7 Cosas Que Destruyen La Fe de Un Creyente

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7 Cosas que destruyen la fe de un creyente

La fe es un don de Dios que si no se cuida se puede llegar a perder por cualquier cosa, ella es
comparable a una llama que una vez encendida, debe avivarse para evitar que algo tan sencillo
como el viento la apague.

7 Cosas que destruyen la fe de un creyente

Existen cosas que sin saberlo pueden llegar a destruir o apagar la fe y la confianza en Dios, por lo
que es necesario conocer cuáles son estos enemigos principales que asechan la fe de los
creyentes.

1. Confiar en los sentimientos

Los sentimientos engañan a las personas, haciéndoles creer lo contrario a la voluntad de Dios; los
sentimientos son cambiantes e inestables, por lo que fiarse de ellos es un grave error.

La Biblia enseña que el corazón humano es engañoso y perverso y que sólo Dios lo escudriña,
Jeremías 17:9.

2. Preocuparse

La preocupación es un principal enemigos de la fe; a menudo las personas se preocupan por


cualquier cosa, pero este acto le está diciendo a Dios que no se cree Él y que hay desconfianza de
su poder (Lucas 12:22 y Filipenses 4:6).

3. Confiar en ti mismo

La auto dependencia refleja la altivez y el orgullo que hay en el corazón. El desconfiar de Dios y
confiar en las fuerzas propias es una forma de idolatría, ya que todo aquello a lo que se le da el
primer lugar se convierte en un ídolo, Mateo 22:36-37.

La Palabra de Dios enseña siete cosas que Dios aborrece, y el orgullo es una de las primeras,
Proverbios 6:16-19.

4. Relaciones equivocadas

Los creyentes deben analizar con quien están pasando su tiempo; las personas del entorno traen
una influencia a la vida sea buena o mala.

Existe un dicho que dice: «Dime con quien andas y te diré quien eres», y ciertamente es así;
aunque muchos dicen que cada quien decide como quiere ser, la verdad es que todas las personas
influyen de alguna manera u otra, Salmos 1:1.
5. Esperanza equivocada

Hay personas que han sufrido decepciones y para evitar pasar otra vez por esta situación deciden
vivir esperando siempre lo peor para no decepcionarse, pero en Cristo no se piensa así, ya que
cuando se tiene fe en Dios se puede creer siempre que se recibirán de su parte las mejores cosas
(Hebreos 11:1 y Jeremías 29:11).

6. Caminar por vista y no por fe

Muchas veces se actúa más por lógica que por fe; el problema es que el ser humano todo lo
razona y en ocasiones pretende «ayudar» a Dios.

Es necesario dejar que el Señor actúe, ya que dice en Palabra que los pensamientos que Él tiene
son mayores que los del hombre (Isaías 55:9 y 2 corintios 5:7).

7. Descuidar la Palabra

Es necesario que el creyente este en contacto con la Palabra, ya que la forma más rápida de
apagar la fe es dejando de escudriñar las escrituras. La Palabra es la que va a fortalecer
espiritualmente al creyente y le ayudará a mantener su fe, Hebreos 4:12.

ARTÍCULO DE INTERÉS: ¿Cómo estás viviendo tu fe?

¿Cómo estás viviendo tu fe?

Cuando el pueblo de Israel «liderado por Moisés» anduvo en el desierto, la orden era avanzar
conforme la nube y la columna de fuego se movieran durante el día y la noche, respectivamente.
Sin embargo, cuando Moisés murió y el liderazgo pasó a Josué, la orden cambió para él: ahora se
trataba de “esforzarse y ser valiente, no temer ni desmayar” porque Dios le prometía su respaldo a
donde quiera que fuese. Dios es el mismo de ayer, hoy y siempre En Moisés y en Josué vemos dos
generaciones diferentes y dos liderazgos distintos, pero un mismo Dios. Un liderazgo marcado por
evidentes señales y otro por el fruto de la fe.

A veces, aunque buscamos la dirección de Dios en nuestras vidas, tememos tomar decisiones
hasta no tener una clara señal del respaldo de Dios. Eso no está mal. Sin embargo, a veces Dios
calla y nos demanda que le tengamos un poco más de fe al actuar. Después de todo, ¿qué padre
deja de tener cuidado de sus hijos?

En el Nuevo Testamento, Jesús fue claro con aquellos religiosos que le demandaban una señal
para así creer en él y fue contundente al responder que la única señal que recibirían sería la de
Jonás. Jesús se refería a su resurrección.
Viviendo tu fe a la manera de Dios

A veces lo único que Dios quiere es que seas fuerte y valiente. Esto es esforzarte en creerle pese a
tu propio razón o circunstancias y ser lo suficientemente valiente como para actuar por encima de
tus temores, solo porque decidiste confiar a ojos cerrados en su respaldo de padre, entendiendo
que aún si las cosas no salen como esperas, en sus manos “todo obra para bien”. Cuando te
mueves de esa manera, el juego cambia de una forma sorprendente a tu favor y en vez de ir tras
las señales, las señales te seguirán porque ese es el fruto de la fe que te mueve.

Y tú, ¿estás viviendo tu fe a la manera de Dios? ¿eres de las que no se mueve sin antes ver alguna
señal de Dios, o eres de las que actúa confiando en el respaldo de su papá?

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