La Regla de Oro
La Regla de Oro
🌷La obediencia a Dios debería ser la respuesta lógica a su amor y a todo lo que él ha
hecho y hace por nosotros. 🌷Una vida de obediencia a Dios es una vida con un
fundamento sólido, capacitada para enfrentar las tormentas de la vida sin derrumbarse
por completo. ¿Quieres que tu vida sea así? Vive en obediencia a Dios. 🌷 Si obedeces
al Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán siempre...
(Deuteronomio 28:2) 🌷CLUSION: Obedecer a Dios no es fácil, nuestra naturaleza
siempre presentara resistencia, pero si logramos sujetar esta carne para que se someta
a Cristo. Descubriremos que la recompensa en mucho mayor que cualquier sacrificio.
🌷 El camino de la obediencia es un camino recto, trazado y dirigido por Dios. Seguirlo
requiere determinación, un compromiso real y continuo. Puede que te parezca muy
sacrificado y sí, en ocasiones lo es. Pero la recompensa es grande: ¡vida! Encontrarás la
verdadera vida cuando permitas que Dios guíe tus pasos.🌷 Le contestó Jesús: El que
me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él.
(Juan 14:23)
¿Amas a Dios? ¡Querrás obedecerlo! Es tan sencillo como eso. Y al mostrar tu amor a
Dios por medio de la obediencia sentirás dentro de ti la convicción de su presencia.
Vivir conforme a la voluntad de Dios te hará más sensible a su presencia y a su amor.
Esto es así porque quitarás del medio las consecuencias del pecado y el sentido de
culpabilidad que vienen como resultado de la desobediencia.
Con mucho gusto doy respuesta a tu pedido. TRANSFIGURACION DE JESÚS. Como una
semana después que Jesús les había dicho claramente a Sus discípulos que Él iba a
sufrir, a ser muerto, y resucitado a la vida (Lucas 9:22). “Jesús tomó consigo a Pedro, a
Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. Mientras oraba, la apariencia de su rostro se
hizo otra, y su ropa se hizo blanca y resplandeciente….” Aparecieron Moisés y Elías y
hablaban con Jesús acerca de Su muerte que pronto tendría lugar. Pedro, no sabiendo
lo que decía y estando muy asustado, ofreció armar tres enramadas para ellos. Esto es
indudablemente una referencia a las enramadas que se utilizaban para celebrar la
Fiesta de los Tabernáculos, cuando los israelitas habitaron en tiendas durante 7 días
(Levítico 23:34-42). Pedro estaba expresando su deseo de quedarse en ese lugar.
Cuando una nube los envolvió y una voz dijo, “Este es mi Hijo, mi Escogido; a Él oíd.”
La nube se levantó, Moisés y Elías desaparecieron y Jesús estaba solo con Sus
discípulos, quienes aún estaban muy atemorizados. Jesús les advirtió que no dijeran
nada a nadie de lo que habían visto, hasta después de Su resurrección. Las tres
narraciones de este evento se encuentran en Mateo 17:1-8; Marcos 9:2-8, y Lucas 9:28-
36.
Los discípulos nunca olvidaron lo que sucedió ese día en el monte y sin duda este fue
el propósito. Juan escribió en su evangelio, “Y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14). Pedro también escribió
sobre ello, “No seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos
oculares de su majestad. Pues cuando El recibió honor y gloria de Dios Padre, la
majestuosa Gloria le hizo esta declaración: Este es mi Hijo amado en quien me he
complacido; y nosotros mismos escuchamos esta declaración, hecha desde el cielo
cuando estábamos con El en el monte santo.” (2 Pedro 1:16-18). Aquellos que fueron
testigos de la transfiguración, testificaron de ello a los otros discípulos y a incontables
millones a través de los siglos.
Dios que es perfecto plan tenía también un plan perfecto a través del cual vendría a la
tierra no solo para hacer grandes prodigios y milagros sino también para cumplir la
promesa del nuevo pacto que Dios hizo con su pueblo. 🌷NECESIDAD DE UN
SALVADOR. Necesitamos un Salvador porque Dios planea que le demos gloria (Isaías
43:7) y que disfrutemos de Su comunión para siempre (Salmo 27:4). Él desea
conformarnos a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29).
La necesidad de un Salvador. En resumen, Dios tiene un plan. Es perfecto, y Él no
cambiará de opinión para llevarlo a cabo. Sin embargo, Su plan involucra a los
humanos, y somos pecadores hasta la médula. Puesto que Dios es santo, no puede
tolerar la presencia del pecado, y, a menos que de alguna manera nos limpie, es
imposible que Él lleve a cabo Su plan eterno con nosotros. La solución de Dios: ofrecer
el sacrificio perfecto, una vez y para siempre, para limpiarnos del pecado y
reconciliarnos con Él. Esto lo hizo con Su Hijo en la cruz. Necesitamos un Salvador
porque no podemos salvarnos a nosotros mismos. Necesitamos un Salvador porque,
sin Cristo, somos considerados como "sin esperanza y sin Dios en el mundo" (Efesios
2:12). El hecho de que Jesús muriera en la cruz es prueba suficiente de que
necesitamos un Salvador.