Documento - Estudio de Alternativas Tecnológicas Al Retiro Y-O Reconversión de Las Unidades de Carbón - Inodu - Giz - Chile - 2018

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INFORME - LICITACIÓN N° 83296674

ESTUDIO DE ALTERNATIVAS TECNOLÓGICAS AL RETIRO


Y/O RECONVERSIÓN DE LAS UNIDADES DE CARBÓN EN
CHILE

PREPARADO PARA:

30 de noviembre, 2018
[PAGINA EN BLANCO INTENCIONALMENTE]

2
ÍNDICE DE INFORME
1 RESUMEN EJECUTIVO ........................................................................................................................... 5
2 OBJETIVOS ............................................................................................................................................. 9
3 INTRODUCCIÓN................................................................................................................................... 10
4 DINÁMICAS EMERGENTES EN EL MERCADO ELÉCTRICO CHILENO..................................................... 11
5 CENTRALES DE GENERACIÓN ELÉCTRICA A CARBÓN EN CHILE .......................................................... 27
5.1 Emplazamiento de centrales termoeléctricas a carbón en Chile ............................................... 28
5.2 Caracterización de unidades termoeléctricas a carbón existentes ............................................ 35
6 ALTERNATIVAS DE CONVERSIÓN, CIERRE Y/O REUTILIZACIÓN DE CENTRALES A CARBÓN ............... 43
6.1 Conversión de centrales existentes a otros combustibles.......................................................... 45
6.1.1 Desafíos en la reutilización de calderas heredadas ............................................................ 45
6.1.2 Infraestructura existente de suministro de gas natural y biomasa .................................... 49
6.1.3 Conversión parcial o total a gas natural.............................................................................. 51
6.1.3.1 Alternativa 1a – Conversión total a gas natural .............................................................. 54
6.1.3.2 Alternativa 1b – Co-combustión de carbón y gas natural............................................... 57
6.1.3.3 Alternativa 1c – Uso de gas natural en operación a mínimo técnico y partidas ............ 60
6.1.4 Conversión parcial o total a biomasa forestal .................................................................... 62
6.1.4.1 Alternativa 2a – Conversión total a biomasa forestal..................................................... 65
6.1.4.2 Alternativa 2b – Co-combustión de carbón y biomasa forestal ..................................... 68
6.2 Adaptación de centrales existentes para capturar carbono ....................................................... 70
6.2.1 Alternativa 3 – Captura y almacenamiento de carbono ..................................................... 71
6.2.2 Alternativa 4 – Conversión a cogeneración de electricidad e hidrógeno ........................... 76
6.3 Alternativa 5 – Cierre y desmantelamiento ................................................................................ 78
6.4 Alternativa 6 – Opción de mantener una unidad en reserva estratégica ................................... 80
6.5 Alternativas maduras para reutilizar la infraestructura de una central ..................................... 82
6.5.1 Alternativa 7 – Incineración de residuos sólidos municipales ............................................ 82
6.5.2 Alternativa 8 – Generación eléctrica mediante motores a gas........................................... 85
6.5.3 Alternativa 9 – Desalinización de agua de mar ................................................................... 87
6.6 Alternativas emergentes para reutilizar la infraestructura de una central ................................ 89
6.6.1 Alternativa 10 – Sistema de almacenamiento de corta duración....................................... 89
6.6.2 Alternativa 11 – Sistema de almacenamiento con aire comprimido .................................. 91

3
6.6.3 Alternativa 12 – Sistema de almacenamiento térmico....................................................... 92
7 DESAFÍOS Y RECOMENDACIONES ....................................................................................................... 94
8 BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................................... 101
9 ANEXO A – Acceso a biomasa, gas natural y residuos municipales .................................................. 111
9.1 Distribución GN ........................................................................................................................ 111
9.2 Distribución industrial maderera ............................................................................................. 116
9.3 Residuos municipales ................................................................................................................ 120
10 ANEXO B- Memo conversiones a gas natural y biomasa .................................................................. 125
11 ANEXO C - Memo CCS, cogeneración de hidrógeno y desalinización de agua de mar ..................... 138
11.1 Captura y almacenamiento de carbono (CCS) .......................................................................... 138
11.2 Producción de hidrógeno y compuestos derivados .................................................................. 155
11.3 Desalinización de agua de mar ................................................................................................. 161
11.4 Material de apoyo ..................................................................................................................... 173

4
1 RESUMEN EJECUTIVO
En Chile existen 27 unidades termoeléctricas de generación a carbón, además de una unidad en
construcción, que totalizan alrededor de 5.500 MW de potencia instalada de tecnología subcrítica. El
70% de la capacidad instalada está localizada en la zona norte del país, donde existe un alto potencial de
generación solar. Todas las centrales de carbón están instaladas en zonas costeras y utilizan agua del
Océano Pacífico para su refrigeración. Además, las unidades más antiguas están co-emplazadas con
unidades que actualmente tienen menos de 10 años de operación. La mayoría de las unidades
comparten infraestructura de soporte como, por ejemplo, el puerto; ya sea entre ellas o con terceros.

Recientemente se ha podido observar que el costo nivelado de la generación solar fotovoltaica está
siendo menor que el costo variable de generación termoeléctrica a carbón1. Esto puede llevar a
procesos más rápidos de integración de energía solar fotovoltaica, especialmente en la zona norte del
país. Además, la adición de capacidad de energía renovable variable suele ser más veloz que el
desarrollo de infraestructura de transmisión que es necesaria para transportar la electricidad producida
hacia los consumos. Por lo tanto, al menos en la zona norte del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), las
centrales a carbón deberán operar de manera más flexible para apoyar en la transición hacia un sistema
con menores emisiones de gases de efecto invernadero.

El contexto de desarrollo de centrales a carbón en Chile es muy distinto al contexto internacional. Al año
2030, el 65% de la capacidad instalada a carbón en el país tendrá 20 años o menos desde la fecha de su
puesta en servicio, como se muestra en la Figura 1.

Figura 1: Antigüedad de unidades a carbón en Chile al año 2030. Fuente: Elaboración propia.

En contraste, múltiples centrales a carbón han cerrado o se han reconvertido en Estados Unidos luego
de perder competitividad en el mercado eléctrico frente a centrales de generación a gas natural debido
a la baja de precios de este combustible. Además, algunas compañías han decidido cerrar centrales que
han requerido inversiones significativas para poder cumplir las nuevas regulaciones de emisiones
atmosféricas. En general, las unidades que se han cerrado han alcanzado, o están próximas a alcanzar,
su vida útil (Figura 2).

1
Considerando precios ofertados por algunos oferentes que respaldaron ofertas con proyectos solares
fotovoltaicos en la Licitación 2015-01 y 2017.

5
Figura 2: Edad de unidades a carbón en los EEUU cerradas entre 2007 y 2016. Fuente: Elaboración propia.

En Europa, los gobiernos de algunos países se han comprometido a eliminar la generación a carbón
mediante distintas políticas e instrumentos. Como se observa en la Figura 3, la mayoría de las centrales
afectadas por compromisos o declaraciones de intención de cierre corresponden a unidades que al
momento de la fecha de cierre habrán cumplido más de 30 años de operación. Las excepciones son los
Países Bajos e Italia, que cuentan con capacidad a carbón recientemente instalada, particularmente las
centrales Maasvlakte 3 (unidades 1 y 2) y Eemshaven (unidades A y B), y las centrales Torrevaldaglia
(unidades 2, 3 y 4) y Sulcis (unidad 2).

2
Figura 3: Antigüedad de unidades a carbón en Europa en el año de cierre comprometido . Fuente: Elaboración propia.

Al observar el contexto internacional de Europa y Estados Unidos, es posible inferir que solo las
centrales Maasvlakte 3 y Eemshaven en los Países Bajos, y las centrales Torrevaldaglia y Sulcis en Italia
enfrentan un contexto, en términos de años de operación esperados al 2030, similar al que enfrentará la
mayoría de las unidades a carbón en Chile. No obstante, en la mayoría de los casos se trata de
tecnología super crítica, por lo que representan una base tecnológica distinta a la presente en Chile.

2
Se incluyen las unidades que operaban al momento en que el gobierno correspondiente anuncia el compromiso.

6
En un contexto de alta penetración de energía renovable variable se tendrá una mayor complejidad en
la programación y operación del sistema eléctrico. En ese contexto, el valor de los activos térmicos se
medirá de una manera distinta a la histórica; es decir, otras propiedades, adicionales al valor de
inversión, costo variable a capacidad nominal y emisiones a carga nominal, serán relevantes para definir
la competitividad de los activos y permitir una operación más económica del sistema eléctrico en su
conjunto (Figura 4).

Figura 4: Competitividad de centrales termoeléctricas en un contexto de alta penetración de energía renovable variable.
Fuente: Elaboración propia.

Como parte de este reporte se han revisado 15 alternativas de conversión de centrales a carbón y la
opción de cierre de dichas centrales. Las opciones fueron clasificadas según su nivel de madurez
tecnológica y comercial. Las opciones maduras han sido clasificadas en dos grupos: aquellas que
consideran convertir la central a otro combustible (gas o biomasa), ya sea de manera parcial o total, y
las opciones que reutilizan parte de la infraestructura de la central. Por otra parte, las opciones
emergentes también fueron clasificadas en dos grupos: las opciones permiten seguir utilizando carbón,
pero capturan el CO2, y las opciones que aprovechas infraestructura de la central. En cada caso, se ha
indicado la capacidad de contribuir a la reducción de emisiones de GEI, los cambios en la flexibilidad
operacional, el costo de inversión y afectación de empleo.

El alcance de la revisión considera:

1. Alternativas tecnológicas al retiro y/o reconversión de centrales que únicamente operan con
carbón como combustible primario.

7
2. Alternativas que contribuyen a la descarbonización y/o que reutilizan infraestructura de las
unidades existentes de forma significativa3.

3. Que todos los costos de inversión están expresados en dólares americanos (USD o US$)
corregidos por inflación a diciembre de 2017 (CPI).

4. Que los costos y consecuencias operacionales de las alternativas estudiadas son referenciales,
pues consideran estudios internacionales, documentación de proveedores o casos reales de
reconversiones en otros países.

Los costos y efectos de reconversiones particulares en la operación de unidades específicas en Chile


deben ser estudiados en detalle. El análisis realizado sintetiza las características actuales de las opciones
de conversión. No obstante, se espera que los atributos de las alternativas que hoy son emergentes
evolucionen en el tiempo, mejorando su rendimiento, disminuyendo sus costos actuales y reduciendo
sus riesgos de implementación.

3
A excepción de la alternativa de cierre y desmantelamiento. No se consideraron alternativas que no reutilizan
infraestructura de una central termoeléctrica a carbón y/o que no contribuyen a la descarbonización.

8
2 OBJETIVOS
La asesoría tiene la intención de recopilar y analizar alternativas tecnológicas para un posible futuro
aprovechamiento de las actuales unidades de carbón y así crear insumos para las discusiones sobre la
descarbonización de la matriz eléctrica de Chile.

9
3 INTRODUCCIÓN
En este reporte se analizan alternativas tecnológicas para un posible futuro aprovechamiento de las
actuales unidades de carbón con el objeto de facilitar insumos para las discusiones sobre la
descarbonización de la matriz eléctrica de Chile.

En la Sección 4 se presentan las dinámicas operacionales emergentes en el Sistema Eléctrico Nacional.


Se presenta también una discusión sobre los parámetros relevantes al momento de evaluar activos
termoeléctricos de mayor flexibilidad en el contexto operacional futuro con mayor penetración de
energía renovable variable. De este análisis se conceptualizan algunos de los requerimientos técnicos
que deberán cumplir las unidades termoeléctricas que pretendan contribuir de manera eficiente y
sustentable a una transición hacia una matriz de generación descarbonizada

Las unidades termoeléctricas a carbón existentes en Chile son presentadas y descritas en la Sección 5. Se
hace énfasis en la caracterización de su ubicación, infraestructura y en un análisis comparativo, o
benchmark, de sus parámetros tecno-económicos vigentes a agosto de 2018. En adición, se explicita la
infraestructura que es compartida por más de una unidad de generación y se detallan los sistemas de
control de emisiones instalados.

En la Sección 6 se presentan las alternativas de reconversión o cierre de unidades termoeléctricas a


carbón estudiadas. Las alternativas son analizadas en términos de (1) la reducción de emisiones de CO2
que producen en la central, (2) sus efectos en la flexibilidad de la central, (3) sus costos de inversión, (4)
su madurez tecnológica, (5) el grado de reutilización de infraestructura que permiten y (6) una
evaluación conceptual de sus impactos sociales locales. Adicionalmente, se presentan casos de
referencia de reconversiones existentes o proyectos actualmente en construcción a nivel internacional
para diversas alternativas.

Finalmente, se exponen las conclusiones del estudio en la Sección 7.

10
4 DINÁMICAS EMERGENTES EN EL MERCADO ELÉCTRICO CHILENO

El contexto general del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) durante el año 2017 se presenta en la Figura 5.
Durante el año en cuestión, la generación del sistema eléctrico unificado fue 74 TWh; la demanda
máxima coincidente fue alrededor de 10 GW; y la máxima rampa de demanda neta4 en una hora fue de
aproximadamente 900 MW [1]. Debido a la penetración de generación solar fotovoltaica, los costos
marginales de energía han disminuido durante las horas de sol en toda la zona norte del Sistema
Eléctrico Nacional (SEN-Norte) 5, llegando a ser persistentemente cero en múltiples barras del sistema
durante el horario de generación solar debido a congestiones en el sistema de transmisión en la zona.

Figura 5: Contexto del Sistema Eléctrico Nacional durante el año 2017. Fuente: Elaboración propia.

La demanda de clientes regulados está altamente concentrada en la zona central del país,
particularmente, el 77% del consumo de energía de clientes regulados se encuentra entre la Región de
Valparaíso y la Región del Biobío (subestaciones Quillota y Charrúa). En las zonas norte y sur se tiene, en
partes prácticamente equivalentes, alrededor del 12% de la demanda de clientes regulados del país. Por
su parte, la demanda de clientes libres está más distribuida, y se encuentra mayoritariamente entre la
zona central y norte del SEN [2].

4
Demanda neta: demanda menos generación renovable variable (eólica y solar fotovoltaica).
5
Como se indica en la Figura, la zona definida como SEN-Norte incluye el ex Sistema Interconectado del Norte
Grande (SING) y la zona norte del ex Sistema Interconectado Central (SIC), los que se interconectaron el 21 de
noviembre de 2017, creando el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

11
Actualmente se cuenta con 5.535 MW en centrales térmicas a carbón (en operación y construcción)6,
además de 4.995 MW de capacidad instalada de generación térmica a gas. Dada las condiciones de
mercado del año 2017, el 40% de la generación del SEN fue provista por centrales a carbón, siendo la
principal fuente de generación del país, como se observa en la Figura 6. El 63% de la generación a
carbón a nivel nacional se produjo en el SEN-Norte. Adicionalmente, un 16% de la energía del sistema
fue generada por unidades a gas.

Figura 6: Generación diaria en el SEN según fuente durante los años 2017 y 2018 (hasta septiembre).
Fuente: Elaboración propia.

Según información reportada a la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) [3], durante el año 2017
el sector de generación eléctrica emitió un total de 43,5 millones toneladas de CO2, de los cuales casi 36
millones de toneladas (82%) correspondieron a unidades a carbón.

Independiente de la capacidad de generación térmica disponible, por otra parte, es posible afirmar que
el mercado eléctrico chileno ha tenido la capacidad de integrar Energía Renovable Variable (ERV, energía
solar fotovoltaica y eólica) a una de las tasas más altas, en relación con el tamaño del mercado, en el
mundo. Durante el 2017, la producción mensual de energía ERV superó el 10%; mientras que en
septiembre de 2018 prácticamente el 14% de la energía fue generada por fuentes ERV. El aporte horario
de las energías renovables variables ha superado el 30% de la generación en algunas horas del año.

La generación renovable en la zona norte del sistema eléctrico ha afectado la operación de centrales
termoeléctricas a carbón y gas. Durante el año 2017 algunas unidades térmicas a carbón del SEN-Norte
han operado, aproximadamente, entre 40% y 80% del tiempo a mínimo técnico7. El factor de planta

6
Datos a Noviembre 2018.
7
El mínimo técnico de una unidad se define como la potencia activa bruta mínima con la cual una unidad puede
operar en forma permanente, segura y estable inyectando energía al sistema eléctrico en forma continua. En el
artículo 8 del Anexo Técnico de Determinación de Mínimos Técnicos de Unidades Generadoras se indica que el
valor de mínimo técnico debe ser representativo de las características técnicas propias de las unidades, sin

12
anual de algunas de estas unidades fue incluso menor a 50% el 2017, como se muestra en la Figura 7. El
listado y una descripción general de las unidades mostradas en esa Figura, se esquematiza más adelante
en la Figura 19.

Figura 7: Operación de unidades a carbón en el SEN durante el año 2017. Fuente: Elaboración propia.

De manera similar, las unidades a gas del SEN-Norte han debido operar bajo nuevos modos de
operación de ciclaje, aunque, en contraste con las unidades de carbón, en algunos casos se trata de
encendidos y apagados diarios. Para ciertas unidades a gas se observaron entre 90 y 150 partidas
durante el año 2017, como se muestra en la Figura 8.

considerar restricciones operativas como restricciones del sistema de transmisión, ambientales, convenios de
riego, entre otras.

Recientemente se ha trabajado en definir el mínimo nivel de operación con consideraciones ambientales


(principalmente derivadas de requerimientos de emisiones asociadas al DS 13). Para más información se sugiere
revisar el estudio: “Flexibilidad de Operación de Centrales Termoeléctricas chilenas con los instrumentos de gestión
ambiental vigentes”, desarrollado por Inodú para el Ministerio de Energía el año 2017 [4].

13
Figura 8: Operación de unidades a gas en el SEN durante el año 2017. Fuente: Elaboración propia.

La provisión de reservas para la regulación de frecuencia en el sistema eléctrico es un servicio crítico en


la operación. Para el contexto de diciembre de 2017, la Figura 9 presenta la necesidad (o requerimiento)
de reserva en giro y la oferta programada de reserva en giro para regulación de frecuencia8 en el ex-
SING y ex-SIC. Existen requerimientos particulares de reserva para el Control Automático de Generación
(AGC). Por ejemplo, para realizar la programación de la operación durante el primer semestre de 2018 el
Coordinador Eléctrico Nacional ha utilizado las siguientes restricciones para el AGC: en el caso del SEN-
Norte se programan tres unidades que participen en el AGC, con una restricción de rampa mínima 8
MW/min; para el caso del SEN-Centro-Sur se ha utilizado un requerimiento mínimo de 60 MW.

Figura 9: Necesidad y oferta programada de reservas para regulación de frecuencia en el SEN. Fuente: Elaboración propia.

Como se puede observar de la Figura 9, la disponibilidad de reserva en giro programada se diferencia


entre el día y la noche, particularmente en el ex - SING. Dado el nivel de penetración de generación
renovable ha sido económico operar centrales a carbón a mínimo técnico, creando una sobre oferta de

8
Primaria por contingencia, primaria por regulación y secundaria, todas hacia arriba.

14
reserva secundaria (hacia arriba) en la zona norte del Sistema Eléctrico Nacional durante el día. No
obstante, la oferta programada para regulación de frecuencia primaria en la misma zona en está más
ajustada, siendo prácticamente invariante tanto en el día como en la noche (alrededor de 100 MW).

En este contexto, dada la necesidad de proporcionar reservas al sistema, es necesario observar los
desafíos de descarbonización de manera zonal, distinguiendo la operación de centrales térmicas de la
zona norte del Sistema Eléctrico Nacional de las centrales ubicadas en la zona centro y sur del Sistema
Eléctrico Nacional.

A modo de ejemplo, la Figura 10 presenta la operación reciente del Sistema Eléctrico Nacional,
particularmente el 4 de septiembre de 20189. Se ilustra la generación agregada por tipo de tecnología y
el factor de emisiones estimado a nivel sistémico; la generación solar y eólica por zona; y la generación a
carbón y gas en la zona norte del sistema eléctrico.

Durante el día en cuestión, la generación renovable variable (eólica y solar) fue un 11,9% de la
generación diaria, no obstante, a las 3 pm la generación renovable variable representó un 25% de la
demanda10. Adicionalmente, el conjunto las centrales a carbón del ex - SIC Norte operaron ciclando
entre 171 MW y 618 MW. Por su parte, las centrales a carbón ubicadas en el ex – SING, a nivel agregado,
operaron ciclando entre 889 MW y 2055 MW. En este contexto, cada una de las centrales
termoeléctricas operaron entre el mínimo nivel de operación que permite el cumplimiento de límites de
emisión definidos en los instrumentos de gestión ambiental que afectan la operación de la unidad y su
potencia nominal.

Por su parte, las centrales a gas en el norte grande ciclaron en modo prendido y apagado diario, es decir
se detienen durante la mañana cuando comienza a aumentar la generación solar fotovoltaica y se
encienden nuevamente al final de la tarde.

La intensidad de emisiones de CO2 mínima y máxima estimada a nivel de sistema es 0,39 ton/MWh y
0,63 ton/MWh respectivamente. Por lo tanto, es crítico notar que la intensidad de emisiones estimada
durante la noche es un 61% superior a la intensidad de emisiones estimada durante el día.

9
Día escogido al azar.
10
La generación diaria fue 203 GWh; la demanda máxima 9 GW a las 10 AM; y la demanda neta máxima fue 8,9
GW a las 10 PM. La generación renovable variable fue 24,3 GWh (un 11,9% de la generación total diaria). La
generación renovable variable máxima fue 2,2 GW a las 3pm (un 25% de la demanda a las 3PM). La generación
solar fue 14,9 GWh, la generación solar máxima fue 1,59 GW a las 1PM (17% de la demanda a las 1 PM). La
generación eólica fue 9,4 GWh, la generación eólica máxima fue 609 MW a las 4 PM.

15
Figura 10: Operación SEN – 4 de septiembre de 2018. Fuente: Elaboración propia.

16
El SEN Norte ha tenido una rápida transformación en 12 meses. La Figura 11 presenta la generación
solar del SEN Norte durante el 4 de septiembre de 2017 (imagen superior) y 2018 (imagen inferior). En
un año, se observa un aumento de 37% en la generación solar fotovoltaica durante horario de
generación peak11. Respecto a la intensidad de emisiones estimada en el SEN Norte, hace un año,
durante el día la intensidad de emisiones fue 0,52 ton/MWh aproximadamente, y 0,78 ton/MWh
durante la noche. Un año después la intensidad de emisiones durante el día es 0,35 ton/MWh
aproximadamente y 0,88 ton/MWh en la noche12.

Figura 11: Comparación de la operación del SEN Norte en 12 meses - indicativo asumiendo operación conjunta el 2017.
Fuente: Elaboración propia.

Se espera que los desafíos de flexibilidad se incrementen en el corto plazo13, sobre todo previo a la
entrada en operación del tercer tramo de la línea Cardones Polpaico. Hacia fines del año 2018 se estima
que 100 MW de generación solar fotovoltaica y 250 MW de generación eólica entrarán en operación en
el SEN Norte. Por su parte, 341 MW de generación eólica deberían entrar en operación en al sur de
subestación Charrúa. También, existe un desarrollo creciente de generación solar fotovoltaica menor a 9
MW que está siendo instalado de manera distribuida en la zona central y norte del país.

11
El aumento puede estar afectado por el vertimiento de generación solar, presente durante el 2017.
12
Hace un año se observó una menor intensidad de emisiones durante la noche principalmente por generación
eólica observada durante la noche el día en que se realizó el cálculo.
13
Por desafío de flexibilidad se entiende como la necesidad de variar la generación en una cantidad determinada
(X), en un tiempo determinado (Y), a un costo también determinado (Z).

17
En el mediano y largo plazo se espera una mayor instalación de generación renovable variable debido
principalmente a renovación de contratos de clientes libres, entrada en operación de nuevos contratos a
clientes regulados y la mayor competitividad de la generación renovable variable frente a los costos
variables de generación a gas y carbón. En este contexto, dada las condiciones de mercado, hacia el año
2030 se podría tener que hasta un 80% de la generación del país sea provista con energía renovable
(incluida generación hidroeléctrica en escenario de hidrología húmeda). Esta capacidad adicional de
generación renovable variable instalada podría hacer que las necesidades de rampa en 1 hora
prácticamente se tripliquen al año 2026, respecto de los niveles observados el año 201714.

Adicionalmente, se tiene la intención de contar con holguras de transmisión en el largo plazo, no


obstante, la tensión existente entre la intención de holgura de transmisión y su definición, la intención
de contar con eficiencia económica, y rapidez de desarrollo de sistemas renovables variables
distribuidos hace que el concepto de holgura de transmisión esté en evaluación.

A nivel internacional se han comenzado a aplicar distintas políticas para reducir emisiones de gases de
efecto invernadero en el sector eléctrico, entre las cuales se encuentra: prohibición de generar con
carbón, estándares de emisiones de CO2 (límites de emisiones por unidad de energía producida),
mercado de permisos de emisiones de gases de efecto invernadero, impuesto a emisiones, acuerdos
voluntarios público – privados, o una combinación de ellos. Para ejemplificar un par de escenarios
posibles de la evolución de la producción de energía eléctrica en Chile, a modo de referencia, la Figura
12 presenta la curva de duración de la demanda neta del sistema eléctrico y la generación renovable
variable coincidente en distintos escenarios (2017, 2021 y 2026).

La curva de duración de la demanda neta ha sido segmentada de acuerdo con la fuente de generación
que se utiliza para abastecer dicha demanda (carbón, gas, hidroeléctrica de pasada, hidroeléctrica de
embalse u otra fuente de generación) [4]. Si bien al año 2021 se espera un fuerte aumento de la
generación renovable variable, también se espera que a medida que la demanda aumenta, se cuente
con una mayor utilización de las centrales a carbón existentes y, posiblemente, una menor utilización de
centrales a gas15.

En comparación con la generación proyectada al año 2021, la generación a carbón comenzaría a


disminuir nuevamente hacia el año 2026 debido a una mayor penetración de fuentes de generación
renovables variables. En caso de implementarse una política de mayor impuesto al CO2, incorporado en
el costo marginal, una mayor cantidad de generación a carbón podría ser desplazada, en parte, por

14
No obstante, dada las deferencias de perfiles de generación eólica a lo largo del país, las necesidades efectivas
de rampa dependerán no sólo de la cantidad de nueva generación renovable que se instale, sino también de qué
tipo y dónde se instale dicha capacidad. Más información en: “Renewable Energy Integration Opportunities in
Chile”. Presentación realizada por Inodú en MIT (mayo 2018) [121].
15
Bajo el contexto de costos combustibles observados durante el año 2017. No se consideró take-or-pay de gas, es
decir, gas inflexible a costo variable combustible igual a cero, ni disponibilidad de gas argentino.

18
generación en base a gas natural16. Lo anterior implica que mediante una política de impuesto a CO2
apropiadamente alineada con el objetivo de reducir emisiones de gases de efecto invernadero, ciertas
centrales a carbón dejarían de operar por condiciones de mercado. No obstante, mientras no se cuente
con otro tipo sistemas capaces de proveer servicios de regulación de frecuencia primaria y secundaria
en la zona norte del SEN, cierto nivel de generación a carbón seguiría siendo necesaria en dicha zona del
sistema eléctrico17.

Figura 12: Operación del sistema eléctrico en 2017, estimada 2021 y 2026 [4].

Tomando como referencia el desarrollo actual y previsible en un periodo de 5 años del parque de
generación18; del sistema de transmisión; la demanda; la señal de costo de inversión; y el precio de
energía, potencia y servicios complementarios vigente; la necesidad de abastecer la demanda neta del
sistema eléctrico de manera segura y económica produce que unidades térmicas deban operar en
frecuentemente a mínimo técnico o de manera intermitente (modo de partida y parada diaria).

16
El nivel de generación a carbón desplazada depende de varios factores, entre ellos, el nivel del impuesto, y el
precio relativo del gas respecto del carbón. El ejercicio realizado consideró la aplicación de un impuesto a las
emisiones de CO2 a todas las unidades, independiente de su tamaño.
17
Más información en: “Renewable Energy Integration Opportunities in Chile”. Presentación realizada por Inodú en
MIT (mayo 2018) [121].
18
Junto a los parámetros técnicos vigentes.

19
La Figura 13 (imagen izquierda) ilustra, en la parte superior, la curva de consumo específico de una
unidad a carbón tipo, y en la parte inferior, la operación esperada de una central termoeléctrica a
carbón en la zona norte de Chile. La figura también presenta el histograma de operación esperado para
un periodo de un año: en el eje x se presenta el factor de planta horario (en porcentaje) respecto de la
capacidad nominal de la central. Se espera a futuro una cantidad significativa de horas de operación a
mínimo técnico (definido, a modo ilustrativo, como el 40% de la potencia nominal de la central), por lo
que en un contexto de alta disponibilidad de generación solar fotovoltaica es crítico que el mínimo
técnico de las centrales a carbón sea lo menor posible19.

Por su parte, la sección derecha de la Figura 13 ilustra un modo de operación probable para central de
ciclo combinado operando con gas, donde también la operación a mínimo técnico (definido, para esa
unidad como el 50% de la potencia nominal), sería un modo de operación frecuente, incluso más
utilizado que el modo de operación a potencia nominal. Al igual que lo indicado para las centrales a
carbón, en un contexto de alta integración renovable es crítico que el mínimo técnico de las unidades a
gas sea lo menor posible.

Considerando los modos de operación esperados, se visualiza que las centrales térmicas comienzan a
evolucionar hacia un modo de operación donde su valor se encuentra en la opción de complementar a
las energías renovables variables mediante provisión de reservas y la opción de modificar su nivel de
producción de manera rápida, competitiva y sostenible en el tiempo.

Dado los costos actuales de generación solar fotovoltaica, es posible indicar que una mayor penetración
de energía solar se podría justificar como medida de eficiencia económica para disminuir los costos
variables de operación y la intensidad de emisiones a nivel de sistema durante las horas de sol, creando
la necesidad, incluso, de operar, en la medida que sea posible, centrales a carbón en modo de partida y
parada diaria. Lo indicado anteriormente podría ser un siguiente paso hacia una mayor
descarbonización del sistema eléctrico, sin cambiar significativamente (reconvertir) los sistemas de
generación térmicos existentes en el sistema eléctrico chileno.

19
Teniendo en consideración que el mínimo técnico depende de las condiciones de diseño y prácticas de operación
vigentes en un momento determinado. Cambios en las condiciones de diseño, mediante inversiones, y/o prácticas
de operación pueden hacer factible una reducción del mínimo técnico.

20
0,43 0,220

0,42
Carbón CCGT
0,210
0,41

0,40 0,200

m3/kWh
kg/kWh
0,39
0,190
0,38

0,37 0,180

0,36
0,170
0,35

0,34 0,160

7000 7000
6000 6000
Número de Horas

Número de Horas
5000 5000
4000 4000
3000 3000
2000 2000
1000 1000
0 0
0% 20% 40% 60% 80% 100% 0% 20% 40% 60% 80% 100%
Factor de Planta Horario Factor de Planta Horario

Pmax Pmax

Pmin Pmin

t t
20
Figura 13: Factor de planta horario esperado y consumo específico de una central térmica a carbón y CCGT en un año [5] .

20
Pmax: Potencia máxima; Pmin: Potencia mínima o mínimo técnico.

21
Desafío de emisiones de NOx de centrales de ciclo combinado a mínimo técnico

Los modos de operación más flexibles que se proyectan como necesarios para centrales a gas difieren
de aquellos esperados en un contexto sin alta penetración de ERNC, como los previstos hace unos años
y evaluados en el proceso de definición del DS N° 13 y en Resoluciones de Calificación Ambiental; por lo
tanto, uno de los aspectos críticos que se debe verificar tiene relación con los requerimientos de los
instrumentos de gestión ambiental asociados a emisiones atmosféricas de NOx (DS 13 y RCAs).

En este contexto, una operación persistente a mínimo técnico, la exigencia de mínimos técnicos más
bajos (o mayor turndown de la central), un mayor número de encendidos y apagados, y una menor
razón de ciclaje producen diversos desafíos que hacen necesaria una revisión de los límites de emisión
definidos en el DS 13, particularmente en condiciones de partida y detención, y en operación a carga
parcial de unidades a gas natural21. A modo de ejemplo, la Figura 14 presenta las emisiones típicas de
una central de gas natural tipo ciclo combinado durante su operación. Los puntos indicados en color
verde representan una condición de operación en régimen; los puntos en color gris representan
instantes de partida y detención. Se observa que durante la condición de operación en régimen,
particularmente en el rango inferior de potencia de operación, hay instantes con mayores emisiones.

140 Hora Encendido


120 En Regimen

100 Desafíos de cumplimiento de requerimientos


del DS Nº 13 durante operación a mínimo técnico
mg/Nm3

produce una disminución de flexibilidad de la unidad (aumento


80 del mínimo nivel de operación para cumplir restricciones ambientales)

60

40

20

0
0 50 100 150 200 250 300 350 400
Generación (MW)

Figura 14: Emisiones de NOx de una central de ciclo combinado

Los límites de emisiones durante operación a carga parcial y durante procesos de partida y detención
son críticos para definir, apropiadamente, los requerimientos de los activos térmicos flexibles que

21
La norma de emisiones para unidades a gas en Estados Unidos y Europa define requerimientos distintos para
unidades operando a carga parcial. Más información en el estudio “Flexibilidad de Operación de Centrales
Termoeléctricas chilenas con los instrumentos de gestión ambiental vigentes”, desarrollado para el Ministerio de
Energía el año 2017 [4].

22
contribuirán al proceso de transición hacia una matriz con menos emisiones de gases de efecto
invernadero. Actualmente la restricción de mínimos técnicos de unidades a gas (por ejemplo, U16 y
Kelar) ha producido, en ciertos días, vertimiento de generación ERNC en la zona norte, es decir,
dificulta que toda la energía ERNC disponible en ciertos instantes pueda ser inyectada al sistema.

Para ilustrar el desafío mencionado, en la Figura 15 se presenta el caso de la operación del sistema
eléctrico nacional el día 14 de octubre de 2018. Si bien, en una primera mirada la operación del día se
percibe como normal (sección superior de la imagen), entre las 12 y 17 horas no se pudo inyectar toda
la energía solar fotovoltaica disponible al sistema eléctrico debido, en parte, al requerimiento de
mínimo nivel de operación con cumplimiento de norma de emisiones de una unidad de ciclo
combinado durante el día (Kelar). Es crítico notar también que durante las horas de vertimiento el
costo marginal de energía en la zona norte fue cero, lo que afecta la sostenibilidad económica de las
centrales.

Figura 15: Caso de operación del SEN el 14 de octubre – vertimiento de energía solar. Fuente: Elaboración propia.

23
Desafío de capacidad de rampas de unidades térmicas y coordinación de la operación

La Figura 16 presenta la operación del sistema eléctrico nacional el día 12 de octubre de 2018.

Figura 16: Caso de operación del SEN el 12 de octubre – vertimiento de energía solar. Fuente: Elaboración propia.

Si bien, en una primera mirada la operación del día se percibe como normal (sección superior de la

24
imagen), entre las 9 y 11 horas no se pudo inyectar toda la energía solar fotovoltaica disponible al
sistema eléctrico debido, en parte, a la coordinación de la operación de las unidades a gas (U16) y
capacidad de rampa para disminuir la generación de unidades térmicas (gas y carbón).

De acuerdo a lo ilustrado en esta sección, en un contexto de alta penetración de energía renovable


variable se tendrá una mayor complejidad en la programación y operación del sistema eléctrico. Por su
parte, el valor de los activos térmicos se mide de una manera distinta a la utilizada históricamente; en
este nuevo contexto, otras propiedades adicionales al valor de inversión, costo variable a capacidad
nominal y emisiones a carga nominal, son relevantes para definir la competitividad de los activos y
permitir una operación más económica del sistema eléctrico en su conjunto (Figura 17).

Figura 17: Competitividad de centrales termoeléctricas en un contexto de alta penetración de energía renovable variable.
Fuente: Elaboración propia.

Los factores indicados en la Figura 17 son críticos al momento de considerar la competitividad de las
opciones de mejora o reconversión de centrales a carbón existentes, y que son posibles de implementar
tanto en el corto plazo como en el largo plazo. La definición del grado de transformación requerido en la
planta, y su conveniencia económica, dependerá de factores como la regulación del mercado, la
estrategia corporativa de la empresa propietaria de la central, las necesidades del sistema eléctrico y/o
el cliente que se suministrará, la competitividad del mercado, el nivel de desarrollo y maduración
tecnológica de la alternativa que se considere, la rentabilidad esperada de la central, la complejidad de
implementación, requerimientos operacionales y costos de operación, la posibilidad de evolución, y el
impacto ambiental y emisiones de CO2 (Figura 18).

25
- Regulación del mercado Rentabilidad -
Factores que
- Estrategia corporativa influencian la Complejidad de implementación -
- Necesidades del cliente y/o Sistema Eléctrico mejora o Operaciones & Costo de Operación -
- Competitividad del mercado reconversión de Capacidad de evolución del sistema -
una unidad
- Desarrollo y maduración de tecnología Impacto ambiental & Emisión de CO2 -

Figura 18: Factores que influencian la mejora o reconversión de una unidad

26
5 CENTRALES DE GENERACIÓN ELÉCTRICA A CARBÓN EN CHILE
Existen 15 centrales de generación termoeléctrica a carbón, distribuidas en 6 comunas a lo largo del
país, que en conjunto agrupan 28 unidades [6]. En algunos casos, las unidades comparten ciertas
instalaciones e infraestructura de soporte, por ejemplo: el muelle, la cancha de carbón, la chimenea, la
captación y descarga de agua, las plantas de tratamiento de agua, vertedero de cenizas, entre otras. Por
lo tanto, la reconversión o el cierre programado de algunas unidades más antiguas se desarrollará en un
terreno donde continúa estando operativa otra unidad de generación, generalmente más nueva.

La Figura 19 muestra la ubicación de unidades de generación a carbón, junto a su capacidad y año de


puesta en servicio22. Las centrales se ubican en el borde costero del Océano Pacífico debido a las
condiciones favorables, económicas y de simplicidad operativa, que presenta el borde costero para el
suministro de carbón. La mayoría de las unidades son de carbón pulverizado subcríticas; sólo dos
unidades son de tipo lecho fluidizado, lo que les permitiría quemar biomasa realizando modificaciones
menores.

Figura 19: Mapa de unidades de generación a carbón operativas y en construcción en Chile. Fuente: Elaboración propia.

Tomando como referencia la fecha de puesta en servicio de las distintas unidades indicada en la Figura
19, se determinó la distribución de la vida útil proyectada de las distintas unidades al año 2030 (Figura
20). Se observa que la mayor parte de la capacidad instalada a carbón tendrá menos de 20 años desde la

22
No se considera la central de Petropower en la región del Biobío porque corresponde a cogeneración.

27
fecha de puesta en servicio. Esta situación que representa un desafío importante respecto al contexto
de reconversión o cierre de unidades que se observa a nivel internacional en Estados Unidos y Europa.

Figura 20: Edad de unidades a carbón en Chile al año 2030. Fuente: Elaboración propia.

5.1 Emplazamiento de centrales termoeléctricas a carbón en Chile

En esta sección se presentan diagramas con la estructura de los distintos complejos de generación
termoeléctrica presentes en el país.

La Figura 21 presenta una vista superior del Central Térmica Tarapacá, que está emplazada en un
terreno de 22 hectáreas, ubicado a un costado del Puerto de Collahuasi. Se ubica a 11 km de la caleta de
Chanavayita y unos 65 km de la ciudad de Iquique. Para la descarga de carbón se utilizan las
instalaciones de Terminal Marítimo Patache, propiedad de Compañía Minera Cordillera. Posee un
vertedero de uso exclusivo.

28
Muelle

Captación agua refrigeración

Descarga agua refrigeración

Compañía Minera Cordillera

CTTAR

Figura 21: Central Térmica Tarapacá. Fuente: Elaboración propia.

La Figura 22 presenta una vista superior del complejo Tocopilla – Nueva Tocopilla, donde están
emplazadas unidades que fueron puestas en servicio en los años ochenta y noventa. Dentro del
complejo también se ubican unidades a gas (TG1, TG2, TG3 y U16). El complejo está emplazado en una
zona industrial ubicado en el sector sur de la ciudad de Tocopilla.

Las unidades de Nueva Tocopilla (AES Gener) comparten la cancha de carbón y muelle con las unidades
de Tocopilla (Engie). Engie es la propietaria de puerto. Las unidades U12 y U13 comparten la chimenea.
También comparten la chimenea las unidades U14 y U15. En ambos casos la chimenea tiene 75 metros
de altura. Las unidades de Engie y AES Gener tienen el vertedero de cenizas en la zona de Barriles.

29
Muelle Captación agua refrigeración

NT01 NT02

U13 U12

Descarga agua refrigeración S/E U15 U14

Figura 22: Complejo termoeléctrico Tocopilla – Nueva Tocopilla. Fuente: Elaboración propia.

La Figura 23 presenta una vista superior del complejo que agrupa las centrales de Angamos – Cochrane,
puestas en servicio el año 2011 y 2016 respectivamente. El complejo está emplazado en un terreno de
88 hectáreas, ubicado 8 km al noreste de la ciudad de Mejillones, e inmediatamente al sur del Complejo
GNL Mejillones (1 km).

Cancha de carbón
Descarga agua refrigeración Cochrane

Muelle
Angamos

S/E
Captación agua refrigeración

Figura 23: Complejo termoeléctrico Angamos – Cochrane. Fuente: Elaboración propia.

30
Las centrales de Angamos y Cochrane comparten el muelle de descarga y cancha de carbón. Las
unidades Cochrane I y II comparten la chimenea. Las unidades Angamos I y II también comparten la
chimenea. En ambos casos la chimenea tiene 96 metros. Las centrales tienen un contrato para
transferencia de carbón con Terminal de Graneles del Norte, filial de Puerto Angamos. Adicionalmente,
ambas centrales utilizan el vertedero Cerro Gris.

La Figura 24 presenta una vista superior del complejo que agrupa las centrales de CTM 1, CTM 2, CTA,
CTH y IEM, puestas en servicio los años 1996, 1998, 2011, 2011 y 2018 respectivamente. El complejo
está emplazado en un terreno de 75 hectáreas, ubicado 3,5 km al noreste de la ciudad de Mejillones, a
un costado del complejo termoeléctrico de centrales de ciclo combinado de Gas Atacama. En el lugar
también se ubica la central CTM3 a gas natural. Las centrales comparten el muelle de descarga de
carbón. Actualmente, una cancha para almacenamiento de carbón se comparte entre CTM1 y CTM2, y
otra para CTA y CTH. CTM 1, CTM 2, CTA y CTH comparten el vertedero de CTM. Se proyecta que IEM
utilice el vertedero en la zona de Cerro Gris.

Las centrales CTA y CTH son de tipo lecho fluidizado circulante por lo que tienen capacidad de quemar
biomasa, aunque actualmente operan de manera exclusiva con carbón. La cancha para almacenamiento
de biomasa instalada en estas centrales es indicada en la Figura 8.

31
Muelle

Captación agua refrigeración


Descarga agua refrigeración

Captación agua refrigeración


Captación agua refrigeración

CTM1
Cancha de carbón

IEM
y
CTM2 CTA y CTH
(en construcción)
CTM3

Cancha de carbón
S/E

Cancha de biomasa

Figura 24: Complejo termoeléctrico Mejillones. Fuente: Elaboración propia.

La Figura 25 presenta una vista superior del complejo que agrupa las centrales de Guacolda 1, 2, 3, 4 y 5,
puestas en servicio los años 1996, 1996, 2009, 2010 y 2015 respectivamente. El complejo está en un
terreno de 31 hectáreas, ubicado a un costado de instalaciones de CAP y 3,6 km de la ciudad de Huasco.

Todas las unidades comparten el muelle para descarga de carbón y la cancha para su almacenamiento.
Las unidades I y II de Guacolda comparten una chimenea de 80 metros. Todas las unidades comparten el
uso del vertedero.

32
U5

Captación agua refrigeración


Descarga agua refrigeración
Muelle

U2 U3

U1
U4

Figura 25: Complejo termoeléctrico Guacolda. Fuente: Elaboración propia.

La Figura 26 presenta una vista superior del complejo Ventanas, donde hay unidades puestas en servicio
en 1964 (Ventanas I), 1977 (Ventanas II), Nueva Ventanas (2010) y Campiche (2013). La instalación está
emplazada en un terreno de 30 hectáreas, ubicado un costado del Puerto Ventanas, a 3,4 km del
terminal GNL Quintero, 1,0 km de la Fundición de Codelco Ventanas y 400 metros de la localidad de La
Greda.

Para la descarga de carbón se utilizan las instalaciones de Puerto Ventanas, que es propiedad de Sigdo
Koppers. Las unidades comparten la cancha de carbón y el vertedero Pangue.

El complejo Ventanas es un caso donde la subestación existente tiene un rol crítico para mitigar efectos
percibidos asociados al retiro de centrales más antiguas. Si bien el retiro de centrales como Ventanas I y
Ventanas II podría tener un efecto en el sistema de Transmisión Zonal, generando una percepción de
necesidad de nuevas inversiones en transmisión; estas necesidades pueden ser mitigadas mediante

33
medidas operativas en la subestación Ventanas y subestación Nueva Ventanas que permitan la
inyección de central Nueva Ventanas, o central Campiche, al sistema de transmisión zonal de 110 kV23.

Nueva Ventanas Campiche S/E

Captación agua refrigeración

Muelle

Descarga agua refrigeración

Ventanas U1 U2 Cancha de carbón

Figura 26: Complejo termoeléctrico Ventanas. Fuente: Elaboración propia.

La Figura 27 presenta una vista superior del complejo Bocamina, la cual está inserta en un costado de la
ciudad de Coronel en un terreno de 17 hectáreas. Las instalaciones comparten una cancha techada de
carbón. Para la descarga de carbón se utiliza la infraestructura de Portuaria Cabo Froward (del Grupo de
Empresas Navieras SA). Las unidades de Bocamina comparten el uso del vertedero.

La Figura 28 presenta una vista superior del complejo Santa María, que está emplazado en un terreno de
10 hectáreas en el sector sur de la ciudad de Coronel. Para la descarga de carbón se utilizan las
instalaciones del terminal granelero de la empresa Puerto Coronel. La central Santa María tiene un
vertedero de uso exclusivo.

23
Actualmente las centrales Nueva Ventanas y Campiche inyectan a S/E Nogales, pero subestación Nueva
Ventanas 220 kV tiene una conexión a subestación ventanas 110 kV mediante un transformador de 300 MVA
220/110 kV. Fuente: Diagrama Unilineal ex – SIC 2017. Link:
https://sic.coordinador.cl/en/informes-y-documentos/fichas/mapa-y-diagrama-unilineal-del-sic/

34
S/E U2

Almacén de carbón U1

Descarga agua refrigeración

Captación agua refrigeración

Muelle

Figura 27: Complejo termoeléctrico Bocamina. Fuente: Elaboración propia.

Cancha de carbón
Descarga agua refrigeración

Santa María de
Muelle Captación agua refrigeración Coronel

Figura 28: Complejo termoeléctrico Santa María. Fuente: Elaboración propia.

5.2 Caracterización de unidades termoeléctricas a carbón existentes

La Figura 29 sintetiza la información de consumo específico a potencia nominal y tiempo de encendido


en caliente para cada unidad. El tiempo de encendido en caliente se ha segmentado en dos intervalos: el
tiempo requerido entre la orden de encender y sincronización y el tiempo que toma la unidad, una vez
sincronizada, en alcanzar su mínimo técnico. Las cinco unidades de menor consumo específico se

35
encuentran en el rango de 0,352 y 0,376 ton/MWh. Por su parte, las cinco unidades de consumo
específico más elevado se encuentran en el rango de 0,415 y 0,463 ton/MWh. La mediana es 0,384
ton/MWh.

En promedio el consumo específico a mínimo técnico para las unidades del ex SING es un 13% superior
al consumo específico a capacidad nominal, llegando a ser en algunos casos hasta un 23% superior24.

Figura 29: Consumo específico y tiempo de encendido. Fuente: Elaboración propia en base a datos del Coordinador Eléctrico
Nacional para la programación de la operación en agosto 2018.

Desde el punto de vista de flexibilidad, la Figura 30 presenta el rango operacional y el rango operacional
relativo de las distintas unidades25. La estimación se realizó tomando como referencia el mínimo
técnico, sin considerar capacidad de regulación de frecuencia, reportado por el Coordinador durante
septiembre de 2018. Se observa que las cinco unidades de mejor desempeño tienen un rango
operacional relativo entre 70% y 75%. En contraste, las cinco unidades de menor flexibilidad tienen un
rango operacional relativo entre 31% y 50%.

24
En base a polinomios de consumo específico utilizados por el ex CDEC SING.
25
El rango operacional es la diferencia entre la potencia máxima y la potencia a mínimo técnico de una unidad. El
rango operacional relativo es el rango operacional dividido por la potencia máxima: 1 – Pmin/Pmax.
Cálculos realizados con datos disponibles a agosto de 2018.

36
Figura 30: Rango operacional absoluto y relativo de unidades de carbón. Fuente: Elaboración propia.

Es posible observar que, en promedio, las unidades del SEN-Norte actualmente tienen un rango
operacional relativo superior a las unidades del SEN-Sur (62% vs 52%)26.

Tomando como referencia los costos de carbón y costos variables no combustibles reportados a agosto
de 2018, la Figura 31 presenta el costo variable de generación de las unidades a carbón27. Las cinco
unidades de menor costo variable se encuentran en el rango de 36,85 y 42,35 USD/MWh. En contraste,
las cinco unidades de mayor costo variable se encuentran en el rango de 52,91 y 66,14 USD/MWh.
Adicionalmente, la figura presenta el costo de partida según la capacidad de las distintas unidades.

Figura 31: Costo variable y costo de encendido. Fuente: Elaboración propia.

Tomando como referencia la operación durante el año 2017, la Figura 32 presenta la generación anual,
el factor de planta, el número de partidas observado y la energía que potencialmente podría generar
cada unidad.

26
Basado en datos publicados a agosto de 2018.
27
De acuerdo a la legislación vigente, el valor indicado en la figura no incluye el costo del impuesto a emisiones.

37
Figura 32: Energía generada, factor de planta y número de partidas. Fuente: Elaboración propia.

En función de la información reportada por las compañías en los Informes de Determinación de


Parámetros para Procesos de Partida y Detención (PPyD) de unidades, y validada por el Coordinador
Eléctrico, la Figura 33 presenta el tiempo mínimo de operación de las unidades a carbón ubicadas en el
SEN-Norte. Actualmente, no hay parámetros de tiempo mínimo de operación validado por el
Coordinador para las unidades del SEN-Sur28. Los tiempos indicados consideran paradas programadas.

30
Tiempo mínimo de

25 24 24 24 24 24 24
operación (h)

20
15 15
15
10
5 3 3 3 3 3
0 0 0 0 0 0
0
CTM1

CTM2
CCR1

CCR2

U15
U14

U12

U13

CTA

CTH
ANG1

ANG2

Guacolda 1

Guacolda 2

Guacolda 3

Guacolda 4

Guacolda 5
NTO1

NTO2

Justificaciones entregadas en los informes:


Riesgos de corrosión y necesidad de estabilizar valores de pH en agua de caldera.
Dilatación térmica completa y estable.
Siempre y cuando su tiempo de apagado sea menor a 96 horas.

Figura 33: Tiempo mínimo de operación. Fuente: Elaboración propia con datos del CEN.

28
Los informes de PPyD de las unidades de Bocamina especifican que este parámetro “quedará condicionado a las
horas de compensación para cumplir el DS N°13/11”. El informe de la unidad Santa María de Coronel no menciona
el parámetro de tiempo mínimo de operación. Por último, a la fecha de elaboración de este análisis, no hay
informes disponibles en la página web del Coordinador sobre los PPyD de las unidades del complejo Ventanas.

38
En relación a aspectos ambientales, las centrales a carbón en Chile retiran, en promedio, 131 m3/MWh
de agua de mar si poseen un sistema de enfriamiento abierto y 5,7 m3/MWh si el sistema es cerrado29.
La cantidad de agua requerida para enfriamiento depende del tamaño de la central, su eficiencia, y el
tipo de sistema de enfriamiento — independiente del tipo de combustible utilizado. Aproximadamente
el 95% del agua retirada se utiliza para enfriamiento de la central30.

La Tabla 1 sintetiza la información disponible de los sistemas de control de emisiones atmosféricas que
se han instalado como parte de las medidas para cumplir con la norma de emisiones de centrales
termoeléctricas (DS Nº 13). Por su parte, la Figura 34 sintetiza las emisiones de CO2, NOx, MP y SO2,
totales anuales y por unidad de energía generada, en cada chimenea asociada a las centrales a carbón
existentes. Las unidades con mayor intensidad de emisiones por energía generada son la U12 y U13;
unidades que recientemente se han comprometido a retiro.

29 3
Para una central con sistema de enfriamiento abierto el retiro mínimo de agua observado es 81,5 m /MWh y el
3
retiro máximo es 218,8 m /MWh.
30
Más información en el estudio “Estudio de Antecedentes Técnicos, Económicos, Normativos y Ambientales de
Tecnologías de Centrales Termoeléctricas y sus Sistemas de Refrigeración,” desarrollado por Inodú para el
Ministerio de Energía el año 2014.

39
Tabla 1: Sistemas de control de emisiones instalados en las centrales a carbón. Fuente: Elaboración propia en base a encuestas a empresas.

40
Unidad Control de MP (Eficiencia, Flujo de diseño) Control de SO2 (Eficiencia, Flujo de diseño) Control de NOx (Eficiencia, Flujo de diseño)
CTTAR Filtro de mangas (99,6%, 1150k m3/h) FGD
U12 Filtro de mangas (99,95%, 370k m3/h) FGD seco (87,86%, 450k m3/h) Quemadores Low NOx
U13 Filtro de mangas (99,95%, 370k m3/h) FGD seco (87,86%, 450k m3/h) Quemadores Low NOx
U14 Filtro de mangas (99,95%, 570k m3/h) FGD seco (87,86%, 570k m3/h) Quemadores Low NOx
U15 Filtro de mangas (99,95%, 570k m3/h) FGD seco (87,86%, 570k m3/h) Quemadores Low NOx
NTO1 Filtro de mangas (45 mg/Nm3 580k Nm3/h) FGD seco (95%, 580km3/h) Quemadores Low NOx (500 mg/m3)
NTO2 Filtro de mangas (45 mg/Nm3 580k Nm3/h) FGD seco (95%, 580kNm3/h) Quemadores Low NOx (500 mg/m3)
CCR1 Filtro de mangas (99,9973%, 1228k m3N/h) FGD seco (90,9441%, 1269k m3N/h) SCR (50%, 785k m3N/h)
CCR2 Filtro de mangas (99,9973%, 1228k m3N/h) FGD seco (90,9441%, 1269k m3N/h) SCR (50%, 785k m3N/h)
ANG1 Filtro de mangas (99,99%, 1375k m3/h) FGD (88,6%, 1375k m3/h)
ANG2 Filtro de mangas (99,99%, 1375k m3/h) FGD (88,6%, 1375k m3/h)
CTM1 Filtro de mangas (99,95%, 560k m3/h) FGD seco (76,44%, 560k m3/h) Quemadores Low NOx
CTM2 Filtro de mangas (99,95%, 600k m3/h) FGD seco (76,44%, 600k m3/h) Quemadores Low NOx
CTA P. Electrostático (99,9%, 520k m3/h) Inyección de caliza (99,9%, 520k m3/h) L. fluidizado mantiene baja T° de caldera.
CTH P. Electrostático (99,9%, 520k m3/h) Inyección de caliza (99,9%, 520k m3/h) L. fluidizado mantiene baja T° de caldera.
IEM P. Electrostático o F. de mangas FGD húmedo Quemadores Low NOx y SCR
Guacolda 1 Filtro de mangas (99,85%, 610km3N/h) FGD seco (91,0%, 610 km3N/h) SCR (89,91%, 610 km3N/h)
Guacolda 2 Filtro de mangas (99,85%, 610km3N/h) FGD seco (91,0%, 610 km3N/h) n/a
Guacolda 3 P. Electrostático (99,85%, 638k m3N /h) FGD húmedo (90,5%*, 618k m3N/h) Quemadores Low NOx (30%**)
Guacolda 4 Filtro de mangas (99,85%, 610k m3N/h) FGD seco (87,5%, 610k m3N/h) SCR (83%, 567k m3/h)
Guacolda 5 P. Electrostático (99,9%, 617km3N/h) FGD húmedo (90,5***, 572k m3N/h) SCR (83,30%, 463k m3N/h)
Ventanas 1 Filtro de mangas (99,9%, 500k m3/h) FGD CDS (90%, 500k m3/h) Quemadores Low NOx (~50%)
Ventanas 2 Filtro de mangas (99,9%, 1055k m3/h) FGD SW (80%, 1055k m3/h) Quemadores Low NOx (45%, 1095k m3/h)
Nueva Ventanas Filtro de mangas (99,99%, 936k m3/h) FGD SDA (74,5%, 912k m3/h) Quemadores Low NOx (50%, 936k m3/h)
Campiche Filtro de mangas (99,99%, 936k m3/h) FGD SDA (74,5%, 912k m3/h) Quemadores Low NOx (50%, 936k m3/h)
Bocamina 1 Filtro de mangas (99%, 700k m3/h) FGD SDA
Bocamina 2 Filtro de mangas (99%, 1303 m3/h) FGD (98%, 1215k m3/h)
Santa María P. Electrostático (99,7%, 1500 m3/h) FGD húmedo (78%, 1500k m3/h) Quemadores Low NOx (50%, 1500k m3/h)
SCR: Selective Catalyst Reduction
FGD: Flue Gas Desulphurization * valor garantizado de 10.8 t/d a la salida.
SW: Sea Water ** valor garantizado de 8.8 t/d a la salida.
SDA: Spray-dry Absorber *** valor garantizado de 200 mg/m3N a la salida, base seca.
CDS: Circulating Dry Scrubber

41
Figura 34: Emisiones de las unidades a carbón durante el año 2017. Fuente: Elaboración propia con datos reportados por la SMA.

42
6 ALTERNATIVAS DE CONVERSIÓN, CIERRE Y/O REUTILIZACIÓN DE
CENTRALES A CARBÓN
En este estudio se revisan en distinto nivel de detalle 15 alternativas de cierre y/o reconversión de
centrales a carbón. Tres alternativas tienen relación a la conversión parcial o total de una central a uso
de gas natural. Dos opciones están relacionadas al uso parcial o total de biomasa. Se consideró también
la opción de conversión total a uso de residuos sólidos domiciliarios, desalación de agua de mar,
cogeneración de hidrógeno y electricidad, uso de sistemas de captura y secuestro de emisiones de CO2,
utilizar la instalación para emplazar motores a gas, sistemas de almacenamiento de corto plazo
(baterías), sistemas de almacenamiento mediante aire comprimido, y desarrollo de sistemas híbridos
mediante sistemas de almacenamiento de larga duración con sales fundidas. También se consideró la
opción de cierre de la unidad y de mantener la central como reserva estratégica.

Las alternativas fueron analizadas en términos de costos de inversión, estimación de reducción de


emisiones de GEI en la unidad, cambios en los impactos ambientales locales y cambios en la flexibilidad
operacional de la unidad convertida. Adicionalmente, se entregó una visión general del impacto en
empleo. La evaluación presentada en esta Sección se realizó en base a los casos y estudios
internacionales consultados, considerando el contexto de mercado actual y futuro descrito en la Sección
4.

Para el contexto de este estudio, se considera que la reutilización de infraestructura de una central es un
factor importante, por lo que todas las alternativas mencionadas consideran la utilización parcial o total
de la infraestructura asociada a una central existente31. Como se ha indicado, en una central
termoeléctrica a carbón se pueden compartir estructuras que son funcionales a las múltiples unidades
de generación que forman parte de una central. Parte de las instalaciones y servicios compartidos se
ilustran en la Figura 35.

31
A excepción de la alternativa de cierre y desmantelamiento. No se consideraron alternativas que no reutilizan
infraestructura de una central termoeléctrica a carbón y/o que no contribuyen a la descarbonización.

43
Figura 35: Componentes generales de una central a carbón. Fuente: Elaboración propia.

La evaluación y estimación de reducción de emisiones de GEI, cambios en la flexibilidad operacional,


costo de inversión y grado de reutilización de infraestructura es altamente dependiente del caso
específico de la central que se desea evaluar. En este estudio se describen referencias internacionales
sobre distintos tipos de casos; por una parte, se tiene estudios o casos de centrales termoeléctricas que
se reconvierten o cierran por completo todas sus unidades, por otra parte, se tiene casos donde se
reconvierte solo una unidad de la central. Los atributos estimados para una alternativa cambian si es
que se considera una reconversión o cierre de distinto número de unidades32.

Se analiza de manera cualitativa el impacto de cada alternativa de conversión sobre los aspectos
técnicos y operacionales que a su vez determinan el valor de señales económicas en el mercado de
generación de energía. En particular, se discute el impacto de cada conversión sobre la eficiencia de la
unidad y se presentan los desafíos asociados al costo del nuevo combustible a utilizar, ambos factores
que impactan en el Costo Variable Combustible.

Además, se discute el impacto de las alternativas de conversión sobre los costos de abatimiento de
emisiones y sobre otros costos variables de operación y mantenimiento, ambos factores que
determinan el Costo Variable No-Combustible de una unidad.

El impacto de una conversión sobre las dos señales económicas mencionadas anteriormente es crítico
de analizar en un contexto de mercado que contempla un despacho centralizado determinado por

32
Pueden existir economías de escala o diluciones de costos de inversión/fijos cuando se reconvierta mayor
número de unidades en una misma central. También puede cambiar el grado de aprovechamiento de
infraestructura.

44
costos variables auditados, pues la competitividad de una unidad estará fuertemente influenciada por su
Costo Variable de producción. El costo variable de producción es la suma entre el costo variable
combustible y el costo variable no combustible.

Es importante notar que el impuesto vigente sobre las emisiones de CO2 provenientes de fuentes
térmicas fijas mayores a 50 MW térmicos se determina de forma anual ex-post a las operaciones del
sistema eléctrico. Por lo tanto, no se incluye actualmente en la señal económica de Costo Variable que
influencia la competitividad de una unidad en el despacho del mercado eléctrico.

6.1 Conversión de centrales existentes a otros combustibles

Dentro de las alternativas estudiadas, la conversión a uso de gas natural y biomasa cuentan con el
potencial de reutilizar la caldera existente de la unidad a carbón y se encuentran tecnológicamente
maduras. En la Sección 6.1.1 se presentan los principales aspectos a tener en cuenta al momento de
decidir reutilizar una caldera existente bajo una de estas alternativas.

La factibilidad de convertir una unidad de generación de carbón a biomasa o gas natural depende de las
restricciones que genera la infraestructura de soporte existente en Chile para suministrar dicho
combustible. Estas restricciones se presentan en la Sección 6.1.2.

A continuación, se desarrollan 5 alternativas de conversión de centrales existentes:

Combustible
# Tipo de conversión
Primario
1a Conversión total a gas natural
Gas Natural 1b Co-combustión de carbón y gas natural
1c Uso de gas natural en operación a mínimo técnico y partidas
2a Conversión total a biomasa forestal
Biomasa
2b Co-combustión de carbón y biomasa forestal

6.1.1 Desafíos en la reutilización de calderas heredadas

En la Sección 5 se describen las unidades a carbón instaladas en el país. Es crítico notar que cada unidad
es diferente. Incluso las unidades de similar capacidad, percibidas como “duplicadas” por estar
instaladas una junto a la otra en una misma central tienen diferencias en su rendimiento y operación.
Esto se debe a las características particulares de cada caldera y a las diferencias y variabilidad del
combustible utilizado. Por lo tanto, ante una potencial modificación de una central se recomienda
contactar al fabricante de la caldera de cada unidad para que este realice una evaluación del diseño que
permita minimizar desafíos que afecten significativamente el costo de una reconversión y posibles
efectos en el rendimiento.

45
Las calderas están diseñadas teniendo en cuenta un tipo de combustible en particular33. En la Figura 36
se ilustra cómo cambia el tamaño del hogar de una caldera –lugar donde ocurre la combustión y
transferencia de calor por radiación– dependiendo del tipo de combustible a utilizar [7] [8].
Adicionalmente, si durante la etapa de diseño el propietario de la central a carbón solicita considerar la
operación con más de un tipo de carbón, el diseñador probablemente considerará las características del
combustible de peor calidad. Por este motivo, la caldera de una unidad que quema carbón bituminoso
es considerablemente más pequeña que una caldera en que se quema carbón de lignito para la misma
potencia. Lo indicado anteriormente tiene implicancias al momento de evaluar la conversión de tipo de
combustible o incluso para quemado simultáneo de dos tipos de combustible.

Figura 36 : Diferencias en tamaños del hogar de una caldera que utilice quemadores para distintos combustibles.
Fuente: Elaboración propia en base a [7] [8].

Además de la forma y tamaño del hogar, también pueden requerirse cambios relevantes en la
estructura de una caldera al cambiar el tipo de combustible a combustionar. En la Figura 37 se presenta
un esquema con las diferencias constructivas generales de calderas de carbón pulverizado, biomasa y
gas natural.

33
Se considera, entre otros, los siguientes aspectos para una caldera a carbón [6]: A medida que disminuye la
calidad del carbón, se debe aumentar el área de hogar y la altura vertical; para obtener el tiempo de retención
adecuado para la combustión, se debe considerar una altura adecuada entre la fila superior de los quemadores y la
salida del hogar; para minimizar la deposición y el ensuciamiento de los bancos de tubos, se debe considerar
suficiente superficie de transferencia de calor en la pared para permitir el enfriamiento del gas de combustión para
que las cenizas volantes se solidifiquen antes de que entren en el primer banco de tubos; etc.

46
Figura 37: Diferencias estructurales entre una caldera de carbón pulverizado y calderas de biomasa y gas natural. Fuente: [9].

Incluso para cambios menores, como la co-combustión en baja proporción de otros combustibles
además del carbón, existen factores específicos a cada caldera en los que dependerá el costo de
reconversión y la resultante flexibilidad y eficiencia. Por ejemplo, el tipo y distribución de los
quemadores en una caldera de carbón pulverizado tiene un impacto en el costo de conversión. La Figura
38 ilustra las distintas configuraciones generales de quemadores.

47
Figura 38: Configuraciones posibles de quemadores en una caldera de carbón pulverizado. Fuente: [10].

Por lo tanto, el costo de conversión de una caldera de carbón pulverizado a un combustible no


contemplado en la etapa de diseño es afectado por los siguientes factores:

 Estructura de la caldera:
o Tamaño y estructura de la caldera.
o Configuración y tipo de quemadores.
o Estructura y capacidad de la unidad de convección.
 Proveedor de la caldera.
 Año de instalación y estado de mantención.
 La zona donde está instalada la planta:
o Costos y productividad de mano de obra local.
o Actividad sísmica.

Sobre estos factores también depende la eficiencia y capacidad de generación resultantes luego de una
reconversión de una unidad de carbón a otro combustible.

48
6.1.2 Infraestructura existente de suministro de gas natural y biomasa

La infraestructura existente en Chile para suministrar gas y biomasa es un factor crítico en la


determinación de la factibilidad de convertir una central existente de carbón a cualquiera de las
alternativas mencionadas. En esta sección se sintetiza la relación entre la ubicación de las centrales
existentes, la infraestructura de gasoductos, y la distribución de la industria forestal primaria. Más
detalles se pueden encontrar en el Anexo A.

Distribución de gas natural

Durante los últimos años, el gas natural en Chile ha sido importado principalmente en forma de Gas
Natural Licuado (GNL), el que se recibe y almacena en los terminales de Mejillones y Quintero. Existen
gasoductos para distribuir el gas natural que llega a los terminales hacia sus puntos de consumo. La red
de gasoductos también está interconectada con Argentina, país desde el que recientemente han
comenzado importaciones de gas natural extraído de sus reservas de shale gas [11]. La disponibilidad de
largo plazo de gas natural argentino actualmente es incierta y depende de la producción futura de gas
en dicho país, el que cuenta con una de las mayores reservas de shale gas del mundo.

La mayoría de las centrales a carbón existentes están emplazadas en las inmediaciones de un gasoducto,
o incluso limitan con uno. Esto es de crítica importancia, porque la necesidad de construir un gasoducto
para el suministro de una central convertida puede determinar la factibilidad económica de un proyecto
de conversión. Todas las centrales están emplazadas en las inmediaciones de un gasoducto, excepto las
centrales Tarapacá y Guacolda.

Información específica sobre los gasoductos ubicados cerca de centrales existentes y mapas de su
ubicación pueden encontrarse en el Anexo A. Comentarios sobre impactos del costo del nuevo
combustible en los costos variables de operación de una central convertida se incluyen en las Secciones
que describen las alternativas.

El uso de Gas Licuado de Petróleo (GLP), en reemplazo de GNL, en la conversión de calderas de carbón a
gas no está limitado por aspectos técnicos de su quemado. Su potencial uso depende del acceso y costo,
comparado al gas natural. En Chile, actualmente más del 80% del GLP es importado.

Distribución de biomasa forestal

En base a la experiencia del consultor, se considera que la biomasa forestal disponible actualmente en
Chile consiste mayoritariamente de desechos de la industria forestal en forma de aserrín y corteza;
desechos del esquema de producción integrado de dicha industria, que produce madera, paneles,
celulosa y energía.

Los costos de transporte dependen en gran medida de la distancia de transporte y de la densidad


energética de la biomasa, la que depende de su fuente y humedad. Para la combustión en calderas se
puede utilizar biomasa no tratada (corteza y aserrín) con una humedad típica de entre 35 y 50% en peso,

49
o biomasa tratada en forma de pellet blando o duro34, los que pueden incluso llegar a presentar
humedad despreciable. Cuando la biomasa es trasladada distancias significativas, usualmente se
considera su peletización, lo que requiere la instalación de plantas de peletizado. Entonces, los costos de
biomasa dependen de las zonas con disponibilidad de desechos forestales, existencia de plantas de
peletizado y la logística del transporte. Algunos factores que afectan el costo de suministro de biomasa
se esquematizan en la Figura 39.

Figura 39: Comportamiento del costo de suministro de biomasa y variables que lo afectan. Fuente: Elaboración propia.

Las centrales de generación localizadas en áreas de alta concentración y explotación de bosque


minimizarían los costos de recolección, traslado y el impacto ambiental del transporte de la biomasa.
Por ejemplo, la planta Lautaro de Comasa tiene una capacidad de 47 MWe y opera completamente con
una mezcla de residuos forestales y agrícolas. Su estrategia de suministro es comprar los residuos dentro
de un área de influencia, los que se transportan en camiones hacia la central.

Si se considera la distribución de biomasa forestal en el país mostrada en el Anexo A, se puede observar,


de manera preliminar, que las centrales ubicadas en Coronel podrían posiblemente obtener un
suministro de biomasa forestal sin la necesidad de peletizado. Sin embargo, es necesario evaluar si se
puede disponer de biomasa suficiente y el costo de producción, recolección, almacenamiento y
transporte de biomasa en cantidades suficientes para producir electricidad a potencia nominal de la
unidad, en caso de una conversión total35.

34
El pellet blando es simplemente biomasa comprimida en forma de pellet. En su manejo puede requerir un
sistema de control de polvo, protección a la lluvia y el uso de sistemas separados de recepción y molienda.

El pellet duro puede ser madera secada a niveles muy bajos de humedad y luego comprimido, o madera
torrefactada mediante un proceso termoquímico realizado a 200–300ºC y un tiempo de residencia de 1 hora, que
forma un pellet duro impermeable a la humedad, el que puede pulverizarse como el carbón.
35
Teniendo en consideración la cantidad de biomasa/día requerida para una operación continua de una central de
generación, se requiere desarrollar plantaciones forestales de un tamaño mínimo que permitan el ciclo de
crecimiento del árbol de 15 – 17 años, edad estimada para que un árbol como el pino o el eucaliptus logren un
tamaño económicamente explotable (diámetro y densidad). La tasa de crecimiento del árbol depende en gran
medida de la especie y del medio ambiente (disponibilidad de agua). Similar estrategia se desarrolla en la industria

50
En general, la disponibilidad de biomasa forestal debe estar asociada a contratos de largo plazo que
permitan asegurar un suministro mínimo para la recuperación del capital de la inversión. Además, si se
pretende realizar una conversión para disminuir emisiones de GEI para combatir el cambio climático, se
debe asegurar que la cadena de suministro de la biomasa sea sustentable, para que las emisiones de
carbono producidas en su combustión sean efectiva y prontamente capturadas y fijadas en nueva
vegetación36.

6.1.3 Conversión parcial o total a gas natural

El costo de construcción de un gasoducto para el suministro de combustible de una central puede ser
comparativamente alto en comparación al costo de modificación de una caldera en una unidad a carbón
para el uso de gas natural como combustible. Por lo tanto, en esta sección solo se presentan casos
referenciales que consideran unidades ubicadas en la vecindad de un gasoducto y con un suministro de
gas natural suficiente.

En esta sección se presentan tres alternativas de conversión de una central de carbón para el uso de gas
natural, las que difieren principalmente en la cantidad de suministro de gas requerido para su
operación, el alcance de las modificaciones a la caldera, y el modo de operación en que se utiliza el gas
natural:

1. Conversión total a gas: Esta opción considera convertir la unidad para poder operar hasta carga
nominal con gas natural. Requiere comparativamente mayores cambios e inversión que las otras
alternativas. Esta conversión se puede implementar de forma que la unidad también pueda seguir
combustionando carbón, lo que otorga flexibilidad operacional de largo plazo para cambiar de
combustible. Los costos y comportamiento operacional luego de una conversión total a gas son
altamente dependientes de las características de cada caldera específica, por lo que cada unidad
debe analizarse detalladamente antes de desarrollar una conversión.

2. Co-combustión de gas y carbón: Existe la posibilidad de utilizar gas natural en los procesos de
partida de la unidad, en operación a mínimo técnico y en una pequeña proporción respecto al
carbón, durante operación a cargas más altas. Esta opción incluye la capacidad de variar la
proporción de ambos combustibles hasta cierto límite37, lo que otorga flexibilidad en el uso de
combustible para cambiar su proporción dependiendo de su disponibilidad y costo relativo.

forestal (madera, paneles, celulosa) que deben tener plantaciones para la operación de las plantas en un régimen
de funcionamiento continuo máximo. Estas plantaciones deben considerar en su tamaño los riesgos de incendio.
36
En algunos contextos, como el de UK, se ha indicado que el uso de biomasa para reemplazar generación a
carbón no sería una medida efectiva para combatir el cambio climático. Más información en:
https://mitsloan.mit.edu/press/displacing-coal-wood-power-generation-will-worsen-climate-change-say-mit-
umass-lowell-and
37
Usualmente la proporción gas/carbón en co-combustión es baja. Si bien es factible realizar una conversión para
la co-combustión con proporciones más altas de gas, no se ha encontrado documentación de experiencias de este
tipo en este estudio. Es posible que la falta de experiencias con fracciones altas de co-combustión de gas se deba a

51
3. Uso de gas natural en operación a mínimo técnico y partidas: La capacidad de utilizar gas natural
solo durante procesos de encendido y en operación a mínimo técnico de una unidad a carbón
requiere cambios menores a la unidad, en comparación a convertir la unidad para permitir la co-
combustión de gas y carbón en operación a cargas más altas. En algunos casos, es posible operar
exclusivamente con gas natural en mínimo técnico solo con la adición de ignitores y algunos
quemadores de gas.

En un proceso de conversión los principales sistemas que se tienen que modificar son los quemadores,
las cajas de aire, las cañerías y, potencialmente, las partes de presión (sobrecalentador). Además, se
deben agregar los sistemas de alimentación de combustible.

Las modificaciones más importantes que deben considerarse en un proceso de conversión a gas natural
son la instalación de una nueva estación de medida y reducción de presión de gas, junto al piping
necesario para distribuirlo al interior de la central. Además, se debe instalar una estación de
alimentación de gas a los quemadores de la caldera. Estas instalaciones se operan con normas de
seguridad más exigentes que las de manejo de carbón.

Por otra parte, se deben agregar nuevos quemadores o reemplazar los quemadores existentes para
permitir la combustión de gas natural. Distintas opciones (o una combinación de ellas), que permiten la
combustión de carbón y gas natural en distintas proporciones, son aplicables a distintos tipos de caldera
y tienen distinto costo de inversión. Las opciones generalmente consideradas son:

 Agregar quemadores piloto de gas en los quemadores de carbón existentes. Estos quemadores
piloto se pueden utilizar para encender, apoyar y mantener la llama de un quemador principal38.

 Agregar quemadores de gas adicionales a los quemadores de carbón pulverizado existentes.


Dependiendo de la configuración de los quemadores de carbón existentes, los nuevos
quemadores de gas adicionales podrían requerir distinta inversión y podrían ser más difíciles de
instalar39. Esta opción permite el uso de gas en encendidos y en mínimo técnico, además de co-
combustión en bajas proporciones gas/carbón.

que la unidad reconvertida puede perder potencia de generación con fracciones altas de gas/carbón, como se
explica más adelante en esta Sección. Es posible mantener la capacidad de la unidad al utilizar fracciones altas
gas/carbón, aunque esto requiere una transformación de mayor costo.
38
Mayores detalles sobre ignitores, quemadores piloto y quemadores principales se puede encontrar en
https://www.eecpowerindia.com/codelibrary/ckeditor/ckfinder/userfiles/files/EEC-
GIZ_sli_Ignition_Scanner_Camera-RZ.pdf.
39
Para calderas de quemado tangencial, las cajas de aire (también llamadas “cámaras plenas” (o en inglés,
windboxes) que tienen instalados los quemadores y boquillas de aire están instaladas en las esquinas de la caldera,
normalmente hay espacio para agregar quemadores de gas en las ubicaciones de aire secundario de la caja de aire.
Para las unidades con quemadores de pared, la situación es un poco diferente. En estas unidades, las boquillas de
carbón son como verdaderos quemadores individuales. Instalar quemadores de gas en la misma pared puede
resultar más difícil sin alterar el patrón de quemadores existentes, sin embargo, se puede utilizar la pared opuesta.

52
 Reemplazar algunos o todos los quemadores de carbón pulverizado por quemadores de gas.
En este caso, los nuevos quemadores de gas no pueden quemar carbón. Esta opción típicamente
se considera para la co-combustión gas/carbón en calderas que no tienen suficiente espacio
para agregar quemadores de gas adicionales a los existentes de carbón, o en casos en que se
quiere convertir una unidad totalmente a gas natural sin la posibilidad de volver a utilizar
carbón.

 Reemplazar algunos o todos los quemadores de carbón pulverizado por quemadores duales,
los que pueden ajustarse a utilizar tanto gas como carbón. Esta opción permite una mayor
flexibilidad operacional, pues se puede elegir el combustible a utilizar. Dependiendo del número
de quemadores duales instalados, esta opción puede permitir co-combustión de gas y carbón o
la utilización únicamente de gas o carbón en distintos periodos de operación.

Independiente de la nueva configuración de quemadores en una unidad convertida, se debe reajustar el


sistema de control de quemadores (Burner Management System) para que los quemadores produzcan
una combustión eficiente y segura. Este reajuste también debe considerar la combustión de gas con
bajas emisiones (low NOx burning).

Se debe considerar que, en general, la potencia eléctrica generada por la unidad disminuirá en cierta
medida después de una conversión para el uso de gas natural. Usualmente, el hogar de una caldera de
carbón queda sobredimensionado cuando se utiliza gas natural, por lo que la temperatura de los gases
que entran en contacto con el sobrecalentador de la caldera es mayor que en operación con carbón
[12]40. Esto arriesga daño a algunas partes de la caldera, lo que obliga a operar con un menor flujo de
combustible que cuando se opera solo con carbón. En última instancia, esto implica que no se podrá
alcanzar la misma potencia eléctrica máxima. Para conversiones totales a gas, se puede evitar la
disminución de la potencia de la unidad haciendo modificaciones mayores a la caldera, pero esto
requiere una inversión mayor.

Generalmente, co-combustionar gas natural en una caldera a carbón produce una leve disminución de la
eficiencia de la unidad [12]. El gas natural tiene un mayor contenido de hidrógeno respecto al carbón,
por lo que se produce más vapor de agua cuando se combustiona, lo que enfría los gases de la
combustión. La eficiencia de la unidad podría disminuir entre un 2 a 3% para mezclas de hasta 50% de
gas y carbón, como se explica en el Anexo B. En el caso de una conversión total a gas natural se podría
esperar una disminución de hasta 5% en la eficiencia neta de la unidad [13].

En cualquiera de los dos casos, la transformación es más extensa que en el caso de existir quemadores
tangenciales.
40
Los principales motivos son: (1) Para la combustión de gas natural, la combustión suele ser mucho más rápida
que la combustión de carbón, por lo que no se requiere una caldera del mismo tamaño. (2) Poca ceniza recubre las
paredes del hogar durante la operación. (3) La densidad del gas de combustión para una unidad de carbón típica es
mayor que la de una unidad de gas natural típica (1.010 lb/MMBTU en comparación con 879 lb/MMBTU). (4) La
llama de gas natural es de mayor temperatura. Todos estos factores aumentan la transferencia de calor por
radiación en el hogar de la caldera.

53
Respecto al posible efecto que una conversión parcial o total a gas natural pueda tener en el empleo,
acotado a la central de generación, no se anticipan efectos significativos respecto de los que podrían
esperarse en el caso base (sin conversión). El caso de la conversión total a gas natural puede significar
un efecto algo mayor debido a cambios en la gestión de combustible (no se requiere carbón) y equipo
de abatimiento de emisiones.

6.1.3.1 Alternativa 1a – Conversión total a gas natural

Una alternativa para reducir la intensidad de emisiones de GEI de una unidad a carbón durante su
operación es la conversión de la unidad para que utilice únicamente gas natural como combustible. A
nivel internacional, existen múltiples casos de conversión de centrales de carbón para permitir la co-
combustión de gas natural y carbón, pero existen pocos casos de conversiones totales a uso de gas.
Estos casos están concentrados en los EEUU debido a un contexto de bajos precios de gas natural y
nueva regulación de emisiones en termoeléctricas. El costo de inversión de esta conversión es
influenciado por posibles modificaciones mayores en la caldera, que dependerán de cada unidad
específica41. La factibilidad técnica de realizar la conversión también debe ser evaluada en estudios
detallados para cada unidad específica.

Como se indica en la Sección 6.1.3, la conversión completa a gas se puede implementar de distintas
formas. Una opción es cambiar todos los quemadores de carbón por quemadores de gas, o eliminar los
quemadores de carbón e instalar nuevos quemadores de gas, pero se pierde la capacidad de volver a
utilizar carbón en un futuro. Otra opción es reemplazar los quemadores de carbón por quemadores
duales, que permiten flexibilidad en el combustible utilizado. La Tabla 2 presenta a modo referencial una
estimación de costos para experiencias de conversión con quemadores duales, que es la experiencia
más común.

La Tabla 3 muestra los efectos esperables en parámetros de desempeño ambiental causados por la
conversión total a gas. Estos son efectos que en general se han observado en experiencias de
conversión, pero unidades particulares pudiesen presentar un comportamiento distinto.

41
En una conversión completa, entre otros, se tienen que considerar los siguientes cambios operacionales:
 Posible aumento en el flujo de agua del atomizador en el atemperador del SH y/o del RH,
 Posible aumento en el flujo volumétrico de aire del ventilador de tiro forzado.
 Las temperaturas de vapor de salida de SH y RH pueden no alcanzarse en algunos casos, para lo cual pude ser necesario
modificar el SH y RH.
 Las temperaturas de los tubos de metal para las superficies de calentamiento de la caldera podrían ser más altas de lo
permitido, por lo que podría ser necesario modificar los tubos o reemplazarlos.

54
Tabla 2: Costos de conversión total de caldera para utilizar gas natural.

Tipo de
Fuente Valor Supuestos y comentarios
Costo
Estudio Unidad base de 350 MWe brutos, subcrítica. No incluye modificaciones a la
conceptual caldera para mantener la potencia de generación eléctrica. La potencia
50
de Sargent & baja a 245 MW brutos después de la conversión. Excluye instalación de
Lundy [14]. sistemas de alimentación y distribución de gas natural en la central.
Estudio Unidad base de 350 MWe brutos, subcrítica. Incluye modificaciones a la
Costo de
conceptual caldera para mantener la potencia de generación eléctrica en 350 MWe.
inversión 60
de Sargent & Excluye instalación de sistemas de alimentación y distribución de gas
(kUSD/MW)
Lundy [14]. natural en la central.
42
Unidad base de 300 MWe brutos, subcrítica . Incluye modificaciones a la
Estudio de caldera para mantener la potencia de generación eléctrica en 300 MWe.
231
EIA [15]. Excluye instalación de sistemas de alimentación y distribución de gas
natural en la central.

Tabla 3 : Efectos en parámetros de desempeño ambiental causados por conversión total a gas.

Parámetro Efectos de la conversión


Emisiones de NOx Disminuyen hasta en 70% [13].
Emisiones de MP Disminuyen en casi 100% [13].
Emisiones de SO2 Disminuyen en 100% [13].
Emisiones de CO2 Disminuyen en más de 50% en operación en régimen [13].
Generación de residuos Prácticamente se elimina la producción de residuos sólidos.

En la Tabla 4 se sintetizan algunos efectos en parámetros de desempeño operacional provocados por


una conversión total a gas. Estos son efectos que en general se han observado en experiencias de
conversión, pero unidades particulares pudiesen presentar un comportamiento distinto.

42
Vapor de 2.600 psia y 1.005 ºF en la entrada de la turbina. La tasa de calor nominal considerada fue de 10.300 BTU/kWh –
HHV.

55
Tabla 4 : Efectos en parámetros de desempeño operacional causados por conversión total a gas.

Parámetro Efectos de la conversión


Flexibilidad - Mínimo técnico: Disminuye (magnitud depende de la nueva configuración de la caldera). Por
ejemplo, la unidad 1 de la central Domtar Nekoosa Paper Mill, en los EEUU, fue convertida a gas
natural cambiando todos los quemadores de carbón por quemadores de gas en 2 semanas y
logró disminuir su mínimo técnico al 6% de la potencia máxima.
- Capacidad de rampa: Aumenta en hasta 33% [16].
- Tiempo de partida y parada: Disminuyen en hasta 33% [16].
Eficiencia Como se explica en la Sección 6.1.3, generalmente se produce una disminución de la eficiencia
bruta de la unidad debido al mayor contenido de hidrógeno en el gas natural respecto al carbón,
lo que produce más vapor de agua en la combustión, por lo que se pierde más energía en los
gases de la combustión. Se puede experimentar una reducción de hasta 4% o 5% en la eficiencia
bruta a potencia nominal de una unidad luego de su conversión [12, 13].

Por otra parte, es probable que disminuyan los consumos auxiliares de energía eléctrica [12, 13],
porque se elimina el sistema suministro de carbón (gestión de zona de almacenamiento, correas
transportadoras, molinos de carbón y otros), se elimina el sistema de descarga de residuos de la
caldera y se elimina el consumo eléctrico asociado a los equipos de control de MP y SOx.

La eficiencia neta resultante luego de una reconversión podría, entonces, ser ligeramente menor
o mayor que en operación con carbón, lo que dependerá de si la disminución de los consumos
auxiliares puede compensar la pérdida de eficiencia en la caldera o no. La magnitud del cambio
dependerá de la unidad específica a convertir.
Control de Disminuye requerimiento de insumos para abatimiento, dado que se producen menos
emisiones emisiones en la combustión, como se indica en la Tabla 3.
Residuos Se elimina el tránsito de camiones y las emisiones locales por manejo de cenizas, debido a la
43
nula producción de estas. Aumenta significativamente la vida útil del vertedero de cenizas .

El precio del gas natural al que pueda acceder el propietario de la unidad, junto al nuevo consumo
específico de la unidad, determinarán el costo variable combustible de la central44. Manteniendo el
modo de operación invariante, el costo variable no combustible de la unidad puede disminuir respecto
al de una central a carbón. No obstante, en el contexto de mercado descrito en la Sección 4, el
incremento en la flexibilidad de la unidad podría llevar a un modo de operación con ciclos más
frecuentes de encendido y apagado de la unidad. Se ha estimado que el costo variable no combustible
de una unidad de 280 MW de carbón pulverizado que experimente 200 encendidos al año podría

43
Se puede eventualmente realizar un análisis costo-beneficio de cerrar una porción o la totalidad de este.
44
Un costo de carbón de 90 USD/ton (con base calorífica 6.350 kcal/kg.) es equivalente a un costo de gas natural
de 5,22 USD/MMBTU.

56
aumentar hasta en 4 veces respecto a la operación en base, aumentando, por ejemplo, de 2 USD/MWh
a 8 USD/MWh45.

La eficiencia de una central de carbón convertida totalmente a gas natural es menor que la eficiencia
que tiene una central con tecnología de ciclo combinado a gas natural (CCGT) o que tiene una nueva
central con motores a gas. Adicionalmente, dado el contexto de alta penetración de energía renovable,
es crítico considerar el desempeño ante una operación flexible (encendidos y apagados frecuentes o
operación a mínimo técnico persistente). Estos factores deben ser evaluados específicamente caso a
caso.

6.1.3.2 Alternativa 1b – Co-combustión de carbón y gas natural

Una alternativa de conversión para aumentar la flexibilidad operacional de una unidad a carbón sin
realizar modificaciones mayores es modificar la caldera existente para que tenga la capacidad de operar
con gas natural en mínimo técnico y co-combustionar carbón y gas hasta cierta proporción en potencias
más altas. Además, esta opción permitiría una reducción menor de emisiones de GEI, posiblemente en
transición hacia una conversión completa a gas natural. El costo de inversión de esta transformación es
específico a cada unidad, por lo que se requiere de estudios detallados para determinar la factibilidad
técnica y económica de la conversión.

Como se indica en la Sección 6.1.3, la co-combustión de carbón y gas se puede implementar de diversas
formas. La Tabla 5 indica costos referenciales para este tipo de conversión considerando el reemplazo
de todos los quemadores de carbón pulverizado por quemadores duales en una unidad subcrítica de
200 MWe. En el estudio referenciado, se considera el uso de gas para el proceso de encendido,
operación a mínimo técnico y co-combustión de gas y carbón a capacidad nominal.

Tabla 5: Costos de conversión de caldera con co-combustión de carbón y gas.

Tipo de Costo Fuente Valor Supuestos y comentarios


Estimación sobre una unidad tipo subcrítica de 200 MWe, que
Costo de mantiene su capacidad nominal. Reemplazo de todos los
Estudio de
inversión 54 quemadores de carbón pulverizado por quemadores duales. Excluye
NREL [16].
(kUSD/MW) instalación de sistemas de alimentación y distribución de gas natural
en la central.

La Tabla 6 muestra los efectos esperables en parámetros de desempeño ambiental causados por la
conversión a co-combustión de carbón y gas. Estos son efectos que en general se han observado en
experiencias de conversión, pero unidades particulares pudiesen presentar un comportamiento distinto.

Tabla 6 : Efectos en parámetros de desempeño ambiental causados por conversión a co-combustión con gas.

45
https://sdm.mit.edu/renewable-energy-integration-opportunities-in-chile/

57
Parámetro Efectos de la conversión
Emisiones de NOx Disminuye la producción de estos contaminantes, aunque se requiere estudiar
Emisiones de MP el efecto de cada conversión particular sobre los equipos y sistemas de control
Emisiones de SO2 específicos instalados en la unidad (FGD, SCR, filtros de manga, etc).
Emisiones de CO2 Disminuyen tanto en operación en régimen como durante las partidas.
Generación de residuos Disminuye producción de ceniza en la caldera y de yeso en el FGD.

En la Tabla 7 se sintetizan algunos efectos en parámetros de desempeño operacional provocados por


una conversión a co-combustión de gas y carbón. Estos son efectos que en general se han observado en
experiencias de conversión, pero unidades particulares pudiesen presentar un comportamiento distinto.

Tabla 7 : Efectos en parámetros de desempeño operacional causados por conversión a co-combustión con gas.

Parámetro Efectos de la conversión


Flexibilidad - Mínimo técnico: Disminuye (magnitud depende de la nueva configuración).
- Capacidad de rampa: Aumenta hasta en 33% [16].
- Tiempos de partida y parada: Disminuyen hasta en 33% [16].
Eficiencia Como se explica en la Sección 6.1.3, generalmente se produce una disminución de la eficiencia
debido al mayor contenido de hidrógeno en el gas natural respecto al carbón, lo que produce
más vapor de agua en la combustión [12].
Control de Probablemente disminuye requerimiento de insumos para abatimiento, dado que se producen
emisiones menos emisiones en la combustión, como se indica en la Tabla 6.
Residuos Aumenta vida útil del vertedero, disminuye tránsito de camiones y disminuyen emisiones
locales por manejo de cenizas, debido a la menor producción de estas en la caldera.

El precio del gas natural y carbón al que pueda acceder el propietario de la unidad, junto al nuevo
consumo específico de la unidad, determinarán el costo variable combustible de la central46.
Manteniendo el modo de operación invariante, el costo variable no combustibles de la unidad puede se
mantendría prácticamente constante respecto al de una central a carbón. No obstante, en el contexto
de mercado descrito en la Sección 4, el incremento en la flexibilidad de la unidad podría llevar a un
modo de operación con ciclos más frecuentes de encendido y apagado de la unidad. Se ha estimado que
el costo variable no combustible de una unidad de 280 MW de carbón pulverizado que experimente 200
encendidos al año podría aumentar hasta en 4 veces respecto a la operación en base, aumentando, por
ejemplo, de 2 a 8 USD/MWh47.

La eficiencia de una central de carbón convertida parcialmente a gas natural es menor que la eficiencia
de la unidad a carbón sin convertir. Dado el contexto de alta penetración de energía renovable, es crítico
considerar el desempeño ante una operación flexible (encendidos y apagados frecuentes o operación a
mínimo técnico persistente). Estos factores deben ser evaluados específicamente caso a caso.
46
Un costo de carbón de 90 USD/ton (con base calorífica 6.350 kcal/kg.) es equivalente a un costo de gas natural
de 5,22 USD/MMBTU.
47
https://sdm.mit.edu/renewable-energy-integration-opportunities-in-chile/

58
59
6.1.3.3 Alternativa 1c – Uso de gas natural en operación a mínimo técnico y partidas

Otra alternativa para utilizar gas natural en una unidad de carbón es modificar ligeramente la caldera
existente para que tenga la capacidad de combustionar gas natural durante procesos de partida y en
operación a potencia mínima (mínimo técnico). El costo de inversión de esta transformación es
significativamente menor a la Alternativa 1a y permite incrementar la flexibilidad de la unidad, además
de reducir emisiones de CO2 durante la operación a potencias bajas. Este aumento de flexibilidad y
reducción parcial de emisiones pueden posiblemente ser parte de una transición hacia una conversión
completa a gas natural.

Históricamente, para una unidad a carbón la definición del mínimo técnico equivalente al 50% de la
potencia nominal ha sido un nivel cómodo para los operadores de la unidad. En dicha potencia, todos
los pulverizadores y quemadores de la unidad están en operación, lo que simplifica su gestión y control.
Adicionalmente, la temperatura de los gases de combustión es suficientemente alta para permitir la
correcta operación del SCR, en caso de que la unidad lo posea. No obstante, el contexto del mercado
eléctrico de Chile explicado en la Sección 4 ha creado presiones para disminuir los mínimos técnicos de
estas unidades, lo que levanta las siguientes preocupaciones de los operadores:

i. Estabilidad de llama: A medida que se reduce la potencia de operación, se reduce el flujo de


aire y la alimentación de carbón; y se llega a un límite en que se arriesga la estabilidad de la
llama. A cargas muy reducidas, dependiendo de las condiciones de operación de la unidad y el
sistema de control (Burner Management System), se puede arriesgar un trip de la unidad.

ii. Pulverizadores: Los pulverizadores experimentan vibraciones cuando operan bajo el 50% de su
carga, por lo que se busca que operen sobre el 50% de su carga. A medida que se reduce la
potencia despachada de la unidad, algunos pulverizadores se apagan (Figura 40).
Históricamente, los operadores utilizan al menos 2 pulverizadores, lo que limita la potencia
mínima que puede alcanzar la unidad. Es posible llegar a potencias más bajas utilizando un solo
pulverizador, condición operacional que tiene un mayor riesgo de trip48.

48
No obstante, eso no significa que no deba ser evaluada. Es deseable conocer tasas históricas de pulverizadores.

60
Figura 40: Rango de operación de los pulverizadores en una unidad a carbón en Sudáfrica.
Fuente: Traducido de [17].

iii. SCR: El catalizador para el sistema SCR que controla las emisiones de NOx opera idealmente con
temperaturas de alrededor de 370°C. De acuerdo a la EPA, un sistema de SCR típico puede
tolerar variaciones de temperatura de +/- 93°C y operar de manera efectiva. Si una unidad opera
en una potencia mínima que provoque que la temperatura de los gases de combustión
disminuya a tal punto que el sistema SCR no es efectivo en el control de las emisiones NOx,
entonces se incumpliría la norma de emisiones vigente en Chile (DS13/2011), haciendo
infactible su operación a esa potencia49.

El desafío de estabilización de la llama en el hogar de la caldera puede ser efectivamente resuelto para
lograr potencias mínimas más bajas que una unidad a carbón convencional mediante la utilización de
quemadores o pilotos de gas, los que pueden combustionar cantidades relativamente menores de gas
natural durante la operación a mínimo técnico para permitir una llama estable a menores potencias.
Además, los desafíos relacionados a la operación de los pulverizadores y al sistema SCR pueden
eventualmente ser solucionados mediante nuevas prácticas operacionales, experimentación y cambios
procedimentales y regulatorios, permitiendo una reducción del mínimo técnico de unidades de carbón.
Entonces, el uso de gas en operación a potencia mínima, en conjunto a otras medidas, puede disminuir
significativamente el mínimo técnico de las unidades a carbón y por consiguiente reducir las emisiones a
nivel global en el sistema al permitir mayor penetración de generación solar fotovoltaica y eólica.

Adicionalmente, la instalación de un sistema de alimentación y distribución de gas a una central a


carbón permite el uso de gas natural como combustible complementario durante los procesos de
partida, en los que tradicionalmente se combustiona petróleo diésel hasta que los componentes de la
unidad alcanzan una temperatura adecuada para su operación normal y se ha estabilizado la llama de
carbón pulverizado.

49
No obstante, a futuro, utilizando gas natural, se puede explorar estándares de emisiones a carga parcial.

61
Como se muestra en la Tabla 8, los costos de inversión para operar con gas natural en mínimo técnico y
en procesos de partida pueden ser hasta 10 veces menores que los costos de conversión estimados para
co-combustionar gas y carbón en potencias altas, mostrados en la Sección 6.1.3.1.

Tabla 8: Costos de conversión de caldera para utilizar gas en operación a mínimo técnico y durante encendidos.

Tipo de
Fuente Valor Supuestos y comentarios
Costo
Estimación de Estimación sobre una unidad tipo subcrítica de 200 MWe con
consultor quemadores tangenciales. Solo considera incorporación de quemadores
5
independiente ignitores de gas adicionales y excluye sistema de alimentación de
Costo de
(Anexo B). combustible.
inversión
Estimación sobre una unidad tipo subcrítica de 200 MWe con
(kUSD/MW)
Estudio de quemadores de pared. Solo considera incorporación de quemadores
10
NREL [16]. ignitores de gas adicionales y excluye sistema de alimentación de
combustible.

El principal efecto en los parámetros de desempeño operacional es la reducción del mínimo técnico, lo
que permite complementar de manera más efectiva, eficiente, y ambientalmente sostenible a las
centrales de energía renovable variable (Sección 4). Por otra parte, el principal efecto en el desempeño
ambiental es la reducción de emisiones de CO2 durante la operación a mínimo técnico. También se
reducen emisiones de contaminantes asociados al DS 13 durante los procesos de partida y detención.

Considerando que los cambios solo involucrarían el uso de gas a mínimo técnico o durante las partidas,
no existirían cambios en el costo variable combustible de la unidad al operar en cargas intermedias o a
potencia nominal, lo que contrasta con la Alternativa 1. Por su parte, el costo variable no combustible se
mantiene prácticamente invariante y depende del modo de operación de la central (como se explica en
la Sección 6.1.3.1).

6.1.4 Conversión parcial o total a biomasa forestal

En esta sección se presentan dos alternativas de conversión para el uso de biomasa forestal.

1. Conversión total a biomasa forestal: Esta opción considera convertir la unidad para poder operar a
cualquier carga con únicamente biomasa como combustible. Requiere modificaciones mayores a la
caldera, pues convertir una caldera de carbón pulverizado para el uso de biomasa no peletizada
requiere transformar la caldera a lecho fluidizado (BFB, o Bubbling Fluidized Bed, como se indica en
la Figura 37) o a parrilla móvil. Además, se pueden requerir cambios a los sistemas de aire y
unidades de convección [18]. En el caso de conversión total a uso de biomasa peletizada, existen
proveedores que ofrecen conversiones que mantienen la estructura de la caldera y utilizan

62
combustible pulverizado, pero requieren el uso de biomasa en forma de pellets50. En dicho caso, se
evita tener que modificar el fondo de la caldera y se mantiene parte de la infraestructura de los
quemadores. Esta última opción no fue considerada en la estimación de costos de este estudio.

2. Co-combustión de carbón y biomasa forestal: Existen múltiples experiencias a nivel internacional de


unidades a carbón que son diseñadas o convertidas para co-combustionar biomasa y carbón en
proporciones de hasta un 20% en términos de energía [19] 51. Esta opción generalmente incluye la
capacidad de quemar proporciones variables de ambos combustibles, para poder operar solo con
carbón en caso de que existan problemas con el suministro de biomasa. La implementación de esta
conversión generalmente no implica grandes cambios a la caldera de la unidad. En algunos casos, es
incluso posible co-combustionar una proporción menor de biomasa mediante un ajuste al sistema
de combustión existente, siendo la biomasa introducida directamente para su pulverización. La
Figura 41 muestra un ejemplo de esto en una central a carbón en Australia.

En ambos casos se debe evaluar la necesidad de adaptar los sistemas de descarga en los puertos para el
transporte de biomasa.

Figura 41: Mezclado de chips de biomasa con carbón en Wallerawang, Australia. Fuente: [20].

Los costos y comportamiento operacional luego de una conversión total a biomasa son altamente
dependientes de las características específicas de cada caldera, por lo que cada unidad debe analizarse
detalladamente antes de desarrollar una conversión.

La modificación más importante en una unidad que debe considerarse en un proceso de conversión a
uso de biomasa, fuera de la caldera, es la instalación de nuevos sistemas de almacenamiento, manejo y
alimentación de combustible. Puede eventualmente reutilizarse algunas instalaciones y equipos que son

50
Por ejemplo, Doosan Babcock convirtió las primeras 4 unidades de Drax Power Station, UK, desde tecnología de
carbón pulverizado a uso exclusivo de biomasa peletizada mediante nuevos molinos y quemadores.
51
La co-combustión de biomasa y carbón hasta este porcentaje se define, en parte, para que los gases de
combustión y las cenizas se comporten de manera similar a la combustión de carbón. A nivel internacional se han
hecho evaluaciones para realizar co-combustión con hasta 50% de biomasa, pero aún no existen experiencias
comerciales.

63
utilizados para el almacenamiento, manejo y alimentación de carbón. Además, se deben instalar nuevos
sistemas de suministro de aire y pueden necesitarse modificaciones o reemplazo de quemadores (en
caso de que se mantenga una caldera de combustible pulverizado). De todas maneras, se deberá
reajustar el sistema de control de seguridad, quemadores y llama (Burner Management System) para
que los quemadores produzcan una combustión eficiente y segura.

La biomasa debe prepararse de modo que pueda ser transportada neumáticamente al sistema de
quemado. Para la mayoría de los tipos de biomasa, se requiere algún tipo de trituración. Algunos
cambios en la unidad de carbón dependerán del tipo de pellet a quemar: blando o duro52. El pellet
blando no puede pulverizarse por lo cual debe ser triturado. El uso de pellets duros requiere de menos
cambios en una unidad de generación de carbón pulverizado, pues son duros e impermeables a la
humedad, por lo que pueden ser alimentados directamente al pulverizador de carbón.

Independiente de si se co-combustiona biomasa o se realiza una conversión total, surgen nuevos


desafíos operacionales al combustionar biomasa respecto a solo combustionar carbón. En primer lugar,
puede aumentar la corrosión en la caldera debido a la composición de la biomasa forestal. En segundo
lugar, las propiedades de la biomasa son más variables que las del carbón, y dependen de su origen y sus
procesos de fabricación, transporte, almacenamiento y manejo. En particular, el contenido variable de
humedad de la biomasa influye en la eficiencia y la cantidad de combustible necesario53. Por lo tanto, el
sistema de control de combustión es más complejo debido a que debe adaptarse ante la variabilidad de
la biomasa.

En Chile, según sus Resoluciones de Calificación Ambiental, actualmente existen dos unidades a carbón
en operación que tienen la capacidad de co-combustionar carbón y biomasa forestal en proporción de
hasta 10%: Central Térmica Andina y Central Térmica Hornitos. Ambas unidades poseen calderas de
lecho fluidizado circulante (CFB). Además, la unidad IEM en construcción declara tener la capacidad de
co-combustionar hasta un 5% de biomasa en forma de pellet en su caldera de carbón pulverizado.

Respecto al potencial de reducción de emisiones de GEI al convertir parcial o totalmente una unidad
para la utilización de biomasa, es crítico considerar dos efectos sistémicos. Si bien existe una reducción
en la intensidad de las emisiones de CO2 al utilizar biomasa forestal en la combustión respecto a la
operación total con carbón, pueden existir efectos sistémicos indeseados.

52
El pellet blando es biomasa comprimida en forma de pellet que se transforma en papilla cuando se moja.

El pellet duro usualmente es fabricado secando partículas de madera mediante calor y aplicando presión para
obtener compactación y baja humedad. Otro tipo de pellet duro (negro) es fabricado mediante torrefacción, que
consiste en calentar biomasa a altas temperaturas sin presencia de oxígeno y por un menor tiempo, resultando en
una sustancia negra, fina, de baja humedad y alta densidad energética, que luego es comprimida en forma de
pellet.
53
Un mayor contenido de humedad en el combustible implica que se produce más vapor de agua en la
combustión, lo que enfría los gases dentro de la caldera y provoca mayores pérdidas de energía en los gases de la
combustión que salen por la chimenea. Esto resulta en una menor eficiencia bruta de la unidad.

64
En primer lugar, la huella de carbono en la cadena de suministro de biomasa forestal podría ser
significativa [21]. En segundo lugar, el CO2 emitido al combustionar biomasa forestal toma un tiempo en
volver a ser capturado y fijado en nueva vegetación, posiblemente causando un incremento en la
concentración de CO2 en la atmósfera por un periodo de hasta décadas, dependiendo de la confiabilidad
y sustentabilidad del proveedor de biomasa. Un estudio sobre la transformación de unidades a carbón
en el Reino Unido para que utilicen biomasa importada desde Estados Unidos postula que esta es una
iniciativa poco efectiva para reducir emisiones de manera sostenible y combatir el cambio climático en
el corto plazo “… a pesar de que la bioenergía de la madera puede disminuir la concentración de CO2 a
largo plazo comparado con combustibles fósiles, su primer impacto es un incremento en el CO2,
empeorando el calentamiento global en el periodo crítico hasta 2100 (…) Declarar que los
biocombustibles son carbono-neutrales (…) asume erróneamente que los bosques se regeneran en corto
tiempo y que compensan por completo las emisiones en la producción y combustión de biocombustibles.
El supuesto de neutralidad no es válido, pues ignora el incremento transiente del CO2” [22].

Respecto al posible efecto que una conversión parcial o total a biomasa pueda tener en el empleo,
acotado a la central de generación, no se anticipan efectos significativos respecto de los que podrían
esperarse en el caso base (sin conversión).

6.1.4.1 Alternativa 2a – Conversión total a biomasa forestal

A nivel internacional, existen múltiples casos de conversión de centrales de carbón para permitir la co-
combustión de biomasa y carbón, pero existen pocos casos de conversiones totales a uso de biomasa. El
costo de inversión de esta alternativa es significativamente mayor a la co-combustión, debido a
modificaciones mayores en la caldera y otros sistemas54. La factibilidad técnica de realizar la conversión
también debe ser evaluada en estudios detallados para cada unidad específica.

En la Tabla 9 se indican costos estimados de conversión total a biomasa usando tecnología BFB, en base
a estimación de estudios y proveedores.

54
En una conversión completa se tienen que considerar los siguientes cambios en adición a los mencionados para
la co-combustión de biomasa, en la Sección 6.1.4:
 Si es que la caldera existente es de carbón pulverizado, se debe reemplazar el hogar bajo por lecho
fluidizado circulante o parrilla móvil,
 Reemplazo sistema alimentación de combustible,
 Instalación del sistema de extracción de cenizas de la caldera,
 Instalación de quemadores de partida,
 Instalación de ventilador de aire de fluidización, y
 Modificación del sistema de aire sobre-fuego.

65
Tabla 9: Costos de conversión total de caldera para utilizar biomasa.

Tipo de
Fuente Valor Supuestos y comentarios
Costo
La estimación consideró que el costo de inversión en una central
nueva de biomasa de 50 MWe con lecho fluidizado burbujeante
(BFB) que utiliza 2000 toneladas al día de biomasa con 50% de
Estimación del
humedad es de 4.985 USD/kW [15]. Además, se estima que el costo
consultor en base 473-
de una caldera BFB nueva equivale al 31% del costo total de una
a información de 947
planta nueva [23], o aproximadamente 1.545 USD/kW. Por último,
proveedores
un proveedor estima que el costo de conversión de una caldera de
Costo de carbón pulverizado a una de tipo BFB es de entre 30 a 60% de una
inversión caldera nueva [24].
(kUSD/MW) Dominion Power convirtió 3 unidades de carbón a biomasa en
Virginia, en la central Altavista. Las 3 unidades de lecho fluidizado
fueron originalmente diseñadas con una potencia de 63 MW cada
Caso Altavista,
una, pero esta se redujo a 51 MW luego de la conversión. Utilizan
EEUU 1213
biomasa forestal residual es transportada en camiones. Cada
(Fuente: [25])
unidad requiere alrededor de 100 camiones al día. Se anticipa que
las unidades funcionen al 92% de la capacidad, ya que la biomasa
es local y de relativo bajo costo.

Los costos de inversión pueden variar de forma significativa dependiendo de la unidad. La Tabla 10
muestra los efectos esperables en parámetros de desempeño ambiental causados por la conversión a
total a biomasa. Estos son efectos que en general se han observado en experiencias de conversión, pero
unidades particulares pudiesen presentar un comportamiento distinto.

Tabla 10 : Efectos en parámetros de desempeño ambiental causados por conversión total a biomasa forestal.

Parámetro Efectos de la conversión


Emisiones de NOx Disminuye significativamente [26].
Emisiones de MP Se mantiene (considerando solo PM10) [26].
Emisiones de SO2 Prácticamente se elimina. [26].
Generación de residuos Prácticamente se elimina producción de residuos en el FGD.
Emisiones de CO2 Los efectos sistémicos y transientes de la utilización de biomasa respecto a las
emisiones de CO2 se indican en la Sección 6.1.4.

66
En general, la capacidad nominal de una unidad convertida totalmente a biomasa puede disminuir en
hasta un 25%. Si es que la biomasa se utiliza en forma de pellets, podría ser posible que la planta alcance
una capacidad cercana a la carga nominal original mediante modificaciones importantes a la caldera.

En la Tabla 11 se estiman cualitativamente algunos efectos en parámetros de desempeño operacional


provocados por una conversión total a biomasa; no obstante, unidades particulares podrían presentar
un comportamiento distinto.

Tabla 11 : Efectos en parámetros de desempeño operacional causados por conversión total a biomasa.

Parámetro Efectos de la conversión


Flexibilidad Disminuye. Depende del tipo de biomasa (astillas, aserrín, o pellet) y el proceso.
- Mínimo técnico: Puede aumentar para poder lograr un mayor control de estabilidad
de la llama, debido a la variabilidad de las propiedades del nuevo combustible.
- Capacidad de rampa: Disminuye, ya que la biomasa posee menor densidad energética
que el carbón.
En general, no es posible encontrar documentación sobre la flexibilidad de calderas de
biomasa, ya que usualmente son diseñadas para operar en base o cogenerar.
Eficiencia Disminuye, ya que la combustión de biomasa produce mayor ensuciamiento, escoria y
corrosión asociada en el interior de la caldera (en especial, si es que la biomasa
contiene alta cantidad de álcalis), lo que reduce la transferencia de calor [27]. Además,
se reduce la eficiencia en los casos en que se utiliza biomasa con mayor contenido de
humedad, como fue discutido en la Sección 6.1.4.
Control de emisiones Probablemente disminuye requerimiento de insumos para abatimiento, dado que se
producen menos emisiones en la combustión.
Residuos Aumenta vida útil del vertedero, disminuye tránsito de camiones y disminuyen
emisiones locales por manejo de cenizas, debido a la menor producción de estas en la
caldera.

Se pueden esperar cambios al costo variable combustible de la unidad convertida. Por una parte, se
espera una disminución de la eficiencia de la unidad al operar con biomasa, lo que aumentaría el costo
variable combustible. Por otra parte, existe un cambio de combustible a biomasa, cuyo precio relativo al
carbón depende en gran parte del acceso a biomasa. Como se indica en la Sección 6.1.2, el precio de la
biomasa dependerá del costo de producción, procesamiento (posible peletizado) y transporte a la
central.

Se requiere una menor cantidad de insumos de abatimiento para el control de emisiones.


Adicionalmente, disminuye el costo de mantención porque los sistemas de alimentación y quemado son
más simples en una caldera BFB que una caldera de carbón pulverizado. Dependiendo de la biomasa

67
utilizada, esta disminución podría ser compensada por un aumento en las necesidades de mantención
por corrosión55.

La Tabla 12 muestra dos casos de conversiones de calderas de carbón pulverizado subcríticas a biomasa
y biomasa de pellet.

Tabla 12 : Casos de conversión a biomasa.

Caso Lugar Alcance Comentarios

Herning Power Dinamarca Conversión de  Unidad que actualmente tiene 95 MW, instalada en 1982
Plant [28] quemadores a para quemar carbón.
quemadores de  En 2000 tiene una primera conversión donde se instalan
pulverizados de quemadores de gas/petróleo.
biomasa de pellet  En 2002 tiene una segunda conversión donde se elimina
un quemador de gas/petróleo y se instala una parrilla
vibratoria para quemar biomasa (astilla de madera). La
capacidad de quemado de biomasa es aproximadamente
el 45% de la carga.
 En 2009 tiene una tercera conversión donde se revisan los
quemadores para quemar gas/petróleo y se instalan
quemadores de gas/petróleo/biomasa (pulverizada). La
capacidad de quemar biomasa es hasta un 90% de
biomasa.
Elektrocieplownia Polonia Conversión de  75 MWth de vapor
Bialystok [29] caldera de quemado  Conversión de caldera de carbón pulverizado a tipo BFB.
de carbón  Combustible de partida petróleo liviano.
pulverizado a
biomasa

6.1.4.2 Alternativa 2b – Co-combustión de carbón y biomasa forestal

Una alternativa para reducir la intensidad de emisiones de CO2 en la operación de una unidad de
generación es realizar ligeros cambios a la caldera existente para que tenga la capacidad de co-
combustionar carbón y biomasa en distintas proporciones, generalmente hasta 20%. El costo de
inversión de esta transformación es específico a cada unidad, por lo que se requiere de estudios
detallados para determinar la factibilidad técnica y económica de la conversión. En particular, la
concentración de álcalis y cloruros en combinación con la ceniza de carbón, así como el perfil de

55
La escoria, el ensuciamiento y la corrosión causados por un alto contenido de álcalis en la biomasa pueden
incluso llevar a una falla de la unidad. Una vez que comienza corrosión localizada en los tubos del sobrecalentador,
puede pasar poco tiempo hasta que exista una fuga, debido a que las sales de potasio tienen una baja temperatura
de fusión.

68
temperatura dentro del hogar, suelen ser los factores limitantes al porcentaje de biomasa que puede ser
co-combustionada, como se explica en el Anexo B.

La Tabla 13 indica costos referenciales para una co-combustión de 10% de biomasa con carbón en una
unidad subcrítica de carbón pulverizado de 300 MWe. Se considera biomasa seca en forma de pellet
duro que es molida y mezclada directamente en el pulverizador de carbón.

Tabla 13: Costos de conversión de caldera a co-combustión 90% carbón y 10% biomasa.

Tipo de Costo Fuente Valor Supuestos y comentarios


Estimación sobre una unidad tipo subcrítica de 300 MWe, que
Costo de mantiene su capacidad nominal. Incluye costos de área de
Estudio de
inversión 537 almacenamiento a granel, de sistema de alimentación de biomasa,
EIA [30].
(kUSD/MW) de silo de almacenamiento de biomasa de alimentación a la
caldera y sopladores de hollín a instalarse dentro de la caldera.

La Tabla 14 muestra los efectos esperables en parámetros de desempeño ambiental causados por la
conversión a co-combustión de carbón y biomasa. Estos son efectos que en general se han observado en
experiencias de conversión, pero unidades particulares pudiesen presentar un comportamiento distinto.

Tabla 14 : Efectos en parámetros de desempeño ambiental causados por conversión a co-combustión con biomasa.

Parámetro Efectos de la conversión


Emisiones de NOx Disminuye levemente. Se han observado emisiones 10% menores con co-
combustión de 15% de biomasa [26].
Emisiones de MP Se mantienen (considerando solo PM10) [26].
Emisiones de SO2 Disminuye levemente. Se han observado emisiones 15% menores con co-
combustión de 15% de biomasa [26].
Generación de residuos Disminuye producción de residuos en el FGD.
Emisiones de CO2 La disminución esperada de CO2 en una caldera subcrítica, de un 37% de eficiencia
neta (HHV), quemando carbón Pittsburg #8 y 10% de biomasa es alrededor de 0,09
tonCO2/MWh o 10% [31].

Los efectos sistémicos y transientes de la utilización de biomasa respecto a las


emisiones de CO2 se indican en la Sección 6.1.4.

En la Tabla 15 se indican de manera cualitativa el cambio en algunos parámetros de desempeño


operacional.

69
Tabla 15: Efectos en parámetros de desempeño operacional causados por conversión a co-combustión con biomasa.

Parámetro Efectos de la conversión


Flexibilidad - Mínimo técnico: Puede aumentar para poder lograr un mayor control de estabilidad
de la llama, debido a la variabilidad de las propiedades del nuevo combustible.
- Capacidad de rampa: Disminuye, ya que la biomasa posee menor densidad energética
que el carbón.
- Tiempos de partida y parada: No cambian.
Eficiencia Generalmente, se produce una disminución de la eficiencia bruta al co-combustionar
biomasa, ya que la combustión de biomasa produce mayor ensuciamiento, escoria y
corrosión asociada en el interior de la caldera, lo que reduce la transferencia de calor
[27]. Además, se reduce la eficiencia en los casos en que se utiliza biomasa con mayor
contenido de humedad, como fue discutido en la Sección 6.1.4.
Control de emisiones Probablemente disminuye levemente requerimiento de insumos para abatimiento,
dado que se producen menos emisiones en la combustión, como se indica en la Tabla
14.
Residuos Aumenta vida útil del vertedero, disminuye tránsito de camiones y disminuyen
emisiones locales por manejo de cenizas, debido a la menor producción de estas en la
caldera.

Se pueden esperar cambios al costo variable combustible de la unidad. Por una parte, se espera una leve
disminución de la eficiencia de la unidad al operar con un porcentaje de biomasa, lo que aumentaría el
costo variable combustible. Por otra parte, existe un cambio de combustible a biomasa, cuyo precio
relativo al carbón depende en gran parte del acceso a biomasa. Como se indica en la Sección 6.1.2, el
precio de la biomasa dependerá del costo de producción, procesamiento (posible peletizado) y
transporte a la central.

En base a los efectos de esta alternativa de conversión en los requerimientos de insumos de


abatimiento y necesidades de mantención, se puede inferir que el costo variable no combustible de la
unidad debiese resultar similar al de la operación total con carbón.

6.2 Adaptación de centrales existentes para capturar carbono

Se estudian y presentan dos alternativas para continuar operando una central a carbón sin cambiar el
combustible, pero equipándola con tecnología que permita capturar una fracción significativa de las
emisiones de CO2. Estas dos alternativas contemplan la reutilización completa de la central, aunque
actualmente no se encuentran maduras desde el punto de vista tecnológico-comercial. Sin embargo, se
han observado reducciones de costo significativas a medida que se han instalado nuevas plantas pilotos
de algunas tecnologías de captura.

70
Es crítico notar que para que la captura de CO2 emitido en procesos industriales o de generación
eléctrica sea una herramienta efectiva para la reducción de emisiones y combate al cambio climático,
entonces el CO2 capturado debe ser:

 Almacenado en un reservorio de largo plazo (siglos), o


 Utilizado en algún proceso industrial. En los dos casos de captura y secuestro de carbono que se
han implementado en el mundo se está utilizando el CO2 capturado para procesos de
recuperación asistida de petróleo.

6.2.1 Alternativa 3 – Captura y almacenamiento de carbono

La captura y almacenamiento, o secuestro, de carbono (CCS, por sus siglas en inglés) es un grupo de
tecnologías que permiten reducir las emisiones de dióxido de carbono de un flujo de gases mediante su
captura, licuefacción, transporte y almacenamiento permanente o utilización. Hoy existe poca
experiencia internacional en plantas de CCS a escala comercial. Los proyectos desarrollados
internacionalmente han incluido la venta de CO2 capturado a terceros y/o subsidios del gobierno en sus
modelos de negocios 56.

De las distintas tecnologías, el proceso de captura post-combustión es el que requiere menores cambios
y ajustes para ser incorporado a una central de carbón existente. Dos requerimientos relevantes son:

1. La necesidad de remover los óxidos de nitrógeno (NOx), el dióxido de azufre (SO2) y el material
particulado (MP) de los gases de la combustión antes de intentar capturar el CO2.

2. Una fuente significativa de calor. Este calor puede provenir de vapor de la misma unidad de
generación (“planta integrada”) o de una fuente dedicada.

Los procesos de pre-combustión y oxicombustión enfrentan una mayor incertidumbre tecnológica y


requieren cambios mayores para ser incorporados a una unidad existente, por lo que no se consideran
en este análisis. Debido a un conjunto de desafíos técnicos, económicos y comerciales, las tecnologías

56
Proyectos comerciales hoy en operación, Boundary Dam 3 y WA Parish 8, incluyeron en su caso de negocios dos aspectos
clave que los viabilizaron:

 La venta de CO2 capturado a terceros. En ambos casos se vende este insumo para la recuperación mejorada de petróleo en
yacimientos agotados (EOR, por sus siglas en inglés). En el caso de Boundary Dam 3, el precio del CO 2 vendido el 2017 fue
de 11 CA$/ton aproximadamente. No fue posible detectar en el presente análisis industrias en Chile que requirieran una
cantidad de CO2 como insumo en cantidad comparable a la que podría ser capturada en una central termoeléctrica a
carbón.

 Subsidios del gobierno. El Departamento de Energía de los EE. UU. entregó un subsidio de 167 MMUS$ para el proyecto de
WA Parish 8 y el gobierno federal de Canadá entregó 240 MMC$ para el proyecto Boundary Dam 3. En ambos casos, el
subsidio equivalió a 16% del costo total de inversión.

71
CCS todavía no se han desarrollado en la escala suficiente para probar su conveniencia [32], aunque sí
existen actualmente dos plantas operando comercialmente descritas en la Tabla 16 y Figura 42.

Tabla 16 : Características de centrales con CCS.


Fuentes: [33, 34] y entrevista telefónica con el International CCS Knowledge Centre.

Unidad Región País Entrada en Capacidad Fuente de vapor de la


operación (MW) planta de captura
Boundary Dam 3 Saskatchewan Canadá Oct 2014 150 bruta Integrada con la unidad
110 neta termoeléctrica
57
WA Parish 8 Texas EEUU Ene 2017 240 bruta Turbina de gas dedicada

Figura 42: Centrales Boundary Dam y WA Parish con sus plantas de captura de CO2 en recuadros amarillos.
Fuentes: Power Technology y EIA.

La adición de una planta de captura de carbono post-combustión a una unidad de generación a carbón
existente incluye, de manera referencial, los cambios y nuevas instalaciones mostradas en la Figura 43.
Los principales cambios incluyen el desarrollo de una planta de captura, piping de extracción/transporte
de vapor, estación de compresión de CO2, sistema de transporte de CO2 licuado e instalaciones de
control de emisiones de NOx y SO2. Las emisiones de MP, NOx y SO2 se deben mantener en nivel de
trazas al momento de entrar a la planta de captura de CO2, o la solución de aminas sufre degradación
significativa.

57
La unidad 8 de WA Parish posee una capacidad neta de 654 MW. La planta de captura de CO2 fue diseñada para
recibir el equivalente a 240 MW brutos en gases de combustión de la unidad termoeléctrica.

72
Figura 43: Diagrama de bloques de una central termoeléctrica de carbón pulverizado y nuevas instalaciones para capturar y
comprimir CO2. Fuente: Elaboración propia en base a [35].

El análisis de costo mostrado en la Tabla 17 refleja las experiencias obtenidas en el retrofitting y


operación de sistema de captura de carbono en Boundary Dam 3, en Canadá, y WA Parish 8, en los
EEUU. Las plantas de captura de CO2 instaladas capturan el 90% del CO2 producido y son de
postcombustión en base a absorción por aminas. En ambos casos, los costos de inversión no incluyen el
costo de exploración y desarrollo de un almacenamiento geológico o marino, pues el CO2 capturado es
vendido a terceros para su inyección en pozos de petróleo para la recuperación mejorada de petróleo
en yacimientos agotados.

Tabla 17: Costos de inversión de retrofitting con sistemas de captura y secuestro de carbono.

Tipo de
Caso Valor Supuestos y comentarios
Costo
Los sistemas de captura de SO2 y CO2 y la estación de compresión
costaron 705 MMUS$. El costo de sistema de extracción de vapor y
Boundary Dam 3 overhaul a la unidad generadora fue de 418 MMUS$. Estos costos no
10.135
(Fuente: [33]) incluyen la prospección, desarrollo y mantenimiento de un lugar de
almacenamiento del CO2, pues este se utiliza por un tercero para
Costo de
recuperación de petróleo.
inversión
Solo se incluyó la instalación de una turbina de gas dedicada para
(kUSD/MW)
producir vapor para la planta de captura, pero no se debieron
WA Parish 8 o
instalar sistemas de control de emisiones, ya que existían
“Petra Nova” 4.308
previamente. Estos costos no incluyen la prospección, desarrollo y
(Fuente: [36])
mantenimiento de un lugar de almacenamiento del CO 2, pues este
se utiliza por un tercero para recuperación de petróleo.

Los costos varían de forma significativa dependiendo del emplazamiento y el alcance. Por ejemplo, el
proyecto Parish solo incluyó la instalación de una turbina de gas dedicada para producir vapor para la

73
planta de captura, pero no incluyó la instalación de sistemas de control de emisiones, que ya estaban en
funcionamiento. Se decidió instalar una turbina de gas, en vez de extraer vapor desde la turbina de baja
presión de la unidad a carbón, porque el propietario tiene acceso a gas natural a precios competitivos en
el contexto del sur de los EEUU.

De todas formas, se espera que los costos de esta tecnología se reduzcan en cuanto la tecnología
madure. Un estudio industrial plantea que se podría llegar a costos de inversión de 1.319 US$/kW [37].
Por otra parte, un reciente estudio de factibilidad para la instalación de una planta de captura post-
combustión de carbono en la planta de carbón pulverizado de 300 MWe Shand, en Canadá, estima un
costo nivelado de captura de carbono de 45 US$/tonCO2 [38].

Al instalar un sistema CCS, los costos variables de O&M de la unidad a carbón aumentarían
principalmente por los siguientes dos factores:

1. Disminución de energía generada en un año (causada por extracción de vapor para su uso en la
planta de captura y por el aumento en consumos auxiliares, en especial, compresión del CO2).

2. Aumento en costo de insumos por necesidad de mayor abatimiento de emisiones y por necesidad
de restitución de aminas en la planta de captura.

El costo fijo de O&M de la unidad a carbón con el sistema CCS aumenta principalmente por el
incremento en el número de operadores (entre 3 y 10 adicionales).

Las principales variables que afectan el incremento del costo unitario de la electricidad para una planta
con CCS, en orden decreciente de importancia, son: el porcentaje de captura, el consumo de calor en
planta de captura, el factor de planta de la central, la inversión requerida, y el costo de la energía no
generada debido a la reducción en la eficiencia de la central.

En la Tabla 18 se muestra cómo cambian los parámetros de desempeño técnicos cuando se incorpora un
sistema de captura y secuestro de carbono en una unidad a carbón.

Tabla 18 : Efectos en parámetros de desempeño operacional causados por conversión.

Parámetro Efectos de la conversión


Flexibilidad - Mínimo técnico: Restringido sobre el 50% de la potencia nominal de la central, debido a la
necesidad de extraer vapor con cierta entalpía y flujo mínimos para el proceso de captura. Se
puede evitar esta inflexibilidad si es que se obtiene calor desde una fuente dedicada como, por
ejemplo, la instalación de una turbina de gas.
- Tiempo de encendido: No es afectado por razones técnicas. No obstante, la planta de captura
solo comienza a capturar efectivamente las emisiones de CO 2 después de entre 3 a 4 horas de la
partida de la unidad termoeléctrica.
Eficiencia Disminuye alrededor de 20% debido a la extracción de vapor para alimentar la planta de captura
y al aumento de los consumos parásitos de electricidad por la compresión del CO 2. Ambos
procesos consumen alrededor del 9% de la potencia bruta de la central [39]. Se puede evitar
esta pérdida de eficiencia, acotado sólo a la unidad de generación, si es que se obtiene calor

74
desde una fuente dedicada como, por ejemplo, la instalación de una turbina de gas; no
obstante, como sistema completo, disminuye.
Control de Probablemente aumenten los costos de insumos debido a la necesidad de mayor control de
emisiones emisiones de NO2 y SO2.

La planta de captura toma entre 2 a 4 horas después de la partida de la unidad a carbón en


alcanzar su rendimiento de captura nominal (~90%), por lo que durante esas horas no está
controlando completamente las emisiones de carbono.

Se podrían flexibilizar el mínimo técnico y el retraso en comenzar el control de emisiones


después de una partida si es que el vapor se obtiene de una fuente dedicada, pero esto aumenta
los costos de inversión y de operación en la mayoría de los casos.

La Tabla 19 muestra los efectos y los parámetros del entorno.

Tabla 19 : Efectos en parámetros de desempeño ambiental causados por conversión.

Parámetro Efectos de la conversión

Emisiones de NOx El proceso de captura de carbono no disminuye per se las emisiones de estos
contaminantes. Sin embargo, si es que los sistemas de control de emisiones de la unidad
Emisiones de MP generadora no son capaces de controlar las emisiones hasta el nivel requerido por la planta
de captura (NO2 en trazas; SO2<1 ppm), entonces se deben instalar nuevos equipos o
Emisiones de SO2
modificar los existentes para disminuir las emisiones hasta el nivel requerido.
58, 59
Emisiones de CO2 Actualmente, se busca lograr niveles de captura de 90% del CO2 emitido .
Si es que el CO2 capturado no es utilizado en algún proceso industrial, entonces debe ser
almacenado.

58
Es importante notar que la reducción de las emisiones por unidad de energía eléctrica neta entregada por la
central es menor, ya que la eficiencia disminuye. Una reducción de 90% del CO 2 emitido podría resultar en una
reducción del 85% de la intensidad de emisiones de la unidad.
59
Se han planteado diseños que logran capturar hasta el 96% de las emisiones de CO 2, pero en estos casos se
estima una reducción de más del 40% de la eficiencia de la central, por lo que los costos aumentarían
prohibitivamente [59].

75
Consumo de agua No es modificado. Puede ser incluso reducido respecto a una unidad convencional si es que
se recicla agua de los gases de escape. La temperatura de los gases de salida del proceso de
captura es menor a la temperatura en la chimenea de una unidad a carbón convencional.
Uso de terreno Como referencia, si es que no hay mayores modificaciones o adiciones a los sistemas de
abatimiento, una planta para una unidad de 430 MW necesita aproximadamente 1,6 ha.

El principal desafío de esta tecnología es que, para ser una herramienta efectiva para la reducción del
cambio climático, el CO2 capturado debe ser almacenado en algún reservorio de largo plazo (siglos) o
utilizado en algún proceso industrial. La demanda global por CO2 se estima actualmente en 222 millones
de toneladas al año [40], concentrada principalmente en países productores de petróleo. Se estima que
en Chile la demanda de CO2 es del orden de 50.000 toneladas al año. Esto contrasta con los más de 3
millones de toneladas de CO2 que puede llegar a producir una unidad de carbón de 250 MW al año.

Respecto al posible efecto del uso de sistema CCS en el empleo, acotado a la central de generación, se
podría anticipar un efecto levemente positivo respecto del que se podría esperar en el caso base (sin
CCS).

6.2.2 Alternativa 4 – Conversión a cogeneración de electricidad e hidrógeno

El hidrógeno es el elemento más abundante en la tierra, pero no se encuentra naturalmente en su forma


molecular (H2). Se puede producir por tres clases de métodos: 1) termoquímicos, 2) electrolíticos, y 3)
biológicos [41] [42]. La mayor parte del H2 en el mundo se produce mediante procesos termoquímicos a
partir de gas natural (48%), petróleo (30%), y carbón (18%), y solo 4% por electrólisis del agua [43]. Es
importante considerar que en Chile existen solo dos plantas de producción de H2 en las refinerías de
petróleo de ENAP en Hualpén y Aconcagua. Esta última tiene capacidad para producir 1 millón de m3/día
de H2 [44]. Posibles futuros usos de una producción de hidrógeno a gran escala incluyen la producción
de amoniaco, usado a su vez para producir explosivos, o en el desarrollo de un mercado de hidrógeno
como combustible.

La producción de hidrógeno a partir de combustibles con métodos termoquímicos produce emisiones de


CO2. Con el fin de promover la descarbonización, se deben considerar alternativas en las que el CO2
emitido en la producción sea capturado y almacenado, o usado por alguna industria. Además, si es que
se busca reutilizar la infraestructura de unidades de carbón existentes, se debe considerar una
conversión en que se pueda utilizar el hidrógeno producido en la caldera existente, con las
modificaciones necesarias.

Múltiples proveedores como General Electric, Kawasaki, Siemens, Mitsubishi, entre otros, ofrecen
actualmente, o están desarrollando, tecnologías de combustión de hidrógeno en turbinas de gas o en
ciclos combinados. Sin embargo, estas alternativas no presentan una reutilización significativa de la
infraestructura de una central a carbón existente, sino solo de la subestación y líneas eléctricas. La
implementación de estas tecnologías equivaldría a una central de generación nueva. Estas alternativas
son de interés, aunque no se analizaron en este estudio.

76
Una alternativa tecnológica que se ha planteado para reutilizar centrales a carbón existentes es la
cogeneración de hidrógeno y potencia a partir del carbón mediante la integración de los tres procesos
mostrados Figura 44: (1) la producción de gas sintético (syngas, una mezcla principalmente compuesta
de H2 y CO), (2) la separación del hidrógeno y (3) la generación de potencia. Dicho proceso completo se
denomina ciclo combinado con gasificación integrada del carbón y captura y secuestro de carbono, o
IGCC-CCS por sus siglas en inglés. Esta alternativa podría ser implementable en calderas de carbón
pulverizado, aunque se requerirían modificaciones para poder producir vapor quemando syngas en vez
de carbón.

Figura 44: Esquema de una planta IGCC-CCS de cogeneración de hidrógeno y electricidad.


Fuente: Elaboración propia en base a [45].

El proceso de gasificación requeriría la instalación de una planta separadora de aire para producir
oxígeno, un gasificador de carbón, un enfriador de gases, y un reactor shift que completa la producción
de hidrógeno. El proceso de separación de H2 consistiría en un sistema de captura de azufre, otro de
captura de CO2 y un purificador de H2 (PSA, pressure swing adsorber). Finalmente, el proceso de
generación de potencia eléctrica corresponde a la central existente, donde se tendría que cambiar o
modificar los quemadores y conductos de aire y combustible para poder quemar el flujo de descarte del
purificador de hidrógeno e hidrógeno puro en mezcla. Estas tres unidades intercambiarían flujos de
gases y calor, buscando incrementar la eficiencia del proceso integrado.

La tecnología IGCC-CCS aún solo existe en escala de planta demostrativa. El proyecto más desarrollado a
escala piloto a la fecha estaba siendo construido por Missisippi Power Company en los Estados Unidos
[46]. Este proyecto -Kemper Project, de 580 MW- fue suspendido en el 2017 por problemas de gestión
del proyecto. Existen otros proyectos en construcción, como la planta demostrativa Osaki CoolGen en
Japón [47] [48], pero ninguno a escala comercial.

77
Dado el nivel de desarrollo conceptual de esta tecnología, no se cuenta con información representativa
de costos de inversión y operación de una planta integrada. Sin embargo, este análisis de costo
considera como referencia un estudio encargado por IEAGHG60 a Foster Wheeler sobre la cogeneración
de hidrógeno y electricidad a partir de carbón. Este estudio, que estima costos de inversión y
producción, fue actualizado en 2008 [48] y resumido en una publicación de 2010 [49]. El costo nivelado
de electricidad para la planta estudiada se estima entre 160 y 171 US$/MWh y depende fuertemente del
precio de venta del hidrógeno supuesto.

Las principales variables de costo en la producción de hidrógeno por métodos termoquímicos son, en
orden de importancia, el combustible, la recuperación del capital, y la mantención y operación. Ninguno
de los documentos consultados indica la contribución porcentual de estos factores para la cogeneración
de hidrógeno y electricidad.

Respecto al posible efecto del uso de sistema IGCC-CCS en el empleo, acotado a la central de
generación, se podría anticipar un efecto levemente positivo respecto del que se podría esperar en el
caso base (sin IGCC-CCS).

6.3 Alternativa 5 – Cierre y desmantelamiento

El cierre y desmantelamiento parcial o total de una central a carbón permite aprovechar parte de la
infraestructura existente o al menos el terreno para la instalación de otras actividades industriales o,
eventualmente, residenciales o mixtas. El Electric Power Research Institute (EPRI) ha publicado diversas
guías con recomendaciones para procesos de cierre de plantas de generación eléctrica y, en particular,
de centrales a carbón [50, 51, 52]. En general, el EPRI recomienda seguir el siguiente proceso:

1. Levantamiento de requerimientos asociados a la regulación ambiental a la que está sujeto el


sitio y determinación de responsabilidades ambientales.
2. Investigación ambiental del sitio. Se recomienda seguir normas internacionales: ASTM E1527-13
y ASTME1903-11. Respecto al proceso de investigación ambiental y posterior planificación de
acciones de remediación, se recomienda revisar recursos de instituciones reconocidas
internacionalmente que proponen procesos para llevar a cabo remediación ambiental a
satisfacción de todos los grupos de interés, como [53, 54, 55].
3. Planificación:
a. Determinar alcance de acciones de remediación ambiental a realizar.
b. Identificar situaciones que requerirán atención especial, como presencia de plomo,
asbestos, registro de accidentes previos, presencia de flora y fauna en el sitio, entre
otros.
c. Elaborar un listado de tareas específicas y un cronograma que sea comunicado de
manera transparente a todos los grupos de interés.

60
International Energy Agency Greenhouse Gas Research and Development Programm, organización formada por
16 países, la Comisión Europea, la OPEP, y 16 patrocinadores multinacionales.

78
4. Suscripción de contratos y solicitud de permisos.
5. Apagado de planta:
a. Coordinación con operador del sistema.
b. Intentar vaciar almacenamientos de insumos y piping.
6. Actividades de preparación del sitio y transporte de insumos y maquinaria.
7. Desmantelamiento:
a. Reciclar y revender lo que sea posible.
b. Especial cuidado con asbestos y pinturas con plomo.
c. Excavación de fundaciones y piping solo hasta donde sea necesario.
8. Remediación y restauración ambiental del sitio. Los principales costos de remediación provienen
de:
a. Limpieza de cancha de carbón: Usualmente involucra excavación de tierra bajo la
cancha hasta que no haya presencia de carbón, para luego almacenar los áridos en el
depósito de cenizas antes de su cierre.
b. Cierre de depósito de cenizas: En el caso de ser seco, usualmente involucra la instalación
de una cobertura, restauración del terreno con flora nativa y la instalación o
coordinación de algún equipo o proceso de monitoreo periódico61.
c. Limpieza de terreno bajo estanques y líneas de combustible: Es crítico remover y
disponer adecuadamente del material del terreno que haya sido contaminado por
derrames durante la operación normal o durante accidentes de la central.
d. Remoción de asbestos: De especial relevancia si es que la central es antigua. Debe ser
realizado antes de iniciar las otras laboras de desmantelamiento de la central, para
evitar exposición de trabajadores.
En adición, para entender los impactos socioeconómicos del cierre y desmantelamiento parcial o total
de una central eléctrica se recomienda consultar reportes de la industria nuclear [56], documentos de la
EPA [57], guías de organizaciones no gubernamentales [58], entre otras referencias.

Existen economías de escala en el cierre y desmantelamiento de centrales con múltiples unidades, pues
estas pueden compartir infraestructura significativa. La Tabla 20 presenta costos de desmantelamiento
para tres casos en el Estado de Carolina del Norte, en EEUU. La chatarra y ciertos materiales
recuperados durante el desmantelamiento pueden ser vendidos como insumos a otras industrias.

Tabla 20 : Casos de cierre y desmantelamiento de centrales a carbón en Carolina del Norte [59] .

Planta Mayo Planta Ashville Planta Roxboro


Tipo de unidades 2 calderas y una turbina a vapor 2 calderas y 2 turbinas 4 calderas y 4 turbinas
Capacidad total 727 MW 378 MW 2.439 MW
Número de unidades 1 2 4

61
Un ejemplo de regulación de cierre de vertederos que se recomienda revisar es la Parte 257 del
Capítulo 40 del CFR, publicado por la US EPA en 2015 y modificado en 2018, sobre Hazardous and Solid
Waste Management System; Disposal of Coal Combustion Residuals From Electric Utilities.

79
Costo de desmantelamiento 53,2 kUS$/MW 60,8 kUS$/MW 35,2 kUS$/MW
Valor de chatarra 10,2 kUS$/MW 14 kUS$/MW 8,5 kUS$/MW
Costo neto 43 kUS$/MW 46,8 kUS$/MW 26,7 kUS$/MW

En un proceso de desmantelamiento existen costos principalmente asociados a la mano de obra, el uso


de materiales y equipo, la disposición de residuos, los costos de remediación ambiental y otros
imprevistos. Los costos más relevantes están asociadas a variables que son específicas a cada sitio, como
potencial contaminación del sitio que deba ser remediada, la configuración de la central, la cercanía a
accesos logísticos, entre otras. A modo de referencia, la Figura 45 muestra la descomposición de costos
de cierre y desmantelamiento en 3 centrales a carbón en los EEUU. En estos casos, se consideró que la
chatarra rescatada podría ser vendida a terceros, cuyo valor osciló entre 18% y 25% del costo total de
desmantelamiento de cada central. En el estudio citado, no se incluye el costo de cierre del vertedero de
cenizas asociado a cada central.

Figura 45: Descomposición de costos de desmantelamiento de 3 centrales de carbón pulverizado en los EEUU. Fuente:
Elaboración propia en base a datos en [59].

Respecto al efecto en el empleo, se puede anticipar un efecto significativo (negativo) respecto del que
se podría esperar en el caso base (mantener las unidades a carbón sin conversión). Es deseable también
evaluar los efectos en puertos que brindan servicios a las centrales, además de otros servicios.

6.4 Alternativa 6 – Opción de mantener una unidad en reserva estratégica

En algunos países se ha optado por retirar algunas unidades del despacho del sistema para dejarlas en
modo de “reserva estratégica”, “reserva fría” o “mothballed”. El objetivo de esta alternativa es reducir la
generación eléctrica a partir del carbón, pero dejar abierta la opción de utilizar dicha capacidad para

80
suplir necesidades eléctricas en periodos de escasez de suficiencia. Los aspectos regulatorios específicos
que se utilizan para remunerar estas centrales no forman parte del alcance del estudio.

A continuación, se sintetizan antecedentes de dos países donde se ha optado por esta alternativa para
retirar del despacho algunas unidades a carbón:

Alemania: Se decidió dejar 8 unidades de lignito, que totalizan 2,7 GW, en reserva estratégica durante 4
años cada una antes de ser cerradas definitivamente [60]. Se les requiere estar disponibles para ser
despachadas con mínimo 11 días de antelación. Se definió un esquema de pagos de reserva, cuyos
costos se socializan entre los consumidores de energía. El monto total que será pagado a las 8 unidades
corresponde a 1,6 billones de Euros, lo que implica aproximadamente 168 USD/kW/año para cada
unidad. Todas las unidades que se dejaron o dejarán en reserva estratégica tendrán más de 30 años al
momento de entrar en ese modo de operación.

Sudáfrica: La empresa generadora estatal, Eskom, decidió dejar 13 unidades a carbón (3,7 GW) en
reserva en frío dado que el sistema posee una sobreoferta significativa de capacidad debido a
sobreinversión reciente en centrales a carbón [61]. Las unidades en reserva en frío deben poder ser
despachadas con hasta 5 días de anticipación.

En los dos casos internacionales indicados anteriormente, se observa que las unidades que entran en
este modo de operación son centrales antiguas, de baja eficiencia en comparación a la flota completa y
que ya han visto extinguida su deuda.

De manera general, los costos de mantener una unidad en reserva en frío, o mothballed, son similares a
los costos fijos de operación y mantenimiento (O&M) de la central cuando opera en régimen. Existe un
ahorro al no incurrir en costos variables. Los costos fijos promedio de O&M en centrales de carbón de
los EEUU se estiman entre 25 y 33 USD/kW/año para unidades de carbón pulverizado subcríticas [62]. A
estos costos se deben agregar los costos de seguros, contribuciones y otros costos fijos de la empresa
por mantener el sitio industrial en condición de utilizarse para producción.

Se deben considerar rutinas de mantenimiento de diversos componentes y estructuras de la central


mientras la unidad está en reserva en frío. Se recomienda revisar los manuales de proveedores de
equipos e instalaciones, los que generalmente incluyen estas rutinas. En general, se observa la
necesidad de tener especial cuidado con los siguientes procesos:

• Monitorear y controlar corrosión en caldera y circuito de refrigeración debido a condensación.

• Rotación periódica de elementos rotatorios (turbinas, generador) para evitar deformaciones.

• Recircular lubricantes periódicamente para mantener sus propiedades.

Respecto al efecto en el empleo, se puede anticipar un efecto significativo (negativo) respecto del que
se podría esperar en el caso base (mantener las unidades a carbón sin conversión).

81
6.5 Alternativas maduras para reutilizar la infraestructura de una central

Se revisaron múltiples alternativas de posibles proyectos que se podrían formular con el fin de
aprovechar la infraestructura existente de una central a carbón que sea eventualmente cerrada y
desmantelada. Todas estas alternativas tienen el potencial de reutilizar la infraestructura eléctrica
(subestación y líneas) y la costera (captación y descarga de agua). Las alternativas presentadas son
variadas y resuelven distintas necesidades locales, tanto socio-ambientales, como del sistema eléctrico.

6.5.1 Alternativa 7 – Incineración de residuos sólidos municipales

Una alternativa para reutilizar el terreno y parte de la infraestructura de una central de generación a
carbón, luego de su cierre y desmantelamiento parcial, es la instalación de una planta de generación
eléctrica en base a residuos sólidos domiciliarios o municipales (RSM)62.

Los principales beneficios socioambientales de la instalación de una planta de RSM (unidades que son
comúnmente llamadas Waste-to-Energy, o WtE) son la reducción de costos de transporte de RSM a los
vertederos municipales, ahorro en el uso de espacio en los vertederos y la potencial reducción de
emisiones de GEI por descomposición en el vertedero [63], el que recibiría menos cantidad de materia
orgánica. Se debe estudiar si la reutilización de infraestructura de alguna de las centrales de carbón
existentes en Chile generaría estos beneficios, dadas las ubicaciones de las unidades.

Un aspecto crítico a considerar en la vecindad en que se emplaza una central WtE es el acceso a los RSM
y la composición específica de estos, que provienen de actividades humanas, domésticas, comerciales,
industriales, y agrícolas63. Como regla general, los RSM disponibles deben tener un poder calorífico
promedio de al menos 7 MJ/kg, para que el proceso de combustión sea autosostenible [64]. El poder
calorífico de los RSM es menor si es que se componen de mayor parte de materia orgánica, mientras
que aumenta si es que los RSM poseen una proporción mayor de plásticos, papeles, cartones y textiles.
La composición promedio de los RSM en Chile se presenta en la Tabla 21.

Tabla 21 : Caracterización de los RSM, base 2009 [65]

Tipo de Residuo Composicion (%)


Papeles y Cartones 12,4
Textiles 2,0
Plásticos 9,4
Vidrios 6,6
Metales 2,3

62
La definición y composición de lo que puede ser considerado RSM se encuentran en el DS Nº189/2008 del
Ministerio de Salud – “Aprueba reglamento sobre condiciones sanitarias y de seguridad básica en los rellenos
sanitarios”.
63
La producción de RSM es proporcional a los ingresos de los habitantes de un sector o comuna; a mayor ingreso
per cápita, mayor consumo y mayor generación de residuos.

82
Materia Orgánica 53,3
Otros 14,0
Total 100

Se estima que para el 2016 el poder calorífico de los RSM de la ciudad de Santiago es de 8,73 MJ/kg, por
lo que una central de entre 20 y 29 MW ubicada en Santiago necesitaría aproximadamente 330.000
toneladas de RSM por año para operar a plena carga (el 10% de los RSM anuales de la Región
Metropolitana) [66]. Este requisito anual se debe contrastar con la información pública disponible sobre
cantidad aproximada de RSM disponibles en la vecindad de las centrales a carbón instaladas en Chile,
mostrada en la Tabla 22, y su composición.

Tabla 22: Estimación de cantidad de RSM disponible para las centrales existentes a carbón dentro de un radio [65].

Centrales Radio utilizado Cantidad aproximada


para estimar RSM de RSM disponibles
disponible (km) (ton/año)
Bocamina y Santa María 50 272.716
Ventanas, Nueva Ventanas y Campiche 50 354.332
Guacolda 50 35.937
Cochrane, Angamos, Mejillones, Andina e IEM 60 126.756
Tocopilla y Nueva Tocopilla 50 9.300
Tarapacá 65 165.397

Las plantas WtE normalmente se utilizan 2 tipos de incineradores: incinerador de parrilla e incinerador
de lecho fluidizado. La elección de la tecnología depende de la composición y el volumen de los RSM
disponibles. Alrededor del 80% de la capacidad WtE instalada en el mundo utiliza incineradores de
parrilla, debido a su simplicidad de operación [66]. Este tipo de caldera es significativamente distinto a
las calderas de carbón pulverizado, por lo que se requerirían modificaciones extensas a la caldera de una
unidad existente de carbón pulverizado para su conversión a WtE, en particular, la parte inferior del
hogar.

Otro desafío importante al considerar una conversión a uso de RSM, es que el hogar de la caldera debe
ser altamente resistente a la corrosión. La alta temperatura del gas de combustión y la presencia de
componentes con azufre y cloro provenientes del combustible, junto a los componentes de

83
condensación de los metales Zn y Pb sobre los tubos de la caldera, producen un ambiente de corrosión
agresiva [67].

Los factores mencionados implican que la conversión de una caldera de carbón pulverizado existente
requeriría modificar su estructura y revestimientos de manera tan extensiva, que se vuelve comparable
a la instalación de una caldera completamente nueva. Además, los sistemas de almacenamiento,
pretratamiento y alimentación de RSM a la caldera serán nuevos y habrá que instalar nuevas
alimentaciones de aire. No se encontraron referencias de proveedores para convertir una caldera a
carbón pulverizado a quema de RSM64, por lo que se considera el costo referencial de la instalación de
una planta WtE nueva. Los costos de inversión para una planta nueva de generación con RSM con
parrilla móvil con capacidad de 15 MW se estimaron entre 7.000 y 11.000 kUSD/MW [64].

Tabla 23 : Efectos en parámetros de desempeño operacional causados por conversión total a RSM.

Parámetro Efectos de la conversión


Flexibilidad Dado el tamaño de la unidad, no es un factor relevante para la operación del sistema
eléctrico. No obstante, las plantas de WtE son poco flexibles. Normalmente, el tiempo
de residencia de los residuos sobre la parrilla limita la capacidad de una central WtE de
cambiar su nivel de carga rápidamente o de apagarse [68]. El funcionamiento de las
centrales WtE instaladas está limitado solo a operar como plantas de base [69].
Eficiencia Disminuye, ya que los RSM contienen un alto porcentaje de humedad si es que se
alimentan directamente sin un pretratamiento y son heterogéneos. Se puede aplicar un
pretratamiento térmico para disminuir la cantidad de humedad en los RSM, pero este
proceso es complejo y requiere energía. Además, el proceso de combustión de los RSM
en sí es uno de los más complejos de controlar y optimizar.
Residuos Una planta WtE produce residuos sólidos en el incinerador que consisten en una mezcla
de cenizas, cerámicos, metales, vidrios y otros materiales que no son volatilizados en la
combustión. Estos residuos pueden contener hasta 20% en peso de materiales
relativamente grandes (>10 cm) [68]. Además, se producen cenizas en el sistema de
abatimiento de material particulado y yeso en el FGD.

Las plantas de incineración de RSM pueden tener un impacto negativo en la calidad del aire de la
localidad en que se emplazan. Los residuos en sí pueden generar olor y polvo en el entorno inmediato, y
los gases de combustión contienen partículas y vapores que se extienden por un área mayor, lo que

64
De ser necesaria la evaluación, se sugiere desarrollar una especificación de planta a carbón pulverizado típica y
solicitar una propuesta a nivel referencial a una selección de proveedores especialista en Waste to Energy para
visualizar costos y alcances técnicos.

84
reduce la calidad general del aire si no se tratan adecuadamente con sistemas de abatimiento
adecuados. Las emisiones de sistemas de incineración son normadas por el DS N°19 de 201365, el que
establece estándares sobre más tipos de emisiones que el DS13 de 2011 que aplica a unidades de
generación eléctrica formadas por calderas o turbinas, debido al combustible más heterogéneo que
utilizan. Un incinerador WtE contribuye a disminuir gases de efecto invernadero porque evita la
generación de metano de los vertederos [63].

En la Tabla 24 se muestran algunos casos recientes de desarrollo de centrales WtE que han sido
reconocidos por el Solid Waste Association of North America (SWANA).

Tabla 24 : Casos de desarrollo de plantas WtE.

Caso Lugar Alcance Comentarios

Durhan York Energy Durham, Planta WtE que utiliza la tecnología de  2018 SWANA Excellence
Centre [70] Ontario, quemado de masa térmica para producir Award Entry Waste to Energy.
Canadá energía en forma de vapor y electricidad.  Planta WtE (greenfield).

Palm Beach County [71] Palm Beach Planta WtE que utiliza la tecnología de  2017 SWANA Excellence
County, quemado de masa térmica para producir Award Entry Waste to Energy.
Florida energía en forma de vapor y electricidad.  Planta WtE (greenfield)

Respecto al efecto en el empleo, dado el tamaño de un proyecto tipo WtE, se puede anticipar un efecto
significativo (negativo) respecto del que se podría esperar en el caso base (mantener las unidades a
carbón sin conversión).

6.5.2 Alternativa 8 – Generación eléctrica mediante motores a gas

Otra alternativa para reutilizar infraestructura eléctrica (subestación y líneas) de una central a carbón
que sea cerrada y desmantelada, es la instalación de algún nuevo proyecto de generación eléctrica
flexible. Se pueden considerar la instalación de ciclos combinados a gas natural, motores a gas, u otras
tecnologías. En este estudio, se provee información sobre sistemas modulares de generación con

65
“ESTABLECE NORMA DE EMISIÓN PARA INCINERACIÓN, COINCINERACIÓN Y COPROCESAMIENTO Y DEROGA
DECRETO Nº 45, DE 2007, DEL MINISTERIO SECRETARÍA GENERAL DE LA PRESIDENCIA”, del Ministerio del Medio
Ambiente.

85
motores de gas natural. Esta alternativa permitiría reutilizar la infraestructura eléctrica, edificios
administrativos y potencialmente la chimenea, con el fin de emitir los gases de escape en altura para
facilitar su difusión.

Un proyecto de motores de gas puede tener las siguientes características [72]66:

 Eficiencia máxima de motor entre 46–48% (Figura 46),


 Para cada motor, mínimo técnico equivalente de 30% de la potencia nominal,
 Dependiendo del número de motores instalados, para el conjunto de motores se podría tener
un mínimo técnico menor a 5% de la potencia nominal de la central67,
 Los motores tienen capacidad de aumentar su producción desde el mínimo técnico (30%) a su
potencia nominal (100%) en menos de un minuto,
 Tiempo de partida entre 1 y 5 minutos, con potencia inyectada a la red en 30 segundos,
 Partidas y paradas diarias ilimitadas,
 Número de partidas y paradas no tiene impacto en costo de operación y mantenimiento.
Eficiencia (%)

Curva de eficiencia de cada


generador dentro del contexto
de operación del sistema de
generación

Foto: Fuente Power Engineering International


Credit: GE (imagen superior), Wärtsillä (imagen inferior)

Figura 46: Central con motores a gas – curva de eficiencia.

Los costos de instalación son inferiores a 1.300 kUSD/MW (2016). Por su parte, los costos variables de
operación y mantenimiento son del orden de 5 a 6 USD/MWh [30].

Respecto al efecto en el empleo, se puede anticipar un efecto significativo (negativo) respecto del que
se podría esperar en el caso base (mantener las unidades a carbón sin conversión).

66
Un aspecto deseable de revisar es el estándar de emisiones que se podría exigir a este tipo de instalaciones, ya
que el DS N° 13 / 2011 del Ministerio de Medio Ambiente no regula este tipo de instalaciones.
67
Como referencia, actualmente la unidad de carbón con el menor mínimo técnico respecto a su potencia nominal
es Guacolda 5, con un mínimo técnico de aproximadamente 25% de la potencia nominal bruta.

86
6.5.3 Alternativa 9 – Desalinización de agua de mar

Otra alternativa de reutilización de infraestructura de una central a carbón que sea eventualmente
cerrada y desmantelada, pero que además aproveche la infraestructura mientras la central sigue
operando, es la instalación de una planta de desalación de agua de mar. El riesgo tecnológico de
desarrollar una planta desaladora compartiendo infraestructura con central a carbón es bajo porque la
tecnología de desalinización está en un nivel maduro. Además, existe una necesidad creciente de agua
desalada en la zona norte de Chile, tanto para usos industriales, como sanitarios.

Los procesos de desalinización convencionales se dividen en evaporación térmica68 y separación por


membrana69. Hoy, en el norte de Chile existe demanda por agua de mar desalinizada para uso
residencial y en la minería, por ello se han instalado plantas desaladoras para ambos usos. Por ejemplo,
la ciudad de Antofagasta tiene una planta de desalinización por osmosis reversa con capacidad de 0,6
m3/s [73].

Construir una planta de desalinización en el mismo sitio que una central a carbón permite aprovechar
calor que es perdido en la descarga de agua de la central para producir agua desalada con menor huella
de carbono, en comparación a desalar más agua fría. Además, permite utilizar de mejor forma la
infraestructura de captación existente mientras la central esté en operación, además de darle un uso
rentable a esos activos una vez que la central sea cerrada. Una desaladora agregaría instalaciones
adicionales que aprovecharían la infraestructura existente de una central termoeléctrica. La Figura 47
ilustra las instalaciones adicionales a una central termoeléctrica, las que incluyen principalmente las
siguientes unidades [74]:

 Estación de bombeo y pretratamiento a la salida del condensador de la central termoeléctrica70.


 Planta de desalinización (bombeo de alta presión, módulos de osmosis reversa y sistema de
recuperación de energía).
 Sistema de descarga de salmuera que mezcle esta con el agua de refrigeración de la unidad
termoeléctrica no desalada. Este mezclado permite obtener una salmuera con menor concentración
de sales mientras la planta termoeléctrica esté en operación.
 Sistema de impulsión de agua desalada.

68
Evaporación térmica: Consumen calor para evaporar agua pura del agua de mar, la que luego se condensa. Los
procesos térmicos usados son la evaporación flash multietapa (MSF), la destilación de efectos múltiples (MED) y la
compresión de vapor (VC).
69
Separación por membrana: Emplean una fuerza motriz para conducir el agua a través de una membrana
semipermeable que no permite el paso de la sal. El único de estos procesos que es actualmente aplicable al agua
de mar es el uso de presión como fuerza motriz, el que se conoce como osmosis reversa (OR). Es el proceso más
empleado por su bajo costo y conveniencia
70
El diseño de este sistema debe considerar que la calidad del agua de salida del condensador es fluctuante.

87
Figura 47: Esquema de una planta desalinizadora por osmosis reversa integrada a una central termoeléctrica.
Fuente: Elaboración propia en base a [75, 76].

El análisis de costo considera el caso en que una planta desalinizadora por OR se localiza e integra con
una central termoeléctrica a carbón que se mantiene en operación. Se considera que el sistema de
bombeo y piping permite que la planta desaladora funcione recibiendo agua de descarga de la central
termoeléctrica, y también de manera independiente, en caso de que esta última se apague o sea
cerrada. No se considera la alternativa de desmantelamiento de la central y uso de los sistemas de agua,
pues tal proyecto contribuiría a la descarbonización en la misma medida que un cierre de planta.

El hecho de aprovechar los sistemas de captación y descarga de agua, además de otras estructuras e
instalaciones como, por ejemplo, edificios administrativos o instalaciones eléctricas, permite reducir los
costos de inversión del proyecto de desalinización, lo que reduce el costo nivelado del agua desalada
[76].

En la Tabla 25 se resumen los costos de inversión y producción de dos plantas desaladores existentes
que captan agua desde la descarga de una central termoeléctrica. Las plantas Carlsbad y Tampa Bay
están ubicadas en los Estados de California y Florida, EE. UU., respectivamente. El costo de inversión de
cada proyecto tiene alcances distintos, como la construcción de un gran estanque de almacenamiento
en el caso de Carlsbad. Adicionalmente, los costos son independientes del tamaño de la central
termoeléctrica ya que en general las plantas desaladoras son instaladas para satisfacer demanda de
agua industrial o residencial. Como referencia, una planta de OR convencional requiere una inversión de
entre 900 y 2.500 US$/(m3/día) y consume entre 3 y 4 kWh/m3 [76].

Tabla 25: Costos de dos plantas de desalinización integradas a unidades termoeléctricas existentes. Fuentes: [77, 78, 79].

Capacidad de Energía Costo del


Unidad Inversión Costo Inversión
Proyecto producción 3 eléctrica agua*
termoeléctrica (MMUS$) 3 (US$/(m /día)) 3 3
(m /día) (kWh/m ) (US$/m )

Carlsbad Encina Power 537 190.000 2826 3,08 1,946


Station
Tampa Big Bend Power 110 95.000 1158 2,24 – 2,93 0,655
Bay Station
*El costo de cada proyecto considera distintos costos de electricidad y distinta salinidad y temperatura del agua de mar.

88
Los atributos de flexibilidad de una central termoeléctrica en donde se encuentra la planta desaladora
co-localizada no cambiarían. También la planta desaladora no cambiaría de forma significativa en
eficiencia, control de emisiones ni costos de O&M. Sin embargo, dependiendo del diseño de la planta
desaladora podría ser posible gestionar la demanda de la planta desalinizadora para consumir energía
generada en la central termoeléctrica en momentos de baja demanda neta del sistema. De esta forma,
eventualmente se podría:

 Evitar apagar la unidad cuando el Coordinador lo indique por entrada de generación solar. En horas
del día, la central simplemente proveería de más energía a la planta desaladora.

 Reducir la potencia inyectada por la central directamente a la red, dado que se aumentaría el
consumo interno para abastecer a la planta desaladora.

El principal efecto ambiental de la desalinización es la descarga de una salmuera de mayor salinidad que
el agua de mar. Sin embargo, si es que la planta de desalinización opera al mismo tiempo que la central
termoeléctrica, este problema se reduce por la dilución de la salmuera de la desalinización en la
descarga del agua de enfriamiento de la central [80, 76]. De forma similar, esta mezcla de descargas
podría reducir la temperatura de descarga de la central termoeléctrica. Co-localizar una planta
desaladora que comparta infraestructura con una central a carbón no genera efectos en las emisiones
atmosféricas de la planta a carbón, pero sí puede aumentar la eficiencia de la planta desaladora.

Respecto al efecto en el empleo, se puede anticipar un efecto significativo (negativo) respecto del que
se podría esperar en el caso base (mantener las unidades a carbón sin conversión). Inicialmente, si se
mantiene la central, el efecto en el empleo sería positivo.

6.6 Alternativas emergentes para reutilizar la infraestructura de una central

Se revisó algunas alternativas de posibles proyectos con tecnología emergente que se podrían formular
con el fin de aprovechar la infraestructura existente de una central a carbón que sea eventualmente
cerrada y desmantelada. Las alternativas revisadas tienen el potencial de reutilizar la infraestructura
eléctrica (subestación y líneas). Se consideraron tres tipos de sistemas de almacenamiento distintos, que
tienen como finalidad proveer flexibilidad al sistema eléctrico y apoyar la transición a un sistema
descarbonizado y con mayor integración de ERV. Las opciones indicadas no representan una lista
exhaustiva, por lo que pueden desarrollarse otras opciones que reutilicen parte de la infraestructura o el
valor estratégico de los emplazamientos, como por ejemplo, la instalación de una demanda industrial,
instalaciones que presten servicios complementarios (inercia, condensador sincrónico, etc.) o la
reutilización del puerto.

6.6.1 Alternativa 10 – Sistema de almacenamiento de corta duración

La alternativa de incorporar almacenamiento de corta duración a una unidad a carbón ya se ha


desarrollado en el país. Chile fue uno de los primeros países en el mundo de instalar almacenamiento de

89
energía de corta duración para otorgar flexibilidad a la escala de tiempo de minutos. Los primeros 12
MW de un sistema de almacenamiento de energía de corto plazo, con capacidad de inyección durante
15 minutos, fueron instalados en el SING en el 2009; desde entonces, un total de 52 MW han sido
instalados.

Estas baterías de litio fueron instaladas bajo circunstancias técnico, económicas y regulatorias distintas a
las presentes actualmente en el sistema. La justificación de la inversión fue poder otorgar la reserva en
giro asignada a las unidades de carbón mediante baterías, con el fin de poder aumentar los niveles de
generación de las unidades a carbón. En el 2009, cuando el primer set de baterías comenzó a operar, el
promedio mensual del costo marginal de energía en la barra de Crucero (SING) excedió constantemente
los 150 USD/MWh y la provisión de seguridad se remuneraba mediante las definiciones establecidas en
la Resolución Exenta No 39.

Actualmente, las baterías suministran la mayoría de las necesidades de reserva primaria por
contingencia en el SEN-Norte. La Figura 48 ilustra la utilización de la reserva primaria por contingencia
provista por uno de los sistemas de almacenamiento por baterías (BESS, por sus siglas en inglés) del
SEN-Norte durante el periodo agosto - octubre de 2018.

Figura 48 : Descargas de uno de los sistemas de baterías instalados en el SEN-Norte durante algunos meses de 2018.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del CEN.

Desde el 2009, las baterías de litio han reducido de forma significativa su costo. Los costos de sistemas
de almacenamiento con baterías de litio instaladas en el año 2016 fueron entre 352 $USD/kWh y 578
$USD/kWh [81]. Estos costos dependen de la capacidad del sistema de almacenamiento; no obstante,
están disminuyendo rápidamente y se proyecta una reducción de costo entre 54% y 61% al año 2030
[81]. A modo de ejemplo, recientemente se ha anunciado el desarrollo de un sistema de baterías de 409
MW y 900 MWh en Florida, Estados Unidos; el sistema requeriría un espacio de 16 hectáreas
aproximadamente para su emplazamiento [82].

Respecto al efecto en el empleo, se puede anticipar un efecto significativo (negativo) respecto del que
se podría esperar en el caso base (mantener las unidades a carbón sin conversión).

90
6.6.2 Alternativa 11 – Sistema de almacenamiento con aire comprimido

Estos sistemas almacenan aire comprimido en una caverna subterránea. Dependiendo de las
condiciones del terreno, estos sistemas podrían estar co-emplazados en algunas centrales existentes y
utilizar parte la infraestructura eléctrica y de captación de agua existente en una central. Algunos
proveedores de almacenamiento de aire comprimido definen CAPEX referenciales entre 1.500 y 3.000
kUS$/MW para instalaciones entre 50 y 500 MW [83], como la que se muestra en la Figura 49. Un
proyecto de CAES otorga la siguiente flexibilidad y desempeño en base a una unidad A-CAES de 100 MW
[83]:

 Tiempo de partida menor a 5 minutos.


 Capacidad de rampa de 65 MW/min.
 Eficiencia (Round-Trip) > 60% de la electricidad de entrada.

El principal desafío y riesgo de un proyecto de almacenamiento con aire comprimido es la construcción


de la caverna de almacenamiento. El desarrollo podría complejizarse en territorios sísmicos y cercanos a
la costa, por lo que los costos de inversión podrían ser más altos que los proyectados en otras regiones
del mundo.

Para un proyecto de 100 MW y 4 horas de almacenamiento se podría requerir una superficie de unas 6
hectáreas aproximadamente [84].

Figura 49: Esquema de sistema de almacenamiento con aire comprimido. Fuente: Hydrostor.

Si bien no existe experiencia de la aplicación de este concepto al nivel de una central de escala, respecto
al efecto en el empleo, se puede anticipar un efecto significativo (negativo) respecto del que se podría
esperar en el caso base (mantener las unidades a carbón sin conversión).

91
6.6.3 Alternativa 12 – Sistema de almacenamiento térmico

Los sistemas de almacenamiento térmico mediante sales fundidas se utilizan comúnmente en las
centrales de Concentración Solar de Potencia (CSP). Dependiendo del diseño de la central, tienen la
capacidad de proveer desde 1 a 15 horas de almacenamiento. En una central de CSP, el sistema de
almacenamiento térmico representa alrededor del 8% - 10% del costo de inversión [85, 86, 87, 88]. Los
principales factores que definen el costo de un sistema de almacenamiento térmico son los estanques
(27% a 30%) y las sales (50% a 57%). Se estima que el costo de desarrollo de esta tecnología rodea los 30
US$/kWhth.

Actualmente se está desarrollando un piloto en Alemania para utilizar esta tecnología de


almacenamiento térmico como complemento a las plantas a carbón [89]71. Inicialmente, el sistema de
almacenamiento operaría como complemento a la central a carbón (como un sistema híbrido);
posteriormente se retiraría la caldera y se dejaría sólo el sistema de almacenamiento térmico acoplado a
la turbina de vapor de la central. El sistema de almacenamiento de sales fundidas se calentaría entonces
mediante un sistema eléctrico que utilizaría energía desde la red eléctrica durante horas de mayor
generación de energía renovable variable, para luego liberar el calor hacia el circuito de vapor y producir
energía eléctrica en la turbina de vapor en horas en que hay menor generación de energía renovable
variable.

Este sistema, inicialmente híbrido, permite dar más flexibilidad a la operación de centrales a carbón
existentes. Luego, cuando la caldera sea retirada, se aprovecharía la turbina y parte de la infraestructura
de soporte disponible, como la subestación, las turbinas, las líneas de transmisión y el sistema de
refrigeración.

Se debe tener presente que los sistemas de almacenamiento térmicos son una tecnología probada. Para
el 2017, excluyendo los sistemas de almacenamiento por bombeo, los sistemas de almacenamiento
térmicos representan aproximadamente el 50% de la capacidad de almacenamiento instalada en el
mundo [81]. Lo que aún no se a probado es la arquitectura que considera acoplar un sistema de
almacenamiento térmico a una central a carbón.

71
Este piloto está siendo desarrollado por el centro DLR para una de las principales empresas eléctricas alemanas.

92
Figura 50: Esquema conceptual de un sistema híbrido central a carbón – almacenamiento térmico. Fuente: DLR [89].

Se sugiere explorar con más detalle esta alternativa de reutilización de la infraestructura termoeléctrica
existente debido a que combina una tecnología de almacenamiento validada. Para el caso de Chile, a
nivel sistémico, se complementa con el potencial desarrollo de generación solar fotovoltaica en la zona
norte para proveer energía eléctrica durante 24 horas. Mediante la reutilización de la infraestructura de
centrales a carbón existentes, el desarrollo de este sistema de almacenamiento térmico permite ahorrar
una de las principales componentes de inversión de una central de tipo CSP, como lo son el campo de
heliostatos y la torre de concentración.

Si bien no existe experiencia de la aplicación de este concepto al nivel de una central de escala, respecto
al efecto en el empleo, se puede anticipar un efecto significativo (negativo) respecto del que se podría
esperar en el caso base (mantener las unidades a carbón sin conversión).

93
7 DESAFÍOS Y RECOMENDACIONES
Como parte de los esfuerzos de descarbonización del sector eléctrico se creó un grupo multilateral de
trabajo, conocido como Mesa de Descarbonización, para analizar los elementos y condiciones que
permitirían establecer un cronograma de cese programado y gradual de la operación de centrales a
carbón que no cuenten con sistemas de captura y secuestro de carbono o tecnologías equivalentes.

Este estudio es formulado como un insumo técnico a las discusiones de la Mesa de Descarbonización. El
objetivo del estudio ha sido recopilar y analizar alternativas tecnológicas para un posible futuro
aprovechamiento de las actuales unidades de carbón.

Todas las unidades de generación termoeléctrica a carbón son de tipo subcríticas; están emplazadas en
la costa del Océano Pacífico y utilizan agua de mar para enfriamiento. El 70% de la capacidad de
generación térmica a carbón instalada en el país está en la zona norte. La mayoría de las unidades de
generación están emplazadas en complejos que comparten infraestructura y servicios de soporte entre
las unidades de generación que forman parte del mismo complejo, con excepción de la Central Tarapacá
y Santa María. Por lo tanto, la reconversión o el cierre programado de algunas unidades más antiguas
se desarrollará en un complejo de generación donde continúa estando operativa una unidad más
nueva. En particular, se tiene:

 7 de las 28 unidades fueron construidas antes de 1990. Estas unidades representan 907 MW y
están ubicadas en partes prácticamente iguales entre la zona norte (ex – SING) y zona central del
país (Quintero y Coronel). Dos de las siete unidades entraron en operación antes de 1970 y una
unidad fue puesta en servicio en los años setenta.

 7 de las 28 unidades fueron puestas en servicio en los años noventa para abastecer
principalmente a clientes libres. Estas unidades representan 1100 MW y están en su totalidad
emplazadas en la zona norte del país.

 14 de las 28 unidades fueron puestas en servicio a partir del año 2009, como respuesta a la crisis
de abastecimiento de gas argentino. Estas unidades representan 3550 MW. El 65% de esa
capacidad está ubicada en la zona norte del país.

Diversos factores influencian las posibles acciones de conversión y reutilización de la infraestructura


disponible. Las alternativas se pueden agrupar en diversas categorías como se ilustra en la Figura 51.

94
Reconversión a otro Retiro en “frío y oscuro” Mantener unidades
combustible en reserva estratégica
 Remediar y cerrar (mothballing)
 Modificar sistemas parcialmente.  Mantenimiento
existentes de  Asegurar y básico.
combustible. monitorear.  Capacidad de
 Continuar  Futuro incierto. volver al servicio
generando. en algunos días.

Repotenciar activo de Reconversión a uso Reconversión a


generación industrial residencial o mixto
 Remediar, salvatar y  Remediar, salvatar y  Remediar, salvatar y
demoler. demoler. demoler.
 Construir nuevo  Remediar hasta  Remediar hasta
activo de generación. condición de condición de
brownfield. greenfield.
 Venta o desarrollo.  Venta o desarrollo.

Figura 51: Alternativas para definir un nuevo propósito a una central

La viabilidad de las opciones dependerá de una evaluación del propietario sobre la infraestructura
existente, lo que está influenciado por las condiciones regulatorias, las necesidades del mercado (en
términos de los recursos técnicos requeridos para su operación económica y segura), y la competitividad
de las distintas opciones frente a requerimientos de contratación de los clientes libres y regulados. La
Figura 52 sintetiza los factores que influenciarán la conversión de unidades termoeléctricas en un
contexto de alta penetración de energía renovable variable.

- Regulación del mercado Rentabilidad -


Factores que
- Estrategia corporativa influencian la Complejidad de implementación -
- Necesidades del cliente y/o Sistema Eléctrico mejora o Operaciones & Costo de Operación -
- Competitividad del mercado reconversión de Capacidad de evolución del sistema -
una unidad
- Desarrollo y maduración de tecnología Impacto ambiental & Emisión de CO2 -

Figura 52: Factores que influencian la conversión o cierre de unidades termoeléctricas en un contexto de alta penetración de
energía renovable variable. Fuente: Elaboración propia.

95
Considerar la evolución de la capacidad instalada de la energía renovable variable es crítico porque las
centrales térmicas comienzan a evolucionar hacia un modo de operación donde su valor se encuentra
en la opción de complementar a las energías renovables variables mediante provisión de reservas y la
opción de modificar su nivel de producción de manera rápida, competitiva y sostenible en el tiempo. Por
lo tanto, a partir del contexto de mercado eléctrico chileno actual y futuro, el aumento en la flexibilidad
operacional de una unidad termoeléctrica permite la incorporación de mayor energía renovable
variable, lo que a su vez contribuye a disminuir las emisiones de GEI del sector de generación de
energía eléctrica en su conjunto. Adicionalmente, como se ha indicado en el informe, los
requerimientos y la oferta de reserva para regulación de frecuencia son distintos en la zona norte y en la
zona central del país. Uno de los desafíos en la zona norte es contar con oferta de reservas con
menores emisiones de gases de efecto invernadero.

No obstante, se necesita dar certeza sobre eventuales nuevos requerimientos de regulación ambiental
que influenciarán las expectativas de funcionamiento de las unidades termoeléctricas, como por
ejemplo, los requerimientos que establecerá la anunciada Ley de Cambio Climático y posibles nuevos
requerimientos que pueden surgir por una modificación del DS 13. La definición de los nuevos factores
de regulación ambiental que influenciarán la operación de las centrales es crítica para evaluar la
viabilidad de las opciones de conversión.

En el corto y mediano plazo, los desafíos operativos son también un factor técnico – económico crítico
que genera oportunidades para la reconversión de centrales de manera de avanzar de manera más
efectiva, eficiente y armónica en la transición hace una matriz de generación baja en emisiones de
GEI, particularmente durante el día. Teniendo en consideración el hecho que el costo nivelado de
generación solar fotovoltaica emplazada en la zona norte del país es más económico que el costo
variable de la generación a carbón, se tiene la oportunidad de buscar opciones para reducir los mínimos
técnicos de las unidades a carbón. Ello puede ser justificado, tanto a nivel de sistema como por clientes72
como una medida de eficiencia económica mediante eficiencia de producción.

Como parte del desarrollo de este estudio, se han recopilado y analizado 15 alternativas para un posible
futuro aprovechamiento de las actuales unidades de carbón. Las opciones fueron clasificadas según su
nivel de madurez tecnológica y comercial. La Tabla 26 se sintetiza la comparación cualitativa de las
distintas opciones consideradas como maduras. Estas han sido clasificadas en dos grupos: las opciones
que consideran convertir la central a otro combustible (gas o biomasa), ya sea de manera parcial o total,
y las opciones que reutilizan parte de la infraestructura de la central. En cada caso, de acuerdo a los
antecedentes levantados en el estudio, se indica la capacidad de contribuir a la reducción de emisiones
de GEI, los cambios en la flexibilidad operacional, el costo de inversión y afectación de empleo.

Para aquellas cinco alternativas que tienen la intención de reutilizar la caldera, la conveniencia de la
conversión dependerá del costo y acceso al nuevo combustible (gas o biomasa), así como también de la
política de impuesto a emisiones de CO2 o límite a emisiones.

72
Principalmente aquellos clientes que cuenten con contratos de suministro asociado a una central específica bajo
ciertas condiciones comerciales que traspasen costos de producción.

96
Para el caso de conversión total a gas natural se han observado costos de inversión referenciales entre
USD 50 – 231 mil por MW. Para el caso de conversión parcial a gas natural se han observado costos de
inversión referenciales de hasta USD 54 mil por MW73. Para el caso de conversión total a biomasa se ha
observado un costo referencial de USD 473 – 1212 mil por MW.

Tabla 26: Comparación de alternativas maduras de cierre y/o conversión de centrales termoeléctricas a carbón.

Costo de
Cambios en
Emisiones inversión Efecto en
Alternativa flexibilidad
de CO2 según empleo
de la central
capacidad

Reducción
Conversión Total

A gas natural ↓↓ ↑↑ Medio


leve

74
A biomasa forestal ↓↓↓ ↓ Medio Neutral
Conversión de
la central a
Co-combustión de carbón y gas
otro ↓ ↑↑ Bajo Neutral
natural
Conversión Parcial

combustible

Uso de gas natural en operación a


↓ ↑↑ Muy bajo Neutral
mínimo técnico y partida

Co-combustión de carbón y
↓ ↓ Medio Neutral
biomasa forestal

Cierre y desmantelamiento de la central ↓↓↓ No aplica Bajo Reduce

Reserva en frío o mothballing ↓↓↓ No aplica Muy bajo Reduce


Reutilizan la
infraestructura
Conversión total a residuos sólidos Reduce
de la central ↓ ↓↓↓ Muy Alto
domiciliarios

Reemplazo unidad por motores a gas ↓ ↑↑↑ Alto Reduce

Desalinización de agua de mar Neutral Neutral No aplica Reduce

Se debe notar que cada unidad instalada es diferente. Incluso las unidades de similar capacidad,
percibidas como “duplicadas” por estar instaladas una junto a la otra en una misma central tienen

73
Excluye costo de sistema de suministro y adaptación de combustible y gasoducto.
74
Acotado a la central. El supuesto de neutralidad ignora el incremento transiente del CO2 en la atmósfera.

97
diferencias en su rendimiento y operación. Por lo tanto, ante una evaluación de modificación de una
central se recomienda contactar al fabricante de la caldera de cada unidad para que este realice una
evaluación del diseño que permita minimizar desafíos que afecten significativamente el costo de una
reconversión y posibles efectos en el rendimiento. Además, los impactos esperados en las emisiones de
GEI o flexibilidad de una unidad convertida pueden variar, incluso con la misma tecnología de
conversión, entre distintas unidades.

Desde el punto de vista de acceso a combustible, la mayoría de las centrales a carbón existentes están
emplazadas en las inmediaciones de un gasoducto, o incluso limitan con uno. Las únicas centrales que
no están emplazadas en las inmediaciones de un gasoducto son las centrales Tarapacá y Guacolda. Por
otra parte, las centrales ubicadas en Coronel podrían posiblemente obtener un suministro de biomasa
forestal sin la necesidad de peletizado. Sin embargo, es necesario evaluar si se puede disponer de
biomasa suficiente a un costo competitivo para producir electricidad. Dada la distancia a los centros de
producción de biomasa, las otras centrales presenten en el país deberían utilizar pellets.

En el corto plazo, la alternativa de conversión parcial a uso de gas natural en operación a mínimo
técnico y procesos de partida75 involucra relativamente bajos costos de inversión y permite reducir
emisiones, ya sea disminuyendo la intensidad de emisiones de la unidad, o mediante un aumento en la
flexibilidad, lo que a su vez permite integrar mayor cantidad de energía renovable variable. Esta opción
mantiene la capacidad de adaptar la central a otro tipo de opciones, en la medida que estas vayan
madurando y reduciendo su incertidumbre.

A continuación, la Tabla 27 sintetiza la comparación de las alternativas emergentes de conversión de


centrales que se han identificado. Estas han sido clasificadas en dos grupos: las opciones permiten
seguir utilizando carbón, pero capturan el CO2, y las opciones que aprovechan infraestructura de la
central. En cada caso, se indica la capacidad de contribuir a la reducción de emisiones de GEI, los
cambios en la flexibilidad operacional, el costo de inversión y afectación de empleo.

Actualmente los costos de inversión de las alternativas indicadas en la Tabla 27 son altos o
desconocidos. Por ejemplo, sólo hay dos experiencias de uso de sistema de captura y secuestro de
carbono a escala industrial instalados en centrales termoeléctricas a carbón. De todas formas, se espera
que los costos de esta tecnología se reduzcan en cuanto la tecnología madure. Un estudio industrial
plantea que se podría llegar a costos de inversión de 1.319 US$/kW [37]. Por otra parte, un estudio de
factibilidad reciente para la instalación de una planta de captura de carbono en la planta de carbón
pulverizado de 300 MWe Shand, en Canadá, estima un costo nivelado de captura de carbono de 45
US$/tonCO2 [38]. No obstante, se espera que un sistema de captura y secuestro de carbono reduzca la
flexibilidad de una central a carbón, aumentando su mínimo técnico (estimaciones iniciales indican que
debería ser del orden de 50% de la potencia nominal de la unidad). Este efecto es negativo para la
integración de energía renovable variable.

75
De las centrales existentes, sólo la central Guacolda y Tarapacá están alejadas de gasoductos. En estos casos se
sugiere evaluar si es factible técnica y económicamente la opción de utilizar gas natural licuado transportado en
camiones. En caso de que ello no sea así, la alternativa sugerida número 2 no sería factible para esas centrales.

98
El almacenamiento de energía va a ser una opción importante en el mercado en el largo plazo, sobre
todo en Chile donde hay un recurso solar abundante. Existen distintas alternativas cuyo desempeño
técnico y costo está cambiando rápidamente. Como parte de este informe se han presentado tres
alternativas de almacenamiento que podrían ser utilizadas, en distinta escala y con distinto nivel de
reutilización de infraestructura en el emplazamiento de las centrales a carbón existentes. Se sugiere
monitorear a futuro opciones de sistemas de almacenamiento de larga duración que puedan ser
emplazados en las centrales a carbón. A modo de ejemplo, uno de estos casos corresponde al uso de
sistemas de almacenamiento mediante sales fundidas, que actualmente se utilizan en sistemas de
concentración solar de potencia.

Tabla 27: Comparación de alternativas emergentes de cierre y/o conversión de centrales termoeléctricas a carbón.

Costo de
Cambios en
Emisiones inversión Efecto en
Alternativa flexibilidad
de CO2 según empleo
de la central
capacidad

Conversión de Adaptación con sistemas de captura


↓↓↓ ↓↓ Muy Alto Aumenta
la central que de carbono
permite seguir
utilizando
carbón, pero
Cogeneración de hidrógeno y
capturan el ↓↓↓ Desconocido Muy Alto Aumenta
electricidad
CO2

Sistema de almacenamiento corta


↓↓↓ ↑↑ Muy alto Reduce
duración (baterías)

Aprovechan
otra
Sistema de almacenamiento mediante
infraestructura ↓↓↓ ↑↑↑ Alto Reduce
aire comprimido
dentro de la
central

Sistema de almacenamiento térmico


↓↓↓ ↑↑↑ Desconocido Reduce
mediante sales fundidas

El posible efecto en el empleo que se ha indicado en todos los casos corresponde a un análisis
cualitativo, acotado a la central de generación, y comparado con respecto a la trayectoria que tendría el
empleo en un caso base (sin conversión).

Es crítico notar que el análisis cualitativo presentado sintetiza las características actuales de las opciones
de conversión. Se espera que los atributos de las alternativas que hoy no están maduras
tecnológicamente (o emergentes) evolucionen en el tiempo, mejorando su rendimiento,
disminuyendo sus costos actuales y reduciendo sus riesgos de implementación. En el largo plazo,

99
algunas de las opciones emergentes presentadas tienen el potencial de contribuir de manera más
eficiente a reducir las emisiones de GEI y flexibilizar el sistema eléctrico.

Adicionalmente, las alternativas presentadas no comprenden un listado exhaustivo. Existen otras


opciones para la reutilización de infraestructura de centrales a carbón que no fueron incluidas en este
estudio.

En general, desde el punto de vista de competitividad en el mercado, los actores que se ven enfrentados
a la opción de reconversión de centrales a carbón deben considerar también las opciones que otros
agentes del mercado están desarrollando para suministrar las necesidades de potenciales clientes de
manera competitiva (tanto en precio como su forma de indexación). En este contexto, se debe
considerar lo siguiente:

 Definir los factores de regulación ambiental y del mercado eléctrico que se utilizarán para
influenciar las posibles acciones de conversión de la infraestructura de generación disponible.
 Frente a una potencial nueva regulación, definir si es más conveniente el cierre de una central a
carbón y desarrollo de otro activo de generación para suministrar a los clientes de manera
competitiva, o la reconversión de una unidad existente.
 Las opciones para rentabilizar cambios incrementales a una unidad que pueden mejorar el costo
del suministro a clientes y la eficiencia de producción del sistema en su conjunto en el proceso de
transición hacia una mayor penetración de energía renovable variable.
 El momento en el cual se debe considerar un cambio significativo en la estructura de la unidad de
generación existente para mejorar su desempeño.
 La evolución de las necesidades de flexibilidad del sistema y su relación con la oferta existente de
flexibilidad en el sistema.
 Definir cómo incentivar el desarrollo de soluciones híbridas y transitorias que permitan reducir
emisiones y otorgar flexibilidad para integrar mayor nivel de energía renovable variable.

Existe una tensión entre continuar operando centrales a carbón mediante cambios incrementales, que
introduzcan mejoras de desempeño, o una transformación significativa. La urgencia de los cambios
necesarios dependerá de la rapidez de incorporación de más energía renovable variable, necesidades
locales de flexibilidad, definiciones regulatorias, definiciones comerciales con clientes, maduración
tecnológica y evolución del costo de las opciones de conversión, entre otros factores.

Hoy no existen los antecedentes para definir ciertamente qué activos de generación gestionable serán
los más eficientes para complementar a las fuentes de generación renovable variable en el largo plazo
(por ejemplo, a partir del 2030). Esto lleva a la necesidad de separar aquellas soluciones de largo plazo
de aquellas soluciones de corto plazo que pueden ser costo efectivas y proveen los recursos técnicos
que el sistema necesita para una mayor descarbonización.

100
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https://www.netl.doe.gov/research/coal/energy-systems/gasification/gasifipedia/water-gas-shift.

[136] R. B. Gupta, Ed., Hydrogen Fuel. Production, Transport and Storage, CRC Press, Taylor and Francis,
2009.

[137] Y. Wang y S. Zhang , «Economic assessment of selected hydrogen production methods: A review,»
Energy Sources, Part B: Economics, Planning, and Policy, 2017.

[138] A. Damle, «Chapter 8. Hydrogen Separation and Purification,» de Hydrogen Fuel. Production,
Transport and Storage, R. B. Gupta, Ed., CRC Press, 2009.

[139] TKI Nieuw Gas, «Outlines of a Hydrogen Roadmap,» Mayo 2018. [En línea]. Available:
https://www.topsectorenergie.nl/sites/default/files/uploads/TKI%20Gas/publicaties/20180514%20
Roadmap%20Hydrogen%20TKI%20Nieuw%20Gas%20May%202018.pdf.

[140] Inodú, «Renewable Energy Integration Opportunities in Chile,» MIT, May 2018. [En línea]. Available:
http://sdm.mit.edu/renewable-energy-integration-opportunities-in-chile/. [Último acceso: October
2018].

[141] S. Gil, P. Givogri y L. Codesiera, «El gas natural en Argentina: Propuestas periodo 2016-2025,»
Cámara Argentina de la Construcción, 2015.

110
9 ANEXO A – Acceso a biomasa, gas natural y residuos municipales

9.1 Distribución GN76 77

Efectuada una revisión preliminar en relación con la ubicación de las centrales y los gasoductos
existentes, se puede indicar preliminarmente que solo las centrales Tarapacá y Guacolda no tienen un
gasoducto cercano.

Al revisar las centrales de Bocamina, Mejillones, Andina, Hornitos, Tocopilla y Nueva Tocopilla y el
trazado del gasoducto más cercano, este se encuentra en los límites de la propiedad.

Actualmente, la importación de GN llega a nuestro país por los terminales GN Mejillones y GN


Quinteros.

En julio 2018, GN Talcahuano obtuvo la concesión definitiva para el transporte de gas de red en la
comuna de Talcahuano. Este proyecto contempla la construcción de un terminal marítimo que operara
en balsa de almacenamiento y regasificación ubicada a 3,7 km de la costa de la bahía de Concepción la
que se conectara con el Gasoducto del Pacífico.

Existen una serie de gasoductos con Argentina, los cuales actualmente tienen el suministro
interrumpido. Según se indica en las noticias de septiembre 2018, se reanudará la importación de GN a
Methanex a través de las empresas Argentinas Total Austral, Pan American y Compañía General de
Combustibles. Se encuentra en estudio ampliar autorizaciones a otras empresas.

Para determinar la factibilidad de suministrar GN a las distintas centrales, es necesario estudiar la


capacidad de los Terminales de Regasificación existentes, la red de gasoductos y los requerimientos de
las centrales a gas existentes (ciclo simple y ciclo combinado).

Coronel

Se analiza la factibilidad de suministro de GN a las centrales Bocamina y Santa María.

La Figura 53 muestra los gasoductos existentes en Coronel. Se indica el trazado del gasoducto Coronel-
Lota de Innergy que conecta al gasoducto Lateral La Leonera-Coronel de Gasoducto del Pacífico. Se
indican además las ubicaciones de las centrales Bocamina y Santa María para visualizar las distancias
relativas a los gasoductos indicados.

La Figura 54 muestra el gasoducto Lota-Arauco de Innergy que alimenta Celulosa Arauco (Planta Arauco
y una turbina a gas de 24 MW). Se desconoce su trazado entre Lota y el Gasoducto del Pacífico. Luego,
no es posible visualizar la distancia relativa a la Central Santa María.

76
http://www.geoportal.cl/visorgeoportal/
77
http://energiamaps.cne.cl/#

111
Lateral La Leonera-Coronel

Coronel-Lota

Figura 53 : Gasoductos en Coronel (Coronel-Lota).

Zona trazada sin


definir

Lota-Arauco

Figura 54 : Gasoductos en Coronel (Lota-Arauco).

112
Puchuncaví

Se analiza la factibilidad de suministro de GN a las centrales Ventanas, Nueva Ventanas y Campiche.

La Figura 55 muestra el Terminal GN Quinteros y el gasoducto existente en Puchuncaví. Se indica el


gasoducto Quintero-Quillota de Electrogas que conecta al Terminal GN Quintero. Se indican además las
ubicaciones de las centrales Ventanas, Nueva Ventanas y Campiche para visualizar las distancias
relativas al gasoductos indicados.

Quintero-Quillota

Figura 55: Gasoductos en Puchuncaví.

Huasco

Se analiza la factibilidad de suministro de GN a la Central Guacolda.

En las cercanías de la Central Guacolda no se dispone de un gasoducto.

Mejillones

Se analiza la factibilidad de suministro de GN a las centrales Mejillones, Andina, Hornitos, Angamos y


Cochrane.

La Figura 56 muestra el Terminal GN Mejillones y los gasoductos existentes en Mejillones. Se indican los
gasoductos Crucero-Mejillones de Norandino y Atacama de GasAtacama. Adicionalmente se indica el
gasoducto GN Mejillones que conecta con ambos gasoductos. Se indican además las ubicaciones de las

113
centrales Mejillones, Andina, Hornitos, Angamos y Cochrane para visualizar las distancias relativas a los
gasoductos indicados.

Crucero-Mejillones

Taltal
Atacama

Figura 56 : Gasoductos en Mejillones.

Tocopilla

Se analiza la factibilidad de suministro de GN a las centrales Tocopilla y Nueva Tocopilla.

La Figura 57 muestra el gasoducto existente en Tocopilla. Se indica el gasoducto Crucero-Tocopilla de


Norandino. Se indican además las ubicaciones de las centrales Tocopilla y Nueva Tocopilla para visualizar
las distancias relativas a los gasoductos indicados.

114
Crucero-Tocopilla

Figura 57: Gasoductos en Tocopilla

Iquique

Se analiza la factibilidad de suministro de GN a las Central Tarapacá.

En las cercanías de la Central Tarapacá no se dispone de un gasoducto.

115
9.2 Distribución industrial maderera78 79

En la generación de energía eléctrica con biomasa, un aspecto importante ha sido considerar como
material combustible mayoritariamente los desechos del negocio forestal (aserrín y corteza)
considerando un esquema de producción integrado del recurso forestal (madera, paneles, celulosa y
energía). Teniendo esto en consideración, las centrales de generación con biomasa debieran estar
localizadas en áreas de alta concentración y explotación de bosque, con centrales de un tamaño
adecuado considerando un área de influencia de recolección, de forma de minimizar los costos de
recolección, traslado y el impacto ambiental del transporte. A modo de ejemplo, la planta Lautaro de
Comasa cuenta con dos unidades con una generación nominal total de 47 MW; utiliza como combustible
100% biomasa (mezcla de residuos forestal y agrícola); cuenta con una estrategia de suministro de
biomasa basada en la compra a terceros; y una estrategia de transporte de la biomasa en camiones
dentro de una zona de influencia.

Teniendo en consideración la cantidad de biomasa/día requerida para una operación continua de una
central de generación, se requiere desarrollar plantaciones forestales de un tamaño mínimo que
permitan el ciclo de crecimiento del árbol de 15 – 17 años, edad estimada para que un árbol como el
pino o el eucaliptus tenga un tamaño económicamente explotable (diámetro y densidad). La tasa de
crecimiento del árbol depende en gran medida de la especie y del medio ambiente (disponibilidad de
agua). Similar estrategia se desarrolla en la industria forestal (madera, paneles, celulosa) que deben
tener plantaciones para la operación diaria de las plantas en un régimen de funcionamiento continuo
máximo (mínimo costo O&M). Estas plantaciones deben considerar en su tamaño los riesgos de
incendio.

Para las centrales en las comunas de Puchuncaví (centrales Ventanas, Nueva Ventanas y Campiche) y
Coronel (centrales Bocamina y Santa María), aún cuando están ubicadas en una zona forestal, se sugiere
estudiar a nivel de prefactibilidad la infraestructura requerida y los costos asociados a la producción,
recolección, almacenamiento, embarque y traslado de la biomasa hasta las centrales de generación. En
general, esta disponibilidad debiera estar asociada a contratos de largo plazo que permitan asegurar un
suministro mínimo dentro de un tiempo para la recuperación del capital de la inversión.

Energía Verde (AES Gener) con su planta de cogeneración en Constitución de 9 MW inicialmente


desarrolló un contrato con Arauco (Aserradero Viñales) en el cual Energía Verde instaló la Central.
Arauco le vendía los residuos de biomasa del aserradero y Energía Verde le vendía vapor y energía
eléctrica. En el año 2012, Arauco puso en marcha el proyecto Planta Térmica de Cogeneración Viñales
(41 MW) en la cual se utilizan los residuos del Aserradero Viñales, Forestal Arauco y se crea un canal de
compra a terceros.

Adicionalmente a la planta de Constitución, Energía Verde opera las centrales en base a biomasa de
cogeneración de Laja (12,7 MW) y Mostazal (25 MW)80.

78
Infor_Memoria 2016
79
Odepa_Estudio de caracterización de la cadena de producción y comercialización de la industria forestal:
Estructura, Agentes y Prácticas

116
En relación con la biomasa, para el quemado en calderas, se puede utilizar biomasa no tratada (astillas,
corteza, aserrín) o biomasa tratada en forma de pellet.

La biomasa no tratada, por lo general tiene una humedad entre 35 - 50%. Luego, para su traslado en
grandes distancias, se considera su peletización, lo que requiere la instalación de plantas de peletizado.

Los costos de transporte dependen en gran medida de la densidad de energía (valor calorífico) de la
biomasa. La peletización de la biomasa es una forma de aumentar significativamente el valor calorífico
por volumen.

El pellet se puede encontrar básicamente en dos tipos: pellet blando y pellet duro.

El pellet blando es simplemente biomasa comprimida en forma de pellet. Tienden a convertirse en


papilla cuando están húmedos con un mal clima. En su manejo, puede requerir un sistema de control de
polvo, protección a la lluvia y el uso de sistemas separados de recepción y molienda.

El pellet duro puede ser madera torrefactada (proceso termoquímico realizado a 200–300ºC y un
tiempo de residencia de 1 hora por lo general, en este proceso, la biomasa emite sustancias volátiles
produciendo el pellet) que forma un pellet duro impermeable a la humedad y puede pulverizarse como
el carbón. Otra alternativa es el pellet negro (madera seca a niveles muy bajos de humedad y luego
comprimido).

El pellet requiere de un proceso adicional que aumenta el costo de la biomasa, por otra parte, el costo
de traslado disminuye (aumenta de densidad y disminuye la humedad) y mejora sus condiciones para el
almacenamiento. Para determinar la factibilidad de transporte de biomasa sin tratar (35 - 50%
humedad) o pellet, es necesario estudiar las zonas de disponibilidad de biomasa, planta de peletizado y
la logística del transporte.

La Figura 58 muestra el catastro de la industria forestal primaria.

80
http://www.centralenergia.cl/actores/generacion-chile/

117
81
Figura 58 : Catastro de la industria forestal primaria

Las regiones de Valparaíso al Sur concentran la totalidad de la biomasa forestal explotable.

Las regiones del Maule, Bio Bío y La Araucanía, concentran el 76,4% de la superficie plantada.

La superficie total de las plantaciones en pie es de 2.396.562 ha, dentro de la cual destacan Pinus radiata
(58,4%), Eucalyptus globulus (24,1%) y Eucalyptus nitens (10,8%) como las principales especies que
componen las plantaciones del país. Sumadas representan el 93,3% de la superficie plantada. Es crítico
notar que debido a la prolongada sequía reciente en Chile y a la disminución de superficie disponible de
plantaciones, en especial de pino, se proyecta un déficit de producción de madera en el corto plazo en el
país [90]. Además, se observa una migración de los productores desde la producción de pino hacia otras
especies, como el eucalipto.

81
Ministerio de Agricultura_INFOR_Catastro de la industria forestal primaria (2016)

118
El 51% de las plantaciones forestales de todas las especies inventariadas en Chile en el 2014, de acuerdo
con INFOR, es de propiedad de las empresas: Forestal Arauco (29,64%), CMPC-Mininco (19,37%) y
Masisa (2,03%). El resto de las plantaciones forestales está en manos de otras forestales, aserraderos y
personas naturales, que en total suman 22.223 propietarios, de los cuales solamente 10 son empresas
medianas que poseen patrimonios forestales entre las 5 mil y 30 mil ha.

En la actualidad existen 3 empresas que poseen plantas de elaboración de pulpa mecánica (cartulinas) y
química (celulosa) que desarrollan un negocio integrado de la madera: Celulosa Arauco y Constitución,
CMPC y Papeles Bio Bío (cartulinas).

Adicionalmente existe un mercado secundario de residuos de los aserraderos (lampazos, cortezas,


despuntes, astillas y aserrín), que es comercializado para utilizarse en la producción de pulpa, tableros,
pellet y combustible para generar calor o electricidad.

119
9.3 Residuos municipales

Los desechos en general provienen de actividades humanas, domésticas, comerciales, industriales,


agrícolas, tratamiento de aguas residuales, otros.

Por otra parte, la generación de residuos municipales está asociada a la cantidad e ingresos (a mayor
ingreso, mayor consumo, mayor generación de residuos) de los habitantes de un sector o comuna.

La Figura 59 muestra un vertedero de residuos municipales.

82
Figura 59 : Manejo de vertedero de residuos sólidos municipales

Si el desecho no se maneja y trata adecuadamente de una manera integral en todo su ciclo, tiene un
impacto negativo en las condiciones ambientales (higiénicas), contamina el aire, las aguas superficiales y
subterráneas, así como también, el suelo y los cultivos. Un sistema ambiental y eficiente de recolección
y eliminación de los desechos municipales es fundamental para cualquier comunidad.

Un aspecto importante para considerar en esta alternativa es el suministro de RSM y su jerarquización.

Actualmente, a nivel de políticas públicas, se está desarrollando un plan de gestión de residuos sólidos,
que considera como ejes centrales un manejo ambientalmente racional y la promoción de una
“Estrategia Jerarquizada” relacionada con su manejo, como lo señala la Ley Marco para la Gestión de
Residuos83. Esta política considera como ejes centrales el reciclaje y la minimización de los residuos.

Este plan de jerarquización debiera disminuir la cantidad de residuos como papeles y cartones, plásticos,
vidrio y metales, aumentando el porcentaje de residuos de materia orgánica, lo que haría disminuir el
poder calorífico.

82
World Bank_What a Waste_A Global review of solid waste management
83
Ley Nº20920/2016 de Ministerio del Medio Ambiente – Establece marco para la gestión de residuos, la
responsabilidad extendida del productor y fomento de reciclaje

120
En la generación de los gases GEI, la jerarquización de los RSM tiene especial importancia. Por ejemplo:
los residuos de madera limpia se pueden reciclar en tableros de partículas, lo que disminuye el uso de
madera virgen.

En Chile, las emisiones de un incinerador WtE están reguladas por el DS Nº29/2013 del MMA – Norma
de Emisión para Incineración, Coincineración y Coprocesamiento (deroga el DS Nº45/2007 del
MISEGPRES).

Se define como incinerador toda construcción donde se realiza un tratamiento de destrucción térmica
de sustancias o materiales distintos a los combustibles tradicionales. Incluye la incineración de gases
generados en procesos de pirólisis o gasificación.

Jerarquización de los RSM

Dentro de la problemática de jerarquización de la gestión de los residuos, el primer objetivo es prevenir


(evitar) su generación; si esto no es posible, se debe revisar su reutilización (minimizar); si esto no es
posible, se debe gestionar su reciclaje; si esta no es posible, se debe revisar su valorización de
incineración con recuperación energética (uso como combustible); si esto no es posible, revisar su
eliminación.

La Figura 60 muestra la jerarquía enla gestión de residuos.

Jerarquía

84
Figura 60 : Jerarquía en la gestión de los residuos

Norma de Emisión para incineración, coincineración y coprocesamiento

Las emisiones atmosféricas de un incinerador deben cumplir con los límites definidos en el DS 29/2013
MMA, Norma de Emisión para incineración, coincineración y coprocesamiento.
84
Ministerio del Medio Ambiente_Capítulo 3 - Residuos

121
En la Tabla 28 se muestran los contaminantes y concentraciones máximas que limita el DS 29/2013.

Tabla 28: Valores límites de emisión para la incineración

Contaminante Unidad
Material particulado MP mg/Nm3 30
Dióxido de azufre SO2 mg/Nm3 50
Óxidos de Nitrógeno NOx mg/Nm3 300
Carbono orgánico total COT mg/Nm3 20
Monóxido de carbono CO mg/Nm3 50
Cadmio y sus compuestos, indicado como Cd mg/Nm3 0,1
metal
Mercurio y sus compuestos, indicado como Hg mg/Nm3 0,1
metal
Berilio y sus compuestos, indicado como Be mg/Nm3 0,1
metal
Plomo + Zinc y sus compuestos, indicado Pb + Zn mg/Nm3 1
como metal, suma total

Arsénico + Cobalto + Níquel + Selenio + As + Co + Ni + Se + Te mg/Nm3 1


Telurio y sus compuestos, indicado como
elemento, suma total
Antimonio + Cromo + Manganeso + Sb + Cr + Mn + V mg/Nm3 5
Vanadio
Compuestos inorgánicos clorados gaseosos HCl mg/Nm3 20
indicados como ácido clorhídrico
Compuestos inorgánicos fluorados HF mg/Nm3 2
gaseosos indicados como ácido fluorhídrico
Benceno C6H6 mg/Nm3 5
Dioxinas y furanos85 TEQ mg/Nm3 0,2

Composición de los RSM


La

Tabla 29 muestra la composición de los RSM base 2009. De esta ilustración se puede concluir que
aproximadamente el 50% de los residuos este compuesto por materia orgánica.

85
1 TEQ: Factor tóxico equivalente para mamíferos de la Organización Mundial de la Salud 1998

122
86
Tabla 29: Caracterización de los RSM base 2009

Generación de los RSM por habitantes

La Figura 61, muestra la tasa anual de generación de residuos sólidos municipales por habitantes entre
los años 2000 al 2009. De esta ilustración se puede concluir que la generación de RSM en el año 2000
fue de 326 kg/habitantes y que la generación de RSM en el año 2009 fue de 384 kg/habitantes. Luego, la
tasa de crecimiento de los RSM entre el año 2000 al 2009 fue de aproximadamente 17,8%, lo que
representa una tasa de crecimiento anual de un 2%.

87
Figura 61: Tasa anual de generación de residuos sólidos municipales por habitante base 2009

Generación de los RSM por Region

La Figura 62, muestra la generación de residuos a nivel regional base 2015. De esta ilustración se puede
concluir que, en el año 2015, las regiones que registran mayores cantidades de residuos totales
generados son la Región Metropolitana (6.207.793 ton), Biobío (3.030.960 ton) y Maule (1.722.425 ton).
86
Ministerio del Medio Ambiente_Primer reporte del Manejo de residuos sólidos
87
Ministerio del Medio Ambiente_Primer reporte del Manejo de residuos sólidos

123
88
Figura 62 : Generación de residuos a nivel regional base 2015 (toneladas)

Generación de los RSM por comuna89

Coronel

Las centrales existentes en la comuna de Coronel son Bocamina y Santa María de Coronel. La Tabla 30
muestra el listado de comunas y cantidades de RSM dentro de un área de influencia de 50 km.

Tabla 30: Listado de comunas y cantidad de RSM disponibles dentro de un área de influencia de 50 km

Comuna RSM ton/año2009 Ciudad


Coronel 32.283 Coronel
Concepción 87.471 Concepción
Talcahuano 51.566 Talcahuano
Penco 14.081 Penco
Tomé 16.745 Tomé
La Florida 4.683 La Florida
Chiguayante 34.643 Chiguayante
Santa Juana 3.449 Santa Juana
Laja 4.163 Laja
Lota 15.275 Lota
Arauco 12.357 Arauco

88
Ministerio del Medio Ambiente_Tercer reporte del estado del medio ambiente
89
Ministerio del Medio Ambiente_Primer reporte del Manejo de residuos sólidos

124
10 ANEXO B- Memo conversiones a gas natural y biomasa

MEMO
Inodú – Energy & Sustainability
Eliodoro Yáñez 2876, Oficina 31
Providencia, Santiago
Teléfono +56 2 2502 0626

Reference: Coal Plant Conversions to Natural Gas and Biomass


Prepared by: Carl Bozzuto (Independent Consultant)
Date: October 19th, 2018

The primary objective of this memo is to provide an overview of the options for converting coal units to
utilize natural gas and biomass. Both co-firing and full conversion options are reviewed. The memo is
divided into six sections:

- Background
- Partial Conversion to Gas
- Full Conversion to Gas
- Partial Conversion to Biomass
- Full Conversion to Biomass
- Summary and Conclusions

1.0 Background
In the US, there have been a number of coal fired units that have been retired or converted to other
fuels such as natural gas or biomass. The advent of shale gas and increased concerns over the
environmental impacts of coal firing have increased interest in looking at alternatives for existing
pulverized coal fired units.

In the US, the low price of natural gas has been the major driver for such conversions, followed by
environmental concerns. With the success of improved fracking and horizontal drilling, gas production
has increased to the point where the US is now exporting LNG and there is access to low cost natural
gas, a very different scenario from a decade ago, when the US was planning to import substantial
amounts of LNG to make up for a perceived shortage of natural gas.

Natural gas prices are not “low” everywhere. Those parts of the world that need to import LNG for their
gas supply see higher prices than those in the US. None the less, today’s prices are lower, in general,
than they were just a decade ago.

In addition to relatively lower natural gas prices, there are incentives in some countries for the use of
biomass. This stems from the treatment of biomass as a carbon neutral fuel. Where such subsidies

125
exist, biomass is often imported (in the form of pellets) to provide enough fuel to reliably feed the
converted units.

1.1 Advantages of Partial Conversion (Co-Firing) vs. Full Conversion

Conversion alternatives include co-firing or a full conversion to natural gas or biomass. Co-firing
provides the advantage of retaining the ability to fire coal in the event of high prices or curtailments of
natural gas. Historically, gas prices can spike for a number of reasons. Pipeline congestion, very cold
weather, storm damage to production and transportation facilities, and even pipeline explosions can all
lead to a temporary shortage of natural gas locally and subsequently higher prices.

In the US, in the northeastern part of the country, the combination of cold winter weather and a lack of
delivery pipelines lead to a 2 week spike in the spot price of natural gas to over $100/MMBTU. Such
considerations lead prudent owners to provide options such as the continued ability to burn coal in their
future planning.

Co-firing also requires less capital as pressure part modifications are not usually required in order for the
unit to carry full load when needed. In the case of co-firing natural gas, the fuel burns readily and
reduces emissions. There are no changes to the coal ash, thus reducing any concerns about slagging and
fouling. The flame characteristics still resemble coal firing, but with a lower ash content and can usually
be handled by the existing control system.

Just as with gas reconversions, there are advantages for opting for a partial conversion to biomass
through co-firing instead of a full reconversion. Biomass can be co-fired with coal up to 20% in heating
value without jeopardizing the operation of the unit. The 20% co-firing of biomass with coal has been
used as an “industry rule of thumb”.

1.2 Converting Coal Units to Natural Gas and Biomass Creates Challenges

Every unit is different. Therefore, for any unit to be modified, it is recommended that a performance
evaluation be done by the boiler manufacturer to assure that some particular aspect of the modification
does not cause a performance problem. Even so called duplicate units sitting next to each other exhibit
differences in performance and operation. This is due to the complexity of the boiler itself and the
differences and variability in fuels. Additionally, in a unit conversion the performance has to be
evaluated so that the proper modifications can be made.

Coal fired units are designed with a particular fuel in mind which has implications for units which
undergo a full fuel switch or even co-firing. If more than one coal source is requested by the owner at
the time of the design, the designer will design for the characteristics of the worst quality fuel. Hence, a
300 MW coal fired unit burning an export quality coal will be considerably smaller than a 300 MW coal
fired unit burning a lignite type of coal.

The coal fired unit is typically “oversized” for gas firing because of the following reasons:

1. For natural gas firing, the burnout is typically much quicker than for coal firing.

126
2. There is very little ash to coat the walls of the furnace.

3. The flue gas weight for a typical coal fired unit is 1010 lb/MMBTU fired compared to 879 lb/MMBTU
fired for a typical natural gas fired unit. Additionally, the moisture content for a gas unit is closer to
20% compared to a coal fired unit which is around 10%, which increases the stack loss.

To convert a unit from coal firing to biomass firing, there are 3 major concerns. The first is the ash
properties of the biomass. Biomass varies greatly with the source of the biomass. The soil conditions
often dictate the ash characteristics. Wood that is “floated” to its collection point picks up minerals
from the water that is used to transport the wood. Crops pick up minerals used for fertilizers. High
concentrations of alkalis will cause a reduction in the melting temperature of the coal ash. Potassium is
a particularly bad actor and is often used in fertilizer (potash). Thus, biomass from one source may
experience more corrosion from alkalis in the ash that the same type of biomass from a different source.

The moisture content of the biomass influences the gas weight and the combustion process. Moisture
content also tends to vary significantly, which impacts gas weights and stack losses. When biomass is
introduced into a furnace, the moisture is evaporated fairly quickly, which cools the particle that needs
to burn as well as the surrounding gas. If these temperatures drop too much, the fuel fails to burn and
unburned carbon and CO tend to increase. Further, since the stack losses increase with increasing
moisture levels, the overall efficiency decreases. This, in turn requires more fuel to be burned, which
increases the total amount of flue gas that has to be handled. As a result, there may not be enough fan
capacity to handle the gas flows.

Finally, the inherent variability of the biomass can create problems for the control system. For example,
variations in the moisture content will cause variations in the heating value of the biomass, as fired.
Typical raw biomass is in the range of 50 – 55% moisture with a higher heating value of 4400 BTU/lb. Air
dried biomass might have only 20% moisture with a consequential increase in heating value to nearly
7000 BTU/lb (HHV). Such variations are not unusual depending upon how the biomass is received,
stored, and prepared for combustion. Feeding a constant amount of fuel will not necessarily result in a
constant level of heat release, thus making a constant steam flow at the required temperature and
pressure more difficult.

1.3 Costs are Site Specific and Vary Widely

As can be seen from the discussions above, the costs for these conversion projects are strongly site
specific and can vary widely. A number of factors are involved including fuel availability and cost,
infrastructure requirements, planning and permitting costs, existing plant design, labor costs, and
material costs. As with any capital expenditure, the cost of capital is always a major influence on the
final cost analysis. Finally, any subsidies that might be available must be accounted for in determining
the plant economics.

127
2.0 Partial Conversion from Coal to Natural Gas (Co-Firing Natural Gas)
2.1 High Level Overview of Conversion Process

Each plant is different and needs to be fully analyzed before any conversion of addition is attempted.
The most significant modifications which must be considered in a conversion process are the burners,
the windboxes, the piping, and potentially the pressure parts (superheater). Natural gas supply and
handling equipment will be needed. Safety issues are different with natural gas. Some coal can be
spilled on the ground without incident. A gas leak is a serious potential safety hazard and must be
treated accordingly.

There must be a gas supply sufficient to provide the amount of natural gas to the unit. Once inside the
plant perimeter, the transmitted gas must be regulated (reduced pressure), heated, metered, and then
conveyed through a piping and valve train system, to the gas burners at the boiler. A new low emissions
gas firing system must be installed at the boiler interface and integrated with a complex flame safety,
burner management, and control system.

Co-firing of natural gas can be achieved by adding gas burners to the existing boiler. The ease, or
difficulty of doing so is dependent upon the type of firing system in the original boiler. For tangential
fired boilers, the windboxes which bring the fuel and air into the unit are in the corners of the boiler.
Typically, there is room for the addition of gas burners in the secondary air locations of the windbox. A
typical windbox for a tangential fired unit is shown in Figure 1.

128
Figure 1 – Windbox and burner assembly for a tangential fired boiler.

In this figure the coal nozzles are surrounded by secondary air nozzles. The coal is transported by
primary air with about 1 – 1.5 lb air/lb coal. The secondary air is in the range of 9 lb air.lb coal. A gas
nozzle is relatively small in comparison and requires no primary air. A gas nozzle can be located in the
secondary air nozzle fairly easily. Gas fired ignitors are already located in this manner.

Typically, enough gas nozzles to carry about 2/3 load are added to the unit. Since the unit is still firing
coal, the water walls will retain their “seasoned” condition. That means that the walls will not be clean
and free of any ash. That, in turn, means the heat transfer to the wall will be similar to what is observed
in normal coal firing.

For wall fired units, the situation is a little different. In these units, the coal nozzles are more like true
individual burners. Adding gas burners into the same wall might be more difficult without upsetting the
existing burner pattern. However, the opposite wall can be utilized. Or, if some coal capability can be
sacrificed, gas burners can replace coal burners on the current wall. In this case, coal can no longer be
fired in the new gas burners.

2.2 Performance Changes and Cost Drivers for Conversion

In a partial conversion to natural gas, combustion efficiency will improve slightly, but boiler efficiency
will drop slightly. Combustion efficiency refers to the fraction of the fuel that is burned. Boiler
efficiency refers to the fraction of the fuel energy that ends up in the steam. The change in boiler
efficiency will be caused by a higher moisture content in the flue gas as a result of burning the natural
gas with its higher hydrogen content, thus producing more water vapor. The heat rate will typically
increase by 2 – 3% for 50 – 60% co-firing. Capital costs for co-firing tend to be in the $5 - $10/Kw range
for the amount of Kw fired by natural gas.

There must be a gas supply sufficient to provide the amount of natural gas to the unit. The overall cost
of the project will partly depend upon how far away the particular unit is from the nearest gas pipeline.
Pipeline costs are expensive and often attract local opposition. The benefits of a pipeline are achieved
at either end. The gas supplier puts gas into the pipeline for sale and gets paid. The end user gets to use
the gas. Those in between get their land dug up. Large gas pipelines often have to be run in excess of
20 miles from a suitable source, which can be very costly both for the hardware and the regulatory and
permitting of a new natural gas corridor.

One of the issues that has to be covered with the regulatory agencies is the ratcheting down of
emissions limits over time. There are flexibility advantages to being able to co-fire natural gas. Units
can turn down to much lower loads than on coal alone. Gas can respond somewhat more rapidly to
load swings. Low priced coal can still be utilized, especially when gas prices are high or gas is curtailed.
These advantages will be lost if the regulations are changed each year to reflect the emission levels
achieved when firing gas. Thus, when firing gas, sulfur emissions will be reduced. If the reduced rate
becomes the new standard for the plant, the ability to fire coal will be severely curtailed, or even

129
eliminated, thus denying the plant the flexibility it thought it was getting from co-firing rather than
complete conversion.

There are potential cost savings which will depend upon the relative costs of coal and natural gas
delivered to the plant. Gas firing will save on operating costs. In particular, less limestone will be
needed for the SO2 scrubbing system. Less coal ash will need to be handled and disposed of. Less
ammonia will likely be needed for the SCR system.

Historically, most coal fired units were not operated much below 50% load. The “50% minimum load” is
comfortable for the operators and the control system. Operation at very low loads can be stabilized by
co-firing with natural gas. Companies such as GE are now developing software for control systems that
would allow more automatic control at these low load conditions. On a unit with 5 pulverizers in
service, operating with just one mill at half load could, in theory, allow the operation at 10% load.
Supplementary gas firing would be needed at these very low levels to provide flame stabilization.

2.3 High Level Cost Analysis for Conversion

In the case of gas co-firing, the costs are still very much site specific. Detailed studies and evaluations
are needed to determine the plant economics. There are too many site-specific variables to estimate for
any generalizations to be made.

It was seen that the easiest case was a burner only retrofit costing $5/kW90, not including any
infrastructure needs or permit activities. Thus, for 200 MW of gas firing capability, the cost would be $1
million. If a 250 MW coal fired unit were converted to be able to carry 150 MW on gas and 100 MW on
coal (i.e. co-firing), the cost of the burner system would be $750,000. However, if gas is not available
and a pipeline has to be built, along with associated preparation and control equipment, the costs could
increase to tens of millions of dollars.

3.0 Full Conversion from Coal to Natural Gas


The full conversion of a coal fired unit to natural gas firing may result from many different drivers.
However, when a full conversion to natural gas is being considered, it is usually because coal is not
planned to be a fuel choice in the reasonable future. Often times, this is an environmental decision. For
example in Connecticut, coal units were converted to low sulfur oil in the 60s. New York City made a
similar decision. Although these units were theoretically capable of being converted back to coal, only
Bridgeport Harbor #3 did so, as it was capable of burning coal, oil, or natural gas independently.

Many times plants are fully converted for reasons that are not associated to environmental concerns.
The Connecticut plants which were converted to low sulfur oil in the 60s switched to gas in 90s.

90
It is assumed that gas ignitors already exist, and only additional gas introduction nozzles are required to provide more gas
capacity. The costs are relatively low because a full-blown burner is not required. This would be true of all tangential fired
units. The numbers are based upon a recent quotation for a gas co-firing job in the US. The cost does not include any owner's
costs for things like studies or hiring an A/E to represent the owner. This is just the cost to modify the existing firing system to
handle additional gas.

130
However, oil fired plants on Long Island are still burning oil as there is not enough pipeline capacity to
utilize natural gas. Also, an explosion at Brooklyn Union Gas in the 70s has dampened enthusiasm for
LNG in the New York Area. Sometimes when plants are not being used they have been torn down and
scrapped to save money on such things as property taxes, insurance, and maintenance costs on
equipment that was not being used.

3.1 High Level Overview of Conversion Process

The full reconversion process is similar to the partial conversion process, except that now the plant has
to carry full load on natural gas. The coal equipment might be torn out, as was the case in Connecticut
and New York. The same subsystems in a full reconversion need to be analyzed than those analyzed for
a partial reconversion.

The first thing that has to happen to fully convert a unit is a performance study on the unit in question.
Once the unit performance has been established, the amount of gas to be fired will be known. The next
issue is the gas supply. The most obvious change to a power plant that switches from coal to gas will be
the modifications to the fuel handling, storage, and distribution equipment. In many cases, existing coal
plants lack sufficient infrastructure for gas delivery and distribution and it must be constructed. The
plant must receive natural gas via a pipeline spur from a local main transmission line.

Once inside the plant perimeter, the transmitted gas must regulated (pressure reduced), heated,
metered, and then conveyed through a piping and valve train system, to the gas burners at the boiler. A
new low emissions gas firing system will have to be installed at the boiler interface and integrated with a
complex flame safety, burner management, and combustion control system.

3.2 Performance Changes and Cost Drivers for Conversion

In a full conversion to natural gas, boiler efficiency is reduced when firing natural gas due to the higher
concentration of hydrogen in methane (25% by weight), the major component of natural gas. That
means more fuel will have to be fired in order to generate the same number of MW. Overall plant
efficiency usually drops by around 4%. That means the heat rate increases by 4% at full load. More
BTUs will need to be fired on gas due to the drop in boiler efficiency resulting in higher stack losses.
Thus, if the heat rate at full load was 9650 BTU/kWh on coal (35.4% efficiency), it will now be 10,036
BTU/kWh on gas (34% efficiency). This difference will persist throughout the load range.

If the water wall condition is not cleaned up (i.e. completely free of any ash deposits), the combustion of
natural gas will radiate less to the water wall, as gas flames have a lower emissivity than coal flames.
This would produce a higher gas temperature leaving the lower furnace and would likely lead to
overheating of the superheater surface. On the other hand, if the furnace design was more generous
and the water wall was relatively clean, then the opposite problem will occur. Since natural gas firing
uses less excess air.

In addition to the furnace performance, the needs for auxiliary equipment should be analyzed. For
example, with natural gas firing, there will no longer be a need for the SO2 scrubber or the particulate

131
removal system. Therefore, the energy losses associated with that equipment will be eliminated.
Additionally, no limestone will be needed. Plus the NOx generation is typically lower with natural gas.
Hence, the lower concentration of NOx going into the SCR will likely result in less ammonia being
required.

Modifications to the fuel handling, storage, and distribution equipment can be one of the most
significant costs in a coal to gas conversion project. If a pipeline spur from a local main transmission line
to feed generation facility does not currently exist, the plant will need to evaluate the costs and
activities, including permits and land rights, associated with constructing a new spur. Large gas pipelines
often must be run more than 20 miles from a suitable source, which can be very costly both for the
hardware and the regulatory and permitting of a new natural gas corridor.

3.3 High Level Cost Analysis for Reconversion

Capital costs for a gas pipeline range from $2.5 million/mile to $6.6 million/mile depending upon
construction labor and permitting requirements, with delays in permitting adding significantly to the
cost. Thus, a 20 mile pipeline spur could cost in the range of $50 million to $132 million. The actual
burner costs are relatively smaller compared to the potential for pipeline costs or for pressure part
modifications. Operational costs will increase due to the relative price differentials between coal and
natural gas. If coal is available for $2/MMBTU delivered and gas costs $4/MMBTU delivered, the fuel
costs will double. These costs will be offset somewhat by not using the scrubber, the particulate control
system, and the reduced ammonia costs. Each plant will have somewhat different values for each of
these considerations.

4.0 Partial Conversion from Coal to Biomass (Co-Firing Biomass)


4.1 High Level Overview of Conversion Process

Each plant is different and needs to be fully analyzed before any conversion or addition is attempted.
The most significant modifications which must be considered in a conversion process are a new feed
system for biomass, storage and handling facilities, firing system equipment, and any pressure part
modifications.

Biomass is low in ash (around 1%) compared to coal. Typically, biomass can be co-fired with coal up to
about 20% by heat input. This figure is based on the low ash content of the biomass which, at that level,
would cause little change in the behavior of the coal ash. Co-firing of biomass will require a biomass
feed system.

If enough biomass is available to provide more than 20% co-firing, then an analysis must be done to
determine the overall concentration of alkalis (and/or chlorides) in combination with the coal ash, as
well as the temperature profile inside the furnace. This will likely be the limiting factor as to the overall
percentage of biomass that can be co-fired. Additional soot blowers may be needed in order to keep
the heat transfer surfaces relatively clean.

132
The biomass has to be prepared so that it can be pneumatically conveyed to the firing system. For most
biomass types, some kind of shredding is usually required. For wood pellets, there are two types of
pellets: soft pellets and hard pellets. Some of the changes to the coal unit will depend on the type of
pellet used. Soft pellets, as the name implies, are merely biomass that is compressed into a pellet. They
tend to turn to mush when wet and they weather badly. They cannot be pulverized, but must be
shredded for feed to a pneumatic conveying system.

The use of hard pellets will create the need for less changes to the coal generation unit. There are a
couple of means to generate hard pellets. Hard pellets can substituted for coal and fed directly to a
pulverizer. One such process is torrefied wood. Torrefied wood is generated by heating wood in the
absence of oxygen to a fairly high temperature. The wood gives up some of its more volatile
components which are recycled to provide the heat energy for the process. Natural gas is used for
startup. The dried out wood can now be ground and pelletized to a product that is hard and durable.
The HHV can be as high as 10,000 to 11,000 BTU/lb. Another process uses heat to dry the wood to very
low levels and then compresses the wood to form a hard, black pellet. This pellet is impervious to
moisture and can be pulverized like coal.

4.2 Performance Changes and Cost Drivers for Conversion

Biomass can be co-fired with coal. Normally, the problem for biomass is getting enough biomass to feed
the boiler. Biomass is typically high in moisture and, as a result, is generally not economical to ship very
far. For example, as received wood has a moisture content in the range of 50 – 55%. When shipping
such wood, there is a significant cost for transporting water that will eventually be pumped up the stack
as part of the flue gas, which will decrease the boiler efficiency and the overall efficiency of the plant.
Additionally, plant products tend to deteriorate in storage. Thus, obtaining a reliable and consistent
supply of biomass is often difficult.

In the northern latitudes of the US, it takes 15 years to grow a tree to a reasonable size for harvesting.
One can imagine a circle in which, each year, 1/15th of the circle is harvested and replanted with new
trees. In this manner, the circle becomes completely sustainable as the crop is renewed continuously
over the growing process. The pulp and paper industry knows this and properly manages their forests
so that they don’t run out of the resource that is needed to make the paper. For a 100 Mw power plant,
the diameter of the circle needed for continuous supply to the plant would be 75 miles. Some amount
of storage will also be required as the planting and harvesting is not a continuous. For this reason, many
biomass operations use co-firing rather than 100% conversion.

Never-the-less, there are locations in the world where biomass firing is incentivized with large
production credits. In these areas, biomass is imported from North America in the form of wood pellets.
Although the fuel cost is relatively high, the incentives in the form of production credits and CO2 credits
provide the project with adequate economic returns.

Biomass tends to be more variable than coal and the heating values of these fuels vary significantly. This
is partly due to the variable nature of the growing site (time of year, type of run off, method of
transportation, etc.). It is also due to the likely need for more than one source of the biomass. Biomass

133
comes from all sorts of operations. Theses could range from wood and wood wastes to sawdust,
railroad ties, construction debris, rice hulls, almond shells, corn husks, and many other plant products.
Electric utility consumption of wood has generally been modest due to the cost of obtaining the wood
and the quantities required.

The lower efficiency from the biomass fuel means that more BTUs will have to be fired to get the same
steam flow rate. That translates into an increase in gas flow rate for the biomass for the same steam
flow rate. Typically, the boiler is not designed for an increase in gas flow rate. Thus, a derating would be
necessary if 100% biomass firing were required. However, if only a modest amount of biomass were to
be co-fired, the boiler would not likely need to undergo pressure part modifications, provided that the
fuel can be prepared so as to be pneumatically conveyed to the firing system.

The next issue is the ash composition, particularly the alkalis, although chlorides can also be a concern.
When co-firing, the coal ash acts as a moderator to the problem of alkali content in the biomass ash.
The rule of thumb of 20% co-firing is based upon the low ash content of the biomass not making a
significant impact on the behavior of the bulk of the ash coming from the coal.

Controls can be an issue if the HHV of the biomass varies significantly. The typical control system
measures the oxygen content in the flue gas and compares it to a set point for the desired excess air.
This measurement controls the air flow. The drum pressure controls the fuel flow. If an increase in load
is desired, the steam valves open to allow more steam to flow to the steam turbine. This causes a
temporary drop in drum pressure and signals the fuel feed system to add more fuel. As more fuel is
added the oxygen level will decrease, which signals the air system to add more air. This feedback
control system is highly reliable and does not require measuring the actual fuel flow or the actual air
flow. However, if the fuel composition varies significantly, the two critical measurements of drum
pressure and oxygen concentration can get out of synchronization. The control system will likely have to
be retuned in order to get reliable steam flows and consistent operation.

Again, with 20% biomass feed compared to the 80% coal feed, a 5% variation in biomass HHV would
only cause a 1% variation in the feed system. This level of variation would typically not be a big problem
for the existing control system. For every 10% by weight of moisture content in the overall fuel, the
boiler efficiency drops by roughly 1%. This additional moisture is essentially boiled inside the furnace
and pumped up the stack creating an energy loss. Thus, if 10% by weight of wood pellets with 20%
moisture is co-fired, the additional moisture in the total fuel flow goes up by about 2%. The change in
boiler efficiency is 0.2%, which will be reflected in the plant heat rate. If the plant heat rate was 9650
BTU/kWh (35.4% efficiency), the heat rate when co-firing would be 9670 BTU/kWh (35.3% efficiency).
Of course with higher moisture fuels, the impact is greater.

The use of soft pellets can be an expensive process because of the following requirements: dust control;
protection for the pellets from rain, snow, and humidity; and the use of separate receiving mechanisms
and grinding processes. Hard pellets can actually be fed to a pulverizer. However, additional heat
energy is used, making the hard pellets somewhat more expensive. Of course, with the better heating

134
value, the boiler efficiency is improved. The UK is the largest importer of biomass fuels, particularly
pellets. The Drax plant alone has received over $580 million in subsidies to burn biomass.

4.3 High Level Cost Analysis for Conversion

The cost of a fuel feed system runs in the range of $100 – 150/Kw capacity. A new feed system with
appropriate receiving, storage, handling, and conveying will be needed for the level of biomass to be
fired. Thus, for a 250 Mw unit that fires 10% of biomass, the capital cost of the new feed system will be
in the range of $2.5 – 3.75 million. There will be additional O&M costs for the biomass, but they are on
the same order of magnitude as for the coal fired unit, so the overall O&M will not change significantly.
The big question will be the cost of the biomass fuel. Forest leavings are relatively cheap, but are
strongly dependent upon shipping costs. Pellets are driven more by manufacturing costs due to the
heat energy that goes into making the pellets. One black pellet manufacturer was offering pellets at
70% of the price of oil. In most cases, the cost of biomass on a $/MMBTU basis is more than coal. The
exceptions tend to be site locations close to a source of “waste” biomass.

5.0 Full Conversion from Coal to Biomass


5.1 High Level Overview of Conversion Process

In order to convert a coal unit to fire 100% biomass, enough biomass has to be located to continuously
feed the unit. Further, due to the higher moisture content of the biomass and the reduced heating
value of the biomass, the boiler efficiency will suffer and much more fuel will need to be processed in
order produce the desired steam generation.

For example, a typical bituminous coal with an HHV of 11,200 BTU/lb and 7% moisture content would
produce 1010 lb of flue gas/MMBTU fired and have a boiler efficiency of 88.8%. A typical raw biomass
with an HHV of 4375 BTU/lb and 50% moisture content would produce 1087 lb of flue gas/MMBTU fired
and have a boiler efficiency of 74.3%. The difference in boiler efficiency would require nearly 20% more
BTUs to be fired to achieve the same steam generation rate. This, in turn, increases the flue gas flow
rate by 30% from that of the coal fired boiler. The plant heat rate will increase accordingly. Thus, for a
coal unit at 9650 BTU/kWh, the heat biomass heat rate will increase to 11,533 BTU/kWh (29.6%
efficiency).

Again, depending upon the fuel cost of the biomass, the increased heat rate translates into an overall
increase in fuel costs. The increase in gas flow rate typically causes a derating of the unit. In addition, a
complete new feed system with its costs will add to the capital cost of the plant conversion.

5.2 Performance Changes and Cost Drivers for Conversion

For the reasons mentioned above, full conversion to 100% biomass firing usually results in a derating of
the unit. The typical derating is to the 75% level of full load on coal. Never-the-less, it is possible to do
enough modifications to allow a plant to carry full load on biomass pellets.

135
By contrast, if 100% biomass were to be fired and the alkali content of the ash was relatively high, then
slagging, fouling, and corrosion will all be experienced. Recognize that slagging, fouling and corrosion
can lead to a unit failure. Once localized corrosion begins due to say potassium salts having a low
melting temperature, it doesn’t take much to keep corroding away the metal and causing a tube leak.

5.3 High Level Cost Analysis for Conversion

Drax Plant Case UK

The Drax plant in the UK was originally a 6 x 660 MW coal fired power plant. The UK has established a
CO2 tax equivalent to $1.77/MMBTU on coal (roughly double the US price of coal). As biomass is
considered a renewable fuel (with the proper production caveats), the burning of biomass avoids the
carbon tax. Consequently, the Drax plant spent $1.2 billion to convert 3 of the units to biomass firing.

Nearly all of the pellets for the Drax plant come from the US. Indeed, as part of the cost, Drax owns
several pellet plants in the US. The total consumption of pellets is on the order of 7 to 8 million ton/yr.
The cost of the pellets on the market is around $185/ton.

In addition to the unit conversion costs, special transportation rail cars were developed with covers to
avoid problems with rain, wind, and weather. Drax now owns 200 such rail cars. The rail cars can hold
about 86 tons of biomass. The volume of the cars is 30% larger than any other rail cars in the UK. After
delivery to the site by train, pellets are automatically unloaded as the train passes, without stopping,
through a dedicated, multi-level, unloading building incorporating a 45 ft deep sheet piled basement.

The fuel is then transported via a system of conveyers, most supported on steel gantries, to a maximum
height of 215 ft. A process building facilitates the screening of the fuel to remove oversized materials
and ferrous contaminants. The fuel is then conveyed to one of four 207 ft diameter, 150 ft high storage
domes, each one capable of storing more than 3.9 million ft3 of biomass.

Drax is in the process of converting the 4th unit at the site. Units 5 and 6 will be converted to a closed
cycle gas turbine system that is under development. The capital cost for unit 4 is anticipated to be less
than the cost for the first 3 as critical infrastructure is already available. Thus, with enough time and
money, it is certainly possible to convert a coal fired unit to 100% biomass firing.

Dominion Power Case

Larger units have been more likely to co-fire biomass at the 20% level. Dominion Power converted 3
coal fired units to biomass in Virginia at their Altavista station. The 3 fluid bed units were originally
designed for 63 MW each, but were derated to 51 MW with the conversion. The total cost was $166
million. The wood waste is delivered by truck. Each unit requires about 100 trucks/day. The units had
been relegated to peaking duty, but are anticipated to run at 92% capacity factor as the waste wood is
local and relatively inexpensive. In this instance, the capital cost works out to $1085/kW. This cost is
relatively low compared to the cost of building a new facility at a greenfield site. A new combined cycle
plant would cost around $1100/kW and would burn more expensive natural gas. In this case, the
combination of power need and low cost waste fuel availability made economic sense. However,

136
imagine a 500 MW plant burning the same fuel and needing 1000 trucks/day to deliver the fuel. Besides
the lack of such fuel availability, the plant would not be able to get a fugitive dust permit for such an
operation

6.0 Summary and Conclusions


It is clearly technically possible to convert coal fired units to either natural gas firing or biomass firing.
The costs of such conversions are extremely site specific. Factors that must be considered include the
original design and fuel for the boiler, infrastructure requirements, fuel availability and costs for natural
gas and for biomass, subsidies that might be available, financing, and environmental concerns.
Technical issues for natural gas include superheat temperatures and respective metal temperatures if
the gas temperature entering the superheater increases. There is also the estimated 4% loss in
generation efficiency. For biomass, the issues are increased gas weights, the loss of efficiency, and the
potential for corrosion from undesirable ash constituents (alkalis and chlorides). Performance studies
on the unit in question are an absolute necessity. These evaluations will provide the groundwork for
what is possible and what is required for any type of unit conversion.

All that being said, the most common conversions are for co-firing of these fuels, particularly for the
larger sized units. This approach tends to preserve flexibility going forward and tends to minimize the
costs and potential problems that might be encountered during and after the conversion. For natural
gas firing, roughly 2/3 load capability on gas appears to be a common result. For biomass, about 20% of
the heat input is typically selected. That is not to say that other ratios cannot be obtained. These
results have been somewhat typical in the US. Results will obviously be different in other countries. The
UK is a clear example in the case of biomass.

137
11 ANEXO C - Memo CCS, cogeneración de hidrógeno y desalinización de
agua de mar

MEMO
Inodú – Energy & Sustainability
Eliodoro Yáñez 2876, Oficina 31
Providencia, Santiago
Teléfono +56 2 2502 0626

Referencia: CCS, producción de hidrógeno, desalinización de agua de mar


Preparado por: Juan de Dios Rivera (Consultor Independiente)
Fecha: 25 de octubre, 2018

11.1 Captura y almacenamiento de carbono (CCS)

La captura y almacenamiento, o secuestro, de carbono (CCS) es generalmente aceptada como una


tecnología que permite reducir las emisiones de gases invernadero (GHG) con relativamente bajo costo.
Más aún, esta tecnología permite producir “emisiones negativas” si se usa con biomasa. Sin embargo,
todavía no hay instalaciones a una escala suficientemente grande para probar su conveniencia, debido a
un conjunto de problemas técnicos, económicos y comerciales [32].

Los procesos de CCS tienen al menos tres etapas: captura, transporte, y almacenamiento o utilización
del CO2. En la primera etapa este gas se separa de los productos de combustión, o del combustible,
según sea el caso, y se acondiciona y comprime para su posterior transporte, almacenamiento o uso. En
la segunda etapa, el CO2 se transporta, ya sea por un conducto, barco o camión, hasta el punto donde se
almacenará permanentemente o donde se le dará uso. En la etapa de almacenamiento, el CO2 se inyecta
en alguna formación geológica o en el mar, donde pueda permanecer estable por largo tiempo, al
menos 100.000 años [91], hasta que el calentamiento global ya no sea un problema. Es importante
mencionar que se usa grandes cantidades de CO2 en la recuperación mejorada de petróleo (EOR), para
desplazar el residuo de petróleo de la formación geológica donde se encuentra, después de que el
yacimiento esté agotado de acuerdo a la tecnología convencional; este CO2 queda almacenado en forma
estable. En este caso se trata de un uso que lo deja almacenado y los documentos consultados lo
consideran como almacenamiento, no como uso. Finalmente, hay oportunidades donde el CO2
capturado puede usarse en algún proceso industrial (especialmente industria alimenticia) en lugar de
almacenarlo, en remplazo de CO2 que habría que generar por otros medios.

En el caso chileno, los pozos de petróleo se encuentran en Magallanes, muy lejos de las centrales
termoeléctricas a carbón, incluso las que están en Coronel. La distancia y la geografía accidentada hace
muy difícil justificar una cañería para transportar CO2 desde Coronel a Magallanes. Sin embargo, si el
precio del petróleo es suficientemente alto, eventualmente podría justificar su transporte en barco. Por

138
otro lado, el consumo anual de CO2 industrial en Chile es del orden de 0,05∙106 ton/año, que es muy
poco comparado con la producción de una central a carbón de 110 MW, que produciría del orden de 106
ton/año si captura el 90% del CO2 [92]. Adicionalmente, gran parte del consumo de CO2 industrial en
Chile es abastecido principalmente por dos plantas que capturan el CO2 de la planta de hidrógeno de las
refinerías de Enap, gas que, de lo contrario, sería descargado a la atmósfera. En resumen, el destino más
probable para el CO2 capturado en centrales termoeléctricas a carbón en Chile es el almacenamiento de
largo plazo.

Procesos de captura de CO2

Los procesos más desarrollados de captura de CO2 se dividen en tres grandes tipos: post-combustión,
pre-combustión y oxicombustión, como muestra la Figura 63. Fuera de ellos, existen muchos otros en
distintas etapas de desarrollo, como ser combustión de combustibles sólidos en ciclos químicos,
procesos de captura post-combustión con ciclos de calcio, separación de CO2 a baja temperatura
mediante absorbentes sólidos, y membranas de polímeros para post-combustión [93]. Mas detalles se
pueden encontrar en el Capítulo 2 del texto de Kuckshinrichs y Hake “Carbon Capture, Storage and Use”
[94], en [93] y en el material de apoyo.

Figura 63: Esquema de los tres principales tipos de procesos de captura de carbono [93].

Transporte de CO2

El dióxido de carbono se puede transportar como cualquier otro fluido, es decir, por medio de
gasoductos, barco o camión. Dado el gran volumen de CO2 que habría que transportar, normalmente se
consideran sólo las opciones de gasoducto y barco. El medio de transporte y los materiales empleados
imponen restricciones a las impurezas del CO2, debido a posible corrosión y formación de compuestos
que obstruyan válvulas y cañerías, por seguridad de las personas, o por limitaciones del sitio geológico
donde se almacenará [95]. La Tabla 31 ilustra algunos límites de impurezas recomendados.

139
Tabla 31: Límites recomendados para impurezas del CO2 [94].

Compuesto Límite
H2O 500 ppm
H2S 200 ppm
CO 2000 ppm
SOx 100 ppm
NOx 100 ppm

Existe amplia experiencia en el transporte comercial de CO2 por cañerías, siendo esta una tecnología
madura. El punto crítico del CO2 se encuentra a 7,36 MPa (73,6 bar) y 31 °C, por lo que el transporte en
cañería se hace a presiones superiores a la crítica para asegurar que en ningún caso habrá flujo en dos
fases (el fluido será líquido si la temperatura es inferior a 31 °C, o supercrítico, si la temperatura es
mayor) [96]. No es técnicamente conveniente transportar en cañería un fluido en dos fases. Fuera de
esta consideración, el diseño de las cañerías para transportarlo sigue los procedimientos corrientes para
cualquier fluido.

En cuanto al transporte de grandes cantidades CO2 por barco, hay poca experiencia, y en los casos
existentes el volumen transportado es significativamente menor de lo habitual para LPG y LNG. Barcos
hechos para transportar LPG se pueden usar para CO2, operándolos a 0,65 MPa (6,5 bar) y –52 °C.
Estudios indican que las condiciones más económicas para transportarlo por barco son de 1,5 MPa (15
bar) y –30 °C [96].

Almacenamiento de CO2

El dióxido de carbono se puede almacenar por tiempos muy largos en los océanos, en algunas
formaciones geológicas profundas, y en la carbonatación de minerales [96]. El almacenamiento en
océanos no ha sido probado y está objetado por su efecto en ecosistemas marinos, acidificación del
agua, y filtración del CO2 de vuelta a la atmósfera [91]. La carbonatación de minerales es más cara que
los otros dos, y también enfrenta objeciones ambientales. Finalmente, el almacenamiento en
formaciones geológicas tiene un gran potencial y está probado para algunos casos. Este es el único tipo
de almacenamiento que analizaremos en este informe.

Las formaciones geológicas que se han identificado con buenas perspectivas son a) yacimientos
agotados de hidrocarburos, incluyendo la recuperación mejorada de petróleo y gas natural, b) mantos
de carbón, y c) acuíferos salinos. El CO2 también puede ser almacenado en cavidades subterráneas,
como ser cavernas de sal, tal como se hace con el GN. Sin embargo, su capacidad es reducida
comparada con el volumen de CO2 que se debe almacenar, por lo que no se considera para el CCS, salvo
como almacenamiento temporal. De todos estos medios, los acuíferos salinos son los de mayor
potencial por su ubicación más corriente y su enorme capacidad de almacenamiento [96]. Dada la
ubicación de las centrales termoeléctrica a carbón en Chile, sólo consideraremos los acuíferos salinos,
por ser esta la única tecnología probada. Para que sea efectivo en mitigar el calentamiento global, el

140
almacenamiento debe tener una tasa de filtración a la atmósfera menor a 1 % cada 1.000 años [91]. Los
mantos de carbón de la zona de Arauco podrían ser una alterativa de almacenamiento, pero no hay
estudios que indiquen su capacidad de almacenamiento ni la retención del gas durante el largo período
de tiempo necesario.

Una alternativa a su almacenamiento es la utilización del CO2 capturado en algún proceso industrial. La
demanda global por CO2 se estima actualmente en 222 millones de toneladas al año [40], concentrada
principalmente en países productores de petróleo. Existen diversas aplicaciones del CO2 en múltiples
industrias. Además, existe una intensa investigación y pruebas piloto que buscan desarrollar nuevos
procesos industriales que lo utilicen como insumo. Un resumen de las alternativas actualmente en etapa
comercial y en desarrollo se muestra en la Figura 64.

Figura 64: Usos potenciales del CO2 en procesos industriales. Fuente: NETL, mostrado en [40].

Nivel de desarrollo de la tecnología

El nivel de desarrollo de las distintas tecnologías de CCS en términos del índice “Technology Readiness
Level”, en una escala de TRL1 a TRL9, se muestra en la Fig. 5.2.2. El progreso de la tecnología pasado el
TRL3 exige una inversión significativa en investigación, mientras que llevar la tecnología más allá del
nivel TRL5 o TRL7 requiere financiamiento importante de plantas piloto y proyectos demostrativos, e
interés comercial de las empresas. A continuación, analizaremos brevemente el nivel de desarrollo de
las tecnologías de captura, transporte, almacenamiento y, eventualmente, utilización de CO2.

141
Tabla 5.2.2. Nivel de desarrollo de las distintas tecnologías (Tecnology Readiness Level, TRL) [32].

TRL2 TRL3 TRL4 TRL5 TRL6 TRL7 TRL8 TRL9


Formulación Prueba de Prototipo Planta Planta Demostra- Requiere Comercial
concepto de escala piloto ción refinamien-
laboratorio laboratorio to
comercial
Captura PstComb1 Turbina a Membranas Membra- Membranas PstComb1
líquidos gas con densas nas poli- polimé- aminas en
iónicos oxi-com- inorgá- méricas ricas CenTerm6
Generación bustión nicas PstComb1 PrComb3 PrComb3
BECCS2 (separa- solventes IGCC4 + procesa-
PrComb3 ción de H2 bifásicos CCS5 miento de
separación para re- Combus- Centrales GN7
baja temp. formador) tión con carbón con
Membranas ciclado oxicombus-
densas químico tión
inorgánicas (CLC) PstComb1
Ciclado con adsorción
carbonato BECCS2
de calcio industrial
(CaL) Captura
directa del
aire (DAC)
Transporte Cañerías en
tierra y
submari-
nas
Barcos
Almacenamiento Océano Mineral Yacimientos Formacio-
de nes salinas
petróleo y EOR9
GN7
agotados
EGR8 con
CO2
Uso Uso de CO2,
excluido
EOR9
1 2 3 4
Notas: PstComb = post combustión; BECCS = bio-energía con CCS; PrComb = pre combustión; IGCC = gasificación integrada
5 6 7
con ciclo combinado; CCS = captura y almacenamiento de carbono; CenTerm = central termoeléctrica; GN = gas natural;
8 9
EGR = recuperación mejorada de gas natural; EOR = recuperación mejorada de petróleo

Captura de CO2

La absorción química mediante soluciones de aminas ha sido usada por décadas para remover el CO 2 del
GN, por lo que se considera con TRL9. Adicionalmente, esta tecnología ha sido usada en dos plantas
comerciales instaladas recientemente, Boundary Dam (2014) en Saskatchewan, Canadá [92], y Petra
Nova (2017), en Texas [97]. Por otro lado, el desarrollo de membranas poliméricas (Polaris y Air
Products) ha llevado esta tecnología al nivel TRL7. Otras tecnologías que alcanzan el nivel TRL7, como la
de oxi-combustión, podrían llegar al nivel comercial en el futuro próximo. En contraste con las
tecnologías de post-combustión, la IGCC-CCS no ha sido igualmente exitosa, con algunos proyectos
cancelados recientemente por problemas técnicos y costos mayores a los presupuestados [32].

142
En resumen, la captura de CO2 mediante absorción por una solución de amina está relativamente
probada, con dos plantas comerciales en operación. Sin embargo, estos son proyectos pioneros, y los
costos pueden reducirse todavía significativamente (ver sección “Proyecto de conversión de la Unidad 3
de la central Boundary Dam de SaskPower).

Transporte de CO2

Estas tecnologías están maduras y bien establecidas, existiendo más de 6 500 km de gasoductos en el
mundo que transportan CO2, la mayoría asociados a operaciones de EOR (recuperación mejorada de
petróleo). El transporte en barco también está relativamente maduro [32].

Almacenamiento de CO2

El almacenamiento asociado con EOR (CCS-EOR) está ampliamente probado a escala comercial (TRL9),
ya que la tecnología EOR lleva ya muchos años de desarrollo y tiene su motivación propia en la
producción de petróleo. En contraste, el almacenamiento asociado a EGR (Enhanced Gas Recovery) y en
yacimientos agotados de petróleo y GN no alcanza aún al nivel comercial (TRL7). Por otro lado, el
almacenamiento en depósitos salinos ya ha sido demostrado en proyectos a escala comercial (TRL9),
tanto en tierra como bajo el mar. El almacenamiento en el mar y en estructuras minerales bajo tierra
están todavía en etapas tempranas de desarrollo (TRL2 y TRL3, respectivamente).

Uso de CO2

El CO2 capturado tiene usos en la industria alimenticia, por ejemplo, carbonatación de bebidas y
preservación de alimentos frescos, y en la industria química, como ser, para la síntesis de metanol y
urea. También ha sido usado en invernaderos, para acelerar el crecimiento de las plantas [32]. Sin
embargo, la producción de CO2 de una central de carbón de 250 MW puede ser mayor a 3 millones de
toneladas al año, lo que es muy superior al consumo de Chile, del orden de 50.000 toneladas al año.

Costos

Los costos de un sistema de CCS dependen fuertemente de la central termoeléctrica y su ubicación. Sin
embargo, se necesita alguna referencia de costo para evaluar en forma muy preliminar la factibilidad de
esta tecnología.

Costos de captura

Analizaremos los costos de captura de CO2 por el proceso de absorción con solución de amina, ya que
como vimos en la sección “Nivel de desarrollo de la tecnología” es el único probado a nivel comercial.
Para esto tomaremos el análisis realizado en 2007 por un equipo liderado por el NETL (National Energy
Technology Laboratory del Department of Energy de EE. UU.), que incorporó a Alstom Power Inc., AEP,
ABB, Science Applications International Corporation (SAIC) y Research and Development Solutions (RDS)
[98], el que expande otro estudio realizado en 2001 [99]. Este estudio considera la conversión de la
Unidad 5 de la central Conesville, perteneciente a AEP de Columbus, Ohio, que tiene seis unidades con
una capacidad total de ~2.080 MWe. La Unidad 5 tiene una potencia nominal de 450 MWe, quema

143
carbón bituminoso de Ohio y data de 1976. La caldera es subcrítica, con quemadores tangenciales de
inclinación ajustable. El Anexo Procesos de CCS da más detalles de esta unidad.

El estudio se hizo para porcentajes de captura de CO2 de 90, 70, 50 y 30 %. La Tabla 5.2.3. resume los
costos adicionales que significa la implementación de CCS en la central termoeléctrica existente, para 90
y 30 % de captura de CO2. La capacidad de generación y eficiencia disminuye desde 434 MW y 35,0 %
hasta 303 MW y 24,5 %, respectivamente, con 90 % de captura (reducción de 30 % en la capacidad). Esta
reducción en la capacidad neta y en la eficiencia se debe tanto al calor consumido por la captura de CO2
como al nuevo consumo parásito. Este último se debe principalmente a la compresión y licuefacción del
CO2. El factor de planta considerado es 85 %. El costo incremental de la electricidad (LCOE) incluye el
costo de recuperación del capital, considerando un horizonte de 20 años, tasa de impuesto a las
utilidades de 38 %, una tasa de descuento de 9,67%, y sin considerar venta de CO2. Tanto este costo
como la inversión total, muestran un comportamiento casi lineal con el porcentaje de captura. Por otro
lado, el incremento en costo de la energía eléctrica también tiene un comportamiento casi lineal con el
factor de planta, el monto de la inversión, y el costo de la electricidad no generada, como muestra la Fig.
5.2.2.

Tabla 5.2.3. Costos incrementales de instalar un sistema CCS de postcombustión por absorción con amina a una central
termoeléctrica a carbón existente de 434 MW. Costos en USD de 2006 [98].

90% 30%
Unidad captura captura
Incremento de costos
Inversión total 106 USD 400,09 211,84
Inversión total unitaria USD/kW 1.319 540
Operación y mantención fijos 106 USD/año 2,49 1,87
Operación y mantención variables 106 USD/año 17,65 7,02
6
Costo electricidad no producida 10 USD/año 62,19 19,89
Venta de CO2 106 USD/año 0,00 0,00
1
Consumo gas natural 106 USD/año 0,65 0,21
Incremento costo electricidad
Costo capital USD/kWh 31,0 12,7
O y M fijos USD/kWh 1,3 0,7
O y M variables USD/kWh 36,6 9,6
Insumos O y M USD/kWh 0,3 0,1
Total USD/kWh 69,2 23,1
2
Costo mitigación CO2 USD/ton 89 113
1
Costo captura CO2 USD/ton 59 77
1 2
Notas: El gas natural se usa para la regeneración del desecante en la unidad de secado de CO 2. El costo de captura
corresponde al costo de cada ton de CO2 que la planta captura. El costo de mitigación es el costo de cada ton de CO 2 evitado
por unidad de energía neta generada; es mayor que el costo de captura porque la generación neta disminuye con la planta de
captura y, por lo tanto, se produce más CO2 por unidad de energía eléctrica neta generada.

144
Los costos no consideran costos de transporte y almacenamiento, ni inversión en cañería de transporte
o instalaciones de carga de CO2, para el caso de que el transporte se haga por barco o camión. Todas las
estructuras fueron diseñadas suponiendo que no hay terremotos. Los costos de inversión fueron
estimados con un margen de 30 %. También excluyen los costos de los permisos ambientales, derechos
de importación, costos financieros y otros.

El consumo de calor en la planta de captura y la inversión requerida que se han reducido con el
desarrollo de la tecnología, y tienen un efecto importante en el incremento de costo de la electricidad.
En efecto, entre el estudio anterior [99] y este, se estima una reducción en el consumo de calor desde
5.466 hasta 3.605 kJ/kg CO2 (34 % menos), lo que mejora la eficiencia de generación de 20,3 a 24,5 %.
También se estimó una reducción en la inversión de 52 %, que, en conjunto, redujo el incremento en el
costo de la electricidad en 43 %. Lo más probable es que tanto el calor consumido como el monto de la
inversión sigan bajando. El incremento en costo de la electricidad es impactado por, en orden de
importancia, nivel de captura de CO2, consumo de calor en la planta de captura, factor de planta,
inversión, y costo de la electricidad no generada. La reducción del consumo de calor en la captura
influye significativamente en la eficiencia de central y en el incremento de costo de la electricidad. En
efecto, una reducción de 1.000 kJ/kg de CO2 en la captura de 90 %, aumenta la eficiencia neta en 1,6
puntos porcentuales y reduce el incremento de costo en 4,3 % respecto al caso base.

80
Factor de planta
Incremento costo, USD/MWh

Inversión
75
Cost. Elec. no
Generada

70

65

60
-30 -20 -10 0 10 20 30
Cambio en la variable, %

Figura 5.2.2: Cambio del incremento en el costo de la electricidad al variar algunos factores de un proyecto de CCS.

Costo de transporte

Las opciones de transporte de CO2 son cañería, barco y camión, todas ellas probadas, aunque sea a
pequeña escala. Para los volúmenes que hay que transportar en CCS, el transporte por cañería es el más
indicado, a menos que las distancias y accidentes geográficos lo hagan excesivamente caro. En estos

145
casos, la alternativa es el transporte en barco. El transporte en camión se descarta, ya que es
impracticable al nivel necesario para CCS. A pesar de que muchas publicaciones mencionan el transporte
en barco como una opción válida, no hay estudios de costo para esta alternativa, por lo que aquí
consideraremos solo los costos de transporte por cañería [100].

El costo de construir un conducto es muy variable, dependiendo de lo accidentado del terreno y el uso
que se le esté dando (agricultura, desarrollos urbanos, industriales, etc.). Las economías de escala son
importantes tanto en cuanto al largo del conducto como en su capacidad. En términos de capacidad, las
economías de escala se hacen modestas para capacidades mayores a 10 MtCO2/año91. El costo del
transporte por conducto reportado por tres importantes estudios fue puesto en la misma base por
Rubin et al. [100], y es resumido en la Tabla 5.2.4.

Tabla 5.2.4 Resumen de costos de transporte por conducto terrestre y submarino reportado por tres estudios, en USD de
2013 por millón de tonelada de CO2 transportada 250 km

USD/tCO2/250 km
Capacidad del conducto 3 MtCO2/año 10 MtCO2/año 30 MtCO2/año
Terrestre
Alto 10,9 3,7 2,2
Bajo 4,3 2,2 1,3
Promedio 6,8 3,1 1,7
Submarino
Alto 14,8 4,8 2,4
Bajo 7,2 3,4 1,9
Promedio 10,3 4,2 2,2

Costo de almacenamiento

La única tecnología de almacenamiento considerada actualmente como opción válida es en formaciones


geológicas. Consecuentemente, los estudios de costo más recientes se refieren exclusivamente a esta
alternativa. Existe gran incertidumbre en los costos debido a posibles nuevas regulaciones a este tipo de
almacenamiento, dificultad para conseguir permisos ambientales, e incertidumbre sobre la aceptación
pública de la tecnología. Rubin et al. [100] resumen y compatibilizan cuatro estudios de costo del
almacenamiento geológico de CO2, llegando a un promedio de 9 USD/tCO2, con un máximo de 18 y un
mínimo de 1 USD/tCO2, todos en USD de 2013.

Proyecto de reconversión de la Unidad 3 de la central Boundary Dam de SaskPower

Los procesos de captura de carbono de postcombustión son los que mejor se adaptan a la reconversión
de plantas generadoras a carbón, debido a que requieren menores cambios y ajustes a la planta
existente. Adicionalmente, los procesos de captura mediante absorción en solución de aminas son los
únicos probados a escala comercial (ver Tabla 5.2.2). En efecto, han sido probados en la Unidad 3 de la

91
Mega (un millón) toneladas de CO2 al año.

146
planta Boundary Dam (BD3) en Saskatchewan, Canadá, y en la Unidad 8 de la planta WA Parish, Texas,
USA. En el primer caso, la planta de CCS procesa la totalidad de los gases de la Unidad 3 de 139 MW; en
el segundo caso, la planta procesa una parte equivalente a 240 MWe de los gases de la Unidad 8, de 640
MWe, es decir, el 37,5 % del total de los gases de la unidad. De estas dos, hemos seleccionado a BD3
como caso de estudio ya que lleva más tiempo de operación y, consecuentemente, ha acumulado más
experiencia e información.

La Unidad 3 de Boundary Dam (BD3) es la primera generadora a carbón en el mundo a nivel comercial
con un sistema CCS [92], y ha operado en forma casi continua desde el 2 de octubre de 2014 hasta al
menos abril de 2018 [101]. La central Boundary Dam, cuyo propietario es SaskPower, tiene seis unidades
que dan una potencia total de 824 MW. La Unidad 3 estaba programada para cerrar en 2013, después
de servir por 45 años, pero se propuso su readecuación con un sistema de captura de CO2
postcombustión, que prolongaría su vida por 30 años, en lugar de desmantelarla y construir una nueva
unidad.

El plan original era desmantelar la Unidad 3, construida en 1970, [102], y construir una nueva planta a
carbón de 300 MW. Sin embargo, el costo de la nueva planta escalo de USD 1.500∙106 a USD 3.800∙106 y
se consideró una reconversión más barata. La readecuación se aprobó en 2008, la decisión final se tomó
en 2010, la construcción de las partes críticas se inició a principios de 2011 y la planta se terminó en
diciembre de 2013, para iniciar la operación en octubre de 2014 [92].

La remodelación de la Unidad 3 permite capturar el 90% de las emisiones de CO2, pero redujo su
potencia nominal de 139 MW a 110 MW. El CO2 capturado se transporta por una cañería de 66 km
hasta Weyburn, donde se usa en la recuperación mejorada de petróleo (Enhanced Oil Recovery, EOR).
Esta es una operación de Cenovus Energy, quién firmó contrato con SaskPower para comprar la
producción total de 106 ton (1.000 kg) de CO2 al año. El CO2 que eventualmente sobre se envía para ser
almacenado en un pozo experimental de inyección en Aquistore, muy cerca de Boundary Dam, el que es
administrado por el Petroleum Technology Research Centre. La reconversión consideró también un
sistema de desulfuración de gases (Flue Gas Desulfurization, FGD), para permitir la captura de CO2. Con
esto se alimenta una planta de ácido sulfúrico de 50 ton/día. También se cambió la turbina a vapor por
una nueva para integrarla a la captura de CO2 y al sistema de FGD, haciendo el conjunto más eficiente.
Se hicieron varias otras mejoras a la planta, como ser la instalación de quemadores de bajo NOx,
remodelación de la caldera con mayor superficie convectiva para aumentar la temperatura del vapor
sobrecalentado de 538 a 566 °C (1.000 a 1.050 °F), cambios en cañerías de vapor y condensado, nuevo
sistema de control, y otras menores [39]. La Fig. 5.2.3 muestra un esquema del proyecto y la Fig. 5.2.4
reproduce una fotografía de la central donde se distingue la unidad de captura de CO2.

Además de reducir las emisiones de CO2, la conversión de la Unidad 3 disminuyó las emisiones de otros
contaminantes, como muestra la Tabla 5.2.5. Las emisiones de aguas contaminadas de la planta de
captura de SO2 y CO2 se incineran en la misma caldera, por lo que no producen impacto ambiental [39].
La planta de ácido sulfúrico reduce a cero la producción de residuos sólidos, generando, en cambio, un
producto comercial.

147
Tabla 5.2.5. Generación, consumos parásitos y reducción de las emisiones atmosféricas logradas con la conversión de la
Unidad 3 de Boundary Dam [39].

Variable Original (1969) Convertida (2014)


Generación y consumos parásitos, MW
Potencia bruta 150 161,1a
Servicios de generación 11 11,9
Servicios de captura 11,4
Compresión CO2 13,9
Calor consumido en captura 13,7b
Potencia neta 139 110,2
Emisiones específicas, ton/GWh netas
CO2 1.040 130
SOx 6,5 0
NOx 2,2 1,21
PM10 0,173 0,014
PM2,5 0,059 0,006
Emisiones, 90 % factor planta, ton/año
CO2 1.139.700 112.700
SOx 7.123 0
NOx 2.410 1.050
PM10 190 15
PM2,5 65 7
a b
Notas: Esta es la generación sin considerar el consumo de vapor de las plantas de captura de SO 2 y CO2; Corresponde a la
potencia que deja de generar la turbina debido a la extracción de vapor para las plantas de captura de SO 2 y CO2.

148
Figura 5.2.3. Esquema del proyecto BD3 de SaskPower [102].

Figura 5.2.4. Foto de la Central Boundary Dam de SaskPower, donde se ve a la derecha (recuadro amarillo) la planta Cansolv
de captura de SO2 y CO2 [92].

La realización de este proyecto fue posible gracias a la visión de largo plazo de SaskPower, unido al
apoyo del Gobierno de Saskatchewan, motivado por las enormes reservas locales de carbón y la
necesidad de CO2 para la recuperación mejorada de petróleo (EOR) de yacimientos cercanos [102]. En
efecto, desde la década de 1980 SaskPower estaba convencido que el público no aceptaría más
centrales a carbón, a menos que fueran con tecnologías limpias. A mediados de esa década, SaskPower
inició la operación de una planta piloto de captura de CO2. Junto con esto, los yacimientos locales de

149
petróleo empezaron a probar distintas tecnologías para revitalizar sus pozos, cuya producción iba
decayendo. Esto creó una demanda por CO2, importado desde EE. UU., que se manifestó en repetidas
conversaciones entre los productores de petróleo y SaskPower con el fin de que este último pudiera
suplir el CO2 necesario para la EOR [102]. El gobierno de Saskatchewan aportó USD 219∙106 (CAD
240∙106)

Los subproductos de valor, CO2, ácido sulfúrico y ceniza volante, fueron claves para la viabilidad del
proyecto [102]. Cuando se tomó la decisión, implementar CCS en BD3 era más económico que instalar
una nueva planta con gas natural y ciclo combinado (NGCC), debido al alto precio del GN en ese
momento; años más tarde este precio bajó.

SaskPower considera que el proyecto resultó exitoso, ya que se cumplieron las especificaciones técnicas,
a pesar de los problemas iniciales [102] [103], y que han continuado en menor grado hasta la fecha. Sin
embargo, el éxito económico no está claro. En efecto, el proyecto ha resultado muy caro, costo que han
pagado los clientes de SaskPower [104]. En efecto, detractores del proyecto afirman que hay otras
alternativas de reducción de emisiones de CO2 más económicas [105]. Esta visión se ve reafirmada por la
reciente decisión de SaskPower de no aplicar la misma tecnología en las unidades BD4 y BD5, que están
programadas para cerrar en 2019 [106]. Sin embargo, Corwyn Bruce, Head of Technical Services,
International CCS Knowledge Centre, manifestó en una entrevista [107] que la decisión de SaskPower no
significa que haya perdido interés en CCS, y que estudia aplicar PC-CCS (Post Combustion CCS) de
segunda generación en su planta Shand Power Station. Las razones tienen que ver con la antigüedad de
las unidades BD4 y BD5, su tamaño relativamente pequeño (150 MW cada una), y la dificultad para
extraer vapor de la turbina para usar en el proceso de CCS. Las unidades de Shand Power Station, por
otro lado, son de 300 MW y, con modificaciones menores, se puede extraer vapor de las turbinas para la
planta de CCS. A fines de 2018 el International CCS Knowledge Center publicará un estudio completo de
la reconversión de una unidad en la central Shand Power Station.

Costos y beneficios del proyecto

Hay al menos tres referencias para el costo de capital del proyecto. La primera [92] indica que la
remodelación de la Unidad 3 costó USD 354∙106, incluida la turbina nueva, a lo que hay que agregar
aproximadamente USD 1.400∙106 por el sistema CCS. Con esto, el costo total asciende a USD 1.754∙106.
El Gobierno de Saskatchewan aportó USD 219∙106 (CAD 240∙106) en 2008. Las otras dos [102] [104]
coinciden en que el costo total fue USD 1.338∙106 (CAD 1.467∙106, a una tasa de cambio de 0,912
USD/CAD, al 01/05/2014), incluyendo remodelación, turbina y sistema CCS. Según [102] , el costo de
capital se desglosa en 30% en mejoras a la planta, 20% en control de emisiones y aumento de la
eficiencia, y 50% en la captura de CO2. El costo total del proyecto es elevado debido a que, al ser la
primera planta comercial de CCS, existe mucha redundancia de equipos y se cometieron algunos
errores. Con la experiencia ganada, estiman que la inversión se puede reducir en 80 a 90 % [108]. El
costo de la cañería que conduce el CO2 hasta Weyburn no está considerado, ya que se asignó a la
recuperación de petróleo.

150
No encontramos publicaciones oficiales de SaskPower con los costos de operación y mantención. Sin
embargo, SaskPower creó el “International CCS Knowledge Center” [109] para compartir la experiencia
de este proyecto y otros. Por otro lado, grupos detractores del proyecto han publicado estimaciones de
costos que parecen razonablemente justificadas [104] [105]. La Tabla 5.2.6 resume el flujo de caja
estimado durante una vida útil del proyecto de 30 años. Esta estimación considera un factor de carga de
72%, con una generación neta anual de 757 GWh, un valor de venta de la electricidad de USD 58,81
(CAD 64,48), y costo promedio de operación, mantención y combustible para la generación eléctrica de
31,46 USD/MWh (34,50 CAD/MWh). Por otro lado, para la planta de CCS considera un consumo parásito
de electricidad de 253 GWh/año a un costo unitario de 65,46 USD/MWh (71,78 CAD/MWh), costo
unitario de operación y mantención de 8,94 USD/MWh (9,80 CAD/MWh), captura anual de un millón de
ton/año de CO2 que se vende a 20,98 USD/ton (23 CAD/ton) para EOR en Wayburn, y producen 15.500
ton/año de ácido sulfúrico que se vende a 45,6 USD/ton (50 CAD/ton).
6
Tabla 5.2.6 Flujo de caja estimado del proyecto BD3 para 30 años (CAD∙10 ) [104].

Planta Planta captura


Total
termoeléctrica CO2 y SO2
USD USD USD
Inversión
Gobierno Federal -82 -137 -219
SaskPower -420 -700 -1119
Subtotal -502 -836 -1338
Operación 0
Ingresos 0
Venta electricidad 1782 1782
Venta ceniza volante 30 30
Venta CO2 629 629
Venta H2SO4 21 21
Gastos 0
Operación, mantención y comb. -953 -268 -1221
Consumo parásito electricidad -496 -496
Ganancia operacional 858 -114 744
Ganancia neta 357 950 1307

Contratistas y proveedores

El sistema de CCS fue contratado en marzo 2010, en modo EPC (Engineering, Procurement and
Construction), con SNC-Lavalin y Cansolv Technologies. La readecuación de la caldera fue asignada en
enero 2011 a Babcock & Wilcox en un contrato por USD 107∙106, quién suministro componentes críticos,
como superficies de intercambio de calor y un nuevo sistema de combustión LowNOx. En febrero 2010
SaskPower firmo un acuerdo de colaboración con Hitachi, para trabajar en mejorar e implementar la

151
tecnología CCS, incluyendo el sistema de control de la calidad del aire, caldera y turbogeneradores a
vapor. Hitachi Canadá también suministró la turbina especialmente diseñada. Posteriormente, un
consorcio entre Alberici Western Contructors y Balzer’s Canada instaló la turbina en 2013 [92].

Descripción del sistema de captura de CO2

La planta Cansolv de captura de CO2 requiere que los gases ingresen con un contenido muy bajo de SO2
(1 ppmv) y sólo trazas de NO2 [108]. Ambos límites son necesarios porque estos contaminantes
reaccionan con la amina de la solución que captura el CO2, incrementando significativamente el
consumo del reactivo, que es un factor importante del costo de operación. Para reducir el contenido de
SO2, SaskPower optó por integrar dos plantas Cansolv, una para capturar SO2 y la otra para capturar CO2.
El proceso de ambas plantas es el mismo, absorción y desorción con soluciones de amina, cambiando
sólo las especificaciones de la solución, las temperaturas de operación y los caudales de solución y
producto. La integración de las dos plantas redujo el consumo de energía y los costos de inversión [102].
Cada planta consiste de un absobedor, donde los humos se ponen en contacto con la solución a baja
temperatura, un desorbedor, donde la solución rica en SO2 o CO2, según el caso, se calienta para
expulsar el gas absorbido, y un conjunto de bombas, intercambiadores de calor y otros equipos
auxiliares, como muestra la Fig. 5.2.5. Para una descripción más detallada, consultar [102] [110] [111]
[112]. Para cumplir con la exigencia de trazas de NO2, cambiaron los quemadores por unos con tecnolgía
de bajas emisiones de NOx. El Anexo Procesos de CCS entrega una descripción mas detallada del
proceso.

152
Figura 5.2.5. Esquema de la planta Cansolv para la captura de SO 2 y CO2 [112].

El proceso captura más del 90% de CO2 y prácticamente la totalidad del SO2, consumiendo
aproximadamente 2.500 kJ por kg de CO2 [113] con una pureza de 99% [102]. Algunos de los aspectos
clave de la planta es que produce cantidades mínimas de desechos sólidos y líquidos, con un muy buen
control de las emisiones de amina. Adicionalmente, tiene muy buen control de la temperatura en las
distintas etapas del proceso, para obtener el máximo rendimiento y eficiencia sin degradar la solución.
El consumo parásito de energía se ilustran en la Fig. 5.2.6.

153
Existing parasitic loads (11 MW)

Compression (15 MW)

Capture SO2, CO2 (9 MW)

Amine and heat regeneration (14 MW)

Power to gridFigura
(1125.2.6.
MW)Consumo parásito de energía de la central BD3 [102].
Antes de ingresar a la planta Cansolv, los humos deben ser procesados para reducir el MP a menos de 10
mg/m3N y reducir su temperatura a la de saturación adiabática en el absorbedor de SO2. Esto se logra
mediante un precipitador electrostático (ESP) y un enfriador que recicla el calor al agua que retorna del
condensador de la turbina. La Fig. 5.2.7 ilustra el esquema completo de tratamiento de los humos y
destino de los gases capturados.

Figura 5.2.7. Esquema del sistema completo con el pretratamiento de los humos y el destino de los gases capturados [114].

154
11.2 Producción de hidrógeno y compuestos derivados

El hidrógeno es el elemento más abundante en la tierra, pero no se encuentra naturalmente en su forma


molecular (H2). Sin embargo, se puede producir a partir de sustancias muy comunes, como el agua,
usando diversas fuentes de energía, que puede ser un combustible fósil o renovable, electricidad, o
radiación solar. Todos los procesos de producción de H2 consumen energía, necesaria para reducir el
hidrógeno del compuesto químico que lo contiene (por ejemplo, agua o un hidrocarburo) a H2. Cuando
el hidrógeno se usa como combustible, se oxida formando agua y liberando energía (poder calorífico
inferior igual a 120 MJ/kg de H2). En resumen, el hidrógeno se considera una forma conveniente y no
contaminante de almacenar y transportar energía [41] [42].

A continuación, en la sección 5.3.1, resumimos los usos del hidrógeno y los métodos de generación más
importantes, para concluir cuál de ellos sería más apropiado para la reconversión de centrales
termoeléctricas a carbón existentes. En la sección 5.3.2 analizamos la cogeneración de hidrógeno y
electricidad, que es una alternativa interesante de reconversión y, además, está bastante estudiada,
aunque no implementada a escala comercial. Luego, en la sección 5.3.3 indicamos el desarrollo
alcanzado por la tecnología y, finalmente, en la sección 5.3.4, resumimos algunos datos de costo de la
cogeneración de hidrógeno y electricidad.

Usos y generación de hidrógeno

El hidrógeno hoy se usa principalmente en industrias químicas, petroquímicas, alimenticias y otras. El


uso más importante se encuentra en la fabricación de amoníaco, que consume el 54 % de la producción
mundial de H2 [41].

El amoníaco, a su vez, se usa en grandes cantidades como insumo en la fabricación de fertilizantes,


como urea y nitrato de amonio. Por otro lado, en Chile existe una gran demanda y producción de nitrato
de amonio, que es usado como base del explosivo ANFO (Amonium Nitrate Fuel Oil) por la minería y
empresas de construcción. En efecto, Enaex tiene una planta en Mejillones con capacidad para producir
800.000 ton/año de esta sal, siendo un productor de nivel mundial y abasteciendo cerca del 45 % de la
demanda del cono sur de Sudamérica. Enaex fabrica el nitrato de amonio a partir de amoníaco que
importa. Sin embargo, el precio internacional del amoníaco es muy volátil, fluctuando entre 200 y 750
USD/ton, aproximadamente, entre 2007 y 2012. Esto ha llevado a Enaex a estudiar la construcción de
una planta de amoníaco, asociado al grupo Brescia de Perú [115].

Otros usos convencionales, como en refinerías de petróleo, industria alimenticia y otras, son menos
interesantes para la producción masiva y concentrada de hidrógeno en las centrales a carbón chilenas.

Por otro lado, en el futuro puede haber una gran demanda de hidrógeno para usarse como combustible
no contaminante, ya sea directamente en motores de combustión o en celdas de combustible. Cabe
mencionar que existen dos Consorcios Corfo, licitados en 2017, para el uso de hidrógeno como
combustible en la minería del cobre [116] [117] [118].

155
Fuera de los usos más corrientes mencionados, el hidrógeno puede usarse como materia prima para
sintetizar muchos otros combustibles, tanto gaseosos como líquidos. En efecto, reaccionando con CO o
C puede producir metano (GN sintético) y metanol. También, a través del proceso Fischer-Tropsch,
puede producir una variedad de combustibles líquidos, como gasolina y diésel [119].

El hidrógeno se puede producir por tres grandes clases de métodos: 1) termoquímicos, 2) electrolíticos,
y 3) biológicos y otros [41] [42]. El último grupo de tecnologías está todavía en etapas tempranas de
desarrollo. A nivel mundial el H2 se produce principalmente por métodos termoquímicos y electrolíticos.
La mayoría se produce mediante procesos termoquímicos a partir de metano (GN, 48%), petróleo (30%),
y carbón (18%). El resto se produce por electrólisis del agua (4%) [41] [43]. Para la reconversión de
centrales termoeléctricas a carbón para producir H2, sólo algunos métodos termoquímicos son
aplicables, dado que los otros usan energía eléctrica o solar, o están en etapas muy tempranas de
desarrollo. En el párrafo siguiente damos una breve descripción de los métodos termoquímicos, para
identificar aquellos de interés para este estudio.

Los métodos termoquímicos usan parte de la energía química almacenada en combustibles para liberar
el hidrógeno contenido en ellos, o usan calor en combinación a ciclos químicos para liberar hidrógeno
del agua [42]. Estos métodos se pueden dividir en tres, a) reforma de combustibles gaseosos (GN,
biogás) o líquidos, b) gasificación de combustibles sólidos (carbón, biomasa, desechos), y c) procesos
térmicos. En la reforma de combustibles gaseosos o líquidos el combustible reacciona a alta
temperatura con un oxidante, que puede ser agua, oxígeno o una combinación de ambos, para producir
H2 y CO2, que posteriormente se separan. La reforma de GN (SMR, Steam Methane Reforming) es el
método más usado hoy para producir H2 en gran escala y es una tecnología madura. En la gasificación
de combustibles sólidos, el combustible se hace reaccionar con vapor de agua y cantidades reducidas de
oxígeno o aire, o se quema parcialmente, para producir un gas de síntesis (syngas) que contiene
fundamentalmente H2 y CO. El syngas se somete a limpieza y un proceso llamado water-gas shift (WGS),
en el cual el CO reacciona con vapor de agua para convertirse en H2 y CO2. Los procesos térmicos usan
ciclos de reacciones a alta temperatura para disociar el agua en H2 y O2. Estas reacciones se producen a
temperaturas del orden de 2.500 °C, normalmente usando energía solar concentrada o energía nuclear.
Son procesos en desarrollo que todavía presentan grandes desafíos en materiales y en el costo de
producción.

La producción de hidrógeno a partir de combustibles produce cantidades importantes de CO2, que


antiguamente se descargaba a la atmósfera. Sin embargo, hoy las grandes plantas de H2 capturan el CO2
para otros usos. En efecto, las dos grandes plantas de H2 en Chile, una en cada refinería de petróleo,
captura el CO2 para ser comercializado por empresas de gases para su uso en la industria alimenticia
principalmente. Para los efectos de este estudio consideraremos la captura y almacenamiento de este
gas con el fin de mitigar el calentamiento global. Tanto en la reforma de combustibles líquidos y
gaseosos como en la gasificación de combustibles sólidos es relativamente fácil procesar el CO 2
producido para ser transportado y almacenado geológicamente. En efecto, al final del proceso el CO2
necesariamente debe separase del H2, que es el producto deseado.

156
Por otro lado, en estos métodos hay etapas que se realizan a alta temperatura, con enfriamiento
posterior de los productos, y reacciones exotérmicas en las que hay que controlar la temperatura. Esto
genera flujos importantes de calor perdido, que reducen la eficiencia global. Por esta razón es
conveniente integrar la planta de producción de H2 con una de generación de potencia. La energía
eléctrica cogenerada aprovechando los calores perdidos se usa en la misma planta y, si sobra, se puede
vender. La cogeneración es particularmente interesante para la producción de H2 a partir de un
combustible sólido, por su mayor disponibilidad, y precio bajo y estable. Por lo tanto, la gasificación de
combustibles sólidos para producir H2 se presta bien para cogenerar este gas y energía eléctrica. Por
otro lado, la cogeneración permite gran flexibilidad en la razón entre la energía producida como H2 y la
producida como electricidad, fluctuando entre 1,3:1 y 3,1:1 en un estudio consultado [49]. En efecto, las
plantas de cogeneración podrían operar con un alto factor de carga, cambiando la relación de
producción hidrógeno/electricidad cada hora, de acuerdo a la demanda eléctrica del momento y según
la flexibilidad efectiva de la planta específica. Adicionalmente, esta flexibilidad permitiría bajar el costo
de la electricidad producida en hasta 20 % [49].

De todos los esquemas conocidos y relativamente bien desarrollados, la gasificación de carbón


integrada con ciclo combinado y con captura y almacenamiento de carbono (IGCC-CCS) parece ser el
método más próximo a la escala comercial para la cogeneración de hidrógeno y electricidad, ya que se
puede construir integrando procesos probados comercialmente. En efecto, hay varias publicaciones que
analizan este esquema [49] [45] [120] [121]. La sección siguiente describe este esquema con cierto
detalle. La cogeneración de hidrógeno y electricidad a partir de carbón aumenta la eficiencia global del
sistema (conversión de energía a hidrógeno más electricidad), llegando a valores de entre 35 % y 60 %
[122].

Cogeneración de hidrógeno y electricidad mediante IGCC-CCS

Este método combina la producción convencional de hidrógeno a partir de carbón con IGCC-CCS. Las
partes integrantes del método están probadas comercialmente (gasificación de carbón, producción de
hidrógeno, generación de electricidad), pero no su integración. La Fig. 5.3.1 muestra un esquema del
proceso completo, que se puede dividir en cuatro unidades, generación de un syngas92 rico en
hidrógeno, generación de electricidad, separación de hidrógeno, y transporte y almacenamiento de CO 2.
Las tres primeras unidades intercambian flujos de calor que mejoran la eficiencia del conjunto.
Adicionalmente, la purga del adsorbedor, PSA, se usa como combustible para la generación de
electricidad mediante ciclo combinado. El hidrógeno que sale de la unidad de remoción de CO 2 es
suficientemente puro para usarse como combustible en motores de combustión interna y celdas de
combustible de alta temperatura, pero no en celdas de combustibles de baja temperatura, tipo PEM. La
unidad PSA eleva la pureza del hidrógeno a 99,999 %, haciéndolo apto para cualquier uso. La producción
de electricidad también se pude hacer en un ciclo de vapor sin turbina a gas (ciclo Rankine simple, no
combinado), especialmente cuando se maximiza la producción de H2 o cuando la purga del PSA es de
bajo poder calorífico. El azufre se puede retirar en forma elemental, y el CO2 es suficientemente puro

92
Gas sintético.

157
para no presentar problemas en el transporte y almacenamiento. Más detalles del proceso se pueden
encontrar en [45] y en el Anexo Métodos de producción de hidrógeno.

Generación
de syngas rico
en hidrógeno

Generación de
electricidad

Separación de
hidrógeno

Figura 5.3.1. Esquema de una planta IGCC-CCS de cogeneración de hidrógeno y electricidad [45].

Nivel de desarrollo de la tecnología

Aunque cada una de las partes del proceso están bien desarrollada y constituyen tecnologías maduras,
la integración de ellas no está probada a escala comercial. En efecto, la gasificación de carbón es una
tecnología desarrollada a fines del siglo XIX y que tuvo avances importantes a mediados del siglo XX. Lo
mismo ocurre con la producción de hidrógeno y la generación de electricidad. Sin embargo, la tecnología
de IGCC-CCS no está probada a nivel comercial [32], y menos unido a la producción de hidrógeno.

Costos estimados de la cogeneración de hidrógeno y electricidad

Foster Wheeler Italiana terminó en 2007 un informe encargado por IEA GHG sobre la cogeneración de
hidrógeno y electricidad a partir de carbón, contemplando varias alternativas que incluyen la CCS. Este
estudio, que estima costos de inversión y producción, fue actualizado en 2008 [48] y resumido en una
publicación de 2010 [49]. A continuación, hacemos un extracto de estas publicaciones.

El estudio analiza cinco plantas alternativas a base de carbón: 1) generación de electricidad sin CCS, 2)
generación de electricidad con CCS, 3) generación de hidrógeno con CCS junto a electricidad suficiente
para abastecer las necesidades de la planta (consumos parásitos), 4) cogeneración de H2 y electricidad

158
en razón fija con CCS, y 5) cogeneración de H2 y electricidad en razón variable con CCS. La primera
alternativa no la consideraremos para este informe ya que no considera CCS. La Tabla 5.3.1 resume los
datos de operación de estas plantas. Los subproductos considerados son azufre elemental, CO2 para
almacenar, y ceniza volante, escoria o torta de filtro, según la tecnología de gasificación. Las emisiones
cumplen con los estándares europeos.

Tabla 5.3.1 Datos de operación de las cuatro alternativas con CCS; las últimas dos columnas corresponden a la misma planta,
pero con razón hidrógeno:electricidad en los extremos del rango de flexibilidad [49].

Electricidad H2 Elect. + H2 Elect. + H2 Elect. + H2


(razón fija) (bajo H2) (alto H2)
Potencia térmica, MW 1962,5 1962,5 1962,5 1962,5 1962,5
Pot eléctrica neta, MW 655,8 0,1 317,1 363,1 236,6
Gen eléctrica, GWh/año 4880 2360 2700 1760
Pot H2 neta, MW 1110,7 599,0 484,0 734,1
Gen H2, TJ/año 29770 16060 12970 19680
6
Gen H2, 10 ton/año 248 134 108 164
Razón H2:electricidad 1,89 1,33 3,10
Eficiencia a electricidad, % 33,4 16,2 18,5 12,1
Eficiencia a H2, % 56,6 30,5 24,7 37,4
Eficiencia total, % 33,4 56,6 46,7 43,2 49,4
CO2 almacenado (85%), 4,08 4,08 4,08 4,08 4,08
6
10 ton
6
CO2 emitido (15%), 10 ton 0,72 0,72 0,72 0,72 0,72
CO2 generado (100%), 4,80 4,80 4,80 4,80 4,80
6
10 ton

En la segunda versión del estudio los costos se actualizaron al segundo trimestre de 2008, con una tasa
de cambio de 1,5 USD/€, 85 % de captura de CO2, factor de carga de 85 % (7.446 h/año), 10 % de tasa de
descuento y vida útil de 25 años. No hay una forma única para distribuir los costos entre la generación
de H2 y electricidad, lo que debe hacerse arbitrariamente. Para este efecto, se decidió fijar el costo
unitario del H2 igual 2,84 USD/kg (23,7 USD/GJ), correspondiente al que tiene una planta que produce
sólo hidrógeno. Los costos de las alternativas con CCS están resumidos en la Tabla 5.3.2. En todos los
cálculos se considera el poder calorífico inferior (PCI, 120 MJ/kg H2). No se considera el costo de
transporte y almacenamiento de CO293, por lo que el costo del CO2 evitado corresponde sólo a su
captura. Consecuentemente, como en el proceso de producción de H2 el CO2 debe separarse
necesariamente, no existe costo de CO2 evitado, salvo el de transporte y almacenamiento, que en este

93
Estos costos están en el capítulo “Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS)”.

159
estudio no se ha considerado94. Tampoco se considera el costo de almacenamiento y transporte del
hidrógeno.

Entre los años 2006 y 2009 hubo cambios importantes en los costos de las plantas y de la electricidad,
primero con fuertes incrementos y, luego, con fuertes bajas. Esta fue la razón de actualizar en 2008 el
estudio finalizado en 2007, ya que en ese período se produjo un gran cambio de los costos. Sin embargo,
al finalizar la actualización de 2008, los costos estaban bajando significativamente, por lo que existe
incertidumbre en los valores absoluto de la Tabla 5.3.2. Sin embargo, los autores tienen confianza en
que la relación de costo entre las distintas plantas tiene una incertidumbre mucho menor [49]. El carbón
considerado tiene un costo de 5,81 USD/GJ.

Tabla 5.3.2 Costos de las alternativas con CCS; las últimas dos columnas corresponden a la misma planta, pero con razón
electricidad:H2 en los extremos del rango de flexibilidad. Los costos unitarios incluyen capital, operación, mantención e
intereses. (Costos en USD al segundo trimestre de 2008)

Electricidad + H2
Costos Electricidad H2
Razón fija Bajo H2 Alto H2
6
Capital, 10 USD 2.924 2.246 2.508 2.534 2.534
Capital, USD/MWtermicos 1.490 1.144 1.278 1.291 1.291
Capital, USD/MWelect+H2 2.993 1.767 2.142 2.317 2.022
Costos unitarios
H2, USD/GJ 23,7 23,7 23,7 23,7
H2, USD/kg 2,84 2,84 2,84 2,84
Electricidad, USD/MWh 171,0 160,5 169,5 168,0
CO2 evitado, USD/ton 72

El valor de venta del hidrógeno producido afecta fuertemente la rentabilidad del proyecto, permitiendo
ofrecer la energía eléctrica a menor precio. El costo de producción de hidrógeno, que incide
directamente en el precio al que este se transa, es de alrededor de 2,27 USD/kg producido por SMR con
CCS, 5,78 a 23,7 USD/kg producido por electrólisis con energía solar fotovoltaica, y 5,89 a 6,03 USD/kg
producido por electrólisis con energía eólica [123]. Es decir, la cogeneración de hidrógeno y electricidad
con carbón podría ser competitiva con hidrógeno producido por SMR si sus costos bajaran, y sería
competitiva con hidrógeno producido mediante energía solar o eólica con los costos estimados.

94
En el capítulo “Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS)” se estima los costos promedio de transporte por
un conducto terrestre de 250 km y de almacenamiento geológico en 6,8 y 9 USD por tonelada de CO 2,
respectivamente, lo que da un total de 15,8 USD/tCO 2. Ambas estimaciones tienen un amplio margen de variación.

160
11.3 Desalinización de agua de mar

La Tierra tiene una cantidad enorme de agua, alrededor de 1.400 millones de km3, pero sólo el 2,5% de
ella es agua dulce, y gran parte es inaccesible por encontrarse congelada en los hielos polares y glaciares
(1,73% del total). Se estima que solo el 0,77% del agua del planeta se encuentra como agua dulce en el
subsuelo, como agua superficial (lagos, ríos, pantanos), en las plantas y en la atmósfera. Sin embargo, de
esta fracción, 0,755% es agua subterránea no renovable, por lo que el agua dulce potencialmente
disponible al hombre en forma sustentable alcanza apenas al 0,015% del total [124]. La gran cantidad de
agua de mar hace que esta sea una fuente casi inexhaustible de agua para desalinizar en aquellos
lugares donde no hay suficiente agua dulce. Sin embargo, aunque lo más corriente es desalinizar agua
de mar, en ocasiones también se desaliniza agua salobre de pozos u otras fuentes. Cuando la
concentración de sal de estas aguas es menor que la del mar, el proceso consume menos energía y es,
por lo tanto, más barato.

En el norte de Chile existe una gran demanda actual y futura por agua de mar desalinizada. En efecto, la
ciudad de Antofagasta tiene una planta de desalinización por osmosis reversa con capacidad de 0,6 m3/s
[73]. Por otro lado, en 2019 se construirá la mayor planta de desalinización del continente, con una
capacidad de 2,63 m3/s. Esta planta será construida por Energías y Aguas del Pacífico en la Región de
Atacama, con una inversión de USD 500∙106 en la planta y más de USD 500∙106 en conductos para llevar
el agua hasta los puntos de consumo. La planta abastecerá a varios clientes mineros y se espera que
entre en servicio en 2021. La energía eléctrica necesaria será suministrada por una central fotovoltaica
de 100 MW construida especialmente para este propósito [125]. Adicionalmente, la empresa sanitaria
multinacional de origen francés Suez, instalada en Chile en enero de 2018 y dueña del 50,1 % de Aguas
Andinas, declaró que existe una demanda potencial de 10 m3/s, que ellos están interesados en
abastecer. Por de pronto, participarán en un proyecto para producir 1 m3/s (86.000 m3/día) y que
costará USD 1.000∙106 [126]. Estos caudales de agua desalinizada se comparan favorablemente con los
caudales de agua de mar que retiran las centrales a carbón. En efecto, las centrales a carbón chilenas
succionan del mar en promedio 131 m3/MWh [127], lo que significa que, por ejemplo, la central de
Iquique de 150 MW retira un caudal de 5,5 m3/s aproximadamente.

Revisaremos ahora algunos conceptos básicos de desalinización de agua de mar. De ellos se desprenden
los tres parámetros fundamentales de diseño de una planta de desalinización, estos son la razón de
recuperación, la eficiencia del proceso y la calidad del agua obtenida [124]. La razón de recuperación es
la fracción del agua de mar que se convierte en agua dulce, y debe ser optimizada en función del
consumo de energía y otras variables que afectan el costo del proyecto. Por otro lado, siempre existen
ineficiencias en el proceso, las que están relacionadas con el costo de la energía consumida y el costo de
la planta. En efecto, al aumentar la eficiencia de la planta sube el costo de inversión, pero disminuye el
consumo de energía. Por lo tanto, existe una eficiencia óptima, que minimiza la suma del costo de
capital y el costo de operación. Finalmente, la calidad del agua dependerá del uso que se le dé, que
puede ser para agricultura, consumo industrial o consumo humano. Al aumentar la calidad requerida,
aumenta el costo de operación y el costo de la planta.

161
La salinidad del agua se mide en mg/l (miligramo por litro) de solidos totales disueltos (STD o, en inglés,
TDS). Se define como agua apta para consumo humano la que tiene menos de 500 mg/l de STD. El agua
de mar tiene sobre 15.000 mg/l; lo que se encuentra entre los 500 y los 15.000 mg/l se clasifica como
agua salobre [76]. La salinidad en la superficie del mar chileno sube de sur a norte, variando entre
32.500 mg/l en Puerto Aisén y 35.000 en Arica, debido al balance entre la evaporación y la contribución
de las lluvias [128].

El consumo de energía mínimo teórico para desalinizar el agua de mar es poco menos de 0,83 kWh/m 3
de agua dulce (3 kJ/kg). Sin embargo, este valor sube en la medida que aumenta la razón de
recuperación. Por ejemplo, el consumo de energía teórico para una razón de recuperación de 80% es
aproximadamente 1,39 kWh/m3 (5 kJ/kg). Más aún, al aumentar la razón de recuperación aumentan los
problemas de cristalización, aumenta el consumo teórico de energía, y hay más objeciones a descargar
una salmuera muy concentrada. Desde este punto de vista parece conveniente trabajar con una razón
de recuperación muy baja, pero hay varios costos asociados a la cantidad de agua tratada. En efecto, al
disminuir la razón de recuperación aumenta el caudal de agua salada y, consecuentemente, aumentan
el costo de bombeo desde el punto de extracción y el costo de pretratamiento del agua.
Adicionalmente, aumenta el caudal que se elimina como salmuera, con lo que suben ciertas pérdidas de
energía y otras ineficiencias. En resumen, la razón de recuperación es una variable de diseño que hay
que escoger cuidadosamente para optimizar el proyecto [124].

Un sistema de desalinización tiene cinco operaciones sucesivas: 1) toma de agua de alimentación, 2)


pretratamiento, 3) desalinización, 4) postratamiento, y 5) eliminación de salmuera concentrada [74]. El
uso de tomas de agua de mar existentes en las centrales a carbón chilenas representa importantes
ahorros en infraestructura y permisos. El tipo de pretratamiento depende de la calidad del agua de mar
y del tipo de planta desalinizadora, pero incluye al menos filtrado y adición de algunos productos
químicos, como el que se hace en las centrales termoeléctricas. El objetivo del pretratamiento es
proteger la planta de desalinización de ensuciamiento, corrosión, incrustación y de agentes biológicos. El
agua desalinizada es altamente corrosiva, por lo que necesita postratamiento con productos químicos y,
eventualmente, hay que potabilizarla si se destina al consumo humano. Finalmente, la salmuera
concentrada que resulta hay que eliminarla con mínimo impacto ambiental. Al respecto, siempre existe
preocupación sobre cómo se descarga al mar. Este facto puede hacer que la planta se deba operar a una
razón de recuperación menor al óptimo económico, con el fin de reducir la concentración de la salmuera
que se descarga.

El uso de tomas de agua de mar existentes en las centrales a carbón chilenas representa importantes
ahorros en infraestructura y permisos. Adicionalmente, el pretratamiento en desalinización es similar al
que se hace en las centrales termoeléctricas, aunque depende de la calidad del agua de mar y del tipo
de planta desalinizadora. Finalmente, la salmuera concentrada que resulta debe eliminarse con mínimo
impacto ambiental, lo que se minimiza al diluirla con el agua de enfriamiento de la central
termoeléctrica.

Procesos de desalinización

162
Los procesos de desalinización corrientemente usados se dividen en dos grandes grupos, evaporación
térmica y separación por membrana. Los procesos térmicos consumen calor para evaporar agua de la
solución salina, la que luego se condensa como agua dulce. Los procesos de separación por membrana
emplean presión mecánica, potencial eléctrico, o gradientes de concentración como fuerza motriz para
conducir el agua a través de una membrana semipermeable que no permite el paso de la sal. La
desalinización por membrana usando presión como fuerza motriz se conocen como procesos de osmosis
reversa (OR, o RO en inglés). Fuera de estos procesos, en aplicaciones particulares y de poco volumen,
también se desaliniza por membrana con electrodiálisis (ED) y por intercambio iónico (IX). Cada uno de
estos procesos están limitados por razones técnicas y económicas a la salinidad del agua a tratar, como
ilustra la Tabla 5.4.1 [76]. De esta tabla se desprende que sólo los procesos de evaporación térmica y
osmosis reversa son aplicables a la desalinización de agua de mar en Chile, cuya salinidad es de 32.500 a
35.000 mg/l.

Tabla 5.4.1 Aplicabilidad de los procesos de desalinización más corrientes [76].

Proceso Rango de salinidad del agua tratada, mg/l (STD)


Evaporación térmica 20.000 – 100.000
Osmosis reversa 50 – 46.000
Electrodiálisis 200 – 3.000
Intercambio iónico 1 – 800

Los procesos de evaporación térmica fueron los únicos empleados comercialmente hasta el desarrollo
de las membranas de osmosis reversa (OR) en la década de 1960. A partir de ese momento, las
membranas de OR han mejorado continuamente, lo mismo que la eficiencia del proceso, hasta que se
constituyó en la tecnología estándar de desalinización, gracias a su simplicidad y economía. Ya en de la
década de 1970 los procesos de membrana competían con los procesos térmicos [75], y en este siglo la
gran mayoría de las plantas de desalinización que se han instalado son de OR, con la excepción del
Medio Oriente, donde una energía muy barata hacía relativamente competitivas las desalinizadoras por
evaporación térmica [129]. La Fig. 5.4.1 ilustra esta tendencia. Fuera de estas dos técnicas de
desalinización bien establecidas, existe un gran número de otras que están en etapa de desarrollo o no
han alcanzado los bajos costos y conveniencia de las anteriores.

163
Figura 5.4.1 Capacidad de desalinización de agua de mar contratada cada año según el tipo de tecnología, entre 1990 y 2016
[74].

En las dos secciones siguiente describiremos con algún detalle la desalinización por evaporación térmica
y por osmosis reversa. Le daremos más énfasis a la primera, por ser la que se adapta mejor a una central
termoeléctrica, ya que puede usar extracción de vapor de la turbina de baja presión de la central. Sin
embargo, existe también la alternativa de emplear sólo la toma de agua de mar y el sistema de
pretratamiento de las centrales a carbón existentes para una planta de OR, y desmantelar el resto de la
central. Finalmente, existe una opción híbrida de evaporación térmica y OR, que puede ser
particularmente atractiva para plantas termoeléctricas de operación intermitente. No describiremos los
otros procesos, ya que son muchos y ninguno será competitivo con los procesos convencionales en el
mediano plazo.

Desalinización por evaporación térmica

Para evaporar agua pura del agua salada hay que calentarla hasta su temperatura de ebullición y, luego,
entregarle el calor latente de evaporación. En la siguiente etapa, el vapor se enfría, quitándole el calor
latente de evaporación, para obtener agua destilada líquida. El principal inconveniente de la
desalinización térmica es la gran cantidad de calor que se necesita para evaporar el agua. Sin embargo,
el consumo de calor se puede reducir significativamente reciclando parte del calor de enfriamiento,
usándolo para calentar el agua salada. En efecto, los procesos térmicos de desalinización emplean entre
52,2 y 80,6 kWh/m3 de agua destilada (188 y 290 kJ/kg, respectivamente) [130], lo que se compara
favorablemente con el calor latente de evaporación de agua, que es del orden de 627 kWh/m 3 (2.257
kJ/kg)95. Este sistema se emplea en las dos principales tecnologías de desalinización por evaporación
térmica. El consumo de calor de baja temperatura, entre 65 y 110 °C, es la razón por la cual las grandes
plantas de desalinización térmica normalmente están integradas a centrales termoeléctricas [129] [124].

La desalinización térmica no requiere un pretratamiento del agua salada muy riguroso, permite
desalinizar aguas con alto contenido de sal (hasta 70.000 mg/l), produce agua con muy bajo contenido
de sólidos totales disueltos (TDS), menos de 10 mg/l [129], bajo contenido de patógenos y otros

95
Varía ligeramente con la presión a la que se realiza el cambio de fase.

164
contaminantes importantes, como boro, bromuros y compuestos orgánicos [76]. Sin embargo, exige el
uso de materiales especiales por problemas de corrosión.

Existen tres procesos de desalinización térmica bien desarrollados: el de expansión rápida (flash)
multietapa (MSF, Multi Stage Flash), el de destilación por efectos múltiples (MED, Multi Effect
Distilation96), y el de compresión de vapor (VC, Vapor Compression). Los dos primeros (MSF y MED)
típicamente usan vapor de baja presión para suministrar el calor necesario, el que puede venir de una
central termoeléctrica. El tercero, VC, usa el calor de compresión del vapor para evaporar agua de la
salmuera; puede ser combinado con el proceso MED. El proceso MED se empezó a usar en la década de
1950, pero presentaba problemas de incrustación en las superficies de intercambio de calor, por lo que
fue desplazado por el proceso MSF, a pesar de ser menos eficiente. Consecuentemente, hasta principios
de este siglo el proceso MSF ha sido más usado que el MED. Sin embargo, con mejores diseños y
menores temperaturas los problemas de incrustación se han reducido, y el proceso MED está ganando
terreno debido a su mayor eficiencia [124, 130].

En las tres secciones siguientes describiremos estos procesos, dándole mayor atención a los dos
primeros, que son los más indicados para integrar a centrales termoeléctricas.

Flash multietapa (MSF)

El proceso tiene varios recipientes en los que se evapora la salmuera y se condensa el vapor. Cada
recipiente constituye una etapa, las que típicamente van de 15 a 25. Las etapas están ordenadas según
presión decreciente, y la salmuera que se evapora fluye desde la de mayor hacia la de menor presión,
como muestra la Fig. 5.4.2. La salmuera que entra a una etapa de menor presión se expande
rápidamente, produciendo vapor (flashing) y bajando su temperatura a la de equilibrio (saturación) de
acuerdo a la nueva presión. Por otro lado, el vapor generado se condensa calentando la salmuera fresca
que inicia el proceso. El calentador de salmuera antes de la primera etapa es el único punto donde se
consume energía térmica. Las etapas trabajan a presiones subatmosféricas, salvo posiblemente las
primeras, si la temperatura de salida del calentador de salmuera es superior a 100 °C. El proceso está
limitado a razones de recuperación de 10 a 30 %.

96
“Etapas” y “Efectos” en estos casos son equivalentes.

165
Figura 5.4.2 Esquema de un proceso de desalinización MSF [129].

Destilación por efectos múltiples (MED)

Este proceso es similar al MSF en cuanto tiene múltiples etapas, aquí llamadas efectos, y recicla calor de
la condensación del vapor para calentar la salmuera, como muestra la Fig. 5.4.3. A diferencia del
proceso MSF, en este la evaporación se produce en una película de salmuera en la superficie de tubos
calentados por condensación de vapor. Este mecanismo de transferencia de calor es muy efectivo,
haciendo el proceso más eficiente que en el proceso MSF para la misma superficie de intercambio de
calor. Sin embargo, facilita la incrustación de los tubos, reduciendo la tasa de transporte de calor. Para
reducir la incrustación, la temperatura máxima en el primer efecto se limita a 65°C. Esto, unido a un
diseño cuidadoso, uso de aditivos y buen control de la temperatura, minimiza el problema de
incrustación, haciéndolo más competitivo que el proceso MSF [130]. La razón de recuperación fluctúa
entre 30 y 50 % [76].

Figura 5.4.3 Esquema de un proceso de desalinización MED [129].

Destilación por compresión de vapor

En la destilación por compresión de vapor, el calor necesario para evaporar la salmuera es suministrado
por un compresor, como muestra la Fig. 5.4.4. Este proceso puede remplazar el primer efecto de un

166
MED, reduciendo el consumo de energía del conjunto. El compresor de vapor puede ser mecánico,
impulsado por un motor eléctrico, o ser del tipo termocompresor (eyector), impulsado por vapor.

Figura 5.4.4 Esquema de un proceso de desalinización VC [131].

Desalinización por osmosis reversa

Las primeras membranas de osmosis reversa aparecieron en la década de 1960. Luego de un


mejoramiento continuo de las membranas, y del desarrollo de sistemas para recuperar energía de la
descompresión del flujo que se descarta, la osmosis reversa constituye hoy el estado del arte en
desalinización de agua de mar.

El sistema completo tiene una etapa de pretratamiento, desalinización propiamente tal, postratamiento,
y sistema de limpieza. En OR el pretratamiento es muy importante para mantener las membranas en
buen estado y prolongar su vida útil. El postratamiento depende del uso que se le dará al agua y, en
algunos casos, no es necesario. Finalmente, el sistema de limpieza es fundamental para evitar
incrustaciones en las membranas cuando la planta de detiene.

El agua de mar se alimenta a alta presión (5,5 a 6,9 MPa [129]) a los módulos de membrana,
separándose en un flujo que atraviesa las membranas, el agua desalinizada, y otro de salmuera, con
mayor salinidad que al agua alimentada, que se descarta. El agua desalinizada sale a baja presión, pero
la salmuera de descarte sale a una presión similar a la de alimentación. Parte de la energía mecánica que
tiene este caudal debido a su presión se recupera en un intercambiador de presión, y es entregada a una
fracción del caudal de alimentación, como muestra la Fig. 5.4.5. Este dispositivo es fundamental en la

167
economía del proceso, ya que el consumo de energía de bombeo es un factor gravitante del costo de
operación de la planta.

Figura 5.4.5 Esquema de un sistema de desalinización de agua de mar por osmosis reversa [132]

Co-desalinización y generación de potencia

La toma conjunta de agua de mar para la central termoeléctrica y planta de desalinización es favorable
porque aprovecha el agua de enfriamiento de la central para alimentar la desalinizadora, y para diluir la
salmuera concentrada que descarta la desalinización [76]. El uso de la infraestructura existente de la
central reduce entre 3 y 30 % de la inversión de la desalinizadora. Adicionalmente, como el calor
consumido en la desalinización térmica es de baja temperatura (entre 65 y 110 °C), es aún más
conveniente integrarla a una central termoeléctrica. En efecto, todas las centrales termoeléctricas botan
al ambiente entre 35 y 70 % del calor generado por la combustión, como resultado de limitaciones
termodinámicas e ineficiencias del proceso. Este calor es de baja temperatura en las centrales más
eficientes, por lo que es difícil de aprovechar. Consecuentemente, la integración de una planta de
desalinización térmica a una central termoeléctrica permite usar parte del calor perdido con sólo una
pequeña disminución de la energía eléctrica generada.

En la desalinización asociada a una central termoeléctrica, si la demanda de potencia es fluctuante


puede convenir usar un sistema híbrido donde se combina un proceso térmico con osmosis reversa. En
este caso, en los períodos de demanda baja o nula se genera electricidad para operar la planta de OR,
almacenando el agua en algún reservorio conveniente. De este modo, por ejemplo, se podría mantener
la central termoeléctrica operando en el mínimo técnico, o a mayor capacidad, aunque la demanda
fuera nula. Lo mismo se puede lograr con desalinización por compresión mecánica de vapor.
Adicionalmente, la temperatura del agua de mar ingresada a la desalinizadora por OR se puede
mantener constante a través de las estaciones, calentándola con el calor perdido en la salmuera

168
descartada del proceso térmico de desalinización [75]. Esto es conveniente porque existe una
temperatura óptima para maximizar la operación de las membranas de OR [129]. Por otro lado, la
extracción de calor de la salmuera descartada reduce su temperatura, por lo que disminuye su impacto
ambiental. Otra ventaja de la hibridación de un proceso térmico con OR es que, como la calidad del agua
producida por el primero es muy alta, el proceso de OR se puede diseñar para producir un agua de
menor calidad que, mezclada con la del proceso térmico, produzca la calidad deseada. Con este
esquema se consiguen ahorros en la inversión y en el costo de operación de la planta de OR [75]. La Fig.
5.4.6 ilustra la instalación de una planta de OR junto a una central termoeléctrica.

Figura 5.4.6 Planta de osmosis reversa acoplada a una central termoeléctrica [76].

El espacio ocupado por una planta de desalinización depende mucho de la disponibilidad, ya que los
equipos se pueden instalar en varios pisos, pero a un mayor costo. La Tabla 5.4.2 da rango de valores
normales extraídos del análisis de un gran número de plantas construidas [76].

Tabla 5.4.2. Espacio requerido por plantas de desalinización de distinta capacidad [76].

Capacidad de la planta Terreno requerido


3
m /día m3/s ha
1.000 0,0116 0,08 – 0,16
5.000 0,0579 0,25 – 0,32
10.000 0,1157 0,45 – 0,61
20.000 0,2315 1,01 – 1,42
40.000 0,463 1,82 – 2,43

169
100.000 1,157 2,63 – 3,44
200.000 2,315 3,46 – 4,86
300.000 3,472 5,87 – 8,30

Nivel de desarrollo de la tecnología

Los procesos de desalinización de agua de mar descritos corresponden a una tecnología muy madura,
con un gran número de plantas de todo tamaño operando por largo tiempo. Sin lugar a dudas la
tecnología seguirá desarrollándose, especialmente en nuevos procesos que utilicen energías renovables
no convencionales. En resumen, las plantas convencionales de desalinización son muy confiables, pero
seguirá el desarrollo de la tecnología para continuar reduciendo los costos.

Costos de desalinización

El costo de desalinización con distintos procesos depende del lugar específico donde se instale la planta,
además de factores como la salinidad y otras características del agua a tratar, capacidad de la planta,
costo de la energía y de la mano de obra, tipo de contrato, y variables políticas y ambientales [75]. En los
últimos años han surgido nuevos tipos de contratos aplicados a la desalinización de agua que han sido
exitosos y han contribuido a reducir el costo del agua desalinizada. Algunos de ellos consisten en
productores independientes de agua y electricidad (IWPP: Independent Water and Power Producers);
en construir, poseer y operar (BOO: Build, Own, Operate); y en construir, poseer, operar y transferir
(BOOT: Build, Own, Operate, Transfer).

El costo del agua de mar desalinizada ha disminuido dramáticamente entre 1960 y 2010, como muestra
la Fig. 5.4.7 para el proceso térmico MSF y el proceso de membrana OR, gracia a avances tecnológicos
incluido el desarrollo de nuevas membranas [75]. Se ve que la principal reducción de costo se produce
hasta 1990, y luego la tasa anual de reducción disminuye notoriamente, comportamiento que
probablemente se mantenga en el futuro. El incremento del costo en algunos períodos se debe a
incrementos del costo de la energía.

170
Figura 5.4.7 Reducción en el costo del agua de mar desalinizada mediante los procesos de expansión rápida (flash)
multietapa, MSF, y osmosis reversa, RO, entre 1960 y 2010 [75].

Algunos desarrollos importantes en los procesos térmicos son el uso de materiales avanzados, mejores
diseños, aumento de los coeficientes de transferencia de calor, y mejores aditivos antiincrustantes. Por
otra parte, los principales desarrollos en los procesos de OR son mejores membranas, mayor
recuperación de energía de la salmuera, y optimización del sistema. Con esto, el factor de recuperación
ha subido desde 25 % en 1980 hasta 45 a 60 % en la actualidad.

Los principales factores de costo para los procesos térmicos, en orden de importancia, son recuperación
de capital, consumo de vapor, operación y mantención, repuestos, y electricidad. Para los procesos de
OR, estos son recuperación de capital, electricidad, remplazo de membranas, operación y mantención,
aditivos químicos, y repuestos. La Tabla 5.4.3 ilustra la distribución de estos costos para una planta MSF
y otra de OR. Una planta MED tiene una distribución de costos similar a la MSF, pero con menor
participación de los costos de capital y de vapor.

Tabla 5.4.3 Distribución porcentual de los principales factores de costo de una planta típica de desalinización por flash
multietapa (MSF) y por OR [75].

Ítem de costo MSF, % OR, %


Recuperación de capital 45 41
Vapor 22
Electricidad 7 19
Recambio de membranas 16
Operación y mantención 17 14

171
Repuestos 9 4
Aditivos químicos 6
Total 100 100

El rango normal de variación del consumo de energía, inversión y costo total del agua desalinizada para
grandes plantas se resume en la Tabla 5.4.4.

Tabla 5.4.4 Consumo de energía, inversión y costo del agua producida por plantas de desalinización de agua de mar de gran
tamaño [75].

Proceso Energía Energía Energía total, Inversión, Costo total


térmica, eléctrica, kWh/m3 UDS/(m3/día) del agua,
kWh/m3 kWh/m3 USD/m3
MSF 7,5 - 12 2,5 - 4 10 - 16 1.200 – 2.500 0,8 – 1,5a
MED 4-7 1,5 - 2 5,5 - 9 900 – 2.000 0,7 – 1,2
OR 3-4 3-4 900 – 2.500 0,5 – 1,2
a
Incluye subsidio a los combustibles en el Medio Oriente.

El efecto del tamaño de la planta en el costo unitario de la inversión es ilustrado en la Fig. 5.4.8 para una
planta de osmosis reversa. Otro factor que afecta el monto de la inversión es el estándar de
confiabilidad de la planta, ya que a mayor confiabilidad se requiere más redundancia en equipos clave.
Inversión, USD/(m3/día)

Agua de mar

Agua salobre

Capacidad, m3/día
3 3
Figura 5.4.8 Variación del monto de la inversión por m /día en función de la capacidad de una planta de OR; 100.000 m /día
3
= 1,16 m /s [75]

172
11.4 Material de apoyo

Procesos de CCS

Los procesos más desarrollados de CCS se dividen en tres grandes tipos: postcombustión (PCC),
precombustión y oxicombustión, como muestra la Fig. A1 [93]. Fuera de ellos, existen muchos otros en
distintas etapas de desarrollo, como ser combustión de combustibles sólidos en ciclos químicos,
procesos de captura postcombustión con ciclos de calcio, separación de CO2 a baja temperatura
mediante absorbentes sólidos, y membranas de polímeros para postcombustión [93]. A continuación,
describiremos brevemente los tres principales tipos de procesos y daremos algunas referencias de otros
procesos en etapas avanzadas de desarrollo. Mas detalles se pueden encontrar en el Capítulo 2 del texto
de Kuckshinrichs y Hake “Carbon Capture, Storage and Use” [94] y en [93].

Figura 9.1.1. Los tres principales tipos de procesos de captura de carbono [35]

Procesos de postcombustión

Los procesos de postcombustión separan el CO2 de los gases de combustión convencional que proceden
de una central termoeléctrica, como muestra la Fig. 9.1.2. Son los más desarrollados comercialmente y
se adaptan mejor a la reconversión de centrales existentes [94]. Presentan el inconveniente de tratar un
gran caudal de gases sucios y con CO2 diluido (menor a 15 %vol) [133], por lo que el costo de inversión
suele ser alto. Generalmente requieren un pretratamiento de los gases para eliminar las partículas, SO2,

173
NOx y, eventualmente, otros contaminantes. La separación se hace corrientemente mediante la
absorción del CO2 en una solución líquida a temperaturas cercanas al ambiente (entre 40 y 60 °C [94], la
reacción es exotérmica), para luego liberarlo (desorción) en otro reactor a una temperatura mayor (100
a 140 °C [94], la reacción es endotérmica). El calor requerido se obtiene de vapor de baja presión
extraído de la central, generalmente de la turbina de baja presión. Este consumo de calor unido a la
energía gastada en comprimir el CO2 para su transporte y almacenamiento dan cuenta de la reducción
de eficiencia de la central, que es del orden de 9 a 14 puntos porcentuales [94].

Figura 9.1.2 Esquema general de los procesos postcombustión de captura de CO2 [35].

Los solventes más desarrollados son a base de aminas, aunque también los hay de naturaleza
inorgánica. Fuera del consumo de energía, estos solventes presentan problemas de degradación con
contaminantes como el SO2 y NO2. Por esta razón, el primero se limita a menos de 25 mg/m 3N [94] y el
segundo a trazas. La búsqueda de nuevos absorbentes y la optimización del proceso son aspectos
centrales en el desarrollo de esta tecnología. La Fig. 9.1.3 muestra un proceso típico de absorción de CO2
con solución de amina.

174
Figura 9.1.3 Esquema de un proceso típico de separación de CO2 por absorción con solución de amina [134].

Luego de quitarle a los gases de combustión los contaminantes objetables para el proceso, estos se
enfrían y saturan con agua, hasta una temperatura similar a la del absorbedor al que ingresan. En este
entran en contacto con la solución de amina y agua. Al inicio del desarrollo de este proceso, la amina
empleada era monoetanolamina (MEA), la que ha sido remplazada por aminas especialmente
desarrolladas para el proceso, que son propiedad del desarrollador. Las nuevas aminas consumen
menos calor, son más estables y menos corrosivas. En el absorbedor los gases fluyen hacia arriba, a
través de un empaque, en contracorriente con el flujo de solución, que baja por gravedad. Los gases
libres de CO2 (contienen principalmente N2 y vapor de agua) salen por la parte superior del absorbedor y
son descargados a la atmósfera. Antes de salir, pasan por un lavado con agua para evitar el arrastre de
amina. La reacción de absorción es exotérmica (libera calor) y es enfriada por el flujo de solución pobre
en CO2 que entra por la parte superior del absorbedor. La solución rica sale de la parte inferior,
impulsada por una bomba, pasa por un intercambiador de calor que la calienta enfriando, a su vez, la
solución pobre que sale del desorbedor de CO2. La solución rica termina de calentarse en el desorbedor,
reacción endotérmica (consume calor), liberando CO2 de gran pureza. En este reactor hay un flujo de
recirculación para calentar la solución en una caldera. Este es el punto donde se consume calor,
normalmente suministrado por vapor de baja presión. El CO2 casi puro sale de la parte superior del
absorbedor, pasando antes por un enfriador y un separador de líquidos, que retiene las gotitas de
solución que puedan haber llegado a ese punto.

Otros procesos de CCS postcombustión son el proceso de sorción seca con ciclado de carbonato y el uso
de membranas [94]. En el primero, el CO2 se hace reaccionar con óxido de calcio para formar carbonato
de calcio. Posteriormente, el carbonato se calcina a alta temperatura (900 °C) para liberar el CO2 y
producir nuevamente óxido de calcio. El calor entregado por el enfriamiento de los gases de calcinación
se puede usar en la generación de potencia. En el segundo caso se usan membranas poliméricas o

175
híbridas (orgánicas/inorgánicas) para separar los gases. Este proceso todavía está en una etapa
temprana de desarrollo de las membranas, y consume mucha energía en la compresión de los gases
para poder separarlos.

Procesos de precombustión

Estos procesos usan equipos probados comercialmente para producir un gas sintético combustible
(syngas) formado por H2 y CO, mediante la gasificación de un combustible sólido (carbón o biomasa) o la
reforma de un combustible líquido o gaseoso. El combustible líquido puede ser un hidrocarburo fósil o
un biocombustible, y el gaseoso puede ser GN o biogás. Posteriormente, el syngas se hace reaccionar
con agua en el proceso WGS (Water Gas Shift) para convertir el CO en H2 y CO2: CO + H2O → H2 + CO2
[135]. El hidrógeno se separa de los otros gases, y se usa en una planta termoeléctrica. Por otro lado, el
CO2 se seca, se comprime y se envía al lugar de almacenamiento permanente. La separación de los gases
se hace mediante un solvente líquido, en procesos conocidos (Rectisol y Selexol). Algunas de las ventajas
de estos procesos son que tratan un caudal significativamente menor que en los procesos de
postcombustión, y que el CO2 se captura a alta presión, reduciendo el trabajo de compresión posterior
[35]. La producción y tratamiento del sygas es una tecnología completamente madura, puede producir
CO2 de alta pureza, tiene gran flexibilidad en cuanto al combustible, y puede generar otros productos
además de electricidad (H2, SNG – gas natural sintético, metanol, combustibles sintéticos, amoníaco).
Sin embargo, tienen como inconvenientes la alta complejidad y alto costo de inversión [94]. Para reducir
las pérdidas de eficiencia, estos procesos tienen que hacer buen uso del calor generado en la
gasificación y reforma, para aumentar la generación eléctrica.

El desarrollo de nuevas tecnologías de CCS precombustión se ha enfocado principalmente en el uso de


membranas para separar los gases. De estas, posiblemente la más interesante es una membrana que
separa el H2 a alta temperatura, combinando una acción catalítica para la reacción WGS en una sola
unidad. Esto tiene la ventaja adicional de que consume menos vapor que la reacción WGS convencional.

El proceso de captura de CO2 de precombustión más desarrollado es la gasificación de carbón integrada


con ciclo combinado (IGCC), que es una forma de generación de electricidad con carbón de gran
eficiencia. En este proceso, el hidrógeno producido se quema en una turbina a gas con ciclo combinado.
La pérdida de eficiencia de una central IGCC con CCS, comparada con una sin CCS, es de 9 a 12 puntos
porcentuales [94]. Como en este proceso se produce H2, se puede cogenerar este gas y energía eléctrica,
esquema que se discute en la sección “Producción de hidrógeno y compuestos derivados”. Dada la
relevancia del proceso IGCC-CCS, lo describimos brevemente a continuación.

El proceso IGCC-CCS, que esquematiza la Fig. 9.1.4, se puede dividir en cuatro unidades separadas,
unidad de separación de aire, unidad de gasificación, unidad de tratamiento del syngas, y unidad
generadora de electricidad. La unidad de separación de aire produce oxígeno para la gasificación, de
modo que el syngas producido no contiene nitrógeno y tiene mayor poder calorífico. En la unidad de
gasificación, el carbón reacciona con oxígeno y agua, produciendo el syngas compuesto principalmente
por H2, CO, CO2 y H2O, además de compuestos de azufre, como COS y H2S, y otros contaminantes. La
unidad de tratamiento del syngas lo enfría, lo limpia, quitándole los contaminantes, lo enriquece en

176
hidrógeno, y separa el CO2. Finalmente, la unidad generadora de potencia quema el syngas limpio y
enriquecido en hidrógeno en la turbina a gas de un ciclo combinado.

Figura 9.1.4 Esquema general del proceso de precombustión para la captura de CO 2 tipo IGCC-CCS [35].

Procesos oxicombustión

En este proceso el carbón pulverizado se quema con oxígeno, produciendo gases de combustión
compuestos principalmente por CO2, alrededor de 89 %vol [94], y vapor de agua. Los gases son
limpiados de contaminantes y comprimidos para transportarlo al lugar de almacenamiento. La Fig. 9.1.5
muestra un esquema de este proceso, que consta de una unidad de separación de aire, una caldera y
turbogeneradores a vapor, y un sistema de tratamiento de gases de combustión. La unidad separadora
de aire produce el oxígeno usado para quemar el carbón pulverizado en la caldera, con una pureza de
99,5 %. Esta unidad tiene un importante consumo eléctrico, por lo que se hacen esfuerzos por mejorar
la tecnología criogénica, que es el estado del arte. Los quemadores de la caldera deben permitir el uso
de oxígeno en lugar de aire, el que normalmente se diluye con gases de combustión ricos en CO2
recirculados, para controlar la temperatura de la llama. Hay que hacer algunas modificaciones a la
caldera para adaptarla al menor flujo de gases y cambios en el calor transferido por radiación, además
de reducir la infiltración de aire, que reduce la concentración de CO2 del gas que se almacena. El sistema
de tratamiento de gases los limpia de contaminantes, los seca y, finalmente, los comprime para ser
transportados al lugar de almacenamiento, con un contenido de CO2 de alrededor de 99,7 %.

177
Figura 9.1.5 Esquema de un proceso oxicombustión de captura de CO2 [35].

Estudio técnico-económicos de reconversión de la Unidad 5 de la central de Conesville, OH,


de AEP

El contenido de esta sección proviene del segundo estudio del NETL [98]. El sistema de desulfuración
existente (FGD) se modificó para reducir el SO2 a menos de 10 ppmv. En los casos con captura de CO2
menor de 90 %, se optó por procesar una fracción de los gases de combustión, por ser la opción más
económica.

El vapor para la planta de captura se extrae de la salida de la turbina de presión intermedia, a 324 kPa, y
se expande en una turbina especialmente instalada para este propósito, generando 45,3 MW para 90 %
de captura. Esta generación reduce el incremento de costo de la electricidad. El vapor que descarga la
turbina se satura inyectándole agua (de-superheater) antes de conducirlo a la planta de captura. Los
nuevos equipos necesitan 1,6 ha (4 acres).

Las estimaciones de costo excluyen:

 Estudios de suelo
 Permisos ambientales
 Eliminación de residuos peligrosos o tóxicos
 Eliminación de materiales existentes desechados
 Aranceles aduaneros
 Impuestos de venta
 Escalamiento de precios futuros
 Repuestos de bienes de capital
 Estaciones de carga de productos químicos
 Edificaciones, excepto para compresores y subestación eléctrica

178
 Costos financieros
 Costo de propiedad
 Vigilancia durante la construcción
 Servicio médico y de ambulancia en el lugar
 Costos de permisos y autorizaciones
 Overheads líneas de alta tensión
 Costo de gasoducto de alimentación de gas natural
 Pilotes en exceso
 Contingencias y riesgos

La tabla siguiente resume las suposiciones para la evaluación económica. El valor del USD es de julio de
2006.

Suposiciones base para la evaluación económica

Parámetro Unidad Valor


Como
Costo de inversión $/kW
estimado
Factor de carga % 85
Impuesto a las utilidades % 38
Período de pago de la deuda Años 15
Período de gracia en pago de deuda Años 0
Fondo de reserva ninguno
Depreciación Años 20
Capital de trabajo $ 0
Crédito tributario de la inversión % 0
Exención tributaria Años 0
Costos de inicio (% de EPC) % 2
Escalamiento de EPC % 0
Duración de la Construcción Años 3
Deuda % 45
Capital Inversión (Equity) % 55
Costo de Capital ponderado después de impuestos % 9,67
Factor de recuperación del capital - 0,175
Factor de nivelación, O&M fijos - 1,1568
Factor de nivelación, O&M variables - 1,1568
Factor de nivelación, gas natural - 1,1651

El estudio concluye que no hay impedimentos técnicos para implementar CCS en centrales a carbón
existentes. La mejor forma de reducir el porcentaje de captura de CO2, para los casos con menos de 90
% de captura, es mediante el bypass de una fracción de los gases de combustión. La captura del 70% da
un nivel de emisiones de CO2 de 362 g/kWh, similar a un ciclo combinado con gas natural sin CCS. El
costo de mitigación sube de 89 a 113 USD/ton de CO2 cuando la captura baja de 90 a 30 %.

La figura siguiente muestra un diagrama simplificado del sistema de captura de CO2.

179
Figura 9.1.6 Esquema de la modificación estudiada para la Unidad 5 de la Central de Conesville. Nomenclatura: PC: carbón
pulverizado; SCR: reducción catalítica selectiva de NOx; ESP: precipitador electrostático; SCAH: calentador de aire con
serpentín de vapor; ID: tiro inducido; FD: tiro forzado; FGD: desulfuración de gases de combustión; PA: aire para carbón
pulverizado.

Las principales variables de operación y costos se resumen en la tabla siguiente.

90% 30%
Unidad Sin captura captura captura
Caldera
Flujo vapor principal ton/h 1.422 1.422 1.422
Presión máxima kPaa 17.478 17.478 17.478
Temperatura sobrecalentamiento °C 537,8 537,8 537,8
Temperatura recalentamiento °C 537,8 537,8 537,8
Eficiencia % 88,1 88,1 88,1
Potencia térmica carbón MW 1.239 1.239 1.239
Captura CO2
Energía regeneración solución kJ/kg CO2 n/a 3,605 3,605
Presión vapor kPaa n/a 324 324
Flujo vapor extraído ton/h n/a 549 183

180
Consumo gas natural MW n/a 3,810 1,231
Ciclo de vapor
Generación existente MW 463,5 342,7 425,8
Generación con vapor extraído MW n/a 45,3 14,9
Generación total MW 463,5 388,0 440,7
Consumo parásito planta existente MW 29,7 29,8 30,3
Consumo parásito captura CO2 MW 54,9 18,3
Generación neta MW 433,8 303,3 392,1
Parámetros de la planta
Tasa neta de calor, PCS kJ/kWh 14,8 11,4
Eficiencia neta, PCS % 35,0 24,5 31,7
Penalización en energía % 0,0 10,5 3,3
Factor de planta % 85,0 85,0 85,0
Perfil planta captura CO2
CO2 producido ton/h 393,2 393,9 393,4
CO2 capturado ton/h 0,0 354,0 118,1
CO2 emitido ton/h 393,2 39,9 275,3
Incremento de costos
Inversión total 106 USD n/a 400,09 211,84
Inversión total unitaria USD/kW n/a 1.319 540
Operación y mantención fijos 106 USD/año n/a 2,49 1,87
Operación y mantención variables 106 USD/año n/a 17,65 7,02
6
Costo electricidad no producida 10 USD/año n/a 62,19 19,89
Venta de CO2 106 USD/año n/a 0,00 0,00
Consumo gas natural 106 USD/año n/a 0,65 0,21
Incremento costo electricidad
Costo capital USD/kWh n/a 31,0 12,7
O y M fijos USD/kWh n/a 1,3 0,7
O y M variables USD/kWh n/a 36,6 9,6
Insumos O y M USD/kWh n/a 0,3 0,1
Total USD/kWh 69,2 23,1
Costo mitigación CO2 USD/ton n/a 89 113
Costo captura CO2 USD/ton n/a 59 77

Conversión de la Unidad 3 de la central Boundary Dam de SaskPower

En BD3 se instaló una planta Cansolv para la captura de SO2 y CO2, cuyo esquema se muestra en la Fig.
9.1.6. Ambos sistemas de captura operan de la misma forma, con absorción y desorción con una
solución de amina. El tipo de amina usado por cada sistema y las temperaturas de trabajo son distintas.

181
Captura
de CO2

Captura
de SO2

Figura 9.1.6 Esquema de la planta Cansolv de captura de SO2 y CO2 [110].

Los gases de combustión provenientes del sistema de abatimiento de MP, se acondicionan antes de
ingresar al absorbedor de SO2. El acondicionamiento consiste en enfriarlos hasta a la temperatura del
absorbedor.

La unidad de captura de SO2 tiene una etapa de absorción del contaminante en una solución de amina
en agua, que se realiza a temperatura relativamente baja, y una etapa de desorción del SO2 captado por
la solución, a temperatura más alta. Adicionalmente, hay un calentador de la solución para la desorción,
e intercambiadores de calor para mejorar la eficiencia del proceso. Finalmente, hay una etapa de
limpieza de la solución, que retira la amina degradada, y de enfriado y secado parcial del SO2 producido.

A continuación, detallamos el proceso siguiendo el esquema de la Fig. 9.1.6. El absorbedor tiene una
sección de pre limpieza, otra de absorción y una última sección de captura de las trazas de SO 2
remanentes, con una solución caustica que no se regenera. En la sección de pre limpieza se recircula
agua para capturar las trazas de partículas que puedan quedar. En la sección de absorción se ingresa
solución pobre en SO2, que previamente se ha enfriado ya que la reacción genera calor (exotérmica). La
solución rica en SO2 se extrae de la parte inferior del absorbedor, se hace pasar por un intercambiador

182
de calor que la calienta, enfriando la solución pobre que viene del desorbedor y se dirige al absorbedor.
En el desorbedor (stripper) la solución rica y caliente libera gran parte del SO2 que contiene. Como esta
reacción es endotérmica, la solución se recircula por una caldera que la calienta. La solución pobre
caliente que se acumula en la parte inferior del desorbedor se bombea hacia el absorbedor, pasando
antes por el intercambiador de calor que la enfría. Antes de ingresar al absorbedor, la solución se filtra y,
parte de ella se pasa por un purificador que elimina la amina degradada. El SO2 que sale de la parte
superior del desorbedor se enfría y, luego, pasa por un medio poroso que captura las gotitas de agua
condensadas. Parte del enfriamiento del SO2 se hace calentando la solución que captura el CO2,
mejorando la eficiencia del conjunto.

La unidad de captura de CO2 funciona de la misma forma que la de captura de SO2 recién descrita,
diferenciándose principalmente en el tipo de solución, los caudales, temperaturas, y en algunos
intercambiadores de calor que se distinguen claramente en la Fig. 9.1.6.

Anexo Métodos de producción de hidrógeno

Hay distintas formas de clasificar los métodos de producción de hidrógeno [136]. Para este estudio, los
clasificaremos según el tipo de energía que se use en tres categorías, termoquímicos, electrolíticos y
fotolíticos [42]. En el último grupo incluiremos también otros métodos difíciles de clasificar. Estos
métodos, a su vez, se pueden subdividir en otros grupos de acuerdo a las características del proceso. Si
la fuente de energía es renovable o nuclear, el H2 generado tendrá un impacto neutro o positivo en la
reducción de emisiones de carbono.

Métodos termoquímicos

Los métodos termoquímicos usan parte de la energía química almacenada en combustibles para liberar
el hidrógeno contenido en ellos, o usan calor en combinación a ciclos químicos para liberar hidrógeno
del agua [42]. Estos métodos se pueden dividir en cuatro, a) reforma de combustibles gaseosos (GN,
biogás) o líquidos, b) gasificación de combustibles sólidos (carbón, biomasa, desechos), y c) procesos
térmicos. En la reforma de combustibles gaseosos o líquidos se hace reaccionar el combustible a alta
temperatura con un oxidante, que puede ser agua, oxígeno o una combinación de ambos, para producir
H2 y CO2, que posteriormente se separan. La reforma de GN (o methane steam reforming, MSR) es el
método más usado hoy para producir H2 en gran escala y es una tecnología madura. En la gasificación
de combustibles sólidos el combustible se hace reaccionar con vapor de agua y cantidades reducidas de
oxígeno o aire para producir un gas de síntesis que contiene fundamentalmente H2 y CO. El gas de
síntesis, o syngas, se somete a limpieza y un proceso llamado water-gas shift (WGS), en el cual el CO
reacciona con vapor de agua para convertirse en H2 y CO2. Los procesos térmicos usan ciclos de
reacciones a alta temperatura para disociar el agua en H2 y O2. Estas reacciones se producen a
temperaturas del orden de 2.500 °C, normalmente usando energía solar concentrada. Son procesos en
desarrollo que todavía presentan grandes desafíos en materiales y en el costo de producción. La mayor
parte del hidrógeno hoy se produce por reforma de combustibles fósiles [43], debido a su conveniencia
y bajo costo. Los procesos más usados son reforma de gas natural con vapor y gasificación de
combustibles [137].

183
A continuación, describiremos los procesos de producción de hidrogeno por reforma de combustibles
líquidos y gaseosos, y por gasificación de carbón. Pero antes, describiremos la reacción agua-gas (wáter
gas shift, WGS) y métodos de separación de hidrógeno, ambos procesos comunes en la producción de
hidrógeno a partir de combustibles sólidos, líquidos o gaseosos.

Reacción agua-gas (WGS)

La reacción WGS se usa para convertir el CO en hidrógeno, haciéndolo reaccionar con agua: CO + H2O →
CO2 + H2. Es una reacción exotérmica y, por lo tanto, la fracción de H2 en equilibrio aumenta a
temperaturas más bajas. Sin embargo, la velocidad de reacción disminuye exponencialmente con la
temperatura. Es decir, a menor temperatura se obtiene más hidrógeno, pero la reacción se completa en
mayor tiempo. Por esta razón, es corriente hacer la reacción WGS en dos reactores, el primero a mayor
temperatura, para que la reacción sea rápida, aunque no sea muy completa, y el segundo a menor
temperatura, para que aumente la cantidad de hidrógeno producido.

Separación de hidrógeno

Después de la reacción WGS, el hidrógeno queda diluido con otros gases, principalmente CO2 y
compuestos de azufre. Es necesario, por lo tanto, separarlo para obtener la pureza deseada. Los
compuestos de azufre separados junto con el CO2 pueden ser transportados a un sitio geológico para su
almacenamiento de largo plazo, o pueden retirarse por otros procesos si se desea un CO2 de mayor
pureza. Cuando la concentración de compuestos de azufre es muy alta, y se quiere usar o almacenar el
CO2, se separa por procesos convencionales antes de separar el CO2, para evitar el problema de
transporte y almacenamiento de él. Se distinguen cuatro procesos de separación de hidrógeno, a)
adsorción97 de los otros gases, b) absorción física o química de los gases, c) separación mediante
membranas poliméricas, y d) separación criogénica [138].

La separación por adsorción se usa en el proceso SMR y produce hidrógeno de gran pureza (99,999 %).
El proceso más corriente, llamado PSA (pressure swing adsorption), consiste en hacer pasar la mezcla de
gases de alta presión que sale del reactor WGS por un reactor relleno con un reactivo sólido que
adsorbe todos los gases menos el hidrógeno. Una vez que el reactivo está casi saturado de gases, se
interrumpe el flujo de alta presión y se descomprime el reactor, liberando los gases adsorbidos.

Producción de hidrógeno por reforma de metano (SMR) y otros hidrocarburos

El proceso de reforma de hidrocarburos líquidos o gaseosos, que también pueden ser biocombustibles,
consiste en a) una primera etapa de limpieza del combustible, donde se remueve el azufre y otros
contaminantes que afecten a los procesos posteriores, b) la reforma propiamente tal con vapor de agua,
c) enfriamiento del syngas resultante, d) reacción agua-gas (WGS) para conversión del CO, y e)
separación del hidrógeno de alta pureza [138]. La Fig. 9.2.1 esquematiza el proceso completo.

97
La adsorción es un proceso por el cual átomos, iones o moléculas de gases, líquidos o sólidos disueltos son
atrapados o retenidos en una superficie, en contraposición a la absorción, que es un fenómeno de volumen.

184
Figura 9.2.1. Esquema de la producción de hidrógeno por reforma de hidrocarburos con separación por PSA [138].

La reacción de reforma es endotérmica, por lo que hay que suministrarle calor al reformador y pre
reformador, lo que se puede hacer mediante la combustión de algún combustible o con vapor. El reactor
PSA produce, además del hidrógeno de alta pureza, un flujo que contiene los otros gases extraídos del
hidrógeno impuro que sale del reactor WGS. Este flujo de descarte contiene principalmente CO 2, pero
también contiene H2, por lo que constituye un combustible, que puede usarse para calentar el
reformador. En grandes plantas de H2, este flujo puede ser suficientemente importante como para
generar potencia.

Producción de hidrógeno a partir de carbón

La producción de hidrógeno a partir de carbón consta típicamente de las siguientes etapas o unidades,
como muestra la Fig. 9.2.2 [119]: preparación del carbón, unidad de separación de aire (ASU),
gasificación del carbón, separación de S y CO2. Adicionalmente, puede tener una etapa de recuperación
de azufre, si es que se desea obtener este elemento en su estado puro. La etapa de metanación,
también mostrada en la Fig. 9.2.1, no es siempre necesaria.

La unidad de separación de aire se usa para producir oxígeno, con el fin de que no haya nitrógeno en el
syngas. Esta unidad implica un consumo adicional de energía, pero este es compensado por la facilidad
para separar posteriormente el CO2 y para obtener hidrógeno de gran pureza.

La gasificación del carbón es un proceso muy maduro y antiguo, para el cual hay una gran variedad de
equipos de marca. El informe de García-Cortes, Tzima y Peteves [121] da una descripción de las opciones
comerciales. La alimentación de carbón suele hacerse como una pulpa con agua (slurry).
Posteriormente, se agrega vapor de agua para convertir el CO en CO2 e hidrógeno a través del proceso

185
WGS. Al final de esta etapa el gas, formado por H2 y CO2, con cantidades menores de compuestos de
azufre y nitrógeno, es limpiado de partículas y enfriado, antes de pasar a la etapa siguiente.

Figura 9.2.2. Esquema típico de producción de hidrógeno a partir de carbón [119]. En la etapa de gasificación del carbón se
agrega vapor de agua (no mostrado) para la reacción WGS: CO+H2O → H2+CO2 (shift convertor). La etapa final de
metanización es necesaria para convertir trazas de CO y CO2 en metano, que es menos objetable en el hidrógeno.

Métodos electrolíticos

Los métodos electrolíticos emplean electricidad para disociar el agua en sus elementos. Estos métodos
son muy simples y aplicables a cualquier escala de producción; son menos eficientes que los métodos
térmicos, pero no contaminan. La electrólisis del agua se hace usando una solución alcalina, membranas
de intercambio de protones (PEM), o un electrolito sólido [41]; los últimos dos consisten, en esencia, en
celdas de combustible operando en reversa. Los electrolizadores alcalinos son los más antiguos y
probados, trabajan a temperaturas de entre 60 y 80 °C, y su eficiencia varía entre 47 y 82 %. Los
electrolizadores con membranas PEM que operan a 60 – 70 °C, son fáciles de operar y convenientes,
pero los sistemas de alta temperatura, como ser la celdas de óxido sólido (SOEC) que operan a 600 – 800
°C [139], son más eficientes y usan hasta tres veces menos energía eléctrica [42]. Actualmente sólo el 4%
del H2 se produce en el mundo mediante electrólisis, debido a que su alto costo lo hace apropiado sólo
para pequeñas escalas [137].

Métodos fotolíticos y otros

Los métodos fotolíticos se dividen en fotoelectroquímicos y fotobiológicos. Los procesos


fotoelectroquímicos usan una clase especial de semiconductores que absorben energía solar para
separar el hidrógeno y oxígeno del agua. Está en temprana etapa de desarrollo, pero ofrece en el largo

186
plazo hidrógeno sustentable de muy bajo impacto ambiental. Uno de los principales problemas es
encontrar materiales semiconductores que sean a la vez eficientes y duraderos.

Los procesos fotobiológicos usan microorganismos, tales como algas verdes unicelulares,
cianobacterias, bacterias fotosintéticas, y otras, cuyo metabolismo produce hidrógeno consumiendo
energía solar.

Otros métodos no fotolíticos son la fermentación oscura y la electrólisis asistida biológicamente. Estos
están en temprana etapa de desarrollo. En la fermentación oscura, bacterias descomponen sin luz
material orgánico produciendo hidrógeno. La energía necesaria para el proceso proviene de la misma
descomposición del material orgánico. Por otro lado, la electrólisis asistida biológicamente produce
hidrógeno con un valor energético equivalente a 2,5 veces la energía eléctrica consumida; la energía
consumida por el proceso y que no es aportada por la electricidad, proviene de la descomposición
biológica de material orgánico. Probablemente el mayor potencial de desarrollo está en la combinación
de varias o todas estas tecnologías biológicas. Todos estos métodos ofrecen grandes promesas para el
futuro, pero por el momento enfrenta muchos desafíos. Finalmente, hay que mencionar que existen
algunos procesos industriales que generan H2 como subproducto [41].

Anexo Esquemas de los cinco casos del estudio de cogeneración de hidrógeno y electricidad
del IAE GHG

Los cinco casos considerados en este estudio son: 1) generación de electricidad sin CCS, 2) generación
de electricidad con CCS, 3) generación de hidrógeno y la electricidad que consume la planta, con CCS, 4)
cogeneración de hidrógeno y electricidad a razón fija, con CCS, y 5) cogeneración de hidrógeno y
electricidad a razón flexible, con CCS. En todos los casos se considera un sistema de gasificación de
carbón integrado a un ciclo combinado de potencia (IGCC). El sistema de gasificación considerado es el
ofrecido por Shell, que se consideró superior a otras dos alternativas estudiadas (GE y Siemens). Para la
remoción del gas ácido (H2S) y CO2 se consideró el proceso Selexol, desechando el Rectisol.

187
Caso 1 Generación de electricidad sin CCS

Nomenclatura: ASU: unidad de separación de aire; AGR: separación de gas ácido; SRU: unidad recuperadora de azufre. [48] p.
299.

Caso 2 Generación de electricidad con CCS

Nomenclatura: ASU: unidad de separación de aire; AGR: separación de gas ácido; SRU: unidad recuperadora de azufre. [48] p.
315.

188
Caso 3 Generación de hidrógeno con CCS

Nomenclatura: ASU: unidad de separación de aire; AGR: separación de gas ácido; SRU: unidad recuperadora de azufre. [48] p.
336.

Caso 4 Cogeneración con CCS, razón hidrógeno:electricidad fija

Nomenclatura: ASU: unidad de separación de aire; AGR: separación de gas ácido; SRU: unidad recuperadora de azufre. [48] p.
357.

189
Caso 5 Cogeneración con CCS, razón hidrógeno:electricidad flexible

Nomenclatura: ASU: unidad de separación de aire; AGR: separación de gas ácido; SRU: unidad recuperadora de azufre. [48] p.
378.

190

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