Literatura y Géneros Literarios.

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La literatura y los géneros literarios

Desde los tiempos primigenios, los seres humanos se han servido del lenguaje no solo para expresar sus sentimientos o hacer
observaciones sobre el mundo, sino para inventar historias. Mitos, leyendas y fábulas comprenden el conjunto de los primeros
relatos de los que se tiene noticia, cuyo medio de transmisión era el habla viva, es decir, la oralidad. De esta manera, las comunida-
des ágrafas crearon narraciones fantásticas, en las que los seres sobrenaturales y las deidades compartían las mismas aventuras
con los mortales.
Gracias a la invención de la escritura y a la evolución de la tradición oral, se dio origen a un conjunto de obras escritas que reciben
el nombre de literatura. Sin embargo, debemos aclarar que este término ha tenido distintas acepciones desde la primera vez que
fue utilizado. En la Edad Media, por ejemplo, la palabra “literatura” hacía referencia al conocimiento que un individuo poseía de
los textos escritos; en otras palabras, hacía referencia a la habilidad de leer y a la experiencia de lectura, sin importar si trataba de
obras de filosofía, historia o poesía. Solo entre los siglos XVII y XVIII el término “literatura” adquiriría un significado similar al que
tiene en nuestro tiempo: conjunto de obras escritas que tienen una dimensión estética.
Ahora bien, cuando se define la literatura de acuerdo con sus cualidades estéticas, se entiende que los textos literarios se distin-
guen de otros textos por las cualidades formales del lenguaje en el que son escritos, esto es, por su estilo. Por este motivo, la
literatura puede ser entendida como el arte del lenguaje.

Los géneros literarios


Uno de los aspectos más atractivos de la literatura, pero también de cualquier arte, es la variedad de sus estilos. En efecto, los
textos literarios cuentan con una forma y un estilo únicos, ya que cada período histórico presupone y exige características forma-
les particulares y nuevas posturas con respecto al mundo. Para analizar estas diferencias, surgió el concepto de género literario.
A pesar de que este concepto perteneció, en primera instancia, al acervo de la biología, el estudio de la literatura debió apropiarse
del concepto de género a fin de poder clasificar los distintos textos literarios que compartían características comunes. Como en el
caso del término “literatura”, las categorías que permitían definir los géneros literarios fueron transformándose: desde la noción
de mímesis, propia de Platón, hasta la distinción entre sujeto y objeto de Hegel. Actualmente, existen tres géneros literarios
generales, a saber, el género narrativo, el género lírico y el género dramático.
El género narrativo hace referencia a todos los textos literarios que cuentan una historia. Estos relatos se componen de uno o más
personajes, de un tiempo, un lugar y un narrador, y están escritos en prosa. Debido a la simpleza de esta definición, en este género
se agrupa una gran cantidad de subgéneros, como la novela, caracterizada por su extensión y su complejidad; el cuento, que se
distingue por su eficacia y su brevedad; el diario, que narra lo sucesos más importantes en la vida de un personajes; entre otros.
En lo que al género lírico se refiere, se dice que es el género literario más antiguo en la historia de la humanidad, y que en sus
orígenes estaba íntimamente ligado al canto y a la música religiosa, como bien lo refleja la sonoridad de este tipo de composición
escrita. Justamente, muchos de los textos del género lírico —conocidos como poemas— obedecen ciertas convenciones técni-
cas, como el verso, la métrica y la rima. Por otra parte, estas expresan las emociones y las reflexiones de un yo lírico, es decir, una
voz ficticia que se identifica con el poeta.
Finalmente, el género dramático es entendido como el conjunto de expresiones artísticas que concluyen en una representación
teatral, pese a que es posible encontrar obras de este tipo que no hayan sido destinadas para ser puestas en escena. Entre los
principales elementos del texto dramático encontramos los diálogos, que consisten en el intercambio de réplicas entre los perso-
najes, y las acotaciones, es decir, las indicaciones dirigidas al lector o al director acerca de las acciones físicas de los personajes y
las pautas para la representación de la obra. Las principales formas dramáticas son la tragedia y la comedia.

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