SL1867 2018

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CECILIA MARGARITA DURÁN UJUETA

Magistrada ponente

SL1867-2018
Radicación n.° 57177
Acta 16

Bogotá, D. C., veintinueve (29) de mayo de dos mil


dieciocho (2018).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


SANDRA PATRICIA CASTILLO PINZÓN, contra la
sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Villavicencio, el catorce (14)
de febrero de dos mil doce (2012), en el proceso que
instauró en contra del PATRIMONIO AUTÓNOMO DE
REMANENTES DE ADPOSTAL EN LIQUIDACIÓN,
representado legalmente por la FIDUCIARIA LA
PREVISORA S.A. - FIDUPREVISORA S.A.

I. ANTECEDENTES

SANDRA PATRICIA CASTILLO PINZÓN llamó a juicio al


PATRIMONIO AUTÓNOMO DE REMANENTES DE
ADPOSTAL EN LIQUIDACIÓN, representado legalmente por

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la FIDUCIARIA LA PREVISORA S.A. - FIDUPREVISORA


S.A., con el fin de que se declarara que entre ellos existió
contrato de trabajo, desde el 15 de noviembre de 1990
hasta el 4 de febrero de 2006, en el que cumplió labores de
distribuidora de correos y supervisora nivel 5° grado 3°, en
la ciudad de Bogotá y, posteriormente, en Villavicencio; que
para la terminación del vínculo laboral devengaba un
salario mensual de $737.745; que no se le canceló la
totalidad de los valores reales de prestaciones sociales; que
dicha terminación de la relación laboral fue sin justa causa.

Consecuencialmente, solicitó fuera condenada al pago


de la indemnización dispuesta en el art. 64 del CST, en
concordancia con la cláusula once de la convención
colectiva de trabajo vigente, por remisión del art. 24 del
Decreto 1615 de 2003 aplicado a TELECOM, el cual
traslada al literal d) del art. 5° de la Convención Colectiva
firmada el 18 de febrero de 1994, entre este último y sus
trabajadores, con un plazo máximo del establecido en el
Decreto 797 de 1949, por los conceptos de: indemnización
por despido injustificado, $31’354.162; por perjuicios
morales, el equivalente a cien SMLMV y por lucro cesante y
daño emergente, en cuantía de $50’000.000 o lo que
resultare probado.

Además, pretendió el reajuste de las prestaciones


sociales; el pago de las cesantías, primas, vacaciones y
demás derechos convencionales causados, desde el 15 de
noviembre de 1990 hasta el 30 de marzo de 1993, de
acuerdo al último salario percibido; la reliquidación de las

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cesantías, por valor de $1’834.116, entre el 15 de


noviembre de 2000 y el 30 de marzo de 2003, más sus
intereses en cuantía de $440.187 y los reajustes de:

Conceptos Periodos Valor


Prima legal 2000 al 2003 $1’834.116
Prima 2000 al 2003 $1’834.116
convencional
Vacaciones 2000 al 2003 $917.058
Prima de 2000 al 2003 $1’625.507
vacaciones

Exigió el pago de los beneficios del quinquenio,


establecidos en la convención colectiva vigente, entre julio
de 2005 y junio de 2008, es decir, la suma de $860.702,50
correspondientes a 35 días de salario, por cumplir 15 años
de servicios; el monto diario de $24.591,50, que
correspondía a la indemnización moratoria del art. 65 del
CST, por estar probada la mala fe del patrono; indexación,
fallo ultra y extra petita y costas (f.° 2 a 4, cuaderno del
Juzgado).

Fundamentó sus peticiones, básicamente, en que se


vinculó con la accionada, mediante autorizaciones para
prestación de servicios, desde el 15 de noviembre de 1990
hasta el 4 de febrero de 2006, inicialmente, en funciones de
distribución de correos y, al finalizar la relación, en el cargo
de supervisora nivel 5° grado 3°; que las autorizaciones
para prestación de servicios fueron progresivas y continuas,
desde el extremo inicial hasta el 29 de marzo de 1993, en
las que recibía órdenes, efectuaba la labor de forma
personal, cumplía con el horario establecido para la jornada

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diaria y percibía la remuneración acordada, excepto el pago


de las prestaciones sociales.

Adujo, que a pesar de laborar y solicitar certificaciones


del tiempo inicial, la enjuiciada nunca reconoció la relación
laboral, sino otra forma de vinculación; que durante el
período de vinculación con orden de prestación de servicios
(OPS) (15 de noviembre de 1990 al 31 de marzo de 1993), la
empleadora le comunicó haber sido seleccionada para
desempeñar el cargo de auxiliar postal, clase I grado 5°, con
ocasión de la renuncia de otro funcionario; que desde el 1°
de abril de 2003, fue vinculado por medio de contrato de
trabajo a término fijo de 4 meses prorrogado sucesivamente;
que fue reincorporada a la nueva planta de personal, con
fundamento en el Decreto 2124 de 1992, por haber sido
suprimida toda la planta de personal, a partir del 31 de
diciembre de 1993.

Manifestó, que fue consciente de su real vinculación a


la planta de personal; que además de las autorizaciones
para prestación de servicios, no tuvo contrato distinto al n.°
030 de 1° de abril de 1993, denominado contrato de trabajo
a término fijo por 4 meses; que la ruptura de la relación
laboral se dio el 5 de febrero de 2006, debido a la ejecutoria
del comunicado n.° 2- 2136 del 28 de diciembre de 2005,
recibido el 30 del mismo mes y año; que el salario básico
pagado por la demandada era la suma de $700.538, cuando
el real era por $737.745.

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Plasmó, que ante el despido intempestivo y abusivo,


soportó la incertidumbre y la realidad de quedar sin
trabajo, pasó a ser ama de casa sin productividad, entró a
las estadísticas de desempleados y del rebusque informal e
incumplió obligaciones que cubría con su trabajo, las
cuales fueron cobradas ejecutivamente; que ante el
desempleo, acudió a la acción de tutela, para la protección
de sus derechos, de la cual obtuvo como resultado la
negación tanto en primera como en segunda instancia; que
sumados los periodos laborados por órdenes, para
prestaciones de servicios y el lapso trabajado bajo contrato
de trabajo a término fijo, sumaban más de 15 años y que
presentó reclamación administrativa, el día 30 de abril de
2007 (f.° 5 a 7, ibídem).

Al dar respuesta a la demanda, la parte accionada


solicitó se accediera parcialmente a la pretensión principal,
es decir, la existencia de un vínculo laboral entre las partes,
en el periodo que comprendía del 1° de abril de 1993 y el 4
de febrero de 2006, sobre las demás se opuso a todas ellas.

En cuanto a los hechos, tuvo por cierto la modalidad


inicial del vínculo que los unió y los extremos del mismo;
que existiera una relación laboral, a partir del 1° de abril de
1993; las solicitudes de certificaciones del tiempo inicial y el
no reconocimiento de la relación laboral, sino bajo otra
forma de vinculación; que fue seleccionada durante el
periodo que laboró por OPS, para desempeñar el cargo de
auxiliar postal, clase I grado 5°; que fue vinculada mediante
contrato de trabajo a término fijo de 4 meses, a partir del 1°

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de abril de 1993, y las prórrogas sucesivas del mismo; la


reincorporación a la nueva planta de personal y la
desvinculación, el 5 de febrero de 2006, con ocasión de la
ejecutoria del comunicado n.° 2- 2136 del 28 de diciembre
de 2005, con fecha de recibo el 30 del mismo mes y año;
que instaurara la acción de tutela y lo decidido en primera y
segunda instancia y la reclamación administrativa
presentada, aclarando que en ella no existió relación sobre
todas las pretensiones de la demanda.

Negó la existencia de vinculación laboral con


anterioridad al 1° de abril de 1993; que la terminación de la
relación laboral fuera sin justa causa; que se le pagara un
valor distinto a su salario; en cuanto a lo ocurrido con
posterioridad a la ruptura del nexo laboral, dijo no
constarle (f.° 225 a 226, cuaderno del Juzgado).

En su defensa, propuso como excepción previa la falta


de agotamiento de la reclamación administrativa, que fue
declarada parcialmente probada en el curso del proceso y
las excepciones de fondo, la falta de causa por inexistencia
de la relación laboral entre demandante y demandado;
inexistencia de la obligación laboral y cobro de lo no debido,
buena fe del empleador y, prescripción (f.° 227 a 230,
ibídem).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

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El Juzgado Segundo Laboral del Circuito de


Villavicencio, mediante fallo del 26 de abril de 2011 (f.° 365
a 371, cuaderno del Juzgado), resolvió:

PRIMERO: DECLARAR probada la excepción de INEXISTENCIA


DE LA OBLIGACION (sic) LABORAL Y COBRO DE LO NO
DEBIDO; por las razones expuestas en la parte motiva de este
proveído y no probadas las restantes.

SEGUNDO: Absolver de todas y cada una de las pretensiones, a


la Administración Postal Nacional - ADPOSTAL EN LIQUIDACIÓN.

TERCERO: CONDENAR en costas a la parte demandante. De


conformidad con el No 2 de la Ley 1395/10 se fijan como
agencias en derecho la suma de $535.600 a favor de la parte
demandada (negrilla del texto original).

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Villavicencio, mediante fallo del 14 de febrero
2012 (f.° 10 a 30, cuaderno del Tribunal), desató la
apelación interpuesta por la actora, así:

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PRIMERO. REVOCAR la sentencia emitida por el Juzgado


Segundo Laboral del Circuito de Villavicencio, el 26 de abril de
2011, dentro del proceso ordinario laboral adelantado por
SANDRA PATRICIA CASTILLO PINZON (sic) en contra del
PATRIMONIO AUTONOMO (sic) DE REMANENTES DE ADPOSTAL
EN LIQUIDACIÓN – PAR ADPOSTAL EN LIQUIDACIÓN-, y en su
lugar proferir la siguiente:

1). DECLARAR que entre la demandante SANDRA PATRICIA


CASTILLO PINZON (sic) y la Entidad demandada PATRIMONIO
AUTONOMO (sic) DE REMANENTES DE ADPOSTAL EN
LIQUIDACIÓN, existió un contrato de trabajo entre el 2 de enero
de 1991 y el 4 de febrero de 2006.

2). DECLARAR no probadas las excepciones de “INEXISTENCIA


DE LA OBLIGACION (sic) LABORAL” y “PRESCRIPCIÓN”, y
probada parcialmente la excepción de “COBRO DE LO NO
DEBIDO”.

3). CONDENAR al demandado PATRIMONIO AUTONOMO (sic) DE


REMANENTES DE ADPOSTAL EN LIQUIDACION (sic) – PAR
ADPOSTAL EN LIQUIDACION (sic), a pagar a la demandante
SANDRA PATRICIA CASTILLO PINZON (sic), la suma de TRES
MILLONES SEISCIENTOS OCHENTA Y OCHO MIL SETECIENTOS
VEINTICINCO PESOS M/CTE. ($3.688.725), por concepto de la
indemnización por despido injusto, y en lo demás, absolver a la
demandada.

4). CONDENAR en costas de primera instancia a la parte


demandada, en proporción del 40% de las causadas.

SEGUNDO. CONDENAR en costas de esta instancia al Ente


demandado, a favor de la demandante. FIJANSE (sic) como
agencias en derecho la suma de ciento cincuenta mil pesos
($150.000)- artículo 19 ley 1395 de 2010.

En lo que interesa al recurso extraordinario, el


Tribunal consideró que no tuvo competencia para
pronunciarse sobre la totalidad de las pretensiones de la
demanda y del recurso de apelación, por haber quedado en
firme la providencia que declaró probada parcialmente la
excepción previa de «falta de agotamiento de la reclamación
administrativa lo que conlleva a la falta de competencia». Lo
anterior, por no haberse agotado dicha reclamación sobre la

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mayoría de las pretensiones de la demanda, es decir, los


reajustes que tuvieran como fundamento la convención
colectiva de trabajo.

Afirmó, que estando probado que la actora laboró en


favor de la accionada, mediante contrato de trabajo, entre el
1° de abril de 1993 y el 4 de febrero de 2006, no hubo duda
ni necesidad de examinar la existencia del contrato de
trabajo entre las fechas anteriormente señaladas; que se
estableció el extremo inicial con la certificación expedida
por el jefe administrativo de la dirección regional de Bogotá
del ente enjuiciado, entre el 2 de enero de 1991 y el 29 de
marzo de 2003, fecha en que se promulgó esta documental;
que dicha situación se corroboró con las reclamaciones
administrativas en las que se solicitó el reconocimiento del
contrato de trabajo y con las testimoniales de los señores
José Guillermo Carrillo Trujillo y José Guerra Rivera, en las
que dan cuenta de la prestación del servicio, entre enero de
1991 y el 1° de abril de 1993 y la subordinación.

Sostuvo, que a pesar que la actora fue vinculada,


mediante órdenes de prestación de servicios, según lo
referido por las partes, la verdadera ejecución contractual
permaneció regida por un contrato de trabajo, toda vez que
en ella se dieron los presupuestos esenciales de este último,
a saber: la prestación personal del servicio, la continua
subordinación y dependencia por haber cumplido órdenes,
horarios y obligaciones, que eran impartidos por los jefes
inmediatos y la remuneración salarial; que
independientemente de la denominación dada por las

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partes en una relación de carácter laboral convenida,


cuando se den los elementos constitutivos de contrato de
trabajo, prevalecerá la realidad sobre las formalidades, tal
como lo ha sostenido la Sala de Casación Laboral.

Respecto de la indemnización por despido injusto,


expresó que no existió discusión sobre la calidad de
trabajadora oficial que ostentó la demandante, para la fecha
en que terminó la relación laboral; que se adentró en el
estudio del artículo 2° de la Ley 64 de 1946, que modificó el
art. 8° de la Ley 6° de 1945; asimismo, examinó los arts. 40,
47 y 51 del Decreto 2127 de 1945, con el fin de establecer
las justas causas para proceder a la terminación de la
relación laboral y el plazo presuntivo que alegó el ente
accionado.

Expuso, que de los extremos del contrato realidad


comprendido, entre el 2 de enero de 1991 y el 4 de febrero
de 2006, tuvo como plazo presuntivo de las sucesivas
prórrogas semestrales, el 1° de julio de 2006, por lo que
ante la declaratoria de terminación de dicho contrato de
manera anticipada, concluyó que tal actuación fue injusta y
en consecuencia, la parte actora tenía derecho al
reconocimiento y pago de indemnización consagrada en el
art. 51 del Decreto 2127 de 1945, correspondiente a cinco
meses, esto, conforme al último salario percibido, y que en
efecto se tuvo por la suma de $737.745, cuantía esta,
certificada, mediante oficio del 17 de abril de 2006.

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En lo expuesto por la accionada, en el sentido que a la


hora de expedir la certificación incurrió en error y que el
salario correcto era de $652.658, el Tribunal observó que la
liquidación fue con base en la suma de $700.358; que no
logró acreditar dicha afirmación, por lo que procedió a dar
aplicación al principio indubio pro operario; que la excepción
de prescripción propuesta, en nada afectó tal decisión e
imposición de la condena por el monto de $3’688.725, toda
vez que el extremo final del vínculo, fue el 4 de febrero de
2006, y el término prescriptivo fue interrumpido el 30 de
abril de 2007, con la reclamación administrativa, mientras
la demanda fue interpuesta, el 5 de septiembre de 2008.

En lo tocante a la indemnización moratoria, precisó


que la normatividad aplicable sobre tal pretensión, está
contemplada en la Ley 244 de 1995 y el Decreto 797 de
1949; que se causa por existir deuda de salarios,
prestaciones sociales e indemnizaciones a favor del
trabajador tal como lo establece el art. 1° del Decreto 797
de 194, siempre y cuando se pruebe la mala fe del
empleador, debido que no opera automáticamente, tal como
lo sostiene la Sala de Casación Laboral, en sentencia CSJ
SL, 9 ag. 2006, sin mencionar radicado, con ponencia del
Dr. Carlos Isaac Nader.

Finalmente, consideró que no era procedente la


aplicación de la sanción moratoria en contra del ente
demandado, por haber efectuado la cancelación oportuna
de las prestaciones sociales que consideró deberle a la
actora, creyendo que el promedio salarial era la suma de

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$700.358, situación distinta a la considerada por el a quo,


en cuanto que el salario real fue por la cuantía de
$737.745, en virtud de no haberse desvirtuado; que según
la jurisprudencia, en aquellos casos en que la diferencia
entre lo cancelado y lo que se debió cancelar sea irrisoria,
no se procederá al reconocimiento de la indemnización
moratoria autorizada, por el no pago oportuno de los
salarios y prestaciones sociales.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por la demandante, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende la recurrente que la Corte «CASE


parcialmente la sentencia acusada, y así se revoque en este
sentido la de primera instancia» (f.° 20, cuaderno de la
Corte).

Con tal propósito, formula cuatro cargos, por la causal


primera de casación, los cuales fueron objeto de réplica y se
estudiarán de manera conjunta por enlistar similar
proposición jurídica, compartir los argumentos expuestos y
perseguir el mismo fin.

VI. CARGO PRIMERO

La sentencia es acusada,

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Por violación directa de la ley sustancial establecida en la causal


primera del articulo (sic) 87 del Código de Procedimiento Laboral,
modificado por el articulo (sic) 60 del decreto 528 de 1964, por
considerar la sentencia acusada como violatoria de la ley
sustancial, concretamente por infracción directa del articulo (sic)
artículo 11, el numeral 3° del D.L. 1045 de 1978, la Ley 4° de
1992 determinada que, habiéndose dispuesto en la Resolutiva
de la sentencia sustitutiva, al revocar totalmente la del a quo;
pero en la sentencia sustitutiva, en la parte final del numeral 3)
del numeral Primero de la resolutiva, determinó: “ …, y en lo
demás absolver a la demandada .” de donde , en el numeral 1).
DECLARAR que entre la demandante y la Entidad demandada
existió un contrato de trabajo y al no acogerse la pretensión:

“QUINTA. - Se condene a la ADMINISTRACIÓN POSTAL


NACIONAL – ADPOSTAL EN LIQUIDACION (sic), Pagar a la
demandante los siguientes valores dejados de pagar:

5.1.1- Las Cesantías, primas y vacaciones y demás derechos


convencionales causados, desde el 15 de Noviembre (sic) 1990
hasta el 30 de marzo de 2003, acorde al último salario
devengado”.

Para la demostración del cargo, señala que la


resolutiva de la sentencia de segundo grado, soslaya los
derechos adquiridos de orden público de especial garantía
constitucional y legal, pagos lógicos derivados de la
declaración de la existencia del contrato de trabajo, pedidos
oportunamente en el numeral 5.1.1. y que tales derechos se
encuentran en las normas que consideró violadas.

Manifiesta, que la parte resolutiva viola disposiciones


legales señaladas y las normas sustanciales contentivas de
prestaciones legales y convencionales, causadas entre el 15
de noviembre de 1990 y el 30 de marzo de 1993, siendo
tales derechos ciertos e indiscutibles de obligatorio
reconocimiento y que su no cancelación a la terminación de
la relación laboral afecta los derechos fundamentales del

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trabajador; que las pretensiones primera, segunda, tercera


y quinta guardan coherencia entre sí, debido a que están
dirigidas al pago y reconocimiento de prestaciones legales y
convencionales, las cuales no podrán ser desconocidas y
que así lo ha dejado sentado la jurisprudencia por esta Sala
en sentencia del CSJ SL, 17 jun. 2009, rad. 33772, pues
una vez reconocida la existencia del contrato de trabajo
procede el cumplimiento de objetivo resarcitorio y
restaurativo del derecho violado, concediendo las prebendas
que le corresponden (f.° 20 a 22, ibídem).

VII. RÉPLICA

Expone, que el recurrente desestima que ante el


Juzgado quedó confirmado por el Tribunal el auto, en el que
se decretó la prosperidad de la excepción de falta de
agotamiento de la reclamación administrativa, que tuvo
como consecuencia únicamente el estudio de las
pretensiones relacionadas con la existencia de la relación
laboral, las indemnizaciones por despido injusto y por el no
pago oportuno y total de las prestaciones al momento de la
terminación del contrato, y finalmente sobre las costas; que
el ámbito de competencia de la sentencia del ad quem
estuvo en consonancia con la proferida por el Juzgado y
mal se puede acusar el desconocimiento y la violación de
las normas enlistadas, debido que de manera clara y
precisa se decretó la falta de competencia sobre la mayoría
de las pretensiones (f.° 54 a 55, cuaderno de la Corte).

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VIII. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia,

Por violación directa de la ley sustancial establecida en la causal


primera del articulo (sic) 87 del Código de Procedimiento Laboral,
modificado por el articulo (sic) 60 del decreto 528 de 1964, por
considerar la sentencia acusada como violatoria de la ley
sustancial, concretamente por aplicación indebida del articulo
(sic) 40, del decreto 2127 de 1945 , art. 2 de la ley 64 de 1946
que modificó el artículo (sic) 8° de la ley 6° de 1945, el articulo
(sic) 47 del decreto 2127 de 1945, el artículo 51 del decreto 2127
de 1945, y no haberlo aplicarlo como en efecto debía, aplicando
el art. 7° del Decreto 2351 de 1965 asi (sic) pactado en la clásula
(sic) SEPTIMA (sic) del contrato individual de trabajo y así acoger
la pretensión CUARTA.- Declarar que la terminación de la
relación laboral se produjo sin justa causa y deberá
indemnizársele a la demandante conforme a lo dispuesto en el
art. 64 C.S.T., modificado por el art. 28 de la Ley 789/2002, que
modifico (sic) el art 6 de la ley 50 de 1990 .- determinada en la
aplicación indebida que, habiéndose dispuesto en la Resolutiva
de la sentencia sustitutiva, al Revocar totalmente la del a quo;
pero en la sentencia sustitutiva, en el numeral 3) del numeral
Primero de la resolutiva , determinó : “ CONDENAR al
demandado PATRIOMONIO (sic) AUTONOMO (sic) DE
REMANENTES DE ADPOSTAL EN LIQUIDACION (sic) a pagar a la
demandante SANDRA PATRICIA CASTILLO PINZON (sic) las
suma de TRES MILLONES SEICIENTOS (sic) OCHENTA Y OCHO
MIL SETECIENTOS VEINTICINCO MIL PESOS M/CTE
($3.688.725) por concepto de la indemnización por despido
INJUSTO …., y en lo demás absolver a la demandada”.

En la demostración del cargo, en síntesis, se duele que


no se haya dado en el pago de la indemnización por despido
injusto, en aplicación a los artículos 62 y 64 del CST, este
último modificado por el art. 28 de la Ley 789 de 2002, por
lo que la indemnización sería de $4.733.482.50, pues si
bien no discute que el carácter de trabajadora oficial, alude
que ante la falta de estipulación sobre el término de

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duración del contrato debía acudirse a las normas de los


trabajadores particulares.

En ese sentido, considera que la indemnización en el


lapso que faltaba para cumplir el tiempo presuntivo, está en
contra de lo pactado; que en instancia se hace necesario
unificar la jurisprudencia, en cuanto a la validez del
acuerdo realizado entre el empleador y sus trabajadores
oficiales, por lo que no puede ser desconocido lo pactado así
esto remita a disposiciones de carácter privado, como se ha
sostenido en sentencia CSJ SL, 14 oct. 2009, rad. 35754.

Expone, que lo pactado en el contrato de trabajo,


modificó las reglas del sector público respecto de su
duración y causales de terminación, para en su lugar
incorporar las del régimen privado. Sin embargo, esto no
entra en contrariedad alguna, de lo que deriva su validez al
observar la cláusula cuarta del mismo; que en la cláusula
quinta se estableció que las justas causas para la
terminación del vínculo laboral, serían las contempladas en
el art. 7° del Decreto 2351 de 1965, y no lo tenido en cuenta
por el empleador, esto es, el art. 47 del Decreto
Reglamentario 2127 de 1945 (f.° 22 a 27, ibídem).
IX. RÉPLICA

Argumenta, que en la acusación realizada no se


definen los puntos que debía analizar el Juez de
apelaciones para resolver el recurso interpuesto, no atacó la
decisión relacionada con la expiración del plazo presuntivo
como causal de terminación del contrato dejando intacto su

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soporte y cuantía de la condena, razón que conlleva a la


desestimación del cargo (f.° 55 a 56, cuaderno de la Corte).

X. CARGO TERCERO

Acusa la sentencia del Tribunal de violar por la vía


directa la ley sustancial,

[…] por infracción directa derivada de la interpretación errónea


del articulo (sic) 1° del decreto Ley 797 de 1949 (que modificó el
art. 52 del D.R. 2127 de 1.945”, ARTICULO (sic) 51. y ARTICULO
(sic) 52 del dto. 2127 de 1945, toda vez, que:

-habiéndose declarado en la resolutiva de la sentencia


sustitutiva, al Revocar totalmente la del a quo; pero en la parte
final del inciso 3) del numeral Primero , determinó : “ y en lo
demás absolver a la demandada .” , encontrándose dentro de la
misma absolución incluida la pretensión SEPTIMA (sic).- El valor
de ($24.591,5=) diarios que corresponde liquidar por la
indemnización moratoria….,dado que está probada la mala fé
(sic) del patrono(Empleador) al no pagar la totalidad de las
prestaciones sociales de cesantías , primas , vacaciones y
primas de vacaciones reales de la trabajadora durante toda la
verdadera relación laboral una véz (sic) culminada la labor como
lo ordena la ley, y habiéndose declarado el contrato realidad.

Para la demostración del cargo, argumenta que las


consideraciones hechas por el fallador de alzada, en lo
relativo a la buena fe del empleador, cuando efectuó la
cancelación las prestaciones sociales de manera oportuna,
se incurrió en interpretación errónea del art. 1° del DL 797
de 1949, siendo esta quien consagra la indemnización
moratoria aplicable a los trabajadores oficiales; que dejó de
lado los salarios condenados como indemnización por el
despido en el numeral 3° de la parte resolutiva de la
sentencia del Tribunal, lo cual encuentra sustento legal en
el art. 51 y 52 del Decreto 2127 de 1945, fuera de las

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situaciones a que se refieren los artículos 16, 47, 48, 49 y


50.

Aduce, que el actuar del empleador no estuvo dentro


de los parámetros de la buena fe, toda vez que la entidad
sabía de antemano el contrato que se celebró y los plazos
presuntivos que le asistían; que la trascendencia de la
apreciación errónea desvirtúa la base que utilizó el juzgador
de segundo grado, por catalogar como irrisoria la suma de
$3.688.725, debido que era el salario de los 5 meses que
faltaban para que se cumpliera el plazo presuntivo, el cual
desconoció la demandada por tomar una fecha distinta a la
que correspondía, lo que sí se puede catalogar como mala
fe.

Refiere, que está a cargo del empleador demostrar la


buena fe para obtener la exoneración de la sanción
moratoria, tal como lo sostiene la jurisprudencia, y que por
no aportar a los autos los razonamientos para acreditar su
buena fe, le asiste la sanción del art. 1° del Decreto 797 de
1949, máxime cuando en el comunicado de despido se le
informa que el reconocimiento y pago de dicha sanción era
de acuerdo al Decreto 2127 de 1945, y así lo ha sostenido la
esta Sala en sentencia CSJ SL, 14 jun. 2011, rad. 38866 (f.°
27 a 30, ibídem).
XI. RÉPLICA

No se encuentra réplica en el escrito de oposición


contra el presente cargo, por existir dos cargos titulados
bajo el nombre de «cargo tercero», lo que probablemente

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llevó a su inobservancia para ejercer el derecho que le asiste


al opositor.

XII. CARGO CUARTO

Acusa la sentencia,

Por violación indirecta de la ley sustancial establecida en la


causal primera del articulo (sic) 87 del Código de Procedimiento
Laboral, modificado por el articulo (sic) 60 del decreto 528 de
1964, por considerar la sentencia acusada parcialmente como
violatoria de la ley sustancial, concretamente por error de hecho,
derivada del articulo (sic) 1 del decreto Ley 797 de 1949 (que
modificó el art. 52 del D.R. 2127 de 1.945”, 174 y 177 del Código
de Procedimiento Civil, contenida en el hecho que, habiéndose
declarado en la resolutiva de la sentencia sustitutiva, al Revocar
totalmente la del a quo; pero en la parte final del inciso 3) del
numeral Primero, determinó: “y en lo demás absolver a la
demandada”, encontrándose dentro de la misma absolución
incluida la pretensión SEPTIMA (sic).- El valor de ($24.591,50)
diarios que corresponde liquidar por la indemnización
moratoria…., dado que está probada la mala fé (sic) del patrono
(Empleador) al no pagar la totalidad de las prestaciones sociales
de cesantías, primas, vacaciones y prima de vacaciones reales
de la trabajadora durante toda la verdadera relación laboral una
véz (sic) culminada la labor como lo ordena la ley, y habiéndose
declarado el contrato realidad.

Para la demostración del presente cargo, utiliza los


mismos argumentos que anteceden; que el Tribunal
incurrió en el error de hecho por negar la aplicación del art.
1° del Decreto Ley 797 de 1949, la cual establece la
indemnización moratoria para los trabajadores oficiales,
que se apoyó en una jurisprudencia que data del año 1958,
cuando determinó que la diferencia entre lo pagado y
adeudado era irrisorio; finalmente, realiza la transcripción
de la sentencia CSJ SL, 1° mar. 2011, rad. 40206, con el
propósito de acreditar los salarios insolutos, las

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prestaciones sociales e indemnización moratoria a que tiene


derecho (f.° 30 a 38, ibídem).

XIII. RÉPLICA

Sostiene que, habiéndose direccionado la acusación


por la vía indirecta, era deber del recurrente demostrar cual
era la prueba no examinada o contemplada de manera
equivocada por parte del ad quem; que brillan por su
ausencia los requisitos que exige la norma para el buen
direccionamiento del cargo en la modalidad planteada, toda
vez que no se puede atacar por medio de planteamientos
globales, sino bajo la singularización de la prueba
legalmente calificada tachada de la equivocación que
conduzca a la equivocación de un error manifiesto y
trascendente, que sea prima facie, tal como lo ha sostenido
la Corte Suprema de Justicia en su jurisprudencia.

Que no se demuestra que el empleador hubiera obrado


de mala fe al aplicar el plazo presuntivo como causal de
terminación del vínculo contractual; que por no existir
violación de la Ley sustancial y por haberse fundado la
sentencia en la normatividad vigente, solicita desechar los
cargos formulados (f.° 56 a 57, cuaderno de la Corte).
XIV. CONSIDERACIONES

Sobre el alcance de la impugnación, se ha dicho que


éste constituye el petitum de la demanda, por manera que
debe ser claro el censor en su formulación, pues no basta
con solicitar que se case la sentencia de segundo grado,

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además, es necesario decirle a la Corte, qué hacer con la


sentencia de primer grado, si revocarla, modificarla o
confirmarla; si se trata de casaciones parciales, debe
indicarse también cuál o cuáles aspectos de la providencia
del Tribunal deben ser anulados y cuáles deben subsistir.

Sobre el tema esta Corporación en reciente


pronunciamiento, Sentencia CSJ SL10092-2017, advirtió:

1.- El numeral 4º del artículo 90 del Código Procesal del


Trabajo y de la Seguridad Social, establece que la demanda
debe contener «la declaración del alcance de la impugnación»,
que como lo ha reiterado la Sala consiste en la indicación de lo
que «(…) se debe casar, es decir, la parte de la sentencia
acusada que debe quebrarse, o la totalidad de la misma,
conforme a las circunstancias del caso; la actividad de la Corte
en sede de instancia, o sea señalar si el fallo de primera
instancia debe confirmarse, revocarse o modificarse; y en estos
dos últimos casos, qué debe disponerse como reemplazo» (CSJ
SL, 20 oct. 2005, rad. 24440).

[…] Significa lo anterior, que le correspondía al recurrente


acusar la decisión del Tribunal, e impetrar en sede de
instancia, lo que pretendía frente a la decisión de primer
grado, esto es, su confirmación, modificación o revocatoria y,
en estos dos últimos casos, cuál sería la decisión de
reemplazo, pero nunca en los términos como está formulado.

En el sub lite, en el alcance de la impugnación, que es


común a todos los cargos, la recurrente pide que se «CASE
parcialmente la sentencia acusada, y así se revoque en este
sentido la de primera instancia» (negrilla del texto
original). Sin embargo, omite decir, en una sentencia que le
fue parcialmente favorable, qué puntos de la misma son los
que le generan inconformidad y cuál ha de ser la sentencia
de remplazo que debe proferir este cuerpo colegiado, sin que
sea posible suplir o adivinar su voluntad.

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Con todo si se considerara superada la anterior


falencia, tampoco estarían llamados a prosperidad los
cargos, por lo siguiente:

1. Frente al cargo primero

Planteado por la vía directa, este cargo persigue el


pago de cesantías, primas, vacaciones y derechos
convencionales causados, desde el 15 de noviembre de
1990 hasta el 30 de marzo de 2003, olvidando que no
puede discutir los supuestos fácticos que sirvieron de base
al Tribunal para tomar su decisión; entre los cuales se
encuentra la fijación de los aspectos de competencia del
juzgador, en la medida que por autos del 8 de octubre de
2009 y 30 de noviembre de 2010, se declaró probada la
excepción de falta de competencia en forma parcial y, se
determinó, que el examen de las reclamaciones se ceñiría a
determinar i) la existencia de la relación laboral, ii) la
procedencia de las indemnizaciones por despido injusto y
moratoria, y iii) la condena en costas.

Esta Corporación, repetidamente ha sostenido que la


reclamación administrativa constituye un factor de
competencia del juez del trabajo cuando la demandada sea
la Nación, las entidades territoriales o cualquiera otra
entidad de la administración pública, como lo son las
encartadas en el sub lite. En sentencia CSJ SL8603-2015,

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reiteró lo dicho en las sentencias CSJ SL, 13 oct 1999, rad.


12221 y CSJ SL, 23 feb 2000, rad. 12719, donde dijo:

Con todo, huelga resaltar que la demanda contra una entidad


oficial, para su habilitación procesal y prosperidad, ha de
guardar coherencia con el escrito de agotamiento de la vía
gubernativa, de suerte que las pretensiones del libelo y su causa
no resulten diferentes a las planteadas en forma directa a la
empleadora, porque de lo contrario se afectaría el legítimo
derecho de contradicción y defensa e, incluso, se violaría el
principio de lealtad procesal. En este mismo sentido se ha
pronunciado en anteriores oportunidades la Sala (cas. del
15/02/00, exp. 12767 y 22/10/98, exp. 11151).

En esa misma providencia, y como consecuencia de lo


anterior, puntualizó:

Significa lo anterior que mientras no se haya agotado dicho


trámite, el juez del trabajo no adquiere competencia para conocer
del asunto. La importancia de realizar la reclamación
administrativa con anterioridad a iniciar la acción contenciosa
radica en la posibilidad que la Ley le otorga a la administración
pública de revisar sus propias actuaciones antes de que estas
sean sometidas al conocimiento de la Jurisdicción Ordinaria en
sus especialidades laboral y de seguridad social, de modo que la
falta de esta reclamación con anterioridad a la instauración de la
demanda es insubsanable.

De donde resultaba imposible al Juez de segundo


grado hacer pronunciamientos respecto de aspectos sobre
los que no había adquirido competencia, como quedó
zanjado al resolver la excepción previa propuesta por la
demandada. Por tanto, lo planteado no está llamado a
prosperar.

2. Frente al cargo segundo

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Acusa la sentencia proferida por el ad quem de violar,


por la vía directa, en la modalidad de aplicación indebida
los art. 40, 47 y 51 del Decreto 2127 de 1945, 2º de la Ley
64 de 1946 y por no haber aplicado el artículo 7º del
Decreto 2351 de 1965; con los cuales procura que se
liquide la indemnización por despido injusto con uso de las
normas aplicables a los trabajadores particulares, por pacto
contenido en el contrato de trabajo.

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Dada la vía y modalidad de confrontación


seleccionada, no son objeto de cuestionamiento los
siguientes hechos que fueron admitidos por el Tribunal: i)
que la señora SANDRA PATRICIA CASTILLO PINZÓN laboró
al servicio de ADPOSTAL, entre el 2 de enero de 1991 y el 4
de febrero de 2006, en calidad de trabajador oficial; ii) que
entre el 2 de enero de 1991 y el 31 de marzo de 1993,
estuvo vinculada mediante contratación que encubría una
verdadera relación laboral y; desde el 1º de abril de 1993
hasta la finalización del vínculo, por medio de contrato de
trabajo y, iii) que la demandante fue despedida sin justa
causa (f.º 23 y 24, cuaderno del Tribunal).

A juicio de la Sala, el Tribunal no aplicó


indebidamente las normas destinadas a los trabajadores
oficiales, en especial la existencia de un plazo presuntivo de
seis meses en seis meses para la renovación del contrato de
trabajo, y el consecuente derecho al pago de los salarios
correspondientes al tiempo que faltaba para cumplirse el
plazo presuntivo, con ocasión de la terminación unilateral y
sin justa causa de su contrato de trabajo.

Al respecto, la Sala en sentencia CSJ SL13130-2017


explicó:

Se anota lo anterior, porque examinado el alcance del artículo 51


del Decreto 2127 de 1945, no encuentra la Sala que el Tribunal
lo haya interpretado con error, pues dicho precepto, que regula la
indemnización de perjuicios derivada del despido injustificado
del trabajador oficial, prevé como posibles resarcimientos, el
lucro cesante, esto es, el pago de los salarios dejados de percibir
por el tiempo que restaba para cumplir el plazo pactado o
presuntivo, y el daño emergente, y los demás que se llegaren a

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producir con la ruptura del vínculo, solo que condicionando el


reconocimiento de los últimos, a la acreditación por el trabajador
oficial de su causación, sin que sea aplicable o extensible, como
lo quiere hacer ver la censura, el artículo 64 del CST, pues el
texto de la normativa en comento de ninguna manera lo prevé.

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Las normas consagradas para los trabajadores


oficiales, deben emplearse de forma preferente, pues no
existe algún motivo que justifique la diferenciación, más
aún, aunque en el contrato de trabajo obrante a folio 18 del
cuaderno del Juzgado, se lee en la cláusula séptima que
son justas causas para terminar el vínculo de forma
unilateral, las consagradas en el art. 7º del Decreto 2351 de
1965, ello no sustituye en forma automática la
reglamentación para el pago de una indemnización por
despido sin justa causa de los trabajadores oficiales, esto
es, el artículo 51 del Decreto 2127 de 1945.

En consecuencia, no existen los supuestos del artículo


64 del CST, para la pretensión indemnizatoria que reclama
el actor en su condición de trabajador oficial, porque el
resarcimiento de perjuicios derivado del despido
injustificado, cuando se está inmerso en una vinculación
contractual laboral con el Estado, está regulado en el
artículo 51 del Decreto 2127 de 1954, por lo que al fallador
no puede desconocer la disposición referida.

Sobre el particular, se refirió esta Corporación en la


sentencia CSJ SL, 13130-2017, que reiteró la CSJ SL1497-
2014 que:

También debe tenerse en cuenta que la figura del plazo


presuntivo, concretamente definida en los artículos 40 y 43 del
Decreto 2127 de 1945, no ha sido declarada contraria a los
postulados de la Constitución Política, por el Consejo de Estado,
además de que, contrario a lo que afirma la réplica, dicha
Corporación, en la sentencia CE, 13 sep. 2007, rad. 11001-03-

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25-000-2003-00089-01(414-03), estableció que a través de ella


no se desconocía el principio de igualdad.

[…]

Al respecto, esta Corporación mediante sentencia de 29 de agosto


de 2002, expediente 0002-99, Consejero Ponente doctor Tarsicio
Cáceres, dijo lo siguiente:

La Sala comparte dicho criterio de no sometimiento de la relación


laboral de los trabajadores oficiales al Código Sustantivo del
Trabajo porque el vínculo del Estado con sus servidores es de
naturaleza diferente a la relación laboral que rige entre
particulares, pues en aquél está de por medio el interés público,
mientras que ésta pone en juego el interés privado. Desde la
propia promulgación de la legislación laboral en el año de 1950
se hizo salvedad, pues el estatuto laboral fue concebido, de
acuerdo con su artículo 1º, con la finalidad de “… lograr la
justicia en las relaciones que surgen entre patronos y
trabajadores…”, lo que indicaba que las relaciones entre el
estado (sic) y sus servidores quedaban excluidas de dicha
regulación jurídica.

De acuerdo a las anteriores consideraciones, no se puede


predicar la violación del derecho de igualdad en el caso objeto de
estudio porque, estando frente a grupos de trabajadores que la
única afinidad que presentan es su vinculación mediante un
contrato de trabajo, ilógico sería que recibieran un trato igual o
similar.

No sobra destacar, que deviene impropio solicitar la


aplicación de normas del estatuto sustantivo laboral, pues a
este se someten los trabajadores particulares, como lo prevé
el artículo 3 del CST, sin que puedan tener cabida frente a
los trabajadores oficiales, por disponerlo así el artículo 4
ibídem (CSJ SL9681-2017).

En consecuencia, el cargo no tiene vocación de


prosperidad.

3. Frente al cargo tercero.

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Adolece de un grave defecto técnico, en la medida que


se plantea por la vía directa, por infracción directa derivada
de la interpretación errónea de la Ley 797 de 1949, con lo
cual entremezcla, sin justificación alguna, dos modalidades
de la violación directa de la ley conocidas en la casación del
trabajo que, como es sabido, terminan siendo excluyentes
entre sí, habida cuenta de que la infracción directa supone
el dejarse de aplicar al caso una norma que le era aplicable,
negarse a aplicarla por desconocimiento o rebeldía; en tanto
que la interpretación errónea trata la aplicación de la norma
cuyo contenido resulta alterado, en razón de que el Tribunal
le da una inteligencia que no corresponde a su cabal y
genuino sentido.

Estos defectos, por el carácter dispositivo del recurso,


no pueden ser enmendados oficiosamente por la Sala, sino
que son del resorte exclusivo de quien formula el cargo, el
cual debe ser completo en su estructuración, claro en su
planteamiento y adecuado a la vía y modalidades elegidas.
Además, la exposición realizada para sustentar el cargo, es
en gran medida un alegato de conclusión, que transcribe
decisiones de esta Corporación sin realizar un esfuerzo
argumentativo que conduzca a la aplicación de ellas.

4. Frente al cargo cuarto.

Resulta totalmente antitécnica la formulación del


cargo, pues se acusa la violación indirecta de la ley
sustancial, por considerar la sentencia acusada

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parcialmente violatoria de aquella, por error de hecho,


derivada del art. 1º del Decreto Ley 797 de 1949, 174 y 177
del CPC.

En primer lugar, omite el censor la modalidad en que


propone la violación parcial de la ley sustancial; así mismo
involucra normas procesales civiles, sin plantear que fueron
el vehículo para la violación de normas sustanciales
(violación medio); tampoco consigna cuáles fueron los
errores de hecho en que supuestamente incurrió el Juez de
alzada y las pruebas en que se sustenta dicho yerro o
yerros fácticos.

La fundamentación no pasa de ser un alegato de


instancia, en el que el recurrente expone su inconformidad
con la sentencia cuestionada, lo que no corresponde a las
exigencias técnicas del recurso extraordinario de casación e
impide el estudio de la acusación, tal como hizo en el cargo
anterior, sin destruir la presunción de legalidad y acierto
que cobija la sentencia del Tribunal (CSJ SL17468-2014).

Así pues, el cargo se desestima.

Las costas del recurso extraordinario, por virtud de


que la acusación no salió avante y hubo réplica, serán a
cargo de la parte recurrente SANDRA PATRICIA CASTILLO
PINZÓN. Como agencias en derecho se fija la suma de tres
millones setecientos cincuenta mil pesos ($3.750.000), que
se incluirán en la liquidación que se practique conforme a

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lo dispuesto en el artículo 366 del Código General del


Proceso.

XV. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia dictada el catorce (14) de febrero de dos
mil doce (2012), por la Sala Laboral del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Villavicencio, dentro del proceso
ordinario laboral seguido por SANDRA PATRICIA
CASTILLO PINZÓN contra el PATRIMONIO AUTÓNOMO
DE REMANENTES DE ADPOSTAL EN LIQUIDACIÓN,
representado legalmente por la FIDUCIARIA LA
PREVISORA S.A. - FIDUPREVISORA S.A.

Costas como se dijo en la parte motiva.

Cópiese, notifíquese, publíquese, cúmplase y


devuélvase el expediente al tribunal de origen.

SANTANDER RAFAEL BRITO CUADRADO

CECILIA MARGARITA DURÁN UJUETA

CARLOS ARTURO GUARÍN JURADO

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