Que Mi Pueblo Adore Resumen

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SEMINARIO TEOLÓGICO “AMIGOS” BEREA

Nombre de los alumnos:


Luis Arnoldo Sut García.
Zuly Beatriz Cortez Marcos.
Erick Leonel Ramos Hernández.

RESUMEN DE LOS PRIMEROS 6 CAPÍTULOS DEL LIBRO


“QUE MI PUEBLO ADORE”

Catedrática:
Alma Castañeda de Pinto

Plan: diario intensivo


Ciclo; académico 2011
Alabanza y Adoración de la Iglesia Amigos.
QUE MI PUEBLO ADORE
RESUMEN
1. LA NATURALEZA DE LA ADORACIÓN
Adoración es la relación “tú y yo” que se maneja entre el Dios Todopoderoso y el
ser humano. Todo ser humano está hecho para alabar y adorar a Dios (Efesios
1:2,6). La adoración es personal como también grupal o en conjunto. La
experiencia de la adoración es el centro del corazón del cristiano de la cual se
obtienen beneficios como un ambiente o entorno de redención porque es allí
cuando estamos en la presencia de Dios y la condición de pecado se desnuda
ante Él y ocurre la rendición total de individuo.

El adorador cobra valor pero al mismo tiempo obtiene responsabilidad. Siente que
está con Dios en aquellos momentos de soledad, le permite encontrar el propósito
de la vida y no andar a tientas por ella. Es decir que ahora tiene la dirección para
poder llegar a Dios. Prepara el terreno al compañerismo porque el ser humano,
por lo general, nace con la necesidad de estar en un grupo o formar parte de una
comunidad. Además, al momento de congregarse el creyente se edifica a través
de la comunión y la adoración de los demás integrantes de la asamblea.

La adoración educa, pues cuando la persona se acerca a Dios siente la necesidad


de dirigirse a él correctamente, por ejemplo: los discípulos en Lucas 11:1 “Señor
enséñanos a orar”. Se aprende continuamente cómo hacerlo de la mejor manera.
Además, a medida que vamos introduciéndonos en adoración a Dios, Él moldea
nuestro carácter y afirma nuestra personalidad. Nos da la fortaleza para mantener
una vida de servicio, es aquel impulso que nos da para poder trabajar en su obra,
dándonos amor para compartirlo de formar integral con nuestros hermanos y con
las personas que no Le conocen aún.

Permite al adorador tener tranquilidad, confianza y paz en medio de un mundo


plagado de caos, abatido en constantes perversidades, metido en luchas de lo
religioso y moral. Nos lleva a la expectativa de la esperanza redentora de Cristo.
Adoración, su origen proviene de la dignidad de Dios, porque denota reverencia,
honra, mérito, consideración, excelencia y otros que son palabras usadas para
expresar la magnificencia y excelencia del Dios tres veces Santo. El significado
bíblico de la palabra adoración es humillación, inclinarse a, besar la mano de,
postrarse complemente en símbolo de humillación, obediencia y servicio. Cuando
adoramos y contemplamos la gloria de Dios, no podemos hacer más que
postrarnos, reconociendo lo que Él es y el peso que tiene sobre todo lo que existe.

La adoración tiene mucho que ver con la liturgia. Liturgia es ministrar o servir. En
la actualidad este término ha ido cobrando otro sentido como el de la participación
de los miembros de la congregación en el culto y el orden del mismo, pero en sí,
liturgia es un servicio de adoración a Dios. Para Pablo, es una vida de fe que
muestra el fruto del Espíritu.

La adoración tiene una relación muy íntima a la religión y al culto. Porque el


término culto encierra todos los parámetros litúrgicos de una religión. Pero la
adoración va más allá de estar reunidos en un lugar alabando a Dios como un ser
superior con palabras establecidas, sino que la verdadera adoración es también
práctica. Se adora a Dios cuando se ayuda a los necesitados porque la fe sin
obras es muerta según Santiago 2:14-18.

La alabanza es uno de los medios para expresar nuestra adoración a Dios. Alabar
no es simplemente loar las grandezas del Señor, sino que estimar como los más
altos valores de nuestra fe cristiana. No adoramos a Dios por lo que nos puede
ofrecer, lo adoramos por lo que Él es. Él es amor, es un Dios justo, Todopoderoso
y mucho más. Y dentro de su misericordia nos ha dado la Redención. Al
contemplar la creación, adoramos al Creador y exclamamos como el salmista
“Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad” Salmo 29:12. La adoración no
es sólo contemplación, es acción. Isaías lo comprendió bien, cuando le responde
al Señor: “Heme aquí, envíame a mí”, viviendo una vida de servicio y fidelidad.
2. UNA TEOLOGIA DEL CULTO CRISTIANO
¿Qué es teología? Es una palabra griega que quiere decir palabra de Dios o estudio
sobre las manifestaciones de Dios y también se le puede definir como:
pensamiento razonado acerca de Dios.
El comienzo de una teología para la Adoración Cristiana es que ésta es un acto
iniciado por Dios para establecer comunión con el hombre. Y con la guía del
Espíritu Santo es como los creyentes llegan a un encuentro real con Dios. La
teología continúa en relación a la experiencia de Adoración, cuando se le
reconoce al cristiano como un Sacerdote. Y reconocemos la función de un
sacerdote que es representar a Dios ante el pueblo. Podemos observar que en el
Antiguo Testamento los sacerdotes ofrecían sacrificios de animales a Dios y en el
Nuevo Testamento se ofrece a sí mismo. Como sacrificio vivo.

La Adoración Cristiana completa un ciclo en nuestra teología. Al adorar a Dios los


creyentes experimentan una serie de cambios anímicos de tipo psicológicos que
son: Adoración, alabanza, gratitud, acción de gracias, arrepentimiento, perdón,
dependencia, sumisión y compromiso. Podemos decir que Adoración es la
comunicación de Dios hacia el creyente. También podemos decir que la Adoración
puede caracterizarse en que Dios está de alguna u otra manera involucrado con
su pueblo. El salmista nos recuerda que adoremos a Dios por su Santidad en el
Salmo 29:2. En San Juan 20:28 encontramos que los discípulos estaban reunidos
en el aposento alto, después de la resurrección de Jesús; uno de ellos llamado
Tomas expreso “Señor mío y Dios mío”. Tal reconocimiento fue un momento de
vivencia de comunión con Dios en la vida de adoración de los discípulos. Y en San
Juan 4:23-24 encontramos que Dios busca adoradores que le adoren en Espíritu y
en verdad. También en Apocalipsis 3: 20, nos damos cuenta que el llamado de
Dios a su pueblo es para tener comunión. Esta expresión de comunión con Dios
es un regalo dada por Cristo. Ningún ser humano puede comunicarse con Dios,
sino por la acción del Espíritu Santo en la vida del creyente. Entonces podemos
decir que el Espíritu Santo es el intérprete de la Palabra. Es por eso que el
cristiano puede reprimir o limitar el efecto del Espíritu Santo pero jamás podrá
estar separado de la presencia y del poder del Él porque está siempre a su
disposición. Porque si ignoramos al Espíritu Santo es como si estuviéramos
ignorando a Dios. También podemos decir que la congregación o iglesia se reúne
para adorar a Dios, y Pedro en una de sus cartas escribe que el cristiano es
pueblo adquirido por Dios dando a conocer que cada uno de los cristianos no
podemos estar limitados sólo al templo para adorar a Dios sino en todo momento
porque cada creyente se constituye templo del Espíritu Santo para ser habitados
por Dios.

Hoy en día el cristiano goza de una experiencia íntima con Dios día con día
porque su ser interior se ha convertido en el lugar Santísimo. El Salmista les dice a
sus amigos indiferentes y dudosos que presenten sacrificios o que ofrezcan
alabanza de justicia y que confíen en Jehová, en el salmo 4:5. Pero el apóstol
Pablo nos recuerda en la carta que le escribe a los romanos que presenten sus
cuerpos en sacrificios vivos, santos, agradables a Dios que es nuestro culto
racional.
Y como sacerdotes, los cristianos deberían estar listos a llevar adelante cuatro
elementos básicos muy importantes en la adoración de la iglesia primitiva. Estos
elementos son: alabanza, adoración, proclamación y ofrenda. Según lo que dice
Robert Bailey que la adoración que no alaba y glorifique a Dios no es adoración. Y
la adoración que no deje orar a los creyentes y que no proclama las buenas
nuevas del evangelio de Jesucristo, como también la Adoración que permite
ofrendar de lo material y de uno mismo, no es adoración. Es por eso que no
debemos olvidarnos acerca de la adoración genuina. La adoración a Dios nos
prepara para cualquier situación difícil que pueda venir a la vida de cada creyente.
Existen nueve actitudes positivas que son reflejos de un pensamiento teológico
muy íntimo y personal y son actitudes psicológicas expresadas del espíritu
humano las cuales son las siguientes: la adoración, el agradecimiento, la
comunión, arrepentimiento, el perdón. La Adoración es la dependencia de Dios.
También lo que se toma en cuenta en la adoración es la actitud. Es por eso que el
éxito en la adoración es la rendición total a Dios.
3. LA ADORACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Los primitivos hebreos eran hombres comunes a quienes Dios usó y se manifestó
escogiéndolos para que de ellos saliera la salvación a las naciones, los hebreos
siempre que tenían un encuentro con Dios, manifestaban su adoración de formas
no muy convencionales en la actualidad, su adoración era: dar ofrendas, edificar
altares, entre otros. Abraham edificó un altar en Siquem cuando Dios se le
apareció (Gen. 12:7) y Jacob realizó algo parecido en Betel.

Mucho más antes de los Patriarcas hebreos, Dios siempre quiso relacionarse con
los hombres y especialmente con las familias, todo inicia con Adán y Eva, luego
con Noé y su familia. En la vida de Moisés está trazada la historia de la adoración
en el Pueblo Hebreo, el cautiverio, la salida de Egipto, la experiencia en el Sinaí.
Conforme la experiencia de la adoración iba creciendo se vio la necesidad de
establecer, un tabernáculo como centro para adorar a Dios, y con eso se marca la
entrada para la ley ritual y el oficio de los sacerdotes y levitas. La desintegración
de la adoración y su significancia se viene abajo con la entrada del ritualismo y la
conformidad; Dios entonces levanta profetas para guiar al pueblo hacia la
verdadera adoración. Los altares privados y familiares fueron muy demandados en
los tiempos de los patriarcas, ya que Dios quería relacionarse con ellos, es posible
que cada manifestación de adoración de ellos fuera personal y familiar pero no
instituida como norma o regla de adoración, las normas y reglas se establecen
hasta el período mosaico. En el período de los patriarcas y el mosaico, la
adoración logra un gran avance, y la manifestación clave de este progreso es la
institución del tabernáculo y el día de reposo, este causó gran influencia sobre el
sistema de la adoración actual.

La necesidad de adorar es lo que origina el clamor de la liberación del pueblo


hebreo del dominio egipcio. Dios habla a Moisés en Horeb; este encuentro le
prepara para enfrentarse a faraón. La pronta liberación del pueblo es celebrada
por medio de actos cultuales como la pascua, la fiesta de los panes sin levadura y
la consagración de los primogénitos, estas prácticas estaban llena de amplios y
grandes significados teológicos. Cuando el pueblo caminaba por el desierto podía
ver la mano de Dios manifestándose en su vida y prueba de ello es el “Maná “o
pan de Dios que en hebreo es: Shekinah, esto quiere decir, que Dios está más
cerca de su pueblo, cuando éste le adora.

El pueblo hebreo en el Sinaí, intensifica su necesidad de adorar al Señor y por eso


mismo el Señor demanda de ellos una adoración sincera. A la salida del Sinaí
instituyen el tabernáculo, como centro de reunión para adorar a Dios, en donde el
simbolismo de las cosas es muy importante, por ejemplo el Arca del Pacto, y los
panes de la proposición; uno significa “la presencia de Dios dentro del pueblo” y el
otro, “el pan eterno” que es “el Señor dentro del pueblo”. Con la formación del
tabernáculo, la adoración sube de estima, y se realza con la institución de los
sacerdotes y levitas, se instituyen las ofrendas y sacrificios, como muestra de
reverencia, también toma significancia la ofrenda para la expiación. El tiempo de
adoración al Señor fue establecido como el día de reposo. Con la conquista de
Canaán el pueblo hebreo pasa de su condición nómada a sedentaria, y se
pretendía que la adoración fuera mejor por que estableció que Silo fuera el lugar
en donde adorar; sin embargo, el adorar ídolos dio inicio a un período de 250 años
de oscuridad, donde el pueblo no buscó la presencia de Dios, porque no se hace
mención que suban a adorar a Dios en este lugar. Este período concluye con la
llegada del joven Samuel quien dio un nuevo rumbo a la adoración a Dios, ya que
Dios decide, hablar por medio de los profetas a su pueblo. Con la llegada de los
reyes la adoración toma más significancia, se hace uso de la música en la
adoración a Dios, en aquel tiempo los reyes eran los ungidos de parte de Dios, por
lo tanto, ellos se consideraron los directores de la adoración, y en su período que
la adoración es llevada a otro plano, lastimosamente la adoración se pierde por la
hipocresía en el pueblo y por la búsqueda de otros afanes; con todo eso Dios
envía profetas, para encausar al pueblo, pero el mismo pueblo es desobediente, y
por lo tanto les era necesario llegar hasta el cautiverio, para aprender obediencia,
así valorar el amor de Dios para con ellos, y eso mismo les llevó a encontrar
nuevas maneras para adorar a Dios.
4. EL LIBRO DE ALABANZA Y ADORACIÓN DE LOS JUDÍOS

El libro de los Salmos es nuestra herencia hebrea, excelente para los tiempos de
oración y devocionales. Es la poesía que encierra un significado profundo para el
que los escribió y para quien los lee en la actualidad. Los salmos muestran la vida
religiosa, tanto pública como privada de Israel. Aquellos preceptos espirituales
como adoración, gratitud, obediencia y consagración. Denotan también
compañerismo, alabanza, acepción y confianza en el Señor. Martín Lutero dijo de
los Salmos que eran una Biblia en miniatura. El libro, en hebreo lleva por nombre
Tehillim que significa “cantos cúlticos de alabanza”, teniendo también otras
definiciones como Salterio y melodías. Como salterio tiene 150 salmos, con cinco
divisiones o libros, sin un orden específico. La autoría del libro está atribuida en su
mayor parte a David, siendo él quien escribió 63 de esos hermosos poemas que
llenan el alma. Los demás fueron escritos por diferentes autores. Algunos salmos
están titulados. Estos títulos hacen referencia a la situación que el autor estaba
pasando, algunos a nivel personal y otros a nivel de nación, también aparece la
persona que los escribió, o se da instrucciones de cómo había que cantarlos, y
qué instrumentos se debían usar. Había unos salmos usados para leerse en forma
congregacional durante la pascua y otras festividades como el salmo 113 y 118.

La colección y revisión de este libro llevó cientos de años, algunos atribuyen a


Nehemías como el coleccionista de estos libros. La división de los salmos en cinco
libros pareciera que hace una imitación de la Ley que está dividida en cinco
partes. Libro I (1-41), Libro I (42-72), Libro I (73-89), Libro I (90-106), Libro I (107-
150). En el Antiguo Testamento, podemos encontrar otros salmos muy parecidos
en su forma poética y escritura tales como en Éxodo 15:1-19, Deuteronomio 32 y
otros. Si para los judíos en aquel tiempo éstos tuvieron mucho que ver en su
alabanza y adoración a Dios, cómo influyen éstos en la actualidad en nuestra
experiencia de adoración a Dios, qué es lo que dijo Jesús a acerca de los Salmos.
El mismo Jesús resalta la importancia de los salmos, cuando le dice a sus
discípulos que era necesario que se cumpliera lo que estaba escrito acerca de Él
en la ley de Moisés, los profetas y los Salmos (Lucas 24:44). Lucas también está
interesado en dar a entender que los discípulos deben dar atención a algunas
cosas que hay en los salmos acerca de Jesús. Por otro lado, Pablo exhorta a los
de Éfeso y Colosas a que canten salmos e himnos y cánticos espirituales (Efesios
5:19, Colosenses 3:16). Estos salmos siguen vigentes para nosotros en los
momentos alegres, tristes y en otras circunstancias. Algunos denotan alabanza;
otros gozo; otros amor por la Palabra de Dios; otros una vida cristiana diaria
disciplinada y otros una conciencia de nuestra pecaminosidad y el perdón de
nuestro Dios.

El corazón central de los Salmos es la alabanza, aquella alabanza genuina


reconociendo la grandeza y la santidad del Señor. Un ejemplo vivo es el Salmo
103. La alabanza genuina trae gozo, el salmista se gozaba en la presencia del
Señor, se gozaba al estar reunido con su Dios en su santo templo (Salmo 122).
Anhelaba reunirse con su Dios (Salmo 27). Pero, aparte de estos aspectos
anteriores, los Salmos manifiestan el amor del escritor por la Palabra de Dios;
Martín Lutero, en aquellos momentos de angustia pudo experimentar lo que dice
en el Salmo 119:92: “Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera
perecido”. Traen consuelo y consejo a la vida del que medita en ellos. Asimismo, a
través de ellos aprendemos una vida diaria disciplinada, a pesar de las
circunstancias adversas que nos rodean cómo dejar a un lado los salmos 23 y 91.
Debemos tomar en cuenta el Salmo 121 donde apreciamos el cuido y protección
de Dios sobre sus hijos todos los días. Y uno de disciplina sería aquel hermoso
Salmo 42: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti,
oh Dios, el alma mía” (v. 1). O el Salmo 46 que enfatiza a Dios como nuestro
refugio. Y por último, pero no menos importante, estos cánticos preciosos
confrontan nuestra vida pecaminosa, aquella naturaleza arraigada en el ser
humano de apartarse de Dios y hacer lo malo y la actitud perdonadora y llena de
misericordia del Dios altísimo al momento de que la persona se arrepiente de sus
pecados. Cómo olvidar aquella oración humilde y profunda que hace el rey David
en el Salmo 51. Por la naturaleza de los Salmos, éstos cobran un gran valor hoy.
5. LA MÚSICA EN EL MUNDO DEL ANTIGUO TESTAMENTO
La música ha existido desde tiempos remotos y está profundamente entrelazada
con la historia de la humanidad. El término música es de origen griego. Viene de la
palabra “musa”. Este término era usado para referirse a las nueve hermanas,
diosas o musas a quienes se les atribuía la creación de algunas artes. Para los
griegos, la música tenía poderes mágicos, como curativos, que calmaban el
espíritu, controlaban la voluntad y otras atribuciones. Tal es el caso que dentro de
la mitología griega se encuentra el relato de Orfeo, un “semidios” que utilizaba la
música para vencer a los demonios y liberar a Eurice del bajo mundo.

Se registra a dos de las civilizaciones más antiguas que eran los sumerios y los
egipcios donde la música había cobrado importancia. En el caso de los sumerios,
hasta tenían escuelas de música para preparar a sus cantores, también usan a
estos cantores en el servicio del templo. Los herederos de los sumerios fueron los
babilonios quienes adquirieron sus prácticas musicales. No se sabe con certeza
cómo sonaban los instrumentos pero sí podemos encontrar que para los sumerios
la música era aquella que llenaba los patios de alegría, que hacía olvidar las
tristezas de la ciudad, que calmaba las pasiones y que mermaba el llanto.

Para los egipcios la música era de tipo sacra. Sus festividades religiosas estaban
acompañadas de instrumentos monódicos, es decir que no eran armónicos o que
no tenían acompañamiento; los egipcios eran celosos en el sentido que no
tocaban instrumentos extranjeros, sólo los consagrados para sus actividades
cúlticas. En el antiguo testamento el primer músico que se registra es Jubal
(Génesis 4:21), era denominado como el padre de todos los que tocaban arpa y
flauta. De allí se registra poco el uso de la música, ya que el pueblo judío era
nómada. Uno de los casos en que podemos encontrar al pueblo judío haciendo
uso de la música es cuando Moisés iba bajando junto con Josué del monte Sinaí,
cuando Dios le dio las tablas de la ley y escuchó al pueblo. Josué pensó que era
un sonido de guerra, pero Moisés cae en cuenta que estaban celebrando algo.
Fue tristeza para Moisés ver al pueblo rindiendo culto a un becerro de oro, ídolo
de los egipcios. Algunos de los instrumentos usados en aquella época eran el
shophar, kinnor, ugav y el toph. El shophar, era un cuerno de carnero, el kinnor
era como un arpa o lira, el ugav era una especie de flauta o tubo de sonido chillón.

En el período de los jueces y en el liderato de Josué, no hay mucho que poder


decir acerca de la música, porque en ese tiempo, los judíos estaban más
interesados en las guerras que en cualquiera otra cosa. Sólo en jueces que
aparece el canto de Débora. Cobra auge en el período de los reyes, porque aquí
los judíos ya estaban dejando su vida nómada para establecerse en un sólo lugar.
Saúl reconoce la importancia de la música. En ese tiempo había un grupo llamado
nevi’im, los precursores de los profetas, que iban por todo el pueblo con sus
danzas, influenciando a quienes estaban a su paso. Saúl, en una ocasión,
participó con éstos. También podemos citar cuando Saúl era atormentado por un
espíritu y David tocaba el kinnor (un arpa), para calmarlo. Cuando David es ya el
rey, se dice que mandó traer el arca del pacto de Jerusalén y es acompañada con
música. La música no fue dejada a un lado en la dedicación del Templo construido
por Salomón, aunque no con la misma importancia como en el tiempo de David su
padre. Forma parte de la adoración de Israel en sus actividades cúlticas en el
Templo, para cuando se ofrecían sacrificios, actores ceremoniales, alabanzas de
los ministros del pueblo y fiestas anuales.

Sobre los judíos lamentablemente, hubo influencia pagana, el pueblo comenzó a


coquetear con deidades paganas de los pueblos y trajeron a su culto propio
algunas de las costumbres e instrumentos de estos pueblos. Para la
reconstrucción del Templo, en Esdras, vemos cómo los judíos en su adoración,
cantaban y daban gracias al Señor por la bendición (Esdras 3:8-13) y la
reconstrucción de los muros de Jerusalén, en Nehemías observamos que vuelve a
aparecer, cuando el mismo Nehemías expresa “para hacer la dedicación y la fiesta
con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras” (Nehemías 12:27).
Concluimos que con sus altos y bajos, la música se constituyó en parte importante
en la adoración de los judíos.
6. LA ADORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO.
En el Nuevo Testamento las prácticas de adoración judía que se conocían,
siguieron en marcha, tanto así que los primeros cristianos judíos, a pesar de su fe
en Cristo siguieron practicando sus costumbres. De tales prácticas los cristianos
primitivos tomaron los siguientes temas: el perdón de pecados y el gozo de servir
al Señor.
El más grande de los retos al que se enfrentó la iglesia fue: el hecho de transmitir
su herencia judía de adorar a Dios a una cultura greco-romana. Los cristianos
aprovecharon los medios que los judíos usaban para adorar a Dios para dar a
conocer la verdad del evangelio.
La sinagoga, toma mucha significación en los tiempos neo testamentarios, y fue
muy estimada por los mismos judíos, estas sinagogas fueron creadas con el
propósito de adorar y educar. Era un lugar clave para transmitir el mensaje de
salvación ya que asistían muchas personas. Las expresiones cúlticas de
adoración en la sinagoga son muy sencillas, como por ejemplo: La lectura de las
escrituras y su interpretación, el recitado del credo judío el Shema, el uso de los
salmos, los diez mandamientos, la bendición y el amén, las oraciones y la oración
de santificación, o el Kedushah Judío.
Con Jesucristo la adoración pasa a otro plano, pues su manera de vivir era lo que
enseñaba, y la autoridad con la que hablaba. Aunque Jesús no manda a sus
discípulos a adorar, el enseña la esencia de la adoración, y la eleva al plano
espiritual. Esto se ve en el relato de Jesús con la mujer samaritana, en donde
Cristo sin lugar a dudas le da a conocer el verdadero sentido y lugar para la
adoración, que es en el corazón del pueblo, ya que Dios es espíritu, debe ser
adorado en espíritu y verdad. De acuerdo con Cristo la verdadera esencia de la
adoración es no conformarse con lo exterior, sino adorar a Dios, y obedecerle con
el corazón y amar al prójimo como a nosotros mismos.
La enseñanza de Cristo sobre el verdadero lugar de adoración no fue entendida
sino hasta mucho tiempo después de su partida Los primeros cristianos
encontraron en la sinagoga el lugar especial para adorar a Dios, pero a medida
que el Espíritu Santo fortalecía a los cristianos y el mensaje de los apóstoles. El
anuncio de las buenas nuevas fue muy duro para sus oyentes judíos y se vieron
en la necesidad de buscar un lugar en donde poder reunirse e invocar el nombre
del Señor, es en ese momento donde los cristianos se dan cuenta que el mejor
lugar para la adoración a Dios está en corazón de las personas, y que esto se
manifiesta a través de una vida de fruto. Para los discípulos, este cambio dejó una
gran enseñanza ya que a través de esto ellos pudieron encontrar, una libertad
para adorar a Dios de una mejor manera.
La iglesia inicia ahora su trayectoria, reuniéndose en hogares para ahondar el
sentido del compañerismo, y comunión entre ellos, ya sea para enseñar o
simplemente para adorar al Señor juntos. En este pasaje sucede algo que la
palabra de Dios describe como Koinonia, esta palabra es de muy amplio
significado, ya que da entender: comunión, compartimiento espiritual, contribución,
entre otros.
La iglesia primitiva nos da un gran ejemplo de adoración grupal, ya que la
persecución era intensa y la opresión muy grande, esto intensificó la preocupación
y el amor por los demás hermanos en la fe, hasta el punto, no sólo de preocuparse
por el estado espiritual de sus nuevos adeptos, y miembros ya integrados, sino
también por su bienestar material y sus necesidades físicas y primarias.
La iglesia primitiva se desliga de su herencia judía y logra establecer las siguientes
prácticas como parte de su adoración: el uso de los escritos paulinos y de los otros
apóstoles para su enseñanza, los relatos de los evangelios, el uso de los salmos
para expresar sus alabanzas y la nueva creación y aceptación de himnos, el
bautismo y la cena del Señor eran adiciones distintivas, en la adoración cristiana,
había un entusiasmo por la expansión del evangelio, y el gobierno de Cristo en la
vida de los creyentes.
El énfasis en la enseñanza era que se podía adorar a Dios en cualquiera lugar.
Los cristianos primitivos no tenían un lugar fijo para adorar; no fue hasta el tercer
siglo que empezaron a establecer y construir lugares para la adoración. Los
cristianos primitivos tenían una liturgia más espontánea que rígida. Más adelante
la iglesia pareciera llegar a establecer el bautismo como rito de iniciación y la
Santa Cena para recordar su ferviente relación con el Señor.

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