Influencia de Los Estereotipos en La Percepción de La Obesidad
Influencia de Los Estereotipos en La Percepción de La Obesidad
Influencia de Los Estereotipos en La Percepción de La Obesidad
2008;23(4):319-325
ISSN 0212-1611 • CODEN NUHOEQ
S.V.R. 318
Original
Influencia de los estereotipos en la percepción de la obesidad
I. Jáuregui Lobera1, M. Rivas Fernández2, M.ª T. Montaña González3 y M.ª T. Morales Millán3
1
Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica. Área de Nutrición y Bromatología. Universidad Pablo de
Olavide. Sevilla. 2Servicio de Endocrinología. Hospital Universitario Virgen de Valme y Hospital Infanta Luisa. Sevilla.
3
Departamento de Química Analítica. Facultad de Farmacia. Universidad de Sevilla. España.
319
Introducción En la obesidad, el prejuicio sesga los procesos de
categorización, pudiendo generar (de hecho suele
En la psicología de los grupos es bien conocido que hacerlo) repercusiones en las relaciones interpersona-
tendemos a atribuir ciertas características a grupos les. El sesgo estriba en asignar ciertas características a
sociales determinados. A cualquier miembro, por el la persona, más allá de los datos de los que objetiva-
hecho de pertenecer a un grupo social, podemos perci- mente disponemos. Es como si el estereotipo llenara el
birlo con unas peculiaridades bastante específicas, contenido categorial poniendo lo que falta a lo que
fenómeno propio de los estereotipos. Éstos no son sino escasamente conocemos. De un mero dato físico
las expectativas, basadas en una determinada categoría (“estar gordo o gorda”) podemos pasar a categorizar a
(por ejemplo el sobrepeso y la obesidad), que tenemos la persona obesa sobre la base de nuestras creencias, en
en la percepción de personas. Si nos presentan a un una íntima fusión entre estereotipo y categorización. El
vasco, por ejemplo, podemos pensar que es una per- resultado de esta fusión es un sesgo o asimetría en las
sona “fuerte” o, en otro caso, que debe ser “alegre” un atribuciones11. De este modo las conductas negativas
andaluz. Una sola característica nos lleva a inferir que se atribuyen a las personas obesas (por ejemplo,
determinados rasgos de personalidad, de capacidad como ya hemos dicho, la responsabilidad de su estado)
física, de dotación intelectual, etc. El aspecto físico, la tienden a explicarse por causas internas y estables (por
imagen, es uno de los determinantes más importantes ejemplo “es que los obesos no se cuidan, son así, no
en la percepción de personas y en la formación de las hacen nada…”), mientras que algo positivo (suponga-
llamadas teorías implícitas de la personalidad1. Así, el mos que la persona obesa mantiene, en el tiempo, una
sobrepeso y la obesidad, como patologías que se expre- actividad física moderada) se tiende a atribuir a causas
san también en una determinada imagen, dan lugar a externas e inestables (en este caso valdría decir que la
percepciones peculiares de las personas que las sufren, persona obesa “ha encontrado una pareja que le obliga
si bien el modelo médico tradicional ha prestado escasa a ir al gimnasio, pero cuando no está ya vuelve a lo
atención a estos aspectos, que podríamos llamar psico- mismo”). Algunos autores nos recuerdan que dicho
sociales2. Es bien conocido que, siendo todo lo demás sesgo se plasma, con claridad, en el lenguaje12: en nues-
igual, una persona con apariencia física agradable es tro caso lo negativo de las personas obesas se expresa-
más atractiva que otra con una menos agraciada apa- ría de forma abstracta (“es así”), pero los aspectos posi-
riencia física3. El lenguaje nos da alguna pista por tivos se tenderían a concretar (“va ahora a un gimnasio
cuanto cuando decimos que alguien es agraciado físi- porque tiene una pareja concreta, que le obliga a ir”).
camente todos entienden que hablamos de alguien La cuestión no es baladí, por cuanto las conductas codi-
“atractivo”. Y desde luego el atractivo físico ha ido ficadas de forma abstracta son mucho más resistentes
cambiando históricamente, sujeto a cánones de belleza al cambio y se tienden a percibir como estables.
asimismo cambiantes; pero nadie duda, en la actuali- En una época en la que se impone un lenguaje políti-
dad, de que el sobrepeso y la obesidad no constituyen camente correcto se asienta en la sociedad el valor de
aspectos físicos agraciados y, por ende, resultan esca- no manifestar prejuicios; sin embargo, no ha habido, en
samente atractivos. absoluto, una auténtica reducción de los mismos. Tal
Los estereotipos recogen las creencias relativas a un vez en la obesidad sea donde mejor se ve la existencia
grupo objeto de algún prejuicio, constituyendo el del prejuicio sutil, automático, no expresado. En este
aspecto cognitivo de éste. Se considera que es el com- punto resulta útil recordar la diferencia que señalan
ponente afectivo lo que constituiría el prejuicio en sí, algunos autores entre estereotipo y creencia13. El este-
al que se podría unir, finalmente, la parte conductual o reotipo existe al margen de la persona concreta que
discriminación. Es pues el prejuicio una actitud nega- categoriza (por ejemplo a la persona obesa); la creencia
tiva que, en muchas ocasiones, conlleva conductas prejuiciosa es mucho más individual, personal. Y así,
discriminatorias hacia alguna persona por su pertenen- mientras el estereotipo se activa de forma automática,
cia a cierta categoría grupal. Son bien conocidas las la creencia requiere tiempo y motivación; dicho de otro
actitudes negativas hacia las personas con sobrepeso modo, el estereotipo se activa en todos los miembros de
por parte de niños, adultos e incluso profesionales de la sociedad, pero individualmente considerados unos
la salud4-7. En el ámbito del sobrepeso y la obesidad tendrán creencias prejuiciosas más asentadas que otros.
existen discrepancias en cuanto a si el prejuicio, la Lo interesante es que el estereotipo se activa automáti-
actitud negativa, conlleva conductas de discrimina- camente en todos los miembros a la hora de categori-
ción. Por un lado hay quien lo niega8, pero sin embargo zar, por ejemplo, a las personas obesas.
es frecuente que a las personas obesas se les atribuya la Esa creencia prejuiciosa, en muchas ocasiones expre-
responsabilidad de su estado sobre la base de su forma sada hacia las personas obesas como prejuicio sutil, es
de ser; de este modo sí se discrimina o penaliza, social- vivida por estas personas en el ámbito interpersonal e
mente, la pereza, la falta de autocontrol o la glotonería, institucional, en los que refieren conductas de discrimi-
etiquetando a quien muestra dichas características nación14, 15. A la hora de categorizar a las personas obe-
como “desviado” (cuando lo que socialmente impera sas, en contraposición con las personas delgadas, existe
es la diligencia, la competitividad, el rígido control, una clara bipolaridad entre perezoso/motivado, estú-
etcétera)9, 10. pido/inteligente y de escaso valor/valioso. Torpeza, des-
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20
10
0
Ansioso
Inseguro
Pasivo
Rechazado
Sensible
Susceptible
Solitario*
Vago*
Excluido
Apagado*
Auxiliador*
Complaciente*
Dependiente*
Desinteresado*
Dócil*
Ignorado
Solo*
Impulsivo*
Infantil*
Tradicional
Discreto
Serio
Discutidor
Inquieto
Educado
Activo
Hablador
Fanfarrón*
Optimista
Impaciente*
Satisfecho
Gruñón
Combativo*
Testarudo
Honrado
Trabajador
Limpio
Deprimido
Variable
Quisquilloso*
Pensativo
Exasperante
Nervioso
Pacientes TCA Grupo Control Personas Obesas
hallazgos de este trabajo. En este caso, los pacientes atri- cientes, desinteresadas, dóciles o combativas. Parece
buyen a las personas obesas algunas características de que convive el estigma actual de la obesidad, como un
personalidad, en conjunto, más negativas que las que estado negativo y rechazable, con el tradicional mito del
atribuyen los miembros del grupo control. Sin duda “lo “gordo feliz”, bueno, complaciente, generoso, etc.
peor que le puede pasar” a un paciente con TCA es “con- Y no sólo es destacable el grado de utilización de los
vertirse” en una persona obesa. Eso lleva a equiparar el adjetivos por parte de cada grupo, sino que aquellos
hecho de la obesidad con características de personalidad adjetivos que no son utilizados estimamos que también
como ser vago, solitario, apagado, dependiente, solo, expresan mucho de la realidad subyacente en la catego-
impulsivo, infantil fanfarrón, impaciente o quisquilloso. rización de las personas obesas. Así, adjetivos como
Y a la vez, de forma que parece “compensatoria, perci- discreto, serio, discutidor, inquieto, educado, activo,
ben a la personas obesas como auxiliadoras, compla- hablador, optimista, impaciente, satisfecho, honrado,
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TCA
10 CONTROL
OBESOS
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