse con intensidades relativas respecto de este al cual se asigna una
intensidad del 100%. La identificación de los distintos lípidos en el
espectrómetro se realiza, de manera general, al igual que para los otros
compuestos orgánicos analizados por esta técnica. Las moléculas lipídicas se
cargan positiva o negativamente en la fuente de generación de iones y entran
al analizador donde se produce un filtrado de los mismos para, individualmente,
promover su fragmentación y analizar los resultados. La fragmentación que es
un proceso conocido como disociación inducida por colisión (CID del inglés
Collision Induced Disossiation) se produce por el impacto de los iones con un
gas inerte y resulta ser característica y reproducible en condiciones
determinadas para cada compuesto. El producto de la colisión, los iones, es
analizado por el equipo generando un segundo espectro que se conoce como
espectro de masa en tándem o simplemente MS/MS. En este se puede
observar un pico con la relación de m/z mayor, resultado de la detección del ion
original sin fragmentar, denominado ion parental, el cual suele estar
acompañado de una serie de picos que son el producto de la fragmentación del
ion parental o molecular. Mediante el análisis y reconocimiento del patrón de
fraccionamiento comparado con el obtenido y estudiado utilizando compuestos
puros (estándares) se obtiene la identificación de los compuestos de la
muestra. El proceso de fraccionamiento depende de la estructura química del
lípido y, en la medida que se mantengan las condiciones de operación del
equipo, es altamente reproducible. Esto permite que cada compuesto pueda
ser analizado en base a un ion parental/molecular de relación m/z (z en general
es igual 1) y una colección de fragmentos característicos que se observan en
un mismo espectro (tándem MS/MS). De esta manera se obtiene un patrón de
iones que caracteriza a una molécula dada y que puede ser enfrentada a una
base de datos formada por espectros generados en base a estándares y de
este modo realizar su identificación. Adicionalmente, conociendo la masa de los
iones generados y la del ion parental se puede proceder de manera manual a
la elucidación de la fórmula molecular del ion y la predicción de su estructura.
Es importante mencionar que, si bien el espectrómetro de masas puede
utilizarse en el análisis directo de los lípidos, lo más común es que se lo utilice
281
como detector asociado a distintos tipos de cromatografía. La cromatografía,
además de reducir la complejidad de la muestra y mejorar sensiblemente la
capacidad analítica del espectro, brinda importante información en términos de
tiempos de retención que contribuye a la identificación de los lípidos. En
relación al análisis por espectrometría de masa de lípidos se debe mencionar
que, dependiendo del proceso de ionización que se utilice, también se puede
obtener el fraccionamiento de la molécula lipídica durante la generación de
iones. En este caso el escaneado de cada tipo de lípido se obtiene como un ion
parental, correspondiente a la molécula original intacta y los fragmentos
asociados a este, el análisis del conjunto nos permite elucidar la estructura
química del lípido en cuestión y su identificación.
Figura 10.9. Análisis de ácidos grasos por espectrometría de masa. Espectro correspondiente
al tándem MS/MS del derivado de ácido palmítico (Reproducido y adaptado de Lipid Library,
Saturated and branched-chain fatty acids en lipidlibrary.aocs.org y con permiso de William W.
Christie).
282
En el caso de los nitroderivados, la presencia del átomo de nitrógeno hace que
los compuestos que se forman con el ácido graso presenten la tendencia a
formar iones positivos y por esto el análisis se realiza operando el
espectrómetro de masa en el modo positivo. En este ejemplo el análisis
muestra un ion parental o molecular positivo M+ (m/z= 347) que se distingue
fácilmente. Debido a que la carga del ion (z) es de 1 el valor de 347 nos indica
la masa del ion molecular. Adicionalmente se observan una serie iones
producto de la fragmentación del ion molecular que, como se mencionó, ocurre
de manera característica y es función de la estructura y energía interna del
ácido graso analizado y de las condiciones en que se opera el equipo. La
aparición sistemática de estos iones da cuenta de la estructura e identidad del
ácido graso. En el espectro que se muestra se puede ver que, además del ion
347, aparecen con distintas intensidades una colección de iones que van desde
el 332 hasta el 151 y que se generan por la pérdida y/o remoción de un grupo
metileno cada vez (CH2). Además se observan dos iones muy prominentes y
característicos, 108 y 92, producto de la fragmentación en distintos puntos del
éster. La detección del ion de relación m/z= 347 sumado a los iones que se
mencionan indican la presencia del éster del 3-picolinil del ácido palmítico.
Como se desprende del análisis de este caso resulta fundamental para una
rápida y adecuada interpretación de los resultados contar con una buena
caracterización, basada en el análisis de estándares de lípidos puros, del
comportamiento de los distintos ácidos grasos y/o derivados al pasar por el
espectrómetro. Cabe destacar que este tipo de análisis y caracterizaciones es
resultado del trabajo de varios grupos que investigan en el área de la
bioquímica e identificación de lípidos (Navas Iglesias, 2009). A la identificación
por espectrometría de masa se suma la información y simplificación que otorga
el análisis por cromatografía. El hecho de poder acoplar y trabajar en línea (on
line) con HPLC o CG y MS ha transformado ambas técnicas en uno y otro
sentido, aumentando la selectividad y sensibilidad de las mismas. Las
cromatografías aportan su selectividad y poder resolutivo para muestras
complejas entregando al analizador, de manera continua, clases y especies de
283
lípidos reduciendo el trabajo del espectrómetro lo que se traduce en una mejor
detección e identificación.
La técnica y equipamiento utilizado en el análisis por espectrometría suele
variar en función de la complejidad de las muestras y del tipo de lípido que se
quiera analizar. Generalmente se utiliza la ionización por electrospray o ESI,
del inglés Electrospray Ionization, que permite obtener los lípidos cargados
(iones) en nano-gotas del solvente listos para pasar a la fase gaseosa y entrar
al analizador del espectrómetro. Esta es considerada una técnica suave de
ionización que, dependiendo de la estructura química de los lípidos y de la
presencia de iones inorgánicos en la solución generarán iones positivos o
negativos. De esta manera los iones se conducen mediante un capilar al
analizador de tipo “atrapa iones” o ion trap. Este puede ser simple, una sola
cámara, conocido como cuadrupolo simple, o estar compuesto por tres
cámaras conocido como cuadrupolo triple. En este hay tres cuadrupolos o
regiones para el análisis de iones, QqQ (Q1, q2, Q3). La mayoría de los
analizadores de masa poseen un detector donde los iones impactan y generan
un impulso eléctrico que es magnificado y traducido en una señal que es
registrada. Como se mencionó anteriormente, resulta fundamental la
fragmentación y análisis de los iones generados para la identificación del
compuesto. Esto se realiza por el proceso de Disociación Inducida por Colisión,
(CID). Dependiendo del equipo que se utilice el proceso de disociación puede
realizarse durante la generación de iones, como suele ser en el caso en que se
utiliza electrospray (ESI), o en una cámara de disociación (q2) entre los
cuadrupolos (Q1 y Q3). En el primero de los casos esto se logra incrementando
y ajustando la corriente (voltaje) que se aplica. En el análisis de lípidos se
observó que aumentando el voltaje (energía) en el proceso del ESI se obtiene
una buena colección del ion original y sus fragmentos (Kuksis, 1995). Los iones
así generados son luego analizados por el analizador de una cámara, el ion
trap. En el caso del cuadrupolo triple los iones que ingresan al espectrómetro
son seleccionados en Q1 y dirigidos a q2 donde se bombardean con un gas
para producir la fragmentación. Finalmente los iones así generados son
analizados en Q3. Si bien ambas estrategias de análisis se usan en la
284
actualidad se ha observado que combinando la técnica de HPLC con ESI-CID-
Ion Trap se obtienen resultados similares a los generados utilizando MS-CID-
MS en un cuadrupolo triple. Debido a que el primero de los métodos resulta
menos costoso se ha transformado en la técnica de elección.
Alternativamente al análisis de fracciones puras constituidas por una clase de
lípido y sus especies ha surgido también en este campo de la bioquímica una
metodología de análisis global conocida como lipidoma. El lipidoma es una
especialidad dentro del campo del metaboloma dedicada al análisis exhaustivo
de compuestos hidrofóbicos de alto peso molecular, de baja polaridad y bajo
recambio. Uno de los principales desafíos ha sido trabajar con la gran
diversidad y heterogeneidad que los lípidos reportan, lo cual ha obligado a
desarrollar estrategias de análisis para cubrir el amplio espectro de las
muestras (Layre, 2013; Navas-Iglesias, 2009). El objetivo de esta área dentro
de la bioquímica de lípidos consiste en poder realizar un análisis que permita
conocer de manera exhaustiva el conjunto de lípidos que se encuentran en un
sistema dado en simultáneo. Metodológicamente esto implica combinar una o
más cromatografías, idealmente en línea, con un espectrómetro de masas de
modo tal de determinar la gran variedad de lípidos presentes. Adicionalmente
se requiere de un sistema automatizado de análisis de datos para realizar la
identificación de los compuestos detectados por el equipo. Para el desarrollo de
esta área ha sido necesaria la caracterización del comportamiento de los
distintos lípidos conocidos en condiciones controladas, y reproducibles, de
trabajo del espectrómetro. Producto de este trabajo se han obtenido bases de
datos que resultan en la actualidad fundamental para la etapa de identificación
de los compuestos y análisis de datos, tal es el caso de LIPIDMAP
(http://www.lipidmaps.org). El procedimiento implica la extracción de lípidos
totales de la matriz biológica y su separación por cromatografía líquida (HPLC)
en un sistema de trabajo en línea. Conforme los lípidos se van separando
pasan por la zona donde se generan los iones, la fuente de iones, y entran al
analizador. Los resultados así obtenidos se analizan aplicando estrategias
bioinformáticas que permiten la identificación y cuantificación de los lípidos en
la muestra, así como la comparación de resultados provenientes de analizar
285
muestras distintas. En la última década se han publicado de manera creciente
varios estudios donde se aplica esta metodología al análisis y caracterización
de muestra de gran relevancia. Inclusive se han desarrollado protocolos de
“high throughput” por Shotgun o análisis directo por inyección de la muestra en
el espectrómetro que permiten el análisis de varias muestras (cientos) en
tiempo de horas (Stahlmana, 2009). Uno de los trabajos pioneros en el análisis
global de lípidos por inyección directa en el espectrómetro fue el publicado a
mediados de la década del 90 por Han y Gross (Han,1994) sobre la
caracterización de fosfolípidos del eritrocito provenientes de la extracción de
lípidos con cloroformo. En este estudio se utilizó el ESI como fuente de iones y
los lípidos fueron analizados directamente, sin previa cromatografía, en los
modos negativo y positivo en un Ion Trap. Más de 50 fosfolípidos de la
membrana del eritrocito fueron identificados por infusión directa en un sistema
de tipo ESI-CID-MS a partir de extractos de sangre.
Resumiendo podemos decir que el análisis de lípidos por espectrometría de
masa comprende un conjunto de técnicas y/o posibilidades que va desde el
análisis de fracciones puras provenientes de sistemas off line de cromatografía,
pasando por el análisis de fracciones con clases de lípidos ricas en especies
que se resuelven y analizan mediante sistemas de cromatografía on line con el
espectrómetro, hasta los denominados sistemas de análisis de tipo Shotgun
donde muestras con distinta complejidad son analizadas directamente en el
espectrómetro.
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288
PARTE IV
289
CAPITULO 11
INTERACCIÓN PROTEÍNA-PROTEÍNA
Luciana Rodriguez Sawicki y Natalia Bottasso Arias
Introducción
290
- Localización intracelular – puede ayudar a inferir la función de la proteína.
Hasta los años 90, el análisis de la función de una proteína se focalizaba en su
estudio de modo individual. Sin embargo la gran mayoría de las proteínas
interactúan con otras al momento de cumplir su función, por ende, las mismas
deben ser estudiadas en el contexto de sus compañeros interactuantes para
comprender de modo integral el rol que desempeñan.
El estudio de las IPP requiere de la utilización de conocimientos y técnicas de
diversas áreas como biología, genética, bioquímica, biofísica y biología
molecular. Comprender completamente la naturaleza de estos procesos es uno
de los principales objetivos en la era de la proteómica. El conocimiento
completo de las redes de interacción proteica no solo es importante para
comprender los procesos celulares y sus implicancias desde un punto de vista
biológico; sino también por los fines aplicados que de él se desprenden, como
son el tratamiento de muchas enfermedades y desórdenes que tienen base en
defectos en IPP, diseño de drogas, tratamientos anti-virales y contra otros
patógenos, etc.
El descubrimiento de nuevos compañeros interactuantes para una proteína de
interés puede proveer evidencia significativa sobre su rol funcional. La
identificación de proteínas de unión con un rol celular definido normalmente
lleva a la investigación en nuevas direcciones. Se han desarrollado múltiples
técnicas para la identificación de IPP. Generalmente, se utiliza una proteína
“cebo” de interés para buscar en un pool de proteínas celulares posibles
interacciones, acoplado con algún modo de detección. Una técnica
comúnmente utilizada, que se detallará a lo largo de este capítulo, es el
sistema de doble híbrido de levadura. Esta técnica utiliza la activación
transcripcional de un gen reportero en la levadura como lectura de IPP.
En este capítulo se comentarán, en primer lugar, aspectos generales de la
interacción entre proteínas, como la existencia de dominios de interacción, los
distintos aspectos que caracterizan una interacción proteica, la diversidad de
estas interacciones, etc. Después se mencionarán y desarrollarán diversas
técnicas utilizadas para la detección, screening, de interacciones entre
proteínas. Asimismo, se comentarán brevemente las herramientas de
291
predicción in silico actualmente disponibles, las cuales poseen un alto valor
predictivo que luego debe contrastarse con la experimentación. A continuación,
se detallarán metodologías que sirven para la confirmación de las IPP tanto in
vitro como in vivo.
El presente capitulo no pretende ser más que una introducción (por cierto muy
limitada) a la identificación, confirmación y caracterización biológica de la
interacción entre proteínas. El lector interesado puede profundizar en cada uno
de los temas tratados en la vasta y creciente bibliografía existente. Vale decir
que la selección de los temas tratados es de alguna manera “forzada”, porque
sería realmente muy difícil abarcar y resumir todos los aspectos de las IPP en
un solo trabajo, esto implicaría mencionar solo cuestiones superficiales y muy
generales de cada tema, en detrimento de aspectos esenciales.
292
Las proteínas interaccionan entre sí mediante una combinación de
interacciones hidrofóbicas, fuerzas de van der Waals, y puentes salinos en
dominios de unión específicos de cada proteína. Estos dominios pueden ser
pequeñas o grandes superficies de unión y puede tratarse de unos poco
péptidos de longitud o expandirse a lo largo de cientos de aminoácidos, y la
fuerza de unión está influenciada por el tamaño del dominio de unión. Un
dominio de superficie común que facilita la estabilización de IPP son las
cremalleras de leucina, las cuales consisten en α-hélices en cada proteína que
se unen entre sí paralelamente a través de interacciones hidrofóbicas entre los
residuos de leucina regularmente espaciados en cada α-hélice proyectada en
las cadenas peptídicas adyacentes. Debido a su ajustado empaquetamiento
molecular, las cremalleras de leucina proveen uniones estables en el caso de
complejos multiprotéicos (por ej. el heterodímero Fos/Jun y su unión al DNA),
aunque todos los dominios de este tipo no se unen de modo idéntico debido a
los residuos no-leucina en la α-hélice reduciendo el empaquetamiento
molecular y en consecuencia, la fuerza de la interacción.
Los dominios homólogos Src (Proto-oncogene tyrosine-protein kinase Src),
SH2 (Src Homology 2) y SH3 (Src Homology 3), son ejemplos de dominios de
unión transitorios que unen secuencias de péptidos cortos y se encuentran
comúnmente en proteínas involucradas en la señalización. El dominio SH2
reconoce secuencias peptídicas que poseen residuos de tirosina fosforilados,
comúnmente indicativos de activación proteica. El dominio SH2 juega un rol
fundamental en la señalización de factores de crecimiento. La fosforilación de
residuos de tirosina en el receptor luego de la unión del ligando recluta
efectores downstream que reconocen estos residuos mediante sus dominios
SH2. Los dominios SH3 reconocen secuencias peptídicas ricas en prolina y son
comúnmente usados por quinasas, fosfolipasas y GTPasas para identificar
proteínas blanco. Aunque tanto SH2 como SH3 generalmente se unen a estos
motivos, la especificidad en las distintas interacciones proteicas está dada por
los aminoácidos vecinos a los respectivos motivos.
Más allá de las diferencias entre los distintos dominios y las especificidades de
ligando; todas las interacciones implican la habilidad de un dominio de
293
interacción plegado de reconocer un motivo particular en otro péptido. En este
punto cabe comentar dos características importantes de los dominios de
interacción: su relativa versatilidad, y el hecho que frecuentemente varios
dominios de interacción diferentes se encuentran unidos covalentemente en
una misma cadena polipeptídica, generando una proteína que puede mediar
múltiples IPP distintas.
294
difracción de rayos-X que aporta información específica sobre los átomos y
residuos que participan en la interacción. La segunda categoría agrupa a los
métodos que detectan la interacción de forma directa, por ejemplo,
experimentos de doble-híbrido y mediciones por SPR (del inglés Surface
Plasmon Resonance). La tercera categoría agrupa a los métodos de detección
de complejos mediante técnicas de inmunoprecipitación o de espectrometría de
masas. La cuarta categoría comprende bioensayos realizados a escala celular,
por ejemplo, la proliferación celular estimulada por la interacción ligando-
receptor. La segunda y tercera categorías, a diferencia de la primera, indican
cuales proteínas están formando parte del complejo en un instante de tiempo
pero no revelan el detalle químico de la interacción (Torre Russis, 2003).
Algunos métodos experimentales abarcan más de un nivel de resolución como
se observa en la Tabla 11.1.
Nivel de resolución
Método
Atómico Directo Complejos Celular
Rayos X y RMN X X
Ensayos de competencia X
ELISA X X
Ensayos de retardación en gel X X
Y2H X X
Cromatografía de afinidad (Pull Down) X X
SPR X X
Micro-arreglo de proteínas X X
Resonancia paramagnética electrónica X X X
Cromatografía de filtración por gel X X
Espectrometría de masas X X
Enlazamiento molecular (crosslinking) X X
Co-inmunoprecipitación X X
Co-sedimentación X X
Sedimentación en gradiente de sacarosa X X
Co-purificación X
Microscopía electrónica X
Inmunofluorescencia X
Inmunolocalización X
Inmunotinción X
FRET X X X X
Ensayo de bloqueo con Ac. monoclonales X X
Ensayos de adhesión X
Knock-out X
Co-expresión transitoria X
Tabla 11.1. Con una cruz (X) se indican los niveles de resolución de cada uno de los métodos
de análisis de IPP.
295
A lo largo del presente capítulo sólo detallaremos algunas de las técnicas
experimentales usadas al momento de realizar un ensayo de screening de IPP,
y algunas técnicas de confirmación in vivo. Nos pareció importante mostrar la
presente tabla dado que realiza una enumeración bastante completa de la
multiplicidad de técnicas disponibles para el estudio de IPP desde diversos
puntos de vista.
296
BIND (Biomolecular Interaction Network Database), http://bind.ca. Documenta
interacciones moleculares que incluyen proteína-proteína, proteína-RNA,
proteína-DNA, proteína-moléculas pequeñas, complejos moleculares, y vías
metabólicas. Los datos experimentales obtenidos por doble-híbrido,
espectrometría de masas, cristalografía, bibliotecas de fagos, y las anotaciones
complementarias se encuentran almacenadas en forma de objetos en el
formato ASN.1 (Abstract Syntax Notation.1; http://www.oss.com/asn1/
index.html), utilizado por el Centro Nacional para la Información Biotecnológica
(NCBI), y pueden ser interrogados a través de una interfase WWW (Bader,
2003).
InterDom (Database of interacting domains), http://InterDom.lit.org.sg. InterDom
combina datos sobre fusiones de dominios, interacciones entre proteínas,
complejos proteicos, e información de la literatura científica. Esta base de datos
es una compilación de interacciones tentativas entre dominios de proteínas,
obtenidas por métodos teóricos, que puede ser utilizada para la anotación y
validación “in silico” de las interacciones detectadas experimentalmente. La
estrategia fundamental es utilizar múltiples métodos teóricos y datos
experimentales independientes, para predecir interacciones entre dominios de
proteínas y asignar mayor puntuación a aquellas donde coincida la mayor
cantidad de evidencias (Ng, 2003).
KDBI (Kinetic Data of Bio-molecular Interactions database),
http://xin.cz3.nus.edu.sg/group/kdbi/kdbi.asp. Documenta datos experimentales
sobre la cinética de interacción entre proteínas, proteína-ARN, proteína- ADN,
proteína-ligando, ARN-ligando, ADN-ligando, y reacciones descritas en la
literatura. Posee enlaces a referencias en MEDLINE y a estructuras 3D
depositadas en las bases de datos PDB y NDB. Los parámetros cinéticos
anotados incluyen constantes de asociación, disociación, orden de la reacción,
constantes de inhibición, de afinidad, constante catalítica, todos ellos pueden
ser interrogados mediante una interfase WWW (Ji, 2003).
MINT (Molecular INTeraction database),
http://cbm.bio.uniroma2.it/mint/index.html. MINT contiene información sobre
complejos moleculares, interacción entre dominios, modificaciones enzimáticas
297
de las proteínas interactuantes, constantes de unión y otros datos cinéticos.
Toda la información contenida en MINT es curada de manera manual por
expertos (Zanzoni, 2002).
WISTdb (Worm Interaction Sequence Tag database). Contiene el mapa de las
interacciones proteicas del nematodo C. elegans obtenidas por doble-híbrido
(Stein, 1999).
FlyNets, http://gifts.univ-mrs.fr/GIFTS_home_page.html. Contiene las
interacciones proteína-ADN, proteína-ARN y proteína-proteína, descritas en la
mosca D. melanogaster (Sanchez, 1999).
MYGD (MIPS Yeast Genome Database), http://mips.gsf.de. MYGD contiene
información detallada sobre el genoma de S. cerevisiae, y las secuencias
aminoacídicas codificadas. Además, contiene información complementaria
sobre la función de los genes y proteínas, complejos proteicos, fenotipo de los
mutantes, interacciones proteína-proteína, y vías metabólicas (Mewes, 2002).
BioKnowledge Library, http://www.proteome.com. BioKnowledge es una base
de datos relacional que contiene información específica sobre las proteínas. La
información es recopilada de la literatura científica e incluye: función
bioquímica, función y localización celular, interacciones genéticas y con otras
proteínas, regulación, dominios y patrones de secuencia característicos. Todas
estas características; concernientes a los organismos modelos S. cerevisiae, C.
elegans, Schizosaccharomyces pombe; y otros organismos como Candida
albicans y Homo sapiens. BioKnowledge es curada manualmente por expertos,
y la información sobre cada proteína está organizada en formato HTML, con
una página WWW para cada molécula (Costanzo, 2001).
PIM, http://www.hybrigenics.fr. Contiene los resultados del análisis por doble-
híbrido del genoma de H. pylori (Rain, 2001).
INTERACT, http://www.cl.cam.ac.uk/~wb204/GD99/. Es una base de datos
orientada a objetos, que contiene información sobre las interacciones entre
proteínas descritas para los organismos S. cerevisiae, C. elegans, Human, y
Escherichia coli. Cada interacción es representada como un grafo, con las
proteínas individuales en los vértices y la interacción entre pares de ellas
formando los bordes. La información contenida en esta base de datos puede
298
ser interrogada a través de una interfase WWW, que incluye lenguaje para
modelado en realidad virtual (VRML; del inglés “Virtual Reality Modelling
Language”) (Eilbeck, 1999).
299
estructura de complejos proteicos, es un tema que merece una descripción
detallada y se aleja del objetivo del presente capítulo.
Varios investigadores han utilizado la información contenida en los genomas (la
fusión de dominios, la conservación del orden génico, la distribución
filogenética), para predecir interacciones entre proteínas. Si dos cadenas
polipeptídicas son subunidades de una misma proteína o complejo, sus genes
están frecuentemente adyacentes en el genoma, y se expresan y regulan de
manera conjunta al nivel de ADN.
El método desarrollado por Pellegrini et al. (Pellegrini, 1999), denominado
perfiles filogenéticos (del inglés “phylogenetic profiles”), se basa en la
coevolución de proteínas que interactúan, dicho de otra manera presencia-
ausencia de genes ortólogos en genomas diferentes. Si el patrón de proteínas
ortólogas (presencia-ausencia) se conserva en organismos de la misma
especie, se debe probablemente a que una de las proteínas no puede ejercer
su función sin la otra. Huynen et al. (Huynen, 2000) aplicaron este método al
genoma de Mycoplasma genitalium, prediciendo 34% de los pares como
interactuantes y un 29% adicional pertenecientes a la misma vía metabólica o
proceso funcional. Marcotte et al (Marcotte, 1999) y Enright et al. (Enright,
1999) desarrollaron métodos basados en la fusión de dominios (del inglés
“fused domain approach”). Los métodos utilizan la hipótesis de que cuando dos
proteínas A y B contienen dominios homólogos a dominios diferentes de una
tercera proteína en otro organismo, pero A y B no son homólogas entre sí,
entonces A y B interaccionan. El método desarrollado por Marcotte y
colaboradores (Marcotte, 1999), conocido como “Rosetta stone method”, utiliza
la información anotada en las bases de datos Pfam (Bateman, 2002) y ProDom
(Corpet, 2000) para determinar homología entre dominios de proteínas
individuales.
La limitación de los métodos descritos radica en que sólo son aplicables a
genomas secuenciados completamente, para tener la certeza de la ausencia
de genes específicos; por otro lado son aplicables solamente en bacterias,
donde el orden de los genes es una característica relevante; y por último
dependen de la calidad del alineamiento múltiple de las proteínas en estudio.
300
Gallet y colaboradores (Gallet, 2000) desarrollaron un método simple de
predicción que identifica secuencias de aminoácidos, denominadas dominios
de unión al receptor, basado en el análisis de sus propiedades hidrofóbicas.
Las secuencias de aminoácidos más propensas a interactuar, se obtuvieron de
un análisis estadístico de las frecuencias de aparición de los aminoácidos en
sitios de interacción conocidos. El método identificó el 95% de los residuos
involucrados en la interacción ADN-proteína y el 83% en los dominios de unión
a calcio.
Bock y Gough (Bock, 2001) utilizan la información contenida en 70 hetero-
complejos extraídos de la base de datos PDB, para entrenar un algoritmo de
clasificación denominado “Support Vector Machine (SVM)” capaz de reconocer
y predecir interacciones, basado solamente en la identidad de secuencia de
aminoácidos. Wojcik y Schächter (Wojcik, 2001) combinan métodos de
búsqueda de similitud de secuencia aminoacídica y agrupamiento de
secuencias (del inglés “clustering”) con la información contenida en las bases
de datos acerca de dominios en proteínas que interactúan, para predecir
mapas de interacción proteína-proteína.
Pazos y Valencia (Pazos, 2001; Pazos, 2002) combinan información de
secuencias aminoacídicas e información de genomas para calcular las
distancias evolutivas entre proteínas que pertenecen a familias relacionadas y
para calcular la correlación de mutaciones entre posiciones de un alineamiento
múltiple de secuencias. Esta idea se basa en observaciones previas que
indican una correspondencia entre los árboles filogenéticos de proteínas
asociadas.
Lu et al. (Lu, 2002) desarrollaron un método denominado
MULTIPROSPECTOR que extiende la metodología de compatibilidad
secuencia-estructura (del inglés “threading”) a la predicción de estructura
cuaternaria, y que consta de dos fases. Una primera fase ejecuta el método de
“threading” PROSPECTOR, para generar un conjunto de estructuras 3D
potenciales de la proteína en estudio. En una segunda fase, re-evalúan la
compatibilidad de las estructuras 3D generadas con las estructuras molde que
forman parte de complejos cristalográficos determinadas experimentalmente.
301
Una lista de métodos de predicción con sitios WWW, se muestra a
continuación:
- http://www.biochem.ucl.ac.uk/bsm/PP/server/
- maine.ebi.ac.uk:8000/services/allfuse/
- http://www.sanger.ac.uk/Software/Pfam/
- gpcr.biocomp.unibo.it/predictors
- www.russell.embl.de/interprets
- http://cbm.bio.uniroma2.it/iSPOT
El objetivo de esta sección del capítulo fue pensado para nombrar y explicar
brevemente algunas de las múltiples herramientas actualmente existentes,
bases datos y métodos de predicción de IPP, que complementan las
metodologías experimentales desarrolladas. La sumatoria de la información
proveniente de múltiples fuentes tiene como finalidad colaborar para completar
las redes de interacción de proteínas en los diversos sistemas de estudio.
Esta técnica fue primero descripta en 1989 por Fields y Song (Fields, 2009).
Durante estos años se ha enriquecido y dado lugar a diversas variantes. Se
trata de una técnica ampliamente utilizada ya que permite de una forma
relativamente simple, descubrir y comprobar interacciones entre proteínas en
un entorno más cercano a las condiciones fisiológicas, a diferencia de ensayos
in vitro. El fundamento de la técnica implica dos dominios funcionales de un
factor de transcripción que pueden ser separados físicamente, los cuales en
proximidad uno con el otro gracias a proteínas interactuantes, cada una
fusionada a uno de los dominios del factor de transcripción, reconstituyen la
capacidad de éste de regular la expresión génica (activando genes reporteros
302
que varían de acuerdo al sistema y la cepa de levadura utilizados)
(Westermarck, 2013).
Aplicaciones:
- Identificación de nuevas proteínas interactuantes
- Confirmación de proteínas candidatas
- Reconocimiento de dominios de interacción dentro de una proteína
Este sistema aprovecha la flexibilidad de los factores de transcripción de
levaduras: Gal4 y LexA. El factor de transcripción Gal4 se encuentra dividido en
dos proteínas: DNA-BD (dominio de unión de ADN) y DNA-AD (dominio de
activación de ADN). Estos dos dominios son incapaces de interactuar entre sí o
de activar la expresión génica por sí solos. Los mismos se fusionan por
separado a dos plásmidos diferentes (Gietz, 1997):
1) Plásmido para proteína cebo (bait) que contiene gen para la expresión de
triptófano (permitirá una posterior selección de levaduras en un medio carente
de este aminoácido). En éste se insertará en marco la construcción
DNA-BD:proteína bait.
2) Plásmido para proteína presa (prey) que contiene gen para la expresión de
leucina (permitirá una posterior selección de levaduras en un medio carente de
este aminoácido). En éste se insertará en marco la construcción
DNA-AD:proteína prey. Las proteínas prey en un ensayo de tamizaje
(screening) se incorporarán como una biblioteca de cDNA, la cual se preparará
a partir de ARNm del organismo, línea celular o tejido de interés a probar.
Cuando se trata de un ensayo de confirmación, la proteína prey será el cDNA
de aquella identificada por experimentos previos como candidata.
En la Figura 11.1 se muestra brevemente la metodología de screening Y2H. Al
comienzo se tienen dos cepas haploides de levadura Saccharomyces
cerevisiae, cada una contiene uno de los plásmidos mencionados
anteriormente. Se cultivan en medios carentes de triptófano o leucina,
respectivamente. Luego se mezclan colonias de los dos tipos de cepas y se
cultivan en medio sin triptófano ni leucina. Producto del apareamiento entre
ambas cepas se generarán zigotos diploides capaces de crecer en el medio
que carezca de ambos aminoácidos. En las células diploides se expresará
303
tanto DNA-BD: proteína bait como DNA-AD: proteína prey. Si las proteínas bait
y prey interaccionan, la construcción DNA-BD:bait unida a la secuencia de
activación upstream (UAS) del promotor de GAL1 se fusionará con la
construcción DNA-AD:prey y se estimulará la transcripción de genes reporteros
downstream del promotor (por ej.: HIS3, lacZ, etc.). Esto permitirá distinguir las
colonias que presenten interacción de proteínas bait:prey a través de medios
selectivos, por ejemplo carentes de histidina o con actividad beta galactosidasa
volviéndose azules en presencia de 5-bromo-4-cloro-3-indolil-b-D-
galactopiranósido (X-Gal) (Matchmaker™ Gold Yeast Two-Hybrid System User
Manual Clontech, 2010).
Figura 11.1. Diagrama del Sistema de Doble Híbrido en levadura. P: promotor, AD: dominio de
activación, BD: dominio de unión, UAS: secuencia de activación rio arriba, lacZ/HIS3: genes
reporteros, Plásmido LEU2: para biblioteca prey con expresión de leucina, Plásmido TRP1:
para proteína bait con expresión de triptófano.
304
1) Control positivo: dos construcciones (DNA-BD:proteína X y DNA-AD:proteína
Y) cuyas proteínas es sabido por literatura que interactúan. Deben dar colonias
positivas en medios selectivos y activación de genes reporteros.
2) Control negativo: dos construcciones (DNA-BD:proteína X y DNA-
AD:proteína Z) que es sabido por literatura que no interactúan. Deben dar
negativo para la activación de genes reporteros.
Una vez identificada una proteína candidata, se puede repetir el ensayo
realizando la fusión de su cDNA a DNA-AD. También es posible identificar cuál
es el dominio de interacción con la proteína bait mediante mutaciones
puntuales y deleciones en el cDNA de la proteína prey identificada.
Tipos de falsos positivos posibles (Gietz, 1997):
1) Productos de fusión DNA-AD:prey que activen la transcripción de genes
reporteros sin interactuar con DNA-BD:bait.
2) Activación de genes reporteros en presencia de cualquier fusión DNA-BD
que no es con la proteína bait de interés.
3) Activación de genes reporteros en presencia de un vector con DNA-BD
vacío.
Debido a que puede existir la presencia de falsos positivos los resultados
obtenidos mediante este screening deben ser complementados y confirmados
por otras técnicas como: ensayos de pull-down, Mammalian Two Hybrid, Yeast
three Hybrid (para complejos ternarios), Coinmunoprecipitación, FRET-FLIM,
SPR, etc.
Limitaciones de la técnica y soluciones posibles (Westermarck, 2013):
1) Las levaduras no expresan per se tirosina kinasas (Tyr-K), por lo que en
principio no se podría aplicar a proteínas que requieran fosforilaciones. Esto se
puede solucionar generando la expresión ectópica de Tyr-K en levaduras.
2) Las proteínas utilizadas como bait no pueden exhibir actividad de
transactivación en el sistema de genes reporteros.
3) La interacción tiene lugar en el núcleo con lo que, por ej., proteínas
integrales de membrana no pueden ser estudiadas. Existen para solucionar
este inconveniente técnicas como el Split-ubiquitin system que modifica el
sistema de doble híbrido en levadura. Brevemente la molécula de ubiquitina se
305
divide en dos mitades y estas se fusionan a las proteínas bait:factor de
transcripción y prey. Si interactúan, la molécula de ubiquitina se reconstituye,
una deubiquitinasa en la levadura corta el fragmento de ubiquitina:factor de
transcripción de la proteína bait y ese fragmento puede activar en el núcleo la
transcripción de genes reporteros.
306
La marca de la proteína bait puede ser generada por marcación in vitro de
proteína purificada (por ej. sulfo-NHS-Biotina) o por expresión de proteínas
recombinantes fusionadas a una etiqueta (por ej. oligoHis/poliHis o glutatión S-
transferasa, GST).
Aquellas interacciones estables entre proteínas son más simples de aislar por
métodos físicos como estos ensayos dado que el complejo proteico no se
desensambla con el tiempo (poseen una baja constante de disociación). A ese
tipo de complejos se los puede someter a lavados con buffers (soluciones
amortiguadoras) de elevada fuerza iónica con el fin de eliminar falsos positivos
por interacciones inespecíficas. Dependiendo de la constante de disociación
que presente el complejo, se pueden ajustar las condiciones del ensayo (como
el pH, concentración de sales, etc.).
En cambio las proteínas de interacciones transitorias o lábiles son más difíciles
de identificar utilizando métodos físicos. Esto se debe a que el complejo puede
disociarse durante el ensayo. Como en general se dan en proteínas de
transporte y enzimas, suelen requerir la incorporación de cofactores y sustratos
energéticos. Este tipo de interacciones pueden ser fortalecidas con la
incorporación de crosslinkers (ver más adelante) que unen covalentemente el
complejo previo al ensayo de pull down.
Para identificar una nueva interacción, la proteína prey desconocida debe estar
presente en cantidades suficientes para permitir la visualización de la
interacción por el método de detección elegido. Lisados celulares
35
radiomarcados con S constituyen una fuente frecuentemente utilizada de
proteína para estos ensayos.
Por otro lado se puede eluir selectivamente las proteínas prey, manteniendo la
proteína bait inmovilizada. Se puede lograr mediante un gradiente creciente de
concentración de sales o disminuyendo el pH. Mediante esta técnica se evita la
desnaturalización proteica y puede brindar información sobre la fuerza iónica
relativa.
Las muestras eluidas pueden analizarse mediante SDS-PAGE y Western Blot o
autorradiografía. Para luego aislar la banda de interés del gel de poliacrilamida
307
y realizar sobre esa muestra una identificación por espectrometría de masa
(MS).
Controles de los ensayos pull-down (Thermo Scientific Pierce Protein
Interaction Technical Handbook Version 2. 2010):
Control negativo: soporte de afinidad sin tratar con proteína bait. Sirve para
identificar falsos positivos debido a uniones inespecíficas entre el soporte y las
proteínas de la muestra.
Control sin muestra: soporte de afinidad tratado con proteína bait, sin
incorporar la muestra (proteínas prey). Elimina falsos positivos por unión
inespecífica a la marca de la proteína bait. Funciona también como control
positivo para verificar que el soporte captura adecuadamente la proteína bait
marcada.
308
Se encuentran conformados por alrededor de 100 aminoácidos y su unión a las
proteínas blanco depende de la fosforilación de residuos específicos de tirosina
en secuencias aminoacídicas consenso.
309
En el caso de proteínas biotiniladas, cuya marca es también lograda por
biología molecular, se unen por afinidad a una matriz que contiene
estreptavidina. Luego se coloca una solución que contiene potencialmente
proteínas interactuantes con la proteína biotinilada. Las proteínas prey son
eluidas mediante una solución de bajo pH.
310
Figura 11.2. Esquema del sistema de pull down utilizando una proteína bait marcada con GST
o polihistidina.
En los sistemas biológicos, cuando dos o más proteínas tienen afinidad entre sí
se produce un acercamiento y unión entre las mismas. En general estas
uniones son transitorias y ocurren brevemente para promover un evento de
señalización o reacción metabólica dada. Con la finalidad de poder estudiar
estos complejos proteicos se busca capturarlos o congelarlos para estudiar
cuales son las proteínas involucradas y cómo interactúan. Estas uniones
creadas artificialmente en el laboratorio son de tipo covalente y garantizan la
estabilidad del complejo para permitir su aislamiento y caracterización.
La reacción que llevan a cabo los crosslinkers es sobre grupos nucleofílicos ya
sea en los extremos o en la cadena lateral. Con sólo pocas excepciones, son
las cadenas laterales de los aminoácidos polares ionizables (arginina, tirosina,
lisina, cisteína, histidina, ácido aspártico y glutámico) las que son susceptibles
al ataque
de los crosslinkers. No todos los residuos de este tipo son igualmente
reactivos, sino que depende de la localización del mismo en la proteína
(accesibilidad, polaridad, interacciones con otros residuos o con el solvente,
etc.). Como consecuencia, el crosslinking debe ser considerado como un
procedimiento empírico, debido a las diferencias en reactividad de los grupos
involucrados (Golemis, 2002).
311
Los más comúnmente utilizados son bifuncionales ya que contienen dos grupos
reactivos que reaccionan con dos cadenas laterales para generar un complejo
unido covalentemente. La parte que funciona como puente entre dichos grupos
reactivos se le llama espaciador. El mismo delimita la distancia entre los grupos
reactivos y confiere otras propiedades (por ej. un disulfuro escindible). Además
el espaciador contribuye a la geometría y a la solubilidad del crosslinker. Este
brazo espaciador puede ir entre cero (por ej. carbodiimidas: EDC) y varios
átomos de longitud (por ejemplo: DSS, ABH, etc.). Los compuestos
homobifuncionales (Figura 11.3) contienen grupos funcionales idénticos a
ambos lados del espaciador mientras que en los heterobifuncionales son
diferentes. Estos últimos tienen ciertas ventajas como permitir el ataque a
distintos grupos nucleofílicos proteicos y permitir dividir la etapa de crosslinking
en dos pasos separados, en diferentes condiciones. Un ejemplo de ellos son
los crosslinkers fotoactivables que combinan reactividad química con grupos
que se activan frente a la exposición lumínica de longitud de onda adecuada
(por ej. NHS-Diazirina). Estos últimos limitan los artefactos generados por
uniones inespecíficas pero disminuyen el rendimiento, además pueden
reaccionar con el solvente, “quencheando” el intermediario fotoreactivo. A su
vez existen crosslinkers con marca isotópica que incorporan deuterio en
posiciones determinadas lo cual permite marcar las proteínas además de
unirlas covalentemente. De esta manera se simplifica la identificación por MS.
Los crosslinkers son utilizados generalmente para dos fines en la deducción de
las interacciones proteicas (Phizicky, 1995):
1) Para identificar la estructura de un complejo aislado.
2) Para detectar proteínas interactuantes en extractos celulares, células o
purificados parciales.
En cuanto a la determinación de la arquitectura del complejo aislado, se utilizan
crosslinkers del tipo RSSR’ que contienen un enlace disulfuro escindible por
agentes reductores. Se lo deja actuar formando un aducto P-RSSR’-P’ (siendo
P y P’ las proteínas del complejo), con posterior fraccionamiento por
electroforesis en SDS-PAGE sin agentes reductores. Luego se corre una
segunda dimensión del gel previo tratamiento con agentes reductores que
312
corten el enlace S-S. Aquellas especies no unidas por el crosslinker no
modifican su peso molecular (PM) respecto a la primer dimensión, mientras que
las que fueron unidas por el crosslinker darán bandas de menor PM
correspondientes a las de las especies P y P’ puras. Cuando en la detección se
utilizan anticuerpos específicos para las especies involucradas se podría evitar
la segunda dimensión del gel.
Coinmunoprecipitación.
314
se utiliza un crosslinker como DSS para unir químicamente el anticuerpo a la
proteína A o G de la resina. En el mismo sentido si se tiene un anticuerpo
biotinilado puede ser unido a una resina de agarosa con estreptavidina
inmovilizada. De esta forma el anticuerpo se une fuertemente a la matriz y no
es arrastrado en las condiciones de elución del antígeno (Thermo Scientific
Pierce Protein Interaction Technical Handbook Version 2. 2010).
En la coinmunoprecipitación tradicional el complejo inmune se forma en
solución antes de precipitarlo con proteína A o G inmovilizada. En cambio
cuando se utiliza anticuerpo inmovilizado la formación del complejo inmune y
su precipitación ocurre en un único paso.
Al momento de analizar los datos obtenidos es importante definir si esta
interacción ocurre in vivo y qué importancia tiene a nivel celular. Con el fin de
verificar la interacción es importante determinar los siguientes ítems (Phizicky,
1995):
1) Confirmar que la proteína co-precipitada se obtiene por el anticuerpo contra
la proteína bait/antígeno: el suero policlonal no debe poseer clones que unan
directamente otras proteínas del extracto celular. Se puede lograr “purificando”
el suero al pasarlo por una columna que contenga la proteína bait inmovilizada.
2) Determinar que el anticuerpo contra la proteína bait/antígeno no reconozca
directamente a la/s proteína/s prey: se puede lograr descartar tal efecto
repitiendo el ensayo con un anticuerpo específico para la proteína prey, en
cuyo caso se debe obtener el mismo complejo bait:prey. Esta técnica puede ser
utilizada como una herramienta de confirmación.
3) ¿La interacción es mediada por una tercera proteína? Será necesario aplicar
MS para descubrirlo.
4) Determinar si la interacción ocurre en la célula o es un artefacto de la lisis
celular: serán necesarios estudios de co-localización y mutagénesis puntual
que perturbe el sitio de unión.
Esta técnica presenta las siguientes ventajas:
1) Detecta interacciones en una mezcla proteica compleja como es un lisado
celular crudo.
315
2) El antígeno/bait y las proteínas interactuantes se encuentran en la misma
concentración relativa que en la célula.
3) Los complejos se encuentran en su estado natural para la co-precipitación.
4) Las proteínas se encuentran en su estado postraduccional correspondiente.
A la vez presenta sus desventajas:
1) Las proteínas co-precipitadas no necesariamente interactúan directamente,
pueden ser parte de complejos mayores.
2) No es tan sensible como otros métodos, por ej. la cromatografía de afinidad
a proteína (pull down, ver más arriba), debido a que la concentración de
antígeno es menor. Esto se puede evitar agregando exceso de antígeno al
lisado celular. Otra forma es, como se mencionó previamente, agregando un
crosslinker en un paso previo a la precipitación.
316
El tipo de membrana (por ej. nitrocelulosa o PVDF) utilizado para transferir las
proteínas es crítico, debido a que algunas se unen selectiva o preferentemente
a un tipo de membrana en particular. La tasa de transferencia proteica es
inversamente proporcional a su peso molecular. Para el análisis es esencial
que al menos el dominio de interacción de las proteínas en la membrana no
esté desnaturalizado. Para lo cual si se desnaturalizó en la transferencia debe
ser capaz de plegarse nuevamente para dejar el sitio de interacción intacto.
Generalmente un porcentaje significativo de la población de proteínas se
recompone luego de la remoción del SDS.
Las interacciones proteicas detectadas dependen de varios factores: la
naturaleza de las proteínas, el pH, la concentración de sales y la presencia de
ciertos cofactores en la incubación con la proteína bait. Algunas interacciones
pueden incluso requerir la presencia de otras proteínas. Las condiciones
necesarias deben ser mantenidas a lo largo de todo el proceso para preservar
la interacción hasta el momento de la detección.
El método de detección puede ser:
1) Directo cuando la proteína bait tiene marca radiactiva
2) Indirecto con un anticuerpo específico para la proteína bait
3) Indirecto con un anticuerpo contra la marca (GST, poliHis, etc.) de la
proteína bait
4) Indirecto cuando una proteína bait está marcada con biotina, mediante el
agregado de una enzima (HRP, horseradish peroxidase, o PAL: fosfatasa
alcalina) unida a estreptavidina.
Es aconsejable correr dos geles idénticos, una vez finalizada la electroforesis,
uno de los geles se transfiere y se procede con el Far Western Blot como se
indicó previamente y al otro se le realiza Tinción de plata o Coomassie coloidal
para poder observar todas las proteínas presentes y corroborar que aquellas
detectadas en la membrana también se encuentren presentes en el gel sin
transferir.
Es importante incluir controles que permitan distinguir interacciones proteicas
verdaderas de artefactos inespecíficos. Con este fin se puede incorporar en la
incubación una proteína no relevante a los fines del estudio en vez de la
317
proteína bait. Otro control negativo sería realizar el procedimiento completo,
obviando la incorporación de la proteína bait. Estos controles deben ser
llevados a cabo en paralelo al tratamiento de la muestra.
Existen alternativas al procedimiento clásico (Figura 11.4):
1) Far western blot con crosslinker (Sato, 2011): Cuando se sospecha que las
interacciones proteicas son transitorias, se puede incorporar un paso en el que
se agrega un crosslinker (por ej. EDC) el cual cimente las proteínas bait y prey
para que en los posteriores lavados no se pierdan y queden sin ser detectadas.
2) Far western blot en gel: se procede como en la técnica clásica salvo que no
se transfiere a ninguna membrana sino que la interacción se lleva a cabo
incubando el gel con proteína bait. Para esto es necesario remover el SDS
luego de la electroforesis mediante isopropanol 50% lo cual va a permitir el
plegamiento correcto de las proteínas. La desventaja es que son necesarias
318
mayores cantidades de proteínas bait y prey para que la interacción pueda ser
detectada.
319
energy transfer). El fenómeno de FRET implica la transferencia de energía
desde un fluoróforo dador a un fluoróforo aceptor adyacente que posee una
superposición espectral significativa y orientación apropiadas (Figura 11.5)
(Lakowicz, 1999). El fenómeno de FRET es un quencher de la fluorescencia
muy eficiente (Fricker, 2006). El término Quenching de la fluorescencia hace
referencia a cualquier proceso que produzca una disminución en la intensidad
de la fluorescencia emitida por una determinada sustancia. Una gran variedad
de procesos pueden provocar la desactivación de la fluorescencia, entre ellos,
la transferencia de energía; en el caso de FRET, desde el dador (que se
quenchea) al aceptor. El fenómeno de FRET puede detectarse espectralmente
como una disminución (Quenching) en la emisión del dador con un incremento
proporcional en la emisión del aceptor sensibilizado.
Figura 11.5. La superposición espectral entre el espectro de emisión del dador (espectro
verde) y el espectro de excitación del aceptor (espectro amarillo), sumado a la correcta
orientación de los fluoróforos en el espacio permiten la transferencia de energía, Esta
transferencia de energía es evidenciada como una disminución de la intensidad de
fluorescencia del espectro del dador, y un aumento de la intensidad de fluorescencia del
espectro del aceptor.
320
En capítulos anteriores se mencionó la siguiente ecuación de la teoría de
Förster:
Ec. 11.1
321
presentes en la muestra que son fluorescentes, pero no han sido marcadas
intencionalmente para ser observadas), sangrado de los espectros (los canales
de detección de la emisión a veces no son lo suficientemente estrechos para
detectar sólo la emisión del aceptor excitado, se corre el riesgo de tener algo
de señal proveniente de la cola del espectro de emisión del dador),
fotoblanqueo (destrucción fotoquímica del fluoróforo, puede suceder por la
exposición prolongada a longitudes de onda de excitación), y diferente
sensibilidad de los fluoróforos al ambiente.
Figura 11.6. La proteína 1 se encuentra marcada con la proteína fluorescente verde GFP
mientras que la proteína 2 se encuentra marcada con la proteína fluorescente roja mCherry.
GFP-mCherry son capaces de formar un par FRET. El diagrama de Jablonski en la situación
sin interacción (ver cap. Fluorescencia) muestra el tiempo de vida τ D del dador GFP. Cuando
las proteínas 1 y 2 interaccionan, GFP y mCherry están los suficientemente cerca y
correctamente orientadas para que la transferencia de energía entre el dador GFP y el aceptor
mCherry se produzca. El diagrama de Jablonski en la situación con interacción muestra la
disminución del τD del donor cuando se produce la transferencia de energía, ahora llamado
τFRET.
322
Para llevar a cabo una medida FLIM-FRET, las dos proteínas de las que se
pretende estudiar su interacción deben estar marcadas cada una con un
fluoróforo adecuado. El modo más conveniente de obtener este par de
proteínas marcadas in vivo es expresar cada una de ellas fusionada a su
respectiva proteínas fluorescentes (ver Capítulo 2 Fluorescencia). Las dos
proteínas fluorescentes usadas como marca deben poseer las propiedades
espectrales apropiadas que les permitan funcionar como par FRET. Un par
FRET muy comúnmente utilizado consiste en usar EGFP (Enhanced-Green
Fluorescent Protein) como dador y mCherry (monomeric Cherry red fluorescent
variant) como aceptor (Figura 11.7). Otra combinación que puede ser usada
como par FRET es CFP (Cyan Fluorescent Protein, como dador) y YFP (Yellow
Fluorescent Protein, como aceptor). Idealmente, el experimento de FLIM-FRET
debería ser llevado a cabo en líneas celulares que expresen de modo estable
ambas proteínas de fusión. Sin embargo, dado el hecho que FLIM-FRET es
generalmente insensible a la concentración relativa de los fluoróforos, es
posible llevar a cabo el protocolo en células que expresen de modo transitorio
una o ambas proteínas de fusión (Lleres, 2007).
En la Figura 11.7 se muestra un ejemplo de una medida de FLIM-FRET que
permite evidenciar la asociación del par FRET GFP-mCherry. GFP es el
fluoróforo dador y mCherry el fluoróforo aceptor. En la Figura 11.7A, células
HeLa fueron cotransfectadas con las proteínas GFP y mCherry, ambas
expresadas de modo independiente. En el primer recuadro, se observa la
medida del τD (tiempo de vida media del dador, GFP). El siguiente recuadro
muestra el τFRET. En el caso que el fenómeno FRET se estuviera dando, τ FRET
debería ser menor que el τD. Dado que τFRET es igual al τD, en esta situación,
GFP y mCherry coexpresadas de modo independiente en células HeLa no
interactúan, se encuentran entre sí a distancias mayores que las necesarias
para que ocurra el fenómeno FRET. El tercer recuadro muestra el porcentaje
de eficiencia FRET. En el caso A, la eficiencia FRET es nula.
En la Figura 11.7B, se repite el ensayo, esta vez transfectando las células
HeLa con una construcción de GFP unida a mCherry por 17 aminoácidos. En el
primer recuadro se muestra la medida del τD, 2.11ns en este caso (como
323
previamente mencionamos, el τ de un fluoróforo se ve influenciado por su
entorno, la presencia de mCherry modifica el τ D de GFP). En el segundo
recuadro, se muestra la medida del τFRET. En este caso, el τFRET es de 1.95ns,
menor que el τD, indicando que el fenómeno FRET está ocurriendo.
En la Figura 11.7C, las células se transfectaron con una construcción de GFP
unida a mCherry por sólo 7 aminoácidos. En el primer recuadro el τ D es 2.05ns
mientras que el τFRET que muestra el segundo recuadro es 1.58ns. La mayor
cercanía entre GFP y mCherry aumenta la eficiencia FRET (tercer recuadro)
así como disminuye el τFRET.
El rango de interacciones moleculares comprobados mediante FRET está
creciendo e incluye la dimerización de factores de transcripción o receptores,
formación de dominios lipídicos, interacciones entre subunidades en un único
complejo proteico funcional o “metaboloma”, asociación de proteínas
regulatorias o de señalización.
324
fluorescente se une a una macromolécula, su movilidad se verá restringida por
la presencia de su compañero de interacción de mayor tamaño (Fricker, 2006).
En biología celular, la movilidad que hemos mencionado está caracterizada por
el coeficiente de difusión D expresado normalmente en unidades de µm 2s-1. La
medida de D revelará eventualmente interacciones entre el ligando fluorescente
y macromoléculas de mayor tamaño, siempre y cuando D cambie
significativamente.
2.34 ns 2.34 ns 0%
2.11 ns 1.95 ns 20 %
2.05 ns 1.58 ns 60 %
Figura 11.7. Medida in vivo de FLIM-FRET. Células HeLa vivas que coexpresan EGFP libre y
mCherry libre (A). (B) Células expresando EGFP unida directamente a mCherry por un linker de
17 aminoácidos. (C) Expresión de EGFP unida a mCherry por 7 aminoácidos en células HeLa.
Se calcularon los tiempos de vida y eficiencia FRET del dador (EGFP) en cada una de las 3
situaciones (Lleres, 2007).
Figura 11.8. El movimiento de una proteína marcada fluorescentemente dentro y fuera del
volumen de iluminación provoca fluctuaciones en la intensidad de fluorescencia detectada.
Cuando una proteína se asocia a otra, las fluctuaciones debidas al pasaje dentro y fuera del
volumen de detección cambian. La función de autocorrelación permite estudiar estas
fluctuaciones de intensidad de fluorescencia. El decaimiento de la función de autocorrelación
se relaciona con la disminución de la movilidad difusional de las especies que atraviesan el
volumen de detección.
Función de autocorrelación.
Ec. 11.2
Ec. 11.3
327
embargo, en casos donde D cambia sólo ligeramente o no cambia, como en el
caso en el que un ligando no fluorescente se une a una partícula fluorescente
de tamaño mucho mayor, esta estrategia no puede ser utilizada.
328
En FCCS, la cantidad de complejo formada entre dos biomoléculas marcadas
fluorescentemente puede obtenerse midiendo la amplitud de la correlación
cruzada.
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332
CAPÍTULO 12
CALORIMETRÍA DE TITULACIÓN ISOTÉRMICA
F. Luis González Flecha
Introducción
333
calorímetro, donde se añade un ligando paso a paso a una solución de
macromoléculas a temperatura constante y bajo agitación continua, se conoce
como calorimetría de titulación isotérmica o ITC por su sigla en inglés
(Isothermal Tritation Calorimetry).
Ec.12.1
Ec.12.2
334
Ec. 12.3
Cada uno de los procesos descriptos por las ecuaciones 12.1 y 12.2 puede ser
alternativamente caracterizado empleando las funciones de estado derivadas
del primer y segundo principio de la termodinámica, esto es indicando el
cambio producido cuando se pasa del estado inicial (macromolécula y ligando
libres en solución) al estado final (macromolécula en solución con i moléculas
de ligando unido) en la energía interna (U), entalpía (H), entropía (S) y energía
libre (G). A presión y temperatura constantes la descripción termodinámica
completa se alcanza indicando las variaciones de entalpía (H=U+pV), entropía
(S) y energía libre de Gibbs (G=H-TS).
De acuerdo al primer principio de la termodinámica la variación de entalpía se
define como la cantidad de energía total intercambiada (tanto en forma de calor
como de trabajo) entre el sistema y el medio ambiente durante el proceso
considerado, más el cambio producido durante el mismo proceso en el
producto de la presión por el volumen del sistema. En procesos que ocurren a
presión y temperatura constantes y en ausencia de intercambios de trabajo
distintos al de expansión (W = -pΔV) la variación de entalpía estará dada por:
Ec. 12.4
Ec. 12.5
335
A su vez, el potencial químico de un soluto en solución depende, también a
presión y temperatura constantes, de la concentración de cada componente en
el sistema.
Ec. 12.6
G ML
o
n
Mo n Lo RT ln[ MLn ] ln[ M ] n ln[ L] G o RT ln
[ MLn ]
[ M ] [ L]n Ec. 12.7
[MLn ]eq
G G final Ginicial 0 G o RT ln G o RT ln K n
[ M ]eq [ L]eq
n
Ec. 12.8
S o
1
T
G o H
Ec. 12.9
336
Otra propiedad importante en la caracterización de reacciones de asociación es
el grado de avance. Para la reacción de asociación reversible del ligando L a la
macromolécula M que posee n sitios para dicho ligando, el grado de avance se
suele caracterizar a través del número promedio de moles (o de moléculas) de
L unidos a un mol (o molécula) de M (Tanford, 1961),
La expresión (12.10) puede tomar valores que van desde cero, cuando no hay
L unido a M, hasta n cuando la saturación es total y todos los sitios están
ocupados en todas las moléculas y la única forma de M que existe es ML n.
Nótese que el numerador de la ecuación (12.10) es el número total de moles de
L unidos a M por unidad de volumen, mientras que el denominador es el
número total de moles de M por unidad de volumen, o sea la concentración
total de M.
Usando la ecuación (12.1), la ecuación (12.10) se puede escribir como:
n n n
i Κ i [ L]i i K [ L] i
i
i 1
n
i 1
n
i 1
n
1 Κ i [ L] i
1 K i [ L]i
i 1 i 1 i 1 Ec. 12.12
337
A partir de ella es posible obtener relaciones más específicas que
corresponderán a los distintos tipos de unión que se pueden presentar cuando
una macromolécula posee dos sitios o más para un ligando (Tanford, 1961;
Wyman, 1990; Cantor, 1980).
a. Sitios idénticos e independientes. En este caso todos los sitios estarán
caracterizados por una única constante de asociación microscópica o intrínseca
(ko) que dará una idea de la afinidad del ligando por un sitio. Además la
afinidad del ligando por un sitio es independiente de si los otros sitios están
ocupados o no. En este caso la ecuación 12.12 toma la forma:
n k0 [ L ]
1 k0 [ L ] Ec. 12.13
n ni k0i [ L]
i 1 1 k0i [ L]
Ec. 12.14
n k0 [ L]nH
1 k0 [ L]nH Ec. 12.15
338
donde el exponente nH es el denominado coeficiente de Hill que tomará valores
mayores que 1 para la cooperatividad positiva y entre 0 y 1 para cooperatividad
negativa.
Todos estos modelos están formulados en términos de [L], la concentración de
ligando libre. Dado que las variables experimentales sujetas a control son la
concentraciones totales de ligando y macromolécula ([L]T y [M]T), debemos
considerar además las ecuación de conservación correspondiente:
[ L]T [ L] [ M ]T
Ec. 12.16
Instrumentación
340
Figura 12.1. Curva de titulación calorimétrica. El panel superior muestra la señal de una
titulación calorimétrica típica. La panel inferior muestra la representación gráfica del calor
intercambiado en cada inyección por mol de ligando inyectado en función de la relación molar
ligando / macromolécula en la celda. La línea continua representa el ajuste de las ecuaciones
12.18 12.13 y 12.16 a los datos del experimento.
Diseño experimental
341
inyecte ligando sobre el buffer. Este experimento control debe realizarse
siempre y se debe optimizar la preparación de la muestra para que el calor
intercambiado en este experimento sea sustancialmente menor que el
correspondiente a la titulación de la macromolécula con el ligando. Por ejemplo
si la macromolécula requiere aditivos especiales que aseguren su solubilidad o
estabilidad, estos componentes deben también estar presentes y en la misma
concentración en la solución del ligando. De hecho la solución de la
macromolécula y la de ligando deben prepararse con exactamente el mismo
buffer, empleando para ello procedimientos de diálisis o columnas de exclusión.
Las muestras deberán además filtrarse si se sospecha la formación de
agregados y las concentraciones deberán ser medidas en las soluciones finales
que se colocarán en el calorímetro. También es muy importante controlar el pH
de las soluciones y si existe una diferencia de más de 0,05 unidades entre
ambas deberá realizarse el ajuste correspondiente para quedar dentro de este
límite. Por otra parte deberán evitarse componentes en las soluciones que, por
sus respuestas térmicas frente a los procesos que ocurran durante el
experimento calorimétrico, puedan llegar a distorsionar las curvas
calorimétricas. Por ejemplo, si la muestra requiere la presencia de reductores
se evitará el uso de ditiotreitol que sufre una lenta oxidación aun en bajas
concentraciones (0,5 mM) produciendo una distorsión en la línea de base, y se
lo reemplazará por ejemplo por -mercaptoetanol.
La concentración de la macromolécula en la celda es también un factor
importante al momento de diseñar un experimento de ITC. Para entenderlo
necesitamos analizar previamente de qué factores depende la cantidad de
calor intercambiado durante cada inyección de ligando. Si suponemos que no
existen otros procesos que generen o absorban calor tendremos que para una
inyección,
Q Qi H L V M T
Ec. 12.19
344
Figura 12.3. Simulación de un experimento de ITC para la titulación de una macromolécula con
4 -1 7 -1
tres ligandos que se une a un único sitio con constantes de asociación 10 M (A), 10 M (B) y
9 -1
10 M (C).. Los valores de [M]T y ΔH se mantuvieron constantes en 10 µM y -3 kJ/mol,
respectivamente.
345
observarse que a medida que disminuye la afinidad (panel A) se pierde la
forma de la curva de manera equivalente a lo que ocurría a bajas
concentraciones. Por el contrario los ligandos que presentan mayor afinidad
(panel C) dan curvas sin información experimental en la zona de transición
similares a las que teníamos para altas concentraciones de macromolécula.
Resulta entonces claro que la concentración de macromolécula es la variable
que nos permitirá llevar la curva de titulación a la forma óptima para realizar los
experimentos calorimétricos. En este sentido resulta útil definir una cantidad “c”
como:
c n k M T
Ec. 12.20
El valor de c sirve como una guía para el diseño del experimento. Como se
puede observar en la figura las curvas de titulación calorimétrica mejor
definidas corresponden a valores de c comprendidos entre 10 y 100.
Sin embargo una buena selección del valor de c no asegura que las
concentraciones que dan la mejor curva también vayan a generar suficiente
calor como para que se pueda medir con precisión por el calorímetro, y no sean
tan altas como para salir del rango detección. También puede ocurrir que la
macromolécula no sea soluble a las concentraciones necesarias para realizar
el experimento óptimo. En estos casos se deberá encontrar empíricamente la
solución de compromiso que permita realizar el mejor experimento posible.
Marcas termodinámicas
346
los equilibrios y también las contribuciones energéticas que determinan la
fuerza impulsora de la interacción.
Las constantes termodinámicas dan cuenta de la energía libre de Gibbs de
interacción caracterizando lo que se conoce como afinidad del ligando por la
macromolécula en cuestión. Sin embargo su valor por sí solo no da cuenta de
la naturaleza de las interacciones, de hecho dos ligandos que interaccionan de
manera completamente distinta con la macromolécula pueden presentar la
misma afinidad. Los experimentos de ITC permiten la disección de la afinidad
en sus contribuciones entálpicas y entrópicas. La entalpía y la entropía de
unión reflejan diferentes interacciones interatómicas que subyacen a la
reacción de unión, y por lo tanto proporcionan información adicional a la
contenida en el cambio global en Energía de Gibbs de la unión. Este conjunto
de información, (ΔG, ΔH y TΔS) constituye lo que se denomina marca
termodinámica básica que caracteriza al proceso de interacción (Freire, 2011;
Ladbury, 2004).
La calorimetría de titulación es la única técnica experimental que permite
determinar en forma directa el cambio de entalpía asociado a la interacción.
Para poder determinar el ΔH mediante una técnica espectroscópica, es
necesario calcular la constante de equilibrio a distintas temperaturas y aplicar
entonces el formalismo de Van´t Hoff (Tanford, 1961; Weber, 1990) para la
dependencia de los cambios en la energía libre de Gibbs con la temperatura.
Sin embargo este procedimiento frecuentemente no permite estimar el ΔH con
una exactitud razonable dado que la dependencia con la temperatura de
muchas reacciones de interés bioquímico es pequeña y los intervalos de
temperatura que se pueden explorar también son pequeños.
Las interacciones no-covalentes entre moléculas biológicas incluyen enlaces de
hidrógeno, de van der Waals, interacciones polares y electrostáticas etc. La
formación de enlaces se asocia con una disminución en la entalpía, lo que
resulta favorable para la unión. Por otra parte las moléculas que están libres en
solución pueden establecer enlaces con las moléculas de agua, y es posible
que estos enlaces se tengan que romper para permitir la interacción ligando
macromolécula, con lo cual aumentará la entalpía lo que es desfavorable para
347
la unión. En consecuencia el cambio entálpico será favorable para el proceso
de unión si hay una formación neta de enlaces de hidrógeno u otras fuerzas
atractivas.
De manera contraria un aumento en la entropía contribuirá favorablemente a la
reacción de unión. La entropía en un sistema de moléculas interaccionando
está constituida por diferentes componentes (Freire, 2011). Por un lado, la
reducción en el número de conformaciones del ligando (si es que tiene más de
una) y de la macromolécula como consecuencia de la unión producirá una
disminución en la denominada entropía conformacional y contribuirá
desfavorablemente al ΔG° de interacción. Por otra parte los cambios en la
interacción del ligando y la macromolécula con el agua que se produzcan
durante el proceso de unión determinará lo que se denomina entropía de
solvatación. Las moléculas de agua que interactúan con el ligando o la
macromolécula poseen una movilidad restringida respecto del agua solvente,
de modo que si durante la unión del ligando a la macromolécula se liberan
moléculas de agua de solvatación se producirá un aumento de entropía que
favorecerá la unión. Los ligandos no-polares restringen en gran medida la
movilidad de las moléculas de agua de solvatación generando regiones de
agua altamente estructurada.
La Figura 12.4 muestra la marca termodinámica correspondiente a la unión de
tres ligandos que tienen afinidades similares, pero modos de interacción
completamente diferentes.
El caso A es típico de una reacción en la que la formación neta de enlaces
entre el ligando y la macromolécula se refleja en una gran disminución en la
entalpía, que supera a una disminución de entropía (el cambio en la entropía
conformacional supera al de solvatación). Se dice que en este caso la unión
está impulsada entálpicamente. El caso B corresponde a una reacción en la
que la principal contribución a la energía libre de unión proviene del aumento
de la entropía de solvatación asociada a la liberación de moléculas de agua
estructurada (efecto hidrofóbico). El término entalpía es desfavorable y se
debería a la supresión de las interacciones entre las moléculas de agua. En
este caso se habla de reacción impulsada entrópicamente. Finalmente el caso
348
C corresponde a una reacción donde tanto el componente entálpico como el
entrópico favorecen la unión y contribuyen al ΔG° aproximadamente en la
misma magnitud.
349
espectroscópicos a los efectos de evaluar procesos de interacción
intermoleculares.
La capacidad calorífica de un sistema se define como la cantidad de calor que
necesita absorber un sistema para aumentar su temperatura en 1 ºC. Si la
determinación se realiza a presión constante, la cantidad de calor
intercambiada será igual a la variación de entalpía (ΔH) de este proceso, y si
los estados inicial y final del sistema tienen una respuesta térmica distinta ante
el intercambio de calor, podremos definir un cambio en la capacidad calorífica a
presión constante (ΔCp) de manera tal que:
Conclusión
351
determinan diferentes modos de unión, lo que hace posible distinguir y
caracterizar ligandos que se unen con afinidades similares. Si la
macromolécula en estudio posee más de un sitio para el ligando, la titulación
calorimétrica permite determinar si la unión del primer ligando facilita la unión
de ligandos posteriores. A través de experimentos de ITC realizados bajo
diferentes condiciones es posible disponer de una descripción general de cómo
un ligando interacciona con el sitio de unión. Todo esto hace de la calorimetría
de titulación isotérmica una técnica de gran alcance, y que en la actualidad
tiene un papel central en los campos de la biología estructural, la bioquímica y
en el desarrollo de nuevos medicamentos.
Agradecimientos
Este trabajo fue financiado con subsidios de la Agencia Nacional de Promoción Científica y
Tecnológica (PICT 2010-1876) y de la Universidad de Buenos Aires (UBACyT
20020100100048)
Bibliografía
Cantor CR, Schimmel PR. Biophysical Chemistry, Freeman, New York, 1980.
Gutfreund H. Kinetics for Life Sciences. Receptors, transmitters and catalysts. Cambridge
University Press, Cambridge, 1995.
352
Wyman J, Gill SJ Binding and Linkage. Functional Chemistry of Biological Macromolecules.
University Science Books, Mill Valey, CA, 1990.
353
CAPÍTULO 13
MICROSCOPÍA ÓPTICA
Lisandro Jorge Falomir Lockhart y Federico Fuentes
Introducción
354
con al desarrollo de detectores especializados, se incorporó también la
digitalización de las imágenes, potenciando así las posibilidades de análisis.
Hoy en día, comprender y prever el modo de análisis de las imágenes
obtenidas es, al menos, igual de importante que el diseño del ensayo en sí a
través del cual se registrarán las mismas. Por tal motivo, se urge a los
interesados a explorar los distintos programas disponibles según su interés o
necesidad.
No se desarrollarán en este texto las descripciones correspondientes a las
técnicas de Microscopía Electrónica o por Sondas, quedando también
pendientes sus comparaciones e integración con las técnicas de Microscopía
Óptica pendientes para futuras ediciones.
355
Figura 13.1. Estructura básica del Microscopio Compuesto. Este diagrama esquematiza las
partes y las funciones de cada uno de los componentes de un microscopio compuesto. En
particular se eligió un microscopio invertido de Epifluorescencia ya que es uno de los formatos
más difundidos. El trayecto que recorre la luz desde la fuente de luz hasta el ocular se describe
en líneas verdes.
- Fuente de Luz: Existen distintas fuentes de luz apropiadas para cada una de
las distintas técnicas. Originalmente, un espejo se usaba para reflejar la luz
solar o de una vela. Los equipos actuales están dotados, por ejemplo, de una
lámpara halógena de filamento de intensidad variable para las técnicas de
microscopía convencional. Sin embargo, a fin de ser empleados para
microscopía de fluorescencia de campo amplio, es necesario que el
microscopio cuente también con una lámpara de arco de Mercurio, que posee
un espectro más amplio de emisión, en comparación a la de halógeno, y con
intensidades mayores, en especial hacia el espectro UV. En ambos casos, una
imagen de la fuente de luz debe ser proyectada sobre la muestra. Pero, debido
a que la fuente de luz tiene una forma definida, la misma debe ser desenfocada
completamente de forma tal de lograr una iluminación uniforme. Esto se conoce
como “Iluminación de Köhler”, en oposición a la “Iluminación Crítica” donde se
356
busca obtener una imagen nítida de la fuente de luz sobre la muestra
(Figura 13.2). La iluminación de Köhler tiene la ventaja de lograr una densidad
de luz completamente uniforme sobre toda la muestra, reduciendo la aparición
de artefactos y sombras sobre la imagen y aumentando el contraste de la
misma. La iluminación de Köhler además es indispensable para técnicas como
Contraste de Fase o Contraste por Interferencia Diferencial (DIC) (ver más
adelante).
- Filtros: En el caso de aplicar las técnicas de Contraste de Fase o de DIC,
previo al condensador, se ubica por lo general una rueda que permite
intercambiar distintos elementos ópticos necesarios para cada técnica. En el
caso de los microscopios de fluorescencia por transmisión también se pueden
ubicar a esta altura los filtros de excitación.
-Condensador: Este componente es el encargado de enfocar la luz proveniente
de la fuente de luz sobre la muestra. Está formado por dos lentes y un iris
mecánico (o diafragma). Este último se emplea para regular la intensidad de luz
que llega a la muestra y para ajustar la profundidad del campo de la muestra
modificando la apertura numérica (NA) efectiva y el contraste de la imagen.
- Espécimen: La muestra se prepara generalmente entre dos vidrios, el
portaobjetos y el cubreobjetos para poder posicionarla entre el condensador y
el objetivo. El grosor del cubreobjetos debe ajustarse a las características del
conjunto de objetivos disponibles para lograr enfocar bien las muestras y
obtener imágenes de la máxima nitidez posible.
- Objetivo: El objetivo está formado por un conjunto de lentes. Su función es la
de colectar la luz (reflejada, refractada o emitida por la muestra) y es una de la
piezas fundamentales del equipo en la formación de la imagen, ya que sus
características definen la capacidad que tiene el microscopio para distinguir
detalles (poder de resolución). Actualmente los objetivos están diseñados para
proyectar una imagen en el infinito, en lugar de proyectar una imagen real
dentro del tubo del microscopio. La luz que proviene de la muestra se proyecta
en rayos paralelos hasta ser colectada por las lentes del Ocular en el otro
extremo del tubo del microscopio, generando una imagen real y magnificada.
De esta manera es posible el agregado de componentes ópticos, como los
357
filtros o espejos dicroicos, en el espacio intermedio sin que se ocasionen
aberraciones ópticas o modificaciones focales.
Figura 13.2. Iluminación Crítica versus Iluminación de Köhler. La iluminación crítica consiste en
proyectar una imagen de la fuente de luz (filamento incandescente) sobre el plano focal del
espécimen a analizar. Eso determina una iluminación no uniforme de la muestra por la forma
irregular del filamento de la lámpara halógena. La iluminación de Köhler, en cambio, procura
proyectar la imagen de la fuente de luz sobre el plano focal posterior del condensador de forma
tal de que se encuentre complemente desenfocada sobre el plano focal de la muestra. De este
modo se logra una iluminación uniforme que realza el contraste y disminuye los artefactos
debidos a una iluminación despareja del espécimen.
359
distintos tipos de cámaras de última generación. Aun así, es importante
comprender cuál es el principio fundamental de las cámaras digitales.
Brevemente, las cámaras tienen un sensor que es un arreglo de detectores
puntuales capaces de registrar y cuantificar la luz que les llega, análogamente
a la retina ocular. La imagen se genera a partir de los valores de intensidad
registrados por cada detector puntual que se corresponde con cada pixel
(unidad básica de una imagen) al que se le asigna un valor en escala de grises.
Los sensores suelen ser monocromáticos, es decir, no distinguen fotones de
distinta longitud de onda. Sin embargo, si no se cuenta con una cámara con
propiedades espectrales, es posible separar la luz emitida o transmitida en dos
o más canales empleando filtros dicroicos y de emisión, y así obtener imágenes
alternativamente para cada rango de longitudes de onda. Esto genera una
imagen “multicanal”, donde cada canal corresponde a una configuración
particular de filtros en el microscopio.
Integrando los componentes ópticos, el microscopio compuesto se completa
con una serie de elementos mecánicos que sostienen y permiten posicionar
con precisión los distintos elementos ópticos y el espécimen para forman la
imagen aumentada de la muestra, así como evitar que luz espuria degrade la
calidad de la imagen. Los componentes mecánicos cambian ligeramente en las
configuraciones “vertical” e “invertido” en sus funciones y disposición. Los más
sobresalientes son los siguientes:
- Base o Carcasa del Microscopio: Funciona como soporte estable donde se
apoyan o sostienen los otros componentes mecánicos y ópticos del
microscopio. Además la base es responsable de proteger los elementos ópticos
evitando a su vez que se muevan fuera de la calibración del equipo.
Finalmente, la base es un importante elemento de protección del usuario ya
que evita que la luz potente de la fuente sea reflejada accidentalmente hacia
los ojos del observador, lo que podría causar severos daños y hasta ceguera.
Muchos laboratorios construyen sus propios microscopios sobre una mesa
óptica anti-vibratoria, y en estos casos la base está generalmente ausente, lo
que requiere el uso casi obligatorio de gafas protectoras.
360
- Brazo o Torre: En el microscopio vertical sirve como soporte para el tubo
óptico, los filtros de emisión, el revólver de objetivos y la platina. Mientras que
en el microscopio invertido sostiene la caja de luz con la lámpara halógena, el
condensador y los filtros de excitación o para Contraste de Fase y DIC. Los
componentes restantes se ubican en la base. En ambos casos, el brazo
permite sujetar y trasladar el microscopio.
- Platina: Funciona como soporte para ubicar el espécimen entre el objetivo y el
condensador en forma perpendicular a la dirección del haz de luz incidente. La
platina puede tener distintos adaptadores para sujetar distintos tipos de
dispositivos de cultivo y preparados (placas multiwell, portaobjetos, placas de
Petri, o cámaras de cultivo especializadas). Además, las platinas poseen dos
tornillos o mandos de posicionamiento que permiten desplazar la muestra en el
plano XY para su inspección. En el caso de la platinas motorizadas, se puede
además variar en forma controlada la altura (posición en Z) de la muestra con
precisión submicrométrica, de forma tal de obtener imágenes tridimensionales,
o mejor dicho, una serie de imágenes bidimensionales con sus distancias
focales separadas una distancia conocida.
- Caja de luz: Se conoce con este nombre a la estructura donde se encierra las
lámparas que sirven como fuentes de luz. La misma contiene un espejo
cóncavo que maximiza la intensidad de luz proyectada en dirección a los
demás elementos ópticos. En el caso de la Iluminación de Köhler, el espejo se
ubica de forma tal que las imágenes de la fuente de luz, directa y reflejada, que
se forman en el camino óptimo estén enfocadas (y desenfocadas) a las mismas
distancias.
- Tubo óptico: Originalmente consistía de en un cilindro metálico el cual estaba
conectado en un extremo al ocular y en el otro al revolver de objetivos.
Actualmente el diseño no es necesariamente cilíndrico, e incluyen otros
elementos ópticos, como los filtros de análisis (de contraste de fase, DIC,
emisión, etc.) o polarizadores.
- Revólver: Permite intercambiar los objetivos manteniendo su orientación
perpendicular al espécimen. Los objetivos modernos vienen calibrados de
forma tal que, al girar el revólver, se mantiene la distancia de foco sobre la
361
muestra. De todos modos, es recomendable alejar los objetivos de la muestra
antes de cambiarlos, sobretodo en el caso de intercambiar objetivos secos por
objetivos de inmersión.
- Rueda de Filtros: Sirve para intercambiar los filtros de análisis (Contraste de
Fase y DIC) o de emisión, en el caso de microscopia de fluorescencia. De
acuerdo al diseño, se ubican previo al condensador, o luego del revólver de
objetivos. En algunos microscopios de fluorescencia se emplean ruedas de
cubos de filtros, en los que se rotan como un único elemento un filtro de
excitación, un dicroico y un filtro de emisión, optimizados para una única sonda
fluorescente o un conjunto de sondas con propiedades muy similares.
- Tornillos Macrométrico y Micrométrico: Permiten ajustar el foco de la imagen
variando la posición de los objetivos respecto del espécimen hasta alcanzar un
enfoque óptimo. Existen distintos diseños según el fabricante. Pueden estar
integrados en un único tornillo variable o ser independientes. El tornillo
macrométrico controla movimientos rápidos y groseros de los objetivos
(decenas de µm por vuelta), en cambio el tornillo micrométrico controla
movimientos mucho más sutiles (fracciones de µm). Para evitar que los
objetivos choquen con los especímenes y se dañen sus lentes, los
microscopios actuales incorporan mecanismos de seguridad que impiden que
éstos continúen acercándose indefinidamente y así se evitan roturas y daños a
la muestra y a las lentes de los objetivos. Además, es recomendable respetar
las técnicas básicas de microscopía para enfocar una muestra, en las cuales
uno halla el foco siempre alejándose de la muestra empleando el tornillo
macrométrico, y luego se realiza un ajuste fino empleando el tornillo
micrométrico.
Ec. 13.1
Ec. 13.2
363
limitado tecnológicamente por la capacidad de compensar por los distintos tipos
de aberraciones ópticas generadas por las lentes de aumento, pero también
por la incapacidad física de enfocar un haz de luz en un volumen menor al
indicado por la ley de difracción de Abbe (ver más adelante).
Figura 13.3. Diagramas de Rayos y Magnificación de una Imagen. Magnificación de una Lupa
(A) y del microscopio Compuesto clásico (B). En cada ejemplo se observa la traza de rayos
(azul) a partir de un objeto (rojo) a través de los distintos arreglos de lentes y hasta el ojo del
observador. En el caso del Microscopio Compuesto, la imagen final está magnificada, invertida
y es virtual (celeste). Notar además que la distancia entre el plano focal posterior de la lente
objetivo y el plano de la imagen intermedia se corresponde con el largo del Tubo óptico. En el
caso de objetivos corregidos al infinito, se intercala una lente adicional luego del objetivo que
reenfoca la luz proveniente del plano focal (distancia de trabajo) de la lente objetivo. Esto
permite intercalar lentes correctoras de aberraciones. Las distancias focales de cada lente se
indican con un punto negro sobre el eje óptico (-----).
364
Por otro lado, el uso de objetivos de mayor aumento, implica una reducción en
la cantidad de fotones obtenidos por pixel de la micrografía. Bajo estas
condiciones, es esencial recolectar la mayor cantidad de fotones provenientes
de la muestra. En este contexto, cobra relevancia el índice de refracción del
medio dispersante entre el cubreobjetos y la lente frontal del objetivo.
- Índice de Refracción (n): Esta característica de cada sustancia o compuesto
traslúcido representa la relación que existe entre la velocidad de transmisión de
la luz en el vacío (o, a fines prácticos, en el aire) y en dicho medio. Por lo tanto,
los índices de refracción (n) son números mayores a 1. Algunos ejemplos
relevantes para este capítulo son lentes (vidrio) ≈1.52, aceite de inmersión
≈1.515, fluorita 1.435, agua 1.330, o aire ≈1.000.
Ec. 13.3
Ec. 13.4
Los haces de luz que atraviesan el cubreobjetos se refractan más al pasar del
vidrio al aire y, por lo tanto, su desviación es mayor. Así, por ejemplo, en el
caso de los objetivos de inmersión, el uso del correcto medio dispersante
(agua, aceite o glicerol) evita que los haces de luz refracten significativamente y
se pierdan, ya que no censan cambios demasiado significativos en el índice de
refracción a lo largo de su camino óptico. Esto permite maximizar la proporción
de fotones colectados provenientes de la muestra, significativamente mayor a
si se emplea aire como medio dispersante entre el cubreobjetos y la lente del
objetivo (Figuras 13.4B y 13.4C).
365
Figura 13.4 Apertura Numérica y Medio de Inmersión. La Apertura Numérica (NA) es uno de
los parámetros más importantes de los objetivos, y corresponde al producto entre el índice de
refracción (n) del medio dispersante y el seno de la mitad del ángulo del cono de luz que puede
captar la lente objetivo (A). La cantidad de luz capturada por el objetivo depende fuertemente
del medio entre el cubreobjetos y la lente. La luz se difracta al pasar de un medio de mayor a
uno de menor n, tanto más cuanto mayor es la diferencia entre ambos. Por tal motivo, algunos
objetivos están preparados para trabajar con distintos medios de inmersión que poseen n
mayor al del aire (n = 1), como agua (n = 1.33), Glicerol (n = 1.35 – 1.45) o aceite de inmersión
(n = 1.515). El n del vidrio es de 1.52.
13.3. Aberraciones
367
- Aberración Esférica: la esfericidad de las lentes usadas causa que la luz que
pasa por el centro de la lente se enfoque en un plano diferente al de la luz que
pasa por los bordes. Esta aberración se ha corregido utilizando una
combinación en serie de lentes cóncavas y convexas que tienen efectos de
aberración esférica opuestos que se terminan cancelando. En estos casos los
objetivos están diseñados para ser utilizados en condiciones específicas, como
con cubreobjetos de un ancho determinado o junto al agregado de aceite de
inmersión o algún otro medio dispersante, ya que las distorsiones de estos
elementos han sido tenidas en cuenta al momento de diseñar las correcciones
a la aberración esférica.
- Coma: este tipo de aberración ocurre especialmente cuando hay problemas
de alineación del microscopio. Se produce por la entrada de luz lateralmente
con lo que se forman distintas imágenes superpuestas de diferentes tamaños,
dando la imagen de coma a partir de un objeto puntual. Esta aberración es
dependiente de la forma de las lentes del objetivo. Las lentes corregidas para
este defecto son denominadas aplanares.
369
Figura 13.5 Elementos Ópticos Introducidos en el Microscopio Compuesto para Realzar el
Contraste. Las técnicas de Contraste de Fase (A) y de Contraste por Interferencia Diferencial o
DIC (B) son dos ejemplos de técnicas que realzan el contraste de la técnica clásica del
Microscopio de Campo Claro. Ambas técnicas son ampliamente aplicadas para estudiar células
vivas.
372
436, 546 y 577 nm, que es a los que se recurre alternativamente para lograr
excitar distintos fluoróforos.
374
intercambiados en las ruedas de filtros de los microscopios. Estos cubos están
diseñados para coincidir con los espectros de los fluoróforos más comúnmente
utilizados (Figura 13.7). Otra manera de combinarlos es a través de ruedas
intercambiables, pudiendo combinar cada uno de estos filtros de manera más
versátil y ajustar así el microscopio a un rango más amplio de fluoróforos de
interés.
375
a) Filtros de paso corto: Estos filtros dejan pasar luz por debajo de una longitud
de onda característica, pero bloquean la luz de longitudes de onda mayores.
b) Filtros de paso largo: Estos filtros dejan pasar luz por encima de una longitud
de onda característica, pero bloquean la luz de longitudes de onda menores.
c) Filtros de paso de banda: Estos filtros poseen dos longitudes de onda
características, entre los cuales normalmente se permite la transmisión de la
luz, mientras que se bloquean las de menor y mayor longitud de onda de dicho
rango.
Los objetivos utilizados en microscopía de fluorescencia, como se mencionó
previamente, tienen que cumplir una doble función, ya que se usa el mismo
objetivo como condensador de la luz de excitación y como colector de la señal
emitida (objetivo). Normalmente se utilizan objetivos de alta NA, que logran
colectar una mayor cantidad de haces emitidos por la muestra. Otro aspecto
importante es la corrección de las aberraciones cromáticas, lo que permite
utilizar distintas combinaciones de moléculas fluorescentes con diferentes
longitudes de onda de emisión y poder detectar más de una señal en la misma
muestra. Finalmente la luz emitida es detectada a través de los oculares o
mediante cámaras digitales o de video. Un tipo de cámara digital muy difundido
actualmente y que tiene gran aplicación para la microscopía de fluorescencia
son las cámaras con sensores CCD (por sus siglas en inglés Charge Coupled
Device - dispositivo de carga acoplada) que generan una imagen digital. Estos
sensores tienen un arreglo de detectores puntuales que almacenan la
información de la cantidad de luz recibida durante la exposición como una
acumulación de cargas. Luego se lee en forma ordenada dicha acumulación de
cargas y se transforman a valores de grises en una escala de 8, 12 o 16 bits
(con 28 = 256; 212 = 4096; ó 216 = 65536 valores intermedios de grises,
respectivamente) para generar la imagen.
377
Figura 13.8. Comparación entre el Funcionamiento del Microscopio de Fluorescencia Confocal
y el Microscopio de Fluorescencia de Campo Amplio. El uso de un pinhole en el Microscopio
Confocal permite eliminar gran parte de la luz proveniente de planos distintos al plano focal (A),
aumentando notablemente la nitidez de la imagen y aumenta la resolución de los detalles al
disminuir el límite de resolución un 40% en cada dimensión de los ejes x e y. En cambio, en el
Microscopio de Fluorescencia de Campo Amplio, la luz proveniente de la excitación de
fluoróforos en planos distintos genera un halo no definido alrededor de las señales propias de
la sección de la muestra en foco (B).
379
Figura 13.9. Funciones de Distribución Puntual. La Comparación de las PSF efectivas entre el
Microscopio Confocal (A) y el Microscopio de Fluorescencia de Campo Amplio (B) se observa
en el gráfico C. Cabe destacar que la posición de los mínimos de las PSF efectivas es la misma
(ver aumento del gráfico C). El aumento en la resolución del Microscopio Confocal se debe a
que su PSF efectiva decae más rápidamente, permitiendo que dos fuentes de fluorescencia
puntuales estén más próximas y, aun así, poder seguir distinguiéndolas como independientes
según el criterio de Rayleigh. En verde se muestran las PSF de detección de ambos
microscopios, en azul se representa la PSF de excitación y en violeta la PSF confocal.
380
gradualmente el máximo de intensidad, también conocido como “Distribución
de Airy”. Sin embargo, en el eje óptico la distribución es más alargada,
evidenciando la anisotropía del sistema. La imagen se forma de acuerdo a la
PSF global del microscopio, que es el producto de la PSF de iluminación
(volumen iluminado: imagen proyectada sobre la muestra de la fuente de luz
puntual) y la PSF de detección (volumen observado: proyección del pinhole
sobre el plano focal de la muestra). La resolución espacial del LSCM se define
como el ancho a mitad del máximo de intensidad (FWHM), y equivale a la mitad
del diámetro del primer aro oscuro de la distribución de Airy. Este valor se
conoce como “Unidad Airy”, y depende de la longitud de onda de la luz
registrada y del NA del objetivo empleado. Se debe recordar que una unidad
Airy en el plano-xy no tiene las mismas dimensiones físicas que en la dirección-
z, que de hecho suele ser 2 o 3 veces mayor.
Ec. 13.7
381
permiten registrar voxels con separaciones mucho menores a estos valores,
pero uno debe recordar que la sección óptica corresponde al volumen que
emite, y que un volumen mucho mayor de la muestra está siendo excitada por
cada voxel registrado, lo que promueve el fotoblanqueo extenso por fuera y
dentro del plano focal de toda la muestra. Por tal motivo, no es recomendable
disminuir demasiado las dimensiones del voxel y así evitar el oversampling que
comprometa la relación señal-ruido y, últimamente, la resolución de la imagen.
Este es un problema que debe tenerse muy presente al momento de realizar
reconstrucciones de imágenes 3D, ya que suele haber una evidente pérdida de
intensidad de fluorescencia conforme se repiten los sucesivos planos a lo largo
del eje óptico. Por otro lado, si la estructura a ser analizada posee dimensiones
cercanas al límite de difracción, como una mitocondria (500 nm), una
representación de la misma de 7×7 pixels (xy) se verá claramente cuadriculada
(o pixelada). Uno podría aumentar la resolución digital, es decir el número de
pixels por unidad de área, como para que la imagen tenga una mejor
apariencia (contornos más suaves) al ser impresa o proyectada; pero es
importante recordar que no se logra un aumento real de la resolución de la
imagen ni una ganancia en los detalles distinguibles, que siguen estando
limitados por difracción de la luz.
El uso de un pinhole elimina una enorme cantidad de luz, que si está disponible
en las imágenes de microscopía de fluorescencia convencional. El diámetro del
pinhole deberá tratar de fijarse lo más abierto posible manteniendo el grado de
seccionamiento óptico deseado, y nunca menor a una unidad Airy. Diámetros
menores a una unidad Airy producirán una pérdida de luz que no es
compensada por ganancia en los detalles observados y aumentará
significativamente, en cambio, el ruido de la imagen; lo que últimamente
deteriora el poder de resolución del microscopio y la calidad de la imagen. La
configuración óptima dependerá del aumento del objetivo empleado, del medio
dispersante entre la muestra y el objetivo, de la intensidad de la muestra, su
morfología y el fin del ensayo a realizar. Así, por ejemplo, se pueden obtener
imágenes nítidas (al mismo aumento y con los mismo fluoróforos) de
estructuras bien definidas como centriolos o membranas con el pinhole más
382
abierto que para estructuras espacialmente extendidas, como proteínas con
distribución pancelular, proteínas nucleares o del retículo endoplasmático.
Entonces, ¿cuál es la ganancia efectiva en el poder de resolución del LSCM en
relación al Microscopio de Fluorescencia de Campo Amplio? Si consideramos
el criterio de Rayleigh para distinguir dos objetos con dimensiones inferiores al
límite de difracción como entidades distintas, es necesario identificar una caída
de al menos el 20 % en la suma de sus PSF. Esto coincide con el máximo de la
PSF del primer objeto solapándose con el primer mínimo de la PSF del
segundo. El LSCM emplea la PSF global del microscopio (PSFconf), que es
mucho más acotada y pronunciada que la PSF de detección solamente, como
en el caso de la microscopía convencional. Esto permite que los dos objetos se
encuentren un 40% más cerca (linealmente) en una muestra observada en el
LSCM para ser distinguidos respecto a un microscopio convencional. Si
extendemos esta mejora a las 3 dimensiones espaciales, obtenemos que el
aumento de resolución tridimensional del LSCM es casi 3 veces la del
microscopio compuesto (Figura 13.10).
Una de las limitaciones más importantes del LSCM es el tiempo necesario para
registrar secuencialmente cada voxel de una imagen. Por tal motivo, es
importante definir, según los criterios anteriormente mencionados, la distancia
entre voxels (en xyzt) para optimizar el tiempo de registro de una imagen.
Cuando se desea obtener una imagen de más de un canal (λ), además del
tiempo de lectura, es necesario invertir tiempo entre cada imagen para
reconfigurar los filtros y dicroicos para cada fluoróforo. Esto puede limitar
considerablemente la posibilidad de realizar estudios dinámicos, dependiendo
de la velocidad del proceso en estudio y de la combinación y el número de
fluoróforos necesarios. Para evitar estos inconvenientes, los LSCM cuentan por
lo general con más de un detector, que a su vez pueden tener capacidades
espectrales ajustables a distintos fluoróforos. Esto es posible gracias a la
combinación de más de una línea de excitación láser en el haz de luz incidente
mediante el uso de filtros dicroicos de forma inversa a la presentada
anteriormente. En este caso, el láser de mayor λ atraviesa el dicroico sobre el
que se hace reflejar el láser de menor λ de forma tal que queden alineados y se
383
enfoquen simultáneamente sobre la muestra. Si los fluoróforos y los láseres se
eligen correctamente, quedará aún suficiente ancho en las ventanas libres
como para registrar la fluorescencia independiente de hasta 4 fluoróforos
simultáneamente.
385
según el criterio e Nynquist, las PSF de dos voxel continuos se solapan,
encontrando en cada uno información (intensidad de fluorescencia) proveniente
del voxel continuo. La deconvolución reconstruye las señales originales de
cada voxel y elimina el ruido y las contaminaciones de los voxels continuos.
Este proceso es fundamental en la reconstrucción de las imágenes 3D, ya que
la contaminación por voxels fuera de foco es más importante.
386
permite estudiar moléculas y procesos cercanos a la membrana plasmática
basal, como por ejemplo los focos de adhesión o la fusión de vesículas a la
membrana basal.
Figura 13.11. Microscopía de Fluorescencia por Reflexión Total Interna (TIRFM). Esta variante
del Microscopio de Campo Amplio aprovecha la generación de una onda evanescente obtenida
por reflexión total interna haciendo incidir la luz de excitación con un ángulo mayor al ángulo
crítico (θc). De este modo, se logra un seccionamiento óptico de unos pocos cientos de
nanómetros; suficiente como para estudiar procesos que se llevan a cabo en la cercanía de la
membrana basal de células en cultivo, como la secreción de vesículas o la endocitosis de
receptores de membrana.
388
emisión del láser sea pulsátil, permite concentrar no sólo espacialmente sino
también temporalmente los fotones en el volumen iluminado. La PSF efectiva
para la excitación de un fluoróforo por la absorción de dos fotones está definida
por la PSF de iluminación por un factor de probabilidad que depende de la PSF
de iluminación. Esto limita naturalmente la excitación de los fluoróforos sólo a
un volumen muy restringido en el plano focal. De este modo se logra un
seccionamiento óptico, sin necesidad de intercalar un pinhole previo al
detector. A fines prácticos, el Microscopio Multifotónico funciona en forma
equivalente al LSCM, con la ventaja de que al emplear radiación IR presenta
una capacidad de penetración de tejidos mucho mayor al LSCM convencional,
unos milímetros vs. unos cientos de micrones. Por tal motivo, el Microscopio de
2-Fotones, aunque un poco más costosa, es la herramienta de elección
preferida para estudios in vivo. Además se minimiza el daño por fototoxicidad,
pero hay que tomar precauciones por el calentamiento de la muestra.
390
Figura 13.12. Microscopía de Fluorescencia Confocal con Depleción Estimulada de la Emisión
(STED). Esta variante del Microscopio Confocal recurre a la emisión estimulada de los
fluoróforos en un rango del espectro distinto al que se emplea para registrar la fluorescencia
residual. El aumento en el poder de resolución de esta técnica reside en la forma de anillo que
se le da al segundo láser (láser STED) que evita la emisión en gran parte del volumen confocal
excitado, quedando únicamente la región central de la PSF conf como volumen de observación
efectivo. En el gráfico se muestra un esquema que ejemplifica el funcionamiento del
Microscopio STED, y cómo el aumento de la intensidad del láser STED (anillo rojo) permite
regular el poder de resolución (dimensiones de la PSF conf efectiva (verde).
Por otro lado, la necesidad de emplear una intensidad muy alta del láser STED
sobre los fluoróforos en el estado excitado, cuando éstos son especialmente
sensibles y tienen una gran tendencia a degradarse, implica que el
fotoblanqueo sea demasiado grande, impidiendo a veces repetir la lectura e
incluso obtener imágenes 3D o secuencias temporales. Por tal razón la técnica
se restringe a un selecto grupo de fluoróforos que presentan una estabilidad
inusual, como el Atto647N (Atto Tec, Alemania). Lamentablemente, no hay
muchas proteínas fluorescentes aptas para STED, por lo que la técnica se
emplea casi exclusivamente con muestras fijadas. Aun considerando estas
391
limitaciones, la técnica de STED-LSCM es relativamente joven y existen varios
grupos trabajando activamente para expandir las posibilidades y aplicaciones.
- STORM: En la técnica de STED se logra aumentar la resolución al poder
seleccionar espacialmente en forma más eficiente los fluoróforos idénticos que
coexisten dentro en la muestra en un volumen menor al de la PSF de
detección. Otra alternativa está representada por la técnica de Microscopía por
Reconstrucción Óptica Estocástica (STORM, Stochastic Optical Reconstruction
Microscopy) (Bates, 2005), en la que los fluoróforos se diferencian
temporalmente al ser “activados” aleatoriamente. La técnica se basa en la
inducción de un estado “oscuro” en la mayoría de los fluoróforos, generalmente
un estado triplete inducida por agentes reductores y que no emite
fluorescencia, pero puede ser también una transición química cis-trans o
similares. Los pocos fluoróforos activos durante cada imagen registrada
(idealmente una única molécula a la vez) se excitan normalmente y se registra
su fluorescencia en una cámara digital. Si bien la emisión de una molécula
individual se difracta unos 200 a 400 nm en el plano-xy y de 500 a 800 nm en el
eje óptico, la señal de fluorescencia será registrada en más de un pixel por el
sensor CCD. Basada en la distribución de intensidades registradas por cada
fluoróforo, la localización de la molécula emisora puede ser determinada con
alta precisión si los fluoróforos utilizados emiten un número suficiente de
fotones. Por cada molécula se determina un punto en la imagen que
corresponde al pico central de la distribución de luz en la PSF del fluoróforo. Si
estas moléculas no se superponen, se puede localizar la posición del emisor
mediante un ajuste bigaussiano con una precisión de hasta 1 nm en el
plano-xy. La localización sucesiva y con alta precisión de fluoróforos
individuales se emplea para reconstruir imágenes de resolución muy por debajo
del límite de difracción, llegando incluso a resoluciones de 10 nm
(Figura 13.13). Para lograr una detección individual de emisores en STORM se
utilizan fluoróforos que pueden ser prendidos y apagados estocásticamente por
pasar de un estado fluorescente a un estado "oscuro", pero además tienen que
emitir un número importante de fotones ya que de esto depende la precisión en
su localización. Dentro de las moléculas que cumplen estas características y
392
que se utilizan en STORM, podemos nombrar a la proteína YFP, y a moléculas
orgánicas comerciales como Cy5, Alexa-647, entre otros. Por ejemplo, el Cy5
puede ser llevado al estado "oscuro" con un láser de 633 nm (el mismo láser
que produce su emisión fluorescente) y nuevamente al estado fluorescente con
un láser de 532 nm. El grado de detalle de una imagen STORM depende del
número de localizaciones determinadas. Con una cámara CCD se toman
imágenes sucesivas en las que en cada una de ellas se detectan unas pocas
moléculas individuales. El tiempo de exposición de cada foto de la serie y la
duración del tiempo de exposición deben ser ajustados tratando de detectar,
por imagen, el mayor número de moléculas posible sin superposición entre las
PSF de cada fluoróforo. Esta técnica permite combinar varios fluoróforos para
lograr la detección simultánea de diferentes marcaciones y puede lograrse
mayor resolución en el eje-z combinándola con TIRFM. Sin embargo, la
principal desventaja es el tiempo necesario para la adquisición serial de
imágenes que permita lograr una reconstrucción representativa del campo
estudiado. Por esta razón, la técnica de STORM es mucho más lenta que
STED, LSCM o la microscopía de fluorescencia de campo amplio, pudiendo
requerir hasta más de media hora para obtener una única imagen STORM. Por
esta razón, generalmente, no resulta compatible con la observación dinámica
de procesos en células vivas.
Figura 13.13. Imagen STORM de mitocondrias aisladas de células SH-SY5Y. Las mitocondrias
aisladas fueron adsorbidas sobre un cubreobjetos con una cubierta de poly-L-Lisina y fijadas
con paraformaldehido. La presencia del marcador de membrana externa TOM20 fue revelada
por inmunofluorescencia basada en un anticuerpo específico contra esta proteína. En rojo se
observan dos imágenes de fluorescencia de campo amplio, y en blanco lsa imágenes STORM
de localización superpuestas a las de campo claro.
393
- PALM: Este es el acrónimo de Microscopía por Localización Foto-Activada
(Photo-Activable Localization Microscopy) (Hess, 2006; Betzig, 2006). Esta
técnica es análoga a la antes descripta, pero se basa en la fotoactivación
secuencial de moléculas aisladas que pueden ser reconocidas y localizadas
con gran precisión ajustando una distribución de intensidad que estime su
posición. Una vez activado un fluoróforo se trata de obtener toda la información
(fotones) que éste pueda emitir, hasta que se degrade y quede en un estado
ópticamente inerte para la detección por fluorescencia antes de “encender” el
siguiente fluoróforo. Todos los fotones registrados por ciclo se suponen
inicialmente que provienen de un único fluoróforo (o unos pocos) y se ajusta
una distribución bigaussiana (en xy) a la imagen de dicho fluoróforo para
determinar su posición (máximo de la distribución). Al igual que en STORM, es
necesario una gran cantidad de iteraciones a fin de poder reconstruir una
imagen con suficientes detalles, por lo que nuevamente estamos limitados casi
exclusivamente a muestras fijadas.
Los algoritmos para STORM y PALM actuales pueden lidiar con unos pocos
fluoróforos activos al mismo tiempo, ajustando múltiples distribuciones
bigaussianas en paralelo, lo que acelera notablemente el proceso de
adquisición de datos y reconstrucción de la imagen (Huang, 2011). Existen
varios ejemplos de aplicaciones en células en cultivo, pero el problema
fundamental es lograr introducir los quenchers (STORM) o los fluoróforos
(PALM) selectivamente dentro de las células. En este sentido, se han
desarrollado varias proteínas fluorescentes fotoconvertibles que posibilitan el
uso de PALM in vivo y en células en cultivo. Pero algunos autores también han
logrado emplear la técnica de STORM dentro de las células recurriendo a
sondas fluorescentes y a agentes reductores naturales o permeables. Al igual
que en el caso de STED, estas técnicas son muy recientes y siguen
desarrollándose año a año; así como otras técnicas que no hemos tenido
tiempo de desarrollar en este capítulo, pero que cada vez son más populares,
como 3D-SIM, Microscopía-4Pi o PAM (Programable Array Microscopy).
394
13.9 Aplicaciones: Biofísica en el Microscopio
395
diferenciar una célula viva de una muerta, o cuantificar la capacidad metabólica
de las células. Por ejemplo, podemos reconocer células vivas por la exclusión
de colorantes vitales como el Azul de Trypán. Sin embargo, cuando la vitalidad
de una célula está comprometida, su capacidad de bombear activamente el
colorante fuera de la célula se ve afectada y la célula comienza a teñirse de
azul (Figura 13.14A). Este ensayo es de uso frecuente en los laboratorios de
biología celular y permite estimar la proporción de células vivas y muertas que
uno recupera al subcultivar un cultivo de células animales. Del mismo modo, la
actividad metabólica de las células puede estimarse por la acción de enzimas
esterasas citoplasmáticas. Incubando las células con el fluoróforo permeable a
membranas Diacetato de Fluoresceína, las esterasas podrán actuar sobre los
enlaces éster y removerán los grupos acetato dotando a la fluoresceína de dos
cargas negativas que no permitirán que escape fácilmente del citoplasma y
vuelva a diluirse en el medio. Este ensayo es análogo al anterior, pero ahora
las células vivas serán las teñidas con fluorescencia verde (λExc = 488 nm;
λEm = 530 ± 20 nm), y las células muertas serán las que no presenten señal.
- Sondas con Afinidades Específicas por Tipos de Células u Organelas:
Algunos colorantes y sondas fluorescentes presentan una afinidad particular
por determinados componentes o compartimentos celulares. Podemos
mencionar, por ejemplo, los colorantes como Giemsa, Hematoxilina y Eosina
que son colorantes con propiedades ácido-base y reconocen selectivamente
estructuras o componentes catiónicos o aniónicos, siendo de gran utilidad en
histología de tejidos y ensayos citogenéticos como el bandeo G de
cromosomas. Las sondas fluorescentes Bromuro de Etidio, Hoechst o DAPI
presentan gran afinidad por el ADN y tiñen fuertemente la matriz del núcleo
celular. Por otro lado, sondas como Rodamina 123, tetrametilrosamina o
sondas de la familia de las carbocianinas (MitoTrackers, Life
Technologies/Molecular Probes) presentan una gran afinidad por mitocondrias
funcionales. Algunas carbocianinas además quedan unidas covalentemente
luego de la fijación con aldehídos gracias a grupos clorometilos que reaccionan
moderadamente con tioles reactivos logrando una tinción muy específica y
resistente de las mitocondrias en células vivas, tanto para ensayos dinámicos
396
como para aquellos preparados que serán fijados para ser combinados con
inmunofluorescencia. En la Figura 13.14B se muestra un ejemplo de una
imagen de dos canales fluorescentes correspondiente a una célula animal
tenida con dos sondas fluorescentes con afinidades específicas por el núcleo
(DRAQ5: rojo) o vesículas sináptica dopaminérgicas (FFN511: verde). En la
misma figura se muestra como referencia de fondo un tercer canal
correspondiente a la imagen de DIC de las mismas células.
- Inmunofluorescencia: La introducción de la inmunomarcación, uno de los
ejemplos más notables de aplicaciones prácticas más versátiles, amplio
considerablemente las capacidades de generar contraste específicamente de
los objetos de estudio, como por ejemplo detectar proteínas, estructuras
subcelulares, marcadores de membrana o patógenos, solo para nombrar
algunas posibilidades. La marcación es basada en el uso de anticuerpos que
reconocen solo epitopes específicos, pudiendo incluso diferenciar entre
isoformas muy similares o incluso dos estados de fosforilación distintos de una
misma proteína, análogamente a su uso en la técnica de western blot. Sin
embargo, uno debe tener en cuenta que los anticuerpos que funcionan
correctamente en membranas, no siempre son los mejores para su uso en
Inmunofluorescencia (IF). Estas diferencias se deben normalmente a que en un
western blot las proteínas se encuentran desplegadas y aisladas de otros
componentes con los que interactúan. En IF, sin embargo, las células deben
permeabilizarse previa fijación para lograr que los anticuerpos atraviesen
distintas barreras membranosas; a menos que se detecten marcadores de
membrana plasmática, como en la separación de células activada por
fluorescencia (FACS) en citometría de flujo. La fijación se logra con agentes
entrecruzantes (o crosslinkers), como formaldehido o glutaraldehido, o
mediante la deshidratación con metanol. La fijación resulta del
entrecruzamiento químico de las proteínas, lo que las mantiene en su ubicación
original y más próxima a su conformación nativa, aunque con modificaciones
químicas. Esto condiciona su reconocimiento por anticuerpos que solo tienen
acceso a los epitopes superficiales. Pero, si los anticuerpos están bien
seleccionados, uno puede distinguir una única proteína en un entorno muy
397
complejo con miles de proteínas distintas, aunque la abundancia de la proteína
de interés sea muy baja. Así, por ejemplo, podemos identificar proteínas
específicas de fracciones subcelulares en células neuronales en cultivo fijadas
con formaldehido y permeabilizadas con detergentes no iónicos (Triton X-100).
En la Figura 13.14C se muestran células SH-SY5Y reveladas con un
anticuerpo anti-Lamp1 (marcador de lisosomas) y anti-alfa-Sinucleína (proteína
soluble citosólica y asociada a membrana). En la misma figura se muestra,
como referencia, la señal de una sonda afín por el ADN nuclear (DRAQ5).
Figura 13.14. Ejemplos de aplicaciones de las técnicas de Microscopía Óptica. (A) Exclusión
de Azul de Trypan como marcador vital. (B) Tinción de células vivas con colorantes con
afinidades por estructuras subcelulares. (C) Inmunofluorescencia de proteínas específicas. (D)
Detecciones aberraciones cromosómicas por FISH. Ver detalles sobre cada imagen en el texto.
398
- Sondas de Ácidos Nucleicos (FISH): La especificidad lograda por los
anticuerpos al reconocer proteínas es equivalente a la lograda por sondas de
ácidos nucleicos para reconocer secuencias de nucleótidos o estructuras
moleculares. La técnica de Fluorescencia por Hibridación In Situ (FISH,
Fluorescence In Situ Hybridization) es una herramienta común de diagnóstico
citogenético ya que tiene varias ventajas respecto al bandeo cromosómico. Por
ejemplo, la identificación de secuencias específicas permite determinar
polisomías o traslocaciones cromosómicas identificando el origen de los
cromosomas extras o modificados. Mucho más notable es su capacidad de
identificar modificaciones de menor tamaño, como la amplificación de una
región pequeña de un cromosoma por duplicaciones en tándem
(Figura 13.14D). Estas aberraciones cromosómicas suelen estar asociadas a
distintos trastornos hereditarios y al desarrollo de Cáncer, por lo que su
identificación reviste relevancia diagnóstica y prognóstica irremplazable para
algunas formas de esta enfermedad, ya sea para definir la sensibilidad a
distintos tratamientos y/o para el seguimiento de la enfermedad y la respuesta
al tratamiento.
- Interacción entre proteínas por FRET: En el Capítulo 2 se describió la técnica
de FRET en detalle, así como el desarrollo de las Proteínas Fluorescentes
(FPs, Fluorescente Proteins) con distintas propiedades foto-físicas y
espectrales. Asimismo, en el Capítulo 11 se describió el uso de esta técnica
para estudiar específicamente interacciones entre proteínas. En esta
oportunidad aprovecharemos las propiedades del fenómeno FRET para
caracterizar la interacción funcional o cambios conformacionales de un
bioindicador FRET en relación a la estructura de la célula. Estos ensayos están
basados en el uso de proteínas marcadas genéticamente con FPs, como por
ejemplo el par CFP-YFP o GFP-RFP (Goedhart, 2011). Esta técnica permite
evidenciar cambios conformacionales o de distancia cuando las FPs se
encuentran en un rango de 1 a 10 nm. En el caso de dos proteínas
interactuantes (con dimensiones entre 1 y 5 nm), podemos evidenciar su
interacción dentro del rango de sensibilidad del par FRET, que es mucho más
real que la simple colocalización confocal, en la que no es posible distinguir
399
entre 1 a 250 nm de distancia (límite de difracción). En el caso de biosensores
FRET, como el conocido sensor codificado genéticamente de calcio Cameleon
en sus diferentes versiones (Yamada, 2011), los cambios de concentración de
un ligando (ion, metabolito intermedio o fosforilación de proteínas) inducen
cambios conformacionales del biosensor que modifican la distancia relativa y/o
la orientación de ambas PFs modificando su r y κ2. Los cambios relativos
pueden cuantificarse y calibrarse con una curva de concentración del ligando
para poder luego estimar la disponibilidad del ligando intracelular. De forma
análoga se estudia la interacción entre dos proteínas, fusionándolas
independientemente a cada una de las FPs del par FRET (Adjobo-Hermans,
2011; Goedhart, 2011). Si ambas se sobreexpresan en la misma célula, es
posible evidenciar la interacción entre ambas registrando la Fluorescencia del
donor FRET en ausencia y presencia del aceptor FRET (Jares-Erijman, 2003;
Jares-Erijman, 2006), o mediante la disminución del tiempo de vida del donor
en presencia del aceptor FRET (Klarenbeek, 2011).
- FLIM-FRET: Los ensayos en los que se modifica el tiempo de vida media de
un fluoróforo (τ) no así como sus otras propiedades espectrales, como FRET u
homo-FRET, pueden estudiarse monitoreando los cambios en el tiempo de
desexcitación del fluoróforo (lifetime, τ). En el caso de ensayos tipo FRET,
donde la presencia del fluoróforo aceptor o un quencher disminuye el τ del
fluoróforo dador, la técnica se conoce como FRET-FLIM (Gadella, 1995;
Klarenbeek, 2011; Padilla-Parra, 2012), ya que se recurre a un microscopio en
el que puede medirse el fenómeno de FRET mediante tiempos de vida de
fluorescencia. Existen dos tipos de microscopios FLIM (Fluorescence Lifetime
Imaging Microscopy), los que trabajan en el dominio de tiempos y los que lo
hacen en el dominio de frecuencia. En el primer caso se recurre a una fuente
de luz pulsátil (20-80 MHz) que emite pulsos de luz que duran menos de un
nanosegundo (1 ns = 10-9 s). La detección de la intensidad de fluorescencia se
desfasa y clasifica en una serie de ventanas temporales (o canales) posteriores
al pulso, que luego se emplean para estimar el τ del fluoróforo. En el caso del
dominio de frecuencias, se emplea una fuente de luz con intensidad oscilante.
La emisión de la fluorescencia se registra y se compara con el patrón temporal
400
de excitación y se calcula la diferencia en módulo y el desfasaje en la
oscilación (relacionados al tiempo de vida). En ambas variantes de la técnica
se pueden estimar más de un τ, así como las contribuciones de cada uno, lo
que da cuenta de distintas poblaciones del fluoróforo (que se encuentran en
distintos ambientes y/o que sufren distintos procesos de desexcitación).
- Ensayos dinámicos: La técnica de Recuperación de la Fluorescencia Luego
del Foto-blanqueo (FRAP, Fluorescence Recovery After Photobleaching)
permite el análisis de la movilidad de los fluoróforos en células vivas. Así, por
ejemplo, proteínas fusionadas genéticamente a proteínas fluorescentes pueden
monitorearse en células intactas sin la necesidad de permeabilizarlas para
ingresar anticuerpos que las reconozcan. La técnica consiste en el
fotoblanqueo instantáneo de un fluoróforo en una región relativamente pequeña
de la célula, y entre la adquisición de una serie temporal de imágenes (xyλt). El
foto-blanqueo se logra por la sobreexcitación del fluoróforo con un haz de luz
láser de alta potencia. Esta técnica, aunque no está restringida, se aplica
generalmente en el LSCM, por lo que el haz láser puede posicionarse con gran
precisión y describir figuras de distintas geometrías y tamaños. Al analizar la
fluorescencia emitida desde la región de interés, se observa una señal estable
previa al fotoblanqueo, luego una caída abrupta y finalmente una
recomposición parcial de la señal original. De esta información se puede
estimar la velocidad de difusión del fluoróforo y la existencia de una fracción
inmóvil.
Estas técnicas han sido expandidas a aproximaciones de partículas únicas,
como por ejemplo la Espectroscopía de Correlación de Fluorescencia (FCS,
Fluorescence Correlation Spectroscopy), que permiten estimar el coeficiente de
difusión de los fluoróforos de forma mucho más precisa. Esta técnica ya fue
descripta en el capítulo 11, por lo que ahora sólo nos reduciremos a mencionar
que la misma se aplica normalmente en formato de microscopio similar al
confocal y puede adaptarse sencillamente para obtener imágenes confocales
en el mismo equipo (Moens, 2011). La extrapolación del fundamento de FCS a
los 3 rangos de tiempos codificados en las imágenes confocales xyt, permiten
adaptar esta técnica a la evaluación procesos u objetos que presentan distintos
401
tiempos de difusión, desde unos pocos microsegundos (1 µs = 10 -6 s) a varios
minutos. Esta modificación se conoce como RICS (Raster-scan Image
Correlation Spectroscopy) (Rossow, 2010). Asimismo, el análisis puede
expandirse al estudio de correlación cruzada (Cross-Correlation) de distintos
fluoróforos o de moléculas del mismo fluoróforo pero en localizaciones distintas
de la muestra (Choi, 2011). Desarrollos más recientes de esta técnica han
devenido en una nueva técnica de microscopía llamada SOFI (Super-resolution
Optical Fluctuation Imaging), en la que se generan imágenes en las que en
cada pixel están representados los parámetros de la función de autocorrelación
local (Dertinger, 2009). Esta técnica tiene particularidad de que las
contribuciones por la fluorescencia de fondo o ruido son eliminadas durante el
análisis de correlación.
Esta fue sólo una pequeña reseña de las posibles técnicas basadas en
Microscopía de Fluorescencia, por lo que les sugerimos que, de estar
interesados, busquen bibliografía actualizada. A tal fin, detallamos a
continuación bibliografía específica sobre cada tema detallado en este capítulo
donde podrán profundizar más en sus conocimientos.
- Fluorescencia
Principles of Fluorescence Spectroscopy, 3ra Edición, Joseph R. Lakowicz.
Springer, 2006.
Molecular Fluorescence: Principles and Application. 2da Edición. Bernard
Valeur, Mário Nuno Berberan-Santos. Wiley-VCH, 2013.
- Microscopía de Fluorescencia
Imaging: A Laboratory Manual. Rafael Yuste. Cold Spring Harbor Laboratory
Press, 2010.
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Introduction to Optical Microscopy. Jerome Mertz. Roberts and Company
Publishers, 2009.
Fundamentals of Light Microscopy and Electronic Imaging. Douglas B. Murphy,
Wiley-Liss, 2001.
Live Cell Imaging: A Laboratory Manual. 2da Edición. Robert D. Goldman,
David L. Spector, Jason R. Swedlow. Cold Spring Harbor Laboratory Press,
2009.
- Microscopía Confocal
- Superresolución
Nanoscopy and Multidimensional Optical Fluorescence Microscopy. Alberto
Diaspro Chapman and Hall/CRC Press, 2010.
Del mismo modo, se insta a los lectores a revisar las páginas en internet de las
compañías más importantes de microscopios y asociaciones de
microscopistas, donde podrán encontrar material complementario, videos y
demostraciones sobre fundamentos, aplicaciones y ejemplos de las distintas
técnicas.
- http://www.micro.magnet.fsu.edu/
- http://www.olympusmicro.com/
- http://www.leica-microsystems.com/
- http://microscopy.zeiss.com/
- http://www.microscopyu.com/
403
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405
LOS AUTORES
406
Marcelo D. Costabel (Autor)
Profesor-Investigador Departamento de Física, Universidad Nacional del
Sur (UNS), desde 2000 y Director Grupo de Biofísica – UNS., desde
2006.
Licenciado en Física (UNS -1991). Dr. de la Fac. de Ciencias Exactas de
la Universidad Nacional de La Plata.(UNLP. 1998). Estadía Postdoctoral
Laboratoire Biochimie Structurale, Institut Pasteur, Paris, Francia (1999-
2000).
Áreas de investigación: Cristalografía de Proteínas, Biofísica estructural
computacional de macromoléculas.
407
Department of Biochemistry, University of Illinois, Urbana-Champaign
1992.
Áreas de investigación: Biología estructural, biofísica y bioquímica de
péptidos y proteínas.
408
Investigador Asistente, CONICET (Instituto de Química y Fisicoquímica
Biológicas: IQUIFIB, UBA-CONICET).
Bioquímica (2001, FFYB-UBA), Doctora de la Universidad de Buenos
Aires (Summa cum laude), área Biofísica (2010, FFYB-UBA) y Docente
Autorizado (2010, FFYB-UBA). Becario Postdoctoral, CONICET (2010-
2012, Fundación Instituto Leloir). Beca Posdoctoral Premio Fundación
Bunge y Born (2013, Fundación Bunge y Born).
Áreas de investigación: Biología estructural, biofísica y bioquímica de
péptidos y proteínas.
410
Natalia Scaglia (Editor)
Ayudante de Bioquímica y Biología Molecular, Facultad de Medicina,
Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Investigador Asistente
CONICET con lugar de trabajo en el Instituto de Investigaciones
Bioquímicas de La Plata (INIBIOLP, UNLP-CONICET).
Licenciada en Biología 2002, Facultad de Ciencias Naturales y Museo,
UNLP y Doctora en Ciencias Básicas y Aplicadas 2005, Universidad
Nacional de Quilmes (UNQ), Argentina.
Postdoctoral Fellow 2005-2008, Department of Nutritional Sciences,
Rutgers, The State University of New Jersey, NJ, USA. Postdoctoral
Associate 2009-2013, Department of Medical Oncology, Dana-Farber
Cancer Institute / Harvard Medical School, MA, USA.
Áreas de investigación: Biología celular y bioquímica de lípidos en
cáncer.
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