Que Mi Pueblo Adore Resumen
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Que Mi Pueblo Adore Resumen
Catedrática:
Alma Castañeda de Pinto
El adorador cobra valor pero al mismo tiempo obtiene responsabilidad. Siente que
está con Dios en aquellos momentos de soledad, le permite encontrar el propósito
de la vida y no andar a tientas por ella. Es decir que ahora tiene la dirección para
poder llegar a Dios. Prepara el terreno al compañerismo porque el ser humano,
por lo general, nace con la necesidad de estar en un grupo o formar parte de una
comunidad. Además, al momento de congregarse el creyente se edifica a través
de la comunión y la adoración de los demás integrantes de la asamblea.
La adoración tiene mucho que ver con la liturgia. Liturgia es ministrar o servir. En
la actualidad este término ha ido cobrando otro sentido como el de la participación
de los miembros de la congregación en el culto y el orden del mismo, pero en sí,
liturgia es un servicio de adoración a Dios. Para Pablo, es una vida de fe que
muestra el fruto del Espíritu.
La alabanza es uno de los medios para expresar nuestra adoración a Dios. Alabar
no es simplemente loar las grandezas del Señor, sino que estimar como los más
altos valores de nuestra fe cristiana. No adoramos a Dios por lo que nos puede
ofrecer, lo adoramos por lo que Él es. Él es amor, es un Dios justo, Todopoderoso
y mucho más. Y dentro de su misericordia nos ha dado la Redención. Al
contemplar la creación, adoramos al Creador y exclamamos como el salmista
“Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad” Salmo 29:12. La adoración no
es sólo contemplación, es acción. Isaías lo comprendió bien, cuando le responde
al Señor: “Heme aquí, envíame a mí”, viviendo una vida de servicio y fidelidad.
2. UNA TEOLOGIA DEL CULTO CRISTIANO
¿Qué es teología? Es una palabra griega que quiere decir palabra de Dios o estudio
sobre las manifestaciones de Dios y también se le puede definir como:
pensamiento razonado acerca de Dios.
El comienzo de una teología para la Adoración Cristiana es que ésta es un acto
iniciado por Dios para establecer comunión con el hombre. Y con la guía del
Espíritu Santo es como los creyentes llegan a un encuentro real con Dios. La
teología continúa en relación a la experiencia de Adoración, cuando se le
reconoce al cristiano como un Sacerdote. Y reconocemos la función de un
sacerdote que es representar a Dios ante el pueblo. Podemos observar que en el
Antiguo Testamento los sacerdotes ofrecían sacrificios de animales a Dios y en el
Nuevo Testamento se ofrece a sí mismo. Como sacrificio vivo.
Hoy en día el cristiano goza de una experiencia íntima con Dios día con día
porque su ser interior se ha convertido en el lugar Santísimo. El Salmista les dice a
sus amigos indiferentes y dudosos que presenten sacrificios o que ofrezcan
alabanza de justicia y que confíen en Jehová, en el salmo 4:5. Pero el apóstol
Pablo nos recuerda en la carta que le escribe a los romanos que presenten sus
cuerpos en sacrificios vivos, santos, agradables a Dios que es nuestro culto
racional.
Y como sacerdotes, los cristianos deberían estar listos a llevar adelante cuatro
elementos básicos muy importantes en la adoración de la iglesia primitiva. Estos
elementos son: alabanza, adoración, proclamación y ofrenda. Según lo que dice
Robert Bailey que la adoración que no alaba y glorifique a Dios no es adoración. Y
la adoración que no deje orar a los creyentes y que no proclama las buenas
nuevas del evangelio de Jesucristo, como también la Adoración que permite
ofrendar de lo material y de uno mismo, no es adoración. Es por eso que no
debemos olvidarnos acerca de la adoración genuina. La adoración a Dios nos
prepara para cualquier situación difícil que pueda venir a la vida de cada creyente.
Existen nueve actitudes positivas que son reflejos de un pensamiento teológico
muy íntimo y personal y son actitudes psicológicas expresadas del espíritu
humano las cuales son las siguientes: la adoración, el agradecimiento, la
comunión, arrepentimiento, el perdón. La Adoración es la dependencia de Dios.
También lo que se toma en cuenta en la adoración es la actitud. Es por eso que el
éxito en la adoración es la rendición total a Dios.
3. LA ADORACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Los primitivos hebreos eran hombres comunes a quienes Dios usó y se manifestó
escogiéndolos para que de ellos saliera la salvación a las naciones, los hebreos
siempre que tenían un encuentro con Dios, manifestaban su adoración de formas
no muy convencionales en la actualidad, su adoración era: dar ofrendas, edificar
altares, entre otros. Abraham edificó un altar en Siquem cuando Dios se le
apareció (Gen. 12:7) y Jacob realizó algo parecido en Betel.
Mucho más antes de los Patriarcas hebreos, Dios siempre quiso relacionarse con
los hombres y especialmente con las familias, todo inicia con Adán y Eva, luego
con Noé y su familia. En la vida de Moisés está trazada la historia de la adoración
en el Pueblo Hebreo, el cautiverio, la salida de Egipto, la experiencia en el Sinaí.
Conforme la experiencia de la adoración iba creciendo se vio la necesidad de
establecer, un tabernáculo como centro para adorar a Dios, y con eso se marca la
entrada para la ley ritual y el oficio de los sacerdotes y levitas. La desintegración
de la adoración y su significancia se viene abajo con la entrada del ritualismo y la
conformidad; Dios entonces levanta profetas para guiar al pueblo hacia la
verdadera adoración. Los altares privados y familiares fueron muy demandados en
los tiempos de los patriarcas, ya que Dios quería relacionarse con ellos, es posible
que cada manifestación de adoración de ellos fuera personal y familiar pero no
instituida como norma o regla de adoración, las normas y reglas se establecen
hasta el período mosaico. En el período de los patriarcas y el mosaico, la
adoración logra un gran avance, y la manifestación clave de este progreso es la
institución del tabernáculo y el día de reposo, este causó gran influencia sobre el
sistema de la adoración actual.
El libro de los Salmos es nuestra herencia hebrea, excelente para los tiempos de
oración y devocionales. Es la poesía que encierra un significado profundo para el
que los escribió y para quien los lee en la actualidad. Los salmos muestran la vida
religiosa, tanto pública como privada de Israel. Aquellos preceptos espirituales
como adoración, gratitud, obediencia y consagración. Denotan también
compañerismo, alabanza, acepción y confianza en el Señor. Martín Lutero dijo de
los Salmos que eran una Biblia en miniatura. El libro, en hebreo lleva por nombre
Tehillim que significa “cantos cúlticos de alabanza”, teniendo también otras
definiciones como Salterio y melodías. Como salterio tiene 150 salmos, con cinco
divisiones o libros, sin un orden específico. La autoría del libro está atribuida en su
mayor parte a David, siendo él quien escribió 63 de esos hermosos poemas que
llenan el alma. Los demás fueron escritos por diferentes autores. Algunos salmos
están titulados. Estos títulos hacen referencia a la situación que el autor estaba
pasando, algunos a nivel personal y otros a nivel de nación, también aparece la
persona que los escribió, o se da instrucciones de cómo había que cantarlos, y
qué instrumentos se debían usar. Había unos salmos usados para leerse en forma
congregacional durante la pascua y otras festividades como el salmo 113 y 118.
Se registra a dos de las civilizaciones más antiguas que eran los sumerios y los
egipcios donde la música había cobrado importancia. En el caso de los sumerios,
hasta tenían escuelas de música para preparar a sus cantores, también usan a
estos cantores en el servicio del templo. Los herederos de los sumerios fueron los
babilonios quienes adquirieron sus prácticas musicales. No se sabe con certeza
cómo sonaban los instrumentos pero sí podemos encontrar que para los sumerios
la música era aquella que llenaba los patios de alegría, que hacía olvidar las
tristezas de la ciudad, que calmaba las pasiones y que mermaba el llanto.
Para los egipcios la música era de tipo sacra. Sus festividades religiosas estaban
acompañadas de instrumentos monódicos, es decir que no eran armónicos o que
no tenían acompañamiento; los egipcios eran celosos en el sentido que no
tocaban instrumentos extranjeros, sólo los consagrados para sus actividades
cúlticas. En el antiguo testamento el primer músico que se registra es Jubal
(Génesis 4:21), era denominado como el padre de todos los que tocaban arpa y
flauta. De allí se registra poco el uso de la música, ya que el pueblo judío era
nómada. Uno de los casos en que podemos encontrar al pueblo judío haciendo
uso de la música es cuando Moisés iba bajando junto con Josué del monte Sinaí,
cuando Dios le dio las tablas de la ley y escuchó al pueblo. Josué pensó que era
un sonido de guerra, pero Moisés cae en cuenta que estaban celebrando algo.
Fue tristeza para Moisés ver al pueblo rindiendo culto a un becerro de oro, ídolo
de los egipcios. Algunos de los instrumentos usados en aquella época eran el
shophar, kinnor, ugav y el toph. El shophar, era un cuerno de carnero, el kinnor
era como un arpa o lira, el ugav era una especie de flauta o tubo de sonido chillón.