I.E.S.P.

P “NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE”

PLANIFICACIÓN CURRICULAR EN UN ENFOQUE POR COMPETENCIA EN
ENTORNOS VIRTUALES

SESIÓN N°1

LA PLANIFICACIÓN CURRICULAR EN UN ENFOQUE POR COMPETENCIAS

Tema 1:

LA PLANIFICACIÓN CURRICULAR EN UN ENFOQUE POR COMPETENCIAS

En esta unidad reflexionaremos sobre las implicancias de la planificación curricular en la

práctica docente, además definiremos la planificación curricular en un enfoque por
competencias, su importancia y sus alcances como una herramienta valiosa e indispensable
que facilita no solo la tarea pedagógica, sino también el logro de aprendizaje de los
estudiantes.

Reflexiones sobre la planificación curricular.

La reflexión es una valiosa herramienta para los docentes, el acto de educar implica también
un profundo proceso de reflexión y uno de los aspectos más polémicos de la tarea docente es
lo que se refiere a la planificación, en muchos casos el maestro siente que es una tarea
burocrática, abrumadora y que sólo recarga su trabajo, es común escuchar a los docentes
argumentar que dedican más tiempo al papeleo que ha implementar estrategias en el aula.

A menudo la planificación curricular adquiere todo el perfil de un caprichoso trámite

burocrático que solo sirve para generar en los docentes sensaciones de estrés y se convierte
en una tarea totalmente alejadas de la verdadera práctica pedagógica, los docentes piensan
que se trata de cumplir con formalismos absurdos que no ayudan en nada al logro de
aprendizaje de los estudiantes.

Un año lectivo suele comenzar con una etapa de enorme trabajo para los profesores que
muchas veces, paradójicamente, no parece traducirse en un aporte significativo a la hora de
proyectar cómo y de qué manera lograremos que los estudiantes aprendan.

¿Realmente es así? ¿Es la planificación una

herramienta valiosa para el maestro? ¿Cuál es la
operatividad de la planificación en el aula?
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Es necesario que todos los docentes comprendan que el objetivo esencial de la planificación es
justamente el de ser una herramienta útil y no una mera molestia burocrática acorde a las
exigencias administrativas de turno. De allí que a veces parezca necesario volver a recordar
que planificar significa revisar los logros de años anteriores, seleccionar información, estimar
tiempos, calcular recursos, en síntesis, trazar un plan útil.

Queda a directivos y a docentes hacer de la planificación un aporte a la práctica pedagógica y

no un problema en sí mismo. Porque la realidad de lo que sucede en la escuela sabemos bien
que se encuentra dentro de las aulas... y no necesariamente en las artificiales columnas
reglamentarias. Así pues, creemos que recuperar el sentido de la planificación no solo
profesionaliza el rol docente sino probablemente contribuye a mejorar la calidad misma de la
enseñanza.

Ante todas estas interrogantes y la gran diversidad de opiniones sobre el tema, presentamos
algunos textos que nos pueden ayudar a la reflexión sobre la planificación y su importancia no
solo para el desempeño docente, sino también para el logro de aprendizajes de los
estudiantes.

LECTURA: 1

La planificación, ¿Realmente cuánto nos sirve o la hacemos «para cumplir»?

« ¡Qué lindo sería ser docente si no tuviéramos que

planificar!». ¿Cuántas veces pensamos o escuchamos algo
parecido en conversaciones con colegas? La idea, bastante
instalada, hace, por ejemplo, que los editores de libros
escolares ofrezcan materiales para los docentes a los que,
sostienen, «no puede faltarles la planificación, porque los
docentes la piden».

«No puede faltarles la planificación, porque los docentes la piden». Además de ser un
requerimiento administrativo, pero es necesario reflexionar ¿por qué la planificación es una
necesidad de la práctica educativa?

La especialista Ruth Harf, en su conferencia «Poniendo la planificación sobre el tapete»,

sostiene que es innegable que planificar forma parte de las actividades cotidianas de
educadores y de la institución escolar en su totalidad pero que, frecuentemente, es vivido
como algo temido y percibido como una «carga pública», en lugar de ser algo percibido como
importante y necesario para el trabajo pedagógico.

La planificación: Una actividad humana

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Planificar es una actividad eminentemente humana. Se planifica, de una manera u otra, toda
actividad voluntaria en la medida en que significa poder anticipar, prever, organizar y decidir
cursos de acción, esto toma especial importancia en el proceso de aprendizaje.

Generalmente, bajo la denominación de «planificación» suele considerarse únicamente al

producto concreto, pensamos en los formatos que vamos a usar, en cómo lo vamos a
completar, pero lo más importante es tener en cuenta todos los procesos que debe llevar a
cabo un docente para planificar y como debe organizar y estructurar de forma permanente
todos los elementos del currículo.

Pero esta reflexión nos permite reconocer que la dificultad mayor para los docentes en
relación a la planificación radica en la forma como el docente aborda el aprendizaje y sobre
todo en cuánto conoce el currículo que debe concretizar mediante la planificación, porque
todos los docentes planificamos de una u otra manera , incluso los docentes que manifiestan
que la planifican es un proceso engorroso y cansado, reconocen que, de una u otra manera,
tratan de anticipar lo que van a hacer en sus clases. Piensan, por ejemplo, « ¿qué puedo hacer
hoy?», « ¿cómo puedo aprovechar los materiales que conseguí?», « ¿cómo hago para que los
chicos se interesen en tal o cual propuesta?», entre otras cuestiones.

La coherencia entre los

diversos elementos
curriculares —su selección,
gradualidad, complejizarían
y articulación— se ven
favorecidas por el ejercicio
escrito de la planificación.

¿Para qué planificar?

Siguiendo éste orden de pensamiento podemos pensar, ¿Para qué poner por escrito la
planificación sí, de todos modos, el docente planifica «mentalmente»? Los especialistas
coinciden en que, cualquiera sea el formato que se adopte, la planificación escrita permite,
entre otras ventajas, organizar las actividades y estrategias de modo coherente y
consistente, y respondiendo a determinada lógica curricular. Cuando el docente se anticipa
y planifica, permite reducir la incertidumbre y la improvisación. Todo lo que se planifica, en
definitiva, deja siempre un espacio para atender las contingencias e imprevistos que
pueden presentarse en el proceso de enseñanza aprendizaje.
LECTURA 2

LA REFLEXIÓN Y LA PLANIFICACIÓN
“Aprender sin reflexionar es malgastar energía”.
Confucio
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La planificación es, sin duda, uno de los estadios más importantes en el proceso educativo. Es
el primer paso para lograr el aprendizaje completo y eficaz de los contenidos que requieren los
alumnos. Es más, con una buena planificación los resultados son mucho más previsibles y por
ende es un buen augurio para una evaluación satisfactoria.

Planificar es imperioso para un profesor, pues permite juntar la teoría con la práctica. Es decir, poder
hacer uso de los contenidos (teoría), que son más o menos estándares y comunes, de la forma más
conveniente posible. De esta manera, una planificación apropiada implica que el docente pueda
recurrir a diferentes herramientas y metodologías para que los contenidos programáticos lleguen de
mejor manera a los alumnos.

Pensar con anterioridad las clases, permite secuenciar y segmentar el contenido, haciéndolo
coherente y funcional, lo que repercute directamente en la capacidad de los alumnos para
apropiarse y asimilar las lecciones de manera global e íntegra.

Es también necesario, que la planificación se pregunte por los objetivos, tanto generales como
específicos, pues sólo de esta manera se pueden analizar los resultados de la enseñanza, con
relación a si se cumplen de buena manera o no. Así, una planificación basada en objetivos
guiará y encauzará las sesiones, permitiendo un ordenamiento más eficaz.

Sin embargo, no hay que olvidar que la enseñanza es un proceso dinámico, en que influyen
muchas variantes que a veces escapan al control y planificación. Por esto, no siempre hay que
ver la planificación como una instancia rígida sin posibilidad de cambio. La planificación debe
ser vista más que nada como una importante guía de apoyo, que a veces puede modificarse
debido a circunstancias especiales.

Finalmente hay que tener en consideración que una planificación seria requiere de ciertos
antecedentes previos que ayuden en la tarea, pues la planificación necesariamente debe
tomar en cuenta condiciones de los alumnos, de infraestructura, de herramientas educativas y
el contexto del estudiante.
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LECTURA 3

¿CÓMO SE SITÚA EL PROFESOR ANTE EL CURRÍCULUM QUE HA DE PLANIFICAR?

Reflexión sin acción es verbalismo, y acción sin reflexión es activismo.

Paulo Freire

Por muchos años en nuestro país hemos planificado con la lógica de que debíamos desarrollar una
serie de actividades y al final lograr lo que llamábamos objetivos de aprendizaje, hoy debemos
trabajar competencias, lograr que el estudiante “viva2 el aprendizaje, aprenda haciendo.

Pérez Gómez (1987) señala que, por lo general, los profesores comienzan con una idea difusa de
la actividad que pretenden desarrollar en la práctica, michas veces tienen alguna idea de lo que
piensan hacer, pero ésta no está estructurada, no tienen claro que esperan lograr, en el proceso
de planificación, dicha idea se va elaborando y adaptando a los intereses y necesidades de los
estudiantes y sus contextos, al currículo vigente , a los medios y recursos didácticos disponibles, a
la configuración del espacio y del tiempo, al clima psicosocial del aula y a todos los elementos que
confluyen en una sesión de aprendizaje, que son muchos y que el docente siempre debe tener en
cuenta.
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Por esta razón, cuando se plantea un modelo único de planificación, con la idea de que es posible
y conveniente predeterminar de forma pormenorizada todo lo que el docente debe hacer en una
sesión de aprendizaje , se comete un error, porque si bien es cierto se debe respetar una
estructura y armonizar todos los elementos del currículo es el docente quien decide cómo se
desarrollará una sesión de aprendizaje, qué competencias se trabajarán, cuántos desempeños
deben trabajarse y los métodos, técnicas y estrategias que deben utilizarse y la secuencia de cada
actividad.

Por eso es necesario que los docentes elaboren de forma colaborativa la planificación de aula,
tomando en cuenta las necesidades, intereses, expectativas y contexto de los estudiantes,
tomando en cuenta el clima en el aula, permitiendo la expresión y aparición de acontecimientos
no previstos, sin ignorar la riqueza de los procesos reales que se producen entre durante el
desarrollo del proceso de aprendizaje en el aula.

De aquí viene que tratar de que el profesorado unifique bajo un esquema común la organización
del currículum en una escuela o la planificación de un área curricular o de lo que ha de suceder en
una clase, no deja de ser una ilusión basada en el idealismo de que el conocimiento tiene “una”
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forma de representación y planificación, y que como tal puede ser captada y traspasada por el
profesorado.

Todos éstos no son argumentos en contra de la planificación, sino una llamada a hacerle perder su
rigidez y su carácter normativo, es decir, una voz para que vuelva a la realidad. La planificación es
importante, porque cuando el profesor la realiza, e intenta especificar desde una actitud flexible
la concreción de la actividad didáctica, esto puede favorecer el análisis de los propósitos de
aprendizaje, de los procesos que trata de favorecer y las consecuencias que de unas
determinadas decisiones pueden derivarse, lo que confluye en una confrontación de alternativas
en el proceso de la acción. En definitiva, como señala el mismo Pérez Gómez, conducen a la
reflexión sobre la práctica, y con ello al perfeccionamiento profesional del profesor, derivado de
su comprensión de los procesos y consecuencias que sus decisiones y propuestas desencadenan,
y de la interpretación que realiza tanto de su actuación como de la de los alumnos.

LECTURA: 4

¿QUE ENCONTRAMOS CUANDO LOS DOCENTES PLANIFICAN?

La forma de llevar a cabo la planificación curricular varía de acuerdo a cada colegio y en muchos
casos a cada profesor, todavía es necesario fortalecer la idea de que una planificación eficiente
debe ser colegiada, es decir, llevarse a cabo de forma colaborativa, si hacemos un recorrido por
diferentes colegios encontraremos diversas formas en que los docentes llevan a cabo el proceso
de planificación entre ´las cuales tenemos las siguientes:

Hay grupos de profesores para quienes la planificación curricular supone, seguir el modelo que
vienen elaborando hace muchos años, incluso antes de que tengamos el Currículo Nacional 2016
vigente, el currículo cambió, el enfoque cambió, pero ellos no cambiaron, siguen utilizando el
mismo formato que ya no responde al enfoque por competencias con que se trabaja hoy.

En otros casos se sigue planificando en función a los contenidos a modo de listado porque es lo
único que interesa, se siguen calificando nota de cuaderno de libro, de actitud ante el área, tratan
de cumplir a nivel de Institución Educativa con lo que pide el MINEDU o la UGEL, pero solo en el
papel porque en el aula continúan trabajando de la misma manera de siempre.

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Otros docentes parten de la revisión de los contenidos de un área curricular, siguen pensando solo
en áreas y aún no comprenden bien lo que significa una competencia, tampoco conocen las
capacidades que la conforman ni cómo lograr que los estudiantes puedan alcanzar los
desempeños, están conscientes que hay un cambio, pero como no entienden bien la lógica de un
currículo por competencias, siguen desarrollando solo contenidos en el aula.
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Existen también casos en que los docentes trabajan de forma aislada, no planifican en equipo, en
muchos casos la planificación solo consiste en cambiar los datos y algunos pequeños detalles de la
planificación del maño anterior y así perpetuar éstas malas prácticas al momento de planificar.

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Existe otro grupo de docentes que comprende el enfoque por competencias, son conscientes
del gran cambio y el proceso de transición por el que está pasando la educación peruana, de
un enfoque por contenidos a un enfoque por competencias y a pesar de que conocen el
currículo y los elementos claves del mismo, aún no saben que estrategias se deben aplicar
para lograr las competencias propuestas y por lo tanto siguen trabajando con lo que ya
conocen, es decir, por contenidos.

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El otro grupo de docentes pertenecen a colegios que están trabajando por competencias, son
aquellos docentes que conocen bien el currículo y comprenden la importancia de desarrollar
competencias en los estudiantes, estos docentes están en un proceso de adaptación y de
aprendizaje para poder empoderarse del enfoque por competencias y todo aquello que éste
implica.

Estos casos , que a su vez adquieren una dimensión temporal diferente, muestran la variedad de
interpretaciones que el profesorado otorga al significado “realizar la planificación curricular” y
abre la necesidad de plantearse la actitud de encararlo, teniendo en cuentan la normativa
vigente.

LECTURA: 5

DEL SEGUIMIENTO DE LAS NORMAS A UNA REVISIÓN REFLEXIVA

El profesor no solo debe seguir patrones o normas establecidas por las autoridades competentes,
sino que debe ser eminentemente creativo porque la planificación también es un acto de
creatividad teniendo en cuenta el contexto y las particularidades de los estudiantes.

El profesor, tomando el planteamiento de Giroux (1990), es o podría llegar a ser un intelectual

comprometido con el conocimiento, que investiga y experimenta, y que utiliza el conocimiento
para comprender los términos de la situación social del contexto del colegio, del aula, de los
grupos y de la localidad, así como para diseñar estrategias flexibles adaptadas a cada situación de
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aprendizaje, cuya eficacia y resultados experimenta y evalúa de forma permanente y que
comparte todo este proceso con otros colegas con los que debe trabajar de forma colegiada.

El profesor debe reflexionar permanentemente y preguntarse ¿qué fundamenta su práctica?,

¿qué enfoques (epistemológicas, ideológicas, pedagógicas) la guían?, ¿qué relación se puede
establecer entre el pensamiento y la acción?, ¿el enfoque pedagógico cambia la práctica?, ¿qué
hacer con las diferentes interpretaciones que surgen en torno a un elemento del currículo, o al
valor que se le da a un concepto, o como éste se detecta en la práctica de la sesión de
aprendizaje?

El sentido de la reflexión no es una actitud dentro de un sistema de pensamiento psicológico, sino

que está en relación con un modo de pensamiento crítico, es decir, que el docente debe
cuestionar continuamente su propia práctica pedagógica.

Marsick (1991) señala que ser críticamente reflexivo significa buscar las presunciones,
valoraciones y creencias que subyacen en las acciones, ¿realmente los docentes son
conscientes que buscan que aprendan los estudiantes? No todos los docentes reflexionan
sobre su práctica pedagógica.

Ser críticamente reflexivo, ya requiere haber aprendido cierto nivel de reflexión por simple que
sea, es decir, requiere ser capaz de examinar de forma regular la propia experiencia, en aras de
asegurar su propia efectividad. Cuando el aprendizaje del profesor incluye reflexión crítica, puede
ser más fácil examinar todos los fenómenos que se producen en el aula, es decir, en el contexto
de la propia práctica de trabajo.
Esto supone que los docentes deben tener una preparación adecuada y disponer de información
que traspase el ámbito de su área de especialización, para actuar como profesional capacitado,
como un docente competente y pueda tomar decisiones sobre cómo planificar y cómo llevar a
cabo y concretizar esa planificación en el aula y en las diferentes situaciones que pueda
encontrarse en su trayectoria profesional. Lo que implica también decidir qué fundamentos sobre
el enseñar y el aprender orientará dicha práctica. Sólo así la obligación de llevar a cabo la
planificación curricular dejará de vivirse como una imposición de la administración y se
transformará en una necesidad de la propia actitud profesional del profesorado se tendrá una
verdadera planificación que oriente y garantice el desarrollo de competencias en el aula.