America Latina Y La Política Exterior de Estados Unidos

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AMERICA LATINA

Y LA POLÍTICA EXTERIOR
DE ESTADOS UNIDOS

Por MARISA RAMOS

Los últimos libros aparecidos sobre el tema de las relaciones entre Amé-
rica Latina y Estados Unidos, y más concretamente sobre la importancia de
América Latina en la política exterior norteamericana, coinciden en señalar
los cambios que han afectado a estas relaciones y a la formulación de la polí-
tica de Estados Unidos hacia la zona. Todos los autores reseñados apuntan
al relevo presidencial en Estados Unidos y a los cambios en la estructura de
fuerzas a nivel mundial como las causas explicativas de esa reformulación de
la política hacia América Latina.
En primer lugar, debemos señalar que la mayoría de los libros que rese-
ñamos abordan el tema de las relaciones desde la perspectiva norteamericana,
es decir, analizando los cambios en la política exterior estadounidense hacia
América Latina y las diferencias de percepción e intensidad. Teniendo en
cuenta que la mayoría de los libros reseñados toman este punto de vista y
que además los cambios acaecidos en la esfera mundial han afectado profun-
damente las bases sobre las que se asentaba la política exterior de Estados
Unidos, parece más adecuado hablar de América Latina en la política exterior
norteamericana que de relaciones Estados Unidos-América Latina.
Los estudiosos del tema, cuyos libros comentamos al final de este artículo,
consideran que la transformación de la política estadounidense hacia América
Latina es producto tanto de factores internos como de factores externos. Las
transformaciones en los factores internos se desencadenan a consecuencia del
cambio presidencial de Reagan a Bush. Este relevo supone una variación tan
sólo relativa, ya que el trasfondo ideológico de ambos es el mismo. Ahora
bien: en los dos años transcurridos con Bush en la Casa Blanca se han obser-

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Revista de Estudios Políticos (Nueva Época)
Núm. 74. Octubre-Diciembre 1991
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vado diferencias de forma y de énfasis en la política exterior hacia América


Latina, que superan las inicialmente previstas. Kryzanek enfatiza la in-
fluencia del carácter del presidente en la formulación de la política exterior
estadounidense, factor al que dedica una parte importante de su libro.
Los cambios en los factores externos se manifiestan en una correlación de
fuerzas distintas en el sistema internacional, que se ha producido como conse-
cuencia de la caída de los regímenes comunistas y que supone en la práctica
un triunfo ideológico de Estados Unidos a nivel mundial.
Esta reformulación de la política exterior de Estados Unidos ha afectado
a su relación con América Latina. A través de los autores reseñados se puede
analizar el cambio a dos niveles: en cuanto a la intensidad de las relaciones
y la importancia actual de América Latina en esta política exterior y en cuan-
to a los temas en torno a los cuales se establece la política de Estados Unidos
hacia América Latina.
En cuanto a la intensidad de las relaciones y la importancia de América
Latina para la política estadounidense, todos los autores coinciden en señalar
el carácter prioritario del área en la política exterior de la era Reagan. Lo-
wenthal (1987) hace un acertado análisis de la evolución de la relación de
Estados Unidos con América Latina desde la época de la Alianza para el
Progreso, en que Estados Unidos extendió toda su dominación en nombre del
desarrollo y la democracia, hasta los años setenta, en que esta preeminencia
se diluyó por distintas razones: una política exterior de apoyo a la democra-
cia y los derechos humanos, una mayor capacidad de negociación con otros
países por parte de América Latina (tanto a nivel económico como político)
y una conciencia por parte de Latinoamérica de ser sólo secundaria en la
agenda de Estados Unidos.
Señala Lowenthal que con la llegada de Reagan se inicia un proceso de
recuperación de la influencia de Estados Unidos en la región, ya que él y su
equipo consideraban que durante la Presidencia de Cárter se había perdido
el control en América Latina con un consiguiente aumento de la influencia
de la URSS. Por esta razón, estimaron necesario tomar medidas duras y enér-
gicas. Focalizó sus acciones hacia donde la amenaza era mayor, Centroaméri-
ca, olvidando, señala Lowenthal, a Sudamérica y las cuestiones económicas,
que eran las fundamentales para América Latina, una vez estallado el proble-
ma de la deuda. Según Lowenthal (el libro está escrito en el año 1987, antes
de los cambios en el mundo comunista), la aproximación de la Administra-
ción Reagan hacia América Latina estaba desfasada. Su hegemonía había de-
caído porque las naciones latinoamericanas ya estaban en condiciones de for-
zar sus propias políticas y porque las bases sobre las que se asentaba la políti-
ca de Estados Unidos no tenían solidez. Además, la guerra de las Malvinas pro-

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dujo un sentimiento de solidaridad entre las naciones latinoamericanas y de


hostilidad hacia Estados Unidos. Lowenthal prevé un aumento del interés de
Estados Unidos por la región por la importancia creciente del mercado latino-
americano, por la emigración latinoamericana que está recibiendo y por la
influencia e imprescindible cooperación de los países latinoamericanos más
grandes para resolver problemas que le afectan muy seriamente (drogas, terro-
rismo, medio ambiente) y, por último, por el rechazo de la opinión pública
estadounidense hacia la política de mano dura y fuertemente ideologizada
llevada a cabo por la Administración Reagan.
Kryzanek, después de repasar la evolución histórica de las relaciones entre
Estados Unidos y América Latina y de analizar el proceso de toma de decisio-
nes en la política exterior norteamericana, señala también la importancia que
tuvo América Latina durante la era Reagan. Si en los años sesenta esta polí-
tica se centraba en el Sudeste asiático y durante los setenta en Europa del
Este, en la década de los ochenta ha estado volcada hacia Centroamérica. Al
igual que Lowenthal, Kryzanek señala que antes de Reagan, América Latina
era un área de baja prioridad en la política exterior de América Latina, a
excepción del caso del Canal. Con Reagan, la situación varía, ya que Centro-
américa y el Caribe se convierten en el escenario de luchas entre Estados
Unidos y el mundo comunista a los ojos de Reagan y su equipo. Este hecho
se transforma en cuestión clave para la seguridad de Estados Unidos, ante
la que es necesario emplear una línea de actuación dura. Se manejan unas
ideas anticomunistas sumamente desfasadas e ideologizadas en política ex-
terior.
Ahora bien: señala Kryzanek que si con Reagan aumentó la importancia
de América Latina en la política exterior de Estados Unidos, por parte de los
países latinoamericanos disminuyó el interés por Estados Unidos. Además, se
produjo un gran desencuentro en la forma de llevar a cabo las relaciones.
Mientras en América Latina empezó a desarrollarse un movimiento integrador
en cuanto a la toma de decisiones en política exterior, Reagan fue partidario
de relacionarse país por país y contrario a entenderse en foros multilaterales.
Con la llegada de Bush a la Presidencia, aunque mantenía los mismos in-
tereses hacia América Latina, durante los tres primeros años de su mandato
se han podido observar significativas variaciones, algunas de las cuales bas-
tante imprevistas.
Recuerda Jorge Heine (1), desde una perspectiva más latinoamericanista
(1) JORGE HEINE: «¿De la negligencia benigna a la doctrina Bush? Estados Unidos
y América Latina en 1989», en HERALDO MUÑOZ (comp.): Anuario de políticas exte-
riores latinoamericanas, ¡989-90. El desafío de los '90, Caracas, Ed. Nueva Sociedad,
Propel, 1990.

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y, por tanto, más crítica, la determinación de Bush durante su campaña elec-


toral de no ser «negligente», pese a lo cual, al final del primer año de su man-
dato, usó la fuerza militar para resolver los diferendos hemisféricos en la in-
vasión de Panamá. Coincide Heine con el resto de los autores en que América
Latina es menos prioritaria para Bush que para Reagan, ya que se ubica en
una posición más pragmática y menos ideologizada que su predecesor. Es más
partidario, además, de las negociaciones multilaterales, y si éstas no funcionan,
de las medidas enérgicas, sin descartar, como ha demostrado, el uso de la
fuerza militar.
Kryzanek, sin embargo, cree que el diferente tratamiento de Estados Uni-
dos a América Latina ha sobrevenido por la diferente actitud latinoamericana,
que está menos dispuesta a ser peón de Estados Unidos. Según Kryzanek,
Bush tiene los mismos intereses que Reagan; si acaso, varía algo el énfasis
con que se tratan. Para Estados Unidos, los países latinoamericanos son sólo
los vecinos con los que uno se relaciona únicamente cuando se necesita o para
mantener relaciones cordiales, y éste parece ser el principio que guía a Bush
en sus relaciones con América Latina, a través de la diplomacia y de las solu-
ciones multilaterales a problemas regionales.
Además de las variaciones en la intensidad de las relaciones o en el grado
de la de América Latina para Estados Unidos, todos los autores señalan el
cambio de temas en torno a los cuales ha girado la política exterior norte-
americana.
Señala Lowenthal (1987) la primacía que ha tenido el tema de la seguri-
dad nacional en la política de Estados Unidos hacia América Latina a lo largo
de la historia. El tema de la seguridad nacional, amenazada por los peligros
comunistas de Centfoamérica, ha sido la obsesión de Reagan. Enfatiza Lo-
wenthal la falta de fundamento de esta creencia, ya que, pese a Nicaragua y
Cuba, la seguridad nacional de Estados Unidos no está en peligro. Según
Lowenthal, la obsesión de Reagan por Centroamérica era algo psicopolítico,
respondía más bien a una «inseguridad» nacional, no a problemas reales de
«seguridad nacional». La amenaza mayor para la seguridad de América, apun-
ta, está en los problemas económicos de América Latina. Quizá el propio
Reagan no creyera mucho en este argumento cuando el problema de Centro-
améérica dejó de ser un peligro para la seguridad nacional y pasó a ser un
problema de falta de democracia, aunque esta carencia no había preocupado
en los años anteriores, cuando se mantuvieron relaciones cordiales con los
regímenes autoritarios de los países del Cono Sur.
Mark Uhlig también analiza esta obsesión de Reagan por Centroamérica,
al igual que Kryzanek, que señala que El Salvador y Nicaragua se convirtie-
ron en asuntos de interés nacional. Reagan utilizó la carta de la democracia,

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apunta Kryzanek, como forma de legitimar su acción en Centroamérica y


como forma de competir con otros sistemas de gobierno (comunistas), para
lo cual diseña distintas estrategias para alcanzar esta forma de Gobierno,
aplicables directamente a los países centroamericanos, y que son ampliamente
analizadas en el libro comentado.
Con Bush se mantiene el tema de la democracia como punto central de
la política exterior hacia América Latina. El problema es que esta forma de
Gobierno ya está generalizada en todos los países latinoamericanos. Uhlig
y Whitehead (2) se centran en el análisis del caso de Nicaragua, el efecto
sorpresa y la desorientación inicial estadounidense ante este hecho. Según
Uhlig, esta desorientación se explica porque la falta de democracia era la
principal justificación de Bush y su equipo, igual que lo había sido de Reagan,
para sus actuaciones en Centroamérica, justificación que ya no es válida des-
pués del triunfo de Chamorro. Este hecho se relaciona con la caída del comu-
nismo a nivel mundial, con lo cual también deja de ser una justificación el
peligro comunista en la región. Son éstas las razones por las que Uhlig habla
de la «frustración del éxito».
La desvalorización de los principales temas de actuación estadounidense
en América Latina —seguridad y democracia— durante la década de los años
ochenta obliga a Estados Unidos a buscar nuevos asuntos en torno a los cuales
establecer su política hacia América Latina. Según Jorge Heine, la desapari-
ción de la obsesión anticomunista puede traer consigo la identificación de
nuevas amenazas reales o potenciales a la seguridad norteamericana desde la
región, como podría ser el tráfico de drogas o la contaminación ambiental.
También Uhlig señala que los cambios en el Este han cuestionado la ayuda
de Estados Unidos a El Salvador y han hecho perder su principal justificación
en América Latina. Para Uhlig, militarmente, la sustitución se establece en
términos de, en vez de guerra al comunismo, guerra al narcotráfico. Señala
la desaparición de la demoniología con la que Estados Unidos ha visto en los
últimos años a Latinoamérica (comunismo, sandinismo y Panamá). Ahora
bien: según Uhling, el narcotráfico no es suficiente para explicar la compleja
confrontación de Estados Unidos y América Latina. Sirve momentáneamente
mientras se busca un sustituto.
El narcotráfico, por tanto, se ha convertido en el principal asunto de la
política exterior de Estados Unidos hacia la región. Para Bloomfield, la cues-
tión del narcotráfico manifiesta la mayor vulnerabilidad de Estados Unidos

(2) LAURENCE WHITEHEAD: «The Imposition of Democracy», en ABRAHAM F. LO-


WENTHAL (ed.): Exporting Democracy. The United States and Latín America, Baltimore,
Themes and Issues, Ed. Johns Hopkins University Press, 1991.

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en la actualidad, problema al que responde descargando toda la responsabili-


dad de su solución en los países productores, ignorando la enorme gravedad
del consumo de drogas en Estados Unidos. Bloomfield señala otros asuntos en
torno a los cuales debe girar en la actualidad la política de Estados Unidos
hacia la región: inmigración latinoamericana y medio ambiente.
También Kryzanek pone de relieve la importancia que está adquiriendo
el tema de la emigración latinoamericana a Estados Unidos. Además, advierte
que el problema de la deuda, asunto de vital importancia para América La-
tina, que ha tratado de incluirlo siempre como punto central en sus relaciones
con Estados Unidos, no puede ser ignorado por más tiempo por la Administra-
ción Bush.
Por último, la democracia ha seguido siendo tema central durante los dos
últimos años, principalmente cuando se habla del caso de Nicaragua y Pana-
má. El libro editado por Lowenthal (1991) analiza en profundidad la relación
entre Estados Unidos y la democracia en América Latina, las distintas postu-
ras ante su carencia durante décadas y las estrategias de los últimos años por
imponer esta forma de gobierno en la región, en especial en Centroamérica.

BIBLIOGRAFÍA

LOWENTHAL, Abraham F.: Paríners in Conjlict. The United States and Latín America,
Baltimore, Ed. The Johns Hopkins University Press, 1987.
LOWENTHAL, Abraham F. (ed.): Exporting Democracy. The United States and Latin
America, Baltimore, Themes and Issues, Ed. Johns Hopkins University Press, 1991.
MUÑOZ, Heraldo (comp.): Anuario de políticas exteriores latinoamericanas, 1989-1990.
El desafío de los '90, Caracas, Ed. Nueva Sociedad, Propel, 1990.
BLOOMFIELD, Richard J./TREVERTON, Gregory F.: Alternative to lntervention. A new
U. S.-Latin American Security Relationship, Colorado, Lynne Rienner Publishers,
Inc., Boulder, 1990.
KRYZANEK, Michael ].: U. S.-Latin American Relations, 2.' ed., New York, Ed. Praeger,
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UHLIC, Mark A.: «Latin America: the Frustrations of Success», en Foreign Affairs
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núm. 1, 1991.

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