Revista Conjunto 114-115 Redescubrir Guatemala
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• romado de Isa1a;; PcJ)a Guué rrct fs cnb1r para resp1rar Larmoam.!nca ~ nsa.' os ,. ~nr rensras EdiCIOnes Opus
\tagna. Santafe de HC>g.C>Ia. D C . 19 1~
en el pánico. Desde las aulas de sec undaria ya en mis primeros
años de la tiranía de Ubico empecé a sentir una especie de
rebelión contra la opresión, un llamado a la dignidad . Aquel
momento adolescente, juvenil, se inten sificó cuando ingresé a
la universidad en la medida en que fui tomando conciencia de
las cosas. Lo que me movió a mí era un fenómeno que abarca-
ba a muchos otros de mis compañeros de la Escuela de Dere-
cho, la que vino a ser después la generación del44. Fui encon-
trando muchas actitudes si milares a la mía y así fuimos
constituyendo primero algunas células clandestinas, después
reviviendo una vieja asociación de estudiantes de derecho de
tipo cultural, después lanzando algunas avanzadas de explo-
ración a las otras escuelas universitarias y detectando espíri-
tus igualmente afines hasta que logramos reconstruir la Aso-
ciación de Estudiantes Universitarios en 1943. Este fue en cierto
sentido el principio del ataque, o sea, la génesis de un movi-
miento que siendo en su origen universitario interpretaba aún
sin darnos cuenta de eso, pero lo hacía, un estado de cosas
sociales. de contradicciones de clase: había una burguesía
que quería desarrollarse al amparo de las situaciones favora-
bles que la Segunda Guerra Mundial proporcionaba, posibili-
dades, de industrializac ión, de industria pequeña, posibilida-
des de comercialización más intensa, y la tiranía en una política
económica completamente cavernaria frenaba esas fuerzas:
esta era una contradicción por una parte. Luego, las contradic-
ciones que generó la Segunda Guerra Mundial. El régimen de .
Guatemala por todas sus características era eminentemente
fasci sta, ¿cómo era?, bueno fascista o dij era una versión cima-
rrona, una versión primitiva de lo que podría ser un fascismo
nativo como también lo eran nuestros vecinos: Somoza en
Nicaragua. Martínez en El Salvador. Carias en Honduras y en
el Sur lo mismo. Y eso generaba un tipo de contradicción con
Las cosas que me contó ese día el Doctor Galich -<:omo. la política norteamericana de entonces, la de Franklin D.
usualmente se le trata en Cuba, en su propia expresión, son las Roosevelt, la política del buen vecino y s u interés de apoyarse
que hoy publico. O algunas, al menos. y fortalecer su posición continental porque veía venir ya lo
Actualmente, este recio hombre guatemalteco se aproxima que más tarde fue. la confrontación bélica. Dentro de esa serie
a los sesenticinco años y aún no puede regresar a su país de factores de orden interno e internacional. nosotros los es-
porque. mientras él sabe son pundonor la historia de su patria tudiantes movidos por esos factores. de vergüenza nacional,
latinoamericana, en su país todavía el pasado es el presente y de dignidad humana, insurgimos así. planteándole a Ubico
así no puede tenerse memoria (ni vergüenza) del pasado ni del una serie de problemas, un ultimátum, etc. Total que lo que
futuro. Seguirá escribiendo en La Habana sus propias obras nosotros iniciamos como un movimiento de rebelión universi-
de teatro, dirigiendo la revista de teatro latinoamericano Con- taria acaba volviéndose un problema de orden nacional.
junto. dictando sus clases de historia. Y haciendo de paso. la
verdadera historia de esta Latinoamérica nuestra. LA REVOLUCIÓN DE 1944
De esta manera, nuestro país dio un vuelco tremendo en 1944
SU VIDA ANTES DE .IACOBO ARBEN.Z
que culminó con una alianza de la juventud militar y lajuven- ,
Tengo un libro de juventud que se llama Del pánico al ataque. tud civil y en un combate armado el 19 y 20 de octubre de 1944,
Fíjese usted. es muy gráfico: me inicié en el pánico, ese fue el con lo cual se canceló todo ese largo período que yo le llamo
clima de mi adolescencia y de mi juventud. pero, además, un de pánico, ese medio siglo de represión. Y se instauró un go-
clima heredado porque el pánico no estaba generado exclusi- bierno popular. Se abrieron las puertas a la libre elección del
vamente por la tiranía de Jorge Ubico ( 1931-1944), sino que era pueblo. Se eligió a un presidente civil y así se iniciaron los
heredado desde nuestros padres: ellos y lo mej or de nuestros famosos diez años democráticos de 1944 a 1954.
abuelos habían vivido el mismo clima a través de la otra tiranía Naturalmente. como yo me encontraba en la vanguardia
' años. la de Manuel Estrada Cabrera
prolongada de veintidós universitaria. que no era una vanguardia como clase social
( 1898-1920). O sea que el país tenía más de medio siglo de vivir ¡ah!, pero que dentro de la realidad resultaba una vanguardia
universitaria y después vanguardia nacional, esto nos obligó
a muchos a asumir posiciones de gobierno. Por ejemplo, yo
tenia por entonces veintinueve aí'los y fui Presidente del Pri-
mer Congreso Constitucional y al aí'lo siguiente, de treinta
aí'los, Arévalo me designó Ministro de Educación Pública. ¡Y
Arbenz, que tenia exactamente mi edad, de treinta aí'los tam-
bién fue inmediatamente Ministro de Defensa!
En México la prensa no hacía más que ironizamos por ese
sistema nuestro. Por haber asumido el gobierno a esa edad nos
llamó la "puerocracia". Arévalo que era el Presidente tenia en- ·
tonces cuarenta aí'los. Claro, eso no podía perdurar. Todo ese
brote de insurgencia juvenil en la batalla contra la tiranía, en el
ejercicio del poder se descompuso completamente, porque ahí
empezaron a aflorar las contradicciones de clase. Yo sin saberlo
era de extracción pequeí'lo-burguesa. Empiezo a darme cuenta
de que pertenecía a una clase intermedia, nula, que no tenía
ninguna defmición porque por un lado aspiraba a algunos as-
censos en la burguesía y en este sentido sacrificaba cualquier
cosa para favorecer el ascenso, y al mismo tiempo éramos des-
preciados por esos niveles, y por otro lado, no podíamos des-
deí'lar las clases populares. En el ejercicio del poder muchos
tomamos conciencia de esto. Con la burguesía y sobre todo
con la alta burguesía no teníamos nada que hacer.
Para ese momento se incrementó la literatura política. Y
quienes adquirimos conciencia de clase nos apresuramos a
ponemos al día en la literatura marxista. Pero algunos íntimos
amigos involucionaron en sentido contrario. Radicalizados
unos, se echaron otros más a la derecha. Ellos predicaban una
doctrina falsa: " para eso no hicimos la revolución, no quere-
mos ser comunistas". En realidad, ellos no habían hecho la
revolución, la revolución la había hecho el pueblo, y a los que
ellos llamaban infiltración comunista era eso precisamente, a la
posibilidad de que nosotros leyéramos y avanzáramos en nues- bananera con algunos otros negocios complementarios, la
tro pensamiento y al mismo tiempo poder impulsar las organi- Intemational Railway ofCentral America (RCA), de los ferro-
zaciones laborales, obreras, los sindicatos, las reivindicacio- carriles y cuyos principales accionistas pertenecían a la UFCO:
nes, a eso le llamaban infiltración comunista. De esa manera se y luego la otra, la poderosa EBASCO, que en Guatemala tenía
radicalizó el proceso. Y mi politización fue incentivándose. su filial, la Empresa Guatemalteca de Electricidad. lnc.. un nom-
Serví durante todo ese tiempo en cargos ministeriales, luego bre muy nativo, muy mestizo. Y detrás de todo eso estaba. ya
asumí la organización de los· Tribunales Electorales. Llegado se sabe, el Pentágono, la Casa Blanca, el Departamento de
Arbenz a la presidencia ... yo fui candidato a la presidencia en Estado, etc. Esta es la situación en el 51 con Arbenz. Arbenz
competencia con Arbenz, pero evidentemente era una tonta triunfó. Luego yo seguí vinculado a su gobierno. claro. Fui el
política y decliné mi candidatura en el último momento electo- primer Ministro de Relaciones Exteriores de él. A mí me tocó.
ral a favor de Arbenz para enfrentar el proceso reaccionario por ejemplo, entre otras cosas, enfrentar al imperialismo e n la
que se venía por el lado de las fuerzas más poderosas, te estoy IV Reunión de Consulta de la OEA en Washington en el ai\o 5 1
hablando ya del afto 1950. que se agrupaban en el Partido cuando se planteó por los Estados Unidos, y todos sus cóm-
Unificado Anticomunista (PUA) y cuyo respaldo económico plices latinoamericanos adquirir el compromiso para en viar tro-
era la Asociación General de Agricultores de Guatemala, o sea, pas a Corea. Me acuerdo que iniciamos la oposición de ese
el partido de los terratenientes. de los cafetaleros. de los compromiso México, Argentina y nosotros. pero desde di stin-
anticomunistas. estrechamente vinculados con el clero. con tas actitudes. La de México era una actitud demasiado jesuítica
casi todo el sector militar ahora infiltrado por el concepto de en aquella época y al final tem1inó transando con la metrópoli :
anticomunismo , en e l concepto que ellos entendían la actitud de Argentina era también negativa pero muy habili-
anticomunismo. es decir. oponerse a la concepción de la huel- dosa: y la más radical era la de nosotros, como Ministro me
ga, del si ndicato. etc., y detrás de todo eso. como dirigiendo tocó enfrentar los planteamientos del Departamento de Esta-
todo. el imperialismo que se presentaba en Guatemala de mu- do Norteamericano en ese tiempo a cargo de Dick Atckinson.
chos modos. por ejemplo. a través de la CIA. cuyo trabajo era Esto ya es en el año 5 1. Después de eso. ya estamos en Arbenz
evidente desde el47. Las empresas norteamericanas para en- y post-Arbenz. Nuestra posición ideológica. desde luego. ha-
tonces eran tres: la United Fruit Company (UFCO). empresa bía sufrido cambios bruscos.
EL PROCESO IDEOLÓGICO tido la tiranía, luego de que afloraron las contradicciones de
Muchos de los que acompañábamos a Arbenz habíamos teni- clase, unidos nuevamente a ella, a sus herederos incluso com-
do una posición lírica, romántica, liberal, porque nosotros no batiendo con las a rmas. Así fue el año 49, cuando hubo un
mirábamos más allá de l libre ejercicio de los derechos huma- alzamiento militar contra el gobierno de Arévalo: quienes enca-
nos, las libertades públicas. la alternancia en el poder, ¡ah! sí, bezaron el alzamiento militar junto con la ultraderecha eran nues-
todo el refranero de la democracia representativa; ni siquiera tros propios compañeros de partido, de la dirigencia universi-
veíamos, que el enemigo estaba detrás del tirano, nosotros no taria de hacía pocos años antes. Esas fueron las característi cas
veíamos al imperialismo; ahora sí, y eso nos fue, naturalmente, de una lucha muy aleccionadora por lo llena de paradojas.
ubicando cada vez más en una posición de izquierda radical ;
había surgi~o ya entonces la primera célul a del Partido Guate-
malteco del Trabajo, part ido comunista, aunque como noso-
LA CAÍDA DE ARBEN:Z
tros ven íamos de una militancia dada e n partidos burgueses Bien, yo dejé el Ministerio de Relaciones Exteriores porque de
debíamos pertenecer a ellos, partidos que a su vez no eran uno acuerdo con el gobierno era necesario crear una organización
sino tres, el Renovación Nacional, el Acción Revolucionaria y que nos acercara más a Centroamérica. Nosotros teníamos
el Frente Popular Libertador. A este último pertenecía yo, que muy claro ya el fenómeno : el imperialismo trabajaba para sa-
había nacido en el aula universitaria al calor de luchas contra la camos la tenaza, por supuesto. Pero no iba a agredimos direc-
tiranía. Por cons iguiente era muy dificil saltar de ahí al Guate- tamente. como con un desembarco de marinos, sabíamos que
malteco del Trabajo. Ahora, dentro de estos partidos burgue- iban a procurar que lo hicieran otros, mejor dicho. que los
ses las divisiones eran terribles, estábamos los que siendo gobiernos de Centroamérica, que teníamos al sur nosotros.
dirigentes del Frente Popular, partido electorero y burgués. Honduras. El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, fueran estos
coincidíamos en las posiciones del Guatemalteco del Trabajo. lo que como se dice sacaran las castal\as al fuego. Por eso
pero ahí coexistiendo con nosotros en la dirigencia del mismo planeamos una especie de acercamiento centroamericano. la
partido estaban los otros, de tendencia ultraderecha, adversa- Organización de los Estados Centroamericanos. Esa política
rio del Partido Comunista. Esto no podía durar, por supuesto, me tocó dirigirla a mí. Pero los hechos demostraron a muy
y la ruptura sobrevino antes de Arbenz, por ahí en el 49. Por pronto plazo que esa era una política equivocada, ¡porque con
ejemplo, el partido ._ese mío, se escindió así vio lentamente en Somoza no había posibilidades del menor entendimiento! , con
dos ramas, unos de izquierda y la otra ultra-reaccionaria. Y viví el Presidente de Honduras, abogado de la Un ited Fruit
el fenómeno tan característico de ver a quienes habían comba- Company. no se podía! , en menor escala con Figueres en Cos-
ta Rica, ¡peor!, y con Osorio en El Salvador, un gobierno militar, me mandó instrucciones a Montevideo para que pasara por
¡tampoco' Nos dimos cuenta de eso, que la OEA, que había Buenos Aires a tratar de obtener el apoyo de Perón en la Confe-
sido inicialmente un proyecto de acercamiento centroamerica- rencia de Caracas, y así pasé a Buenos Aires. ¿Y qué pasó? Que
no sin injerencia imperialista, se iba a convertir en muy corto efectivamente Argentina y México, por otras razones, fueron los
plazo en un instrumento de ellos para atizar al gobierno de únicos países que se abstuvieron al menos, que no votaron en
Guatemala. Se hizo imprescindible cambiar la política. Yo le de- contra de Guatemala, aunque no votaron en contra de los yankis.
volví la Cancillería a Arbenz para que yo ya no siendo el Canci- O sea que los seis meses míos por los cuales había salido de
ller, el presidente variara la política. Ahí fue cuando nos fuimos. Guatemala ya se estaban convirtiendo en un año, ¡uhm! Y en
Así sa lí el año 53 a crear la Embajada en Uruguay. Arbenz me esas condiciones, siendo Embajador en la Argentina sobrevino
había dicho que mi ausencia sería de no más de tres meses, la caída de Arbenz. Y naturalmente a Guatemala ya no pude
pero el plazo se extendió mucho porque no había residencias volver más. Tengo veinticuatro años de no estar allá. aunque
adecuadas para la Embajada y así llegó diciembre del 53 sin que sólo salí por seis meses. Ese es el historial, más o menos. ¿no?
prosperara la creación de la Embajada. Por otra parte, la OEA
fraguaba la famosa X Conferencia de Caracas, bajo la batuta
EL BOGOTAZO DE 1948
violenta de Foster Dulles. donde iban a poner a Guatemala
como el acusado y a aplicarle todo el aparataje que ya era Es largo contarlo, pero voy a ver si puedo sintetizar. En el año
conocido como el Tratado de Asistencia Recíproca de Río de 48 se iba a reunir en Bogotá, aquí, la llamada IX Conferencia
Janeiro ... para al fina! obtener el visto bueno disimuladamente Internacional Americana cuyo objetivo era darle organicidad.
continental y así proceder a la agresión y a la asfixia del gobier- institucionalizar toda aquella serie de resoluciones y recomen-
no de Arbenz. Entonces, nos vimos abocados a la X Conferen- daciones y acuerdos, etc. , emanados del Sistema Panamericano,
cia y al bloqueo continental. Nosotros sabíamos que no contá- como se le llamaba desde 1890 y, particularmente, en el curso
bamos con ningún voto. El único país que mantenía posiciones de la Segunda Guerra Mundial. Los antecedentes de la IX
más o menos no sumisas frente al garrote norteamericano. en Conférencia eran dos: primero la Conferencia sobre los proble-
manera de poiítica exterior, era el gobierno de Perón en la Ar- mas de la guerra y de la paz que tuvo lugar en el 45 en
gentina; el mismo Perón me dijo en una oportunidad, frases de Chapultepec, donde ya ellos trataron de darle legalidad. por
él que voy a repetir ahora. me dijo: ·'Usted sabe, Embajador, que ejemplo a la Junta lnteramericana de Defensa y de fortalecer,
na vegamos en el mismo bote y montamos en el mismo pingo". como ellos llaman en su lenguaje, el Sistema de Consulta que
éso cuando fui a presentarle mis credenciales, porque Arbenz venía desde reuniones anteriores, como la de Lima en e136 por
NACIO EN OUATDU.LA
COMJ'ARIA DE l'&ATRO U.l.
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'Jira.< asuntos crómcu luledt¡¡1111 (Í<Hilcmala. Fd 1tona1 Cultura. 1992.
p 33
J E'cnta hac1a 1965. !lebasuán .<a/,• dt! <ompras ~e estreno en su versu'>n
dd'mlllva en Franela en 1'1~9 M a~ addantc la p1e¿a se presento en
llonduras ~Guatemala. 1'17 1. la lnd1a. 1973. M e~1co ~Cos t a R1ca.
197-1. J\lemama. 1 '17~ Traduc 1da al1nglcs fue ed1tada por la Un11ers1dad
de Bcrkelc) en 1972. ~ en 1974 ,e traduJO al a lemán Al)os antes . en
196 7, Arce habm prc, cntadn la adaptac10n teatral de una obra astunana
Torotu m bo. la cual ~ e enmarca dentr,, de la 1ert1ente de crcaCI<'nc, '
adaptac1one' 1nsp1rada de la cultura 111d1gcna guatemalteca Comperm1so
se pre>en tP en (iuaternala. 19 7 1. ~an FranciSCll. Ca llfonua. 1971.
Ca1aca>. 1<>7 2 La pr<•ducc1on dramat11:a <k .-\!(e s~ 1111Cia a finales de
lo, ai)Os 50. a 1,, larg<' d,· tr~1111a a1'''' de prac t1ca t~atral ~o n o<:c
dners a~ fa>e> que 1an d~ 1<' p,•etiC<'. pasando por 1,, absurdo hasta
d ~'.:m!l,,car e n 1<' "'' IP·r<•lll~<:<' Vean><: o tr''' dat O> acerca de la
pruducc 10n dramat1 ca de ,\ re<' .:n Mana Llena :O. chlc"ngcr B1 guna.
(}¡, { 1/ Rcc l ~ nt ~mentc . n.. tu o <'OIIdena 1 e¡ecu c1011 de 11110 gnllm a ~
Arhen= 1!1 1·orollt!l de f., f'r,na,·o!ro han "do traducida' al franccs ¡;or
Jean-.lacquc' Flcun t Dé/11 co ~~tlamnatwll el ¿_uC\111011 el""" p oule -
Le Colon<'! du Prmtt'm p_, _ rara ·\rchcot~r', de :\rmand Gatt1 l
.¡ Las tré> p1e1a' fueron reu n1das .:n /1.1anud .lo><: ·\rcc IJ..tuo. condena
' ..?Jt!' unon di! una ~falllna ' 0 11 as pw:as de l t!tJt r o grotesco. '\3n J0se.
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< k'lllll<'nll' dd 1111,111<' ·\r.:c l t lean .l a.:quc< 1· k un Ur :11 p 3J
como medida de escarmiento.
Pese a la tortura, las "Gallinas"
no ceden en sus reivindicacio-
nes, a tal punto que los "Granje-
ros" toman una decisión letal: el
juicio y la condena de la gallina
instigadora.
En la obra no hay personajes
caracterizados individualmente,
sino grupos que represe nta n
fuerzas sociales que entran en
relación socio-económica. Des-
codificados los signos que es-
tructuran la obra, puede inter-
pretarse en función de los
siguientes ejes de sentido: se
representa un gallinero que pue-
de ser un país como Guatemala
u otro de Latinoamérica. Los
"Granjeros", dueños de las ga-
llinas y vendedores de huevos,
equivalen a la burguesía nacio-
nal dueña de los medios de pro-
ducción y del producto manu-
facturado por los trabajadores,
que los gestos se realizan [ ... ]la complicidad entre los las "Gallinas" en la pieza. Estos granjeros-burguesía depen-
actores y el público, los sobreentendidos. Encontré que den de! " Distribuidor General", el imperialismo norteamericano
el teatro tiene una capacidad de comunicación más in- o los grandes consorcios hegemónicos, que manejan a su anto-
mediata, más ... ¿cómo decir?, más eficaz( ... ] un teatro sin jo el aparato económico del país en cuestión.
prejuicio teór'ico y sin pudores estéticos pero con capa- Para la caracterización de estos grupos sociales el vestua-
cidad de juego y de libertad expresiva. 7 rio va a desempeñar un papel de primer orden. Por ejemplo, en
Los fundamentos aquí expuestos a partir de los cuales el caso de las "Gallinas", señala Arce en acotaciones : "Trajes
Manuel José Arce va a orientar su práctica teatral, dirigen y· de indio o de campesino sumamente pobre. Lo deshilachado
dan coherencia a los recursos y efectos teatrales empleados de las telas contribuirá a dar la impresión de plumas. Fuera de
en Delito, condena y ejecución de una gallina. Veamos cómo ello, prescíndase totalmente de cualquier alusión formal a la
operan algunos de esos recursos. imagen virtual de una verdadera gallina". 8
La fábula puede resumirse como sigue: A lo largo de las La caracterización de los personajes-grupos sociales - tan-
diecinueve escenas que componen la pieza se va desarrollan- to a partir del vestuario como de la gestualidad y comporta-
do un conflicto entre, por un lado, un grupo de granj eros pro- miento (repárese por ejemplo, en la violencia y autorita ri smo
ductores de huevos, por otro lado, el "Supremo Distribuidor de que hacen gala los personajes denominados "Gordos'' 9) -
General" y sus lacayos. denominados "Gordos", compradores funciona como elemento que indica que estamos ante perso-
de dicho producto y el tercer grupo de esta tríada en conflicto najes que adqui eren en la escena una dimensión que va más
lo componen las "Gallinas". El confl icto surge cuando, ávidos allá de lo que son en apariencias, de su llana denominación. Y,
de mejores ganancias, el " Supremo Distribuidor General" y los justamente. la estrategia teatral de Arce se proyecta a hacer-
"Gordos" reducen el precio de compra de los huevos, privile-
giando el de la carne de aves de corral con el objetivo solapa- 8 Hemos trabajado con la publicación de la pieza realizada por la revista
El Pe: y la Serprenre. n. ll. Managua. Nicaragua. 1970. p 15 1 Lo
do de venderle a los granjeros una remesa de incubadoras. mismo sucede con los otros grupos sociales y los pocos personajes que
Los granjeros, afectados en sus intereses, comprenden la es- pese a estar relativamente más individualizados no dejan de representar
trategia comercial del "Supremo Distribuidor General" e inten- a fuerzas soc1alcs. como ocurre con el "Vendedor de concentrado".
tan resistir. Tras un constante estira y afloja, los "Granjeros" representante del comerciante sm escrúpulos o el "Gallo-viejo-fiscal..
que representa a los militares tanto como a los profes1ona!es liberales
deci den que la manera de conservar intactas sus ganancias al serviciO del poder dom inante. El vestuar io de este personaJe se
radica en el sometimie nto de las ·'Gallinas'' que se rebelan describe así en las acotaciones: "Traje caqui de corte ligeramente m11itar.
evitando poner huevos o destruyéndolos. La mujer de uno de muchas medallas. entorchados. botones. una banda roja cruzando el
los granjeros detecta'8 la culpable del alzamiento - la denomi- pecho ... l brd . p 152
9 La acotac ión en cuanto al 'estu an o de los "Gordos.. señala lo sigu1ente
nada "Gallinavada'·- y deciden castigarla quemándole el pico "Monstruosos Smokmg relleno Lo más mmenso pos1ble Los enca_1es
' pli sados de las pecheras debe rán cont rastar espantosamente con el
7 l b rd.. pp. l9. 20 ~ 32. volumen .. lbrd . p 152
nos ver lo que está más allá del escenario. En ese senti do. las
tres primeras escenas que abren la pieza resultan claves.
En realidad. la obra no principia en e l escenario propiamen-
te del teatro. entendido en su acepc ió n de reci nto arquitectó -
mco. s ino que empteza en la calle. en el exterior de la escena. en
una realidad que se ficcionaliza parcialmente. La acotació n de
la pr imera escena señala que:
Desde antes de que comience la a fluencia de público al
teatro en donde se representa, El C hoco está sentado en
la banqueta ptdiendo limosna. canturreando acompaña-
do por su guitarra e importunando a los espectadores
que llegan a la sa la. Esta caracterizac ión debe ser lo más
perfecta pos ible: los espectadores deben dar limos nas
al actor.
Cuando suena la segunda llamada. El Choco e ntra al
lunetario. Un empleado del teatro o -de preferencia- el
policía que cuida e l secto r. entra precipitadamente y tra-
ta de sacarlo de la sala. discuten entre dientes y entre
ambos se produce más o menos el s iguiente diálogo ... 10
Diálogo que, será s iempre, para cada representaci ón de la
obra, a pura improvisación. 11 No queda ahí lo insólito de cuan-
to acontece en la sala transformada en escenario. Ante la s i- tu ación que degenera. el Director mismo sale y trata de calmar
los ánimos. logrando que El Choco (cegatón. en el lenguaje
10 lbtd.. p. l 53. pop ular g uatemalteco) se insta le y quede en la sa la a la espera
ti De hecho. el dramaturgo deJa. a lo largo de toda la pieza, un amplio del inicio del espectáculo. E l Directo r. pasa. por tanro. a su vez
margen de 1ibertad al Director para la puesta en escena. vease en a ser actor en un espac io no habitual. Nos pe rcatamos desde
particular el papel de "El informador··. quien interv~ene "cada vez que este momento cómo Arce va a jugar con los espac ios escén icos.
sea necesariO" leyendo noticias de actualidad . lbtd.. p. l51 .
Es más, todos los espacios posibles se recuperan para la re-
presentación: de la calle pasamos a llunetario y de allí a l esce-
nario propiamente dicho. Entre escenari o y lunetari o va a esta-
blecerse pronto una relación constante, ya que El C hoco,
personaje que j uega el papel del coro. interviene cada cierto
tiempo e n las diversas escenas para hacer comentarios acerca
de la fábu la que se presenta, toma pos iciones c rit icas. denun-
cia y anuncia. Lazo de unión e ntre un adentro y un afuera de la
fábula, e l di scurso de El Choco, formalizado por medio de ex-
pres iones propias del habla popular guatemalteca. cargado de
refranes y humori smo, opera como punto de referencia en tor-
no a l cual e l espectador se ve "obligado" a definirse de cara a
una situac ión dada.
Ese juego/ fi cc ión teatra l no se reduce ún icamente a la rela-
c ión escenari o-sala. Se produce también dentro del escenario
mis mo. Tras bambalinas y luego en escena se produce un
altercado entre dos de los actores (G ranjero Ill y La Actri z). ¿a
qué se debe ta l discusión? ni más ni menos que a la puesta en
escena de la obra. La Actriz se niega a representar el pape l del
ave debido a una suerte de malentendido acerca de las acota-
c iones: para s u interlocutor es e lla. La Actriz. quien debe re-
presentar e l papel: para ella. en cambio. es la ·'verdadera ga lli-
na'', que ti ene bajo el brazo, quien debe hacerlo. Teatro dentro
de l teatro. mise en abime, situac ión por demás sorprendente ,
que no se lim ita a la teatra lización de la puesta en esc~na
dec imos que "estamos v iendo teatro''- sino que va más lejos :
estamos asistiendo a la ''construcción'' en directo de un sím-
bolo. cuyo soporte es la gallina de carne y plumas. Es en ese
instante. cuando la gallina ya no es gal lina. sino otra cosa.
pero s in dejar de serlo totalmente . Y hay más. El Granjero 111
tiene entre sus manos un cartel en el cual
está inscrita la palabra gallina. Audaz jue-
go de signos: en el escenario confluyen
sunultáneamente el referente real (la gallina
de carne y plumas), la representación lin-
güística (el cartel) y la representación en el
teatro de dicha ave (La Actriz). Si "estamos
viendo teatro", la gallina es un pretexto,
un símbolo y el espectador no debe olvi-
darlo nunca a lo largo de la representación,
ese es el desafio que Arce acepta.
La escena tercera termina de coronar los
recursos anteriores. En ella "entran desor-
denadamente, conversando y terminándo-
se de arreglar la ropa (Granjeros 1, 11, Il1 y IV
así como la mujer del Granjero 11", 12 todos
traen grandes carteles en los cuales vienen
inscritas las palabras que integran el titulo
de la obra. En la confusión con que entran
los actores han o lvidado una pancarta, la
que tiene inscrita la palabra "ejecución".
Nuevo recurso de Arce para concentrar al
máximo la atención del público en la signifi-
cación del término, buscando despertar de
esa manera - a parti r de su connotación vio-
lenta- una asociación de ideas que condu-
ciría a relacionarlo con el contexto socio-
pqlítico. El olvido adrede del cartel agregado
al color rojo con que aparece escrita la pala- ~.
seguro que el cadáver salte del estrado y ca~ga al suelo aun con
mov1m1ento Deberá hacerse una larga pausa mdiferenre. hasta que
el ammal se quede qweto.)'' lb1d. p.200
15 Arce lo explica perfectamente cuando d1ce: ''Todo el mundo come
hue\tOS Todo el mundo come gallmas Las gallinas estan para eso. para •••••••• •••••••• ••••• 3
matarlas Es algo normal. hab1tual. Tan natural. normal } hab1tual
Unteatro
en busca
~· -···
de sume
• Los organizadores de este coloquio desean hacer un homenaje a Manuel Galic h, Ligia Berna!,
Hugo Carrillo, René Molina, que entre otros, fundaron en 1945 el Teatro de Arte Universitario
(TAU), a Manuel Lisandro Cháve z y Juan Antonio Mejía. fundadores en 1947 del Teatro de la
Universidad Popular, a Domingo Tessier, actor chileno que fundó La Escuela Nac ional de Arte
Dramático ENAD, en julio de 1957, a Rufino Amézquita y Víctor Hugo Cruz. creadores del
Grupo Teatral de La Municipalidad en 1961. a Rubén Morales Monroy, No rma Padilla de
' Carrillo, Haroldo Vallejo, René Molina. Juan Carlos Medina, Matilde Montoya de Arce, Miguel
Angel González y Manuel Ocampo por iniciar y dar continuidad desde 1964 la labo r de la
Academia de Arte Teatral de la Universidad Popular. a Silvia Galich y a Miguel Cuevas que junto
a Víctor Hugo Cruz realizaro n una fuerte labor con "Los Comediantes" en 197 1.
Nuestro cleseo es llevarnos la impresión de una memoria a grupo de teatro, empírico totalmente, y buscamos a una perso-
través del ángulo de la mirada del "otro". Esa es toda la inten- na que conociera algo, y conseguimos a la maestra Consuelo
ción: compartir a través del trueque la va liosa experiencia de Flamenco. Ella nos dio las primeras clases de teatro en la Uni-
los teatristas g uatemaltecos. versidad Popular. Estamos hablando de 1945 ó 1946.
Sobre el tema de la infancia artística, aunque se reconoce a Bajo la dirección de Consuelo Flamenco estrenamos la pri-
simple vista que muchos están viviendo esta etapa de su que- mera pieza: Carmen. Originalmente se llamaba Señorita, de Juan
hacer profesional, ¿C uáles fueron los primeros padres, los José Lorenti . Es una obra de cuatro actos que se puso en esce-
maestros en la escena contempo ránea g uate ma lteca? ¿Cómo na en el A~ditorio de Belén, el1 5 de julio de 1947. En esa época
trabajaban durante la preparación del actor0 el secretario general de la Universidad Popular era Carlos A.
TASSO HADJ IDO DO U: Yo creo que si el maestro Corleto Ruiz y e n esta ocasión se inauguró e l teatro de dicho centro.
reconoce que fue alumno de Don M eme, sería bueno empezar Esta es la fecha que tomamos para señalar la fundación de este
precisamente po r la persona de Manuel Lisandro Chávez. teatro. A los tres meses, creo que fue el 18 de noviembre, se
MANUEL CORL ETO: Manuel Lisandro Chávez es para mí puso Los contrabandistas, una obra en verso del mismo autor,
uno de los más importa ntes y representati vos hombres de con la que se inició un trabajo de continuidad con este drama-
teatro en Guatemala. Todavía vivo, por cierto, no sé si med io turgo g uatemalteco. Esta obra también la dirigió Consuelo.
vivo del todo, pero ahí está. (Risas) Creo que él puede decir- R. L.: En aquella é poca, ¿cómo se trabajó el verso? ¿Había
nos muchas cosas sobre esto. una conciencia de labor sobre el verso con el actor? ¿ Había un
MANUEL LISANDRO CHAVEZ: Nací en 1929, de unafami- trabajo sobre el concepto y la rima en el verso?
lia obrera b<>~tante pobre. Desde luego, sin ninguna conexión M.L.CH.: No, definitivamente no. En esta época no había
con el arte. Sólo yo fui la oveja negra de la familia. Me dediqué, su ficiente desarrollo en el teatro guatemalteco. Los únicos
desde los tres años, a ponerme delante de mis padres y herma- grupos que existían eran los de Don Beto Martínez, una com-
nos para hacer mis "escenificaciones". Posiblemente, ya con pañía muy select iva a la que yo nunca pude entrar y, de vez en
mis hermanos hice teatro durante los c um pleaños o en cual- cuando una señora que ponía obras de teatro en e l Palace,
quier actividad. así alegres, de patojos. A los diecisiete años donde todavía está el cine con el mismo nombre. No recuerdo
entramos a estudiar en la Un iversidad Popular - no había tea- su nombre pero sí que esporádicamente hacía teatro.
tro en esa época- y allí comenzamos a pensar en hacer un M.C.: Ya no existe e l cine Palace, ahora es una venta.
-- -¡
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rt~
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •~•._..._•._..•._. ·~·: ;==='4'=-.:.·::_.:_Jc!_ . . . . . . . . . . ................ 1
De Esqu ilo a León Colo ch:
Via~tio de eeu ac,to~t
REINALDO LEÓN
tro de la cu ltura
De Esqui lo
guatemalteca
a León Coloch,
me ha
de los
8
llevado a meditar
secuestros de
p'ocoso d< iot<ospecdóo q"' h< vivido doo-
en el campo de las manifestaciones escénicas.
las diosas helénicas a los secuestros de los
héroes del Rahinul .·lchí. \-eo una trama, un "tejido" que va uniendo una sedimentación común,
una síntesis simultánea construida con elementos en apariencia desconectados entre sí, pero que
hacen de l acui1ado concepto de la antropología teatral, amb iente-escena, un espac io transgresor
de culturas a tra vés de la presencia del actor.
Al decir de la antropología teatral, la escena es un ambiente disconti nu o, lo que me lleva a
pensar que tambié n lo es la memoria vivenc1al grabada en toda la corporalidad del actor. En este
sentido. Franco Ruftini y Ferdinando Taviani han planteado en ··A nt ropo logía teatral: fundamen-
tos~ perspecti\as de investigación". que .. todos los actores de escenarios diversos habitan. por
ser actores. el ambiente escénico comLill (... ]. El escenario es un ambiente común. pero justamente
lo es de manera discontimw .. '. Luego afirman que el actor es un habitante de este ambiente cuya
adaptación. para' i\-ir en él. se produce en un tiempo breve.
Creo firmemente que el actor se debe reconci liar con su propio ser escénico. con su naturaleza
arraigada a una cultura determinada si quiere .. vivir.. de forma congruente en el mencionado ambien-
te discontinuo. Sin duda. las oleadas de crisis en el teatro actual a niveles tra nsnacionales se deben.
entre otros factores. a la fi·agmentación. La memoria étnico cultural se ve cada vez más invadida de
una globalización sujeta a las coordenadas de un mercado de super-cultura en medio de la cual las
expresiones escénicas se debaten como reflejo social~ ~e dilu~c en el fin. el sentido del medio.
Precisamente. la memoria discontinua del actor es un franco bloqueo a la deculturación ~ define la
naturaleza de adaptab il idad del mismo. pues según Euge nio Barba. él lleva su país en su propio
cuerpo. Estando en América. hace diez aiios. Barba manifestó : .. La memoria es el es píritu que guia
nuestro h :~c er. los múltiples caminos que lle, ;¡n al origen. al primer día. [ ... ] visl umbrar el perfi l de
nuestr:~ ido;> ntidad. lejana y concreta. Por eso. cuando se quiere cegar a un individuo o a un pueblo.
se le hace perder' inculo con su origen. con el sent ido secreto y m:~nifiesto de su memoria...
que hace converger en la misma lí n.:a pun-
tos vivenciales de l actor, lejanos, en dife-
ren tes horizontes cultura les.
En el actor se conj uga n lo estandari za-
do y lo pa11icu lar. Muchas veces. lo es-
tandarizado contiene lo individual. El ac-
tor está constan temente en el camino del
ree ncuentro. Los mismos enfoques t..:c-
nológicos se refuncional izan a través d.:
siglos de distancia . Podemos encontr.ar-
nos al actor brechtiano sentado en las
gradas del Dionisos. La tecnología de l
actor es intemporal : lo épico siempre ha
existido como también lo vivencia!.
En la actualidad es casi hegemónico ..:1
problema que se presenta durante el traba-
j o sobre el texto dramático. El espacio del
texto dramático en el proceso de produc-
ción ha perdido su conexión con la propia
visión cultural dentro de la simu ltaneidad
de planos que nos brinda el propio hori-
zonte en que se mueve el actor. El texto. la
trama en escena se encuentra muchas ve-
ces desarraigada culturalmente. Esa es la
tendenc ia. Lo aceptemos o no. Veamos.
Es sorprendente cómo en muchas par-
tes se ha perdido el trabajo con la prepa-
ración de la voz del actor. cómo la palabra
ha perdido su materialidad como prolon-
gación y parte de la acc ión escénica. La
manera en que se ha venido separando.
desligando, e l espacio dramático y el es-
pacio que implica la corporalidad de l ac-
tor, es asombrosa, sensible a demostrar.
Toda acción escén ica se encuentra impli-
cada dentro de una acción que subyace
en una dimensión cu ltural. Ahora. en el
plano de la tecnología, se encuentran va-
La memoria discontinua de la escena se expresa a través del sos comunicantes que permiten gérmenes de prolongada "con-
actor y su comportamiento. La ftsica del teatro tiene su centro taminación".
dinámico en el cuerpo del actor. La escenografta, la luz, el ves- Los principios ét ico-fis iológicos por los cua les los maes-
tuario. el maqu illaj e, los objetos afectivos, la atmósfera, se tros de la antigüedad greco-romana trabajaban la voz del actor
ex presan a través de la corporalidad de l "actante". Sin esta no son muy cercanos a los practicados por maestros con los cua-
poseen una significac ión a ni vel de la acción. Se trata de en- les he compartido verdade ras experiencias de preparac ión
contrar una corporalidad cuya naturaleza es orgánica. que no actoral. Creo firmemente -es una idea constitutiva de mis re-
"interpreta" sino que tiene un sentido propio, particular y grupal flexiones- que en el cuerpo del actor está grabada la memoria
de estar en escena. vivencia! y un iversal del teatro. Esto hace posible ir al origen.
La memoria discontinua y corpora l del actor no debe ser a ese primer día del cual se hab la. Pero. aquí reitero lo que digo
entendida como fragmentación de una tecnología a partir de siempre a mis alumnos. sean de la latitud cultura l que sean:
sí. con el trabajo sobre sí mi smo, es decir. de una tecnología cuando hab lo de la corporal idad estoy hablando de l cerebro.
escénica que se adquiere a través de un estar, de un enfrenta- de las vísceras. de la presión arterial. de lo invisible de lo visi-
miento ante sí mismo. Memoria discontinua quiere dec ir preci- ble, pero capaz de emerger en el extrañamiento que se produce
samente sedimentación. base común acumulada y adquirida a en toda percepción en alerta.
través del espacio'transcultural que es la escena por excelen- Hay una historia. fábula o mi to. que Plutarco ha dejado en
cia. En el actor. memoria es el hilo discontinuo, en espiral, que sus Vidas paralelas. Cuenta él antiguo cronista que el orador
hace visible lo im isibl e a través de la acc ión grupal y comuni- Demóstenes se retiraba apesadumbrado por su ineficaz forma
taria. cuando el teatro está arraigado a las esencias: espiral idad de hab lar en público. Sátiro. actor bien conocido. lo sigu ió
hasta su casa ) k propuso que
r~c itara de 1111:moria algún frag-
. m~nto de Eurí pides o Sófocles.
j Cuando Demóstenc:s tinal izó su
1 rec itado. Sáti ro repit ió los mis-
! mos versos y ··de tal manera la
1 adornó pronunciándola con la
·acción ) postura conveniente
del cuerpo· que a Demóstenes
k parecic: ron otros versos''. Si
nos percatamos de que hay una
lí nc:a transversal en lo vivenc ia!
del actor en escena. esa acción
que subyace en una di mensión
cu ltural. no nos parece rá tan
lejana la preocupación por la
armonía entre voz. acc ión y
cuerpo. Esta armonía está co-
nec tad a a una natura leza
ritualizada y no "teatral izada".
Sobre todo cuando el historia-
dor espec ifica. esc larece, que
para aquel hombre de la esce-
na era esencial la "grac ia" y la "belleza" cuando '' la acc ión En los Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de
concilia lo que se dice [ ... ] de que e l esmero en la composición Gurdjief!y Ouspensky, de Maurice Nicoll en "Del trabajo so-
es nada para quien se descuida de la pronunciación y acción bre sí mismo" se dice: ··un hombre es su vida. Un día en nues-
conve nientes". tra vida es una pequeña réplica de nuestra vida. Si un hombre
La "acción conveniente", la natu raleza fisica del teatro está no trabaja un día de su vida, no puede cambiar su vida, y si
arra igada a algo más profundo que el espacio dramático que dice que quiere trabajar sobre su vida y cambiarla, y no trabaja
nos ha ordenado. concatenado. un autor. Esta natu ra leza fisi- un día de su vida, el trabajo sobre sí sigue siendo puramente
ca transgrede la literalidad del drama y la he encontrado en imaginario".
a lgunas manifestaciones y medios de la cultura en Guatemala. He encontrado en algunas manifestaciones teatralizadas o
Nunca he estado más cerca del cuerpo del " actante" como escénicas - si ente ndemos la escena como espacio de inter-
naturaleza devenida en huella cultural o como diría el mismo cambio y comunicación-·'un día de mi vida". Llego a Guatema-
Artaud. el cuerpo del actor como "un organismo afectivo": la un miércoles santo y me veo de pronto traspalado a un
una afectividad que sufre un trueque de una época a otra, de sentimiento que creía propio de la antigüedad, y que es el
una escena a otra escena, de un actor a otro actor, a través de sentir de una ritualidad orgánica sujeta a un inconciente colec-
la relación con la naturaleza del ··actante" ante sí, ante lo social tivo que fortalece la amalgama comunitaria. Esa es la imagen
e histórico y ante el entornÓecológico. Ese "organismo afecti- pri maria que recibí del impacto de las procesiones. Mi genera-
vo" es tninsgresor por exce lencia. En este sentido, es evidente ción no está suj eta a una memoria involucrada a estas tradicio-
la conex ión entre Stanislavski, algunos principios constituti- nes por lo que me veo, durante todo el tiempo, hasta el domin-
vos de la antropo logía teatral y aquellos trabajos, aún no estu- go de resurrección, en posición de "extrañamiento".
diados detenidamente en nuestro ambiente escénico, realiza- Observo el movimiento balanceado de las gigantescas an-
dos por GurdjietTy Ouspensky, cuya pista me ha dado el maestro das: expresa verdaderamente un ballet comunitario, para mí
Vicente Revuelta. uno de los padres del teatro contemporáneo mucho más impresionante que la unic idad de los bailarines en
de mi país. durante mis investigac iones sobre la memoria del una coreografia de la "danza clásica". Es una danza de la muer-
ac tor en Cuba. te, la muerte de l propio dolor, el sufrimiento como e lemento
La antropología teatral nos lleva a una toma de pos ición ético dentro de una base común que une a todas las procesio-
ante sí. a un alerta que requiere la labor de preparación actoral nes de nuestra América. La Semana Santa no es un hecho
con uno mismo. Ese ponerse ante sí mismo muchas veces "teatralizado" sino un hecho en sí mismo, que posee vida pro-
tiene ni veles de resistencia y de bloqueos profundos porque pia, que nos da la posibilidad de " Un día de nuestra vida".
"cada cambio de lo normal provoca una reacción de defensa o En ese balanceo de unicidad sacra creo ver la transmisión
agresividad. como si estas energías distintas pud iesen con- de toda la energía a ni vel comun itario. Una energía transgresora
vertirse en una amenaza para la com ivencia, para las relacio- a través de la imaginería religiosa y popular. En las miradas de
nes con 1os otros...: las imágenes siento prec isamente la mirada de una nac ión. de
toda una cultura sobre sí misma. Nunca había sentido una
~ l:ugemo Barba. .\lás ullá de las 1slos j/otantes. 1\IC\ ICO. D F. . p 193 sacral idad de tanta unidad en la diversidad. Son hilos subte-
rráneos que han estado bloqueados en la " conciencia presiento una ligadura visible o subterránea a toda la dinámica
occidentalizada" - no digo occidental- de la escena. En la pro- de los fenómenos de lo natural, lo social y el hombre. Y la
pia naturaleza transcultural del espacio escénico fue, precisa- existencia de un sistema con varios métodos para medir el
mente este hilo o espacio comunicante que constituye la tiempo, me hace pensar en la posibilidad de diferentes tomas de
sacralidad del guatemalteco, lo que me guió hasta el Rabinal... posiciones de pensamiento ante la vida; la prueba de la existen-
cia de una diversidad instrumental filosófica para la interpreta-
CAMINO A RABINAL ción del cosmos, basada en una búsqueda matemática del ori-
gen o "primer día".
El camino a Rabinal es para mí un círculo concéntrico, un hilo
que desemboca en el mismo punto, que sugiere un sentido del
EN EL RABINAL
transcurrir en el círculo del tiempo, una línea misteriosa que se
muerde la cola, que produce un sentimiento sempiterno en el El 17 de mayo, gracias a la amabilidad del antropólogo y poeta
espacio. Una dilatada sensación del devenir imprimía en mí la Alfonso Porres, pude tener un encuentro con Don José León
continuada visión de las terrazas de las laderas, brotes denta- Coloch.
dos salidos del misterio de los cerros. La piedra, una fuente Indudablemente el Rabinal Achí constituye un frente cul-
eterna de información, sensible a la forma y al contenido con tural, una barrera grupal de protección y de resistencia de una
su natural acción imperecedera sobre el hombre. cultura. Es una expresión de resistencia cultural sacralizada,
El camino me sumergía en un entorno divinizado por la pro- de ahí su durabilidad en el hilo de la memoria de toda una
pia naturaleza, y durante una relación esotérica con mis pro- comunidad.
pias interrogantes, encuentro esa búsqueda de sí mismo, la La manera en que, dentro de la propia cotidianidad de la
búsqueda de un Actor que nunca he sido o que jamás ha vida, se organiza la representación del Rabina/ Achí, manteni-
tenido este espacio emergente que necesita toda generación da de una generación a otra durante siglos, crea una base
en el ambiente-escena. común intergrupal, un sedimento ético que trasborda de un
Fue una iniciación el introducirme en "lo natural" como algo grupo a otro y de un tiempo histórico a otro, y en un sentido,
que está en la propia materialidad de la vida que nos circunda. también discontinuo y de "adaptación breve". Esto lo conecta
Una manera de purificación que ofrece el derecho divino a en-
frentar un sentido ritualizado de la vida. Un inconciente colec-
tivo, que transgrede mi propia manera hegemonizada de la
"teatralización", me sobrecoge ante un hombre que representa
la síntesis cultural de una base común asumida y desarrollada
por generaciones. Esta es la significación que hallé en el Due-
ño, el Director o sacerdote, guía espiritual de la representación
del Rabina/ Achí: Don José León Coloch. Este fue el encuentro
con un "primer día" no vivido, el trabajo sobre sí mismo un día
de mi vida. Ante Coloch, hubo un terror al descubrimiento del
vacío interno y a la no preparación orgánica para vivir ese día;
era estar sobre el borde en el que se inicia el mundo a partir de
una cosmovisión indescifrable. La propia naturaleza fisica del
entorno es un aviso de ese sentido distante, lejano a mi propia
concepción del lempo-ritmo; es ese sentimiento de la exactitud
ligada al valor cero. Deduzco que el descubrimiento del cero es
la expresión de una cultura que logra diseñar con un esfuerzo
minimo, con una increíble economía del movimiento una forma
breve, una síntesis en la expresión del universo, inmersa en un
sentido de vasta espiritualidad. Los mayas lograron "descubrir
el cero y mientras otras culturas, consideradas menos subalter-
nas, se apropiaron del mismo. de ese sentimiento de la esfera.
nunca fueron productoras de esa emanación conceptual cós-
mica y lo asumieron con una visión utilitaria. Los mayas logra-
ron condensar el universo en un punto de dinámica circular
casi semejante al lokonoma de los japoneses. Una sacralidad
integrada al lempo , al secreto de su naturaleza, a un comporta-
miento en el que está presente una lógica matemática basada
en la existencia de'la cantidad matemática que nombramos cero.
y en el que se reúne toda una concepción de comportamiento
universal. El cero es una manifestación del cosmos como ámbi-
to reductible por la mano divinizada del hombre. En esta acción
a otras formas tradicionales de l teatro cuyo fundamento está
en una profunda mística, que descansa en una estética de la
sacralidad antes que en la búsqueda de una factura escénica:
el Kathakal i, Kabuki, No, la Opera de Pekín, formas ritualizadas
a partir de una comunidad espiritual, de lazos en el inconciente
común de una cultura.
Co loch insistió en llamarle al Rabinal Achí, "danza". Todo
el tiempo que duró la conversación. Coloch, que es campesi-
no, un hombre que vende j unto a su mujer las mercaderías, nb
un estudioso de la antropo logía teatral, de la manera más sen-
cilla nos rompe ese sentido divisorio, dualista, fragmentado,
que tenemos a veces los estudiosos. Y apuntó la neces idad
de l "conoc imiento de las normas de esta danza". De la misma
forma que en las otras manifestaciones citadas, hay una "nor-
ma" en la preparación y organización de la representación
escénica, pero esta norma, ¿en qué está contenida?, ¿cuál es la
natura leza cultura l de este "actor" que se inicia y se prepara
para la mise en scene del Rabinal Achí?
Estas "normas'' están contenidas desde una cotidianidad
sacra y ritual izada. Un ejemp lo de ello es cómo Coloch inició
nuestro diálogo:
"Doy gracias a Dios
al corazón de l cielo
gracias, al corazón de la tierra,
las nubes, nubarrones, ai res y mares.
Lo que nos da la existencia diaria
para mantenernos vivos.
De eso provenimos nosotros
de eso vivir'nos, pues mientras no hay aire
ll uvia ... no hay alimentos. ¡Gracias a todos!"
Estas palabras -me doy cuenta en el transcurso del diálo-
go- constituyeron el permiso, la petición a la naturaleza para
ser autorizado a hablar sobre el Rabinal Achí.
Si observamos con detenimiento las ··normas" que seña la ·
José León Coloch para ordenar en espacio y tiempo la repre- Rabino/ Achí. Coloch lo había rec ibido de su suegro. Don
sentac ión del Rabinal Achí, ha llaremos simi litudes con la rela- Esteban Xoloch y este. de su padre ... así hasta enumerar si-
ción que establece Eugenio Barba entre cultura y ac tor en Más glos de memoria. Una memoria que va más allá de la "escen:l''
allá de las is/asj/otames .. y de l propio espacio escénico donde se representa el Rabino/...
La acción grupal que desencadena la organ ización y la Por el lo. lo primero es presentar una "devoc ión'' ante los
representación de l Rabinal Achí tiene como piedra angular la antepasados y ped ir ese ··permiso'' . Después de poner "can-
memoria. Es una toma de posición en lo ético, ante la memoria delas" ... '')a uno puede sali r a buscar los elementos" para
y su significado en la transformación. en el logro del cambio a real izar la representac ión. Pero antes de esta. se visitan en
través de la acción al rededor de la danza-d rama como tarea procesión los cerros que están mencionados en el drama como
cultura l de una comun idad. parte de este permiso que se pide a las divinidades de los
Creo ver. en estos momentos, en la práctica de esta danza. montes. a la naturaleza. En estas procesiones participan dife-
un generador de cambio hacia factores cu lturales tan impor- rentes miembros de la comunidad conducidos por un guía
tantes como la lengua. Sus ··normas" nos llevan -de acuerdo a espiritual quien. a su vez, pide por el grupo. Media entre estos
lo manifestado por Coloch- a una posición ética frente a la y el Dueño de los cerros. Hay todo un proceso que podría
memoria. Esto. ante el olvido y la ignorancia de una escena llamar de pre-ritual idad. que antecede a la representación para
que está de espaldas a sus raíces. actitud repetida dentro de el día de la Fiesta de San Pablo. Esta pre-ritualidad constituye
1
una dimensión continenta l. ajena a su relación con la cultura. parte del calentam iento espiritual y sicológico de toda la co-
Son "normas" que dan la posibilidad de asumir un patrimonio munidad y del propio trabajo sobre la danza-d rama. Este senti-
1 como instrumento o medio de trans formación y desarrollo de do comunitario implicado en el protagonismo del grupo h·ace
la propia vida. Esto explica el hecho orgán ico de que el cono- que el Rahinol ... como expresión teatral. no pueda ser visto
cimiento d<.? estas "normas" se reciba como un don. a tra,·és de como el "musco ,.i, iente de la literatura dramática" [... ). Se
los antepasados. con stitu~e la responsabilidad de continuar trata de que aquí ha~ algo que está sujeto a lo que Barba ha
alimt>ntand\l la mt>moria activa~ 'i' iente de la dan za-drama del llamado "F.n busca de un teatro perdido".
Toda la preparación. de octubre a La ritualización de la cotidianidad,
enero. de la danza-drama Rabino/ Achí alrededor de la mise en !icime del
es un desencadenamiento que permite Rabinal .-lchí refleja. además de una
vivenciar la propia cultura: desarrollar- manera de estar en vida. una toma de
la desde el espacio del individuo y el posición ante la propia lengua. Una si-
espacio grupal. Constituye una fiesta tuación de resistencia. La práctica del
que contiene una significación para la grupo es una acc ión de protección y
comunidad. conservación que refleja un ánimo de
Por ello. las "normas" para presen- cambio. Conservar el Rabinal ... posi-
tar el Rahinal ... están arra igadas a la bilitará su desarro llo en las más jóve-
vivencia colectiva. son normas de pro- nes generaciones. El texto cobra. en-
tecc ión. de una resistencia que llevará tonces. otro valor. se inserta en una
a un cambio en relación a aquellos fac- dinámica que está en el propio hombre
tores cu lturales. que como la lengua, su problemática y su entorno. Es un
afrontan los procesos acultu rativos y texto-lengua, vivo en la afectividad que
de internacionalización propios del genera toda una comunidad.
mundo cultural moderno. Las coordenadas que nos permiten
El trabajo del "actante" se conjuga el diá logo con León Coloch nos po-
con la cotidianidad a través de un hilo nen ante un teatro grupal, la acción
de memoria sacralizada. Una memoria alrededor de una tarea donde - según
activa alrededor del "hecho teatral". él- "nosotros mismos nos nombra-
Así. su trabajo se desarrolla, crece y mos" hasta dar gracias a Dios cuando
toma direcciones simultáneas, aparen- una persona se presenta porque quie-
temente inconexas. Aquí. en e l re "entrar" en la danza-drama. Y toda
Rabinal .... no se están buscando re- esta dinámica desemboca en el nudo
sultados. no hay un juicio estético, preconcebido. sino que central que constituye la defensa del idioma.
existe una preculturalidad: "una base precultural común'' den- Es el momento en que José Manuel Coloch -hijo- interviene
tro de toda la conducta de l grupo. Esto es bien visible. Este es y nos dice que la tendencia es el deseo de desaparecer el achí.
un ambiente en el que no hay interrupciones banales. la te n- pero ellos no están de acuerdo: ·'tenemos tradición histórica''. La
dencia hegemónica de la fragmentación no puede romper el interpretación de José Manuel es que se qu iere un idioma "es-
muro de contención que se expresa a través de esta actividad tandarizado'' y oficial. Pero el achí es su lengua y hay un sentido
sacralizada. orgánicamente organizada. Esto permite la ind ivi- profundo de pe11enencia a través del idioma. El maestro llega a la
dual idad. la toma de decisiones. no sólo de Coloch. sino de escuela - nos cuenta- y dice: "prohibido hablar en lengua". Su
cualqu ier otro miembro relacionado con el Rabina/ A<:hí. Nos propio padre hasta los ai'ios 40 sólo hablaba en achí, no era una
encontramos con un bio!i escénico transgresor, condicionante costumbre hablar en castellano y es el momento en que León
de una presencia inusitada a través de la palabra histori zada y Coloch apunta: "nuestros hijos están volviendo a aprender el
dentro de una ritualidad inev itab le. Una ritualidad que consti- achí como nosotros antes". Esta problemática envuelve la vida.
tuye víncu los y deshace zonas amnésicas. es par1e de l entorno de la danza-drama Rabinal Achí.
Estamos frente a la "visión utóp ica de un teatro-cultura José Manuel evidencia el grado de conciencia ante les fe-
fusionando la habilidad. identidad y sabid uría trad icionales'' nómenos ac ulturativos. cuando nos dice que las traducciones
de un Hombre Natural. se han distanciado del contenido real del Rabinal. Por ello.
Dice Coloch que " la gente entiende bien su historia y se ante esto. han tomado la decisión de traducirlo al "a lfabeto
emociona. y que la gente grande es la que más entiende". He actualizado", al achí moderno 3.
aquí un principio que nos lleva a Brecht. La emoción producida Hay una toma de posición de que la lengua, el idioma achí.
a tra vés de la historia. por la conciencia de un hecho humano. la es algo especial en sus vidas que no debe desaparecer. Y. en
emoción ligada al acontecer de la vida: a su narración y análi- este punto del diálogo. surge la pregunta: si desaparece la
sis. donde im por1a el cómo y no el qué: y en este narrar, la lengua. ¿desaparecería e l Rabinal Achí?
lengua. el texto dramático que ha sido memorizado por transmi-
sión oral. juega un rol de conservación de la memoria cultural. 3 Denominado por algunos espec ial istas como quiché·achi.
'
1• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
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AUGUSTO CÉSAR CHUPINA
DRAMATIZACIONES
Hace cuatro años actores profesionales se pusieron de acuer-
do para representar la pasión de Cristo. Se trata de Jesús de
Na: arerh. teatro itinerante presentado por El Calvario, la com-
pañía de teatro para niños Bravo y la escuela de teatro del
ROMERIA A ESQUIPULAS:
DEVOCION Y LEYENDA
a la asamblea. El delincuente repasa su falsa coartada. La se ño- La teo ría del Noteatro propone la desmit ificación. la desa-
ra. ti·ent e a la posibilidad de perder a su hombre. finge orgasmo cralización del teatro. con la finalidad de que la costumbre
tras orgasmo: repite en un susurro el te quiero automático. natural de representar. llevada a la escena pueda. a través de la
Cuando un animal se sient e amenazado. inmediatamente reconceptuali zación, retoma r ciertos va lores que se han dilui-
actúa para convencer a sus enemigos. Se eriza, gruñe. contrae do en el marco de una teorización in func ional.
sus músculos. sil ba. escupe. Algo parecido ocurre cuando Lo que para un músico. un bailarín. ull cantante es absolu-
otro animal se le acerca al estar comiendo, por ejemplo. En el tamente necesario, para un aspirante de actor del Noteatro es
cortejeo amoroso. la leona agacha las orejas en señal de sumi- accesorio. El aspirante a músico neces ita una d isposición
sión porque el macho podría matarla si no. El ave se mueve de natural. Tener oído y un sentido del ritmo. El bai larín. además
manera especial. danza. da saltos. muestra sus atributos. de lo anterior. debe tener un sentido del mov imien to. Y el can-
En la vida se representa para convencer. para demostrar. tante. sumado a lo primero. voz.
para anticiparse. para lograr un objeto u objetivo. El simple La academia. el conservatorio, lo proveerá de las herramien-
hecho de levantarse por la mañana y efectuar la rutina de lim- tas científicas para dominar su instrumento.
pieza. vestido. maquillaje. conlleva una ensayada. una estu- En el caso del Noteatro. el aspirante ve1 á sepultado su an-
diada pauta de pasos. Se actúa al encontrar a un conocido. al helo frente a la imposibi lidad de lograr. científicamente, lo que
dar el pésame en un ve lorio. al responder el teléfono. al presen- la naturaleza prodiga.
tar la excusa. al j ustifi car la ausencia. En otras palabras, la habilidad natural de representar se
En la vida se actúa en diversidad de papeles. La misma verá, en la mayoría de los casos. sepultada por la misma pre-
persona puede ser (dependiendo del lugar y el contexto) el tensión de meter dentro de un molde de pequeñas dimensio-
buen padre. el amante esposo. el buen jefe. el buen compañero nes todo el contenido de una experiencia natural.
y. al mismo ti empo. el buen ladrón. el buen mentiroso. el buen
farsante. el buen hipócrita. el buen asesino. EL ACTOR HABLA, SE VA A SABER
Esta costumbre innata de representar - aunque hay que ser
claros en que no siempre va a pretender- . coloca al hombre en La teoría del Noteatro se basa en la premisa de que lo funda-
una posición pri vilegiada para establecer el montaje adecuado mental para representar dentro o fuera de la escena. es el talen-
a la ocasión y circunstancia. to natural del indi viduo.
El teatro nace. entonces, con e l hombre. y con su constante
necesidad de comunicarse en tre sus co ngéneres y con las
potencias superiores.
todas va n encaminadas a justificar el acto fallido que repre- da para presentarse en escenarios naturales. aprovechando el
senta traduc ir a la escena una obra dramática. entorno y permitiendo que el público -en vez de permanecer
/\hora bien. si restamos al drama representado su calidad sentado a la manera tradicional en una sala- ci rcule entre los
! de arte mayor. si negamos la posibilidad de que los humanos diferentes cic los continuos que componen la obra. en un reco-
1 podamos representar fuera de la vida misma. ¿vamos por eso a rrido prefijado.
Cada uno de los ciclos continuos representa una unidad, exponerse-, sino a la falta de espacios teatrales, propiamente
una especie de escena (de unos diez a quince minutos de dichos, los cuales son clausurados para dar paso a asambleas
duración) que en vez de sucederse en un tablado para darnos de Dios, estacionamientos, o simplemente otro tipo de nego-
la secuencia total de la obra como ocurre en una sala de teatro cios más rentables.
convencional, corre independientemente en seis escenarios La modalidad de Teatro Continuo, es un experimento que
naturales. cercanos el uno del otro, en forma _de permanencia involucra a seis directores -uno por cada ciclo continuo- y a
voluntaria. Empieza la escena y cuando esta termina, vuelve a un numeroso elenco de actores y actrices -una treintena. Los
empezar de nuevo y así se repite continuamente durante el personajes siguen siendo los mismos a lo largo de los seis
lapso de tiempo que dura el total de la obra. ciclos, en una secuencia ordenada con inicio y final de la obra,
El público mira el primer ciclo continuo y cuando este termi- pero interpretados por diferentes actores. Valga decir que
na para volver a empezar, va hacia el segundo y así, sucesiva- Martina -que interviene en el tercero, cuarto, quinto y sexto
1
mente, hasta ver Jos seis. Esta nueva modalidad permite, ade- ciclos continuos, que se están dando simultáneamente en cua-
más, que alguien pueda volver a un ciclo anterior para volver a tro de los seis escenarios diferentes- es interpretado por cua-
ver algo que le gustó mucho o que no entendió perfectamente. tro actores.
Y, en cierto sentido, tener una perspectiva cinematográfica, Martina, en este caso. será identificado por el público gra-
porque el espectador algunas veces estará rodeando la esce- cias al calor de su levita y moño, y a un detalle del maquillaje
na -como en un teatro arena-, o viéndola en un foso desde que resalte sus largos bigotes negros. En cambio, el Padre
arriba, o en una loma desde abajo, etc.; en una variedad de Antonio, como otro ejemplo, será reconocido porque los acto-
ángulos y distancias imposibles de lograr desde una butaca res que lo interpretan tendrán una visible tonsura en la coroni-
fija en la sala de teatro. lla, bm·ba cana y el hábito del color usado por su orden religio-
Otro factor importante en el Teatro Continuo, es que se sa, además de una gran cruz colgando del pecho.
prescinde de decorados. iluminación artificial y sonido ampli- De igual manera, elementos de utilería -como un bastón,
ficado. Es ideal para plazas, calles, parques, colegios, espacios una espada, una banda, etc.- identificarán al mismo personaje
abiertos donde se reúne la gente con fines educativos o de -aunque será interpretado por diferentes actores, como está
entrenamiento. tal el caso de una feria. También es, de alguna dicho- a lo largo de los seis ciclos continuos.
manera. la respuesta a una necesidad derivada no solamente
de la inseguridad ciudadana a causa de la violencia -que re- 1 Nota del edi10r Se retlen: al personaJe de l'alrw )" /¡berwd Drwnu
trae cada vez más al público que no quiere ir a las salas para no md10, de .lml: .~1artl
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COMO PROCEDER
Se sugiere iniciar haciéndole resaltar a los estu-
diantes el sentido lúdico de la dramatización, a
efecto de motivarlos y fac ilitar su acercamiento y
aceptación. Es aconsejable, así mismo, incorpo-
rar a las tareas actorales en primer lugar a aque-
llos que muestren interés y rasgos de extrover-
sión en su personalidad, a fin de no generar
rechazo en quienes estén menos dispuestos a
estas tareas. Gradualmente el maestro podrá in-
tegrar a las mismas a otros estudiantes, una vez
que hayan experimentado como público, el juego
de la dramatización. Lo anterior con el fin de que
todo el grupo viva la experiencia, tanto de repre-
sentar como de ser espectadores. Complementa-
riamente, se pueden establecer incluso di versos
equipos de actores para diversas ''obras", entre
los cuales se desarrollará una natural competen-
cia. Esta no deberá conducir a premiaciones tipo
"campeonato" tan comunes en el medio y que
terminan en la prevalencia de un grupo o grupos
sobre los demás, con la lógica alegría de unos y
la frustración de los otros. Por el contrario, debe-
rán resaltarse el esfuerzo y los aspectos positi-
vos del trabajo de todos, a fin de que la actividad
redunde en un reforzamiento de la autoestima y
la valoración de todos y cada uno de los inte-
grantes del grupo estudiantil. La dificultad de las
"obras" a representar, variará de acuerdo a diver-
sos factores, tales como edad de los educandos,
faci lidad y disposición a la tarea, experiencias
tenidas respecto a dramatizaciones. contactos
previos con la actividad teatral, etc. Un proceso
gradual en este sentido puede iniciarse con re-
presentaciones sin movimiento, sonido o palabras; represen- so, es aconsejable que el mismo sea elaborado por los mismos
taciones con movimiento, sonido y palabras; representacio- actores encargados de la representación, con la participación
nes con movimiento. sonido y pequeños diálogos; y así. hasta del maestro. Para el efecto. se sugiere seguir el procedimiento
ir haciendo más y más complejo el proceso. Cada maestro. de de definir en su orden el tema de la dramatización. el objetivo
ac uerdo a su conocimiento y su experiencia del grupo. sabrá que se pretende con la misma y los personajes que interven-
en qué punto iniciar la acti vidad. No debe olvidarse que en un drán. A partir de entonces. el mismo grupo de actores selec-
mismo grupo estudiantil pueden usarse simultáneamente va- cionados puede iniciar la elaboración del texto mediante la
rias fases, a fin de respetar las posibilidades de cada alumno. lluvia de ideas de los integrantes, lo cual servirá de base para
Tómese en cuenta también que en una misma "obra", cada realizar improvisaciones sobre el espacio que hayan decidido
actor participante puede cumpl ir distintas fases de l proceso tomar como ··escenario.. para representar. El grupo selecciona-
citado, lo que le permite la participación de todos y mantener el rá aquellas improvisac iones que a su criterio sean las más
respeto a las posibilidades personales. En relación con el texto efectivas para iniciar la .. obra'' e irá realizando otras para dar
para las obras. cuando el grupo en general se encuentra ya en continuidad a la acción hasta que consideren que esta está
la disponibilidad de enfrentar etapas más complejas del proce- terminada. Las improvisaciones seleccionadas constituyen un
material en bruto a ser pulido durante los "ensayos" previos a frente del rriismo como "escenario", colocando las sillas o pu-
la representación ante sus compañeros. No está de más sei'la- pitres alrededor del centro usado como tal en una especie de
lar que estas actividades pueden constituir para los educan- teatro círculo o en forma de cuadrado o rectángulo como en el
dos una excelente forma de invertir su tiempo libre en el hogar, tipo de teatro arena.
muchas veces desperdiciado en actividades muy poco enri- b) Elaboración de decorados, vestuario y maquillaje: El
quecedoras. maestro no debe olvidar que el juego del teatro impl ica una
convención entre el público y los actores. Por esta convención,
IMPROVISANDO OTROS ELEMENTOS el espectador acepta tomar la ficción del escenario como reali-
dad y es posible incluso llegar hasta la abstracción de la simple
No obstante que hemos ya mencionado los elementos básicos utilización de rótulos para demarcar e indicar en el escenario los
para la actividad de Teatro escolar, los cuales están a disposi- ambientes en los que se desarrolla la acción. Por ello, la elabora-
ción del maestro, hablaremos aquí de formas simples de agen- ción de decorados y vestuario que pretendan imitar con exacti-
ciarse de otros elementos que llamaremos complementarios. tud la realidad es, además de dificil y costosa, innecesaria. Por
Esto no debe llevar a la convicción de que sin los mismos no qtra parte, la línea de sugerir mediante elementos, al imenta la
es posible realizar dramatizaciones, ya que estas son como ya creatividad del grupo. Será más efectiva si estos elementos cons-
hemos dicho antes, un valioso recurso multisensorial para la tituyen aspectos esenciales de lo que deseamos lograr, como
enseñanza, que pueden ejecutarse únicamente con actores, por ejemplo, una simple ventana para significar una habitación.
público y texto. Los decorados deben coadyuvar a lograr en el escenario el
a) Improv isación de un local: Algunos edificios escolares ambiente que pretendemos que los espectadores capten : bos-
no cuentan con local apropiado para una función teatral. En tal que, sala, cueva, hosp ital, calle, etc. El vestuario y el maquillaje
caso, el maestro puede aprovechar el patio del establecimien- por su parte, deben estar de acuerdo y resaltar, sobre todo, el
to, las áreas destinadas al juego o el salón más amplio con que carácter y personalidad del personaje y luego, aspectos tales
se cuente. No se olvide que, en últi ma instancia, el propio como origen, clima, profesión, etc. , dependiendo de lo que sea
salón de clase puede adecuarse para esta actividad, usando el más importante para hacer más rico y creíble a cada personaje y
para hacer más completa la fic-
ción. Talleres para ilustrar a los
alumnos sobre estos tó pi co~.
pueden obtenerse en las insti-
tuciones especializadas. Para el
diseño y la elaboración de de-
corados. vestuario y maquillaje.
puede procederse en la misma
dinámica usada para la elabora-
ción del texto de la "obra" una
vez el mismo proceso de crea-
ción de texto. Ello, además de ser
quizás más dinámico. enriquece
en los part ic ipantes la capacidad
de crear atendiendo e incorpo-
rando múltiples factores a la vez.
e) Luces. música y sonidos.
No es necesario en el Teatro es-
colar, sobre todo si la acti vidad
se realiza de día. la utilizac ión
de equ ipos de iluminación que
tienen un alto costo. Aun cuan-
... do la luz ar1i ficia l acentúa el va-
lor de decorados. vestuario. ma-
qui llaj e y enriquece como la
música y el sonido la atmósfera del escenario logrando efectos Én tal sentido, debe tornarse en cuenta también que, estos
insospechados, su presencia no es absolutamente imprescin- efectos de sonido pueden lograrse a través de medios natura-
dible para dramatizar como ya lo hemos señalado. No obstan- les al momento de la representación, incluido sonidos onoma-
te, es posible tener acceso a un equipo mínimo y económico de topéyicos realizados por los estudiantes. Ello puede constituir
iluminación, en base por ejemplo, a dimmers de agua y reflec- otro campo de creatividad y facilitar la participación de todos
tores de bote. En relación con la música y sonido, resultan los miembros de la clase. En cuanto a la música para la "obra'',
mucho más fácil de solucionar. bastando para ello una peque- los miembros de cada grupo, deberán seleccionarla, siguiendo
r1a grabadora de cassette. Aunque no es común, hay en el para ello la norma de que la misma debe usarse siempre y
mercado nacional discos con efectos y sonidos di\·ersos, así cuando se haga necesaria para enriquecer la atmósfera escéni-
! corno estudios en los guc pueden hacerse tales grabaciones. ca o la acción de la dramatización.
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C:litemnestra
na muerto
Rubén E. Nájera
PERSONA JES
La acción se desarrolla en el reino de las sombras. La escenograf ia lo concibe como un hemiciclo formado
por seis
monumenta les rocas, con formas lineales quebradas. Al frente del hemiciclo y al fondo del escenario,
un túmulo
funerario con cuatro escalinatas que conducen a la plataforma , sobre la que descansa el sarcófago
de Cliternnestra.
Las Euménides utilizan máscaras que evocan la falta de rostro, el ojo único y el cabello de serpientes.
Sus trajes son
terrosos y pesados, como acero oxidado, y arrastran largos mantos. Orestes y Pi/ades visten pieles
de guerrero.
inspiradas en las estelas funerarias del período arcaico. En su lecho fl!nerario, Clitemnestr a aparece
con un traje
amarillo, con el pecho cuajado de joyas: uno de sus mantos, amarillo también, se ha manchado ostensiblem
ente con
la sangre de la herida. En el segundo cuadro el traje de la reina es rojo, casi ofensivo. Agamenón es
un rey ceremo-
nial, el lujo de su ropaje es casi oriental y usa los colores de Cnossos, el azul y el corinto. Los colores
de Ca/kas, la
túnica gris y el manto crepuscular, revelan su naturaleza torva y ambigua. En la tradición clásica,
Electro viste de
negro riguroso.
El primer y tercer cuadro ocurren hoy; el segundo, hace más de diez años.
CORO 1
LA MUERTE VIOLENTA
El reino de las sombras empieza a hacerse perceptible. Entran Orestes, Electro, Pilades y C!itemnestr
a enmascara -
dos y escoltados por las Euménides. En una acción ritual y a una indicación de Electro, Orestes apuñala
a Clitemnestra
mientras Pílades vuelve el rostro para no ver. Sale Electro. Clitemnestr a yace a los pies de los dos jóvenes.
Convul-
sionadas por el asesinato, las Euménides murmuran salmódicam ente, in crescendo, el nombre de Clitemnest
ra hasta
que la salmodia se convierte en alaridos y las Euménides se retuercen de dolor Estruendo.
LAS TRES. ¡Clitemnestra!
EUMENID E l. El silencio sigue a la muerte violenta. La noche desciende primero sobre el cuerpo que
~ti luego sobre los amigos. que se convulsionan de dolor.
se somete y
::t EUMENID E 2. No los gritos, que no los hubo, sino el sordo rugido de la impotencia deja un eco en nosotras,
que todo
E lo escuchamos y todo lo sabemos pero que nada podemos prever.
a EUMENID E 3. O evitar. El silencio es como la derrota. ¡Es tan frágil el cuerpo del humano ... !
.a:
.
a EUMENID E l. rero la derrota no pertenece a la victima sino al victimario, que alza el puñal. lo hinca
quebradiza y abre cascadas rojas que se extienden como una mortaja a sus pies .
en la carne
·-..
E sus brazos el
cadáver. es porque ha dado a luz una sombra.
ti
EUMENID E 3. Es tan volátil la vida. tan etérea su sustancia .. Lanza anclas al mundo.<\ los hombres. a los
¡; dioses. con
el secreto anhelo de dejar de fluir.
EUMENIDE l. Y, sm embargo, ¡oh paradoja'. el hombre no puede prolongarse ni prolongar su tiempo. Es triste su
eficienc1a para abreviarlo ..
EUMENIDE 2. Si la carne es frágil la imbecilidad es, a cambio, demasiado sólida.
EUMENIDE 3. El destino es con frecuencia su falso nombre.
EUMENIDE l. Pero el destino no existe. Atribuir a los dioses o al azar lo que el hombre fragua es fácil. En el fondo
de la caverna del absurdo humano se revuelca la inmundicia de la ambición conspirando contra la luz.
EUMENIDE 2. No escucho sus gritos, pero los escucho. Es como si el silencio los ocultara. Pero la sangre los revela.
Y la última mirada. Y la última rebelión, que sólo se agota con el último estertor.
EUMENIDE 3. Quisiera llorar pero carezco de rostro.
EUMENIDE l. Quisiera olvidar el finaL
EUMENIDE 2. Pero no existe final. Nuestras manos hilan en la rueca de este laberinto azaroso que es la vida del
hombre. La hermosa sintaxis no sirve para explicar por qué el hilo se corta ..
EUMENIDE 3. Lo explica el filo del puñal. La vida está pensada de otra forma, pero el hombre la repiensa y la vuelve
destrucción.
EUMENIDE l. Los conspiradores inventan su propia lógica, crean tortuosas elucubraciones que justifican sus críme-
nes. Luego producen un dios, o una razón. para atenuar la culpa. Al final habitan con gusto ese universo de mentiras
en las que han llegado a creer ciegamente.
EUMENIDE 2. Pero la sangre seca no deja de ser sangre. Y mi dolor duele aunque envejezca. El tiempo mata, es
cierto. pero mata por piedad y por una necesidad de todos. El hierro es frío. y aunque el cuerpo que ya no respira no
lo sienta más, es como si se hubiera clavado para siempre en mí. Tengo el cuerpo lleno de puñaladas.
LAS TRES. Muero con su muerte, muero por el odio y la ceguera que guían el puñaL muero por los universos de
terror y de oscuridad que el hombre inventa ..
(Las Euménides se agrupan en un extremo de la escena y avanzan lentamente hacia el proscenio. Mientras una
mantiene la voz principal, las dos restantes hacen coro, murmurando.)
LAS TRES Clitemnestra ha muerto.
EUMENIDE 2. Sobre su cadáver se extiende la sombra de su asesino ..
EUMENIDE 3. Orestes ..
EUMENIDE l. Su hijo ..
EUMENIDE 2. Alas mortuorias su sombra. ~
w
EUMENIDE 3. En cada asesinato el hombre mata un padre o un hijo: su pasado y la posibilidad de perpetuarse.
.::.:;:
EUMENIDE l. No veo lágrimas en sus ojos y, sin embargo, su mirada se abisma en un profundo dolor: Orestes es a z
la vez criminal y deudo. w
EUMENIDE 2. Mas Orestes nunca conoció a Clitemnestra, su madre. sino el sufrimiento. Sabe que su propia madre
ordenó su muerte cuando su boca aún olía a leche materna. Orestes vive por azar.
EUMENIDE 3. O por destino ..
EUMENIDE l. O por confabulación pues por ella tiene el anna homicida en sus manos.
LAS TRES. Clitcmnestra ha muerto.
EUMENIDE 2. Su cadáver se entrega al olvido. asume su nueva naturaleza de sombra.
EUMENIDE 3. Sobre ella se extiende la sombra del asesino, Orestes su hijo.
LAS TRES. (Varias veces, diminuendo.} El silencio es su único consuelo ..
CUADRO 1
EL SILENCIO DE LOS DIOSES o
t
11
:11
Palacio de Agamenón en Argos. huy Orestes. Pílades y Clitemnestra en la posicuín que han tenido durante el Coro E
l. sin máscaras. D
.e:
O RESTES. (Buscando la respiración de Clitemnestra. anali:::ándu/u_ 1 No habla más. Pílades. En su boca: a no ha:
aliento. La sangre deja de humear. No siento la hoja de acero que mis manos empuñan. ¡,Es siempre la muerte así de
efimera?
..;.
D
PILADES. Los grandes placeres: los grandes crímenes lo son para quien los perpetra. Pero tú. Orestes. no eres e:
·-..
asesino: la muerte te pesará siempre. puesto que no la comprendes. E
11
ORESTES. Yo he sido el puñal. ¿no es así? ¡Qué sabe el puñal de moti\ os~ Pero esta muerte estaba escrita: :o. el
instrumento. no so: sino títere del destino. ¡:;
PILADES. Nada está predestinado en el universo. Los cielos están vacíos, excepto por lo que torvas intenciones
quieran escribir en ellos.
O RESTES.¿ Y tú, que hasta ahora siempre has callado, tú osas volverte contra mí en el último instante, cuando no hay
retorno?
PILADES. ¡Cuidado! Es tu mano la que ase el arma ensangrentada. No se vuelva su afilada punta contra tu pecho. He
callado, es cierto; cegado por la pasión poco podías apreciar las palabras del amigo. Escogí no ser tu primera víctima:
escojo ser tu memoria.
O RESTES. No puedes culparme por hacer justicia ...
PILADES. La justicia no se ejerce por la sangre. Quien lo hace busca tan sólo acallar sus temores internos, realizar
sus ambiciones, conspirar contra aquellos que pueden escalar más alto. El hombre mediano quiere su horizonte despe-
jado: ver cara a cara otro rostro humano es el más íntimo de sus pavores, porque le revela un espejo. Sopla el viento,
y el hombre minúsculo terne lo desconocido ...
O RESTES. Esta mujer mató a mi padre en el día de su triunfo y colocó en su lecho y en su trono a un traidor. Esta
mujer decidió mi muerte lanzándome a los nocturnos lobos. Esta mujer hizo de mi hermana Electra una esclava y una
sierva. Si los dioses dejaron pasar esas afrentas, yo, Orestes, hijo de Agamenón, no he padecido la misma debilidad.
PILADES. La lógica es servil, Orestes, y se retuerce en todos los sentidos. Esa mujer ajustició al asesino de su hija
[figenia, una hermana que olvidas fácilmente. Si condenó a Orestes a no ser hombre fue para evitar que Agamenón se
repitiera en él. ¿Qué madre no teme que el hijo replique al hombre que odia"
O RESTES. La muerte de lfigenia fue dictada por los dioses ...
PILADES. ¡Bah! Los cielos están vacíos y el Olimpo no es más que una cúspide desierta. Los dioses han abandonado
tiempo ha sus recintos. Quien pretenda hablar en su nombre es un embaucador.
O RESTES. ¡Pilades. Pílades' ¡Busca tu muerte también'
PILADES. Busco al amigo que iluminaba antes esa mirada. Alguien lo ha robado.
O RESTES. Heme aquí. soy yo. Pilades. más infeliz que antes, más necesitado de tu brazo para detenerme. (Coloca su
mano en el hombro de Pi/ades.)
PILA DES. (Acariciando el brazo de Orestes.) Pero Orestes tiene mejores brazos para apoyarse ahora, los de Electra.
Si Electra ordenara mi muerte tú llorarías (Aparta la mano de Orestes.). pero igual me cortarías la cabeza.
O RESTES. Has callado por tanto tiempo ... Ahora hablas tan sólo para herinne.
PILADES. Nunca he callado: tú has dejado de escuchanne. Pasado el crimen es como si mi voz pudiera alcanzar de
nuevo tus oídos.
O RESTES. Calla, no quiero recordar. Y. sin embargo, sé que hubo otra vida antes de este momento ..
w PILA DES. No ajena a los pesares, pero al menos dispuesta a la risa, a la ligereza, a la conversación. Todo hombre
debe abandonar ese limbo, aunque no a cambio de hec~os tan terribles como este.
O RESTES. La alegría es tan sólo otro nombre de la ignorancia. Deja de existir una vez el mundo entra en tu jardín
secreto.
PILADES. Lo importante no es que ese momento permanezca sino que se reproduzca. Cuando Electra entró en tu
mundo nuestra conversación dejó de tener sentido.
ORESTES. Y vuelves a hablarme ahora que mis manos se han manchado con el más horrendo de los crímenes.
Pílades. ¡este es el cadáver de quien me dio a luz: mi mano lo ha mutilado!
PILA DES. ¿Crees en lo que me dices, Orestes? Hay muchas formas de matar y muchas formas de no matar.
O RESTES. ¡Dame tus acertijos en otro momento! Si te basta con escuchar tus lamentos no me necesitas. Si quieres
descorrer el velo de las sombras. entonces. una vez más, soy tu compañero de armas. Ahora sé dueño de ti y escúchame.
O RESTES. Escucho. ¡pero tu voz suena tan remota~
PILA DES. Orestes es un nombre que te pertenece desde hace poco. De niño te llamabas de otra fonna ..
ORESTES. Lysias ..
~ PILA DES. Lysias. en efecto. creció en la casa de mis padres y fue otro hijo para ellos y un hennano para mi.
•
::t
O RESTES. Pero el nombre de sus progenitores siempre fue un misterio .
PILA DES. Los niños abandonados son un escándalo frecuente y poco escandaloso. Los hijos son sentencia con más
E frecuencia que recompensa. Los que resultan del amor ilícito. o los que sobrepasan el número de bocas que pueden ser
D alimentadas con el jornal de un siervo. están condenados ... Fue un año de sequía cuando mi padre te encontró. casi
.e:
..;.
D muerto de hambre y a punto de ser devorado por las fieras. Pero. Orestes, no fuiste el único niño abandonado en las
montañas de la Fócida .
O RESTES. Cierto. mas el anciano que recorría la región en busca de Orestes me reconoció. Reconoció también las
11: marcas de mi cuerpo y las prendas con que había sido encontrado ..
E PILA DES. El anciano era enviado de Electra. Lo que reconoció en el joven Lysias fue el porte gallardo. la fuerza de
~
·-u rasgos ... y la predisposición a creer en cualquier explicación sobre un pasado que ignoraba.
O RESTES. ¿Insinúas torpeza. credulidad 0
PILADES. Insinúo que en tu jardín el mundo no había entrado aún. Entró bajo la apariencia de ese anciano y con la
personalidad de Electra, que transformó a Lysias en Orestes porque requería un verdugo o un asesino.
ORESTES. ¡Pílades. Pílades! El veneno habla por tu boca. ¿Te duele. acaso. que el hijo de un rey de pastores se
transforme en descendiente de un linaje de héroes?
PILADES. Triste linaje de parricidas. Pero de ti perdono el insulto. como una prueba más de amistad. De haber
sentido envidia por tu destino te habría dejado marchar. A cambio, decidí seguirte hasta que el velo del engaño cayera.
ORESTES. Pero no hubo engailo. En Delfos la Pitia habló con claridad. ¿recuerdas? (Evo(..'ando el trance de /u
pllomsa.) "La 1ra de los dioses caiga sobre ti, reina Clitemnestra. Orestes la víctima es a partir de hoy ürestes el
vengador.··
PILADES. ¡Es tan fácil sobornar a la pitonisa y comprar una profecía! Los dioses que hablan por boca de los hombres
son más producto del oro que del éxtasis.
ORESTES. Te llamas amigo pero en lugar de certezas siembras mi paso de dudas y me atormentas. (Se de.\plumu
frente u Píladesy se aferra u sus piernas.) ¡Piedad! La sangre aún está caliente en mis manos, corroe mis entraíi.as, me
atrae a las sombras. Pílades, ¿he cometido yo este crimen? ¿Soy instrumento de los dioses y cumplo con su veredicto
de que el último descendiente de este maldito linaje vengue la muerte de sus antecesores. o ... ~)
PILADES. ¿ ... o eres instrumento de la enferma mente de una mujer que te ha usado a su capricho y en cuyas manos
has sido arcilla blanda''
O RESTES. ¡No. no! ¡Calla, por lo que más quieras! Si yo no soy yo, si este no es un acto de justicia, si ningún espíritu
se mueve detrás del puñal, entonces pertenezco a las sombras para siempre)/ el crimen no tiene perdón.
PILADES. (Consolador, ;ndinándose para ahra:::.ar/o.) Paciencia. paciencia. Un esfuerzo más.
O RESTES. Pílades. Clitemnestra ha muerto. Dime que es el justo precio por sus crímenes. La muerte es un verdugo.
PILA DES. Un anciano transformó a Lysias en Orestes; una sacerdotisa te dio un pasado de víctima y un futuro de
vengador. Si, detrás de todo esto hay, en efecto, una sombra, pero ¿es la de los dioses? ¿o la de los crímenes de este
linaje nefasto que, por simple compensación, se suceden y repiten?
O RESTES.¿ Y esa sombra es ... 0
PILADES. Al atardecer del día que llegamos a Argos rendiste fúnebre homenaje ante la tumba de Agamenón. tu
supuesto padre.
O RESTES. (Reacciona ante el nombre de Agamenón, se separa del uhra::o l' se levanta. arro¡;ante) Merecido
desagravio al conquistador de Troya.
PILADES. Ahí conociste a la doncella, tu supuesta hermana.
ORESTES. Electra.
PILADES. Electra. en efecto.
w
O RESTES. Es tan extraño un reencuentro con quien no conoces. El anciano la había descrito bien. sin embargo, y
nada me era ajeno ni en sus rasgos ni en sus gestos ni en las pruebas de su sufrimiento.
PILADES. Yo estaba a tu lado. Nada parecía inesperado: dos hermanos que se ven luego de años de separación y
olvido. Ella te reconoce sin problema ... Pero Electra no es significativamente mayor que tú y tiene. no obstante, una
lúcida memoria de una infancia que tú, en todo caso. habías olvidado. Fue como si Electra estuviera inventando tu
pasado. no recordándolo.
O RESTES. El surrimiento agudiza los sentidos ..
PILADES. Sin duda Electra ha sufrido mucho. Ha olvidado. al parecer. la muerte de esa otra hermana que su padre
sacrificó en el altar de Artemisa. A cambio de disculpar el crimen del padre prefiere ensañarse doblemente con el de
la madre.
ORESTES. ¡Pero Electra ha sufrido cien veces más 1• En su memoria repiquetean los gritos de su padre cuando su
madre lo apuñalaba. Ha visto sentarse en el lugar de su padre, día tras día, noche tras noche. al amante de su madre. No
podía dormir mientras el lecho de su padre permaneciera mancillado.
PILA DES. Antes lo mancilló Agamenón mismo con la sangre de lfigenia y con los retozos de otra mujer. la hechice~
ra. El lecho conyugal es la primera cuna de los hijos. ~
O RESTES. ¡Pero Electra ha sufrido cien veces más! Todo consuelo le había sido arrebatado. Ha tenido prohibido
rendir tributo a la sombra de su padre, ha ocupado en palacio el lugar de los sirvientes. viste como una pordiosera y
•11
E
hasta las esclavas ostentan prendas superiores a las suyas. a
.1:
PILA DES. Veo que Lysias se ha compenetrado bien del sufrimiento de la hermana de Orestes ..
O RESTES. Su peor martirio ha sido esa vida perdida. la juventud transcurrida en la sombra. en la reclusión y el .a
':
abandono. Cada año, confonne el aniversario de la muerte de Agamenón se acercaba. Clitemnestra y su amante
preparaban escandalosas celebraciones. ¡Ay de aquel que osara proferir un lamento en memoria del malhadado rey! •t:
E
En su escondrijo Electra lloraba desconsoladamente mientras los demás reían y bebían. Yo, Orestes. he sido su única
esperanza todos estos años ..
·-u!
PILADES. Negra esperanza la que espera un brazo vengador. Para Electra el brazo era el de Orestes y le importaba
por el daño que podía perpetrar. no por la protección o por el afecto filial que el hecho de ser el de su hennano
comportaba.
ORESTES. Electra ha sufrido cien veces más ... ~litemnestra debía morir para apartar de ella la sombra del sufrimiento.
PILA DES. Ahora es tusombra la que se proyecta sobre la sombra de Clitemnestra. ¿Y Electra" ¿Y esa hennana que
es el objeto de tu adoración? ¿Dónde está, que no a tu lado para reconfortarte y para celebrar contigo su triunfo?
O RESTES. Gmó mi mano hasta el cuello de Clitemnestra, vio la sangre que fluía y el hálito de vida que escapaba.
Luego, corrió en dirección al campo.
PILA DES. Vi su rostro, O restes, la VI mientras corría y se alejaba de este lugar. Tú no estabas en su sonrisa sangrienta.
tú no estabas en el brillo duro de sus ojos victoriosos. Has sido el puñal y el brazo de Electra; una vez se ha servido de
ti, te deja a tu suerte y a tu culpa. El crimen es d& ambos, pero "la victoria es únicamente de ella.
O RESTES. Electra me quiere bien, lo sé. Ambos hemos sido víctimas de Clitemnestra.
PILA DES. Ambos han sido sus asesinos, si a esa fraternidad aludes.
O RESTES. (Contemplando el cadáver de Clitemnestra.) Pílades, hennano, dejo de entender. Veo los fríos ojos de
Clitemnestra y es como si su espíritu penetrara a lo largo de mi cuerpo y su mano estrechara mi cuello. (roma el manto
ensangrentado de Clitemnestra y empieza a envolverse con él.) ¡Pílades! ¿Dónde estás? ¡Mi vista se nubla y dejo de verte!
PILADES. Orestes, vuelve en ti. La furia que Electra puso en tu corazón deja de tener sentido. ¡He aquí la verdad,
mírame! No eres Orestes sino Lysias, hijo de Estrofio y hermano de Pílades. Has sido víctima de una conjura. Electra
te ha hechizado, te ha hecho instrumento de su odio.
O RESTES. (Enloqueciendo.) ¿Y esta sangre" Es rojo todo en el mundo. roja la luz. rojo el día, roja la piel, rojas las
piedras que caen sobre mí. ¡Al refugio. al refugio! El dios que vomita piedras se acerca, quiere comerme vivo ...
¡Protégeme, extranjero, protégeme! Duele, duele mucho. Todos mis dedos sangran, toda mi piel .. m: cuerpo es como
una llaga. ¡No me toques, te lo suplico! ¡Oh, hasta el más leve roce está lleno de dolor!
PILADES. (Sin saber cómo consolarlo, intentando inútilmente desenredarlo del manto.) Calma, calma, Lysias .. Es
la fiebre. es el cansancio ... Trata de olvidar; olvidar es todo lo que te queda. Electra te ha quitado la razón ... (Colérico.
doliente.} ¡Maldita Electra, que has robado la sensatez que se llamaba Lysias para dejar a cambio la demencia que se
llama Ores tes!
(Oscuridad)
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z CORO 11
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LA MUERTE ABSURDA
l
CUADRO 11 •
::1
por él? ¿O puedo ejercer mejor mi oficio y adivinar, ¡oh rey!, que tus ojos se han puesto con lascivia en los de tu .:;e
cuñada Helena!
z
LU
AGAMENON. ¡Silencio, te digo'
CALKAS. Claro, eso lo explica todo. Menelao es un hombre frío, Helena es tan sólo su pretexto para apoderarse del
comercio y los tesoros de Troya. Pero tú deseas a Helena ... y Menelao lo sabe y por eso no duda de ti...
AGAMENON. (Abandonado.) Eres una rata, Cal kas, eres una rata ... Pero necesito mi vida y mis hombres tanto como
el vierito. Helena gobierna ...
CALKAS. (Irónico.) Bien penetramos las pasiones de los reyes las ratas.
AGAMENON. Estoy a tu merced.
CALKAS. (Irónico.) ¡Es tan dificil no someterse al deseo!
AGAMENON. Tu precio, Calkas.
CALKAS. Era bajo cuando esta conversación dio inicio. Tú me has dado motivos para aspirar a más en la medida en
que no puedes reprimir tus pasiones y gozas tanto humillando a quien no te ha hecho dafio. Vine a cobrar, tan sólo, un
insulto a la diosa Artemisa. Has convertido el insulto en afrenta al mancillar al pontífice de la deidad ...
AGAMENON. ¡Cuánto!
CALKAS. El oro será bienvenido para reparar el artesón del templo y acrecentar nuestros menguados rebafios, pero
el agravio, Agamenón ... Es bueno que los reyes se sepan menos de lo que creen. Desde que acampasteis en estas costas ~
habéis sido la peor de las maldiciones. No sólo prostituyen tus hombres a nuestro pueblo: tú y los tuyos humillan ••E
nuestras costumbres y desprecian nuestra moral. Cualquiera que sea el precio, Agamenón, seria inútil si no sirviera
para ensefiar moderación a ti y a los tuyos.
AGAMENON. ¡Basta de ínfulas! El juego está en tus manos.
.:
CALKAS. Tú asesinas cervatillos en el templo, pero la soldadesca que has traído para servir tus ambiciones viola
nuestras hijas y arrasa nuestros cultivos. Cuando los poderosos olvidan que su poder nace de los humildes, los humil-
des exigen castigo ejemplar. El precio es uno solo: la vida de tu hija ...
1•
E
AGAMENON. ¡No!
CLITEMNESTRA. (Aparte, con un gemido sordo.) ¡No!
-u
!
CALKAS. Para el hombre que fragua una guerra por la pasión secreta que le inspira su cuftada, para el rey que no
repara en la vida de sus súbditos por la ilusión de un placer que sin duda no gozará, una hija no debe valer mucho.
Artemisa exige reparaciones.
AGAMENO N. ¡No!
CALKAS. No cumplir es condenarte al fracaso, Agamenón. Tu ejército, aterrorizado por nuestros augurios y profe-
cías, se levantará contra tus generales, quemará tus naves, despedazará tu cuerpo. ¿No hueles ya la rebelión ... ? Helena
dormirá para siempre en el lecho de París ...
AGAMENO N. ¡No'
CALKAS. Luego vendrán los tracios, este pueblo tozudo pero creyente, y mutilarán y despedazarán lo que quede de
tus ejércitos. El nombre de Troya no dará pie a la leyenda, enmudecerán para siempre tus poetas ... Artemisa ha
deletreado el nombre de lfigenia ...
CLITEMNE STRA. (Desgarrada por la elección de su hija predilecta.) ¡Ah!
AGAMENO N. ¡Sea, maldito embaucador! Sea ... Pero si tus dioses no soplan en las velas de nuestras embarcaciones
pronto, la furia con que me amenazas se volverá contra ti y contra los sacerdotes de Artemisa.
CALKAS. Tú los has dicho, Agamenón, es un arte éste de la adivinación. Conocer el calendario y los flujos de las
estaciones, que el hombre común suele olvidar, es parte de nuestro trabajo. Tendrás tus vientos ... como todos los años.
AGAMENO N. ¡Aiimafta!
CALKAS. ¡Cuidado ... ! Tus hombres y mis sacerdotes me aguardan, ¿lo olvidas? Pero has empeñado tu palabra. Al
amanecer sacrificarás a tu hija Ifigenia en el altar de Artemisa: un descendiente de tu infame sangre a cambio de los
ciervos de la diosa de la luna ...
(Sale Ca/kas, Agamenón, cegado por la pasión requiere ahora el apoyo de la Euménide 2 y se dirige al proscenio
como un ciego con su lazarillo.)
AGAMENO N. ¡Helena, Helena, Helena' Ver en la profundidad de tus ojos ha sido un suicidio. Ni tierra ni ai.re ni
hielo ni fuego explican la substancia con que estás hecha. Sin embargo, verte es morir y vivir y petrificarse y abrasarse
a la vez. Quien se ha asomado a la caverna de tu mirada lo ha perdido todo y ha ganado a cambio la obsesión por ti que
todo lo sacia y todo lo invade de deseo y ansia y necesidad de poseerte. Heme aquí, vacio de fe y de poder, marioneta
en las manos de quienes son maestros del subterfugio y la extorsión. Despojado de voluntad, todo me importa poco y
ofrendo ante tu altar, no ante el de Artemisa, mi reino, mi ejército, mi hija ... Sólo otra hechicera me salvaría del
hechizo que se llama Helena.
(Entra Clitemnestra, apartando a las Euménides que la han ocultado hasta ahora.)
CLITEMNE STRA. Nadie te salvará de mi maldición.
AGAMENO N. ¡Ciitemnestra! La indeseada sombra de mis pasos ...
CLITEMNE STRA. Cierto. Clitemnestra es tan sólo un nombre. Soy la sombra de Agamenón, que carece de sombra
y ha decidido ofrendarlo todo en nombre de su perdición.
AGAMENO N. Has escuchado ...
CLITEMNE STRA. Te escucho desde siempre. ¡Hace tanto que Agamenón es soliloquio y sueños! ¡Hace tanto que
ha dejado de amar excepto por el amor que lo hechiza!
AGAMENO N. ¿Qué sabes tú de los imperativos que invaden a un hombre?
CLITEMNE STRA. Otro nombre: Helena ...
AGAMENO N. ¡Calla'
CLITEMNE STRA. Eres tú quien lo vocifera por doquier sin necesidad de decirlo. Hasta un ciego impostor como
Calkas lo ha adivinado sin mayor esfuerzo. Tienes el poder al servicio de tus perversidades, Agarnenón, pero Clitemnestra
no es parte de tu poder sino porque es ella la única que lo desafia. Mientras yo viva no gozarás a tu prostituta de Troya ...
AGAMENON. Odio es lo que nos ha atado a ti y a mi desde siempre.
CLITEMNE STRA. Nuestras herencias se parecen demasiado. La vida de los hombres giran en tomo al poder y tú y
i11
E
a la furia de tu hermano, Agamenón?
AGAMENON. ¡Calla' Ahora me importa abandonar estas playas nefandas y cruzar ese mar. Mi hermano y yo nos
necesitamos un& al otro para vencer a los troyanos.
CLITEMNE STRA. Pero estos astutos sacerdotes tracios saben ver bien en vuestras debilidades. Instilan su veneno
·-ii! en las heridas del deseo, pues no es otra cosa lo que ha dejado Helena en tu virilidad. ¿Y si tus hombres se sublevan?
¿Y si los tracias se hastían de tu presencia antes de que soplen los vientos propicios?
AGAMENON. Gozarías viendo el espectáculo de mi fracaso, ¿no es asi?
CLITEMNESTRA. No, si tu fracaso no viene de mi mano. Nunca cuestioné la forma en que me obtuviste porque es
de reyes asesinar. Si no lo hubieras atravesado con tu espada, mi padre hubiera acabado contigo y entonces mis
entrañas palpitaban por ti. El deseo me llevó galopando hasta la furia de tu vientre cuando el cadáver de mi padre aún
no se enfriaba. Ser tu esposa bien valía el precio de un progenitor. El fuego se ha apagado, tiempo ha. Todo lo que
ansío, luego de haber gozado tu cuerpo, es gozar tu cadáver.
AGAMENON. Suficiente tiempo has devorado mi vida.
CLITEMNESTRA. Cuatro hijos hablan de cuatro años de felicidad. Los valoro por el placer con el que los concebi-
mos y no por lo que son.
AGAMENON. Extraña forma de contar los frutos de tu fertilidad.
CLITEMNESTRA. Son fruto de la pasión que lograba despertar en ti, nada más. Quien crea que un hijo es otra cosa,
se engaña ...
AGAMENON. ¡Maldita seas. Clitemnestra~ Tus sentimientos me importan poco. Los oscuros motivos que tus hijos
te evocan me hastían ...
CLITEMNESTRA. No te hastía la obsesión por Helena. Cuando tu cuñada entró en el palacio de los Atridas tus ojos
dejaron de ver y tu carne se enfrió para todo lo que no te la recordara.
AGAMENON. Tu vida y la mía son increíblemente simétricas. Todo desenlace es función del tiempo. Helena para
mi. .. Eg1sto para ti. Egisto, el asesino de mi padre, que acecha la oportunidad de quitarte para siempre de mi lecho. De
más están tus reclamos: en esto como en todo lo demás nuestro matrimonio se ha acomodado bien. A cada quien su
amante, a cada quien sus hijos ...
CLITEMNESTRA. Electra y Orestes para ti, lfigenia e lsmene para mí .. Te llevas al hombre en la repartición.
AGAMENON. Derecho de rey...
CLITEMNESTRA. ¡Y entregas a mi hija a titulo de ofrenda para los sanguinolentos altares de los sacerdotes tracios'
Puesto que tienes al hombre, ¿por qué no les entregas tu Electra?
AGAMENON. lfigenia es el nombre que ha salido de la boca de Calkas. ¿No nos espiabas, acaso?
CLITEMNESTRA. Salvo por Electra, tus hijas te importan poco, y la favoreces a ella porque sabes que es la única
capaz del crimen.
AGAMENON. Un rey no cría descendientes sino armas. Grande es el riesgo. La mitad de mis ancestros ha muerto a
manos de sus hijos o de sus padres. Pero de la misma forma en que educas a tu probable asesino, estás educando a un :2w
posible vengador. Si un día tú o tu amante cercenan mi cabeza, Electra vivirá para que la tuya no se sienta tan segura. -:?
CLITEMNESTRA. Bien está que elijas brazo de mujer: yo sé de lo que es capaz el mío. z
AGAMENON. No me intimides. Orestes tiene el fuego pero carece de la decisión. Electra la proveerá para él.
CLITEMNESTRA. Incestuoso futuro fraguas para tus hijos. Pero Ores tes no vivirá.
AGAMENON. Es lo que deseas, arpía.
CLITEMNESTRA. Es lo que la naturaleza dictamina. El niño es endeble. Debiste dejarlo morir. como lo manda la
ley, pero has engañado a todos y has sobornado médicos y adivinos para justificar su vida.
AGAMENON. Si me hubieras dado otros hijos ...
CLITEMNESTRA. Los hombres de tu linaje convergen en la debilidad de Orestes. Las mujeres del mío, en Electra.
Acaso tienes razón: en las manos de Electra puede estar escrita mi muerte, pero antes de que llegue mi fin, Agamenón,
tú y todo lo que te pertenece habrán sufrido mi ira. No toques a lfigenia ...
0
AGAMENON. ¿Lo pides por amor o por esa voraz serpiente de poder que habita en ti
CLITEMNESTRA. No toques a lfigenia ...
AGAMENON. Nuestra vida ha sido una guerra inagotable. es cierro, Clitemnestra. Cuando nuestros cuerpos se unían
la lucha era íntima. Ahora que se rechazan peleamos a través de los demás.
CLITEMNESTRA. Helena no es el nombre de tu lucha, si no de tu derrota. No toques a lfigenia.
AGAMENON. No arriesgaré esta campaña por la triste vida de una hija que me es indiferente, Clitemnestra. Si
~
lfigenia es el precio de salir con bien de estas playas infectas. sea. que Calkas y sus repugnantes sacerdotes de Artemisa
gocen ese manjar...
•
:11
E
CLITEMNESTRA. No toques a lfigenia, cámbiala por Electra.
11
AGAMENON. (Huyendo) No. sin Electra mi memoria no tiene futuro. Tarde o temprano hundirás tus garras en mi .t:
pecho. pero el triunfo debe tener un precio. no lo tendrás gratuitamente por mi voluntad. Si ahora dejo que te interpon-
gas, la posibilidad de que Helena sea mía nunca existirá ...
e
CLITEMNESTRA. ¡Helena nunca será tuya. nunca' ¡Ah' 1
1::
(Enmascarados. Ca/kas. Agamenón, Clitemnastra y Electra representan ntualmente el sacr{jicio de lfigenia. confor- E
me las Euménides lo describen.) !
EUMENIDES 2 Y 3. La maldición de Ciitemnestra tuvo como eco la soledad de las agrestes playas de la Tracia. la
pasiva sumisión del mar... Pero su furia se multiplica en su corazón y lo vacía de todo amor y de toda clemencia. La
·-ü
furia tiene ahora la mirada de Clitemnestra, el odio ocupa todo el espacio de su vida ... A la mañana siguiente. la
doncella Ifigenia marcha, de la mano de su padre, hacia el altar del sacrificio, blancos los ojos, alegre la boca. Hasta
el torvo Calkas tiembla cuando escucha el ingreso de ese cervatillo en el maloliente recinto del templo de Artemisa.
En la mirada de Agarnenón todo es acero y un reflejo solitario: el rostro de Helena. Clitemnestra sigue el cortejo. En
los pliegues de su ropa se cuelgan los rostros de los demás hijos. Pero no ... no el de Electra, que carnina sola, apartada.
con la mirada negra y la boca oscura.
EUMENIDE 1. Electra odia a Ifigenia porque Agarnenón odia a Clitemnestra. El odio es la inevitable secuela de toda
pasién.
EUMENIDES 2 Y 3. El odio es el hijo bastardo del poder.
EUMENIDE l. El incienso y la sombra rodean el altar. Todos ven lo que quieren ver...
EUMENIDES 2 Y 3. lfigenia es una sombra entre el humo y la penumbra.
EUMENIDE 1. El brazo del ciego Calkas se levanta, puñal en mano. Sus extraños rezos invaden los oídos de todos.
EUMENIDE 2. El templo gira ...
EUMENIDE 3. El puñal desciende ...
EUMENIDE l. La doncella se desploma ...
TODOS. ilfigenia!
(Pausa.)
LAS TRES EUMENIDES. Los vientos barrieron las playas y sus moscas. Las negras velas de las naves se izaron, se
levantaron los campamentos de los aqueos y Agarnenón partió con su ejército tras la ilusión de Troya ... La sangre de
Ifigenia humeaba todavía en el altar. (Clitemnestra se quita la máscara y avanza.) Perdida la mirada en el mar que
lleva a Agamenón a la posibilidad de Helena, Clitemnestra incuba el homicidio ... (ldem Electra.) De pronto. unos
pasos la distraen. Se vuelve. Se encuentra cara a cara con Electra, la hija que es hija de Agamenón. Madre e hija se
observan, espejo de oscuridad en sus ojos. Imagen una de la otra, no pueden pertenecer al mismo mundo sin negarse
mutuamente.
ELECTRA. Agarnenón ha partido a su guerra de Troya pero ha dejado otra guerra entre nosotras. Yo, Electra, soy la
heredera de sus odios, su único amor.
CLITEMNÉSTRA. Tú, Electra, eres un buitre. Tu madre, otro buitre, sabe a quién ha engendrado. El último lecho de
tu padre será un baño de sangre y de semen.
ELECTRA. Si él muere tú lo seguirás.
CLITEMNESTRA. Eres poco innovativa, Electra. Tu padre y yo hemos muerto hace mucho tiempo.
(Salen todos, menos las Euménides.)
CORO 111
LA MUERTE PRECONCEBIDA
EUMENIDE 1. La vida y su duración son fruto del azar. Su conclusión no es sino una medida de la posibilidad. Pero
la muerte la fraguan los hombres y es una aberración.
EUMENIDE 2. Desde el momento en que el hombre conspira, renuncia a su vinculación con el mundo y con la vida:
se convierte en creador de tinieblas.
EUMENIDE 3. Inicia su periplo de monstruo ...
EUMENIDE l.Y, sin embargo. el hombre es frágil. El asesino quiere ignorar su propia fragilidad corroborando la de
sus víctimas.
~ EUMENIDE 2. En el principio fue la luz; luego los dioses, cuya transparencia era inofensiva; luego los hombres, por
•
lll quienes surgieron las sombras y este mundo de cegueras en el que nos sumergirnos.
E EUMENIDE 3. Pero desde siempre estuvo entre nosotras el temor.
11 EUMENIDE l. Cuando los hombres terminen de matarse sólo el espíritu del miedo quedará. rodeado de cadáveres
.1:
insepultos.
i
e
E
EUMENIDE 2. La única memoria del mundo serán las conspiraciones. no las grandes. que no existen, sino estas
mezquinas, constreñidas conspiraciones de los pocos.
EUMENIDE 3. Porque el hombre se cree incapaz de compartir, y no comparte sino en la medida en que necesita
hacerlo para exteiTninar a Jos demás.
!
-
u
EUMENIDE l.¿ Tendré que girar y girar sin cesar en este vórtice insoportable. sin detenerme. mientras los hombres
afilan sus aceros contra los hombres?
EUMENIDE 2. 6 Tendré que olvidar la posibilidad de la luz mientras más se imprime en mi corazón el puño cerrado
de estas tinieblas?
EUMENIDE 3. ¿No me hastiaré de odio y ambición y poder y engendraré algún día sin saberlo la esperanza y la
piedad y la humildad"
EUMENIDE l. Mientras los hombres esperen de sus ficticios dioses los dones que sólo ellos pueden engendrar, nada
nos queda por hacer. sino contar el número de sombras que pasan de la vida a la extinción ...
EUMENIDE 2 Y cada sombra que nace del asesinato posterga la posibilidad de la luz.
EUMENIDE 3. He ahí a los hombres que conspiran contra la vida, su única posesión. Arrebatándola a los demás se
la niegan a sí mismos ..
EUMENIDE 1. Pero en mi memoria todo es violencia. No la he olvidado un sólo día desde sus inicios ..
EUMENIDES 1 Y 3. Los años pasaron y Agamenón abatió con sus ejércitos los muros de Troya y exterminó a la
esttrpe de Ilión. Pero Helena no siguió el camino a su lecho y Agamenón, que conspiró contra la vida de su hermano
Menelao. no tuvo tiempo de consumar el fratricidio. En su vida se atravesaron los negros ojos de otra conspiradora ..
EUMENIDE 2. Casandra.
EUMENIDE 1 Y 3. Casandra, en efecto, la hechicera. Sólo una hechicera podía romper el hechizo de Helena. Y, por
una vez. la conspiración fue inconsecuente ... y Agamenón olvidó a Helena.
EUMENIDE 2. Pero Clitemnestra no olvidó la tierna sangre de lfigenia derramada sobre el pútrido altar de la diosa
de la luna en nombre de la obsesión de Agamenón. Ella misma no vaciló en ceder el lugar que en su lecho ocupaba
Agamenón a otro ases m o, Egisto. Cuando vio que el rey retomaba a Argos, llevando a su lado a la hermosa Casandra,
supo que la clepsidra había girado de nuevo.
EUMENIDES 1 Y 3. Cruzó con Electra otra vez esa mirada de buitre que Electra replicaba tan bien. Mientras el
pueblo vitoreaba al héroe de Troya pulsó el hielo del puñal que la vengaría.
EUMENIDE 2. Se solazaba Electra en lo que creía seria su triunfo mientras su madre encendía las antorchas de
palacio, como quien ilumina los corredores que conducen a la cripta.
EUMENIDES 1 Y 3. ¡Y cripta fue para Agamenón el retomo al hogar' Abrazado a los cónicos pechos de su hechi-
cera Casandra, Agamenón sintió que el acero lo atravesaba y que la vida se escapaba por sus heridas. Vio los ojos
vacíos de Casandra y, más arriba, los fulgurantes ojos de Clitemnestra, victoriosa.
EUMENIDE l. ¡Ah' ¡El espectáculo de la venganza es tan grandioso' ¡Cómo olvidar el gesto imponente de Clitemnestra
~
mientras la sangre ajena corría a sus pies, mezclada con los fluidos del amor que acababa de interrumpir! Crepitaban w
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las antorchas en todos los pasillos del palacio real, que había quedado increíblemente solitario. A sus pies, esclavo e
z
instrumento. Egisto gozaba la escena ...
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EUMENIDES 2 Y 3. (Enloqueciendo.) ¡No, no, no' ¡La sangre, no, la muerte, no' ¡No hay placer en la muerte, sólo
dist~ncias y vacíos! El asesino es una ilusión, una ilusión. Cuando su saña se extingue sólo el humo lo rodea. Ha
dejado de existir, ha dejado de existir. El sanguinolento despojo es un aborto del criminal.
LAS TRES. (Gimiendo.) ¡Aaah'
(Pausa. Se recuperan lentamente.)
EUMENIDE 3. La muerte sólo alimenta a la muerte, la conspiración se reproduce a sí misma.
EUMENIDE l. Los muros aún tenían frescas las manchas de sangre cuando Electra empezó a fraguar su propio
plan ...
EUMENIDE 2. No la venganza de Agamenón, sino la venganza de Electra, porque ninguno adopta motivos ajenos
sino pretextos para los propios y Electra odiaba a Clitemnestra porque madre e hijas eran idénticas.
EUMENIDE 3. La muerte prematura del niño Orestes fue una incidencia menor y una ventaja. El príncipe era dema-
siado débiL
EUMENIDE l. Electra llevo la confabulación al extremo del artista: inventó realidades paralelas primero, las apren-
~
dió de memoria luego y terminó por fundirse con ellas.
EUMENIDE 2. Porque el verdadero asesino disfraza el mundo a su antojo y asigna los objetos de su odio donde le
conviene. •:11
EUMENIDE 3. Electra se inventó a sí misma como víctima y, luego, inventó la necesidad de un vengador.
EUMENIDE l. Primero inventas el personaje, luego buscas al actor.
LAS TRES. Y montas el espectáculo del homicidio.
.E
a
a
(Oscuridad)
i1::
E
-u!
CUADR O 111
LOS HOMBR ES HABLA N
De vuelta al tiempo del Cuadro/. Ores tes, perdida la razón, se sienta en el suelo y juguetea con el manto
ensangren-
tado de C!itemnestra. Pílades tiene en sus manos una rodela.
ORESTES . Orestes no sabia que era Orestes. Era feliz Orestes, ¿no es cierto, Pilades?
PILADES. Lo era.
ORESTES . Era distinto su rostro, había luz en su mirada y luz en sus labios, que eran capaces del
beso, ¿no es así,
Pilades?
PILADES. Cierto es.
ORESTES . Orestes tenia otro nombre ...
PILADES. Lysias.
ORESTES . .. un padre ...
PILADES. Estrofio.
ORESTES . ... un hermano ...
PILADES. Yo.
ORESTES . Un hermano que lo amaba. De pronto Lysias no estuvo más. Estaba Orestes.
PILADES. Un sueño, un mal sueño ...
ORESTES . Ahora Orestes se ha marchado también, y quedo yo, que no soy ni Lysias ni Orestes.
PILADES. Somos aquello que ven en nosotros quienes nos aman.
ORESTES . Yo soy la sangre, veo rojo el mundo, el olor de la muerte se ha prendido a mi nariz para
siempre.
PILA DES. (Avanza hacia Orestes, que se apoya en sus piernas.) Sueñas, eres el sueño de una torcida
ambición de
venganza que no era la tuya. Consumado el crimen, ella te ha olvidado. Es hora de partir: deja que te soñemos
quienes
no quisimos de ti sino la alegría y la sonrisa.
ORESTES . !Tomando la mano de Pílades.) Pero no puedo Pilades. Todo en mi duele y no he perdido
del todo la
razón. Sé que tu nombre es Pílades y que mi nombre es el crimen. Pero entre el vago recuerdo de
nuestros juegos de
nií"ios y este de casi total ignorancia, hay un largo gemido. otro nombre que no es tuyo ni mío ..
PILADES. Apaga ese fuego antes de que te consuma.
ORESTES . ¡Eiectra!
PILADES. Invocas de nuevo la catástrofe.
ORESTES . (Arrastrándose hasta la rodela.) ¡No me toques! Ella no lo permite, me envuelve y
me aleja de ti, me
invade y desplaza la razón que aún sobrevive en mi y quo se aferra a ti. ¡Yo soy Electra 1 (Se aferra a
la rodela y se
desvanece a su lado.)
PILA DES. ¡No! ¡Has sido su instrumento y su víctima, pero mientras esté en mí evitarlo, arrebataré de sus
manos al
menos el último aliento! (Toma el puñal con el que Clitemnestra ha sido asesinada y que ha quedado
o/ pie del
sarcófago. Piensa en el suicidio.) Primero tu vida y luego la mía: en el reino de las sombras descansare
mos de ella.
Entra Electra.
ELECTRA . ¡No des un paso más, Pilades! En la muerte de Orestes nada tienes que decir.
PILADES. (Oculta ostensiblemente el puñal.) ¡Eiectra... !
ELECTRA . Reina de Argos y último descendiente de los Tantálidas.
PILADES. Reina de cadáveres, porque sobre ellos colocas tu trono. Pero ni este es Orestes ni te
pertenece el débil
reguero de vida que has dejado en él.
ELECTRA . Una orden mía y los soldados de Agamenón te aplastarán. Pilades.
PILADES. Los soldados de Agamenón se han hastiado de este espectáculo errático y monótono en
el que los padres
i se alimentan de los hijos y los hijos asesinan a los padres. Argos es una playa de buitres y tú, en efecto,
reina. Pero mientras orquestabas esta orgía de despojos en el palacio de tus ancestros has olvidado a los
justo que ellos decidieran olvidarte ...
eres su última
hombres. Es
.•
E
1!
ELECTRA . El rebaño se ha asustado un poco. Ya volverán puesto que todo pueblo necesita de tiranos
aire .
PILADES. Los pueblos sobreviven a pesar de sus tiranos, Electra. Abre bien los ojos: las calles
tanto como del
de Argos se han
vaciado, las estatuas de los templos, desmembradas, yacen por tierra. Has alimentado tu deseo de venganza,
111 vida a las torcidas pasiones que has querido disfrazar de venganza, pero los dioses te han abandonad
has dado
o porque has
olvidado reinven(4rlos, como corresponde a una reina, y los hombres han preferido ignor¡nte como se ignora
E a todo el
-
!
u
que vive únicamente para la vida de sus vísceras ...
ELECTRA . Me resta Orestes, entonces.
PILADES. Súbdito, ejército, hermano ... Orestes parece serlo todo para ti, ciertamente.
ELECTRA. Salvo que tú me lo disputas, Pílades.
PILADES. No puedo disputarte el fruto de tus nefandos ensueños, reina Electra, porque Orestes no existe sino como
resultado de tus artes.
ELECTRA. He hecho lo que toda mujer agraviada.
PILADES. Has hecho lo que toda mujer, en efecto: transformar a un hombre en niño en nombre de una fecundidad
que no se diferencia de la antropofagia. Pero sabes bien que el verdadero Orestes murió hace muchos años ...
ELECTRA. Tú no decides qué es lo verdadero, Pílades. Mi odio era verdadero.
PILADES. En la casa de mi padre Lysias y yo vivíamos ajenos a tu odio. Un día lo enviaste, bajo la guisa de un
anciano mensajero, un supuesto ayo de Orestes. Pero aquel esclavo no sabía a quién buscaba, llevaba tan sólo una
orden: encontrar un sustituto para Orestes ...
ELECTRA. Tu mente está llena de enredos, Pílades.
PILADES. Un elogio, viniendo de ti que tejes todas las redes. Lysias cayó con facilidad en ellas.
ELECTRA. ¿Negarás, entonces, Pílades, la veracidad del oráculo de Apolo?
PILADES. Un cuerpo fuerte, capaz del crimen; un espíritu sensible, capaz de la sugestión. Lysias era la víctima ideal.
Delfos no es sino un antro de corrupción y los dioses, aquí y en todas partes, antes, ahora y después, uno o múltiples,
siempre dicen lo que quiere escuchar el que paga mejor. ¡Es tan transparente la trama de tu confabulación, Electra!
ELECTRA. ¿Y si tan bien la veías no has podido evitarla?
PILADES. Basta el odio de una mujer para borrar la más estrecha de las amistades. Cuando robaste a Lysias su vida
para transformarlo en el Orestes que necesitabas fue como si mi lengua se paralizara para sus oídos.
ELECTRA. ¡Pílades, Pílades! La derrota está en ti desde siempre y no la reconoces.
PILADES. La derrota es tuya, Electra. Clitemnestra ha muerto ...
ELECTRA. Sí, la muerte de Clitemnestra es mi triunfo. He agotado la vida de Orestes para conseguirlo. Pero para
que Orestes viviera de nuevo he debido consumir a ese pobre Lysias tuyo. ¿Quieres ahora este depojo para ti?
PILADES. Clitemnestra ha muerto, pero toda muerte es ilusoria salvo la propia. Quiero a Lysias y para devolverle la
vida a Lysias necesito la de Electra ...
ELECTRA. Deliras. Pobre Pílades, la locura de tu hermano te invade.
PILADES. La única locura es la tuya. Lysias sufre por ti, porque crees en la muerte de Clitemnestra. ¿Cuantos años,
Electra, has dejado de dormir soñando en el día en que su cuerpo se abriría como una flor de sangre? Aún no terminas
de degustar ese banquete, ¿no es cierto? Te he visto cuando volvías a la recámara del crimen, hundiendo tus manos en ;;:;
w
la herida, bañando tu rostro con su sangre, convulsionándote de placer...
-~
ELECTRA. ¡Qué sabes tú de las convulsiones del placer! Sólo el poder las produce, no el amor. z
PILADES. ¿Cuantos años, Electra, encerrada en palacio, olvidada de ti misma, recorriendo únicamente el camino
que te llevaba a la tumba de Agamenón? Tu mirada viendo hacia adentro o, si no. fija en la mirada de Clitemnestra,
horadándola sin cesar.
ELECTRA. Bien describes mi vida. Acaso te he subestimado y me comprendes mejor de lo que creo.
PILADES. No sabes hasta qué extremo, Electra. Porque he sido el único que no te ha creído víctima ni del destino ni
de las pasiones de tu madre. Electra es víctima de Electra.
ELECTRA. Empezabas a hablar bien, Pílades, pero eres un necio, Orestes ..
O RESTES. Su voz ...
ELECTRA. Orestes, tu hermana te necesita ..
O RESTES. Su voz de nuevo ...
ELECTRA. Soy Electra, tu hermana.
ORESTES. Clitemnestra ha muerto.
ELECTRA. Buen trabajo para el vengador de Agamenón. Pero los trabajos de Orestes no terminan mientras Electra
viva ..
PILADES. Aléjate. Electra. No lo necesitas más, ¿a qué continuar con su tormento"
~
ELECTRA. ¡Qué poco sabes del poder, Pílades 1
PILADES. (Aferrando el puñal.) Lysias. no escuches. Lo que Pílades no pudo antes lo puede ahora. •
11
ELECTRA. (Reparando en el puñal y reconociéndolo.) E
Hermoso puñal, Pílades. Lleva en su hoja los ecos de mi venganza. a
.11
ORESTES. Clitemnestra ha muerto.
PILADES. (Levantando la rodela y admirándola.) Más hermosa aún es esta rodela. Lysias. Te la dio mi padre el día
en que despertaste hombre. Hay todo tipo de armas, Electra. Algunas nos defienden.
ELECTRA. Tarde llegan tus defensas.
ia:
E
PILADES. Día a día he pulido el metal. al amanecer, para ver cómo el sol se espejaba en su bruñida superficie.
Mientras Lysias se transformaba en Orestes yo me he aferrado a este recuerdo de su verdadera identidad.
ELECTRA. Si yo lo quiero. no habrá rodela que te proteja del puñal de Orestes.
·-ii.!
oponerme.
mano contra su herma no y, si lo hace, nada haré para
PILA DES. ¡Pobre Electra! Lysias no levan tará su , Electr a!
al rostro de E/ectra.) ¡Mírate en el espejo del metal
Pero tu tiemp o se agota... (Colo ca la rodela frente
ELEC TRA. ¿Te atreve s ... ?
has visto tu rostro?
PILA DES. ¿Qué ves, Electra, qué ves tú que nunca o' (Gime,
ente.) No, no es posib le ... ¡Clite mnest ra ha muert
ELEC TRA. (Cont empla su rostro, se horro riza lentam
su imagen.)
huye de Pílades mient ras este la obliga a confro ntar sangr e se
re y nos descubre, Electra. Pronto olvida mos que la
PILA DES. Es increí ble como el tiemp o nos encub
hered a ...
¡Sálvame, Orestes!
ELEC TRA. ¡No, no, aléjal o de mi! ¡Dioses, a mi! lo pertur ban.)
in crescendo, hasta acallar los gritos de Electra, que
O REST ES Y ELEC TRA. (Varias veces. Ores tes
Clitem nestra ha muert o ... amamantan-
no muere mientras Electra viva! ¡Ah! Tanto tiempo
PILA DES. ¡Clitemnestra no ha muerto, Clitemnestra diste a abom inar de cada
, no sólo la asesina de tu padre. Apren
do tu odio y olvida ste que Clitem nestra era tu madre e tanto, Electr a, que no
mirad a de Clitemnestra. Te conce ntrast
rasgo, de cada expre sión, de cada gesto, de cada
repara ste en cuán parec ida a ella te tomab as.
ELEC TRA. ¡Déja me, déjarne! ión. Peor aún,
toda obsesión nos transf orma en el objeto de la obses
PILA DES. Ahora Electr a es Clitemnestra, porqu e
E1ectra, tu venga nza no está consu mada ...
ELEC TRA. ¡No! Clitem nestra ha muerto ...
eres tú.
PILA DES. No del todo, Electra. Clitem nestra aún
ELEC TRA. ¡Ah' afilada, sin
mento de tu venganza. La hoja de su pufial aún está
PILA DES. Pero esta vez no será Orest es el instru
a.)
embar go ... (Toma el puñal ritual mente y se lo entreg comp ren-
s, dándo se cuent a de la alternativa.) ¡Si! Te comp rendo , te
ELEC TRA. (Recibe el puñal, se aleja de Pílade a la másca ra, las otras
an hacia Electra. Mientras una le coloc
do ... Clitemnestra debe morir... (Las Eumé nides avanz y lo clava fUrios amente
arente. Electr a eleva ritual mente el puñal
dos extien den frente a ella un gran velo rojo transp que se desva nece. Las
que no es el suyo sino el de Orestes/Lysias
en su pecho. Se desplo ma en medio de un alarid o
rojo.)
Eumé nides cubre n el cadáv er de Electr a con el manto
Orest es/Lys ias a quien toma en sus brazos.) ¡Lysias, Lysias!
PILA DES. (Deja caer la rodela y corre hacia
o que Lysias no era Lysias ...
ORES TES. (Abriendo los o;os.) Pílade s ... he sofiad
e{ homb ro del
escenario, estáticos. El prime ro apoya su mano en
Pí/ades y Orestes perma necen en un ángul o del Eumé nides utilizan dos
adelante. Duran te el último coro, las
llJ segun do y mira hacia fuera; Ores tes se inclina hacia ón entre Tánatos
Lysias YPilades, para simbo lizar la contra posici
focos, el cadáv er de Electr a y el grupo forma do por
y Eros.
CORO IV
LOS SOB REV IVIE NTE S
asesino ha muerto.
EUM ENID E l. Clitem nestra ha muerto porqu e su
ia y toda ilusión dema nda una realidad.
EUM ENID E 2. Toda muert e incom pleta es ilusor
que no comp rendo ni explic o ni atempero.
EUM ENID E 3. Y la única realid ad es este dolor
comp artimo s con el amor y la muerte.
EUM ENID E l. Heno s aquí, entre las sombr as que
....
o EUM ENID E 2. Sin rostro ...
EUM ENID E 3. Sin rostro. en efecto, porqu e los
rostros de quien es se ven tennin an por parec erse y
ser idénticos .
•
:11 EUM ENID E l. Y el que odia se transforma en el
objeto odiado.
ma. es como
E idio es ilusor io. Cuand o el cuerp o inerme exhal a el último hálito y se desplo
EUM ENID E 2. Todo homic
11 si el objeto del homic idio estuviera ya en otra parte
.
.r: ra estado ahi.
EUM ENID E 3. O como si nunca hubie
! e. Una muerte
una vez se desbo ca el pufial su carrer a no se detien
EUM ENID E l. Nada soluci ona la muerte. Por eso,
-: .
•E
t:
engen dra la otra y la muert e es más fértil que la vida
EUM ENID ES 2' Y 3. El ciclo se rompe el día que el asesin o se asesina a sí mismo. Los fantasmas se exorc izan
con ese
ANEXO 1
LA MUERTE DE CLITEMNESTRA
Todas las noches desde el retomo de Orestes a Argos, el ritual fue el mismo. Los tres acechaban a Clitemnestra, sin
cesar, fundidos a las piedras y a las sombras del palacio, memorizando sus recorridos, sus pasos, sus dudas, sus
momentos de pasión y de ocio. Durante largas semanas, mientras el engaño se consolidaba (E/ectra reinventaba a
Orestes, pero el Orestes reencontrado no debía revelar su identidad ante Clitemnestra), avanzaban sigilosamente por
todos los recovecos del palacio: Electra al frente, guiando; Orestes detrás, unido a ella por la mano o porque las
sombras de dos criminales están hechas de la misma sustancia; Pílades unos pasos más atrás, hierático, inexpresivo, el UJ ~
más inocuo de los tres, acaso porque era el que más sufria. .::{
El palacio de Agamenón en Argos era un laberinto, como todos los palacios de los reyes guerreros, y el laberinto z
cumplía muchas funciones: recordaba que cada generación agrega sus propios entreveros a las construcciones de sus UJ
ancestros; reflejaba el justificado temor de los Atridas de ser sorprendidos y asesinados por otros miembros de la
familia; y garantizaba que, en el caso de un ataque sorpresivo, un solo guerrero podía hacer frente a un ejército, que se
vería forzado a pelear cuerpo a cuerpo y sólo uno a la vez. Electra conocía de memoria las intrincadas entrañas del
palacio, pero debía ensef\arle a Orestes a reconocerlas. Cuando al fin identificaron la esquina propicia para el crimen,
todo lo que quedaba era aguardar a que Clitemnestra convergiera con la emboscada ...
La espera concluyó una noche que pudo haber sido la primera o la centésima o la milésima, porque en sus mentes el
tiempo dejó de tener sentido. Las antorchas ardian en otros pasillos pero a este apenas llegaba el reflejo de su chispo-
rroteo.
Tres sombras emboscadas, rigidas, aguardan a Clitemnestra, cuyos pasos se encuentran a lo lejos, lentos, aproxi-
mándose. Electra está al frente, el pecho henchido y agresivo, como el de un acroterión. A su lado, como un perro de
caza, Orestes hinca la rodilla en tierra, escruta las sombras con mirada aguda, ase el puñal y siente el sudor entre la
palma de su mano y la empuñadura del arma. Y atrás, como siempre, Pílades, los brazos cruzados para evitar que lo
traicionen, sintiendo, no la muerte de Clitemnestra que se acerca, sino el crimen de Orestes, que se lo arrebatará para
siempre. ~
Clitemnestra avanza, asciende por una escalinata. Su andar se toma lento conforme olfatea, con su aguda nariz de •
:t
confabuladora, la confabulación que la aguarda. Pero he aquí una reina que no sabe retroceder. La penumbra le revela
las sombras que la esperan. No intenta huir. Ve el espejo de sus ojos en los ojos de Electra y la reconoce. Sonrie y
Electra sonríe de vuelta. El instante que sigue parece infinito. Orestes se sobrecoge, se echa para atrás mientras el
brazo de Electra se levanta, lenta, muy lentamente, hasta que su mano señala el cuello de Clitemnestra. Como un lobo
.
E
11
!
vencido, Clitemnestra estira el cuello y lo ofrece a sus victimarios. En el momento en que el dedo de Electra se alarga,
Orestes se lanza contra ella, como impelido por un resorte, sujeta con la siniestra el cuello extendido e hinca el puñal :
t:
en el vientre de Clitemnestra (la piel dura se rasga primero, luego el acero se desliza suavemente, la sangre fluye y E
Ores/es siente su calor entre los dedos) ... El cuerpo de Clitemnestra no se aleja con el impulso; desafiante hasta en el
último instante, empuja el puñal y favorece la labor del asesino. Sus ojos no se cierran: por un momento se fijan en la -u!
mirada de Orestes, pero Clitemnestra sabe bien quién es el verdadero asesino y busca de nuevo la mirada de Electra.
Triunfante, ebria, Electra da dos pasos atrás, deja que el cadáver se deslice entre los brazos de Orestes ...
Pilades no ha querido ver la escena. Su cuerpo quiere huir, pero sus piernas lo enraízan al mundo de Orestes. Vuelta
violentamente la cabeza hacia atrás, extiende las manos como queriendo apartar de sí el clímax de esta pesadilla ...
Ores tes se desmorona poco a poco. Su rostro busca a Electra, que le da la espalda y empieza a alejarse; luego, cae y
contempla la tierra, que se ha bailado con la sangre de Clitemnestra...
Un impulso postrero detiene la salida de Electra, que se vuelve, se acerca al cadáver, roza con su mano la herida, huele
la sangre y abandona violentamente el recinto del crimen ...
El asesinato abre los pórticos del reino de las sombras.
ANEXO 11
(ORESIES SE INCLINA SOBRE EL CADAVER DE CLITEMNE SIRA)
Para Giacomo
Cuando la tuve por primera vez frente a mí no pude odiarla. Clitemnestra era imponente, autoritaria, regia. Sus pasos
resonaban sobre las piedras del palacio de Argos como el eco de los remeros de una nave de guerra ... Y con la misma
majestad arriaba velas, se quedaba flotando, se anclaba frente a uno, como dispuesta al abordaje. Su mirada, no de
fuego sino de lava, de piedra ardiente, me atravesó y tuve que bajar la vista frente a ella. El engaño daba inicio, pero
en mis venas, por alguna razón misteriosa, nunca parecía haber corrido la sangre retorcida de los confabuladores
Atridas.
Así, vencido por su presencia, vino a mi mente el segundo pensamiento: heme aquí, frente a mi madre ... Gustosamente
seria su súbdito en este momento. Pero el sentimiento falta. Para poder odiar a alguien al extremo de desear su muerte,
es necesario haber amado primero ...
Ahora que me inclino sobre su cadáver, siento la misma imposibilidad del odio. Hubiera querido amarla, hubiera
~ querido sentirla como mi madre, hubiera querido tener en mi memoria la secuencia de humillaciones, traiciones,
UJ
pasiones y odios de Clitemnestra. O tal vez, al fin, empiezo a odiarla, porque nunca fue la madre que Electra y la
--~
z pitonisa han querido que sea, porque no puedo sentir esa particular traición que la llevó a abandonarme, niño y
UJ
huérfano, en las escarpadas montailas de la Fócida, que sólo frecuentan las cabras y los lobos ...
Quiero pensar en mis manos de niño alargándose hasta su~ pechos en busca de leche y encontrando, a cambio, rocas
y zarzas. Quiero pensar en mi llanto, mientras mi piel se tostaba bajo el sol inclemente, desgarrando mi garganta que
apenas balbuceaba silabas sin sentido pero que querían ser un clamor desesperado, agonizante, por su leche ... y por su
amor.
Tuve mucho amor, de niño. El de Estrofio, que quiso ser un padre. El de Pilades, por supuesto, que me ha amado más
de lo que yo he podido amarlo. Pero ese otro amor original, el de Clitemnestra, nunca fue mío.
¿<?ómo odiarla entonces? ¿Cómo sentir que este cadáver que es cadáver por obra de mis manos merece yacer frente a
mi, frente a mi puñal ensangrentado, frente a mis lágrimas que caen sin que yo sea capaz de gemir y sollozar?
No sé por qué lloro, tampoco. No sé por qué mi cuerpo tiembla y se contrae con un dolor que no es el de Clitemnestra
y que no sé si es el de Orestes. ¡He tenido tan poco tiempo para ser Orestes!
Las palabras de Electra silbaban en mis oídos todos los días, de la mailana al ocaso, y durante las largas noches en que
acechaban los movimientos de Clitemnestra y de Egisto para fraguar mejor el asesinato. Electra me devolvía mi
pasado, mis ancestros, la dignidad y el orgullo que significan saberse parte de una estirpe de reyes y héroes. Aún sin
tantos laureles, ¡deseaba tanto saberme hijo y nieto y hermano y no simplemente el beneficiario de la caridad de otros
~ que, pese a su lealtad, ho compartían ni mis rasgos ni mi sangre ni mi temperamento!
•
::11 El odio me llegaba también a través de las palabras de Electra, de las evocaciones de su vida miserable, de los
.E
•
crímenes de los que ella era la última víctima. Descubrir mi verdadero nombre, Orestes, ha equivalido a descubrir mi
amor por Electra, pero ¿es posible amar por una necesidad genealógica? Desechar a Lysias es como dejar atrás el
sueflo y la infancia, pero ¿quiero en verdad dejar esa infancia de atardeceres hermosos y hermosas conversaciones con
ie
E
Pllades?
Ahora no sé quién soy, no sé a quién amo ni a quién odio. Parece tan fácil odiar y, sin embargo, es tan apretada la trama
de la red que me l¡a rodeado. No es mi odio, sin duda, sino el de Electra. Pero, ¿por qué me he dejado atrapar por la red
si no es, en el fondo, porque deseaba ser atrapado? ¿Porqué he aceptado no ser Lysias si no es porque temía reconocer
-u.! en mí esa verdadera naturaleza de Lysias, tan vulnerable, tan diferente de la naturaleza fuerte y heroica del Orestes que
Electra me presentaba como mi nueva y verdadera personalidad" No he querido escuchar la voz de Pilades ni ver su
rostro porque en él están escritas todas las cosas que soy y no he querido ser, todo lo que he querido y no he debido
ser...
La técnica del crimen es fácil. El cuerpo humano es vulnerable en cada rincón, pero algunos rincones abren con más
facilidad las puertas de la muerte. La mano conduce al puflal que busca esas puertas ... El primer momento de la
puflalada es duro, la hoja tropieza con la piel, la rasga, entra en la carne. Un liquido suave y cálido empieza a correr
por la mano, lubrica el puflal que se adentra con rapidez después del primer momento. Luego otra pullalada... Y otra...
Y otra...
Si el rostro del asesino queda a la altura del de la víctima, el asesino no puede evadir su mirada.
En la mirada de Clitemnestra en ese último momento estaban todas las preguntas y, terriblemente, todas las respuestas.
Clavaba en mí sus ojos con la misma fuerza y facilidad con que yo, atravesaba su cuerpo. Luego, nada. Un vacío en su
mirada. Y esa desoladora, inescrutable sensación de que sus pupilas se convertían en un pozo profundo y que por él se
desplomaba todo mi espiritu, toda mi fuerza, todo mi odio inventado. Orestes, este frágil Orestes que ya no sé si soy
o no soy, se esfumaba como succionado por el vacio de la muerte que acababa de inventar...
En el momento del crimen el cuerpo y la mente se mueven a distintos ritmos. Mi mano fue firme, aseguró el camino
del puñal. Cada uno de mis músculos estaba tenso ... Pero en el instante en que su sangre me salpicó, en el momento
en que mi odio se escapaba por el vacío de sus ojos, en el instante en que su cadáver se desplomaba sobre mí, fria e
inaprehensible como una sombra, todo flaqueó y me desplomé con ella. No mi cuerpo, sino todo lo que soy o lo que
otros (iElectra!) han querido que yo sea.
Ahora veo su cadáver y no lo siento y me queda un vacio que me llena de otra ansiedad y otro odio. Odio a Orestes,
odio esta sangre de Clitemnestra que no puedo limpiar, que me quema. Odio haberla derramado. Odio la falta de
respuestas y de sentido. Odio todas las dudas y preguntas que ocupan el lugar de mi alma.
Si soy Orestes y los dioses existen, el crimen no es mío sino una confabulación de los dioses. Pero si Orestes es una
invención de Electra, si Clitemnestra no es mi madre y yo no soy su víctima, ni la venganza ni los oráculos tienen
sentido. Si Orestes es una invención nada hay en el mundo que pueda protegerme y la soledad es infinita y me aterra
y no puedo soflar una muerte o una disculpa que me consuele y me devuelva la fuerza que he agotado con este crimen.
Si Orestes es una invención el único culpable es el Lysias que no he querido ser, que no ha querido escuchar la voz de
Pilades y que ha huido de su abrazo de hermano en nombre de una promesa de gloria y heroísmo que era tan falsa
como el amor de Electra.
Si Orestes r¡o existe, Lysias es una aberración, una falta de sentido, un guiñapo que no es digno de perdón ni de
consuelo ni de paz ni de tranquilidad ...
No sé que me queda ... Entre la compasión y la repugnancia y el odio por mi mismo no hay diferencia .. .
Siento, tras de mí, la cálida sombra de Pílades. Lanza una amarra a mi nave, que deriva y naufraga ... Y ya no sé si Ll.J
quiero vivir o naufragar, ser Lysias u Orestes, escuchar a Pílades o ensordecer para siempre ...
~
•E
:11
a
.1:
a
ie
E
-ii
.!
•1a
ESCENA V
Terminada la canción Pablos, Don Toribio y Ciri/o golpean
en una puerta. Sale una vieja encorvada pero diligente.
DON TORIBIO. ¡Ah de la casa!
VIEJA. No tanta prisa, sei'iores, que no somos sordos: ¡van
van! (Abre.)
DON TORIBIO. Madre Labruscas. ¿Todavía viva?
LABRUSCAS. Don Toribio, Dios lo guarde, ¿y los sei'iores?
DON TORIBIO. Son mis invitados y nuevos miembros de la
cofradia del estafón. Seguid, sef\ores, seguid.
(Entran a una gran estancia donde hay seis o siete cabal/e-
ros todos ocupados en hacer remiendos y reconfeccionarse
vestidos.)
DON TORIBIO. Sei'iores: Os presento dos nuevos miembros
de nuestra Orden de la Chirlería. El licenciado Don Pablos y
su amigo Cirilo.
(Los cabal/eros hacen grandes reverencias.)
PABLOS. Sef\ores: bien a gusto me encuentro entre vosotros,
donde aprenderé grandes cosas de ingenio y doy gracias a
Dios viendo cuánta industria dio a los hombres ya que les
quitó las riquezas. (Todos aplauden.)
TODOS. ¡Bravo!
DON TORIBIO. Consideraos pues como hermano nuestro en bellaco y que con ellos pienso comprar un vestido que me
esta profesión llamada de la vida barata. permita andar por la corte, y esta sotana que llevo la cedo a
PABLOS. Ahora permitid vuestra merced que le diga ... que la compaiHa.
delante de los sei'iores de la corte, que he visto entrando en TODOS. ¡No! ¡De ninguna manera! ¡Qué locura! ¡Jamás! ¡Eso
la ciudad, y aun delante de vosotros mismos, me siento un no! ¡Cómo se trata así el dinero! (Avanza el más viejo y le
poco confundido. Digo, no es que sienta vergUenza de mis habla.)
vestidos que no están tan viejos ni tan raídos, pero ... los DON IÑIGO. El dinero se dé al depósito y vistámosle de lo
vuestros están más a tono con los tiempos y han de ser reservado. ¡Caballeros, manos a la obra!
muy costosos y yo ...
DON TORIBIO. Sei'ior licenciado, no es oro todo lo que reluce. PANTOMIMA DE LA CONFECCION DEL TRAJE
Debiole parecer a vuesa merced viéndome el cuello abierto
y la presencia que yo era un conde de lrlos. Pero cate ahí. Suena la música y empieza la pantomima.
Que no hay cosa en todos nuestros cuerpos que no haya Le quitan capa y sotana. jubón, medias y botas. Y con gran
sido otra cosa y no tenga historia. Verbi gracia: bien ve rapidez y destreza le van cortando, cosiendo, arreglando,
vuesa merced esta capilla, pues primero fue pantalones, nuevas prendas, de manera que al final aparece Don Pab/os
nieta de una capa y bisnieta de un capuz que fue en sus vestido a la moda con sombrero de anchas alas con plumón,
orígenes y ahora espera salir para plantillas de botas y otras cue/lo abierto y almidonado. capa a las corvas. calzas ata-
cosas. Los escarpines, primero fueron pai'iuelos habiendo cadas y botas altas. todo ha sido hecho de tal manera que dé
sido toallas y antes camisas, hijas de sábanas; después las la apariencia de una magnífica indumentaria.
aprovechamos para papel y en él escribimos y después Termina la pantomima y entra un caballero que violentamente
hacemos de él polvos para resucitar zapatos que de echa- arremete contra otro que tiene la apariencia de soldado cojo.
dos a perder los he visto r~vivir con semejantes medica- CABALLERO. La mitad me debes, bellaco, o por lo menos
mentos. mucha parte, y si no me la das, juro a Dios ...
PABLOS. Debo confesaros que sólo poseo (Busca muy aden- SOLDADO. No jure a Dios, que aquí en casa no soy cojo y le
tro de sus bolsi/los) cincuenta reales que logré salvar de un daré con esta muleta mil palos.
(Arremeten uno contra el otro y se desgarran todas las vestiduras a los primeros
empellones quedando casi desnudos.)
DON TORlBlO. ¡Calma, señores! Parad la pendencia. ¿Qué pasa? (Entre todos los
detienen.)
SOLDADO. ¿A mi chanzas? ¡Bribón y desvergonzado! ¡Ni un pañuelo te doy, que
todos me corresponden!
DON lÑIGO. Calma, Don Merlo. (Al Soldado.) Explicanos lo que pasa.
DON MERLO. Han de saber vuesas mercedes, que estando en Plaza de San Salva-
dor. se acercó un niño a este tarado y le dijo que si yo era el Alférez Juan de
Lorenzana; él dijo que sí, viendo que traía en las manos algo de posible valor.
CABALLERO. En ese momento no los vi, pero eran los pañuelos de los cuales me
corresponde por justicia la mitad.
DON lÑlGO. ¡Calla! Continúa, Merlo.
MERLO. Se acercó a mí y díjome: "Señor Alférez, mire que le necesita este niño". Yo,
que inmediatamente entendí, dije que yo era. Recibí el recado y con él doce
pañuelos y ahora este bujarrón pretende que le dé la mitad. Antes lo haré peda-
zos que tal. Todos los pañuelos han de romper mis narices.
CABALLERO. Justicia, señores, habéis oído, me corresponde la mitad.
MERLO. ¿La mitad? ¡Primero te rompo las de tus narices! (Se lanza con la muleta
contra el caballero.)
CABALLERO. ¡Maladado! (Toma un palo o escoba y se defiende.)
MERLO. ¡Pesia a tal!
CABALLERO. ¡Bellaco!
MERLO. ¡Maricón'
CABALLERO. ¡Puto!
MERLO. ¡Chilindrón! ¡Tagarote!
CABALLERO. ¡Ganapán!
(El resto de los caballeros los detiene.)
DON lÑlGO. ¡Alto el destrozo' Sabeis que tales pendencias están prohibidas en
nuestra cofradía, que con estas batallas se echa a perder lo muy poco que tenemos.
(La Labruscas recoge todos los restos de vestidos y muebles rotos que ha deja-
do la pelea.)
CABALLERO. Pues pido que se haga justicia.
DON IÑIGO. Justicia se hará. (Sube sobre una especie de trono que se tiene para el
efecto.)
OTRO CABALLERO. (Se coloca en un escritorio. saca un libro y apunta.) 333.
Reyerta con agresión de palabra y de obra entre Don Merlo Zuñiga y Don Loren-
zo del Pedrozo. Causa presente: una docena de pañuelos.
DON IÑlGO. Conocidos los antecedentes. etc .. etc., etc., dictamino: los pañuelos
son de Don Merlo.
CABALLERO. ¡VotoaSan es 1 ¿Yporqué 0
OTRO CABALLERO. No hay respuesta.
DON IÑIGO. Sólo que no se le permitirá sonarse con ellos. Debe entregarlos a la
Labruscas para honrar a la comunidad haciendo de ellos unos cuellos y remates
de mangas que representen bien las camisas. Que el sonarse está vedado en la
orden. si no es en el aire o las más de las veces sorbiendo. cosa esta de sustancia
y ahorro. Justicia está hecha. no se hable más de ello y cada uno a su trabajo.
(Don Merlo entrega los pañuelos a la vieja y el caballero se va refunfuñando
furioso.) 7
7 Sant1ago Garcia ""El d1<i.logo del rebusque··. Cuatro obras del Teatro La Cande/ana. CdlCJones
Teatro La Candclana. Bogota. 1983. pp 45-56
tea tra l
ga p e
GJ
TANIA CORDER O
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ADA ÜRAMAS
ÜMAR VALIÑO
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Desafiando obstáculos, el Teatro Taller de Colombia lleva más de veintisiete años
consagrado al desarrollo del teatro callejero. Aparte de sus conquistas estéticas, es
importante su labor pedagógica y su trabajo de animación y promoción escénicas.
El mejor ejemplo de esta última arista lo es la organización de este evento iniciado en
1997 y que tendrá una frecuencia bienal.
La presencia de numerosas formas de entender el teatro El circo, muchas veces preterido, otras demasiado confmado
callejero, confirmó una concepción amplia de este. Más que a un único espacio, trajo al Festival una presencia más abierta.
teatro de calle o en la calle, se trata de una práctica que, en Los ingleses de Better Halves, Martín Goode y Joanna
primer lugar, toma en cuenta la elaboración de una materialidad Galbraith, entregaron con En equilibrio, una exquisita lección
escénica cuyo lenguaje, dramaturgia y receptividad están de- de trabajo con el público. Parten de personaj es definidos que
terminados por la representación en espacios no convencio- se encuentran en una situación; esta le sirve de marco para
nales, los cuales sitúan al espectador en una condición de integrar a niños en el juego y la improvisación, gracias a técni-
recepción inhabitual. cas clownescas, a la relación con el error y la dificultad. Me-
Tal vez sea ocioso recordar que esa anticonvencionalidad nos cautivador me pareció El último de los mohicanos, donde
se encuentra en el origen mismo del teatro y en todas sus la magnífica estatua encamada por el actor va agotándose
primeras prácticas concretas hasta el progresivo ascenso y como coordenada dramática.
posterior instauración de la sala como el espacio ideal para la En tanto el español Bandora con Un pequeño circo de bol-
representación. De los caminos recorridos por Tespis a las sillo, propuso, a través del unipersonal de José Fernández, un
sendas halladas por Moliere, sin desdeñar los fijos anfiteatros espectáculo centrado en la magia, que articula, a su vez. mala-
griegos (que, por sus características, estarían más cerca de la barismo, juego y humor. También efectivos, sobre esas mis-
escena callejera que de las salas modernas), ni los móviles mas bases, aunque centradas en los malabares, resultaron las
espectáculos medievales, se traza una manera de concebir el puestas Humor malabárico, de Carlos Criado y Leandro Mikati
arte del teatro que, aún periférica y subalterna en casi todas de la Tropa del Eclipse (Perú), y El dragón y el trovador, del
partes, prosigue su imprescindible andar y alienta un singular francés Francois Chotard.
imaginario. La danza se movió entre proposiciones muy diversas. Los
australianos de la compañía Circus Art North representados
por el grupo Doombul Dancers, con Graeme Willis como líder,
111
entregaron sus magníficas danzas tradicionales, en buena
Para los espectáculos podríamos definir tres zonas: circo, dan- medida incontaminadas por la modernidad. Son primigenias,
za y teatro. primarias, rítmicas y no melódicas. Establecen un fuerte con-
Otra denuncia contra la violencia realizaA icneliov, del Tea- miedad, resuelta ejemplarmente, Alvarez revela las pequeñas
tro Taller de Colombia, esta vez de la mano de Peter Schumann grandezas de la existencia. Su objetivo es, como confiesa al
y Mario Mata llana. Como en el prólogo, la puesta se convierte final, no quedarse callado porque el silencio otorga.
en un desfile, a veces vertiginoso. en ocasiones pausado. de A la presencia colombiana se sumó una activa muestra in-
las imágenes legadas por el ya secu lar conflicto colombiano : ternacional. Los coreanos de la Compañía Woogeunchi vali-
asesinatos. peleas. disparos. desplazados, fuego, fusilamien- dan su tradición del actor-bailarín en espectáculos, indistinta-
tos. desalojos, lamentaciones ... Con una música participante, mente, de teatro -Hyung Sol Chi Kong, de Ki-Hyung Ryu- o
ejecutada en vivo y un atractivo diseño visual donde juegan danza. en los cuales indagan en la realidad de la península
un papel importante muñecos gigantes, máscaras y esquele- oriental. Los obstáculos interpuestos al deseo de la reunifica-
tos en cartón, la puesta promueve la desaparición de esa cons- ción, la oposición identidad versus consumism o, la creciente
tante agresión. Pero para ello podría abandonar ciertas imáge- occidentalización del país. el diálogo del hombre con la natura-
nes que rozan lo tópico, integrar mejor la relación plástica entre leza, el rescate de la memoria cultural del pueblo son tematiza-
actores y muñecos. así como enunciar ese deseo de "conjurar dos sin complacencias y con una notable articulación entre
el monstruo de la violencia" más a tono con la estructura y el esa voluntad y los medios expresivos utilizados.
discurso evidenciado por el espectáculo. De Alemania, el grupo Antagón propone un renovado tea-
Una imagen tejida de esperanza nos muestra Carlos Alvarez tro político desde las ventajas del gran formato para comuni-
en su inolvidable Vida, amor y risas. Cada historia que presen- carse con amplios públicos. Apelando a imágenes poderosas.
ta en un cuadro posee una fábula precisa y de alto contenido a la danza butoh y a dificiles efectos escénicos -espectacu la-
lúdicro. El actor se desdobla en mimo, titiritero y clown, no res transformac iones de la escenografia, presencia del fuego y
abusa sin embargo de ninguno de sus múltiples. versátiles e agua. impactantes vestuarios- . cuentan la historia de un viaje
impactante s recursos. un ejemplo de dosificación de los efec- fundacional de un grupo humano que escapa, cansado. de la
tos escénicos. Sí recurre a imágenes portadoras de una rica civilización actual. Deberán enfrentar. sin embargo. nuevas
ambigüedad: una mano virtual que esconde la verdadera del luchas hasta su paulatina transformación individual y colecti-
manipulador. un muñeco de gran dimensión que. sostenido va. y la imposición del fuego como elemento prometeico . De
por la espalda del titiritero. parece no obstante cargarlo a él. un espectáculo que constituye un gran reto. el grupo sale
Las historias hablan con ternura y humor sobre la paternidad. vencedor gracias a un dominio de los códigos de ese teatro.
la sorpresa. el desenfreno del baile ... Desde esa aparente ni- así como de una dramaturgia que alterna diferentes momentos.
ritmos e intervenciones musicales. Equinox terminal, de ser ellos quienes nos observan a nosotros, se comunican en-
Mirako Seki, es un montaje revelador de posibilidades insos- tre sí en un lenguaje inteligible, reaccionan a un rayo de sol
pechadas en un lenguaje a veces sólo asociado a un teatro que se desliza entre los árboles, frente a un grupo de escolares
inoperante en términos artísticos. uniformados. No sabemos si nos visitan desde el futuro o el
Otra cuerda tensa El Ciervo Encantado, de Cuba, 'ton Un pasado, pero en todo caso, nos descubren como seres de otra
elefante ocupa mucho espacio, bajo la conducción de Nelda galaxia, de comportamientos extraiios a nosotros mismos.
Castillo. Sólo en estructura lúdicra de la puesta podemos leer
algún sentido, pues el montaje proclama su alejamiento de IV
cualquier intención moralizante. No obstante, y a pesar de la
inexistencia de una fábula precisa, esos actores que encaman A todo Festival con una concepción interesada en el intercam-
el reto de reconstruir el espacio imagina( que en la memoria de bio, gene·ra un espacio como los Encuentros Pedagógicos.
cualquier humano ocupa el circo, objetivan, para mi, la idea de Ello siempre representa una zona de articulación de los múlti-
que solamente en la unidad de lo diverso es posible el diálogo ples objetivos del evento y consolida la perspectiva de cono-
con la imagen y la certeza de un camino. cimiento e interinfluencia entre las entidades participantes.
En tanto, los suizos de Da Motus! , Antonio BUhler y Bri- Desplaza, además, la atención hacia la importancia de los pro-
gitte Meuwly, crean en efecto una función única cada vez con cesos de investigación y trabajo que tienen en el resultado
Urbarthropus. Los dos personajes, envueltos en unos ceiii- final, sólo un estadio de aquel.
dos trajes plateados, desarrollan una acción performativa en En el caso del Festival al Aire Puro, se acentuó su significa-
un espacio público y mediante movimientos lentísimos re-se- ción por la habitual polémica que genera la estética y lenguaje
ñalizan los sitios del lugar. El espectador se pregunta quiénes de la escena callejera. Si no se obtuvieron más dividendos, fue
son, qué hacen, mas la pregunta queda sin respuesta. Parecen porque ese espacio precisa aún de una mayor jerarquía dentro
del diseño del evento, acompañada de más exigencia y cumpli-
miento de tareas específicas por parte de los organizadores
Urbantftropus, del grupo suizo Da Motusl
hacia los grupos que intervienen en el Festival. También por-
que el tiempo no alcanzó para que cada equipo desplegara sus
exposiciones, quizás por el exceso de agrupaciones partici-
pantes en el Encuentro. Una cuestión que los directores debe-
rían revisar con vistas a próximas ediciones, en el afán de
evitar innecesarias desmesuras, inefectivos desniveles. La su-
peración de estos seiialamientos, relativamente marginales ante
la generalizada eficacia organizativa y conceptual del evento.
contribuirá de cara al futuro a profundizar el espacio de infor-
mación, critica e intercambio entre los teatristas, y el disfrute
entre estos y el público.
V
Los montajes reseñados aquí no son los únicos convocados
por el Festival, ni siquiera son todos los que vi . Me resultan
destarados en el sentido de que modelan distintas formas de
enfrentar el teatro de calle. Constituyen, en definitiva, aristas
de una concepción imposible de abordar dogmáticamente.
La calle, para el teatro, no significa con literalidad la calle.
Ahora es sinónimo de espacio abierto. al aire libre. Para el
teatro callejero no puede haber, entonces, punto de partida sin
una precisa concepción espacial en sus coordenadas más ge-
nerales y en su posible movilidad circunstancial. Como no
puede o lvidar la inserción de un lenguaje determinado en un
contexto donde no prevalece tal lenguaje. Tampoco desechar
que es imprescindible la diferenciación visual frente a la
cotidianidad, a lo cual contribuyen el uso de música o soni-
dos. Prescindir del código verbal, parece ser otro punto insos-
layab le o adecuado a las necesidades de un discurso cuyo eje
expresivo e ideológico no puede descansar en é l. El abuso de
la narración o de la presencia verbaL aun en medio de adecua-
dos dispositivos técnicos. genera frecuentes contradicciones
con el carácter del teatro callejero.
Lo más importante será asir una estética que, en cual-
quier credo, capte en primera instancia y luego someta la
atención del espectador en un espacio imposible de contro-
lar por la puesta, " agredido" por los vectores de la vida
cotidiana. Igualmente, sería ideal realizar una intervención
sobre ese espacio conquistado, vulnerar sus usos y signifi-
caciones comunes, erosionar los conceptos del público so-
bre aquel, desvelar, en fin, nuevas imágenes y posibilidades
que yacen apresados en aquel.
Por supuesto, el arte del actor callejero se enfrenta a un
límite. Por tal motivo el actor precisa del desarrollo general y
particular de capacidades, así como de una gran capacidad
de riesgo e improvisatoria. Sólo ello le permitirá interactuar
con el público, la categoría más inasible (aquí doblemente)
del teatro.
Sin pretender un decálogo ni mucho menos, polemizar en
tomo a estas cuestiones aplicándolas a los espectáculos,
contribuirá a determinar no sólo preconceptos y estrechas
maneras de ver el teatro de calle, sino desterrar falacias y
hasta ·francas tomaduras de pelo. Como en cualquier arte,
como en cualquier estética abundan los constructos y los
falsos ejemplos sobre lo que debe ser un género, una expe-
riencia. Así, el simple uso de zancos, las historias inconcre-
tas de pugnas entre el bien y el mal, la falta de densidad en
las ideas, el anquilosamiento de los lenguajes, los esquema-
tismos o el traslado mecánico de un montaje elaborado para
la sala hacia la calle, no pueden ser sinónimos de teatro
callejero.
Sin desprenderse de una mirada crítica (y no de la subes-
timación o el desprecio, que son otra cosa), conviene al teatro de calle ensayar
conceptualizaciones más acordes y coherentes con respecto a su diversidad actual.
VI
El teatro callejero del mundo le sonríe a la paz de Colombia, rezaba ei ·Jema del
Festival al Aire Puro. JI Encuentro Internacional de Teatro Callejero y Circo. Si había
una primera justicia con él, se refería al impacto enorme que el acto teatro causa
sobre el público bogotano. Basta cualquier prolegómeno de escenificación para
que los transeúntes se detengan y agrupen alrededor del actor, del clown, del
titiritero o del bailarín.
Y los aislados espectadores, probablemente aislados ciudadanos, se convierten
en público a la luz del fuego prometeico, símbolo integrador por excelencia. Por
instantes se difuminan las barreras sociales y culturales, se detiene la álgida veloci-
dad de la urbe, se borra la agresividad citadina.
El arte teatral triunfa sobre la muerte. Lo colectivo múltiple sobre el enceguecido
individualismo. Lo humano destierra la pérfida herencia animal, al tiempo que reivin-
dica la génesis de juego y libertad que hay en ello.
A la tercera va la vencida. Con la entrada verdadera del milenio en el 2001 ,
comprobaremos si finalmente en Bogotá, después de tantos afios de heroica resis-
tencia, la escena ha contribuido en su escala al triunfo de la paz relativa del teatro
sobre el sonido de las balas.
Esperemos así el cabal cumplimiento de sentido de este Encuentro. Estaremos,
para entonces. muertos de la risa, como inscribía su dolor en un cartel un anónimo
participante de la concentración de despedida al comediante Jaime Garzón en la
Plaza Bolívar, tantas veces tomada por la risa y la libertad humana del teatro callejero
en esos días del Festival al Aire 'Puro. Bogotá aguarda.
Encuentr
e e.atro. e
Humahuac:a
os m1ra
ANTONIO CÉLICO
E 1polvo silencioso del noroeste argentino cobijó entre los días 13 y 20 de abril
de 1999 a más de un centenar de teatristas provenientes de América y Europa. Así,
intentando encontrarle un sentido a cada una de sus propias acciones, desafiaban
distancias medidas en kilómetros y tradiciones. Formas diversas y maneras distin-
tas de entender el teatro y sus riesgos, historias de exilios y pasiones.
¿Cómo se había llegado a este Encuentro?
Muchos de los participantes llegaban estimulados por la idea de un nuevo en-
cuentro de El Séptimo, una alianza de teatristas argentinos encabezada por El Baldío
y Viajeros. Otros concurrían ansiosos a replantearse las preguntas que habían que-
dado sin respuesta en Ayacucho.
El tan polémico Ayacucho había sido el motor de este nuevo encuentro. su forma
y desarrollo. Humahuaca 99 jugaba así su oposición y complementariedad, su re-
chazo y rescate.
El IX Encuentro de Teatro de Grupo "Memoria y Herencia" realizado en Ayacucho,
Perú, había dejado en nosotros una serie de sensaciones difíciles de explicar.
Había motivado incluso una carta pública de Eugenio Barba ("Cana a un herma-
no peruano", ver Conjunto n.ll 1) dirigida a Mario Delgado director del Cuatrotablas,
grupo organizador. En ella se plantearon muchos de los innumerables problemas
por el cual se habían generado esas sensaciones de malestar. Pero ella, aún en su
ceneza y brillantez, creemos no alcanzaba a desnudar aspectos muy profundos que
fueron opacando la idea y el sentido del Encuentro.
Se fue generando una situación a nuestro entender cosificada y atada al pasado.
sin posibilidad de reflexionar el presente y mucho menos aún proyectarse hacia el
futuro. El escenario, que funciona en toda oportunidad como un espacio comuni-
cante, parecía hablar de una distancia inabordable con los otros y con el entorno de
la sociedad militarizada de Fujimori.
To9o el Encuentro ayacuchano fue recorrido por cierta forma de regodeo sin
límites por Jos hechos del ayer. Uno puede ir atrás para iluminar su presente. e
incluso tan sólo para rememorar los hechos que permitieron la existencia del hoy y
festejarlos si se quiere. Pero el Encuentro debía ge-
nerar un intercambio entre la memoria y los herede-
ros que, como mínimo, se vio seriamente afectada.
En estos espacios es importante encontrar las pre-
guntas que motorizan la actividad. ¿Hay elementos
agotados en la misma? ¿Existe un detenimiento en el
desarrollo estético? ¿Qué debemos hacer frente a.
un presente que genera nuevos desaflos? Y más aún,
¿cuáles son las acciones para un encuentro que se
desarrollaba en un país con sus cárceles repletas de
detenidos políticos?
Dada así la situación, entendimos que esta exce-
día el problema de los organizadores y que de algu-
na manera también reflejaba cierto quedo en los gru-
pos que por tradición y experiencia debían asumir en
los hechos una mayor responsabilidad.
Así fue que dentro del Encuentro se gestó la idea
del X Encuentro Internacional intentando mantener
la continuidad de los mismos, abriendo las pregun-
tas no formuladas y desarrollando el trabajo no con- 1..!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!~!!!!!!!!~==~!!!!!!!!!!!!!!!!=....:.:....._~~....:!:=::~~~~~!=:!::!!!!
cretado en Ayacucho. Esta responsabilidad la asu- Maestros participantes del Encuentro
mimos los integrantes de El Séptimo y decidimos
bautizarlo "La cima y la tumba: actualidad y deca-
dencia de los padres fundadores" . Un título provo-
cador que no siempre fue bien interpretado, pero
que tenía la intención de reivindicar el derecho a
abrir todo tipo de preguntas. El título encerraba una
trampa ya que los maestros no son actuales ni deca-
dentes, sencillamente son. Su experiencia no vive
en el tiempo cronoll)gico, es parte del Kairos, del
siempre presente tiempo mítico.
Así fueron llegando participantes de Austria,
Suiza, Escocia, Italia, Dinamarca, México, Perú, Bra-
sil, Uruguay y Argentina. Divididos en cuatro talle-
res comenzaron la tarea, a los cuales se agregaban
los encuentros colectivos, los espectáculos de sala
y calle.
El Encuentro quedó e nglobado en la metáfora de
Prometeo, y su acción de robar el fuego a los dioses.
Y creo que fue el fuego quien alimentó el Encuentro
desde el primer d ía al último.
Muchas preguntas quedaron planteadas, no a
través del desarrollo verbal pero sí a través de las
dificultades que generaba el trabajo. En "artes y ofi- Sesión de entrenamiento del taller "artes y oficios"
cios" que coordiné con Daniel Misses, el trabajo
enfrentaba la idea de ir a contramano de nuestras formas habi- Al mismo tiempo. organizadores y participantes nos pro-
tuales de construcción, y con ese desafio se encontraron tan- nunciamos frente al bombardeo que en ese momento recibía
to los participantes como los coordinadores (Cristina Castri- Belgrado. enviando una carta para aquellos teatristas que en-
llo, Doménico Cuccinotta, Abel Solares y Roberto Birindelli). frentaban esa situación. Paradójicamente en esa ciudad se había
En "la mirada rota" (coordinada por Anu Talvari y Pablo Urru- iniciado tradición de encuentros de Teatro de Grupo en 1976.
la
ty) se intentó desandar el complejo vínculo de la plástica y el Diariamente se generó un festiva l en e l Teatro Mitre de
teatro. El ''teatro de calle" (Marcelo Bones) indagó sobre las Jujuy. donde los pobladores tuv ieron acceso gratuito al mis-
distintas formas de entender el mismo frente a un espacio mo. y una vez concluido este se continuó en la provincia de
urbano que cambia. En "círculos sobre el texto'' (Quique Per- Salta.
muy) la forzada ausencia de dramaturgos de nombre mostró la El trabajo cerró con la presencia de Eugenio Barba quien
distancia existente entre los jól)enes dramaturgos y el Teatro visitó e! terreno donde El Séptimo construye un centro de
de Grupo y por supuesto la necesidad de acortarla. investigación y en su charla nos recordó "el no preocuparse
de los maestros, pues sus fantasmas nos seguirán
de todos modos".
Tal vez hayan quedado muchas cosas en el tin-
tero pero el Encuentro se centró sobre la idea de
trabajo, intercambio, reconocimiento de donde ve-
nimos y apertura de preguntas. Seguramente será
recordado como un espacio donde se accionó mu-
cho, y se recobró el perfil del trabajo humilde y
si lencioso.
Humahuaca fue entonces un complemento de
Ayacucho en la extendida dramaturgia de los en-
cuentros del Teatro de Grupo.
EncuenlrQ
CRISTINA CASTRILLO
J ie.atroh~e
e
nt nacion ll
Huma uac:a "1
os m1ra as
G"u.po
Pienso y creo entonces que lo que por momentos podía parecer una "reacción"
o un ·:contraste" al pasado generador del Teatro de Grupo y otros avatares de la
historia, no eran otra cosa que la manifestación de los diversos perfiles de nuestras
tantas soledades.
Porque cada uno, tal vez sin saberlo, de alguna manera llegó a este Encuentro
acompaí'lado por la propia "orfandad". "Huérfanos" de una generación que perdió
más de una vez los puentes con alguna otra orilla en donde amarrar, o "huérfanos" de
los valores que por tanto tiempo sostuvieron nuestra mirada; o simplemente "huér-
fanos" porque nuestra única manera de vencer es no darse nunca por vencidos.
Y es a través de esa humilde incertidumbre que cada uno se prestó a las incógni-
tas de las tantas preguntas abiertas: las de un pasado que no puede ser herrumbre
y las de un presente que tal vez perderá los pedazos mucho antes de ser futuro.
Es posible que mis observaciones sean lejanas de las de otros, pero sabemos tam-
bién que la realidad no es siempre "lo que es", sino "cómo se lo ve", y es en esta
libertad de la propia mirada que mis palabras se ubican.
Seria una grave ausencia 'no mencionar cuánto están presentes en estos renglo-
nes cada uno de los participantes del Encuentro. Las viejas y las nuevas generacio-
nes. La atención, la delicadeza, el respeto. La riqueza que cada uno, a su manera,
dejó mezclada al polvo insistente de Humahuaca.
La fuerza de este Encuentro no radica en la certeza, sino en la fragilidad . Porque
es en ese sutil equilibrio entre nuestros ayeres y nuestros mallanas donde se arrulla
la delicada locura con la cual tejer aún la vitalidad de nuestros suef'los.
'
unta
comenzó en N o sueño para mi teatro un público serio, solemne, culto, encorba-
tado. Creo, pues, sin pretender hacer ningún vaticinio, pero jugando a
creación del Teatro de leer en los cielos Je mi patria signos de presagios, en un teatro que como
Arte de Moscú finalizó en un alcaraván no sálo se recree en la hermosura de su plumaje sino en la
enero de 1999 con la acción de su vuelo que atraviesa la inmensa tranquilidad de los firma-
mentos llaneros.[. .. ] Creo en un teatro, como lo vería Einstein: dinámi-
muerte de Jerzy co en la precaria quietud de la escena, por virtud y magia de la relación
Grotowski. En un siglo entre la acción _v el crmwtopo.
SANTIAGO GARCÍA
de fundaciones y
legados, pero también de
trógicas rupturas, a partir Se tendrá de nuevo el deseo de contar historias vivas, parábolas,
mitos: nostalgia de las historias de amor. f- .. ] Cada uno podrá realizar
de predicciones como las
su puesta en escena f ... } Cada uno podrá escribir su texto, cotejarlo con
que transcribimos, y en el un peque11o grupo de actores, ensayar numerosas variantes. antes de
ónimo de ofrecer un representarlo ante unos pocos amigos. Ello supondrá la realización del
síndrome latinoamericano: cada uno hace su texto. como en otro tiempo
testimonio de cómo
hacía su pan: lo r~frece al otro: cada uno lo degusta. lo (lprecia, lo
artistas del teatro e critica. lo mejora. Se le representa una o dos veces durante el fin de
historiadores perciben semana y 1·se acabó!
PATRIC:E p,~VIS
este final de milenio, la
revista inquiere con
curiosidad sobre La paradoja del compromiso actual del artista reside en el hecho de
que dicho artista, que era tradicionalmente una fuer:a soáal progresis-
¿qué vivencia personal ta, se está com·irtiendo en este momento en el defótwr de "los á(jo.\·
de su trayectoria o \'alores ". ¿Se ha hecho cmzsetl'ador o es que el mundo se ha inrertido?
experiencia escoge como Alwru el artista lucha contra la ·:ticcionali:ación "de la ,·ida a trarés
de los medios de cmmmicació11. defiende la lectura lema df, los clásicos
significativa? de la literatura contra las imúgenes a toda relocidad del Yideo clip,
¿cómo seró el teatro del lucha contra el consumo supelficial de una rida actual que .\·e reduce a
siglo que comienza? clichés. Nace así una turbación, el sentimiento de impotencia que expn'-
)·an muchos artistas actuales.
¿cuól seró el sentido del 1\tfARIA;\':-JE v.. . .-:;. KERKHOVL:.:\
teatro en el futuro?
Por favor, enviar su respuesto, de extensión libre, antes del 31 de diciembre de este año o: Con¡unto,
Casa de las Américas a través de [email protected]. Muchas gracms
Un~~
GUILLERMO HERAS
Sobre la jnevito~le
e x. t 1 n e J o n
d el 1 ea rr o
MAUR IC/0 KARTÚN
Aore ros hay, y hasta apocalípticos cómo no, que parte nada más y nada menos. de la exclusividad de contar un
-acertánd ole por foro y por proscenio-- vienen presagiando cuento que se vea. Y en medio de la mayor crisis desde su
nacimiento. inmerso en la adversidad de tener que mirar loco
la extinción del teatro. La llegada del nuevo milenio. bacanal
que el espacio escénico ha disfrutado ya veinticuatro vece~. de celos al cine y a la ten~ pujantes y exitosos. lejos de
amedrentar~e. supo hacer lo que le convenía: ..;in perder su
se me aparece como una buena oportunidad para redoblar la
maravillo~a especificidad poética fonnó gestalt con cuanto
apuesta a su favor.
Peor que en esos últimos cien años. difícil que otras desheredado de la~ artes anduYiera por allí. incorporando a su
época'\ lo traten y vean con qu~ entereza la ha guapeado. Tras escenario a quienes venían de otros: el circo. la danza. los
veintitrés siglos de monopolio, el teatro perdió en este siglo títeres. el varieté. la poesía. la plástica la música. Contestó a la
crisis con más teatro y supo capitalizar esa otra circunstancia Siempre he pensado en el teatro como un jarabe de
que tanto ayudó a cambiarle la cara, constituyendo quizá el novela, su esencia más concentrada, capaz incluso, de
más formidable aporte de este siglo al texto teatral: la aparición producir el milagro de hacer vivir esa quimera sin la carga
iluminada e iluminadora de la voz femenina. La cara oculta de fastidiosa de tener que contarla. Es en ese poder condensa-
la luna dramatúrgica. La voz de la otra mitad del mundo, que dor donde el teatro hoy se ha hecho fuerte. Donde mostró el
llegó quebrando con su nueva óptica un punto de vista tópico, poder minif1Ul/ de parar la pelota sobre un fragmento vital
momificado en veintitrés siglos de monólogo masculino. hasta agotarlo de sentido. Como una lectura cabalística en
¿Por qué vuelve el retintín de la decadencia entonces? vivo, el teatro se pone bueno cuando hace lo que sabe:
Convengam os en principio en que por una simplificación desmenuzar, y -confesémo slo, por qué n(}- se vuelve
grosera suele hablarse de una decadencia del teatro cuando irremediablemente una idiotez cuando intenta desplegarse a
lo que ha decaído en realidad es apenas el público. El teatro lo pavo real compitiend o con el cine o la televisión.
- hablo del que conozco, ciar(}- atraviesa un muy buen Máquina de generar instantes, fugacidad que será
momento creativo. Tenemos hoy una nueva generación de garantía, por eso de lo irrepetible, de ese desconcierto que
artistas que como debe ser, ha sabido perderle el respeto; ha es su objetivo último. Como el de cualquier otro acto
aprendido las reglas para poder olvidarlas, asume la escena poético: artefacto de perturbar y, en la perplejidad de ese
como un lugar de concreción poética, y no como un mero desconcierto, incitar al espectador a concertar una mirada
espacio donde se cuentan cosas. nueva, a romper el cristal de la costumbre. Así seguirá sin
Pero no es la calidad lo que le puede garantizar al arte duda girando nuestro bendito aparato, y dentro, su engrana-
dramático salud y pesetas en el tercer milenio. Es fácil je principal, la palabra. Se aprende en la dramaturgi a que
percibir que cuando todos los otros formatos se vuelven ciertas palabras tienen el don de contener, eternament e
cada vez más dependient es en lo tecnológico , cada vez más congelados, a sus propios gestos, y es el texto teatral el
desvaídos en la vastedad inabarcable de su propuesta, el territorio en el que ambos -palabra y ademán- parecen
teatro en su mínima naturaleza, permanece como el más cohabitar más legítimamente. Una reserva poética en la que
humano de los formatos del espectáculo. Como cabe a lo hibernan gestos, imágenes, esperando la temporada en la
guante en los límites precisos del único medio que le es que volver a la luz.
imprescindible: el de un cuerpo emocionad o, el actor. Desde esa condición de reserva, de parque nacional de
Quiero decir, en un mundo de rumbosidad macro: realidad los ademanes y las palabras, el teatro tiene todo para
virtual, carretera informática, cien canales en el control subsistir. Pide sólo un poco de actitud conservacio nista a
remoto, un mundo donde un hombre dispone en un día de las dos partes que le dan sentido. Preservémo sle sus artistas
más informació n que la que un habitante de la Edad Media resistiendo a la mediocridad apática de los nuevos tiempos.
dispondría en toda su vida; lo gigantesco ha dejado de ser Presérvese el público a sí mismo del riesgo de desaprende r
monstruoso porque cabe en cualquier pantalla. su sensibilidad poética, ese atavismo. "Tan vergonzoso es
El animal más terrible que vi alguna vez me lo mostró mi no saber engañar bien como el no dejarse engañar sensible-
hijo en su propia mano: un piojo tras dos lupas en foco. El mente", decía el viejo Plutarco. No sea que el atavismo,
teatro propone hoy la mayor desmesura posible: poner el como la cola, se nos termine atrofiando por inútil y sólo nos
lente contra la miniatura. Convertir lo menos en más. quede, como de ella, un escalofrío en el culo cada tanto.
unta
''
~·------------
MARTA LESMES
! Marta Lc~mcs: "Acerca de !os cuentO!<. de Jorge Mañach", Seis enfoques sohre Maii(}(;h. La
Habana. Arquidiócesis de la Habana, Comisión de Cullura, ! 999.
2 La crisis de la alta cultura en Cuba, 1924; Utilitarismo y cultura 1927: lndugacián del choteo.
1928,
3 Me refiero obviamente, a ~us novelas Las honradas, 1917 y Las impuras. 1919.
4 Teatro cubano (1927-1961). La Habana. Ministerio de Relacione.., Exterinre .... 1961.
5 El primer acto se publicó en febrero de 1928 en el Diario de la Manna.
6 Con esta obra Mai'iach había obtenido. en enero del mi.;mn aiio. el . . egundo premio del
Concurso 'featral de Obras Cubanas. conn:>eado por la Secretaría de Jn.:;trucción Ptíblica y Be11as
Artes.
preocupación esencial de la sociedad habanera de aquellos misma del tema y en la obra fuente de dolor y de distorsión
años, cuando. en realidad nos parece que es el de la búsque- de los caminos para llegar a la verdad, de la verdad misma.
da para Cuba de un equilibrio entre ethos y animalidad, entre Tiempo muerto pone a debate -en la búsqueda del mode-
razón y sentimiento, expuesto a través del drama de la mujer lo de organización social más conveniente a adoptar en una
frente al hecho social del matrimonio y el conflicto creado a Cuba que se aboca a la Modernidad no suficientemente
partir de la posibilidad de elegir pareja. preparada. inmadura aún para enfrentar sus retos después
A diferencia de sus otros textos ficción. alistados formal- de haber estrenado su condición de país ''independiente"-
mente unos en la antesala del vanguardismo/ más a tono los siguientes conceptos antitéticos: razón-fuerza: razón-
otros con la vorágine del movimiento, 8 con predominio de sentimiento: hombre ilustrado-hombre natural: campo-ciu-
temas escabrosos o de personajes descentrados, Tiempo dad. En ese contexto el sujeto femenino culto podría actuar
muerto transcurre en un medio burgués bien delineado, pero como eslabón de equilibrio. portador incluso de lo más
también ubica al personaje femenino principal por su condi- avanzado del espíritu moderno frente a tanta frivolidad rei-
ción de transgresora en una posición de descentramiento nante en los círculos burgueses. La razón es en la obra un
frente al poder patriarcal. símbolo del progreso hiperbolizado y sometido a
Un juego de salón o mesa es el pretexto para iniciar lo que a cuestionamiento en el caso de la mujer, pues es la razón la
todas luces, escondido tras ropaje dramático, es una obra re- que le permite elegir pareja, tomar partido en la vida. elegir
flexiva. Casi en el comienzo se nos plantea ya la situación un camino, es decir, elegir cuando la tradición indica que ha
genérica socialmente conflictiva: "Decididamente, caballeros, nacido para ser elegida. La mujer, por ella misma no puede
el Mah long está echando a perder la sociedad. Ya no se pue- alcanzar el matrimonio perfecto, la sociedad tampoco su equi-
de venir a los recibos, la mujeres a un lado, los hombres a librio necesario, pues la razón, siempre desde la perspectiva
otro ... "( .. ] no interesando tanto, en verdad, tal dicotomía, sino de la mujer deja un margen más amplio al error.
que de alguna manera no haya lugar en él para los hombres[ ... ] Para una sociedad moderna la mejor organización no
es un juego idiota (dice otro personaje) ... para mujeres solas." habría de ser el campo o el hombre natural, lo que habría de
En tanto el grueso de los personajes femeninos, es una salvarla (y de ahí inferimos también el valor simbólico del
mesa amorfa, sin personalidad atrayente, el personaje femeni- título), como no habría de ser tampoco la ciudad con sus
no principal ha sido caracterizada como un ser intelectual, pero nuevos vicios, nacidos al calor de los tórridos y falsos aires
esta caracterización es evidentemente un defecto y no una de la Modernidad, la mejor organización había que crearla
virtud como las otras que le destacan, el ser joven, bonita, y buscando un equilibrio entre las partes. Ni campo, ni ciu-
sobre todo el estar en posesión de una pequeña fortuna. Por dad, ni retorno al pasado, ni Modernidad a ultranza, sino el
supuesto, esta condición "defectuosa" de su identidad gené- justo medio, el equilibrio entre las fuerzas.
rica no se refrenda por su capacidad socialmente integradora o Mañach realiza su análisis tomando como referencias
productiva en ese sentido, sino dentro de los estrechos már- los siguientes modelos de parejas (núcleo del conflicto en
genes a que ya la autoridad patriarcal le había destinado como que se mueve el personaje femenino principal): mujer culta-
doméstica culta dentro del reducido espacio del hogar. No se hombre culto, mujer culta-hombre inculto. El modelo mujer
trata de un ejercicio intelectual a lo Madame de Stael, sino de inculta-hombre inculto no se propone. Si, según se nos pre-
una versión criolla, de Salón, a todas luces reductora de la senta en la trama, los modelos de pareja fundados en las
condición intelectual femenina hasta el absurdo. relaciones mujer culta-hombre culto y mujer culta-hombre
Como obra cuya tesis central es que siendo mujer es impo- inculto han fallado y el de mujer inculta-hombre inculto no
sible alcanzar los derechos sociales y por supuesto la felicidad ha lugar, entonces es de presumir que la tesis final esgrimi-
motu propio (en este caso la elección de la pareja matrimonial) da es la de que el mejor modelo es aquel fundado en las
Mañach esgrime la idea de que su destino es siempre trágico, relaciones mujer inculta-hombre culto, ya que para la mujer
mucho más en el caso de aquella que ha alcanzado un letrada, el destino va a ser siempre trágico porque la socie-
autoconocimiento de su condición femenina por la razón o la dad nunca habrá de perdonarle el ejercicio pleno de su con-
ilustración. En tanto más culta se es más infeliz 9 • dición intelectual que es el de libertad de obra y de palabra.
El debate es traído a colación a través del establecimiento El precio a pagar habrá de ser siempre muy alto, en este caso
de contraposiciones que a mi modo de ver tienen su génesis el de la soledad.
en el pensamiento cristiano, el racionalismo cartesiano y la Todas estas inquietudes se inscriben en una honda pre-
ilustración. La mujer lleva el estigma del pecado original. Por ocupación por la situación y sobre todo por "los peligros"
la razón o el conocimiento, esa culpa se atenúa, pero también a los que podrían conllevar el ejercicio de la libertad femeni-
condiciona trágicamente su destino, la duda es ingrediente na si esta no era bien canalizada por supuesto ... por el hom-
manejado por el autor hasta el final desde la proposición bre. Ahí están las glosas de Mañach con comentarios en
torno a si existía o no una literatura femenina, sobre cuál era
7 Fundamentalmente Belén el aschanti, 1924 y "Q_P no.4". 1926 la feminista ideal o sobre el sexismo en el lenguaje. En última
8 Nos referimos a su participac•ón en el proyecto que dio a la luz a instancia, decía "las más de las feministas no aspiran a una
Fantoches, el célebre cadáver exquisito del vanguardismo cubano. igualdad de derechos, sino a una división de la autoridad
Cuba Contemporánea. 1926
9 En uno de los diálogos la propia Adriana expresa "[. ] en la vida máxima [... ] Los hombres nos arrogamos el derecho de de-
tiene más suerte el que menos sabe" fender la integridad de la familia".
Su encuentro en la Habana con Mrs. Chapman Catt. Presidenta de la Liga Inter-
nacional por el Sufragio Femenino fue de gran importancia en la profundización de
sus inquietudes en torno al tema"[ ... ] me fui (de la entrevista, quiere decir) contrito
de mi masculinidad!" Y no lo dice, por cierto, en ese tono irónico que le es muchas
veces característico. En realidad, creía que si el movimiento no había recibido una
fuerte oposición se debía al poco impacto en la comunidad patriarcal, es decir, los
hombres no se habían sentido seriamente ocupados por el asunto del feminismo y
habían optado por asumir una actitud displicente por respuesta, como si dijeran:
"Dejémosles hacer, pobrecillas, ya que de algo grave qui~ren ocuparse."
Para Mañach el tema de la mujer entrañaba una alta problematicidad y ante todo
un fuerte cuestionamiento del estado de la sociedad desde sus orígenes y lo
concebía como problema esencialmente de educación, pues es la deficiente con-
cepción de los programas educacionales y el no esgrimir la alta instrucción como
baluarte de la modernización del país, incidían en la supervivencia de dudas tan
antiguas como estas.
¿Es la mujer un ser intelectual? ¿Puede llegar a serlo? ¿Conviene que lo sea?
Por lo pronto, la presencia en sus glosas de un interlocutor femenino, nos deja
en la duda consustancial a su sistema de pensamiento expresado en su único texto
dramático: con la mujer se dialoga o sólo se le alecciona.
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ENTREACTOS ENTREACTOS
cierto; y Andamio 90 presenta sus escándalos o, más simple- estragos. La guerra, el trabajo en
ARGENTINA El amante, de Harold Pinter con mente, de sus fiascos o decepcio· cadena, la diversión popular, el
Cinco estrenos teatrales. dirección de Raúl Serrano, pro- nes. Y la primera decepción lle- colonialismo y la sexualidad por-
Drama, poesía y comici- tagonizado por Lorenzo Quinte- gó pronto, con el espectáculo nográfica, es decir, los temas tra-
dad. Obras de Beckett, ros, con Alejandra Rubio y Gus- inaugural, un Henry V que trans- tados por Céline en su apocalip·
Pinter, Vaccarez:z:a y tavo Sardi {... ]en la misma sala forma a Shakespear e en un sis, encuentran su traslación
Peñarol Méndez suben a se estrena Juancito de la Ribera, caricaturista de la grandilocue n· visual y sonora en un montaje que
escena. de Vaccarezza. Roberto Camag- cia francesa. Montado por prime- conserva apenas unas pocas pa-
hi será Pablo Podestá, figura fun· ra vez por una compafiía gala, tra· labras inteligibles del escritor.
IVANA CostA
damental en los albores del tea- dicionalmen te reacias a abordar Los momentos sublimes se alter-
tro argentino, en la pieza de Raúl un texto que ridiculiza a la patria nan con los abiertamente insopor-
El estreno de Manchas en el sl-
Peñarol Méndez que dirigirá de Moliere. es el único espectá· tables, casi fisicamente insopor-
Jencio, música y palabras traerá
por primera vez a Buenos Aires Andrés Bazzalo en el Regio. Tres culo teatral seleccionado, con dos tables, aunque más a menudo los
trapecistas y acróbatas acompa- de danza. para ocupar la Cour dos sentimientos aparecen mez-
la experiencia de un Samuel Bec-
kett genuino y a la vez descono- fian al elenco (que integran, en- d 'Honneur del Palacio de los clados. Cada representaci ón ha
cido: el Beckett más atento al es- tre otros, Jean-Pierre Reguerraz, Papas. El montaje de Jean·Louis ido acompañada de ¡bravos! tan
pectáculo sonoro que al visual, Antonio Bax y Roxana Fontán) Benoit quiere agradar a todos, a entusiastas como los abucheos de
para recrear la vida del actor que los partidarios de reforzar la di· quienes tratan al grupo italiano
un pensador radical. que supone
a la vida como .:un corto aleteo a los cinco años se arrojaba al aire mensión trágica y a los que creen de "banda de intelectuales" o. lo
de un trapecio a otro, sujetándo- que hay que poner de relieve lo que es peor en Avignon, de
entre dos grandes silencios". El
se de las manos de sus hennanos burlesco; a los críticos y a los "¡cineastas!"
trabajo conjuga la música de
mayores. La pieza, producción de complacientes, a los historicistas El entronque con la tradición.
Martín Bauer -ideólogo del pro-
yecto-. Mariano Etkin. Carlos la Organización Teatral Presiden- y a los modernos. Y acaba por la continuidad de un trabajo, es
Mastropietro y Santiago Santero, te Alvear. incluye fragmentos ~e no gustar a nadie. Es una puesta lo que lleva a cabo Daniel
interpretada por ocho músicos en Barranca abajo y Los muertos, en escena, consensuada , con ves- Soulier. con la ayuda del exce-
de Florencia Sánchez. Hugo Va- tuario que se diría salido de Pa- lente Jean-Ciaude Durand, en
vivo. con fragmentos de Textos
para nada, Sin, El despoblador , reJa escribió, compuso la músi- rís y movimiento s de actores Conversati ons avec Antome
Mal visto mal dicho y Final de ca, disefió las luces, realizó el paródicos. Todo parece pensado f--1tez. Los dos actores encaman a
parlida. escogidos por Miguel vestuario, las pelucas y los mu- para hacer a Shakespeare asequi- Vitez y Emile Copfermann, este
Guerberof e interpretados por él fiecos y además dirige el espec- ble, contemporán eo. divertido, y último escritor y amigo del actor
táculo En desconcierto, en el que tanto esfuerzo por hacer ligero el y director. La acción transcurre
y Cristina Banegas. Guerberof,
probablemen te uno de los acto- reúne ''varios géneros musicales texto puede incluso con el talen- en un camerino. en el teatro de
res argentinos más comprometi - de nuestra desconcertan te iden- to de un intérprete formidable Chaillot, una hora antes de que
dos con la obra de Beckett, se- tidad". El sainete musical Juan- como es Philippe Torreton. Vitez salga a escena, tiempo su-
leccionó de toda la producción cito de la Ribera. de Vaccarezza. El escándalo. el también in- ficiente para hablar de una trayec-
beckettiana ''las situaciones más tiene dirección general de Carlos evitable escándalo anual. lo han toria profesional y vital, para re-
dramáticas desde el punto de vis- Al varenga y protagónico de Raúl protagonizad o los italianos de la cordar su compromiso político y
ta existencial". "A partir de esa Ramos. (Tomado de C!arin Di- Societas Raffaello Sanzio. Su sus opciones estéticas. y cómo el
colección de temas recurrentes gital. Argentina). versión del texto del genial ca- teatro le servía para poner orden
-cuenta Guerberof- se compuso nalla que fuera Louis Ferdinand en el mundo e incluso en su vida
la música. que a su vez corrigió Céline no es complaciente. sino privada. En el patio del instituto
la selección. El resultado es un FESTIVALES EN EL MUNDO tanto o más desagradable que la Saint Joseph. los dos intérpretes.
espectáculo donde ni la música novela. El mismo mundo gangre· alumnos y ex colaborador es de
ni las palabras son preponderan -
AYIONON nado que evoca el escritor con Vi tez.. logran hacer revivir el dis-
Fuerte presencia latinoa- palabras aparece aquí a través de curso y la aventura humana de la
tes: en todo caso. la música le da
color a la palabra... Con este de-
mericana. voces y sonidos distorsionad os. mayor personalidad teatral fran-
but en el Callejón de los Deseos. al tiempo que. gracias a dos pan- cesa después de Jean Vi lar. v. so-
0CTAV1 MARTi bre todo. consiguen que la· fun-
( ... ] llega al teatro Regio Tango tallas. dos gigantescas placas de
por Pablo. de Raúl Peñarol Mén- ,Como todo gran festival que se microscopio nos ofrecen. en un ción vuelva a tener ese extraño
dez; en La Plaza debuta Hugo precie. el de Avignon vive tanto caso. un virus. y en el otro. las carácter de ceremonial laico tan
Varela con su show En desean- de sus noches mágicas como de manifestacio nes visibles de sus del agrado del "servicio público".
El apartado suramericano de todo. Eso explica las críticas que así como ricos y pobres: una suer-
Festivales internaciona les, reciben los organizadores''. eva- te de clases sociales de acuerdo
la edición cincuentitrés de Avig-
un espacio lúa Daulte. con las condiciones en las que
non ha permitido descubrir a la
compañía Recuerdos Son Recuer-
de intercambio cultural. De todos modos., las muchas participan.
Teatro para todo y no excluyentes respuestas acer- ''El público no era snob ni
dos y su espectáculo de cabaret
Glorias porteñas. que nos retro- el mundo ca de la función de los festivales sofisticado. No eran los japone-
trae a los años 30 a las orillas del podrían ser: Para saber qué se ses o americanos que uno puede
Río de la Plata. cuando los mer- hace en el resto del mundo; para imaginar, cámaras en mano. Los
Si las Olimpiadas de la Grecia intercambiar distintos universos turistas prefieren las playas y en
cantes desembarcaban cada día clásica lograron desplazar el in-
cien bandoneones fabricados en culturales; para promover lo nue- Avignon había verdaderos inte-
terés por la guerra hacia los de- vo y rescatar lo desconocido; para resados en el teatro -pondera el
Alemania. Para el público fran-
portes, hoy los festivales interna- obtener prestigio; para que los dramaturgo- gente que a las tres
cés, extraordinariamente sensible
cionales de teatro podrían programadores de salas se ente- y media de la tarde <;le un día con
a una cierta imagen del argenti-
suspender la atención en los fe- ren qué hay de nuevo, evitando treinticinco grados se metía en
nismo, esas Glorias porteñas son
nómenos mediáticos para que la viajar país por país; para que al- una sala a ver un espectáculo."
muy convincentes. También jue-
gente se encuentre con los acto- gunos funcionarios culturales .. Estar sirve para confrontar tu
ga con imágenes tópicas de Lati-
res, directores y dramaturgos", adquieran lustre. Y, también, para espectáculo con otra mirada, con
noamérica Bruno Bo~glin, pero
dice, ambicioso, Javier Daulte, que algunas empresas desgraven un público virgen. que no está
lo hace con procedimiento s tea-
autor de Geometría, quien parti- impuestos o blanqueen recursos. influido por las peleas internas'',
trales poéticos propios e inventi-
cipó este año con su obra en las "No hay resultados previsibles y dice Federico León, autor y di-
vos. Su ¡Gracias a Dios.' es la
Olimpiadas Teatrales Cruce del directos pero lo seguro es que los rector de Cachetazo de campo,
primera parte de un tríptico com-
Milenio, en Shizuoka (Japón), primeros que disfrutan son los quien este año hizo su debut en
puesto por obras cortas -de die-
Berlin, Japón, Madrid, Cádiz, espectadores; además, sirven festivales internacionales.
cisiete minutos- sobre la realidad
Avignon, Buenos Aires, Bogotá y como estímulo para la gente de [ ... [
del continente. La primera resu-
hay más. Los encuentros teatrales teatro, para comparar distintos ti- Pero no todos los festivales
me cinco siglos en ese espacio de
que se celebran en este fin de si- pos de búsqueda. Pero no se trata cuentan con el apoyo de empre-
tiempo; la segunda -¡Poca ma-
glo son múltiples y de disímiles de mirar lo que hacen los france- sas ni con buenas condiciones de
dre!, de Carlos Calvo- propone
una panorámica sobre el México características. Y, aunque es difi- ses para que después, mecánica- infraestructura. Incluso algunos
actual y la situación de la mujer; cil que coloquen un paréntesis en mente, hagas un teatro influido por se realizan en situaciones de ries-
la tercera -¡Oh Oaxaca!, de Ca- el consumo mediático, es cierto lo que viste", señala Daulte. "Al- go: En el 93. por ejemplo. S usan
therine Mamas- es un previsible que ponen en movimiento a una gunos suponen que Geometría es Sontag organizó en Sarajevo un
alegato pro indio. buena cantidad de artistas y pú- mejor porque estuvo en las Olim- festival de cine y teatro en el que
El festival, en la Iglesia de los blico tras un mismo núcleo de in- piadas Teatrales de Japón, pero presentó Esperando a Godot.
Celestins, ha incluido dentro de su· terés: qué se produce en la escena con el tema del prestigio entramos "Trabajamos en circunstancias
programación el delirio surrealis- de otros (diferentes) paises. enunazonapeli grosa. Yo creo que extraordinariamente duras. Sólo
ta del argentino Roberto Arlt titu- Hay encuentros de nuevas los festiv<es sirven para mostrar habría sido más dificil organizar-
lado El pecado que no se puede tendencias (el Festival de Teatro qué se hace, aunque sea malo. Lo lo en el campo de concentración
nombrar, conspiración insensata Experimental de Egipto), otros de que es innegable es que hay un de Auschwitz, dijo la escritora
de un grupo parafascista o prole- autores vivos, están los que com- atractivo vinculado con la publi- estadouniden se, que decidió
·ninista que sueña con conquistar parten una misma lengua o los cidad que rodea al evento." Jorge montar la obra de Beckett ilumi-
el poder gracias a los beneficios que celebran a los grandes maes- Palant, autor del espectáculo ac- nándola con velas porque no ha-
aportados por una cadena de bur- tros (las Olimpiadas de Japón). tualmente en cartel Tres piezas con bía electricidad y sin maquillaje,
deles. El grupúsculo macho que Hay festivales que tienen gia· prostitutas, acaba de regresar de por la escasez de agua". En ple-
quiere una revolución a partir de mour (Edimburgo ), muchos in- Avignon, donde participó otra de na guerra, una expresión vitaL
la explotación de la mujer es, en cluyen foros de discusión, algu- sus piezas, Tango roto, interpre- Como el show, en ese caso. el
realidad, una futura orquesta de nos cuentan con presupuestos tada por el Petit Chene Théátre, festival debió seguir. (Tomado de
señoritas, una asociación de hom- millonarios (Avignon) y están los de Francia. Clarín Digita[).
bres que no se atreven a admitir que se hacen con recursos esca- "Fui porque me pareció un
su querencia por el travestismo. La sos pero gran aporte estético (el milagro que dieran unaobram(a.
dirección, precisa y austera, es de Encuentro Iberoamerican o que Estuvimos en el off, un verdade- En la Casa de las Américas
Ricardo Bartis. La aportación del por segundo año consecutivo or- ro fenómeno teniendo en cuenta
Cono Sur, de momento, acaba con ganizó en marzo el Teatro Cer- que sólo en ese segmento del fes- Un elefante ocupa mucho espa-
Gemelos. Una sorprendente adap- vantes). Por supuesto, no hay un tival participan quinientas cin- cio, puesta en escena del grupo
tación chilena del Grand Cahier criterio único para estar ah! y, en cuenta compañías." Claro que, cubano El Ciervo Encantado que
de la suizo-húngara Agota Kris- general, la selección suele estar además del off, en Avignon -<Jue dirige Nelda Castillo, a partir del
tof, firmada por el grupo La Tro- sujeta al gusto -siempre más o cuenta con un presUpuesto de cuento de la argentina Laura De-
ppa, que sirve de exorcismo. Se- menos arbitrario- de los progra- nueve millones de dólares~ está vetach, se presentó en Espacio
gún dice uno de sus integrantes. madores. Algunos prefieren tener el inn, "lo más paquete del festi- para el riesgo, el martes 6 de ju-
Juan Carlos Zagal, ·•nosotros aún dos o tres divos, hagan o no un val", valora Palant. Se refiere a lio en la Sala Che Guevara. Los
aporte estético al encuentro. los espectáculos que viajan con actores Mariela Brito, Eduardo
no hemos tenido nuestro proceso
de Nüremberg", y "vivimos en un ·'Como el de Buenos Aires está contrato, sueldo, estadía y pasa- Martínez, Ana Domínguez y Sara
país que ha perdido la posibilidad en un área geográfica aislada, jes pagos "y que están en los coc- Susaeta desplegaron con energía
de hablar de sí mismo porque nie- parece que tuviera que tener lo teles y más cerca de los organi- y gran destreza fisica una histo-
ga su depresión". (Tomado de El mejor, lo que hay, lo representa- zadores". Es que en la mayoría ria sin palabras, llena de mágicas
País, España). tivo y lo alternativo. Es decir, de estos eventos coexisten algo asociaciones, en un mundo cer-
cano a los niños. donde de pron- (Castelo Branco. 1952), es arqui-
to ellos mismos aparecen involu- tecto y desde 1982. profesor de
crados. salidos de sus sillas de es- la Facultad de Arquitectura de
pectadores. y el juego. la actitud Lisboa. Tiene una vasta obra ca-
corporal que recuerda a an imales. racterizada por la diversidad de
el mundo del zoológ1co. la acro- disciplinas. sobresaliente sobre
bacia. el circo. un colorido espe- todo en escenografia y arquitec-
Cial y la música siempre presente tura teatral. escenografia de expo-
nos envuelven en una experien- siciones y pintura. Ha impartido
cia teatral que no olvidamos. seminarios en instituciones y uni-
versidades de Lisboa. Porto, Ma-
Sara Wright, profesora de estudios drid. Coimbra. Clermont-Ferrand,
hispánicos de la Universidad de Avignon y París. Su obra en el tea-
Hui l. Inglaterra. dictó la conferen- tro. que este año cump le veinti-
cia "Las seducciOnes de Perlim- séis años cuenta con más de cien
plín: la feminidad. la mascarada y escenografias realizadas. y adquie-
los límites de lo visible en Amor re la dimensión internacional, so-
de Don Perlimplín con Be lisa en bre todo después que el Centro
su;ardín''. Su contribución forma Georges Pompidou la exhibió en
parte un estudio mayor. "The Tric- París en 1993, presentada después
kster-Function in the Theatre of por la Fundación Gulbenkian de
Federico García Lorca". que Lisboa. el Museo Nacional de
pronto será publicado por Tame- Teatro y el Museo Iberoamerica-
SIS Books y que de hecho le ha no de Arte Contemporáneo de
servido a ella para concluir sus Badajoz. España. Entre sus más
estudios de doctorado en la Uni- recientes diseños se destacan Ri-
versidad de Cambridge. cardo 11. de Shakespeare; Las tro-
Teatro para los niños en la Sala yanas. de Euripides y Sartre; Fri-
Manuel Galich trajo por segun- da y la casa azul, de José Jorge
Letria; Electra, en la versión de
da vez al público a Don Magus,
esta vez con su espectáculo Ha- Gi radoux. en el Festival de Tea-
bía una ve= un mago y papel, tro Clásico del
teatro romano de
papel, papel. Mérida; San Juan, de Max Aub.
Don Magus - nombre tras el para el Centro Dramático Nacio-
que se oculta el actor Roberto Ji- nal de Madrid; El cerco de Lenin-
FOTOS: TESSIO BARBA
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INDI CE 108- 114/ 115
L o
Ladra, David: Política teatral y teatro político. ll O Oliboni, Héctor: Buenos Aires asaltado por un festival. l 08
Lavou Zoungbo, Victorien: Escritura, teatro y postrnodemidad: Gramas, Ada: Unos pocos días al año renace la Pastorela
De dónde son los cantantes, de Severo Sarduy. 109 (Entreactos). 112/113
Leiseca, Marcia: Homenaje a María Teresa Castillo (Entre- :El Dorado en las arcas de Binoche. 114/115
actos). 111 Ortiz, Bruno [y Mario Delgado]: Informe de Ayacucho 98'. 11 O
León Jacomino, Fernando J.: Repensar El álbum, de TECAL
112/113 p
León, Reinaldo: De Esquilo a León Coloch: Diario de un ac-
tor. 114/115. Pallottini, Renata: El mito visto desde afuera o Yarini. 109
_ _ _ _ _ [y Yuliet Montes]: Un teatro en busca de su : Dramaturgia de televisión. 112/113
memoria. Mesa redonda. 114/115 Paz, Albio. Diez años de fe: VI Festival Iberoamericano de
Lesmes, Marta: El tema femenino en Mañach. 114/115 Teatro de Bogotá (Entreactos). 111
Lorelle. Yves: El cuerpo tabú o la alegre sexualidad del cen- Peña Gutiérrez. lsaías: Manuel Galich: entre la historia y el
tauro. 112/113 teatro. 114/115
Perales, Rosalina: Artistas plásticos y escena puertorriqueña.
1121113
M Pérez, Andrés: La fiesta de La Negra Ester. 1121113
Mansur, Nara: Como la guerra cuando florece (Entreactos). 108 Pérez, Teresa: La escena cubana contemporánea y la vuelta a
: Luis de Tavira: el privilegio de la primera lec- la palabra poética. l 09
tura. 108 ' Piñera, Toni: La Callas, entre ópera y teatro (Entreactos). 112/
Mayo teatral. l 09 113
Prada Padra, Jorge: Presencia de Brecht en él teatro colom- Sued, Ricardo: Caramelo de limón. 11 O
biano [Encuesta Brecht en América Latina]. 110
Pradenas. Luis: Crónica de una entrañable transparencia T
(Entreactos). 111
Tuchán, Luiz: Teatro escolar. 114/I 15
R
Radrigán, Juan: El príncipe desolado. 111
Ragué, María José: Teoría y crítica del teatro feminista. 108
u
Ulive, Ugo: El discreto encanto de las didascalias. 1121113
Ramos-García, Luis A.: Teatro callejero peruano. Entrevista a Ultimas publicaciones recibidas. 108, 109, 110, 111, 1121113,
Hugo Salazar del Alcázar. 111 1141115
Ravetti, Graciela: La experiencia de Mayombe. 111
Rojo, Sara: ¿Es posible hablar de identidad? 111
Ronger, Kati: Sexos/performance, pathos, política. 109 V
Valdés, Eugenio: Reviva la revoltaire. 112/113
S Valifto, Ornar: Else Mari e Laukvik: soy una softadora. 108
Sadowska-Guillón, Irene: ¿La escena en estado de catástrofe? _ _ _ _ _: La eterna herejía del teatro. 109
109 ______ [y Camilo Venegas]: Swing al aire. Apuntes
Salazar. Rubén Darío: Títeres latinoamericanos en el tercer sobre la teatralidad en la pelota. 112/1 13
taller (Entreactos). 109 - - - · - - ' Dragún, un tiempo, una vida(Entreactos). 112/
Santana, Amelia: La investigación teatral en el Festival Don 113
Quijote. 109 _ _ _ _ _: Revisitar el Escarnbray (Entreactos). 1121113
Santos Moray, Mercedes: Las ideas hay que vivirlas. Sobre _ _ _ _ _: Bogotá asaltada por la paz del teatro. 1141115
cine y teatro en María Luisa Bemberg. 112/1 13 Vasserot, Christilla: Mi cultura personal es un ajiaco. Entre-
Sarabia, Nydia: Larca y el teatro vernáculo cubano. 11 O vista a Eugenio Hernández Espinosa. 109
Schino, Mirella: Ayacucho 98. Dos miradas. 111 Venegas, Camilo [y Ornar Valifto]: Swing al aire. Apuntes so-
Shoaf, Kristin: Samuel Rovinski: auto sacramental y pensa- bre la teatralidad en la pelota. 1121113
miento de la liberación. 109 Villegas-Silva, Claudia: México en el centro de la escena. 108
Soberón Torchia, Edgar: De Pedro Santaliz y otros seres in-
dispensables (Entreactos). 110
Suardiaz, Luis: Ultimo adiós a un grande de Brasil (Entreactos).
z
1121113 Zuluaga, Rubén Daría: Entre el músculo y la sangre. 1121113
DANTE BARRIENTOS partener. Desde la lona y Rápido nocturno, aire de foxtrot. entre
Profesor e investigador guatemalteco radicado en Francia en la UniM otras. Creador de la carrera de Dramaturgia de la Escuela de Arte
vers1dad de Perpignan y colaborador del Centro de Investigaciones Dramático de la Ciudad de Buenos Aires. profesor de la Universidad
Ibéricas y Latinoamericana s de la Universidad de Perpignan Nacional del Centro y maestro en la Escuela de Titiriteros del Teatro
(CR!LAUP). General San Martín.
ANTONIO CÉLICO
REINALDO LEÓN
Director argentino. Actor, fundador y director de El Baldío Teatro y Actor cubano. Asesor nacional de teatro del Centro Nacional de Es-
co-director de El Séptimo. Es profesor de la Escuela Municipal de cuelas de Arte. especializado en promoción cultural y actuación.
Arte Dramático de la Ciudad de Buenos Aires. Dirige la revista El Realizó una estadía en Guatemala como parte de una investigación
Baldío, arte, cultura y Antropologia, que edita el grupo desde 1997. todavía en curso. Ha publicado recientemente La piel del actor. edi-
tado por Osear de León Palacios. en Guatemala.
TANIA CORDERO
Periodista cubana. Labora en el periódico Juventud Rebelde. Reali-
YUL,IET MONTES
zadora rad1al. Colabora de manera habitual en los medios de difu-
sión c~banos. Actriz cubana. Egresada de la Escuela Nacional de Teatro en la espe-
cialidad de Dirección y del Curso para comediantes de la Escuela
MANUEL CORLETO Nacional de Variedades.
Actor. dramaturgo. director y productor teatral guatemalteco. Ha
publicado Cuatro piezas teatro. 1974~ Cinco piezas teatro. 1983: RUBÉN E. NÁJERA
Bajo la fuente, 1987, premio Froylán Turcios 1985; A fuerza de llo- Dramaturgo guatemalteco. Es autor de Silva o la conspiración. 1984;
rar tanto, Premio Guatemalteco de Novela 1993, entre otros. 1649, 1988: El huésped de Longinos. estrenada en 1994 con el título
La gran noche del mundo; y Sacra conversación. 1995. entre otras.
AUGUSTO CÉSAR CHUPINA Ha tradUcido del inglés El tambor de Damasco. de Yukio Mishima y
Periodista guatemalteco. Director de el proyecto cultural El Epldauro. de Albert Camus. su Caligula.
Dirige la sección de cultura del Diario El Gráfico.
ADA ÜRAMAS
FERNANDO DUQUE MESA Periodista cubana. Labora en el periódico Tribuna de La Habana.
Investigador y documentalista colombiano. Ha publicado Investiga- Colaboradora habitual de publicaciones culturales y de la radio cu-
ción y praxis teatral en Colombia y Antología del teatro experimen- banas. Ha recibido el premio La Giraldilla de La Habana.
tal en Bogotá. Tomo/. En la actualidad prepara los libros Santiago
Garcia: el teatro como cora;e. en colaboración con Jorge Prada Prada ISAIAS PENA GUTIÉRREZ
y Rejlexwnes sobre dramaturgia.
Escritor, profesor universitario y periodista colombiano. Dirige el
Departamento de Humanidades y Letras y el Taller de Escritores en
GUILLERMO HERAS
la Universidad Central de Bogotá, donde además coordina la revista
Actor y director español. Dirige el grupo Tábano. Dirige y edita las Hojas Universitarias. Ha publicado La generación del bloqueo y
colecciones teatrales Nuevo Teatro Español. Nueva Escena y Teatro
del estado de sitio, Estudios de literatura y Yo soy la tierra. Compi-
Español Contemporáneo. Actualmente dirige la Muestra de teatro lación de textos sobre la obra de Manuel Mejia Vallejo. entre otros.
espatlol de autores contemporáneos y es vicepresidente de la ADE.
Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Teatro 1994 y el
Premio Lorca 1997. LUIZ TUCHÁN
Actor, director guatemalteco, creador de Teatro Centro. Educador y
MAURICIO I<ARTUN profesional de la sicología, especializado en la educación y la orien-
Dramaturgo argentino. Autor de más de quince obras teatrales entre tación de los jóvenes. Entre sus montajes, sobresale La herencia de
originales y adaptaciones: Chau Misterix. Sacco y Vanzetti, El Alvarado y Edipo rey.
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