Trabajo Social 2
Trabajo Social 2
Trabajo Social 2
Intervención: dispositivo que abarca distintas perspectivas, las cs. Sociales le dan el marco, es un
proceso. Es un dispositivo porque no es natural, lo construye a través de la demanda. Relación entre el
marco conceptual con dialogo al contexto histórico-social, donde las signficaciones sociales se unen a
otras. Margarita utiliza el término de campo problemático, él habla de ejes de la intervención como por
ejemplo: lazos sociales los cuales deben construirse. Ve la necesidad como un derecho no cumplido y
donde lo cultural es inminente para la integración.
La intervención social tiene la idea de transformación, libertad y emancipación de lo otro. Los
hechos sociales aparecen en la intervención como una forma dinámica, flexible y cambiante y logra
tensionar lo objetivo con lo subjetivo a partir de la relación de lo micro con lo macro dados en la
intervención. Las acciones de esta intervención serían la escucha, el análisis y la acción.
La protección social serían instituciones, políticas, planes y programas que en cada situación se
expresará, pero también debe mirar los lazos sociales y los problemas sociales desde una perspectiva
ligada a lo macrosocial. El lazo social se vincula con la intervención en las tramas sociales que rodean al
sujeto de intervención, es un elemento de integración del sujeto. Además el TS se involucra con
problemas sociales que pueden comprender necesidades o no, se ha vuelto un canal de demanda hacia
la resolución de necesidades.
La intervención en lo social se puede pensar desde tres ejes espaciales: macro, meso y
microsocial.
La noción de sujeto subjetivado hace referencia a la instancia en que el propio sujeto sale de la
pasividad y es apto de generar subjetividad.
El análisis de los problemas se puede organizar en: objetivo, interpretativo y explicativo.
La interpretación implica una intensa relación con la cultura, lugar donde se construye la acción y
las decisiones.
La intervención como proceso implica el desarrollo de acciones relacionadas que tienen como fin un
resultado concreto, abarca componentes materiales y simbólicos
El autor define a la “cuestión social” como la inquietud acerca de la capacidad para mantener la
cohesión de una sociedad. Amenazan con la ruptura ciertos grupos cuya existencia hace vacilar la
cohesión del conjunto.
Define a la handicapología como aquella población de ancianos indigentes, niños sin padres,
lisiados, ciegos, etc que tienen en común el no poder subvenir a sus necesidades básicas porque no
están en condiciones de trabajar. Por tal razón se los desliga de la obligación del trabajo. Estas
poblaciones son clientes potenciales de lo social-asistencial. Es un concepto metafórico.
Totalmente distinta de la condición de los asistidos es en efecto la situación de quienes, siendo
capaces de trabajar no lo hacen. Aparecen con la figura del “indigente inválido”. Este dependiente de
auxilio, no puede beneficiarse con los dispositivos de asistencia.
El tránsito de la cuestión social: surge en el capitalismo ya que antes, en las sociedades
preindustrial predominaba la tutela (relaciones sociales diferentes, asimétricas) donde no había
igualdad. Luego, en las sociedades industriales predominó el CONTRATO (en la soc. capitalista) el cual
supone una igualdad. Habrá libertad e igualdad que permitirán la urbanización y el desarrollo industrial.
Pero, no todos somos iguales ya que no tenemos el mismo lugar en la sociedad y esto es un riesgo
permanente. El conflicto está dentro de la organización donde acá, se formará la cuestión social, ya que
hay una situación incompleta porque el hombre pasa a ser libre pero está sujeto a buscar sus propios
medios de producción del capital.
Lo social-asistencial es la forma de atravesar los problemas, la cuestión social enmarcada en su
proceso histórico. Es la forma que asume cada país en un determinado momento histórico para realizar
las intervenciones. El término “asistencia” apunta a prácticas que se inscriben en una estructura común,
determinada por ciertas categorías de poblaciones carecientes y por la necesidad de hacerse cargo de
ellas.
La configuración de éste serán prácticas de función protectora-integrativa con rasgos de
localización y de especialización con una creciente tecnificación. Se caracteriza en oposición con los
modos de organización colectiva que eviten ese tipo de recursos, por eso existen sociedades sin lo social
donde ésta es regulada por la sociabilidad primaria, sociedades de permanencia donde el individuo
insertado desde su nacimiento en una red estrecha de coacciones. Precisamente se dirá que lo social-
asistencial se constituye en analogon de las sociedades primarias donde la desafiliación se relaciona a la
territorialización.
La asistencia depende del domicilio de socorro.
La nueva cuestión social será esa cuestión del estatuto del sector asalariado, porque el salariado
ha llegado a estructurar nuestra formación social, éste acampó en los márgenes de la sociedad, después
se instaló en ella pero siguiendo subordinado y finalmente se difundió hasta envolverla. El trabajo es más
que trabajo, por ello, el no-trabajo es más que desempleo. Reaparecieron los perfiles “trabajadores
sin trabajo” denominados “inútiles para el mundo”.
La ruptura de trayectoria
La “crisis” rompió con una barrera de representación del progreso: la creencia en que el mañana
sería mejor que hoy, que se puede pensar en un futuro, etc. La crisis es indisociable de la valorización del
papel del Estado, el cual es actor donde se elevó la ambición de conducir el progreso, es
socialdemocráta. En este se postula como el principio de gobierno de la sociedad.
Se dirá que no existe, que es un ideal.
Se deberá por empezar a desembarazarse de la molesta celebración de los “Gloriosos trina” para
explicar esta trayectoria ascendente que parecía llevar a un futuro mejor:
Por su carácter inacabado: hubo una reducción de la arbitrariedad patronal en materia de despidos, los
despidos eran entonces poco numerosos y el contrato de trabajo por tiempo indeterminado llegaba a
menudo hasta el límite. El crecimiento facilitó las cosas. Con el cambio de coyuntura, el endeudamiento
era una herencia perversa de los años de crecimiento.
Además los “logros sociales” tuvieron un efecto perverso, por ej con los acontecimientos de
mayo en 1986. Se decía que el Estado hacia mal lo que tenía que hacer. Las intervenciones del Estado
social tenía un poderoso efecto homogeneizador, donde se desarrolló el individualismo de los actores. Se
fue desestabilizando por el debilitamiento del Estado-nación.
La intervención social se orienta a apuntalar la estructura frágil, del libre contrato de trabajo. La
cuestión social es un problema de la sociedad capitalista, donde experimenta el enigma de cohesión
social, es una aporía fundamental donde los vectores de integración serán inserción laboral e inserción
relacional. La construcción de lo social se tendrán diferentes criterios: pertenencia e ineptitud para el
trabajo.
La cuestión social se va reconfigurando en función del sector salarial: en la soc proletaria, social
obrera y soc salarial.
7- Pereira, Potyara: necesidades humanas: para una crítica a los patrones mínimos de sobrevivencia
Potyara escribe en base a Doyal y Goug los cuales hablan de las necesidades humanas. Estos
discuten con los naturalistas ya que las necesidades son humanas, con los culturalistas porque no
responden a patrones culturales y a un determinado grupo y además, con los relativistas ya que dicen
que es relativa a cada grupo.
Las necesidades humanas son objetivas y universales porque su no satisfacción influye en la
reproducción social y además crea pérdidas materiales y psicológicas.
Resalta la universalidad de las necesidades humanas sacando el punto etnocentrista
Habla de dos conjuntos de necesidades básicas: salud física y autonomía. La salud física es una necesidad
natural ya que además de ser seres biológicos somos seres autónomos y tener autonomía es ser capaz
de elegir objetivos y creencias.
Si hay un déficit se puede dañar: la salud mental, la habilidad cognitiva y la oportunidad de
participación.
La autonomía crítica: critica y cambia si es necesario las reglas y prácticas culturales, por ello la
salud física y autonomía deben estar en un contexto colectivo.
El nivel óptimo de autonomía se basa en: óptimo inferior y superior
8- Margarita Rozas: La intervención profesional en relación con la cuestión social
• Funcionalismo de Parsons: según ésta perspectiva cada persona tiene posibilidad de ser “agente”
en tanto actúa en función de propósito y voluntad, no es un acto automático.
El concepto de ESTRUCTURA establece tres sistemas de acción: de la personalidad, de la
sociedad y de la cultura, los cuales se relacionan con dimensiones de la vida social. Para él los
sistemas sociales tienen dos mecanismos: el de asignación (en relación a la producción) y el de
integración (le da a la asignación un marco).
La perspectiva simplificadora de la práctica social del profesional está limitada a la
administración de recursos y a la generación de éstos. Se acentúa en el crecimiento de la
pobreza, cambio de las políticas sociales y desarrollo de programas sociales.
10- Rozas, Margarita: Una perspectiva teórica metodológica de la intervención en el Trabajo Social
La inserción en el proceso metodológico consiste en iniciar el conocimiento de dicho contexto
particular a fin de establecer una ubicación profesional. Situarse frente y en interrelación e interacción
con los actores de la intervención profesional.
Ella habla de “estrategias metodológicas”. Para lograr una intervención profesional es necesaria la
construcción del campo problemático enmarcado dentro de la cuestión social, entendiéndola como la
relación sujeto-necesidad. Para ello plantea un proceso metodológico que no son pasos a seguir sino un
proceso, que los ordena en tres momentos: inserción, diagnóstico y planificación.
Los conceptos claves que utilizaríamos para la inserción comunitaria serían problematizar la
realidad social, direccionar el proceso de conocimiento a través de la recolección de datos sobre diversas
dimensiones de la vida de los sujetos.
Los criterios que se tienen para iniciar el proceso de inserción son: Inicio a través de una demanda
institucional o colectiva, no tomar medidas apresuradas, establecer diálogos informales, observaciones,
etc.; profundizar el contacto con informantes claves y analizar proyectos y programas.
UNIDAD II
UNIDAD III
20- Castel
Capitulo 8: La nueva cuestión social
El resultado de los análisis precedentes lleva a interpretar la cuestión social tal como se plantea hoy
en día a partir del derrumbe de la condición salarial. Durante mucho tiempo, el sector asalariado
acampó en los márgenes de la sociedad; después se instaló en ella, pero siguiendo subordinado, y
finalmente se difundió hasta envolverla de un extremo a otro, para imponer su marca en todas partes.
Pero precisamente en el momento en que parecían haberse impuesto definitivamente los atributos
ligados al trabajo para caracterizar el estatuto que ubicaba y clasificaba al individuo en la sociedad, en
detrimento de los otros sostenes de la identidad, precisamente en ese momento, la centralidad del
trabajo ha sido absolutamente cuestionada.
Sin mitificar el punto de equilibrio al que llegó la sociedad salarial hace unos veinte años, se consta
entonces un deslizamiento de los principales parámetros que aseguraban esa armonía frágil. El trabajo
es más que el trabajo, y por tanto el no-trabajo es más que el desempleo, lo que no es poco decir. Por
otra parte, la característica más perturbadora de la situación actual es sin duda la reaparición del perfil
de los “trabajadores sin trabajo” a los que se refirió Hannah Arendt.
Éste es un período incierto hacia una inevitable reestructuración de las relaciones de producción:
habría que cambiar algunas costumbres para encontrar una configuración estable. Setrataría de una
mutación completa de nuestra relación con el mundo del trabajo y, de nuestra relación con el mundo:
habría que inventar una manera totalmente distinta de habitar este mundo, o resignarse al Apocalipsis.
UNIDAD V
23- Marfil, Sara Elena. “De hacer piquetes a hacerse del Estado”. Un estudio sobre la configuración de
la acción política.
Estar en el Estado reconfiguró formas de hacer política: nuevas tareas, obligaciones y
principios de legitimidad. La adhesión a la política del gobierno por estos movimientos es leída por
algunos investigadores sociales como cooptación, domesticación y reconversión de sus dirigentes o
cuadros para funciones de control social desde el Estado. Un matiz de la cooptación, es la visión de
“oportunidad política” o “instrumentalista”, donde los movimientos sociales obtienen beneficios
materiales del Estado y a cambio se desmovilizan y apoyan las políticas de gobierno.
Los investigadores consideran que la “institucionalización” puede ser leída como un intento por
instalar en el gobierno los reclamos históricos de los sectores subalternos, colocando a los actores en un
lugar activo dentro de un campo de fuerza y poder. Desde las mismas ciencias sociales, se discute el
enfoque del concepto de “cooptación” ya que éste no da cuenta de la política activa del kirchnerismo; a
su vez, se observa que los trabajos y análisis académicos ‘tienen por base empírica principal’ las fuentes
periodísticas y poca observación directa y entrevistas.
Actualmente los movimientos sociales han sido integrados al Estado de diversas maneras, por
ejemplo, mediante la integración al cuerpo legislativo de la provincia de Buenos Aires, para ‘humanizar la
política’ con el objetivo mismo de transformar la sociedad en un lugar para todos.
Entre las cuestiones que la autora señala como históricas pueden verse los siguientes
aspectos:
El ingreso al Palacio Legislativo de innumerables banderas identificadoras de los distintos
barrios.
La presencia no sólo simbólica de las banderas, sino de otro rasgo principal de los
movimientos sociales como lo es la participación de masas movilizadas.
La diferenciación que causaba la utilización de las vestimentas típicas de las identidades
barriales en contraste con los trajes de los legisladores ‘de academia’.
En otro apartado, la autora nos comenta acerca del cómo es la funcionalidad del sistema legislativo: nos
habla acerca de la configuración de bloques de diputados que discuten los
proyectos de ley. Nos dice también que esto se complementa con el trabajo militante: recorrer
despachos de otros diputados y/o funcionarios, y considerar a la variable ‘tiempo’ como fundamental del
proceso legislativo.
Hace un eje transversal acerca de las visiones y enseñanzas que su compañero de política “Juanjo”
le inculcó no solo a ella, sino al equipo de trabajo mismo. Entre las que destaca:
Su entrada (la de Juanjo) a la Cámara como ‘el piquetero’ que no dejó de pertenecer a las
expresiones políticas anteriores al 2001.
Su predilección al trabajo de campo, al que era denominado como ‘práctica militante’. ‘Estar’ en
el barrio y en la Cámara siendo funcionario era mostrar que el Estado se construye “ocupando”.
Lo sectorial tenía que ser reemplazado por un proyecto que incluya a todos los sectores.
Hablaba acerca del cambio de rol que en la sociedad pasó a ocupar, desde protestas
ruidosas en la puerta del Palacio Legislativo, a ser un auténtico ejecutor de leyes.
Sostenía que “Ocupar” el Estado es también una manera de visibilizar lo invisibilizado. Esto
significó colocar en el centro de la escena la discusión sobre las expropiaciones.
El Estado es concebido como una relación social que se construye y se disputa, éste puede
expropiar a través de una ley y de un juicio, obligando al propietario a ceder el dominio de un bien a
cambio de una indemnización. Para expropiar hacen falta dos condiciones, por un lado, declarar el bien
como de utilidad pública y sujeto a expropiación,
ya que la misma se realiza para satisfacer el bien común. Por otro lado, hace falta que el Estado pague la
indemnización al propietario por el bien apropiado.
Con la sanción de la Ley que declara la emergencia de Tierra, Vivienda y Hábitat en el territorio de
la Prov. de Buenos Aires, se resalta “el acceso a la tierra y a una vivienda digna,
como requisito fundamental para el desarrollo de los demás derechos humanos, tanto sociales como
individuales”. Esto buscaba regularizar la situación dominial de todos los vecinos de la provincia.
La práctica militante se resignifica en una práctica legislativa. Ocuparse que el Estado se ocupe, es
construir un Estado distinto al neoliberal, donde entre otras políticas se redujo el gasto público. Con
‘ocupar’ se entiende en expandir e integrar áreas de intervención relegadas; no sólo diseñando políticas,
sino también destinando fondos y recursos.
Ser militante era una característica propia que debían tener aquellos que conformaban el equipo
de trabajo de “Juanjo”. Esto quería decir fundamentalmente, tener una actitud de servicio en el
horizonte de las grandes causas del pueblo. No sólo servir, sino servir organizadamente. Las reuniones
semanales de este equipo tenían como objetivo: discutir, acordar, consensuar y coordinar las tareas
territoriales. La centralidad del militante debía pasar por entender a su ‘tarea’ como un trabajo, con
tareas específicas, responsabilidades, cumplimiento de horarios, valores y convicciones. (No un sentido
de militancia de mando). Estos integrantes recibían un salario por su importante labor de
seguimiento y recorrido geográfico (distanciándose del trabajo voluntario).
Al mismo tiempo que en el contexto social se resignificaba la categoría militante, algo similar
ocurría con la de vecino. El equipo retomaba la categoría ‘vecino’ y la colocaba en el centro de la acción
despojando a la de ‘piquetero’.
La tarea de hacer visibles a las personas en los años 2000-2001 fue en la ruta. En el 2005-2009
en la Cámara, en el recinto, en los parlamentos, en los talleres, en los encuentros. El gobierno municipal
(en los ’90), dividía a los territorios en áreas administradas por secretarías que no tenían en cuenta a los
vecinos.
Otro cambio citado fue en la denominación de “organizaciones sociales” por “organizaciones
populares”. Es la vieja denominación, se dejaba entrever su carácter ampliamente conservador, liberal, y
estático -basado sólo en la administración ajustada-; la
nueva muestra una dinámica más participativa, y con capacidad de transformación.
Estos puntos permiten reflexionar sobre algunos puntos en el debate académico sobre los enfoques de
cooptación, institucionalización, estatalización de los movimientos sociales.
La propuesta política era superar la fragmentación que habían producido las políticas
neoliberales de los noventa. Superar un Estado minimizado, no intervencionista y donde la economía del
mercado era la única forma de acabar con la crisis económica y social. Mostrar y generar una visión
popular dentro del Estado era integrar lo sectorial, al decir de Juanjo “soy piquetero, soy dirigente
popular pero hoy discuto la política”.-