El Diario de Emma

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Cap.

1
Era una niña muy pequeña cuando conocí a mi padre por primera vez, la verdad tenía
otras expectativas y eso me decepcionó un poco. Siempre viví con mi mamá y nunca me
faltó nada, no era la vida más lujosa, pero sí la más feliz. Mi mama siempre fue muy
estricta en mis estudios, me tenía un horario para las tareas y ella se sentaba a estudiar
conmigo; recuerdo que no teníamos internet ni señal para televisión, todas mis tareas la
hacíamos con libros y diccionarios que ella tenía, mi mamá siempre fue muy inteligente y
ella me explicaba matemáticas y química.
Aunque no tenía acceso a internet o a la televisión nunca me aburría, siempre fui una niña
muy feliz e hiperactiva, me gustaba salir a jugar con mis amiguitos, mi mamá me llevaba
casi todos los días al parque, salíamos mucho a hacer compras y a comer. Lo que más me
gustaba hacer con ella era pintar, siempre me compraba muchas pinturas y ella hacía un
dibujo y yo lo pintaba.
Mi mamá tenía una amiga de hace mucho y casi todos los fines de semana ella se quedaba
en nuestra casa con su hijo de mi misma edad, nosotros nos divertimos muchísimo y al
otro día siempre íbamos a comer helado y a jugar en toboganes.
Algo que me encantaba de mi madre era como admiraba el mar, le encantaba, siempre
hablaba maravillas y me decía que cuando fuéramos juntas al mar también me enamoraría
de él, ella me contaba sus anécdotas, como conoció a mi papá, cuando iba a carnavales y
me hablaba mucho de la playa, la arena y la brisa. Yo nunca había ido a la playa y siempre
quise ir con ella.
Recuerdo que ella me cuidaba mucho, era la niña de sus ojos, en las noches siempre me
cantaba canciones para quedarme dormida o me contaba historias de su infancia, quería
mucho a su papá él la cuidaba como ella lo hacía conmigo y era muy especial para ella.
Siempre fui una niña muy feliz a su lado.
proverbios 6:20

Cap 2.
Mi mamá odiaba ir a la casa de la abuela, nunca entendí porque, pero cuando terminaba
el colegio me dejaba ahí porque ella tenía que ir a trabajar y me recogía en la noche. Mi
abuelita siempre nos mandaba comida porque mi mamá casi no cocinaba. Cuando estaba
en la casa de ella aprovechaba para ver televisión y hacer tareas. En el conjunto de mi
abuela también tenía bastantes amigos y yo salía mucho a montar bicicleta y a jugar con
ellos. Mi abuela me mimaba demasiado, también era la niña de sus ojos; me compraba
muchos juguetes y dulces.
En la casa de mi abuela veía mucho a mis tíos que siempre iban a visitarla y también era
consentida de todos, me llevaban muchos dulces, me llevaban a jugar y a salir. En especial
mi tía Lu, ella siempre quiso tener una hija y por alguna razón no pudo; entonces le
gustaba pasar tiempo conmigo y me compraba mucha ropa y juguetes, me quería como si
fuera su hija.
Mi mamá siempre me contó que quería mucho a mi tía Lu porque era su hermana más
pequeña, y que cuando mi mamá estaba en Cartagena trabajando ella me cuidaba cuando
era una bebe, me llevaba al jardín, me daba de comer y me bañaba. Cuando mi mamá
volvió a Cali dejamos de vivir con ella, porque ya tenía más responsabilidades. Mi mamá le
pagaba la universidad a mi tia, trabajaba y me cuidaba al mismo tiempo, eran una gran
carga para ella entonces le pidió ayuda a mi padre que nos ayudará un poco
económicamente ya que era su deber responder por mí. Y de ahí en adelante mi mamá
llamaba a mi padre todos los meses.
El trabajo de mi mamá era un poco inestable, porque trabajaba mucho para el gobierno,
entonces la cambiaban mucho de sede y sus horarios, algunos meses estábamos mucho
en la casa y otros meses tenía que quedarme en la casa de abuela. No era algo que me
afectara, tampoco me afectó no vivir con mi padre, él siempre vivió en muchas ciudades
entonces lo veía 1 o 2 veces al año, no era algo de lo que me quejara pero nunca se ganó
mi cariño.
Recuerdo que cuando venía a visitarme era muy incómodo para mí, casi no me gustaba
acercarme a él ni dirigirle la palabra. Mi mamá siempre me regañaba y me decía que no lo
tratara mal, para mí era muy difícil estar con él porque no tenía mucha confianza y
tampoco me comprometi a acercarme a él. También me molestaba que no se preocupaba
mucho por mí y que mi mamá siempre tenía que llamarlo para decirle que me llamara y
me mandara dinero para mi colegio o alimentación.
1 timoteo 5:8

Cap 3.
En el colegio siempre me fue muy bien, nunca saque una mala nota ni perdí materias,
nunca fui la primera en el cuadro de honor pero no era algo que me importara mucho.
Algo que mi mamá me exigía siempre era que fuera de las mejores, porque sabía todo lo
que me esforzaba. En el colegio siempre he tenido de 3 a 5 amigas, no sé porque en el
colegio siempre me costó socializar. Yo era muy tímida todo el tiempo, no solo en el
colegio si no en todas partes a las que íbamos.
Algo que me afectó mucho era cuando mis compañeros se burlaban de mí por ser flaquita
y por mi zapatos, yo tenía un problema en los pies que me hacía caminar mal y eso le llevo
a mi mama a compararme zapatos ortopédicos, ella y mis profesoras me decían que eran
muy lindos pero a mí nunca me gustaron.
A mis compañeros creo que nunca les agrade, eran muy bipolares, algunos días me
trataban muy bien y otros días eran muy groseros conmigo, yo nunca fui grosera porque
mi mamá desde muy pequeña me enseñó valores y ella siempre fue un gran ejemplo a
seguir. En la escuela siempre fui una niña de pocos amigos, en todos los colegios en los
que estuve me rodeaba de 3 o 4 personas.
proverbios 17:17

Cap 4.
Mi vida era muy feliz hasta que mi mamá se enfermó, nunca me quiso decir que tenía, lo
único que sabía era que tenían que hacerle una cirugía, a causa de esta enfermedad
teníamos que mudarnos, ya que la clínica quedaba al otro lado de la ciudad y la cirugía era
de larga recuperación. Al ser así yo no podía estar sola, ya que mi mamá estaría en la
clínica todo el día y yo tendría que estar estudiando.
Entonces mis tíos buscaron una casa cerca a la clínica para mí, mi abuela, mi mamá y mi
tía. Buscaron por muchas semanas hasta que encontraron un apartamento bastante
amplio para las 4. A las semanas nos mudamos al otro lado de la ciudad, yo estaba
demasiado triste no solo por mi mamá, también por el hecho de que tenía que dejar a mis
amigos, mi vida iba a cambiar mucho y tenía que cambiar de escuela.
Ahora que estábamos en otro sector de la ciudad mis tíos Vivían más cerca y los veía más
seguido, antes de la cirugía mi mamá y mi tía estuvieron buscándome un colegio porque
ya iba a entrar a cuarto grado, estaba demasiado nerviosa, era en el segundo colegio en el
que estaba y como era muy tímida no sabía si se me sería fácil socializar.
Encontraron un colegio demasiado grande a lo que yo estaba acostumbrada, me decían
que eran muchos estudiantes y muchos salones, la verdad eso me intimido demasiado, yo
venía de un colegio de casa con pocos niños. Pero me relajé un poco porque faltaban unos
meses para entrar de nuevo a clases entonces me concentré en disfrutar las vacaciones.
proverbios 23:24

Cap. 5
Un día antes de la cirugía de mi mamá yo estaba demasiado nerviosa, recuerdo que esa
noche oré demasiado y le pedí a Dios que todo saliera bien y que pudiera ver a mi mamá
pronto. Al otro día solo estaba mi abuela en casa, cuando me levanté lo primero que hice
fue preguntarle por mi mamá, me dijo que ya le habían hecho la cirugía y que todo salió
muy bien pero que estaba muy delicada. Estuve muy feliz por la noticia y obviamente
quería ir a verla pero nunca me dejaron entrar a la sala de recuperación.
Mis tíos y mi abuela se turnaban para ir a cuidar a mi mamá, yo solo esperaba a que
llegaran a contarme como estaba mientras veía televisión con mi prima, ella me acompañó
y me cuido todas las vacaciones, al principio fueron unas vacaciones muy aburridas porque
aún no tenía amigos en el conjunto que vivía y tenía que jugar sola.
Cuando mi tío llegaba del hospital me llevaba a mí y a mi prima al centro comercial,
siempre nos compraba dulces y nos llevaba a los juegos, los tres nos divertíamos mucho
juntos. Cuando tenía que irme de nuevo al hospital llegaba mi tía Lu, siempre traía comida
y preparábamos pizza las dos o me llevaba a comer un helado.
Un día mi abuela se cansó de verme pegada en el televisor, y me llevó al parque del
conjunto. Había demasiados niños y como yo era muy tímida no le hable a ninguno. Hasta
que se acercó un niño a hablarme, se llamaba juan y fue muy amable conmigo, me
presentó a los otros niños y jugó mucho conmigo. Desde ahí todos los niños se volvieron
mis amigos y siempre me buscaban a mi casa para salir a jugar o ir a la piscina. Las
vacaciones terminaron siendo demasiado divertidas, hacía demasiadas cosas con mis tías y
mis nuevos amigos, logre distraerme un poco de lo que estaba pasando con mamá.
Justo antes de volver a la escuela mi mamá volvió del hospital, pasé mucho tiempo con
ella, la acompañaba a todas partes y le presenté a mis amigos, mi mamá le cogió
demasiado cariño a juan, lo invitaba a comer y siempre iba a mi casa a jugar.
salmos 133:1

Cap 6.
Ese año escolar fue muy agradable, logre hacer muchos amigos en el colegio y también
mencionando que me iba muy bien académicamente y era un horario que no me agotaba
para nada.
Todos los días mi mamá me levantaba a las 9 de la mañana, me preparaba mi desayuno
mientras veía televisión, recuerdo mucho que nuestro cuarto era el único que no tenía
parabólica, entonces mi mamá consiguió una antena y logramos tener 3 o 4 canales, casi
todos eran educativos pero para mi era suficiente. luego de desayunar hacía mis tareas,
normalmente no eran muchas entonces nunca estuve saturada de tareas. Mi mamá no era
maestra pero era muy buena enseñando matemáticas, ella me enseñó todo, a sumar,
restar, dividir y multiplicar y gracias a todo lo que me enseñó me iba muy bien en las clases
de matemáticas era una de las mejores. Mi mamá le enseñó a dividir a mis amigas era muy
divertido porque siempre que íbamos a jugar mi mamá nos recordaba que teníamos que
hacer tareas de la escuela, entonces lo hacíamos más dinámico y nos vestiamos como
estudiantes, mis amigas llevaban sus tareas a mi casa y mi mamá nos explicaba como
hacer los ejercicios y así terminamos todas las tareas.
Tenía muy buenas amigas, eran muy divertidas y buenas personas eran muy humildes,
siempre nos reunimos en la unidad con los otros niños y jugábamos con nuestros juguetes,
con las bicicletas, salíamos mucho a patinar y jugar basket, los domingos siempre íbamos a
piscina desde la mañana y luego íbamos todos a almorzar a nuestras casas y volvíamos a la
piscina toda la tarde hasta cansarnos y de ahí cada uno traía comida de su casa y hacíamos
un compartir.
Todo parecía que estaba fluyendo muy bien en mi vida hasta que termine el quinto grado y
tenía que cambiar de colegio, la sede secundaria en la que yo estudiaba era muy lejos de
mi casa y empezaban clases muy temprano y yo ya estaba acostumbrada a levantarme
tarde y estudiar en la tarde, entonces tomé la decisión y le comente a mi mama que no
quería estudiar ahí.
proverbios 15:20

cap.7
Mi mamá me escuchó y tomó la decisión de cambiarme de escuela, entonces escogió una
de la que ella había escuchado y le habían recomendado pero literalmente la escuela
estaba al otro lado de la ciudad y desde mi casa era un recorrido demasiado largo y tendría
que madrugar demasiado. Mi mamá habló con la familia y llegaron a la decisión de que
ella, mi abuela y yo nos iríamos de nuevo a vivir al barrio de antes, que quedaba mucho
más cerca de la escuela a la que me iban a meter.
En las vacaciones estuvimos buscando un apartamento para las 3 por el barrio, hasta que
encontramos uno perfecto, ya que era un primer piso y mi abuela no podía subir escaleras
porque tenía problemas en las rodillas. semanas después mi mamá firmó el contrato con
la dueña del apartamento y nos mudamos, toda la familia nos ayudó con la mudanza y mi
mamá compró todo lo que necesitábamos, nevera, televisión, computador, wifi, entre
otros
Luego hizo la matrícula en el colegio, era un colegio muy pequeño pero me acostumbre,
me hicieron unas evaluaciones para ver si podía entrar. Estuvimos acomodandonos en el
apartamento y días después llegó la carta del colegio donde decía que si podía entrar. Mi
mamá fue a comprarme todos los útiles y libros que habían pedido y el uniforme, que en
lo personal no me gustaba, era muy grande para mi delgado cuerpo. Sinceramente estaba
muy emocionada por entrar al nuevo colegio pero estaba muy triste porque mi familia
estaba muy lejos y no podría ver a mis amigos tan seguido entonces iba a aburrirme
demasiado. en la unidad que vivía había muchos niños pero se me dificulto mucho
socializar.
El primer día de clases no fue tan malo, me hice amiga de todos los niños nuevos y
formamos un grupito y después cada uno hizo más amigos en el salón. Igualmente seguía
siendo muy tímida y solo tenia 2 amigas, una se llamaba saray y la otra texy. Las tres
éramos muy cercanas y nos reunimos mucho para hacer tareas o para jugar. Yo intentaba ir
a quedarme en la casa de mi tía cada fin de semana para visitar a la familia y a mis amigos.
Muchos meses después una vieja amiga que conocí cuando vivía sola con mi mamá me
contó que se mudaria a la misma unidad donde yo estaba viviendo se llamaba brianda y su
familia siempre fue muy cercana con mi mamá ya que cuando vivíamos solo las dos y el
resto de la familia en el otro lado de la ciudad era como nuestra segunda familia, siempre
nos ayudabamos en todo y brianda y yo eramos las mejores amigas hasta que tuve que
irme y no la volví a ver. Para mi volver a verla fue algo muy bueno que pudo pasar porque
la extrañaba mucho y ya me sentía un poco sola porque no me divertía tanto viendo
televisión o jugando en un computador, no estaba acostumbrada a esas cosas.
proverbios 18:24

cap. 8
Pero no todo era color de rosa, por alguna extraña razón mi mamá volvió a enfermarse,
fue algo muy duro para mi ya que ella estaba muy bien y pensé que todo había pasado. El
cáncer de mi mamá volvió y más fuerte que la primera vez, esta vez no podían hacerle
operaciones y su única opción para alargar su vida o curarla era la quimioterapia.
Gracias a que mi mamá estaba pensionada y tenía estaba afiliada a una EPS fue más fácil
para todos económicamente, mi madre iba mucho a sus terapias, tuvo que cambiar su
dieta y le mandaban demasiados medicamentos muy muy costosos que una persona de
clase media como nosotros no podría pagar pero gracias a Dios estos medicamentos se los
daba la EPS gratis a mi mamá. Yo estaba demasiado preocupada al ver todos los
medicamentos que consumía, literalmente cada semana llegaban 3 o 4 cajas de
medicamentos, pastillas y sueros.
Obviamente era algo que me preocupaba demasiado, pero ella me decía que todo iba a
estar muy bien y que me concentrara en el colegio, y eso hice hacia todas mis tareas, era
de las mejores de la clase y ella estaba muy orgullosa de mis notas.
Cuando mi madre tenía alientos de salir íbamos a un centro comercial y me compraba
ropa y maquillaje, a la edad que tenía en ese momento no me interesan mucho esas cosas
pero ella insistió mucho en comprarme las. Su salud era lo que más me preocupaba, pero
ella llegó a un punto donde no soportaba tantas terapias y medicamentos, me mantenía
todo el tiempo enojada y cuando yo iba a decirle algo se desquitaba conmigo. A mi me
molesto mucho y empecé a irme a casa de mi tia mas seguido para que ella pudiera estar
tranquila.
santiago 1:2-4
cap.9
Mi mamá llegó a un punto demasiado crítico, estaba demasiado delgada, todo su cabello
se había caído, y sus pies estaban muy hinchados, ya no podía caminar, y siempre que
llegaba de sus quimios mi tia la traía en silla de ruedas, verla así me dolía demasiado. mi
familia estaba tan concentrada en las citas de mi mamá y todos sus medicamentos que no
se fijaron mucho en lo que yo estaba sintiendo en esos momentos.
Mi mamá decidió dejar las quimios y empezaron a tratarla en la casa, compraron una
camilla de hospital para que ella pudiera recostarse cómodamente, contrataron una
enfermera para todas sus necesidades y ella solo dormía todo el dia y se levantaba cuando
estaba cansada de estar acostada, la no tenía nada de cabello y necesitaba un bastón o la
silla de ruedas para caminar.
Después de un tiempo mi familia hablo en el colegio sobre la situación, y la psicóloga del
colegio me sacaba de las clases para hablar conmigo, me preguntaba que si sabía lo que
estaba pasando y que tenía que estar preparada para cualquier cosa, yo siempre le dije
que sabía que Dios la iba a curar y que todo iba a mejorar, me causó curiosidad la cara que
hizo en esos momentos como si yo estuviera haciéndome ilusiones, desde ese momento
no quise ir mas con la psicóloga de la escuela.
Un dia brianda se quedó a dormir en mi casa y como se volvió de costumbre mi mamá
estaba gritando del dolor que sentia, tenia muchos colicos y ella solo gritaba del dolor,
brianda era la única que me apoyaba en esos momentos porque ella también lloró ese día
de escuchar a mi mamá gritando del dolor.
Mi tia lu empezó a ir mas de seguido a visitarnos, ahora ella me llevaba con una psicóloga
diferente, yo odiaba ir y tener que escuchar como me decían que si pasara algo tenía que
ser fuerte, no quería escuchar todos esos pensamientos negativos, yo tenía mucha fe en
que todo iba a mejorar, aunque le comente que no me gustaba ir con la psicóloga me
siguio llevando, y yo me rehusaba a tener una conversación ella. Siempre que iba me
quedaba callada y la dejaba hablando sola. entró el resto de mi familia a hablar con ella
todo se me había hecho tan sospechoso después de que todos salieron llorando.
Un sábado normal, estaba mi mamá acostada en su camilla, yo en mi cuarto viendo tele y
mi abuela en la sala despidiendo el sábado, cuando escuchamos un ruido muy fuerte de
una silla que se caía, cuando nos levantamos a ver que pasaba, era mi mamá que intentó
levantarse sola y por apoyarse en una silla se cayó. Lo primero que vi no fue a mi madre en
el suelo ni la silla, me quedé paralizada viendo como salía sangre de su cabeza. Mi abuela
desesperada me gritó que saliera a buscar ayuda, fui a la casa de brianda que era la más
cercana, ni siquiera podía hablarle bien de lo desesperada que estaba. Cuando volví a la
casa le ayudamos a mi mamá a levantarse, ella estaba tan tranquila y yo no podía dejar de
ver la herida en la cabeza.
Mi abuela le limpio la herida y la tapo, al final solo fue una pequeña herida, pero yo lo
consideré como algo más fuerte, verla a ella en el suelo y ver su sangre era algo muy
fuerte para una niña de 12 años.
Días después me relajé un poco más, ya había terminado la escuela y estaba de vacaciones
entonces quería disfrutarlas un poco. Brianda era mucho más social que yo y ella ya
conocía a todos los niños de la unidad, entonces me los presentó a todos y los últimos días
estuvimos jugando con todos, me entraba super tarde y brianda y yo salíamos mucho a
comer helado juntas. Fueron unas semanas muy divertidas, me sentí como cuando tenía 8
años que salía mucho sin preocuparme de nada.
isaías 41:10

cap. 10
Un dia me desperte muy temprano y me dirigí a la casa de Brianda, teníamos planeado un
dia de chicas, salimos a comprar algo de comida y nos hicimos mascarillas, luego mi abuela
fue a buscarme a su casa para que almorzara, cuando llegue a la casa por una extraña
razón estaba casi toda la familia en la sala, hermanas de mi abuela, primos de mi mamá,
todo se me hizo tan sospechoso. Luego de comer repose un poco y me bañe, me cambié y
volví a salir, estaba con Brianda y con unos amigos de la unidad, estábamos sentados en
las bancas tomando jugo; cuando mi abuela me llama y me dice que tenía que entrarme.
Se me hizo muy raro ya que era demasiado temprano, entonces mientras íbamos hacia la
casa me dice que yo sabía que mi mamá estaba pasando por algo muy duro, pero que ya
estaba bien que ya estaba descansando en el cielo.
salmos 55:22

cap. 11
Me negaba demasiado a escuchar las palabras de mi abuela, cuando llegué a mi casa no
quería entrar, pero estaban todos llorando y mirándome, me estaban diciendo que fuera a
despedirme de ella, que me había dejado unas notas que me había estado escribiendo
estos meses. cuando entre a su cuarto estaba ella acostada, con los ojos medio cerrados y
su piel estaba muy pálida, obviamente lloré demasiado ese día, me senté a su lado y me
recoste en su pecho, mi cabeza no asimilaba que estuviera muerta. A la edad que tenia
solo tenia esperanzas de que despertara de nuevo, llegue al punto de que ya no queria
verla asi, entonces me encerré en el baño, donde nadie pudiera decirme nada, ni
consolarme yo solo quería estar sola.
isaías 49:15-16

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