La Tiranía Del Mérito - para La Exposición
La Tiranía Del Mérito - para La Exposición
La Tiranía Del Mérito - para La Exposición
La meritocracia es pensar que todos tenemos las mismas oportunidades, por lo que los ganadores merecen el
éxito del que disfrutan y los perdedores merecen la humillación por fallar.
El autor considera que es falso que todos tengamos las mismas oportunidades, además que la meritocracia
destruye la convivencia al dividir a la sociedad entre ganadores y perdedores.
La cultura pública ha ido potenciando la impresión de que somos responsables de nuestro destino y nos
merecemos lo que tenemos.
En los últimos años ha aumentado considerablemente la idea de que el éxito es un mérito personal, producto de
su esfuerzo, algo que han ganado. (fe meritocrática)
Diapositiva 3. Debates sobre la discriminación positiva en el acceso a la Universidad (cuando en realidad esto
debería ser un derecho)
La mayoría de los estudiantes están convencidos de que se esforzaron mucho para cumplir con los requisitos para
entrar en Harvard. (merecen un lugar en la UNAM)
El acceso a las Universidades se ha convertido en una prueba de fuego cada vez más intimidante.
Si todo el mundo tiene la misma oportunidad de competir, los resultados de los mercados recompensan el
mérito.
Querían garantizar que los mercados funcionaran equitativamente, sin importar raza, religión, etnia, género,
orientación sexual, podrían competir por las recompensas del mercado.
Igualdad de oportunidades, para competir de manera eficaz en el mercado laboral, lo cual implicaba tener acceso
a la educación, salud, entre otros servicios.
Mismas oportunidades para todos, entonces los mercados darían a cada persona lo que en justicia se merece.
Diapositiva 5. Gran parte del siglo XX, los argumentos sobre la solidaridad.
Responsabilidad personal
Desfavorecidos responsables de su infortunio
Cuánto más exhaustiva es la responsabilidad personal sobre nuestro destino individual, más elogio o culpa
merecemos por cómo termina siendo nuestra vida.
Personas que se pueden liberar de la dependencia de las ayudas públicas haciéndolas autosuficientes.
Quienes están necesitados sin culpa alguna de su parte, tienen derecho a la ayuda de la comunidad.
Quienes sufrían dificultades por culpa de fuerzas ajenas a su control eran dignos de la asistencia del Estado, pero
posiblemente no así los que eran responsables de su propia desgracia.
Mientras que disponer de oportunidades, significaba adquirir la formación educativa y las destrezas necesarias
para competir con eficacia en el mundo laboral.
Esto se traducía en que si la igualdad de oportunidades eran las mismas para todos, entonces los esfuerzos y
aptitudes=indicador de su mérito.
Oportunidad y responsabilidad van de la mano. Esto implicaba que, al gozar de las mismas oportunidades, éstas
debían aprovecharse.
Esta retórica de la responsabilidad llega a pasar desapercibida. Yascha Mounk refiere que actualmente “nuestra
responsabilidad de cuidar de nosotros mismos y de apechugar con las consecuencias que se deriven de no
hacerlo”
Los ideales de igualdad de oportunidades y la movilidad ascendente forman parte de inspiraciones en otras
sociedades.
La idea de que las personas deben tener la capacidad de ascender hasta donde su talento y su esfuerzo las lleven.
Para quienes estaban en atrapados en el fondo o para quienes a duras penas conseguían mantenerse a flote, la
retórica era más un escarnio que una promesa.
En un discurso en el que se afirma que somos responsables de nuestro destino y merecemos lo que tenemos,
llega a tener un efecto desmoralizante.
Además insistir en que un título universitario = puesto de trabajo respetable, engendra un prejuicio credencialista
Afirmar que para resolver problemas sociales y políticos se debe recurrir a expertos con elevada formación y por
sus valores es asumir una postura tecnocrática que despoja de poder a los ciudadanos que no han tenido la
oportunidad de realizar estudios universitarios.