2 Cronicas Paul O. Wendland
2 Cronicas Paul O. Wendland
2 Cronicas Paul O. Wendland
BRUG
La
BIBLIA
Popular
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Jueces
Rut
1,2 Samuel
1,2 Reyes
1 Crónicas
2 Crónicas
Esdras
Nehemías
Ester
Job
Paul O. Wendland
La Biblia Popular
JOHN A. BRAUN
Editor General
JOHN C. JESKE
Editor del Antiguo Testamento
CURTIS A. JAHN
Editor del Manuscrito
2 Crónicas
Paul O. Wendland
EDITORIAL NORTHWESTERN
Milwaukee, Wisconsin, EE.UU.
Ilustraciones internas por Glenn Myers.
Introducción ..............................................................................1
ILUSTRACIONES
Salomón dedica el Templo en Jerusalén..........................cubierta
Salomón es hecho rey................................................................24
Salomón y la reina de Sabá.....................................................120
PREFACIO DEL EDITOR
v
PREFACIO A LA EDICIÓN EN ESPAÑOL
Los comentarios de esta edición en español han sido ligeramente
modificados del libro original para su mejor adaptación a la versión
Reina-Valera, Revisión 1995.
Cuando el comentario, originalmente referido al texto de la New
International Version, no concuerda plenamente con el de la versión
Reina-Valera, Revisión 1995, se cita la Nueva Versión Internacional
(en español) o alguna otra versión española de la Biblia. En caso de
que algún fragmento del texto bíblico de la versión inglesa no aparezca
en ninguna de las versiones antes mencionadas, damos nuestra propia
traducción del mismo, haciendo la correspondiente aclaración.
El traductor de este volumen es el Lic. Gonzalo Delgadillo de Bogotá,
Colombia. La revisión de este libro fue hecha por la Sra. Albina Teigen,
natural de Lima Perú, esposa de un pastor que trabaja en Mankato,
Minnesota. El pastor David Haeuser, un misionero que trabaja en Perú,
realizó la revisión teológica. Agradecemos la valiosa labor de estos
siervos de Dios.
vi
DONATIVO ESPECIAL
La Comisión para Coordinar las Publicaciones del Sínodo Evangélico
Luterano de Wisconsin, WELS Kingdom Workers, La Sociedad
Misionera de Damas Luteranas (LWMS) y dos compañías de seguros:
Lutheran Brotherhood y Aid Association for Lutherans, contribuyeron
con donativos especiales a Publicaciones Multilingües para apoyar la
publicación de este volumen. Agradecemos su generoso aporte.
vii
INTRODUCCIÓN
Propósito
1
Introducción
gentes que los rodeaban cuando, por el celo propio por la pureza
de la casa de Jehová, los del pueblo de Judá se negaron
rotundamente a permitir que los extranjeros trabajaran junto con
ellos en el proyecto del Templo (Esdras 4:1-5). No estarían seguros
ante esa interferencia externa hasta que el muro de Jerusalén fuera
construido mediante la ayuda providencial de Nehemías.
Sin embargo, los enemigos de afuera no eran tan malos como
los de adentro. Cuando se hizo el primer llamado a los exiliados
para que regresaran a Jerusalén, un número relativamente escaso
de levitas, o trabajadores del Templo, respondió a ella. La falta de
entusiasmo por las cosas de Dios también se demostró de otras
maneras; en lugar de resistir la presión para permitir que los
extranjeros se unieran a ellos, muchas veces los exiliados que
regresaron simplemente se rindieron y permitieron que los no
judíos formaran parte de la comunidad. Se casaron con ellos
(Esdras 9); en una ocasión, a un extranjero importante incluso de
le dio un habitación dentro de los recintos sagrados del Templo
(Nehemías 13:7). El deseo de pureza racial y ceremonial no era
racismo de parte de los judíos piadosos, era más bien una
confesión de fe en la promesa que hizo Dios de bendecir a todas
las naciones en la simiente de Abraham (Génesis 22:18).
Asimismo, la falta de celo por esta forma de santidad demostraba
falta de fe en las promesas de Dios y decadencia de su fortaleza
espiritual. La corriente del mundo los estaba absorbiendo; se
estaban convirtiendo en lo que eran todos los demás.
El profeta Malaquías identificó el mismo letargo espiritual
señalando los pecados de su pueblo. Esos pecados eran (1) una
tendencia hacia el formalismo religioso (cuando la adoración se
convierte en el cumplimiento de ritos externos), (2) la duda
creciente respecto a la justicia de Dios, y (3) la falta de apoyo a la
obra de Dios. Hasta los sacerdotes eran perezosos y descuidados
en el modo en que enseñaban y aplicaban la palabra de Dios. A
través de los años, los exiliados que habían regresado de Babilonia
se volvieron deficientes en su fe en Dios e indiferentes en el amor
hacia su prójimo. No sería exageración decir que los exiliados que
2
Introducción
3
Introducción
Temas importantes
El rey ideal
6
Introducción
7
Introducción
10
Introducción
Tema y bosquejo
11
Introducción
12
Introducción
14
Introducción
15
Introducción
16
Introducción
17
PARTE III
DIOS EXALTA SU REINO BAJO EL GOBIERNO DE
SALOMÓN
2 CRÓNICAS 1–9
18
2 Crónicas 1:1-6
Proyectos de Proyectos de
contrucción contrucción
Fuerza de Fuerza de
trabajo trabajo
19
2 Crónicas 1:1-6
7
Aquella noche se le apareció Dios a Salomón y le dijo:
—Pídeme lo que quieras que yo te dé.
8
Salomón respondió a Dios:
—Tú has tenido con David, mi padre, gran misericordia, y
a mí me has puesto por rey en lugar suyo. 9 Ahora pues,
Jehová Dios, que se cumpla la palabra que le diste a David,
mi padre; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo
numeroso como el polvo de la tierra. 10 Dame ahora
sabiduría y ciencia, para que sepa dirigir a este pueblo;
porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?
11
Respondió Dios a Salomón:
—Por cuanto éste ha sido el deseo de tu corazón, y no
pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que
22
2 Crónicas 1:7-13
23
Salomón es hecho rey
24
2 Crónicas 1:7-13
26
2 Crónicas 1:14-17
El esplendor de Salomón
14
Salomón reunió carros y gente de a caballo; y tuvo mil
cuatrocientos carros y doce mil jinetes, los cuales puso en las
ciudades destinadas a los carros y junto al rey en Jerusalén.
15
Hizo el rey que hubiera en Jerusalén tanta plata y oro
como piedras, y que abundara el cedro como las higueras
silvestres de la Sefela. 16 Los mercaderes del rey compraban
por contrato caballos y lienzos finos de Egipto, para
Salomón. 17 Subían y compraban en Egipto un carro por
seiscientas piezas de plata y un caballo por ciento cincuenta.
Y todos los reyes de los heteos y los reyes de Siria compraban
así por medio de ellos.
CILICIA (COA)
Kue
Río Éufrates
Eup
hra
tes
Ri
Heteos
Hittites
ve
r
Arameos
Arameans
Mar Mediterráneo
Mediterranean
Sea
Jerusalén
Jerusalem
EGIPTO
Egypt
28
2 Crónicas 2:1-10
34
2 Crónicas 2:11-16
35
2 Crónicas 2:11-16
36
2 Crónicas 2:11-16
siempre está en primer plano. Algunas veces las frases “el padre
de” y “el hijo de” indican una relación más amplia de alguna clase,
tal como el fundador de un grupo o el habitante de cierta villa (vea
el comentario a 1 Crónicas 2:5-9). Así que aquí podemos decir que
Hiram-abí podía tener sus raíces en dos tribus: Neftalí y Dan. No
conocemos la naturaleza exacta de esas dos relaciones. Algunos
han sugerido que su madre era descendiente de Dan mientras que
su padre era descendiente de Neftalí. La referencia a que su padre
era “de Tiro” (versículo 14) se puede explicar como una indicación
de su lugar de residencia, y no de su origen racial. Aunque no
podemos comprender con precisión esta frase, podemos asegurar
con mucha más confianza que la razón principal del cronista para
indicarnos los antecedentes de Hiram-abí es trazar otro paralelo
entre él y Aholiab.
Tiro
Tyre
Mar Mediterráneo
Mediterranean
Sea
Porsea
By marfrom
de
Tiroto
Tyre a Jope
Joppa
Jope
Joppa
ByPorland
tierra de
from Jerusalén
Jerusalem
Jope to
Joppa a Jerusalén
Jerusalem
37
2 Crónicas 2:17,18
17
Salomón hizo el censo de todos los extranjeros que había
en la tierra de Israel, después del que David, su padre, había
hecho; y se halló que eran ciento cincuenta y tres mil
seiscientos. 18 Y señaló de ellos setenta mil para llevar cargas,
ochenta mil para las canteras en las montañas, y tres mil
seiscientos como capataces para hacer trabajar al pueblo.
39
2 Crónicas 3:1,2
41
2 Crónicas 3:3-4:6
3
Éstas son las medidas que dio Salomón a los cimientos de
la casa de Dios: la longitud era de sesenta codos y la anchura
de veinte codos. 4 El pórtico que estaba al frente del edificio
era de veinte codos de largo, igual al ancho de la Casa, y su
altura de ciento veinte codos. Salomón lo recubrió por
dentro de oro puro.
5
y techó el cuerpo mayor del edificio con madera de ciprés,
la cual recubrió de oro fino, haciendo esculpir en ella
palmeras y cadenas. 6 Recubrió también la Casa con un
ornamento de piedras preciosas; y el oro era oro de Parvaim.
7
Revistió, pues, la Casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes
y sus puertas, con oro; y esculpió querubines en las paredes.
8
Construyó asimismo el Lugar santísimo, cuya longitud
era de veinte codos, de acuerdo al ancho del frente de la
Casa, y su anchura de veinte codos. Lo revistió de oro fino, el
cual ascendía a seiscientos talentos. 9 Los clavos de oro
pesaban de uno hasta cincuenta siclos. También recubrió de
oro los aposentos.
10
Dentro del Lugar santísimo hizo dos querubines de
madera, los cuales fueron recubiertos de oro. 11 La longitud
de las alas de los querubines era de veinte codos; porque un
ala era de cinco codos, y llegaba hasta la pared de la Casa,
mientras la otra de cinco codos tocaba el ala del segundo
querubín. 12 De la misma manera una ala del otro querubín
era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la Casa,
y la otra era de cinco codos, que tocaba el ala del otro
querubín. 13 Estos querubines, cuyas alas extendidas medían
veinte codos, estaban en pie con los rostros vueltos hacia la
Casa. 14 Hizo también el velo de azul, púrpura, carmesí y
lino, e hizo bordar querubines en él. 15 Delante de la Casa
hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura cada
una, con capiteles de cinco codos encima. 16 Hizo asimismo
cadenas en el santuario y las puso sobre los capiteles de las
42
2 Crónicas 3:3-4:6
4
llamó Jaquín y a la de la izquierda, Boaz.
Hizo además un altar de bronce de veinte codos de
largo, veinte codos de ancho y diez codos de alto.
2
También hizo un mar de metal fundido, el cual tenía diez
codos de un borde al otro, enteramente redondo; su altura
era de cinco codos, y un cordón de treinta codos de largo lo
ceñía alrededor. 3 Debajo y alrededor del mar había figuras
de calabazas, diez por cada codo, colocadas en dos hileras
fundidas juntamente con el mar. 4 Éste estaba asentado sobre
doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, tres al
occidente, tres al sur, y tres al oriente; el mar descansaba
sobre ellos, y sus partes traseras miraban hacia adentro. 5 Y
tenía de grueso un palmo menor, y el borde tenía la forma
del borde de un cáliz o de una flor de lis. Y le cabían tres mil
batos.
6
Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la derecha y
cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas lo que se
ofrecía en holocausto; pero el mar era para que los
sacerdotes se lavaran en él.
44
2 Crónicas 3:3-4:6
7
Hizo asimismo diez candelabros de oro según la forma
prescrita, los cuales puso en el Templo, cinco a la derecha y
cinco a la izquierda. 8 Además hizo diez mesas y las puso en
el Templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda;
igualmente hizo cien tazones de oro.
9
También hizo el atrio de los sacerdotes, el gran atrio y las
portadas del atrio, y recubrió de bronce sus puertas. 10 Y
colocó el mar al lado derecho, hacia el sureste de la Casa.
11
Hiram también hizo calderos, palas y tazones. Así acabó
Hiram la obra que le había encargado el rey Salomón para
la casa de Dios. 12 Las dos columnas y los cordones, los
capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y las dos
redes para cubrir las dos esferas de los capiteles que estaban
encima de las columnas; 13 cuatrocientas granadas en las dos
redes, dos hileras de granadas en cada red, para que
cubrieran las dos esferas de los capiteles que estaban encima
de las columnas. 14 Hizo también las basas, sobre las cuales
colocó las fuentes; 15 un mar, y los doce bueyes debajo de él;
16
y calderos, palas y garfios.
Todos estos enseres los hizo Hiram-abi al rey Salomón,
para la casa de Jehová, de bronce muy fino. 17 Los fundió el
rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y
Seredata. 18 Salomón hizo todos estos enseres en número tan
grande, que no pudo saberse el peso del bronce.
19
Así hizo Salomón todos los utensilios para la casa de
Dios, el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían
los panes de la proposición; 20 asimismo los candelabros y sus
lámparas, de oro puro, para que las encendieran delante del
Lugar santísimo conforme a la ordenanza. 21 Las flores,
lámparas y tenazas se hicieron de oro, de oro finísimo;
22
también las despabiladeras, los lebrillos, las cucharas y los
incensarios eran de oro puro. También eran de oro la
46
El Lugar Santo con las diez mesas
Las cámaras (no se mencionan
47
doradas, los diez candeleros
en 2 Crónicas 28:11,12) dorados, los panes de la
proposición y el altar del incienso
El pórtico o
entrada al frente
del templo
El altar de bronze
para los sacrificios
El templo de Salomón
9 metros
9 metros
27 metros
Fuente de bronze
El Lugar Santísimo con el arca La cortina y las puetas para Jaquín y Boaz, las dos
del pacto y los querubines seperar el Lugar Santísimo del columnas ornamentales
dorados Lugar Santo de bronze
2 Crónicas 4:7-5:1
5
santísimo, y las puertas del Templo mismo.
Así se acabó toda la obra que hizo Salomón para la casa
de Jehová. Luego metió Salomón las ofrendas que
David, su padre, había consagrado: la plata, el oro y todos
los demás utensilios, y lo puso todo en los tesoros de la casa
de Dios.
48
2 Crónicas 4:7-5:1
49
2 Crónicas 4:7-5:1
52
2 Crónicas 4:7-5:1
53
2 Crónicas 4:7-5:1
54
2 Crónicas 4:7-5:1
55
2 Crónicas 4:7-5:1
56
2 Crónicas 4:7-5:1
57
2 Crónicas 5:2-10
2
Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de
Israel, a todos los príncipes de las tribus, y a los jefes de las
familias de los hijos de Israel, para que trasladaran el Arca
del pacto de Jehová desde la Ciudad de David, que es Sión.
3
Y se congregaron junto al rey todos los hombres de Israel,
para la fiesta solemne del mes séptimo. 4 Cuando llegaron
todos los ancianos de Israel, los levitas tomaron el Arca, 5 y la
llevaron, junto con el Tabernáculo de reunión y todos los
utensilios del santuario que estaban en el Tabernáculo. Los
sacerdotes y los levitas los llevaron. 6 El rey Salomón y toda
la congregación de Israel que se había reunido con él delante
del Arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no
se pudieron contar ni calcular.
58
2 Crónicas 5:2-10
7
Los sacerdotes metieron el Arca del pacto de Jehová en su
lugar, en el santuario de la Casa, en el Lugar santísimo, bajo
las alas de los querubines; 8 pues los querubines extendían las
alas sobre el lugar del Arca, cubriendo así tanto el Arca
como sus barras por encima. 9 E hicieron salir las barras, de
modo que se vieran las cabezas de las barras del Arca
delante del Lugar santísimo, pero no se veían desde fuera; y
allí están hasta el día de hoy. 10 En el Arca no había nada más
que las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, las
tablas del pacto que Jehová había hecho con los hijos de
Israel cuando salieron de Egipto.
11
Cuando los sacerdotes salieron del santuario (porque todos
los sacerdotes que se hallaban presentes habían sido
santificados, sin tener en cuenta su distribución por turnos),
12
los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán y los de
Jedutún, junto con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino
fino, estaban con címbalos, salterios y arpas al oriente del
altar. Con ellos había ciento veinte sacerdotes que tocaban
trompetas. 13 Hacían sonar, pues, las trompetas y cantaban al
unísono, alabando y dando gracias a Jehová. Y sucedió que
mientras ellos alzaban la voz al son de las trompetas, de los
címbalos y de los otros instrumentos de música, y alababan a
Jehová diciendo: «Porque él es bueno, porque su
misericordia es para siempre»
Dios crea la unidad cuando, por medio del evangelio, hace que
cada uno de nosotros esté personalmente seguro de su gran amor
por los pobres pecadores. Aunque el amor de Dios viene a cada
persona individualmente, abarca y une a todas, a todo hijo de Adán
que tiene necesidad de misericordia. El amor de Dios no borra
nuestras diferencias; nos alcanza como somos, dondequiera que
estemos. Así que cuando llegamos a ser cristianos, no dejamos de
ser hombre o mujer, papá o mamá, hijo o hija, trabajador o jefe.
Nuestro lugar de residencia puede que no cambie, y que nuestras
capacidades y aptitudes sigan siendo diferentes; pero por su gran
misericordia, a Dios sí le interesa quiénes somos y qué hacemos,
no importa lo que hagamos ni quiénes seamos.
Aun así, debido a que su misericordia es para siempre,
sabemos que cada uno de nosotros se ha convertido en una parte
esencial de algo más grande. Hemos sido entretejidos en la tela
del plan eterno del amor de Dios que se desarrolla en la historia.
Ahora vemos que ya no vivimos ni respiramos solos sino en un
solo corazón, una mente, un Espíritu y una voz. Somos el pueblo
de Dios; él nos ha creado en Cristo para llevar a cabo su único
propósito de juntar a todos sus elegidos, de tal manera que unidos
podamos cantar el cántico de victoria alrededor de su trono. Como
él nos ha unido en solo cuerpo, sabemos que todos necesitamos
de los demás, no a pesar de nuestras diferencias sino más bien
debido a ellas. Lo que mi hermano o hermana tiene suplirá lo que
me falta; cualquier cosa que tenga es un don de Dios para que yo
lo use para servir a otros. Solo la mente de Cristo, nacida en
nosotros por el evangelio, nos puede guiar a poner a los demás
primero que nosotros de esta manera. Sólo el Espíritu de Cristo
me puede enseñar a apreciar a mis hermanos y hermanas por las
cualidades y aptitudes que veo en ellos y que difieren de las mías.
Lo que sirve para encender la envidia y la división entre los hijos
de este siglo enciende un amor más ferviente entre los cristianos.
Esta unidad, creada por la misericordiosa revelación de Dios
mismo, es un don espiritual para ser atesorado y cultivado, no para
malgastarlo ni despreciarlo. En un mundo dividido por las
66
2 Crónicas 5:13,14
* Traducción de una cita en August Pieper, “The glory of the LORD.” The
Wauwatosa Theology, Vol. 2 editado por Curtis A. Jahn (Milwaukee:
Northwestern Publishing House, 1997), p. 419.
** Pieper, p. 419.
68
2 Crónicas 6:1-11
6 2
Entonces dijo Salomón:
«Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad.
Pero yo he querido edificarte una morada,
un lugar en que vivas para siempre.»
3
Luego el rey se volvió y bendijo a toda la congregación de
Israel, mientras toda la congregación de Israel estaba en pie.
4
Y dijo: «Bendito sea Jehová, Dios de Israel, quien con su
mano ha cumplido lo que prometió con su boca a David, mi
padre, diciendo: 5 “Desde el día que saqué a mi pueblo de la
tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las
tribus de Israel para edificar Casa donde estuviera mi
nombre, ni he escogido otro hombre para que fuera príncipe
sobre mi pueblo Israel. 6 Pero a Jerusalén he elegido para
que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que
69
2 Crónicas 6:1-11
70
2 Crónicas 6:1-11
71
2 Crónicas 6:1-11
72
2 Crónicas 6:12,13
12
Se puso luego Salomón delante del altar de Jehová, en
presencia de toda la congregación de Israel, y extendió sus
manos; 13 pues Salomón había hecho un estrado de bronce de
cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos de
alto, y lo había puesto en medio del atrio; y poniéndose sobre
él se arrodilló delante de toda la congregación de Israel,
extendió sus manos al cielo y dijo:
73
2 Crónicas 6:12,13
* Dillard, p. 28.
** “Simple Instructions for Prayer,” en Luther’s Prayers, H. Brokering, editor
(Minneapolis: Augsburg Publishing House, 1967) p. 41.
74
2 Crónicas 6:14-21
14
«Jehová, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti en el
cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y tienes
misericordia con tus siervos que caminan delante de ti de
todo su corazón; 15 que has mantenido a tu siervo David, mi
padre, la promesa que le hiciste; tú lo dijiste con tu boca, y
con tu mano lo has cumplido, como se ve en este día.
16
Ahora, pues, Jehová, Dios de Israel, cumple a tu siervo
David, mi padre, lo que le has prometido, diciendo: “Nunca
faltará en mi presencia uno de los tuyos, que se siente en el
trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino
andando en mi Ley, como tú has andado delante de mí.”
17
Ahora, pues, Jehová, Dios de Israel, cúmplase la promesa
que hiciste a tu siervo David.
18
»Pero, ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en la
tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no te pueden
contener, ¿cuánto menos esta Casa que he edificado? 19 Pero
tú mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, Jehová,
Dios mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo
ora delante de ti. 20 Que tus ojos estén abiertos sobre esta
Casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste: “Mi
nombre estará allí.” Escucha la oración con que tu siervo ora
en este lugar. 21 Asimismo escucha el ruego de tu siervo y de
tu pueblo Israel, cuando en este lugar hagan oración.
Escucha desde los cielos, desde el lugar de tu morada;
escucha y perdona.
22
»Cuando alguno peque contra su prójimo, y se le exige
juramento, si viene a jurar ante tu altar en esta Casa, 23 tú
oirás desde los cielos, actuarás y juzgarás a tus siervos,
dando la paga al impío, haciendo recaer su proceder sobre su
cabeza, y justificando al justo, al darle conforme a su
justicia.
24
»Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante del
enemigo por haber pecado contra ti, si se convierte y
confiesa tu nombre, si ruega delante de ti en esta Casa, 25 tú
oirás desde los cielos, perdonarás el pecado de tu pueblo
Israel y les harás volver a la tierra que les diste a ellos y a sus
padres.
26
»Cuando los cielos se cierren y no haya lluvias, por haber
pecado contra ti, si oran a ti en este lugar y confiesan tu
nombre, si se convierten de sus pecados cuando los aflijas,
27
tú los oirás en los cielos y perdonarás el pecado de tus
siervos y de tu pueblo Israel, les enseñarás el buen camino
para que anden en él y enviarás lluvia sobre tu tierra, la que
81
2 Crónicas 6:26-31
84
2 Crónicas 6:32,33
32
»También al extranjero que no sea de tu pueblo Israel,
que haya venido de lejanas tierras a causa de tu gran
nombre y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si
viene y ora hacia esta Casa, 33 tú oirás desde los cielos, desde
el lugar de tu morada, y harás conforme a todas las cosas
por las cuales haya clamado a ti el extranjero; para que
todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman
como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado
sobre esta Casa que yo he edificado.
85
2 Crónicas 6:32,33
una verdad como ésta cuando el poder terrenal de Judá había caído
tan bajo. Después de pasar por el exilio y por la continua hostilidad
de las naciones vecinas, debió haber sido difícil para ellos no ver
como enemigos a los que no eran israelitas.
En verdad hay muchas razones para pensar que el amor de
Dios tiene un límite y para decir “¡Hasta aquí: y no más!” Pero si
dejamos de ser la luz del mundo, dejamos de ser el pueblo de Dios
(Mateo 5:13,14). La iglesia que no tiene sentido de la misión que
le ha sido dada de proclamar el evangelio no tiene derecho a ser
llamada iglesia. Dios no nos entregó el evangelio para que fuera
sólo para nosotros; nuestro Salvador dice: “De gracia recibisteis,
dad de gracia” (Mateo 10:8). Era necesario un amor infinito para
salvar a pecadores como usted y yo. En vista de esto, ¿cómo podría
algún corazón sincero querer ponerle un límite al amor de Dios?
Más bien, como los que han sido alcanzados por la gracia de Dios
nos vemos obligados a exclamar en oración con Salomón: “¡Que
tu nombre sea santo y que todos los pueblos de la tierra conozcan
tu nombre como nosotros!”
34
»Cuando tu pueblo salga a la guerra contra sus enemigos
por el camino que tú le envíes, y ora a ti hacia esta ciudad
que tú elegiste, hacia la Casa que he edificado a tu nombre,
35
tú oirás desde los cielos su oración y su ruego, y ampararás
su causa.
36
»Cuando pequen contra ti (pues no hay hombre que no
peque), y te enojes contra ellos, y los entregues a sus
enemigos, para que sus conquistadores los lleven cautivos a
otras tierras, lejos o cerca, 37 si ellos vuelven en sí en la tierra
adonde los hayan llevado cautivos; si se convierten y oran a
ti en la tierra de su cautividad, y dicen: “Pecamos, somos
culpables, impíamente hemos actuado”; 38 si se convierten a
ti de todo su corazón y de toda su alma en la tierra de su
cautividad, donde los hayan llevado cautivos, y oran hacia la
tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú
elegiste, y hacia la Casa que he edificado a tu nombre; 39 tú
88
2 Crónicas 6:36-39
89
2 Crónicas 6:40-42
40
»Ahora, pues, Dios mío, te ruego que estén abiertos tus
ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar.
41
»Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo,
tú y el Arca de tu poder; Jehová Dios, sean vestidos de
salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu
bondad. 42 Jehová Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate
de tus misericordias para con tu siervo David.»
94
2 Crónicas 7:1-3
96
2 Crónicas 7:4-10
4
Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas
delante de Jehová. 5 Y ofreció el rey Salomón en sacrificio
veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así, el rey y
todo el pueblo dedicaron la casa de Dios.
6
Los sacerdotes desempeñaban su ministerio, mientras los
levitas alababan a Jehová con los instrumentos de música
que el rey David había hecho para acompañar los cánticos a
Jehová, «porque su misericordia es para siempre»,
entonando los cánticos compuestos por David. Los
sacerdotes tocaban las trompetas delante de ellos, y todo
Israel se mantenía en pie.
7
También Salomón consagró la parte central del atrio que
estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto había
ofrecido allí los holocaustos, y lo mejor de las ofrendas de
paz; porque en el altar de bronce que Salomón había hecho
no cabían los holocaustos, las ofrendas y las grasas.
8
Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo
Israel, una gran congregación, desde la entrada de Hamat
hasta el arroyo de Egipto. 9 Al octavo día hicieron solemne
asamblea, porque habían hecho la dedicación del altar en
siete días, y habían celebrado la fiesta solemne por siete días.
10
Y a los veintitrés días del mes séptimo envió al pueblo a sus
hogares, alegres y gozosos de corazón por los beneficios que
Jehová había hecho a David y a Salomón, y a su pueblo
Israel.
99
2 Crónicas 7:4-10
La meta final de Dios para este río es que fluya al océano que es
Cristo. Toda la Ley se cumple en él, todas las promesas se realizan
en él, toda la humanidad está representada en él, todos los pecados
son lavados en él, y todo el amor se encuentra en él.
Finalmente, el método de repetitivo del cronista señala que es,
tal vez, una forma un poco diferente de transmitir el conocimiento
religioso en comparación al que nos hemos acostumbrado. En el
occidente estamos acostumbrados a los bosquejos lógicos, a
preguntas con respuestas, a discursos en los que el tema se
establece abiertamente y donde nadie queda sin saber nada en
cuanto a todo su propósito. El método del cronista, algo que se
encuentra más comúnmente en las sociedades donde la fuerza de
la palabra oral es intensa, era sólo contar la historia, volverla a
contar, y después contarla otra vez. Sin embargo, al insistir en estos
temas, este artífice y maestro de los escritos sagrados (como
esperamos haber mostrado que el cronista es) gravó su idea en sus
lectores sin tener que decir jamás: “Este es el punto”.
Este método es diferente, y sin embargo no es verdaderamente
extraño para nosotros. En todos nuestros colegios comenzamos
enseñándoles a los niños los relatos básicos de la historia de la
Biblia. Nuestras escuelas dominicales siguen una serie regular de
historias bíblicas que describen la vida de Cristo y los eventos más
importantes del Antiguo Testamento. Cualquier pastor le puede
decir a usted lo difícil que es enseñarles las verdades más
abstractas del catecismo a niños que no han tenido una base firme
en esas (¿sencillas?) historias bíblicas. Piense en el pastor que
trabaja duro en su clase de confirmación; todos se esfuerzan por
entender el significado del pasaje “Cristo murió por los impíos”.
Ahora, vaya al cuarto contiguo y observe la cara impresionada de
los niños cuando oyen el relato de la pasión de nuestro Salvador
cuando el maestro de la escuela dominical lo cuenta con habilidad
y ternura. Quite la primera y usted destruye la base de la segunda.
Si sus alumnos no tienen una base firme en historia de la Biblia,
la presentación que el pastor hace de pasajes de la Biblia parecerá
sin vida, abstracta y hasta incomprensibles para sus oyentes. ¡Y
101
2 Crónicas 7:11-22
11
Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová, y la casa del
rey; y todo lo que Salomón se propuso hacer en la casa de
Jehová, y en su propia casa, fue prosperado. 12 Entonces
apareció Jehová a Salomón de noche y le dijo: «Yo he oído tu
oración, y he elegido para mí este lugar como Casa de
sacrificio. 13 Si yo cierro los cielos para que no haya lluvia, y
si mando a la langosta que consuma la tierra, o si envío
pestilencia a mi pueblo; 14 si se humilla mi pueblo, sobre el
cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se
convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los
cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra. 15 Mis ojos
estarán abiertos, y mis oídos atentos, a la oración que se
haga en este lugar; 16 pues ahora he elegido y santificado esta
Casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis
ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. 17 Y si tú andas
delante de mí como anduvo tu padre David, haces todas las
cosas que yo te he mandado, y guardas mis estatutos y mis
decretos, 18 yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté
con David, tu padre, diciendo: “No te faltará uno de los
102
2 Crónicas 7:11-22
104
2 Crónicas 7:11-22
2
8 Después de veinte años, durante los cuales Salomón
había edificado la casa de Jehová y su propia casa,
reedificó Salomón las ciudades que Hiram le había dado y
estableció en ellas a los hijos de Israel.
3
Después marchó Salomón contra Hamat de Soba, y la
tomó. 4 Y edificó a Tadmor en el desierto, y todas las
ciudades de aprovisionamiento que edificó en Hamat.
5
Asimismo reedificó a Bet-horón la de arriba y a Bet-horón
la de abajo, ciudades fortificadas, con muros, puertas y
barras; 6 a Baalat, y a todas las ciudades de avituallamiento
107
2 Crónicas 8:1-6
Hamat
Mar Río
Mediterráneo Éufrates
Tadmor
Bet-horón
Jerusalén
Ezión-geber y Elat
Mar Rojo
109
2 Crónicas 8:7-10
7
A todo el pueblo que había quedado de los heteos,
amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de Israel,
8
cuyos descendientes habían quedado en la tierra después de
ellos, a los cuales los hijos de Israel no exterminaron del
todo, hizo Salomón tributarios hasta hoy. 9 Pero no empleó
Salomón a ninguno de los hijos de Israel en su obra; porque
eran hombres de guerra, oficiales, capitanes y comandantes
de sus carros, y de su caballería. 10 Y tenía Salomón
doscientos cincuenta gobernadores principales, los cuales
mandaban sobre aquella gente.
111
2 Crónicas 8:11
Pureza en la adoración
El templo
Palacio real
Ciudad
de
David
La Jerusalén de Salomón
113
2 Crónicas 8:11
Orden en la adoración
12
Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre el
altar de Jehová que él había edificado delante del pórtico;
13
los ofreció según el rito de cada día, conforme al
mandamiento de Moisés, en los sábados, las nuevas lunas, y
en las fiestas solemnes, tres veces al año, esto es, en la fiesta
de los Panes sin levadura, en la fiesta de las Semanas y en la
fiesta de los Tabernáculos.
14
También estableció los turnos de los sacerdotes en sus
oficios, conforme a lo ordenado por David, su padre, a los
levitas en sus cargos, para que alabaran y ministraran
delante de los sacerdotes, según el rito de cada día; asimismo
los porteros, según su orden, en cada puerta; porque así lo
había mandado David, hombre de Dios. 15 No se apartaron
del mandamiento del rey en cuanto a los sacerdotes, los
levitas, los tesoros, y todo otro negocio; 16 porque toda la
obra de Salomón estaba preparada desde el día en que se
pusieron los cimientos de la casa de Jehová hasta que fue
terminada, hasta que la casa de Jehová fue acabada
totalmente.
115
2 Crónicas 8:12-16
increíble pensar que Dios les pueda dar una tarea importante y un
mensaje tan precioso a pecadores pobres y frágiles como usted y
como yo. Sin embargo lo hace. Y no llevamos a cabo ese trabajo
mirando ociosamente al cielo (Hechos 1:11). No lo terminamos
simplemente diciendo hermosas palabras de dientes para fuera y
haciendo mucha bulla una vez al año en algún domingo dedicado
a las misiones. Se completará sólo mediante el servicio consistente
y fiel, llevado a cabo día tras día por miles y miles de su pueblo.
Así sucedió con el templo de Salomón. Dios nos ha dado la visión
de nuestra meta por medio de libros como 2 Crónicas y Efesios.
Nos ha asignado a cada uno nuestro propio puesto especial. Ahora
nos encarga que “[nos esforcemos, hagamos la obra]” (1 Crónicas
28:10), seguros del poder de quien no nos abandonará ni nos
dejará.
17
Entonces Salomón fue a Ezión-geber y a Elot, a la costa
del mar en la tierra de Edom. 18 Porque Hiram le había
enviado, por medio de sus siervos, naves y marineros
diestros en el mar, los cuales fueron con los siervos de
Salomón a Ofir, y tomaron de allá cuatrocientos cincuenta
talentos de oro, y los trajeron al rey Salomón.
120
2 Crónicas 9:1-12
122
2 Crónicas 9:1-12
Todos los sueños que alguna vez haya tenido una persona de
crear un cielo aquí en la tierra han terminado en el fracaso más
triste. Más que solo fracasos, algunos de los peores horrores de
este siglo se han perpetrado con la esperanza de hacer una sociedad
nueva, un lugar donde puedan prevalecer los sueños humanos de
justicia y equidad. Pregunten a los esqueletos vivos que salen
arrastrándose de los campos de concentración, qué tan justo fue el
reino de mil años de Hitler. Deténgase por un momento en las fosas
comunes en donde están sepultadas miles de las víctimas de Stalin,
asesinadas para lograr el “paraíso obrero”. Aun menores
esperanzas de solo refrenar el caos y de poner límites al mal han
tenido el precio de muchos campos “donde crecen las amapolas y
las cruces de madera están en fila una tras otra”. Eso es suficiente
para hacernos salir corriendo en busca de protección cuando en
cualquier momento alguien se levanta “por el pueblo” a hacer
promesas que nunca cumplirá. Es suficiente para hacernos agachar
la cabeza en un gesto de completa desesperación.
Sin embargo, el reino todavía es del Señor. Y él todavía va por
los corredores del poder, logrando sus propósitos. Todavía nos
insta a orar por el bien de estos barrios donde vivimos mientras
esperamos aquí en exilio (Jeremías 29:7). Mucho más que esto: él
nos envió al Rey Justo, de quien el cronista y Jeremías escribieron.
Vino con una gloria muy escondida, humilde y cabalgando sobre
un asno. Su trono en la tierra fue una rústica cruz de madera;
cuando estuvo en el Gólgota, tuvo compasión de los centenares
que lo maltrataban, de las docenas que estaban horrorizados y de
un ladrón agonizante que creyó en él. Con su muerte quitó nuestro
pecado y todas sus dolorosas consecuencias. Ganó para nosotros
un lugar en la ciudad donde la muerte está abolida, donde el mal
ha sido quitado y el propio esplendor de Dios es toda la luz que
siempre necesitaremos (Apocalipsis 21).
Él juzgará a tu pueblo con justicia
y a tus afligidos con rectitud.
Los montes llevarán paz al pueblo,
y los collados justicia.
123
2 Crónicas 9:13-28
13
El peso del oro que recibía Salomón cada año, era
seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 14 sin contar lo que
traían los mercaderes y negociantes; todos los reyes de
Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a
Salomón.
15
Hizo también el rey Salomón doscientos escudos de oro
batido, cada uno de los cuales tenía seiscientos siclos de oro
labrado; 16 asimismo trescientos escudos de oro batido,
teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el
rey en la casa «Bosque del Líbano».
17
Además, el rey hizo un gran trono de marfil y lo recubrió
de oro puro. 18 El trono tenía seis gradas, un estrado de oro
fijado al trono, brazos a uno y otro lado del asiento, y dos
leones que estaban junto a los brazos. 19 Había también allí
doce leones sobre las seis gradas, a uno y otro lado. Jamás
fue hecho trono semejante en reino alguno.
20
Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la
vajilla de la casa «Bosque del Líbano», de oro puro. En los
días de Salomón la plata no era apreciada. 21 Porque la flota
del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres
años solían venir las naves de Tarsis trayendo oro, plata,
marfil, monos y pavos reales.
22
El rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra en
riqueza y en sabiduría. 23 Y todos los reyes de la tierra
124
2 Crónicas 9:13-28
de una forma que podamos ver ahora. Pero un día las veremos.
Jesús volverá, no como el Siervo que sufre, sino como el Señor de
gloria. Quitará estas sombras que oscurecen nuestra visión, retirará
el velo que cubre a la humanidad y le pondrá fin al reino oscuro
de la muerte. Entonces toda rodilla se doblará ante él y toda lengua
confesará que él es el Señor. “Lo dilatado de su imperio y la paz
no tendrán límite sobre el trono de David . . . disponiéndolo y
confirmándolo en juicio y en justicia . . . para siempre” (Isaías 9:7).
La muerte de Salomón
130
PARTE IV
DIOS PRESERVA SU REINO EN JUDÁ HASTA EL
REGRESO DEL EXILIO
2 CRÓNICAS 10–36
6
Entonces el rey Roboam consultó con los ancianos que
habían estado delante de Salomón, su padre, cuando éste
vivía, y les dijo:
—¿Qué me aconsejáis vosotros que responda a este
pueblo?
7
Ellos le contestaron diciendo:
—Si te conduces humanamente con este pueblo, lo tratas
bien y le hablas con buenas palabras, ellos te servirán
siempre.
8
Pero él abandonó el consejo que le dieron los ancianos, y
pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y
estaban a su servicio. 9 Y les preguntó:
—¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este
pueblo, que me ha hablado diciendo: “Alivia algo del yugo
que tu padre puso sobre nosotros”?
10
Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le
contestaron:
—Así dirás al pueblo que te ha hablado diciendo: “Tu
padre agravó nuestro yugo, pero tú disminuye nuestra
carga.” Así le dirás: “Mi dedo más pequeño es más grueso
que la cintura de mi padre. 11 Así que, si mi padre os cargó de
133
2 Crónicas 10:6-11
12
Volvió, pues, Jeroboam con todo el pueblo ante Roboam
al tercer día, según el rey les había mandado diciendo:
“Volved a mí de aquí a tres días.” 13 Y el rey les respondió
ásperamente, abandonando el rey Roboam el consejo de los
ancianos, 14 y hablándoles conforme al consejo de los jóvenes,
diciendo:
—Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo añadiré a
vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, pero yo os
castigaré con escorpiones.
15
No escuchó el rey al pueblo; porque la causa era de Dios,
para que se cumpliera la palabra que Jehová había
anunciado por medio de Ahías, el silonita, a Jeroboam hijo
de Nabat. 16 Al ver todo Israel que el rey no les había oído,
respondió el pueblo al rey diciendo:
«¿Qué parte tenemos nosotros con David?
No tenemos herencia en el hijo de Isaí.
¡Israel, cada uno a sus tiendas!
135
2 Crónicas 10:12-17
136
2 Crónicas 10:18-19
18
Envió luego el rey Roboam a Adoram, que estaba a cargo
de los tributos, pero lo apedrearon los hijos de Israel, y
murió. Entonces se apresuró el rey Roboam a subir en su
carro para huir a Jerusalén. 19 Así se apartó Israel de la casa
de David hasta el día de hoy.
138
2 Crónicas 11:1-4
139
2 Crónicas 11:1-4
5
Habitó Roboam en Jerusalén y edificó ciudades para
fortificar a Judá. 6 Edificó Belén, Etam, Tecoa, 7 Bet-sur,
Soco, Adulam, 8 Gat, Maresa, Zif, 9 Adoraim, Laquis, Azeca,
10
Zora, Ajalón y Hebrón, que eran ciudades fortificadas de
Judá y Benjamín. 11 Reforzó también las fortalezas y puso en
ellas capitanes, provisiones, vino y aceite; 12 en todas las
ciudades había escudos y lanzas. Las fortificó, pues, en gran
manera; y Judá y Benjamín le estaban sujetos.
13
Los sacerdotes y levitas que estaban en todo Israel, se
juntaron a él desde todos los lugares donde vivían, 14 pues los
levitas dejaron sus ejidos y sus posesiones y se fueron a Judá
y a Jerusalén, porque Jeroboam y sus hijos los excluyeron
del ministerio de Jehová. 15 Y él designó sus propios
sacerdotes para los lugares altos, para los demonios y para
los becerros que había hecho. 16 Tras aquellos acudieron
también de todas las tribus de Israel, los que tenían el
propósito sincero de buscar a Jehová, Dios de Israel; y
fueron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios
141
2 Crónicas 11:5-23
142
2 Crónicas 11:5-23
143
2 Crónicas 11:5-23
Mar ISRAEL
Mediterráneo
Río Jordán
Ajalón
Zora
JUDÁ
Gat Jerusalén
Azeca Etam Belén
Soco Tecoa
Adulam
Marisa
Bet-sur
Laquis Hebrón Mar
Muerto
Adoraim
Zif
144
2 Crónicas 11:5-23
146
2 Crónicas 11:5-23
5
El profeta Semaías vino ante Roboam y los príncipes de
Judá que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac,
y les dijo:
—Así ha dicho Jehová: “Vosotros me habéis dejado, y por
eso yo también os he dejado en manos de Sisac.”
6
Entonces los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y
dijeron:
—¡Justo es Jehová!
7
Cuando Jehová vio que se habían humillado, vino palabra
de Jehová a Semaías, diciendo: «Se han humillado, no los
destruiré, sino que los salvaré en breve y no se derramará mi
ira contra Jerusalén por mano de Sisac. 8 Pero serán sus
siervos, para que sepan lo que es servirme a mí, y qué es
servir a los reyes de las naciones.»
150
2 Crónicas 12:5-11
9
Subió, pues, Sisac, rey de Egipto, a Jerusalén, y tomó los
tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey;
todo se lo llevó; también los escudos de oro que Salomón
había hecho. 10 Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam
escudos de bronce y los entregó a los jefes de la guardia, los
cuales custodiaban la entrada de la casa del rey. 11 Cuando el
rey iba a la casa de Jehová, venían los de la guardia y los
llevaban, y después los volvían a dejar en la sala de la
guardia.
151
2 Crónicas 12:5-11
152
2 Crónicas 12:12-16
12
Así pues, por haberse humillado, la ira de Jehová se
apartó de él y no lo destruyó del todo, ya que aún en Judá
había cosas buenas.
13
Fortalecido pues, Roboam reinó en Jerusalén; y tenía
Roboam cuarenta y un años cuando comenzó a reinar y
reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que escogió
Jehová entre todas las tribus de Israel para poner en ella su
nombre. El nombre de la madre de Roboam fue Naama, una
amonita. 14 E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón
para buscar a Jehová.
15
Los hechos de Roboam, los primeros y los últimos, ¿no
están escritos en los libros del profeta Semaías y del vidente
Iddo, en el registro de las familias? Y entre Roboam y
Jeroboam hubo guerra constante. 16 Durmió Roboam con sus
padres y fue sepultado en la Ciudad de David. Reinó en su
lugar Abías, su hijo.
154
2 Crónicas 12:12-16
4
Se levantó Abías sobre el monte Zemaraim, que está en
los montes de Efraín, y dijo: «Oídme, Jeroboam y todo
Israel. 5 ¿No sabéis vosotros que Jehová, Dios de Israel, dio el
reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos,
bajo pacto de sal? 6 Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de
Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su
señor. 7 Se juntaron con él hombres ociosos y perversos y
156
2 Crónicas 13:4-12
157
2 Crónicas 13:4-12
159
2 Crónicas 13:13-22
13
Pero Jeroboam hizo tender una emboscada para
atacarlos por la espalda; de modo que atacaron a Judá tanto
de frente como por detrás. 14 Cuando los de Judá miraron
hacia atrás, se dieron cuenta de que los atacaban por el
frente y por la espalda; por lo que clamaron a Jehová,
mientras los sacerdotes tocaban las trompetas. 15 Entonces
los de Judá gritaron con fuerza; y al alzar ellos el grito de
guerra, Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de
Abías y de Judá. 16 Huyeron los hijos de Israel delante de
Judá y Dios los entregó en sus manos. 17 Abías y su gente
hicieron una gran matanza; cayeron heridos quinientos mil
hombres escogidos de Israel. 18 Así fueron humillados los
hijos de Israel en aquel tiempo, mientras los hijos de Judá
prevalecían, porque se apoyaban en Jehová, el Dios de sus
padres.
19
Persiguió Abías a Jeroboam, y le arrebató algunas
ciudades: a Bet-el con sus aldeas, a Jesana con sus aldeas, y a
Efraín con sus aldeas. 20 Así, nunca más tuvo poder
Jeroboam en los días de Abías, pues Jehová lo hirió y murió.
21
Pero Abías se hizo más poderoso. Tomó catorce mujeres y
engendró veintidós hijos y dieciséis hijas. 22 Los demás
hechos de Abías, sus caminos y sus dichos, están escritos en
la historia del profeta Iddo.
Mar
Mediterráneo
ISRAEL
Río Jordán
Zora
Mar
Muerto
168
2 Crónicas 14:9-15
9
Salió contra ellos Zera, el etíope, con un ejército de un
millón de hombres y trescientos carros; y vino hasta Maresa.
10
Entonces salió Asa contra él, y se pusieron en orden de
batalla en el valle de Sefata, junto a Maresa. 11 Y clamó Asa a
Jehová, su Dios, y dijo: «¡Jehová, para ti no hay diferencia
alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas!
Ayúdanos, Jehová, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos,
y en tu nombre marchamos contra este ejército. Jehová, tú
eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.»
12
Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de
Judá; y huyeron los etíopes. 13 Asa y el pueblo que con él
estaba los persiguieron hasta Gerar; y cayeron los etíopes
hasta no quedar ninguno con vida, pues fueron deshechos
delante de Jehová y de su ejército. Y les tomaron muy
grande botín. 14 Atacaron también todas las ciudades
alrededor de Gerar, porque el terror de Jehová cayó sobre
ellas; y saquearon todas las ciudades, pues había en ellas
gran botín. 15 Asimismo atacaron las cabañas de los que
169
2 Crónicas 14:9-15
tenían ejércitos con suficiente fuerza para ganar por sí solos. Sin
embargo, solo el verdadero Dios le ayudaba a quienes no tenían
mucha fuerza para ganar victorias sobre fuerzas superiores cuando
parecía imposible. “Para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda
al poderoso o al que no tiene fuerzas”.
En los libros de Moisés estaba muy grabada la verdad de que
Dios toma la causa de los que no tienen a nadie más de quien
depender. Él le prohíbe a su pueblo que afija a las viudas y a los
huérfanos (Éxodo 22:22). Él atiende las necesidades de ellos en la
distribución de los diezmos (Deuteronomio 14:28,29) y no quiere
que nadie los excluya de la celebración de la fiesta de las cosechas
(Deuteronomio 16:11). Él advierte en contra de aprovecharse de
ellos mediante trucos legales (Deuteronomio 24:17), e instruye a
su pueblo para que no coseche por completo los frutos de los
árboles con el fin de que quede algo para que los pobres lo recojan
(Deuteronomio 24:19-21). Esta verdad llevó a Lutero a decir:
“Cristo tiene un reino en el que desea ayudar a los pobres y
desgraciados . . . Sin él, ni aun todo el mundo con todo su poder
y medios puede ayudar . . . Su reino es predicar el evangelio a los
pobres . . . porque él no puede ir a los grandes y santos. Ellos no
desean ser contados como pecadores, y por lo tanto no necesitan
su evangelio”.*
Asa se incluyó a sí mismo y a su pueblo con aquellos que no
tienen nada en el mundo en lo que puedan confiar, cuando dijo:
“¡Para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al
que no tiene fuerzas! Ayúdanos . . . porque en ti nos apoyamos”
(versículo 11). Es igual que si hubiera dicho: “Si no nos ayudas,
estamos obligados a permanecer indefensos. Mis ejércitos
nacionales, a pesar de estar formados por muchos hombres fuertes
no pueden ganar esta batalla. Mis ciudades fortificadas no dan
verdadero refugio ni fortaleza. Tú, y solo tú, eres nuestro refugio
y fortaleza.” Los ojos que tienen visión espiritual ven las cosas
171
2 Crónicas 14:9-15
8
Cuando oyó Asa las palabras y la profecía del profeta
Azarías hijo de Obed, cobró ánimo y quitó los ídolos
abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de
las ciudades que él había tomado en la parte montañosa de
Efraín; y reparó el altar de Jehová que estaba delante del
pórtico de Jehová. 9 Después reunió a todo Judá y Benjamín,
y con ellos los forasteros de Efraín, de Manasés y de Simeón;
porque muchos de Israel se habían pasado a él, viendo que
Jehová, su Dios, estaba con él.
10
Se reunieron, pues, en Jerusalén, en el mes tercero del
año decimoquinto del reinado de Asa. 11 Y en aquel mismo
día sacrificaron para Jehová, del botín que habían traído,
setecientos bueyes y siete mil ovejas. 12 Entonces prometieron
solemnemente que buscarían a Jehová, el Dios de sus padres,
de todo su corazón y de toda su alma; 13 y que cualquiera que
no buscara a Jehová, el Dios de Israel, que muriera, ya fuera
grande o pequeño, hombre o mujer. 14 Juraron, pues, a
Jehová en alta voz y con gritos de júbilo, al son de trompetas
y de bocinas. 15 Todos los de Judá se alegraron de este
juramento; porque de todo su corazón lo juraban, y con toda
su voluntad lo buscaban. Por eso Jehová se dejó hallar de
ellos y les dio paz por todas partes.
16
Aun a Maaca, su propia madre, el mismo rey Asa la
depuso de su dignidad, porque había hecho una imagen de
Asera; y Asa destruyó la imagen, la desmenuzó y la quemó
176
2 Crónicas 15:8-19
180
2 Crónicas 15:8-19
181
2 Crónicas 15:8-19
190
2 Crónicas 17:1-6
191
2 Crónicas 17:1-6
b a
B Sino que buscó al Dios de su padre
b a
B Anduvo en sus mandamientos,
a
A Y no según las obras de Israel (versículos 3,4)
192
2 Crónicas 17:1-6
193
2 Crónicas 17:7-9
7
Al tercer año de su reinado envió a sus príncipes Ben-hail,
Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñaran
en las ciudades de Judá. 8 Con ellos envió a los levitas
Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán,
Adonías, Tobías y Tobadonías, y también a los sacerdotes
194
2 Crónicas 17:7-9
Una vez Lutero escribió: “Así como no hay fuego sin calor y
sin humo, tampoco hay fe sin amor. . . . Y como Dios no necesita
nuestro trabajo . . . , el cristiano se apresura a darse a sí mismo de
todo corazón a su prójimo, sirviéndole y ayudándole
gratuitamente.”* Son palabras apropiadas para describir la fe de
un rey que no estaba satisfecho sólo con fortificar su reino contra
los enemigos externos; también le ayudó a su pueblo a fortalecerse
interiormente. Esta imagen de un rey que enseña casi no tiene
paralelo en el Antiguo Testamento. Es verdad que pensamos en
David y en la manera en que le enseñó a Israel a alabar al Señor
con palabras inspiradas que se acompañaban con música.
Recordamos el maravilloso ejemplo y la oración de Salomón el
día de la dedicación del Templo, pero Josafat va mucho más allá
de esto: organizó una delegación compuesta por sus propios
funcionarios, levitas y sacerdotes especialmente escogidos, y los
envió “a todas las ciudades de Judá” para que hicieran su trabajo
entre el pueblo (versículo 9).
La composición de esta delegación es de por sí interesante. Es
bien conocido que Dios les había dado a los sacerdotes la
responsabilidad principal de enseñarle al pueblo “La Ley del
Señor” (Levítico 10:11; 2 Crónicas 15:3; Jeremías 18:18; Hageo
2:11). Pero aquí no solo vemos a los levitas sino también a los
funcionarios del rey unidos con los sacerdotes en la misma misión
de enseñar. Como lo habíamos observado antes, es bueno recordar
que algunas de las claras divisiones que los países han establecido
entre lo sagrado y lo secular no fueron de mucho interés para el
antiguo Israel; para ellos “el Libro de Ley del Señor” (la Tora, o
* Martin Luther, Day by Day we Magnify Thee, Daily Readings for the
Church Year from the Writings of Martín Luther, Philadelphia: Fortress Press,
1984, p. 246.
195
2 Crónicas 17:10-19
10
El terror de Jehová cayó sobre todos los reinos de las
tierras que estaban alrededor de Judá, de manera que no
osaron hacer guerra contra Josafat. 11 Los filisteos traían
196
2 Crónicas 17:10-19
200
2 Crónicas 18:1-4
Josafat hace una alianza con el mal, pero escapa con vida
18
2
Tenía, pues, Josafat riquezas y gloria en
abundancia; y emparentó con Acab.
Después de algunos años descendió a Samaria para visitar
a Acab, por lo que Acab mató muchas ovejas y bueyes para
él y para la gente que con él venía, y le persuadió que fuera
con él contra Ramot de Galaad. 3 Y dijo Acab, rey de Israel,
a Josafat, rey de Judá:
—¿Quieres venir conmigo contra Ramot de Galaad?
Él respondió:
—Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo; iremos
contigo a la guerra.
4
Además dijo Josafat al rey de Israel:
—Te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová.
204
2 Crónicas 18:9-13
9
El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados
cada uno en su trono, vestidos con sus ropas reales, en la
plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria, y todos los
profetas profetizaban delante de ellos. 10 Y Sedequías hijo de
Quenaana se había hecho cuernos de hierro, y decía: «Así ha
dicho Jehová: Con estos acornearás a los sirios hasta
destruirlos por completo.» 11 De esta manera profetizaban
también todos los profetas, diciendo: «Sube contra Ramot de
Galaad y serás prosperado; porque Jehová la entregará en
manos del rey.»
12
El mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló
diciendo:
—Mira que las palabras de los profetas a una voz anuncian
al rey cosas buenas; yo, pues, te ruego que tu palabra sea
como la de uno de ellos, que hables bien.
13
Dijo Micaías:
—Vive Jehová, que lo que mi Dios me diga, eso hablaré.
Luego se presentó al rey,
205
2 Crónicas 18:14-17
14
y el rey le dijo:
—Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o
debo desistir?
Él respondió:
—Subid y seréis prosperados, pues serán entregados en
vuestras manos.
15
El rey le dijo:
—¿Hasta cuántas veces te conjuraré que no me hables sino
la verdad en nombre de Jehová?
206
2 Crónicas 18:14-17
16
Entonces Micaías dijo:
—He visto a todo Israel disperso por los montes como
ovejas sin pastor y Jehová ha dicho: “Estos no tienen señor;
vuélvase cada uno en paz a su casa.”
17
El rey de Israel dijo a Josafat:
—¿No te había yo dicho que no me profetizaría bien, sino
mal?
208
2 Crónicas 18:18-22
18
Entonces Micaías dijo:
—Oíd, pues, palabra de Jehová: Yo he visto a Jehová
sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su
mano derecha y a su izquierda. 19 Y preguntó Jehová:
“¿Quién inducirá a Acab, rey de Israel, para que suba y
caiga en Ramot de Galaad?” Y el uno decía de una manera,
y el otro decía de otra. 20 Entonces salió un espíritu que se
puso delante de Jehová y dijo: “Yo lo induciré.” Y Jehová le
dijo: “¿De qué modo?” 21 Él respondió: “Saldré y seré
espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas.” Jehová
209
2 Crónicas 18:18-22
23
Entonces Sedequías hijo de Quenaana se le acercó y
golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo:
—¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Jehová
para hablarte a ti?
24
Micaías respondió:
—Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de
habitación en habitación.
25
Entonces el rey de Israel dijo:
—Tomad a Micaías y llevadlo a Amón, gobernador de la
ciudad, y a Joás, hijo del rey, 26 y decidles: “El rey ha dicho
así: Poned a éste en la cárcel y sustentadle con pan de
aflicción y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz.”
27
Micaías dijo:
—Si tú vuelves en paz, no ha hablado Jehová por mí.
Dijo además:
—Oíd, pueblos todos.
214
2 Crónicas 18:28-34
28
Subieron, pues, el rey de Israel, y Josafat, rey de Judá, a
Ramot de Galaad. 29 Y dijo el rey de Israel a Josafat:
—Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú
vístete con tus ropas reales.
Se disfrazó el rey de Israel y entró en la batalla.
30
El rey de Siria, por su parte, había ordenado a los
capitanes de los carros que tenía consigo: «No peleéis con
chico ni con grande, sino sólo con el rey de Israel.» 31 Cuando
los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Éste es
el rey de Israel.» Y lo rodearon para pelear; pero Josafat
clamó y Jehová lo ayudó, apartándolos Dios de él; 32 pues al
ver los capitanes de los carros que no era el rey de Israel,
desistieron de acosarle. 33 Pero un hombre disparó el arco al
azar e hirió al rey de Israel entre las junturas de la coraza.
El rey dijo entonces al cochero:
—Vuelve las riendas y sácame del campo, porque estoy mal
herido.
34
Pero arreció la batalla aquel día, por lo que el rey de
Israel se mantuvo en pie en su carro frente a los sirios hasta
la tarde; y murió al ponerse el sol.
216
2 Crónicas 18:28-34
217
2 Crónicas 19:1-3
220
2 Crónicas 19:4-11
4
Habitó, pues, Josafat en Jerusalén; pero volvió a salir
para visitar al pueblo, desde Beerseba hasta los montes de
Efraín, y los conducía a Jehová, el Dios de sus padres. 5 Puso
jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos
los lugares; 6 y dijo a los jueces: «Mirad lo que hacéis;
porque no juzgáis en nombre de los hombres, sino en
nombre de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis.
7
Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que
hacéis, porque en Jehová, nuestro Dios, no hay injusticia ni
acepción de personas ni admisión de cohecho.»
8
Puso también Josafat en Jerusalén a algunos de los levitas
y sacerdotes, y de los padres de las familias de Israel, para la
administración de la justicia de Jehová y para los litigios.
Estos habitaban en Jerusalén. 9 Y les mandó diciendo:
«Procederéis asimismo en el temor de Jehová, con verdad y
con corazón íntegro. 10 En cualquier pleito que os presenten
vuestros hermanos que habitan en las ciudades, ya sean
causas de sangre, o asuntos relativos a la Ley, preceptos,
estatutos o decretos, les amonestaréis que no pequen contra
Jehová, para que no venga ira sobre vosotros y sobre
221
2 Crónicas 19:4-11
los casos que fueran “difíciles” de manejar por los jueces locales
(Deuteronomio 16:18; 17:8). Josafat les asignó a los levitas el
cargo de oficiales de la corte. La palabra que se utiliza para oficial
puede implicar que sirvieron como organizadores de la agenda de
la corte o alguna clase de antiguos taquígrafos de la corte, aunque
la naturaleza exacta de sus responsabilidades permanece
desconocida (versículo 11).
Aunque algunos de estos detalles puedan parecer muy
interesantes, estamos mucho más interesados en lo que Josafat les
dijo a los jueces recién nombrados. Aquí podemos observar la
intención que estaba detrás de la reforma, y lo que esperaba lograr
con ella. Vemos claramente a un hombre que ha aprendido la
lección y que ha escuchado la reprensión del profeta. La meta
suprema de esta reforma es espiritual: “No pequen contra Jehová,
para que no venga ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos”
(versículo 10). Habla la voz de la experiencia (compare el
versículo 10 con el versículo 2). Josafat dice: “En este reino, la
justicia significa más que ser justo el uno con el otro o estar en lo
correcto legalmente. Somos el pueblo de Dios. Él quiere que lo
busquemos con fe, que llevemos una vida devota y santa delante
de él en temor reverente, y que huyamos con horror de cualquier
cosa que nos pueda manchar delante de aquel que es santo.
Debemos recordar que la ira de Dios estalla contra los que hacen
lo malo.”
En Crónicas hemos visto que la expresión temor de Dios se
usa con dos significados distintos. El temor de ser castigado por
haber traspasado los límites se encuentra hasta en la conciencia de
los paganos. No se tiene que ser creyente en el Padre de nuestro
Señor Jesucristo para bajar la velocidad cuando se ve a un policía
de carreteras. Pero el sentimiento de temor a pecar contra el Dios
Salvador (“Jehová” versículo 10) y el horror que sobreviene
cuando se hace cualquier cosa que Dios odia es una clase de temor
que se presenta sólo en los creyentes, a cuyo corazón el Espíritu
les ha enseñado a confiar en el Dios que perdona el pecado. La
primera clase de temor (que también se encuentra en los
223
2 Crónicas 19:4-11
225
2 Crónicas 19:4-11
230
2 Crónicas 20:6-13
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2 Crónicas 20:14-17
14
Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías hijo de Benaía, hijo
de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el
cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión; 15 y
dijo: «Oíd, todo Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén, y
tú, rey Josafat. Jehová os dice así: “No temáis ni os
amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no
es vuestra la guerra, sino de Dios. 16 Mañana descenderéis
contra ellos; mirad, ellos subirán por la cuesta de Sis y los
hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17 No
tendréis que pelear vosotros en esta ocasión; apostaos y
quedaos quietos; veréis como la salvación de Jehová vendrá
sobre vosotros. Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis;
salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con
vosotros.”»
algo mucho mejor y más excelente. También es por eso que cuando
le hacemos saber a Dios nuestras peticiones en áreas en las que no
tenemos palabra clara de Dios para guiarnos, oramos con plena
alegría de fe: “¡Hágase tu voluntad!” Sabemos que aun si Dios no
hace lo que queremos en ese momento, lo que él quiera y nos dé
será para nuestro bien eterno.
Sobre todo, vemos las promesas de Dios en las Escrituras para
encontrar respuestas sólidas a nuestras oraciones. Dios cumple lo
que promete. Cuando Dios da una promesa clara y universal, no
hay necesidad de orar diciendo “si esta es tu voluntad”, porque
Dios ya ha expresado su voluntad salvadora en la promesa. Aquí
pensamos específicamente en las promesas que nos ha hecho de
perdonar todos los pecados, de dar su Espíritu, de permanecer con
nosotros y de no dejar que nada nos separe de su amor, y de
fortalecernos para vencer cuando las pruebas de la vida amenacen
con aplastarnos. Cuando pedimos cualquiera de estas cosas,
decimos “Amén” con la plena convicción de que Dios nos dará lo
que le pedimos, ya que Jesús dice que el Padre no responderá a
nuestro clamor por pan dándonos piedras.
Esta respuesta de fe alegre a la promesa de Dios es
exactamente lo que vemos en Josafat y en el pueblo de Judá.
18
Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y también
todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron ante
Jehová para adorar a Jehová. 19 Y se levantaron los levitas de
los hijos de Coat y de los hijos de Coré para alabar con gran
clamor a Jehová, el Dios de Israel.
20
Cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto
de Tecoa. Mientras ellos salían, Josafat, puesto en pie, dijo:
«Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén. Creed en Jehová,
vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis
prosperados.»
21
Después de consultar con el pueblo, puso a algunos que,
vestidos de ornamentos sagrados, cantaran y alabaran a
Jehová mientras salía la gente armada, y que dijeran:
233
2 Crónicas 20:18-21
234
2 Crónicas 20:22-30
22
Cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza,
Jehová puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab
y de los montes de Seir que venían contra Judá, y se mataron
los unos a los otros. 23 Porque los hijos de Amón y Moab se
levantaron contra los de los montes de Seir para matarlos y
destruirlos; y cuando acabaron con los del monte Seir, cada
cual ayudó a la destrucción de su compañero.
24
Luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron
hacia la multitud, pero sólo vieron cadáveres tendidos en la
tierra, pues ninguno había escapado. 25 Josafat y su pueblo
fueron a despojarlos, y hallaron entre los cadáveres muchas
riquezas, así vestidos como alhajas preciosas que tomaron
para sí; tantos, que no los podían llevar. Estuvieron tres días
recogiendo el botín, porque era abundante.
26
Al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca, y allí
bendijeron a Jehová; por esto llamaron el nombre de aquel
paraje el valle de Beraca, hasta el día de hoy. 27 Después
todos los hombres de Judá y de Jerusalén, con Josafat a la
cabeza, regresaron a Jerusalén gozosos, porque Jehová les
había colmado de gozo librándolos de sus enemigos. 28 Y
entraron en Jerusalén, en la casa de Jehová, con salterios,
arpas y trompetas.
29
Cuando supieron que Jehová había peleado contra los
enemigos de Israel, el terror de Dios cayó sobre todos los
reinos de aquella tierra. 30 Y el reino de Josafat tuvo paz,
porque su Dios le dio paz por todas partes.
235
2 Crónicas 20:22-30
236
2 Crónicas 20:31-37
31
Así reinó Josafat sobre Judá; de treinta y cinco años era
cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en
Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba, hija de Silhi.
32
Y anduvo en el camino de Asa, su padre, sin apartarse de
él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. 33 Con todo, los
lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún no
había enderezado su corazón al Dios de sus padres. 34 Los
demás hechos de Josafat, los primeros y los últimos, están
escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se
hace mención en el libro de los reyes de Israel.
35
Pasadas estas cosas, Josafat, rey de Judá, trabó amistad
con Ocozías, rey de Israel, el cual era dado a la impiedad, 36 y
se asoció a él para construir naves que fueran a Tarsis; y
construyeron las naves en Ezión-geber. 37 Entonces Eliezer
hijo de Dodava, el de Maresa, profetizó contra Josafat
diciendo: «Por cuanto te has aliado con Ocozías, Jehová
destruirá tus obras». Y las naves se rompieron, y no
pudieron ir a Tarsis.
237
2 Crónicas 20:31-37
238
2 Crónicas 21:1-7
239
2 Crónicas 21:1-7
Con seguridad, el juicio de Dios iba a caer sobre ese rey tan
perverso. Sin embargo “Jehová no quiso destruir la casa de David,
a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había
dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos perpetuamente”
(versículo 7). Él no anula su gracia por el mal que hace la gente.
Dios le había prometido a David que su casa y su reino perdurarían
(1 Crónicas 17). Aunque el mundo estuviera lleno de Jorams, el
Señor no retiraría lo que había dicho.
Ejemplos concretos de la historia, como este, deben haber sido
un gran consuelo para esos judíos que habían regresado del exilio.
Cuando se habla en términos humanos, la suerte de la casa de
David, en los días de Joram, estaba colgando de un hilo delgado.
Como estamos por ver, pronto, la casa real iba a quedar reducida
a un solo vástago varón, mientras que un usurpador ocupaba el
trono. Sin embargo, de esta “vara del tronco de Isaí” (Isaías 11:1),
Dios iba a restaurar a la casa de David en el poder. Los exilados
que regresaron se animaron al considerar la gracia fiel de Dios
cuando la vieron en este ejemplo, y eso los motivó a creer que las
misericordias de Dios aun seguían siendo fieles por siempre. Dios
enviaría su Mesías, aunque no había motivo terrenal para tener
esperanza.
Dios lo humilla
8
En sus días se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y
proclamó su propio rey. 9 Entonces pasó Joram con sus
príncipes, y todos sus carros; se levantó de noche y derrotó a
los edomitas que le habían sitiado, y a todos los comandantes
de sus carros. 10 No obstante, Edom se libertó del dominio de
Judá hasta el día de hoy. Por ese mismo tiempo Libna se
libertó también de su dominio, por cuanto Joram había
abandonado a Jehová, el Dios de sus padres.
241
2 Crónicas 21:8-11
11
Además de esto, construyó lugares altos en los montes de
Judá, e incitó a los habitantes de Jerusalén a la prostitución,
y empujó a ella a Judá.
JUDÁ
Mar
Mediterráneo
Río Jordán
Jerusalén
EA
Libna
ST
LI
Mar
FI
Muerto
242
2 Crónicas 21:8-11
12
Le llegó una carta del profeta Elías que decía: «Jehová, el
Dios de tu padre David, ha dicho así: “Por cuanto no has
andado en los caminos de Josafat, tu padre, ni en los caminos
de Asa, rey de Judá, 13 sino que has andado en el camino de
los reyes de Israel, y has hecho que Judá y los habitantes de
Jerusalén forniquen, como fornicó la casa de Acab; y además
has dado muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los
cuales eran mejores que tú; 14 Jehová herirá a tu pueblo con
una gran plaga, a tus hijos, a tus mujeres y a todo cuanto
tienes; 15 tú mismo padecerás muchas enfermedades, y una
dolencia tal de tus intestinos, que se te saldrán a causa de tu
persistente enfermedad.”»
245
2 Crónicas 21:12-15
246
2 Crónicas 21:16-20
16
Entonces Jehová despertó contra Joram la ira de los
filisteos y de los árabes que estaban junto a los etíopes, 17 que
subieron contra Judá, invadieron la tierra y tomaron todos
los bienes que hallaron en la casa del rey, a sus hijos y a sus
mujeres; y no le quedó más hijo sino solamente Joacaz, el
menor de ellos. 18 Después de todo esto, Jehová lo hirió con
una enfermedad incurable en los intestinos. 19 Y aconteció
que al pasar muchos días, al cabo de dos años, los intestinos
se le salieron por la enfermedad, y murió así de enfermedad
muy penosa. Y no encendieron fuego en su honor, como lo
habían hecho con sus padres. 20 Cuando comenzó a reinar
tenía treinta y dos años de edad, y reinó en Jerusalén
durante ocho años. Murió sin que nadie lo llorara y lo
sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros
de los reyes.
248
2 Crónicas 22:1-6
249
2 Crónicas 22:7-9
7
Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuera destruido
al ir a visitar a Joram. Tan pronto llegó, salió con Joram
contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para
que exterminara a la familia de Acab. 8 Mientras Jehú hacía
juicio contra la casa de Acab, halló a los príncipes de Judá y
250
2 Crónicas 22:7-9
Meguido
Jezreel
Bet Hagán
Ibleam
Samaria
Río Jordán
Mar
Mediterráneo
251
2 Crónicas 22:7-9
10
Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había
muerto, se levantó y exterminó a toda la descendencia real
de la casa de Judá. 11 Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás
hijo de Ocozías, y escondiéndolo de entre los demás hijos del
rey, a los cuales mataban, lo guardó a él y a su nodriza en
uno de los aposentos. Así lo escondió Josabet, hija del rey
Joram, mujer del sacerdote Joiada (porque ella era hermana
de Ocozías), de la vista de Atalía, y no lo mataron. 12 Seis
años estuvo escondido con ellos en la casa de Dios. Entre
tanto, Atalía reinaba en el país.
254
2 Crónicas 22:10-12
255
2 Crónicas 22:10-12
sido ya bastante malo, ella y sus hijos (o tal vez mejor, sus
seguidores) habían irrumpido en el templo de Dios mismo para
que, en honor a Baal, se pudieran usar en forma pagana los objetos
sagrados separados para la adoración del Señor (24:7). ¿Qué
podría ser peor que eso? La usurpadora había tomado el trono del
reino de Dios y había profanado el Templo donde habitaba la gloria
de Dios. Parecía que Satanás había triunfado en la tierra.
* Josabet, además de ser la hija del rey Joram, también fue hermana de
Ocozías (vea 2 Reyes 11:2). Tal vez esto significa que la reina Atalía fue su
madre, lo que haría a Josabet leal a la casa de David de una forma muy
notable. Aunque esto es posible, de ninguna manera es seguro, ya que Josabet
y Ocozías hubieran sido hermano y hermana con el mismo padre (Joram) aun
si hubieran nacido de madres diferentes.
256
23
2 Crónicas 23:1-3
257
2 Crónicas 23:3-10
exacta de este golpe de estado para que coincidiera con una de las
tres grandes fiestas del pueblo de Dios. En una ocasión como esta,
cuando “todo Israel” se tenía que presentar ante el Señor, la
afluencia de gran número de personas a Jerusalén no sería nada
extraño. Atalía debió haber supuesto que ellos estaban allí
simplemente para adorar a su Dios como él les había mandado.
El versículo final de esta sección probablemente se puede
entender mejor como un resumen general de lo que viene. Toda la
asamblea hizo un pacto con el nuevo rey de esta forma:
3
Toda la multitud hizo pacto con el rey en la casa de Dios.
Y Joiada les dijo: «Aquí está el hijo del rey, que ha de reinar,
como dijo Jehová respecto a los hijos de David. 4 Ahora
haced esto: una tercera parte de vosotros, los que entran el
sábado, estarán de porteros con los sacerdotes y los levitas.
5
Otra tercera parte estará en la casa del rey; y la otra
tercera parte, se quedará a la puerta del Cimiento; y todo el
pueblo estará en los patios de la casa de Jehová. 6 Y ninguno
entre en la casa de Jehová, sino los sacerdotes y levitas que
ministran; estos entrarán, porque están consagrados; y todo
el pueblo hará guardia delante de Jehová. 7 Y los levitas
rodearán al rey por todas partes, y cada uno tendrá sus
armas en la mano; cualquiera que entre en la casa, que
muera; y estaréis con el rey cuando entre y cuando salga.»
8
Los levitas y todo Judá lo hicieron todo como lo había
mandado el sacerdote Joiada; y tomó cada jefe a los suyos,
los que entraban el sábado, y los que salían el sábado;
porque el sacerdote Joiada no dio licencia a las compañías.
9
Dio también el sacerdote Joiada a los jefes de centenas las
lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey
David, y que estaban en la casa de Dios; 10 y puso en orden a
todo el pueblo, teniendo cada uno su espada en la mano,
desde el rincón derecho del Templo hasta el izquierdo, hacia
el altar y la Casa, alrededor del rey por todas partes.
258
2 Crónicas 23:3-10
11
Entonces sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona y
el Testimonio, y lo proclamaron rey; Joiada y sus hijos lo
ungieron y gritaron: «¡Viva el rey!»
12
Cuando Atalía oyó el estruendo de la gente que corría y
de los que aclamaban al rey, vino a la casa de Jehová, donde
estaba el pueblo; 13 miró y vio al rey que estaba junto a la
columna, a la entrada, y a los príncipes y los trompeteros
junto al rey, a todo el pueblo de la tierra, lleno de alegría,
que tocaba bocinas, y a los cantores que, con instrumentos
de música, dirigían la alabanza. Entonces Atalía rasgó sus
vestidos, y dijo: «¡Traición! ¡Traición!»
261
2 Crónicas 23:11-21
14
Pero el sacerdote Joiada mandó que salieran los jefes de
centenas del ejército, y les ordenó: «Sacadla fuera del
recinto, y al que la siga, matadlo a filo de espada»; porque el
sacerdote había mandado que no la mataran en la casa de
Jehová. 15 Así pues, ellos le echaron mano, y cuando hubo
pasado la entrada de la puerta de los caballos de la casa del
rey, allí la mataron.
16
Entonces Joiada pactó con todo el pueblo y el rey, que
serían el pueblo de Jehová. 17 Después de esto entró todo el
pueblo en el templo de Baal y lo derribaron; también
rompieron sus altares, hicieron pedazos sus imágenes y
mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal.
18
Luego puso Joiada una guardia en la casa de Jehová, bajo
las órdenes de los sacerdotes y levitas, según David los había
distribuido en la casa de Jehová, para ofrecer a Jehová los
holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y
con cánticos, conforme a la disposición de David. 19 Puso
también porteros en las puertas de la casa de Jehová, para
que por ninguna vía entrara ninguno que estuviera impuro.
20
Llamó después a los jefes de centenas y a los principales,
a los que gobernaban al pueblo y a todo el pueblo de la
tierra, para conducir al rey desde la casa de Jehová. Cuando
llegaron a la mitad de la puerta mayor de la casa del rey,
sentaron al rey sobre el trono del reino. 21 Y se regocijó todo
el pueblo del país; y la ciudad estuvo tranquila después que
mataron a Atalía a filo de espada.
terrenos del Templo, atraída por el ruido y por los gritos. Como si
fuera una cámara que filma una escena, sus ojos observan todo
con gran horror: primero al rey, después a sus propios funcionarios
y finalmente a la gente bailando, las trompetas resonando y los
cantores cantando. El significado de lo que ve le cae como un
balde de agua fría, se rasga las vestiduras con dolor y grita:
“¡Traición! ¡Traición!”, lo que nos revela algo interesante sobre la
sicología de los hacedores del mal.
A veces suponemos con ingenuidad que los impíos están muy
conscientes del mal que hacen y se enorgullecen de ello; pero, al
contrario, como lo muestra el caso de Atalía, pueden sentir que
están perfectamente en lo correcto y pueden ver cualquier acción
contra de ellos como traición y violencia. “Ciertamente, los has
puesto en deslizaderos, en asolamiento los harás caer. ¡Cómo han
sido asolados de repente! ¡Perecieron, se consumieron de terrores!
Como sueño del que despierta, así, Señor, cuando despiertes,
menospreciarás su apariencia” (Salmo 73:18-20). El día del juicio
de Atalía había llegado; la iban a matar de acuerdo con el estatuto
de Dios, precisamente por sus idolatrías, asesinatos y blasfemias
contra el Señor y contra su ungido (Deuteronomio 13:9).
Cualquiera que se hubiera atrevido a seguirla, habría seguido la
misma suerte.
La idolatría había profanado la tierra y una usurpadora había
profanado el trono. Todo eso había sido contrario a los mandatos
y a las promesas específicas de Dios. Se había quebrantado el
pacto y era necesario restablecerlo. Por eso leemos que “Entonces
Joiada pactó con todo el pueblo y el rey, que serían el pueblo de
Jehová” (versículo 16). ¡El hecho de que Dios quisiera tenerlos de
nuevo es un testimonio de su gracia! En su celo por el Señor, la
gente fue en masa al templo de Baal, lo destruyó junto con todos
sus altares e imágenes y mató al sacerdote oficiante.
Parte del atractivo idolatría consiste en que tolera fácilmente
otros puntos de vista religiosos. “¿Así que usted es un seguidor
del Señor? ¡Maravilloso! Yo soy un devoto a Baal, pero ha habido
una o dos ocasiones en las que le he ofrecido sacrificio al Señor,
264
2 Crónicas 23:11-21
Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
No entrará en ella ninguna cosa inmunda o que haga abominación
y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la
vida del Cordero” (Apocalipsis 21:23,25,27).
266
2 Crónicas 24:1-16
267
2 Crónicas 24:1-16
268
2 Crónicas 24:1-16
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2 Crónicas 24:1-16
270
2 Crónicas 24:1-16
271
2 Crónicas 24:1-16
272
2 Crónicas 24:17-22
17
Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá y le
ofrecieron obediencia al rey. El rey los oyó, 18 y ellos
abandonaron la casa de Jehová, el Dios de sus padres, y
sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas.
Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este
su pecado. 19 Y les envió profetas para que los hicieran volver
a Jehová, los cuales los amonestaron; pero ellos no los
escucharon.
20
Entonces el espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del
sacerdote Joiada, se puso en pie, en un lugar alto, y dijo al
pueblo: «Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los
mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello,
porque por haber dejado a Jehová, él también os
abandonará.»
21
Pero ellos conspiraron contra él, y por mandato del rey lo
apedrearon hasta matarlo, en el patio de la casa de Jehová.
22
Así el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada,
padre de Zacarías, había tenido con él, sino que mató a su
hijo, quien dijo al morir: «¡Jehová lo vea y lo demande!»
rey también había tenido la guía y el consejo del Joiada para poder
encaminarse al bien en su vida adulta. Sin embargo tuvo un final
malo.
Una vez que Joiada salió de escena, Joás cayó rápidamente en
la idolatría. Parece que fueron los príncipes de Judá quienes lo
descarriaron, aunque eso no es una excusa. El cronista dice que
los príncipes de Judá le “ofrecieron obediencia”, una expresión
poco común para que la use el autor. De la manera en que el
cronista normalmente la emplea, la palabra hebrea se refiere a la
reverencia humilde que se muestra al venerar a Dios. Ésta es la
única ocasión en que el cronista la usa para referirse al homenaje
que los súbditos le rinden a su rey humano. Tal vez quiere sugerir
que los príncipes de Judá pudieron haber influido en él mediante
actos exagerados de devoción y por la adulación exagerada. Los
que tienen poder son sensibles a cosas como éstas, y podemos ver
fácilmente por qué ese pudo haber sido un incentivo especial para
que Joás obrara mal. Después de todo, había estado bajo la tutela
de Joiada durante un tiempo muy largo; ahora ya estaba libre de
eso. ¿Qué mejor ocasión para sugerirle astutamente que afirmara
su nueva libertad, haciendo algo que su antiguo maestro nunca
hubiera tolerado?
No importa cuál sea la explicación sicológica de esto, el
pecado sigue siendo pecado. La expresión “El rey los oyó” es una
acusación que el cronista hace contra el rey; no es una disculpa a
su conducta. La expresión “abandonaron la casa de Jehová”
(versículo 18) no se debe interpretar como un abandono absoluto
del Templo y de todos sus servicios; no hay duda de que el rey y
sus príncipes siguieron participando en las fiestas y sacrificios del
Templo de vez en cuando. Sin embargo, no vieron problema en
adorar en los lugares altos y en hacerles ofrendas a los postes de
Asera y en darles a las imágenes la reverencia que sólo se le debe
al Señor. Según el punto de vista del cronista, toda falsa adoración
(no importa que tan pequeña pueda parecer, es el paso para
complacer otros puntos de vista) es en principio un abandono al
único verdadero Dios y al único Salvador de Israel. Por lo tanto,
274
2 Crónicas 24:17-22
23
A la vuelta del año subió contra él el ejército de Siria, que
invadieron a Judá y a Jerusalén, mataron de entre el pueblo
a todos los principales, y enviaron todo el botín al rey de
Damasco, 24 pues aunque el ejército de Siria había venido con
277
2 Crónicas 24:23-27
280
2 Crónicas 25:1-12
281
2 Crónicas 25:1-12
9
Le preguntó Amasías al varón de Dios:
—¿Qué, pues, se hará con los cien talentos que he dado al
ejército de Israel?
Respondió el varón de Dios:
—Jehová puede darte mucho más que esto.
10
Entonces Amasías apartó el ejército de la gente que había
venido a unírsele de Efraín, para que se fueran a sus casas.
Ellos se enojaron mucho contra Judá y volvieron a sus casas
encolerizados.
11
Amasías se armó de valor, sacó a su pueblo, vino al valle
de la Sal y mató a diez mil de los hijos de Seir. 12 Los hijos de
Judá tomaron vivos a otros diez mil, los cuales llevaron a la
cumbre de un peñasco, los despeñaron desde allí, y todos se
hicieron pedazos.
13
Mientras tanto, los del ejército que Amasías había
despedido, para que no fueran con él a la guerra, invadieron
las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón,
mataron a tres mil personas y recogieron mucho botín.
14
Al volver Amasías de la matanza de los edomitas, trajo
también consigo los dioses de los hijos de Seir, los tomó por
dioses suyos, los adoró y les quemó incienso. 15 Por esto se
encendió la ira de Jehová contra Amasías, y le envió un
profeta que le dijo:
—¿Por qué has buscado los dioses de una nación que no
han podido librar a su pueblo de tus manos?
16
Mientras el profeta hablaba estas cosas, él lo
interrumpió:
—¿Acaso te han nombrado consejero del rey? Déjate de
eso. ¿O es que quieres que te maten?
El profeta concluyó diciendo:
—Yo sé que Dios ha determinado destruirte, porque has
hecho esto y no obedeciste mi consejo.
286
2 Crónicas 25:13-28
17
Pero Amasías, rey de Judá, después de tomar consejo,
envió a decir a Joás hijo de Joacaz hijo de Jehú, rey de
Israel: «Ven y veámonos cara a cara.» 18 Entonces Joás, rey
de Israel, envió a decir a Amasías, rey de Judá: «El cardo
que estaba en el Líbano le mandó a decir al cedro que estaba
en el Líbano: “Da tu hija a mi hijo por mujer.” Pero las
fieras que estaban en el Líbano pasaron y pisotearon el
cardo. 19 Tú dices: “He derrotado a Edom.” Por eso se
enaltece y gloría tu corazón. Pero mejor quédate ahora en tu
casa. ¿Para qué provocas un mal en que puedas caer tú y
Judá contigo?»
20
Pero Amasías no quiso oír; pues era la voluntad de Dios
entregarlos en manos de sus enemigos, por cuanto habían
buscado a los dioses de Edom. 21 Subió, pues, Joás, rey de
Israel, y se vieron cara a cara él y Amasías, rey de Judá, en
la batalla de Bet-semes de Judá. 22 Y Judá cayó delante de
Israel, y huyó cada uno a su casa. 23 Joás, rey de Israel,
apresó en Bet-semes a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás
hijo de Joacaz, y lo llevó a Jerusalén, en cuyo muro hizo una
brecha desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Ángulo,
un tramo de cuatrocientos codos. 24 Asimismo tomó todo el
oro y la plata, y todos los utensilios que se hallaron en la casa
de Dios en casa de Obed-edom, los tesoros de la casa del rey
y los hijos de los nobles como rehenes; después volvió a
Samaria.
25
Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió aún quince años
después de la muerte de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel.
26
Los demás hechos de Amasías, los primeros y los últimos,
¿no están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel?
27
Desde el tiempo en que Amasías se apartó de Jehová,
empezaron a conspirar contra él en Jerusalén; y habiendo
huido a Laquis, lo persiguieron hasta esa ciudad y allá lo
mataron; 28 lo trajeron en caballos y lo sepultaron con sus
padres en la ciudad de Judá.
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2 Crónicas 25:13-28
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2 Crónicas 25:13-28
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2 Crónicas 26:1,2
293
Los reyes de Judá
• Amasías de Judá, 29 años: 796-767
• ¿Cautivo de Samaria 792-782?
• Corregencia con Uzías 792-767
294
2 Crónicas 26:1,2
295
2 Crónicas 26:3-15
3
De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y
cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su
madre era Jecolías, de Jerusalén.
4
Él hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas
las cosas que había hecho Amasías, su padre. 5 Persistió en
buscar a Dios en los días de Zacarías, el cual era entendido
en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él
le prosperó.
6
Salió y peleó contra los filisteos, derribó los muros de Gat,
de Jabnia, y de Asdod; edificó ciudades en Asdod y en la
tierra de los filisteos. 7 Dios le dio ayuda contra los filisteos,
contra los árabes que habitaban en Gur-baal y contra los
amonitas. 8 Dieron los amonitas presentes a Uzías y se
divulgó su fama hasta la frontera de Egipto; porque se había
hecho altamente poderoso.
9
Edificó también Uzías torres en Jerusalén, junto a la
puerta del ángulo, junto a la puerta del valle y junto a las
296
2 Crónicas 26:3-15
297
2 Crónicas 26:3-15
cualesquiera que hubieran sido los dones o talentos que Uzías pudo
haber tenido, todos vinieron del Padre de las luces (Santiago 1:17).
Él no fue un hombre que se había hecho a sí mismo; Dios le había
dado su prosperidad.
Y el Señor le dio esta prosperidad porque Uzías había sido fiel
en buscarlo. El cronista menciona el nombre del maestro que
instruyó a Uzías (versículo 5). No tenemos ningún otro
conocimiento de este Zacarías, pero es evidente que causó un gran
impacto en el rey. Le enseñó al joven las verdades básicas acerca
del Dios de Abraham, el Dios que libremente había hecho un pacto
de pura gracia con el hombre de fe y con todos sus descendientes:
“En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra”
(Génesis 22:18). Este mismo Dios había traído a Israel a él mismo
en Sinaí, donde había esculpido en piedra los poderosos preceptos
de la Ley. Después de eso había establecido a su pueblo escogido
en una tierra espaciosa y buena y les había dado reposo de todos
sus enemigos. Había vinculado sus promesas misericordiosas de
un Salvador, a la casa de David y le había permitido a Salomón,
el hijo de David, construir un templo glorioso, donde el Señor se
complacía en encontrarse con los suyos. Allí les respondía sus
oraciones y les perdonaba sus pecados. Mediante la cuidadosa
instrucción de Zacarías en la ley y el evangelio, Dios encendió la
chispa de la fe en el corazón del joven rey y la convirtió en llamas
de tal forma que “persistió en buscar a Dios” (versículo 5).
La técnica que aplica el cronista de aprovechar el nombre de
Uzías en toda esta sección refuerza el mensaje. En realidad, a este
rey lo conocemos con dos nombres: Uzías (“el Señor es mi
fortaleza”) y Azarías (“el Señor es mi ayuda”), el nombre preferido
por el escritor de 2 Reyes. El cronista aprovecha ambos nombres,
utilizando palabras como ayuda y fortaleza al menos siete veces
(versículos 7,8,9,13,15 [dos veces],16). El hombre es como se le
llama: mientras Uzías/Azarías recordó su nombre, su verdadera
identidad en el Señor prosperó. De manera semejante, todos los
que siguen recordando con fe el nombre que tienen por virtud de
su bautismo también prosperarán. En el bautismo tomamos nuestra
299
2 Crónicas 26:3-15
300
2 Crónicas 26:16-23
16
Pero cuando se hizo fuerte, su corazón se enalteció para
su ruina; porque se rebeló contra Jehová, su Dios, entrando
en el templo de Jehová para quemar incienso sobre el altar
del incienso. 17 Y entró tras él el sacerdote Azarías, y con él
ochenta sacerdotes de Jehová, hombres valientes, 18 que se
opusieron al rey Uzías y le dijeron: «No te corresponde a ti,
rey Uzías, el quemar incienso a Jehová, sino a los sacerdotes
hijos de Aarón, que son consagrados para quemarlo. Sal del
santuario, porque has pecado, y tú no tienes derecho a la
gloria que viene de Jehová Dios».
19
Entonces Uzías, que tenía en la mano un incensario para
ofrecer incienso, se llenó de ira contra los sacerdotes. En ese
momento le brotó lepra en la frente, delante de los
sacerdotes en la casa de Jehová, junto al altar del incienso.
20
Cuando el sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes lo
miraron, se dieron cuenta de que tenía lepra en su frente.
Entonces lo hicieron salir apresuradamente de aquel lugar; y
él también se dio prisa en salir, porque Jehová lo había
herido.
21
Así el rey Uzías quedó leproso hasta el día de su muerte,
y habitó leproso en una casa apartada, por lo cual fue
excluido de la casa de Jehová; y Jotam, su hijo, se hizo cargo
de la casa real, gobernando al pueblo de la tierra.
22
Los demás hechos de Uzías, los primeros y los últimos,
fueron escritos por el profeta Isaías hijo de Amoz. 23 Durmió
Uzías con sus padres y lo sepultaron con sus padres en el
campo de los sepulcros reales; porque dijeron: «Leproso es.»
Y reinó su hijo Jotam en su lugar.
301
2 Crónicas 26:16-23
recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que
había hecho Uzías, su padre, salvo que no entró en el
santuario de Jehová. Pero el pueblo continuaba
corrompiéndose.
3
Fue él quien edificó la puerta mayor de la casa de Jehová,
y también muchas otras edificaciones sobre el muro Ofel.
4
Además edificó ciudades en las montañas de Judá, y
construyó fortalezas y torres en los bosques. 5 También tuvo
él guerra con el rey de los hijos de Amón, a los cuales venció;
y le dieron los hijos de Amón en aquel año cien talentos de
plata, diez mil coros de trigo y diez mil de cebada. Lo mismo
le dieron el segundo y el tercer año. 6 Así que Jotam se hizo
fuerte, porque preparó sus caminos delante de Jehová, su
Dios.
7
Los demás hechos de Jotam, todas sus guerras y sus
caminos, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de
Judá. 8 Cuando comenzó a reinar tenía veinticinco años, y
dieciséis años reinó en Jerusalén. 9 Durmió Jotam con sus
padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Reinó en su
lugar su hijo Acaz.
307
2 Crónicas 28:1-4
5
Por lo cual Jehová, su Dios, lo entregó en manos del rey
de los sirios, los cuales lo derrotaron, y le tomaron gran
número de prisioneros que llevaron a Damasco. Fue también
entregado en manos del rey de Israel, el cual le causó una
gran mortandad. 6 Y Peka hijo de Remalías mató en Judá en
un día a ciento veinte mil hombres valientes, por cuanto
habían abandonado a Jehová, el Dios de sus padres.
7
Asimismo Zicri, hombre poderoso de Efraín, mató a
Maasías, hijo del rey, a Azricam, su mayordomo, y a Elcana,
segundo después del rey. 8 También los hijos de Israel
tomaron cautivos de sus hermanos a doscientos mil, entre
mujeres, muchachos y muchachas, además de haber tomado
de ellos mucho botín que llevaron a Samaria.
2 Reyes 16:5,6; Isaías 7:1-6). El escritor de Reyes nota que los dos
gobernantes fracasaron en su objetivo final de que Judá formara
parte de su alianza, aunque sí lograron darle un golpe muy severo.
El cronista no está tan interesado en la política militar de la
región como en tomar nota cuidadosa de los juicios de Dios. En
las campañas de los reyes de Israel y de Siria contra Judá, ve el
castigo de Dios sobre un rey que lo ha abandonado, “por lo cual
Jehová, su Dios, lo entregó” (versículo 5). El rey y su pueblo
sufrieron pérdidas espantosas. Los sirios no sólo tomaron
prisioneros a muchos de los de Judá, sino que el rey Peka mató en
un día a 120,000 de sus soldados; entre ellos estaban el hijo del
rey Acaz, su mayordomo real, y quien le seguía en el mando
(versículos 5-7). Todo esto fue el castigo justo para de Judá porque
el pueblo “[había] abandonado a Jehová, el Dios de sus padres”
(versículo 6). A los de Judá que se habían negado obstinadamente
a honrarlo como su Dios, el Señor les dijo: “ustedes no son mi
pueblo”.
El cronista también menciona una gran cantidad de botín y de
cautivos que el ejército de Israel se llevó de Judá. Esos cautivos
ocupan el centro de la escena en la siguiente historia.
9
Había entonces allí un profeta de Jehová que se llamaba
Obed, el cual salió delante del ejército cuando entraba en
Samaria y les dijo:
—Jehová, el Dios de vuestros padres, por el enojo contra
Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los
habéis matado con tal ira que ha llegado hasta el cielo. 10 Y
ahora habéis determinado sujetar a vosotros a Judá y a
Jerusalén como siervos y siervas; pero ¿no habéis pecado
vosotros contra Jehová, vuestro Dios? 11 Oídme, pues, ahora,
y devolved a los cautivos que habéis tomado de vuestros
hermanos; porque Jehová está airado contra vosotros.
311
2 Crónicas 28:9-15
12
Entonces se levantaron algunos hombres de los
principales de los hijos de Efraín, Azarías hijo de Johanán,
Berequías hijo de Mesilemot, Ezequías hijo de Salum, y
Amasa hijo de Hadlai, contra los que venían de la guerra.
13
Y les dijeron:
—No traigáis aquí a los cautivos, porque el pecado contra
Jehová estará sobre nosotros. Vosotros tratáis de añadir
sobre nuestros pecados y sobre nuestras culpas, siendo muy
grande nuestro delito, y el ardor de la ira contra Israel.
14
Entonces el ejército dejó los cautivos y el botín delante de
los príncipes y de toda la multitud. 15 Y se levantaron los
hombres nombrados, tomaron a los cautivos, y del botín
vistieron a los que de ellos estaban desnudos; los vistieron,
los calzaron, les dieron de comer y de beber, los ungieron y
condujeron en asnos a todos los débiles, y los llevaron hasta
Jericó, ciudad de las palmeras, cerca de sus hermanos; y
ellos volvieron a Samaria.
16
En aquel tiempo envió el rey Acaz a pedir ayuda a los
reyes de Asiria. 17 Porque también los edomitas habían
venido y atacado a los de Judá, y habían llevado cautivos.
18
Asimismo los filisteos se habían extendido por las ciudades
de la Sefela y del Neguev de Judá, y habían tomado Bet-
semes, Ajalón, Gederot, Soco, Timna y Gimzo, con sus
respectivas aldeas; y habitaban en ellas. 19 Porque Jehová
había humillado a Judá por causa de Acaz, rey de Israel, por
cuanto éste había actuado con desenfreno en Judá y había
pecado gravemente contra Jehová.
20
También vino contra él Tiglat-pileser, rey de los asirios,
quien lo sitió en vez de ayudarlo. 21 Aunque Acaz despojó la
casa de Jehová, la casa real y las casas de los príncipes, y lo
dio todo al rey de los asirios, éste no lo ayudó.
316
2 Crónicas 28:22-27
Nunca antes un rey había recibido tanto y había hecho tan poco
con ello. Acaz prefirió la ayuda de un tirano asirio depravado a la
ayuda del Dios misericordioso. Obtuvo lo que había pedido. “Vino
contra él Tiglat-pileser, rey de los asirios, quien lo sitió en vez de
ayudarlo” (versículo 20). La única manera en que Acaz podía
obtener aunque fuera un alivio temporal del depredador asirio fue
comprándolo con cualquier tesoro que quedara en las varias
tesorerías de Jerusalén (versículo 21). Qué otra cosa se puede decir
de un rey como éste, excepto que “había pecado gravemente contra
Jehová” (versículo 19).
22
Además el rey Acaz, en el tiempo que aquél lo apuraba,
añadió mayor pecado contra Jehová; 23 porque ofreció
sacrificios a los dioses de Damasco que lo habían derrotado,
y dijo: «Puesto que los dioses de los reyes de Siria les
ayudan, yo también ofreceré sacrificios a ellos para que me
ayuden». Pero estos fueron la causa de su ruina y la de todo
Israel. 24 Además de eso recogió Acaz los utensilios de la casa
de Dios, los quebró, cerró las puertas de la casa de Jehová y
se hizo altares en todos los rincones de Jerusalén. 25 Hizo
también lugares altos en todas las ciudades de Judá, para
quemar incienso a los dioses ajenos, provocando así a ira a
Jehová, el Dios de sus padres.
26
Sus demás hechos y todos sus caminos, los primeros y los
últimos, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de
Israel. 27 Durmió Acaz con sus padres y lo sepultaron en la
ciudad de Jerusalén, pero no lo metieron en los sepulcros de
los reyes de Israel. Reinó en su lugar su hijo Ezequías.
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2 Crónicas 28:22-27
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2 Crónicas 28:22-27
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2 Crónicas 28:22-27
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2 Crónicas 29:1-11
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2 Crónicas 29:1-11
Se purifica el Templo
12
Entonces se levantaron los levitas, Mahat hijo de Amasai
y Joel hijo de Azarías, de los hijos de Coat; de los hijos de
Merari, Cis hijo de Abdi y Azarías hijo de Jehalelel; de los
hijos de Gersón, Joa hijo de Zima y Edén hijo de Joa; 13 de
los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; de los hijos de Asaf,
Zacarías y Matanías; 14 de los hijos de Hemán, Jehiel y
Simei; y de los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel. 15 Estos
reunieron a sus hermanos, se santificaron y entraron,
conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová,
para limpiar la casa de Jehová.
16
Después entraron los sacerdotes dentro de la casa de
Jehová para limpiarla. Sacaron toda la impureza que
hallaron en el templo de Jehová al atrio de la casa de
Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente
Cedrón. 17 Comenzaron a santificarse el día primero del mes
primero, y a los ocho del mismo mes vinieron al pórtico de
Jehová; y santificaron la casa de Jehová en ocho días, y en el
día dieciséis del mes primero terminaron. 18 Entonces fueron
ante el rey Ezequías y le dijeron: «Ya hemos limpiado toda la
casa de Jehová, el altar del holocausto y todos sus
instrumentos, y la mesa de la proposición con todos sus
utensilios. 19 Asimismo hemos preparado y santificado todos
327
2 Crónicas 29:12-19
El culto de rededicación
20
El rey Ezequías se levantó de mañana, reunió los
principales de la ciudad y subió a la casa de Jehová. 21 Y
presentaron siete novillos, siete carneros, siete corderos y
siete machos cabríos para expiación por el reino, por el
santuario y por Judá. Y dijo a los sacerdotes hijos de Aarón
que los ofrecieran sobre el altar de Jehová. 22 Mataron, pues,
los novillos, y los sacerdotes recibieron la sangre y la
esparcieron sobre el altar; mataron luego los carneros, y
esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los
corderos y esparcieron la sangre sobre el altar.
23
Después hicieron llevar delante del rey y de la multitud
los machos cabríos para la expiación, y pusieron sobre ellos
sus manos; 24 los sacerdotes los mataron e hicieron ofrenda
de expiación con la sangre de ellos sobre el altar, para
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2 Crónicas 29:20-36
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2 Crónicas 29:20-36
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2 Crónicas 29:20-36
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2 Crónicas 29:20-36
Cena del Señor. Mientras haya personas que consideren que cada
una de las palabras de Dios es igual de preciosa, habrá quienes
vean los sacramentos como esenciales para la vida de la iglesia. Y
si el cronista se pudo deleitar con la ubicación de los levitas,
encontrando en ésta la certeza de la autenticidad de su propia
adoración, nosotros con mayor razón confesaremos que la Palabra
y los sacramentos son señales imprescindibles del cuerpo de
Cristo.
Una vez que terminó sus propios sacrificios a favor de ellos,
Ezequías le dijo confiadamente al grupo: “Vosotros os habéis
consagrado ahora a Jehová” (versículo 31). Después los invitó para
que presentaran sus propios sacrificios de compromiso y de acción
de gracias. Había tantos que estaban “dispuestos de corazón” a
ofrecer diversas clases de sacrificios, que el número de los
sacerdotes fue insuficiente para atenderlos a todos. Tuvieron que
llamar a los levitas para que los ayudaran (versículo 34).
La respuesta de los sacerdotes fue la que en cierta forma
pareció poco entusiasta. No se nos dice por qué; solo se nos dice
que “los sacerdotes eran pocos. . . . los levitas estaban más
dispuestos a santificarse que los sacerdotes” (versículo 34). Solo
podemos suponer que la corrupción del sacerdocio que Acaz había
fomentado (vea 2 Reyes 16:10-16) todavía tenía efectos duraderos
en la moral y en el carácter general de los hijos sacerdotales de
Aarón. Es verdad que en cualquier organización visible de la
iglesia no todos los obreros llamados muestran la misma
dedicación externa hacia la obra del Señor. Sin embargo, tenemos
buenas razones para dar gracias a Dios porque siempre provee
personas concienzudas que desean ayudar para que se haga todo
el trabajo.
Sin embargo, ese día la alegría fue tan grande que no lo pudo
ensombrecer un sacerdocio al que le faltaba dedicación. La alegría
se podía ver en el entusiasmo con que Ezequías se levantó para
recibir el día (versículo 20). Se podía escuchar en las alabanzas
agradables de los levitas (versículo 30). Se demostró cuando el
rey, sus nobles, los levitas y toda la asamblea se postraron ante el
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2 Crónicas 29:20-36
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2 Crónicas 30:1-5
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2 Crónicas 30:1-5
“en el mes segundo” (versículo 2). Para ese fin, se enviaría una
invitación “por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan” (versículo
5; vea también Jueces 20:1; 1 Samuel 3:20; 1 Crónicas 21:2).
Aquí notamos una tensión entre la adherencia estrictamente
literal a la Ley de Moisés y la obediencia de acuerdo con el espíritu
de amor. Este tema volverá a surgir después en el capítulo. Nunca
se debe pensar que las exigencias literales de la Ley fueron de poca
importancia para el cronista (por ejemplo, vea 1 Crónicas 13:9-
14). Después de todo lo “que está prescrito” (versículo 5) no era
palabra de hombre, sino la palabra de Dios. Sin embargo, el
cronista aquí reconoce que hubo ocasiones en las que la literalidad
minuciosa podía ser un obstáculo en el camino de la clara
intención general de Dios. El rey Ezequías y sus consejeros
querían celebrar una verdadera Pascua, con gran cantidad de gente
congregándose de todas partes de Israel, en el único lugar donde
Dios había puesto su Nombre. Esto había mandado Dios en primer
lugar.
Sin embargo, una celebración así no se había llevado acabo
durante mucho tiempo (compare el versículo 5 con Deuteronomio
16:16). Por lo menos hubo una referencia a una celebración
pospuesta en las provisiones que Dios había dado en beneficio de
las personas que eran ceremonialmente inmundas en el momento
mismo de la Pascua (Números 9:9-11). En cualquier caso, después
de volver a pensarlo, el rey y los consejeros decidieron posponer
la celebración un mes para que una gran cantidad de personas
pudieran participar del “modo que está prescrito” (versículo 5).
Podríamos ir en dos direcciones diferentes al aplicar estos
versículos a nuestra situación actual. Primero, notamos en
Ezequías y en sus jefes ese mismo amor inquieto que invade a todo
cristiano (2 Corintios 5:14). ¿Por qué Ezequías no estaba contento
con reformar solo a Judá? ¿Por qué llamar a Israel? Estaba
corriendo el gran riesgo de ser mal entendido y rechazado. La
respuesta debe ser simplemente que lo hizo porque el corazón que
conoce la paz más perfecta en el perdón de los pecados se llena al
mismo tiempo de un anhelo infatigable para ayudarles a otros a
340
2 Crónicas 30:6-9
6
Salieron, pues, mensajeros con cartas de parte del rey y
de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había
mandado, que decían: «Hijos de Israel, volveos a Jehová, el
Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, y él se volverá al resto
que ha quedado de manos de los reyes de Asiria. 7 No seáis
como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se
rebelaron contra Jehová, el Dios de sus padres, y él los
entregó a desolación, como vosotros veis. 8 Ahora, pues, no
seáis tercos como vuestros padres; someteos a Jehová y venid
a su santuario, el cual él ha santificado para siempre; y
servid a Jehová, vuestro Dios, y el ardor de su ira se
apartará de vosotros. 9 Porque si os volvéis a Jehová,
vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia
delante de los que los tienen cautivos, y volverán a esta
341
2 Crónicas 30:6-9
10
Pasaron, pues, los mensajeros de ciudad en ciudad por la
tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón; pero se reían y
burlaban de ellos. 11 Con todo, algunos hombres de Aser, de
Manasés y de Zabulón se humillaron, y vinieron a Jerusalén.
12
En Judá también estuvo la mano de Dios que les dio un
solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los
príncipes, conforme a la palabra de Jehová.
13
Se reunió en Jerusalén mucha gente para celebrar la
fiesta solemne de los Panes sin levadura en el mes segundo;
fue una gran reunión. 14 Y levantándose, quitaron los altares
que había en Jerusalén; quitaron también todos los altares
de incienso, y los echaron al torrente Cedrón. 15 Entonces
sacrificaron la Pascua, a los catorce días del mes segundo; y
los sacerdotes y los levitas, llenos de vergüenza, se
santificaron y trajeron los holocaustos a la casa de Jehová.
16
Y tomaron su lugar en los turnos de costumbre, conforme a
la ley de Moisés, varón de Dios; y los sacerdotes esparcían la
sangre que recibían de manos de los levitas. 17 Porque había
muchos en la congregación que no estaban santificados, y
por eso los levitas sacrificaban la Pascua por todos los que no
se habían purificado, a fin de santificarlos para Jehová.
18
Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y Manasés,
y de Isacar y Zabulón, no actuaron conforme a lo que está
escrito, pues comieron la Pascua sin haberse purificado. Pero
Ezequías oró por ellos diciendo: «Jehová, que es bueno, sea
propicio a todo aquel que ha preparado su corazón para
buscar a Dios, 19 a Jehová, el Dios de sus padres, aunque no
esté purificado según los ritos de purificación del santuario.»
20
Jehová oyó a Ezequías, y sanó al pueblo.
21
Así los hijos de Israel que estaban en Jerusalén
celebraron la fiesta solemne de los Panes sin levadura por
siete días con grande gozo; y glorificaban a Jehová todos los
días los levitas y los sacerdotes, cantando con instrumentos
resonantes a Jehová. 22 Y habló Ezequías al corazón de todos
los levitas que habían mostrado buena disposición en el
servicio de Jehová.
Comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne por siete
días, ofreciendo sacrificios de paz, y dando gracias a Jehová,
el Dios de sus padres. 23 Y toda aquella asamblea determinó
que celebraran la fiesta por otros siete días; y la celebraron
otros siete días con alegría. 24 Porque Ezequías, rey de Judá,
había dado a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y
también los príncipes dieron al pueblo mil novillos y diez mil
ovejas; y muchos sacerdotes ya se habían santificado. 25 Se
alegró, pues, toda la congregación de Judá, como también los
sacerdotes y levitas, y toda la multitud que había venido de
Israel; asimismo los forasteros que habían venido de la tierra
de Israel, y los que habitaban en Judá. 26 Hubo entonces gran
regocijo en Jerusalén, porque desde los días de Salomón hijo
de David, rey de Israel, no había habido cosa semejante en
Jerusalén. 27 Después los sacerdotes y levitas, puestos en pie,
bendijeron al pueblo; y fue oída su voz, y su oración llegó
hasta el cielo, su santa morada.
350
2 Crónicas 31:2
2
Arregló Ezequías la distribución de los sacerdotes y de los
levitas conforme a sus turnos, cada uno según su oficio
sacerdotal o levítico, para ofrecer el holocausto y las
ofrendas de paz, para que ministraran, dieran gracias y
alabaran dentro de las puertas de los atrios de Jehová.
351
2 Crónicas 31:3-10
3
El rey contribuyó de su propia hacienda para los
holocaustos de la mañana y de la tarde, y para los
holocaustos de los sábados, nuevas lunas y fiestas solemnes,
como está escrito en la ley de Jehová. 4 Mandó también al
pueblo que habitaba en Jerusalén que diera la porción
correspondiente a los sacerdotes y levitas, para que ellos se
dedicaran a la ley de Jehová. 5 Cuando este edicto fue
352
2 Crónicas 31:3-10
353
2 Crónicas 31:3-10
11
Por tal motivo mandó Ezequías que prepararan
depósitos en la casa de Jehová. Los prepararon, 12 y en ellos
metieron fielmente las primicias, los diezmos y las cosas
consagradas. Nombraron a cargo de ello al levita Conanías,
el principal, y Simei, su hermano, fue el segundo. 13 Jehiel,
Azazías, Nahat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaquías,
355
2 Crónicas 31:11-21
356
2 Crónicas 31:11-21
montón de ofrendas en los atrios del Templo, supo que tenía que
hacer algo para conservarlas, así que mandó “que prepararan
depósitos en la casa de Jehová” (versículo 11).
El rey también se encargó de que los depósitos se utilizaran
para los propósitos a los que estaban destinados. La palabra
“fielmente” del versículo 12 bien puede tener la intención de hacer
un contraste agudo entre la manera en que se usaron los depósitos
durante el tiempo de Ezequías y la forma en que se utilizaron en
una ocasión durante la época del cronista. Mientras que los judíos
estuvieron bajo el gobierno persa, Eliasib el sumo sacerdote se
portó deslealmente al haber destinado un depósito del Templo
como morada para Tobías, el amonita (Nehemías 13:7-9).
El cronista vuelve a tomar el tema de la fidelidad en los
versículos 15 y 18. Los hombres de Coré fueron fieles en la
distribución de las contribuciones entre los sacerdotes. Los levitas
también fueron fieles en prepararse para el servicio del Señor. De
todas las virtudes, la fidelidad es la menos notable, ya que por su
naturaleza rara vez llama la atención; hace exactamente lo que
hace, todos los días, sin pregonarlo a los cuatro vientos para que
se sepa. Sólo cuando hace falta la gente sí se da cuenta. Y de todas
las virtudes necesarias para darles el uso apropiado a sus ofrendas,
¿tenemos que adivinar cuál considera más importante el Señor?
¡La fidelidad!
Pablo se refiere a ella como la norma con que se debían juzgar
a los ministros de Cristo (1 Corintios 4:2). Pedro la utiliza como
el modelo de todo el servicio cristiano (1 Pedro 4:10; vea también
Romanos 12:6-8). La vemos en el estudiante que realiza sus tareas
diarias y en el pastor que prepara sus sermones semanales. La
vemos en la madre que cuida sus hijos pequeños durante muchos
días que algunas veces parecen interminables y que nunca tienen
suficientes horas. La observamos en el padre que le lee todas las
noches a su hijo. La notamos los domingos por la mañana cuando
las bancas de la iglesia están ocupadas con las mismas personas
que asistieron la semana pasada.
357
2 Crónicas 31:11-21
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2 Crónicas 32:1-8
361
2 Crónicas 32:1-8
9
Después de esto, Senaquerib, rey de los asirios, mientras
sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envió sus siervos a
Jerusalén para decir a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de
Judá que estaban en Jerusalén:
10
«Así ha dicho Senaquerib, rey de los asirios: ¿En quién
confiáis vosotros al resistir el sitio en Jerusalén? 11 ¿No os
engaña Ezequías para entregaros a la muerte por hambre y
sed, cuando dice: “Jehová, nuestro Dios, nos librará de
manos del rey de Asiria”? 12 ¿No es Ezequías el mismo que
ha quitado sus lugares altos y sus altares, y ha dicho a Judá y
a Jerusalén: “Sólo delante de este altar adoraréis, y sobre él
quemaréis incienso”? 13 ¿No habéis sabido lo que yo y mis
367
2 Crónicas 32:9-19
368
2 Crónicas 32:9-19
hacer eso mucho antes que él. Todo está aquí: las distorsiones, las
verdades a medias y la gran mentira.
El rey le preguntó al pueblo de Jerusalén: “¿En quién
confiáis vosotros?” (versículo 10), “¡¿En el sermoncito de
Ezequías?! Miente cuando dice que el Señor los protegerá.”
Luego, Senaquerib sigue tratando de causar una división entre el
pueblo del Señor y su rey. En el versículo 12, sus palabras
realmente dicen: “¿Por qué habría de tener el Señor alguna
consideración especial por Ezequías? ¿Acaso no escuché yo, en
alguna parte, que él había sido la persona que derrumbó todos los
altares del Señor en los lugares altos y quien insistió en que al
Señor se le debía adorar en un solo lugar?” Puesto que era idólatra,
no podía creer que el Señor hubiera insistido en una cosa así.
Después de todo, desde su punto de vista, entre más altares
hubiera, más contento estaría cualquier dios. Con esa lógica se
concluiría que Ezequías había ofendido al Señor, el Dios de Israel,
al derrumbar todos esos altares, y por lo tanto no podía afirmar
que hablaba por él. Por la costumbre impía de Judá de levantar
esos altares en los lugares altos, se puede ver cómo este argumento
pudo haber afectado al pueblo que estaba sitiado. Muchas veces
las personas, cuando están bajo presión, se vuelven a sus antiguas
costumbres, a las viejas supersticiones.
El rey continúa, diciendo: “Además ¿No leen ustedes los
periódicos? ¿No se dan cuenta de con quién tratan aquí? Los
asirios hemos barrido con todo, y jamás ninguno de los dioses de
las otras naciones les ha ayudado ¿Por qué piensan que su dios es
diferente?” (vea los versículos 13-15). El cronista hace una breve
alusión a los acontecimientos que se describen de una manera más
completa en 2 Reyes (compare los versículos 17-19 con 2 Reyes
18:26-37 y 2 Reyes 19:9-13). Sin embargo, para el cronista, el
asunto ya está más claro que el agua: el rey de Asiria agrupa al
Dios de Jerusalén con todo el resto de los dioses de la tierra. La
peor clase de blasfemia es poner al Dios vivo en la misma
categoría que la “obra de manos de hombres” (versículo 19).
369
2 Crónicas 32:20-23
20
Pero el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz
oraron por esto, y clamaron al cielo. 21 Y Jehová envió un
ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los
jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Por
tanto, éste volvió a su tierra avergonzado; y al entrar en el
templo de su dios, lo mataron a espada sus propios hijos.
370
2 Crónicas 32:20-23
22
Así salvó Jehová a Ezequías y a los habitantes de
Jerusalén de las manos de Senaquerib, rey de Asiria, y de las
manos de todos; y les dio reposo por todos lados. 23 Muchos
trajeron entonces a Jerusalén ofrenda a Jehová, y ricos
presentes a Ezequías, rey de Judá; el cual fue muy
engrandecido delante de todas las naciones después de esto.
371
2 Crónicas 32:24-33
24
En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte; y oró a
Jehová, quien le respondió y le dio una señal. 25 Pero
Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho,
sino que se enalteció su
corazón, por lo cual vino la ira contra él, contra Judá y
Jerusalén. 26 Pero después de haberse enaltecido su corazón,
Ezequías se humilló, él y los habitantes de Jerusalén; por eso
no estalló sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías.
27
Ezequías tuvo riquezas y gloria, muchas en gran manera;
y adquirió tesoros de plata y oro, piedras preciosas,
perfumes, escudos, y toda clase de joyas deseables.
28
Asimismo hizo depósitos para las rentas del grano, del vino
y del aceite, establos para toda clase de bestias, y apriscos
para los ganados. 29 Adquirió también ciudades, y hatos de
ovejas y de vacas en gran abundancia, porque Dios le había
dado muchas riquezas.
30
Fue Ezequías quien cubrió los manantiales de Gihón la
de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la Ciudad
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2 Crónicas 32:24-33
374
2 Crónicas 33:1-9
375
2 Crónicas 33:1-9
cual Dios nos ha creado en Cristo. Cuando somos inútiles para los
propósitos piadosos y somos inmundos, Dios nos trata como tales
y nos lanza a la calle para que seamos pisoteados. Esas son las
solemnes palabras de advertencia que le dice Cristo a cualquiera
que se burle de la gracia.
Podemos hacer una observación más sobre la forma magistral
como el cronista dispuso esta sección. Note con cuánta habilidad
ha puesto los pecados más viles al lado de las más preciosas
promesas del Señor. En vez de conservar el santuario central sin
contaminación, Manasés les construyó altares en sus atrios a todos
los ejércitos de los cielos, exactamente donde el Señor había dicho:
“estará mi nombre perpetuamente” (versículo 4). Puso en el
templo de Dios una imagen tallada en el santuario y en la ciudad
donde el Señor había escogido revelarse a Israel (versículo 7). El
contraste produce en el lector un horror absoluto por el pecado.
¡Dios demostró su dulce gracia en el Templo y en la ciudad, y
recibió este agradecimiento por hacerlo! Hoy, a la gente le gusta
pensar que se está volviendo más sofisticada, pero tal vez nada
más nos estamos volviendo más desvergonzados. Quizás todo lo
que ha sucedido es que la cantidad de hechos horrorosos a la que
estamos expuestos a diario sólo nos ha vuelto incapaces de
escandalizarnos. Dios quiera darnos el verdadero horror por el
pecado; ¡que él nos ayude a ver en él toda su realidad repugnante!
Podemos ver una descripción breve de los pecados de Manasés
para entender mejor su significado en nuestros tiempos. Primero,
tenemos la idolatría excedió aún a la de su bisabuelo Acaz. Él
había fundado lo que podríamos llamar “altares de oposición”:
otros lugares, además de la casa de Dios, donde el pueblo de Dios
podía rendir adoración. Esos lugares de Acaz se pudieron dedicar
al Señor, o abiertamente a un dios falso. En todo caso, estaban
prohibidos. Acaz también corrompió la verdadera adoración a Dios
en el Templo con su nuevo altar de sacrificio, copiado de uno que
había visto en Damasco. Por último, simplemente cerró las puertas
de la casa de Dios, impidiendo así la adoración de cualquier clase.
377
2 Crónicas 33:1-9
10
Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, pero ellos no
escucharon; 11 por lo cual Jehová trajo contra ellos los
generales del ejército del rey de los asirios, los cuales
apresaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas, lo
llevaron a Babilonia.,
380
2 Crónicas 33:12-20
12
Pero cuando se vio en angustia, oró a Jehová, su Dios, y
se humilló profundamente en la presencia del Dios de sus
padres. 13 Oró a él, y fue atendido; pues Dios oyó su oración y
lo hizo retornar a su reino en Jerusalén. Entonces reconoció
Manasés que Jehová era Dios.
14
Después de esto edificó el muro exterior de la ciudad de
David, al occidente de Gihón, en el valle, a la entrada de la
puerta del Pescado, amuralló Ofel y elevó el muro muy alto.
Además, puso capitanes del ejército en todas las ciudades
fortificadas de Judá. 15 Asimismo quitó los dioses extranjeros,
el ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había
edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén, y
los echó fuera de la ciudad. 16 Reparó luego el altar de Jehová
y sacrificó sobre él sacrificios de ofrendas de paz y de
alabanza; y ordenó a Judá que sirvieran a Jehová, Dios de
Israel. 17 Pero el pueblo aún sacrificaba en los lugares altos,
aunque lo hacía para Jehová, su Dios.
18
Los demás hechos de Manasés, su oración a su Dios y las
palabras de los videntes que le hablaron en nombre de
Jehová, el Dios de Israel, están escritos en las actas de los
reyes de Israel. 19 Su oración y cómo fue oído, todos sus
pecados y su infidelidad, los sitios donde edificó lugares altos
y erigió imágenes de Asera e ídolos, antes que se humillara,
están escritos en las palabras de los videntes. 20 Durmió
381
2 Crónicas 33:12-20
384
2 Crónicas 33:21-25
a esa tierna edad tenía sus riesgos, antes de haber llegado a ser
mayor de edad. Por ese tiempo Judá se había acostumbrado a sus
ídolos; por ese entonces Judá había visto que los reformadores
venían y se iban. No obstante, precisamente de ese lugar desde el
cual parecía que jamás podría volver a salir algo bueno, Dios
proveyó a alguien cuyo valor, fidelidad y piedad fueron sin igual.
“Hizo lo recto ante los ojos de Jehová y anduvo en los caminos de
David, su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda”
(versículo 2). En esta última observación, particularmente sobre
la naturaleza recta de Josías, hace que se destaque de entre todos
los otros reyes anteriores a él. Sin duda, eso lo distinguió de su
propia generación perversa y corrupta. El cronista no elogia tanto
a ningún otro rey.
A la edad de 20 años, la edad en que los hebreos consideraban
que un joven estaba listo para hacerse cargo del trabajo de un
hombre (vea Números 1:3; 26:2; 2 Crónicas 25:5), el rey Josías
fue a la guerra contra los ídolos en su reino. La verdad de Dios
tuvo consecuencias; Josías comprendió que buscar “al Dios de
David” (versículo 3) implicaba la destrucción de todos los altares
rivales y los objetos de adoración. Aunque mostraba semejanzas
con las purgas previas bajo reyes anteriores, la reforma de Josías
parece notable por su naturaleza sistemática y completa. Comenzó
en Judá y Jerusalén (versículo 3), siguió con “las ciudades de
Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí” (versículo 6).
Se derrumbaron los lugares altos, las imágenes de Asera, los
ídolos y las imágenes (respecto a las últimas tres, el hebreo dice
literalmente: las aplastó y las pulverizó). Josías derribó los altares
para el sacrifico a Baal e hizo pedazos los altares de incienso del
culto a Baal. Como si eso no fuera suficiente, se aseguró de que
nadie quisiera volver a usar jamás los viejos altares ni las
imágenes, al profanarlas completamente a todas con la
contaminación de la muerte (Números 5:2). Esparció las cenizas
de los ídolos sobre las tumbas de las personas que los habían
adorado, y contaminó los lugares sagrados para la adoración a los
ídolos con los huesos de quienes les sirvieron como sacerdotes.
389
2 Crónicas 34:1-13
En eso también parece que fue más allá que cualquier otro rey
anterior a él.
Los estudiantes de la historia tal vez quieran saber cómo fue
posible que Josías pudiera extender su reforma tan lejos al norte.
¿Acaso no se habían incorporado estas áreas al Imperio Asirio?
Asurbanipal, el último gobernador asirio importante, que murió
en el año 627 a.C., llevó el imperio a una caída en picada de la que
nunca se recuperó. Debido a la rápida desintegración de Asiria, el
norte de Palestina se convirtió rápidamente en tierra de nadie.
Podemos ver fácilmente que Josías pudo haber tenido más libertad
para realizar los cambios en el Norte si suponemos que la purga
comenzó al norte de la frontera de Judá alrededor del año 625 a.C.
Desde el punto de vista del cronista, la obra de Josías fue una pieza
más de evidencia para probar que quien se sentaba en el trono de
David era el rey legítimo sobre todo Israel.
El cronista hace una observación similar en cuanto a las
reparaciones del Templo. A los 18 años (622 a.C.), Josías envió
funcionarios de alto rango para que comenzaran el proyecto de
renovación del Templo, que había sido completamente destrozado
durante los reinados de Manasés y de Amón (versículo 11). Con
este proyecto, Josías deseaba purificar a todo el país, ya que el
Templo, que todavía tenía las marcas de la idolatría, era un
contaminante espiritual no sólo para Jerusalén sino para toda la
tierra de Israel (versículo 8). El rey recogió una ofrenda para la
obra y el dinero llegó procedente, no solo de Judá sino también
del pueblo de “Manasés, de Efraín y de todo el resto de Israel”
(versículo 9). Dios tuvo el propósito de que su Casa fuera el
santuario para todo Israel; todo Israel tomó parte en su reparación.
Podríamos llegara a considerar los versículos 12 y 13 casi
como líneas desechables si no reconociéramos en este momento
la manera como reiteran algunos de los temas comunes de nuestro
escritor. El cronista hace una nueva pausa para destacar la fidelidad
de los trabajadores al llevar a cabo sus responsabilidades. Además,
parece que nunca dejará pasar una oportunidad para mencionar los
nombres de algunos levitas. En este caso, sorprendentemente, solo
390
2 Crónicas 34:14-21
14
Al sacar el dinero que había sido traído a la casa de
Jehová, el sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová,
dada por medio de Moisés. 15 Entonces Hilcías dijo al escriba
Safán:
—He hallado el libro de la Ley en la casa de Jehová.
Y dio Hilcías el libro a Safán.
16
Safán lo llevó al rey y le contó el asunto diciendo:
—Tus siervos han cumplido todo lo que les fue
* Dillard, citando a Rudolph, p. 280.
391
2 Crónicas 34:14-21
22
Entonces Hilcías y los hombres del rey fueron a Hulda, la
profetisa, mujer de Salum hijo de Ticva hijo de Harhas,
encargado de las vestiduras, la cual vivía en el segundo
barrio de Jerusalén, y le hablaron del asunto. 23 Entonces ella
respondió:
—Jehová, Dios de Israel, ha dicho así: “Decid al hombre
que os ha enviado a mí, que así ha dicho Jehová: 24 Voy a
traer el mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, es decir,
todas las maldiciones que están escritas en el libro que
leyeron delante del rey de Judá; 25 por cuanto me han dejado
y han ofrecido sacrificios a dioses ajenos, provocándome a
ira con todas las obras de sus manos; por tanto, se
394
2 Crónicas 34:22-28
provocándome a ira con todas las obras de sus manos; por tanto,
se derramará mi ira sobre este lugar y no se apagará” (versículo
24,25).
El Señor no le hizo este anuncio a Josías como individuo sino
a Josías como “un hombre” que había preguntado por el destino
de su pueblo. Dios ya no iba a tomar más en cuenta la piedad
personal del que intercedía por Israel. Las cosas habían llegado
demasiado lejos. Era precisamente como el Señor le había dicho
una vez a Jeremías: “Aunque Moisés y Samuel se pusieran delante
de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo. Échalos de mi
presencia, y que salgan” (Jeremías 15:1). Ya se había dictado la
sentencia; no se podía revocar.
Sin embargo, la sentencia no se iba a ejecutar mientras que
Josías viviera; esta era la esencia del mensaje del Señor para “el
rey de Judá” (note en el versículo 26 que la profetiza cambia para
utilizar el título del rey) “que os ha enviado a consultar a Jehová”
(y por lo tanto se mostró como un verdadero pariente espiritual de
David). Dios no se había olvidado de los suyos, como su pueblo
se había olvidado de él. El Señor siempre escuchará los lamentos
y las lágrimas del pecador penitente (versículo 27). “Yo también
te he oído, dice Jehová. Yo te recogeré con tus padres, y serás
recogido en tu sepulcro en paz, tus ojos no verán todo el mal que
yo traigo sobre este lugar y sobre los que habitan en él” (versículos
27, 28). El significado de la frase: “Serás recogido en tu sepulcro
en paz” se define con la siguiente frase: “Tu ojos no verán todo el
mal que yo traigo sobre este lugar”. El rey Josías iba a morir en
batalla en Meguido, pero no tendría que ser testigo de la
destrucción de su reino ni ver el Templo devastado.
Los discípulos de Jesús una vez se sintieron heridos en lo vivo
con las severas palabras de juicio que dijo acerca de los ricos: “Es
más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un
rico en el reino de Dios” (Mateo 19:24). Asombrados, preguntaron
si acaso alguna persona podía tener la esperanza de ser salva.
Cuando escuchamos palabras de juicio, ya sean las que dijo Jesús
o las que leemos en 2 Crónicas, le debemos prestar mucha atención
396
2 Crónicas 34:29-33
29
Entonces el rey hizo reunir a todos los ancianos de Judá y
de Jerusalén. 30 Subió el rey a la casa de Jehová, y con él
todos los hombres de Judá, y los habitantes de Jerusalén, los
sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta
el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del
libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.
31
Y puesto en pie el rey en su sitio, hizo delante de Jehová
pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus
mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su
corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras
del pacto que estaban escritas en aquel libro. 32 E hizo que se
comprometieran a ello todos los que estaban en Jerusalén y
en Benjamín; y los habitantes de Jerusalén hicieron
conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres. 33 Josías
quitó todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos
de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel
sirvieran a Jehová, su Dios. Y mientras él vivió no se
apartaron de Jehová, el Dios de sus padres.
399
2 Crónicas 35:1-9
10
Preparado así el servicio, los sacerdotes se colocaron en
sus puestos, y asimismo los levitas en sus turnos, conforme al
mandamiento del rey. 11 Entonces sacrificaron la Pascua; y
rociaban los sacerdotes la sangre recibida de manos de los
levitas, y los levitas desollaban las víctimas. 12 Tomaron luego
402
2 Crónicas 35:10-15
16
Así se organizó aquel día todo el servicio de Jehová, para
celebrar la Pascua y para sacrificar los holocaustos sobre el
altar de Jehová, conforme al mandamiento del rey Josías.
17
Los hijos de Israel que estaban allí celebraron en ese
tiempo la Pascua y la fiesta solemne de los Panes sin
levadura por siete días. 18 No se había celebrado una Pascua
como ésta en Israel desde los días del profeta Samuel; ni
ningún rey de Israel celebró la Pascua tal como la que
celebró el rey Josías, los sacerdotes y los levitas, todo Judá e
Israel, que allí se hallaban presentes, junto con los habitantes
de Jerusalén. 19 Esta Pascua fue celebrada en el año dieciocho
del rey Josías.
406
2 Crónicas 35:20-27
20
Después de todas estas cosas, luego de haber reparado
Josías la casa de Jehová, Necao, rey de Egipto, subió para
hacer guerra en Carquemis junto al Éufrates; y salió Josías
contra él. 21 Pero Necao le envió mensajeros a decirle: «¿Qué
tengo yo contigo, rey de Judá? No vengo hoy contra ti, sino
contra la casa que me hace la guerra; y Dios me ha dicho que
407
2 Crónicas 35:20-27
409
2 Crónicas 35:20-27
412
2 Crónicas 35:20-27
El rey Joacaz
El rey Joacim
5
Cuando comenzó a reinar Joacim tenía veinticinco años, y
reinó once años en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, su Dios. 6 Subió contra él Nabucodonosor, rey de
Babilonia, y lo llevó a Babilonia atado con cadenas.
7
También llevó Nabucodonosor a Babilonia parte de los
utensilios de la casa de Jehová, y los puso en su templo en
Babilonia.
8
Los demás hechos de Joacim, las abominaciones que hizo,
y lo que en él se halló, está escrito en el libro de los reyes de
Israel y de Judá. Reinó en su lugar su hijo Joaquín.
El rey Joaquín
9
Ocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y
reinó tres meses y diez días en Jerusalén; e hizo lo malo ante
los ojos de Jehová. 10 Al cabo de un año el rey
416
2 Crónicas 36:11-19
11
Veintiún años tenía Sedequías cuando comenzó a reinar,
y once años reinó en Jerusalén. 12 Hizo lo malo ante los ojos
de Jehová, su Dios, y no se humilló delante del profeta
Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová. 13 Se rebeló
asimismo contra Nabucodonosor, al cual había jurado
fidelidad delante de Dios. Fue obstinado y se empeñó en no
volverse a Jehová, el Dios de Israel.
14
También todos los principales sacerdotes y el pueblo
aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones
417
2 Crónicas 36:11-19
420
2 Crónicas 36:20
A: Templo B: Ciudad
Quemó la Rompieron el muro
casa de Dios de Jerusalén
B: Ciudad A: Templo
Consumieron a fuego Y destruyeron todos
todos sus palacios sus objetos deseables
20
A los que escaparon de la espada los llevó cautivos a
Babilonia, donde fueron siervos de él y de sus hijos hasta que
vino el reino de los persas;
421
2 Crónicas 36:21
21
para que se cumpliera la palabra de Jehová, dada por boca
de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo;
porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que
los setenta años fueron cumplidos.
422
2 Crónicas 36:22,23
22
En el primer año de Ciro, rey de los persas, para que se
cumpliera la palabra de Jehová, dada por boca de Jeremías,
Jehová despertó el espíritu de Ciro, rey de los persas, el cual
hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su
reino, este decreto: 23 «Así dice Ciro, rey de los persas:
Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de
la tierra, y me ha mandado que le edifique Casa en
Jerusalén, que está en Judá. Quien de entre vosotros
pertenezca a su pueblo, que sea Jehová, su Dios, con él, y
suba allá.»
423
2 Crónicas 36:22,23
424
2 Crónicas 36:22,23
permite que las palabras del rey persa sean sus palabras finales de
aliento y así termina su libro con esta nota de esperanza y nuevos
comienzos.
Vemos que todas estas cosas tienen su cumplimiento en Cristo.
Él es el Rey Ideal que nació para dar cumplimiento a los anhelos
de su pueblo (Lucas 1:31-33). Él es el verdadero Templo, el Dios
encarnado que vino a vivir entre nosotros (Juan 1:14; 2:19). Él es
quien reúne a todos los exiliados dispersos por todas las naciones
en un pueblo que le pertenece a Dios para siempre (Efesios 2:19-
21). Por medio de la predicación, del Santo Bautismo y de su Santa
Cena, nos hace suyos y nos conserva así.
No obstante, así como tenemos este sentido de esperanza y de
algo inconcluso cuando llegamos al final de la obra del cronista,
también sabemos ahora que aunque Dios haya cumplido su palabra
antigua enviando a Cristo, su cumplimiento final todavía está por
realizarse. Como están las cosas ahora, vemos solo en parte “por
espejo, oscuramente” (1 Corintios 13:12). Todavía no ha sucedido
la restauración final de todas las cosas, y el último capítulo de la
obra del reino de Dios todavía está por escribirse. Por eso
esperamos que nuestro Señor regrese, reuniéndonos fielmente
mientras tanto alrededor de la Palabra y del sacramento, para que
podamos continuar percibiendo todas las cosas desde el centro de
la segura y firme voluntad misericordiosa de Dios. También
nuestro exilio terminará un día. ¡Entonces qué alegría tendremos!
425
La
BIBLIA
Popular
38-5034
ISBN 0-8100-1514-5