Como Organizar Un Té Evangelístico para Mujeres
Como Organizar Un Té Evangelístico para Mujeres
Como Organizar Un Té Evangelístico para Mujeres
Alcanzar a otros para Cristo es la llave para desarrollar una vida apasionante, y mi deseo
es contribuir en lo que pueda para que estés activamente involucrada en la Gran
Comisión de nuestro Señor Jesús.
Lucas 5.3-6: "Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la
apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando
terminó de hablar, dijo a Simón: "Boga mar adentro y echad vuestras redes para pescar.
Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada
hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran
cantidad de peces y su red se rompía."
EL TESTIMONIO PERSONAL
La preparación
• Pide al Señor sabiduría y guía mientras lo escribes. (Santiago 1.5,6)
• Sigue las indicaciones para formar tu propio bosquejo.
• Pon énfasis en tu vida después de haber recibido a Cristo, especialmente si lo has
hecho cuando eras niña.
• Comienza con una interesante y atrapante introducción y escribe una buena
conclusión. Incluye hechos y experiencias apropiados que motiven a la meditación.
• Exprésate de tal manera que los demás puedan imaginarte en tus experiencias.
• Da algunos detalles como para despertar interés.
• Utiliza un (o dos) pasaje bíblico.
• Coméntalo con otros y retócalo luego de la crítica de ellos.
• Memorízalo; debes darlo como una charla, no como un material leído.
Lo que no debes realizar
• Usar la jerga cristiana. Estas frases no llegan al inconverso.
• Ser muy palabrera, o enfatizar cuan mala eras.
• Hablar con ostentosas generalidades. Elimina las palabras como: maravilloso,
glorioso...
• Criticar o hablar en forma negativa sobre otro individuo o grupo.
• Dar la impresión de que la vida cristiana es un "camino de rosas".
Cómo debes hacerlo
• Compártelo con cálido entusiasmo en el poder del Espíritu Santo (Ef. 5.18)
• Habla clara y fuertemente, en un natural y relajado tono de voz (evita las
"entonaciones" santas).
• Evita manierismos mientras hablas, tales como frotarse la nariz, tambalearse,
carraspear y usar "ah", "eh", "este...".
• Evita predicar a la gente. Presenta tu testimonio, no una predicación.
• ¡Sonríe! Pídele a Dios que te dé un aspecto feliz y radiante.