Burbuja Inmobiliaria Del 2008

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BURBUJA INMOBILIARIA DEL 2008

METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION

PRESENTADO POR:
Jairo Daniel Cano Olaya

CODIGO:
1762962-3857

UNIVERSIDAD DEL VALLE


SEDE BUENAVENTURA
2021
BURBUJA INMOBILIARIA DEL 2008

PRESENTADO POR:
Jairo Daniel Cano Olaya

CODIGO:
1762962-3857

7° SEMESTRE

UNIVERSIDAD DEL VALLE


SEDE BUENAVENTURA
2021
TABLA DE CONTENIDO.

1…………………………………………………………..……………. INTRODUCCION.
2……………………………..……………..¿QUE ES UNA BURBUJA
INMOBILIARIA?
3…………………………………………………………….…………. ANTECEDENTES.

4……………..………….. PLANTEAMIENTO DE PREGUNTA DE


INVESTIGACIÓN.

5………………………..…………………………….. BURBUJA INMOBILIARIA DEL 2008.

6…………..……………..…. RESPUESTA A LA PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN.

7 ……..…………………………………………………………………………OBJETIVO.

8………………………………………………………………….……….BIBLIOGRAFÍA.
INTRODUCCIÓN

La crisis de las hipotecas subprime fue una crisis financiera por desconfianza


crediticia que se extendió inicialmente por los mercados financieros de Estados
Unidos y fue la alarma que puso en el punto de mira a las hipotecas "basura"
de Europa desde el verano del 2007, evidenciándose al verano siguiente con
la crisis financiera de 2008. Generalmente, se considera el detonante de la Gran
Recesión en el plano internacional, incluyendo la burbuja inmobiliaria en España.
La crisis hipotecaria, hasta octubre de 2008, se había saldado con numerosas
quiebras financieras, nacionalizaciones bancarias, constantes intervenciones de
los bancos centrales de las principales economías desarrolladas, profundos
descensos en las cotizaciones bursátiles y un deterioro de la economía global real
que ha supuesto la entrada en recesión de algunas de las economías más
industrializadas.
¿QUE ES UNA BURBUJA INMOBILIARIA?

La burbuja inmobiliaria es el crecimiento excesivo e irrazonable de bienes raíces,


generalmente causado por la especulación, en una burbuja, los aumentos de
precios no son razonables, cuando los precios inmobiliarios comiencen a subir,
habrá burbujas, por lo tanto, a medida que crece la demanda, los precios suben,
por lo que muchos inversores se interesan por estos activos, para satisfacer la alta
demanda, las empresas deben generar más oferta, en cuanto a las inmobiliarias,
la oferta se genera construyendo más apartamentos y formando una espiral
especulativa con ellos. En la economía de un país, cuando los precios se disparan
y los usuarios creen que los precios seguirán subiendo, habrá una burbuja, por lo
que los precios no dejarán de subir, lo que producirá un fenómeno de despegue
económico, denominado burbuja inmobiliaria.
ANTECEDENTES

Varios factores se aliaron para dar lugar a la crisis financiera. En primer lugar, la
enorme burbuja especulativa ligada a los activos inmobiliarios. En los Estados
Unidos, como en muchos otros países occidentales, y tras el estallido de
la burbuja tecnológica de principios de siglo XXI, entre los años 2000 y 2001, se
produjo una huida de capitales de inversión tanto institucionales como familiares
en dirección a los bienes inmuebles. Los atentados del 11 de septiembre de
2001 supusieron un clima de inestabilidad internacional que obligó a los
principales Bancos Centrales a bajar los tipos de interés a niveles inusualmente
bajos, con objeto de reactivar el consumo y la producción a través del crédito. La
combinación de ambos factores dio lugar a la aparición de una gran burbuja
inmobiliaria fundamentada en una enorme liquidez.
En el caso estadounidense, la compra-venta de vivienda con
fines especulativos estuvo acompañada de un elevado apalancamiento, es decir,
con cargo a hipotecas que, con la venta, eran canceladas para volver a comprar
otra casa con una nueva hipoteca, cuando no se financiaban ambas operaciones
mediante una hipoteca puente. El mercado aportaba grandes beneficios a los
inversores, y contribuyó a una elevación de precios de los bienes inmuebles, y, por
lo tanto, de la deuda.
Pero el escenario cambió a partir de 2004, año en que la Reserva Federal de los
Estados Unidos comenzó a subir los tipos de interés para controlar la inflación.
Desde ese año hasta el 2006 el tipo de interés pasó del 1% al 5,25%. El
crecimiento del precio de la vivienda, que había sido espectacular entre los años
2001 y 2005, se convirtió en descenso sostenido. En agosto de 2005 el precio de
la vivienda y la tasa de ventas cayeron en buena parte de los Estados Unidos de
manera abrupta. Las ejecuciones hipotecarias debidas al impago de la deuda
crecieron de forma espectacular, y numerosas entidades comenzaron a tener
problemas de liquidez para devolver el dinero a los inversores o recibir
financiación de los prestamistas. El total de ejecuciones hipotecarias del año 2006
ascendió a 1.200.000,6 lo que llevó a la quiebra a medio centenar de entidades
hipotecarias en el plazo de un año. Para el 2006, la crisis inmobiliaria ya se había
trasladado a la Bolsa: el índice bursátil de la construcción estadounidense (U.S.
Home Construction Index) cayó un 40%.
En el año 2007 el problema de la deuda hipotecaria subprime empezó a
contaminar los mercados financieros internacionales, convirtiéndose en una crisis
internacional de gran envergadura, calificada por algunos como la peor desde la
segunda guerra mundial.
PLANTEAMIENTO DE PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

La burbuja inmobiliaria del 2008 fue una crisis que afectó no solo a Estados
Unidos sino a una extensa cantidad de países a nivel mundial los cuales sus
economías dependen en su mayoría de EE.UU, muchos otros grandes países se
vieron afectados ya que una gran cantidad de bancos de inversión quedaron en
banca rota debió a que invirtieron en la bolsa comprando estos títulos de valor que
muy pronto cayeron debido a la gran cantidad de oferta de viviendas y a la muy
poca demanda, habían demasiadas viviendas que nadie podía comprar por la
crisis, debido a esto los bancos dejaron de ganar dinero y quedaron en banca rota.

¿EN QUE AFECTÓ LA BURBUJA INMOBILIARIA AL COMERCIO DE


COLOMBIA?
BURBUJA INMOBILIARIA DEL 2008

La crisis del mercado inmobiliario en los Estados Unidos se identifica como la


principal causa de la turbulencia financiera ocurrida en los principales mercados
financieros del mundo y que afectan a la baja las proyecciones de crecimiento de
esa importante economía, con repercusiones en el crecimiento global. En este
número se plantea una visión de lo ocurrido en el mercado inmobiliario y algunas
lecciones del proceso.

I. Los elementos de la burbuja inmobiliaria


A continuación se plantean algunos elementos de mercado, política económica,
incentivos y participantes que intervinieron en la conformación de la burbuja
inmobiliaria.

A. La política monetaria y las bajas tasas de interés

Señala como origen de los problemas financieros: por un lado, la liberalización de


los sistemas bancarios, que permitía a los bancos realizar más operaciones
bursátiles y por otro, la conducción de política monetaria realizada por la Reserva
Federal, de reducción de los tipos de interés.

En efecto, la reserva federal siguió una política de reducción de tasas de interés


desde principios de 2001 hasta mayo de 2004, con el propósito de estimular la
economía a través del gasto. Las bajas tasas de interés impulsaron el auge del
crédito y del mercado inmobiliario. El gasto de inversión en vivienda estimuló la
actividad de otros sectores y se convirtió en una de las actividades que
contribuyeron en gran medida a la recuperación de la economía norteamericana,
que alcanzó su punto máximo de crecimiento (3.6%) en 2004.

Auspiciados por las bajas tasas de interés, los precios de las viviendas crecieron
aceleradamente a tasas que llegaron a superar el 12% anual en 2005. Esta
revalorización de los inmuebles tuvo otro efecto en las hipotecas que en su
mayoría estaban contratadas a tasa fija. Resultaba atractivo refinanciar una deuda
para pactarla a una tasa más baja y obtener un préstamo de mayor monto para
adquirir otra vivienda o, lo que gran parte de las familias residentes en EE.UU.
hicieron, aumentar el consumo de bienes y servicios.

El consumo como etapa final de la actividad económica es un importante factor


que dinamiza la actividad productiva y efectivamente impulsó el crecimiento de los
Estados Unidos, pero al ser financiado con la revalorización de los inmuebles,
significó que este efecto ingreso se consideró de carácter permanente y se orientó
al consumo, cuando en realidad, como señala el premio Nóbel de Economía, J.
Stiglitz (2007), se estaba consumiendo parte del patrimonio familiar y la
revalorización podía llegar a su fin e incluso revertirse.

B. El auge de crédito

Como ya se mencionó, las bajas tasas de interés impulsaron el auge del crédito
que a su vez se alimentó mutuamente con la dinámica misma del auge inmobiliario
y las refinanciaciones. Cuando las tasas llegaron a niveles mínimos, la corriente
de créditos finalmente alcanzó a las familias de menores ingresos y escaso o nulo
historial crediticio (segmento subprime). El auge en los préstamos subprime fue
impulsado por prácticas laxas de crédito, como la exigencia mínima de requisitos o
el no requerimiento de pruebas de ingresos, esquemas de pagos iniciales mínimos
que no reducían los montos adeudados, y otras prácticas de relajación en la
evaluación de riesgo de los deudores, que se amparaban en los precios al alza de
las garantías. Pero las hipotecas subprime fueron en su mayoría contratadas a
tasas variables (ARMs-Adjusted Rates Mortgages), lo que exponía a los deudores
a la reversión en los precios del dinero y de las viviendas.

Las hipotecas subprime fueron a su vez promovidas por la aplicación de una


amplia gama de nuevos productos que ofrecían protección contra el default, los
cuales partían de procesos de titularización que permitían a los bancos sacar de
sus balances, créditos más riesgosos y así evitarse constitución de reservas de
saneamiento o requerimientos de capital. Al tiempo que contribuyeron a proteger
los balances bancarios, la titularización y los otros productos hicieron posible la
obtención de recursos frescos para continuar concediendo créditos. La proporción
de hipotecas subprime y near-prime titularizadas, pasaron de un 9% en 2001 a
40% en 2006.

C. La diseminación del riesgo

La titularización es una figura financiera que consiste en la venta a otras


instituciones del mercado financiero, de títulos respaldados por los flujos
financieros que generan contratos como las hipotecas.

El auge inmobiliario atrajo al negocio a grandes bancos de inversión que vieron


una oportunidad formidable de ganancias y además aplicaron nuevas
herramientas de ingeniería financiera para empaquetar los créditos subprime y
dividirlos en segmentos, algunos de los cuales fueron posteriormente calificados
como de bajo riesgo por las agencias calificadoras. Como describe Tustain (2007),
los prestamistas hipotecarios se deshicieron del riesgo de impago (default) de los
deudores subprime, empacando las hipotecas en bonos llamados Mortgage
Backed Securities (MBS) que vendieron a otras organizaciones financieras

Para superar la dificultad de una baja calificación de la calidad de crédito de los


MBS, debido a que poseían un subyacente que pertenecía a la categoría
subprime, que muy probablemente incurriría en impago, los bancos de inversión
partieron los MBS en muchos tramos conocidos como Collateralized Debt
Obligationso CDOs. Los CDOs partían los MBS en bonos que poseían riesgo alto,
medio y bajo, respectivamente (equity bonds, mezzanine bonds y much sought-
after investment grade bonds). Los últimos obtenían una calificación
suficientemente alta para entrar en la categoría crítica de grado de inversión y esto
los hacía aptos para ser adquiridos por inversionistas institucionales.

La euforia de la construcción residencial y todas las actividades reales y


financieras relacionadas, dio lugar al surgimiento de instituciones de crédito
especializadas en vivienda y al crecimiento de las ya existentes, así como de
instituciones financieras especiales adscritas a los bancos de inversión para
realizar las operaciones de instrumentos estructurados, llamadas “vehículos
especiales de inversión” (SPVs, Special Purpose Vehicles).

Con la venta de los MBS, el prestamista hipotecario original obtenía efectivo con el
que podía financiar nuevos préstamos hipotecarios a otros deudores subprime.
Los bancos de inversión se encargaban de vender los CDOs y tomaban reducidos
riesgos manteniendo limitadas posiciones de los nuevos productos. La venta de
bonos con grado de inversión no tenía dificultades, pero los tramos mezzanine y
particularmente los equity, podían ser difíciles de colocar, razón por la que los
participantes en el mercado los llegaron a denominar “desperdicio tóxico”.

Como salida a esta situación, los bancos de inversión podían establecer un fondo
de cobertura (de alto riesgo) o hedge fund, usando incluso su propio dinero para
iniciarlo. El objetivo de este fondo era efectuar transacciones con los instrumentos
equity y mezzanine, de este modo en realidad compraban los equity de sí mismos.
El mercado de vivienda se fue arriba y así los CDOs equity describían elevados
niveles al contar con un colchón de altos precios de las viviendas que protegían a
los deudores originales subprime del impago. Así los instrumentos equity que no
eran comercializados en un mercado abierto, se volvían más valiosos que cuando
fueron emitidos. El valor de mercado creció mucho más rápido que los precios
subyacentes de las viviendas e impulsó a los fondos de cobertura a la obtención
de recursos de fuentes externas al banco que lo creó. Así los fondos solicitaron
préstamos a otros bancos no relacionados usando los bonos desperdicio como
colateral. Con los niveles bajos de tasas, los bancos prestamistas tenían acceso a
dinero barato que formaba perspectivas de espectaculares beneficios.

Los incentivos no deseados también surgieron en la administración de los fondos,


pues ante la ausencia de un genuino mercado. 1/ Activo sobre el que se basa un
instrumento financiero. 2/ Garantía abierto, se volvía fácil manipular hacia arriba el
precio de los CDOs sobre una base no real (riesgo moral). Así los bancos
prestamistas veían como su colateral adquiría precios cada vez más altos y
prestaban más efectivo al fondo de cobertura y tomaban como colateral adicional
los nuevos CDOs comprados por el fondo. El dinero prestado por el banco contra
los CDOs respaldaba al fondo de cobertura, el cual compraba más CDOs del
banco de inversión, quien compraba más MBS al prestamista hipotecario, quien
proveía más dinero a los deudores subprime, quienes compraban más casas,
empujando los precios de los bienes raíces nuevamente hacia arriba.

La opción que resolvía el problema de riesgo moral era dejar los tramos equity y
mezzanine con sus creadores, los bancos de inversión, exponiéndolos a la
posibilidad de ser víctimas de su juicio crediticio deficiente. Si en lugar de
trasladarlos a un fondo de cobertura, el banco de inversión retenía para sí los
tramos difíciles de vender y riesgosos, mezzanine y equity, también podía optar
por tomar una póliza de seguro en el caso que los préstamos de vivienda
incurrieran en impago. El banco de inversión pagaba una prima de seguro a otra
institución de inversión para asegurar el riesgo de impago del subyacente – los
préstamos de vivienda, constituyendo el intercambio (swap) del riesgo de impago
por el pago en efectivo, con lo cual se separó de la tasa de interés el componente
correspondiente al riesgo de impago.

Las primas de seguro integraban un flujo de fondos para la institución


aseguradora, el cual podía agruparse con otros flujos y dividirse en tramos con
diferentes perfiles de riesgo, obteniendo altas calificaciones de crédito para los
tramos de bajo riesgo y nueva basura tóxica con alto riesgo. Así es como se
empaquetaron los Swaps de Default de Crédito (CDSs) en lo que se conoce como
“Obligaciones Sintéticas de Deuda Colateralizada” (CDOs Sintéticos), que los
bancos de inversión vendieron en los mercados, distribuyendo en éstos el riesgo
de default. Los compradores adquirieron el derecho de recibir las primas por
seguro de impago, registrando un “pasivo contingencial”, un derecho potencial
sobre otro activo en su portafolio de inversiones. De esta manera, todos ganaban
mientras no existieran reclamos de los seguros.

La gama de instrumentos, sus agrupaciones y denominaciones, categorías


hipotecarias, instituciones involucradas, es mucho más amplia y compleja de lo
que se plantea en este apartado, por lo que la situación del mercado y los
instrumentos derivados se volvió difícil de esclarecer incluso para los especialistas
financieros.

D. La avidez de los inversionistas

En los Estados Unidos, la inversión en vivienda sustituyó a la inversión en nuevas


tecnologías, que venía de niveles muy altos y había finalizado con la caída bursátil
de marzo de 2000. Los inversionistas que salieron del sector de tecnología
cambiaron hacia las propiedades inmobiliarias y demandaban activos bursátiles de
alta rentabilidad, necesidad que fue suplida por toda la gama de productos
financieros estructurados sobre los créditos hipotecarios.

Los administradores de fondos estaban ávidos por rendimiento y estos dos


factores se combinaron para disparar el auge de CDS y CDO, facilitando la
distribución del riesgo de las hipotecas subprime a las instituciones ansiosas de
ingreso. La globalización de los mercados induce a considerar que gran parte de
los bonos equity y mezzanine se habría confiado a portafolios institucionales de
los principales mercados de capitales a nivel mundial.

II. La crisis y sus efectos

Cuando la FED empezó a restringir las tasas de interés en la segunda mitad de


2004 y las tasas de mercado siguieron sus señales, los créditos subprime
contratados en 2005-2006 vieron ajustadas hacia arriba sus tasas y cuotas,
rebasando la capacidad de pago de los deudores e incrementando la tasa de
morosidad y, en consecuencia, las ejecuciones hipotecarias. Este fue el inicio del
proceso que desencadenó la turbulencia financiera global.

Desde el cuarto trimestre de 2006, las tasas de morosidad de los préstamos


hipotecarios comenzaron a subir, a consecuencia del alza en las tasas de interés
bancarias. Las repercusiones que en un principio se supusieron limitadas a un
pequeño número de prestatarios en el mercado, se transmitieron posteriormente a
nivel mundial.

Conforme los problemas de mora en los créditos hipotecarios se extendieron y


creció la incertidumbre sobre las pérdidas asociadas a instrumentos financieros de
baja calidad crediticia, la reevaluación del riesgo de crédito condujo a masivas
rebajas en las calificaciones de bonos de titularización hipotecaria desde el 15 de
junio de 2007 y los inversionistas abandonaron los activos de riesgo, con lo que el
crédito se contrajo en un inicio para estos segmentos del mercado.

A la contracción del crédito siguieron las dificultades de obtener financiamiento


para muchas instituciones financieras que manejaban activos que no se transaban
libremente en los mercados. Esta situación se observó primero en Europa y se
propagó a otras regiones con rapidez. La crisis explotó el 9 de agosto de 2007
cuando se exacerbaron las preocupaciones crediticias originadas por la situación
de las hipotecas de alto riesgo (subprime), lo que desató una brusca subida de las
tasas de interés interbancarias a corto plazo. Los bancos centrales reaccionaron
mediante fuertes inyecciones de liquidez para garantizar el funcionamiento de los
mercados y sistemas de pagos.

El mecanismo de cobertura y liquidez de los originadores de hipotecas y demás


intermediarios entró en problemas cuando los precios de las viviendas giraron
repentinamente a la baja en 2006. Cuando los bancos solicitaron la devolución del
dinero, los fondos de cobertura no lo tenían pues estaba invertido en tramos de
CDOs, en consecuencia, debían vender el colateral, pero la porción equity sufría
grave caída en el precio de mercado. Los primeros bancos en llevar sus CDOs al
mercado para la venta, agotaron el mercado de compradores y las operaciones
con estos instrumentos se detuvieron.
No obstante que los productos estructurados sobre los créditos hipotecarios
subprime ayudaron a proteger al sistema financiero distribuyendo el riesgo de
crédito en el mercado, el regreso del mismo a los balances de los bancos ha
sometido a prueba la solidez financiera de bancos de importancia sistémica de
Estados Unidos, presionados por las ventas forzadas de títulos degradados
fuertemente en su calificación de crédito, que les han ocasionado pérdidas
cuantiosas, sin que hasta la fecha se conozca con exactitud la magnitud total de
las mismas. Importantes fondos de inversión e instituciones hipotecarias
colapsaron no sólo en Estados Unidos, pero los principales bancos han
respondido a las exigencias del mercado, recapitalizando y obteniendo fondos a
mediano plazo.
De conformidad con la reevaluación del riesgo de crédito y la contracción de la
liquidez interbancaria en los principales mercados, el financiamiento empresarial y
de los gobiernos experimentaran una subida de costos en los mercados de
capitales, mostrando condiciones de crédito más estrictas. Los efectos de la crisis
se han extendido del segmento subprime a otras categorías de los mercados
estadounidenses, alcanzando a los mercados inmobiliarios residenciales y
comerciales de primera categoría, el crédito al consumo y el crédito de empresas
de alta calidad. La desmejora en las condiciones financieras en general, así como
la caída del consumo de las familias en los Estados Unidos han forzado a la baja
las proyecciones de crecimiento de esa economía, con efectos negativos sobre el
crecimiento mundial.

Conforme los problemas de mora en los créditos hipotecarios se extendieron y


creció la incertidumbre sobre las pérdidas asociadas a instrumentos financieros de
baja calidad crediticia, la reevaluación del riesgo de crédito condujo a masivas
rebajas en las calificaciones de bonos de titularización hipotecaria desde el 15 de
junio de 2007 y los inversionistas abandonaron los activos de riesgo, con lo que el
crédito se contrajo en un inicio para estos segmentos del mercado.

A la contracción del crédito siguieron las dificultades de obtener financiamiento


para muchas instituciones financieras que manejaban activos que no se transaban
libremente en los mercados. Esta situación se observó primero en Europa y se
propagó a otras regiones con rapidez. La crisis explotó el 9 de agosto de 2007
cuando se exacerbaron las preocupaciones crediticias originadas por la situación
de las hipotecas de alto riesgo (subprime), lo que desató una brusca subida de las
tasas de interés interbancarias a corto plazo. Los bancos centrales reaccionaron
mediante fuertes inyecciones de liquidez para garantizar el funcionamiento de los
mercados y sistemas de pagos.

El mecanismo de cobertura y liquidez de los originadores de hipotecas y demás


intermediarios entró en problemas cuando los precios de las viviendas giraron
repentinamente a la baja en 2006. Cuando los bancos solicitaron la devolución del
dinero, los fondos de cobertura no lo tenían pues estaba invertido en tramos de
CDOs, en consecuencia, debían vender el colateral, pero la porción equity sufría
grave caída en el precio de mercado. Los primeros bancos en llevar sus CDOs al
mercado para la venta, agotaron el mercado de compradores y las operaciones
con estos instrumentos se detuvieron.
No obstante que los productos estructurados sobre los créditos hipotecarios
subprime ayudaron a proteger al sistema financiero distribuyendo el riesgo de
crédito en el mercado, el regreso del mismo a los balances de los bancos ha
sometido a prueba la solidez financiera de bancos de importancia sistémica de
Estados Unidos, presionados por las ventas forzadas de títulos degradados
fuertemente en su calificación de crédito, que les han ocasionado pérdidas
cuantiosas, sin que hasta la fecha se conozca con exactitud la magnitud total de
las mismas. Importantes fondos de inversión e instituciones hipotecarias
colapsaron no sólo en Estados Unidos, pero los principales bancos han
respondido a las exigencias del mercado, recapitalizando y obteniendo fondos a
mediano plazo.

De conformidad con la reevaluación del riesgo de crédito y la contracción de la


liquidez interbancaria en los principales mercados, el financiamiento empresarial y
de los gobiernos experimentaron una subida de costos en los mercados de
capitales, mostrando condiciones de crédito más estrictas. Los efectos de la crisis
se han extendido del segmento subprime a otras categorías de los mercados
estadounidenses, alcanzando a los mercados inmobiliarios residenciales y
comerciales de primera categoría, el crédito al consumo y el crédito de empresas
de alta calidad.

La desmejora en las condiciones financieras en general, así como la caída del


consumo de las familias en los Estados Unidos han forzado a la baja las
proyecciones de crecimiento de esa economía, con efectos negativos sobre el
crecimiento mundial.
III. Lecciones de la crisis

Como reconoce el Fondo Monetario Internacional - FMI en su informe


“Perspectivas de la Economía Mundial” del mes de abril de 2008, “la innovación
reciente de los mercados de financiamiento de la vivienda agudizó el impacto de
la política monetaria en los precios de la vivienda”. Se menciona que la distensión
monetaria de comienzos de la década parece haber estimulado el aumento de los
precios de la vivienda y de la inversión residencial en Estados Unidos, aunque
probablemente hayan ampliado ese efecto, la relajación de las normas crediticias
y la toma excesiva de riesgos por parte de los prestamistas.
El informe sugiere que la política monetaria debe tener en cuenta el nivel de
desarrollo de los mercados hipotecarios, dados los efectos de las tasas de interés
en las burbujas de precios de los activos. Pero además matiza que la carga de
reaccionar frente a posibles burbujas no puede recaer completamente en la
política monetaria, también a la política regulatoria le corresponde un papel crítico
para evitar que una relajación de las normas de otorgamiento de crédito, como la
ocurrida en el mercado estadounidense, pueda alimentar fluctuaciones extremas
de los precios de la vivienda.

A nivel de agentes económicos y mercados, existió subvalúo de los riesgos


vinculado con la falta de información, la anteposición de los deseos de beneficios
por sobre la prudencia financiera y la experiencia histórica de que tanto los
períodos de tasas bajas, como de revalorizaciones continuas de activos tarde o
temprano se revierten.
RESPUESTA A LA PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

El comercio exterior colombiano se vio muy afectado con la crisis de la burbuja


inmobiliaria del 2008 mas concretamente en el sector floricultor de Colombia ya
que EE.UU es el principal importador de las flores colombianas, esto se da
principalmente debido a la baja del dólar, esta baja en el precio del dólar s e ve
reflejada en los ingresos de los floricultores colombianos y también a la capacidad
de compra que tenían los importadores de flores en ese momento a causa de la
crisis, ya no podían comprar grandes cantidades de flores y las pocas que
compraban eran a precios muy bajos.
OBJETIVO

Dar a conocer lo sucedido en la economía mundial en el año 2008 a causa de la


burbuja inmobiliaria que se presentó en EE.UU con la declaración de banca rota
del 15 de septiembre de 2008 de uno de los bancos de inversión más grande de
los Estados Unidos como lo era Lehman Brothers, también buscábamos identificar
de que manera esta crisis afectó a Colombia en cuanto al comercio internacional.
BIBLIOGRAFÍA

https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_las_hipotecas_subprime#Bibliograf
%C3%ADa

https://www.google.com/search?q=http%3A%2F%2F+www.bcie.org%2Fspanish
%2Fdocumentos%2FTendencias%2520%26%25+20Perspectivas%2520Mayo
%25202008.pdf&oq=http%3A%2F%2F+www.bcie.org%2Fspanish
%2Fdocumentos%2FTendencias%2520%26%25+20Perspectivas%2520Mayo
%25202008.pdf&aqs=chrome..69i57j69i58.4582j0j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8

https://www.iahorro.com/diccionario/palabra/burbuja-inmobiliaria#

https://es.wikipedia.org/wiki/Lehman_Brothers

http://biblioteca.usbbog.edu.co:8080/Biblioteca/BDigital/65806.pdf

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