Respuestas A Un Dispensacionalista
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Respuestas A Un Dispensacionalista
Parte 1
RESPUESTA: La Biblia dice claramente que la tierra que Dios le ofreció y prometió a Abraham, a
Isaac y a Jacob, (Génesis 28.13-14; 32.28; 35.10) se las dio, por lo tanto es una promesa
cumplida:
ARGUMENTO: Pero Israel solo tomo una pequeña porción de esa tierra, es necesario que la
tome totalmente conforme a la promesa divina.
RESPUESTA: Error, Israel poseyó todo lo que el Señor había prometido conforme a sus
palabras. Como lo afirma el texto de 1 Reyes 4:20:21
"Judá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo,
bebiendo y alegrándose. Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos DESDE EL EUFRATES
HASTA LA TIERRA DE LOS FILISTEOS Y EL LIMITE CON EGIPTO; y traían presentes, y sirvieron a
Salomón todos los días que vivió."
ARGUMENTO: ¡Pero los judíos deben regresar a Jerusalén antes de la venida de Cristo para
que se cumplan las Escrituras!
RESPUESTA: Error, Las Escrituras revelan que Abraham y los patriarcas entendieron el
propósito de heredar el mundo entero, y que de sus lomos vendría un "Rey Eterno" por tanto
fijaban sus ojos por la fe, en aquella JERUSALEN CELESTIAL QUE SE APROXIMABA.
"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como
herencia; y salió sin saber a dónde iba. (...) porque esperaba LA CIUDAD QUE TIENE
FUNDAMENTOS, CUYO ARQUITECTO ES DIOS".
De la Jerusalén terrenal nos dice Pablo que esta muerta, y que ha dejado de tener valor como
propiedad divina:
Galatas 4:26
"Ahora bien, Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, porque ella
está en esclavitud con sus hijos. Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésta es nuestra madre"
ARGUMENTO: Pero Dios tiene un plan especifico con el pueblo de Israel según Romanos 9 y 11
y nadie lo puede negar.
RESPUESTA: En realidad así ha sido siempre, pero al consolidarse el plan de Dios a través de su
hijo Jesucristo, se nos ha mostrado la inescrutable sabiduría del Señor, cual es, que a ese
"Israel" se pertenece por la fe, y no por clausulas raciales. De manera que "No hay ya judío ni
griego" sino un solo pueblo, llamado "iglesia". La Iglesia es el Israel de Dios.
En el año 70, el judaísmo tuvo su fin. Dado que el judaísmo tenia como centro al "Templo", al
ser destruido el templo, termino el judaísmo. Sin templo no hay sacrificios, ni expiación, ni
sacerdotes, ni leyes sanitarias y religiosas. El Templo es ahora cada creyente (1 Corintios 3:16)
y se nos manda ofrecer sacrificios con nuestra vida, conducta y adoración: (Romanos 12:1-3)
ARGUMENTO: Según Génesis 12:3 Quien bendice a Israel sera bendito y quien lo maldice sera
madito
Siendo así, son malditos todos aquellos que rehúsan amar y obedecer al Señor Jesus Cristo y
benditos todos aquellos que aman al Señor Jesucristo. Entendiendo esto, Pablo decía:
Mira lo que dice la biblia vulgata de san Jerónimo y los comentarios que deja los padres de la
iglesia
2) Y yo te haré cabeza de una nación grande, bendecirte he, y ensalzaré tu nombre, y tú
serás bendito * o serás una bendición. 3) Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los
que te maldigan, y EN TI (en uno de tus descendientes) serán benditas todas las naciones de
la tierra *.
- Los comentarios bíblicos que deja los padres de la iglesia en la Biblia Vulgata
Ver. 2 Comprende esta bendición los bienes temporales; pero ya dice San Pablo que esperaba
Abram «aquella ciudad bien fundada, cuyo arquitecto y fundador es Dios».
Ver. 3 Esto es, en Cristo. (Gálatas. 3: 16; Gálatas. 3: 8)
PRUEBAS DE QUE BABILONIA ES JERUSALÉN EN APOCALIPSIS
Parte 2
2. La Certificación Histórica
Si se considera que el Apocalipsis habla del Juicio sobre la Iglesia Católica Romana, entonces
hay que ver si la historia concuerda con la descripción de la Escritura Santa. Es un dato
histórico que la ciudad de Roma nunca fue destruida en la misma manera como fue destruida
Jerusalén. Ningún historiador sabe de plagas en la Babilonia, del Río Eufrates dentro del
periodo del primer siglo, ni tampoco en otro periodo después. ¿Llamó Dios a los cristianos a
salir de la Iglesia Católica Romana? Por otro lado, Josefo habla que la distancia de la
destrucción de Jerusalén y sus libros, claramente son paralelos al libro del Apocalipsis de Juan.
3. La Gran Ciudad
Repetidamente Juan se refiere a Babilonia como la Gran Ciudad (Apoc.14:8; 16:19; 17:5,18;
18:2, 10, 16, 18,19 y 21. En adición a estos versículos, Apoc.11:8 menciona la gran ciudad
donde fue crucificado nuestro Señor. ¿Es solamente una mera coincidencia que Jerusalén y
Babilonia sean llamadas la gran ciudad en el Apocalipsis?
Para el AT y el NT Jerusalén es la ciudad de más importancia. Por ejemplo Mat. 5:35; 16:21;
23:37 al 24:34; Luc.13:33; 21:20; 24:47; Hech.1:4-5; 2:1ss; 8:1 etc. Jerusalén se menciona más
de 600 veces. Son mencionadas otras ciudades pero a ninguna se le da tanta atención como a
Jerusalén. Es lógico creer que la gran ciudad del Apocalipsis es la misma gran ciudad del resto
de la Biblia.
4. La Nueva Jerusalén
Existe un contraste muy claro entre la ramera y la novia virgen (Apoc.17:2-5; 21:2ss). Este
contraste abre el camino para creer que en el Apocalipsis hay dos ciudades y solamente dos;
cada una es la antítesis de la otra. Hablar de una nueva Jerusalén implica que hay una vieja
Jerusalén. La Jerusalén judaica con todas sus apostasías debía haber sido quitada para la
venida de la nueva Jerusalén que es el Reino de Cristo. El comentario de Juan sobre la nueva
Jerusalén fluye de su discurso sobre la desaparición de la vieja Jerusalén, la Babilonia.
También, no hay que olvidar que el Apocalipsis de Juan es nada menos que una ampliación del
sermón escatológico de nuestro Señor en el Monte de los Olivos.
5. La Madre de las Rameras
Este título solo le queda a Jerusalén. Después de todo, ella adulteró en su relación como
esposa de Jehová. No solamente mató a los profetas (Mat.23:34-37), sino que asesinó al Hijo
de Dios, el Cristo (Hch.2:36; 7:51-52). ¿Hay otra ciudad que haya hecho peor que Jerusalén?
¿Cómo puede Roma ser la madre de las rameras y abominaciones cuando ella es solo una
bebita contrastada con Jerusalén? Las infidelidades de ninguna otra ciudad se comparan con
las de Israel en el punto de vista de Dios, porque él estaba casado con ella. Isaías escribió de
Jerusalén: “¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella
habitó la equidad; pero ahora, los homicidas” (1:21).
7. La Escena de Apoc.17-18
Babilonia tiene que ser Jerusalén basado en las descripciones de Apoc.17-18. Por ejemplo ella
se vestía con “púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas…”
(17:4). Esta es una obvia referencia a Jerusalén. Vea Luc.21:5; Mat.23:16-17 y Éxo.28. Hay por
lo menos ocho características que apuntan no a Roma, sino a Jerusalén.
Conclusión
Hemos tratado de presentar una interpretación consistente de Babilonia en la Escatología de la
Escritura. Tanto Pedro como Juan reconocían a Jerusalén como malísima y lista para el juicio
(1Ped.4:7,17; Apoc.18:10,20). Esta idea tiene sus raíces en las parábolas habladas por Jesús
(Mat. 13:24-30, 36-43; 21:33ss; 22:1ss). El Espíritu Santo fue enviado a recordar a los discípulos
de estas palabras y revelar más acerca de las cosas venideras (Jn. 14:26; 16:13). Así
encontramos el Apocalipsis lleno de detalles que pertenecen al juicio en las parábolas y
profecías de Cristo que hablan en referencia al pacto.
Parte 3
2. La Certificación Histórica
Si se considera que el Apocalipsis habla del Juicio sobre la Iglesia Católica Romana, entonces
hay que ver si la historia concuerda con la descripción de la Escritura Santa. Es un dato
histórico que la ciudad de Roma nunca fue destruida en la misma manera como fue destruida
Jerusalén. Ningún historiador sabe de plagas en la Babilonia, del Río Eufrates dentro del
periodo del primer siglo, ni tampoco en otro periodo después. ¿Llamó Dios a los cristianos a
salir de la Iglesia Católica Romana? Por otro lado, Josefo habla que la distancia de la
destrucción de Jerusalén y sus libros, claramente son paralelos al libro del Apocalipsis de Juan.
3. La Gran Ciudad
Repetidamente Juan se refiere a Babilonia como la Gran Ciudad (Apoc.14:8; 16:19; 17:5,18;
18:2, 10, 16, 18,19 y 21. En adición a estos versículos, Apoc.11:8 menciona la gran ciudad
donde fue crucificado nuestro Señor. ¿Es solamente una mera coincidencia que Jerusalén y
Babilonia sean llamadas la gran ciudad en el Apocalipsis?
Para el AT y el NT Jerusalén es la ciudad de más importancia. Por ejemplo Mat. 5:35; 16:21;
23:37 al 24:34; Luc.13:33; 21:20; 24:47; Hech.1:4-5; 2:1ss; 8:1 etc. Jerusalén se menciona más
de 600 veces. Son mencionadas otras ciudades pero a ninguna se le da tanta atención como a
Jerusalén. Es lógico creer que la gran ciudad del Apocalipsis es la misma gran ciudad del resto
de la Biblia.
4. La Nueva Jerusalén
Existe un contraste muy claro entre la ramera y la novia virgen (Apoc.17:2-5; 21:2ss). Este
contraste abre el camino para creer que en el Apocalipsis hay dos ciudades y solamente dos;
cada una es la antítesis de la otra. Hablar de una nueva Jerusalén implica que hay una vieja
Jerusalén. La Jerusalén judaica con todas sus apostasías debía haber sido quitada para la
venida de la nueva Jerusalén que es el Reino de Cristo. El comentario de Juan sobre la nueva
Jerusalén fluye de su discurso sobre la desaparición de la vieja Jerusalén, la Babilonia.
También, no hay que olvidar que el Apocalipsis de Juan es nada menos que una ampliación del
sermón escatológico de nuestro Señor en el Monte de los Olivos.
7. La Escena de Apoc.17-18
Babilonia tiene que ser Jerusalén basado en las descripciones de Apoc.17-18. Por ejemplo ella
se vestía con “púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas…”
(17:4). Esta es una obvia referencia a Jerusalén. Vea Luc.21:5; Mat.23:16-17 y Éxo.28. Hay por
lo menos ocho características que apuntan no a Roma, sino a Jerusalén.
Conclusión
Hemos tratado de presentar una interpretación consistente de Babilonia en la Escatología de la
Escritura. Tanto Pedro como Juan reconocían a Jerusalén como malísima y lista para el juicio
(1Ped.4:7,17; Apoc.18:10,20). Esta idea tiene sus raíces en las parábolas habladas por Jesús
(Mat. 13:24-30, 36-43; 21:33ss; 22:1ss). El Espíritu Santo fue enviado a recordar a los discípulos
de estas palabras y revelar más acerca de las cosas venideras (Jn. 14:26; 16:13). Así
encontramos el Apocalipsis lleno de detalles que pertenecen al juicio en las parábolas y
profecías de Cristo que hablan en referencia al pacto.
Es significativo que las primeras palabras de Jesús al responder a la pregunta, “¿Cuál será la
señal de tu venida?” fuesen, “Mirad que nadie os engañe.” Los últimos días iban a estar
marcados por múltiples engaños con respecto a la manera de la venida de Cristo. La palabra
que distingue todo engaño es la palabra “secreto.” La segunda venida de nuestro Señor es con
“poder” abierto y “gran gloria,” como el “relámpago” que cruza los cielos.
Esta doctrina nueva y “extraña” fue traída primero a los Estados Unidos por Malaquías Taylor,
uno de los Hermanos de Plymouth. Entre aquellos cautivados por ella estaba el Dr. C. I.
Scofield, quien llegó a ser su principal exponente. Preparó una nueva edición de la Biblia, y con
notas, encabezados, subtítulos y resúmenes, impuso sobre la Biblia un sistema de error tan
sutil como satánico como cualquiera que alguna vez haya sido inventado por el maestro del
engaño. El hecho mismo que estos errores se unan en un solo volumen con las Escrituras de
verdad, pueden explicar la rapidez con la cual el fuego del mal se ha propagado.
Siete así llamadas dispensaciones. La Biblia de Referencia Scofield divide la historia del mundo
en períodos de tiempo conocidos como “dispensaciones.” (1) Inocencia, (2) Conciencia, (3)
Gobierno humano, (4) Promesa, (5) Ley, (6) Gracia, (7) Reino.
En cada uno de estos períodos, el Señor “trata con el hombre con un plan diferente del plan de
las otras dispensaciones.” Por ejemplo, el período del Sinaí al Calvario fue “la dispensación de
la Ley;” desde la cruz a la segunda venida, “la dispensación de la gracia;” y desde la segunda
venida al final del milenio, “la dispensación del Reino.” No hay “mezcla” de métodos de
salvación durante estos períodos, de acuerdo con el esquema de Scofield. No hubo “gracia”
alguna en la dispensación desde Moisés a la cruz; no hay “ley alguna” en nuestro período
presente de “gracia.”
Además, nuestra era es la era de la iglesia, y no tiene nada que ver con el reino. La era por
venir marca el preludio del reino. Este “reino” le pertenece a la nación judía, la cual será
restaurada y su pueblo convertido durante el milenio. Estas siete dispensaciones son
debidamente catalogadas como “arbitrarias, imaginativas y carentes de respaldo escritural.”
No hay ninguna mención escritural de una dispensación de conciencia humana durante el
período antes del diluvio. Tampoco hay mención del reinado del gobierno humano durante el
período desde el diluvio a Abraham. Y aunque se hacen promesas a Abraham, de igual manera
se hacen preciosas promesas a los hijos de Abraham, quienes son los comprados con sangre de
las edades. Pero los males más serios se encuentran en las así llamadas dispensaciones quinta,
sexta y séptima. Todo amante y maestro de la verdad debiese conocer la magnitud de estos
errores y batallar contra ellos, usando la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
4. La falacia del “rapto secreto.” – La enseñanza con respecto al “rapto secreto,” o la toma
silenciosa de la iglesia antes del tiempo de conflicto, es un error de lo más serio. Note bien la
secuencia de eventos en los versículos 30 y 31 de Mateo 24. La reunión de los elegidos (v. 31)
sigue a la venida de Cristo en gloria y poder (v. 30). No sea inducido al error por el uso falso de
las palabras “parousia” y “apokalupsis.” La misma palabra traducida “venida” en Mateo 24:27
y 1 Tesalonicenses 4:15 es la palabra griega “parousia.” “Relámpago,” “voz,” “grito” son
palabras que describen la “parousia.”
5. La ilusión del retorno de los judíos. – La esperanza ilusoria de la restauración de la nación
judía en Jerusalén está destinada a atraer a millones al desierto de la destrucción. Las
promesas a la nación judía estaban todas condicionadas a la obediencia. Dios hizo todo lo que
podía hacer por los judíos al enviarles Sus profetas y finalmente a Su Hijo. Él no desechó a Su
pueblo. Las mismas primeras iglesias cristianas en los tiempos apostólicos estaban
conformadas casi totalmente de judíos. El Israel de Dios, a quien son hechas las promesas, es
el Israel espiritual. A Abraham y su simiente les pertenecen las promesas. “Si vosotros sois de
Cristo, entonces sois simiente de Abraham, y herederos conforme a la promesa.” Lea Romanos
4:13; 9:6-8; Romanos 4:8-12; Gálatas 3:7-9. Luego lea Oseas 13:9-14, y otras profecías del
Antiguo Testamento, para ver que la esperanza de las edades para Israel era por medio de la
resurrección de entre los muertos.
6. La posposición del Reino. – Note que cien veces el Señor Jesús se refirió al reino; solamente
dos veces a la iglesia. Su mensaje fue un mensaje del reino. “Arrepentíos, porque el reino de
los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2) fue el mensaje de Juan el Bautista. También fue la carga
de Jesús, de los doce, y de los setenta que fueron enviados como ministros de Jesús (Mateo
4:17; 10:7; Lucas 10:9). La puerta de entrada al reino no es a través de herencia racial, sino por
el nuevo nacimiento (Juan 3:3, 5). La ciudadanía en el reino de la gracia les pertenece a los
gentiles lo mismo que a los judíos (Efesios 2:19). Incluso ahora somos trasladados al reino de la
gracia (Colosenses 1:13). En la segunda venida los santos entran al reino de gloria (Daniel
7:27). La Biblia Scofield, añadiendo error al error, pospone el “reino” a una edad por venir y lo
convierte en una posesión de los judíos naturales.
7. La herejía de la “segunda oportunidad.” – Si un error pudiese ser más grande que otro,
entonces la doctrina de una oportunidad más favorable para salvación durante el milenio es el
más grande de todos. “Mirad, ahora es el tiempo aceptable.” El mundo está teniendo ahora su
“segunda oportunidad.” Más allá de la tumba no hay esperanza de salvación (Isaías 38:18).
Antes de la segunda venida de Cristo, la hora de prueba se habrá cerrado por la eternidad
(Mateo 13:38)
-Varner J. Jhonson.