Renuévame - David Greco
Renuévame - David Greco
Renuévame - David Greco
Los artistas
¡Y ahora, estudiante!
1. Fortaleza.
¿Qué es una fortaleza?. Es un castillo, un lugar fortificado,
un lugar bien defendido que inspira confianza porque es
impenetrable. Es obvio que debemos derribarlas refutando
argumentos y toda altivez.
2. Argumento.
¿Qué significa la palabra argumento?. Una vez tuve un problema
mecánico con mi automóvil. Luego de revisar el motor, el
mecánico me dio un presupuesto. Quería tener una idea más o
menos clara de lo que me iba a costar el trabajo. Él fue muy
explícito al comunicarme que el costo podría cambiar si se
encontraban otros problemas en el motor. El mecánico estaba
aventurando un precio porque había analizado el problema
exteriormente. Los argumentos son como los presupuestos: un
valor al que llegamos porque no poseemos toda la información
necesaria.
Así es nuestra mente. Llegamos a muchas conclusiones basadas
en conjeturas o suposiciones. ¡Cuántos falsos argumentos
existen en nuestras mentes acerca de Dios! ¡Cuántas conjeturas!
¡Cuántas cosas damos por sentadas en relación a Dios basándonos
en análisis superficiales! Muchos dicen que Dios actúa así, que
Dios ve situaciones de esta y aquella manera, que Dios busca
ciertas cosas de nuestras vidas. Pero la mayoría de esos
argumentos son conclusiones que no reflejan el verdadero
corazón de Dios.
Qué experto es Satanás en presentar argumentos acerca de Dios.
Eso fue exactamente lo que hizo con Eva en el Edén y con Jesús
en el desierto. Presentó argumentos. Aparentan ser de Dios y
hasta suenan como de Dios, pero no son genuinos.
¿Dónde habitan y germinan estos argumentos que tenemos que
derribar y demoler?. En la mente.
3. Altivez.
¿Qué es altivez?. Es algo elevado, algo que se levanta en
contra, en oposición. Cuando yo era niño, me encantaba
escaparme del culto para estar junto a mis amiguitos de la
iglesia. El mejor momento para escaparse era al final de la
predicación, cuando mi papá estaba ocupado contando la ofrenda,
mi mamá tenía los ojos cerrados orando y toda la congregación
estaba orando también. Ese era el momento oportuno para los
niños. Pero el obstáculo más grande eran los diáconos que
cumplían la función de «porteros». Eran hermanos que se
quedaban parados en la entrada de la nave principal para
recibir a los hermanos e invitados y también para ayudar en
cualquier situación de emergencia. Estos hermanos porteros eran
nuestras «barreras». Ellos eran una oposición ya que eran
mucho más altos e inteligentes que yo.
Una barrera en el camino estorba porque es difícil pasarle por
encima. El versículo 5 dice que la «altivez» o barrera se
levanta, se yergue, contra el conocimiento de Dios. Impide que
lo conozcamos como persona, que desarrollemos una íntima
relación con Él.
¿Dónde residen las barreras?. ¿Dónde existe y florece lo
altivo que se exalta contra el conocimiento de Dios?. En la
mente.
Pablo finaliza diciendo que debemos llevar cautivo todo
pensamiento a la obediencia de Cristo. Un pensamiento es una
percepción intelectual, una opinión que formamos luego de un
análisis. Analizamos las acciones de nuestros prójimos y
rápidamente nos formamos opiniones. Cuando acumulamos
suficientes opiniones, tenemos una fortaleza inexpugnable.
Nadie nos va a cambiar. Hemos llegado a una conclusión
inflexible. ¿Dónde residen estos pensamientos?. ¿Dónde existen
estas opiniones?. En la mente. En mi caso, mi mente estaba
saturada de argumentos, altivez y pensamientos. Se había
erguido en fortalezas.
Una fortaleza, pues, es un castillo hecho de argumentos. Es un
lugar fortificado hecho no de ladrillos, ni de barro, ni de
cemento sino de altivez. Es una barrera hecha de pensamientos y
opiniones que se oponen al verdadero y genuino conocimiento de
Dios. Es una casa hecha de pensamientos erróneos. Esa fortaleza
controla nuestra mente y nuestro comportamiento.
Cuando en aquel momento la Palabra proclamada por el pastor
trató de penetrar mi mente, hubo un choque con mis fortalezas
intelectuales y religiosas. Mi problema no consistía en un
conflicto con principados, demonios y potestades. Mi problema
central eran las fortalezas que no permitían que conociera a
Dios íntimamente. Aunque conocía mucho acerca de Él, mi ser no
conocía al Dios vivo, no tenía la experiencia del rey David que
deseaba buscar a Dios para ver Su poder y Su gloria (Salmo
63.1-2).
Creo en la existencia de seres infernales. Su estrategia es
localizar a cristianos con fortalezas en la mente. Cuando los
encuentran, hallan un lugar, un territorio donde vivir y
operar. Pablo nos dice muy claramente que no podemos darle
«lugar» al diablo. ¿En qué consisten esos «lugares»?. En
fortalezas, argumentos, altivez y pensamientos.
· La tormenta ·
· Hambre de Dios ·
· Rumbo a la renovación ·
Capítulo #4:Selah
Los meses siguientes fueron muy difíciles. Por un lado, Dios
me estaba enseñando a morir en el altar del sacrificio. Aunque
este proceso no es nada placentero, tenía la certeza de que
Dios estaba obrando. Por otro lado, la situación no cambiaba.
Durante esos días, Dios me cobijó con Su presencia. No lo
conocía de esta manera. Para mí, Dios era mi Señor, mi Jefe,
mi Rey, mi Director, mi Líder. Recién estaba conociendo a El
Shaddai, mi amparo, mi padre, mi madre, mi amigo, mi hermano,
mi pastor, mi doctor, mi enfermero, mi proveedor, mi todo. En
esos meses, decidí no oír los datos negativos. Informé a mis
compañeros de trabajo que no me dijeran lo que se rumoraba.
Cerré los oídos a todas las calumnias.
En esos cuatro meses concentré toda mi atención en lo que
Dios estaba haciendo en mí. Cuando uno se rinde en las manos
del Todopoderoso, no se defiende, no actúa, no explica.
Simplemente espera que Dios, el abogado, ejecute. Esperaba que
Él callara milagrosamente a estas personas, que las
avergonzara en público, que interviniera de manera directa.
Pero no sucedió así. Él es el que obra. Y cuando lo hace, lo
hace maravillosamente bien. No usa nuestros mecanismos. ¡Él es
innovador!. Debo confesar que me sorprendió.
A Jesús le dijo:
· Un verdadero adorador ·
· Arrepentimiento genuino ·
Judas se sintió mal cuando vio a Jesús atado, entregado en las manos
de Pilato (Mateo 27.2). Su reacción fue el suicidio. Su
«arrepentimiento» no cambió su corazón; sencillamente lo deprimió y
lo llevó a ahorcarse. Sentirse mal no es verdadero arrepentimiento.
En segundo lugar, el arrepentimiento es un cambio de dirección
luego de un análisis transformador de la conducta, y se produce como
resultado del conocimiento. Como consecuencia, se abandona lo malo y
se cambia de rumbo hacia lo bueno.
En el caso de la renovación, el arrepentimiento va más allá del
remordimiento, de la admisión de falta. Hay un cambio de dirección
en que no solamente se aparta uno de lo opuesto a Dios sino que se
torna hacia Dios. El corazón que se renueva no solamente se aparta
del pecado, de la suficiencia propia y del orgullo, sino que se
torna enteramente hacia Dios.
La Biblia nos dice que el arrepentimiento trae perdón de pecados y
tiempos de renovación de la presencia del Señor. Hechos 3.19 dice:
Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed
de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay
aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el
santuario (Salmo 63.1-3).
· El camino a la adoración ·
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio
de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por
la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la
esperanza de la gloria de Dios.
¡Ay de mí!. Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios,
y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto
mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos (Isaías 6.5).
· La cercanía de Dios ·
· Un corazón adorador ·
Pablo dijo:
1. Arrodillarnos.
2. Presentar peticiones específicas.
3. Orar con fe.
4. Orar sin cesar.
5. Sentir la presencia de Dios.
6. Oír la voz de Dios.
7. Lograr respuestas.
8. Sufrir, agonizar.
Si vamos al lugar de oración sólo para pedir, somos como una novia
caprichosa que en el altar presenta a su novio una lista de
condiciones. ¿Qué le parecería si una novia comenzara a presentarle
al novio, frente al ministro, frente a la congregación y frente a
los invitados, sus condiciones para darle el sí? Está dispuesta a
casarse siempre y cuando su novio se comprometa a proporcionarle una
casa cómoda, dinero, un buen automóvil, seguridad económica para el
resto de su vida, mucha felicidad y total salud. Muchos creyentes se
presentan al Señor en oración con una lista de compras. Señor, dame
esto, aquello y lo de mas allá. Si me das esto, me sentiré bien,
oraré más y te serviré. Tengamos el concepto correcto:
Oramos para ser uno con Dios, para que Él nos muestre Su voluntad.
No oramos para detallarle nuestros dolores y conflictos sino para
que Él nos explique Su voluntad en nuestros dolores y conflictos.
Oramos para que Él nos muestre Su voluntad en nuestras diarias
tentaciones.
«Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de
tu corazón», dice Salmo 37.4. Yo lo entendía de la siguiente manera:
si me deleito en Jehová, todos los deseos que se aniden en mi
corazón serán concedidos. Dios se deleitará tanto en mí que me dará
todo lo que le pida. ¡No!. Eso no es lo que dice este versículo. El
salmista está diciendo lo siguiente:
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los
cielos es perfecto (Mateo 5.48).
Vuestro Padre sabe de qué cosa tenéis necesidad, antes que vosotros
le pidáis (Mateo 6.8).
¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?. Ellos dijeron:
Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de
los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón,
hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre
que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro
(Mateo 16.13-18).
1. Estoy contigo.
La promesa a Jacob fue que la presencia de Dios iría con él a
dondequiera que fuera. En hebreo, la palabra presencia
significa también «faz» o «rostro». La promesa es que Dios
caminaría delante de Jacob, no mirando hacia adelante sino
hacia Jacob, hacia el que necesitaba protección. Dios recorre
los caminos que todavía no hemos caminado siempre con el
rostro dirigido hacia Sus hijos. El rostro de Dios no está
dirigido a la bendición, a la solución de su problema. El
rostro de Dios está vuelto hacia usted. Dios está más
interesado en nosotros que en la solución de nuestros
problemas terrenales. Como dice la Biblia, «Sus ojos ven, sus
párpados examinan a los hijos de los hombres[...] El hombre
recto mirará su rostro» (Salmo 11.4,7).
El hombre recto, el justo, contemplará el rostro de Dios,
porque Dios contempla al hombre recto y justo.
2. No te desampararé.
Una traducción literal de este texto sería: «No, nunca,
ciertamente no, de ninguna manera te dejaría de la mano, te
dejaría hundir, te quitaría el apoyo». El verbo está en modo
potencial, y expresa que no existe la posibilidad más remota
de que nos desampare.
3. No te dejaré.
Aquí también Dios usa un doble negativo. Una traducción
literal podría decir: «Ni tampoco, no, ciertamente no, de
ninguna manera te abandonaría, te dejaría en aprietos, sin
ayuda, te abandonaría moribundo». No existe la posibilidad de
que Dios nos abandone.
Esta promesa la podemos decir «confiadamente», con valentía,
coraje y ánimo: Dios es nuestro ayudador. El original implica
«el que corre a ayudar, a socorrer». Si Dios corre cuando
necesitamos ayuda, no temamos lo que nos pueda hacer el
hombre. Esta promesa era para aquellos cristianos hebreos que
estaban bajo la amenaza de hombres religiosos que podían
destruir sus vidas y sus familias. Querían obligar a los
cristianos a volver a la tradición del altar de sacrificios en
el Templo. Los estaban amenazando hasta con la muerte. Ya se
había manifestado ese espíritu en las persecuciones en
Jerusalén, después del martirio de Esteban. Pablo y los
apóstoles misioneros sufrían continuamente en manos de
aquellos religiosos militantes.
Versículo 7:
Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo,
y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? (Génesis
15.2).
Abraham dijo:
· Palabra de consolación ·
· Palabra de consolación ·
· La victoria es segura ·
· Cristo es exaltado ·
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos,
me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el
evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de
aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio
escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas;
para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a
conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades
en los lugares celestiales (Efesios 3.8-10).
Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas
(Romanos 11.36).
· La última gloria ·
Estas son las cosas grandes que Dios quiere mostrar según
Jeremías 33: